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“MANUAL PARA EL TRATAMIENTO COGNOSCITIVO-CONDUCTUAL 
DE PACIENTES CON TRASTORNO POR PÁNICO” 
 
 
 
 
T E S I S 
 
QUE PARA OBTENER EL TÍTULO DE 
 
LICENCIADA EN PSICOLOGÍA 
 
 
 
 
PRESENTA 
 
ANGÉLICA JUÁREZ LOYA 
 
 
 
 
 
 
 
DIRECTOR DE TESIS: 
PABLO VALDERRAMA ITURBE 
 
2006 
 
UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA 
DE MÉXICO 
FACULTAD DE PSICOLOGÍA 
 
 
 
UNAM – Dirección General de Bibliotecas 
Tesis Digitales 
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mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, 
reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el 
respectivo titular de los Derechos de Autor. 
 
 
 
AGRADECIMIENTOS 
 
 
 
 
 
Gracias a Dios por cruzar por mi camino a maravillosas personas que me 
han enseñado de sus diversas formas de pensar. 
 
Agradezco a mi mamá que es una motivación e inspiración constante en mi 
crecimiento. Gracias mami por brindarme tu apoyo y comprensión, incluso en 
momentos donde no estuviste de acuerdo con mi forma de pensar, te amo. 
 
Gracias a mi papá quien casi siempre logra sorprenderme y me muestra 
que el crecimiento humano es posible con esfuerzo y dedicación. Papá creo que 
eres un gran ser humano y te agradezco por estar a mi lado y apoyarme. 
 
Gracias a mi hermano por las innumerables ocasiones que me ha 
escuchado, por las veces en que filosofamos juntos, lo mismo que nos divertimos. 
Gracias porque siempre me hablas con la verdad respecto a lo que sientes y me 
haces sentir una persona especial. 
 
Gracias por supuesto a toda mi familia porque han contribuido en mi 
formación en muchos sentidos. Tío Vicente me hubiera gustado que vieras 
culminado este esfuerzo, pero donde quiera que estés es también por ti. 
 
Gracias a mis amigas y amigos por acompañarme en la travesía de vivir y 
compartir sus experiencias conmigo, ustedes han dejado parte de sí en mi 
persona y los quiero. 
 
Gracias a Jesús por acompañarme en este proceso, escucharme y 
ofrecerme a diario razones para sentirme feliz. 
 
Mil gracias a mi maestro y amigo Pablo Valderrama, a quien admiro y 
respeto. Eres una inspiración para mi formación profesional, sin ti no hubiera sido 
posible este trabajo. 
 
Gracias al Dr. Samuel Jurado, a las profesoras Irma Zaldivar, Leticia Bustos 
y Damaris García por ofrecerme sus conocimientos para mejorar este trabajo. 
 
Y gracias especialmente a todos los que integran la Universidad Nacional 
Autónoma de México, pues sin su trabajo y dedicación no sería posible tener esta 
institución de alta calidad donde me he formado. 
 
 
 
 
 5
ÍNDICE 
 
Introducción ........................................................................................................ 11 
 
1. Teoría, diagnóstico y prevalencia del trastorno por pánico ........................... 15 
 
1.1. Ansiedad, miedo y fobias ........................................................................ 15 
1.2. Definición del ataque por pánico ............................................................ 19 
1.3. Diagnóstico del trastorno por pánico ....................................................... 21 
1.3.1. Uso de la entrevista como instrumento de evaluación ................... 27 
1.3.2. Escalas de evaluación del trastorno por pánico ............................. 38 
1.3.3. Diagnóstico diferencial del trastorno por pánico ............................ 42 
1.3.4. Relación del diagnóstico DSM-IV con los Criterios Diagnósticos 
 de la CIE-10 ................................................................................... 44 
1.4. Curso del trastorno por pánico ................................................................ 45 
1.5. Prevalencia del trastorno por pánico en México ...................................... 48 
 
2. Modelo cognoscitivo-conductual del ataque por pánico ................................. 55 
 
2.1. Modelo cognoscitivo-conductual de las emociones y su importancia 
en el ataque por pánico ........................................................................... 57 
2.2. Modelo del ataque por pánico ................................................................. 61 
2.3. Apoyo social en el ataque por pánico ...................................................... 67 
 
3. Tratamiento cognoscitivo-conductual del trastorno por pánico ...................... 71 
 
3.1. Técnicas de tratamiento orientadas al control de pensamientos ............. 71 
3.1.1. Biblioterapia ................................................................................... 75 
3.2. Técnicas de tratamiento orientadas al control de reacciones 
fisiológicas ............................................................................................... 75 
 6
3.2.1. Entrenamiento en control de la respiración .................................... 76 
3.2.2. Hiperventilación voluntaria ............................................................. 77 
3.2.3. Entrenamiento en relajación .......................................................... 78 
3.2.4. Innervación vagal ........................................................................... 78 
3.2.5. Biorretroalimentación ..................................................................... 79 
3.2.6. Uso de medicamentos para controlar los ataques por pánico ....... 80 
3.3. Técnicas de tratamiento orientadas al control de conductas 
(estrategias de afrontamiento) ................................................................. 82 
3.3.1. Exposición interoceptiva ................................................................ 82 
3.3.1.1. Exposición prolongada en vivo 
 (asistida por el terapeuta) ................................................... 82 
3.3.1.2. Práctica reforzada graduada ............................................... 83 
3.3.1.3. Instrucciones de exposición ................................................ 83 
3.3.1.4. Intención paradójica ............................................................ 84 
3.4. Tratamientos combinados para el control de los ataques por pánico ...... 84 
3.4.1. Resumen de una breve intervención ............................................. 87 
3.5. Aspectos que pueden mitigar el tratamiento ............................................ 88 
 
4. Estructura del taller grupal de tratamiento para el trastorno por pánico ......... 95 
 
4.1. Criterios de inclusión ............................................................................... 95 
4.2. Evaluación inicial ..................................................................................... 95 
4.3. Estructura del taller de tratamiento .......................................................... 99 
4.3.1. Sesión 1 ...................................................................................... 99 
4.3.1.1. Introducción al taller .......................................................... 100 
4.3.1.2. Identificación de síntomas comunes del ataque 
 por pánico ......................................................................... 104 
4.3.1.3. Identificación de los posibles factores desencadenantes 
 7
 del ataque por pánico (problemas vitales) ........................ 107 
4.3.1.4. Modelo cognoscitivo-conductual de las emociones .......... 110 
4.3.1.5. Entrenamiento en respiración lenta ................................... 114 
4.3.1.6. Tarea para casa No. 1 ....................................................... 117 
4.3.2. Sesión 2 ....................................................................................120 
4.3.2.1. Retroalimentación de la tarea para casa No. 1 ................. 120 
4.3.2.2. Exposición con frases para inducir la expresión 
 emocional .......................................................................... 122 
4.3.2.3. Escritura emocional autorreflexiva. Escribiendo sus 
 secretos: encontrando el mecanismo del cambio 
 individual. Ejercicio A ........................................................ 124 
4.3.2.4. Expresión oral de la escritura emocional autorreflexiva. 
 escribiendo sus secretos: encontrando el mecanismo 
 del cambio individual. Ejercicio A ...................................... 127 
4.3.2.5. Práctica de la respiración lenta ......................................... 130 
4.3.2.6. Tarea para casa No. 2 ....................................................... 133 
4.3.3. Sesión 3 .................................................................................... 136 
4.3.3.1. Retroalimentación de la tarea para casa No. 2 ................. 134 
4.3.3.2. Inundación de imágenes ................................................... 138 
4.3.3.3. Reatribución de factores causales del pánico 
 (Modelo cognoscitivo-conductual del ataque 
 por pánico) ........................................................................ 142 
4.3.3.4. Distracción y respuesta racional ....................................... 146 
4.3.3.5. Práctica de la respiración lenta ......................................... 150 
4.3.3.6. Tarea para casa No. 3 ....................................................... 153 
4.3.4. Sesión 4 .................................................................................... 157 
4.3.4.1. Retroalimentación de la tarea para casa No. 3 ................. 157 
4.3.4.2. Escritura emocional autorreflexiva. Escribiendo sus 
 secretos: encontrando el mecanismo del cambio 
 8
 individual. Ejercicio B ........................................................ 159 
4.3.4.3. Expresión oral de la escritura emocional autorreflexiva. 
 escribiendo sus secretos: encontrando el mecanismo 
 del cambio individual. Ejercicio B ...................................... 162 
4.3.4.4. Técnica de relajación “Respiración de emociones” ........... 165 
4.3.4.5. Tarea para casa No. 4 ....................................................... 167 
4.3.5. Sesión 5 .................................................................................... 170 
4.3.5.1. Retroalimentación de la tarea para casa No. 4 ................. 170 
4.3.5.2. Exposición interoceptiva .................................................... 172 
4.3.5.3. Práctica de la respiración lenta ......................................... 177 
4.3.5.4. Tarea para casa No. 5 ....................................................... 180 
4.3.6. Sesión 6 .................................................................................... 183 
4.3.6.1. Retroalimentación de la tarea para casa No. 5 ................. 183 
4.3.6.2. Escritura emocional autorreflexiva. Escribiendo sus 
 secretos: encontrando el mecanismo del cambio 
 individual. Ejercicio C ........................................................ 185 
4.3.6.3. Expresión oral de la escritura emocional autorreflexiva. 
 escribiendo sus secretos: encontrando el mecanismo 
 del cambio individual. Ejercicio C ...................................... 188 
4.3.6.4. Relajación autógena ......................................................... 191 
4.3.6.5. Tarea para casa No. 6 ....................................................... 193 
4.3.7. Sesión 7 .................................................................................... 197 
4.3.7.1. Retroalimentación de la tarea para casa No. 6 ................. 197 
4.3.7.2. Exposición interoceptiva .................................................... 199 
4.3.7.3. Terapia racional emotivo-conductual (TREC) 
 Fundamentos y práctica del ABC ...................................... 203 
4.3.7.4. Autoinstrucciones .............................................................. 208 
4.3.7.5. Tarea para casa No. 7 ....................................................... 211 
 9
4.3.8. Sesión 8 .................................................................................... 215 
4.3.8.1. Retroalimentación de la tarea para casa No. 7 ................. 215 
4.3.8.2. Escritura emocional autorreflexiva. Escribiendo sus 
 secretos: encontrando el mecanismo del cambio 
 individual. Ejercicio D ........................................................ 217 
4.3.8.3. Expresión oral de la escritura emocional autorreflexiva. 
 escribiendo sus secretos: encontrando el mecanismo 
 del cambio individual. Ejercicio D ...................................... 220 
4.3.8.4. Entrenamiento en habilidades sociales ............................. 223 
4.3.8.5. Tarea para casa No. 8 ....................................................... 228 
4.3.9. Sesión 9 .................................................................................... 231 
4.3.9.1. Retroalimentación de la tarea para casa No. 8 ................. 231 
4.3.9.2. Entrenamiento en habilidades sociales ............................. 233 
4.3.9.3. Relajación autógena ......................................................... 237 
4.3.9.4. Tarea para casa No. 9 ....................................................... 239 
4.3.10. Sesión 10 .................................................................................. 242 
4.3.10.1. Retroalimentación de la tarea para casa No. 9 ................. 242 
4.3.10.2. Cómo evitar recaídas. El papel del grupo y la familia 
 en el control del trastorno por pánico ................................ 246 
4.3.10.3. Discusión grupal de experiencias ...................................... 248 
4.3.10.4. Aplicación de pruebas psicométricas (grupal) ................... 250 
4.3.10.5. Despedida ......................................................................... 252 
4.4. Evaluación final ..................................................................................... 252 
 
