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Universidad Nacional Autónoma de México Facultad de Estudios Superiores Iztacala Ansiedad Preoperatoria Tesina Que para obtener el título de Licenciada en Psicología Presenta María del Carmen Francisco Colín Asesor Lic. Jorge Montoya Avecías Dictaminadores Mtro. Isaac Pérez Zamora Mtra. Angela María Hermosillo García Tlalnepantla, Edo. de México Junio, 2008 UNAM – Dirección General de Bibliotecas Tesis Digitales Restricciones de uso DERECHOS RESERVADOS © PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL Todo el material contenido en esta tesis esta protegido por la Ley Federal del Derecho de Autor (LFDA) de los Estados Unidos Mexicanos (México). El uso de imágenes, fragmentos de videos, y demás material que sea objeto de protección de los derechos de autor, será exclusivamente para fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el respectivo titular de los Derechos de Autor. 2 Gran Consuelo Cuando mueren personas con quienes se ha estado estrechamente unido, Cuando nos arrancan y se nos Llevan a personas que habían Llegado a ser parte de nosotros, Se nos va un trozo de nosotros mismos a la tumba, y el ¿por qué? Nos arde en la cabeza y en el corazón, hasta que alguien pronuncia las palabras liberadoras La persona que amas, vive! ¡la persona que quieres vive! ¡Hay un reencuentro¡ 3 A pesar de todas las adversidades que tuve que afrontar… A pesar de todas las enfermedades tuve que conllevar… A pesar de todos los obstáculos que he tenido que sobrellevar… He aprendido que nuestra actitud con la vida determina la vida hacia nosotros. Solo la actitud positiva es la que nos ayuda a transitar en el sendero de la existencia con el paso firme que todos necesitamos. Todos podemos llegar a ser las personas que queremos ser. Es perfectamente posible. Esto lo descubriremos a medida que nuestras actitudes sean siempre positivas y creamos que todo es posible. 4 Agradecimientos A la memoria de mi padre: Gabino Francisco Remualdo A mi madre: Como muestra de mi cariño, por todo el amor y apoyo brindado y por que hoy veo llegar a su fin una de las metas de mi vida por toda la orientación que siempre me ha otorgado Gracias. A la memoria de mi hijo: Alfredo Ortega Francisco Sandra y Andrés, por ser un motivo para seguir adelante luchando y esforzándome constantemente, quiero que sientan que el objetivo logrado también es de ustedes y la fuerza que me ayudo a conseguirlo es al gran amor que siento por ustedes Gracias. A mis hermanos y hermanas: No es fácil llegar, se necesita ahínco, lucha y deseo pero sobre todo apoyo como el que he recibido de todos ustedes ahora más que nunca quiero darle las gracias por ayudarme a lograr una de mis metas en la vida. A toda mi familia: Es testimonio de mi gratitud ilimitada por su apoyo, aliento y estimulo mismos que posibilitaron la conquista de esta meta muchas gracias. A mis amigos y amigas A todas aquellas personas que de alguna manera hicieron posible que yo llegara a este momento y que me apoyaron para que fuese realidad. 5 Reconocimientos UNAM-FES IZTACALA … por mi formación profesional Al Lic. Jorge Montoya Avecías Por su asesoría e interés en este trabajo A la Lic. Adelina Rosas Mercado Por su gran apoyo durante toda mi formación académica Índice AGRADECIMIENTOS II RECONOCIMIENTOS III ÍNDICE VI RESUMEN VII INTRODUCCIÓN VIII CAPÍTULO I. ANTECEDENTES DE LA ANSIEDAD 1.1 DEFINICIONES Y ANTECEDENTES DE LA ANSIEDAD 1 1.2 DIFERENTES ENFOQUES TEÓRICOS DE LA ANSIEDAD 10 1.3 EL NACIMIENTO DE LA PSICOLOGÍA DE LA SALUD 16 CAPÍTULO II. ANSIEDAD PREOPERATORIA Y TRATAMIENTO 2.1 ANSIEDAD PREOPERATORIA 24 2.2 PERIODO PREOPERATORIO Y POSTOPERATORIO 26 2.3 PREVENCIÓN Y TRATAMIENTO 33 CAPÍTULO III. PROPUESTA DE ESTRATEGIA PSICOLOGICA 3.1 JUSTIFICACIÓN 40 3.2 ALCANCES Y LIMITES 42 3.3 ACTIVIDADES 43 CONCLUSIONES 54 BIBLIOHEMEROGRAFÍA 57 APÉNDICES 63 Resumen Se define a la ansiedad como una emoción psicobiológica básica, adaptativa ante un desafió o peligro presente o futuro, su función es la de motivar conductas apropiadas para superar dicha situación y su duración está en relación a la magnitud y a la resolución del problema que la desencadenó. Cuando una persona enfrenta una enfermedad, es por si sola una preocupación que le llevará a aumentar sus niveles de estrés y ansiedad, y si esa enfermedad se agudiza y se requiere de intervención quirúrgica, toda la esfera psicosocial del paciente se altera, incluso a niveles incontrolables que pueden obstaculizar el proceso de sanación y recuperación. Es por esto, que esta tesina, presenta una investigación documental para conocer los conceptos básicos de la ansiedad y su abordaje para ayudar correctamente a un paciente que sufre ansiedad preoperatoria. Concentrándose en la propuesta de atención a la Ansiedad preoperatorio, donde se revisan los aspectos informativos y técnicos de la operación y trato médico-paciente, que pueden contribuir a que el paciente y su familia reduzcan los síntomas característicos de las personas que pasan a quirófano. Introducción La primera disciplina médica que reconoció la influencia de los procesos psicológicos en la enfermedad médica fue la medicina psicosomática (Lipowski, 1977), este autor consideró a esta medicina dentro de una perspectiva que relacionaba los factores sociales con los psicológicos y los biológicos. En la práctica médica actual los problemas psicológicos de los enfermos orgánicos no son suficientemente tomados en cuenta, y no es detectada la manera como esos problemas influyen en la producción de síntomas corporales y en muchas otras dificultades de su evolución médica, desde distintos ámbitos se viene insistiendo en la necesidad de un enfoque totalizador del hombre enfermo, que jerarquice la influencia del aspecto moral y de la personalidad de cada paciente sobre la evolución de sus dolencias físicas (Laín Entralgo, 1975). Es necesario también destacar que mas allá de los aportes de la psiquiatría, el psicoanálisis y otras escuelas psicológicas en el seno mismo de la psicología clínica se han comenzado a jerarquizar los aspectos psicosociales vinculados a las enfermedades orgánicas, surgiendo un interés creciente por el rescate del generalista que mantenga una visión global del enfermo y un cuidado comprensivo para una mejor relación medico-paciente. La medicina familiar o comunitaria y la atención medica primaria apuntan hacia una medicina integral, que preserve un tratamiento mas humano del paciente y posibilite también una utilización mas racional y mesurada de los modernos recursos diagnósticos y terapéuticos disponibles (Martínez López, 1980; Me Whinney, 1981). Todos estos esfuerzos están marcados por un criterio preventivo, que enfatiza la influencia de los factores psicológicos y sociales en el correcto diagnóstico y en la evolución y el tratamiento de las enfermedades orgánicas. Entre estos factores psicológicos la ansiedad ocupa un lugar preponderante, tanto por su prevalencia como por sus efectos. Se define a la ansiedad como una emoción psicobiológica básica, adaptativa ante un desafió o peligro presente ofuturo, su función es la de motivar conductas apropiadas para superar dicha situación y su duración está en relación a la magnitud y a la resolución del problema que la desencadenó. La ansiedad es una respuesta normal, ligada al instinto de conservación de la especie, pudiendo transformarse en una respuesta patológica, cuando ocurre de modo innecesario y desproporcionado, interfiriendo negativamente en la vida laboral, social, familiar y principalmente produciendo trastornos en la salud del paciente. La ansiedad se remonta a los orígenes de la humanidad, quizá por ese carácter universal de la ansiedad como parte de la condición humana, los médicos de la antigüedad la omitían de la lista de enfermedades mentales. La ansiedad se caracteriza, en general por un estado subjetivo de anticipación, temor, aprehensión, o una sensación de peligro inminente, asociado a grados diversos de excitación y reactividad automáticas. La ansiedad determina alteraciones de la conducta y desempeña un papel importante en el aprendizaje y la adaptación (Spielberger, 1966); no obstante un grado muy severo de ansiedad puede constituir un factor de desadaptación que altere la interacción con la realidad, es obvio que una enfermedad orgánica impone al paciente una difícil tarea psíquica su si mismo, su relación con los otros y perspectiva de futuro, por un lado debe tomar conciencia de su vulnerabilidad corporal y surge el temor a la muerte, pierde el control de su vida física y sus cuidados y lo amedrenta un futuro de invalidez o de limitaciones físicas, puede sufrir síntomas orgánicos (fiebre, dolor, disnea) que incrementan su ansiedad manteniendo presente la posibilidad de empeoramiento y aproximación de la muerte. En una intervención quirúrgica se agregan todos los temores y ansiedades que suele despertar la anestesia y la cirugía (Giacomonte y Mejía, 1977) también el pasaje por áreas de cuidados intensivos presupone elementos traumáticos adicionales, tales como extraño del ambiente con aparatos desconocidos, la alteración del ritmo sueño vigilia, estímulos que pueden variar bruscamente de la quietud monótona al febril despliegue terapéutico que determinan las urgencias y muchos otros. La ansiedad asociada a un padecimiento orgánico puede no ser primeramente una manifestación del síndrome, sino haberse agregado en forma secundaria, como efecto del impacto psicológico de la enfermedad y de sus consecuencias sobre el bienestar y el futuro del paciente. En los últimos años investigaciones clínicas, biológicas y