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Universidad Nacional Autónoma de México Facultad de Medicina Departamento de Psicología Médica, Psiquiatría y Salud Mental “Asimetría hemisférica del flujo sanguíneo cerebral en el trastorno depresivo mayor y caracterización de su modificación como correlato de la respuesta antidepresiva” Tesis Que para obtener el diploma de: Especialista en psiquiatría Presenta: Dr. Armando Patrón Vargas Tutores: Metodológico: Dr. Ariel Graff Guerrero Teórico: Dr. Jorge Julio González Olvera México, D.F. 2006 UNAM – Dirección General de Bibliotecas Tesis Digitales Restricciones de uso DERECHOS RESERVADOS © PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL Todo el material contenido en esta tesis esta protegido por la Ley Federal del Derecho de Autor (LFDA) de los Estados Unidos Mexicanos (México). El uso de imágenes, fragmentos de videos, y demás material que sea objeto de protección de los derechos de autor, será exclusivamente para fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el respectivo titular de los Derechos de Autor. ÍNDICE Sección Página Índice 2 Resumen 3 Antecedentes 4 Justificación 20 Hipótesis 21 Objetivos generales y específicos 21 Material y método 22 Resultados 27 Discusión 31 Bibliografía 39 2 RESUMEN Introducción: Numerosos estudios han reportado una lateralización cerebral para el procesamiento emocional en los individuos y se han descrito alteraciones de la lateralidad en sujetos que padecen trastornos depresivos así como modificaciones de la lateralización de la perfusión (flujo sanguíneo) cerebral asociadas con la administración de diversos tratamientos para la depresión. Con todo, aún desconocemos si la lateralidad basal (antes de iniciado el tratamiento) y su patrón, pueden asociarse a priori con, o en otras palabras predecir, la respuesta a estas terapias. Se hipotetizó que el flujo sanguíneo cerebral regional en la corteza prefrontal dorsolateral y la corteza del cíngulo anterior de pacientes con TDM se asociará con un índice de lateralidad (izquierda-derecha) negativo previo al tratamiento antidepresivo efectivo. Materiales y métodos: Tipo de estudio y diseño general: Descriptivo, retrolectivo y retrospectivo. Universo de estudio y muestra: Base de datos e imágenes de SPECT de pacientes con TDM. Se utilizo la información correspondiente a 14 pacientes tratados con un inhibidor selectivo de la recaptura de noradrenalina (ISRNA), la información de estos pacientes fue colectada por Berlanga et al (2002). Se utilizó esta base de datos e imagenes para evitar exponer a nuevos pacientes a un ratiotrazador radiactivo como el 99m-Tc-ECD. Criterios de inclusión: Pacientes sin patología médica alguna, con diagnóstico psiquiátrico de Trastorno Depresivo Mayor, por DSM-IV, episodio único o recidivante, que firmaron el consentimiento informado, que obtuvieron una calificación en la Escala de Depresión de Hamilton de 21 Ítems (EDH), de 20 puntos o más, que recibieron farmacoterapia antidepresiva con reboxetina a dosis de 8 mg/día por vía oral durante 12 semanas, presentaron respuesta antidepresiva definida como una disminución del 50% o más en el puntaje basal en la EDH y a quienes se les realizó un SPECT basal y otro más al final del tratamiento, ambos en condiciones de reposo. Resultados: El análisis del flujo sanguíneo para las regiones de interés no se modificó con el tratamiento antidepresivo. El índice de lateralidad izquierda- derecha (ILID) fue negativo en la CCA en el estado basal y posterior al tratamiento. Este patrón homogéneo para la CCA fue diferente en la CPFDL, ya que en esta región, 8 de los 14 sujetos mostraron mayor flujo izquierdo previo al tratamiento y posterior al tratamiento 2 sujetos persistieron con mayor flujo izquierdo. Además los pacientes con mayor porcentaje de mejoría (cambio en la EDH) se relacionaron con un mayor ILID durante el estado basal en la CPFDL. Conclusión: Es este ILID positivo y no uno negativo, lo que predice una mayor respuesta a las terapias antidepresivas. El que este haya sido el resultado obtenido con nuestra muestra nos obliga a considerar la posibilidad de que haya sido la modalidad terapéutica elegida en nuestro estudio la que se asocia con una respuesta antidepresiva en individuos con este ILID positivo. 3 ANTECEDENTES (MARCO TEÓRICO) INTRODUCCIÓN Numerosos estudios han reportado una lateralización cerebral para el procesamiento emocional en los individuos (Denny-Brown, Meyer et al. 1952; Perria, Rosadini et al. 1961; Terzian 1964; Gainotti 1972; Tucker, Stenslie et al. 1981; Tomarken, Davidson et al. 1990; Tomarken, Davidson et al. 1992; Morris, Robinson et al. 1996; Davidson and Irwin 1999; Paradiso, Chemerinski et al. 1999). Además, se han descrito alteraciones de la lateralidad en sujetos que padecen trastornos depresivos (Flor-Henry 1969; Flor-Henry 1976; Goldstein, Filskov et al. 1977; Kronfol, Hamsher et al. 1978; Schaffer, Davidson et al. 1983; Otto, Yeo et al. 1987; Henriques and Davidson 1990; Henriques and Davidson 1991; Pauli, Wiedemann et al. 1999) y modificaciones de la lateralización de la perfusión (flujo sanguíneo) cerebral asociadas con la administración de diversos tratamientos para la depresión (Mathew, Meyer et al. 1980; Baxter, Phelps et al. 1985; Baxter, Schwartz et al. 1989; Martinot, Hardy et al. 1990; Volk, Kaendler et al. 1992; Nobler, Sackeim et al. 1994; Buchsbaum, Wu et al. 1997; Mallet, Mazoyer et al. 1998; Brody, Saxena et al. 1999; Halloran, Prentice et al. 1999; Martin, Martin et al. 2001), pero seguimos desconociendo si la lateralidad basal (antes de iniciado el tratamiento) y su patrón, pueden asociarse a priori con, o en otras palabras predecir, la respuesta a estas terapias. LATERALIDAD HEMISFERICA Y EMOCIONES La lateralidad hemisférica del procesamiento emocional se postuló a partir de estudios de lesión cerebral en los que se observó una reacción “depresiva- 4 catastrófica” como consecuencia de la lesión del hemisferio izquierdo y una reacción maniatiforme con la lesión del derecho (Denny-Brown, Meyer et al. 1952; Gainotti 1972; Morris, Robinson et al. 1996; Paradiso, Chemerinski et al. 1999). Asimismo, se produjo una respuesta emocional positiva (alegria, felicidad) con la inyección intracarotídea unilateral derecha de un barbitúrico y un estado de ánimo negativo (tristeza, miedo, dolor) con