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Universidad Nacional Autónoma de México. Facultad de Estudios Superiores Iztacala La coevaluación grupal una trampa social en un juego con transferencia de utilidad en el ámbito educativo Presenta: Amador Velázquez Reyna Para Obtener el grado de Maestro en Psicología Asesores: Dr. Luis Fernando Gonzáles Beltrán Dr. Carlos Santoyo Velasco Dra. Rosalba Cabrera Castañon Dr. Pedro Arriaga Ramírez Dr. Arturo Si lva Rodríguez Los Reyes Iztacala, Tlalnepant la, Edo. De Méx a 16 de nov iembre del 2007 UNAM – Dirección General de Bibliotecas Tesis Digitales Restricciones de uso DERECHOS RESERVADOS © PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL Todo el material contenido en esta tesis esta protegido por la Ley Federal del Derecho de Autor (LFDA) de los Estados Unidos Mexicanos (México). El uso de imágenes, fragmentos de videos, y demás material que sea objeto de protección de los derechos de autor, será exclusivamente para fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el respectivo titular de los Derechos de Autor. AGRADECIMIENTOS A TODAS LAS PERSONAS QUE HAN CONTRIBUIDO EN MI FORMACION PERSONAL Y PROFESIONAL INDICE PÁG RESUMEN 3 INTRODUCCIÓN 5 CAPITULO I COOPERACIÓN . 10 1.1. La conducta prosocial como objeto de estudio 11 1.2. La cooperación en la economía 11 1.3 Antecedentes. 12 1.4 Juegos no cooperativos y cooperativos 12 1.5 Di lema del prisionero 13 1.6. La cooperación en la psicología 17 1.7 El individuo como participante social 19 1.8. La influencia social 24 CAPITULO II INVESTIGACION ACERCA DE LA COOPERACIÓ N 29 2.1 Investigación teórica de la cooperación 30 2.2 La cooperación como di lema social 31 2.3 Holgazanería 42 2.4 Conducta cooperativa con anonimato 42 2.5 conducta desinhibida 43 2.6 La cooperación en el ámbito educativo 44 CAPITULO III PROPUESTA DE INTERVENCIÓN 55 Preguntas experimentales 57 Objetivos. 57 Definición de variables. 58 Hipótesis. 62 METODO Tipo de estudio 62 Diseño del estudio 63 Población 63 Procedimiento. 64 CAPITULO IV DESCRIPCION DE RESULTADOS 68 ANALISIS Y DISCUSION 88 CONCLUSIONES 94 REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS 100 ANEXOS. 110 RESUMEN La relación entre la racionalidad y la irracionalidad, la paradoja entre el interés colectivo y el individual surgen como una muestra de nuestros comportamientos, así se intento tratar de expl icar la coevaluación grupal como un juego con transferencia de util idad y trampa social , en el que se buscó identi ficar los efectos del favori t ismo endogrupo. Se consideraron como variables independientes: 1 Pertenencia (Endogrupo) y No pertenencia (Exogrupo) a un grupo de amigos. 2. T ipo de magnitud de cal i f icación Alta (10), Regular (7), Baja (5) y Sin magnitud. 3. Género (hombres - mujeres) y 4) Grado escolar (maestría, l icenciatura, bachillerato y secundaria). Se trabajó con una población de 419 estudiantes escogidos a través de un muestro aleatorio estrati f icado. Los resultados permitieron rechazar las hipótesis nulas para magnitud de cal i ficación, grado escolar y grupo, solo la variable genero no mostró di ferencias signi ficativas en la ejecución realizada. Por lo que se concluye que la mayoría de la población busco un beneficio personal , cooperando sólo cuando la magnitud de cali f icación es Alta ; cuando es Baja o Regular se comportaron competi t ivos con todos, sin discriminar al grupo de pertenencia. DESCRIPTORES: Cooperación, competencia, favori tismo endogrupal y racionalidad. INTRODUCCION “una perfección de pensamientos y una Confusión de objetivos parece ser nuestro Principal problema” A. EINSTEIN. La relación entre la racionalidad y la irracionalidad, la paradoja entre el interés colectivo y el individual surgen como una muestra de nuestros comportamientos, así la pretensión de este estudio fue tratar de expl icar la coevaluación grupal como un juego y trampa social , en el que se buscó identi ficar los efectos de la preferencia hacía Endogrupo en las conductas de cooperación y competencia. Como punto de partida Ribes (1984) señala que la conducta cooperativa está caracterizada por requerir un mínimo de dos respuestas, una de cada sujeto, que se emiten simultánea o sucesivamente para obtener una sola consecuencia. Tal conducta puede aplicarse en si tuaciones de juego, trabajo de aula de clases y puede adoptar a la vez topografías distintas de acuerdo a la si tuación o tarea, como la ayuda que se da entre los integrantes del grupo para alcanzar objetivos comunes; en este caso la acreditación de alguna materia di fícil , en el cual se esperaba que los sujetos cooperaran con sus compañeros para acreditar evaluándolos con cal i ficaciones al tas; pues como estrategia de evaluación el docente considera tres elementos en igual porcentaje de peso: 1. la auto evaluación, 2. los exámenes y 3. la coevaluación de tres personas del grupo; si los alumnos se auto evalúan con puntuaciones al tas y a los demás con puntuaciones bajas, sin merecerlo en realidad se da entonces un fenómeno de competencia y egoísmo, esto es, se propicia que el resto del grupo tenga cal i ficaciones bajas o no apruebe, trayendo así como consecuencia una trampa social , en la que como lo plantean Bretchner, (1977) y Platt (1973) el sujeto actúa de forma individualista, buscando un beneficio a corto plazo, pero trayendo como consecuencia resultados desfavorables hacia el resto del grupo y así mismo, pues si todos los suje tos se comportan de forma egoísta e individualista, en general el grupo reprobaría. Un factor detonante para el desarrol lo de cooperación y competencia, es el grupo al que se pertenece, Homans (1963) menciona que un grupo es un sistema social dotado de características internas y externas; en este sentido los elementos internos son las actividades e interacciones, señalando que las actividades comprenden los movimientos de las personas dir igidos hacia objetos no humanos, por ejemplo escribir, manejar, entre otras. Por otro lado la interacción se refiere a las cosas que las personas hacen en conjunto como jugar, trabajar, estudiar, etc. Respecto a los elementos externos del grupo enfatiza que el lo se refiere a los lugares y circunstancias en los cuales se trabaja o desarrol la como la escuela, la oficina, etc. Se puede derivar del planteamiento de Homans que las personas desarrollan interacciones di ferentes con cada miembro del grupo, por lo que al interior de un grupo según Perlman y Cozby (2002) se denotan tendencias dentro y fuera del grupo, dicha si tuación impl ica un grado di ferencial de percepción e interacción entre los miembros del grupo. Tajfel (1957) plantea que la interacción de las personas en grupos se da en tres categorías: a) inclusiva (Endogrupo), en el cual trabajan o se asocian personas que se sienten atraídas o identi f icadas por sus gustos profesionales, musicales, acti tudinales etc. b) excluyente (Exogrupo), en este se muestra rechazo por ciertas personas las cuales pueden di feri r en opiniones, gustos, etc., y c) Muchedumbre, en ella, la gente es parte del grupo pero no es aceptada y/o rechazada abiertamente y se toma una reacción de indi ferencia hacia la presencia de estas personas en el grupo. Bajo este supuesto el diseño experimental propuso que el sujeto evaluara a tres personas de las cuales una corresponde a Endogrupo, la segunda a muchedumbre y la terceraa exogrupo, lo anterior con la f inalidad de identi ficar la tendencia cooperativa o competi t iva hacia algún grupo, en particular. Cabe señalar que el comportamiento humano es diverso de acuerdo a las si tuaciones a las que se enfrenta, razón por la que una persona no siempre actúa de forma racional y lo hace con base a sus impulsos y emociones; en este sentido, esta investigación trató de identi ficar la influencia de la interacción grupal entre las personas, el estímulo cal i ficación como elemento condicional en la conducta de coevaluación grupal. Se esperaba que el comportamiento apuntara a los elementos de apreciación del rendimiento académico de cada sujeto, evaluando así a los participantes de forma objetiva, valorando la ejecución y esfuerzo de cada uno, por lo que si el sujeto ha tenido un rendimiento y esfuerzo consistente al to o bajo la coevaluación asignada a éste debería ser semejante a la otorgada por el profesor derivada de los exámenes apl icados, cabe enfatizar que cada sujeto conoce las cal i ficaciones de los otros. Si el sujeto no aporta coevaluaciones semejantes a las otorgadas por el profesor se denota que el alumno se dejó influir por la cali ficación antecedente otorgada a él o por el t ipo de interacción grupal y evaluó con base a ello, por lo que pudiera aplicarse el dicho “ojo por ojo y diente por diente”, en el entendido de que si él fue evaluado posi tivamente lo hará de forma semejante con sus compañeros sin importar si t iene algún vínculo, es aquí donde la racionalidad puede conducirlos a una trampa social , ya que el arreglo experimental propone dos cali f icaciones antecedentes consideradas por lo general bajas, las cuales fueron siete y cinco, si el sujeto se ve afectado por dichos estímulos su tendencia por lo general será coevaluar en forma negativa y si a todos los participantes les acontece lo mismo la cali ficación en general será reprobatoria para el grupo, por lo que el “ juego” en apariencia cooperativo, degenera en una trampa social . Para sustentar la metodología implementada, la presente investigación contempló cuatro capítulos. En el primero se