Conclusiones ..................................................................................................... 257 
Referencias ....................................................................................................... 263 
Anexos .............................................................................................................. 273 
 
 
 11
INTRODUCCIÓN 
 
 
Actualmente a pesar de los avances tecnológicos y científicos que se han 
logrado socialmente, seguimos teniendo una atención deficiente en las 
instituciones publicas (y en ocasiónes también en las privadas) de salud. En 
cuanto a la salud mental, por mucho la calidad de los servicios sigue siendo 
deficiente. 
 
Se sabe que la primera puerta que tocan las personas con trastornos 
mentales (después del brujo, hierbero, sacerdote, etc.; sin menospreciar su valioso 
trabajo) es la medicina general. Sin embargo la detección y/o canalización a los 
servicios especializados es insuficiente, segregando así a los pacientes con 
trastornos psicológicos, de tal modo que el tiempo que pasa entre que el paciente 
identifica sus síntomas y en recibir la ayuda adecuada (si es que ésta llega) es 
considerable, lo que en ocasiones agudiza la gravedad del problema y causa 
fuertes estragos en la calidad de vida de dichas personas. 
 
El trastorno por pánico, es una enfermedad psiquiatrica frecuente que 
puede tener un curso crónico y comportar una morbilidad importante. La ansiedad 
anticipatoria, la evitación y la depresión secundarias a este trastorno son las más 
invalidantes y las que causan mayor gradode disfunción en la calidad de vida y 
normal funcionamiento de las personas que padecen este trastorno. 
 
Es así que el tratamiento de este trastorno en nuestra sociedad implica un 
reto importante para la atención primaria de salud por su elevada ocurrencia, la 
dificultad de su reconocimiento y el alto grado de incapacidad y sufrimiento que 
provoca, en las personas que lo padecen. 
 
Hoy la asistencia que se le brinda a los pacientes con este trastorno utiliza 
una amplia gama de enfoques que se han diseñado para reducir la frecuencia y 
gravedad de los ataques por pánico, así como también la morbilidad alrededor de 
este trastorno, sin embargo la modalidad terapéutica que dispone de un suficiente 
número de pruebas considerables de eficacia en el tratamiento es la terapia 
cognoscitiva-conductual, la cual, tomando en cuenta que el trastorno por pánico 
tiene un fuerte componente de distorsión cognoscitiva, hace uso de diversas 
estrategias (emocionales, conductuales, fisiológicas y cognoscitivas) que ayuden 
al individuo a modificar estas distorsiones en su pensamiento, devolviéndole a la 
persona el control sobre sus ataques y sobre sí mismo. 
 12
 
Sin embargo, a pesar del bagaje teórico y procedimental que la terapia 
cognoscitiva-conductual ha brindado hasta el momento para dar atención al 
trastorno por pánico y otros trastornos por ansiedad, se considera necesario 
esquematizar los procedimientos a seguir en el tratamiento de dichos trastornos, 
con la finalidad de facilitar tanto el entrenamiento a los nuevos terapeutas o 
profesionales que requieren dar atención inmediata a personas que padecen estos 
trastornos, como la posibilidad de replicar dichos procedimientos terapéuticos y 
mejorarlos. Una forma de lograr estos objetivos es el diseño de manuales de 
tratamiento. 
 
La propuesta de este manual de tratamiento cognoscitivo-conductual tiene 
por fin capacitar a profesionales de la salud y estudiantes de psicología que se ven 
en la necesidad de comprender y atender a personas que padecen de trastorno 
por pánico, persiguiendo además que la difusión de este conocimiento llegue a 
impactar el sistema de salud en México, donde se requiere prestar atención 
inmediata a este problema. Reduciendo además los altos costos que genera para 
la sociedad la atención deficiente de este trastorno, ya que como veremos más 
adelante, es el trastorno por pánico uno de los trastornos que generan más uso de 
servicios de salud especializados en el país. 
 
En la primera parte de este manual, usted encontrará el contexto teórico y 
social referente al trastorno por pánico y la metodología de evaluación y 
diagnóstico para este trastorno, después se mostrará al lector el modelo bajo el 
cual se rige esta propuesta de tratamiento, siguiendo con algunas de las 
propuestas procedimentales (técnicas de tratamiento) que para dar atención a 
personas que padecen trastorno por pánico, propone la terapia cognoscitiva-
conductual. Y finalmente, usted encontrará la descripción detallada de las técnicas 
de tratamiento propuestas sesión por sesión para dar atención a personas que 
padecen de trastorno por pánico sin agorafobia. 
 15
TEORÍA, DIAGNÓSTICO Y PREVALENCIA DEL 
TRASTORNO POR PÁNICO1 
 
 
La ansiedad es una experiencia universal de la existencia humana que 
constituye una de las principales fuentes de sufrimiento. Las rutas de la experiencia 
del pánico están profundamente alojadas en nuestros mitos culturales. El dios griego 
Pan, dios de la naturaleza, vivía en un campo gobernando los ríos, bosques, 
riachuelos y varios animales del campo. Pero Pan no lucía el aspecto popular de un 
Dios, era muy bajo de estatura, con piernas parecidas a las de una cabra y muy feo. 
 
Desafortunadamente para los antiguos griegos que viajaban a través de sus 
campos, Pan tenía el hábito de dormitar en una pequeña cueva de maleza cerca del 
camino. Cuando su sueño era interrumpido por alguien que pasaba por ahí, él gritaba 
tan intensamente que hacía que se helara la sangre de quien pasaba y que sus 
cabellos se erizaran hasta la punta. El grito de Pan era tan intenso que muchos 
viajeros murieron petrificados. En ocasiones Pan usaba su único talento para vencer 
a sus enemigos, e incluso los otros dioses fueron sometidos ante su terror y 
estuvieron a su merced (Barlow, 2002). 
 
Pan, era un amante del ruido y del disturbio, se dice que tenía voz ronca. En la 
batalla de Maratón (490 a. C.) los griegos creían que era su ronca voz la que 
obligaba a los persos a huir, así que después de terminada la batalla veneraban a 
Pan en Acrópolis. 
 
La palabra ‘pánico’ viene del griego ‘panikondeima’, esto es, miedo causado 
por la acción del dios Pan (Baker, 1989). 
Muy a pesar de que Pan ha ido desapareciendo lentamente en los mitos, su 
poder es actualmente experimentado por millones de personas en el mundo; lo que 
es llamado ‘panikondeima’ corresponde al momento en que aparece el ataque por 
pánico, es entonces cuando podría decirse que Pan provoca un caos y 
desorganización en la persona al grado tal que puede perder la conciencia sin poder 
controlarlo. 
 
 
1.1. Ansiedad, miedo y fobias 
 
La ansiedad es una emoción humana compleja, esta complejidad ha intentado 
ser develada por muchos investigadores y filósofos; sin embargo, como señala 
Richard Hallam (1992; en Levinson y cols., 1999) las definiciones no siempre 
coinciden con la complejidad y los matices que reportan los clínicos especialistas que 
 
1 En general en México se le conoce como Trastorno de angustia, de acuerdo con la nomenclatura del 
DSM-IV; sin embargo en la Clasificación Internacional de Enfermedades y Problemas de Salud (CIE-
10) se utiliza la palabra pánico en vez de angustia. En este trabajo, se utilizará el término Trastorno 
por Pánico en vez de Trastorno de angustia utilizando además la preposición “por” en lugar de la 
preposición “de”, ya que el trastorno no es perteneciente al Pánico, como significaría el uso de la 
preposición “de”; sino más bien el paciente se trastorna por la presencia del pánico, es así que se 
considera que es de mejor uso la terminología “Trastorno por pánico”. 
 16
trabajan con personas que padecen ansiedad. De acuerdo con Hallam, el término 
ansiedad puede referirse a respuestas conductuales y fisiológicas directamente 
causadas por una situación, una valoración de las respuestas y sus efectos, una 
intención de las personas hacia la situación y una evaluación que la persona realiza 
de los recursos disponibles para hacer frente a dicha situación. Esta descripción 
supone que la ansiedad puede ocurrir aun sin tener físicamente un estímulo que la 
desencadene, es decir la evaluación o interpretación que hace una persona de algún 
evento, objeto, situación o recuerdo, puede generar ansiedad. 
 