la sedación del hemisferio izquierdo (Perria, Rosadini et al. 1961; Terzian 1964). LATERALIDAD EN MODELO DE VALENCIA AFECTIVA Se reportó que la corteza prefrontal dorsolateral (CPFDL) izquierda parece mediar emociones positivas (felicidad) y la derecha, negativas (tristeza, miedo) (Davidson and Irwin 1999). Tomarken et al. (1990) examinaron la relación entre la asimetría entre regiones cerebrales anteriores y la diferencia en los autorreportes de afecto positivo en respuesta a películas positivas y de afecto negativo en respuesta a películas negativas y refirieron que esta medida de lo que podría ser denominado con mayor precisión valencia afectiva tenía ya entonces un soporte previo teórico y empírico (Tomarken, Davidson et al. 1990): Particularmente un modelo de la base dimensional de la emoción plantea dos dimensiones primarias denotadas como placentero-displacentero y activación (arousal, en lengua inglesa) (Russell 1980, 1983). De hecho, estas dimensiones son típicamente las dos primarias rendidas por el análisis factorial de autorreportes del estado de ánimo antes de que la rotación ortogonal a estructura simple rinda distintos factores positivos y negativos. En este esquema dimensional, placentero-displacentero es un factor 5 bipolar que representa la diferencia entre,o el balance relativo, del afecto positivo y negativo (Watson 1988). Asimismo, Tomarken et al. (1992) observaron que la gran mayoría de la evidencia electroencefalográfica de asimetría anterior para las emociones implica específicamente las regiones frontales y enfatizaron que la investigación previa había indicado que una activación frontal izquierda incrementada se asoció con afecto positivo y que la activación frontal derecha incrementada, con afecto negativo; y que una hiperactivación frontal izquierda negativa es equivalente a una hipoactivación frontal derecha relativa (y viceversa) por la naturaleza intrínseca de la métrica de la asimetría, la cual mide las diferencias en la activación de dos sitios homólogos. Consideradas en conjunto, estas dos observaciones indican que una activación frontal izquierda relativa incrementada se ha asociado tanto con un afecto positivo incrementado como con un afecto negativo disminuido (Tomarken, Davidson et al. 1990; Tomarken, Davidson et al. 1992). LATERALIDAD CON PRUEBAS NEUROPSICOLÓGICAS EN DEPRESIÓN CLÍNICA Se encontró un desempeño neuropsicológico indicativo de disfunción hemisférica derecha en pacientes deprimidos que mejoró con el alivio de la depresión (Flor-Henry 1969; Flor-Henry 1976; Goldstein, Filskov et al. 1977; Kronfol, Hamsher et al. 1978). Sutton et al. encontraron que individuos con una mayor asimetría electroencefalográfica anterior frontal en reposo fueron más propensos a seleccionar el más placentero de los dos pares de palabras presentados y que el 6 grupo de individuos que exhibieron una mayor actividad anterior frontal en reposo hacia el lado izquierdo seleccionaron el par de palabras más placentero con una frecuencia significativamente mayor que el grupo que exhibió una mayor actividad anterior frontal en reposo hacia el lado derecho, con lo que se mostró que la actividad cerebral en reposo de las regiones anteriores predijo juicios de fuerza asociativa cuando se contrastaron estímulos que difirieron en el tono afectivo. Los resultados también enfatizaron la naturaleza de rasgo del estilo afectivo, dado el tiempo prolongado entre las sesiones de registro electroencefalográfico y la evaluación del desempeño en la tarea de palabras pareadas (Sutton and Davidson 2000). Además, evaluaciones neuropsicológicas han indicado pobre desempeño hemisférico derecho en pacientes deprimidos. Goldstein et al. (1977) compararon el desempeño previo y posterior a la administración de terapia electroconvulsiva (TEC), en 20 pacientes en la batería de Halsted-Reitan y encontraron evidencia de disfunción hemisférica derecha (Goldstein, Filskov et al. 1977). Kronfol et al. encontraron un desempeño mejorado en pruebas neuropsicológicas sensibles a la disfunción hemisférica derecha posterior (Form Sequence Learning, Judgment of Line Orientation, Three-Dimensional Constructional Praxis-Photographic Stimuli y Facial Recognition Test) a la admnistración de TEC cuando está disminuyó la depresión exitosamente (Kronfol, Hamsher et al. 1978). Estos hallazgos clínicos son congruentes con investigación experimental. Una técnica que se ha utilizado para investigar las asimetrías funcionales es el procedimiento de tarea dual: en ausencia de una tarea concurrente, los tiempos de reacción simples varían poco cuando se presentan estímulos visuales a los campos visuales izquierdo y 7 derecho. Sin embargo, se presenta un aumento en el tiempo de reacción cuando se desempeña concurrentemente una tarea que involucra selectivamente el hemisferio al que se le presenta el estímulo. Usando este paradigma, Ladavas et al. examinaron el costo relativo de la inducción de un humor triste para el procesamiento hemisférico izquierdo y derecho y encontraron un alargamiento selectivo de los tiempos de reacción ante los estímulos de prueba presentados al hemisferio derecho, posterior a la inducción del humor triste, pero no cuando el estímulo se presentó al campo visual derecho (hemisferio izquierdo). Concluyeron que sus datos indicaron que el hemisferio derecho se encuentra predominantemente involucrado en la producción de un humor triste y la inducción de un humor triste puede conducir a una eficiencia cognoscitiva reducida en el hemisferio derecho (Ladavas, Nicoletti et al. 1984). LATERALIDAD EN LAS EMOCIONES Y EEG Se ha correlacionado de forma positiva al incremento en la actividad electroencefalográfica (EEG) frontal derecha con la depresión. Este incremento medido como la cantidad de alfa, puede ocurrir de dos maneras: por un incremento en la actividad del hemisferio derecho o por una disminución de la del izquierdo (Otto, Yeo et al. 1987; Pauli, Wiedemann et al. 1999). También se ha descrito esta lateralización durante la inducción transitoria de humor deprimido (Tucker, Stenslie et al. 1981), en participantes subclínicamente deprimidos (Schaffer, Davidson et al. 1983), en pacientes deprimidos y en los que se encontraban en remisión (Henriques and Davidson 1990; Henriques and Davidson 8 1991), y en estudios con medidas conductuales de la activación cerebral (Schwartz, Davidson et al. 1975; Gur and Reivich 1980; Bryden, Ley et al. 1982). En otro estudio en el que se registró la actividad electroencefalográfica en reposo, Tomarken et al. encontraron que aquellas mujeres que presentaron una estable y extrema activación anterior izquierda relativa reportaron un afecto positivo (AP) generalizado incrementado y un afecto negativo (AN) generalizado disminuido, cuando se compararon con aquellas que presentaban una estable y extrema activación anterior derecha relativa. (Tomarken, Davidson et al. 1992). El AP ha sido definido por Tellegen et al. como un afecto activo, interesado y entusiasta; refleja el nivel de involucramiento placentero con el ambiente. (el cual refleja un estado de inolucramiento negativo con el ambiente) (Watson and Tellegen 1985; Watson, Clark et al. 1988). Varios autores han argumentado que el sustrato neuroconductual del AP es un sistema de aproximación orientado hacia la recompensa que es activado primariamente, aunque no exclusivamente, por estímulos apetitivos y de recompensa (Depue and Iacono 1989) (Tellegen 1985). Davidson et al. sostienen que la asimetría anterior en reposo indica una dimensión, o dimensiones, de aproximación o retirada (Davidson y Tomarken 1989), por tanto, desde esta óptica, una activación frontal izquierda relativamente incrementada se asocia con la acentuación de tendencias de aproximación manifestadas por un mayor involucramiento con tareas o con el ambiente y una motivación apetitiva incrementada. Esta lateralización parece representar un rasgo estable de la personalidad, predictivo de la activación de un sistema de evitación- retirada (Davidson and Fox 1989; Davidson 1992; Tomarken, Davidson et al. 1992). 9 PERFUSIÓN CEREBRAL EN DEPRESIÓN: REGIONALIDAD A partir de 1980 se han publicado múltiples reportes de alteraciones de la perfusión en estado de reposo en pacientes con varias formas de depresión (Rush 1982) (Devous 1988) (O'Connell, Van Heertum et al. 1989; Reischies, Hedde et al. 1989; Delvenne, Delecluse et al. 1990). En síntesis, se encontró una indicación general de reducción del flujo sanguíneo cerebral global (FSCg), particularmente en la población unipolar, posiblemente en relación con la edad y el subtipo depresivo (Devous, Gullion et al. 1993). De acuerdo con su evaluación, Rubin, Sackeim et al. (Rubin, Sackeim et al. 1994), han referido que el punto de acuerdo más común, el cual aún se mantiene tentativo, es que, el tratamiento farmacológico exitoso de la depresión podría asociarse con un flujo sanguíneo incrementado en los ganglios basales, corteza prefrontal y/o corteza cingular. Debe considerarse que los hallazgos han variado pues los tamaños de las muestras fueron distintos ypequeños (n=5-44); porque incluyeron pacientes con trastornos bipolares, unipolares o ambos; la severidad de los síntomas en la Escala de Depresión de Hamilton varió de 14 a 35 puntos; la evaluación del flujo se realizó con diferentes técnicas, en dos y tres dimensiones (con Tomografía por Emisión de Fotón Único y Tomografía por Emisión de Positrones, SPECT y PET, por sus siglas en inglés); se midió el metabolismo de glucosa y de oxígeno y bajo diversas circunstancias (ojos abiertos o cerrados; oídos abiertos o cerrados o bajo estimulación auditiva; en estado de reposo o durante varias tareas motoras o cognoscitivas) (Devous, Gullion et al. 1993). 10 Rubin, Sackeim et al., por su parte, consideran que los estudios han producido resultados divergentes que podrían deberse al uso de paradigmas off- on, en los que los pacientes son escaneados libres de fármaco en el estado basal y nuevamente mientras reciben medicación. Asimismo ha habido estudios con paradigmas on-on y off-off. Además la mayoría de los estudios ha sufrido de tamaños de muestra pequeños, de heterogeneidad en cuanto a los regímenes farmacológicos empleados (algunas veces utilizando incluso diferentes clases dentro de un mismo estudio: inhibidores selectivos de la recaptura de serotonina: ISRS y antidepresivos tricíclicos: ADT) y de variaciones intra e inter estudios en cuanto a los puntos elegidos en el tiempo para realizar los escaneos cerebrales (Rubin, Sackeim et al. 1994). PERFUSIÓN Y METABOLISMO CEREBRAL EN DEPRESIÓN DURANTE EL TRATAMIENTO: REGIONALIDAD Debido a que se han reportado tanto incrementos como decrementos de la perfusión en el trastorno depresivo mayor (TDM) en la corteza prefrontal (CPF) y la corteza del cíngulo anterior (CCA) (Ketter, George et al. 1996) (Kennedy, Javanmard et al. 1997; Drevets 1998; Byrum, Ahearn et al. 1999), se ha propuesto que subregiones de estas estructuras tienen una función alterada en el TDM. Específicamente, las estructuras cerebrales dorsales, como la CPFDL, tienen una actividad disminuida (Ketter, George et al. 1996) (Baxter, Saxena et al. 1996; Kennedy, Javanmard et al. 1997; Mayberg 1997; Drevets 1998; Mayberg, Liotti et al. 1999), mientras que las ventrales, como la corteza prefrontal ventrolateral (CPFVL) y la región ventral del la CCA tienen una actividad incrementada en el 11 TDM (Drevets 1999) (Mayberg 1997; Drevets 1998; Mayberg, Liotti et al. 1999). Los estudios que han examinado los cambios en la actividad antes y después de la administración a corto plazo de una medicación antidepresiva para el tratamiento del TDM han encontrado generalmente una normalización de la actividad cerebral las regiones antes mencionadas, siendo los cambios más comunes los de la CPF (Rubin, Sackeim et al. 1994) (Drevets 1998). Se ha reportado un incremento en el metabolismo en la CPFDL con fluoxetina (Mayberg, Liotti et al. 1999), sertralina (Buchsbaum, Wu et al. 1997) y otros diversos tratamientos (antidepresivos tricíclicos, carbonato de litio, benzodiacepinas y trazodona) (Baxter, Schwartz et al. 1989; Martinot, Hardy et al. 1990), mientras que una disminución de la actividad en la CPFVL, se ha reportado con paroxetina (Brody, Saxena et al. 1999), venlafaxina (Little, Ketter et al. 1997), desipramina (Drevets and Raichle 1992) y terapia electroconvulsiva (Nobler, Sackeim et al. 1994). Cambios en la CCA se han reportado en algunos estudios, siendo los hallazgos más comunes incrementos dorsales y decrementos ventrales de la actividad (Brody, Saxena et al. 2001). 