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FACULTAD DE ECONOMÍA Centro de Educación Continua y Vinculación Seminario de Titulación en Economía Pública POLÍTICAS DE VIVIENDA PARA LA POBLACIÓN DE MENORES INGRESOS Ensayo que para obtener el título de Licenciado en Economía Presenta: Pablo Agustín Fregoso Rojas Asesor: Francisco Javier Meraz Martínez Ciudad Universitaria, octubre de 2008. Neevia docConverter 5.1 UNAM – Dirección General de Bibliotecas Tesis Digitales Restricciones de uso DERECHOS RESERVADOS © PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL Todo el material contenido en esta tesis esta protegido por la Ley Federal del Derecho de Autor (LFDA) de los Estados Unidos Mexicanos (México). El uso de imágenes, fragmentos de videos, y demás material que sea objeto de protección de los derechos de autor, será exclusivamente para fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el respectivo titular de los Derechos de Autor. INDICE Pág. I. INTRODUCCIÓN 2 II. LA PERSPECTIVA TEÓRICA DEL ENSAYO 8 III. ELEMENTOS CONCEPTUALES Y REFERENTES INTERNACIONALES 16 • Elementos conceptuales de los subsidios a la vivienda 17 • Experiencias de subsidio a la vivienda en América • Latina 21 • Chile 21 • Costa Rica 23 • Colombia 25 • El Salvador 26 • Uruguay 28 • Paraguay 30 IV. LA EVOLUCIÓN EN LAS POLÍTICAS DE ATENCIÓN A LA VIVIENDA EN MÉXICO 32 V. LOS CAMBIOS RECIENTES Y SUS RESULTADOS 43 VI. CONCLUSIONES 71 VII. BIBLIOGRAFÍA 79 Neevia docConverter 5.1 INTRODUCCIÓN. Una condición macroeconómica de relativa estabilidad registrada desde la segunda mitad de los años noventa, sentó las condiciones para que se produjera el impulso a una nueva política de vivienda en el país, que debería permitir tanto una oportunidad para mejorar las condiciones de las viviendas actuales y atender la nueva demanda que la dinámica demográfica reclama, como su utilización como una herramienta importante para impulsar el desarrollo económico. Esto debiera ser así dado que se reconoce que la vivienda tiene una particular relevancia para el crecimiento económico; constituye una base patrimonial fundamental para las familias; sus efectos multiplicadores son ampliamente reconocidos; los sistemas financieros reciben una fuerte influencia de la forma como se desempeña la inversión en vivienda; tiene efectos de relevancia en las condiciones de vida de las familias; y, puede constituir un elemento determinante en la relación entre los mercados de trabajo y el desarrollo urbano. Prácticamente al inicio de una nueva administración federal, la política de atención a las necesidades de vivienda de la población de menores ingresos registra una nueva modificación, que viene a reforzar los mecanismos que se habían venido perfilando desde un par de administraciones anteriores y que reflejan el tránsito más general en la concepción de la actividad de la administración pública, orientado por la necesidad de superar las recurrentes manifestaciones del desorden financiero, así como de avanzar hacia una provisión más eficaz de bienes y servicios públicos. Este trabajo, se sitúa en el análisis de esta situación de transición entre un largo período de políticas de vivienda definidas por una fuerte presencia estatal, hacia otra en donde los actores privados juegan un papel de mayor relevancia en el diseño y la operación de esta política pública. Si bien en el entorno político en el que estas decisiones se procesan, siguen presentes las fuerzas que buscan incidir Neevia docConverter 5.1 en la vuelta o conservación de prácticas que parecieran constituir en buena medida, la explicación de los problemas actuales. El trabajo que aquí se presenta, pretende constituir una exposición ordenada de la manera como han evolucionado las políticas de vivienda en el país y su capacidad para atender las necesidades que en ese campo tiene la población más pobre. La perspectiva desde la cual se analiza y que constituye el primer capítulo, es la que se deriva de las reflexiones conceptuales revisadas en el Seminario de Titulación en Economía Pública –los trabajos de José Ayala y Joseph Stiglitz fundamentalmente-, que podrían inscribirse en una corriente de pensamiento que en palabras de Luis F. Aguilar Villanueva “…al fin de siglo tuvo como horizonte la crisis…”1, visión que se alimentó en “…la capacidad menguante de gobernar de los gobiernos sociales (y) a las preocupaciones sobre el futuro y la viabilidad de las democracias de las economías industrializadas y sus Estados sociales de bienestar…”2 Que se correspondió asimismo, con un repunte en la visión neoclásica de la economía, de donde se desprenden conceptos analíticos como las fallas del mercado y del Estado, que al traducirse en políticas públicas, explican algunas de sus expresiones como el retiro gubernamental de algunos campos, así como acciones de desregulación y focalización de subsidios, que es posible encontrar en las formas más recientes de la política de vivienda. Lo que en términos más amplios de la administración pública, Aguilar Villanueva identifica como basada en el enfoque de finanzas públicas, es decir, una visión en donde “…el cuidado de las finanzas públicas se ha convertido en la condición y 1 Aguilar Villanueva, Luis F., “Gobernanza y gestión Pública”, Fondo de Cultura Económica, México, 2006. 2 Op. cit. p. 55 Neevia docConverter 5.1 propósito total, sobredeterminando todos los otros fines, actividades y productos públicos.”3 En este capítulo, se destaca la complejidad que representa el diseño y aplicación de políticas eficientes y equitativas, toda vez que ello necesariamente será el reflejo de complejas combinaciones de políticas que promueven o inhiben respuestas y que dependen simultáneamente del mercado y del Estado. Que además, su temporalidad está determinada por la inestabilidad de los equilibrios económicos, sociales y políticos de los cuales dependen. El segundo capítulo, muestra los elementos centrales que dan forma a las políticas de vivienda, principalmente las que se han derivado de los cambios en las condiciones macroeconómicas y políticas más recientes –precisamente como respuesta a esa visión de la crisis señalada anteriormente- y que podrían ubicarse a partir de los años ochenta. Se exponen por ejemplo aquellos criterios que se utilizan para determinar los subsidios a las acciones de vivienda para la población de menores ingresos, como la transparencia, la imparcialidad, la focalización y la neutralidad, que contrastan con las formas previas de asignación de los mismos – destacadamente aquellos aplicados en las tasas de interés de los créditos para vivienda. De igual forma, este capítulo pretende, mediante la exposición sucinta de algunas experiencias latinoamericanas, mostrar la manera como este tipo de políticas públicas ha tenido un desplazamiento muy homogéneo hacia esta forma de atención a las necesidades de vivienda de la población más pobre, lo que se refleja en la adopción de los elementos básicos antes señalados, con algunas variantes derivadas tanto de los éxitos y fallas observadas en los diversos esquemas de subsidio, como a conceptos más amplios del papel del subsidio dentro del arsenal de los instrumentos de la política de vivienda. Pero sin duda 3 Ibid. p. 51 Neevia docConverter 5.1 determinado por las condiciones económicas, políticas y sociales a que se enfrentan las políticas públicas en cada uno de esos países. Un tercer apartado del trabajo está dedicado a ofrecer un sintéticopanorama de la forma como la política de vivienda se ha expresado en el país, abarcando desde la expresión constitucional de principios del siglo pasado, hasta la forma que adopta durante el sexenio anterior, período en el que podrían distinguirse algunas etapas. Una primera definida por un proceso de creación de instituciones gubernamentales orientadas fundamentalmente a la atención de la relación entre el gobierno y sus trabajadores. Una segunda en que destaca una intencionalidad de constituir una política nacional, en donde la creación del Instituto Nacional de Vivienda pareciera ser una respuesta al fenómeno de urbanización de la población que se registra a partir de los años cincuenta y sesenta. Las acciones orientadas a la creación de instituciones y mecanismos financieros se orientan en la misma dirección. Una tercera etapa podría definirse por la aparición de las entidades de financiamiento para la vivienda de los trabajadores y que estaría delimitada por los años ochenta, período en el que también se crean algunas instituciones para la atención de la población sin seguridad social. Todas las etapas anteriores estuvieron marcadas por una fuerte presencia gubernamental en los diferentes procesos para dotar de vivienda a la población. Un nuevo modelo apunta a fines de los ochenta y principios de los años noventa y marca un cambio fundamental, marcado por el retiro estatal de su papel omniabarcante, para adoptar un papel facilitador para la operación del mercado como el mecanismo principal de atención a las necesidades de vivienda. Este recorrido muestra la manera como las políticas de vivienda reflejan en diferentes momentos, el comportamiento y las circunstancias en que se producen las diferentes etapas del desarrollo nacional. Finalmente, el cuarto apartado del trabajo presenta una revisión de las expresiones más recientes de la política de vivienda, destacando los cambios Neevia docConverter 5.1 fundamentales en la orientación de la política habitacional a partir de sus expresiones en los documentos sectoriales correspondientes, así como los resultados