La ansiedad también se define como una respuesta adaptativa del organismo 
caracterizada por un conjunto de respuestas fisiológicas, conductuales y 
cognoscitivas que se distinguen por un estado de activación y alerta ante una señal 
inmediata de peligro o ante una amenaza a la integridad física o psicológica de una 
persona. En estas circunstancias se producen sentimientos subjetivos de 
incomodidad, una situación neurofisiológica de activación de los mecanismos de 
control cerebrales y un conjunto de cambios fisiológicos periféricos mediados por el 
sistema nervioso vegetativo2 (aumento del tono simpático) y el sistema endocrino3 
(secreción de hormonas suprarrenales) (Sáis y cols., 2001). 
 
En realidad la ansiedad es una experiencia normal, adaptativa, una forma de 
preparar nuestro organismo y nuestro aparato psíquico para responder de la mejor 
manera ante una circunstancia amenazadora. La ansiedad se convierte en patológica 
cuando deja de ser adaptativa, cuando el peligro al que pretende responder no es 
real o la intensidad de las respuestas que se originan con la ansiedad, afectan en 
gran medida a la persona deteriorando su rendimiento,libertad personal y calidad de 
vida. 
 
Algunos autores (Sáis y cols., 2001) dicen que hay dos tipos de ansiedad, la 
ansiedad endógena y la ansiedad exógena, que desde el punto de vista médico se 
caracterizan por la presencia o ausencia de ataques espontáneos por pánico, más 
adelante se definirán estos con mayor claridad. 
 
2 El sistema nervioso vegetativo recibe la información de las vísceras y del medio interno, para actuar 
sobre sus músculos, glándulas y vasos sanguíneos. Regula funciones como la digestión, circulación 
sanguínea, respiración, y metabolismo, a través de la inervación de la musculatura lisa y de las 
glándulas. 
Se divide funcionalmente en: 1) Sistema simpático: usa adrenalina como neurotransmisor, y lo 
constituye una cadena de ganglios. Y 2) Sistema parasimpático: lo forman los ganglios aislados y usa 
como neurotransmisor a la acetilcolina. 
Simplificando, se dice que el sistema simpático activa todas las funciones orgánicas mientras que el 
sistema parasimpático protege y modera el gasto de energía (Stallman, 2004) 
 
3 El sistema endocrino u hormonal es el encargado de diversas funciones metabólicas del organismo, 
controla la intensidad de funciones químicas en las células, rige el transporte de sustancias a través 
de las membranas celulares y otros aspectos del metabolismo de las células, como crecimiento y 
secreción. 
El sistema endocrino está íntimamente ligado al sistema nervioso, de tal manera que la hipófisis recibe 
estímulos del hipotálamo y la médula suprarrenal del sistema nervioso simpático. A este sistema se le 
llama sistema neuroendocrino. Incluso el sistema inmunitario se encuentra relacionado a este sistema 
neuroendocrino a través de múltiples mensajeros químicos (Stallman, 2004) 
 17
En la ansiedad endógena, aparecen ataques por pánico que en un primer 
momento no tienen relación con las circunstancias del entorno y su evolución sigue 
un curso independiente del ambiente y del carácter de la persona. En estos casos 
suelen existir antecedentes familiares de ataques por pánico y trastornos depresivos 
que han hecho pensar a los investigadores que pudiera tener un factor genético 
asociado. 
 
En la ansiedad exógena, no se presentan ataques por pánico espontáneos, se 
trata de un trastorno predominantemente crónico, en el que la influencia de los 
factores ambientales es notable y no existen datos que permitan pensar en un factor 
hereditario. 
 
La complejidad de esta emoción radica, en parte, en la asociación que esta 
tiene con otras emociones, específicamente el miedo. Carroll Izard (1977; Barlow, 
2002), por ejemplo, ha visto a la ansiedad como un híbrido o una mezcla de 
diferentes emociones, donde el miedo es considerado la emoción dominante de esta 
mezcla. Según Izard, la ansiedad envuelve una combinación de lo que comúnmente 
se consideran las emociones básicas incluida el miedo y dos o más emociones como 
la tristeza, angustia, enojo, vergüenza, culpa y una excitación interesante. Él 
proponía que estas emociones eran componentes variables de un patrón complejo, 
donde la importancia de cada emoción en este patrón de ansiedad variaba 
dependiendo de la persona y su situación de vida como son los factores hereditarios 
y la experiencia de la persona. 
 
De acuerdo con Izard el desarrollo de una personalidad ansiosa resulta de la 
interacción del aprendizaje con las emociones básicas, resultando esta interacción 
en una estructura cognoscitiva-afectiva estable que es denominada un rasgo de la 
persona. Estos “rasgos” resultan de la repetida ocurrencia de patrones particulares 
de interacciones cognoscitivas-afectivas. 
 
Ahora bien, el miedo es una emoción que aparece normalmente en 
situaciones de peligro potencial; en contraste con la ansiedad, el miedo es intenso y 
ocurre cuando el peligro está físicamente presente (Levinson y cols., 1999). Walter 
Cannon (1927; en Levinson y cols., 1999) describió los procesos básicos de miedo 
como son las respuestas de lucha o de huida. Una vez que la persona se da cuenta 
de una amenaza, el sistema simpático del sistema nervioso autónomo se activa, lo 
cual suscita respuestas mentales, conductuales y fisiológicas. Mentalmente la 
persona se preocupa con la amenaza y el modo en que asegurará su seguridad. 
Conductualmente la persona puede paralizarse o intentar escapar. 
 
Fisiológicamente, ocurren diversos cambios que preparan al cuerpo para huir 
o luchar ante el peligro potencial para poder sobrevivir. La epinefrina es liberada para 
favorecer la estimulación del cuerpo a la acción, las pupilas se dilatan para atender a 
la amenaza, la tasa de respiración aumenta al igual que la tasa cardiaca y la presión 
sanguínea para permitir una adecuada distribución de oxigeno al cuerpo. La sangre 
es desviada hacia los músculos (los cuales se tensan para estar listos para la 
acción), las funciones inmunológicas y digestivas son temporalmente inhibidas, el 
 18
hígado libera glucosa para proveer rápidamente de energía al cuerpo y comienza la 
sudoración para enfriar el cuerpo. Estas reacciones de lucha o huida son las 
respuestas normales al peligro, las cuales incrementan la posibilidad de que la 
persona sea capaz de enfrentar la amenaza. En contextos de peligro, el miedo nos 
moviliza físicamente y cognoscitivamente para la acción rápida y algunas veces para 
realizar esfuerzos sobrehumanos. 
 
De acuerdo con Barlow (2002) la manifestación clínica del miedo es evidente 
en los ataques por pánico, algunos pacientes que experimentan estos ataques dicen 
sentir un miedo y terror intensos, pensamientos de muerte y un impulso conductual 
contundente de escapar o “salir corriendo de ahí”. Estos pacientes dicen que este 
impulso es irracional y contraproducente en muchas ocasiones de sus vidas por las 
consecuencias que les trae el hecho de huir de diversas situaciones sociales y 
contrario a lo que se piensa, el hecho de huir de estas situaciones intensifica en 
muchas ocasiones los ataques, esta intensificación contribuye a la evitación fóbica 
en los pacientes con trastornos por ansiedad. 
 
Las fobias tienen muchos elementos en común con el miedo, las personas con 
fobias muestran estas reacciones de lucha o huida regularmente en respuesta a un 
objeto o situación que ellos perciben como amenazante, sin embargo hay algunas 
diferencias. Al igual que en los ataques por pánico, las personas que padecen alguna 
fobia reconocen que su miedo es desproporcionado ante la situación u objeto de 
peligro, es decir, el miedo se presenta con una intensidad exagerada ante el peligro 
real o potencial que el objeto o situación que se temen pueden generar. Muchas de 
estas personas evitan el estímulo fóbico. En casos severos el miedo y la evitación 
interfieren significativamente con la vida de la persona y su funcionamiento. 
 
Los terapeutas conductuales han creído que la presencia de reacciones 
fóbicas puede ser explicada en términos del condicionamiento operante. Mowrer 
(1950, citado por Emmelkamp, 1985) desarrolló una teoría de la adquisición del 
miedo que fue ampliamente aceptada entre los terapeutas conductuales. En esta 
teoría se decía que el miedo que vivenciaba un individuo, estaba condicionado 
clásicamente4 y este condicionamiento lo motivaba para evitar una conducta 
determinada lo que hacia que su miedo se redujera (reforzamiento negativo), así la 
ansiedad y la evitación se presentaban como causalmente ligadas y la evitación 
conductual podía ser reducida tan pronto como la ansiedad fuera eliminada. 
 
 
4 Pavlov (1927; en Chance, 2001) decía que existen dos tipos de reflejos, reflejos incondicionales que 
ocurren más o menos de forma incondicional, estos no están presentes al nacer y deben adquirirse; y 
los reflejos condicionales que dependen de muchas condiciones para que aparezcan y son 
aprendidos. En esta teoría los reflejos incondicionales consisten de un estímulo incondicional(EI) y de 
la respuesta incondicional (RI) que evoca. Un reflejo condicional consiste de un estímulo condicional 
(EC) y la respuesta que evoca de forma confiable, la respuesta condicional (RC). Esta teoría dice que 
cualquier estímulo puede volverse condicional si se le aparea de manera regular con uno 
incondicional, cada apareamiento de EC y EI es un ensayo, y el procedimiento se conoce como 
condicionamiento clásico. 
 
 19
Esta teoría no explicaba la preponderancia de las fobias como la agorafobia u 
otras así como tampoco podía explicar el desarrollo gradual de estas fobias tal como 
se había visto en los pacientes, de tal modo que algunos argumentaron que las 
fobias clínicas pueden desarrollarse a través de aprendizaje vicario5 (Bandura, 1977, 
citado por Emmelkamp, 1985). 
 
Algunos investigadores hablan de que existe una equivalencia entre el miedo y 
el pánico, suponen que la reacción de las personas con fobias específicas cuando 
confrontan el objeto fóbico representa el prototipo de una reacción fuerte de miedo. 
Barlow (2002) reporta que no hay diferencias entre las reacciones experimentadas 
por personas con fobias específicas al confrontar los objetos de miedo y entre las 
personas que experimentan la presencia de ataques por pánico (Barlow, 1988; 
Barlow, 1985; Craske, 1991, Margraf, Taylor, Ehlers, Roth & Agras, 1987; Street, 
Craske & Barlow, 1989). 
 