12 PERFUSIÓN CEREBRAL DURANTE INDUCCIÓN DE ÁNIMO DEPRIMIDO Y EN DEPRESIÓN CLÍNICA: REGIONALIDAD Y LATERALIDAD a) Resultados que asocian depresión con perfusión o metabolismo disminuidos en áreas izquierdas en particular o con perfusión disminuida en general sin especificar lateralidad. En pacientes clínicamente deprimidos, Mathew et al., utilizando Xenon 133, encontraron un flujo sanguíneo disminuido en el hemisferio izquierdo en comparación con el derecho (Mathew, Meyer et al. 1980) y Baxter et al. reportaron que, a pesar de que en un grupo de pacientes deprimidos unipolares como un todo, no se encontraron diferencias significativas en asimetría izquierda-derecha, cuando se compararon con los controles, hubo un subgrupo con una tasa metabólica de glucosa llamativamente menor en la corteza frontal izquierda en comparación con la derecha (Baxter, Phelps et al. 1985). Además, la perfusión reducida en la CPFDL izquierda se ha asociado con la presencia de retardo psicomotor (Dolan, Bench et al. 1992) y también se ha correlacionado negativamente el flujo sanguíneo en la CPFDL y temporal anterior izquierdas con la severidad de los síntomas negativos en un estudio con SPECT y 99mTc- HMPAO en reposo. (Galynker, Cai et al. 1998). Asimismo, en sujetos deprimidos sometidos a la realización de tareas cognoscitivas, no se observó el incremento normal esperado en el flujo sanguíneo en la corteza frontal, el cíngulo, los ganglios basales y el tálamo (Dolan, Elliott et al. 1997; Elliott, Sahakian et al. 1998). De hecho, en un metaanálisis reciente (Wager, Taylor et al. 2002) no se encontró respaldo para la hipótesis de una lateralización derecha para el 13 procesamiento emocional considerando al hemisferio derecho en su totalidad, pero sí se halló un respaldo limitado para la lateralización en la corteza frontal, en la cual, la lateralidad se encontró específicamente relacionada con la valencia afectiva del estímulo: el incremento de la perfusión relacionada con la aproximación mostró una tendencia a la lateralización en la corteza frontal lateral izquierda, en acuerdo con la hipótesis de aproximación/alejamiento propuesta por Davidson (1992). b) Resultados que asocian depresión con perfusión incrementada en áreas izquierdas en particular o con perfusión incrementada sin especificar lateralidad. Se ha observado un incremento del flujo sanguíneo cerebral en la región superior de la CPFDL izquierda y una disminución del flujo en la CPFDL derecha durante la inducción de un estado de ánimo deprimido en sujetos sanos (Baker, Frith et al. 1997) y en otra investigación se reportó que la severidad global de la depresión clínica se asoció con una perfusión incrementada en el cíngulo y otras áreas paralímbicas (como el giro parahipocampal), sin embargo también se encontró una probable asociación entre un incremento en el factor de depresión ansiosa y una perfusión reducida en la neocorteza frontal (Ebmeier, Cavanagh et al. 1997). CAMBIOS EN LA PERFUSIÓN CEREBRAL CON LA RESPUESTA ANTIDEPRESIVA: REGIONALIDAD Y LATERALIDAD En diversos estudios (Martinot, Hardy et al. 1990; Volk, Kaendler et al. 1992; Nobler, Sackeim et al. 1994) se han encontrado cambios cerebrales 14 perfusorios con la administración de diferentes medicamentos antidepresivos, terapia electroconvulsiva y privación de sueño. Los resultados comunes han sido incrementos o decrementos variables en la perfusión frontal, en general, y en particular en la región cingular, principalmente en las zonas anteriores. Resulta problemático que los cambios cerebrales funcionales (tanto perfusorios como metabólicos) reportados con los diferentes tratamientos antidepresivos implican regiones consistentes entre los estudios pero resultados conflictivos con respecto del tipo de cambios: incremento o disminución del flujo o metabolismo (Martin, Martin et al. 2001). a) Resultados que asocian la respuesta antidepresiva con perfusión basal disminuida o con incremento de la perfusión en áreas izquierdas o derechas en particular o con incremento de la perfusión en general Baxter et al. encontraron en su muestra de 12 pacientes con diagnósticos de depresión unipolar y bipolar y Trastorno Obsesivo Compulsivo con depresión comórbida, que las tasas metabólicas medias de glucosa para lacorteza prefrontal anterolateral izquierda divididas entre la del hemisferio ipsilateral como un todo (al cociente de esta divisón le denominaron índice ALPFC/hem), fueron similares en los pacientes con depresión unipolar y bipolar y significativamente menores que en los controles normales, con una correlación significativa entre la puntuación en la EDH y dicho índice. Con la medicación antidepresiva, el índice ALPFC/hem se incrementó significativamente y el porcentaje de cambio en la EDH correlacionó con el porcentaje de cambio del índice. Es importante señalar que el tratamiento varió: de cinco pacientes con depresión unipolar, tres recibieron un antidepresivo 15 tricíclico (ADT), dos una combinación de un inhibidor de la monoaminooxidasa (IMAO) y un ADT; de tres pacientes con depresión bipolar, uno presentó remisión espontánea, sin fármaco, otro fue tratado con carbonato de litio y un tercero con una combinación de deprivación de sueño y carbonato de litio. Y de cuatro sujetos con Trastorno Obsesivo Compulsivo y depresión comórbida, tres recibieron tratamiento con trazodona y un IMAO y otro sólo con trazodona. (Baxter, Schwartz et al. 1989). En este mismo sentido, Martinot et al. encontraron utilizando PET con FDG, que una asimetría prefrontal izquierda-derecha significativa (a expensas de un menor metabolismo en la región prefrontal izquierda) estaba presente en los pacientes antes, pero no después de la farmacoterapia exitosa con antidepresivos tricíclicos, lo cual representó para ellos que los medicamentos son capaces de revertir dicha asimetría (aumentar el metabolismo en la región prefrontal izquierda). Por otra parte, también encontraron una significativa hipofrontalidad y un hipometabolismo cortical global en los pacientes en el estado deprimido, mismos que persistieron a pesar del tratamiento y la mejoría clínica, lo que para ellos significó que estas anormalidades no son dependientes del estado depresivo. Cabe mencionar que utilizaron un paradigma de registro con fármaco “On-On”, ya que los pacientes se encontraban severamente deprimidos y no fue posible un período de lavado para realizar el registro basal. (Martinot, Hardy et al. 1990). También con la administración de sertralina se ha observado un incremento del metabolismo en la CPFDL (Martin, Martin et al. 2001) y en otro estudio, los pacientes que respondieron al tratamiento con venlafaxina tuvieron hipometabolismo basal prefrontal y paralímbico (Little, Ketter et al. 1996). 