Descarga la aplicación para disfrutar aún más
Vista previa del material en texto
UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO FACULTAD DE CIENCIAS POLÍTICAS Y SOCIALES “Estrategia integral para el combate a la pobreza en Brasil y México: un estudio prospectivo para el 2020” T E S I S Q U E P A R A O B T E N E R E L T Í T U L O D E LICENCIADO EN RELACIONES INTERNACIONALES P R E S E N T A : Erik Balleza Dávila Asesora de Tesis: Lic. Teresa E. E. Hayna de Lozanne México, D.F. Agosto 2005 UNAM – Dirección General de Bibliotecas Tesis Digitales Restricciones de uso DERECHOS RESERVADOS © PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL Todo el material contenido en esta tesis esta protegido por la Ley Federal del Derecho de Autor (LFDA) de los Estados Unidos Mexicanos (México). El uso de imágenes, fragmentos de videos, y demás material que sea objeto de protección de los derechos de autor, será exclusivamente para fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el respectivo titular de los Derechos de Autor. Agradecimientos Un especial reconocimiento a mi padre por su ejemplo y afecto, a mi madre por su cariño y paciencia, y a mis hermanos por su amor, compañía y todo lo demás que nos mantiene unidos. Una completa admiración a mis abuelos a quienes quiero y guardo en el corazón. Una noble consideración a mis amigos por estos años que hemos convivido y por brindarme un cachito de su armonía. Doy las gracias a mi asesora la maestra Teresa Hayna por su guía y su invitación a colaborar como adjunto en dos de sus clases. Finalmente quiero expresar mi sinceridad a mis sinodales y aquellos maestros que hacen de la UNAM una insigne institución. Erik „Der beste Weg, die Zukunft vorherzusagen, ist sie zu schaffen“. deutsche Parlament. “La mejor manera de predecir el futuro, es creándolo”. Parlamento alemán. Índice Introducción 1 Capítulo 1 Marco teórico conceptual. 4 1.1 Enfoque neoestructural latinoamericano. 4 1.1.1 Origen y características del neoestructuralismo. 4 1.1.2 Bases de la Estrategia Integral. 7 1.1.3 Explicación teórica de la Estrategia Integral. 14 1.2 Estudios prospectivos. 20 1.2.1 Elementos del análisis prospectivo. 22 1.2.2 Construcción y tipos de escenarios. 23 Capítulo 2 El ajuste estructural y los determinantes de la pobreza en Brasil y México durante los años 80 y 90. 24 2.1 Experiencias en la aplicación de las políticas de ajuste estructural y estabilización. 24 2.2 La situación de la pobreza en Brasil y México en los años ochenta y noventa. 29 2.2.1 Conceptos, causas y medición de la pobreza. 30 2.2.1 Distribución del ingreso en ambos países. 36 2.2.2.1 Distribución del ingreso en Brasil. 37 2.2.2.2 Distribución del ingreso en México. 39 2.3 Evaluación inicial del impacto social de las políticas neoliberales en el sector educativo en los dos países. 45 2.3.1 Brasil: Gasto social en capital humano. 45 2.3.2 México: Gasto social en capital humano. 47 2.4 Revisión general de los programas sociales en Brasil y México. 52 2.4.1 Las políticas sociales de Brasil. 53 2.4.2 Las políticas sociales de México. 54 Capítulo 3 Estrategia integral y construcción de escenarios futuros. 56 3.1 Requisitos socioeconómicos para ampliar las opciones. 56 3.2 El papel de los actores económicos: la doble articulación entre el Estado y la Sociedad. 58 3.2.1 Planificación y el papel económico del Estado. 58 3.2.2 Renovación de los encadenamientos sociales. 59 3.3 El carácter integral del desarrollo: la vinculación entre la política social y la política económica. 62 3.4 Aplicación del estudio prospectivo. 67 3.4.1 Brasil: Construcción de escenarios. 68 3.4.2 México: Construcción de escenarios. 72 3.5 Modelo de desarrollo alternativo: “un patrón de consumo austero, inversión productiva y un sistema industrial competitivo”. 83 i Conclusiones 95 Anexo 97 Bibliografía 103 ii Introducción. Hoy día el modelo económico de "libre mercado" ha dado como resultado que de los 6 mil millones de habitantes, 1,300 millones sobrevivan en la "pobreza extrema" con menos de un dólar al día y otros 3 mil millones en "pobreza" con menos de dos dólares diarios. América Latina así como los países africanos y asiáticos han sido las zonas que más han padecido el proceso de reestructuración económica. En la región latinoamericana desde la crisis que se iniciara en la década de los ochenta y a pesar de los costosos programas de ajuste y reestructuración de sus sistemas económicos implementados durante dos décadas, no se ha logrado que el crecimiento económico esperado se traduzca en el bienestar para la mayor parte de la población. El nivel de vida de los latinoamericanos ha retrocedido a niveles inferiores a los registrados en las décadas anteriores y en la actualidad, según cifras dadas a conocer por el Banco Mundial reportan "conservadoramente" que 37% de la población latinoamericana vive en pobreza y el 16% en extrema pobreza. En total 255.5 millones de personas, más de la mitad de la población de América Latina se encuentra en esas condiciones. Es decir, al implementarse en América Latina esta estrategia de desarrollo neoliberal1, el Estado redefinió su papel en la sociedad, se "adelgazó" debido a un proceso de privatización, en un intento de corregir el déficit público, convirtiéndose así, en un "eje que regula su inserción en el mercado mundial", dejando en segundo plano su compromiso social. Bajo este contexto y con el firme propósito de aportar posibles soluciones para lograr un crecimiento estable con equidad social, surge este trabajo que enfatiza la necesidad de un nuevo modelo de desarrollo a largo plazo que incorpore un rostro humano a la estrategia de desarrollo neoliberal. Que no se sacrifique a la población de escasos 1 El término estrategia de desarrollo neoliberal es tomado del libro, América Latina: los debates en Política Social, desigualdad y pobreza, de Bertha Lerner, México, Porrúa, 1996. 1 recursos ante la aplicación del modelo económico, es decir, que se conceda más importancia a la política social y no sólo a la política económica. Esta investigación al considerar apropiado el uso del enfoque neoestructural y del estudio prospectivo, no se limita al recuento superficial de los hechos ni a las descripciones pormenorizadas, sino que pretende formular una solución viable al fenómeno de la pobrezaen Brasil y México a través de la clasificación de datos que permitan la reflexión prospectiva. “Con el auxilio de indagaciones estos países pueden vislumbrar y neutralizar amenazas y aprovechar oportunidades”.2 La elección de estos países se debe a que ambos, los dos países con mayor población en América Latina representan al mismo tiempo los mayores índices de desigualdad en la distribución del ingreso. Por ello, hoy más que nunca es imprescindible la implementación de políticas concertadas, de una estrategia integral a largo plazo que contrarreste la reducción del Estado de bienestar, ante una población cada vez más empobrecida, que ha pasado por una larga etapa de recesión económica, caída de ingresos y desmejora social. En consecuencia, este trabajo parte del supuesto de que el combate contra la pobreza debe ser estructural, es decir, no deben atacarse los síntomas solamente sino que debe pasar del enfoque microeconómico de la satisfacción de las necesidades básicas de una persona u hogar y complementarse con un diagnóstico multidimensional de los desequilibrios estructurales que son las principales causas de la pobreza. A la vez que una distribución del ingreso equitativa entre las poblaciones contribuye a disminuir la pobreza. Los objetivos a lo largo de este análisis son: en primer lugar proponer una estrategia de equidad social y económica para disminuir la pobreza y mejorar la distribución del ingreso de las personas en los países señalados, y en segundo exponer básicamente 3 escenarios a futuro para Brasil y México: a) considerando que se mantengan las políticas 2 Joseph Hodara, Los Estudios del Futuro: problemas y métodos, Instituto de Banca y Finanzas, México, 1984, P.9. 2 actuales ceteris paribus en los próximos quince años; b) reflejando el contexto deseable para ambos países (mayor equidad y menor pobreza) y; c) donde se vean los posibles resultados con base a la estrategia propuesta. En cuanto a su organización, el presente trabajo consta de tres capítulos. En el primero (“Marco teórico conceptual”) se desarrolla la metodología a emplear. En este caso se define y se sustenta lo mejor posible la aplicación del enfoque neoestructural y del estudio prospectivo, y se establece lo que en las siguientes páginas se entenderá como modelo de desarrollo. El segundo capítulo (“El ajuste estructural y los determinantes de la pobreza en Brasil y México durante los años 80 y 90”) comprende la descripción del modelo neoliberal en ambos países. Conceptualiza el objeto de estudio -la pobreza y la distribución del ingreso-, con el fin de establecer los distintos modos de medición, observar la evolución de la distribución del ingreso, mostrar los resultados y determinar la situación de la pobreza en Brasil y México desde los años ochenta hasta nuestros días. Así mismo realiza una pequeña evaluación de las consecuencias sociales afirmadas durante la aplicación de las recomendaciones neoliberales, especialmente en el sector educativo en Brasil y México. Y concluye con una visión muy general de los programas sociales tendientes a combatir la pobreza en ambos países. De tal forma que podremos formular en el último capítulo (“Estrategia integral y construcción de escenarios futuros”) una propuesta integral, una política de equidad a largo plazo. Por lo demás, sería sencillo prever posibles escenarios, en base a la investigación anterior y el contexto actual, pero este capítulo no busca eso, el interés de este capítulo es construir los futuros escenarios, influir a través de la estrategia integral de manera sustantiva para reducir la pobreza y avanzar hacia la equidad en estos países. Finalmente, la construcción de la propuesta integral nace, a partir de las características propias o inherentes de cada país, y no desde realidades ajenas. 