En resumen, las personas que experimentan respuestas de miedo especifico 
(fobias) por un lado o ataques por pánico por el otro, reportan experiencias subjetivas 
muy similares, incluyendo la sintomatología, las tendencias conductuales similares 
de escape y parecen experimentar los mismos procesos neurobiológicos 
subyacentes, es así que se habla de la equivalencia entre el miedo, las fobias y el 
pánico, sin embargo esta evidencia es fenomenológica y se requiere aun de más 
trabajo con análisis precisos del miedo, las fobias y el pánico, especialmente a nivel 
neurobiológico (Barlow, 2002). 
 
 
1.2. Definición del ataque por pánico6 
 
El pánico es una experiencia subjetiva que se manifiesta con un aumento 
repentino de ansiedad, muchas de las personas que experimentan ataques por 
pánico reportan sentir un terror extremo e intensas ganas de salir huyendo de la 
situación u objeto que causa este terror; una de las causas principales del 
 
5 El aprendizaje vicario puede definirse como un cambio en la conducta de un individuo debido a la 
experiencia de observar a un modelo, por ejemplo Barnett y Benedetti (1960; citados por Chance, 
2001) hicieron un estudio donde una persona modelo era cómplice y fingía recibir choques eléctricos 
poco después de sonar un timbre mientras hay otra persona observándolo, la cual sólo tiene ese 
estímulo visual. Al medir la respuesta galvánica de la piel (medida de excitación emocional) del 
observador pudieron constatar que el timbre se volvió un estímulo condicional para el temor en los 
observadores, aun cuando nunca se les aplicó un choque. Sin embargo es importante resaltar que 
para que ocurra este tipo de aprendizaje el individuo observador debe tener la atención necesaria al 
acontecimiento para poder retener la información que se le presenta y aprender, además de que en 
caso de ser una conducta reproducible (a nivel motriz), la persona debe tener los procesos 
reproductores motores que se requieren para llevar a cabo la conducta modelada. (Bandura, 1965 a 
1986; en Chance, 2001). 
 
6 Lo mismo que en el caso de trastorno por pánico, al ataque por pánico se le conoce en México como 
crisis de angustia sin embargo para continuar con la secuencia propuesta en este trabajo se hará uso 
de la terminología “ataques por pánico” (en el CIE-10 se refieren a este fenómeno como “ataque de 
pánico”, pero se sustituye la preposición “de” por la preposición “por” debido a que el ataque no le 
pertenece al pánico sino se produce por el pánico). 
 20
incremento de la ansiedad que desemboca en pánico, es la hiperventilación, la cual, 
aumenta rápidamente los niveles de oxígeno en la sangre y disminuye los niveles de 
dióxido de carbono, resultando de este desequilibrio en los gases sanguíneos una 
serie de síntomas fisiológicos que intensifican la sensación de miedo en la persona 
que padece el ataque, este aumento en los niveles del miedo, desemboca en la 
sensación de pánico. Más adelante se explicará el modelo que expone este círculo 
vicioso de miedo en el que cae una persona que experimenta un ataque por pánico 
(Capítulo 2). 
 
Un ataque por pánico consiste en una intensa sensación de aprensión o la 
sensación de peligro inminente el cual se presenta repentinamente y está asociado a 
un amplio rango de sensaciones fisiológicas que se generan como consecuencia de 
la hiperventilación. Estas sensaciones incluyen falta de respiración, palpitaciones, 
dolor en el pecho, sofocamiento, mareos, hormigueos en manos y pies, ruborización, 
sudoración, debilidad, temblores y sentimientos de irrealidad (Clark, 1986). 
 
De acuerdo con el DSM-IV7 (APA, 1995), el ataque por pánico se caracteriza 
por la aparición súbita de síntomas de aprensión, miedo pavoroso o terror, 
acompañados habitualmente de sensación de muerte inminente. Durante el ataque 
también aparecen síntomas como falta de aliento, palpitaciones, opresión o malestar 
torácico, sensación de atragantamiento o asfixia y miedo a «volverse loco» o perder 
el control. 
 
El ataque por pánico inicial ha sido conceptualizado por Barlow (2002) como 
un disparo erróneo del ‘sistema de miedo’, que ocurre bajo situaciones estresantes 
de la vida y sólo en individuos que son fisiológicamente vulnerables a la ansiedad. 
Sin embargo, como se verá más adelante, un ataque por pánico aislado no lleva 
necesariamente al desarrollo de un trastorno por pánico. 
 
De acuerdo con Crowe y cols. (1983), Moran & Andrews (1985) y Torgersen 
(1983; citados por Barlow, 2002), un factor de vulnerabilidad biológica, explica la 
elevada concordancia familiar para el trastorno por pánico. 
 
Clark (1988, citado por Barlow, 2002) plantea otro concepto para la explicación 
de que exista una concordancia familiar para el trastorno por pánico y es la 
vulnerabilidad psicológica. 
 
La vulnerabilidad psicológica se define como un conjunto de creencias 
catastróficas o con contenido de peligro sobre los síntomas del pánico y sobre el 
significado de los ataques por pánico en relación con el concepto que el individuo 
tiene sobre sí mismo y sobre el mundo (Craske & Lewin, 1997). 
 
7 Con la necesidad de crear una clasificación de los trastornos mentales, la American Psychiatric 
Association (APA) desarrolló el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM). 
Actualmente se utiliza la edición IV de este manual donde se clasifican a los trastornos mentales, con 
fin de facilitar la investigación y mejorar la comunicación entre los clínicos e investigadores. También 
se ha pretendido que este manual sea una herramienta para la enseñanza de la psicopatología y para 
mejorar la recolección de datos en la información clínica hasta ahora vigente. 
 21
Es decir cuando la persona que vive un ataque por pánico está sintiendo los 
primeros síntomas, lo que piensa es: “Estoy perdiendo el control”, “Voy a volverme 
loco”,…; estos pensamientos tienen un contenido catastrófico acerca de las 
sensaciones fisiológicas normales de su cuerpo. Al igual que aparecen estos 
pensamientos de peligro hay pensamientos como “Esta sensación es incontrolable, 
soy patético y débil por no poder controlar mis emociones”, estos pensamientos 
aparecen como parte del aprendizaje vicario o por transmisión de información que 
proviene de las personas importantes del entorno de la persona, acerca de los 
peligros físicos y mentales (asociados con determinados síntomas corporales), 
incluyendo los estímulos vitales estresantes que estuvieron presentes en el primer 
ataquepor pánico. 
 
Es así que la vulnerabilidad psicológica está ampliamente asociada a la 
información que el individuo tiene con respecto a los peligros físicos y mentales que 
pueden presentarse en su entorno, así la persona reacciona e interpreta estas 
situaciones de acuerdo con esta información que ha aprendido. 
 
 
1.3. Diagnóstico del trastorno por pánico 
 
Los pacientes con trastorno por pánico, generalmente sufren altos niveles de 
discapacidad social, ocupacional y física (Klerman, Weissman, Ouellette, Jonson & 
Greenwald, 1991; León, Portera & Weissman, 1995; Markowitz, Weissman, 
Ouellette, Lish & Klerman, 1989; Siegel, Jones & Wilson, 1990; en Barlow, 2002). 
Varios estudios han mostrado que el trastorno por pánico está asociado con 
consecuencias generales de salud médica como la percepción baja de salud física 
(Anthony, Roth, Swinson, Huta & Devins, 1998; Barsky, Delamater & Orav, 1999; 
Klerman, et. al.,1991; Markowitz, et. al., 1989; Sherbourne, Wells & Judo, 1996; 
citados por Barlow, 2002). Las personas que sufren ataques por pánico son los 
usuarios más frecuentes de los servicios médicos ambulatorios, incluyendo los 
servicios de urgencias, la consulta de los psiquiatras y sobre todo los médicos 
generales (de atención primaria), este trastorno provoca un elevado índice de 
sufrimiento humano, repercusiones en el estilo y calidad de vida de las personas que 
lo padecen y enormes costos a la sociedad. 
 
La escasez de literatura de intervención en crisis con respecto al ataque por 
pánico probablemente se deba al hecho de que los ataques por pánico han sido 
vistos con frecuencia como manifestaciones de emergencia o crisis de otros 
problemas fundamentales. Un medico por ejemplo, generalmente ubicaría un ataque 
por pánico de inmediato en alguna enfermedad crónica, por ejemplo epilepsia del 
lóbulo temporal, un desorden de la arteria coronaria, cuando alguien deja de 
consumir alcohol o tranquilizantes, hipertiroidismo, feocromocitroma, anormalidades 
en la electrólisis, o por medicación de estimulantes como los descongestionantes. 
Estos diagnósticos se complican aun más porque los síntomas de pánico pueden ser 
secundarios en otros trastornos mentales como los trastornos afectivos mayores, 
desordenes de personalidad y en el tratamiento de rehabilitación del alcohol u otras 
sustancias (Datillio, 2001). 
 22
Es quizá debido a esto que se ha realizado poca investigación en México con 
respecto al trastorno por pánico. Generalmente una persona que padece este 
trastorno llega en primer lugar a las salas de urgencias de los hospitales donde la 
atención es particularmente pobre y donde frecuentemente abandonan dicha sala de 
emergencias con una gran insatisfacción que es resultado de la percepción de que 
los médicos desconocen sus necesidades. 
 
Stein y cols. (2004), realizaron un estudio donde evaluaban la calidad de los 
servicios primarios de atención en el caso de los trastornos por ansiedad en tres 
ciudades Los Ángeles, San Diego y Seatle. En la siguiente tabla se presentan los 
resultados de los indicadores de la calidad de servicios más frecuentes que 
encontraron en el caso del trastorno por pánico. 
 