retomaron los elementos de anál isis experimental de los grupos y por ende de la cooperación; en el segundo se resume la investigación realizada en esta área, para el capítulo tercero se muestra el abordaje empírico al problema de la cooperación y competencia en la evaluación y co-evaluación académica, vinculando así la propuesta de trabajo, método y procedimiento. Finalmente, en el capítulo cuatro se describen, analizan y discuten los resultados, concluyendo que el trabajo en la conducta prosocial es interesante, pero fal ta mucho por trabajar pues su abordaje no ha sido continuo, así que muchos datos aquí encontrados deberán ser repl icados para comprobar su validez en otras poblaciones. CAPITULO 1 COOPERACION. La manera como se presentan las cosas No es la manera como son; Y si las cosas fueran como se presentan La ciencia entera sobraría. Karl Marx 1.1 La conducta prosocial como objeto de estudio La cooperación como objeto de estudio en este trabajo será expl icada desde dos disciplinas científicas: la economía y la psicología, cada área posee una forma especifica de expl icar dicho proceso, la primera ha generado teorías normativas y la segunda teor ías expl icativas. La economía propone un estudio de la cooperación en la que se busca identi ficar cómo las personas deberían elegir cooperar; en tanto la Psicología expl ica cómo coopera la gente; con la final idad de exponer dicho proceso, este capítulo presenta una reseña de cómo cada disciplina ha trabajado la investigación en cooperación. 1.2 La cooperación en la economía. Como punto de partida la cooperación ha sido estudiada desde la perspectiva de la Teoría de Juegos, la cual es definida por Gardner, (2003) como: "...cualquier si tuación gobernada por reglas con un resultado bien definido caracterizado por una interdependencia estratégica". (pág 4). También ha sido definida como un problema de decisión en el que participan varios sujetos y las decisiones de cada uno afectan a los otros, hecho del cual el los son conscientes. A dicho acto Aumann (1994), lo conceptualizó como la "Teoría de la Decisión Interactiva". 1.3. Antecedentes . La Teoría de Juegos inició con los trabajos de Borel (1921) y von Neumman (1928) y su nombre deriva del artículo “Zur theori e der gesel lschaftsspiele” de von Neumman (1928), en el cual se establecen sus bases. Con posterioridad a la publicación de este artículo hay un período de inactividad en este campo hasta la aparición de la obra “Theory of games and economic behavior ” escri ta por von Neumman y Morgenstern (1944) , la cual originó una intensa investigación y la consol idó defini tivamente. La Teoría de Juegos ha crecido de forma importante a parti r de la concesión en 1994 del Premio Nobel de Economía a tres de sus primeros y más importantes creadores: John F. Nash, John C. Harsanyi y Reinhard Selten. 1.4. Juegos no cooperativos y cooperativos Nash (1950) distinguió entre juegos no cooperativos y cooperativos. La di ferencia fundamental radica en el tipo de interacción de los sujetos; en la primera se tiene un conjunto de jugadores, cada uno con estrategias a su disposición, y una asignación de pagos que reciben por l levar a cabo tales estrategias. La característica “no cooperativa” está en la manera de cómo el igen y en lo que saben de los otros jugadores cuando lo hacen: en general , se supone que los individuos toman sus decisiones independientemente unos de otros aunque conocen a sus oponentes y las posibles estrategias que estos tienen a su disposición. Es decir, son individuos egoístas pero que tratan de predecir lo que los otros agentes harán para obtener en conveniencia propia. Bajo esta estructura de análisis los agentes no alcanzan ningún nivel de cooperación, un ejemplo de este tipo de modelos; quizás el mas elocuente de los juegos no-cooperativos elementales es el Di lema del Prisionero. 1.5 Dilema del prisionero La estructura de este juego radica en que: dos individuos son detenidos debido a que cometieron cierto del i to. Ambos son separados en celdas di ferentes y son interrogados individualmente . Ambos tienen dos al ternativas: cooperar uno con otro (no delatar) o no cooperar (delatar). El los saben que si ninguno delata, cada uno iría a prisión por dos años. Pero si uno de los dos delata y el otro no, entonces al que delata lo dejaran l ibre y al que no delata lo condenarían a 10 años. Si ambos delatan, los dos i rán a prisión por 6 años. La si tuación se resume en la siguiente matriz : Prisionero 1 C NC Prisionero 2 C (-2,-2) (-10, 0) NC (0, -10) (-6, -6) C= cooperar (no delatar), NC= no cooperar (delatar) La pregunta natural es: ¿qué harán los detenidos? ¿Cooperarían entre si (no delatarán) o se traicionarían el uno al otro (delatar)? Dados estos planteamientos la deducción sería que los dos jugadores cooperarían (no confesarían) puesto que en ese caso ambos obtendrían el menor castigo posible. Sin embargo, la estructura no cooperativa del problema hace que este arreglo no sea creíble: si se pactara no delatar por parte de los dos, ambos tendrían incentivos particulares para romperlo, pues dejando al otro en cumpl imiento del pacto de no delatar y éste delatando, el que rompe el pacto obtiene la l ibertad, mientras al otro lo condenarían a 10 años. Y, simi larmente, estudiando las otras tres posibi l idades del juego (es decir, (C,NC), (NC,NC), (NC,C)) observamos que el único acuerdo creíble (que signi fica que ninguno de los dos querría romper el pacto uni lateralmenteporque perdería) es (NC,NC). En defini tiva, la predicción de lo que ocurri ría en el juego es que ambos delatar ían y permanecerían en la cárcel 6 años. La conclusión en si tuaciones simi lares a esta, es que la competencia egoísta puede conducir a estados socialmente no aceptables. En su tesis doctoral en Matemáticas en la Universidad de Princeton, “Non-cooperative Games”, Nasch (1950) refiere el concepto de equil ibrio en un juego en donde ninguna de las partes puede romper a discreción sin perder. Es decir, si alguien quiere romper el pacto y lo hace uni lateralmente, se arriesga a ganar por debajo de lo que hubiese ganado dentro del pacto. Sin embargo, como queda claro en el juego del di lema del prisionero, esto puede no ser lo mejor socialmente para los jugadores. La segunda estructura fundamental en el estudio de la teoría de juegos para desde al l í predecir resultados de la interacción, es la teoría de juegos cooperativos o coal icionales. Aquí todavía tenemos los mismos agentes egoístas, pero ahora se asume que, si pueden obtener algún beneficio de la cooperación, no dudarían en formar coal iciones que son creíbles. Por supuesto, bajo una estructura como la de juegos no cooperativos, un acuerdo de cooperación puede no ser la “solución”, de manera que los agentes deben tener una estructura de información di ferente si queremos un comportamiento acorde. En una estructura cooperativa tenemos el mismo conjunto de jugadores egoístas, solo que ahora tienen información sobre cierta valoración a priori de las coal iciones. Es decir, se reconoce cuales coal iciones son las mas “val iosas” y cuales las “menos val iosas”. Para concretar ideas, se presentará un modelo que muestra bien el poder predictivo que puede tener este tipo de estructura y las soluciones asociadas. El modelo del pequeño mercado muestra una estructura en la que hay un vendedor (jugador 1), y dos compradores (jugador 2 y jugador 3) que desean comprar “X” bien. Las valoraciones que a priori se le asignan a las coaliciones serían, en este caso, un reflejo del éxi to o fracaso de la negociación entre el vendedor y el comprador. En este caso, asignamos la valoración a todas las posibles coaliciones de la siguiente forma: V ({1, 2, 3}) = V ({1, 2}) = V ({1, 3}) = 1 (“si hay vendedor y comprador, el negocio se lleva a cabo”) V ({1}) = V ({2}) = V ({2, 3}) = 0 (“si solo hay compradores o vendedor, no se real iza el negocio”) Existen varias “soluciones” a ese tipo de juegos en forma cooperativa. Por supuesto, una “solución” debe signi ficar una repartición de la riqueza o valoración total de todo el grupo de jugadores como gran coal ición, de tal manera que a cada jugador le corresponda su “aporte” a ella La aportación de la economía en el estudio de la teoría de juegos clásica es haber planteado la división de la teoría de juegos cooperativos y los modelos de negociación. En estos juegos, dos o mas jugadores buscan ganar a través de la cooperación, pero deben negociar el procedimiento y la forma en que se dividirían las ganancias de esta cooperación. Un modelo de negociación específica: cómo y cuándo se alcanzan los acuerdos y cómo se dividirán las ganancias, dependiendo de las reglas de negociación y de las características de los negociadores. 