3 Capítulo 1 Marco teórico conceptual. 1.1 Enfoque neoestructural latinoamericano. El tema del desarrollo económico y sus causas ha generado un fuerte debate teórico a lo largo de las últimos décadas. Las confrontaciones ideológicas se han visto reflejadas en la adopción de políticas diversas y las consecuencias de las mismas obligan a retomar el debate en la búsqueda de soluciones a los severos problemas económico sociales que enfrenta la región. En este contexto la presente investigación busca rescatar algunas propuestas que durante la aplicación del enfoque neoliberal se han visto marginadas. Este capítulo constituye pues un esfuerzo orientado a retomar la postura neoestructuralista latinoamericana en la definición y articulación de una estrategia de desarrollo económico-social para Brasil y México, con el fin de combatir la pobreza y disminuir la brecha de la distribución del ingreso en ambos países. La selección de este enfoque como referente para realizar la presente investigación se debe a que, como veremos, partiendo de un diagnóstico multidimensional de los desequilibrios estructurales -que son las principales causas de la pobreza- propone que es posible reducir la pobreza. Hacia el final de la investigación, el análisis del enfoque neoestructuralista se verá acompañado de un marco estadístico y de un estudio prospectivo, los cuales se explican y emplean en el capítulo 3 de la presente investigación con la finalidad de que permitan esclarecer los elementos o determinantes para la formulación de la estrategia integral que se expone también en el capítulo 3. 1.1.1 Origen y características del neoestructuralismo. Con el propósito de aclarar qué se entiende por neoestructuralismo y especificar sus principales características como enfoque de análisis es preciso indicar sus orígenes. 4 En América Latina el estudio de la relación distribución del ingreso y crecimiento se enmarcó dentro de la concepción global del proceso de desarrollo presentada por la Comisión Económica para América Latina (CEPAL). A fines de los años cuarenta aparecen las primeras contribuciones de este organismo, desarrolladas fundamentalmente por Raúl Prebisch, entonces secretario ejecutivo de dicha comisión, acerca de la concepción del sistema centro-periferia y la teoría de los términos de intercambio. Estas ideas marcaron el surgimiento del llamado pensamiento estructuralista en América Latina.1 Según la concepción centro-periferia el desarrollo del sistema capitalista a nivel internacional, durante aproximadamente la primera mitad del siglo XX, determinó la manera en que el progreso técnico se propagaba en los centros y en la periferia, adquiriendo la periferia dos rasgos fundamentales. Por una parte la periferia era especializada, ya que el desarrollo se presentó casi exclusivamente en el sector exportador de productos primarios, mientras que la demanda de bienes y servicios se satisfacía en gran medida con importaciones. Por otra, la estructura de la periferia era heterogénea en tanto coexistían sectores donde se utilizaban las técnicas avanzadas provenientes de los centros y donde la productividad del trabajo era comparable a la de éstos, mientras que en otros sectores se aplicaban técnicas obsoletas con niveles de productividad muy inferiores a los de actividades análogas realizadas en las economías centrales2. Sin embargo, según Nora Lustig “la idea más importante de la concepción centro- periferia es el argumento de que estas características de la estructura productiva periférica, lejos de desaparecer a medida que el desarrollo del capitalismo avanzara, tendería a perpetuarse y reforzarse debido a que el cambio tecnológico sería más pronunciado en la industria que en el sector primario”.3 Posteriormente, en la década de los ochenta, como señala Osvaldo Sunkel, el neoestructuralismo surge como “otra vertiente teórica distinta del enfoque ortodoxo neoliberal del ajuste, intentando aportarsoluciones menos recesivas y regresivas a problemas inflacionarios y de desequilibrio comercial por la vía de los programas de 1 Nora Lustig, “Equidad y desarrollo” en Osvaldo Sunkel, El desarrollo desde dentro. Un enfoque neoestructuralista para la América Latina, FCE-El trimestre económico, No. 71, México, 1995, p. 82. Las ideas centrales de la CEPAL al inicio de sus actividades aparecen en los documentos: El desarrollo económico de la América Latina y algunos de sus principales problemas y el Estudio económico de la América Latina, 1949. Véase también Cincuenta años del pensamiento en la CEPAL, FCE, México, 1998. 2 Ibid, p 82-83. 3 Ibídem. 5 estabilización y de ajuste heterodoxos de los años ochenta. Se trataba entonces, como en el caso neoliberal, de un enfoque esencialmente de corto plazo. Pero, en la medida que muchos de los planes de ajuste de una y otra característica fracasaban y la crisis persistía, el neoestructuralismo comenzó a recurrir y a nutrirse del legado positivo de un ideario propiamente latinoamericano sobre desarrollo: el estructuralismo de las décadas de posguerra.”4 De tal forma y consecuente “con los postulados de aquella escuela (estructuralismo), el neoestructuralismo de nuestros días afirma, en lo fundamental, que la condición de subdesarrollo que persiste en los países latinoamericanos no se debe tanto a distorsiones inducidas por la política económica, sino que es de índole endógena y estructural.”5 Esta realidad subyace en tres características decisivas de la economía latinoamericana de fines de los años ochenta: 1) la vigencia de un modelo de inserción comercial que, dadas las tendencias del comercio internacional, conduce a una especialización empobrecedora; 2) el predominio de un modelo productivo desarticulado, vulnerable y altamente heterogéneo y concertador del progreso técnico, incapaz de absorber productivamente el aumento de la fuerza de trabajo; y 3) la persistencia de una distribución del ingreso altamente concentrada y excluyente, que evidencia la incapacidad del sistema para disminuir la pobreza.6 Además de dichas consideraciones y características el enfoque neoestructural emplea (explícitamente) otros conceptos clave como el de “transformación productiva con equidad” y “desarrollo desde dentro”. El primero es una estrategia de desarrollo propuesta por la CEPAL a sus gobiernos miembros a principios de los años noventa y el segundo es una reflexión hecha por Osvaldo Sunkel entre otros miembros de la CEPAL. 4 Joseph Ramos y Osvaldo Sunkel, “Introducción Hacia una Síntesis Estructuralista” en Osvaldo Sunkel, op cit, p. 17. 5 Ibídem, la palabra en paréntesis es añadidura del autor. 6 Ibídem. 6 1.1.2 Bases de la Estrategia Integral. Con base a lo anterior y de acuerdo con el enfoque neoestructural se presenta en esta investigación la Estrategia Integral para alcanzar y mantener un desarrollo con equidad. Dicha estrategia constituye un intento franco de replantear las discusiones relativas al largo plazo sobre nuevas bases. La estrategia en ésta investigación se define en base a un criterio general y por dos lineamientos principales. El criterio general se sintetiza en el conjunto de expresiones "transformación productiva con equidad" y “desarrollo desde dentro”. Los lineamientos corresponden al papel de los agentes7 y a la distribución del ingreso. Con la finalidad de dimensionar la importancia de los conceptos de “transformación productiva con equidad”(TPE) y “desarrollo desde dentro” en el enfoque del modelo neoestructural, conviene referirse muy brevemente a ambos. Por un lado, la TPE, en palabras de Ramos y Sunkel, “encierra proposiciones concretas orientadas a conformar una estructura productiva que permita mejorar la inserción comercial externa de nuestros países, incremente la generación de empleo productivo, reduzca la heterogeneidad estructural y, de este modo, mejore la distribución del ingreso y alivie la situación de extrema pobreza en que vive gran parte de la población latinoamericana.”8 De igual forma el “desarrollo desde dentro”, “pretende contribuir al enriquecimiento y puesta al día de dicha línea de pensamiento (neoestructural), concentrando el esfuerzo intelectual de sus autores tanto en el bosquejo de una estrategia renovada de desarrollo “desde dentro”, en su dimensión global, como en la elaboración operativa de su instrumental de políticas macro, micro y mesoeconómicas de carácter selectivo”.9 10 7 Principalmente la participación del Estado y la sociedad. 