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“MANUAL PARA EL TRATAMIENTO COGNOSCITIVO-CONDUCTUAL DE PACIENTES CON TRASTORNO POR PÁNICO” T E S I S QUE PARA OBTENER EL TÍTULO DE LICENCIADA EN PSICOLOGÍA PRESENTA ANGÉLICA JUÁREZ LOYA DIRECTOR DE TESIS: PABLO VALDERRAMA ITURBE 2006 UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO FACULTAD DE PSICOLOGÍA UNAM – Dirección General de Bibliotecas Tesis Digitales Restricciones de uso DERECHOS RESERVADOS © PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL Todo el material contenido en esta tesis esta protegido por la Ley Federal del Derecho de Autor (LFDA) de los Estados Unidos Mexicanos (México). El uso de imágenes, fragmentos de videos, y demás material que sea objeto de protección de los derechos de autor, será exclusivamente para fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el respectivo titular de los Derechos de Autor. AGRADECIMIENTOS Gracias a Dios por cruzar por mi camino a maravillosas personas que me han enseñado de sus diversas formas de pensar. Agradezco a mi mamá que es una motivación e inspiración constante en mi crecimiento. Gracias mami por brindarme tu apoyo y comprensión, incluso en momentos donde no estuviste de acuerdo con mi forma de pensar, te amo. Gracias a mi papá quien casi siempre logra sorprenderme y me muestra que el crecimiento humano es posible con esfuerzo y dedicación. Papá creo que eres un gran ser humano y te agradezco por estar a mi lado y apoyarme. Gracias a mi hermano por las innumerables ocasiones que me ha escuchado, por las veces en que filosofamos juntos, lo mismo que nos divertimos. Gracias porque siempre me hablas con la verdad respecto a lo que sientes y me haces sentir una persona especial. Gracias por supuesto a toda mi familia porque han contribuido en mi formación en muchos sentidos. Tío Vicente me hubiera gustado que vieras culminado este esfuerzo, pero donde quiera que estés es también por ti. Gracias a mis amigas y amigos por acompañarme en la travesía de vivir y compartir sus experiencias conmigo, ustedes han dejado parte de sí en mi persona y los quiero. Gracias a Jesús por acompañarme en este proceso, escucharme y ofrecerme a diario razones para sentirme feliz. Mil gracias a mi maestro y amigo Pablo Valderrama, a quien admiro y respeto. Eres una inspiración para mi formación profesional, sin ti no hubiera sido posible este trabajo. Gracias al Dr. Samuel Jurado, a las profesoras Irma Zaldivar, Leticia Bustos y Damaris García por ofrecerme sus conocimientos para mejorar este trabajo. Y gracias especialmente a todos los que integran la Universidad Nacional Autónoma de México, pues sin su trabajo y dedicación no sería posible tener esta institución de alta calidad donde me he formado. 5 ÍNDICE Introducción ........................................................................................................ 11 1. Teoría, diagnóstico y prevalencia del trastorno por pánico ........................... 15 1.1. Ansiedad, miedo y fobias ........................................................................ 15 1.2. Definición del ataque por pánico ............................................................ 19 1.3. Diagnóstico del trastorno por pánico ....................................................... 21 1.3.1. Uso de la entrevista como instrumento de evaluación ................... 27 1.3.2. Escalas de evaluación del trastorno por pánico ............................. 38 1.3.3. Diagnóstico diferencial del trastorno por pánico ............................ 42 1.3.4. Relación del diagnóstico DSM-IV con los Criterios Diagnósticos de la CIE-10 ................................................................................... 44 1.4. Curso del trastorno por pánico ................................................................ 45 1.5. Prevalencia del trastorno por pánico en México ...................................... 48 2. Modelo cognoscitivo-conductual del ataque por pánico ................................. 55 2.1. Modelo cognoscitivo-conductual de las emociones y su importancia en el ataque por pánico ........................................................................... 57 2.2. Modelo del ataque por pánico ................................................................. 61 2.3. Apoyo social en el ataque por pánico ...................................................... 67 3. Tratamiento cognoscitivo-conductual del trastorno por pánico ...................... 71 3.1. Técnicas de tratamiento orientadas al control de pensamientos ............. 71 3.1.1. Biblioterapia ................................................................................... 75 3.2. Técnicas de tratamiento orientadas al control de reacciones fisiológicas ............................................................................................... 75 6 3.2.1. Entrenamiento en control de la respiración .................................... 76 3.2.2. Hiperventilación voluntaria ............................................................. 77 3.2.3. Entrenamiento en relajación .......................................................... 78 3.2.4. Innervación vagal ........................................................................... 78 3.2.5. Biorretroalimentación ..................................................................... 