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Actitudes-sexuales-en-escuelas-preparatorias-de-clase-alta-y-clase-baja

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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTONOMA DE MEXICO 
 
 
FACULTAD DE PSICOLOGIA 
 
 
“ACTITUDES SEXUALES EN ESCUELAS PREPARATORIAS DE 
CLASE ALTA Y CLASE BAJA” 
 
 
T E S I S 
 
QUE PARA OBTENER EL TITULO DE LICENCIADO EN PSICOLOGIA 
PRESENTA: 
 
JOSE FLORENTINO ACOSTA JIMENEZ 
 
DIRECTOR DE TESIS: 
 
MTRO. HAROLDO ELORZA PEREZ-TEJADA. 
 
REVISOR DE TESIS: 
 
DR. ARMANDO NAVA RIVERA. 
 
 
SINODALES: 
 
LIC. MARIA DEL CARMEN RIVEIRA PEREZ 
LIC. JUANA ESTELA CORDERO BECERRA 
MTRO. CELSO SERRA PADILLA.
 1
 
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INDICE 
 
 
INTRODUCCION ……………………………………. 1 
 
ETICA ........................................................ 6 
 
CLASES SOCIALES ……………………………………. 25 
 
ADOLESCENCIA ……………………………………. 35 
 
SEXUALIDAD …………………………………… 41 
 
SEXUALIDAD SANA …………………………………... 41 
SEXUALIDAD EN LA NIÑEZ, 
ADECUADA E INADECUADA……………………………. 44 
MASTURBACION …………………………………… 52 
CONTROL DE LA NATALIDAD…………………………. 54 
RELACIONES PREMATRIMONIALES…………………… 60 
ABORTO…………………………………………………... 63 
ADULTERIO………………………………………………. 70 
RELACIONES SEXUALES EN LOS ANCIANOS………. 78 
HOMOSEXUALIDAD……………………………………. 81 
PROSTITUCION………………………………………….. 89 
PORNOGRAFIA…………………………………………. 93 
CONTROL………………………………………………… 96 
 
ACTITUDES…………………………………………….. 97 
 
METODOLOGIA………………………………………. 102 
a) marco teórico b) obetivo pricipal c) método d)hipótesis 
 e) diseño f) confiabilidad g) tratamiento estadístico h) clave 
 de los aspectos de la sexualidad i) cuestionario j ) hoja de res- 
 puestas. 
RESULTADOS EN PERFILES………………………. 119 
 
PERFILES TODOS LOS GRUPOS 40 AL 59 %Y 60 AL 
 100% 
EN ACUERDO Y DESACUERDO…………………… 120 
 2
DIFERENCIA DE ACTITUDES SEXUALES EN TODOS 
LOS GRUPOS 40 AL 59 % Y DEL 60 AL 100 % 
 EN ACUERDO Y DESACUERDO ..................................... 132 
DIERENCIA DE ACTITUDES EN TODAS LAS 
COMPARACIONES CON PORCENTAJES ARRIBA DEL 
60 AL 100% QUE ESTAN DE ACUERDO Y DESA- 
CUERDO…...................................................................... 132 
DIFERENCIA DE ACTITUDES ARRIBA DEL 40 AL 59% 
QUE ESTAN DE ACUERDO Y DESACUERDO……… 141 
DIFERENCIA DE ACTITUDES EN TODAS LAS 
COMPARACIONES CON PORCENTAJES ARRIBA 
DEL 40 AL 59 % QUE ESTAN DE ACUERDO Y DESA- 
CUERDO ..................................................................... 153 
 
RESUMEN GENERAL DE LOS PERFILES………. 157 
 
CONCLUCIONES……………………………………. 161 
 
SUGERENCIAS DEL POR QUÉ SE DAN ESTOS 
RESULTADOS ………………………………………. 162 
 
OPINION DE CÓMO RESOLVER LAS 
DIFERENCIAS DE LAS ACTITUDES SEXUALES… 164 
 
OTRA FORMA DE INTERPRETAR LOS 
RESULTADOS................................................................ 169 
 
ANEXOS……………………………………………… 206 
 
PORCENTAJES EN TODOS LOS GRUPOS 
40 AL 59% Y DEL 60 AL 100 % EN ACUERDO Y 
DESACUERDO………................................................ 207 
 
BIBLIOGRAFIA GENERAL ……………………… 225 
 
 
 
 
 
 
 3
 
 
 
 
 
 
 
 
 4
INTRODUCCIÓN 
 
 
 El estudiar la sexualidad implica tratar sobre una temática muy poco 
investigada científicamente para lo que en realidad representa. 
 
 Nuestra conducta sexual la guiamos generalmente basados en la tradición o 
la costumbre, teniendo en cuenta que, “El modo de producción de la vida 
material condiciona el proceso de la vida social, política y espiritual en 
general. No es la conciencia del hombre la que determina su ser, si no, por el 
contrario, el ser social es lo que determina su conciencia”. (1) 
 
 Según Eric Fromm “Nuestra conducta sexual es esencialmente el resultado 
de nuestras actitudes con respecto al sexo; y estas actitudes, a su vez son el 
producto de la forma en que hemos sido criados”. (2) 
 
 Al estudiar la sexualidad se pretende que todo el mundo lleve a cabo una 
sexualidad cultivada, libre de represiones anómalas de vicios supersticiosos y 
abierta a su autentico papel: respuesta corporal a un fenómeno afectivo o 
amoroso, para que sus relaciones sexuales sean más libres .o placenteras o 
satisfactorias, sin sentimientos de culpa, estimulando un cambio en los roles 
sexuales, haciendo patrones igualitarios no sexistas, ofreciendo al individuo y 
a la sociedad, la posibilidad del ejercicio integral, racional de la sexualidad, 
logrando también un desarrollo de la personalidad más equilibrada. 
 
 En el campo de la sexualidad existen situaciones adecuadas, convenientes o 
positivas, como lo son; las relaciones prematrimoniales, las relaciones en los 
ancianos, técnicas para llevar a cabo relaciones sexuales más placenteras, etc. 
Pero también, existen situaciones inadecuadas, inconvenientes o negativas, 
como lo son; la prostitución, la homosexualidad, la pornografía. Es muy con-. 
Veniente reafirmar los aspectos positivos y eliminar los aspectos negativos. 
 Wilhelm Rech dice: “La primera condición para el saneamiento de las 
relaciones humanas sexuales en particular, es la eliminación de esas 
concepciones morales que fundan sus exigencias en pretendidos 
mandamientos sobrenaturales o bien en reglamentaciones profanas arbitrarias, 
o aún más, simplemente, sobre la tradición. No podemos de manera 
irresponsable conservar un precepto moral que en tiempos tuvo un sentido y 
sirvió a los intereses de clases determinadas. Para nosotros, la piedra de toque 
de la “moral” es saber si se puede conducir a una vida rica y armoniosa, tanto 
desde el punto de vista individual como social. 
 5
 
 Es moral para nosotros lo que, bajo condiciones determinadas, contribuyen 
al esplendor de la personalidad en el individuo y a la consecución de mejores 
formas de vida social”. (3) 
 
 Por estas circunstancias se trata de plantear a la sexualidad desde un punto 
de vista científico, tratando de abordar problemas éticos, fisiológicos, 
psicológicos, económicos, etc., por ser la sexualidad un problema biológico, 
psicológico y social. 
 
 Entre algunas repercusiones que trae la sexualidad en el desarrollo de la 
personalidad se encuentran las siguientes: 
 
 Anna Freud, realizando estudios por décadas dice esto: “Los análisis 
terapéuticos de adultos neuróticos no dejaban ninguna duda sobre la influencia 
negativa de muchas de las actitudes de los padres y del ambiente, y de 
acciones tales como la falta de fidelidad en materia sexual, los niveles de 
exigencias morales excesivamente altos, irrealistas, la severidad o indulgencia 
extremas, las frustraciones, los castigos o la conducta seductora. Parecía 
posible extirpar algunas de estas amenazas de la siguiente generación de 
niños mediante la educación de los padres y la modificación de las 
condiciones de crianza, y plantea, por lo tanto, lo que se llamó “educación 
psicoanalítica” que serviría para prevenir la neurosis”. 
 
 Los avances de psicoanálisis han traído como consecuencia dice Anna 
Freud, “Cuando el psicoanálisis puso gran énfasis en la influencia seductora 
que ejercía el compartir el lecho de los padres y en las consecuencias 
traumáticas de presenciar las relacionessexuales entre ellos, se les aconsejo 
que evitaran la intimidad física con sus hijos y también realizar el acto sexual 
en presencia aún de los más pequeños. Cuando se comprobó en el análisis de 
adultos que vedar el acceso a la información sexual era responsable de muchas 
inhibiciones intelectuales, se aconsejó brindar una completa información 
sexual desde temprana edad. Cuando al buscar la causa de los síntomas 
histéricos, la frigidez, la impotencia, etc., se les vinculo con las prohibiciones 
y las consiguientes represiones del sexo en la niñez, la educación basada en el 
psicoanálisis incluyó en su programa una actitud permisiva y benévola en 
relación con las manifestaciones de la sexualidad pregenital en relación con 
las manifestaciones de sexualidad pregenital infantil”. 
 Entre otros logros se encuentran los siguientes: la educación psicoanalítica 
cuenta entre sus éxitos la mayor comunicación y confianza entre padres e 
 6
hijos, a lo cual se llegó gracias a que la educación sexual se había iniciado con 
mayor honestidad. Otra victoria se obtuvo respecto a la terquedad y el 
negativismo de los primeros años, que desaparecieron casi completamente tan 
pronto como fueron reconocidos los problemas de la fase anal, y el control de 
los esfínteres comenzó a plantearse no tan precozmente ni con tanto rigor 
como en épocas anteriores. También ciertos trastornos relacionados con la 
alimentación infantil dejaron de existir después de que los problemas 
alimentarios y del deteste fueron modificados para adecuarlos más 
apropiadamente a las necesidades orales. Asimismo, al quedar atenuados los 
conflictos en relación a la masturbación, la succión de los dedos y otras 
actividades auto-eróticas, fueron resueltas algunas perturbaciones del sueño 
(dificultades para conciliarlo)”. (4) 
 
 Debido a lo anterior, resulta obvio lo importante de realizar una 
investigación de las actitudes con respecto a la sexualidad. 
 
