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Incidencia-de-caidas-en-pacientes-mayores-de-65-anos-asilados-con-uso-prolongado-de-antidepresivos

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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTONOMA DE MEXICO 
FACULTAD DE MEDICINA 
 
 
 
 
INCIDENCIA DE CAIDAS EN PACIENTES MAYORES DE 65 AÑOS ASILADOS 
CON USO PROLONGADO DE ANTIDEPRESIVOS 
 
TESIS 
PARA OBTENER EL DIPLOMA DE ESPECIALIZACIÓN EN PSIQUIATRIA 
 
 
P R E S E N T A: 
ANDRES CRUZ MAYCOTT 
 
 
 
 
TUTOR TEÓRICO: TUTOR METODOLOGICO: 
 
 
______________________ __________________________ 
Dr. Carlos Serrano Gómez. Dra. Claudia Fouilloux Morales. 
 
 
Neevia docConverter 5.1
 
UNAM – Dirección General de Bibliotecas 
Tesis Digitales 
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PREVALENCIA DE CAIDAS EN PACIENTES MAYORES DE 65 AÑOS CON 
USO PROLONGADO DE ANTIDEPRESIVOS 
 
INTRODUCCIÓN 
El tratamiento de la depresión se basa en un grupo variado de agentes terapéuticos 
antidepresivos, en parte por que la depresión es un síndrome complejo de gravedad 
también muy variable. Los primeros fármacos que se utilizaron con buenos resultados 
fueron los antidepresivos tricíclicos, que ejercen una gran variedad de efectos 
farmacológicos, además de su acción primaria supuesta, que es inhibir la captación de 
noradrenalina (y serotonina) en las terminaciones nerviosas del encéfalo. Se han 
empleado también inhibidores da la monoamino-oxidasa, que incrementan las 
concentraciones cerebrales de muchas aminas. Los más innovadores en este campo son 
los llamados inhibidores selectivos de la recaptura de serotonina, con menores 
interacciones farmacológicas que sus antecesores. En pacientes de edad avanzada se han 
relacionado con el aumento en el número de caídas y complicaciones posteriores, siendo 
la finalidad de este trabajo determinar la asociación que existe entre estas variables. (1) 
 
 
MARCO TEORICO Y ANTECEDENTES 
Los antidepresivos son fármacos de diversos tipos que están indicados para el manejo 
de estados depresivos, control de ansiedad y como coadyuvantes en diversas 
comorbilidades médico – psiquiátricas. (1). 
Los primeros antidepresivos que mostraron eficacia en el manejo de la depresión fueron 
los antidepresivos tricíclicos (1960). Poco antes (1950) se observo la capacidad de los 
inhibidores de la monoamino-oxidasa para producir manía, y a comienzos del decenio 
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de 1960 se estudiaron de manera intensiva ambas familias de fármacos. Encontrando 
que los inhibidores de la monoamino-oxidasa parecían tener eficacia limitada y 
planteaban un alto riesgo de intoxicación así como de interacciones potencialmente 
peligrosas con otros medicamentos, lo que limito su aceptación a favor de los agentes 
tricíclicos. (1). 
Después de años de progreso limitado surge la fluoxetina, y con ella una nueva clase de 
antidepresivos que se clasifican como inhibidores selectivos de la recaptura de 
serotonina; posteriormente aparecen otros como la trazodona, nefazodona, 
anfebutamona (bupropion) que tienen una farmacología menos definida y se pueden 
considerar como “atípicos”. (1). 
Los últimos en aparecer en escena son aquellos de funcionamiento dual 
predominantemente: Mirtazapina, Duloxetina y Venlafaxina. Y aunque no se ha 
demostrado que los nuevos fármacos, en especial los inhibidores selectivos de la 
recaptura de serotonina, sean superiores a los más antiguos, su seguridad y tolerabilidad 
relativas, motivaron que se aceptaran con rapidez, para convertirse en los antidepresivos 
prescritos con mayor frecuencia. La diferencia farmacocinética entre los diferentes 
tipos de antidepresivos y su mayor acción sobre una u otra amina ha sido demostrada 
con diferencias clínicas, teniendo un perfil que influyen en la elección del antidepresivo. 
(1). 
 
El mecanismo de acción general de los antidepresivos es potenciar las acciones de las 
aminas biógenas (noradrenalina, serotonina y/o dopamina) al bloquear en alto o bajo 
grado sus medios principales de inactivación fisiológica, que abarcan transporte o 
recaptura en las terminaciones nerviosas. (1). 
 
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Aunque ocurre pronto el bloqueo de la captación de aminas, la aparición de los efectos 
antidepresivos requiere, de manera característica, la administración del fármaco durante 
varias semanas. Por tanto, está claro que la potenciación de la neurotransmisión 
monoaminérgica puede ser sólo una etapa inicial de una cascada potencialmente 
compleja de acontecimientos que culmina en actividad antidepresiva. (1). 
Teniendo en cuenta que el tiempo mínimo efectivo descrito en la literatura es de seis 
meses de tratamiento a dosis terapéuticas. (1). En el actual estudio nos referimos como 
uso prolongado de antidepresivos, aquellos pacientes bajo tratamiento con cualquier 
familia de antidepresivos por más de seis meses. 
 
En relación a su farmacocinética tienen una variación individual muy marcada. 
La edad, el consumo de tabaco, enfermedad hepática, enfermedad renal, otras 
enfermedades físicas y uso de otros medicamentos son parámetros que influyen en el 
volumen de distribución, eliminación y vida media de estos medicamentos. 
Son bien absorbidos por el tracto gastrointestinal después de la administración oral; 
la comida puede retrasar, pero no extiende su absorción. 
Una vez absorbidos, estos fármacos lipofílicos se distribuyen con amplitud, se fijan con 
firmeza a proteínas plasmáticas y a constituyentes titulares. Este último hecho explica 
los grandes volúmenes manifiestos de distribución, para finalmente oxidarse por acción 
de las enzimas microsómicas hepáticas. (2) 
 
Los efectos adversos son relativamente frecuentes estimando una prevalencia de hasta el 
5%. Los cuales parecen ser la resultante principalmente de la inhibición del transporte 
de noradrenalina hacia las terminaciones nerviosas adrenérgicas, así como del 
antagonismo de las reacciones muscarínicas colinérgicas y α1-adrenérgicas en las 
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terminaciones autonómicas. Los principales efectos adversos consisten en boca seca y 
sabor amargo o metálico de boca, malestar epigástrico, estreñimiento, mareos, 
taquicardia, palpitaciones, visión borrosa, retención urinaria y diaforesis excesiva. 
Debilidad y fatiga son atribuibles a los efectos centrales de estos fármacos. (1). 
Los pacientes de edad avanzada sufren más mareos, hipotensión postural, estreñimiento, 
retraso de la micción, edema y dolores musculares. Debido a lo anterior, es de 
suponerse que aquellos fármacos con menor especificidad de acción (como los 
antidepresivos tricíclicos), sean responsables de una mayor incidencia de efectos 
secundarios en la población geriátrica. (1,2). 
 