79 3.2.6. Uso de medicamentos para controlar los ataques por pánico ....... 80 3.3. Técnicas de tratamiento orientadas al control de conductas (estrategias de afrontamiento) ................................................................. 82 3.3.1. Exposición interoceptiva ................................................................ 82 3.3.1.1. Exposición prolongada en vivo (asistida por el terapeuta) ................................................... 82 3.3.1.2. Práctica reforzada graduada ............................................... 83 3.3.1.3. Instrucciones de exposición ................................................ 83 3.3.1.4. Intención paradójica ............................................................ 84 3.4. Tratamientos combinados para el control de los ataques por pánico ...... 84 3.4.1. Resumen de una breve intervención ............................................. 87 3.5. Aspectos que pueden mitigar el tratamiento ............................................ 88 4. Estructura del taller grupal de tratamiento para el trastorno por pánico ......... 95 4.1. Criterios de inclusión ............................................................................... 95 4.2. Evaluación inicial ..................................................................................... 95 4.3. Estructura del taller de tratamiento .......................................................... 99 4.3.1. Sesión 1 ...................................................................................... 99 4.3.1.1. Introducción al taller .......................................................... 100 4.3.1.2. Identificación de síntomas comunes del ataque por pánico ......................................................................... 104 4.3.1.3. Identificación de los posibles factores desencadenantes 7 del ataque por pánico (problemas vitales) ........................ 107 4.3.1.4. Modelo cognoscitivo-conductual de las emociones .......... 110 4.3.1.5. Entrenamiento en respiración lenta ................................... 114 4.3.1.6. Tarea para casa No. 1 ....................................................... 117 4.3.2. Sesión 2 ....................................................................................120 4.3.2.1. Retroalimentación de la tarea para casa No. 1 ................. 120 4.3.2.2. Exposición con frases para inducir la expresión emocional .......................................................................... 122 4.3.2.3. Escritura emocional autorreflexiva. Escribiendo sus secretos: encontrando el mecanismo del cambio individual. Ejercicio A ........................................................ 124 4.3.2.4. Expresión oral de la escritura emocional autorreflexiva. escribiendo sus secretos: encontrando el mecanismo del cambio individual. Ejercicio A ...................................... 127 4.3.2.5. Práctica de la respiración lenta ......................................... 130 4.3.2.6. Tarea para casa No. 2 ....................................................... 133 4.3.3. Sesión 3 .................................................................................... 136 4.3.3.1. Retroalimentación de la tarea para casa No. 2 ................. 134 4.3.3.2. Inundación de imágenes ................................................... 138 4.3.3.3. Reatribución de factores causales del pánico (Modelo cognoscitivo-conductual del ataque por pánico) ........................................................................ 142 4.3.3.4. Distracción y respuesta racional ....................................... 146 4.3.3.5. Práctica de la respiración lenta ......................................... 150 4.3.3.6. Tarea para casa No. 3 ....................................................... 153 4.3.4. Sesión 4 .................................................................................... 157 4.3.4.1. Retroalimentación de la tarea para casa No. 3 ................. 157 4.3.4.2. Escritura emocional autorreflexiva. Escribiendo sus secretos: encontrando el mecanismo del cambio 8 individual. Ejercicio B ........................................................ 159 4.3.4.3. Expresión oral de la escritura emocional autorreflexiva. escribiendo sus secretos: encontrando el mecanismo del cambio individual. Ejercicio B ...................................... 162 4.3.4.4. Técnica de relajación “Respiración de emociones” ........... 165 4.3.4.5. Tarea para casa No. 4 ....................................................... 167 4.3.5. Sesión 5 .................................................................................... 170 4.3.5.1. Retroalimentación de la tarea para casa No. 4 ................. 170 4.3.5.2. Exposición interoceptiva .................................................... 172 4.3.5.3. Práctica de la respiración lenta ......................................... 177 4.3.5.4. Tarea para casa No. 5 ....................................................... 180 4.3.6. Sesión 6 .................................................................................... 183 4.3.6.1. Retroalimentación de la tarea para casa No. 5 ................. 183 4.3.6.2. Escritura emocional autorreflexiva. Escribiendo sus secretos: encontrando el mecanismo del cambio individual. Ejercicio C ........................................................ 