1.6 La cooperación en la psicología. Una área de la psicología social se ha dedicado al estudio objetivo de la conducta humana, su enfoque particular esta orientado hacia la comprensión de la conducta social , centrando su interés en el aprendizaje de este. Su estudio se basa en los principios metodológicos del análisis experimental de la conducta (Santoyo & López, 1990), en el cual la conducta del hombre es definida en términos de las relaciones funcionales que tiene con el medio que lo rodea. La descripción de tales relaciones es denominada análisis funcional de la conducta (Haynes & O’Brien, 1990; Skinner, 1977). Cuando esta descripción tiene como objetivo al terar el estado natural de relación entre el organismo y el medio; bien sea sólo para experimentar o para beneficiar mediante el control de la relación del individuo con sus iguales, el anál isis funcional pasa a ser controlado o expl icado y se conoce como Análisis Conductual Aplicado o Modificación de Conducta (Casalta & Penfold, 1981). Thibaut y Kelley (1959) señalan que la conducta es función del balance entre recompensas y costos. Bajo esta idea, el valor que una persona otorga a un resultado no estará determinado, por su magnitud absoluta, sino mas bien por comparación entre dos estándares: 1. El nivel de comparación y 2. El nivel de comparación para al ternativas. El primero se define como algún valor modal o promedio de todos los resultados de la si tuación social dada o conocida por la persona, en virtud de experiencias personales o susti tutivas, siendo cada resultado ponderado por su sal iencia, o grado con que es evocado. Es decir, lo que una persona experimenta ante cierto estímulo está determinado por aquello a lo que llegó a adaptarse (conducir a 100 por hora luego de haber conducido a 200, parecerá i r muy lento). El nivel de 'comparación por al ternativas' se usa para decidir si se seguirá manteniendo una relación social o no. Es el resul tado más bajo que una persona aceptará cuando toma en cuenta las mejores oportunidades y al ternativas posibles para ella (una persona abandonará un empleo si puede conseguir otro mejor, pero permanecerá en él si los otros trabajos son peores). En suma, el beneficio derivado de una interacción social no tiene un valor absoluto: varía según las experiencias pasadas y las oportunidades presentes. Como punto de partida cabe señalar que en psicología social se considera que la conducta surge de dos factores fundamentales: a) el interés en el individuo como participante social y b) la importancia que le atribuye a la comprensión de los procesos de influencia social . 1.7. El individuo como participante social. Para Santoyo y López (1990) hay comportamientos de personas que resultan interesantes por el valor social que se les asigna, ejemplo de el lo es la conducta generosa, piadosa o con intereses humanitarios, las cuales han sido clasi f icadas con el rubro conducta prosocial . En general el concepto se usa para referi rse a todos aquel los actos encaminados a beneficiar a otros individuos de alguna manera, sin considerar los motivos ul teriores al benefactor. El estudio de lo prosocial , si bien es importante en Psicología, es una de las áreas más descuidadas, por su di f icul tad, la complejidad de su campo y las múltiples variables que entran en juego. Para Hol lander (2002), los procesos derivados de la conducta prosocial y la def inición general son las siguientes: 1. Conducta al truista: comportamiento tendiente a beneficiar a otra persona sin esperar recompensa. 2. Conducta no al truista: son aquel las acciones realizadas encaminadas a obtener algún tipo de beneficio. 3. Interacción solidaria: Acontece cuando los comportamientos y/o acciones exteriores de las partes en interacción concurren y se ayudan mutuamente para el alcance de objetivos comunes. 4. Interacción antagónica: se presente cuando el comportamiento de los sujetos es opuesto y se obstacul izan recíprocamente. 5. Al to grado de sinergia: Cuando un individuo sirve con el mismo acto y al mismo tiempo, a su beneficio y al del grupo. 6. Cooperación: Para Franklin (1990), se define como "la conducta social , espontánea e interactiva, verbal o no verbal, que impl ica la ejecución de tareas entre dos o más para el logro o ganancia de metas de grupo.” (p. 60). Por su parte, Skinner (1953) (Citado en Ribes, 1984) señala que la conducta cooperativaestá caracterizada por requeri r un mínimo de dos respuestas, una de cada sujeto, que se emiten simultánea o sucesivamente para obtener una sola consecuencia. Tal conducta puede aplicarse en si tuaciones de juego, trabajo de aula de clases y puede adoptar a la vez topografías distintas de acuerdo a la si tuación o tarea. Un problema para Vi llalba, Duque y Narváez (1983) es que el comportamiento humano presenta algunas di f icul tades metodológicas al ser observado. La principal reside en que siendo un evento continuo, debe ser discretizado para su estudio. A esto se agrega que cuando se registran comportamientos sociales se debe tomar en cuenta el comportamiento de un sujeto en relación con otras personas. Esto úl t imo alude a que cuando se habla de conductas sociales se refiere al comportamiento de un sujeto dentro de un grupo y esto impl ica interacción, de all í que un análisis de la conducta individual sea inadecuado para expl icar comportamientos de tipo social , por lo que es necesario contextual izar el comportamiento individual, refi riendo al grupo. Las características de un grupo cooperativo según Ostrom, E (1998) son: 1. Cl ima de confianza y franqueza. 2. Sentido de pertenecer a algo importante, comunicación honesta donde la diversidad de la experiencia se motiva y la f lexibi l idad y sensibil idad hacia otros se practica. 3. Cuando se cometen errores, los miembros los ven como parte del proceso de aprendizaje. 4. Las discusiones abiertas ayudan a los miembros a encontrar las causas de los problemas sin asignar culpa. 5. Los miembros del grupo reconocen su interdependencia y la necesidad del conocimiento específico, las destrezas, y los recursos de cada uno. Saben que juntos pueden alcanzar los resultados que individualmente no podrían. 6. Se toma responsabi l idad de roles individuales para dirigirse a los objetivos del grupo. 7. Unen sus habil idades y comprensión, reconocen que el enfoque de equipo proporciona apoyo mutuo. Los objetivos a lograr con la cooperación en un grupo son: A. Encontrar una solución rápidamente B. Incrementar la variedad de soluciones C. Reducir el riesgo de error D. Decrementar el doble trabajo E. Mejorar la solución de un problema. F. El iminar el temor o incertidumbre. Lo ideal para la interacción grupal ser ían comportamientos encaminados a cooperar, sin embargo esta no aparece de forma proporcional, por lo que Camerer y Fehr (2004) sugieren que un problema dentro del área de cooperación, es que los organismos cooperan más de lo que la teoría económica predice. Dado que como organismos son racionales, los individuos debieran ser auto interesados y egoístas e intentar maximizar su uti l idad sin importar el beneficio o daño que esto pueda tener en el resto del grupo. En forma simi lar Axelrod, (1996) con la teoría “evolución de la cooperación” menciona que una de la pruebas más contundentes sobre la posibil idad de cooperación entre individuos pueda obtenerse tomando como hipótesis de partida que los individuos son intrínsecamente egoístas, es decir que actúan privilegiando su propio interés y no en forma al truista. Es claro el curso a seguir cuando una de las al ternativas impl ica que lo conveniente para un individuo también es conveniente para el otro; no obstante, la si tuación más interesante se presenta cuando lo conveniente para un determinado individuo, no sólo está sujeta a su propia decisión o iniciativa, sino a la de con quien está interactuando. Según Rivera y Ardi la (1983), los trabajos experimentales que hay respecto al comportamiento cooperativo basan su investigación en la acti tud, la cual hace siempre referencia a los valores. Bajo esta premisa la acti tud se refiere a la dirección de la conducta y no a la conducta misma (Hernández, Fernández & Baptista, 1991), es una afi rmación evaluativa o juicio en relación con objetos, personas o hechos (Hol lander, 1968; Robbins, 1996). Cabe aclarar que según la discipl ina y el autor las definiciones pueden tomar un carácter di ferente ejemplo de el lo es el al truismo definido por Mann (2001) como acciones independientes, con auto sacri f icio, sin buscar recompensa material o social . Dicho proceso fue clasi ficado por Campbel l (1983) en dos categorías, débi l y fuerte. El al truismo "débi l" puede ser definido como una conducta que beneficia más a otro individuo que al individuo que desarrol la la conducta. El al truismo "fuerte" denota una conducta que beneficia a otros, pero a costa de uno mismo. 