Logo Studenta

Analisis-de-los-factores-de-riesgo-asociados-a-las-complicaciones-del-tratamiento-quirurgico-de-los-quistes-aracnoideos-intracraneales

¡Este material tiene más páginas!

Vista previa del material en texto

) J232 
UNIVERSIDAD NACIONAL AUTONOMA 
DE ~XICO 
fAcut T AD DE MEDICINA 
DIVISION DE ESTUDIOS DE POSTGRADO 
INSTITUTO MEXICANO DEL SEGURO SOCIAL 
DELEGACiÓN SUR DEL DISTRITO FEDERAl 
UMAE HOSPITAL DE ESPECIALIDADES CMN SIGLO XXI 
ANÁLISIS DE LOS FACTORES DE RIESGO ASOCIADOS 
A LAS COMPLICACIONES Del TR ATAMI ENTO 
QUIRÚRGICO DE LOS QUISTES ARACNOIDEOS 
INTRACRANEALES 
T E S I S 
Q U E P R E S E N T A 
DR. ALFONSO VEGA S O S A 
PARA OBTENER EL DIPLOMA DE LA 
ESPECIALIDAD DE : NEUROCIRUGIA 
ASESOR: DR. FABRIZIO COHN ZURITA 
ASESOR METODOLÓGICO: DR. JAIME DIEGOP~REZ RAMIREZ 
1,\1SS MtXICO, D. F. FEBRERO 2008 
 
UNAM – Dirección General de Bibliotecas 
Tesis Digitales 
Restricciones de uso 
 
DERECHOS RESERVADOS © 
PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL 
 
Todo el material contenido en esta tesis esta protegido por la Ley Federal 
del Derecho de Autor (LFDA) de los Estados Unidos Mexicanos (México). 
El uso de imágenes, fragmentos de videos, y demás material que sea 
objeto de protección de los derechos de autor, será exclusivamente para 
fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo 
mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, 
reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el 
respectivo titular de los Derechos de Autor. 
 
 
 
ORA 
DIANA G. MENEZ oiAZ 
DIRECCiÓN DE EDUCACiÓN E INVESTIGACiÓN EN SALUD 
UMAE HOSPITAL DE ESPECIALIDADES CMN SIGLO XXI 
GERA 
PROFESOR TITU 
UMAE HOSprTA O 
ALANZAR 
RSO DE NEUROCIRUGíA 
LlDADES CMN SIGLO XXI 
aCTOR 
F IZID COHN ZURITA 
MÉDICO ADSC ITO AL SERVICIO DE NEUROCIRUGiA 
ASESOR DE LA TESIS 
UMAE HosprrAL DE ESPECIALIDADES CMN SIGLO XXI 
DOCTOR 
JAIME DlEGOPEREZ RAMiREZ 
MÉDICO ADSCRITO AL SERVICIO DE NEUROCIRUGIA PED1ÁTRICA 
ASESOR METODOlÓGICO DE LA TESIS 
UMAE HOSPITAL DE PEDIATRíA CMN SIGLO XXI 
, ".' 
--- ---
IN$ 11 1 UlO MEXICANO DEL SEGURO SOCIAL 
DIRECCIÓN DE PRESTACIONES MEDICAS 
UNIDAD DE ATENCIÓN MÉDICA 
COORDINACIÓN DE UNIDADES MÉDICAS DE ALTA ESPECIALIZACIÓN 
U.M.A.E. HOSPllAL DE ESPECIALIDADES "DR. BERNARDO SEPÚLVEDA G." 
CEN TRO MÉDICO NACIONAL SIGLO XXI 
DIRECCIÓN DE EDUCACIÓN E INVESTIGACiÓN EN SALUD 
JulioO~ . 2UQ7 
PTR 065/ 2007 ANALlSIS DE LOS FACTORES DE RIESGO ASOCIADOS A 
LAS COMPLICACIONES DEL TRATAMIENTO QUIRURG1CO 
DE LOS QUISTES ARACNOIOEOS INTRACRANEALE$ 
DICTAMEN: APROBADO 
DR. ADOLFO C El NEGRETE 
C1ÓN E 
ALUD , 
1.- Catos del Alumno 1.- Datos Del Alumno 
(Autor) 
Apellido paterno Veg. 
Apellido Materno So," 
Nombre Alfonso 
Teléfono 044553500 89 06/55 56 03 81 84 
Universtdad Universidad Nacional Autónoma de México 
Facultad o Escuela Medicina 
Carrera Neurocirugia 
Numero de cuenta 503038377 
2.- Catos del asesor (es) 2.- Datos del asesor (es) 
Apellido paterno Cohn 
Apellido Materno Zurita 
Nombre (s) Fabrizio 
Diegopérez 
Ramirez 
Jaime 
3.- Catos de la tes is 3.- Dalos de la tesis 
Titulo Análisis de los factores de riesgo asociados a las 
complicaciones del tratamiento quirurgico de los quistes 
aracnoideos intracraneales 
Número de páginas 36 
Ano 2008 
DEDICATORIA. 
Este trabajo esta dedicado a mis Padres 
Sra. Graclela Sosa Vargas (q.e.p.d) 
Porque siempre no importando el que ... estuviste conmigo hasta el último de tus dlas. 
Te extrar'io. 
Sr. Agustin Vega Hernandez 
A ti te debo lo que soy! 
AGRADECIMIENTOS 
A mis padres y mis hermanas por brindarme un hogar cálido y ensel'larme que la 
perseverancia y el esfuerzo son el camino para lograr objetivos. 
A Ulia mi esposa ... que además de ser preciosa, siempre me ha apoyado y ha 
compartido todos mis estudios y .. mis suel'los ... Esta también es una forma de decirle que 
la amo. 
A mi pequena Camila ... Por su incondicional amor y carino, que me impulsa a 
buscar un mejor futuro para ella. 
A todos los medicos que componen el Servicio de Neurocirugia, que con su 
ensel'lanza me guiaron e impulsaron para llegar a concluir un escalón en mi vida 
profesional. Mi eterno agradecimiento y admiración. 
A mis Asesores Dr. Fabrizio Cohn Zurita y al Dr. Jaime Oiegopérez Ramlrez, 
quienes me han orientado y apoyado durante la realización del presente trabajo. 
A todos aquellos amigos, compañeros y maestros que me han ayudado, 
ensenado, y escuchado y que han hecho de mi, creo, mejor persona. 
IGRACIASI 
iNDICE 
INTRODUCCIÓN 1 
OBJETIVOS 10 
MATERIAL, PACIENTES Y MÉTODOS 11 
RESULTADOS 14 
ANÁLISIS ESTADisTiCa 2. 
DISCUSiÓN 24 
CONCLUSIONES 28 
BIBLlOGRAFiA 29 
ANEXOS 34 
INTRODUCCiÓN 
Los Quistes aracnoideos (QA) son colecciones extracerebrales de carácter 
benigno formadas por liquido cefalOfraquldeo (LCR), rodeadas por una membrana 
aracnoidea indistinguible histológica mente de la aracnoides sana. Aunque se han 
descrito en todas las edades, soo caracterlsticos de la infancia. etapa en la que llegan 
a representar el 1% de todas las lesiones intracraneales ocupantes de espacio (1, 2). 
La primera descripción de CA cerebrales corresponde a Richard Bright en el segundo 
tomo de sus series "Reports of Medical Cases· Quien los describió en 1831 como un 
Quiste seroso en conexión con la aracnoides (3). Posteriormente recibió 
denominaciones como meningitis serosa cirtunscripta (4), pseudotumOf cerebral (5) o 
aracnoiditis crónica (9). En 1923, Demel (4), tras una revisión de la literatura. concluyó 
Que el mejor tratamiento para estos Quistes era la trepanación con drenaje o la 
exéresis del mismo. 
ET/OLOGIA 
La aracnoides normal esta compuesta por dos capas fusionadas de células 
mesoteliales aracnoideas que se diferencian sólo en su disposición celular: la mas 
externa o sulxlural es de grosor variable, esta constituida por células aracnoideas 
planas unas sobre otra, su superficie es lisa y esta en contacto con el espacio virtual 
sulxlural; la interna posee una sola capa de células aracnoideas y es la Que cubre el 
espacio subaracnoideo Que contiene el LCR. En el espacio subracnoideo existe un 
tejido conectivo trabecular que va de la aracnoides a la piamadre. que es acelular. 