 
CONSIDERACIONES GERIATRICAS 
Debe tenerse precaución cuando se usan drogas que son metabolizadas por oxidación ya 
que pueden acumularse en los ancianos o en personas con enfermedad hepática. 
Precaución cuando se combinan con otras drogas con efectos en Sistema Nervioso 
Central, específicamente en el balance, memoria, cognición y conducta, por lo que de 
ser posible el uso crónico debe evitarse. (1). 
Existe información que indica que los antidepresivos aumentan el riesgo de caídas. 
(3,4,5,6,7). Dejando fracturas femorales, una de las principales causas de limitación 
física en este grupo etario. (5,6).En este mismo sentido existe un grupo de medicamentos de los cuales se ha demostrado 
de manera concluyente que si incrementan la incidencia de caídas, este grupo pertenece 
a las benzodiacepinas, por lo que a continuación mostramos una revisión sobre los 
estudios más importantes al respecto. 
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ESTUDIOS SIMILARES CON USO DE BENZODIACEPINAS: 
 
De inicio es importante subrayar que el uso prolongado de benzodiacepinas con fines 
hipnóticos es significativamente mayor en la población geriátrica que en personas 
jóvenes, reportado en Norteamérica, Australia y Europa (29). 
 
Se ha estimado que alrededor del 10% de los pacientes geriátricos con uso de 
benzodiacepinas refieren deterioro cognitivo o fallas clínicas de memoria relacionadas a 
los medicamentos, incluyendo benzodiacepinas. (30). Existe también una clara 
asociación entre el uso de benzodiacepinas en ancianos y el riesgo de caídas y fracturas, 
así como de accidentes automovilísticos (31). 
 
En un estudio se reportó que el grupo en tratamiento con benzodiacepinas reportó dos 
veces más frecuente caídas que controles. Las benzodiacepinas de vida media larga 
fueron sobredosificadas de acuerdo con la recomendación de las guías de tratamiento en 
un 67% del grupo con caídas. Además el 50% de las prescripciones de benzodiacepinas 
fueron dosis altas de acuerdo con las recomendadas en adultos mayores. Las 
benzodiacepinas son frecuentemente sobredosificadas aumentando el riesgo de caídas 
en adulto mayores. (32) 
 
Mas de 100 estudios han documentado el deterioro cognitivo producido por el uso de 
benzodiacepinas pero muy pocos se han enfocado en los adultos mayores de 65 años. La 
literatura es consistente en mostrar marcados deterioros en la memoria y concentración, 
consecuencia de una sola dosis al día de benzodiacepinas (33). La mayoría de los 
estudios han involucrado a personas mayores de 65 años, encerrando los efectos a una 
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sola dosis de benzodiacepinas al día lo que ha limitado la relevancia clínica. Aunque 
estos estudios han reportado datos similares de niveles de deterioro, lo que persiste de 
manera significativa durante mayor tiempo en gerentes que en adultos jóvenes (34). 
 
Metabolismo de los medicamentos en ancianos: 
 Absorción: 
Los rangos de absorción gástrica y el flujo intestinal sanguíneo disminuyen con la edad. 
(2,3). 
 Distribución: 
El hecho de que la vida media sea directamente proporcional al aparente volumen de 
distribución del medicamento es frecuentemente infravalorado por los clínicos. La 
proporción de tejido adiposo incrementa desde 33% en mujeres jóvenes, al 48% en 
ancianas y del 18 al 36% en hombres. (2,3). 
Para las drogas que se distribuyen en la grasa del cuerpo (la mayoría de los 
psicotrópicos) el volumen de distribución aumenta con la edad, dejando una vida media 
más larga y una acumulación de medicamento. Para las drogas solubles en agua como el 
litio o la digoxina los volúmenes de distribución disminuyen en pacientes ancianos, 
reduciendo el margen de seguridad, aumentando la concentración plasmática de estas 
drogas y por ende las posibles interacciones farmacológicas. (2,3). 
El volumen de de distribución también está afectado por la unión a proteínas 
plasmáticas. La edad asociada con una enfermedad puede reducir la concentración de 
albúmina sérica y posiblemente incrementar la glicoproteína ácida alfa 1, los cuales 
forman un reservorio de droga inactiva y también una forma más disponible para el 
metabolismo y distribución del tejido. (2,3). 
 
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 Metabolismo: 
Como resultado del metabolismo de los medicamentos, se transforman en componentes 
solubles en lípidos, más que en derivados solubles en agua, para hacer más efectiva su 
eliminación. La biotransformación de las drogas se realiza en dos fases: 
Fase I: Oxidación – reducción y 
Fase II Conjugación. (1). 
La fase I está a cargo del complejo enzimático citocromo P450. En adultos mayores la 
reducción de la masa hepática y flujo sanguíneo, puede disminuir la capacidad de 
metabolizar la droga. (2,3). 
 
Como un principio general, los pacientes de edad avanzada son más sensibles a la 
terapia y a los efectos tóxicos de los antidepresivos. Se recomiendan dosis bajas. Estos 
medicamentos tienen un beneficio ya que su inicio de acción es relativamente rápido y 
la mayoría tienen un pequeño efecto sobre el estado cardiovascular. Aunque tienen una 
complicación potencial si se usan a largo plazo en pacientes de edad avanzada que 
incluye: somnolencia diurna, estreñimiento, mareos, taquicardia, palpitaciones, visión 
borrosa y retención urinaria, algunos períodos de confusión y reacciones asociadas a la 
supresión. Lo cual puede incrementar el riesgo de caídas. (2,3). 
 
El uso prolongado de antidepresivos es significativamente mayor en adultos mayores 
que en personas jóvenes, reportado en Norteamérica, Australia y Europa. (2). 
 
 
 
 
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CONSIDERACIONES ESPECIALES 
Actualmente se observa una tendencia global sin precedentes, una transformación 
demográfica general, la edad de la población mundial. Aunque no existan datos 
concretos en nuestro país que nos hablen del porcentaje de la población de 65 años y 
mayor, conocemos que la esperanza de vida se ha prolongado a 74.5 años en México 
para el 2005. (8). 
Y podemos observar la estadística de otros países como EU, donde las personas 
mayores de 65 años de edad rebasan el 15% de la población total del país y que son 
ellos quienes consumen cerca de la tercera parte del total de todos los medicamentos 
expedidos en ese país. (9). 
Cifras superiores se esperaría encontrar en países Europeos donde la población 
geriátrica llegar a ser dominante. Lo cual implica reflexionar sobre la realización de 
profundos cambios en áreas sociales, económicas y de salud pública que sean capaz de 
satisfacer las necesidades de este sector tan amplio y creciente en la población mundial. 
(10). 
 