1.8 La influencia Social. Los seres humanos están necesariamente orientados hacia otros dentro de su medio, y la influencia se manifiesta cada vez que un individuo responde a la presencia real o implíci ta de otro u otros. La mayoría de nuestras características – incluyendo personal idad - son influidas por la interacción social . Las relaciones de influencia que existen entre un grupo y un individuo son: la conformidad, el l iderazgo, el prejuicio, la moral co lectiva y otros fenómenos propios de los grupos. La conformidad y el l iderazgo: en este caso la fuente o el agente de influencia es aquí un individuo capaz de dirigir, modificar los comportamientos y las acti tudes de los otros. El prejuicio es un fenómeno intergrupal cuyo origen se halla en los efectos de la identi ficación de grupo. La moral colectiva es una acti tud compartida por el grupo que influye sobre otros resultados individuales. La influencia social está vinculada también con la relación que existe entre dos o más grupos, que puede definirse en su sentido más restringido de camari l las internas dentro de una fraternidad, o en su sentido más ampl io en las relaciones internacionales. Si la conducta es una respuesta al estímulo social producido por otros, incluido los símbolos que el los producen, la interacción social es la secuencia de esas relaciones estímulo – respuesta. Así, la interacción social produce efectos sobre la percepción, la motivación y, especialmente sobre el aprendizaje y la adaptación del individuo. Bajo esta idea la conducta social aparece en grupo, el cual es definido por Anzier (2002) como cualquier número de personas que interactúan unas con otras, que son psicológicamente conscientes y comparten normas con respecto a ciertas cosas, cuyos roles sociales están estrechamente vinculados. Los grupos poseen di ferentes características, es por el lo que para éstos no existe una clasi f icación universal y por ende son diversas las clasi f icaciones de acuerdo a sus propiedades funcionales. Lindgren (2003) clasi fica a los grupos según el grado de impl icación personal en primarios y secundarios. a) Grupo Primario: es aquél en que las relaciones personales son cara a cara y se desarrol lan normas y roles. La famil ia, los grupos de un trabajo, los amigos, son ejemplos de ellos. El grupo primario ejerce un control informal sobre sus miembros, un control no insti tucional izado, pero no por el lo menos eficaz. Este control es ejercido de manera latente. Cuando un miembro i rri ta o molesta a otro, estos pueden mostrar su desaprobación por medio del ridículo, r isa, crít ica, o incluso el ostracismo. b) Grupo secundario: las relaciones entre sus miembros son relativamente interdependientes y formal izadas. Aquí se incluyen todos aquellos grupos como las agrupaciones polít icas, las asociaciones de ayuda, comisiones vecinales, etc. En estos el individuo no se interesa por los demás en cuanto a las personas, sino como funcionarios que desempeñan un rol . Al contrario de los grupos primarios, el control que se aplica es formal es decir hay reglamentaciones que establecen normas y sanciones. A di ferencia de Lindgren, Hollander(2002) clasi fica por la inclusión o no de los individuos a los grupos en pertenencia, banda o pandi lla, agrupamiento y muchedumbre. a) Grupo de pertenencia: en éste se e jerce sobre sus miembros una presión a fin de que tengan comportamientos ajustados a sus normas y se da reconocimiento posi tivo por ello, como lo es la aceptación. b) Banda o pandilla: es un grupo pequeño de pares o personas que se reúnen por intereses comunes y que presenta poca estructura. c) Agrupamiento: conjunto de personas reunidos en función de determinados objetivos de relativa permanencia. Ej. Asociación cooperadora, comisiones vecinales, etc. d) Muchedumbre o masa: es un grupo numeroso con muy poca estructuración y poca definición de roles, que no tiene clara conciencia de sus metas y que se reúne detrás de un objetivo en un momento dado y luego desaparece. Es a esa masa a la que se dirigen permanentemente los medios y la publ icidad, intentando volcar su apatía en acción o consumo. De acuerdo a las clasi f icaciones anteriores de grupos, las conductas derivadas son: a) Comunicación: En ésta deben exist i r códigos comunes, un emisor y un receptor. El emisor al dar un mensaje lo hace desde un código determinado que pretende ser comprensible, al recibir lo el receptor y contestar, retroal imenta el circui to. b) Aprendizaje: se deriva de las nuevas formas de solucionar los confl ictos creando nuevas formas de respuestas a determinadas si tuaciones. Da las posibil idades de cambio y hace una adaptación activa a la real idad. Como se puede observar el estudio del comportamiento de las personas al interior de un grupo es complejo, considerando que la pertenencia puede condicionar su comportamiento, desarrol lando o inhibiendo conductas prosociales. Algunas formas de acercarse al estudio de la cooperación es a través de la teoría de juegos la cual surge en el contexto económico y en forma escueta, puede decirse que es la teoría matemática que modela y analiza si tuaciones de cooperación y confl icto. En general se puede referi r que la cooperación es un proceso interesante y complejo, pese a el lo la cooperación representa un poderoso factor en la humanidad, es por el lo que se deja pendiente el análisis de este para el Capítulo 2. CAPITULO I I INVESTIGACION ACERCA DE LA COOPERACION. Si tu intención es describir la verdad, hazlo con sencillez y la elegancia déjasela al sastre. Albert Einstein. 2.1 Investigación teórica de la cooperación. La investigación en conducta cooperativa es diversa, de igual forma el enfoque de ésta es tanto cuali tativo como cuanti tativo, por lo que tratar de ahondar en ella es tarea ardua y compleja; para fines de esta investigación solo se retomara la investigación de carácter cuanti tativo experimental , considerando los antecedentes cimentados en la economía y posteriormente el trabajo psicológico experimental Como ya se ha mencionado en el capítulo I la cooperación ha sido estudiada desde la perspectiva de la teoría de juegos, en donde el enfoque económico plantea que la cooperación surge de un proceso de decisión, en el que los sujetos suelen ser racionales y buscan un beneficio individual dejando de lado al bienestar colectivo, algunas vertientes en la teoría de los juegos son los de suma cero, formulados por Axelrod (1984). Acorde con los planteamientos de Nasch(1950), Maynard Smi th (1982) y M Axelrod, (1984) plantean un tipo de juego, en el que la interacción o intercambio entre dos (o más) actores, se ve optimizado por ciertos factores como el t ipo de beneficio a obtener , el igiendo sus acciones (o "movimientos") hacia el otro actor de tal modo que podrían esperar un máximo de ganancia, dependiendo de la respuesta del otro. Así en los juegos de suma cero, la cantidad de "bienes ganables" (o recursos) es fi ja. Sea lo que sea que gane un actor, es en consecuencia perdido por el otro: la suma de lo ganado (posi tivo) y perdido (negativo) es cero. El ajedrez, por ejemplo, es un juego de suma-cero: es imposible que ambos jugadores ganen (o pierdan). El Monopoly (si no es jugado con la intención de tener sólo un ganador) contrariamente, es un juego de suma-no-cero: todos los participantes pueden ganar propiedades de la "banca". En principio, en el Monopoly, dos jugadores podrían llegar a un acuerdo y ayudarse el uno al otro a reuni r una cantidad máxima de la banca. 2.2 La cooperación como dilema social. La cooperación ha sido estudiada como un dilema social (Kollock, 1998) a través del dilema del prisionero, la tragedia de los comunes y el dilema de bienes públ icos. Como ya se señaló el Di lema del Prisionero es un juego de suma cero (Axelrod, 1984). Aunque existen versiones y valores di ferentes en cuanto a la sanción para los participantes de éste. Para mayor simpl icidad se puede considerar el Di lema del Prisionero como suma-cero hasta donde no haya mutua cooperación: tanto si cada uno obtiene 0 cuando ambos no cooperan, o cuando uno de el los coopera, el no cooperador obtiene +10, y el cooperador -10, en total 0. Por lo contrario, si ambos cooperan la sinergía resultante crea una ganancia adicional que hace la suma posi tiva: cada uno de el los obtiene 5, en total 10. Matriz de pagos Jugador B No cooperar Cooperar Jugador A No cooperar 0, 0 10,-10 Cooperar -10, 10 5,5 La ganancia por cooperación mutua (5) en El Di lema del Prisionero es menor que la ganancia por no cooperación uni lateral (10), así que siempre habrá una "tentación" para no cooperar El problema con El Di lema del Prisionero es que si ambos participantes fueran puramente racionales, nunca cooperarían. De hecho, la toma racional de decisiones signi fica que tomas la decisión que es mejor para ti haga lo que haga el otro actor. La tragedia de los comunes muestra otro ejemplo donde varios granjeros comparten un prado. Si el prado es uti l izado intensivamente se deteriorará hasta el punto de un desastre ecológico, trayendo como consecuencia una trampa social . El di lema de bienes púcl icos en las si tuaciones de compartición de conocimiento consiste en la aportación de conocimiento al sistema, el cual requiere un costo al usuario relacionado con el esfuerzo que supone revelar información y elaborarla para comparti r la. Cuantos más usuarios colaboran en el sistema mayor es el beneficio inmediato. Si un usuario no coopera pero accede al sistema se beneficia de la contribución de los demás, con el menor esfuerzo. Sin embargo, si los usuarios van adoptando estas acti tudes y se pasa por debajo del nivel cri tico de uso, donde el costo de contribución no es superado por el beneficio inmediato de consulta, el sistema cae en desuso. Para López (1996) la teoría de juegos enseña a calcular el poder de cada jugador en función de su valor añadido, esto es, la contribución de cada participante al juego. Nadie puede ganar más de lo que aporta porque, en tal caso, los demás jugadores estarían mejor sin él y terminarían por echarle. En términos generales, se puede decir que la Teoría de Juegos estudia si tuaciones de conflicto y cooperación, en las que interactúan individuos racionales, anal izando los comportamientos y resultados que son de esperar, bien mediante decisiones individualizadas (caso de los juegos no cooperativos) o bien mediante acuerdos entre los participantes (caso de los juegos cooperativos) (Dixi t & Skeat, 2001). Factores importantes a considerar en la teoría de los juegos son las partes y componentes de éste, así: 1. Todos los juegos tienen reglas: Las reglas indican lo que los jugadores pueden hacer. Quien no cumple las reglas es castigado o eventualmente expulsado.2. Los juegos generan resultados. Dependiendo de las decisiones de los jugadores, algunos ganan más que otros. 