El espacio sut>aracnoideo, también llamado trabecular, es de grosor variable. 
en algunas áreas se ensancha. desaparecen las trabéculas y se forman las cistemas; 
en el resto del mismo la piamadre y la aracnoides están más cercanas y el LCR cirtula 
entre ambas membranas. 
En relaciOn con la etiologla de los QA la hipótesis de mayor aceptación es la 
embrionaria (2, 6.7) según la cual se producen por una aberración en el desarrollo 
embriológico del espacio subaracnoideo. Alrededor del dla 35 de la gestación aparece 
una membrana laxa de mesénquima entre el tubo neural. las somitas y la notocorda 
que es la meninge primitiva. la que diferenciara posteriormente en piamadre. 
aracnoides y duramadre. En el día 45 del desarrollo embrionario la meninge primitiva 
se condensa, cavila y forma un espacio común que se denomina subaracnoideo-
subdural. 
El espacio subaracnoideo se desarrolla en el cuarto mes de la vida intrauterina, 
cuando se perfora la tela coroidea del IV ventriculo, lo que trae como consecuencia la 
salida del LCR. del sistema ventricutar primitivo, con formación de la cisterna magna, a 
partir de la cual se creé! el espacio subaracnoideo pOI' una "disección hldrica" por parte 
det LCR. En este momento la aracnoides no esta totalmente diferenciada y por tanto 
en esta fase del desarrollo embrionario, se puede crear, durante la "disección", una 
falsa vla entre ambas capas de la aracnoides, que si se agranda producirá un quiste 
aracnoideo, Esto explica el desarrollo de los quistes de fosa posterior, media y de la 
convexidad, aunque no otras localizaciones como los supraselares y los 
intraventriculares, 
Otras hip~tesjs planteadas indican que se producen por la secreción de 
sustancias al espacio subaracnoideo desde el sistema venoso, y algunos autores los 
denominan quistes subaracnoideos (6): otra teorla propuesta por Robinson, defiende 
que los CA sonsecundarios a hipoplasias encefálicas focales, en las que los quistes 
ocupan el espacio cedido (9), 
Excepcionalmente, se han publicado casos hereditarios en forma aislada 
(10,11) o relacionados con otras malformaciones sistémicas, como riMn poliqulstico 
(10), trisomla del cromosoma 12 (10), neurofibfomatosis (12) o aciduria glutarica tipo I 
(13), 
PROGRESiÓN 
Para explicar el crecimiento del quiste se han planteado diversas leorlas, la 
mas aceptada, porque existen casos en los que se ha podido demostrar in vivo, es la 
formación de mecanismos valvulares que permilen la entrada sin salida de liquido 
desde el espacio subaracnoideo "QA comunicantes" (14), Los estudios ultra 
estructurales han demostrado que las células que tapizan el quiste son similares a las 
del revestimiento de las granulaciones aracnoideas, con hendiduras intercelulares, 
dilataciones sinusoidales, vesículas picnoclticas, cuerpos mullivesiculares, estructuras 
lisos6micas y presencia de lámina basal. Algunos de estos hallazgos, conjuntamente 
con la presencia de microvilli en la superficie, indican la capacidad secretora de la 
pared, Ademas, se ha demostrado la presencia de bomba de Na+IK+-ATPasa, 
2 
encargada del transporte hacia el interior del quiste (15); de este modo. los quistes 
podrlan crecer por acumulo del liquido secretado por la pared. "QA no comunicantes", 
Menos aceptada es la hipótesis de que et l iquido entra en el quiste por la diferencia 
entre la presión oncótica del liquido intraqulstico y el contenido en el espacio 
subaracnoideo, ya que la composición qulmica de los IIquidos intraqulsticos y 
extraqulsticos es similar (16). 
INCIDENCIA 
Los Quistes Aracnoideos constituyen alrededor del 1 % de todas las lesiones 
intracraneales, apareciendo de manera incidental en el 0.5% de la autopsias (2, 6. 17, 
18). La mayorla se detecta en tas primeras dos décadas de la vida. entre el 60 y el 
90% debutan por debajo de los 16 ai'ios de edad y un 10% de los enfermos puede 
presentar más de una lesión. aunque se diagnostican con menor frecuencia en adultos 
yen ancianos. (19. 20) 
Los CA pueden aparecer en diferentes espacios a lo largo del neuroeje en las 
distintas áreas anatómicas donde existe aracnoides. Las dos terceras partes se sitúan 
en el espacio supratentorial. la mitad de los cuales (50%) estan en relación con la 
cistema de SiMo, son los llamados CA Silvianos, otras localizaciones son región la 
supraselar (10%), la convexidad (5%), interhemisféricos (5%), intraventriculares (2%). 
El tercio restante se localiza en la fosa posterior predominando los relacionados con el 
vermis y la cisterna magna (12%), aunque también se reportan en el ángulo 
pontocerebeloso (8%), lamina cua<lrigémina (5%) y Pfepontinos (1%). (21). 
MANIFESTACIONES CUNICAS 
Las manifestaciones clínicas en los QA dependen de los diversos factores 
como son la edad, topografia, tamai'io y de la forma de presentación 
Los signos y slntomas se producen por diversos mecanismos: 
, . - Compresión o irritación de estructuras adyacentes 
2.- Efecto de masa intracraneal 
3.- Trastornos en la circulación de LCR 
4.- Por efectos de un sangrado del quiste 
3 
En los niOOs que no tienen cerradas las suturas craneales los QA se 
caracterizan poi" un aumento del perlmetra cefélico: posterior al cierre de las mismas 
predominan los slntomas y signos producidos por la compresión ylo irritación 
secundarios a los efectos de masa. 
Los QA de la cisterna de Silvia se presentan con mayor frecuencia en hombres 
(3.1), con una localización predom:r.ar.te en el lado izquierdo. Clínicamente. en los 
laclantes pueden producir una macrocrania asimétrica por abombamiento de la fosa 
temporal y cuando son graneles una fontanela tensa con retardo en el desarrollo 
psicomotor: en nirios mayores el slntoma predominante es la cefaléa (50%): el 25% 
debuta con crisis convulsivas. signos de hipertensión endocraneana o defecto motor 
focal. cuando los quiste alcanzan grandes dimensiones. 
Una caracterlstica de los QA Siivianos es que pueden debutar con un 
sangrado intraquistico o hacia el espacio subdural después de un traumatismo leve. 
esto se ha atribuido a la presencia de vasos sangulneos en la capsula ylo en el interior 
del quiste. los que at no tener un sOpor1e adecuado se hacen vulnerables a cualquier 
estiramiento ylo distensión. (22, 23). Se ha reportado también rupturas espontaneas 
de los quistes con formación de higromas subcturales (24). 
Los QA de la región quiasmtltica son típicos de la edad pediátrica: el 50% son 
descubiertos de manera incidental, predominan en el sexo masculíno con una relación 
de 2 a 1. Las manifestaciones más frecuentes en lactantes la constituyen la 
macrocrania y retardo del desarrollo psicomotor: posteriormente predominan los 
trastomos visuales (atrofia óptica. hemianopsias). manifestaciones endocrinas (25) por 
compromiso del eje hipotalamo-hipofisario (retardo en el crecimiento, pubertad precoz. 
diabetes inslpida. entre otras) y cuando crecen cefalicamente pueden comprimir la 
porción anterior del 11 1 ventriculo y producir hidrocefalia. 
Una manifestación Upica, aunque infrecuente: pero digna de destacar es el 
llamado "signo de la murieca china" caracterizado por movimientos irregulares e 
involuntarios de la cabeza. en sentido antera posterior, de dos a tres por segundo y 
que aparecen en la posición sentado desapareciendo al dormir; es más frecuente en 
varones y se cree sean secundarios a una compresión del núcleo dorso medial del 
tálamo (26). 
4 
los QA de la fosa posterior pueden aparecer a cualquier edad, pero por lo 
general se hacen sintomaticos durante la lactancia y La edad preescolar, predominan 
en el sexo masculino y se ubican, como regla, en linea media o hacia las porciones 
laterales. los slntomas y signos más frecuentes son la hidrocefalia por obstrucción de 
la circulación del lCR, y alteraciones cerebelosas dependiendo del grado de 
compresiófl del cerebelo (27). Es necesario destacar que los CA de fosa posterior 
situados en la linea media tienen que ser diferenciados de la Malformación de Dandy 
Walker y de la megacistema magna. 
los CA laterales de la fosa posterior se sitúan principalmente sobre los 
hemisferios cerebelosos, con predominio de la dismetrla y la ataxia o en el angula 
pontocerebeloso con las manifestaciones clinicas de esta localización. con afectación 
de los nervios craneates VII, VIII, IX, X Y XI. 