8 Osvaldo Sunkel, op cit, p.18 9 Ibídem. 10 Además, en base a tal propuesta, se busca, retomar y superar el desafío industrializador original de Prebisch en torno de generar un mecanismo endógeno de acumulación y generación de progreso técnico que permita una capacidad propia para crecer con dinamismo y productividad. Se advierte también que dicha concepción estratégica no está orientada, a priori, en favor de la sustitución de importaciones, lo que habría de llevar a un callejón sin salida. Por el contrario, en esta propuesta se dejan abiertas las opciones para orientar esa inserción desde dentro hacia determinados mercados internos y externos, prioritarios en la estrategia de desarrollo de largo plazo, en las cuales nuestros países posean o puedan adquirir niveles de excelencia relativa que les garanticen una sólida inserción en la economía mundial. Ibid, p.19. 7 El logro de los objetivos implícitos en estos conceptos requiere de un aumento persistente y generalizado de los salarios, lo que permitirá concebir un estilo de desarrollo con mejoras en la distribución del ingreso y, al mismo tiempo, el alza en los niveles de vida supone la paulatina reducción de la pobreza y el acceso a la equidad. Con respecto a la equidad, comúnmente, se la concibe como un ascenso en los patrones distributivos. Se la define y mide a través del criterio usual de relacionar el ingreso de cierto porcentaje de la población más pobre con el ingreso correspondiente a cierto porcentaje de la población más rica. Sin embargo, el proceso o las herramientas para alcanzarla no es único. Es decir, existe una gran variedad de formas para llegar a ella, dichas maneras dependen de la importancia que se le otorgue a la equidad y a las políticas a emplear. La postura neoestructural, al privilegiar la equidad y considerarla ingrediente crucial del desarrollo, adoptó hace más de diez años el "enfoque integrado". Se le denomina así porque, integra tanto lo económico como lo social; el crecimiento y la equidad. 11 Este enfoque se opone al enfoque "monista"12, propio del neoliberalismo a ultranza, según el cual la compatibilidad entre crecimiento y equidad es una cuestión de tiempo, de tal forma que a la larga, el mercado asegura el goteo (trickle down) de las ganancias de productividad a los más variados sectores y actores sociales. Por su parte, el enfoque integral enfatiza la relación estrecha entre equidad y crecimiento, puesto que la misma no supone una relación causal entre crecimiento y equidad; el enfoque integrado argumenta que se requieren políticas económicas y sociales que en conjunto refuercen la relación entre equidad y crecimiento.13 El tema clave de la estrategia y del enfoque propuesto se retoman después de la siguiente consideración tomada del libro Transformación Productiva con Equidad. 11 Equidad y transformación productiva: un enfoque integrado publicado por la CEPAL, 1992, pags. 15-16. 12 Ibídem. 13 El enfoque neoestructural, a la vez que propone emprender una transformación productiva basada en la incorporación intensa y sostenida de progreso técnico, con el finde asociar y consolidar la relación reciproca entre crecimiento y equidad, no desconoce la aplicación de políticas que impiden dicha relación reciproca e incluso que pueda haber oposición entre crecimiento y equidad a corto o largo plazo. 8 La ausencia de casos en la región en que se haya logrado simultáneamente crecimiento y equidad conduce a preguntarse si dicho desempeño es consustancial con la industrialización tardía y si el agravamiento de la situación durante la crisis de los años ochenta puede atribuirse al contexto internacional. No obstante, hay otros países de industrialización tardía cuyos resultados son diferentes. Aplicando los mismos criterios comparativos sobre crecimiento del producto y distribución del ingreso puede apreciarse que numerosos países de Europa y Asia -entre ellos España, Portugal, la ex Yugoslavia, Hungría, Corea, China y Tailandia-, de la más diversa configuración económica e institucional, han logrado mayor compatibilización entre niveles satisfactorios de crecimiento y determinadas metas de equidad social. Además, muchos de ellos se sobrepusieron a las condiciones adversas del contexto internacional a comienzos de la década de 1980. 14 A continuación y con el propósito de explicar el modelo a seguir se elabora un contraste entre ciertas características de las economías latinoamericanas y las que se verifican en los países antes mencionados. Las siguientes características contribuyen a explicar las diferencias y a diseñar las orientaciones principales de la estrategia integral a seguir. Estas características corresponden a: la incorporación de tecnología; el ahorro y los patrones de consumo; la insuficiencia dinámica para crear empleos bien remunerados; y las estructuras sociales. El primero a considerar es la incorporación de progreso técnico. En el caso de América Latina se le percibe como signada por una manifiesta debilidad relativa, no sólo respecto a los países desarrollados, sino también frente al grupo de países de industrialización tardía tomados como base de contrastación. Además, la penetración del progreso técnico es dispareja, tanto porque hay escaso desarrollo de las actividades de alto contenido tecnológico, como porque se da a ritmos muy diferentes en las diversas actividades y sectores productivos.15 14 Transformación productiva con equidad, publicado por la CEPAL, Santiago de Chile, 1990, p.63. 15 Para un acercamiento sobre el impacto tecnológico consúltese: Armando di Filippo, “La visión centro- periferia hoy” en Revista CEPAL, No. Extraordinario, puede verse en: http://www.eclac.cl/cgi- bin/getProd.asp?xml=/publicaciones/xml/5/4415/P4415.xml&xsl=/tpl/p9f.xsl; a Fernando Fajnzylber Industrialización en América Latina: de la "caja negra" al "casillero vacío". Comparación de patrones contemporáneos de industrialización. Santiago de Chile: Cepal. (Cuadernos de la Cepal), 1990. y el libro Transformación productiva con equidad, op.cit. 9 De lo anterior resulta un menor crecimiento de la productividad en las economías latinoamericanas respecto a los dos tipos de economías antes mencionados y también en y entre sus diversos sectores y ramas. Se considera que esta heterogeneidad en los niveles de productividad constituye una raíz estructural de buena parte de la inequidad social. El segundo elemento a considerar se refiere al ahorro interno y a los patrones de consumo. De suyo, los desniveles de productividad a que se acaba de hacer referencia implican que los ingresos medios son en América Latina considerablemente menores que en las otras economías mencionadas. Sin embargo, los patrones de consumo que aquí se adoptan se caracterizan por su considerable diversificación y su extrema sofisticación, como expresión del alto grado de polarización social existente. Además, estas características parecen tender a agravarse. Es decir, a medida que el progreso técnico se va plasmando en nuevos bienes y se va abriendo el abanico de posibilidades y necesidades de consumo, éstas se trasladan desde los centros a los países del área donde – si bien los ingresos son mucho menores – existen grupos con los suficientes ingresos que adoptan con rapidez las nuevas pautas. Esta dinámica de la estructura del consumo tiene un impacto sobre el esfuerzo interno de ahorro. En el contexto latinoamericano existen marcadas diferencias en cuanto al mismo. Pero dicho esfuerzo se configura generalmente como menor que el potencial durante períodos considerables, ya que en décadas anteriores el ahorro interno representaba el 20 o el 22% del PIB, mientras que a mediados de los ochenta ese esfuerzo equivale al 15.7 % del PIB; y en promedio resulta notablemente menor que en los centros, y con respecto al grupo de referencia que ha logrado crecer con mayor equidad (veáse la tabla 1.1). 