 
Tabla 1. Prevalencia de indicadores de la calidad de los servicios primarios de 
atención en pacientes con Trastorno por pánico (N= 255). 
Indicadores de la calidad del servicio N % 
El Dr. de urgencias recomendó consultar un psicólogo o psiquiatra 110 43.1 
El Dr. de urgencias dio un apoyo psicológico de más de 5 minutos 101 39.6 
Un practicante de salud mental dio un apoyo psicológico en los 3 
meses pasados al uso de urgencias 
68 26.7 
Apoyo psicológico con al menos un componente de la terapia 
cognoscitivo-conductual 
43 16.9 
Apoyo psicológico con al menos tres componentes de la terapia 
cognoscitivo-conductual 
22 8.6 
Alguna droga psicotrópica 163 63.9 
Algún ansiolítico efectivo 123 48.2 
Algún ansiolítico apropiado y efectivo 96 37.6 
Algún ansiolítico apropiado y efectivo por ≤ 6 semanas 76 29.8 
Apoyo psicológico con tres componentes de la terapia 
cognoscitivo-conductual y algún ansiolítico apropiado y efectivo 
durante ≤ 6 semanas 
88 34.6 
 
 
 
Como se muestra en la tabla, el 63.9% de las personas que acudieron a 
urgencias en estos hospitales fueron tratadas con alguna droga psicotrópica (aun 
cuando esta no fuera efectiva para su problema), el 48.2% fueron tratados con algún 
ansiolítico efectivo y a 43.1% de los pacientes se les recomendó consultar a un 
especialista. Mientras que sólo el 8.6% de la población total recibió apoyo psicológico 
con tres componentes de la terapia cognoscitivo-conductual. 
 
Estos resultados indican deficiencias no sólo en la atención dada a las 
personas con trastorno por pánico, sino que también muestra insuficiencias en el 
diagnóstico adecuado, provocando así que en ocasiones se les den 
Fuente: Modificada de Stein, y cols. (2004).
 23
“pseudodiagnósticos” que justifican los síntomas del paciente pero que son erróneos. 
Así, se encuentran personas jóvenes convencidas de padecer un problema de “riego 
cerebral”, “artrosis cervical” o “vértigos”, sin sufrir en realidad más padecimiento que 
la sensación de inestabilidad y temor fóbico típicos del trastorno por pánico (Sáis y 
cols., 2001). 
 
Otro problema al que se enfrentan las personas que realizan el diagnóstico es 
que el trastorno por pánico rara vez se presenta aislado, casi la mitad de las 
personas que padecen este trastorno, presentan comorbilidad con otros trastornos 
psicológicos (60%, Brown, Campbell, Lehman, Grisham & Mancill, 2001; 51%, T. A. 
Brown, Anthony & Barlow, 1995; citados en Withe & Barlow, 2002). Comúnmente son 
otros trastornos por ansiedad los que se encuentran acompañando el trastorno por 
pánico (Goisman, Goldenberg, Vasile & Keller, 1995; Sanderson, Di Nardo, Rapee & 
Barlow, 1990; en Withe & Barlow, 2002; Goodwin y cols., 2004); igualmente 
trastornos del estado de animo (Chen & Dilsaver, 1995; Lesser, et. al., 1988; 
Goodwin y cols., 2004) y trastornos relacionados con el uso de sustancias (Cox, 
Norton, Swinson & Endler, 1990; en Withe & Barlow, 2002; Goodwin y cols., 2004). 
Ayuso (2001), dice que este trastorno se asocia con el mayor riesgo de alcoholismo 
(Goodwin y cols., 2004) y con altas tentativas de suicidio. 
 
Otro tipo de trastornos que pueden estar asociados al trastorno por pánico son 
los trastornos de la personalidad, particularmente trastorno de la personalidad por 
evitación y trastorno por dependencia (Chambless, & Renneberg, 1988; citado por 
Craske & Lewin, 1998; Chambless, Renneberg, Goldstein & Gracely, 1992; Diaferia, 
et. al., 1993; citados por Withe & Barlow, 2002). Los trastornos de la personalidad 
que se observan con más frecuencia son tres del grupo de ansiedad: el de evitación, 
el obsesivo-compulsivo y el dependiente. Además presentan otros trastornos como la 
inestabilidad afectiva (personalidad límite) y la hipersensibilidad a las personas (por 
un trastorno de la personalidad paranoide) (Gorman y cols., 2000). 
 
Además, debido a que en este trastorno existe preocupación frecuente por las 
sensaciones corporales y el miedo de que estas puedan ser indicios de 
enfermedades graves, muchas de las personas que padecen el trastorno por 
ansiedad también pueden presentar síntomas de hipocondría, estos pacientes 
generalmente frecuentan los servicios de urgencias o los médicos buscando 
tranquilizarse. Noyes, Wesner y Fisher (1992; citados en Bados, 1995) realizaron un 
estudio con pacientes que tenían trastorno por pánico con la finalidad de medir sus 
síntomas hipocondríacos, los resultados arrojaron que estos pacientes presentaron 
mayor severidad de síntomas hipocondríacos que personas normales, pero menor 
que los sujetos con fobia a la enfermedad (un subtipo diagnóstico de hipocondría). 
Por otra parte Borden, Clum y Broyles (1989; en Bados, 1995) hallaron una mayor 
puntuación en la escala de hipocondría del MMPI en los pacientes con trastorno por 
pánicocon o sin agorafobia que en los pacientes con otros problemas de ansiedad. 
 
Cómo se comentó, otro problema asociado a este trastorno son los intentos de 
suicidio, se ha reportado una alta ocurrencia de intentos de suicidio o ideación de 
suicidio en pacientes con trastorno por pánico (Cox, Direnfeld, Swinson & Norton, 
 24
1994; Pilowsky y cols., 1999) además de que la presencia de ataques por pánico es 
predictiva del riesgo de suicidio (Clayton, 1993; en Barlow, 2002). Sin embargo 
Friedman y cols. (1992), realizaron un estudio retrospectivo de pacientes con 
trastorno por pánico donde observaron que 25% de los pacientes con trastorno por 
pánico que presentaban comorbilidad con el trastorno límite de la personalidad 
reportaron un intento de suicidio en el pasado, de esta muestra sólo el 2% de las 
personas que presentaban únicamente trastorno por pánico presentaron intentos de 
suicidio en el pasado. Debido a esto se ha pensado que entre las personas con 
trastorno por pánico, los intentos de suicidio tienden a ocurrir generalmente cuando 
se presenta una condición de comorbilidad con otros trastornos; Cox, et. al. (1994) y 
Friedman, et. al. (1992), así como Warshaw, Massion, Peterson, Pratt & Keller (1995; 
citados por Barlow, 2002) han reportado que los trastornos comorbidos que pueden 
influenciar a intentos de suicidio son: los trastornos depresivos, el trastorno límite de 
la personalidad y los trastornos relacionados con el uso de sustancias (Pilowsky y 
cols., 1999). 
 
La existencia de comorbilidad psicológica es importante puesto que puede 
tener implicaciones no sólo en el diagnóstico sino también en el desarrollo del 
trastorno además de que puede generar posibles complicaciones. También influye 
indiscutiblemente en el tipo de intervención a seguir, el curso y los resultados del 
tratamiento recomendado. 
 
En la mayor parte de los pacientes con trastorno por pánico, el tratamiento 
puede realizarse bajo un régimen ambulatorio, es decir que personas que padecen 
este, rara vez requieren hospitalización. Entre los pacientes que pueden requerir un 
tratamiento mediante hospitalización se encuentran por ejemplo, los que sufren una 
depresión asociada, que comportan riesgos de intento de suicidio o los pacientes con 
un trastorno de uso de sustancias asociado (Gorman y cols., 2000). 
 
Los ataques por pánico suelen aparecer en el contexto de diversos trastornos 
por ansiedad. La característica principal de un ataque es la aparición aislada y 
temporal de miedo o malestar de carácter intenso, que se acompaña de al menos 4 
de un total de 13 síntomas somáticos o cognoscitivos (Tabla 2). 
 
 
TABLA 2. Criterios para el diagnóstico del ataque por pánico (APA, 1995). 
 Aparición temporal y aislada de miedo o malestar intensos, acompañada de cuatro (o más) de 
los siguientes síntomas, que se inician bruscamente y alcanzan su máxima expresión en los 
primeros 10 min. 
I. palpitaciones, sacudidas del corazón o elevación de la frecuencia cardiaca 
II. sudoración 
III. temblores o sacudidas 
IV. sensación de ahogo o falta de aliento 
V. sensación de atragantarse 
VI. opresión o malestar torácico 
 25
VII. náuseas o molestias abdominales 
VIII. inestabilidad, mareo o desmayo 
IX. desrealización (sensación de irrealidad) o despersonalización (estar separado de uno 
mismo) 
X. miedo a perder el control o volverse loco 
XI. miedo a morir 
XII. parestesias (sensación de entumecimiento u hormigueo) 
XIII. escalofríos o sofocaciones 
 
 
Al determinar la importancia de los ataques por pánico en el diagnóstico 
diferencial de todos estos trastornos, es necesario considerar el contexto en que 
estos aparecen. Algunos autores (Craske y Lewin, 1997) distinguen tres tipos 
característicos de ataques por pánico, otros autores (Sáiz y cols., 2001) distinguen 
cinco tipos, que se diferencian por el modo de inicio, los síntomas y la presencia o 
ausencia de desencadenantes ambientales, a continuación se presentan estos: 
 
a) Ataques por pánico espontáneos: aparecen sin ningún motivo aparente, es 
decir no se conocen estímulos situacionales desencadenantes. 
b) Ataques por pánico situacionalmente determinados: aparecen más 
probablemente frente a algunas situaciones, es decir, invariablemente se 
identifica un estímulo situacional específico. 
c) Ataques por pánico situacionalmente predispuestos: se producen de forma 
casi inmediata después de la exposición o anticipación a una situación 
específica, es decir que es probable, aunque no de forma invariable, la 
identificación de un estímulo situacional específico como precursor del 
ataque por pánico. 
d) Ataques por pánico nocturnos: son ataques que aparecen en el contexto 
del sueño del individuo, pueden presentarse en el momento de conciliar el 
sueño o durante la noche despertándolo bruscamente. Estos ataques 
suelen ocurrir fuera del sueño REM (Bados, 2000). 
e) Ataques por pánico con síntomas limitados: estos ataques son idénticos a 
cualquier ataque por pánico con la excepción de que se presentan menos 
de cuatro síntomas adicionales a la angustia. Quienes viven este tipo de 
ataques, generalmente también experimentan ataques por pánico 
completos en la evolución del trastorno. 
 