 Lo que se pretende, como ya se mencionó anteriormente, es que todo el 
mundo lleve a cabo una sexualidad cultivada, libre de represiones anómalas, 
de vicios supersticiosos, y abiertas a su autentico papel: respuesta corporal a 
un fenómeno afectivo o amoroso, para que sus relaciones sexuales sean más 
libres o placenteras y satisfactorias, sin sentimientos de culpa, estimulando un 
cambio en los roles sexuales, haciendo patrones igualitarios, no sexistas, 
ofreciendo al individuo y a la sociedad la posibilidad del ejercicio integral, 
racional, de la sexualidad, logrando también un desarrollo de la personalidad 
más equilibrada. Reafirmando todos estos aspectos positivos, incluyendo las 
relaciones prematrimoniales, las relaciones sexuales en los ancianos, etc. 
Como también se pretende eliminar aspectos negativos de la sexualidad como 
son: la prostitución, la homosexualidad, la pornografía, el adulterio, etc. 
 
 Es un hecho que existen clases sociales en México, el objeto del estudio es 
investigar si existen diferencias en las actitudes sexuales en los adolescentes 
de preparatoria en dos clases sociales, clase alta y clase baja. Y las posibles 
consecuencias que implicarían estas actitudes sobre ellos mismos y la 
sociedad. 
 
 El objeto fundamental de esta tesis es el de adentrarnos en la problemática 
de la sexualidad, no se pretende realizar un estudio exhaustivo, o conocer las 
causas que originan estas actitudes ni mucho menos el cambio de éstas, sino 
simplemente hacer un estudio de este complejo campo, para posteriormente, 
 7
poder analizar con más profundidad los diferentes aspectos que conforman la 
problemática de la sexualidad, conocer sus causas y lograra un cambio. 
 
 Nota aclaratoria: El cuestionario de las actitudes sexuales fue aplicado a los 
alumnos en 1980, los resultados son fundamentales para futuras investigacio- 
nes. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 8
BIBLIOGRAFIA DE LA INTRODUCCION 
 
 
 
 
1.- MARX, C. Obras Escogidas 
 Editorial Progreso 
 Moscú 
 Pág. 182. 
 
 
 
 
2.- WITTAKER, J.O. Psicología 
 Editorial Interamericana 
 México 
 Pág. 157. 
 
 
 
 
3.- REICH, W. La Revolución Sexual 
 Editorial Roca 
 México 
 Pág. 63 
 
 
 
 
4.- FREUD, A. Normalidad y Patología en la Niñez 
 Editorial Piados 
 Buenos Aires. 
 Pág. 12-14 
 
 
 
 
 
 
 9
ETICA 
 
 Los actos o modos de comportamiento del ser humano ante ciertos 
problemas se llaman morales, y los que son aprobados o reprobados 
moralmente son llamados juicios. Estos juicios se reflexionan sobre el 
comportamiento práctico y lo hacen objeto de su reflexión o de su pensamiento, 
hacen que la moral sea reflexiva. Cuando se da este paso, que coincide con los 
albores del pensamiento filosófico, estamos ya propiamente en la esfera de los 
problemas teórico-morales, o éticos. 
 
 A diferencia de los problemas práctico-morales, los éticos se caracterizan 
por su generalidad. Si al individuo concreto se le plantea en la vida real de una 
situación dada, el problema de cómo actuar de manera que su acción pueda ser 
buena, o sea valiosa moralmente, tendrá que resolverlo por sí mismo con 
ayuda de una norma que él reconoce y acepta íntimamente. Será inútil que 
recurra a la ética con la esperanza de encontrar en ella lo que debe de hacer en 
cada situación concreta. La ética podrá decirle, en general, lo que es una 
conducta sujeta a normas, o en qué consiste aquello –lo bueno- que persigue la 
conducta moral, en la cual entra la de un individuo concreto, o la de todos. El 
problema de que hacer en cada situación concreta es un problema práctico-
moral, no teórico-ético. En cambio, definir qué es lo bueno no es un problema 
moral que corresponda resolver a un individuo con respecto a cada caso 
particular, sino un problema general de carácter teórico que toca resolver al 
investigador de la moral, es decir, al ético. 
 
 En el comportamiento moral-práctico, los hombres no sólo realizan 
determinados actos, sino que además los juzgan o valoran; es decir, formulan 
juicios de aprobación o desaprobación de ellos, y se someten consciente y 
libremente a ciertas normas o reglas de acción. Todo esto toma la forma lógica 
de ciertos enunciados o proposiciones. Aquí se ofrece a la ética un ancho 
campo de estudio que, en nuestro tiempo, ha dado lugar a una parte especial 
de ella a la que se le ha dado el nombre de metaética y cuya tarea consiste en 
estudiar la naturaleza, función y justificación de los juicios morales. Un 
problema metaética fundamental, es justamente este último; es decir, el de 
examinar si pueden argüirse razones o argumentos –y, en tal caso, qué tipo de 
razones o argumentos- para demostrar la validez de un juicio moral, y 
particularmente la de las normas morales. 
 
 La tarea fundamental de la ética es la de toda teoría, o sea, explicar, 
esclarecer o investigar una realidad dada, produciendo los conceptos 
 10
correspondientes. Por otro lado, la realidad moral varía históricamente, y con 
ella sus principios y normas. La pretensión de formular principios y normas 
universales, al margen de la histórica moral, dejaría fuera de la teoría a la 
realidad misma que debiera explicar. 
 
 La ética es teoría, investigación o explicación de un tipo de experiencia 
humana, o forma de comportamiento de los hombres: el de la moral, pero 
considerando en su totalidad, diversidad y variedad. Lo queen ella se diga 
acerca de la naturaleza o fundamento de las normas morales ha de ser válido 
para la moral de la sociedad griega, o para la moral que se da efectivamente en 
una comunidad humana moderna. Esto es lo que asegura su carácter teórico, y 
que evita que se le reduzca a una disciplina normativa o pragmática. El valor 
de la ética como teoría está en lo que explica y no en prescribir o recomendar 
con vistas a la acción en situaciones concretas. 
 
 Definición de la ética: La ética es la teoría o ciencia del comportamiento 
moral de los hombres en sociedad. O sea, es ciencia de una forma específica 
de conducta humana. 
 
 No hay una moral científica, pero sí hay –o puede haber- un conocimiento 
de la moral que pueda ser científico. Aquí como en otras ciencias, lo científico 
radica en el método, en el tratamiento del objeto y no en el objeto mismo. De 
la misma manera puede decirse que el mundo físico no es científico, aunque sí 
lo es su tratamiento o estudio de él por la ciencia física. 
 
 Su objeto de estudio lo constituye un tipo de actos humanos: los actos 
conscientes y voluntarios de los individuos que afectan a otros, a determinados 
grupos sociales o a la sociedad en su conjunto. 
 
 Etica y moral se relacionan pues, en la definición antes dada, como una 
ciencia específica y su objeto. Una y otra palabra mantienen así una relación 
que no tenían propiamente en sus orígenes etimológicos. Moral procede del 
latín mos o mores, “costumbre” o “costumbres”, en el sentido de conjuntos de 
normas o reglas adquiridas por hábito. La moral tiene que ver así con el 
comportamiento adquirido, o modo de ser conquistado por el hombre. Etica 
proviene del griego ethos, que significa análogamente “modo de ser” o 
“carácter” en cuanto forma de vida también adquirida o conquistada por el 
hombre. Así, pues, originariamente ethos y mos, “carácter” y “costumbre”, 
hacen hincapié en un modo de conducta que no responde a una disposición 
natural, sino que es adquirido o conquistado por hábito. Y, justamente, esa no 
 11
naturalidad del modo de ser del hombre es lo que, en la antigüedad, le da su 
dimensión moral. 
 
 El significado etimológico de moral y de ética no nos dan el significado 
actual de ambos términos, pero sí nos instalan en el terreno específicamente 
humano, en el que se hace posible y se funda el comportamiento moral. 
 
 La ética lleva a cabo su objeto de estudio auxiliándose de otras ciencias 
como son: la psicología, la antropología social, la sociología, la economía, la 
política, etc. 
 
 La psicología presta una importante contribución a la ética al esclarecer las 
condiciones internas, subjetivas, del acto moral. La explicación psicológica de 
la conducta humana permite comprender las condiciones subjetivas de los 
actos de los individuos, y de este modo, contribuye a entender su dimensión 
moral. Problemas morales como el de la responsabilidad y el de la 
culpabilidad no pueden abordarse al margen de los factores psíquicos que han 
intervenido en el acto con respecto al cual el sujeto se considera responsable y 
culpable. La psicología, asimismo, con su análisis de las motivaciones o 
impulsos irresistibles, nos hace ver cuándo un acto humano escapa a una 
valoración o enjuiciamiento moral. 
 
 La sociología estudia el comportamiento del hombre como ser social en el 
marco de unas relaciones dadas; se estudian asimismo las estructuras en que se 
integran esas relaciones, así como las formas de organización y de relación de 
los individuos en el seno de ellas. Esas relaciones, así como las instituciones y 
organizaciones sociales, no se dan al margen de los individuos, pero a las 
ciencias sociales les interesa, sobre todo, no en el aspecto psíquico o subjetivo 
de la conducta humana – que es como se ha señalado, una tarea de la 
psicología- sino las formas sociales en el marco de las cuales actúan los 
individuos. Al insertarse en un tejido de relaciones sociales, su modo de 
comportarse moralmente no puede tener un carácter meramente individual, 
sino social. 
 