Se han reportado localizaciones poco usuales, como los intraventriculares, en 
los que predominan los slntomas y signos de hipertensión intracraneal secundarios a 
la obstrucc:6n de la circulación del LCR y los situados inter- hemisféricos, 
generalmente se asocian a malformaciones del cuerpo calloso. 
Es importante destacar que en muchas ocasiones el diagnóshco de los CA es 
incidental y como es de suponer estos enfermos están asintomáticos y se hace 
necesario, segOn la topografía, establecer un diagnóstico diferencial con 
malformaciones, hipogenesias u otras lesiones con imagenes parecidas, por ejemplo 
La hipogenesia de la punta del lóbulo temporal, las lesiones qulsticas parase lares 
tumorales o no (quiste de la bolsa de Rathke, craneofaringeomas. aracnoidocele. entre 
otros); asl como los quistes coloides del 111 ventriculo anterior, entre otras. 
CLASIFICACIÓN 
Los QA se clasilican según los criterios radiológicos, de localización, o en 
función de su comunicación o no con el espacio subaracnoideo. Galassi et al (28) 
clasificaron los QA de la fosa media en tres tipos: 
Tipo 1: es un quiste cuadrangular situado en la cara anterior del lóbulo temporal 
sin aparente efecto masa. 
s 
Tipo 1/: es de tamal'lo medio, Iocahzado en la parte anterior y media de la fosa 
temporal , y con frecuencia comprime el lóbulo temporal. 
Tipo 11/: constituye un quiste de gran tamano, de forma ovalo redondeada, que 
ocupa la totalidad de la fosa temporal y se extienda hacialas fosas vecinas; 
tiene un gran efecto masa, 
En la fosa posterior, Arai y Sato (29) clasificaron los QA de esta localización en 
retrocerebelosos de linea media, cerebelosos hemisféricos y del ángulo 
pontocerebeloso, a los que denominan verdaderos QA y a los que diferencian 
claramente de otros quistes, como la malformación de Dandy-Walker y la 
megacisterna magna. 
DIAGNÓSTICO 
En los ni!'los de corta edad, la ecografia transfontanelar es un método fiable, de 
gran capacidad diagnóstica. que permite la visualización de tos QA como lesiones 
qulsticas hipoecogénicas. Entre sus grandes ventajas destacan su inocuidad y la 
posibilidad de realizarse a pie de cuna o en la incubadora, 
La tomografia computada (TC) continua siendo el método diagnóstico por 
excelencia. En TC los QA se observan como lesiones habitualmente extra-axiales, 
con una densidad similar al lCR y que no se modifican con la administración de 
contraste intravenoso. Como datos anadidos, puede observarse la deformidad de la 
calota y la base craneal, sobre todo en los quistes Sitvianos. compresión y 
desplazamiento de estructuras adyacentes o la presencia de hidrocefalia, etc. 
La resonancia magnética (RM) es una herramienta útil para la 
complementación diagnóstica, los quistes se presentan como lesiones con 
caracterlsticas similares allCR tanto en secuencia T1 como en T2. Brookes et al (31) 
pudieron observar con RM el movimiento pulsátil del LCR en el quiste. la RM es muy 
útil para conocer las relaciones anatómicas del quiste, su tamal'lo e)(acto y la 
e)(istencia de compresión/agenesia de estructuras adyacentes. El empleo de cine 
resonancia permite observar los Rujos de LCR entre el espacio subaracnoideo y el 
interior del quiste, 
6 
El diagnóstico diferencial incluye una gran variedad de quistes de dif~uente 
etiologla, tanto congénitos (megacislema magna. cavidad de linea media, quistes 
epidermoides. etc.) como adquiridos (astrocitomas qulsticos, quistes hidatidicos, 
cisticercosis. porencefalias de diferentes origenes, etc.). 
TRATAMIENTO 
Hasta el momento no hay evidencia que relacione a los CA con la 
sintomatologla que presentan los pacientes al momento del diagllOstico ya que una 
buena parte de los QA son diagnosticados en forma incidental y de ahi que los dos 
puntos fundamentales referentes al manejo son la indicación de tratamiento quinJrgico 
versus vigilancia y la técnica quirúrgica a emplear en caso de ameritarlo. 
Las Indicaciones para realizar tratamiento quirúrgico del quiste es que sean 
sintomáti:::os. bien por producir hipertensión ¡ntraeraneal. hidrocefalia. macrocefal ia o 
slntomas focales (32. 33), El aumento progresivo de tamal'lo del quiste también resulta 
indicativo de tratamiento, as1 como el diagnostico por aparición de un hematoma 
subdural, Los QA de gran volumen (mas de 50 cm3) que ("ursan de forma sintomática 
tienen una clara e indiscutible indicación quirúrgica; por el contrario. los de pequei'lo 
volumen (menos de 20 cm3). sintomaticos o no. pueden plantear problemas en la 
indicación del tratamiento oportuno. 
la actitud expe<:tante debemos considerarla en los quistes de pequeño 
volumen y. sobre todo, en los asintorntlticos que se diagnosticaron al practicar un 
estudio neurorradiológico POf otro motivo (34). Ademas. aunque no resulta frecuente. 
regularmente se describen resoluciones espontaneas de QA sin ningún tipo de 
tratamiento (35.36). 
El objetivo fundamental del tratamiento se encamina al control de la 
sintomatologla, que desaparece en la mayorla de los casos. aunque no se consiga 
reducir de forma si9nificativa eltamal'lo del quiste. 
Existe una gran controversia en cuanto a la técnica quirúrgica que se debe 
emplear. La cirugía abierta mediante craneotomla con fenestración (CF) de las 
membranas, cuyo objetivo es resecar ampliamente las paredes del quiste y ponerlas 
7 
en comunicación con las vlas del LCR -nabitualmente las cisternas de la base, 
consigue que no se produzca retención dentro de las membranas y que las 
estrucruras anatómicas que se encuentran comprimidas puedan desplazarse para 
ocupar su situaci6n anatómica normal. Esta técnica esta indicada, sobre todo, en los 
QA Silvianos, por la facilidad en establecer una comunicación entre la cavidad quistica 
y la cisterna ambiens. No es necesario realizar una resección completa de las 
membranas. sobre lodo de la intema, ya que pueden estar muy adheridas a la corteza 
cerebral y dat'iarse sin necesidad. Olro dato a favor de esta técnica son los pocos 
casos publicados en la literatura de recurrencia tras la fenestración (37). 
Es obligada su realización si el quiste debuta con un hematoma intraqulstico o 
subdural o si las paredes del quiste se rompen y ocasionan un higroma subdural a 
tensión (38). Su desventa}a estriba en la necesidad de practicar una amplia 
craneotomía bajo anestesia general. que puede aumentar la morbilidad. sobre todo en 
niflos de corta edad y escaso peso (39). 
la colocación de una derivación desde el quiste a otra cavidad (OCP) o desde 
cavidades ventriculares (DVP) supone menos riesgo quirúrgico. al realizar una 
descompresión gradual (<l O). pero tiene el inconveniente de crear una dependencia de 
la derivación y los riesgos de obstrucción e infección. con las consiguientes 
reintervenciones (41). En la actualidad no existe un consenso universal sobre la 
presión a utilizar en una valvula que se coloca al espacio subaracnoideo. ya que 
existen propueslas de presión baja. media y presión variable. Actualmente. ta 
existencia de válvulas de derivación programable permite que el vaciado del quiste 
pueda controlarse y regularse a través del sistema valvular (42). y reducir el nivel de 
las complicaciones. 
En los ultimos afios, el avance de las técnicas endoscópicas, que permiten la 
fenestraci6n del quiste y comunicarlo con las cisternas basales con menO( riesgo 
quirurgico. ha favorecido que esta técnica se considere el tratamiento de elección 
(43.44). La feneslración endosc-6pica de las paredes del quiste y la comunicación con 
el espacio subaracnoióeo sano es el procedimiento de elecci6n por excelencia. 