que esta política. Es posible apreciar que en los rubros de financiamiento y producción, hasta fines de la década de los 80, todavía podía apreciarse en el marco programático, una importante intervención del gobierno, pero a partir de 1993, se buscó propiciar las condiciones para la participación de la banca reprivatizada, pero en la producción, el gobierno abandonó su papel de oferente de suelo y, por otra parte, se impulsó la industrialización y la producción a gran escala. En ese sexenio, se empezó a plantear la necesidad de la coordinación interinstitucional, así como avanzar en la desregulación. En el capítulo se plantea también una breve visión de la condición en que se encontraban las principales instituciones antes al arranque de la administración anterior y la necesidad de su articulación. Este capítulo destaca también los cambios que ratifican el avance de una nueva forma de entender la política de vivienda, así como las principales cifras, que acreditan un avance sustantivo en cuanto a las metas que se plantearon, si bien queda claro que la política pública sigue quedándose corta en la atención a la demanda de vivienda de la población de menores ingresos, tanto la que está ocupada y tiene prestaciones laborales, como la población ocupada sin prestaciones y los no asalariados. Cabe señalar que este trabajo lo he desarrollado aprovechando las posibilidades que me ha ofrecido el estar inmerso en la operación de la política de vivienda, en el Fonhapo primero y en la Comisión Nacional de Vivienda después, en donde he tenido oportunidad de participar en espacios de diseño, instrumentación, seguimiento y análisis, lo que me ha permitido tener una visión privilegiada y cercana de la manera como en la práctica se asume una política pública, que espero poder haber reflejado en este trabajo. Neevia docConverter 5.1 Quiero finalmente agradecer el apoyo de quienes me han estimulado e impulsado para realizar este tardío esfuerzo de titulación: a mis queridas hijas Ana María y Catalina; a mi compañera Fátima; a un amistosamente insistente Jorge Diez de Sollano; y por supuesto a la paciencia y comprensión de mi asesor del Seminario de Titulación, Javier Meraz. Tengo que hacerlo también con el CLES, que ha sido una referencia duradera de reflexión y amistad. Neevia docConverter 5.1 I. LA PERSPECTIVA TEÓRICA DEL ENSAYO. En este apartado se reseña un conjunto de planteamientos que se desprenden de las lecturas realizadas en el Seminario de Titulación en Economía Pública y que pretenden ofrecer los referentes teóricos sobre los que se desarrolla el ensayo. De manera particular, de los trabajos de Joseph E. Stiglitz y de José Ayala Espino. 1 El ejercicio ha consistido en destacar aquellos aspectos sin los cuales, no se podrían entender los razonamientos que están detrás de las distintas formas que ha adoptado la política pública en materia de vivienda para la población de menores recursos. Sin embargo, cabe aclarar que no constituye una exposición exhaustiva de los materiales analizados, sino una selección de los temas que parecen mostrar más claramente la relación que existe entre los desarrollos teóricos y la práctica de la administración pública. El funcionamiento de las economías occidentales –entre las que se encuentra la economía mexicana-, se expresa dentro de un modelo denominado de economía mixta, que en términos llanos significa que la actividad económica del país se explica tanto por el funcionamiento de las empresas privadas como por la del Estado, ya sea que este actúe directamente en la producción de bienes o servicios o bien que adopte una serie de medidas mediante las cuales incide en la actuación del sector privado. Un modelo en donde ni el mercado ni el Estado son capaces por si solos de garantizar una eficiente asignación de los recursos. Samuelson y Norhaus lo plantean de la siguiente manera: “Una economía ideal de mercado es aquella en la que todos los bienes y los servicios se intercambian voluntariamente por dinero a los precios de mercado. Un sistema de este tipo 1 Stiglitz, J., La economía del sector público, Antoni Bosch Editor, Barcelona, 1988, Ayala Espino, José, Economía del sector público mexicano, Facultad de Economía, UNAM, México, 2001 y Ayala Espino, José, Mercado, elección pública e instituciones. Una revisión de las teorías modernas del Estado, UNAM, Miguel Ángel Porrúa, México, 1996. Neevia docConverter 5.1 extrae de los recursos existentes en la sociedad los máximos beneficios sin la intervención del Estado. Sin embargo, en el mundo real, ninguna economía se ajusta totalmente al mundo idealizado de la mano invisible que funciona armónicamente (…) Por este motivo, ningún gobierno del mundo, por muy conservador que sea, mantiene sus manos alejadas de la economía. …” 2 Por su parte, José Ayala dice al respecto: “…la ineficiencia del sector privado es más grande de lo que en el pasado se admitía, pero la ineficiencia del sector público es también más grande de lo que pudiera pensarse. El diseño de las políticas públicas entraña una disyuntiva entre las ineficiencias de los sectores público y privado.” 3 Si bien la economía de los países occidentales ha sufrido de comportamientos cíclicos que han requerido de la intervención estatal para corregirlos, parecería aceptarse que hacia el segundo tercio del siglo pasado, los estudiosos de la economía reconocieron que el mercado –aún en las economías de mayor desarrollo-, era incapaz de ofrecer alternativas a la satisfacción de las necesidades básicas de toda la población, especialmente a la de menores ingresos –fallas de mercado-.4 Se pudo apreciar entonces, que el Estadose mostraba cada vez más activo, tanto en los momentos en que la actividad económica decaía y era necesario que interviniese para estabilizarla, como en los momentos de auge, en donde resultaba evidente que los beneficios del crecimiento no alcanzaban a toda la población. Para Stiglitz “…Hoy se sabe que la eficiencia de la economía de mercado sólo es válida si se parte de supuestos bastante restrictivos.5 Los fallos [de 2 Samuelson, Paul A. y William D. Norhaus, Economía, Mc Graw-Hill/Interamericana de España, Madrid, 1999. p. 34. 3 Ayala Espino, José, Mercado, elección pública e instituciones. Una revisión de las teorías modernas del Estado, UNAM, Miguel Ángel Porrúa, México, 1996. p. 15 4 Falla de la competencia; bienes públicos; externalidades; mercados incompletos; fallas de información; desempleo, inflación y desequilibrio. 5 Competencia perfecta, mercados completos, información completa, cero costos de transacción, preferencias estables y derechos de propiedad definidos. Neevia docConverter 5.1 mercado]…pusieron de manifiesto que existían muchos problemas que el mercado no resolvía adecuadamente. Hoy la idea dominante en los economistas de los países occidentales es que una intervención estatal limitada podría aliviar (pero no resolver) los problemas más graves: el Estado debe participar activamente en el mantenimiento del pleno empleo y en la erradicación de los peores aspectos de la pobreza, pero la empresa privada debe desempeñar el papel más importante en la economía. …” 6 Pero así como la justificación de la intervención estatal en la actividad económica se deriva de la necesidad de corregir las fallas de mercado, la explícita presencia del Estado en el funcionamiento económico a través de distintos tipos de intervenciones públicas, dieron lugar a cuestionamientos sobre los resultados de dichas acciones, que se expresaron en la literatura económica como las fallas del Estado: limitada información sobre las eventuales consecuencias de medidas adoptadas; escaso conocimiento sobre el comportamiento de los agentes privados; poco control sobre la burocracia que ejecuta las políticas; y, el condicionamiento político de las decisiones. Ante estas posiciones, Stiglitz apunta: “La forma en que se enfoque esta cuestión depende de la importancia que se conceda a los fallos del mercado y de la confianza que se tenga en que el Estado pueda remediarlos.” 7 Resulta relevante ahora destacar algunos conceptos que tienen que ver con los aspectos centrales a los que da respuesta el estudio de la economía como: a) qué producir, b) cómo producir y c) para quién producir, que adquieren una connotación distinta desde la perspectiva del ámbito de la economía del sector público. 