 La antropología social estudia, sobre todo, las sociedades primitivas o 
desaparecidas, sin preocuparse de su inserción en un proceso histórico de 
cambio y sucesión. Dentro del estudio de la conducta de esas comunidades, 
entra también el análisis de su conducta moral. Los antropólogos han logrado 
establecer correlaciones entre la estructura social de una comunidad, y el 
código moral que las rige, demostrando con ello que las normas que hoy, 
 12
conforme con nuestro código moral actual, parecen en algunos casos 
inmorales, –como la de no respetar la vida de los ancianos y los prisioneros- 
responden a cierto modo de vida social. La ética como teoría de la moral ha de 
tener presente un comportamiento humano que varia y se diversifica con el 
tiempo, lo cual determina si existe un progreso moral, el cual consiste en la 
negación radical de viejos valores, en la conservación dialéctica de algunos de 
ellos, o en la incorporación de nuevos valores y virtudes morales sólo se da 
sobre la base de un progreso histórico social que condiciona dicha negación, 
superación o incorporación, en lo cual se pone de manifiesto, una vez más, 
que el cambio y sucesión de unas morales por otras, según una línea 
ascensional, hunde sus raíces en el cambio y sucesión de unas formaciones 
sociales por otras. 
 
 La economía auxilia a la ética en la relación efectiva de la vida social de 
los fenómenos económicos con el mundo moral. Se trata de una relación en un 
doble plano: 
 
a) En cuanto que las relaciones económicas influyen en la moral 
dominante en una sociedad dada. Así, por ejemplo, el sistema 
económico en el que la fuerza de trabajo se vende como mercancía y en 
el que rige la ley de la obtención del máximo beneficio posible, genera 
una moral egoísta e individualista que responde al afán de lucro. El 
conocimiento de esa moral tiene que basarse en los datos y conclusiones 
de la economía política acerca de ese modo de producción o sistema 
económico. 
 
b) En cuanto que los actos económicos –producción de bienes mediante el 
trabajo y apropiación y distribución de ellos- no puede dejar de tener 
cierta coloración moral. La actividad del trabajador, la división social 
del trabajo, las formas de propiedad de los medios de producción y la 
distribución social de los productos del trabajo humano, plantean 
problemas morales. 
 
 La ética como ciencia de la moral no puede dejar en la sombra los 
problemas morales que plantea, particularmente en nuestra época, la vida 
económica, y a cuyo esclarecimiento contribuye la economía política, como 
ciencia de las relaciones económicas o de los modos de producción. 
 
 
 
 13
CARÁCTER HISTORICO DE LA MORAL 
 
 Si por moral entendemos un conjunto de normas y reglas de acción 
destinadas a regular las relaciones de los individuos en una comunidad social 
dada, el significado, función y validez de ellas no pueden dejar de variar 
históricamente en las diferentes sociedades. Así como unas sociedades 
suceden a otras, así también las morales concretas, efectivas, se suceden y 
desplazan unas a otras. Por ello, puede hablarse de la moral de la Antigüedad, 
de la moral feudal que se da en la Edad Media, de la moral burguesa en la 
sociedad moderna, etc. La moral es, pues, un hecho histórico y, por tanto, la 
ética, como ciencia de la moral, no puede concebirla como algo dado de una 
vez y para siempre, sino que tiene que considerarla como un aspecto de la 
realidad humana que cambia con el tiempo. 
 
 La mayor parte de las doctrinas éticas, incluso aquellas que se presentan 
como una reflexión sobre el factum de la moral, tratan de explicar ésta a la luz 
de principios absolutos y “a priori”, y fijan su esencia y función 
desentendiéndose de las morales históricas concretas. Pero al ignorarse el 
carácter histórico de la moral, lo que ésta ha sido efectivamente, ya no se parte 
del hecho de la moral, y se cae necesariamenteen concepciones ahistóricas de 
ella. De este modo, el origen de la moral se sitúa fuera de la historia, lo que 
equivale a decir –puesto que el hombre real, concreto, es un ser histórico- 
fuera del hombre real mismo. 
 
 Este ahistoricismo moral, en el campo de la reflexión ética, sigue tres 
direcciones fundamentales: 
 
a) Dios como origen o fuente de la moral. Las normas morales derivan 
aquí de una potencia suprahumana, cuyos mandamientos constituyen 
los principios y normas morales fundamentales. Las raíces de la moral 
no estarían, pues, en el hombre mismo, sino fuera o por encima de él. 
 
b) La naturaleza como origen o fuente de la moral. La conducta humana 
moral no sería sino un aspecto de la conducta natural, biológica. Las 
cualidades morales –ayuda mutua, disciplina, solidaridad, etc.- tendrían 
su origen en los instintos y, por ello, podrían encontrarse no sólo en lo 
que hay en el hombre de ser natural, biológico, sino incluso en los 
animales. Darwin llega a afirmar que los animales conocen casi todos 
los sentimientos morales de los hombres: amor, felicidad, lealtad, etc. 
 
 14
 c) El hombre como origen y fuente de la moral. El hombre del que aquí se 
habla es un ser dotado de una esencia eterna e inmutable, inherente a 
todos los individuos, cualesquiera que sean las vicisitudes históricas o la 
situación social. De este modo de ser, que permanece y dura a lo largo 
de los cambios históricos y sociales, formaría parte de la moral. 
 
La moral sólo puede surgir –y surge efectivamente- cuando el hombre 
deja atrás su naturaleza puramente natural, instintiva, y tiene ya una naturaleza 
social; es decir, cuando ya forma parte de una colectividad. Como regulación 
de la conducta de los individuos entre sí, y de éstos con la comunidad, la 
moral requiere forzosamente no sólo que el hombre se halle en relación con 
los demás, sino también cierta conciencia –por limitada o difusa que sea- de 
esa relación a fin de poder conducirse de acuerdo con las normas o 
prescripciones que lo rigen. 
 
 Pero esta relación de hombre a hombre, entre el individuo y la comunidad, 
es inseparable de otra vinculación originaria: la que los hombres –para 
subsistir y protegerse- mantienen con la naturaleza que los rodea y a la cual 
tratan de someter. Dicha vinculación se expresa, ante todo, en el uso y 
fabricación de instrumentos, o sea, en el trabajo humano. 
 
 A través de la historia el hombre ha cambiado de organización social, es 
decir, ha pasado por el salvajismo o etapa primitiva, el esclavismo, el 
feudalismo, el capitalismo y el socialismo. El cambio radical de la estructura 
social da lugar a un cambio fundamental de la moral. Una sociedad es tanto 
más rica moralmente cuanto más posibilidades ofrece a sus miembros para 
que asuman la responsabilidad personal o colectiva de sus actos; es decir, 
cuanto más amplio sea el margen que se les ofrece para aceptar consciente y 
libremente las normas que regulan sus relaciones con los demás. En este 
sentido, el progreso moral es inseparable del desarrollo de la libre 
personalidad. 
 
 La moral tiene un carácter social en cuanto que: a) los individuos se sujetan 
a principios, normas o valores establecidos socialmente; b) regula sólo actos y 
relaciones que tienen consecuencias para otros y requieren necesariamente la 
sanción de los demás; c) cumple la función social de que los individuos 
acepten libre y conscientemente determinados principios, valores o intereses. 
 
 
 
 15
ESTRUCTURA DEL ACTO MORAL 
 
 Encontramos en la moral normas y principios que tienden a regular la 
conducta de los hombres (normativo) y, un conjunto de actos humanos que se 
ajustan a ellos, cumpliendo así su exigencia de realización (fáctico). La 
esencia de la moral tiene que buscarse, por ende, tanto en un plano como en el 
otro, y de ahí la necesidad de analizar el comportamiento moral de los 
individuos reales a través de los actos concretos en que se manifiesta. 
 
 Un acto moral –como, por ejemplo: acudir en ayuda de alguien que sin 
poder defenderse es atacado impunemente en la calle; cumplir la promesa de 
devolver algo prestado; denunciar la injusticia cometida con un compañero o 
amigo, etc.- es siempre un acto sujeto a la sanción de los demás; es decir, 
susceptible de aprobación o condena, de acuerdo con normas comúnmente 
aceptadas. No todos los actos humanos pueden recibir semejante calificación. 
Si se trata de un acto cuya realización no pudo ser evitada, o cuyas 
consecuencias no podían ser previstas, no puede ser calificado –en un sentido 
o en otro- desde el punto de vista moral y, por tanto, no es propiamente moral. 
 
 Tenemos que destacar, en primer lugar, el motivo del acto moral. Por 
motivo puede entenderse aquello que impulsa a actuar o a perseguir 
determinado fin. El motivo que puede impulsar, por ejemplo, a denunciar la 
injusticia cometida con un compañero, puede ser una pasión sincera por la 
justicia, o bien algo muy distinto: el deseo de notoriedad. Un mismo acto 
puede realizarse por diferentes motivos y, a su vez, el mismo motivo puede 
impulsar a realizar actos distintos con diferentes fines. El sujeto puede 
reconocer el motivo de su acción y, en este sentido, tiene un carácter 
consciente, pero no siempre muestra ese carácter. La persona que es 
impulsada a actuar por fuertes pasiones (celos, ira, etc.), por impulsos 
incontenibles o por rasgos negativos de su carácter (crueldad, avaricia, etc.) no 
es consciente de los motivos de su conducta. Esta motivación inconsciente no 
permite calificar al acto estimulado por ella como propiamente moral. Los 
motivos inconscientes de la conducta humana deben ser tomados en cuenta, 
pero no para determinar el carácter moral de un acto, sino para comprender 
justamente que dicho acto obedece a motivos inconscientes, irracionales que 
escapa de la esfera moral y no puede ser objeto, por tanto, de aprobación o 
desaprobación. 
 