Quizá no haya experiencia más aterradora que el pánico mientras se está 
durmiendo; aproximadamente el 25% de todos las personas que presentaban 
trastorno por pánico en la Clínica de Trastornos de Ansiedad en Albania reportaron 
haber vivido al menos un ataque nocturno por pánico (Barlow, 2002). En otro estudio 
que realizaron Barlow & Craske, 1988b; en Barlow, 2002) donde entrevistaron, a un 
grupo de 41 personas que habían experimentado ataques por pánico nocturnos, 
acerca de la duración de estos ataques, el tiempo de sueño que tenían antes de la 
aparición del ataque, la intensidad de los síntomas y las diferencias entre los ataques 
por pánico nocturnos y diurnos. La mayoría de estos ataques nocturnos ocurrieron 
 26
después de 1 a 4 horas de haber comenzado a dormir (especialmente entre la 
segunda y la tercera hora de sueño), el tiempo durante el cual prevalecen las hondas 
cerebrales lentas, el mismo tiempo reportado por Taylor, Sheik, Agras, Roth, Margraf, 
Ehlers, Maddock & Gossard (1986; citados por Barlow, 2002) quienes encontraron 
que existe un gran índice de ocurrencia de ataques por pánico entre las 1:30 y las 
3:30 a. m. 
 
Existen algunas explicaciones para los ataques por pánico nocturnos, algunos 
investigadores Hauri, Friedman, & Ravaris (1989; citados por Barlow, 2002) y Hauri, 
Friedman, Ravaris, & Fisher (1985; en Barlow, 2002) notaron que las personas con 
ataques por pánico nocturnos tienen mucho movimiento durante el sueño, 
comparado con personas que duermen normalmente y equiparable a personas con 
insomnio psicofisiológico. Uhde (1994; en Barlow, 2002) sugiere que este incremento 
de movimientos durante el sueño se debe a una reacción defensiva que va en contra 
de caer en un estado de relajación profunda lo cual parece desembocar la aparición 
de ataques nocturnos. Esta hipótesis es consistente con la interpretación de Barlow 
(2002) acerca de las causas de los ataques por pánico nocturnos, él supone que 
estos ataques dependen del incremento de vigilancia para evitar las sensaciones 
corporales “potencialmente peligrosas”. 
 
Ahora bien, la presencia de ataques no necesariamente conduce al 
diagnóstico de trastorno por pánico ya que los ataques por pánico aparecen 
comúnmente en poblaciones no clínicas (Norton, Dorward y Cox, 1986; en Moras y 
cols., 1990) y en el contexto de muchos trastornos por ansiedad (Barlow, Vermilyea 
J, Blanchard, Vermilyea BB, Di Nardo y Cerny, 1985; en Moras y cols., 1990). 
 
Los criterios para considerar que se tiene el trastorno por pánico se presentan 
en la siguiente tabla (Tabla 3): 
 
 
TABLA 3. Criterios para el diagnóstico de Trastorno por Pánico (APA, 1995). 
 Se diagnostica trastorno por pánico sí: 
A. Se cumplen (1) y (2):(1) crisis de pánico inesperadas recidivantes 
 
(2) al menos una de las crisis se ha seguido durante 1 mes (o más) de uno (o más) de los 
siguientes síntomas: 
 
(a) inquietud persistente ante la posibilidad de tener más crisis 
(b) preocupación por las implicaciones de la crisis o sus consecuencias (por ej., perder 
el control, sufrir un infarto de miocardio, «volverse loco») 
(c) cambio significativo del comportamiento relacionado con las crisis. 
 
 27
B. Ausencia de agorafobia. 
 
C. Las crisis de pánico no se deben a los efectos fisiológicos directos de una sustancia (p. ej., 
drogas, fármacos) o una enfermedad médica (p. ej., hipertiroidismo). 
 
D. Las crisis de pánico no pueden explicarse mejor por la presencia de otro trastorno mental, 
como por ejemplo fobia social, fobia específica, trastorno obsesivo-compulsivo, trastorno 
por estrés postraumático, o trastorno por ansiedad de separación. 
 
 
Los ataques por pánico que ocurren en un contexto con un curso típico 
constituyen el trastorno por pánico (Moras y cols., 1990). Shear (1988, en Moras y 
cols., 1990) dice que este curso generalmente consiste de un periodo de aumento de 
estrés durante el cual un ataque por pánico inicial ocurre, este es seguido por la 
aparición de ataques por pánico recurrentes y la aparición de ansiedad anticipatoria 
acerca de futuros ataques. La evitación de situaciones en las cuales el ataque ha 
ocurrido a menudo comienza a desarrollarse. 
 
De acuerdo con el DSM-IV (APA, 1995), la característica esencial del trastorno 
por pánico es la presencia de ataques por pánico repetidos e inesperados 
(espontáneos), seguidos de la aparición, durante un período mínimo de un mes, de 
preocupaciones persistentes por la posibilidad de padecer nuevos ataques por 
pánico y por sus posibles implicaciones o consecuencias, es decir, ocurre un cambio 
de comportamiento significativo relacionado con estos ataques. 
 
Para efectuar el diagnóstico de trastorno por pánico se requiere haber 
presentado por lo menos dos ataques inesperados, sin embargo, la mayoría de las 
personas con este trastorno refieren haber padecido un número considerablemente 
mayor. Estos individuos suelen presentar asimismo ataques por pánico más o menos 
relacionados con una situación determinada. Los ataques por pánico 
situacionalmente predispuestos también pueden aparecer, aunque son menos 
frecuentes. La frecuencia y gravedad de los ataques varían ampliamente entre 
pacientes (APA, 1995). 
 
 
1.3.1. Uso de la entrevista como instrumento de evaluación 
 
Históricamente, la entrevista es una de las mediciones más comunes para la 
ansiedad, hoy en día existen algunas entrevistas diagnósticas estructuradas que nos 
ayudan a realizar un diagnóstico arrojando información que no siempre está 
disponible con otros métodos. 
 
Cuando se trata de hacer un el diagnóstico clínico del trastorno por ansiedad 
es recomendable realizar una entrevista semiestructurada que nos brinde 
información tanto de la naturaleza del trastorno y sus consecuencias como de la 
historia clínica del paciente (particularmente de su historia de ataques cardiacos) y 
 28
del uso de medicamentos o sustancias que la persona utiliza al momento de la 
evaluación. Este tipo de entrevistas nos ayudará a descartar posibles trastornos 
físicos que pudieran estar ocasionando los ataques por pánico y dar un diagnóstico 
acertado a la persona, identificando además los trastornos asociados que están 
presentes al momento de la entrevista. 
 
Diferentes autores han propuesto modelos de entrevistas algunas breves y 
otras más extensas con las cuales se puede hacer un diagnóstico acertado a la 
persona que padece trastorno por pánico. Datillio (2001), ha trabajado con personas 
que sufren ataques por pánico y que acuden a los hospitales (salas de emergencias) 
cuando ya se ha presentado uno de estos ataques; durante este trabajo, él ha 
identificado algunas preguntas vitales a cuestionar en estas situaciones de crisis y 
que ayudan a identificar no sólo las causas del ataque que se le ha presentado a la 
persona sino también permite dar una idea amplia de la naturaleza de estos ataques 
y el posible diagnóstico de trastorno por pánico; en la siguiente tabla se muestran las 
preguntas que él propone para intervenciones en crisis. 
 
 
Tabla 4. Preguntas para intervenciones en crisis (Datillio, 2001). 
 
1. ¿Recientemente ha cambiado, ajustado o descontinuado algún medicamento con 
prescripción médica o sin ella? 
2. ¿En los últimos 6 meses ha experimentado algún tipo de enfermedad, muertes, cambios 
en las relaciones de trabajo, o alguna situación financiera? 
3. ¿Recientemente ha ocurrido algún nacimiento, alguna cirugía o algún cambio en sus 
patrones menstruales? 
4. ¿Algún familiar cercano o de su familia de origen ha experimentado síntomas similares a 
estos? 
5. ¿Recientemente ha comenzado o descontinuado el uso de tabaco, drogas o alcohol? 
6. ¿Tiene historia de trastornos médicos, como hipoglucemia, anormalidades cardiacas, 
historia de ataques,…? 
7. ¿Ha experimentado este tipo de síntomas en el pasado? 
8. ¿Actualmente está utilizando algún estimulante, medicina dietética como antidepresivos, 
cocaína, crack,…? 
 
 
Por otra parte, Bados (2000), propone realizar una entrevista general 
semiestructurada donde resalta que debe preguntársele al paciente acerca de los 
tratamientos previos y actuales que ha visitado para intentar solucionar el problema; 
los medicamentos que utiliza en la actualidad y si ha ingresado a hospitales 
psiquiatricos. Además considera muy importante saber con qué fuentes de apoyo 
social cuenta el paciente, algunas preguntas propuestas para identificar esas fuentes 
de apoyo son: 
 
 
 29
Tabla 5. Preguntas para identificar fuentes de apoyo social (Bados, 2000). 
 
1. ¿Quiénes están dispuestos a ayudarle en este proceso del tratamiento y cómo cree que lo 
harían? 
2. ¿Hay alguna persona que podría interferir en el tratamiento? 
3. ¿Qué recursos personales identifica que pueden serle útiles para resolver su problema? 
4. ¿Qué dificultades u obstáculos anticipa en la resolución del problema? 
 
 
Sin embargo una de las entrevistas más utilizadas es la recomendada por 
Spitzer y Williams (1987, en Ayuso, 1988) quienes desarrollaron una entrevista 
estructurada para la identificación de los trastornos de angustia SCID-P. Cabe 
mencionar que en esta entrevista también se presenta una sección donde se evalúa 
al trastorno por pánico con agorafobia, para el conocimiento del lector se presentará 
completa esta entrevista. 
 