16 Durante el seguimiento de una población de 39 pacientes geriátricos deprimidos Halloran et al (1999), no encontraron diferencias entre los SPECT de pacientes que tuvieron buen o mal pronóstico. Sin embargo, en los 10 pacientes que presentaron mejoría clínica y pudieron ser reexaminados, encontraron incrementos relativos del flujo en el giro cingular y cerebelo derechos. Cabe señalar que el paradigma de registro implicó una limitación importante: durante el registro basal los pacientes podían haberse encontrado con una dosis estable de medicación antidepresiva durante al menos 3 semanas o no, e ingiriendo adicionalmente antipsicóticos, benzodiacepinas y carbonato de litio. (Halloran, Prentice et al. 1999). Empleando SPECT con 99mTc-HMPAO y comparando también psicoterapia interpersonal versus farmacoterapia, aunque en su estudio, con venlafaxina, Martin et al. reportaron que los tratados con la medicación mostraron un incremento de la perfusión en la región temporal posterior derecha y en ganglios basales derechos y los tratados con psicoterapia, un aumento de la perfusión límbica derecha, cingular posterior y en ganglios basales derechos (Martin, Martin et al. 2001). b) Resultados que asocian la respuesta antidepresiva con decremento de la perfusión o metabolismo en áreas frontales o izquierdas en particular, con decremento de la perfusión en general o con cambios mixtos En pacientes deprimidos tratados con sertralina, Buchsbaum et al. (1997) observaron un incremento relativo en la tasa metabólica en el lóbulo parietal derecho, en el área 19 de Brodmann occipital izquierda y una disminución en el 17 área 18 de Brodmann occipital derecha. Mientras mayor fue el incremento en la tasa metabólica del giro del cíngulo con el tratamiento, mayor fue la mejoría clínica medida con la Escala de Depresión de Hamilton (EDH). Sin embargo, se encontró una correlación entre la tasa metabólica basal en el giro recto izquierdo y la mejoría en la EDH en el siguiente sentido: mientras mayor fue la tasa metabólica basal en esta región en los pacientes, más propensos fueron a presentar mejoría clínica (medida con la EDH) y tasas metabólicas menores con el tratamiento (Buchsbaum, Wu et al. 1997). En otro estudio, el tratamiento con venlafaxina redujo el flujo sanguíneo paralímbico anterior y en otra investigación se encontró con la administración de paroxetina una disminución del metabolismo prefrontal (Martin, Martin et al. 2001). Empleando PET con FDG y comparando farmacoterapia con paroxetina versus psicoterapia interpersonal, Brody et al. reportaron que ambos tratamientos se asociaron con un flujo incrementado en el lóbulo temporal izquierdo, así como con una disminución del metabolismo en la corteza prefrontal (bilateral en aquellos tratados con paroxetina y derecha en los tratados con psicoterapia interpersonal) y el giro del cíngulo anterior izquierdo (Brody, Saxena et al. 2001). c) Resultados que asocian la respuesta antidepresiva con la modificación hacia la simetría del flujo interhemisférico Mallet et al., empleando PET con fluorodeoxiglucosa (FDG), encontraron un menor acoplamiento (o simetría) en el metablismo de los lóbulos frontales de pacientes deprimidos, el cual fue mayor en aquellos que se encontraban ya en remisión. Consideraron que dicho desacoplamiento (o asimetría) podría haber 18 representado más el estado depresivo que un marcador de vulnerabilidad o rasgo (Mallet, Mazoyer et al. 1998). Decidimos, ante la variedad de los resultados obtenidos en estas investigaciones, hacer el presente estudio con el objetivo de caracterizar un índice de lateralidad hemisférica del flujo sanguíneo cerebral previo al tratamiento antidepresivo y asociarlo con la calidad de la respuesta antidepresiva . 19 JUSTIFICACIÓN De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud la depresión se encuentra dentro de las 5 primeras causas de incapacidad en el mundo (CITA). Con todo, aún no existen predictores cuantitativos para la respuesta antidepresiva, por lo que la caracterización del patrón de lateralidad (o índice) del flujo sanguíneo cerebral regional fronto-cingular permitirá proponer un predictor individual asociado a la respuesta antidepresiva. De acuerdo con nuestra revisión no se ha diseñado aún un estudio para caracterizar la diferencia hemisférica en el flujo sanguíneo cerebral intrasujeto y relacionar esta diferencia con la respuesta antidepresiva. 20 HIPÓTESIS El flujo sanguíneo cerebral regional en la corteza prefrontal dorsolateral y la corteza del cíngulo anterior de pacientes con TDM se asociará con un índice de lateralidad (izquierda-derecha) negativo previo al tratamiento antidepresivo efectivo (Índice = flujo sanguíneo cerebral regional izquierdo – flujo sanguíneo cerebral regional derecho). OBJETIVOS GENERALES Y ESPECÍFICOS Objetivo general Caracterización de un índice de lateralidad del flujo sanguíneo fronto- cingular “pre-tratamiento”, en pacientes con TDM, asociado con una respuesta antidepresiva efectiva. Objetivos específicos 1. Caracterización del índice de lateralidad (izquierda-derecha), pre- tratamiento, del flujo sanguíneo en la CCA, asociado con una respuesta antidepresiva efectiva utilizando un inhibidor selectivo de la recaptura de noradrenalina. 2. Caracterización del índice de lateralidad(izquierda-derecha) pre- tratamiento, del flujo sanguíneo en la CPFDL, asociado con una respuesta antidepresiva efectiva utilizando un inhibidor selectivo de la recaptura de noradrenalina . 