 Ahora bien, el motivo del que es consciente el sujeto forma parte del 
contenido del acto moral, y ha de ser tenido presente al calificar moralmente 
 16
este acto en un sentido u otro. Y ello se hace necesario puesto que, como 
hemos visto en el ejemplo citado anteriormente, dos motivos distintos –sincera 
pasión por la justicia, o afán egoísta de notoriedad- pueden impulsar a una 
misma acción. Los motivos constituyen, por consiguiente, un aspecto 
importante del acto moral. 
 
 Otro aspecto fundamental del acto moral es la conciencia del fin que se 
persigue. Toda acción específicamente humana exige cierta conciencia de un 
fin, o anticipación ideal del resultado que se pretende alcanzar. El acto moral 
entraña también la producción de un fin, o anticipación ideal de un resultado. 
Pero el fin trazado por la conciencia implica asimismo la decisión de 
alcanzarlo, es decir, en el acto moral no sólo se anticipa idealmente como fin 
un resultado, sino que además hay la decisión de alcanzar efectivamente el 
resultado que dicho fin prefigura o anticipa. La conciencia del fin, y la 
decisión de alcanzarlo, dan al acto moral el carácter de un acto voluntario. Y, 
por esta voluntariedad, el acto moral –en el que el sujeto consciente del fin, 
decide la realización- se distingue radicalmente de otros que se dan al margen 
de la conciencia, como son los actos fisiológicos o los actos psíquicos 
automáticos- instintivos o habituales- que se producen en el individuo sin su 
intervención ni control. Dichos actos no responden a un fin trazado por la 
conciencia ni a una decisión de realizarlos; son por ello, inconscientes e 
involuntarios y, consecuentemente, no son morales. 
 
 La decisión de realizar un fin presupone su elección entre otros. La 
pluralidad de fines exige, por un lado, la conciencia de la naturaleza de cada 
uno de ellos y, asimismo, la conciencia de que en una situación concreta dada, 
uno es preferible a los demás, lo cual significa también que un resultado ideal, 
no efectivoaún, es preferible a otros posibles. La pluralidad de fines en el acto 
moral exige, pues: a) elección de un fin entre otros y b) decisión de realizar el 
fin escogido. 
 
 El acto moral no se cumple con la decisión tomada, es preciso llegar al 
resultado efectivo. 
 
 Otro aspecto del acto moral es la conciencia de los medios para realizar el 
fin escogido y el empleo de ellos para alcanzar así, finalmente, el resultado 
querido. El empleo de los medios adecuados no puede entenderse en el sentido 
de que todos los medios sean buenos para alcanzar un fin o que el fin 
justifique los medios. Un fin elevado no justifica el uso de los medios más 
bajos, como los que entraña tratar a los hombres como cosas o meros 
 17
instrumentos, o lo humillan como ser humano. Por ello, no se justifica el 
empleo de medios como la calumnia, la tortura, el soborno, etc. 
 
 El acto moral, por lo que toca al agente, se consuma en el resultado, o sea, 
en la realización o plasmación del fin perseguido. Pero como hecho real, tiene 
que ser puesto en relación con la norma que aplica y que forma parte del 
“código moral” de la comunidad correspondiente, es decir, el acto moral 
responde de un modo efectivo a la necesidad social de regular en cierta forma 
las relaciones entre los miembros de una comunidad, lo cual quiere decir, que 
hay que tener en cuenta las consecuencias objetivas del resultado obtenido, o 
sea, el modo como este resultado afecta a los demás. 
 
 El acto moral supone un sujeto real, dotado de conciencia moral, es decir, 
de la capacidad de interiorizar las normas o reglas de acción establecidas por 
la comunidad, y de actuar conforme a ellas. La conciencia moral es, por un 
lado, conciencia del fin que se persigue, de los medios adecuados para 
realizarlo y del resultado posible, pero es, a la vez, decisión de cumplir el fin 
escogido, ya que su cumplimiento se presenta como una exigencia o un deber. 
 
 En suma: el acto moral es una totalidad o una unidad indisoluble de 
diversos aspectos o elementos: motivo, fin, medios, resultados y 
consecuencias objetivas. 
 
 El grado de libertad del acto moral se halla determinado histórica y 
socialmente, ya que se decide y actúa en una sociedad dada, que ofrece a los 
individuos determinadas pautas de conducta y posibilidades de acción. 
 
 DEFINICION DE LA MORAL: La moral es un sistema de normas, 
principios y valores, de acuerdo con el cual se regulan las relaciones mutuas 
entre los individuos, o entre ellos y la comunidad, de tal manera que dichas 
normas, que tienen un carácter histórico y social, se acaten libre y 
conscientemente por una convicción íntima, y no de un modo mecánico, 
exterior o impersonal. 
 
 
 
 
 
 
 
 18
LOS VALORES 
 
 Todo acto moral entraña la necesidad de elegir entre varios actos posibles. 
Tener que elegir supone que preferimos lo más valioso a los menos valioso 
moralmente, o a la que constituye una negación del valor de ese género (valor 
moral negativo o disvalor). El comportamiento moral no solamente forma 
parte de nuestra vida cotidiana, sino que es valioso, o sea, tiene para nosotros 
un valor. Tener un contenido axiológico ( de axios, en griego, valor) no sólo 
significa que consideramos la conducta buena o positiva, digna de aprecio o 
alabanza, desde el punto de vista moral; significa también que puede ser mala, 
digna de condena o censura, o negativa desde ese punto de vista moral. En un 
caso u otro, la valoramos o juzgamos como tal, en términos axiológicos. Tanto 
las cosas que el hombre ha creado, como los actos humanos, o los productos 
de la actividad humana tienen un valor para nosotros. 
 
 Cuando hablamos de valores tenemos presente la utilidad, la bondad, la 
belleza, la justicia, etc., así como los polos negativos correspondientes: 
inutilidad, maldad, fealdad, injusticia, etc. 
 
 Nos referimos en primer lugar al valor que atribuimos a las cosas u objetos, 
ya sean naturales o producidos por el hombre, y después al valor con respecto 
a la conducta humana y, particularmente, a la conducta moral. 
 
 Para poder entender que son los valores, pongamos por ejemplo la plata, 
objeto natural humanizado por el hombre, es decir, como objeto natural con 
determinadas propiedades físicas y químicas, y humanizado por el hombre, 
porque ha sido transformado por él. La plata no existe ya como un simple 
objeto natural, dotado exclusivamente de propiedades sensibles, físicas o 
naturales, sino que tiene una serie de propiedades nuevas, como son por 
ejemplo, la de servir de objeto de adorno, o producir placer desinteresado al 
ser contemplada (propiedad estética), la de servir para fabricar objetos que 
tienen una utilidad práctica (propiedad práctico-utilitaria), la de servir como 
moneda de circulación, atesoramiento o pago (propiedad económica). 
 
 Pero estas propiedades pueden ser llamadas también humanas en cuanto 
que el objeto que las posee sólo existe como tal en relación con el hombre, es 
decir, si es contemplado, utilizado o cambiado por él. Vale no como objeto en 
sí, sino para el hombre. En suma: el objeto valioso no puede darse al margen 
de toda relación con un sujeto, ni independientemente de las propiedades 
naturales, sensibles o físicas que sustentan su valor. 
 19
 Para que un objeto tenga un valor de uso se requiere simplemente que 
satisfaga una necesidad humana, con independencia de que sea natural (aire, 
tierra, etc.) o producto del trabajo del hombre. 
 
 DEFINICION DE VALOR: El valor no lo poseen los objetos en sí, sino 
que éstos lo adquieren gracias a su relación con el hombre como ser social. 
Pero los objetos, a su vez, sólo pueden ser valiosos cuando están dotados de 
ciertas propiedades efectivas. 
 
 Es el hombre –como ser histórico-social, y con su actividad práctica- el que 
crea los valores y los bienes en que se encarnan, y al margen de los cuales sólo 
existen como proyectos u objetos ideales. Los valores son, pues, creaciones 
humanas, y sólo existen y se realizan en el hombre y por el hombre. 
 
 Pero el uso de “bueno” en estos ejemplos no tiene ningún significado 
moral. Un “buen” reloj, es un reloj que realiza positivamente el valor 
correspondiente: el de la utilidad, o sea, cumple satisfactoriamente la 
necesidad concreta humana a la que sirve. Un “buen” reloj es un objeto útil. Y 
algo análogo, lo podemos decir del agua, al calificarla de “buena”, con ello 
queremos decir que satisface positivamente, desde el punto de vista de nuestra 
salud, la necesidad orgánica que ha de satisfacer. 
 
 La relación entre el objeto y la necesidad humana correspondiente es una 
relación intrínseca, propia, en la que el primero adquiere su estatuto como 
objeto valioso, integrándose de acuerdo con ella, como un objeto humano 
específico. Esta relación intrínseca con determinada necesidad humana, y no 
con otra, es la que determina la calificación axiológica del bien 
correspondiente, así como el tipo de valor que ha de ser atribuido al objeto o 
acto humano en cuestión. 
 