epidemiológicas acerca de los trastornos por ansiedad, rescataron la vigencia del modelo biológico y significaron un gran avance para la psicopatología en general, particularmente en el desarrollo de criterios diagnósticos operacionales. Spielberger (1972) la define como un estado emocional displacentero caracterizado por sentimientos subjetivos de tensión, aprensión o preocupación y por activación del sistema nervioso autónomo. La Asociación Psiquiátrica Americana (1975), la define como aprensión, tensión o dificultad que surge por la anticipación de un peligro cuya fuente es desconocido, en el DSM-IV- TR (2001) se define como la anticipación aprensiva de un futuro peligro o adversidad, acompañado por un sentimiento de disforia o síntomas somáticos de tensión, el foco del peligro anticipado puede ser interno o externo. Lang (1985) afirmó que hay tres sistemas de respuestas separados comprendidos en la ansiedad, que son el comportamental, el fisiológico, y el verbal o cognitivo. Las situaciones potencialmente ansiogenas, en general tienen efectos en los tres sistemas, y también existen evidencias de que los mismos frecuentemente presentan fallas en su concordancia, por lo cual no pueden ser tenidos en cuenta como equivalentes, existen varias razones para la falta de concordancia habitual en diferentes personas en los tres sistemas de respuesta, por ejemplo el sistema comportamental implica aquellas respuestas mas influidas por las restricciones sociales, mientras que el sistema fisiológico es el menos influenciado por ellas, resulta evidente, por otra parte, que los determinantes temperamentales y de personalidad también influyen en cual será el sistema de respuesta mas relevante para cada individuo. Cuando se considera desde una perspectiva evolutiva, se le puede definir como un estado displacentero o aversivo que tiene una significación biológica, la cual es la detención rápida de signos incipientes de peligro, por lo que posee un valor considerable de supervivencia, por lo tanto la función clave de la ansiedad es facilitar la detención de situaciones amenazantes o peligrosas en diferentes entornos, si bien esta detección es importante para la supervivencia, en algunos pacientes ansiosos puede estar tan desarrollada, que los mismos se vuelven hipervigilantes y exageran tanto el número como la severidad de los posibles peligros que los rodean, en dichos casos, la ansiedad se vuelve clínicamente disfuncional o patológica. Así como las personas varían a su tendencia a experimentar síntomas ansiosos, también varían en sus temores respecto a dichos síntomas ansiosos, para la mayor parte de las personas la ansiedad es meramente displacentera, mientras que para otros la ansiedad es aterrorizante, en su descripción original el constructo de sensibilidad ansiosa (SA) denota estas diferencias individuales en el temor a la ansiedad, Reiss y Mcnally (1985) definen a la sensibilidad ansiosa como los temores, a los síntomas ansiosos basados en las creencias que dichos síntomas pueden tener consecuencias dañinas. Como psicólogos es importante dar alternativas de apoyo a las personas que así lo requieren y muy especialmente en situaciones que para estos es amenazante para su salud y su vida., ya que cada individuo experimenta su enfermedad de acuerdo a su personalidad y su propia historia, en concordancia con tipos establecidos de reacción en contra de la ansiedad, estos patrones se hacen aparentes en especial en enfermedades invalidantes (cirugías) ya que la mayoría de pacientes aceptan su enfermedad con apatía, se rehúsan a hacer cualquier esfuerzo para mejorar, otros reaccionan con depresión ansiedad, o con una sensación de optimismo y bienestar mayor al esperado, tratándose de intervenciones quirúrgicas la situación se torna mas compleja, la intervención por su carácter o significación moviliza un determinado tipo de ansiedad como consecuencia del entrenamiento claro ante una amenaza de muerte. El hecho de que el paciente tenga apoyo por parte de un psicólogo que guié al enfermo acerca del tipo de intervención quirúrgica, las complicaciones que son posibles esperar, así como las que puede deparar el futuro en cuanto a las posibilidades de éxito y rehabilitación, representan la mayor ayuda psicológica para el paciente, ya que reduce sus temores e inseguridad, así pues es necesario llegar a saber cuales son aquellas conductas que incrementan el riesgo de la salud/ enfermedad y poder ayudar a aquellas personas a alternar sus conductas con el fin de ser mas sanos, sin embargo hay que considerar que las enfermedades no atacan a individuos aislados y se encuentran en estrecha vinculación, entre los factores culturales, motivacionales y todo el conjunto de relaciones interpersonales que son parte de las capacidades psicológicas de un individuo. El prevenir la enfermedad a través de los cambios en la conducta del individuo, así como del medio ambiente, se percibe como una de los más prominentes medios de controlar algunas enfermedades crónicas que conllevan al individuo a intervenciones quirúrgicas. Diferentes autores proponen cuatro premisas las cuales son básicas en el papel del psicólogo en el campo de la salud, cambios en la conducta pueden reducir la probabilidad de riesgo de ciertasenfermedades crónicas, la conducta incrementa el riesgo de ciertas enfermedades crónicas, la conducta es modificable, las técnicas conductuales nos permiten sistematizar y mantener el cambio. Alguna vez en la vida o quizás muchas hemos necesitado ayuda por padecer ansiedad, los estudios epidemiológicos señalan que al menos en un 20% de la población general del mundo la padecen, que las mujeres son en general mas proclives a padecer trastornos de ansiedad, que los hombres estimándose una relación de 2 a 1, estos trastornos aparecen a cualquier edad, si bien es raro el inicio de trastornos primarios después de los 40 años, básicamente la importancia radica en las graves repercusiones que tienen sobre la calidad de vida del sujeto y sobre su funcionamiento global, así como agravando otros problemas preexistentes Cualquier situación que amenace la integridad física del individuo, que produzca dolor, que afecte estéticamente que disminuya en cualquier forma la autosuficiencia o que implique peligro mortal , va a determinar un cambio importante en el estado de animo, la causa mas común de un cambio afectivo suele una enfermedad, es muy probable que una persona que sufre una enfermedad desarrolle una respuesta Psicológica a ésta , ya que por lo general conlleva a una alteración inesperada y no deseada en el curso normal de la vida, las manifestaciones de tales repuestas psicológicas están matizadas en gran parte por la personalidad de cada individuo, pero siempre estará presente en cierto grado de ansiedad ante lo desconocido, frente a una enfermedad física el paciente puede aceptarla fácilmente, o bien, en ocasiones se descuida o se engaña a si mismo respecto a la gravedad de la misma, no es raro encontrar casos en que el enfermo conscientemente desea curarse, pero inconscientemente desea que se prolongue, los motivos que retardan la recuperación pueden ser de diversas índole, ya que para algunos enfermos el padecimiento es el recurso para lograr la atención, mientras que para otros es un medio para castigarse debido a sentimientos de culpa, o para escapar de responsabilidades, o bien, como una forma de vengarse o protestar. Cuando una enfermedad física se acompaña de componentes emocionales que no se atienden, se tendera a producir en muchos casos una convalecencia prolongada o se favorecerá una reacción de invalidez crónica. Es obvio que la ansiedad se asocia siempre a cualquier situación de amenaza para la persona (cirugía), la enfermedad humana como tal da lugar a cierta ansiedad (temor a las consecuencias, molestias y sufrimientos de los síntomas, pronósticos inciertos, exploraciones complejas, efectos adversos al tratamiento o terapias agresivas), por otra parte el padecimiento de la ansiedad puede ser fuente de problemas somáticos o médicos en general, la enfermedad orgánica conlleva siempre cierta sensación de vulnerabilidad de incapacitación y de inseguridad, la intensidad de la reacción de ansiedad asociada a ella depende del tipo de enfermedad, de la características psicológicas del enfermo, y de los apoyos e información que este reciba, en los últimos años se ha observado un interés creciente por vincular la psicología con los problemas de salud. Capítulo I AAnntteecceeddeenntteess ddee llaa AAnnssiieeddaadd El dolor es la máquina que, a veces, construye y, a veces, destruye 1.1 Definiciones y Antecedentes de la Ansiedad En la actualidad, es difícil mantener dichas diferencias, ya que dentro del concepto de ansiedad agrupamos tanto los síntomas psíquicos o cognitivos como los conductuales y físicos. Además, en el DSM-IV (Manual de Clasificación de Trastornos Psicopatológicos), el trastorno de ansiedad se denomina trastorno de angustia resaltando, entre otras características. Con el desarrollo de la Psicología y la aparición de distintas escuelas y enfoques, ambos conceptos se han ido diferenciando hoy en día, la psicología científica se ocupa del abordaje de la ansiedad, mientras que las corrientes psicoanalíticas y humanistas usan con preferencia el término angustia. Durante mucho tiempo, el término angustia fue diferenciado de la ansiedad, caracterizando a la misma como una expresión somática predominante en forma de constricción y opresión, es decir, vivenciada como un sufrimiento físico general; además de dicha sensación aparece la anticipación del peligro, que también es común a la ansiedad. Muchas podrían ser las explicaciones a este fenómeno. Entre otras la creciente inseguridad en la que desde hace mucho tiempo vivimos los ciudadanos de un mundo globalizado, inseguridad que se ha ido incrementando dramáticamente en los últimos años. Pueden también aludirse causas socio-económicas, generadas por el aumento de la pobreza y la desocupación. Concomitantemente la pérdida de referencias y certezas generadas por los cambios, cada vez más vertiginosos; la percepción de incontrolabilidad de los sucesos así como la impredicibilidad de los mismos, genera una desesperanza aprendida que daría cuenta también del aumento de la ansiedad y la depresión que vive de la población. 