10 Tabla 1.1 América Latina y Grupo de referencia: Indicadores estratégicos (Porcentajes) América Latinaa Grupo de Referenciab Año Pro- Desvia- Pro- Desviación medio ción E. medio Estandar 1. Crecimiento PIB / habitante, tasa promedio anual 1965-86 1.3 1.6 4.2 1.2 2. Equidad: 40% menores ingresos / 10% mayores 1970 en ingresos adelante 0.3 0.2 0.7 0.2 3. Austeridad: Ahorro interno como % del PIB 1984-86 (promedio) 15.7 6.7 27.9 5.7 4. Competitividad: Exportación de manufacturas/ importación de manufacturas 1986 0.3 0.4 1.0 0.4 5. Deuda externa / PIB 1986 79.0 41.3 38.0 24.0 6. Inversión extranjera directa / PIB 1986 10.9 2.8 3.0 1.2 Fuente: Transformación Productiva con Equidad, op. cit, p.64 a América Latina (19 países) incluye: ALADI, MCCA, Haití, República Dominicana y Panamá b El grupo de referencia incluye en este caso: España Hungría, Portugal, la República de Corea, la República Popular China, Tailandia y la exYugoslavia. De acuerdo a la tabla de arriba se puede apreciar que en América Latina y el Caribe la menor equidad coexiste con un esfuerzo de ahorro interno inferior al de los países de referencia y con una estructura de consumo y producción caracterizada por una mayor demanda de importaciones. Además, el endeudamiento externo y la inversión extranjera han sido proporcionalmente más altos en la región, lo cual muestra una fuerte subordinación sobre estos indicadores. En contraste, la competitividad internacional de la producción es significativamente más baja en América Latina que en los países señalados. Los elementos ya señalados resultan clave para la explicación de las tendencias del empleo y la distribución del ingreso. Del lado de la demanda, la elevada propensión a consumir, entre otros elementos, menoscaba el ritmo de acumulación de capital deteriorando el crecimiento de la productividad del trabajo. De tal modo que en América Latina la lenta acumulación de capital y la escasa absorción que la acompaña contrasta con las altas tasas a que se expanden la población y la población económicamente activa (PEA). Se reconoce que éstas últimas han descendido en los últimos años. Pero su elevado valor – en cotejocon el que corresponde al ritmo de expansión de la demanda – "ha significado que incluso en períodos de crecimiento económico relativamente rápido (como entre 1950 y 11 1980), haya existido una considerable marginalidad y altos niveles de subempleo e incluso desocupación abierta".16 Los factores de demanda y oferta que subyacen en esta tendencia se sintetizan mediante la expresión "insuficiencia dinámica"17. La oferta excesiva de fuerza de trabajo que la misma implica (o si se quiere, la presión del subempleo y desempleo sobre los niveles salariales) permite explicar en parte la extrema desigualdad de la estructura distributiva de esos países. Hasta aquí, los elementos del diagnóstico que se juntan para explicar las tendencias del empleo y de la distribución son de tipo económico y de largo plazo: la reiteración de la heterogeneidad (y/o del atraso tecnológico); y muy ligada a ella, la insuficiencia dinámica de la demanda de mano de obra, en comparación con la expansión de su oferta. A estos argumentos básicos se agregan otros, también de largo plazo, referentes a las estructuras sociales. Se dice que existe una marcada resistencia al cambio de las mismas. Ello depende de factores históricos, asociados al acaparamiento de la tierra, acentuado durante el período de expansión exportadora (de crecimiento hacia afuera, 1870- 1930); así como de ciertas peculiaridades de la industrialización sustitutiva, particularmente los excesos de protección y de estímulos de diversa índole, que generaron una mentalidad y un comportamiento "rentistas", adversos a la competencia, al riesgo y a la innovación.18 16 Transformación Productiva con Equidad, op. cit, p. 66. 17 Ibídem 18 Los críticos del proceso de sustitución ignoran, en cambio, las adversas condiciones externas prevalecientes hacia fines de los cincuenta. Para comenzar, la inflación y las devaluaciones de los países industrializados desvalorizaron violentamente las abundantes reservas internacionales que habían acumulado los países latinoamericanos. Además, los Estados Unidos se oponían a la industrialización de la América Latina y volcaban sus recursos a la reconstrucción de Europa y a la contención de la Unión Soviética; los mercados financieros privados internacionales y la inversión privada directa habían desaparecido desde su colapso durante la Gran Depresión; el financiamiento público internacional era muy limitado y condicionado; las economías europeas iniciaban su reconstrucción con estrictas restricciones a la importación y severos sistemas de control cambiario. Por último, tanto los Estados Unidos como los países europeos realizaron su propia política de sustitución de importaciones mediante masivos programas de subsidios a sus agriculturas, que aún continúan. El gran auge del comercio internacional que comenzó en la década de los cincuenta obedece en lo fundamental al restablecimiento del comercio entre los Estados Unidos y las economías europeas, y entre estas últimas con sus colonias, en el marco de la reconstrucción de la economía atlántica y de una fuerte discriminación contra las exportaciones latinoamericanas. 12 Se suma a esto que la extrema concentración del ingreso redunda en mantener o acentuar la concentración de la riqueza, contribuyendo de ese modo a perpetuar la resistencia al cambio de diversos grupos de interés. Entre las expresiones de los altos costos sociales se encuentran el incremento de la pobreza y de la pobreza extrema19, el considerable aumento del mercado informal de trabajo, el aumento de los flujos migratorios, (particularmente hacia EUA y Canadá) y el manifiesto aumento de la delincuencia en los grandes centros urbanos, entre otros. De los cuales el autor es consciente, pero debido a la extensión de este trabajo no se abordarán aquí. Ahora bien, si se admite que –sin perjuicio de otros factores más propios de cada realidad nacional (incluida de manera destacada la muy desigual distribución de los activos)- los factores recién indicados determinan de manera significativa la incapacidad de las economías de la región para lograr los objetivos de crecimiento y equidad, se prosigue con el diseño de la estrategia integral, el cual plantea algunas relaciones de causalidad que vinculan la incorporación de progreso técnico con la competitividad y esta última con el crecimiento y la equidad, con el propósito de lograr los objetivos mencionados. En los años sesenta cambiaron las circunstancias externas tan adversas, y la estrategia de industrialización comenzó a dar señales de agotamiento. Pero fue muy difícil salir de ella y reorientarse porque más que una simple liberalización de los mercados había que emprender una reformulación muy profunda nada menos que hacia una estrategia global de desarrollo basada en la conquista de los mercados mundiales, con todas las complejas implicaciones que traía consigo para nuestros países. Posteriormente la permisibilidad financiera internacional, que comenzó a prevalecer a fines de los sesenta y se acentuó en la década de los setenta, permitió olvidar todos los problemas. En esa década y media en que todo se podía arreglar mediante el financiamiento externo terminó la preocupación por el desarrollo y por la teoría del desarrollo. Como el crecimiento parecía asegurado -las economías habían crecido y continuaron creciendo durante la década los setenta- la preocupación fundamental pasó a ser la estabilidad y la eficiencia, cobrando fuerza la ortodoxia neoclásica y en consecuencia se perdió la noción de la necesidad de una estrategia de largo plazo y de una planeación para el desarrollo que permitiera aprovechar racionalmente las amplias facilidades de captación de ahorro externo. En esas circunstancias las economías de América Latina se embarcaron en un proceso de endeudamiento externo que llegó al paroxismo a comienzos de la década de los ochenta. Fue posible así mantener una situación en que la economía se expendía y el asunto central era en último término la repartición de un excedente cada vez mayor mediante el aparato del Estado. De esta manera, aunque en proporciones muy diferentes e injustas, importantes sectores sociales conseguían mejorar sus niveles de vida y persistía la marginación de gran parte de la población. Súbita e inesperadamente la base de sustentación de ese Estado acumulador y redistribuidor se desplomó en 1982, cuando la crisis de la deuda externa no sólo anuló esa fuente creciente de financiamiento externo sino que obligó a un enorme drenaje de excedentes hacia el exterior. Tomado del texto de Osvaldo Sunkel, op. cit, p. 45 y ss. 19 La conceptualización y medición de la pobreza se abordan en el capítulo 2 de la presente investigación. 13 1.1.3 Explicación teórica de la estrategia integral El modelo que se desarrolla a continuación se basa en el trabajo de Fernando Fajnzylber, en particular, su obra Industrialización en América Latina: de la "caja negra" al "casillero vacío". Comparación de patrones contemporáneos de industrialización, en donde se establecen las bases analíticas del enfoque integrado y se presentan de forma más breve y clara20. La articulación contenida en la obra recién mencionada se describe con ventaja recurriendo al Cuadro 1. Conviene iniciar considerando las relaciones entre los 4 recuadros (A, B, C y D,) y hacerlo partiendo del supuesto en que la equidad y el crecimiento (recuadros A y B) se retroalimentan y tácitamente, que la industrialización y el desarrollo se hacen viables si coexisten un patrón de inversión austero y productivo (recuadro C) y un sistema industrial competitivo (recuadro D). De esta forma no es difícil percibir, en estavisión sintética, un modo sui-generis de ver el desarrollo y las posibilidades de retomar los mismos como dependientes de la adopción de un nuevo estilo, que supere los graves defectos de la industrialización sustitutiva (consumismo, exceso de protección y descuido de la eficiencia, etc.). A continuación se hace referencia a los cuatro recuadros mencionados y a sus relaciones con detalle. 20 Fernando Fajnzylber, Industrialización en América Latina: de la "caja negra" al "casillero vacío". Comparación de patrones contemporáneos de industrialización. Santiago de Chile: Cepal. (Cuadernos de la Cepal), 1990. 