 Se puede hablar de la “bondad” de un cuchillo, en cuanto que satisface 
positivamente la función de cortar. Pero el cuchillo –y la función 
correspondiente- puede estar al servicio de diferentes fines, puede ser 
utilizado, por ejemplo, para realizar un acto malo, desde el ángulo moral, 
como es el asesinato de una persona. Desde el punto de vista de su utilidad o 
funcionalidad, el cuchillo no dejará de ser “bueno” por haber servido para 
realizar un acto reprobable. Por el contrario, sigue siendo “bueno”, y tanto 
más cuanto más efectivamente haya servido al asesino, pero esa “bondad” 
instrumental o funcional queda a salvo de toda calificación moral pese a haber 
servido de medio o instrumento para realizar un acto moralmente malo. La 
 20
calificación moral recae aquí sobre el acto de asesinar, al servicio del cual ha 
estado el cuchillo. No es el cuchillo –éticamente neutral, como lo son en 
general los instrumentos, lasmáquinas o la técnica en general- lo que puede 
ser calificado desde el punto de vista moral, sino su uso; es decir, los actos 
humanos de utilización al servicio de determinados fines, intereses o 
necesidades. 
 
 Los valores morales únicamente se dan en actos o productos humanos, sólo 
lo que tiene una significación humana puede ser valorado moralmente pero, a 
su vez, sólo los actos o productos que los hombres pueden reconocer como 
suyos, o sea, los que realizan consciente y libremente, son dignos de 
valoración. En este sentido se puede calificar moralmente la conducta de los 
individuos o de los grupos sociales, las intenciones de sus actos, sus resultados 
y consecuencias, las actividades de las instituciones sociales, etc. 
 
 No todos los actos humanos están sujetos a la valoración moral –a una 
aprobación o reprobación en el sentido moral- sino sólo aquellos que afectan 
por sus resultados y consecuencias a otros. Definir lo bueno implica definir lo 
malo. 
 
 En los tiempos modernos, lo bueno es lo que concuerda con la naturaleza 
humana, entendida ésta de un modo universal y abstracto; las ideas de lo 
bueno y lo malo tienen también, por ello, un carácter universal, concordante 
con esa verdadera naturaleza del hombre como ser racional o espiritual, dada 
de una vez y para siempre. Pero tras esta universalidad de la idea de lo bueno 
se esconden aspiraciones e intereses humanos concretos que son, sobre todo, 
los de la clase social dominante. Ninguna clase social acepta como “bueno” lo 
que entra en contradicción con sus intereses sociales. Por ello, lo bueno para 
una clase, en una misma sociedad, no lo es para la otra. Esto no significa que 
lo bueno pierda todo contenido objetivo, pues cuando una clase social –en su 
fase ascensional- tiene intereses propios que se confunden con los del 
progreso histórico y social, su idea de lo bueno –en contradicción con la de 
una clase social ya decadente, que se aferra a su particularidad- contribuye a 
una concepción más universal de lo bueno, aunque esta universalidad se 
presente todavía un tanto abstracta. Lo bueno, en este sentido, resulta entonces 
más provechoso para una moral universal humana –a la que atiende, como ya 
se ha señalado, el progreso moral- que lo bueno en el sentido estrecho y 
limitado de la moral anterior, la esclavista o la moral feudal. 
 
 21
 Así, pues, las ideas de lo bueno y lo malo cambian históricamente de 
acuerdo con las diferentes funciones de la moral efectiva de cada época, y esos 
cambios se reflejan bajo la forma de nuevos conceptos en las doctrinas éticas. 
Tomando en cuenta la aspiración común de los hombres, de alcanzar lo bueno, 
por considerarlo el valor moral fundamental, aunque siempre de acuerdo con 
sus aspiraciones concretas en cada época o en cada sociedad, se ve –en el 
plano de la teoría ética- algunas de las respuestas principales a la pregunta 
acerca de la naturaleza de lo bueno. Entre estas concepciones principales, se 
tienen las que definen lo bueno como felicidad, placer o utilidad. 
 
 LO BUENO COMO FELICIDAD (EUDONISMO). Fue Aristóteles el 
primero que sostuvo que la felicidad es el más alto de los bienes y que todos 
los hombres aspiran a ella. Que tiene como condiciones necesarias: la 
seguridad económica y la libertad personal. El problema de la felicidad no 
puede plantearse sin tener presente su contenido concreto, es decir, el tipo de 
felicidad que se busca, y en el que los hombres en una situación dada ven la 
realización de sus más caras aspiraciones personales. También aquí hay que 
tener presente los nexos entre la felicidad y las relaciones sociales que 
contribuyen a forjar una imagen de ella que los individuos hacen suya. Así, 
por ejemplo, en una sociedad en la que domina la propiedad privada y en la 
que el hombre vale, ante todo, no por lo que es, sino por lo que tiene, la 
felicidad se cifra en la posesión de bienes materiales. En una sociedad así, la 
felicidad se cifra, por tanto, en la satisfacción del “espíritu del tener”, en la 
posesión de dinero, y en ella el hombre rico, en sentido material, será feliz, en 
tanto que el pobre, el desposeído, será desdichado e infeliz. Aquí el sistema 
económico-social, da un contenido concreto al concepto de felicidad, a su vez, 
la búsqueda de esa felicidad contribuye, asimismo, a fortalecer y desarrollar el 
sistema. 
 
 Con lo anterior, se vé cómo una sociedad determinada forja su propio 
concepto de felicidad y como este concepto responde, a su vez, a las 
necesidades de las fuerzas sociales empeñadas en mantener su osamenta 
social. 
 
 En conclusión: la tesis de que la felicidad es lo único bueno resulta 
demasiado general, sino se precisa su contenido concreto. Este contenido varía 
de acuerdo con las relaciones sociales que lo determinan, y a cuyos intereses 
responde. Y sólo en otro tipo de sociedad, en donde no se viva bajo el régimen 
del dinero, y en donde el individuo no sea lo que posea, sólo entonces el 
hombre podrá buscar otro tipo de felicidad. 
 22
 LO BUENO COMO PLACER (HEDONISMO). Es necesario distinguir 
dos sentidos del término placer, que a veces se confunden: 1) como 
sentimiento o estado afectivo, placentero, que acompaña a diferentes 
experiencias (encuentro casual con un viejo amigo, contemplación de un 
cuadro, solución de un problema matemático, etc.), y cuyo opuesto es el 
“displacer”, o estado afectivo desagradable que acompaña a ciertas 
experiencias (encuentro con una persona que se detesta, lectura de una mala 
novela, torcedura de un tobillo, etc.), 2) como sensación agradable producida 
por ciertos estímulos (un cosquilleo, un buen vaso de vino, etc.), y cuyo 
opuesto es el dolor o sensación localizable en alguna parte del cuerpo (dolor 
de estomago o dolor de cabeza, por ejemplo). 
 
 Cuando los hedonistas afirman que lo bueno es el placer y lo malo es lo 
opuesto, se refieren a los dos sentidos citados en primer lugar. Admitida esta 
distinción puede comprenderse que, al sostener Epicuro que cada quien debe 
buscar el máximo placer, no se refiere a los placeres sensibles, inmediatos y 
fugaces, como los proporciona la comida, la bebida o el sexo, y cuya 
satisfacción reiterada o inmoderada acaba por acarrear males (dolores, 
desarreglos, hastío, etc.) sino a placeres más duraderos y superiores, como los 
intelectuales y estéticos. 
 
 LO BUENO COMO LO UTIL (UTILITARISMO). El utilitarismo 
sostiene que lo bueno es lo útil o beneficioso “para el mayor número de 
hombres”, entre cuyos intereses figura también el de uno en particular. 
 
 La realización de lo bueno, en los tres planos antes citados, entraña 
necesariamente una peculiar relación entre lo individual y lo general, que se 
halla condicionada, a su vez, por determinada estructura social. El egoísmo y 
sus manifestaciones opuestas, son alentados u obstaculizados de acuerdo con 
las condiciones sociales concretas en que los hombres viven. Por ello, el 
problema de lo bueno como conjunción de los intereses personales y generales 
es inseparable del problema de las bases y condiciones sociales que hacen 
posible su realización. 
 
 
 
 
 
 
 
 23
CRITERIOS DE JUSTIFICACION MORAL 
 
 Pueden distinguirse cinco criterios fundamentales de justificación de las 
normas morales. Como se verá estos criterios exigen forzosamente que no se 
considere la norma moral como algo absoluto, suprahumano o intemporal, que 
existe en sí y por sí, sino como un producto humano que solamente existe, 
vale y se justifica como nudo de relaciones. La consideración de la norma en 
estas diversas relaciones da lugar a los siguientes criterios de justificación –
social, práctica, lógica, científica y dialéctica- de su validez, criterios que, a su 
vez, se hallan también en una mutua relación. 
 
 I.- La justificación social. Toda norma para ser justificable, tiene que ser 
puesta en un contexto humano concreto, es decir, en el marco de una 
comunidad histórico-social determinada. Enuna comunidad en la que se da la 
necesidad social “x” o el interés “y”, se justifica la norma que exige la 
conducta adecuada. 
 
 II.- La justificación práctica. Una norma moral sólo podrá justificarse 
prácticamente si se dan las condiciones reales para que su aplicación no se 
oponga a las necesidades sociales de la comunidad. En una comunidad dada 
en la que se dan las condiciones necesarias, se justifica la norma que responde 
a dichas condiciones. 
 
 III.- La justificación lógica. La justificación lógica de las normas satisface, 
en definitiva la función social de toda moral, ya que impide que en una 
comunidad dada surjan normas arbitrarias o caprichosas que, justamente por 
no integrarse en el sistema normativo correspondiente, entrarían en 
contradicción con los intereses y necesidades de la comunidad. Una norma se 
justifica lógicamente si demuestra su coherencia y no contradictoriedad con 
las demás normas del código moral del que forma parte. 
 
 IV.- La justificación científica. Dado el estado de conocimientos 
alcanzados por la sociedad, una norma moral se justifica científicamente si se 
basa en esos conocimientos o es compatible con ellos. 
 