6 Stiglitz, op. cit. p. 18 7 Idem, p. 18 Neevia docConverter 5.1 Qué producir y cuanto, hace referencia a qué cantidad de bienes y servicios producirá la sociedad y cuando habrá de hacerlo, si serán productos baratos o de calidad, si serán bienes de consumo o de inversión para aumentar la producción y el consumo futuro. Desde la perspectiva de la economía del sector público, la pregunta a responder es si los recursos de la economía han de destinarse a producir bienes públicos o bienes privados. Cómo producir, alude a quién producirá los bienes y servicios, así como a qué recursos y tecnología utilizará. En la óptica pública, se habrá de responder a: ¿si el Estado debe asumir o no la producción de un determinado bien o servicio, o cuando habrá de hacerlo la iniciativa privada? Este tipo de decisiones implican también la forma como las políticas públicas determinan el comportamiento económico de los agentes privados. Para quién producir, se traduce en la forma como se distribuye el producto nacional entre los hogares, la forma como se remunerará a los factores de la producción. Desde la economía del sector público, esto tiene que ver con la forma de incidir en la distribución del ingreso, que puede ser tanto por la vía impositiva como mediante el gasto social. Adicionalmente, el sector público debe responder también a la forma como se toman las decisiones colectivas sobre los gastos en bienes públicos, por ejemplo. Procesos particularmente complejos en sociedades democráticas. Otros dos elementos importantes para encuadrar desde la teoría el tema del presente ensayo son los relativos a las denominadas economía positiva y economía normativa, enfoques que permiten analizar tanto las consecuencias de una decisión de política pública, como la determinación de su relevancia. Desde el primero, es posible entender cómo se comporta, cómo es y qué hace el Estado en la economía, es decir, las consecuencias de las acciones gubernamentales. Desde la segunda, se responde a cómo debería ser el Estado para mejorar la Neevia docConverter 5.1 eficiencia y la equidad, lo que significa sopesar las diferentes medidas que podrían adoptarse. Ambas perspectivas deben ser adoptadas de forma complementaria a la hora de diseñar una política pública. El tema de la vivienda para las familias más pobres, se inscribe dentro de la política social y consecuentemente está relacionada con la economía del bienestar, por lo que resulta indispensable tomar en consideración los aspectos teóricos relacionados con la desigualdad y la eficiencia. Una rápida apreciación diría que los cambios recientes en la política de vivienda para la población más pobre, parecieran estarse moviendo desde una condición marcada por una gran ineficiencia en la instrumentación, lo que parecía contribuir muy poco a una mayor igualdad, hacia otra en la que nuevos instrumentos de focalización, que se traducen en una mayor eficiencia, estarían contribuyendo de mejor manera a corregir la desigualdad. La producción pública es otro tema que sin duda ha estado presente en las decisiones de política. De algunos años para acá, es posible apreciar un firme proceso de retiro del sector público de la producción de vivienda y una mayor presencia privada. Hoy incluso podría decirse que la presencia estatal no es significativa –prácticamente nula en el nivel federal- como productor directo de un bien privado como la vivienda. En términos de la literatura económica, el modelo actual funciona en buena medida mediante un mecanismo en el que el comprador privado es apoyado con un subsidio pero en donde la elección la ejerce el comprador y no el Estado –si bien con limitaciones-. No sería difícil argumentar que en esta materia, la ineficiencia del Estado ha sido manifiesta. O por lo menos como dice Stiglitz “…Los casos de incompetencia pública saltan más a la vista, mientras que los de incompetencia privada no atraen la misma atención.” 8 8 Idem, p. 219 Neevia docConverter 5.1 Finalmente, habría que destacar lo relacionado con la política de gasto, toda vez que de acuerdo con Stiglitz, el gasto público se decide a partir de dar respuesta a una serie de preguntas como ¿porqué existen los programas públicos?, ¿porqué adoptan la forma que adoptan?, ¿cómo afectan al sector privado?, ¿quien gana y quien pierde como consecuencia de los programas públicos?, ¿existen otros programas superiores a los actuales? 9 Preguntas sin duda pertinentes cuando de decidir sobre programas como el de la vivienda se trata. Al tratar de responder al origen de los programas o de sus cambios, resulta evidente que los mismos obedecen a la forma de percibir las necesidades a las que se pretende responder. Así, la forma como se concibe hoy la manera de atender las necesidades de vivienda, así como los papeles tanto del sector público como del privado, son muy diferentes a las concepciones de no hace muchos años. Asimismo, en el caso de lavivienda para los grupos de menores ingresos, resulta evidente que por la naturaleza del bien de que se trata, no es posible tener soluciones de mercado puras y la intervención pública se vuelve indispensable como una manera de responder a una falla de mercado. Hoy nadie se cuestiona que sin ello, el acceso a la vivienda de la población de menores recursos es impensable. En esta situación el mecanismo específico de intervención lo constituye el subsidio y se justifica la intervención del Estado en razón de la desigualdad, pues si bien un mercado privado de vivienda podría ser eficiente en el sentido de Pareto, no ofrece alternativas a la población de menores ingresos, toda vez que su nivel de pobreza le impide pagar por este bien. La característica del subsidio es que tiene una naturaleza redistributiva y generalmente son programas de transferencias. De manera específica la tendencia que se observa es la de otorgar un bono en forma de subsidio para adquirir una vivienda privada. 9 Ídem. p. 265 Neevia docConverter 5.1 Esta forma de enfrentar esa falla de mercado es asimismo un aspecto que difiere hoy respecto a no hace mucho, pues en pocos años se ha pasado de una etapa en la que la producción pública era relevante, a otra en donde hay un mayor peso del sector privado. Hoy el Estado apuesta por medidas en las que se alienta la participación privada, con mecanismos en donde lo que rige son precios de mercado con un “subsidios al frente”. Dicho subsidio también adopta formas diferentes en cuanto a los criterios de asignación de los mismos, es decir, hay determinados rasgos en el diseño de los programas, en donde la precisión en cuanto a las condiciones que debe tener el posible beneficiario son mucho más restrictivas, con lo cual se busca tener las menores distorsiones posibles en la asignación. Hoy también es posible apreciar en esta política publica otro aspecto que la hace diferente, pues hay un mayor rigor en su evaluación, lo que sin duda tiene que ver con la eficiencia. Incluso una mayor profundidad en las evaluaciones hoy permite apreciar una serie de impactos de la vivienda que hasta no hace mucho ni siquiera se consideraban. Por lo que hace a la respuesta privada a estos programas públicos como un aspecto relacionado con la eficiencia, puede afirmarse que actualmente la reacción del sector privado ha sido incentivada de manera muy clara y en ese sentido, la política pública parece estar cumpliendo adecuadamente con este aspecto teórico. En cuanto a las consecuencias distributivas, los elementos antes señalados, al estar orientados por criterios más rigurosos de selección, podrían clasificarse como de efecto progresivo, si bien aún se presentan fallas del mercado que limitan su alcance. Neevia docConverter 5.1 Finalmente, un concepto que es conveniente incorporar al análisis, sobre todo para la explicación de las fallas de gobierno, es la distinción entre la institucionalidad estatal y privada, pues mientras que en la administración privada la responsabilidad del funcionario es hacia los accionistas, el administrador público la tendrá hacia sus electores. Esta distinción resultará muy útil para entender buena parte de los resultados de las políticas públicas. José Ayala lo plantea de la siguiente manera, “…los problemas que enfrentan los gobiernos, para diseñar y aplicar políticas eficientes y equitativas, no tiene soluciones sencillas o singulares, y la mayoría de las veces, esas soluciones reflejan complejas combinaciones de políticas que promueven o inhiben respuestas, que dependen simultáneamente del mercado y del Estado. La experiencia nos muestra que las soluciones a problemas económicos y políticos, contenidas en las políticas públicas o en los mecanismos del mercado, son casi siempre provisionales, y que los equilibrios económicos, sociales y políticos que resultan de ellas son casi siempre inestables. …” 10 10 Ayala Espino, José, Mercado, elección pública … p. 15 Neevia docConverter 5.1 II. ELEMENTOS CONCEPTUALES Y REFERENTES INTERNACIONALES Entender las razones de los actuales diseños y formas de instrumentación de las políticas de subsidios de vivienda para las familias de menores ingresos, hace necesario exponer los criterios que se encuentran detrás de su utilización, así como de la forma como han sido aplicados en el entorno regional más parecido al de México, el de América Latina. La forma como las políticas de subsidio a la vivienda de la actualidad se conciben, parte de la consideración de que las diversas intervenciones estatales del pasado en la política de vivienda, si bien respondieron a condiciones macroeconómicas y políticas del momento, generaron una presencia estatal que restringió el funcionamiento de los mercados de vivienda, con un fuerte condicionamiento de intereses gremiales, que se reflejaron en que generalmente los programas de vivienda estaban dirigidos a trabajadores asalariados del sector formal o a empleados públicos, descuidando a un número muy importante de la población de bajos ingresos y a la vinculadas con el empleo informal. Esto dio como resultado que dos de los actores clave en estos programas, los desarrolladores y los intermediarios financieros privados, se dedicaron a atender la demanda de los sectores de ingresos más elevados, dando lugar por un lado, a la reducción de los mercados formales y un creciente retiro de la inversión privada en el sector vivienda; y por otro, la presencia cada vez mayor de modalidades informales de construcción, con los correspondientes efectos en un desordenado crecimiento fundamentalmente urbano. El modelo actual reconoce que el Estado por sí solo es incapaz de dar solución al déficit habitacional y que, por lo tanto, su papel debe ser el de incentivar la inversión privada para lograrlo. Planteamiento que refleja fielmente las argumentaciones del capítulo anterior. Neevia