Frecuentemente las paredes del quiste son los suficientemente delgadas que permiten 
una adecuada visualización de las estructuras adyacentes como vasos sanguineos o 
nervios craneales. una vez hecha la fenestración se realiza una coagulación bipolar 
para realizar hemostasia y posteriormente se amplia la fenestración con un láser de 
fibra óptica (neooymium:yttriumaluminium garnet "Nd:YAG"¡ o mediante la 
8 
introducción de un catéter con punta de batón el cual se insufla dentro de la 
fenestración. las fenestraciones deben de ser multiples en lo posible mayores de 1cm 
de diámetro para Pfevenir recurrencia o efecto de válvula. (45,46) las principales 
complicaciones asociadas con la fenestración endosc6pica incluye el dallo 
inadvertido a estructuras elocuentes con la vaina del endoscopio durante la 
introducción del mismo, otro riesgo potencial es la hemorragia. los vasos sangulneos 
del quiste son mucho sensibles a un traumatismo que cualquier olro vaso en el 
cerebro. En los QA las venas corren en la pared externa del quiste mientras que los 
vasos arteriales lo hacen en la pared interna. la coagulación bipolar o la fibra óptica 
láser pueden ser utilizadas para coagular los vasos en el quiste y disminuir el riesgo de 
hemorragia. 
La fenestración microquirurgica propuesta por Levy et al. (47) a través de una 
pequella craneotomía es una variante reciente aplicada al tratamiento principalmente 
en los quistes temporales. Frente a las técnicas endoscópicas, destacan la mejor 
visibilidad. mejor control hemostático y la posibilidad de utilizar los instrumentos 
habituales microquirurgicos. Como complicaciones destacan un 4% de hematomas 
subdurales. infección (2%). parál isis transitoria de 111 par (6%) y pseudomeningocele 
(10%). 
9 
OBJETIVOS DEL ESTUDIO:El presente proyecto liene la finalidad de examinar los resultados quirúrgicos 
en pacientes operados de CA analizando las diferentes técnicas quirúrgicas 
empleadas. la vida media de cada procedimiento y el Indice de complicaciones 
poSqUifÚrgicas: con la finalidad de conocer los principales factores de riesgo para 
protocolizar de una forma objetiva el tratamiento (quirúrgico o conservador) que brinde 
máxima eficacia con el menor riesgo de complicaciones. 
Adicionalmente. se compararan grupos que emergen de las variables 
demográficas universales como género y edad. 
10 
MATERIAL, PACIENTES Y METODOS; 
El diseño del presente estudio es de tipo transversal, retrospectivo que analiza 
un grupo de pacientes con diagnóstico de Quiste aracnoideo intracraneal que fueron 
tratados quirurgicamente en un periodo de tiempo determinado. Los pacientes fueron 
localizados en la base de datos del servicio de Neurocirugla. se revisaron y analizaron 
los expedientes cllnicos de donde se tomaron los datos necesalios para la realizaciOfl 
del presente estudio. 
Los datos en relación al tamaño y localización del Quiste aracnoideo se 
encontraron en el expediente radiológico. Jos signos y slntomas preoperatorios. las 
cirugías realizadas. el intervalo quirurgico. tiempo de seguimiento de cada paciente y 
las complicaciones relacionadas al tratamiento quirurgico denlro de las notas del 
expediente cllnico. 
El universo de estudio incluye a todos los pacientes operados en el Servicio de 
Neurocirugla del Hospital de Especialidades Centro Médico Nacional Siglo XXI, con 
Diagnóstico de Quiste Aracnoideo intracraneal desde Enero de 200 1 hasta Diciemhre 
del 2006, siendo un total de 38 pacientes, de los cuales no se incluyeron en el 
estudio aquellos pacientes con alguna enfermP.dad sistémica grave osociada al QA (2 
pacientes) o expediente cllnico incorr:pleto (5 pacientes) y fueron excluidos aquellos 
pacientes con cirugla previa (3 pacientes) resultando un lotal de 28 pacientes. 
Los resultados quirúrgicos se estudiaron analizando las diferentes técnicas 
quirurgicas empleadas (Craneotomia mas lenestración del quiste. Derivación Ciste. 
Peritoneal (OCP). craneotomia más fenestración endoscópica, Derivación Ventriculo-
Peritoneal (OVP), fenestración endoscópica, punción guiada por estereotaxia, 
Craneotomla+ fenestración + DCP, DCP + Endoscopia y otras). 
JJ 
La eficacia del tratamiento se valoró en base a si el primer proce<1imiento 
quirúrgico fue suficiente para resolver la patologla inicial. 
La vida media de cada procedimiento se definió como el intervalo de bempo en 
dlas entre dos procedimientos quirúrgicos o la ultima nota de evolución de la consulta 
externa asentada en el e){pediente cllnico. 
Las complicaciones se definieron como los eventos adversos debidos a un 
procedimiento quirúrgico y se clasificaron de la siguiente manera: hematoma subdural, 
hematoma epidural, disfunción valvular, infección de herkta quirúrgica. edema 
cerebral. Infarto cerebral. formación del quiste, hkl'rocefalia. muerte y otras. 
,.-
,-
Los QA los subdividimos para su estudio de acuerdo a su localización en: 
a) Infratenloriales 
b) Supratentoriales 
e) Otra localización 
a) Derecho 
b) Izquierdo 
e) Linea media 
3-
1.- QA de la convexidad 
2.- QA de la fosa media: 
tipos: 
A su vez los clasificamos de acuerdo a la clasificación de Galassi (28) en tres 
Tipo 1: es un quiste cuadrangular situado en la cara anterior del lóbulo temporal 
sin aparente efecto masa. 
Tipo 1/: es de tamar'lo medio. localizado en la parte anterior y media de la fosa 
temporal . y con frecuencia comprime el lóbulo temporal. 
12 
Tipo 11/: constituye un quiste de gran tamal'io, de forma ovalo redondeada. que 
ocupa la totalidad de la fosa temporal y se extienda hacia las fosas vecinas: 
tiene un gran efecto masa. 
3.-QA supraselares 
4.- QA de la ~a posterior 
13 
RESULTADOS 
El Universo de estudio estuvo constituido por un total de 28 pacientes, 
distribuidos por género en 15 hombres y 13 mujeres. con un promedio de edad de 
34 aoos y con un rango de 17 a 65 a"os y con una mediana de 30.5.Gráfico 1 y 2. 
GRUPOS POR GENERO 
,~o 
Gréfico 1 
GRUPOS DE EDAD 
1O.¡>o 211 30 31100 411 50 51160 ~60 
~o 
Gréfico 2 
Claramente. se observa un predominio de pacientes jóvenes y por lo tanto, 
económicamente activos y que general por lo tanto un gasto mayor dado que se 
encontrarán incapacitados y seran incapaces de generar ingresos con importantes 
repercusiones económicas. la ubicación general de los QA en los 28 pacientes 
fue: 15 izquierdos. 11 derechos y 2 en linea media. GrMco 3. 
UBICACION GENERAL 
" 
Grafico 3 
la localización general de los QA COfl respecto a la tienda del cerebelo 
fue: 24 supratentOfiales y 4 infralentoriales. GrMco 4. 
I.OC", UZAC IOS (;t:i'i[!lA1. 
G~fico 4 
15 
En lo que respecta a la localización supratentorial de los QA fue: 16 en 
fosa media, 6 de la convexidad, 1 supraselar y 1 intraventricular, Gráfico 5. 
LOCAUlACION SUPRATENTOfILAL , 
GnUlco 5 
A su vez los QA de la fosa media los agrupamos de acuerdo a la 
clasificación de Galassi: Galassi 1: 2, Galassi 11: 4 y Galassi 111: 10. Gráfico 6. 
OG-l . ... " [] C- ,,, 
Gráfico 6 
La localización de los QA infratentoriales o de fosa posterior fue: 2 en 
hemisferio cerebeloso, 1 en el ángulo pontocerebeloso y 1 en la lámina 
cuadrigémina. Gráfico 7. 
16 
LOCALllACION INFRA TENTORLAL 
aHUIISF. CEftEBElOSOS . AI'(; 
Gréfica 7. 
El slntoma predominante fue la cefaléa en 15 pacientes. seguida de crisis 
convtJlsivas en 6 pacientes. síntomas visuales y déficit motor en 2 pacientes. 1 
paciente con espasmo hemifacial y 2 pacientes asintomaticos. Graflco 8. 