 V.- La justificación dialéctica. Una norma moral se justifica 
dialécticamente cuando contiene aspectos o elementos que, dentro del proceso 
progresivo moral, se integran a un nuevo nivel en una moral superior. (1) 
 
 
 24
SEXUALIDAD Y MORAL 
 
 Hasta ahora, se ha visto nada más el aspecto teórico de la moral, es 
necesario adentrarse un poco en el campo de la sexualidad y su relación con la 
moral. Los aspectos socioculturales de cada época son imprescindibles para 
entender las diferentes manifestaciones de la sexualidad, bastaría con revisar 
un poco la historia de la humanidad para comprenderla. 
 
 Se ha visto que la moral, entre otras cosas, es un conjunto de normas y 
reglas de acción destinadas a regular las relaciones de los individuos en una 
comunidad social dada, el significado, función y validez de ellas no puede 
dejar de variar históricamente en las diferentes sociedades y clases sociales. 
Así como unas sociedades suceden y desplazan a otras, así también, las 
morales concretas, efectivas, se suceden y se desplazan unas a otras. Por 
ejemplo: 
 
 El código moral de las religiones primitivas tenía casi siempre de común la 
prohibición de sembrar discordias, de alterar la propiedad privada, de cometer 
adulterio, etc. Los sacerdotes eran ayudados generalmente por sacerdotisas, 
danzarinas, cantantes, adivinadoras y esposas del dios que, en algunos casos, 
como en el culto Asirio-Babilónico de Ishtar (diosa de la voluptuosidad) se 
entregaban a la prostitución sagrada. 
 
 Es importante destacar el factor de la separación de clases, pues el 
comportamiento sexual difería según la pertenencia a una u otra de ellas y las 
normas sexuales de la clase dirigente del país no eran las mismas que 
formaban la conducta de las capas bajas. Por ejemplo, en la antigua China 
existían dos clases de matrimonio completamente distintas, uno normalizado 
jurídicamente y otro que era en realidad una simple y sencilla unión. En el 
Oriente también el matrimonio refrendado por un contrato, pero solamente 
entre las clases altas. En Egipto, a consecuencia de una revolución social que 
tuvo lugar dos mil años antes de Cristo, la plebe conquistó el derecho a que su 
matrimonio fuera refrendado legalmente. En Babilonia, las disposiciones 
legales en torno al matrimonio regulaban solamente las uniones de la gente 
rica, mientras que el pueblo llano no merecía ninguna clase de atención por 
parte de los legisladores. Las únicas disposiciones que tenían un carácter 
general se referían al nacimiento de los hijos. Es obvio decir que el Estado 
estaba interesado en procurar que el pueblo llano tuviera la mayor cantidad de 
hijos posible, por lo cual las disposiciones punitivas contra el aborto eran 
numerosas. (2) 
 25
 
 Al revisar esto se da uno cuenta que la sexualidad y sus normas han sido 
condicionadas por intereses políticos, religiosos, etc., últimamente algunos 
científicos, sociólogos, psicólogos, etc., tratan de abordar estos problemas con 
fundamentos científicos. Wilhelm Reich dice que “la primera condición para 
el saneamiento de las relaciones humanas y sexuales en particular es la 
eliminación de esas concepciones morales que fundan sus exigencias en 
pretendidos mandamientos sobrenaturales o bien, en reglamentaciones 
profanas arbitrarias. La moral ha de apoyarse también en las adquisiciones de 
la ciencia. No podemos de manera irresponsable conservar un precepto moral 
que en tiempos tuvo un sentido y sirvió a los intereses de determinadas clases. 
Para nosotros, la piedra de toque de la moral es saber si se puede conducir a 
una vida rica y más armoniosa, tanto desde el punto de vista individual como 
social. 
 
 Es moral para nosotros lo que, bajo condiciones determinadas, contribuye 
mejor al esplendor de la personalidad en el individuo y a la consecución de 
mejores formas de vida social”. (3) 
 
 Freud dice acerca de la moral: “en su ética sexual, recientemente publicada 
establece Von Ehrenfels una distinción entre moral sexual natural y moral 
sexual cultural. Por moral sexual natural entiende aquella bajo cuyo régimen 
puede una raza conservarse duraderamente en plena salud y capacidad vital. 
Moral sexual cultural sería, en cambio, aquella cuyos dictados impulsan al 
hombre a una obra de cultura más productiva e intensa. Ehrenfels señala 
realmente toda una serie de daños de los que se ha de hacer responsable a la 
moral sexual dominante en nuestra sociedad occidental contemporánea y, 
aunque la reconoce muy apropiada para el progreso de la cultura, concluye 
postulando la necesidad de reformarla. En cuanto a la moral y su repercusión 
en lo emocional. En muchas familias son los hombres sanos, pero inmorales, 
hasta un punto indeseables, y las mujeres, nobles y refinadas, pero 
gravemente nerviosas”. (4) 
 
 En cuanto a la moral y la psicología dice Erich Fromm: “ Es imposible 
comprender al hombre y a sus perturbaciones emocionales y mentales sin 
comprender la naturaleza de los conflictos de valor y de los conflictos 
morales. El progreso de la psicología no radica en la dirección del divorcio de 
un supuesto campo “natural” de otro supuesto campo “espiritual” y que enfoca 
su atención sobre el primero, sino en el retorno a la gran tradición de la ética 
humanista, que contempla al hombre en su integridad física y espiritual, 
 26
creyendo que el fin del hombre es ser él mismo y que la condición para 
alcanzar esa meta es que el hombre sea para sí mismo”. (5) 
 
 Ninguno de estos estudiosos de la psicología niega la importancia de la 
moral y su repercusión en lo emocional y lo social, y en consecuencia en lo 
sexual. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 27
BIBLIOGRAFIA DE ETICA 
 
 
 
 
1.- SANCHEZ, A. Etica 
 Editorial Grijalbo 
 México. 
 
 
 
2.- LOPEZ, J.J. El libro de la vida sexual 
 Editorial Danae 
 Barcelona 
 Pág. 36 
 
 
 
3.- REICH, W. La revolución sexual 
 Editorial Roca 
 México 
 Pág. 63 
 
 
 
4.- FREUD, S. Tres ensayos para una teoría sexual 
 Obras completas. Tomo II. 
 Editorial Biblioteca Nueva 
 Madrid 
 Pág. 1249, 1255 
 
 
 
5.- FROMM, E. Etica y psicoanálisisFondo de Cultura Económica 
 México 
 Pág. 19 
 
 
 28
CLASES SOCIALES 
 
 La actividad cotidiana nos relaciona con muchas experiencias, una de ellas 
es cuando observamos la diferencia entre una colonia insalubre, sin luz, agua, 
drenaje, etc., y otra que tiene todos los servicios. En cada caso, los individuos 
que las habitan son diferentes en su actividad social, en sus ingresos y en su 
cultura. ¿Cuál es la causa de esta diferencia, si ambos grupos viven en la 
misma ciudad? 
 
 A través del tiempo, los estudiosos de las ciencias sociales has descrito la 
desigualdad social de maneras muy diversas. 
 
 En Grecia, por ejemplo, Aristóteles dividió a la sociedad en esclavos y 
hombres libres, y estableció relaciones entre formas de gobierno y predominio 
de ciertas clases. 
 
 La desigualdad social se explica en base a las corrientes modernas más 
importantes y significativas: 
 
 1.- La teoría funcionalista. 
 
 2.- La teoría marxista. 
 
 La teoría funcionalista postula el estudio de la desigualdad social a través 
de dos categorías fundamentales: 
 
• La estratificación social (aspecto estático) . 
• La movilidad social (aspecto dinámico). 
 
 El siguiente esquema ilustra los diferentes aspectos que contempla la teoría 
funcionalista: 
 Teoría funcionalista 
 
 
 Estratificación social Movilidad social 
 
 
Nivel Nivel Nivel Medición 
Económico social político vertical 
 29
I 
I 
I 
I 
I 
I 
I 
I 
I 
I 
I 
I 
I 
 La estratificación social es el proceso mediante el cual los individuos, las 
familias, o los grupos sociales son jerarquizados en una escala, unos en 
escaños superiores y otros en inferiores. 
 
 El nivel económico de la estratificación social consiste en la jerarquización 
de los individuos ateniéndose a los ingresos monetarios, la propiedad de 
bienes y servicios. 
 
 La estratificación según el nivel social reside en la jerarquización de los 
individuos de acuerdo al prestigio y honor de que disfrutan, es decir, nivel 
educativo, lugar de residencia, ascendencia social, ocupación, etc. 
 
 En la estratificación, según el nivel político, se realiza en la jerarquización 
en función al poder que ostentan. 
 
 El aspecto dinámico de la teoría funcionalista, o sea, la movilidad social, se 
define como: un movimiento significativo en la posición económica, social y 
política de un individuo o de un estrato. 
 
 Lo que distingue a un individuo de otro es su posición social o estatus 
social, entendiéndose por estatus social, la situación social en que se 
encuentran los individuos como producto de una serie de atributos. 
 
 Para el análisis de la desigualdad social se entiende por estrato: el 
ordenamiento de los “estatus individuales” que comparten determinadas 
características afines dentro de un sistema de estratificación. 
 
 El estatus o posición social de un individuo se adquiere de dos formas: una 
por ascendencia social (herencia, raza, etc.) y la otra por el trabajo 
individualizado. 
 
 En la sociedad capitalista en que vivimos, los estratos se reúnen en forma 
vertical, entendiéndose por medición vertical: el agrupamiento ascendente y 
descendente de los diversos estratos. 
 
 La regla que orienta el concepto de movilidad, se basa en que los sistemas 
de estratificación del mundo moderno no son rígidos y permiten el paso de 
un individuo de un estatus a otro. Este cambio o paso se significa por el 
cambio de actitudes, ingresos, educación, etc. 
 