 
Tabla 6. Entrevista estructurada para la identificación de los trastornos de angustia 
SCID-P, de Spitzer y Williams (1987; tomado de Ayuso, 1988). 
Entrevista 
 
Criterios de trastorno por 
ataques por pánico 
? = Información inadecuada 
1 = ausente o falso 
2 = subumbral 
3 = umbral o verdadera 
¿Ha tenido usted algún ataque por 
pánico en el que se sintiera 
súbitamente asustado, nervioso o 
extremadamente incómodo? 
 
SI ES SÍ: Cuénteme cómo 
fue. ¿Cuándo ocurre? 
(¿Ha tenido alguno cuando 
no lo esperaba en 
absoluto? 
 
 
 
 
 
 
 
A. En algún momento durante la 
enfermedad, uno o más 
ataques por pánico (periodos 
definidos de incomodidad o 
miedo intensos) que fueron: 
(1) inesperados, es 
decir, no se 
produjeron 
inmediatamente 
antes o al 
exponerse a una 
situación que casi 
siempre causaba 
ansiedad y 
(2) no 
desencadenados 
por situaciones en 
las que el individuo 
constituía el foco 
de atención para 
otras personas. 
? 1 2 3 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
PASAR A 
AGORAFOBIA SIN 
HISTORIA DE 
TRASTORNO POR 
PÁNICO 
 30
¿Ha tenido alguna vez cuatro 
ataques como este en un periodo 
de cuatro semanas? 
 
a. SI ES NO: ¿Le 
preocupaba mucho el 
tener otro ataque? 
(¿Cuánto tiempo duró 
la preocupación? 
B. Al menos cuatro ataques como 
los definidos en criterio A se 
produjeron dentro de un 
periodo de cuatro semanas oa 
uno o más ataques siguió un 
periodo de por lo menos un 
mes con miedo persistente a 
sufrir otro ataque. 
 
? 1 2 3 
 
 
 
 
 
¿Cuándo se produjo el último 
ataque intenso (ESPERADO O 
INESPERADO)? 
 
Ahora voy a preguntarle sobre esa 
crisis. ¿Qué fue lo primero que 
noto? ¿Y luego? 
 
 
Durante esa crisis… 
 
 
 
 
C. Por lo menos cuatro de los 
trece síntomas siguientes 
aparecieron durante al menos 
uno de los ataques: 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
¿Notó que le faltaba la 
respiración? (¿Le 
resultaba difícil tomar 
aire?) 
(1) Falta de aliento 
(disnea) o 
sensación de 
ahogo 
? 1 2 3 
 
¿Se sintió mareado, 
inestable, o como si fuera 
a caer? 
(2) Mareos, sensación 
de inestabilidad, o 
vahídos 
? 1 2 3 
 
¿Notó que el corazón se le 
aceleraba, o como golpes 
en el pecho? 
 
(3) Palpitaciones o 
aceleración del 
ritmo cardiaco 
(taquicardia) 
? 1 2 3 
 
¿Tuvo temblores o 
sacudidas? 
(4) Temblor o 
estremecimientos 
? 1 2 3 
¿Sudó? (5) Sudoración ? 1 2 3 
¿Sintió como si se 
atragantara? 
(6) Atragantarse 
 
? 1 2 3 
 
¿Tuvo náuseas, o el 
estómago revuelto, o la 
sensación de que iba a 
tener diarrea? 
(7) Náuseas o 
molestias 
abdominales 
 
? 1 2 3 
 
 
PASAR A 
AGORAFOBIA SIN 
HISTORIA DE 
TRASTORNO POR 
PÁNICO 
 31
¿Le parecían irreales las 
cosas que le rodeaban, o 
se sintió separado de las 
cosas que le rodeaban, o 
de parte de su cuerpo? 
(8) Despersonalización 
(desrealización). 
? 1 2 3 
¿Notó hormigueo o 
entumecimiento en alguna 
parte de su cuerpo? 
(9) Sensaciones de 
hormigueo o 
entumecimiento 
(parestesias) 
? 1 2 3 
¿Tuvo oleadas de calor o 
escalofríos? 
(10) Oleadas de calor o 
escalofríos 
? 1 2 3 
¿Notó dolor o presión en 
el pecho? 
(11) Dolor en el pecho o 
malestar 
? 1 2 3 
¿Tuvo miedo a poderse 
morir? 
(12) Miedo a morir ? 1 2 3 
¿Temió estar volviéndose 
loco o perder el control? 
(13) Miedo a volverse 
loco o hacer algo 
incontrolado 
? 1 2 3 
 
 
 
 
 
POR LO MENOS CUATRO 
SÍNTOMAS <<C>> SE CODIFICAN 
CON <<3>> 
 
NOTA: ATAQUES CON 
CUATRO O MÁS SÍNTOMAS SON 
ATAQUES POR PÁNICO; CON 
MENOS DE CUATRO SÍNTOMAS 
SON ATAQUES CON SÍNTOMAS 
LIMITADOS (VER EN DSM-IV 
“AGORAFOBIA SIN HISTORIA DE 
ATAQUES POR PÁNICO”). 
 
? 1 2 3 
 
 
 
 
 
 
Cuándo tiene los ataques intensos, 
¿cuánto tiempo transcurre desde 
el comienzo hasta que 
experimenta la mayor parte de los 
síntomas? (¿A menudo menos de 
diez minutos? 
 
D. Durante por lo menos alguno 
de los ataques, al menos cuatro 
síntomas <<C>> aparecieron 
súbitamente y aumentaron en 
intensidad en el lapso de diez 
minutos después del comienzo 
del primer síntoma <<C>> 
apreciado en el ataque. 
? 1 2 3 
 
 
 
 
 
PASAR A 
AGORAFOBIA SIN 
HISTORIA DE 
TRASTORNO POR 
PÁNICO 
PASAR A 
AGORAFOBIA SIN 
HISTORIA DE 
TRASTORNO POR 
PÁNICO 
 32
¿Estaba tomando alguna droga, 
estimulante o medicamento 
inmediatamente antes de empezar 
a tener los ataques por pánico? 
 
SI ES SÍ: ¿Siguió 
teniendo ataques después 
de suspender la toma de 
la sustancia? (¿Por cuánto 
tiempo?) 
E. No se puede establecer que un 
factor orgánico inició y mantuvo 
el trastorno (p. ej., intoxicación 
por anfetaminas o cafeína, 
hipertiroidismo). 
 
NOTA: El prolapso de la válvula 
mitral puede ser una anomalía 
asociada, pero no descarta el 
diagnóstico de trastorno por pánico. 
? 1 2 3 
 
 
 
 
 
¿Estaba usted físicamente 
enfermo? (¿Qué le dijo el 
médico?) 
 
SI ES SÍ: ¿Ha tenido 
alguna vez estas crisis 
cuando no estaba 
tomando alguna droga o 
medicamento, o 
físicamente enfermo? 
NOTA: MARCAR <<3>> SI EL USO 
DE SUSTANCIAS O 
ENFERMEDAD FÍSICA NO 
CONSTITUYERON UN FACTOR 
ETIOLÓGICO PARA LOS 
ATAQUES POR PÁNICO. 
 
LOS CRITERIOS DE TRASTORNO 
POR PÁNICO, A, B, C, D y E SE 
CODIFICAN <<3>>. 
 
 
 
 
 
? 1 2 3 
 
 
 
 
 
 
 
 
Subtipo trastorno por pánico Con agorafobia 
SI NO ES OBVIO POR LA 
REVISIÓN: ¿Hay ciertas 
situaciones o determinados 
lugares que usted evitó por temor 
a sufrir un ataque? 
 
(¿Dígame todas las cosas 
que usted evitó, o que sólo 
podía hacer, cuando 
alguien estaba con usted o 
forzándose a sí mismo?) 
 
¿Qué me dice de… 
 
… estar en casa solo? 
… ir de compras solo a 
unos grandes almacenes? 
… andar solo lejos de 
casa? 
Miedo a estar en lugares o 
situaciones en que la salida puede 
ser difícil (o embarazosa), o en que 
no se puede disponer de ayuda en 
caso de sufrir un ataque por pánico. 
(Incluye casos en que una conducta 
persistente de evitación se origina 
durante una fase activa de trastorno 
por pánico, incluso si el individuo no 
atribuye la conducta de evitación al 
miedo a tener un ataque por 
pánico). Como resultado de este 
miedo, la persona o bien restringe 
los viajes o necesita compañía 
cuando sale de casa, o soporta 
situaciones agorafóbicas a pesar de 
una ansiedad intensa. Las 
situaciones agorafóbicas más 
comunes incluyen estar fuera de 
casa solo, estar entre una multitud 
o en una cola, estar en un puente, 
viajar en autobús, tren o coche. 
? 1 2 3 
 
 
 
 
 
 
 
 
PASAR A 
AGORAFOBIA SIN 
HISTORIA DE 
TRASTORNO POR 
PÁNICO 
PASAR A 
AGORAFOBIA 
SIN HISTORIA 
DE 
TRASTORNO 
POR PÁNICO 
TRASTORNO 
POR PÁNICO 
TRASTORNO 
POR PÁNICO 
SIN 
AGORAFOBIA 
TRASTORNO 
POR PÁNICO 
CON 
AGORAFOBIA
 33
… cruzar solo una calle 
ancha o de mucho 
tránsito? 
… estar solo en un lugar 
concurrido, como un cine, 
una iglesia o un 
restaurante? 
… utilizar transportes 
públicos –como autobús, 
tren o metro– o conducir 
un coche? 
 
SI NO ES OBVIO: ¿Qué 
efecto tiene la evitación 
(SITUACIONES 
AGORAFÓBICAS) en su 
vida? 
 