• ¡ 
o 
o 
5 
SIGNOS YS1NTOMAS 
NUMERO DE SUJETOS 
aCEF.q.u.. . C.COI<"-\l5 ..... S aDV r.o)TOI! 
as", VlSu.q.U . ESP. "t_.w:;Lt¡. aoOS"'O"""tCOS 
GrarlCo 8. 
No hubo un salo patrón para definir la conducta quirúrgica poi" lo que al 
revisar los datos encontramos que se llevaron a cabo un total de 48 cirugias. 
Craneotomla -+ feneslración (22). craneotomia -+ fenestración -+ DCP (1), 
craneotomia -+ fenestrack)n endoscópica (2), DCP (14). DCP -+ endoscopia (1). 
17 
punción guiada por estereotaxia (1) DVP (1 ) lenestración endoscópica (1) e 
incluimos dentro de otros procedimientos a las ventriculostomias (2), drenaje de 
hematoma por trépanos (2). Lobectomla temporal (1 ). Gr¡;¡flco 9. Grafico 10. 
CIRUGIAS REALIZADAS 
NUMERO DE EVENTOS 
. CoFoocP oCoE 
. P. S1)( o~ 
Gráfico 9 
o oc, 
.O~ 
17 pacientes presentaron resolución del OA con la primera cirugía. 
mientras que los 11 pacientes restantes ameritaron mas de un procedimiento 
quirúrgico. Gr¡;¡fico 10 
CIRUGlACURATIVA 
9J , '':'.''":1<"'' . " I 
• , • • • " " .. NUMERO DE P,o.CIENTES 
a 6 ·F • eoEIfO o P\.NXlH S1)( o E~OOP'A • DCP 
Grafico 10 
18 
Las complicaciones posteriores a la cirugia se presentaron en 11 pacientes 
del grupo de estudio. Oisfunción valvular (8), hematoma subdural (3), hematoma 
epidural (1) infección de herida quirúrgica (1), eoema cerebral (1), infarto de ACM 
(1), hidrocefalia (2), defunción (2). La ausencia de desaparición del QA (o de los 
slntomas que se le atribuyeron) se catalogó como una complicación cuando el 
paciente fue sometido a una reinlervención quirurgica para resolución de esta 
situación. Aunque no es un dato referido con frecuencia en la literatura, existió 
mortalidad relacionada con nuestros pacientes operados para un 7% de incidencia. 
Grafico 11 . 
• 
COMPLICACIONES POSTOX 
• 
m¡MEIIO DI! EVENTOS 
Gráfico 11 
19 
.. 
ANÁLISIS ESTADisTICO: 
Cuando se analizó la efectividad. se encontró una duración promedio en dias 
antes de una nueva cirugla de 292 dias, independientemente del 9rupo de tratamiento. 
Sin embargo. cuando se realiza el análisis de sobrevida por tipo de procedimiento. se 
encontró que la craneotomla fue el procedimiento con una vida media más prolongada(1245 dlas) seguido por la DCP + Endoscopla (502 dlas), C+F + DCP (402 dlas). DVP 
(98 dlas), DCP (97 dlas). otros procedimientos (63 días). La duración mas prolongada 
de la craneotomla fue estacllsticamente diferente cuando se comparó con la derivación 
cisto-peritoneal y esta diferencia fue la única estadlsticamente significativa (razón de 
momios de 2.84082 con un intervalo de confianza del 95% de 1,175957 a 8.862716). 
Cuando se compararon cualquiera de los otros procedimientos entre sI. no existió 
diferencia significativa. Hay que sel'lalar que muchos de los grupos, no tuvieron 
número suficiente para realizar una comparaciÓfl valida. Gráfico 12. 
" 
" 
SOBREVIDA DEL TOTAL DE PROCEDIMIENTOS QUIRÚRGICOS 
Survival Plot (Pl estímates) 
.~ 
_._-_.~ 
• " 0, , 
I I 
.~ ! • 
, 
• " . 
I 
~ 
, 
I • • 
20 
GrlIfico 12 
Cuando analizamos la curva de sobrelli<1a de ta craneotomla mas lenestración 
comparándola contra el resto de los procedimientos Quirúrgicos encontramos que la 
C+F tiene una vida media de 853 dlas mientras que el resto de procedimientos 
quirúrgicos lienen una vida media de 194 dlas. Siendo la diferencia estadisticamente 
significativa y con un valor de P = 0.0333. Gráfico 13 
COMPARACiÓN DE SOBREVlOA " CRANEOTOMiA VS OTROS" 
--• Survival Piar (PL estimates), r---- --------, 
•• ,+-----------~----------_oc_----L.--~ 
Q .000 .500 c_. 
GrlIfico 13 
Además evaluado desde la perspectiva del riesgo. es dos veces más frecuente 
ser reoperado cuando no se util izó craneotomia con fenestración (Riesgo relativo = 
21 
2.168153 con IC 95% de 1.072236 a 4.384192). Nótese que en la grafica. hay puntos 
más claros de diferencia a partir del primer al"lo después del procedimiento y esta 
diferencia tiende a ser mayor conforme pasa el tiempo. Gráfico 14 
" -. 
RIESGO DE FALLA CRANEOTOMiA VS OTRO PROCEDIMIENTO 
Hazard PIOl 
, 
Gráfico 14 
22 
". -. 
• 
Al realizar una evaluación del riesgo de nueva cirugia respecto al tamaño y 
localización, se evaluaron diferentes posibles combinaciones pero s610 cuando habia 
un quiste Galassi 111 vs cualquier otra localización o tamaño. encontramos que hay un 
riesgo de 13.417 (razón de momios con IC: del 95%: 3.041 a 59.193), Esto quiere 
decir que es 13 veces mas probable que el paciente se reopere cuando tiene un QA 
Galassi 111 . independientemente de la técnica quirúrgica empleada. Tabla '. Grafico 
15. 
Tabla 1. Reoperación en quiste aracnoideo grado 111 de Galassl contra todas las 
demás localizaciones y tamaños. 
GALASSIIII 
OTROS 
Total 
REOPERADO NO REOPERADO Total 
23 3 26 
(48%) (6%) (54%) 
8 14 22 
(17%) (29%) (46%) 
31 " 48 (65%) (35%) (100%) 
RESGO DE REOPERACION GALASSI 3 VS OTROS 
Row Totals 
Gráfico 15 
23 
DISCUSiÓN 
los CA tienen una incidencia del 1% de las lesiones intracraneales. Son más 
frecuentes en varones que en mujeres y la mayoria se detecta en las dos primeras 
décadas de la vida (1,2). En nuestra selie la distlibuciÓll po!' sexo y grupo de edad 
siguen ese mismo patrÓf'l . la localización más frecuente es en el hemisferio izquierdo 
y con predilección por la fosa media (30-50%) (54). l os resultados de nuestra serie en 
cuanto a localización del QA se tuvo una incidencia mas alta en cuanto a la 
localización de los CA de la fosa media de hasta el 66%. 
la localización y el tamano del CA están frecuentemente asociados al cuadro 
clínico sin embargo hasta el momento no hay evidencia que relacione a los CA con 
la sintomatologla que presentan los pacientes al momento del diagnóstico ya que una 
buena parte de los CA son diagnosticados en forma incidental. En nuestra serie el 
slntoma principal fue la cefaléa, sin embargo no hay una forma inequívoca de 
relacionar a la cefaléa con la presencia de un quiste aracnoideo po!' lo que no se 
podrla asegurar que el paciente mejore con el procedimiento quin.irgico si la presencia 
de este dato es el que origina la decisión quirúrgica 
En Jo que respecta al manejo de los CA, los puntos fundamentales son: la 
indicación de tratamiento (quirúrgico vs vigilancia) y la elección de la técnica qum,irgica 
mas adecuada. la actitud expectante debemos considerarla en los quistes de 
pequeno volumen y, sobre todo, en los asintomaticos que se diagnosticaron al 
practicar un estudio neurorradiol6gico por otro motivo (34), En nuestra serie el principal 
procedimi&nto quin.irgico utili7ado fue la craneotomla + fenestracioo en un 52.9% 
seguido de la OCP en un 31.3%. En el estudio europeo cooperativo publicado en 1992 
(18), se analizan una serie de 285 niilos de menos de 15 al'tos valorados en 1980· 
1988. la media de slnlomas es de 6 al'tos. El tratamiento quirúrgico C+F del quiste se 
realiza como primera técnica quin.irgica en el 43,3%. Se colocan OVP en los quistes de 
localización profunda (22,8%), En 78 pacientes se realizan reintervenciones, y éstas 
son mas frecuentes en los casos en los que se practicó derivación del quiste (30%), 
frente al 6.8% en el que se realizó fenestración microquirúrgica. Cuando se realizó 
marsupialización del quiste y adem2s se colocó una derivación (24 pacientes), se 
precisó de reintervención en un 25%. 