3. Por estas razones, existe una interdependencia estratégica en la mayoría de los juegos. 4. En los juegos la estrategia es muy importante. Hay estrategias buenas y malas. Con la Teoría de Juegos se anal iza cuales estrategias son mejores que otras. Respecto a los componentes de un juego, debe existi r un conjunto de jugadores, acciones posibles para cada jugador, resul tados (ganancias netas) de acuerdo a cada decisión, información disponible para los jugadores (completa, incompleta) y restricciones (reglas) sobre las decisiones. Los elementos anteriormente señalados nos permiten introducir el concepto de elección racional propuesto por March (1994), en la que una elección se basa en una decisión que por sus consecuencias resulta la mejor o más eficaz. Las preguntas a contestar para que una elección sea racional son: ¿Qué acciones son posibles?, ¿Qué consecuencias futuras puede tener cada al ternativa?, ¿Qué valor t iene para el sujeto cada consecuencia de al ternativa? Y ¿Cómo debe tomarse una decisión entre al ternativas con función a los valores de sus consecuencias?. En general la teoría de la elección racional plantea que los actores poseen preferencias determinadas, ya que conocen el contexto y las consecuencias posibles de sus elecciones. Derivado de los elementos ya planteados, Sevi l la Martínez (2004) menciona que hay dos clases de juegos que exponen una problemática muy di ferente y requieren una forma de anál isis distinta. Si los jugadores pueden comunicarse entre el los y negociar los resultados se tratará de juegos con transferencia de util idad (también l lamados juegos cooperativos), en los que la problemática se concentra en el análisis de las posibles coal iciones y su estabilidad. En los juegos sin transferencia de util idad, (también llamados juegos no cooperativos) los jugadores no pueden llegar a acuerdos previos; es el caso de los juegos conocidos como " la guerra de los sexos", el "dilema del prisionero" o el modelo "halcón-paloma". Los modelos de juegos sin transferencia de uti l idad suelen ser bipersonales, es decir, con sólo dos jugadores. Pueden ser simétricos o asimétricos según que los resultados sean idénticos desde el punto de vista de cada jugador. Pueden ser de suma cero, cuando el aumento en las ganancias de un jugador impl ica una disminución por igual cuantía en las del otro, o de suma no nula en caso contrario, es decir, cuando la suma de las ganancias de los jugadores puede aumentar o disminuir en función de sus decisiones. La investigación de laboratorio respecto a los procesos de cooperación permite cuestionarnos en el campo ante qué si tuaciones suelen cooperar los sujetos y cuáles son las variables que determinan o l imitan su aparición. Algunas variables a considerar como punto de partida de acuerdo a ciertos estudios son el tipo de si tuación, el tamaño del grupo, las características de éste, las metas a obtener, las instrucciones y restricciones entre otras. Baron, R y Byrne, D (2001) sostienen que la pertenencia a un grupo social , interviene poderosamente en los procesos racionales que l levan a los agentes a inclinarse por una conducta en específico o particular. Bajo esta idea el sesgo del favori tismo endogrupal consiste en una tendencia a expresar acti tudes y comportamientos más favorables hacia los miembros del endogrupo que hacia los del exogrupo (Bi ll ing, Bundy, Flament & Tajfel , 1971; Brewer, 1979; Cooper, Dovidio, Johnson & Mul len, 1991). Por otro lado la teoría de la identidad social (Tajfel & Turner, 1979; 1986) expl ica esta tendencia a favorecer al endogrupo contribuye a que las personas mantengan o mejoren su autoestima. Dada la variedad de comportamientos sobre los que se ha comprobado que se produce el favori t ismo endogrupal, de entrada cabe esperar que también aparezca este sesgo en conductas al truistas, adoptando más comportamientos al truistas hacia miembros del endogrupo que hacia miembros de algún exogrupo. Sin embargo, el al truismo, definido ya en el anterior capitulo por Mann (2001) como un comportamiento que se ejerce en beneficio de otros y por el que el actor no obtiene recompensas externas, está fundado simplemente en la ayuda a una persona ya sea que se conozca o no, un ejemplo de ello es la teoría del héroe ausente planteada por Platt (1973) en la que se describe una carretera que ha sido bloqueada por un montón de matorrales, si dichas ramas son reti radas por algunas personas de forma al truista, se puede evi tar congestionamientos y perdidas, sin embargo, si nadie hace caso a levantar el estorbo todos tendrán perdida considerable de tiempo. El al truismo se pone de manifiesto en la norma de la responsabil idad social en la que se predica ayudar aquellos que lo necesi tan sin esperar recompensas externas a cambio. En este sentido no existi ría justi f icación para ofrecer más ayuda a unas personas que a otras en función de su pertenencia grupal. Es más, teniendo en cuenta que el al truismo impl ica algún tipo de sacri ficio (Moscovici , 1994) resultaría incluso más al truista ayudar a alguien del exogrupo que del endogrupo, puesto que el sacri f icio sería mayor en el primer caso. En el fondo, las predicciones de estas dos perspectivas sobre el comportamiento de ayuda ante miembros del endogrupo y del exogrupo resultan contradictorias. Por una parte, se espera que el individuo tienda a favorecer al endogrupo ayudando más a los miembros del propio grupo, pero por otro lado tal comportamiento no tendría ninguna justi f icación desde un punto de vista moral . Por lo tanto, los individuos se verán enfrentados a un confl icto socio- moral (Pérez, Lucas & Dasi, 1997) cuando tengan que prestar ayuda a personas claramente categorizadas como miembros de un endogrupo o de un exogrupo. Aunque en el ámbito del comportamiento cooperativo aparecen estudios que muestran la influencia de algunas variables sobre la probabi lidad de que una persona reciba ayuda, la mayoría de estas variables se refieren a características de la si tuación que pueden justi f icar el aumento o el descenso de la ayuda por motivos di ferentes a la identidad de la víctima. Por e jemplo, se ha encontrado que la presencia de otros observadores hace descender la ayuda que se da (Latané & Darley, 1970); que se presta más ayuda en ciudades pequeñas que en grandes (Amato, 1983), más en días soleados que sin sol (Ahmed, 1979; Cunnigham, 1979) y más por el día que por la noche (Skolnick, 1977). La ambigüedad de una emergencia (Krebs & Mi l ler, 1985), las prisas que se tengan en ese momento (Batson, 1987; Darley & Bastón 1973), o la famil iaridad con el lugar donde nos encontramos (Latané & Darley, 1970) son otros de los factores que determinan la probabilidad de que se preste ayuda. Por otra parte se ha comprobado que variables referidas a características personales también pueden afectar al comportamiento cooperativo ocasionando di ferencias en la ayuda que se ofrece a di ferentes personas. Así por e jemplo, Pi l iavin y Rodin, (1969) hallaron una tendencia a ayudar más a una persona que se cae al suelo cuando se piensa que se trata de un enfermo que cuando se cree que es un borracho. Factores como la simi l i tud de la víctima con la persona que debe prestar la ayuda (Emswil ler, Deaux & Will its; 1971; Krebs, 1975;), su simpatía (Gross, Wal lston & Pi liavin, 1975), su atractivo físico (Benson, Karabenich & Lerner, 1976), o el t ipo de acti tudes que mantenga (Tucker, Hornstein, Hol loway & Sole, 1977), son algunos ejemplos de factores que determinan que unas personas recibanmás ayuda que otras. Sin embargo, cuando se trata de variables más relacionadas con la categorización grupal y que suponen discriminación, las personas tienden a mostrarse reticentes a manifestar que ayudarían más a personas pertenecientes a un grupo que a otro. Así por e jemplo, Gaertner y Dovidio (1977); también Frey y Gaertner (1986) no encontraron discriminación hacia personas negras por parte de personas blancas, ya que éstas ayudaban tan rápidamente a blancos como a negros ante una emergencia no ambigua. Sin embargo, sí aparecía favori t ismo endogrupal cuando la emergencia era presentada de manera ambigua. Derivado de las investigaciones anteriores se denota que el comportamiento de cooperación está en relación con el grado de necesidad de la víctima, condición y también con el t ipo de grupo al que se pertenece, es decir se espera encontrar un mayor grado de ayuda hacia las víctimas que se encuentren en el extranjero. Si el ayudador también es extranjero, sólo se aumenta la ayuda hacia el miembro del endogrupo pero no impl ica un aumento de la ayuda hacia un miembro del exogrupo, el resul tado es que los miembros del endogrupo reciben más ayuda que los del exogrupo cuando ambos se encuentran en el extranjero. Produciéndose por tanto un sesgo de favori t ismo endogrupal. Una variable más relacionada a las conductas cooperativas, el genero el cual provoca que se apoye mas a los congeneres, que a los del genero contrario, a esta conclusión llegaron Graham y Cohen (1997), los cuales estudiaron la relación entre raza y sexo en las relaciones entre niños compañeros. Las relaciones se midieron a través de cal i ficaciones sociométricas y amistades observadas. Dicho estudio observo a cada estudiante en una sola escuela primaria incluyendo de primero a sexto año. La escuela fue elegida debido a que en esta existían igual numero de niños estadounidenses negros y blancos en cada clase. Independientemente de la edad, raza o sexo y de las medidas de relación, los niños favorecieron a los compañeros del mismo sexo más que a los compañeros de la misma raza, lo cual indica que los hombres prefieren las interacciones sociales con sus congeneres, lo mismo aconteció con las niñas. 