2 Según el Diccionario de la Real Academia Española (vigésima segunda edición), el término ansiedad proviene del latín anxietas, refiriendo un estado de agitación, inquietud o zozobra del ánimo, refiriéndose también a la Angustia que suele acompañar a muchas enfermedades, en particular a ciertas neurosis, y que no permite sosiego a los enfermos. El concepto de ansiedad ha ido evolucionando hacia una multiplicidad de dimensiones. En primer lugar, éste se ha considerado como un estado emocional y fisiológico transitorio, como un rasgo de personalidad y como explicación de una conducta. También concuerda este término como lo define Virues (2005), ansiedad que proviene del latín "anxietas", congoja o aflicción. Consiste en un estado de malestar psicofísico caracterizado por una sensación de inquietud, intranquilidad, inseguridad o desosiego ante lo que se vivencia como una amenaza inminente y de causa indefinida la diferencia básica entre la ansiedad normal y la patológica, es que ésta última se basa en una valoración irreal o distorsionada de la amenaza. Cuando la ansiedad es muy severa y aguda, puede llegar a paralizar al individuo, transformándose en pánico. Durante la segunda guerra mundial, se produjo un reconocimiento más general de la naturaleza y de las manifestaciones de la ansiedad, se comenzaron a efectuar diagnósticos más precisos, y los soldados que se quejaban de síntomas de antes se consideraban el resultado de las alteraciones cardiacas funcionales, pasaron a ser diagnosticados como reacción ansiosa. Los síntomas que ayudan a detectar trastornos de ansiedad en los adolescentes son: la inseguridad, el temor, la preocupación, pensamientos negativos y el temor anticipado ante hechos que se viven como de "difícil tránsito". A veces se acompañan de síntomas somáticos: cardiovasculares, taquicardia, hipertensión arterial; sensaciones de falta de aire y dificultades respiratorias; gastrointestinales tales como dolores abdominales, cólicos; sequedad de boca, transpiración profusa, cefaleas y contracturas musculares. 3 El sentimiento de vergüenza puede aumentar la ansiedad, y muchas personas se asombran al enterarse que los demás no se dan cuenta de su ansiedad o si lo hacen no pueden apreciar la intensidad de la misma. Un aspecto importante de las emociones es su efecto sobre la atención selectiva. Las personas ansiosas están predispuestas a seleccionar ciertas cosas de su entorno y descuida otras en su esfuerzo por demostrar que esta justificado el que consideren una situación como amenazante y respondan en consecuencia. Si falsamente justifican su miedo, sus ansiedades aumentan por la respuesta selectiva y crean un círculo vicioso de la ansiedad, distorsión dela percepción e incremento de intensidad (Canto y Castro, 2004). La ansiedad es un fenómeno psíquico universal que todos experimentamos en mayor o menor medida cotidiana, puede considerarse que existe un ansiedad normal, adaptativa que sirve para prepararnos para responder en las mejores condiciones posibles ante circunstancias amenazadoras de peligro. Es parte del patrón normal de desarrollo que se exhibe de manera diferente a medida que los niños crecen. Todos experimentamos ansiedad en algún momento y la mayor parte de las veces, se puede enfrentar de manera positiva. Algunas personas se sienten ansiosas sobre asuntos específicos, como hablar en público, pero son capaces de rendir bien en otras actividades, como en interacciones sociales. Otras personas pueden tener niveles tan altos de ansiedad que su habilidad general de funcionar se ve afectada. Cuando la ansiedad no es adaptativa, cuando el peligro al que pretende responder no es real, cuando el nivel de activación y su duración son desproporcionados con respecto a la situación objetiva, o cuando no es capaz de generar una respuesta adecuada, se habla de ansiedad patológica. Moreno (2002), dice que la ansiedad también suele acompañarse de gran variedad de cuadros clínicos tanto de índole psiquiátrica como de índole médica (ansiedad 4 secundaria) pero además puede constituir, el síntoma cardinal de trastornos específicos, no derivando de otro trastorno psíquico u orgánico subyacente (ansiedad primaria). Los trastornos de ansiedad se caracterizan por tener a la ansiedad o miedo como elementos principales del sufrimiento humano. Cada trastorno se refiere a un conjunto característico de síntomas y sensaciones que suelen aparecer en la misma persona. Es lo que denominamos los psicólogos un síndrome clínico. Los principales trastornos de ansiedad son: pánico, agarofobia, fobia social, fobias específicas, trastorno obsesivo- compulsivo, trastorno por estrés agudo, trastorno por estrés postraumático y trastorno por ansiedad generalizada (Moreno, 2002). Según Bobes, Bousoño y González (2003), mencionan que los trastornos de ansiedad siempre han supuesto un problema teórico en cuanto a su clasificación y diagnóstico diferencial, y aun existiendo un consejo generalizado respecto a su diferencialización con otros trastornos de naturaleza psicótica o incluso respecto a las alteraciones de la personalidad, no están sin embargo bien definidas las líneas de demarcación respecto a los trastornos del humor o afectivos, y existen también dificultades en cuanto a la diferencialización interna de determinados subtipos. Algunos tipos de ansiedad son: Trastorno de Ansiedad por la Separación: Es la ansiedad excesiva por la separación del niño del hogar o de aquellos a quienes el niño está ligado. La persona puede desarrollar una preocupación excesiva al punto de que puede negarse a ir a la escuela, estar solo o dormir solo. Las pesadillas repetitivas y las quejas acerca de síntomas físicos (tales como el dolor de cabeza, dolor de estómago, náusea o vómitos) pueden ocurrir. También puede manifestarse de muchas formas, como el trastorno de ansiedad por separación, la fobia social o el trastorno de ansiedad generalizada, trastorno de ansiedad por separación: La angustia por la separación de personas y situaciones 5 conocidas constituye una parte normal del crecimiento. Siendo un niño, la ansiedad va reduciéndose a medida que crece. Un niño o adolescente que se angustia demasiado ante la separación cotidiana de sus padres o las personas encargadas de su cuidado, de su casa o de situaciones conocidas, puede estar sufriendo el trastorno de ansiedad por separación. El Trastorno de Ansiedad Generalizado: Es la ansiedad excesiva y preocupación sobre los eventos o actividades, tal como el asistir a la escuela o trabajo. En este trastorno de ansiedad generalizada: los niños y adolescentes con trastorno de ansiedad generalizada (TAG) se preocupan por todo tipo de cosas, desde el rendimiento escolar y los asuntos de salud hasta los hechos del mundo y las cuestiones familiares. Si bien cierto grado de preocupación es normal en cualquier niño que va a la escuela y enfrenta la vida diaria, el niño con TAG no puede dejar de inquietarse, aunque se le brinde consuelo. Los jóvenes tienden además a presentar síntomas como irritabilidad, alteraciones del sueño y molestias o dolores musculares causados por su preocupación. González, Cubas, Rovella y Darías (2006), afirman que el TAG es uno de los trastornos de ansiedad menos estudiado, más estable, menos conceptuado y más difícil de identificar y que podría considerarse como el trastorno de ansiedad “más básico”, pues la investigación de la naturaleza y la comprensión de este trastorno podría tener implicaciones para entender todos los trastornos de ansiedad y los aspectos favorables de la ansiedad como emoción. La característica esencial del TAG señala la American Phychiatric Association (2000), en el Diagnostic and Statistical Manual (DSM-IV-TR) es la “ansiedad y preocupación excesiva sobre una amplia gama reacontecimientos o actividades que se prolongan más de seis meses. Mientras tanto el Trastorno de Pánico: Es la presencia recurrente e inesperada de ataques de pánico y preocupaciones persistentes acerca de tener los ataques. Estos 6 ataques de pánico se refieren a la ocurrencia repentina de temores intensos, miedo o terror, a menudo asociados con sentimientos de desgracia inminente. También puede sentirse corto de respiración, con palpitaciones, dolor de pecho o incomodidad, sensaciones de ahogo y asfixia y el temor de "volverse loco" o perder el control. Barzui y Albano (2004), indican que la ansiedad es una emoción básica que experimentan todos los seres humanos. Suele aparecer como respuesta normal a un peligro o amenaza. Es absolutamente normal tener sentimientos de ansiedad ante determinadas situaciones y a determinadas edades. Más del 90% de las personas que se tratan por trastornos de ansiedad se recupera por completo. Las Fobias: Son los temores persistentes e irracionales de un objeto especifico, actividad o situación. Fobia social: A medida que los niños se desarrollan, es normal que se relacionen socialmente con otros niños de su edad y