La Hipertensión arterial, las fracturas de cadera (secundario a caídas generalmente del 
plano de sustentación), la depresión y la polifarmacia son tal vez las comorbilidades 
médicas más comunes del paciente geriátrico, especialmente el paciente asilado. (5,6). 
Lo cual demanda atención estrecha debido a la relación de estas comorbilidades con la 
discapacidad, disminución en la calidad de vida y la consigna general de que alguno de 
los familiares permanezca en casa con el paciente o bien la necesidad de emplear 
cuidadores y/o enfermeras. (5,6,11). Razón por la que frecuentemente se decide asilar 
al geronte dentro de alguna institución (11). En nuestro país obligadamente de índole 
privada, discriminando a la mayoría de la población en esta situación. 
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De acuerdo con lo citado en la página de Internet de la Organización Mundial de la 
Salud (www.oms.org), el trastorno depresivo mayor fue la cuarta causa de discapacidad 
a nivel mundial en 1990, y se estima que a finales de esta década se convertirá en la 
segunda causa mundial de discapacidad, sólo por debajo de las enfermedades cardiacas. 
Además de la evidencia existente de que la depresión favorece el desarrollo y el 
empeoramiento de las enfermedades cardiovasculares. (12,13). 
Y a pesar de que los ancianos con sintomatología depresiva, no cumplan con todos los 
criterios diagnósticos para un trastorno depresivo mayor, la depresión esta asociada con 
enfermedad física, disfunción y muerte. Acusando así que la depresión menor, no es tan 
menor. (13,14). Los ancianos deprimidos comúnmente asisten a servicios de atención 
primaria propiciado por enfermedad o sintomatología física derivada del trastorno 
depresivo, sin que la mayoría reciban atención de un especialista en salud mental. (4). 
 
Ya que a pesar de su aparición por serendipítia casi cuatro décadas antes, con la 
Iproniacida (1950),no es hasta 1988, cuando a partir de la síntesis del hidrocloruro de 
fluoxetina, que los antidepresivos (en especial el Prozac®) se convirtieron en uno de los 
fármacos más utilizados dentro de la practica médica y la automedicación, alcanzando 
el cuarto lugar de medicamentos vendidos en E. U. en el año 2000. (1). 
A raíz del creciente interés por parte de la industria farmacéutica en el desarrollo de 
nuevos y mejores antidepresivos, es que en los últimos años han aparecido múltiples 
fármacos con propiedades antidepresivas, lo que obliga al clínico a tener criterios de 
especificidad que le permitan escoger el fármaco indicado para cada paciente. (1). 
 
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Así pues, la edad del paciente es un factor importante a tener en cuenta en la elección 
del antidepresivo. En los pacientes ancianos, la toxicidad es más frecuente debido al 
número mayor de tratamientos farmacológicos concomitantes, al aumento de la porción 
del tejido adiposo con respecto al muscular y a la reducción de la función hepática y la 
excreción renal. (2). 
 
De manera indirecta se han estudiado los mejores fármacos a escoger para los pacientes 
geriátricos, reconociendo y utilizando los ISRS con mejor tolerancia y menores 
interacciones farmacológicas (Citalopram y Sertralina), extrapolando su uso a esta 
población. Desechando casi por completo el uso de ADT e IMAO´s. (15,17). 
Existen pocos reportes que hablan específicamente de la buena tolerancia de 
Venlafaxina, Mirtazapina y Reboxetinaen esta población. (15,16,17,18). 
 
Además de las diversas Indicaciones que tienen los antidepresivos: 
 Trastorno Depresivo Mayor, 
 Trastorno Obsesivo Compulsivo, 
 Trastorno de Estrés Postraumático, 
 Trastornos de la alimentación, 
 Fobia social, 
 Trastorno disfórico premenstrual, 
 Agresividad e impulsividad en algunos trastornos de personalidad, 
 Dolor neuropático y 
 Fibromialgía. (1). 
 
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La depresión en los ancianos es talvez la causa más frecuente de sufrimiento emocional 
en este extremo de la vida y causa un decremento significativo en la calidad de vida del 
paciente. (4). Encontrando porcentajes de Prevalencia que van de entre el 3 y el 10 – 
20% de la población mayor de 65 años, hasta un 32.3% en aquellos mayores de 85 años. 
(19,20). 
La depresión es también el factor de riesgo más importante para el desarrollo de 
ideación y planeación suicida, así como de suicidio consumado. (12). 
 
Debido al subdiagnóstico y a malos manejos terapéuticos, los trastornos depresivos en 
el adulto mayor se cronifican, empeorando otras afectaciones médicas que intervienen 
directamente en la calidad de vida del paciente y alterando el funcionamiento familiar. 
 
Por lo tanto el localizar a los pacientes subdiagnósticados así como el conocimiento de 
un buen manejo y el impacto de los tratamientos en la calidad de vida de estos 
pacientes, se convierte en una temática de salud pública. (15,16,17). 
 
JUSTIFICACION: 
 
Exponer a un paciente a un curso de farmacoterapia prolongada, representa un balance 
delicado en el actuar del médico quien debe juzgar los estimados de la relación riesgo – 
beneficio, tomando en cuenta también los factores económicos. Teniendo en cuenta 
todas las cuestiones médicas que complican a un paciente geriátrico, sabemos que es 
esta la población que mayor beneficio obtendría de prácticas farmacológicas 
profilácticas, pero también son los más proclives a presentar efectos secundarios 
derivados de la farmacoterapia. 
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Estas consideraciones están magnificadas en aquellos pacientes frágiles con condiciones 
médicas complicadas que se encuentran asilados. 
 
Esto se debe probablemente a que este tipo de pacientes recibe más medicamento y 
menos atención, que aquellos que viven en la comunidad. 
Estos son los pacientes de los que mayor necesidad tenemos de conocer datos que nos 
hablen de seguridad y eficacia de los medicamentos, y contrariamente son de los que 
menos sabemos y rara vez son incluidos en los ensayos clínicos reportados por los 
laboratorios. 
 
Así pues podemos hablar que la importancia que abarca el actual trabajo de tesis radica 
en que nos permite identificar a los pacientes con mayor riesgo de presentar caídas y por 
ende disminuir las comorbilidades. 
Ya que una caída, aún del plano de sustentación, puede tener consecuencias desastrosas 
en la población geriátrica y propiciar el desarrollo de las comorbilidades más comunes 
dentro de esta población como son: una fractura de cadera, que pueda llevar a 
discapacidad, el uso de multifarmacia analgésica y un deterioro importante al final del 
camino en la calidad de vida del paciente. 
 