docConverter 5.1 Esta visión plantea que la atención a las necesidades de vivienda es primordialmente un hecho económico, que repercute en la política de bienestar social y se apoya en el hecho de que tiene importantes efectos multiplicadores en una amplia gama de actividades económicas y en el empleo. Generalmente se acepta que un indicador de la buena marcha de la economía es un buen comportamiento del sector de la vivienda. Concebida de esta manera, se supone que se deben generar las condiciones de rentabilidad y competitividad en los mercados inmobiliario y de financiamiento de viviendas, que permite que el sector privado encuentre en la industria de la construcción habitacional una opción de inversión que compite en igualdad de posibilidades con otros sectores de la economía, haciendo que los ahorros que se movilizan hacia el sector vivienda obtengan una rentabilidad positiva en términos reales, que los créditos hipotecarios se recuperen en términos reales, haciendo sostenible el financiamiento habitacional de largo plazo, y por lo tanto, los intermediarios financieros encuentren también en el financiamiento de la vivienda una opción de negocios rentable. Es hasta hace relativamente pocos años –generalmente principios de los noventas- que esta concepción impulsa los procesos de replanteamiento del papel gubernamental en este sector, cuando los organismos públicos nacionales de vivienda abandonan el papel de promotores y financieros, para reorientarse hacia un papel de facilitador, buscando no dejar de lado el sentido social que la acción gubernamental en este ámbito requiere. - Elementos conceptuales de los subsidios a la vivienda Resulta importante destacar que es reconocido que en el mercado de vivienda se expresan ineficiencias en la asignación de recursos y enla producción, que provocan el que importantes grupos de familias no pueden pagar el costo de una vivienda mínimamente adecuada. Las principales ineficiencias en el mercado de Neevia docConverter 5.1 vivienda surgen como consecuencia de los elevados costos de transacción, la información deficiente y asimétrica, la concentración de la inversión y las distorsiones en los mercados de tierra urbana. En este nuevo modelo, la falta de una demanda efectiva como consecuencia de los bajos ingresos de los hogares constituye el impedimento principal para que el sector privado provea vivienda por los canales formales a la mayoría de la población y es un importante desafío para los gobiernos que tratan de reducir la magnitud de los problemas de vivienda mediante el gasto público. En general, pero destacadamente en el caso de la vivienda, las políticas de subsidios han constituido una cuestión polémica, principalmente porque su asignación en diversas experiencias latinoamericanas –incluido México-, han mostrado su escaso impacto en los objetivos de reducción de la pobreza y su contribución a una mayor igualdad de oportunidad y a la eficiencia en la asignación de recursos. Un elemento de la discusión reciente sobre los subsidios destaca que deben ser un instrumento de política de último recurso cuyo uso debe considerarse sólo cuando los otros medios –principalmente los del mercado- utilizados para lograr los objetivos han sido explorados y asimismo, que deben demostrar que son el uso más efectivo como instrumento de política para facilitar la transición entre la situación actual a una en que los mercados de vivienda funcionen bien, alcanzando los objetivos sociales. 1 En el contexto de las reformas en el sector de la vivienda, los subsidios deben definirse como el mínimo requerido por estrato de ingreso para entrar al segmento 1 Banco Interamericano de Desarrollo, Guía operativa para vivienda. Política de desarrollo urbano y vivienda, Banco Interamericano de Desarrollo, Washington, D.C., Departamento de Desarrollo Sostenible División de Programas Sociales, Septiembre 1999. Neevia docConverter 5.1 de mercado que satisface sus necesidades de vivienda y que moviliza toda su capacidad de ahorro y pago de préstamos.2 De esta manera, los principales agentes interesados en el sector asumen que la inversión privada en el sector habitacional sólo será viable si rigen condiciones de mercado en la construcción y el financiamiento de viviendas, pero también se admite que los mecanismos de mercado no permiten el acceso a sectores de la población que carecen de suficiente capacidad de compra y de pago, y que en consecuencia, el Estado debe asumir un rol subsidiario, brindando igualdad de oportunidades en el acceso para resolver su problema de vivienda de las familias a través del mercado, con soluciones habitacionales que sea compatibles con el esfuerzo propio y sus posibilidades económicas. Esta concepción puede apreciarse prácticamente en todas las políticas de vivienda social de los países latinoamericanos y se expresa en la utilización de los subsidios a la demanda3 con el objeto de dotar a las familias de capacidad de compra, lo que les debe permitir concurrir al mercado y elegir sus viviendas, con determinados estándares, precios y disponibilidades, que si bien como se apuntó en el capítulo anterior se cumple parcialmente. A partir del papel que ahora juegan los subsidios en la demanda por vivienda, el proceso de solicitud y asignación de subsidios está sujeto a algunos criterios como la transparencia, imparcialidad, focalización y neutralidad.4 Así, un subsidio habitacional es transparente si las personas que califican para obtenerlo están informados de los criterios de selección, si puedan verificarlo en listas públicas, y si se les informa de a quienes han sido otorgados. 2 Hoy el “Programa Esquemas de Financiamiento y Subsidio Federal para la Vivienda” a cargo de la Comisión Nacional de Vivienda en México, es la mejor expresión de ello. 3 Contra el modelo anterior que subsidiaba la oferta de vivienda, generalmente producida y financiada por entidades gubernamentales. 4 Sociedad Hipotecaria Federal, Análisis de subsidios a la vivienda para la definición de una política general de subsidios para la vivienda en México, estudio elaborado por GEA, México, 15 de Marzo de 2005. Neevia docConverter 5.1 La asignación de subsidios habitacionales es imparcial si se otorgan a los beneficiarios en un orden que respeta la disposición de quienes han acreditado primero todos los requisitos. La focalización es un criterio asociado a la equidad en la distribución de los subsidios y debe reflejar una asignación preferencial a las familias y personas de menores ingresos –generalmente no propietarias-, sin embargo, la equidad también requiere que las familias y personas de otros estratos de ingreso puedan adquirir viviendas de acuerdo con aspiraciones y capacidades de pago. La neutralidad en la aplicación de subsidios requiere que los beneficiarios puedan elegir entre distintas opciones para lograr viviendas con determinadas características, ya sean viviendas nuevas, usadas, o el mejoramiento y ampliación de viviendas ya existentes. Otro elemento importante y que está presente en la política de subsidios es el que los jefes de familia realicen una aportación propia al financiamiento de sus viviendas en función del precio de las mismas y de su nivel de ingreso, ya sea ahorro previo, un lote de terreno, materiales de construcción, o su propia mano de obra. El sentido de estas aportaciones es el de legitimar la propiedad de las viviendas y disminuir el crédito que puede requerir su financiamiento y/o el monto del subsidio. En algunos países, el establecimiento de requisitos de ahorro previo obliga al mismo tiempo al sector público a proteger los ahorros para vivienda de la inflación y del riesgo de insolvencia de los bancos e instituciones en los cuales e mantienen las cuentas de ahorro. Los bancos y otras entidades de crédito califican invariablemente a las personas de menores ingresos como sujetos riesgosos, sobre todo, si se desempeñan en sectores informales de la economía y por lo tanto, solo pueden acceder a créditos Neevia docConverter 5.1 limitados, lo que se traduce para las entidades financieras en un elevado costo de transacción. Estos factores desincentivan a los bancos y a otras entidades privadas a incursionar en el mercado de crédito para viviendas sociales, por lo que para enfrentar esta situación, se recurre también a subsidios a los costos de transacción de los bancos y entidades que extienden esos créditos, y a un fondo o institución de garantía que comparta su riesgo de no pago –la GPI en el caso de México-.5 - Experiencias de subsidio a la vivienda en América Latina6 Las experiencias latinoamericanas que se resumen a continuación muestran la forma como operativamente se expresa esta política de subsidio a la vivienda para la población de menores recursos y como podrá apreciarse, reflejan claramente los elementos básicos señalados en párrafos anteriores. - Chile Los subsidios forman parte de un sistema tripartito de financiamiento para la adquisición de vivienda: el ahorro previo de las familias, el subsidio directo, y el crédito hipotecario de largo plazo. Los principios que ordenan estos programas son la subsidiariedad del Estado, la focalización del gasto social, la progresividad y el fomento del ahorro. La entrega de subsidios directos puede adoptar una modalidad privada o estatal. La modalidad privada consiste en un certificado endosable que se entrega al 5 La función de la Sociedad Hipotecaria Federalen México para el desarrollo del mercado hipotecario constituye un buen ejemplo. 