adultos. Sin embargo, algunos niños sienten ansiedad ante la proximidad de ciertas situaciones sociales. Pueden tener dificultades para hablar en voz alta en clase, entablar o unirse a una conversación, hacer y conservar amigos, contestar o hablar por teléfono, dar lecciones orales, dar exámenes, comer en público, hacerse valer o participar en actividades en las que cuenta su rendimiento, como en gimnasia o música. Estos niños suelen inquietarse demasiado por lo que piensan los demás y muestran excesiva preocupación por si hacen o dicen algo embarazoso. Manifiestan mucha ansiedad y evitan estas situaciones por miedo a hacer el ridículo, ser rechazados, o ser objeto de críticas. Cuando esta ansiedad y la evitación comienzan a provocar un sufrimiento importante e interfieren en su desenvolvimiento diario, puede considerarse fobia social. De acuerdo a Hidalgo, Cendali, Marcelo, Cienca y Kappaun (2004), de igual manera mencionan que la ansiedad social (fobia social), es un desorden prevalente y de curso crónico si no es tratada oportunamente. Constituye un temor intenso a una o más situaciones sociales en la que el paciente se expone ante personas no familiares y a la 7 eventual observación o evaluación por parte de estas. Describiendo a la ansiedad como una reacción humana básica y que ocurre ante cualquier reacción de alarma, respondemos a esta con un complejo conjunto de modificaciones, generadas por el sistema nervioso central, en el orden fisiológico psicológico y conductual al entorno. ParaGonzález, Cubas, Rovella y Darías (2006), la ansiedad es un sentimiento circunstancial de la condición humana, es un estímulo productivo y/o perturbador del comportamiento que compromete el funcionamiento del individuo. Hay quienes definen la angustia como un estado afectivo desagradable en respuesta a un determinado estímulo externo que inhibe y paraliza, se expresa a través de somatizaciones variadas, que suelen ser llamadas concomitancia fisiológica de la angustia, se trata de sensaciones corporales diversas con carácter penoso o sea francamente doloroso, y afecta esencialmente a la musculatura lisa y al sistema nervioso vegetativo. Conceptualmente Bobes, Bousoño y González (2003), describen a la ansiedad como un estado de activación del sistema nervioso, consecuencia de estímulos externos o producto de un trastorno endógeno de las estructuras o de la fusión cerebral. Esta activación se traduce, por un lado, en síntomas periféricos derivados de la estimulación del sistema nervioso vegetativo (aumento del tono simpático) y del sistema endocrino (secreción de hormonas suprarrenales), que producirían los síntomas somáticos de ansiedad y, por otro lado, en síntomas de estimulación del sistema límbico y de la corteza cerebral que se traducen en los síntomas patológicos de ansiedad. Los trastornos de ansiedad son la patología mental más frecuente en la práctica médica general, se inician en épocas de la vida relativamente precoces (veintena) tienden a cronificarse con periodos de mejoría y recurrencia generando en ocasiones mucha discapacidad a las personas que los sufren y alteraciones en la convivencia familiar, social y laboral, también menciona que en ocasiones la ansiedad patológica del paciente puede estar desencadenada por una situación estresante con una base personal genética de predisposición familiar a padecer trastornos de ansiedad (Arbesú, 2006). 8 Para Riquelme (2006), la ansiedad es una emoción básica del ser humano, un síntoma presente en la mayoría de los trastornos psiquiátricos. Un síntoma frecuente en muchos cuadros médicos. En los trastornos por ansiedad es la sintomatología predominante. Concepto de ansiedad normal ansiedad patológica. Además de que es desproporcionada al hecho que la provoca se mantiene después que el peligro ha desaparecido, aparece sin motivo justificado de tipo externo interfiere con el funcionamiento habitual del individuo. Llanos (2007), habla de varios autores y sus definiciones de la ansiedad, como Spielberger, “Es un estado emocional displacentero, caracterizado por sentimientos subjetivos de tensión, aprensión o preocupación y por activación del sistema nervioso autónomo.”; la Asociación Psiquiátrica Americana (APA), “La define como aprensión, tensión o dificultad que surge por la anticipación de un peligro cuya fuente es desconocida.”; el DSM-IV-TR “Es la anticipación aprensiva de un futuro peligro o adversidad, acompañada por un sentimiento de disforia o síntomas somáticos de tensión. El foco del peligro anticipado puede ser interno o externo.”; Collins, “La ansiedad es un estado de dificultad o “tensión”, causado por la aprensión de posibles infortunios, peligros y preocupaciones.” La ansiedad no es un concepto o un estado particular muy limitado ya que es una señal o reacción general bastante común en el ser humano. “la ansiedad normal es una respuesta apropiada ante una situación amenazante según Kaplan y Sadock (2000). La ansiedad y la depresión como rasgo constituyen indicadores pronósticos que ayudan. A predecir la forma en que reaccionará una persona ante determinadas situaciones. Looslí (1982), ve a la ansiedad como el estado de inquietud interior, resultante del equilibrio inestable entre el impulso y la retención. Estado crónico que se funda en la propia existencia y que se expresa por signos fisiológicos y psicológicos. La ansiedad vaga, sin objeto que cristaliza en: angustia, miedo y temor. 9 La ansiedad como una emoción normal se experimenta en situaciones en las que el sujeto se siente amenazado por un peligro externo o interno. Habría que diferenciar entre miedo (el sujeto conoce el objeto externo y delimitado que le amenaza y se prepara para responder) y ansiedad (el sujeto desconoce el objeto, siendo la amenaza interna y existiendo una dificultad en la elaboración de la respuesta). La ansiedad es anormal cuando es desproporcionada y demasiado prolongada para el estímulo desencadenante. De la misma forma se diferencia del miedo en que la ansiedad es una respuesta a una amenaza desconocida, interior o conflictiva, mientras que el miedo es una respuesta a una amenaza conocida también mencionan que la experiencia de la ansiedad tiene dos componentes: la conciencia de las sensaciones fisiológicas y la conciencia de estar nervioso o asustado. También se dice que aparece cuando una situación se percibe difícil de superar o difícil de controlar. Por ese motivo se establece que cuando una persona se siente capacitada para enfrentar una tarea, confía en sus habilidades o conoce los problemas que se pueden presentar, es menos probable que reaccione de forma ansiosa. Mientras tanto Virues (2005), menciona que la ansiedad como una respuesta emocional que se presenta en el sujeto ante situaciones que percibe o interpreta como amenazantes o peligrosas, aunque en realidad no se pueden valorar como tal, esta manera de reaccionar de forma no adaptativa, hace que la ansiedad sea nociva porque es excesiva y frecuente. Es por esto que la ansiedad es considerada como un trastorno mental prevalente en la actualidad, ya que engloba toda una serie de cuadros clínicos que comparten, como rasgo común, extrema de carácter patológico, que se manifiesta en múltiples disfunciones y desajustes a nivel cognitivo, conductual y psicofisiológico. Todo organismo viviente necesita disponer de algún mecanismo de vigilancia para asegurar su supervivencia y la ansiedad cumple ese papel en numerosas situaciones; la ansiedad es una emoción normal que cumple una función adaptativa en numerosas situaciones (Moreno, 2002), así es normal, y deseable, que un ser humano tenga 10 miedo cuando se avecina un peligro real. De hecho nuestro organismo está preparado para aprender a sentir miedo y ansiedad en determinadas circunstancias como una forma de prevenir males mayores. Prácticamente cualquier problema de ansiedad se puede incluir en alguno de los apartados precedentes, si bien, a veces, los síntomas que se presentan no alcanzan la intensidad, la frecuencia o la repercusión en la vida social, laboral o personal como para justificar un diagnóstico formal de trastorno de ansiedad. Un estado de ansiedad consiste en un sentimiento de nerviosismo, preocupación, tensión y aprensión hasta un temor intenso o franco de pánico. Los rasgos de ansiedad se refieren a las diferencias individuales en la tendencia o propensión a experimentar dichas emociones Chacon, Grau, Guerra, y Massip (2006). 