24 
Fewel et al (48). analizan 95 casos. aconsejan la colocación de una DVP en 
pacientes con hidrocefalia asociada al qUiste como tratamiento previo a la 
fenestración. y esta úlhma practica directamente si no existe hidrocefalia. En 1999. 
Choi el al (49) revisan 36 pacientes. iflCluyendo ni~os y adultos. y hacen referencia a 
muy buenos resultados mediante endoscopla en quistes de localización supraselar. 
mientras que en los quistes temporales se precisa. ademas del tratamiento 
endoscopio, la colocación de una CPS para conseguir su reducción. Consideran la 
derivación como mejor tratamiento para ni~os con quistes grandes, a pesar de 
reconocer los riesgos de obstrucción. infección y dependencia del sistema valvular. En 
nuestra serie se colocó solamente una DVP debido a que el paciente desarrolló 
hidrocefalia posterior a habérsele realizado una craneotomía + fenestración en un 
QA de fosa media GllI. 
Kirollos et al. hace referencia a los buenos resultados del tratamiento endoscópico. 
principalmente en fos quistes supraselares. con 100% de éxitos (50). Nif19uno precisó 
segundas reintervenciones y como complicaciones se refiere una hiponatremia y una 
meningitis aséptica. Huang el al, hace referencia a 19 pacientes con QA no 
comunicantes todos tratados mediante endoscopia con una morbilidad del 5% Que 
correspondió a un paciente con hematoma subdural y 0% de mortalidad (51). Gangemi 
al realizar una revisión de la literatura respecto a las diferentes modalidades de 
tratamiento de los CA supraselares reporta 102 pacientes tratados mediante 
endoscopía y 74 pacientes tratados mediante otros procedimientos Quirúrgicos. C+F 
36 casos, DCP 21 casos y punción percutánea en 15 casos. El indice de mejorla fue 
de 90% para la endoscopía, 61% para todos los demás procedimientos. Los 
resultados de este estudio sugieren Que una ventriculo-cisto-eisternostomía 
endoscópica es el mejor método de tratamiento para los QA supraselares. debido a 
Que es menos invasiva provee mejores resultados y evita al paciente la dependencia 
valvular (52). Karabatsou el al, reportan 39 pacienles con CA intracraneales tratados 
mediante endoscopla. con un periodo de seguimiento de 8 arios, únicamente 3 
pacientes requirieron colocación de un sistema de derivación cisto-peritoneal y reporta 
0% de mortalidad. El autor recomitlnda la combinación de la endoscopia y la 
25 
neuronavegacfón para minimizar el trauma quirúrgico. (53). Tirakotai et al reporta 127 
pacientes con lesiones intracraneales quls!icas fueron intel"lenidos quin.irgicamente 
mediante un procedimiento endoscópico. la morbitidad reportada en esta serie fue del 
3.1% incluyendo 1 déficit de memoria por lesión del fornix. 1 hemiparesia debida a un 
hematoma postoperatorio y 1 meningitis asépticacon 0% de mortalidad en la seré. El 
autor recomienda la combinación de E:r,c!osccpla y estereotaxia o neuronavegación 
para lesiones qulsticas profundas o en áreas elocuentes (54). En nuestra serie. los 
pacientes que fueron sometidos a tratamiento endoscópico ya sea solo o como 
método auxiliar de otro procedimiento quirúrgico, no ameritaron una segunda 
intervencfón quirúrgica, sin embargo por ser un número reducido de procedimientos 
no alcanzan a ser estadísticamente significativos. Hay que obsel"lar que todas las 
revisiones induyen épocas en las que la endoscopia no se consideraba como un 
tratamiento de elección por lo que habrá que esperar por mayores estudios que 
permitan corroborar su utilidad a largo plazo. 
En la serie descrita por Kang et at (55) sobre 42 pacientes con quistes de 
localización temporal, se realiza craneotomia con fenestrac ión en 33 pacientes, con 
buenos resultados en el 79% de los casos: pero en siete pacientes se precisó la 
colocación de una derivación como segunda intel"lención (21%). En los otros nueve 
casos se colocó inicialmente una derivación, y tres de ellos (33%) precisaron 
reintel"lención. Entre las complicaciones. destacan la aparición de hemalOma subdural 
en dos casos tras la fenestraciÓll del quiste: olras complicaciones descritas son 
parálisis de 111 NC, hemiparesia e infección. En nuestra serie de un lotal de 16 
pacienles con QA de la fosa media a 13 se le realizo como primer procedimiento 
C+F de los cuales 4 pacientes fueron reinlervenidos. llama la atención que los 4 
pacientes reintel"lenidos presentaban QA GIII. 3 pacientes pacientes con QA de fosa 
media que se trataron de primera instancia con una DCP fueron re intervenidos en su 
totalidad, igualmente todos los pacientes presentaban un QA grado 111 de Galassi. 
Galarza et al (56) analizan 33 casos de quistes supratentoriales, con la 
realización de craneolomia mas lenestración en 24 pacientes y DCP en 9. De los 24 
26 
casos. sólo en 8 se obtiene una reducción de mas del 50% del tama"o del quiste y 
ninguno presenta colapso total. De los pacientes en los que se coloca derivación. se 
observa colapso total en 3. la evolución clínica. sin embargo. es buena y sólo en 4 
casos se precisó una segunda intervención por persistencia de los síntomas. 
Aconsejan como mejor tratamiento ta derivaci60 en quistes de gran tamal'lo. 
Kawfman (57) et al anaHza los resultados quirúrgicos de 650 pacientes de 21 
series reportadas en la literatura de 1980 a 1997. 394 pacientes fueron sometidos a 
una craneolomia mas fenestraciÓn. mientras que 188 pacientes fueron sometidos a 
un tipo de derivación cisto-peritoneal. 30 pacientes la mayoría asociados con 
hidrocefalia secundaria fueron sometidos a una derivación ventriculo-peritoneal o 
ventriculo-atrial. La combinación de craneotomia y leneslración más una DCP fue 
utilizada como procedimiento primario en 30 pacientes y en los 9 pacientes restantes 
otros procedimientos no eSpe<:ificados. 
Los indices de reoperación fueron reportados de la siguiente manera 19.9% 
prra Cfaneolomla mas fenestración. 28.6% para la derivación cisto-peri toneal, 75% 
para la derivación ventriculo-peritoneal o ventriculo-atrial. 42.9% para 
craneotomíallenestración y derivación cisto-peritoneal y 9.1% para otros 
procedimientos. En lo que respe<:ta a nuestros pacientes el indice de reoperación fue 
mucho más alto que los reportado en la literatura, 35% para la craneotomia + 
fenestración y 80% para la derivación cisto-peritoneal como procedimientos 
principales realizados en nuestra serie. 
Las complicaciones reportadas asociadas al tratamiento con craneotomia más 
fenestración fueron del 10.2%. mientras que para la derivación cisto-peritonea! be de 
16.9%. con una mortalidad del 0.8% en general que corresponde a 5 de los 650 
pacientes. En nuestra serie la morbitidad fue de un 39.2% y la mortalidad de 7.1%. 
Tras el análisis de los resultados quirúrgicos 12 series recomiendan la craneotomla 
más fenestración como tratamiento quirúrgico inicial. 7 series recomiendan la 
derivación cisto-peritoneal como tratamiento inicial. 1 serie refiere la colocación de 
una derivación ventriculo-peritoneal previo a la realización de una craneotomia más 
fenestración y 2 series no refieren ninguna recomendación. Anal izando los resultados 
quirúrgicos en nuestra serie podemos recomendar a la craneotomia + fenestración 
dado que estadísticamente, en la experiencia de este hospital. es el procedimiento con 
menores complicaciones y mayor tiempo de efectividad. 
27 
CONCLUSIONES. 
No hay un palrón de conducta quirúrgico entre los pacientes que se analizaron. 
en términos generales encontramos que la Cfaneotomia + fenestración fue el 
procedimiento quirúrgico que se eligió con mayor frecuencia. No es de sorprender que 
se elija esta técnica quirúrgica de primera instancia, dado que estadísticamente en la 
experiel'lCia de este hospital. es el procedimiento con menos complicaciones y mayor 
tiempo de efectividad; sin embargo esta situación se contrapone con la tendencia de la 
literatura mundial en los últimos 10 al'los. donde hay un daro predominio en la 
indicación de la endosoopla para la resolución de este problema. 