2.3 Holgazanería Otra factor a considerar es la holgazanería social (Hardy & Latané, 1988) la cual puede actuar con más fuerza en las si tuaciones de anonimato reduciendo la participación de los individuos al percibirse inmersos en una si tuación de responsabi lidad no directa, un ejemplo clásico es el asesinato de una norte americana en el que los vecinos son testigos del acto pero ninguno ayuda a la victima, considerando que otro tal vez la ayudaría. 2.4 Conducta cooperativa con anonimato Bajo esta misma l ínea, pero en el laboratorio, Festinger (1951) comprobó el efecto desinhibidor del anonimato en conducta cooperativa y competi t iva, concluyendo que es más fáci l ser competi t ivo cuando se desconoce la persona en una ejecución que cuando se identi fica al participante. Análogamente, las repercusiones negativas del mismo fueron comprobadas por Zimbardo, (1970); Diener, (1979) y Mann, (1981). El hecho de que el anonimato aumenta la participación reduciendo las inhibiciones de los miembros del grupo, ha sido mostrado en numerosas ocasiones (Briggs, Nunamaker, & Sprague 1997; Nunamaker, Briggs, Mitt leman, Vogel & Balthazard, 1997). También se ha constatado el efecto del anonimato en la generación de ideas y participación del grupo (Connol ly, Jessup, & Valacich, 1990; Jessup, Tansik, & Laase, 1988). Estudios de laboratorio han mostrado que personas solas producen más ideas y de más cal idad (Gallupe, Bastianni, & Cooper, 1991) debido a que en si tuaciones de grupo, a veces, no se expresan opiniones por temor a la evaluación negativa de los demás (Briggs et al ., 1997; Dennis & Valacich, 1993), sin embargo esta resistencia puede superarse en si tuaciones de anonimato. De esta manera el anonimato permite participar de manera más l ibre y abierta someter ideas socialmente arriesgadas sin miedo a la represalia de los demás miembros del grupo o superiores (Briggs et al ., 1997). 2.5 Conducta desinhibida Dados los avances en cibernética hay algunos estudios asociados al uso de la tecnología, como la mayor ocurrencia de conductas desinhibidas (Siegel, Dubrovsky, Kiesler & Mcguire, 1986). Se considera que la conducta desinhibida se manifiesta en los mensajes que contienen una conducta expresiva y abierta no sometida a reglas y normas convencionales. Este tipo de conducta incluye expresiones agresivas (insul tos y comentarios hosti les), lenguaje informal (obscenidades y palabras al tisonantes) y expresiones no orientadas directamente a la tarea que se pretende real izar (comentarios i rónicos e indirectas). En la l i teratura especializada anglosajona, a este tipo de conductas de agresión verbal se les denomina “flaming” y se refieren a aquel las manifestaciones que pueden resultar negativas y perjudiciales para los individuos o las organizaciones (Reinig, Briggs, & Nunamaker, 1997; 1998). En este trabajo nos referi remos a este tipo de manifestaciones con el término de “comunicación desinhibida” 2.6 La cooperación en el ámbito educativo Una forma de abordar la cooperación en la escuela ha sido a través de aprendizaje cooperativo, el cual se define como una técnica en la que los estudiantes trabajan juntos hacia la consecución de un objetivo común. El aprendizaje cooperativo no sólo consiste en trabajar en grupo, es decir, el rendimiento global que se obtiene no consiste en una evaluación sumatoria de las contribuciones particulares de cada miembro del grupo, sino en lo que cada uno aprende, más lo asimi lado a partir de las interacciones con los otros miembros de su grupo. El aprendizaje cooperativo está en contraposición con el aprendizaje individualista, en el que los alumnos trabajan solos para alcanzar objetivos no relacionados con los demás e independientes de el los y el hecho de que un individuo cumpla su objetivo, no influye en que los otros alcancen los suyos. Tampoco coincide con el aprendizaje competi t ivo, que consiste en la concentración del esfuerzo del alumno para que se desempeñe mejor y con más precisión que sus compañeros, de tal manera que el alumno puede alcanzar sus objetivos sólo si los otros fracasan en alcanzar los propios (Johnson & Johnson, 1999). La característica principal del aprendizaje cooperativo es la interdependencia posi tiva (los esfuerzos de cada integrante del grupo no sólo le benefician a él mismo sino a todos los demás miembros). Debido a el lo, el trabajo cooperativo necesita diversos tipos de coordinación: distribuir y organizar el trabajo, así como, discuti r cómo éste se organiza y se lleva a cabo. Otros componentes importantes del aprendizaje cooperativo incluyen la responsabilidad individual y grupal (el grupo debe asumir la responsabil idad de alcanzar su objetivo común y cada miembro será responsable de cumpl ir con la parte de trabajo que le corresponda), la interacción estimuladora del éxi to de los demás miembros del grupo (preferentemente cara a cara), el uso adecuado de habilidades interpersonales y grupales (deberán desarrollar habil idades como la resolución de conflictos, la negociación, la comunicación efectiva entre los miembros de un grupo) y la evaluación grupal (o capacidad de procesar la eficacia con que funcionó el grupo) (Johnson, Jonson & Holubec, 1999). Las ventajas del aprendizaje cooperativo están ampl iamente di fundidas en la bibliografía y, entre las más destacables son: la mejora del rendimiento de los estudiantes, el incremento de su responsabil idad y participaciónactiva en el proceso de aprendizaje (puesto que el aprendizaje cooperativo es una técnica pedagógica centrada en el estudiante), así como una mejora en las relaciones interpersonales (Slavin, 1995). Numerosos estudios avalan la eficacia del aprendizaje cooperativo en la didáctica de la química (Bowen, 2000) tanto en la educación secundaria (Okebukola & Ogunniyi , 1984) como en niveles superiores (Cooper, 1995). El trabajo cooperativo no sólo se aplica en el aula (Kogut, 1997), sino también en el laboratorio (Wenzel, 1995), y ha sido aconsejado en la enseñanza de las ciencias desde hace años (Driver, 1988; Lazarowitz, Hertz -Lazarowitz & Baird,1994) y, de esta manera, se mencionan algunos ejemplos de su aplicación en la química (Jiménez & Ll i t jós, 2006),en la educación ambiental (Marcén, 1989), en la enseñanza del ingles, entre otras disciplinas científicas. A pesar de la evidencia que demuestra efectividad del aprendizaje en grupos cooperativos (Qin, Johnson & Johnson, 1995), la cooperación no siempre funciona. Hay determinadas condiciones en la cuales los grupos funcionan correctamente y otras en las que no. Uno de los principales motivos para que un grupo cooperativo no funcione es la presencia de estudiantes que muestran un pobre compromiso en el equipo (Johnson & Johnson, 1999; Oakley, Felder, Brent & El jahh, 2004), especialmente la debida a aquellos que viajan de polizones. Los pol izones son miembros del grupo que eluden su responsabilidad dentro del grupo pero que intentan conseguir la misma cal i f icación que sus otros compañeros, más responsables (Kerr & Brunn, 1983). El docente al implementar esta estrategia debe fomentar la responsabil idad individual y que los estudiantes asuman su compromiso con el grupo. Así, por e jemplo, Jorba y Sanmartí (1997), proponen el uso de contratos y pactos específicos entre los miembros de un mismo grupo de trabajo cooperativo, como sistema para establecer compromiso entre los componentes de dicho grupo. La responsabilidad individual es una de las características fundamentales de este tipo de aprendizaje (Watson, 1992) y consigue que los integrantes del grupo sepan que no pueden ocultarse tras el trabajo de los demás, ya que la responsabi lidad individual sólo exis te cuando se evalúa el rendimiento de cada estudiante individualmente. La mayoría de los expertos en aprendizaje cooperativo creen, de hecho, que este tipo de aprendizaje funciona mejor si las evaluaciones grupales se ajustan al rendimiento individual (Kaufman, Felder & Fuller, 2000). Si este ajuste no se realizara, los estudiantes que hubieran mostrado un compromiso pobre, es decir, aquel los que no hubieran participado o que hubieran adoptado una acti tud pasiva, recibirían la misma puntuación que aquellos que hubiesen trabajado, lo que es injusto y va en contra del principio de responsabilidad individual. Además, el estudiante que realiza adecuadamente su trabajo podría considerar que el docente está premiando la pereza y la irresponsabilidad. Algunos autores como Lejk, Wyvi ll y Farrow (1996), refieren que el aprendizaje cooperativo es una técnica de aprendizaje y de evaluación grupal y, por tanto, no impl ica necesariamente la evaluación individual de los miembros de un grupo. De hecho, es frecuente el caso de estudiantes que han trabajado cooperativamente y luego son evaluados individualmente (Hufford, 1991). A pesar de los beneficios potenciales de los proyectos en grupo en la enseñanza, éstos pueden representar un problema cuando se trata de evaluar a los estudiantes individualmente, ya que puede darse el caso que un docente cali fique globalmente un proyecto grupal y luego desee deducir notas individuales para los miembros de dicho grupo. Converti r la efectividad de las contribuciones de un estudiante determinado en una nota numérica es una tarea compl icada, pero cuando se