1.2. Diferentes en foques teóricos de la ansiedad Desde las primeras décadas del siglo XX, existe un interés por la ansiedad en la literatura psicológica al considerarla una respuesta emocional paradigmática que ha ayudado a la investigación básica en el ámbito de las emociones. Dichas investigaciones se han desarrollado a lo largo de la historia con dos problemas fundamentales: la ambigüedad conceptual del constructo de ansiedad y las dificultades metodológicas para abordarlo. Estos problemas dieron lugar a que las distintas corrientes psicológicas (psicodinámica, humanista, existencial, conductista, psicométrica y, las más recientes, cognitiva y cognitivo-conductual) se ocuparan del abordaje de la ansiedad y de las similitudes y diferencias con otros conceptos, dada la gran confusión terminológica con la angustia, el estrés, temor, miedo,tensión, arousal, entre otros. Sierra, Ortega y Zubeidat (2003), hablan de las manifestaciones de la ansiedad consisten en una respuesta vivencial, fisiológica, conductual y cognitiva, caracterizada por un estado generalizado de alerta y activación. Existen casi tantas definiciones de 11 ella como modelos teóricos donde encuadrar a las mismas, por lo que todas las teorías están de acuerdo en que consiste en una respuesta emocional compleja, adaptativa y fenomenológicamente pluridimensional. A continuación, se describe un breve recorrido por los distintos enfoques que han abordado el concepto de ansiedad a lo largo de su historia. Enfoque psicoanalítico La teoría psicoanalítica sostiene que la ansiedad con la que el psiconeurótico lucha es producto del conflicto entre un impulso inaceptable y una contrafuerza aplicada por el ego. Freud concibió la ansiedad como un estado afectivo desagradable en el que aparecen fenómenos como la aprensión, sentimientos desagradables, pensamientos molestos y cambios fisiológicos que se asocian a la activación autonómica. Este autor identifica elementos fenomenológicos subjetivos y fisiológicos, siendo los primeros más relevantes bajo su punto de vista, añadiendo que es el componente subjetivo el que implica, en sí mismo, el malestar propio de la ansiedad. Por otra parte, carácter adaptativo, actuando como una señal ante el peligro real e incrementando la activación del organismo como preparación para afrontar la amenaza. Además, Freud en 1971 identifica tres teorías sobre la ansiedad: 1) La ansiedad real que aparece ante la relación que se establece entre el yo y el mundo exterior; se manifiesta como una advertencia para el individuo, es decir, le avisa de un peligro real que hay en el ambiente que lo rodea. 2) La ansiedad neurótica, que resulta más complicada, se entiende también como una señal de peligro, pero su origen hay que buscarlo en los impulsos reprimidos del individuo, siendo ésta la base de todas las neurosis; se caracteriza por la carencia de objeto, estando el recuerdo del castigo o evento traumático reprimido, no se reconoce el origen del peligro; además, se relaciona el peligro con el castigo contingente a la expresión de los impulsos reprimidos, lo que permite reconocer la superioridad de esta 12 ansiedad respecto a la objetiva diferencia entre peligro real externo y peligro de origen interno y desconocido. 3) La ansiedad moral es conocida como la de la vergüenza, es decir, aquí el super yo amenaza al sujeto con la posibilidad de que el yo pierda el control sobre los impulsos. Al comienzo Freud teorizó acerca del origen de la ansiedad y de los trastornos psiconeuróticos, al considerar que eran producto de conflictos sexuales. Esta teoría libidinal fue acompañada después por otros aportes, al considerar que la ansiedad era también una reacción psicológica del Yo, frente a peligros o amenazas del exterior o interior. Enfoque conductual Frente a las teorías dinámicas, aparece un nuevo modelo que trata de acercar el término hacia lo experimental y operativo. El conductismo parte de una concepción ambientalista, donde la ansiedad es entendida como un impulso que provoca la conducta del organismo. Esta escuela utiliza en el estudio de la respuesta de ansiedad los términos de miedo y temor frecuentemente. Así, desde las teorías del aprendizaje, la ansiedad se relaciona con un conjunto de estímulos condicionados o incondicionados que elicitan a la misma en forma de respuesta emocional; además, ésta se concibe como un estímulo discriminativo, considerando que la ansiedad conductual está mantenida a partir de una relación funcional con un refuerzo obtenido en el pasado. Todo ello indica que se puede entender el escenario en el que se aprende la conducta de ansiedad a través del aprendizaje por observación y el proceso de modelado. En general, supone un afrontamiento de la situación por parte del sujeto, sean cuáles sean las consecuencias que deriven de ella, un escape de la situación sin permitir su desarrollo, o la evitación del peligro percibido por el individuo una vez que se propone iniciar la conducta; a esto se le conoce por reacción de lucha y huida. Puede derivar en inhibición de la conducta, en comportamientos agresivos, en evitación de situaciones 13 futuras que sean similares, en bloqueos momentáneos o en hiperactividad, según se trate de un individuo u otro. Enfoque cognitivo Después de la década de los años sesenta, las variables cognitivas empiezan a cobrar importancia en el ámbito de la Psicología, dando lugar al enfoque cognitivo. La mayor aportación del enfoque cognitivo ha sido desafiar el paradigma estímulo-respuesta, que se había utilizado para explicar la ansiedad. Los procesos cognitivos aparecen entre el reconocimiento de una señal aversiva y la respuesta de ansiedad que emite el sujeto. Desde este enfoque, el individuo percibe la situación, la evalúa y valora sus implicaciones; si el resultado de dicha evaluación es amenazante, entonces se iniciará una reacción de ansiedad modulada por otros procesos cognitivos; situaciones similares producirán reacciones de ansiedad parecidas en su grado de intensidad. Las situaciones que elicitan una mayor reacción de ansiedad se evitan y, aún en su ausencia, la mera imagen de éstas también produce una reacción de ansiedad; esto se explica de muy diversas formas pero, en general, se asume que la reacción se genera a raíz del significado o interpretación individual que el sujeto confiere a la situación. Algunas veces, el individuo reconoce que tal situación no es una amenaza objetiva, a pesar de lo cual no puede controlar voluntariamente su reacción de ansiedad. La persona con ansiedad interpreta la realidad como amenazante, pero esto no es totalmente cierto porque la situación que él percibe puede no constituir una amenaza real; dicha percepción suele venir acompañada de una sensación subjetiva de inseguridad, nerviosismo, angustia, irritabilidad, hipervigilancia, inquietud, preocupación, miedo, agobio, sobreestimación del grado de peligro, pánico, atención selectiva a lo amenazante, interpretación catastrofista de los sucesos, infravaloración de la capacidad de afrontamiento, disfunción de la capacidad de memoria y concentración, etc. En la actualidad, la ansiedad de carácter clínico se caracteriza por presentar una serie de factores entre los que se cuenta que la emoción sea recurrente y persistente, que la 14 respuesta emocional emitida sea desproporcionada en relación a la situación, que sea evocada en ausencia de algún peligro ostensible; además, el individuo puede quedar paralizado por un sentimiento de desamparo o se muestra incapaz de realizar conductas adaptativas a la situación con objeto de eliminar dicha ansiedad. Enfoque cognitivo-conductual Cuando un individuo siente o afirma tener ansiedad, intervienen en dicho proceso distintas variables, por lo que ninguna de ellas debe ser despreciada para el estudio del mismo; se trata de variables cognitivas del individuo (pensamientos, creencias, ideas, etc.) y variables situacionales (estímulos discriminativos que activan la emisión de la conducta). Según esto, la ansiedad pasa de ser concebida como rasgo de personalidad a ser considerada como un concepto multidimensional, existiendo áreas situacionales específicas asociadas a diferencias relativas al rasgo de personalidad. En el caso de la teoría tridimensional de Lang (1968), se considera a la ansiedad como un sistema triple de respuesta en el que interactúan manifestaciones cognitivas, fisiológicas y motoras. La respuesta motora habitual, en relación a estímulos que elicitan la ansiedad, comprende de conductas evitativas y otros aspectos del comportamiento, como un aumento o una disminución del a gesticulación,cambios en la postura y temblores, el componente de expresión lingüística se refiere a los sucesos cognitivos o a la descripción verbal de los mismos. El sistema fisiológico de la ansiedad, se asocia con un aumentó de la actividad del sistema nervioso simpático, con incrementos del a tasa cardiaca, respiratoria, sudoración y tono muscular. Existen distintos cuadros clínicos en los que la ansiedad es el síntoma fundamental entre ellos estaría el trastorno por crisis de angustia, en el que la ansiedad se presenta de forma episódica como palpitaciones, sensación de ahogo, inestabilidad, temblores o miedo a morirse; el trastorno de ansiedad generalizada, existiendo un estado 15 permanente de angustia; el trastorno fóbico, con miedos específicos o inespecíficos; el trastorno obsesivo-compulsivo, con ideas "intrusitas" y desagradables que pueden acompañarse de actos rituales que disminuyen la angustia de la obsesión (lavarse muchas veces por miedo a contagiarse, comprobar las puertas o los enchufes, dudas continuas); las reacciones de estrés agudo o postraumático; y los trastornos de adaptación a situaciones vitales adversas. La ansiedad es la activación del sistema nervioso, consecuente con estímulos externos o como resultado de un trastorno endógeno de las estructuras o de la función cerebral. La activación se traduce como síntomas periféricos derivados del sistema nervioso vegetativo (aumento del tono simpático) y del sistema endocrino (hormonas suprarrenales), que dan los síntomas de la ansiedad. Por otro lado, los síntomas en estimulación del sistema límbico y de la corteza cerebral que se traducirán en síntomas psicológicos de ansiedad. Teoría Psicodinámica. El creador es Freud. Dijo que la angustia es más un proceso biológico (fisiológico) insatisfecho (respuesta del organismo ante la sobreexcitación derivada del impulso sexual [libido] para posteriormente llegar a otra interpretación en donde la angustia sería la señal peligrosa en situaciones de alarma. Según esta teoría, la angustia procede de la lucha del individuo entre el rigor del súper yo y de los instintos prohibidos (ello) donde los estímulos instintivos inaceptables para el sujeto desencadenarían un estado de ansiedad. Teorías