Al analizar los resultados quinlrgfcos en nuestro grupo de estudio encontramos 
que hay un riesgo muy alto de reoperación si el paciente cuenta con un quiste 
aracnoideo grado 111 de Galassi respecto a cualquier otra localización. esto debido a 
una elección inadecuada de la técnica quirúrgica o una mala elección del paciente al 
momento del diagnóstico. 
Los avances en las técnfcas mfcroquifÚrgicas y de neuroendoscopia 
continúan a favor de la fenestración sobre la derivación como procedimiento de 
elección en la actualidad para la descompresión inicial del quiste. Debido a esto. 
proponemos un mayor empleo de la técnica neuroendoscópica como procedimiento 
primario o auxiliar en el tratamiento de los pacientes con QA, ya que. aun con el 
numero limitado con el que contamos en este estudio y por lo tanto no significativo 
desde el punto de vista estadlstico, los pacientes tratados con procedimientos 
endosc6picos no tuvieron que ser reoperados. Esta técnica, contribuye sólo como una 
alternativa más dentro del armamentario quirurgico pero presenta ventajas claras en 
costo-efectividad y costo beneficio por lo que como se comentó previamente, se 
deberá utilizar más frecuentemente en el futuro. 
28 
BIBLlOGRAFIA 
l. Rengachary SS. Watanabe 1, Bracke" CE: Pathogenesis of intraCfaniat 
arachnoid cysts. 5urg Neurol 9:139-144. 1978 
2. Villarejo F. Quistes aracnoideos intracraneales. In Villarejo F. Martínez.Lage J. 
eds. Neurocirugla Pediatrica. Madrid: Ergon: 2001 . p. 127·30. 
3. Bright R. Reports 01 medical cases selected with a view of illusl1ating the 
symptoms and cure of diseilses by a reference to morbid anatorny. In Longman 
T, Ress A, Orme S, Brown F. Green S. eds. Diseases 01 the brain and nervous 
system. Vol 2. Lornfon: Paternoster·Row and Highley: 1831 . p. 437·9. 
4. Oemer R. Die meningitis serosa circumscripta cerebral is unter dem bilde des 
Hirntumors und ein beitrag zu ihrer Atiologie. Arch Klin Chir 1923: 125: 561·77. 
5. Frazier CH. Cerebral pseudo tumofS. Arch Neurol Psychiatry 1930: 24: 1117· 
32. 
6. Di Rocco C. Arachnoid cysl. In Youmans Neurological Surgery. W.B Saunder 
Company. Foorth Edition, 1996. Caps 39. 
7. Rao G, Ichard R. Anderson CE, Feldstein NA. Brockmeyer DL: Expansion 01 
arachnoid cyst in children. Report 01 two cases and review 01 the literature. J 
Neurosurg (Pediatrics 3) 2005: 102: 314·317. 
8. Go KG. Houthoff HF. Blaauw EH, Havinga p. Harteniker J . Arachnoid cysts 01 
the sylvian fissure. Evidence 01 fluid secretion. J Neurosurg 1984: 60: 803·13. 
g. Robinson RG. The temporallobe agenesis syndrome. Brain 1964: 88: 87·106. 
10. Pomeranz. S, Constantini 5. Lubetzki·Korn l. Amir N. Familial intracranial 
arachnoid cyst (review). Childs NervSyst 1991 , 7: 100-2. 
11. Sinha S, Brown JIM. Familial posterior fossa arachnoid cyst. Childs Nerv Syst 
2004; 20: 10Q.3. 
12. Martlnez·lage J. Poza M. Rodrlguez·Costa T. Bilateral temporal arachnoid cyst 
in neurofibromatosis. J Child Neuro11993: 8: 383--5. 
13. M igas J. Ribes A. Rovira A. Lorenle 1, Briones MP. Aciduria 91utarica tipo I con 
quistes aracnoideos. Rev Neuroll995; 23: 153--6. 
14. Santamarta D. Aguas J. Ferrer E. The natural history 01 arachnoid cyst: 
endoscopic and cine-mode MRI evidence 01 a slit·valve mechanism. Minim 
Invasive Neurosurg 1995: 38: 133·7. 
15. Go KG, HouthQff HF, Blaauw EH, Havinga p. Harteniker J . Arachnoid cysts of 
the sylvian flssure. Evidence offluid secretion. J Neurosur9 1984; 60: 803·13. 
16. Sandberg DI, McComb JE and Krieger MD: Chemical análisis o, fluid obtained 
from intrcranial arachnoid cyst in pediatric patients. J Neurosurg (pediatrics 5) 
2005: 103: 427-432. 
29 
17. SuMaran C. Paul TR. Raju BV, Ramakrishna MT. Sinha AK. PrasaO VS. 
Purohit AK: Cyst of the Central Nervous System: a cJinic pathologic study of 
145 cases. Neurollndia 2001 . 49: 237-242. 
J 8. Oberbauer RW. Haase J, Pucher R: Arachnoid cyst in children: a European co-
operalive study. Childs Nerv Syst. 8: 1992. pp. 281-286 
19. Gelabert M. Prieto A. Gonzalez-Garcla J. Abdulkader l. Pravos AG, Garcla A. 
Quiste aracnoideo intraventricutar en el adulto. Rev Neurol 1997: 25: 1095-8. 
20. Gelabert M, Garcla A, Garcla A, Prieto A. Gonzalez J. Bandin FJ , et al. Quiste 
aracnoideo interhemisféñco aracnoideo en el anciano. Neurociru91a 1997: 8: 
233-6. 
21 . Wester K Peculiarities of intracranial arachnoid cysts: location, sidedness, and 
sex distribution in 126 consecutive patients. Neurosurgery 1999: 45: 775·9. 
22. Cakir E, Kayhankuzeyli , Sayin OC, Peksoylu B. Karaarslan G. Arachnoid cyst 
rupture with subdural hygroma: case report and literature review. Neurocirugia . 
2004: 15: 72-75. 
23. Morí K. Yamamoto T, Horinaka N. Maeda M.: Arachnoid cyst is a risk factor for 
chronic subdural hematoma in juveniles: twelve cases of chronic subdural 
hematoma associated wilh arachnoid cyst. J Neurotrauma. 2002: 19: 1 017-1027 
24. Poirrier Al. Ngosso-Tetanye l. Mouchamps M, Misson JP.: Spontaneous 
arachnoid cyst rupture in a previously asymptomatic child: a case reporto Eur J 
Paediatr Nel'rol. 2004: 8: 247-251 . 
25. Adan L, Bussieres L, Oinand V. Zerah M. Pierre-Khan A. Brauner R. Growth. 
puberty and hypothalamic-pituitary in child suprasellar arachnoid cyst. Eur J 
Pedíatr 2000: 159: 348-55. 
26. 0esai KI, Nadkarni TO. Muzumdar D. GoeJ A.: Suprasellar arachnoid cysl 
presenling wi!h botlble-head 0011 movements: a report of 3 cases. Neurol India. 
2003: 51 : 407-409. 
27. Tsubol Y, Hamada H. Hayashi N. Kurimoto M. Hirashima Y. End-:l S. : Huge 
arachnoid cyst in the posterior fossa: controversial discussion for selection of 
!he sur9ical approach. Childs Nerv Syst. 2005: 21 : 259-261 . 
28. Galassi E, Fiazza G, Gaist G, Frank F. Arachnoid cysts of the middle cranial 
fossa: a clínical radiological study of 25 cases treated surglcally. Surg Neurol 
1980: 14: 211 -9. 
29. Arai H. Salo K. Posterior fossa cysts: clinical. neuroradiological and surgical 
features. Childs Nerv Syst 1991 : 7: 156-64. 
30. Miyagami M, Tsubokawa T. Hístological and ultra structural find ings of benign 
intracranial cysts. Noshuyo Byori 1993: 10: 151-60 
31 . Brookes Ml. Jolesz FA. Palz S. MRI of pulsatile CSF moticn with in arachnoid 
cysls. Magn Reson Imaging 1988: 6: 575-84. 