 30
 Entonces, la desigualdad social, según la teoría funcionalista, será: la 
diferencia de posiciones dentro de la escala de valores que postula la sociedad. 
Las diferencias de valores se dan en el nivel económico, en lo social y en lo 
político. 
 
TEORIA MARXISTA 
 
 Para vivir, los hombres necesitan alimento, vestido y habitación, para 
poseer estos bienes materiales tienen que trabajar. Los hombres no producen 
los bienes materiales individualmente, sino en grupos, en sociedades. Por 
consiguiente, la producción es siempre, y bajo cualquier condición, una 
producción social y el trabajo una actividad del hombre social. 
 
 Proceso de 
 producción trabajo del objeto de medios de 
 de bienes = hombre + trabajo + trabajo 
 materiales 
 
 Desglosando el esquema anterior del proceso de producción, se tiene como 
primer elemento el trabajo del hombre, que se considera como la actividad del 
hombre encaminada a transformar la naturaleza para dar satisfacción a sus 
necesidades. 
 
 El segundo elemento considerado en el proceso de producción es el objeto 
que puede definirse como: aquél sobre el cual recae el trabajo del hombre. Por 
ejemplo, del algodón cosechado se fabrican telas. 
 
 El último elemento lo constituyen los medios de trabajo que están 
formados por: los sitios donde el hombre desarrolla su actividad y los 
instrumentos que emplea en la transformación de las materias primas. Son 
ejemplo de los primeros: la tierra, los centros fabriles, etc. Son ejemplo de los 
segundos: la herramienta o la maquinaria. 
 
 La teoría marxista afirma que la división de la sociedad está fundada en la 
apropiación que un grupo de individuos hace del producto del trabajo de otro 
grupo o conjunto de individuos. Entonces, la desigualdad social se origina 
como resultado de la apropiación del trabajo ajeno. 
 
 
 
 31
 Estos grandes grupos de hombres se diferencian entre sí por: 
 
 El lugar que ocupan históricamente en un sistema de producción. Un 
ejemplo lo tenemos en las sociedades feudales, en donde los siervos se 
dedicaban a la agricultura y la artesanía, y los nobles a gobernar y a hacer la 
guerra. 
 
 La propiedad y no propiedad de los medios de producción, se debe 
entender como que hay individuos que tienen la propiedad de la tierra, de los 
bienes naturales, tal es el caso del petróleo, de las fábricas donde se procesan 
dichos bienes naturales, etc., y otros que carecen de cualquier tipo de 
propiedad y lo único que poseen es su fuerza de trabajo. 
 
 El papel que desempeñan en la organización social del trabajo, por 
ejemplo, en una industria farmacéutica, un grupo de individuos (ingenieros, 
químicos, supervisores, etc.) dirige la producción y otro grupo de individuos 
(los obreros o proletariados) son los que procesan dicha producción. 
 
 El modo y la proporción en que reciben la parte de la riqueza de que 
disponen también es muy desigual. Por ejemplo: en una fábrica de vestidos, 
100 costureras producen 1000 prendas diariamente, la venta de esta 
producción es de $ 100 000, si descontamos $ 10 000 por gastos de 
producción y $ 10 000 divididos entre las 100 trabajadoras, al dueño le 
quedará una ganancia de $ 80 000, es decir, a las costureras sólo se les pagará 
lo indispensable para vivir. 
 
 Ahora bien, una clase social existe sólo en relación con las demás clases, y 
estas son de dominación y oposición, entre las clases que son propietarias de 
los medios de producción y las que no lo son. 
 
 Para el marxismo existen dos momentos para estudiar una clase social: 
 
 1.- El económico. 
 
 2.- El político. 
 
 El momento económico puede considerarse como: el conjunto de 
individuos que se identifican al compartir una determinada posición en la 
estructura económica. La posición estará determinada por la propiedad o no 
propiedad de los medios de producción. 
 32
 
 Dentro del momento económico, los individuos no tienen una conciencia 
clara de sus objetivos como clase social. Se puede decir que la clase social 
existe como un conjunto de individuos desorganizados. Generalmente las 
clases luchan porsus intereses materiales más inmediatos, por ejemplo: los 
obreros tienen un sindicato que cuida por su salario, su seguridad en el trabajo, 
su jornada laboral, etc. 
 
 El momento político se realiza cuando la expresión de los intereses de una 
clase se hace ordenada, y los individuos se organizan en asociaciones de 
naturaleza política. 
 
 La existencia de la clase social adquiere sentido porque relaciona a los 
individuos hacia objetivos determinados. Hasta aquí la teoría marxista, en 
relación a los dos puntos anteriores, deduce lo siguiente: 
 
 Se entiende por clase social: cada uno de los grandes grupos de hombres 
que se identifican por el lugar que ocupan en un sistema de producción 
históricamente determinado. 
 
 Las clases existen en la estructura económica y son causa de las relaciones 
sociales de producción. En última instancia, pueden influir otros factores de 
orden social, pero el económico será el primordial. 
 
 Así, la educación y el prestigio pueden decirnos si un individuo se 
encuentra en buena posición social, pero será su relación con los medios de 
producción lo que determine si es de tal o cual clase. Generalmente la 
educación y el prestigio son resultado de la buena posición económica. 
 
 La estructura social en México está constituida por tres clases sociales: 
 
 1.- Gran Burguesía 
 
 2.- Pequeña y mediana burguesía 
 
 3.- Proletariado 
 
 Las fracciones en que se divide la gran burguesía son: 
 
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 Financiera. Es la fracción más poderosa. De agentes de negocios han 
pasado a dominar cadenas de bancos que, a su vez, controlan casi la totalidad 
de los medios de producción. El capital financiero ejerce un monopolio del 
que extrae cuantiosas utilidades y beneficios. Está constituida por unas 1500 
familias y cuenta con un enorme poder de decisión entre las demás fracciones. 
 
 Agraria-ganadera. Está integrada por unas 500 o 600 familias y unos 200 
ganaderos que acaparan más del 50% de las tierras laborables y de las 
superficies irrigadas, agua y crédito agrícola (según censo de 1960). 
 
 Industrial. La industria es propiedad de unos cuantos grandes empresarios 
que controlan alrededor de 116 empresas, así como los sistemas más efectivos 
de producción. Dichos empresarios destacan en los siguientes renglones: 
siderurgia, industria química, farmacéutica, fibras artificiales, cemento, 
automotriz, textil, vidrios, cervezas y cigarros. 
 
 Comercial. Está organizada en todo tipo de cadenas de tiendas y comercios 
de autoservicio. Son entre 80 y 100 las principales empresas que controlan la 
actividad comercial del país. 
 
 Las fracciones burguesas se encuentran agrupadas en varias 
organizaciones: Cámara Nacional de la Industria de la Transformación 
(CANACINTRA), Confederación de Cámaras Industriales (CONCAMIN), 
etc. 
 
 Fracciones de la pequeña y mediana burguesía: 
 
 Accionistas y prestamistas. Son grupos dedicados a las actividades de 
crédito y financiamiento en pequeña escala, que registran el peso de los 
grandes monopolios banqueros. Por lo regular, sirve a la gran burguesía. 
 
 Industriales. Tienen medianas empresas gracias al ahorro, y quedan fuera 
de la competencia monopólica. 
 
 
 Comerciantes. Está constituida por medianos y pequeños comerciantes. 
Son los últimos intermediarios en la distribución de los artículos de consumo. 
Sus ganancias les permiten un nivel de vida cómodo, pero sin la esperanza de 
acumular grandes fortunas. 
 
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 De servicios. Los integrantes de esta fracción, se dedican a las actividades 
administrativas, trabajan en las oficinas del gobierno; también pertenecen a 
esta fracción los profesionistas, estudiantes, maestros, pequeños artesanos y 
empleados privados. Por lo general, no poseen capitales acumulados y viven 
de la remuneración de su trabajo. 
 
 Agraria. Son pequeños propietarios de tierra que trabajan por su propia 
cuenta, y pocas veces llegan a contratar obreros. 
 
 Fracciones del proletariado: 
 
 Obrero industrial. 
 
 Obrero agrícola. 
 
 Ejidatario. 
 
 Los individuos que pertenecen a esta clase carecen de medios de 
producción, y para sobrevivir trabajan en las industrias o en la agricultura, a 
cambio de un salario. También forman parte de esta clase, aquellos núcleos de 
población que no encuentran ocupación o que tienen empleos eventuales o 
simulados. Esta clase se encuentra organizada en centrales o sindicatos, por 
ejemplo: la CTM, CNC, CCI, CROM, etc. 
 
 Existen otros grupos que no pertenecen a ninguna de las clases 
anteriormente mencionada como son el semiproletariado, que lo forman 
núcleos de población desocupada, que salen del campo a las grandes ciudades 
con la esperanza de encontrar un trabajo. Se ocupan frecuentemente en las 
actividades domésticas, en la construcción o en el comercio ambulante. 
 
 Subproletariado. Son individuos que a la falta de empleo y oportunidades, 
se dedican a la mendicidad, a la recolección de basura o, bien, a la 
delincuencia. 
 
 Lumpenproletariado. Es un núcleo de población parasitaria que no 
participa en la producción de la riqueza social. (1) 
 
 Una vez visto lo que son las clases sociales y las fracciones en que se 
dividen, es necesario saber que el comportamiento o actitudes de cada clase 
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social varía de una a otra clase, en gran parte por su forma de producción o de 
sobrevivencia. 
 
 Según Erich Fromm, “la tarea de la supervivencia implica que el hombre 
tiene que producir, o sea, que tiene que conseguir el mínimo de alimentación y 
abrigo, necesarios para sobrevivir, así como las herramientas necesarias aún 
para el más rudimentario sistema de producción. El método de producción, a 
su vez, determina las relaciones sociales existentes en una sociedad dada, 
determina el modo y las prácticas de vida. No obstante, las ideas religiosas, 
políticas y filosóficas, no son meramente proyecciones secundarias, como 
están enraizadas en el carácter social ellas, a su vez, determinan y estabilizan 
el carácter social. 
 