14 Cuadro 1.1 Acceso a la Transformación productiva con equidad 1 2 7 6 5 4 3 B. Crecimiento A. Equidad D. Sector Industrial: Competitividad Internacional C. Patrón de consumo e inversión Cuadro basado en el texto de Fajnzylber. Equidad y patrón de consumo e inversión (flecha 1) La mayor equidad induce un patrón de consumo más austero, es decir, "que contiene menor proporción de bienes duraderos, energía y divisas".21 Con tal patrón de consumo se logra una mayor cantidad de recursos para la inversión productiva, aumentando la propensión marginal del ahorro, el cual a través de las vías adecuadas se convierte en inversión. Patrón de consumo e inversión y crecimiento (flecha 2) "Lo que interesa destacar es la vinculación entre el grado de austeridad del patrón de consumo, el papel de los agentes inversionistas y el dinamismo"22 de la economía. En esta cadena de relaciones, el eslabón más débil lo constituye la traducción de más ahorro en más inversión. La preocupación se centra, entonces, en que existan los comportamientos de los 21 Ibid, pag. 61. 22 Ibid, pag. 63. 15 agentes inversionistas, los mecanismos institucionales y las políticas económicas que hagan que el ahorro se efectivice en inversión. Lo anterior tenderá a modificar los niveles de vida de las poblaciones en su conjunto. Por un lado, un consumo austero por parte de los estratos que más recursos disponen elevará el ahorro destinado a la inversión, la cual promoverá un mayor crecimiento y este ultimo permitirá la creación de empleos bien remunerados. Crecimiento y competitividad (flechas 3 y 4) El crecimiento no puede sino basarse en la incorporación de progreso técnico y en el consecuente incremento de la productividad. El criterio clave de su eficiencia lo constituye la competitividad internacional de la economía, y muy particularmente del sistema industrial (competitividad que se expresa tanto en la capacidad de ampliar las exportaciones como en la apertura gradual del mercado doméstico). Del mismo modo, el aumento de la productividad y de la competitividad comportan una ampliación de los mercados que resulta esencial para el dinamismo de la economía (para el propio crecimiento). En particular, un patrón de consumo e inversión más austero (sustentado en la mayor equidad) normalmente irá asociado a una ampliación significativa del mercado interno, base imprescindible para el aprendizaje industrial y tecnológico. Competitividad y equidad (flecha 5) Según se piensa, existe un feed-back (retroalimentación) de la consecución y el mantenimiento de la competitividad sobre la mejora de los patrones distributivos, en tanto aquella implica: "propagación de la lógica industrial al conjunto de la sociedad..., lo que la hará más abierta al progreso técnico"23; en conexión con ello, un aumento más generalizado de la productividad; la universalización de la educación, con efectos sobre la amplitud e integración de la base social; una mayor calificación de la mano de obra; un crecimiento más rápido del empleo, asociado al dinamismo del mercado internacional; y el aumento de los niveles de remuneración. 23 Ibid, pag. 65. 16 Equidad y crecimiento (flechas 6 y 7) Finalmente, con mayor equidad, se fomenta "el sentido de pertenecer a una sociedad y de estar integrado a la colectividad", lo que "estimula, en todos los estratos sociales, la buena disposición para participar en el esfuerzo colectivo que supone la postergación parcial del consumo en aras del crecimiento económico."24 Con crecimiento se produce mayor agilidad del funcionamiento social, por lo que los rezagos en materia de equidad son más soportables "en la medida en que se confíe en que la situación futura será más favorable que la actual."25 Como parece claro, estas relaciones de ida y vuelta entre equidad y crecimiento conciernen a condicionamientos sociales (y también a elementos psico-sociales) necesarios para que tales relaciones sean conducentes (o favorables o "sinérgicas"). Pero se debe tener presente que estas "relaciones conducentes" se sustentan, en última instancia, en ciertos condicionamientos económicos claves. A saber: la existencia de "un patrón de consumo e inversión austero y productivo" (recuadro C), vale decir, de una estructura productiva (dinámicamente considerada) de cierto tipo, y en cierto tipo muy distinta a la que estuvo por detrás de las etapas más avanzadas y últimas de la industrialización sustitutiva, es decir dinámica articulada; la consecución y el mantenimiento de niveles adecuados de competitividad de dicha estructura productiva, particularmente en la industria (recuadro D).26 Esta nueva mención de los recuadros C y D es a la vez un retorno a la síntesis inicial, donde se afirmó que equidad y crecimiento se viabilizan recíprocamente siempre que coexistan "un patrón de consumo e inversión austero y productivo y un sistema industrial competitivo". 24 Ibid, pag. 66. 25 Ibid, pag. 67. 26 Dicha estructura productiva se articula en el tercer capítulo del presente estudio. 17 Cuadro 1.2 Esquema comparativo de los tres enfoques, elementos característicos de cada uno, diferencias y puntos de encuentro.* Sustitución de Importaciones años 50s, 60s y 70s. 1) Vinculación entre los mercados interno y externo. Crecimiento basado en la expansión de la producción manufacturera para el mer- cado interno. Competitividad internacional (básica-mente ausente en el sector industrial). Bajos requerimientos tecno- lógicos asociados al abasteci- miento de un mercado interno cautivo. 2) Articulación del sector productivo. La estructura productiva se modifica de acuerdo con el dinamismo industrial orien- tado al mercado interno. La agricultura se moderniza en áreas localizadas, manteniéndose un hetero- géneo sector campesino. La infraestructura física apoya, por una parte el sesgo urbano industrial y, por otra, la exportación de recursos naturales. Enfoque neoliberal (Ajuste y estabilización estructural) años 80 a hoy en día. Reestructuración productiva orientada a viabilizar el servicio de la deuda externa. Apoyada en una espúrea competitividad basada prin- cipalmente en los recursos naturales, en el sector manu- facturero y en bajas remune- raciones. Se privilegia la inversión especulativa envez de la productiva. Los cambios en la estructura productiva obedecen a las exigencias derivadas de incrementar las expor- taciones; en ciertos países, a la apertura frente a las importaciones, la restricción de recursos públicos para infraestructura. Se subestima el efecto que pueda tener la inversión dirigida a la innovación tecnológica. Cuestionamiento respecto a la ineficiencia de la estruc- tura productiva anterior. Transformación productiva con equidad (retomar lo propuesto por la CEPAL) Transformación productiva orientada por los criterios de competitividad auténtica y equidad. Respaldada por la incor- poración de progreso técnico y elevación de la produc- tividad. Tarea conjunta pública y privada determinante para la competitividad internacional. Reorientación de la industria hacia los mercados externos, favoreciendo las vincu- laciones hacia atrás y hacia delante con los otros sectores. Apoyo a los servicios requeridos por la creciente inserción internacional del aparto productivo. Incremento del ahorro y de la inversión productiva. 18 3) Interacción entre los agentes públicos y privados. Participación conjunta a fin de fomentar la competiti- vidad auténtica y la equidad. Disminuir el papel del Estado. El mercado garante del desarrollo. Excesivas las funciones y obligaciones del Estado en su papel de promotor de la industrialización hacia el mercado interno. Definición acotada de las áreas sujetas a reglamen- tación pública y de otras en que prevalece el mecanismo de mercado. Responsabilidad pública central en la supervisión de los resultados de la acción del mercado. Reglamentación pública amplia, no selectiva y con notoria desproporción entre la gama de objetivos y la capacidad institucional de evaluación. Desreglamentación generali- zada y uso del mercado para guiar las decisiones de los actores económicos. Sector público absorbe pasivos externos del sector privado. Desarrollo de la base empresarial al amparo de la protección y del fomento del sector público. Concertación estratégica y transparente entre el Estado y el sector empresarial. Cuestionamiento generaliza- do de los programas sectoriales. Preeminencia de muchos programas sectoriales escasa- mente coordinados entre sí. Equilibrios macroeconómi- cos como condición necesa- ria complementados con políticas sectoriales efectiva- mente selectivas y de largo plazo. Énfasis en temas a corto plazo Equilibrios macroeconómi- cos percibidos como condi- ción suficiente del desarrollo. Subestimación del efecto de los desequilibrios macroeco- nómicos. 4) Efectos en la distribución del ingreso. Distribución (más) equitativa del ingreso y disminución de la pobreza como resultado de la aplicación del modelo alterno (TPE). Aumento de la concentración del ingreso e incremento de la pobreza debido a políticas regresivas Concentración del ingreso y crecimiento de la pobreza debido a las deficiencias de la estructura económica- social. *Cuadro tomado de Transformación Productiva con Equidad, op cit, p.85. El punto 4 es del autor. 