 
Es conveniente que al entrevistar al paciente no nos centremos 
inmediatamente en los problemas inicialmente presentados por él y explorar también 
la existencia de otros trastornos comorbidos. En algunas ocasiones conviene 
examinar el funcionamiento presente de las áreas básicas (social, familiar, marital, 
sexual, educativa, laboral, económica, de salud y de intereses) del paciente (Bados, 
1995). Otros autores (Emmelkamp, 1982; Jacob y Rapport, 1984; Mathews, Gelder y 
Johnston, 1981/1985; O’Brien y Barlow, 1984; Thorpe y Burns, 1983; citados por 
Bados, 1995) proponen que se evalúe también aspectos como: 
 
 Identificar las situaciones que el paciente evita así como la frecuencia y 
severidad de esta evitación. 
 Descripción, frecuencia, duración y severidad de la ansiedad y de los 
ataques por pánico, así como la existencia de ataques por pánico 
espontáneos. 
 Los pensamientos de la persona respecto a la ansiedad y las 
situaciones temidas. Es fundamental explorar las interpretaciones de 
peligro o catástrofe que el sujeto hace al anticipar las situaciones 
temidas y los ataques por pánico, al experimentar ciertas sensaciones 
corporales y al intentar encontrar una causa del problema. Es útil 
preguntar a la persona en qué medida cree en estas interpretaciones 
(Clark y Salkovskis, 1987; en Bados, 1995). 
 
Una entrevista que contiene algunos de los elementos que sugiere Bados 
(1995), es la entrevista clínica de Peterson, propuesta por Meichenbaum (1988) en 
su Manual de Inoculación al Estrés. Esta entrevista nos permite conocer la 
naturaleza del problema que aqueja a la persona que nos consulta, así como datos 
específicos de las atribuciones de la persona a su problema y lo que espera del 
tratamiento. A continuación se presenta esta entrevista. 
 
 34
Tabla 7. Entrevista clínica de Peterson (tomadade Meichenbaum, 1988) 
I. Definición de la conducta problemática 
 
A. Naturaleza del problema tal como lo define el paciente 
<<Entiendo que ha venido usted aquí porque…>> (Comentar las razones del 
contacto proporcionado por la unidad de referencia o por otra fuente de 
información). <<Me gustaría que se extendiera más sobre esto. ¿Cuál es el 
problema tal como lo ve usted?>> (Sondear cuanto sea necesario para determinar 
la visión que tiene el paciente de la conducta problemática). 
 
B. Gravedad del problema 
 
1. <<¿Cuál es la gravedad del problema hasta ahora, por lo que a usted 
concierne?>> (Sondear para determinar la visión que tiene el paciente 
de la gravedad de la conducta problemática) 
 
2. <<¿Con qué frecuencia (exhibe una conducta problemática)?>> (El 
objetivo es obtener información con respecto a la frecuencia de la 
respuesta). 
 
C. Generalidad del problema 
 
1. Duración 
<<¿Cuánto tiempo hace que tiene este problema?>> 
 
2. Extensión 
<<¿Cuándo suele surgir normalmente el problema?>> (Sondear para 
determinar en qué situaciones se da la conducta problemática, por ejemplo: 
<<¿Se siente así en el trabajo?, ¿y en casa?>> 
 
II. Determinantes de la conducta problemática 
 
A. Condiciones que intensifican la conducta problemática 
<<Ahora quiero que piense en las ocasiones en que (el problema) es peor. ¿Qué 
es lo que ocurre entonces?>> 
 
B. Condiciones que alivian la conducta problemática 
<<¿Qué me dice de las ocasiones en que (el problema) mejora? ¿Qué ocurre 
entonces?>> 
 
C. Orígenes percibidos 
 35
<<¿Cuál cree usted que es la causa (del problema)? 
 
D. Antecedentes específicos 
<<Piense en la última vez en que ocurrió (el problema). ¿Qué sucedía en aquella 
ocasión?>>. Utilizar si se precisa: 
 
1. Influencias sociales 
<<¿Había otras personas a su alrededor? ¿Quiénes? ¿Qué estaban 
haciendo?>> 
 
2. Influencias personales 
<<¿Qué pensaba usted en aquel momento? ¿Qué sentía? 
 
E. Consecuencias específicas 
<<¿Qué sucedió después (de que ocurriera el problema)?>>. Utilizar si se 
precisa: 
 
1. Consecuencias sociales 
<<¿Qué hicieron (las personas importantes para el paciente antes 
identificadas)?>> 
 
2. Consecuencias personales 
<<¿Cómo le hizo sentirse eso?>> 
 
F. Cambios sugeridos 
<<Usted ha pensado mucho (en el problema). ¿Qué cree que podría hacerse para 
mejorar la situación?>> 
 
G. Pautas sugeridas para interrogar más 
<<¿Qué otra cosa cree usted que yo debería averiguar para ayudarle a resolver 
este problema?>> 
<<¿Cómo cambiaría su vida si pudiera aliviar o reducir (la conducta 
problemática)?>> 
<<¿Qué a intentado a fin de aliviar (el problema)? ¿Qué efectos ha surtido?>> 
 
III. Expectativas del paciente ante el taller de tratamiento 
<<¿Qué espera usted que ocurra en nuestras sesiones? ¿Qué le gustaría que 
sucediera?>> 
<<¿Qué sería necesario para cambiar? ¿De qué voluntad depende el resultado del 
adiestramiento?>> 
 36
Meichenbaum (1988), propone que la primera entrevista se realice de una 
manera suave, debido a que gran parte de la información surgirá a medida que los 
pacientes relacionen sus anécdotas y comenten sus reacciones de pánico. El 
proceso de entrevista tiene la finalidad de: 
 
 Incrementar la conciencia de los pacientes acerca de su contribución a 
la reacción de pánico. 
 Evaluar las expectativas de los pacientes acerca del taller. 
 Proporcionar un análisis cognoscitivo-funcional de los determinantes 
internos y externos de las reacciones de pánico, de modo que los 
pacientes puedan ser consientes de las señales que indican el inicio de 
tales reacciones. 
 Examinar los elementos comunes o temas presentes en las situaciones 
de pánico. 
 Considerar con los pacientes el impacto que ejerce el pánico en su vida 
diaria. 
 
A continuación se ofrece una guía de entrevista clínica adaptada de Datillio 
(2001), Bados (2000), Spitzer y Williams (1987; citados por Ayuso, 1988) y Peterson 
(citado por Meichenbaum, 1988) donde se retoman algunos de los aspectos que 
estos autores consideran importantes a cuestionar en una entrevista previa al 
tratamiento. Recuérdese que la información presentada en este manual puede ser 
modificada y adaptada de acuerdo a las expectativas y objetivos de cada terapeuta 
que haga uso del presente, el lector debe sentirse con la libertad de cambiar o 
adecuar la información que crea conveniente. 
 
 
Tabla 8. Entrevista clínica para evaluar el trastorno por pánico 
Datos personales 
 
Nombre: ______________________________________________________________________ 
Edad: ________________________________________________________________________ 
Escolaridad: ___________________________________________________________________ 
Ocupación: ____________________________________________________________________ 
 
Definición del problema 
 
 Naturaleza del problema tal y como lo defina el paciente 
 
Y dígame ¿qué lo trae aquí?... (es importante que se le pida al paciente que se extienda más 
sobre el tema, que se indague acerca de su concepción del problema) 
¿Cuál es el problema tal como lo ve usted?... (sondear cuanto sea necesario para determinar la 
visión que tiene el paciente de la conducta problemática) 
 37
 
 Gravedad del problema 
 
¿Cuál es la gravedad del problema hasta ahora?... ¿qué tan afectado se ha visto usted por 
este problema?… (es importante que se determine la visión que tiene el paciente de la gravedad 
del problema) 
 
Para este momento puede que el paciente ya haya hablado de algunos síntomas que nos 
permitan inducir que hay presencia de ataques por pánico, de ser así, es importante preguntar… 
¿Ha tenido usted algún momento en el que se sintiera súbitamente asustado, nervioso o 
extremadamente incómodo?... si la persona responde que sí, se debe indagar más al 
respecto… ¿Cuénteme, cómo fue?, ¿Cuándo es que ocurren estos ataques (estas crisis)?, 
¿Ha ocurrido alguno de estos ataques (estas crisis) cuando no lo esperaba en absoluto?… 
Y dígame, ¿qué tan frecuente aparecen estos ataques?… En este punto el paciente nos da 
elementos para saber si podemos diagnosticar trastorno por pánico o no… 
 
 Generalidad del problema 
 
¿Hace cuánto tiempo que usted tiene estos ataques?… ¿En el momento en que se presentó 
su primer ataque, había usted cambiado o ajustado el uso de algún medicamento, o droga 
estimulante?… ¿En su vida había ocurrido algún cambio importante como enfermedades, 
muertes, cambios en las relaciones, nacimiento, una cirugía,…? 
 
Actualmente, ¿cuándo suelen ocurrir estos ataques?... ¿Alguna vez ha tenido cuatro 
ataques como este en un periodo de cuatro semanas?…si el paciente dice que no, es 
importante preguntar también… ¿Se sentía preocupado(a) porque otro ataque pudiera 
aparecer?, ¿Cuánto tiempo duró la preocupación?… 
 
 Determinantes del problema 
 
¿Recuerda usted el último ataque intenso que tuvo?… Ahora voy a preguntarle acerca de 
este último ataque ¿qué fue lo primero que notó?… es importante indagar lo más que se 
pueda acerca de este momento y anotar los síntomas que presentó el paciente, se le pueden 
sugerir síntomas, esto nos ayuda a dar un buen diagnóstico de trastorno por pánico… ¿Luego 
qué pasó?, ¿sintió usted como si le faltara la respiración?… mareos, temblores, sudor, 
náuseas, taquicardias, sintió como si se atragantara, sentimientos de irrealidad, 
hormigueos, escalofríos o bochornos, dolor o presión en el pecho, miedo a morir, miedo a 
perder el control o volverse loco,… 
 
Se puede investigar acerca de los antecedentes del problema… ¿Algún familiar cercano o de 
su familia de origen ha presentado síntomas similares a los de usted? 
 
¿Existe alguna circunstancia en que el problema mejore?…, ¿Qué ocurre entonces?… 
indagar acerca de las circunstancias que alivian la conducta problemática y de las situaciones que 
el paciente evita, si se notan indicios de evitación puede preguntarse… ¿Hay situaciones o 
lugares que usted evita por temor a sufrir

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