30 
32. Kaufman B. Park T. Trealment 01 arachnoid cysls. In Mclone OG. ed. Pediatric 
Neurosurgery. Surgery 01 the developing nervous system. Philade/phia: \oVB 
Saunders; 2001. p. 499-504. 
33. Wang PJ. Un HC. Uu HM. Tseng Cl. Shen YZ. Intracranial arachnoid Cysts in 
Children: Related signs and associated Anomalies. Pediatr Neurol 1998: 19: 
1Q0.4. 
34. Sommer lEC. Smi(h lME. Congenital supratentorial arachnoiOal <lnd giant Cl'sts 
in ehildren: a clinical study with arguments 10( a conservative approach. Childs 
Nerv Syst 1997; 13: 8-12. 
35. Beltramello A, Mazza C. Spontaneous disappearance 01 a large middle lossa 
araehnoidal. Surg Neuro11985; 24: 181-3. 
36. Rakier A. Feinsod M. Gradual resolution 01 an arachnoid eysls arter 
spontaneous rupture into the subdural spaee: case reporto J Neurosurg 1985; 
83: 1085-6. 
37. Galassi E, Tognetti F. Franko F. lnlratentorial arachnoid eyst. J Neurosurg 
1985; 63: 210-7. 
38. Gelabert-González M. Femández-Vilta JM, Cutrln-Prieto JM. Garcia- Allut A, 
Martinez-Rumbo R. Araehnoijd eyst fupture with subdural hygroma. Report 01 
three cases and literature review. Childs Nerv Syst 2002; 18: 609-13. 
39. Artico M. Cervoni l. Salvati M. Fiorenza F. CaNso R. Supratentorial arachnoid 
cysls: clínical and therapeutie remarks on 46 cases. Acta Neurochir 1995; 132: 
75-8. 
40. Cirieillo SF, Gogen PH. Harsh GR, Edwards MSB. Intracranial araehnoi<! eysts 
in children. A comparison 01 Ihe eHects 01 lenestration and shunling. J 
Neurosurg 1991: 74: 230-5. 
41. Kim SK. Cho BK. Chung YN. Kim HS. Wang KC. Shunt dependeney in shunted 
arachnoid cyst: a reason to avoid shuntin9. Pedia!r Neurosurg 2002; 37: 178-
85. 
42. Germano A. Caruso G, CaHo M, Baldari S, CaJisto A, Meli F. el al. The 
treatment 01 large supralentorial arachnoid cysts in inlants with cystperitoneal 
shunting and Hakim programmable valve. Childs Nerv Syslem 2003; 19: 166-
73. 
43. Choi JU, Kim OS. Huh R. Endoseopic approach lo arachnoid cysl.Childs Nerv 
Syst 1999: 15: 285-91 
44. Schroeder HW, Gaab M, Niendorf WR. Neuroendoscopic approaeh to 
arachnoid cysts. J Neurosurg 1996; 85: 293-8. 
31 
45. Di Rocco F. YOShino M and Di S: Neuroendoscopic transventricular 
ventriculostomia in treatment for intracranial cyst. J Neurosurg (Pediatrics 1) 
2005; 103: 54-60. 
46. Wang JC. Herer L. Soumeidane MM: Advance in the endoscopic management 
01 suprasel1ar arachnoid cyst in children. J Neurosurg (Pediatrics) 2004; 100: 
418-426. 
47. Levy ML. Wang M. Aryan HE , Yoo K, Meltzer H. Microsufgical keyhote 
approach fer middle fossa arachnoid cyst lenestration, Neurosurgery 2003; 53: 
1138-45. 
48. Fewel ME. Levy ML. McComb JG. Surgical treatment 01 95 children with 102 
intracranial aracnoid cysts. Pediatr Neurosurg 1996; 25: 165-73. 
49. Choi JU, Kim OS. Huh R. Endoscopic approach to arathnoid cyst. Childs Nerv 
Syst 1999; 15: 285-91 . 
50, Kirollos RW. Javadpour M, May P. Malluci C. Endoscopic treatment 01 
suprasetlar and third ventricle·related arathnoid cysts. Childs Nerv Syst 2001 ; 
17: 713-8. 
51. Huang a. Wang O. Guo Y. Zhou X. Wang X. Li X. The dia9nosis and 
neuroeodoscopic treatment 01 noncommunicating intracranial arachnoid cysts. 
Surg NeuroL 2007 Aug: 68(2):149-54. 
52. Gangemi M. Colella G. Magro F. Maiuri F. Suprasellar arachnoid cysts: 
endoscopy versus micfosurgical cyst e~cisjon and shunting. Sr J Neurosurg. 
2007 Jun; 21(3):276-80. 
53. Karabatsou K, Hayhurst C, Bu~ton N, O'Brien OF. Mallucci CL. Endoscopic 
management 01 arachnoid cysts: an ad.ancing technique. J Neurosurg. 2007 
Jun;106{6 Suppl):45s.62 
54, Tjrakotaj W, Schylte PM. Bauer Bl. Bertalanttv H. Hel lwja D. Neuroendoscopic 
surgery 01 intracranial cysts in adults. Childs Nerv Syst. 2004 Nov;20(1 '-
12):842-51. Epub 2004 Jun 9 
55. Kang JK. lee KS. Lee IW. Jeun SS. Son BC. Jung CK. el al. 
dependent surgical trealment 01 middle cranial fossa arachnold 
children. Childs Nerv Syst 2000; 16: 111-6. 
Shuntíng 
cysts in 
56. Galarza M. Pomata Ha, Pueyrredón F, Bartuluchi M, Zuccaro GN. Monges JA. 
Symptomatic supratentorial arachnoid cysts in children. Pediatr Neurol 2002; 
27: 180-5. 
57. Howard H. K. Complications related to the surgical treatment 01 arachnoid cyst. 
Cerelxospinal Fluid Collections IlIínois. The AANS Publications Committee, 
1998. Chapo 7 pp 139-147 
58. Gosalakakal JA. Inlracranial arachnoid cysls in chitdren: a review 01 
palhogenesis. cl ínical features, and management. Pedíatr Neurol 2002: 26: 93-8. 
l2 
59. Galassi E. Gaist G. Giuliani G. Pozzati E. Arachnoid cysts of the middle cranial 
fossa: experience with 77 cases treated surgically. Acta Neurochir Suppl (Wien) 
1988: 42: 201-4. 
33 
ANEXOS 
CRONOGRAMA DE ACTIVIDADES 
I M,~o 1 Ab,11 IM,.o I I",,"n IA,no.n 
1 1 1 1 
; i li 
d" 
1 d,; ; 
~ 
, ; 
" " 11"', 
34 
TABLA DE RECOPILACiÓN DE DATOS: 
Nombre 
Número de 
afiliación al IMSS 
Ed~d 
Sexo 
Antttedentes 
Síntomas Cefaléa I Convuls iones ¡ ~!nL j ~Iícit I ,ParáliSiS de I AsíntomátiCQ 
rinei ,,, visuales Motor. nerviO craneal 
Localización Derecho Izquierdo 
localización Fosa media I Convexidad I ~ámi~a.. I Supraselar 
supratentorial 1 11 1111 
I cuadngemma 
localización Fosa posterior Angulo Clivus 
infratentorial HemisfériCQS. j linea media. Pontocerebeloso 
Estado Antes de la cirugía Postquinirgico 
NCI!f;;ógico 
ECG 
Cirugía inicial CranCQtomía I Derivación CP 1 Endoscopia I :unción 1"''' STX 
Procedimientos CranCQtomía I ~rivación I Derivación Endoscopí¡¡ I func ión 1 Otros 
sttundarios CP VP Sb 
Total de 
reintervenciones 
ComlJlicaciones Hematoma subdural. 
postqUifÚrgicas Hemntoma Epidural 
Disfunción Valvular 
Infección de herida Quirúrgica 
--
Infección del sistema de derivación 
Meningitis 
Edema cerebral 
Infarlo cerebral 
Fistula LCR 
Hidrocefalia 
Muerte 
]S 
"!:la. I¡ @ h"\"",u, l Cc"'" 
dvve~,," @M"(OÜ(U3'''--oc""" 
)J~_C+ú._ 5V303831-7-
1(,; r (ss)s 6 o~8 [ 8 'i 
	Portada
	Índice 
	Introducción
	Objetivos del Estudio
	Material, Pacientes y Métodos
	Resultados 
	Análisis Estadístico
	Discusión
	Conclusiones
	Bibliografía
	Anexos

Otros materiales