19 1.2 Estudios prospectivos Los estudios o investigación sobre los futuros, y en concreto la prospectiva, proveen referencias metodológicas válidas para mejorar el desarrollo social. Esta investigación piensa el futuro desde un punto de vista estructural (el futuro es plural porque es la suma de las acciones individuales) en vez de partir de un punto de vista determinista (el futuro está escrito y es irrevocable). La prospectiva a la vez, propone un tipo de predicción emancipatoria que se une a una visión proactiva del cambio social que asume que la investigación sobre el futuro ha de ser llevada a cabo sobre las bases de que la gente tiene derecho a elegir su propio futuro.27 El análisis prospectivo parte del carácter reflexivo de la sociedad y las predicciones, consideradas estas últimas en un sentido amplio que va desde las predicciones cuantitativas hasta las visiones utópicas28, así como del carácter múltiple, condicional, contingente, corregible e incierto de las mismas; predecir el futuro (que desde la prospectiva consistiría en determinar posibles escenarios de futuro contingentes, así como su probabilidad de ocurrencia), puede ser considerado, como un elemento necesario para una toma de decisiones efectiva. El acercarse a este tipo de análisis, permite incursionar en ámbitos de mayor trascendencia, pues pensar el futuro no significa solamente un incentivo, un estímulo o una provocación intelectual, sino el medio de allegarse nuevos instrumentos de examen y decisión. Al estar conscientes que el porvenir está por delinearse, que nada está escrito, no podemos adoptar actitudes fatalistas que sólo imponen el quietismo y el conformismo frente a inevitables dramas, catástrofes y desventuras. En definitiva, una dimensión orientada al futuro basada en la predicción emancipatoria (aquélla que no busca acertar en las predicciones sino orientar la gestión del cambio) ayuda de forma indudable para que las políticas sociales correspondan a la nueva 27 Enric Bas, Megatendencias un estudio para el siglo XXI, FCE, 2004, p. 53. 28 Ibídem. 20 realidad social: actualmente la anticipación (la predicción) es requerida para la planificación estratégica tanto en el ámbito público (planificación de políticas sociales, de salud pública, de empleo, etcétera) como en el privado, como base de asesoramiento en procesos de toma de decisiones. Es decir, para promover y mejorar, en su caso, el desarrollo social y económico. La anticipación es necesaria debido a que el cambio continuo e impredecible provoca que el periodo de latencia entre la aparición de un problema y su solución sea cada vez mayor, y por tanto, el umbral de fracaso en la solución de éste puede ser mayor; además, la escasez de recursos obliga a disminuir el costo de oportunidad en la toma de decisiones, y ello nos lleva a considerar y evaluar posibles escenarios de futuro alternativos. Además, la prospectiva como metodología, puede mejorar el desarrollo de las políticas sociales desde el momento en que utiliza métodos transdisciplinarios que enfatizan la búsqueda de futuros alternativos, a la vez que fomenta la participación activa en el debate público y en la toma de decisiones. Partiendo de que el futuro depende de eventos y elecciones precedentes, es plural y diferente del pasado y el presente, que normalmente son considerados en singular, el papel de la prospectiva no estriba tanto en predecir como en ayudar, informando, en la toma de decisiones sobre asuntos de relevancia. Así pues, una política social efectiva requiere la adopción de un enfoque de aprendizaje sobre el futuro. Otro aspecto a resaltar es que, el carácter proactivo de la prospectiva radica precisamente en el hecho de que arroja luz sobre la complejidad inherente en este caso del proceso de construcción de la política social; despeja el camino definiendo alternativas. “De este modo es una referencia de enorme ayuda para elegir el futuro deseado, prever el camino que lleva hacia éste, e inicien las medidas conducentes a su consecución. Este carácter normativo de la prospectiva es en suma interesante en cualquier ámbito en el que se desarrollen procesos de toma de decisiones, pero esencialmente lo es (...) como promotor de desarrollo en países subdesarrollados.”29 29 Ibídem, p.57. 21 Finalmente y como lo sugiere el Dr. Héctor Cuadra, nosotros como sujetos sociales, podemos y debemos incidir en el curso de los acontecimientos y en el destino del mundo al que queremos no sólo conocer y entendertal cual es hoy en día, sino aquel que aspiramos a construir y merecer mañana.30 En otras palabras, extrapolar la situación presente del mundo hacia el futuro, para ver cómo puede evolucionar, influir en dicha evolución y proyectarla hacia una nueva realidad. 1.2.1 Elementos del análisis prospectivo. Las visiones sobre el futuro que se obtienen de la prospectiva son producto de metodologías emanadas de tres conceptos sencillos31: • Los futuros probables, que resultan de enumerar todos los futuros posibles con respecto a ciertas variables y aplicarles criterios de exclusión a los que difícilmente habrán de suceder • La detección de eventos sorpresivos o inesperados y sus consecuencias, esto es los eventos emergentes. • La participación de un grupo amplio de gente y expertos, es decir, la prospectiva es un resultado de la confluencia de muy diversas opiniones. Antes de continuar es necesario incluir el concepto de escenario a futuro y describir como se construyen. Estos escenarios son una forma de pensar el futuro y deben servir para decidir lo que hay que hacer en el presente. Dentro de la prospectiva los escenarios a futuro surgen de elementos que nos sugieren hipótesis o expectativas de lo que está por venir. Estos escenarios se construyen a través de variables económicas, sociales, políticas, ambientales, etc. En consecuencia, la selección de las variables es un proceso 30 Hector Cuadra, “Acerca de los estudios del futuro”, en revista Relaciones Internacionales, vol. XIII, Núm.50, UNAM, 1991. 31 Raúl Garduño Ochoa, Prospectiva para todos. Construcción de escenarios, UNAM, México, 2004, p. 8. 22 esencial en la construcción de escenarios, pues ellas restringen la visualización de nuestros futuros probables, y dependen de los intereses del estudio o la naturaleza del problema. 1.2.2 Construcción y tipos de escenarios: Escenarios tendenciales: Son los escenarios que surgen de las herramientas de predicción matemática o a partir de la experiencia. Es decir, corresponden a extrapolar las tendencias. Escenarios posibles o factibles: son aquellos que pueden ser considerados que sucedan en el futuro. Están determinados por ciertas restricciones que el grupo o los expertos que los desarrollan se autoimponen de acuerdo a su experiencia. Entre los escenarios factibles o posibles se encuentran los escenarios probables, los cuales se considera que tienen gran probabilidad de suceder en el futuro de acuerdo a ciertas hipótesis formuladas; el escenario probable toma la forma: si... entonces es probable que..., y son los que permiten visualizar una amplia gama de futuros posibles. Finalmente, tenemos los escenarios deseables, producto de aquello que queremos que suceda. Estos escenarios surgen de la idea de que nosotros podemos formar parte activa en la construcción de los escenarios futuros. En cierta medida, intentamos que el futuro sea diseñado por nosotros a partir de acciones en el presente. 32 De acuerdo con Raúl Garduño “a partir de un escenario deseable e hipótesis sobre los escenarios probables del futuro, se realizan decisiones de manera anticipada, que es precisamente el proceso de planeación”. Por último, “aquellos futuros que son tanto deseables como probables requieren únicamente de una planeación cuidadosa de las actividades (o políticas a emplear)”.33 32 Ibid. pag. 20 33 Ibid. pag. 21, las palabras en paréntesis son del autor. 23 Capítulo 2.- El ajuste estructural y los determinantes de la pobreza en Brasil y México durante los años 80 y 90. En el capítulo anterior se ordenaron y se sistematizaron los elementos que configuran el modelo de desarrollo alternativo al actual, es decir, al modelo neoliberal. En este capítulo, se expone de forma objetiva la aplicación del modelo neoliberal en ambos países; se define el objeto de estudio -la pobreza y la distribución del ingreso-, con el fin de determinar la situación de la pobreza en Brasil y México desde los años ochenta hasta nuestros días; se realiza una pequeña evaluación de las consecuencias sociales afirmadas durante la aplicación de las recomendaciones neoliberales, especialmente en el sector educativo en los dos países; y por último, se revisa de manera muy general los programas sociales tendientes a combatir la pobreza en ambos países. 