estimula el trabajo en grupo, es esencial que los estudiantes tengan la certeza que serán evaluados justamente por sus contribuciones y que los polizones no saldrán beneficiados de los esfuerzos de los otros. Por ejemplo, Jiménez, Llobera y Lli t jós (2005) evaluaron la responsabilidad individual en una práctica cooperativa, después de haber evaluado el trabajo en grupo, la nota final para cada miembro del grupo cooperativo consistía en la cali ficación del informe del grupo, a la que se le sumaba o restaba un determinado porcentaje en función de los resultados de las evaluaciones individuales real izadas. Trabajar en grupo impl ica coevaluar la ejecución de ayuda entre cada miembro e identi f icar la efectividad en la tarea o trabajo (Lejk, Wyvill & Farrow, 1996). Es importante aprovechar este componente de evaluación entre los miembros de dicho grupo para cuanti ficar la contribución individual al proyecto del grupo o, dicho en otras palabras, para evaluar la responsabil idad individual. La evaluación entre iguales, o coevaluación, además proporciona un mecanismo para detectar y penalizar académicamente a los estudiantes que muestran un compromiso pobre hacia la tarea: aunque muchos estudiantes se inclinan a cubrir a compañeros que puntualmente no han podido cumpl ir alguno de los acuerdos del grupo o contribuir a solucionar un problema, si embargo, es poco probable que den una puntuación al ta a compañeros de trabajo que sistemáticamente no participan en el trabajo cooperativo. Ahondando más Topping (1998) define la coevaluación como la disposición en la cual los individuos consideran la cantidad, nivel , valor, calidad o éxi to de los productos o resultados del aprendizaje de compañeros de igual estatus. En la coevaluación, normalmente hay un elemento de mutual idad y se potencia que los estudiantes jueguen un papel más activo en el aprendizaje cooperativo (Orsmond, Merry & Rei ling, 1996). De hecho, este tipo de evaluación no sólo promueve el aprendizaje activo sino que también desarrol la habilidades grupales, de comunicación verbal, tales como la negociación, la diplomacia, aprender cómo dar y aceptar crít icas, cómo justi f icar la posición de uno mismo o cómo rechazar sugerencias (Orsmond, Merry & Rei ling, 1996; Topping, 1998). La coevaluación, por tanto, no sólo es un procedimiento para puntuar, sino que es además una herramienta de aprendizaje y así el evaluador tiene una visión más cercana a las perspectivas del estudiante (McConnel l , 2000). De hecho, en la mayoría de las investigaciones sobre coevaluación, los estudiantes muestran una acti tud posi tiva hacia ese método de evaluación (Stefani , 1992; Tooping, 1998), si bien también se han descri to determinados inconvenientes (Brown, 1997; Orsmond, Merry & Rei ling, 1996). En cuanto a la evaluación individual en grupos cooperativos, la coevaluación quizá sea la única manera satisfactoria de evaluar cómo trabaja un conjunto de estudiantes en un proyecto de grupo (Brown, Bul l & Pendlebury, 1997) ya que los estudiantes pueden juzgar con bastante precisión las contribuciones relativas de cada miembro en el proyecto de grupo (Johnston & Mi les, 2004). Según Mi l l is & Cottel l (1998), los estudiantes pueden ser capaces de engañar a su profesor o profesora, pero raramente podrían esconderse de sus propios compañeros. Así en la coevaluación se pone de manifiesto qué estudiantes presentan un compromiso pobre y no están cooperando adecuadamente (Oakley et al ., 2004). Para Lejk y Wyvill (2001), los métodos de coevaluación en proyectos grupales se pueden agrupar en dos grandes tipos: basado en categorías y hol ístico. En la evaluación basada en categorías, los estudiantes evalúan a sus compañeros según una serie de categorías (responsabi lidad, adaptabil idad, creatividad, habil idades comunicativas,habilidades grupales genéricas, habilidades técnicas...) y luego se incorpora algún mecanismo gracias al cual esas di ferentes puntuaciones se combinan para producir un único valor que refleja la contribución individual de ese compañero en proyecto de grupo. En la evaluación hol ística, cada estudiante evalúa con una única nota al resto de compañeros y esta nota refleja la impresión global de la contribución individual de ese compañero al proyecto del grupo. Lejk y Wyvi ll (2001) concluyeron que la evaluación hol ística entre iguales se corresponde mejor con los objetivos de evaluación sumativa de un proyecto grupal que la evaluación basada en categorías, si bien esta úl t ima es úti l para obtener una retroalimentación formativa. Existen dos enfoques di ferentes para realizar una coevaluación hol ística: en el primero, los estudiantes deben evaluar la contribución relativa de los miembros del grupo al producto final , expresándola como porcentajes del esfuerzo total ; mient ras que en el segundo, los estudiantes tienen que evaluar el trabajo de equipo de cada miembro (cooperación dentro del grupo, cumpl imiento de responsabi lidades, ayudar a los otros cuando era necesario, etc). Oakley et al . (2004) recomiendan no apl icar el primer enfoque, ya que es intrínsicamente competi t ivo y favorece a los estudiantes que son académicamente más fuertes, puesto que inevi tablemente son los que realizan las mayores contribuciones al producto final del equipo. Un estudiante académicamente más débi l sabe que, independientemente del esfuerzo que realice, su evaluación individual será menor debida a la presencia de un estudiante más fuerte académicamente y puede con razón, desmotivarse. En cambio, el segundo enfoque premia las habil idades grupales sobre las académicas: si todos los miembros del grupo actúan responsable y cooperativamente recibirán una cal i ficación al ta correspondiente a la coevaluación, y los únicos que recibirán penal izaciones serán los estudiantes cooperativamente problemáticos. Es posible que en las coevaluaciones algunos estudiantes puedan ser demasiado generosos a la hora de evaluar a sus compañeros y, en cambio, el resto de su grupo sea más conservador en ese aspecto. Estos estudiantes "más generosos" en realidad se estarán penalizando a ellos mismo debido al propio sistema de evaluación: a mayor puntuación otorgada a otros miembros del mismo grupo cooperativo, menor resultará la contribución relativa de este miembro generoso. Algunos autores (Goldfinch, 1994; Lawrence & Li , 2001) recomiendan incluir las autoevaluaciones en las coevaluaciones para compensar el efecto que generan los estudiantes "demasiado generosos". A pesar de esta ventaja de la inclusión de las autoevaluaciones en las coevaluaciones en actividades cooperativas, una de las cuestiones que quizá el docente se plantee es que la autoevaluación pudiera dar una ventaja a algunos estudiantes ya que, en principio, existe la posibil idad que éstos se otorguen una mayor puntuación que la que reciben de sus compañeros. Respecto a lo anterior Johnston & Mi les (2004), argumentan que los beneficios de la autoevaluación son muchos y se debe confiar en que los estudiantes actúan correctamente durante éstas, ya que se promueve la reflexión crít ica. Como se puede ver, en general la investigación de cooperación existe desde hace mucho tiempo, sin embargo existen pocas teorías que expl iquen la conducta cooperativa en el ambiente educativo, bajo la postura del análisis experimental . Cabe señalar que algunas investigaciones, expl ican a la conducta cooperativa en función de motivaciones extrínsecas o intrínsecas, y a la hora de explicar el fenómeno se reduce a intenciones, valores o deseos, siendo entonces un estudio pueri l y vago, es por el lo que el presente trabajo pretende vincular los elementos de la educación y el estudio experimental de la conducta humana. Por lo que la propuesta de trabajo es la siguiente. Propuesta de intervención Se evidenció a partir de la revisión anterior, que el estudio de la conducta cooperativa no ha sido sistemático ni continuo, no por ello deja de ser importante en el aprendizaje, ya sea al nivel académico o extra-curricular; rara vez la escuela incentiva la colaboración entre los alumnos; por el contrario, es frecuente el reforzamiento de comportamientos de índole competi t ivo o individualista. La manera casi exclusiva de motivar a los alumnos es a través de un sistema de cal i ficaciones, por el cual ellos compiten. Esto l leva a un aprendizaje y éxi to académico individual, también hace poco probable la aparición de conductas cooperativas y podría l levar "... a normas antiacadémicas entre muchos de ellos" (Slavin, 1985; p.53). Es relevante comenzar a sistematizar los estudios referidos a la conducta cooperativa, en el sentido de especificar aspectos conceptuales e investigar las posibles variables de las cuales ella es función; esto impactará en la producción de una tecnología capaz de desarrollar una programación conductual que responda a necesidades sociales ya definidas en el programa nacional educativo, conceptual izadas como el saber saber, saber ser y saber convivir. Como puede observarse en las investigaciones de Tajfel , Bi l l ing, Bundy y Flament, (1971); Brewer, (1979); Mul len, Dovidio, Johnson y Cooper, (1992), Festinger, Nunamaker, Briggs, Mitt leman, Vogel y Balthazard, (1997), Briggs, Nunamaker, y Sprague (1997); Connol ly, Jessup, y Valacich, (1990); Jessup, Tansik, y Laase, (1988), son diversas las variables que generan la conducta cooperativa; es por el lo que el objetivo de la presente investigación es determinar si una si tuación de evaluación educativa, puede considerarse como un juego con transferencia de uti l idad, en el que la auto-evaluación y la coevaluación a otros, puede verse modificada por el valor de evaluación asignado al sujeto coevaluador. Si esto es así, los alumnos toman la coevaluación como una consecuencia de la cal i ficación recibida, y no depende de haber alcanzado las metas educativas o de aprendizaje. Así mismo se trata de identi ficar como afecta la pertenencia no a cierto grupo y en función de el lo cual es la cal i ficaron que otorgan a sus compañeros. Para esta tesis se el igieron algunos parámetros antes ci tados como el t ipo de inclusión en un grupo, los estímulos discriminativos como lo son la magnitud de cal i ficación otorgada, el género y el grado de escolaridad. La pregunta experimental fue: ¿Es posible identi f icar cooperación cómo una tarea de juego en un contexto educativo cuando se trata de la coevaluación grupal, manipulando como estímulos antecedentes: a) la cali f icación y b) el t ipo de inclusión del grupo? En este sentido los objetivos particulares son: 1. Identi f icar si la cooperación grupal observada a través de la coevaluación se debe a la influencia del estímulo antecedente cal i ficación: sin cali ficación, al ta (10), regular (7) y baja (5). 