Conductistas. El conductismo se basa en que todas las conductas son aprendidas y en algún momento de la vida se asocian a estímulos favorables o desfavorables adoptando así una connotación que va a mantenerse posteriormente. Según esta teoría, la ansiedad es el resultado de un proceso condicionado de modo que los sujetos que la padecen han aprendido erróneamente a asociar estímulos en un principio neutros, con acontecimientos vividos como traumáticos y por tanto amenazantes, de manera que 16 cada vez que se produce contacto con dichos estímulos se desencadena la angustia asociada a la amenaza. La teoría del aprendizaje social dice que se puede desarrollar ansiedad no solo a través de la experiencia o información directa de acontecimientos traumáticos, sino a través del aprendizaje observacional de las personas significativas al entorno. Teorías Cognitivistas. Considera la ansiedad como resultado de "cogniciones" patológicas. Se puede decir que el individuo "etiqueta" mentalmente la situación y la afronta con un estilo y conducta determinados. Por ejemplo, cualquiera de nosotros podemos tener una sensación física molesta en un momento determinado, si bien la mayoría de nosotros no concedemos ningún significado a esta experiencia. No obstante existen personas que interpretan ello como una señal de alarma y una amenaza para su salud física o psíquica lo cual provoca una respuesta neurofisiológica desencadenando así la ansiedad. 1.3 El nacimiento de la psicología de la Salud En los siguientes apartados se pretende identificar las contribuciones de la psicología de la salud al ámbito hospitalario en México, para lo cual se parte de la experiencia en Estados Unidos de América, pues es de los países con mayor desarrollo en esta área, y considerando que tiene casi cuatro décadas más que nosotros en el desarrollo de la psicología de la salud, es un eje que permite retomar después la experiencia mexicana con sus peculiaridades, marcando sus fortalezas y debilidades para identificar las tendencias futuras específicas a nuestro país. Pese a estos esfuerzos, todavía en la década de 1960 se puede observar a un modesto grupo de psicólogos colocados en el ámbito de salud. Las limitadas oportunidades para los psicólogos tuvieron su base en motivos con económicos, lo cual se superó cuando fueron capaces de optimizar el trabajo de los médicos y de proporcionar un servicio que generara honorarios. 17 Entre las décadas de 1960 y 1970 se da una participación mayor, observándose al psicólogo clínico y al psiquiatra con funciones intercambiables en apoyo al desempeño médico, y es en la segunda mitad de esta década que el psicólogo deja de ser subordinado del psiquiatra, dando a conocer los lineamientos de su actividad con base en tres aspectos: a) demostración de la existencia de un campo fértil por medio de trabajos sobre retroalimentación y psicología familiar; b) detección de la relación entre enfermedad y estilos de vida; y c) evidencia de que los conceptos psicodinámicos son oscuros y no proporcionan una alternativa. Por su parte, en materia de prevención los aportes han sido verdaderamente valiosos. En cuanto al proceso de conceptualización de la psicología de la salud, éste parte con la creación de la medicina psicosomática, la cual es muy similar a la psiquiatría, sin embargo, fue la primera en considerar los aspectos psicológicos que intervienen en la salud física, enfermedad y tratamiento; su debilidad radicó en la carencia de una orientación teórica particular y se centró en la intervención clínica con un nivel educativo. Superando las limitaciones anteriores se encuentra la psicología encargada al cuidado de la salud, misma que provee un servicio más amplio centrándose en el mantenimiento de la salud, prevención, epidemiología y programas de intervención a gran escala. Contrario a este término surge la medicina conductual, la cual se enfoca al individuo específicamente y se denominó como un campo interdisciplinario (tanto de la ciencia conductual como de la medicina) dedicado a la prevención, diagnóstico, tratamiento y rehabilitación. Por otro lado, surgió la .salud conductual, que se dedicó al mantenimiento de la salud y las disfunciones de las personas sanas. En la que las acciones estas dirigidas a personas especificas, y alcanza una perspectiva más completa que tiene que ver con su impacto global sobre el desarrollo de sociedades saludables, visión que implica integración de la ciencia psicológica la conjunto de disciplinas y aporta una nueva concepción y práctica del a salud pública. (Londoño, Valencia y Vinaccia, 2006). 18 Se pretende insertare al psicólogo en el sistema sanitario como agente participativo cuya labor va más allá de la intervención clínica, ya que busca alcanzar una mayor comprensión del fenómeno d la salud y su relación con diversos aspectos psicológicos. Por otra parte, la práctica clínica tradicional del psicólogo en el área de salud mental, deriva del modelo biomédico, se ha centrado en el cuidado terciario. Desde hace más o menos diez años, la evolución de una visión negativa del proceso salud enfermedad para una concepción positiva de corte salutogénico planteó la necesidad de cambiar radicalmente la concepción de salud pública y las características de sus acciones. Esto ha hecho que sea preciso encaminar las acciones hacia la protección y promoción de la salud, acciones estas sustentadas en la formulación de una política pública saludable. Para Floréz, (2004), la psicología de la salud constituye, en últimas, el reconocimientode un hecho cada vez más evidente: el fenómeno vital humano está en permanente variación no sólo en función de factores orgánicos, sino también en función de factores ambientales y psicosociales; incluso, el papel que juegan factores como el estilo de vida y el ambiente social en la determinación de esa variabilidad del proceso salud- enfermedad, es hoy en día proporcionalmente superior al de los factores orgánicos. Ello ha llevado a que el ámbito de la salud se amplíe hacia áreas de conocimiento que antes eran relativamente ignoradas, como las ciencias sociales y humanas; ahora no sólo se reconoce su función y aporte, sino que se le demandan a estas ciencias soluciones para problemas que escapan al alcance del modelo biomédico tradicional. El desarrollo económico y social, aunque ha beneficiado la salud de la población en algunos aspectos, también ha impuesto condiciones negativas, muchas de orden psicosocial: los riesgos mentales, los estilos de vida inadecuados, los hábitos nocivos como el consumo de sustancias tóxicas, el estrés, el deterioro ambiental, e incluso la inequidad en el acceso a las oportunidades de realización personal, son aspectos que coexisten con el desarrollo de nuestras sociedades. 19 La psicología médica, al interesarse por la situación psicológica de la persona enferma, representa un campo antecedente de la psicología clínica de la salud, área de aplicación de procedimientos de intervención clínica con personas que padecen alguna enfermedad. Esta área se propone el desarrollo de conocimientos que permitan comprender y modificar la situación psicológica de la persona enferma, tales como sus creencias acerca de la salud, el locus de control, el estilo de afrontamiento, y las situaciones afectivas que se viven en esta condición. También se plantea problemas de otra índole, tales como el del cumplimiento del tratamiento, el de la preparación para intervenciones médicas, el de los aspectos psicológicos de la hospitalización, y el de las repercusiones de la relación terapeuta-paciente (Virues 2005). Floréz, (2004), menciona que la psicología de la salud constituye, en últimas, el reconocimiento de un hecho cada vez más evidente: el fenómeno vital humano está en permanente variación no sólo en función de factores orgánicos, sino también en función de factores ambientales y psicosociales; incluso, el papel que juegan factores como el estilo de vida y el ambiente social en la determinación de esa variabilidad del proceso salud-enfermedad, es hoy en día proporcionalmente superior al de los factores orgánicos. Ello ha llevado a que el ámbito de la salud se amplíe hacia áreas de conocimiento que antes eran relativamente ignoradas, como las ciencias sociales y humanas; ahora no sólo se reconoce su función y aporte, sino que se le demandan a estas ciencias soluciones para problemas que escapan al alcance del modelo biomédico tradicional. La aplicación al ámbito clínico de los conocimientos científicos que se van desarrollando dentro de la Psicología constituye una especialidad psicológica que se denomina Psicología Clínica (Cano, 1997). Este ámbito clínico cubre los llamados trastornos mentales, que vienen recogidos en las clasificaciones internacionales. Pero siempre es un problema clasificar los trastornos en mentales y físicos, porque esta dicotomía creada por el hombre no existe en la realidad. 