6 Las experiencias citadas se basan fundamentalmente en los trabajos de Held, Günther, Políticas de vivienda de interés social orientadas al mercado: experiencias recientes con subsidios a la demanda en Chile, Costa Rica y Colombia, Proyecto Interdivisional CEPAL “Instituciones y mercados”. Unidad de Financiamiento para el Desarrollo. División de Comercio Internacional y Financiamiento para el Desarrollo. Serie Financiamiento del Desarrollo No. 96. Santiago de Chile, junio de 2000; Gonzales Arrieta, Gerardo M. Acceso a la vivienda y subsidios habitacionales directos: experiencias latinoamericanas. Revista de la CEPAL 69. Diciembre 1999; Szalachman, Raquel, Perfil de déficit y políticas de vivienda de interés social: situación de algunos países de la región en los noventa, Serie Financiamiento del Desarrollo No. 103. Unidad de Financiamiento para el desarrollo División de Comercio Internacional y Financiamiento para el Desarrollo Santiago de Chile, septiembre de 2000. Neevia docConverter 5.1 beneficiario, que le sirve para pagar parte de la vivienda elegida por él y que es cobrado posteriormente en el Ministerio de Vivienda y Urbanismo (MINVU) por el vendedor. En la modalidad estatal, que se utiliza solamente para las viviendas de menor valor, el MINVU licita la construcción de estas viviendas y aplica directamente el subsidio, el cual es informado solamente a sus beneficiarios. El Programa de Viviendas Progresivas está destinado a familias que viven en condiciones de indigencia, y contempla dos etapas. Los beneficiarios son seleccionados de acuerdo a un puntaje, el que será mayor cuanto más baja sea la condición socioeconómica y habitacional del postulante, mayor el tamaño del grupo familiar, y mayor la antigüedad de la inscripción. El Programa de Subsidio Rural está orientado a las familias de modestos recursos que habitan en localidades con menos de 2 500 habitantes. Requiere un ahorro previo en la forma de derechos de propiedad sobre un terreno en el que pueda construirse la vivienda. En este programa se procede a una calificación socioeconómica y habitacional del postulante, aplicándose los otros criterios ya señalados. En la mayor parte de los casos, la intervención directa del Estado se limita a proveer capacidad de compra a través de un subsidio directo a la demanda. El éxito en la aplicación de los subsidios se debe también a la sostenibilidad en el tiempo de los recursos presupuestarios dedicados al otorgamiento de los mismos. Se estimaba para la fecha del estudio, que del total de recursos aplicados, más del 92% correspondía a subsidios y menos del 8% al gasto administrativo. 7 Uno de los principales ajustes que ha tenido que hacer el programa es en la focalización de los subsidios, ya que los programas dirigidos originalmente a los 7 Como puede apreciarse en la fecha de publicación de los documentos utilizados, las cifras están desactualizadas, pero para fines de ilustrar la adopción de esta nueva política de subsidio a la vivienda para la población de menores recursos en América Latina son totalmente pertinentes. Neevia docConverter 5.1 estratos de más bajos ingresos beneficiaban sobre todo a los sectores de ingresos medios, porque los requisitos de ahorro previo eran excesivos, la comprobación de los medios económicos de los postulantes era deficiente, y las viviendas que se ofrecían eran relativamente costosas. Ante esta situación, se introdujeron programas para atender a la población de ingresos medios y medios altos, mientras que en los programas diseñados para los más pobres, se han procurado un mayor equilibrio entre los criterios de ahorro mínimo requerido, la capacidad de pago del postulante y el valor de la vivienda que se ofrece. El modelo utilizado supone transparencia y es compatible con el principio de subsidiariedad y con el funcionamiento de una economía de mercado; se considera que el establecimiento de criterios objetivos para la selección de los postulantes, sujetos a revisión permanente en función del criterio de focalización, le ha dado credibilidad al sistema; la estratificación de los subsidios según tramos de valor de las viviendas permite alcanzar la progresividad; la exigencia de un ahorro metódico como requisito para obtener el subsidio mejora las perspectivas de que los beneficiarios sean posteriormente capaces de servir un crédito hipotecario, además de significar un importante estímulo para el ahorro familiar del país. - Costa Rica El programa del Bono Familiar de Vivienda comprende varios subprogramas y los subsidios pueden ser destinados a la compra de vivienda nueva o usada, la compra de lote y construcción, mejoras y reparación de viviendas, la construcción de vivienda en lote propio y la compra de lote. A diferencia del esquema chileno, el subsidio en Costa Rica no exige como requisito la conformación metódica de un ahorro previo en una institución del Sistema Financiero Nacional Vivienda (SFNV). El aporte del beneficiario del bono puede concretarse por medio de un ahorro voluntario, a través de un mínimo requerido para el crédito base, o por trabajo no especializado en un proceso de Neevia docConverter 5.1 autoconstrucción dirigida. Las familias cuyos ingresos son de hasta un salario mínimo (150 dólares) no están obligadas a efectuar una cuota inicial o un aporte propio mínimo. En apoyo al otorgamiento de créditos hipotecarios, el SFNV contempla un mecanismo de redescuento de hipotecas a cargo del Banco Hipotecario de la Vivienda (BANHVI), para lo cual dispone del Fondo Nacional para la Vivienda (FONAVI). Se estima que del total de operaciones de crédito formalizadas por el SFNV, casi la mitad ha contado con la participación del bono. El programa de subsidio en Costa Rica ha favorecido proporcionalmente a los grupos de más bajos ingresos: casi el 79% del total de subsidios concedidos ha beneficiado a familias con ingresos de hasta dos salarios mínimos (350 dólares). Esta focalización a través del subsidio directo se ha fortalecido con el transcurso del tiempo, ya que un mayor porcentaje de los bonos formalizados se canalizan a los sectores de más bajos ingresos. Dado que el crédito hipotecario va aparejado al subsidio, este hecho significa que el crédito hipotecario de las entidades autorizadas ha llegado a esos sectores. Este es uno de los rasgos positivos más destacados del sistema costarricense, puesto que en otros países los grupos de bajos ingresos beneficiarios de programas de subsidio han tenido enormes dificultades para acceder al crédito hipotecario. Se considera que el bono ha constituido un instrumento que efectivamente ha permitido ampliar las posibilidades de acceso a la vivienda de las familias de bajos ingresos, pues una familia con ingresos equivalentes a tres salarios mínimos que recibe un subsidio, dispone de una capacidad de compra que le permite acceder a una vivienda que sin subsidio sólo estaría a su alcance si dispusiera de ingresos cercanos a los cuatro salarios mínimos. Asimismo, se señala que el bono ha tenido un impacto redistributivo progresivo: pues cuanto menor es el nivel de ingresos de las familias, mayor es el monto del bono que reciben y mayor es el incremento porcentual de la capacidad de compra que trae consigo el subsidio. Neevia docConverter 5.1 - Colombia El Subsidio Familiar de Vivienda es un aporte estatal en dinero o especie (tierra, materiales de construcción, títulos de propiedad, etc.), que se otorga por una sola vez. Está dirigido a hogares con ingresos iguales o inferiores a cuatro salarios mínimos legales (SML), que en la fecha del estudio equivalían a unos 568 dólares. Los beneficiarios pueden escoger la solución habitacional a la que pretendenaplicar dicho subsidio. El subsidio se entrega en dinero a la entidad o persona que suministró o financió la solución de vivienda del beneficiario contra la presentación de la escritura de compraventa o de mejoras. También se otorgan subsidios en especie, sea en terrenos de propiedad del Instituto Nacional de Vivienda Social y Reforma Urbana (INURBE) o en gastos de escrituración de lotes. La fuente tradicional de financiación del programa de subsidios, son los ingresos ordinarios del gobierno central. Al igual que en otras experiencias, los beneficiarios deben acreditar un aporte previo, en dinero o en especie. Para la selección de los beneficiarios se emplea un proceso de calificación de los hogares y asignación de puntajes, de acuerdo con criterios como los ingresos familiares, el valor de la solución habitacional, el monto de los aportes, los integrantes de la familia, y otros. El plazo para aplicar el subsidio es de 18 meses a partir de la fecha de asignación. El sistema de subsidios contempla dos componentes: el primero, integrado a la Red de Solidaridad Social, está dirigido a hogares con ingresos mensuales no superiores a los dos salarios mínimos (284 dólares), y el segundo es el dirigido a atender con proyectos de vivienda nueva a hogares con ingresos entre dos y cuatro salarios mínimos (568 dólares). El crédito hipotecario desempeña un papel complementario al subsidio y es utilizado generalmente por los hogares con ingresos entre dos y cuatro salarios mínimos legales. El esquema general para este segmento de familias es que el Neevia docConverter 5.1 subsidio más los aportes en dinero cubran el 30% del valor de la vivienda y el saldo restante se financie con un crédito hipotecario a 15 años. A la fecha del estudio consultado, los principales destinos del subsidio han sido la adquisición de lotes con servicios (32%) y el mejoramiento de viviendas existentes (26%). A partir de 1994 no se permite el