2.1 Experiencias en la aplicación de las políticas de ajuste estructural y estabilización. Con la finalidad de lograr un juicio objetivo es preciso recordar que era lo que el modelo neoliberal, ó más precisamente las políticas de ajuste estructural y estabilización pretendían solucionar, para tal propósito es necesario ubicar dicho análisis a partir de los años setenta y en base a ello exponer las características de la aplicación del modelo neoliberal y contextualizar dichos elementos con ejemplos. Antes del inicio de la crisis de los años ochenta, a mediados de la década de los años setenta, la tarea de manejar la balanza de pagos y mantener un equilibrio fiscal y monetario razonable era bastante compleja, si se pretendía llevarla a cabo en forma que permitiera lograr un crecimiento y una transformación económica y social en nuestros países. Esta complejidad se debía al patrón peculiar de desarrollo que tuvo la región a lo largo de medio siglo, que combinó avances considerables en ciertos aspectos con deficiencias estructurales en otros. Por ejemplo, en ambas naciones se había logrado cierta diversificación de las exportaciones, sin embargo persistía una fuerte asimetría en el comercio exterior, entre la estructura de las exportaciones y la de las importaciones. Por otra parte, ambas economías 24 tenían una fuerte dependencia tecnológica del exterior1 y una gran vulnerabilidad respecto a las fluctuaciones de la economía internacional. De ahí que resultara una tendencia sistemática al déficit de la balanza de pagos y al estrangulamiento externo.2 En palabras de Enrique de la Garza Toledo ambos países durante cinco décadas pasaron por un periodo de formación socioeconómica de sustitución de importaciones (FSESI) que terminó en la década de los ochenta, correspondiendo a Brasil un proceso mucho más exitoso que el de México. La principal diferencia se debe a que en Brasil durante el periodo FSESI la acumulación del capital en las ramas de punta de la economía tendió a basarse en el mecanismo de plusvalía relativa y se elevó la composición orgánica del capital desde los años cincuenta. Los años cincuenta y siguientes fueron de importante crecimiento económico, en especial en la industria.3 Sin embargo, el gasto público, “fundamental en la acumulación del capital en este periodo, tanto del lado de la demanda final como en la inversión productiva (...) fue tan alto que no se pudo sanear por mecanismos diversos como el sistema impositivo. De tal manera, el funcionamiento de esta formación socioeconómica, además del empobrecimiento del sector primario y el desequilibrio de la balanza comercial por el desarrollo hacia adentro del sector industrial, llevó aparejado el déficit público creciente, financiado en los setenta, a través de la deuda externa. Pero este proceso llegó a su límite en 1981-1982, con la elevación de las tasas internacionales de interés que multiplicaron la deuda externa.”4 Por otra parte, en la década de los setenta la elevación de los precios del petróleo había afectado a Brasil, creando condiciones de grave deterioro económico que implicaron reformular las bases mismas de la formación socioeconómica. Estos cambios afectaron involuntariamente la función legitimadora del Estado, su papel en la compensación del 1 En menor medida Brasil a comparación de México. 2 Véase José Molero, Elanálisis estructural en economías. Ensayos de América Latina y España, FCE-El trimestre económico lecturas, No. 40, México. 3 Enrique de la Garza Toledo, La Formación Socioeconómica Neoliberal. Debates teóricos acerca de la restructuración de la producción y evidencia empírica, Ed. Plaza y Valdes-UAMI, México, 2001, en especial los capítulos 6 y 7. 4 Ibid, p. 105. 25 intercambio desigual entre fracciones del capital y como redistribuidor del ingreso hacia los trabajadores. Estos problemas, se fueron agudizado con el inicio de la crisis de los años ochenta y adquirieron dimensiones dramáticas, poniéndose de manifiesto algunos factores adicionales de gran importancia. En particular, se encuentra el pago de los intereses de la deuda externa, que ejerce gran peso tanto sobre la balanza de pagos como sobre el sector fiscal. Y al mismo tiempo encontramos una recaudación fiscal insuficiente y regresiva. Asimismo, dentro y fuera de los países se presionaba para que éstos, los países de la región, adoptaran el modelo neoliberal, de tal forma que como respuesta al cúmulo de ineficiencias y a la crisis de los ochenta se adopta el enfoque ortodoxo. Algunas de las características de dicho enfoque son5: • El enfoque ortodoxo pone un acento unilateral en el manejo de la demanda. Según éste, las políticas de ajuste y estabilización están dirigidas principalmente a atacar desequilibrios generados por un exceso de demanda, provenientes sobre todo del sector público, que provoca un déficit de la cuenta corriente de balanza de pagos, una aceleración de la inflación y una distorsión de los precios relativos de los bienes transables y no transables internacionalmente. • Se asigna escasa importancia al hecho de que el origen de los problemas puede no estar en el exceso de demanda del sector público, sino en el sector privado; en impulsos de costos (provenientes del exterior o de la pugna interna por la distribución del ingreso); en una contracción de la oferta provocada, por ejemplo, por el deterioro de la relación de intercambio, por el aumento de los pagos de intereses de la deuda o por una reducción de la producción agrícola, debida a condiciones climáticas adversas. En esta forma, las políticas diseñadas pueden no atacar las verdaderas causas de los problemas, y tener efectos desfavorables e innecesarios. 5 Cfr. Norberto González, “Una política económica para el desarrollo” en Revista de la CEPAL No. 34, abril de 1988, pp. 7-17. 26 • Este enfoque utiliza casi exclusivamente instrumentos globales para lograr el ajuste y la estabilización. En esta forma, la disminución de la demanda se persigue sin tener en cuenta la importancia desigual que revisten distintos gastos públicos y privados de consumo y de inversión. • Además, el ajuste y la estabilización se realizaron sin tomar en cuenta el tiempo y las medidas que son necesarias para producir reformas estructurales en la economía, para aumentar los ingresos fiscales, y para incrementar y diversificar las exportaciones. En esta forma el ajuste tiende a ser recesivo, comprimiendo drásticamente el consumo y la inversión. • Por último, no hubo una flexibilización suficiente de estas políticas para tratar de adaptarlas a las circunstancias y características particulares de cada uno de los países. Las características previamente mencionadas se desarrollan con el propósito de hacerlas claras y exponer las consecuencias y resultados de tal enfoque. 1.- La mera reducción de la demanda, es decir el control inflacionario, no conduce a que los países en desarrollo se adapten a las modificaciones del contexto internacional y en particular a factores tales como el lento crecimiento de la economía mundial, la caída de los precios de los productos básicos, el aumento del proteccionismo de los países desarrollados y el alto nivel real de las tasas internacionales de interés. 2.- Estas políticas pueden evitar sólo por un tiempo algunos de los síntomas del aumento de la deuda externa de los países en desarrollo y de la crisis de sus economías. Pero ello se obtiene con consecuencias que hacen inestables estas políticas en el mediano y largo plazo.6 3.- La falta de diferenciación y selectividad de estas políticas ortodoxas dio lugar a un resultado opuesto al que era deseable. Puesto que, se siguen manteniendo y aún se incrementan gastos que podrían disminuirse -como los gastos militares y los de consumo suntuario- mientras que, en cambio, el peso de la reducción recae sobre el nivel de vida de 6 Privatización, entre otros. 27 sectores medios y modestos y sobre consumos e inversiones que son esenciales para el desarrollo económico y social.7 4.- Finalmente, la falta de inversión productiva y debido a que otros países del mundo - incluso en desarrollo- realizan nuevas inversiones y modernizan constantemente su capacidad productiva, adaptándola a las nuevas tecnologías que se van imponiendo en la economía mundial, estamos perdiendo rápidamente competitividad, lo que origina devaluaciones adicionales y nuevos impulsos inflacionarios. De tal modo que nos vamos convirtiendo en economías estructuralmente estancadas y en sociedades cada vez menos equitativas.8 Dejando fuera particularidades coyunturales, las políticas neoliberales en ambos países han tenido dos componentes principales: la política de estabilización, consistente en reducir el déficit fiscal, el control de la inflación y buscar el equilibrio en la balanza de pagos; y la reforma estructural que ha puesto énfasis en la eliminación del proteccionismo interno y la desregulación, así como el redimensionamiento del sector público, incluyendo en este la privatización de empresas paraestatales.9 En el trasfondo de las políticas neoliberales se encuentra una concepción que considera al mercado como el gran asignador de los factores de la producción, con un sector privado responsable, casi totalmente, de la acumulación del capital y un Estado que reduce su actuación a contribuir en el mantenimiento de un entorno económico estable. De tal forma que se observa desde los ochenta una “reorientación del Estado y una recomposición del bloque dominante en favor del capital trasnacional y del gran capital local con capacidad exportadora. Esta reorientación ha implicado cambios importantes en la intervención económica del Estado al reducir sus inversiones, disminuir las regulaciones a la economía, privatizar empresas e instituciones gubernamentales y la adopción de políticas 7 Ver las tablas correspondientes a la distribución del ingreso en ambos países. 