 
PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA: 
 
Thapa et al. se concentraron en el problema de la relación entre antidepresivos y caídas 
en ancianos institucionalizados. Existe una base bien documentada que refiere que los 
trastornos del ánimo son subdiagnósticos y subtratados en esta población. (22). 
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Existe la evidencia preocupante de que los antidepresivos tricíclicos incrementan el 
riesgo de caídas en estos pacientes. (18, 23). 
La introducción de los ISRS sembraron la esperanza de que estos fármacos ofrecieran 
una acción eficiente similar con un menor riesgo de presentar efectos secundarios. 
Como sea, la esperanza de ventajas de seguridad en este punto en específico (caídas) 
necesita ser documentada en muestras de población significativas antes de poder usarlos 
como una guía practica. (7). Debido a lo anterior es que surge la pregunta de 
investigación que persigue el actual trabajo de tesis: ¿Está el uso crónico de 
antidepresivos asociado a una mayor incidencia de caídas en los pacientes geriátricos 
asilados? 
 
HIPÓTESIS: 
 
Los pacientes con uso crónico de antidepresivos tendrán un mayor número de 
caídas registradas en un lapso de 6 meses. Ésta mayor proporción será independiente al 
sexo, la edad, el tiempo de estancia y el perfil individual de riesgo para caídas. 
 
OBJETIVOS: 
 
 OBJETIVO GENERAL: 
 
 Estimar la asociación del uso crónico de antidepresivos en una población 
geriátrica asilada y el riesgo de caídas. 
 
 OBJETIVOS ESPECIFICOS: 
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1. Estimar la incidencia, en un lapso de seis meses, de caídas en los residentes 
asilados del Hospital Español, tanto casos nuevos como caídas reincidentes. 
 
2. Describir el perfil de riesgo de caídas en los residentes asilados del Hospital 
Español y cuantificar la asociación de éste perfil con la incidencia de caídas. 
 
3. Determinar los factores sociodemográficos y clínicos asociados a los casos 
incidentes de caídas en residentes asilados del Hospital Español. 
 
 
DISEÑO DEL ESTUDIO: 
 
El presente estudio es de tipo longitudinal, prospectivo, descriptivo y comparativo. 
 
1. Universo de trabajo: 
Selección de la muestra: 
 
La muestra poblacional se obtuvo del total de pacientes asilados en el Hospital 
Español de la Ciudad de México entre las fechas del primero de junio del año 2007 y el 
31 de diciembre del mismo año. Se incluyeron los pacientes egresados por defunción o 
alta voluntaria, así como los ingresos en el periodo antes especificado. 
 
2. Criterios de inclusión: 
a) Pacientes de ambos sexos mayores de 65 años de edad. 
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b) Pacientes que cuenten con expedientes clínico activo y completo. 
c) Pacientes asilados en el Hospital Español entre el periodo del primero de junio 
del 2007 al 31 de diciembre del 2007. 
d) Pacientes que a libre consentimiento accedan a participar en el estudio. 
 
3. Criterios de exclusión: 
a) Pacientes que no accedan a participar en el estudio. 
b) Pacientes menores de 65 años de edad. 
c) Pacientes con diagnóstico de demencia. 
d) Pacientes imposibilitados para la deambulación. 
 
MATERIAL Y METÓDOS 
 
VARIABLES DE ESTUDIO: Sexo: Masculino/Femenino variable nominal o de atributo. La categoría que lo 
conforma no tiene orden o rango. 
 Edad: variable dimensional o de intervalo, la relación en las categorías (o 
valores es constante) y se puede hacer operaciones aritméticas con ellas. Son de 
intervalo ya que no existe un “cero” absoluto. 
 Uso de antidepresivo: variable nominal dicotómica clasificada como presencia si 
ha tomado antidepresivo por más de 6 meses y ausente si no toma antidepresivo 
o los ha tomado por menos de 6 meses. 
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 Tipo de antidepresivo: variable de tipo categórica nominal clasificada por 
familia de antidepresivos: inhibidores de la recaptura de serotonina, tricíclicos, 
de acción dual, tetracíclicos y otros. 
 Tiempo de estancia en el asilo: variable dimensional o continua que se clasificó 
en días desde la fecha registrada de ingreso al asilo a la fecha de inicio del 
seguimiento. 
 Presencia de caídas: variable dicotómica clasificada como presencia o ausencia. 
Se obtiene del registro de enfermería y se definió como la pérdida del estado de 
sustentación ya sea de pie o en marcha, independiente a la gravedad de la caída. 
 Número de caídas: variable dimensional, la relación en las categorías (o valores 
es constante) y se puede hacer operaciones aritméticas con ellas. Son de razón ya 
que existe un “cero” absoluto. Es discreta ya que no cuenta con números 
fraccionarios. 
 Estado mental: Se clasificó de manera categórica dicotómica en alterado o 
normal utilizando el Examen mental breve (MMSE). Se definió como alterado si 
se obtenía un puntaje menor a 24 puntos al inicio del seguimiento. El Examen 
mental breve (MMSE) probablemente es el instrumento más empleado para 
evaluar el área cognitiva. Su uso no se restringe a ancianos. Una adaptación al 
español de Lobo, validada en el IMSS es muy utilizada; evalúa cálculo, atención 
y habilidad de construcción, sensible para detectar alteraciones de la función 
cognitiva toma 10 minutos su administración. Necesita de adiestramiento para su 
aplicación y como tipo de variable es cuasidimensional. Su valoración es 
necesaria para la estimación del riesgo de caídas de la escala de Morse. 
 Escala de Morse para riesgo de caídas: Variable dimensional que se califica a 
partir de 5 parámetros. Los parámetros evaluados por la escala de Morse 
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incluyen: antecedente de caída, estado mental, marcha, uso de asistencia para la 
marcha, presencia de líneas intravenosas. El antecedente de caídas a lo largo de 
la vida definida como ausente o presente. El estado mental alterado fue 
determinado como presente si se encontraba por debajo de los 24 puntos en la 
medición basal (ver arriba). La calidad de la marcha definida de manera ordinal 
como normal, débil o insegura. La necesidad de asistencia para la marcha se 
clasificó de manera ordinal en ninguna, uso de bastón y como categoría mayor el 
uso de andadera. La calificación se obtiene multiplicando por 15 la presencia de 
caídas pasadas, 10 la necesidad de asistencia para la marcha, 15 la debilidad de 
la marcha, 25 el estado mental y 10 la presencia de líneas vasculares en uso. 
 Perfil de riesgo de caídas: se definió de manera categórica ordinal en bajo riesgo, 
riesgo intermedio y alto riesgo a partir de las calificaciones de la escala de 
Morse. De cero a 25 puntos se clasificó como de bajo riesgo, de 26 a 50 puntos 
de riesgo intermedio y de 51 puntos o más como alto riesgo. 
 