20 La Psicología de la Salud amplía sus horizontes al centrarse, al menos teóricamente, en la promoción de la salud y no sólo en el tratamiento del trastorno. Pero los límites entre todas estas especialidades son borrosos y muy discutidos. Hoy en día los términos más extendidos son Psicología Clínica y Psicología de la Salud, como dos especialidades no bien diferenciadas y ampliamente solapadas. Las razones que impulsaron a la aparición de la Psicología de la Salud, pueden resumirse en las siguientes: El cambio espectacular de las causas de mortalidad. Interés sobre promoción de la salud y prevención de enfermedades debido al aumento de los gastos sanitarios. La consolidación de la psicología como profesión y la eficacia de los tratamientos psicológicos. Paralelamente al movimiento de defensa y promoción se establece la: Salud como derecho social básico. Pautas de morbilidad y mortalidad derivadas de la salud. Los cambios en la mortalidad indican que las personas ya no se mueren principalmente por contagio de ciertos gérmenes, si no por lo que hace. Los factores de riesgo son otros, los tratamientos convencionales ya no sirven y hay que empezar a pensar en otros distintos. Esto influye positivamente en la aparición de la psicología de la salud. En el comienzo y durante el transcurso de algunos problemas de salud influyen entre otros y con una extraordinaria importancia los siguientes: Estilo de vida. Factores biológicos. Sistemas de cuidados de salud y Ambientales. Cada uno depende en mayor o menor medida, según el problema que se plantee. Características de la psicología de la salud Surge desde la psicología y es una aplicación más dentro de la psicología, se nutre por lo tanto de cualquier aspecto de la psicología que sea de interés en/para el área de la salud, estudia primordialmente el comportamiento en su significado más ambivalente de la persona sana o enferma. Sin embargo, su eje vertebrado se trata desde un 21 posicionamiento de salud positiva, es decir, desde la promoción y comportamientos de salud y de las conductas o control de riesgo. El modelo psicológico de la salud biológica estudia la actividad individual humana. Destaca la dimensión psicológica de la salud. El objetivo del modelo es analizar. El propósito del análisis es relacionar las practicas individuales (factores procesos) con el estado de salud. La psicología de la salud trata a la persona a lo largo de todas las etapas de su vida. Aunque forma parte del mismo curso de la Psicología que se viene exponiendo, importa entresacar las vicisitudes de la Psicología de la Salud hasta su confluencia con la Psicología Clínica. Se trata propiamente de la psicología (clínica) interesada en el ámbito médico. De hecho, la Psicología de la Salud puede verse como la conjunción entre la Psicología Clínica y la Medicina. Igualmente que la Psicología Clínica y la Medicina, y por lo mismo, la Psicología de la Salud tiene antecedentes centenarios, por no decir milenarios si se retrae a Hipócrates. Hoy en día, como sucediera con la Medicina Psicosomática, la Medicina Conductual aun contando con sus instituciones propias incluyendo sus revistas, quedaría incluida en la Psicología de la Salud. De acuerdo con Obitas (2006), la psicología es la ciencia que estudia el comportamiento de los organismos, para lo cual recurre al método científico para estudiar las variables que influyen en la conducta de las personas, a nivel cognitivo, emocional y motor. La salud es conceptualizada como el completo estado de bienestar biopsicosocial autopercibido, y se refiere al adecuado funcionamiento de las dimensiones biológicas, psicológicas y sociales del individuo. La psicología de la salud es el área de la psicología contemporánea que se encarga del estudio científico de los factores psicológicos de la salud (bienestar) y enfermedad, en términos de evaluación, prevención e intervención. Desde la fundación de la psicología 22 como ciencia y profesión, el tema de la salud ha sido una prioridad, tanto desde la psicología normal como de la anormal. Debido a los avances de la ciencia psicológica se ha logrado conocer más en detalle el papel que las cogniciones, emociones y respuestas motoras desempeñan en la salud y enfermedad de las personas. Para Torres (2004), “La Salud Psicológica”, entendiéndola como “generar, desarrollar, mantener conductas sanas, productivas, adaptadas positivamente, en el serhumano, que redundara en el cuidado de su salud física”; de esta manera se podría reducir y detener el incremento de seres psicológicamente vulnerables, proclives a desarrollar conductas disfuncionales, enfermedad mental, etc. Moix, (1994), en esta disciplina cada vez son más numerosos los trastornos que a través de técnicas psicológicas se intentan prevenir, paliar o tratar. Este incremento en la utilización de técnicas psicológicas se debe a que las alteraciones que se comprueba están afectadas por procesos emocionales van en aumento. Mientras en un principio se creía que sólo era en las llamadas enfermedades psicosomáticas (úlceras de estómago, migrañas, etc.) donde los componentes emocionales jugaban un papel importante, actualmente se reconoce que trastornos tan "orgánicos" como el Cáncer o el SIDA también pueden estar afectados por los mismos. Ello explica por qué la Psicología de la Salud se está especializando en el tratamiento de más alteraciones. Recientemente en nuestro país, la Psicología de la Salud ha incorporado una nueva "especialización". Se trata de la facilitación de la recuperación postquirúrgica mediante técnicas psicológicas. En la influencia del estado emocional prequirúrgico en la recuperación postquirúrgica. La recuperación del paciente una vez operado depende principalmente de dos factores: el estado de su organismo antes de la intervención y la complejidad de la misma optimismo expectativas de compañeros de habitación tipo de control apoyo social entre otras mas…: la ansiedad prequirúrgica puede afectar a diferentes indicadores de recuperación como: el dolor, la toma de analgésicos y sedantes, la adaptación 23 psicológica, la duración de la estancia hospitalaria, las náuseas, las complicaciones, la frecuencia cardiaca, la temperatura corporal o la presión sanguínea. Para concluir, la psicología de la salud existe como un vasto enfoque que permite abordar el fenómeno salud-enfermedad en diferentes niveles convergentes en la mejoría y mantenimiento de la calidad de vida en el ámbito hospitalario. Sin embargo, debe insistirse en la inserción del psicólogo dentro del sector salud, promoviendo mejor formación profesional de éste en materia de políticas de salud, intervención primaria y educación para la salud. También se considera como una medida emergente el trabajo comunitario dirigido a la desprofesionalización para ampliar la cobertura, lo cual podrá coadyuvar a la generación de una verdadera cultura de salud en México, tanto para los prestadores como para los usuarios del servicio de salud. Capítulo II AAnnssiieeddaadd PPrreeooppeerraattoorriiaa yy TTrraattaammiieennttoo 2.1 Ansiedad preoperatoria El éxito en la visita preoperatoria depende, en gran parte, de la cooperación entre el anestesiólogo, el cirujano y el equipo quirúrgico, quienes, al conocer el plan terapéutico basado en la historia clínica del paciente, deben ofrecer al mismo información, orientación, adecuada relación médico-paciente y trato humano para brindarle un manejo perioperatorio de calidad, orientado a dar mayor seguridad de acuerdo al caso de que se trate; sin restar importancia a la labor del personal paramédico y administrativo (enfermeras, trabajo social, intendencia, secretarias, etcétera), ya que, para obtener buenos resultados, se debe trabajar con un equipo multidisciplinario que interactúe con el paciente para ofrecer una adecuada atención (Ruiz, Muñoz, Olivero, Islas 2000). La admisión de un paciente a un hospital genera ansiedad. En estudios previos se ha demostrado que, en sujetos que van a ser sometidos a cirugía, la ansiedad se presenta por lo menos una semana antes de su admisión. El simple hecho de estar involucrado en un medio desconocido como lo es el hospitalario, la deficiente comunicación por parte del personal intrahospitalario, la desinformación obtenida por terceras personas y, sobre todo, el impacto en la esfera familiar, afectiva, social, laboral y económica, pueden ser detonantes de ansiedad y, por lo tanto, presentarse antes de su ingreso al hospital. La ansiedad prequirúrgica de los pacientes pediátricos y de sus progenitores incide en gran medida en la adaptación posthospitalaria de los primeros. Esto es, cuanta más elevada es la ansiedad antes de la operación, más problable es que los niños sufran problemas emocionales y conductuales. 25 Los vínculos entre la ansiedad y la enfermedad somática ofrecen una amplia área, aun inexplorada, que se encuentra a la espera de futura investigaciones. También merece ser estudiado en medida en que la ansiedad es una respuesta habitual a la enfermedad y a sus consecuencias, y que a su vez exacerba los síntomas e impide la recuperación. Tanto la asistencia primaria, como en diferentes especialidades como en la clínica medica, la ansiedad frecuentemente coexiste con depresión o se mimetiza con algún otro trastorno clínico haciendo su reconocimiento mas difícil (Moix, 1997). Boone, Guadarrama, Sánchez, Díaz, Rodríguez, y Zamora, (2007) argumentan que la ansiedad preoperatoria puede ser tan intensa que el paciente evite someterse a una cirugía. Además, puede influir en la inducción anestésica y en la recuperación del paciente, así como dejar una experiencia desagradable del periodo perioperatorio y desarrollar mayor ansiedad en una cirugía subsecuente. La ansiedad preoperatoria se relaciona con muchos sucesos como aumento de los requerimientos de analgésicos en el postoperatorio, mayor estancia hospitalaria y efectos psicológicos negativos. Nuestro trabajo examina la efectividad del propranolol como agente ansiolítico en el periodo preoperatorio, comparándolo con midazolam y placebo; además comparamos los cambios hemodinámicos que resultan durante las diferentes medicaciones preanestésicas. La ansiedad preoperatoria está asociada a mayor frecuencia de accidentes anestésicos, mayor vulnerabilidad a las infecciones, mayor estadía hospitalaria, y mayores niveles de dolor posoperatorio. 