 Me permitiré repetir que al decir que la estructura social económica de la 
sociedad moldea el carácter del hombre, hablamos sólo de uno de los polos de 
la interconexión existente entre la organización social y el hombre. 
 
 El otro polo que hay que tener en cuenta es la naturaleza humana que, su 
vez, moldea las condiciones sociales en que vive. Sólo entenderemos el 
proceso social si partimos del conocimiento de la realidad del hombre, de sus 
propiedades psíquicas y fisiológicas, y si estudiamos la interacción entre la 
naturaleza del hombre y la naturaleza de las condiciones en que vive y que ha 
de dominar si quiere sobrevivir. (2) 
 
 En base a la influencia que tienen las formas de producción sobre el 
comportamiento del hombre, se entiende que cada sociedad o clase social es 
influenciada por circunstancias económicas y socioculturales que modifican la 
sexualidad o la actitud hacia ella. 
 
 Por ejemplo, en su libro Psicoanálisis del campesino mexicano, Erich 
Fromm investiga y da estos resultados: ¿Cuáles hombres son dominantes? 
¿Cuáles son dominados por sus esposas? 88% de los hombres más productivos 
son dominantes, comparados con el 54% de los hombres con orientación 
receptiva. 
 
 En esta misma obra, Fromm hace mención mención del capítulo “Sexo y 
carácter” y sugiere que las armas que los hombres y mujeres usan unos contra 
otros son determinadas en parte por sus vulnerabilidades biológicas, la 
vulnerabilidad del hombre yace en cuanto pueda faltar potencialmente para el 
coito, que tiene siempre la apariencia de una prueba de examen. 
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 La vulnerabilidad de la mujer, yace en su dependencia del hombre, el 
elemento de inseguridad relacionado con la función sexual, está en quedarse 
sola. Es quedar frustrada en no tener completo control sobre el proceso que 
lleva a la satisfacción sexual. 
 
 En otro apartado del mismo capítulo señala:que la gran mayoría de los 
hombres no son impotentes, a diferencia de las mujeres, cuya gran mayoría 
tienden a ser frígidas. Aparte del hecho de que el funcionamiento fisiológico 
masculino parece mejor asegurado contra el fracaso por mecanismos 
fisiológicos poderosos, debería hacerse hincapié en que el acto de penetración, 
realizado por el hombre, es muy distinto al de abrirse y recibir, llevado a cabo 
por las mujeres. Por tanto, sólo el hombre acumulativo en extremo, que no 
quiere dar su semen es el que puede llegar a ser impotente. (3) 
 
 Por tanto, y derivado de lo anterior, se puede entender que las mujeres, ante 
la sexualidad, son más inseguras. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
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BIBLIOGRAFIA DE CLASES SOCIALES 
 
 
 
 
 
 
1.- SORIANO, R. M. Estructura social y económica de México 
 Editorial Herrero 
 México 
 
 
 
2.- FROMM, E. Psicoanálisis de la sociedad contemporánea 
 Fondo de Cultura Económica 
 México 
 Pág. 73 
 
 
 
3.- FROMM, E. Psicoanálisis del campesino mexicano 
 Fondo de Cultura Económica 
 México 
 Págs. 202-208 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 38
ADOLESCENCIA 
 
 
 Pubertad y adolescencia. El término pubertad se emplea aquí para señalar 
las manifestaciones físicas de la maduración sexual, y adolescencia, para 
calificar los procesos psicológicos de adaptación a las condiciones de la 
pubertad. Los complejos fenómenos de la adolescencia se desarrollan sobre 
los antecedentes de la niñez temprana. 
 
 En el adolescente hay un ritmo muy variable de cambios fisiológicos, y la 
edad cronológica no proporciona un criterio valido para la madurez física; el 
adolescente vive en un grupo y tiene amigos quizá de la misma edad 
cronológica, pero con diferencias en el desarrollo físico y en sus intereses, eso 
motiva muchas conductas imitativas. A esto se suma la discrepancia en el 
crecimiento de distintos órganos que produce un crecimiento asimétrico, con 
cambios a veces súbitos, y determina un constate cambio de la auto imagen y 
reevaluación del ser. La mayoría de los adolescentes interesados en la 
normalidad de su estado físico y la ausencia de normas definidas, les crea 
incertidumbre. También, a veces, aparecen en el desarrollo físico 
características del sexo opuesto, lo cual es más conflictivo para el barón 
(crecimiento de mamas, por ejemplo). El adolescente rechaza el examen 
médico por miedo a que se le descubran características anormales. También 
porque se intensifican sus conflictos relacionados con la masturbación. 
Mientras que en la niñez se pueden establecer pautas de desarrollo, esto es 
más difícil en la adolescencia, y la conducta de esta edad es compleja y 
depende tanto de la historia de vida individual como del medio. 
 
 La adolescencia permite, a veces, la recuperación espontánea de conflictos 
infantiles, los procesos regresivos de la adolescencia posibilitan la 
reconstrucción de desarrollos tempranos, defectuosos o incompletos, nuevas 
identificaciones y contra-identificaciones juegan un papel importante en esto. 
Por lo tanto, los trastornos traen consigo un potencial benéfico. Según 
Erikson, se puede nominar a la adolescencia como “crisis normativa”, fase 
normal de conflicto acentuado con fluctuación en la fortaleza yoica y un alto 
potencial de crecimiento. 
 
 Adolescencia es la suma total de los intentos para ajustarse a la etapa de la 
pubertad, a nuevas condiciones internas y externas, evoca modos de defensa 
de la primera infancia y así, los conflictos de la niñez deben ser recapitulados. 
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Por eso la adolescencia fue llamada la segunda edición de la infancia, teniendo 
en cuenta un “ello” fuerte enfrenta a un “yo” relativamente débil. 
 
 En la adolescencia se produce un segundo paso de individuación. El 
primero se dio al final del primer año, cuando se diferenció entre el ser y no 
ser, así, el adolescente pasa por lo mismo para llegar a la identidad. 
 
 La individuación, identidad, se acompaña de sentimientos de aislamiento, 
soledad y confusión; la pérdida de omnipotencia de la fantasía y la 
confrontación con la realidad, llevan al miedo y al pánico. En consecuencia, 
algunos adolescentes tratan de permanecer en ésta, lo que configura una 
adolescencia prolongada. 
 
 Es pre-requisito para entrar en la adolescencia haber consolidado la 
latencia, de otra forma, el púber experimenta una simple intensificación de sus 
deseos como una conducta infantil. 
 
 Las amistades, las actividades atléticas, la preocupación por el arreglo 
personal, protegen a la muchacha en contra de esta actitud precoz, es decir, de 
una actividad heterosexual defensiva. 
 
 La mejor medida de seguridad es la accesibilidad emocional de los padres, 
especialmente de la madre o el sustituto materno. 
 
 Adolescencia. La búsqueda de relaciones de objeto o la invitación de éstas, 
ilumina el desarrollo psicológico de esta etapa. 
 
 Los mecanismos defensivos y adaptativos en toda su complejidad pasan a 
primer plano en la vida mental. El joven se desprende finalmente de objetos 
infantiles de amor que con anterioridad había tratado de hacer muchas veces. 
Los deseos edípicos y sus conflictos surgen nuevamente. Antes de que nuevos 
objetos amorosos puedan tomar el lugar de aquellos abandonados existe un 
período durante el cual el “yo” se encuentra empobrecido por el retiro de los 
padres actuales por lo cual hay una percepción interna, posteriormente el 
juego sexual de acercamiento ruidoso y voraz de los muchachos se ve 
interrumpido por un sentimiento erótico que inhibe y extasía al joven macho el 
amor tierno, el cual implica ternura y devoción, predominando en esta etapa la 
preocupación por preservar el objeto de amor y el deseo de pertenecer 
exclusivamente el uno al otro, este sentimiento amenaza al adolescente con 
una nueva dependencia, despertando miedo de sumisión y de rendición 
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emocional, no obstante, el componente pasivo femenino del macho es rendido 
a la pareja heterosexual, y de esta polarización deriva un sentimiento de estar 
completo, 
 
 El progreso decisivo de la adolescencia se da con la heterosexualidad que 
sólo se alcanza cuando los impulsos pregenitales han sido relegados a un rol 
inicial y subordinado a la sexualidad genital o potencial orgástico. 
 
 El adolescente utiliza como defensa de su angustia el uniformismo que se 
da cuando el joven dentro de un grupo se siente a resguardo de la ansiedad, 
aquel que no encaja dentro del uniformismo del grupo es una amenaza y, 
como tal, es evitado, ridiculizado o tolerado condescendientemente. 
 
 Síntesis de la adolescencia propiamente dicha: 
 
1) La adolescencia propiamente dicha marca un avance hacia la heterosexuali- 
 dad. 
 
2) La libido se dirige ahora a objetos no incestuosos del sexo opuesto. 
 
3) Declina el narcisismo. 
 
4) Se reactivan, a través de las nuevas relaciones de objeto, fijaciones edípicas 
 que contribuyen al desligamiento del padre edípico. 
 
5) Existe una elaboración de la masculinidad y feminidad. 
 
6) Se producen medidas defensivas, procesos restitutivos y acomodaciones 
 adaptativas más organizadas que tienen que ver con el carácter. 
 
7) Los procesos cognitivos se hacen más objetivos y analíticos. 
 
8) Conocimiento claro del self “este soy yo”. (1) 
 
 De estas características sobresalientes en la adolescencia, es importante, 
tratar con detenimiento la última, es decir, el conocimiento claro del self “este 
soy yo” o sentido de identidad por su repercusión en lo sexual y lo social.

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