Se tomaron como variable dependiente la presencia de caídas, mientras que las 
demás se consideraron variables independientes y covariables. 
 
 
INSTRUMENTOS: 
 
 Se utilizaron los siguientes instrumentos clinimétricos: escala de Morse para 
riesgo de caídas y el examen del estado mental de Folstein (Mini-Mental), que 
unicamente se utilizó como parte de la evaluación de riesgo de Caída de Morse. 
 
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 El examen del estado mental de Fosltein es un instrumento diseñado para la 
detección de casos de deterioro cognitivo. En total el paciente ha de contestar o realizar 
30 cuestiones, que exploran las siguientes áreas cognitivas. Orientación temporal y 
espacial. Memoria inmediata. Concentración y cálculo. Memoria diferida. Lenguaje y 
praxis. Es un instrumento heteroaplicado, sencillo y rápido de administrar (5-10 
minutos). Existen dos versiones en castellano que son ligeramente diferentes. La que se 
la que se utilizó en esta investigación es la versión que ha sido adaptada y validada por 
Lobo y colaboradores. 
 
 La escala de Morse para la evaluación de caídas es una herramienta rápida y 
sencilla para valorar el riesgo de caída entre los individuos mayores de 50 años. Valora 
escala valora seis aspectos y otorga un puntaje que va del 0 a los 100 puntos. Los 
parámetros evaluados por la escala de Morse incluyen: antecedente de caída, estado 
mental, marcha, uso de asistencia para la marcha, presencia de líneas intravenosas. El 
antecedente de caídas a lo largo de la vida definida como ausente o presente. El estado 
mental alterado fue determinado como presente si se encontraba por debajo de los 24 
puntos en la medición basal (ver arriba). La calidad de la marcha definida de manera 
ordinal como normal, débil o insegura. La necesidad de asistencia para la marcha se 
clasificó de manera ordinal en ninguna, uso de bastón y como categoría mayor el uso de 
andadera. La calificación se obtiene multiplicando por 15 la presencia de caídas 
pasadas, 10 la necesidad de asistencia para la marcha, 15 la debilidad de la marcha, 25 
el estado mental y 10 la presencia de líneas vasculares en uso. La categorización de ésta 
escala ofrece tres medidas de riesgo: bajo, intermedio y alto riesgo de caídas. De cero a 
25 puntos se clasificó como de bajo riesgo, de 26 a 50 puntos de riesgo intermedio y de 
51 puntos o más como alto riesgo. 
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PROCEDIMIENTO: 
 
Se evaluó a los pacientes asilados en el Hospital Español durante el periodo 
entre el 1 de junio del 2007 y el 31 de diciembre del 2007. Una vez identificados los 
pacientes se les informó y explicó las características del estudio, las ventajas y la 
importancia de su participación, con el objetivo de invitarlos a participar en el mismo 
mediante la autorización firmada por ellos en una hoja de consentimiento informado. 
Posteriormente se realizó una evaluación del expediente clínico y las notas de 
enfermería. En ésta evaluación se detectaron 2 grupos de pacientes, aquellos con uso de 
antidepresivos y los que no utilizaban antidepresivos. 
 
Se realizó una evaluación basal a los pacientes en la que se registró el estado 
mental a través del MMSE, el perfil de riesgo de caídas de Morse y se registraron las 
variables sociodemográficas. A partir de entonces se llevó a cabo el seguimiento 
longitudinal de estos pacientes para estudiar la aparición de caídas como función del 
tiempo, la presencia o ausencia de uso de antidepresivos en un paciente dado su perfil 
de riesgo de caídas. 
 
Se trabajó en conjunto con el personal de enfermería y Comité de Caídas del 
Hospital Español, para registrar las caídas que presentaron los pacientes anteriores a y 
durante el estudio. De forma que: 
 
 El seguimiento de los pacientes se llevó a cabo durante seis meses con registros 
semanales. 
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 Se revisó la administración diaria del medicamento en el horario indicado, 
durante los seis meses consecutivos. 
 El seguimiento de los pacientes fue a través de la visita a los asilos del Hospital 
Español durante seis meses consecutivos, con citas semanales para registrar el 
número de caídas, registrando los datos en la bitácora del protocolo así como en 
el expediente clínico. 
 Una vez terminado el estudio, se anotaron los resultados obtenidos en el aparato 
correspondiente del protocolo de investigación. 
 Finalmente se compararon la informaciónobtenida en ambos grupos, para 
determinar la prevalencia de caídas en ambos grupos. 
 
 
ANALISIS ESTADÍSTICO: 
 
Se obtuvieron medidas de tendencia central y de dispersión para la descripción 
de las características basales de la muestra. Para variables continuas se utilizaron 
medias, mientras que para las variables categóricas se utilizaron porcentajes. 
 
Posteriormente se analizaron las diferencias entre el grupo de pacientes con uso 
de antidepresivos y aquel sin el uso de antidepresivos. Se utilizaron pruebas estadísticas 
paramétricas estándar: para variables continuas la t de student para muestras 
independientes y para categóricas la Chi cuadrada. Se fijó el nivel de significancia 
estadística en un valor de p menor a 0.05. 
 
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Luego se calcularon la incidencia de caídas en el lapso de 6 meses. Se 
cuantificaron las diferencias entre el grupo con caídas y el grupo sin ellas utilizando 
pruebas estadísticas estándar. Finalmente se calcularon razones de momios crudas para 
las variables de interés. 
 
Para el manejo de los datos, la creación de la base de datos y el cálculo de las 
pruebas estadísticas se utilizó el programa estadístico de SPSS. 
 
 
CONSIDERACIONES ETICAS: 
 
Debido a que no se incluye ninguna maniobra farmacológica novedosa ni se 
afecta el curso del tratamiento, y a que cada uno de los sujetos del estudio están 
constantemente monitorizados por el servicio de geriatría, a través del seguimiento 
oportuno por consulta externa, se considera a este estudio con un riesgo mínimo. 
 
 
RECURSOS: 
 
Recursos Humanos: 
 
Se cuenta con el apoyo del Jefe del Servicio de Psiquiatría, así como de la Jefa 
del Servicio de Geriatría y Jefatura de Enfermería del servicio de Geriatría, personal de 
enfermería de los asilos y salas periféricas donde habiten los pacientes, un médico 
residente de Psiquiatría. Además de contar con los asesores del proyecto. 
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Recursos Físicos: 
 
Un consultorio en el área de la consulta externa de psiquiatría y consultorio 
dentro de las salas periféricas o asilos. Una computadora, una impresora, hojas de 
evolución y expedientes clínicos. 
 