2. Comparar el porcentaje de cooperación en función a las siguientes variables: A. Pertenencia al grupo (endogrupo) y no pertenencia al grupo (exogrupo) con relación a un grupo de amigos. B. Genero: mascul ino y femenino C. Nivel escolar: secundaria, preparatoria, l icenciatura y posgrado. Definición de variables: VARIABLE INDEPENDIENTE GRUPO DE PERTENENCIA: personas que se agrupan debido a sus preferencias, opiniones, “gustos” e “intereses” y dentro de éste se ejerce una presión interna con la f inalidad que tengan comportamientos ajustados a sus normas y se obtiene reconocimiento posi tivo por ello, como lo es la aceptación. NIVELES1. Endogrupo : personas reconocidas como miembros aceptables de un grupo de preferencia, con el cual se establece un cl ima de cooperación y confianza, los cuales suelen comparti r la mayor parte de sus tiempo juntos, para platicar, jugar, hacer la tarea, etc. 2. Muchedumbre : es un grupo numeroso de personas con muy poca estructuración y poca definición de roles, que no tiene clara conciencia de sus metas y que se reúne detrás de un objetivo en un momento dado y luego desaparece. 3. Exogrupo : personas rechazadas al interior de un grupo, dicho rechazo suele deberse a si tuaciones, tales como la di ferencia de opiniones, el t ipo de religión, los intereses sexuales, la raza, el color, etc. GENERO 1. Femenino 2. Mascul ino NIVEL ESCOLAR 1. secundaria. 2. preparatoria 3. l icenciatura 4. posgrado DISCIPLINA Áreas de especialización en el caso de l icenciatura y posgrado MAGNITUD DE CALIFICACION EN COEVALUACION Cantidad del estímulo que señala la ocasión para dar una respuesta. En este caso la cal i ficación: Sin calificación. La anterior se estipuló para identi ficar la tendencia natural del sujeto al ser cooperativo y competi t ivo. Alta: 10 , este tipo de estímulo de acuerdo a la escala numérica escolar es considerada como la mejor, al proponer dicho elemento como antecedente para coevaluar a una persona, se trata de identi ficar si este permite favorecer la cooperación del sujeto independientemente de la cal i ficación merecida por el sujeto y del grupo al que pertenezca. Regular: 7 . dicha cali f icación tiene una connotativa importante en la mayoría de los niveles escolares, pues se considera la mínima aceptable para acreditar un curso y no disminuir considerablemente el promedio, cabe señalar que algunas personas con promedios al tos la consideran baja, por lo que este estímulo puede ser considerado como un elemento que tal vez puede incrementar la posibi l idad de ser competi t ivo. Baja: 5 , en todos los niveles este valor representa el no acreditar una asignatura, por lo que al señalarlo como estímulo antecedente se espera que el sujeto sea competi t ivo al observar que el ha sido coevaluado de manera baja y acto seguido tendrá que cooevaluar a x sujeto. La tendencia esperada con dicha manipulación de estímulos de acuerdo a los elementos de la investigaciones revisadas es que los sujetos que evalúan al endogrupo independientemente de la evaluación asignada a ellos como estímulo antecedente, propiciará evaluaciones un poco más al tas o por lo menos semejantes a las proporcionadas por el profesor. Por otro lado cuando hay una evaluación antecedente baja se espera que los sujetos coevaluen en forma más baja que la que en realidad los sujetos obtuvieron en sus exámenes. VARIABLE DEPENDIENTE La coevaluación otorgada por el sujeto clasi ficada en tres tipos de comportamiento: Comportamiento cooperativo : coevaluación otorgada en forma más al ta a la que en realidad el sujeto merece. Comportamiento no cooperativo : Coevaluación igual a la que el sujeto obtuvo en sus exámenes. Conducta competitiva : coevaluación asignada menor a la que en realidad el sujeto merece Hipótesis: La pertenencia o no a un grupo condiciona el comportamiento de tipo cooperativo, por lo que se es más competi t ivo con los de exogrupo. La variable de estímulo de cal i f icación antecedente condiciona a que el sujeto coevalue de forma di ferencial , por lo que el estímulo al to generará comportamiento de tipo cooperativo, en tanto el bajo propiciará comportamiento competi t ivo. MÉTODO TIPO DE ESTUDIO : Para esta investigación es pertinente un Estudio Exploratorio (Pick & López, 1998) ya que aunque existe investigación al respecto no la hay que de forma conjunta trabaje las di ferentes variable propuestas. Así, la investigación exploratoria f i jará las bases para realizar otro tipo de estudios. Los aportes que se alcancen, podrán ser tomados en cuenta para algunas otras investigaciones semejantes o para una toma de decisiones respecto a qué tan pertinente es considerar la coevaluación y auto evaluación como elementos vál idos en la asignación de cal i ficaciones, propuestos por la SEP. DISEÑO DEL ESTUDIO (Investigación) De acuerdo a Hernández, Fernández y Baptista , (2000), el diseño que corresponde a esta investigación es cuasiexperimental dado que se realizó una elección al azar, y se buscó manipular deliberadamente algunas variables. También fue de carácter transeccional o transversal , ya que la recolección de datos se da en un solo momento y se tuvo como propósito describir las variables en un momento determinado Este diseño se desarrolló en escenarios naturales como son l as aulas escolares. Población: se conformó de 419 personas divididas en 9 grupos: 1. 36 de primero de secundaria. 2. 38 segundo de secundaria 3. 46 de tercero de secundaria 4. 77 de segundo de preparatoria 5. 70 de tercero de preparatoria 6. 40 de la l icenciatura en administración 7. 41 de la l icenciatura derecho. 8. 22 de la l icenciatura en computación 9. 49 de la maestría en psicología educativa Se diseñó un instrumento que permite identi ficar el grado de aceptación y/o rechazo entre los alumnos, en este se plantearon los elementos de la coevaluación grupal (ver Anexo 1), dicho instrumento se basó en los principios de la sociometría anal izada a través de sociogramas o graficas dir igidas, adecuándola para el trabajo educativo en una si tuación de coevaluación PROCEDIMIENTO. La investigación consto de dos fases: 1. aplicación de la sociometría y 2. Apl icación de coevaluación grupal. Aplicación de sociometría : Se noti f icó a los alumnos sobre el tipo de investigación a realizar, ellos accedieron a participar, lo cual fue consensado de forma grupal y la decisión se tomó por mayoría de votos, a cambio de la participación, el grupo recibió como estí mulo un ejercicio que si se resolvía adecuadamente contaría de forma adicional a su cal i ficación bimestral . Con la autorización de alumnos y profesor, se le sol ici tó a los sujetos contestaran las preguntas de la sociometría sin omiti r alguna. (Ver Anexo 1). A parti r de los resultados se procedió a identi f icar los niveles de la variable independiente Grupo de pertenencia (Endogrupo, Muchedumbre y Exogrupo). Para determinar a que tipo de grupo el sujeto formaría parte se buscó que ambos sujetos se el igieran recíprocamente de forma posi tiva- atracción, negativa-rechazo o indi ferencia. Los que se atrajeron para trabajar juntos recíprocamente fueron seleccionados para conformar el nivel Endogrupo; en tanto los que se rechazaron para trabajar recíprocamente conformaron al Exogrupo; por úl timo los que se nombraron mutuamente como aquel los con los cuales les da igual trabajar se agruparon en Muchedumbre. Cabe señalar que en esta fase de análisis de la sociometría se excluyeron a algunos sujetos por no haber contestado todo el cuestionario o por haber puesto al mismo sujeto en los tres elementos de la sociometría: rechazo, atracción e indi ferencia. El análisis de los datos se real izo de forma inmediata, buscando que entre la apl icación de sociometría y coevaluación no pasara más de una semana, para evi tar efectos de variables extrañas. Una vez obtenidos los datos se procedió a elaborar los cuestionarios de la fase de coevaluación. Aplicación de la coevaluación: Con la f inalidad de identi f icar el efecto de la variable independiente Grupo de pertenencia sobre la variable dependiente Coevaluación, se solici to a los sujetos asignar una cali ficación a las personas de los di ferentes grupos. En esta parte se
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