8 Ver las tablas y graficas de este capítulo. 9 Norberto González, op. cit, p. 12. 28 ortodoxas de ajuste que reducen la intervención económica del Estado a los circuitos monetarios, y no supone su participación en la producción o promoción de esta.”10 Se puede concluir este apartado diciendo que la explicación ortodoxa plantea que la crisis fiscal del Estado proviene de un alto gasto corriente, de transferencias y subsidios con escasos ingresos fiscales que provocan un incremento del crédito, aumentan artificialmente la base monetaria y la demanda interna; esto provoca inflación, sobrevaluación y pérdida de competitividad que se refleja en déficit de la cuenta corriente al bajar las exportaciones. La solución es reducir las importaciones a través de la devaluación y contraer la demanda agregada y los salarios reales. Corresponde a los siguientes apartados no sólo la evaluación de las consecuencias sociales de la aplicación del enfoque neoliberal sino proponer las directrices principales de un modelo que de prioridad tanto a las acciones de corto plazo, destinadas a mantener condiciones macroeconómicas estables,como a las políticas de largo plazo, que persiguen, entre otros puntos, superar los niveles de pobreza y extrema pobreza mediante los cambios distributivos necesarios y la renovación de los encadenamientos económicos y sociales para alcanzar un nivel de equidad socialmente aceptable. 2.2 La situación de la pobreza en Brasil y México en los años ochenta y noventa. El estudio de Brasil y México abarca dos de los países en desarrollo más grandes y de ingreso medio. Ambos tienen abundantes recursos naturales y tenían unas de las tasas de crecimiento más altas entre los países en desarrollo durante el período que abarca desde la posguerra hasta la década de los ochenta, cuando se vieron afectados por la crisis de la deuda. Desde entonces, el desempeño económico de ambos países ha sido lúgubre. Las dos naciones también son semejantes por tener altos ... grados de desigualdad (y pobreza) según los estándares internacionales.11 Dentro de esta sección se conceptualiza el objeto de estudio -la pobreza, se establecen las técnicas para su medición, se observa la evolución de la distribución del ingreso, se realiza un estudio comparativo y se exponen los resultados, luego en el tercer y 10 Enrique de la Garza Toledo, op. cit, p. 105. 11 Angus Maddison y asociados, La economía política de la pobreza, la equidad y el crecimiento: Brasil y México, FCE, 1993, p.8-9. 29 último capítulo se extrapolan esos datos a 10 y 25 años con el fin de aproximarse gráficamente al estado de pobreza que enfrentarían dichos países si continúan las mismas tendencias; de tal forma que se tengan los elementos para formular en el mismo capítulo una propuesta integral para combatir la pobreza - una política que fomente la equidad. 2.2.1 Conceptos, causas y medición de la pobreza. El termino pobreza en su uso cotidiano lleva implícita la comparación entre la situación de una persona, familia o grupo humano y la concepción de quien habla o escribe, sobre lo que es necesario para vivir o sustentar la vida. Es decir, el concepto de pobreza lleva la impronta inevitable de la comparación entre una situación observada y una condición normativa. En palabras de la académica Patricia Olave, “el fenómeno de la pobreza engloba una serie de factores culturales, sociales, económicos, etc. Su explicación, también diversa, atraviesa desde inadecuadas decisiones de vida (flojera) o de elección de trabajo, hasta variables más estructurales ligadas a la forma de organización de la producción y de una determinada gestión estatal”.12 Sin embargo y siguiendo a la autora, existe por lo menos un acuerdo básico en cuanto a su definición en general: cuando se habla de pobreza se hace referencia a la inexistencia o insuficiencia de ingresos con que cuenta una persona para hacer frente tanto a sus necesidades biológicas de sobrevivencia, como a las sociales y culturales dadas por un determinado desarrollo societal, definición que se comparte como punto de arranque. Es importante destacar el último aspecto señalado pues ello convierte al concepto en relativo e histórico. Esta aproximación permite dar cuenta de cómo se expresa el fenómeno de la pobreza en distintos tipos de sociedades, diferentes momentos o proyectos de desarrollo productivo y social. 12 Patricia Olave, La pobreza en América Latina una asignatura pendiente, IIES-UNAM, 2001, p.17. 30 En una perspectiva histórica se puede visualizar que a la pobreza como fenómeno viejo y permanente de la forma capitalista de maximización de la ganancia y potenciación de la productividad se ha agregado (fenómeno nuevo) de manera cada vez más sostenida y estructural otra tendencia: el empobrecimiento relativo de una parte importante de la población, cuyos ingresos no les permite solventar necesidades que se consideran necesarias dado el nivel de desarrollo societal. Este último fenómeno adquiere visos mucho más dramáticos en la región latinoamericana, en donde las transformaciones neoliberales en curso están provocando, de una parte, pérdidas cualitativas de las condiciones de vida, de bienestar y en los derechos sociales que se habían alcanzado en décadas anteriores, y de otras, una concentración progresiva del ingreso. Tendencias que en conjunto dan cuenta de una mayor polarización y exclusión social. En esta perspectiva un análisis de la pobreza que sólo diera cuenta de su magnitud y de las políticas correctivas que se instrumentan para combatirla, parece insuficiente si ello no va complementado con un análisis de las causas estructurales que la generan.13 La pobreza tiene orígenes profundos, principalmente: • Los conectados a la crisis económica, como el desempleo que corta de tajo el ingreso familiar, y la inflación que merma el salario. • Las políticas y mecanismos vinculados al control social de la fuerza de trabajo. corporativismo y el clientelismo. • La insuficiencia de inversión productiva, la ausencia de políticas agropecuaria e industrial eficaces, la falta de infraestructura de apoyo y el estancamiento científico y tecnológico. • Las políticas económicas y problemas que agravan el conflicto distributivo entre el trabajo, el capital y el gobierno, tales como las altas tasas de interés que han expropiado a las clases medias, los bajos salarios reales, y las políticas de gasto público y de impuestos que restringen el ingreso y frenan la actividad económica. • El nivel de empobrecimiento también está ligado a la política de gasto en desarrollo social que siguen tanto el gobierno como las empresas, e igualmente a la capacidad y calidad de las instituciones educativas y de protección social -en el caso de México, el desplome del gasto social durante las crisis de 1982-1988 y de 1994- 1995, la desestructuración de las instituciones de seguridad social y la agudización del asistencialismo del sector de atención a la salud han llevado al aumento de la 13 Ibid, p. 18. 31 privatización de la medicina social, a la carencia de servicios, a la caída del nivel de calidad, los cuales han desembocado en la desnutrición y el aumento de la mortalidad. • Fenómenos internacionales relacionados con el sector externo, que influyen, a nivel macroeconómico, en el empobrecimiento indirecto de la población, tales como el elevado servicio de la deuda externa que merma el fondo de recursos invertibles; las remesas al exterior de la inversión extranjera directa por beneficios e intereses; y los términos de intercambio desfavorables entre exportaciones e importaciones, por mencionar algunos.14 • La apertura económica neoliberal, que ha promovido tanto la apertura comercial como la liberalización financiera. En México, la primera ha ocasionado el cierre de miles de pequeñas y medianas empresas y la segunda, la especulación financiera internacional de corto plazo, se convirtió en factor detonante de la crisis de 1994- 1995 al retirarse masivamente del país los capitales especulativos.15 Habida cuenta de lo anterior, el combate contra la pobreza debe ser estructural, no deben atacarse los síntomas solamente. Las políticas de lucha contra la pobreza parten de un enfoque microeconómico de la satisfacción de las necesidades básicas de una persona u hogar el cual necesita complementarse con un diagnóstico macroeconómico de las causas de la pobreza. Volviendo a las definiciones de pobreza, el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) considera a la pobreza como un fenómeno complejo y multidimensional resultante de desequilibrios estructurales profundos y arraigados en todos los ámbitos de la existencia humana: el Estado, la economía, la sociedad, la cultura y el medio ambiente. Señala que con frecuencia las personas pobres están desnutridas con
Compartir