 
 
Recursos Financieros: 
 Hojas de consentimiento informado para ingreso al estudio. 
 Copias de la Escala MMSE versión en español 30 ítems. 
 El costo total del estudio, será absorbido por el investigador principal (hojas, 
fotocopias, impresiones). 
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RESULTADOS: 
 
 Características sociodemográficas y clínicas de la muestra: 
 
En el lapso de seguimiento un total de 200 pacientes estuvieron asilados en el 
Hospital Español; existieron en éste periodo, 24 egresos (18 por defunción y 6 egresos 
por altas) y de manera equivalente, se ingresaron 24 pacientes en este lapso de 
seguimiento. De ésta muestra no se pudieron obtener datos completos de 50 pacientes, 
de manera que la muestra se limitó a 150 pacientes (75% de la población disponible). 
 
Las características demográficas se resumen en la tabla 1. En general la muestra 
mostró un predominio del sexo femenino (80%) teniéndose una razón de cuatro a uno. 
La edad promedio fue de casi 85 años y la desviación estándar fue de 8 años, de forma 
que el 95% de la muestra se encontraba entre los 69 y 93 años de edad. No existieron 
diferencia de edades según el sexo (82.3 en hombres y 85.4 en mujeres; t de student 
1.58 grados de libertad 148, p = 0.15). El promedio de estancia en el asilo previo al 
inicio del estudio fue de 2,298 días (alrededor de 6 años), siendo ligeramente mayor el 
tiempo de estancia en mujeres que en hombres (2,015 en hombres versus 2,415 en 
mujeres, p = 0.03). 
 
En general, se trató de una población con patología médica evidente, tan sólo el 
1.6% de la muestra se encontraba libre de algún diagnóstico. El diagnóstico de mayor 
prevalencia en la muestra fue el de patología cardiovascular (31.1%), seguido de 
patología psiquiátrica (29.5%). Prácticamente un tercio de la muestra tenía problemas 
cardiovasculares y los mismo para patología psiquiátrica. 
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Debido a lo anterior, la muestra presentaba un cuadro complejo de polifarmacia. 
La tabla 2 resume las prevalencias de uso, al inicio del seguimiento, de los distintos 
fármacos. De la muestra sólo un paciente se encontraba libre de medicamentos al inicio 
del seguimiento. Los fármacos más utilizados en la muestra fueron los inhibidores de la 
bomba de protones y los antiinflamatorios no esteroideos: 66.7 y 67.6% 
respectivamente. En general, se encontró que aproximadamente 65% de los pacientes 
utilizaban más de un medicamento y 33% dos o más medicamentos. Cerca de 40% de 
los pacientes de la muestra utilizó antidepresivos, los más frecuentes ISRS 63%, 12% 
tricíclicos, 10% duales y 15% otros (mirtazapina y otros tetracíclicos principalmente). 
 
 Diferencias entre grupos con y sin uso de antidepresivos 
 
 La tabla 3 resume las diferencias en variables sociodemográficas entre el grupo 
de pacientes con uso de antidepresivos y el grupo sin el uso de estos medicamentos. Se 
observó que no existieron diferencias estadísticamente significativas para edad, sexo, 
días de estancia hospitalaria y diagnóstico principal. El uso concomitante de otros 
fármacos se presenta en la tabla 4, se encontró que el grupo de pacientes con uso de 
antidepresivos utilizaban de manera más frecuente benzodiacepinas (52% versus 35% 
Chi cuadrada 3.85, grados de libertad 2, p=0.05). Asimismo, el grupo de pacientes con 
antidepresivos utilizaron de forma menos frecuente otros medicamentos no 
especificados en nuestra clasificación (i.e. hormona tiroidea, modafinilo y otros): 33% 
versus 60% chi cuadrada 10.02, grados de libertad 2, p = 0.002. 
 
 
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 Incidencia de caídas y perfil de riesgo de caídas al inicio del seguimiento 
 
 Se encontró que la muestra al momento del inicio del seguimiento presentaba el 
antecedente de que 14% de los pacientes habían tenido una caída en el año previo. En el 
periodo registrado de seguimiento una incidencia de cerca del 28%. 
 El perfil de riesgo de caídas al inicio del seguimiento se resume en la tabla 5. En 
la medición basal, la mayor parte de la muestra 56% presentó un alto perfil de riesgo 
para caídas. El puntaje promedio de la escala de Morse para riesgo de caída fue de 66 
puntos con una amplia desviación estándar de 37 puntos. Como se dijo anteriormente 
14% ya se habían caído en el año previo. Aproximadamente 54% de los pacientes 
presentaban una marcha inestable o débil y 41% requerían de alguna forma de asistencia 
para la deambulación. Asimismo, 41% de los pacientes presentaban un estado mental 
alterado con puntuación menor a 24 puntos en el MMSE. 
 
 Factores asociados a la incidencia de caídas. 
 
 Se estudiaron los factores asociados a los nuevos casos de caídas en los 
pacientes asilados en el Hospital Español. Se encontró que el mejor predictor de nuevas 
caídas fue el antecedente de una caída durante el año previo al estudio. La posibilidad 
de tener una caída fue siete veces mayor en el grupo que había sufrido una caída el año 
previo, que en aquellos que nunca se habían caído (razón de momios de 7.14 intervalo 
de confianza 95% de 2.6 a 19.4, p menor a 0.001). Otro sólido predictor de caídas fue 
el perfil de riesgo de caída de la escala de Morse; aquellos con un perfil de riesgo alto, 
comparado con los de un riesgo bajo, tuvieron un riesgo tres veces mayor de tener una 
caída en el seguimiento (RM 3.15 IC 95% 1.1-9.0, p = 0.032) y los de riesgo 
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intermedio, comparado con los de un riesgo bajo, dos veces mayor riesgo aunque en 
esta comparación sólo fue marginalmente significativa (RM 2.56 IC95% 0.9-8.6, p = 
0.075). La presencia de una marcha inestable o débil, comparada con una marcha 
normal, representó un riesgo casi tres veces mayor de caídas (RM 2.73 IC95%1.1-6.9). 
El estado mental alterado (Mini-Mental menor a 24 puntos) se encontró 
significativamente asociado a riesgo de caída (RM 1.3 IC95% 1.1-2.3), pero al incluir 
las otras variables del perfil de riesgo de caída en la escala de Morse perdió 
significancia estadística. 
 
 Por su parte, no se encontró que ningún diagnóstico estuviera asociado de 
manera significativa con la incidencia de una caída (Chi cuadrada 10.85, grados de 
libertad 7, p mayor a 0.05). 
 
 En lo que respecta a nuestra variable de interés no logramos detectar una 
diferencia significativa entre caídas y el uso de antidepresivos. La asociación detectada 
para uso de antidepresivos fue de tan sólo RM 1.12 con un intervalo de confianza de 
95% que incluía la unidad que iba de 0.6 a 2.4, con un valor de p de 0.77. El único 
medicamento que se encontró asociado a caídas fue el uso de benzodiacepinas que 
mostró una significancia marginal de p = 0.05 con un riesgo de caídas casi dos veces 
mayor en quienes las usaban (RM 1.86 IC95% 1.0-3.9). 
 