21 MATERIALES Y MÉTODOS Las regiones de interés que se utilizaron en nuestra investigación, definidas mediante las áreas de Brodmann (BA) correspondientes y de acuerdo con la región topográfica en la que se encuentran, son las siguientes : • Corteza del cíngulo anterior (CCA): BA 24 y 32. • Corteza prefrontal dorsolateral (CPFDL): BA 9, 10, 46. Tipo de estudio y diseño general: Descriptivo, retrolectivo y retrospectivo. Universo de estudio y muestra: Base de datos e imágenes de SPECT de pacientes con TDM. Se utilizo la información correspondiente a 14 pacientes tratados con un inhibidor selectivo de la recaptura de noradrenalina (ISRNA), la información de estos pacientes fue colectada por Berlanga et al (2002). Se utilizó esta base de datos e imagenes para evitar exponer a nuevos pacientes a un ratiotrazador radiactivo como el 99m-Tc-ECD. 22 Criterios de inclusión: Pacientes sin patología médica alguna, con diagnóstico psiquiátrico de Trastorno Depresivo Mayor, por DSM-IV, episodio único o recidivante, que firmaron el consentimiento informado, que obtuvieron una calificación en la Escala de Depresión de Hamilton de 21 Ítems (EDH), de 20 puntos o más, que recibieron farmacoterapia antidepresiva con reboxetina a dosis de 8 mg/día por vía oral durante 12 semanas, presentaron respuesta antidepresiva definida como una disminución del 50% o más en el puntaje basal en la EDH y a quienes se les realizó un SPECT basal y otro más al final del tratamiento, ambos en condiciones de reposo. Criterios de exclusión: Se excluyeron aquellos pacientes que no respondieron al tratamiento, así como aquellos cuyas imágenes de SPECT fueron de mala calidad. Protocolo: A los pacientes se les realizo un primer SPECT basal en condiciones de reposo, previo al inicio de la farmacoterapia. Recibieron durante 12 semanas una dosis diaria de 8 mg del ISRNA reboxetina por vía oral. La EDH fue aplicada semanalmente y al término del período de tratamiento se realizó un segundo SPECT, mientras se encontraban aún ingiriendo la medicación que fue comparado con el primero en busca de las diferencias en las regiones de interés definidas. 23 SPECT CEREBRAL Y ANÁLISIS DE LA IMAGEN Previo al procedimiento de SPECT se colocó un catéter en una vena del antebrazo izquierdo de cada paciente, el sujeto permaneció en estado de relajación en un cuarto libre de estímulos visuales y auditivos 15 minutos antes y 15 minutos después de la administración de 740-925 MBq (20-25 mCi) del radiofármaco, 30 minutos después de la administración se recostó al sujeto en la camilla del equipo orientando su cabeza en el eje orbitomeatal para iniciar la adquisición de la SPECT. El SPECT cerebral se llevó a cabo en el departamento de Medicina Nuclear de la Unidad de Imágenes Cerebrales del Instituto Nacional de Psiquiatría “Dr. Ramón de la Fuente Muñíz”, con una Gamma cámara de tres cabezales modelo Multi- SPECT (Siemens, Knoxville, Tenn.), con colimadores de ultra alta resolución (fam- beam), matriz de 128 x 128 y zoom de 1.23. Cada cabezal giró en un ángulo de 120°, completando un total de 360º alrededor de la cabeza del paciente, se obtuvieron 120 proyecciones angulares de 3º cada una (40 por detector) con un mínimo de 8 millones de cuentas por estudio. El tiempo de adquisición fue de 25 a 30 minutos. La reconstrucción de las imágenes se realizó con un filtrado de retroproyección Sheep-logan-hanning 0.9 con una resolución espacial de 9.0 mm. Se realizó corrección de atenuación por el método de Chang para cada corte transversal de 0.12 cm-1. El radiofármaco empleado fue 99m-Tc-dímero de etil-cisteinato (99m-Tc-ECD) preparado de acuerdo a las especificaciones por la empresa AccesoFarm S.A. de C.V. 24 El análisis se realizó con el programa SPM2 (Friston et al, 1995a, 1995b). En breve, las imágenes fueron transformadas al sistema de coordenadas de Talairach y Tournoux (1988) para la posterior realineación de cada imagen por medio del método de interpolación sincrónica (kernel 9x9x9 voxeles). Las imágenes ya realineadas se normalizaron en el espacio utilizando una imagen promedio del total de imágenes para la determinación de parámetros y como plataforma se utilizó la imagen de SPECT del Instituto Neurológico de Montreal. La interpolación fue mediante el método bilinear y el tamaño del voxel se fijo en 2x2x2 mm. Posterior a esto se realizó una normalización escalar a 100 para hacer las imágenes comparables y fueron suavizadas con un valor de 4x4x4 mm. Los valores de flujo sanguíneo cerebral de cada sujeto se obtuvieron de las imágenes suavizadas mediante la aplicación de plantillas de las regiones de interés antes mencionadas. El valor del flujo corresponde al valor medio a la región de interés. El análisis posterior se realizo con el programa SPSS v.10. 25 Definición operativa de las variables y escalas de medición: a) Variable independiente: % de cambios en la EDH. b) Variable dependiente: Flujo sanguíneo cerebral medio y normalizado en unidades arbitrarias para cada uno de los ROIs. Selección de la prueba estadística: Será la generación del índice (izquierdo- derecho) y procesamiento “numérico y lógico” de la imagen de SPECT. Este trabajo se realizó de forma retrospectiva y retrolectiva utilizando información ya existente en una base de datos, cuyos componentes fueron aprobados con anterioridad por los comités de Ética e Investigación del Instituto Nacional de Psiquiatría. 26 RESULTADOS El análisis del flujo sanguíneo para las regiones de interés no se modificó con el tratamiento antidepresivo (Gráfica 1). El índice de lateralidad izquierda-derecha (ILID) fue negativo en la CCA en el estado basal y posterior al tratamiento. Este patrón homogéneo para la CCA fue diferente en la CPFDL, ya que en esta región, 8 de los 14 sujetos mostraron mayor flujo izquierdo previo al tratamiento y posterior al tratamiento 2 sujetos persistieron con mayor flujo izquierdo (Gráfica 2). Además los pacientes con mayor porcentaje de mejoría (cambio en la EDH) se relacionaron con un mayor ILID durante el estado basal en la CPFDL (Gráfica 3). 27 GRÁFICAS 0 10 20 30 40 50 60 CCA Izquierdo CCA Derecho CPFDL Izquierdo CPFDL Derecha Tallo Cerebral Fl uj o C er eb ra l N or m al iz ad o Pre Tx Pos Tx GRÁFICA 1. Cambio del flujo sanguíneo normalizado, después del tratamiento, en las CCA y CPFDL izquierdas y derechas. 28 CCA PreTx CCA PosTx CPFDL PreTx CPFDL PosTx H em is fe rio iz qu ie rd o - d er ec ho (F lu jo n or m al iz ad o) -8 -6 -4 -2 0 2 4 GRÁFICA 2. Distribución (lateralización) del flujo sanguíneo normalizado previo y posterior al tratamiento en la CCA y la CPFDL. 