financiamiento para lotes, ya que éstos no siempre garantizaban la ejecución de una solución de vivienda. Una de las mayores debilidades del programa de subsidios en Colombia ha sido la baja proporción del precio total de la vivienda que cubre el subsidio: considerando el máximo subsidio establecido y el monto máximo del precio de la vivienda que puede adquirir, el subsidio sólo cubriría el 27% del precio de la solución en los estratos de más bajos ingresos. Esta situación, junto con la limitada capacidad de ahorro y de acceso al crédito hipotecario de estos grupos, ayuda a explicar la proporción relativamente alta (poco más de la cuarta parte) de subsidios asignados que nunca llegan a utilizarse. Además, transcurre demasiado tiempo entre la asignación del subsidio y su entrega: el tiempo medio que una persona se demora en cobrar efectivamente el subsidio adjudicado es de 14 meses. - El Salvador La contribución para la vivienda es un aporte estatal en efectivo o en especie que se otorga a las familias beneficiarias por una sola vez. En este caso, la contribución está concebida fundamentalmente para mejoramiento de viviendas, y no para compra de viviendas terminadas. Dicho subsidio para la vivienda es otorgada mediante un certificado emitido por el Fondo Nacional de Vivienda Popular (FONAVIPO), a favor del beneficiario y negociable únicamente mediante las instituciones autorizadas a participar en el programa. Los beneficiarios deben tener ingresos mensuales familiares no mayores de dos salarios mínimos (264 dólares a la fecha del estudio), vivir en una vivienda en condiciones inferiores a las mínimas de habitabilidad, y ser propietarios del Neevia docConverter 5.1 inmueble o lote. La selección se realiza mediante la asignación de puntajes, cuyos componentes básicos son el esfuerzo realizado, el valor de la solución habitacional, el tiempo de permanencia en el sistema y la condición de pobreza. La modalidad de Mejoramiento Individual está dirigida a las familias propietarias de una vivienda que se encuentra en condiciones mínimas de habitabilidad, o a las familias que son propietarias del terreno y tienen una vivienda improvisada. La modalidad de Nuevos Asentamientos Organizados está dirigida a familias que se encuentran viviendo en zonas de riesgo, o afectan a derechos de vía, en sitios turísticos o de reserva, o que viven ilegalmente en terrenos invadidos, y que accedan voluntariamente a trasladarse a un terreno del cual serán propietarios. La modalidad de Crédito con Contribución para Vivienda Nueva está igualmente dirigida a familias con ingresos no mayores a dos salarios mínimos pero que, en este caso, no tienen vivienda ni terreno propio. Las modalidades descritas permiten que los subsidios otorgados tengan como destino el mejoramiento y construcción de la vivienda, el apoyo para la compra del lote (pudiéndose sólo utilizar el 25% del monto máximo de subsidio para pagar el lote), y el mejoramiento de los servicios habitacionales y comunales. El Programa contempla tanto la postulación individual como la colectiva, y deja a la libre decisión de la familia qué aspecto del déficit que enfrenta desea cubrir. El monto de la contribución oscila entre cuatro y 12 salarios mínimos, según la precariedad de condiciones de la vivienda. Si se compara el valor máximo del subsidio (unos 1,584 dólares) con el valor estimado de una vivienda bajo la modalidad de Nuevos Asentamientos Organizados (entre 1,730 y 1,950 dólares) se tiene que el subsidio cubre el 81% o más del valor de la vivienda. Neevia docConverter 5.1 Durante sus primeros cinco años -1991 a 1996-, el 60% de los recursos desembolsados se destinó al Mejoramiento de Vivienda, mientras que el 40% restante se dirigió a los Nuevos Asentamientos Organizados en los cuales se construye vivienda nueva. Se estima que el 75% de los subsidios otorgados benefició a familias con ingresos menores a medio salario mínimo (66 dólares), mientras que el restante 25% alcanzó a familias con alrededor de un salario mínimo (132 dólares). - Uruguay Para postular y resultar beneficiaria de un Sistema Integrado de Acceso a la Vivienda (SIAV), una familia interesada debe reunir dos condiciones: estar inscrita en el Registro Nacional de Postulantes, que mantiene información actualizada sobre la situación de los hogares; y haber integrado un ahorro previo mínimo en su cuenta bancaria antes de la fecha límite fijada en la convocatoria. Actualmente sólo se permite la postulación individual. Los beneficiarios se determinan en función de un puntaje que toma en cuenta dos criterios: primero, el esfuerzo y la antigüedad del ahorro, para lo cual se multiplica la cantidad de unidades de cuenta denominada Unidad Reajustable (UR) ahorradas, por un factor de ponderación que está en función inversa de la situación socioeconómica, esto último con el fin de conceder mayor probabilidad de que resulten beneficiarias las familias más pobres; y segundo, el tamaño del núcleo familiar. El nivel de ingresos mensuales determina el tipo de solución habitacional y el monto del subsidio al cual la familia puede acceder. A las familias de ingresos más bajos se les ofrece una solución habitacional casi totalmente subsidiada. A medida que el ingreso de los hogares aumenta, mayor es el precio de la solución habitacional a la que se puede acceder y el ahorro requerido, y menor el subsidio que se ha de recibir. El monto del crédito hipotecario complementario también está en relación directa con el nivel de ingreso familiar. Neevia docConverter 5.1 Dentro de las familias con ingresos entre 30 y 60 UR (entre 480 y 960 dólares), se distinguen tres niveles. El subsidio máximo representa una proporción decreciente del precio máximo de la vivienda a medida que aumenta el nivel de ingresos. En estos casos, el acceso a la solución habitacional a quese aspira se concreta aportando, además del Certificado de Subsidio Habitacional Directo, un ahorro previo y un crédito hipotecario otorgado por una de las instituciones financieras intermedias, privadas o públicas, autorizadas a operar en el Sistema Integrado de Acceso a la Vivienda, bajo condiciones libremente pactadas entre éstas y los prestatarios. La oferta de viviendas correspondiente a cada nivel con los valores límites establecidos queda a cargo de constructores privados. Las instituciones financieras pueden redescontar tanto los créditos hipotecarios para adquisición complementarios al SHD, como los créditos destinados a financiar la construcción de conjuntos habitacionales que cuenten con la calificación del Ministerio por medio del Fondo de Redescuentos, también financiado con recursos del Fondo Nacional de Vivienda y Urbanismo y administrado como banco de segundo piso por el Banco Central del Uruguay. El Sistema Integrado de Acceso a la Vivienda identifica a las familias con ingresos superiores a las 60 UR (más de 960 dólares) como sujetos de crédito por su capacidad de ahorro y de pago; por lo tanto, éstas deberán recurrir a los esquemas inmobiliarios y financieros de mercado, incluyendo entre estos últimos al Banco Hipotecario del Uruguay. El acceso a la vivienda en este estrato está determinado únicamente por un ahorro previo y un crédito hipotecario en condiciones de mercado. Las familias con condición relativamente más favorable debieron hacer un esfuerzo de ahorro cuatro veces mayor que los hogares más pobres para poder ser beneficiarias. Asimismo, los hogares con mayores carencias ahorraron durante nueve meses y los que presentaban mejor situación socioeconómica debieron ahorrar por más de 50 meses para resultar beneficiarios. Neevia docConverter 5.1 Entre las debilidades de este esquema puede destacarse que en la práctica la única institución financiera que participa activamente en el SIAV es el Banco Hipotecario del Uruguay, y que el subsidio no ha sido capaz de estimular una significativa oferta privada de nuevas viviendas, por lo que muchos beneficiarios han aplicado el subsidio a la compra de vivienda usada. - Paraguay El subsidio es una ayuda estatal directa, que se otorga por una sola vez a las familias beneficiarias para permitirles la adquisición, construcción o mejora de una vivienda de interés social. El subsidio se entrega en la forma de un certificado, cuya vigencia es de 18 meses contados a partir de la fecha de entrega, y que es transferido por los beneficiarios del subsidio al constructor como parte de pago. El Consejo Nacional de Vivienda (CONAVI) hace efectivos dichos certificados a los vendedores o a los propietarios que construyen en lote propio. Es requisito que el beneficiario concurra con un aporte previo que podrá consistir en ahorros, lote propio, mano de obra u otra forma que establezca el CONAVI. En el caso de aporte en ahorros, el postulante debe mantener una cuenta en una de las instituciones intermediarias de financiamiento (IIF) adheridas al programa. Los solicitantes deben tener un ingreso familiar que no supere los valores máximos para cada nivel de subsidio, según la estratificación establecida, y no deben ser propietarios de una vivienda. Solamente existe solicitud individual. La selección de los beneficiarios toma en cuenta el nivel de subsidio solicitado y la zona geográfica donde se encuentra la vivienda elegida; son seleccionados los que suman mayor puntaje, considerando criterios como monto y antigüedad del ahorro, y tamaño del grupo familiar. Los subsidios otorgados pueden destinarse a dos subprogramas: a la Adquisición de Soluciones Habitacionales, que comprende la compra de vivienda nueva o Neevia