 
 
 
 
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DISCUSIÓN: 
 
El estudio encontró que la incidencia de caídas en los pacientes asilados en el 
Hospital Español fue del 28% en seis meses. También se encontró que el uso de 
benzodiacepinas estuvo asociado a un mayor riesgo de caídas. Que el mejor predictor de 
nuevas caídas fue el antecedente de caídas en el último año. Por otra parte, el estudio no 
logró identificar un incremento de riesgo de caídas para el uso de antidepresivos. A 
continuación se discuten los resultados. 
 
 Las cifras de incidencia encontradas en nuestro estudio coinciden con las tasas 
reportadas en otros estudios. Ensrud y colaboradores
 
(24) encontraron en un estudio de 
seguimiento a un año que la incidencia de caídas en 2,241 mujeres viviendo en la 
comunidad y asilos fue del 28%, es decir semejante a lo que encontramos en seis meses 
(28%) en el actual estudio. 
 
 En la revisión y meta-análisis más extenso realizado a la fecha, Hartikainen y 
colaboradores
 
(25) hallaron 22 estudios que de forma longitudinal registraban el riesgo 
de caídas o fracturas asociados al uso de medicamentos en pacientes mayores de 65 
años. En su pool de datos encontraron que los medicamentos más asociados a un 
incremento en el riesgo de caídas fueron los psicotrópicos, en particular las 
benzodiacepinas, antidepresivos y anticonvulsivantes. En el estudio de Enrud y 
colaboradores se reportaron que el riesgo de caídas fue 1.5 veces mayor para mujeres 
utilizando antidepresivos y 1.6 veces mayor para las que usaban benzodiacepinas. 
 
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El riesgo de caídas por el uso de antidepresivos es un fenómeno que ha sido 
estudiado en varias series longitudinales de pacientes. Su importancia no sólo radica en 
el hecho de que potencialmente inducen caídas sino que pueden incrementar el riesgo de 
fracturas por cambios fisiológicos en la mineralización de los huesos. 
Receptores a serotonina han sido identificados en hueso
 
(26), a su vez el uso de 
antidepresivos ISRS en ratas ha demostrado que la masa y fuerza ósea disminuye con el 
uso crónico
 
(27). Además de su potencial efecto sobre la mineralización ósea, el uso de 
antidepresivos ha sido asociado a efectos secundarios a nivel cardiovascular, en un 
estudio en adultos mayores el uso de ISRS estuvo asociado a un mayor riesgo de 
sincope
 
(28). Por estos factores existen razones biológicamente plausibles para suponer 
un mayor riesgo de caídas en pacientes mayores de 65 años que utilizan antidepresivos. 
Por otra parte es un hallazgo que en estudios observacionales ha sido reproducido tanto 
en estudios de casos y controles como en cohortes epidemiológicas
 
(25). 
 
El actual estudio no logró reproducir lo que ha sido publicado con anterioridad 
en la literatura médica; por lo que, lejos de suponer que el uso de antidepresivos se 
encuentra libre de riesgo de caídas, debemos observar estos hallazgos con la posible 
explicación alternativa de que los resultados se encuentran sesgados. Por esta razón 
ahondaremos más en las limitaciones metodológicas. 
 
Limitaciones del estudio: 
 
Los resultados de éste estudio deben ser analizados bajo la luz de sus múltiples 
limitaciones metodológicas. Por una parte, debemos considerar que la medición de 
caídas fue capturada por los registros de enfermería, no del autoreporte de caídas, es 
Neevia docConverter 5.1
muy probable que la cifra de caídas haya sido subregistrada lo que potencialmente sesga 
hacia la nulidad los estimados de riesgo de caída para el uso de antidepresivos y otros 
medicamentos. Además, debemos considerar la muestra para fines de generalización de 
los resultados, se trata de una muestra asilada, no de una muestra comunitaria, la 
presencia de un comité de caídas en los hospitales y asilos potencialmente cambia el 
perfil de riesgo de caída de los individuos y por ende modifique el potencial efecto que 
ciertos medicamentos tienen sobre una potencial caída. Otra limitación concierne a la 
tasa de pacientes disponibles pero excluidos del estudio, cerca de una cuarta parte de los 
pacientes asilados no fueron evaluados ya que sus registros de enfermería sobre uso de 
medicamentos, caídas y patologías médicas estaban incompletos, es posible que esta 
falta de información no se deba completamente al azar y por ende sesgan los resultados 
obtenidos. Una limitación más se encuentra asociado al bajo número de pacientes y bajo 
número de casos, lo que hace que los estimados tengan errores estándar grandes y por 
esto es posible que las diferencias no puedan ser detectadas con un nivel de 
significancia estadística para el caso de efectos de magnitud no muy grande. Otra 
limitación pudiera ser la del tiempo que de extenderse podría capturarse un mayor 
número de casos, incrementando el tamaño de la muestra y el poder estadístico. 
 
 
CONCLUSIONES: 
 
No fue posible comprobar la hipótesis planteada acerca de que los pacientes con uso 
crónico de antidepresivos mostrarían una mayor cantidad de caídas en el plazo de 
duración del estudio (6 meses). 
Neevia docConverter 5.1
A pesar de no haber detectado una diferencia estadísticamente significativa entre la 
probabilidad de caídas en el grupo con antidepresivos y el grupo sin antidepresivos, 
dadas las limitaciones en la metodología del estudio y el tamaño de la muestra no se 
puede concluir que el uso de antidepresivos está libre de riesgo de caídas. Es decir, los 
resultados de éste estudio no pueden ser generalizados a otras muestras y se limitan a 
describir el fenómeno en la población que estudiamos. Se resalta la necesidad de 
elaborar definiciones claras de caídas que puedan ser registradas por enfermería para 
optimizar la detección de los factores de riesgo asociados y así poder cuantificar la 
asociación veraz sobre el uso de antidepresivos y el riesgo de caídas. Pudiendo 
encontrar como única asociación directamente proporcional al riesgo de caídas, el valor 
de la escala Morse de cada individuo. 
 