29 % Mejoria 50 60 70 80 90 100 H em is fe rio iz qu ie rd o - d er ec ho (F lu jo n or m al iz ad o) -8 -6 -4 -2 0 2 4 GRÁFICA 3. Relación entre el ILID del flujo normalizado en la CPFDL y su correlación con la RAD (porcentaje de disminución, al final del tratamiento, del puntaje basal en la EDH) 30 DISCUSIÓN 1. DISCUSIÓN DE LOS RESULTADOS DEL ESTUDIO Nuestra muestra de sujetos respondedores al tratamiento con reboxetina presentaron en condiciones basales un flujo relativo significativamente mayor en la CCA derecha y en la CPFDL izquierda. Después del tratamiento se observó una reducción generalizada del flujo que no resultó significativa. La lateralidad en la CCA no se modificó con el tratamiento. En la CPFDL la tendencia fue hacia la simetría: los sujetospresentaron una inversión relativa del flujo en esta área, de izquierda a derecha y viceversa. Se encontró la siguiente correlación entre los ILID y la RAD: mientras mayor fue el flujo basal en áreas derechas, menor tendió a ser la respuesta al tratamiento. En relación con los hallazgos basales, los resultados fueron sólo parcialmente congruentes en términos de lateralidad con la mayor parte de la evidencia reportada en la literatura y la hipótesis de trabajo . En la CCA se encontró mayor flujo relativo en el hemisferio derecho, en congruencia con la literatura. En la CPFDL, los hallazgos fueron contrarios a lo hipotetizado y reportado en la mayoría de las referencias revisadas, pues los pacientes, todos ellos respondedores al tratamiento, presentaron un flujo relativamente mayor en el hemisferio izquierdo (Mathew, Meyer et al. 1980; Tucker, Stenslie et al. 1981; Schaffer, Davidson et al. 1983; Otto, Yeo et al. 1987; Davidson and Fox 1989; Henriques and Davidson 1990; Martinot, Hardy et al. 1990; Henriques and 31 Davidson 1991; Dolan, Bench et al. 1992; Tomarken, Davidson et al. 1992; Pauli, Wiedemann et al. 1999). Con el tratamiento, los resultados fueron congruentes en términos de regionalidad pues tanto la CCA como la CPFDL mostraron cambios, pero sólo parcialmente en relación con la tendencia esperada de modificación del flujo como correlato de la RAD, ya que, en lugar de incrementarse (Rubin, Sackeim et al. 1994; (Buchsbaum, Wu et al. 1997), disminuyó globalmente, sin llegar a ser significativo. Con todo y aunque la mayor parte de la evidencia apunta a lo contrario, no es la primera ocasión en la que la RAD se asocia con una disminución global o regional del flujo sanguíneo cerebral. Nobler et al. (1994) observaron que después de la terapia electroconvulsiva, los pacientes con respuesta antidepresiva, mostraron una reducción del flujo sanguíneo cortical global, lo cual, para Martinot et al. (1990), sugieren que la recuperación clínica no se acompaña necesariamente por la normalización del hipometabolismo cortical global, o al menos no con el tratamiento con los antidepresivos tricíclicos y la TEC empleados en estos estudios; concluyen que la persistencia de la hipofrontalidad relativa y el hipometabolismo cortical global no parecen ser dependientes del estado depresivo (Martinot, Hardy et al. 1990; Nobler, Sackeim et al. 1994; Brody, Saxena et al. 2001). El estado depresivo se asoció, no con un flujo regional disminuido (Baxter, Phelps et al. 1985; Dolan, Bench et al. 1992; Bremner, Innis et al. 1997; Dolan, Elliott et al. 1997; Galynker, Cai et al. 1998), sino incrementado (Baker, Frith et al. 1997; Ebmeier, Cavanagh et al. 1997). En relación con el cambio en la perfusión de la CCA posterior al tratamiento, los resultados son contradictorios en términos de la modificación esperada de la 32 lateralidad del flujo, pues los pacientes mantuvieron la relativa lateralización derecha (ILID negativos). Ya se han publicado resultados similares que implican una lateralización regional derecha asociada con la RAD (Halloran, Prentice et al. 1999; Martin, Martin et al. 2001). En la CPFDL sí se observó una modificación de la lateralidad congruente con lo esperado: los pacientes que presentaban de forma basal los ILID más negativos (lateralidad relativa derecha más acusada), mostraron con el tratamiento una tendencia hacia una relativa lateralización izquierda del flujo (ILID más positivos), aunque el cambio se manifestó de manera parcial, es decir, como una tendencia, sin llegar a observarse un cambio definitivo de la lateralidad. Aunque cuantitativamente el flujo disminuyó (no significativamente) en vez de aumentar y la lateralidad no llegó a invertirse (tal como se consideró que constituiría el correlato esperado de la RAD: una inversión del ILID de derecha a izquierda (Baxter, Schwartz et al. 1989)), en congruencia con publicaciones previas, el flujo sí tendió a hacerse más simétrico, en acuerdo con las conclusiones de Martinot et al. (1990) y Mallet, Mazoyer et al (1998) cuyos datos sugieren que es la desaparición de la asimetría prefrontal izquierda-derecha, característica del estado depresivo, con el tratamiento, lo que se relaciona con los efectos de la medicación (principalmente los antidepresivos tricíclicos) y la mejoría clínica (Martinot, Hardy et al. 1990) (Mallet, Mazoyer et al. 1998). En lo que respecta a la relación entre mayor flujo basal en la CPFDL izquierda y tendencia a una mayor RAD medida con la EDH, la cual resultó inversa a la que de algún modo habíamos esperado se asociaría con la RAD, se trata, aparentemente, de la primera observación de este tipo, es decir, la literatura no hace referencia a que, en la medida en la que la CPFDL izquierda está más 33 perfundida, mayor es la respuesta con el tratamiento antidepresivo (el resultado más parecido sería en todo caso el del estudio de Buchsbaum et al. en el que encontraron una correlación entre la tasa metabólica basal en el giro recto izquierdo y la mejoría en la EDH: mientras mayor fue aquella más probable fue ésta con el tratamiento, con el que se presentaron tasas metabólicas menores (Buchsbaum, Wu et al. 1997)). Esto nos lleva a concluir que, de manera directamente proporcional, es este ILID positivo y no uno negativo, lo que predice una mayor respuesta a las terapias antidepresivas. El que este haya sido el resultado obtenido con nuestra muestra nos obliga a considerar la posibilidad de que haya sido la modalidad terapéutica elegida en nuestro estudio la que se asocia con una respuesta antidepresiva en individuos con este ILID positivo. Con todo, Baker, Frith et al. (1997), sí reportaron con la inducción de un estado de ánimo deprimido, un incremento del flujo sanguíneo cerebral en la región superior de la CPFDL izquierda y disminución del flujo en la CPFDL derecha. Por otra parte, Baxter, Phelps et al. (1985) han discutido, refiriéndose al cambio del índice ALPFC/hem (tasa metabólica media de glucosa de la corteza prefrontal anterolateral dividida entre la tasa metabólica media de glucosa de la totalidad del hemisferio ipsilateral) que emplearon en un estudio y que fue diferente entre un hemisferio y otro, que, aunque estas asimetrías no han podido distinguirse en el campo clínico, la depresión unipolar podría representar una colección de trastornos heterogéneos y por tanto es probable que sólo la exploración de grupos mayores de pacientes podría revelar otros subgrupos con tal asimetría metabólica (refiriéndose a la encontrada en su estudio) y permitiría discernir características conductuales o de laboratorio que distinguirían a la población con esta asimetría 34 de aquellos sin ella (Baxter, Phelps et al. 1985), o bien, pensamos nosotros, de aquellos con una asimetría cualitativamente diferente, como la encontrada en nuestra investigación. 