docConverter 5.1 usada; y a las Soluciones Habitacionales en Lote Propio, que abarca la construcción, ampliación o refacción de viviendas. El subsidio en Paraguay cuenta con cinco niveles de subsidio en función del ingreso de las familias, y cada nivel de subsidio está dividido en los subprogramas antes mencionados. A cada uno de los cinco niveles considerados corresponden valores máximos de las viviendas y del subsidio, montos mínimos de ahorro y montos máximos de crédito hipotecario, en caso de que éstos se requieran. El subsidio no podrá ser superior al 75% del valor de la vivienda. El sistema contempla la posibilidad de que el beneficiario tome un crédito hipotecario para completar el precio de la vivienda, cuya tasa de interés es variable. Con toda seguridad a la fecha estas experiencias han sufrido modificaciones y ajustes como puede apreciarse en algunas de las experiencias mencionadas, pero de lo que no cabe ninguna duda es que este modelo es el que se encuentra vigente en prácticamente todas las experiencias, lo cual no es extraño, puesto que un buen número de las mismas han sido desarrolladas con apoyo de financiamientos del BID. El sentido de las experiencias descritas y los cambios que muestran las resume claramente Stephen K. Mayo cuando señala: “Los acercamientos a las políticas del subsidio de vivienda y su puesta en práctica han cambiado mucho en estos años, en respuesta a éxitos y a fallas observadas en diversos esquemas de subsidio y a conceptos más amplios del papel del subsidio dentro del arsenal de los instrumentos de la política de vivienda. El cambio más significativo de la política y del diseño del subsidio se asocia a un cambio general del foco hacia – políticas viables- que ayuden a crear un sector fiable de la vivienda mientras que aseguren que las necesidades de los pobres estén resueltas.”8 8 Mayo, Stephen K, Subsidies in Housing, Inter-American Development Bank. Sustainable Development Department. Technical Papers Series. July 1999. Washington, D. C. p. i Neevia docConverter 5.1 III. LA EVOLUCIÓN EN LAS POLÍTICAS DE ATENCIÓN A LA VIVIENDA EN MÉXICO Desde la Constitución de 19171, la vivienda ha sido reconocida como un elemento fundamental para el desarrollo social y para fines de este ensayo, es relevante señalar que prácticamente desde entonces, la evolución de las políticas habitacionales, han estado marcadas por dos hechos: la presencia gubernamental y que “La mayor parte de los programas de financiamiento a la vivienda se han llevado a cabo a través de los patrones y se han dirigido a grupos específicos de trabajadores”2 Es importante también destacar que en términos de política pública, estudios recientes sobre el tema reconocen que “…las intervenciones del pasado en la política se han hecho para fines específicos, en respuesta a ambientes macroeconómicos y políticos del momento. Sin embargo, al cambiar estas condiciones, muchas políticas resultan en consecuencias no intencionales y restringen la operación y el crecimiento del mercado después del hecho. En especial, el dominio de los programas de financiamiento público, con sus correspondientes regulaciones, han impuesto restricciones en la operación de los mercados de vivienda que pudieran ser un obstáculo a la entrada de capital privado…La participación del sector público en los mercados siempre es un difícil acto entre la necesidad de estímulo y la regulación y la potencial salida forzosa del capital y el empresariado. …Las fluctuaciones macroeconómicas han hecho que salga capital privado y que entre el gobierno en forma de programas 1 Artículo 123, Fracción XII. “En toda negociación agrícola, industrial, minera o cualquiera otra clase de trabajo, los patronos estarán obligados a proporcionar a los trabajadores, habitaciones cómodas o higiénicas, por las que podrán cobrar rentas que no excederán del medio por ciento mensual del valor catastral de las fincas…” 2 CIDOC, El Estado de la Vivienda en México, 2004.Fondo de Desarrollo Científico y Tecnológico para el Fomento de la Producción y Financiamiento de Vivienda y el Crecimiento del Sector Habitacional. Agosto 2004. p. 1 Neevia docConverter 5.1 explícitamente diseñados para llenar los huecos que tienen el financiamiento y la construcción, creados por la salida del sector privado”3 Llevado a los términos conceptuales adoptados para este trabajo, diríamos que “El Estado ha intervenido en la promoción de la vivienda porque el mercado “falla” en proporcionarla a todos los mexicanos, especialmente a los de bajos ingresos. …”4 Es importante mencionar los argumentos anteriores para tener una perspectiva que permita entender que la evolución de esta política pública –como de muchas otras-, es una respuesta a condiciones y momentos de la evolución del desarrollo del país y que sus diversas expresiones son manifestaciones de ello. La evolución de la política de vivienda ha estado estrechamente asociada a la forma como se ha conducido el proceso de desarrollo económico y particularmente por los patrones de industrialización/urbanización, que se han traducido en movimientos migratorios rurales a las zonas urbanas en busca de trabajo y, por supuesto, de vivienda alrededor de los lugares de economía más dinámica. Con enfoques y énfasis distintos en diferentes momentos, la política general de vivienda que se ha impulsado desde el Gobierno Federal se ha orientado a crear las condiciones para que más hogares hagan efectivo el derecho a disfrutar de una vivienda digna y decorosa. Más recientemente, ha quedado claro que también se ha planteado sentar las bases para que el conjunto de los organismos financieros de vivienda y otros intermediarios financieros otorguen la mayor cantidad de créditos posible. Hoy estaríamos de acuerdo en que el objetivo es que cualquier persona tenga posibilidades de comprar, construir o remodelar una vivienda para su familia, de 3 Op. Cit. p. 3 4 Ayala Espino, José, Economía del sector público mexicano, Facultad de Economía, UNAM, México, 2001. p. 596 Neevia docConverter 5.1 acuerdo con sus posibilidades económicas y preferencias en cuanto a tipo y ubicación, con seguridad jurídica en su tenencia; una vivienda que, además de constituir la base del patrimonio familiar, tenga un valor de cambio, propicie el arraigo de la población y sea un factor para el ordenamiento territorial así como para el crecimiento de nuestras ciudades. Hay coincidencia en señalar que es a partir de 1925, cuando de manera más clara el Estado Mexicano decidió intervenir para atender al problema habitacional, creando diversos organismos públicos como la Dirección de Pensiones Civiles – que constituye el antecedente del ISSSTE- que se crea en 1925 y que en 1926 establece el primer programa de apoyo para la vivienda, dirigido a empleados gubernamentales; al amparo de la Ley General de Instituciones de Crédito, en 1933 se crea el Banco Nacional Hipotecario Urbano y de Obras Públicas -hoy BANOBRAS-; en 1934, se otorgan facultades al DDF –hoy gobierno del Distrito Federal-, para construir vivienda económica para sus trabajadores. En 1942 y 1948 se registra otro tipo de intervención pública relacionada con la vivienda con el decreto de congelación de rentas, lo cual estaba asociado al hecho de que “…El arrendamiento era la forma de tenencia más común durante la primera mitad del siglo XX, especialmente en las grandes ciudades. …”5; en 1943 se funda el Banco de Fomento a la Vivienda, mientras que el IMSS realizaba programas de vivienda para sus derechohabientes. Hacia 1946 El Banco Nacional Hipotecario Urbano y de Obras Públicas absorbe al Banco de Fomento de la Habitación y desarrolla diversos programas habitacionales orientados hacia sectores medios y bajos de la población, y dentro de él se creó el Fondo de Casas Baratas, el cual fue sustituido en 1949 por el Fondo de Habitaciones Populares.6 5 CIDOC, Op. cit. p.1 6 García Peralta Nieto, Beatriz y Víctor J. Ímaz Ruiz, De la promoción estatal a la mitificación del mercado: la política de vivienda en el sexenio salinista, en Casas, Rosalba, et al., Las políticas Neevia docConverter 5.1 Como se señalaba al principio, desde estos primeros esfuerzos para atender el problema social de la vivienda, se va definiendo una forma de asistencia directa gobierno-trabajador, fundamentalmente urbana y formalmente asalariada, pues su cobertura estaba circunscrita a empleados federales y trabajadores afiliados al IMSS y del DDF. Esta concepción evoluciona, y en 1954 se crea el Instituto Nacional de Vivienda, - posteriormente INDECO-, cuyas funciones incluyeron la planificación y coordinación de los diferentes órdenes de gobierno, con el objetivo de establecer una política de vivienda orientada más ampliamente hacia los sectores de población de menores ingresos urbanos y rurales. En 1955 se crea la Dirección de Pensiones Militares, y en 1958 Pemex inicia la construcción de vivienda para sus trabajadores –como se aprecia, continúa con diversas expresiones, la atención hacia quienes tenían empleo formal-. En 1963 el gobierno federal puso en marcha el Sistema Financiero de Vivienda, modificando la Ley General de Instituciones de Crédito y Organismos Auxiliares, con el fin de promover y regular la participación de la banca privada en el sector, empleando una parte del ahorro público captado por el sistema bancario (encaje legal) para financiar la construcción y adjudicación de vivienda de interés social para la población asalariada. Para ello, el Banco de México constituyó el Fondo de Operación y Descuento Bancario a la Vivienda (FOVI) y el