Sin embargo los objetivos del estudio fueron cumplidos, pudiendo concluir que a pesar 
de las dificultades metodológicas, no existe evidencia contundente que nos permita 
estimar una incidencia clara entre el uso crónico de antidepresivos y el riesgo de caídas 
en la población estudiada. 
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ANEXO DE TABLAS 
 
Tabla 1. Características sociodemográficas 
 
Variable 
Porcentaje o media 
n = 150 
Sexo Femenino 80.7 % (0.01)
b
 
Edad 84.61 (+8.54)
a 
Tiempo de estancia en días 2298.29 (+2125)
a
 
Diagnóstico principal 
 Sano 1.6 % (0.008)
b
 
 Cardiovascular 31.1 % (0.03)
b
 
 Neurológico 9.8 % (0.005)
b
 
 Neoplásico 1.6 % (0.008)
b
 
 Endocrinológico 8.2 % (0.007)
b
 
 Psiquiátrico 29.5 % (0.003)
b
 
 Respiratorio 4.9 % (0.01)
b 
 Ortopédico 6.6 % (0.015)
b 
 Reumatológico 3.3 % (0.009)
b
 
 Deprivación sensorial 3.3 % (0.009)
ba
 Desviación estándar 
b
 Error estándar de la proporción 
 
 
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Tabla 2. Uso de Medicamentos 
 
a
 Error estándar de la 
proporción. 
 
 
Familia de medicamentos Porcentaje 
Antibióticos 6.5 % (0.005)
a
 
Anticonvulsivantes 13.0 % (0.01)
 a
 
Antidepresivos 39.9 % (0.03)
 a
 
Antifúngicos 2.9 % (0.003)
 a
 
Antiinflamatorios no 
esteroideos 
66.7 % (0.04)
 a
 
Antiplaquetarios 28.8 % (0.02)
 a
 
Antipsicóticos 23.7 % (0.02)
 a
 
Benzodiacepinas 42.0 % (0.03)
 a
 
Beta bloqueadores 16.5 % (0.015)
 a
 
Catártico 36.7 % (0.027)
 a
 
Diuréticos 25.2 % (0.025)
 a
 
Hipoglucemiantes orales 4.3 % (0.003)
 a
 
Inhibidores de la bomba de 
protones 
67.6 % (0.04)
 a
 
Inhibidores de la enzima 
convertidora de angiotensina 
28.8 % (0.02)
 a
 
Insulina 4.3 % (0.003)
 a
 
Lipídicos 16.5 % (0.15)
 a
 
Vasodilatadores pulmonares 10.1 % (0.008)
 a
 
Otros 48.9 % (0.03)
 a
 
Ninguno 0.6 % (0.002)
 a
 
Neevia docConverter 5.1
Tabla 3. Diferencias entre pacientes con y sin antidepresivos 
 
Variable 
Con 
Antidepresivos 
Sin 
Antideprsivos 
T de student ó 
Chi
2
 
Valor p 
Sexo Femenino 81.8 % 78.3 % 0.25 0.62 
Edad 82.84 85.22 1.58 0.11 
Tiempo de estancia 
en días 
2608.6 2215.2 1.04 0.29 
Diagnóstico 
principal 
 
11.48
a
 0.12 
 Sano 7.3 % 18.9 % 
 Cardiovascular 23.5 % 20.6 % 
 Neurológico 5.5 % 3.6 % 
 Neoplásico 5.5 % 4.8 % 
 Endocrinológico 12.7 % 10.8 % 
 Psiquiátrico 27.3 % 14.5 % 
 Respiratorio 9.1 % 6.0 % 
 Ortopédico 9.1 % 10.8 % 
 Reumatológico 2.1 % 1.9 % 
 Deprivación 
sensorial 
0.6 % 1.9 % 
 
a
 Grados de libertad = 7
Neevia docConverter 5.1
Tabla 4. Comparación de uso de otros medicamentos entre pacientes con uso de 
antidepresivos y aquellos sin uso de antidepresivos. 
 
Medicamentos Con 
Antidepresivos 
Sin 
Antideprsivos 
Chi
2
 Valor p 
 Antibióticos 3.6 % 8.4 % 1.25 0.26 
 Anticonvulsivantes 11.1 % 14.5 % 0.32 0.57 
 Antifúngicos 1.9 % 3.6 % 0.36 0.53 
 Antiinflamatorios 
no esteroideos 
64.8 % 67.5 % 0.104 0.74 
 Antiplaquetarios 27.3% 30.1 % 0.13 0.72 
 Antipsicóticos 30.9 % 19.3 % 2.46 0.11 
 Benzodiacepinas 51.9 % 34.9 % 3.85 0.05
a
 
 Beta bloqueadores 14.5 % 18.1 % 0.30 0.59 
 Catártico 38.2 % 36.1 % 0.06 0.8 
 Diuréticos 30.9 % 21.7 % 1.48 0.22 
 Hipoglucemiantes 
orales 
1.9 % 6.0 % 1.36 0.23 
 Inhibidores de la 
bomba de protones 
72.7 % 63.9% 1.18 0.27 
 Inhibidores de la 
enzima convertidora 
de angiotensina 
36.4 % 24.1 % 2.41 0.12 
 Insulina 5.6 % 3.6 % 0.3 0.59 
 Lipídicos 20 % 14.5 % 0.73 0.39 
Neevia docConverter 5.1
 Vasodilatadores 
pulmonares 
9.1 % 10.8 % 0.11 0.74 
 Otros 32.7 % 60.2% 10.02 0.002
a
 
 
a
 Nivel de significancia estadística 
 
Neevia docConverter 5.1
Tabla 5. Perfil de riesgo de caídas de la muestra 
 
Variable 
Porcentaje 
(Promedio+D.E.) 
Antecedente de caída 14 % 
Uso de ayuda para caminar 
 Normal, en cama o en silla 58.7 % 
 Con bastón 20.0 % 
 Necesita de asistencia 
especial 
21.3 % 
Marcha 
 Normal 46.2 % 
 Débil 24.4 % 
 Inestable 29.4 % 
Estado mental alterado 41.3 % 
Línea intravenosa 0.6 % 
Puntaje de Morse 66.03 (+37.4) 
Categoría de riesgo 
 Bajo Riesgo 24.8 % 
 Riesgo intermedio 19.3 % 
 Alto riesgo 55.9 % 
 
 
Neevia docConverter 5.1
Tabla 6. Factores asociados a caídas 
 
 Razón de momios 
(IC 95%)
a
 
Valor de p 
Antecedente de caída 7.14 (2.6-19.4) < 0.001 
Marcha inestable 2.73 (1.1-6.9) 0.034 
Perfil de riesgo para caída 
 Bajo
b 
1.0 
 Intermedio 2.56 (0.9-8.6) 0.075 
 Alto 3.15 (1.1-9.0) 0.032 
Escala de Morse 1.02 (1.01-1.07) 0.021 
Uso de Antidepresivos 1.12 (0.6-2.4) 0.77 
Uso de Benzodiacepinas 1.86 (0.9-3.9) 0.06 
 
a
 Intervalo de confianza de 95 % 
b
 Categoría de referencia 
Neevia docConverter 5.1
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	Portada
	Introducción
	Estudios Similares con uso de Benzodiacepinas
	Consideraciones Especiales
	Planteamiento del Problema
	Material y Métodos
	Resultados
	Conclusiones
	Anexos
	Referencias

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