2. DISCUSIÓN DE OTRAS CONSIDERACIONES DE IMPORTANCIA QUE ATAÑEN AL ESTUDIO Debe considerarse que, aunque Martinot et al. (1990) refirieron que desconocían de algún estudio con PET que reportara asimetría prefrontal relacionada con el tratamiento crónico con drogas psicotrópicas, en otros estudios sí se ha mostrado que los antidepresivos alteran la permeabilidad cerebrovascular y el ritmo metabólico cerebral en primates y que las terapias médicas para los trastornos afectivos en los humanos alteran la barrera hematoencefálica (Preskorn, Irwin et al. 1981; Preskorn, Raichle et al. 1982) Fue la amitriptilina la cual, a dosis terapéuticas para pacientes deprimidos, produjo un incremento de la permeabilidad cerebrovascular, reversible y dependiente de la dosis, a la vez que una reducción de 20-30% en la tasa metabólica cerebral, lo cual para Preskorn et al. (1982) respalda la hipótesis de que una función de las neuronas adrenérgicas centrales es la regulación de la barrerahematoencefálica e implica la posibilidad de que un efecto relacionado subyazca la utilidad clínica de los tratamientos capaces de influenciar la actividad funcional de estas neuronas, mediante sus efectos sobre la liberación, recaptura o metabolismo de la norepinefrina. Por lo tanto no puede descartarse absolutamente que este haya sido el caso en nuestra investigación, considerando el perfil esencialmente noradrenérgico de la 35 reboxetina. A esto se refieren también en su revisión Rubin et al (1994) cuando consideran las implicaciones del paradigma de estudio off-on (pacientes que son escaneados libres de medicación en el registro basal y después de nuevo, mientras están siendo medicados) y plantean que, si una medicación tiene acciones adicionales a su efecto antidepresivo primario, hay un riesgo de que esos efectos puedan hacer confusas las comparaciones entre las imágenes funcionales obtenidas de forma basal y después de la recuperación. En este sentido, cabe señalar que para realizar el registro posterior a la aparición a la respuesta al tratamiento eliminando tal posibilidad, habría que suspender la medicación y esperar el tiempo necesario para que se hubieran eliminado cualesquiera posibles metabolitos con actividad, no necesariamente antidepresiva, pero sí cuando menos sobre la permeabilidad vascular, para garantizar que el registro no se pervertiría, lo cual, tomando en cuenta que la medicación antidepresiva debe mantenerse durante un período de 6 a 12 meses una vez alcanzada la remisión sintomática (APA, 2002), para minimizar la posibilidad de una recaída, sostener la funcionalidad del individuo y generar a largo plazo cambios plásticos en el tejido cerebral que lo protejan de recidivas, hubiera resultado contrario a la ética, aún más en un estudio como éste en el que la única modalidad terapéutica empleada, y ante la que mostraron respuesta, fue la farmacoterapia. Además, aún así no resultaría posible descartar absolutamente la participación de efectos residuales duraderos (con potencial terapéutico) de los tratamientos previamente administrados. Se ha observado que los pacientes que han estado deprimidos, aún encontrándose en remisión, continúan exhibiendo diferencias estadísticamente significativas en términos de flujo sanguíneo cerebral regional 36 cuando se comparan con controles sanos (Henriques and Davidson 1990) (Henriques and Davidson 1991). Michael Thase (2001) comenta que es crítico conocer la confiabilidad prueba-reprueba de la medida dependiente (las modificaciones en el flujo sanguíneo cerebral regional) y que, aunque la recolección de tales datos podría parecer una tarea desagredecida, las estimaciones de las magnitudes del efecto y los tamaños de muestra necesarios son altamente dependientes de la confiabilidad de la variable de respuesta; que no todos los efectos de la farmacoterapia en el metabolismo cerebral son atribuibles a la reversión de las alteraciones funcionales y examinar los efectos de los agentes farmacológicos en el metabolismo cerebral de controles normales es un esfuerzo igualmente menos interesante pero necesario. Que la dependencia de estado o reversibilidad de las alteraciones puede estimarse correlacionando los cambios en las alteraciones neurobiológicas con la mejoría clínica pero resulta una estrategia menos convincente que la evidencia experimental directa, ya que es posible que algunas alteraciones puedan persistir como rasgos o “cicatrices” mucho tiempo después de la remisión del síndrome clínico estudiado. Otro punto más concierne a la posibilidad de que un mismo tratamiento pueda tener diferentes efectos de acuerdo con la naturaleza y la magnitud de las alteraciones previas y que la asunción de la normalización de la neuroanatomía funcional se predica sobre la existencia de alteraciones bien caracterizadas previas al tratamiento y una persona deprimida, con un flujo sanguíneo o metabolismo relativamente normales es probablemente menos propensa a mostrar un cambio significativo que otra con una profunda alteración basal, por lo que los estudios tendrán mayor poder para 37 detectar cambios, así como respuestas diferenciales, si las muestran se enriquecieran con la inclusión de sólo aquellos pacientes con alteraciones pretratamiento definidas, lo cual es particularmente importante si sólo una pequeña población de pacientes manifiestan una clara y concisa anormalidad (Thase 2001). 38 BIBLIOGRAFÍA Baker, S. C., C. D. Frith, et al. (1997). 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