Fondo de Garantía y Apoyo a los Créditos para la Vivienda de Interés Social (FOGA), los cuales se fusionaron en un solo fideicomiso (FOVI) en el año de 1985, el cual, posteriormente será incorporado a la Sociedad Hipotecaria Federal (SHF) en 2002. sociales de México en los años noventa, Instituto José María Luis Mora, UNAM, FLACSO, Plaza y Valdés, México 1996. p.494 Neevia docConverter 5.1 Es en la década de los años setenta cuando el gobierno federal da los pasos definitivos para consolidar su participación promotora y regulatoria en el sector a través de la creación, en 1972, de dos organismos nacionales: el Instituto del Fondo Nacional para la Vivienda de los Trabajadores –INFONAVIT-, y el Fondo de la Vivienda del Instituto de Seguridad Social y Servicios Sociales para los Trabajadores al Servicio del Estado –FOVISSSTE-. En 1973 se crea el Fondo de la Vivienda Militar –FOVIMI- y posteriormente el ISSFAM. Los intentos de descentralización en materia de vivienda se traducen en la creación de diversos organismos estatales –denominados Organismos Regionales de Vivienda (OREVIS)- que se desarrollan sobre la base de las anteriores delegaciones del INDECO, como el FIVIDESU (en el Estado de México) y el FOMERREY (en el Estado de Nuevo León). En 1981 se crea el Fideicomiso Fondo Nacional de Habitaciones Populares (FONHAPO), originalmente destinado a atender a la población no asalariada con ingresos no mayores a 2.5 veces el salario mínimo -que hasta entonces había quedado al margen de las políticas crediticias establecidas-; en 1983 se modifica el Art. 4º Constitucional para conferir a toda familia el derecho a disfrutar de una vivienda digna y decorosa, y en 1984 se promulga la correspondiente Ley Federal de Vivienda. Hasta esta fecha y particularmente en los últimos veinte años “Las condiciones crediticias de los principales programas que se establecieron (…) en un momento en que la economía crecía en formaconstante, con tasas de inflación de un dígito, contaban con intereses bancarios muy favorables: el FOVI/FOGA otorgaba créditos al 6% para programas públicos de vivienda y el INFONAVIT y el FOVISSSTE, al 4% de interés fijo amortizables a 15 años, lo cual abrió una oferta de vivienda a los estratos de menores ingresos en condiciones sumamente accesibles.”7 7 García Peralta Nieto, op. cit., p. 495 Neevia docConverter 5.1 Las políticas públicas se expresaban de diversas formas como la provisión de suelo proveniente de reservas territoriales públicas –lo que hoy por ejemplo es cada vez más difícil- o se subsidiaba hasta el 40% del crédito –Fonhapo-, lo cual se hacía efectivo al inicio y al término del mismo cuando los acreditados registraban condiciones de buen pago. Otra expresión era que los bancos estaban obligados a invertir en vivienda de interés social mediante el encaje legal que varió de un tres por ciento hasta un seis por ciento. Recursos que se canalizaron a través del FOVI. Estas políticas explícitas se combinaron con expresiones de otra naturaleza como el que los proceso de selección de los beneficiaros, originalmente planteado a partir de las condiciones socioeconómicas de los mismos, fue dando paso a la introducción de criterios de naturaleza política.8 Así, el desarrollo institucional señalado y la política de vivienda asociada a él, expresan sin duda una etapa del desarrollo nacional caracterizada como de prosperidad económica que hizo posible una intensa participación del Estado en la atención a las necesidades de vivienda. Pero sus resultados no dieron como resultado un abatimiento importante de los rezagos habitacionales, entre otras razones por el déficit acumulado y originado - un fenómeno que hoy no es diferente-, el precio de las soluciones habitacionales y el bajo nivel de ingreso de un amplio sector de la población; la insuficiencia de recursos públicos; la descapitalización de los organismos públicos9; y, las prácticas poco transparentes de la administración pública asociadas a las prácticas clientelares. 8 Villavicencio Blanco Judith, La política habitacional en México, en Cordera, Rolando y Alicia Ziccardi, Las políticas sociales de México al fin del milenio. Descentralización, diseño y gestión, UNAM, Miguel Ángel Porrúa, México 2000. 9 “…en 1987 la inflación fue de 157 por ciento y los créditos de Infonavit se concedían con 4 por ciento de interés anual. …” Op. cit., p. 270 Neevia docConverter 5.1 El agotamiento del modelo económico, la disminución drástica de los precios del petróleo, la necesidad de destinar mayores recursos al pago de la deuda y la consiguiente inestabilidad monetaria –inflaciones que registraron hasta un 159% en 1987-, fueron de la mano con una forma de administrar la atención a la vivienda de los grupos de menores ingresos que no tenía posibilidades de seguir adelante y así, ante el agotamiento de las capacidades públicas para continuar en esa dirección, se produce un cambio en la orientación. Las expresiones de la política en materia de vivienda empiezan a tener modificaciones, como asociar los financiamientos a los salarios mínimos, buscando con ello disminuir las insostenibles condiciones de altos subsidios en las tasas de interés y prácticas de no pago entre los beneficiarios vinculados a expresiones fundamentalmente corporativas. La fuente de financiamiento a través del encaje legal para vivienda de interés social se terminó y consecuentemente disminuyó el ritmo de atención a las necesidades de vivienda de la población más pobre. Los cambios que se empiezan a perfilar en la forma de atención del sector público a la vivienda del grupo de población de menores ingresos, se expresan en el Programa Sectorial de Vivienda 1990-1994 que se expresaba en los siguientes términos: “crear nuevas y mejores condiciones para ampliar la participación de la sociedad en la producción de vivienda mediante una intensa concertación entre el sector público y los sectores privado y social”, asimismo “con la finalidad de ampliar la cobertura de atención de los programas habitacionales del sector público, se continuará la adecuación de los sistemas financieros de los organismos públicos de vivienda; se impulsarán nuevas fórmulas para atraer recursos del mercado de dinero a esa actividad social y productiva; se promoverá el financiamiento compartido; se diseñarán sistemas de ahorro previo”10 10 Citado por Villavicencio Blanco, Judith, Op. cit. p. 272 Neevia docConverter 5.1 Una expresión nítida de los cambios que se produjeron se encuentra en un documento del Banco Mundial: “(…) Los tres instrumentos que conciernen a la demanda son: 1) el desarrollo del derecho de propiedad: lo que requiere velar porque los derechos de propiedad de libre disposición de la vivienda estén establecidos por la ley y se hagan respetar, y administrar programas de registro de terrenos y viviendas y de regularización de la tenencia; 2) la promoción del financiamiento hipotecario: para lo que se requiere establecer instituciones de préstamos hipotecarios solventes y competitivas, y fomentar sistemas innovadores que permitan a los pobres mayor acceso al financiamiento de vivienda y, 3) la racionalización de los subsidios: para ello es necesario establecer programas de subsidios de magnitud adecuada y accesibles, que beneficien precisamente a los destinatarios previstos, que sean mensurables y transparentes, y que impidan la distorsión e los mercados inmobiliarios.”11 Esta forma de entender la manera como se deberían atender las necesidades de vivienda, particularmente para la población más pobre, se corresponden claramente con los esquemas revisados en el capítulo anterior en diversos países de América Latina y que como se puede ver, definieron los criterios para las nuevas políticas en condiciones económicas diferentes a un mismo problema: las fallas del mercado de vivienda. Con estas nuevas orientaciones a mediados de los años noventa se produjeron cambios importantes en la forma de actuación de los organismos del sector, aunados a condiciones particulares por las que atravesó la economía mexicana de estos años. Destaca, en primer lugar, el retiro de la banca privada del mercado hipotecario nacional como resultado de la grave crisis económica y financiera por la que atravesó el país al finalizar la administración del Presidente Salinas; y, en segundo lugar, los procesos de reestructuración que iniciaron desde 1993 tanto el 11 Citado por García Peralta Nieto e Ímaz Ruiz, Op. cit., p. 502-503. Neevia docConverter 5.1 INFONAVIT como el FOVISSSTE para convertirse en organismos eminentemente financieros, mientras que en 1995 el FOVI impulsó la creación de nuevas entidades financieras que distribuyeran su crédito hipotecario, las Sociedades Financieras de Objeto Limitado (SOFOLES). La forma más clara de apreciar estos cambios se encuentra en las modificaciones que se dieron en las reglas de operación con que contaban los programas de cada organismo e institución, que constituyen la normatividad operativa donde se establecen las condiciones generales de financiamiento y apoyo, y en donde se expresa la relación última entre las instituciones y los beneficiarios finales. Los cambios en la forma de asignación de los apoyos, las características de los acreditados, los tipos de vivienda financiables, las condiciones financieras, las garantías solicitadas y la forma de recuperación, entre otros aspectos. En la perspectiva institucional, expresada en el Programa Sectorial de Vivienda 2001-2006 se señalaba que estos cambios obedecieron a una condición
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