26 2.2 Periodo preoperatorio y postoperatorio Las intervenciones quirúrgicas constituyen una fuente de estrés psicológico, porque obligan a los pacientes a enfrentar situaciones desconocidas y que, además, implican ciertos riesgos. En general, los enfermos con una adaptación preoperatoria normal (aquellos que tienen una visión realista de su experiencia quirúrgica y el grado esperable de ansiedad frente al peligro objetivo de la cirugía) presentan una buena evolución postoperatoria. Melo, Pimentel, Guaratini, Marcolino, Gozzani, Andrade, y Telles, (2007), hablan de los innumerables factores identificados como responsables por la ansiedad que antecede el momento del acto anestésico-quirúrgico: preocupación con lesiones que puedan ocurrir durante el procedimiento quirúrgico; recelo de dolor en el período postoperatorio; separación de la familia; pérdida de la independencia; miedo de quedarse incapacitado; miedo de no despertarse más; miedo de despertarse en medio de una anestesia; miedo del diagnóstico y de las complicaciones. Altos niveles de ansiedad preoperatoria fueron asociados a la naturaleza de experiencias anestésicas previas, historia de cáncer, tabaquismo, desórdenes psiquiátricos, percepción negativa del futuro, síntomas depresivos de moderados a intensos y presencia de dolor moderado o intenso. Los Trastornos de Ansiedad han ido en aumento en los últimos tiempos y constituyen hoy por hoy el motivo más frecuente de consulta clínica. Muchas veces la demanda se presenta por cuadros depresivos, pero luego de la cuidadosa evaluación integral, muy frecuentemente observamos que es el trastorno de ansiedad el responsable, confirmando la hipótesis de que en estos casos la depresión suele ser secundaria al trastorno de ansiedad. Existen diversos tipos de trastornospor ansiedad: trastornos de pánico, fobias, desórdenes por ansiedad generalizados, trastorno mixto ansioso depresivo. Se 27 diferencia del miedo en que este último es un sentimiento de inquietud y malestar suscitado por la presencia de un peligro. La presencia de ansiedad en el periodo preoperatorio es variable en cada paciente y depende de varios factores: edad, sexo, estado socioeconómico, ocupación, estado físico, tipo de cirugía, temor al ambiente hospitalario, calidad de la atención médica, etcétera. La preparación psicológica que ofrece la visita preanestésica tiene gran influencia positiva en el estado anímico del paciente, pudiéndose observar en el mismo la disminución de su ansiedad preoperatoria cuantitativamente (Ruiz, Muñoz, Olivero, Islas, 2000). Jaramillo (1998) menciona un ejemplo en el que el llanto de los niños al momento de la separación de los padres ha sido el suceso relevante al cual se han dirigido la mayoría de esfuerzos que buscan mitigar el daño psicológico relacionado con la anestesia y la cirugía. Pueden modificarse los factores que interviene en la ansiedad operatoria educando racional y emocionalmente a los padres y al niño. El proceso de evaluación preoperatoria debe tener implícito un programa de erradicación del sufrimiento. Uno de los rasgos distintivos de las reacciones emocionales anormales frente al estrés quirúrgico es el mal manejo de la ansiedad, de lo que se desprende la necesidad de su adecuada evaluación y control con psicofármacos y otras medidas terapéuticas. Antonio, (2006), menciona que los niveles elevados de ansiedad en el período preoperatorio pueden estar asociados a consecuencias médicas, psicológicas y sociales negativas. Las principales consecuencias médicas incluyen inducción anestésica intempestiva, reducción de las defensas contra infección, aumento en el consumo de anestésicos en el período intraoperatorio y de analgésicos en el período postoperatorio; las consecuencias psicológicas, reinicio de enuresis, dificultad para alimentación, apatía, ansiedad continuada, irritabilidad y disturbios del sueño. Las consecuencias sociales, indisciplina y falta de cooperación con los profesionales de la salud. Son factores que pueden prever grados elevados de ansiedad en el período preoperatorio: temperamento previo del niño, niveles bajos 28 de sociabilidad, comportamiento adaptativo, emotividad, impulsividad, experiencia quirúrgica previa, hospitalización, visitas conturbadas a las consultas pediátricas y niveles elevados de ansiedad de los familiares. La falta de alivio del dolor postoperatorio conlleva una serie de efectos secundarios deletéreos que afectan el estado físico y emocional del paciente postoperado. Se objetivan cambios hemodinámicos (hipertensión, taquicardia, hipotensión, bradicardia), ventilatorios (descenso de capacidad residual funcional, hipoventilación), oliguria, hormonales (aumento del catabolismo), inmunológicos y, en la esfera emocional, ansiedad-depresión. La constatación de la necesidad de tratar el dolor postoperatorio no se ha seguido, a pesar de ser un tema manido en investigación, artículos y reuniones científicas de profesionales de la salud, de una disminución real, y lo que es más importante, universal, de la prevalencia de este tipo de dolor agudo. Durante los últimos 10 años, y siguiendo los datos obtenidos en estudios en animales, se trabajó en la hipótesis de que tratando el dolor antes de que apareciese (durante el preoperatorio) la intensidad del mismo sería menor. Los enfermos deben apelar a sus recursos emocionales para hacer frente a la realidad de la enfermedad orgánica y la cirugía, e intentar sortear con mayor o menor éxito las exigencias de la recuperación postoperatoria. Como resultado de las alternativas de ese complejo proceso de adaptación psicológica a la cirugía, la ansiedad es un síntoma frecuente en los pacientes quirúrgicos. Se han reportado otras actividades preoperatorios para disminuir el sufrimiento y prevenir el daño psicológico. La visita a las salas de cirugía con los padres y el niño, los juegos con los equipos de anestesia y los elementos con los que se encontrara el día de la cirugía, disfrazados con ropa quirúrgica y representando los papeles del anestesiólogo y el paciente, los libros de dibujos para colorear o la representación gráfica de los temores, la proyección de videos informativos o los juegos de vídeo interactivos diseñados para que los niños por medio de una 29 pantalla de computador o de un televisor conozcan paso a paso las situaciones a las que se enfrentaran el día de la cirugía. La efectividad de estas actividades depende del control a "el miedo a lo desconocido", que es una de las mayores fuentes de ansiedad preoperatoria. El miedo tiene un componente irracional que no puede modificarse por la información y debe tratar de controlarse por medio de la transmisión de emociones agradables que den sensación de seguridad y bienestar (Jaramillo, 1998). También menciona que para los padres la mayor angustia es saber que van a tener que dejar a su hijo solo, sin poder recomendarle a nadie de confianza que se lo cuide, que lo proteja, que no lo deje sufrir, que no se vayan a equivocar con el niño y lo operen de lo que no es o le apliquen una droga que no le toca, que no lo deje enfriar, que no lo deje padecer hambre sin necesidad. Los padres necesitan que un adulto responsable, idealmente un médico que sepa atender niños quirúrgicos, asuma el papel de padre sustituto y proteja al niño de todo mal y peligro mientras lo operan. El cuidado postoperatorio Antes de dar de alta al niño el cirujano debe exponer a los padres el resultado de la cirugía y el pronóstico, indicar los cuidados postoperatorios y concertar las citas de control. El anestesiólogo debe exponer el curso de la anestesia, informar sobre complicaciones o posibles efectos adversos y dar instrucciones sobre re inicio de la vía oral y analgésicos. La prevención de la ansiedad perioperatoria en los padres y en el niño favorece el cumplimiento de las instrucciones preoperatorias, mejora la actitud del niño frente a la máscara o a la venopunción, disminuye la incidencia de inducciones difíciles, disminuye la necesidad de medicamentos ansiolíticos o sedantes, disminuye la incidencia de agitación, de dolor o vómito de difícil control durante el postoperatorio, disminuye las hospitalizaciones no programadas por motivos 30 sociales, disminuye los requerimientos de analgésico s y mejora la calificación del usuario en cuanto a satisfacción con el servicio (Jaramillo, 1998). La reducción del sufrimiento relacionado con la anestesia y la cirugía a un nivel de intensidad bajo podría evitar que se registre en la memoria del niño una experiencia desagradable y cuando tenga que enfrentarse nuevamente a una situación similar lo hará sin miedos irracionales y no será una fuente de ansiedad para sus hijos. Esta ansiedad puede desaparecer en el periodo postoperatorio, cuando el paciente recupera el estado de alerta y revalora que su entorno no presenta cambios importantes que le signifique modificación de sus hábitos de vida previos. Con base en esto, los anestesiólogos han utilizado la visita y medicación preoperatoria para mitigar la ansiedad, sin embargo, es la consulta preanestésica, la pieza fundamental para planificar el manejo integral de cualquier paciente que requiera cirugía, estudios especiales, procedimientos menores, etcétera y seguirá siendo un elemento de suma importancia en cualquier medio hospitalario; por lo que al ser un recurso indispensable y necesario dentro de Hospital General de México, debe seguir siendo favorecida para su realización y crecer en todos los sitios donde se solicite la presencia del médico anestesiólogo (Ruiz, Muñoz, Olivero, Islas, 2000).
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