185 4.3.6.3. Expresión oral de la escritura emocional autorreflexiva. escribiendo sus secretos: encontrando el mecanismo del cambio individual. Ejercicio C ...................................... 188 4.3.6.4. Relajación autógena ......................................................... 191 4.3.6.5. Tarea para casa No. 6 ....................................................... 193 4.3.7. Sesión 7 .................................................................................... 197 4.3.7.1. Retroalimentación de la tarea para casa No. 6 ................. 197 4.3.7.2. Exposición interoceptiva .................................................... 199 4.3.7.3. Terapia racional emotivo-conductual (TREC) Fundamentos y práctica del ABC ...................................... 203 4.3.7.4. Autoinstrucciones .............................................................. 208 4.3.7.5. Tarea para casa No. 7 ....................................................... 211 9 4.3.8. Sesión 8 .................................................................................... 215 4.3.8.1. Retroalimentación de la tarea para casa No. 7 ................. 215 4.3.8.2. Escritura emocional autorreflexiva. Escribiendo sus secretos: encontrando el mecanismo del cambio individual. Ejercicio D ........................................................ 217 4.3.8.3. Expresión oral de la escritura emocional autorreflexiva. escribiendo sus secretos: encontrando el mecanismo del cambio individual. Ejercicio D ...................................... 220 4.3.8.4. Entrenamiento en habilidades sociales ............................. 223 4.3.8.5. Tarea para casa No. 8 ....................................................... 228 4.3.9. Sesión 9 .................................................................................... 231 4.3.9.1. Retroalimentación de la tarea para casa No. 8 ................. 231 4.3.9.2. Entrenamiento en habilidades sociales ............................. 233 4.3.9.3. Relajación autógena ......................................................... 237 4.3.9.4. Tarea para casa No. 9 ....................................................... 239 4.3.10. Sesión 10 .................................................................................. 242 4.3.10.1. Retroalimentación de la tarea para casa No. 9 ................. 242 4.3.10.2. Cómo evitar recaídas. El papel del grupo y la familia en el control del trastorno por pánico ................................ 246 4.3.10.3. Discusión grupal de experiencias ...................................... 248 4.3.10.4. Aplicación de pruebas psicométricas (grupal) ................... 250 4.3.10.5. Despedida ......................................................................... 252 4.4. Evaluación final ..................................................................................... 252 Conclusiones ..................................................................................................... 257 Referencias ....................................................................................................... 263 Anexos .............................................................................................................. 273 11 INTRODUCCIÓN Actualmente a pesar de los avances tecnológicos y científicos que se han logrado socialmente, seguimos teniendo una atención deficiente en las instituciones publicas (y en ocasiónes también en las privadas) de salud. En cuanto a la salud mental, por mucho la calidad de los servicios sigue siendo deficiente. Se sabe que la primera puerta que tocan las personas con trastornos mentales (después del brujo, hierbero, sacerdote, etc.; sin menospreciar su valioso trabajo) es la medicina general. Sin embargo la detección y/o canalización a los servicios especializados es insuficiente, segregando así a los pacientes con trastornos psicológicos, de tal modo que el tiempo que pasa entre que el paciente identifica sus síntomas y en recibir la ayuda adecuada (si es que ésta llega) es considerable, lo que en ocasiones agudiza la gravedad del problema y causa fuertes estragos en la calidad de vida de dichas personas. El trastorno por pánico, es una enfermedad psiquiatrica frecuente que puede tener un curso crónico y comportar una morbilidad importante. La ansiedad anticipatoria, la evitación y la depresión secundarias a este trastorno son las más invalidantes y las que causan mayor gradode disfunción en la calidad de vida y normal funcionamiento de las personas que padecen este trastorno. Es así que el tratamiento de este trastorno en nuestra sociedad implica un reto importante para la atención primaria de salud por su elevada ocurrencia, la dificultad de su reconocimiento y el alto grado de incapacidad y sufrimiento que provoca, en las personas que lo padecen. Hoy la asistencia que se le brinda a los pacientes con este trastorno utiliza una amplia gama de enfoques que se han diseñado para reducir la frecuencia y gravedad de los ataques por pánico, así como también la morbilidad alrededor de este trastorno, sin embargo la modalidad terapéutica que dispone de un suficiente número de pruebas considerables de eficacia en el tratamiento es la terapia cognoscitiva-conductual, la cual, tomando en cuenta que el trastorno por pánico tiene un fuerte componente de distorsión cognoscitiva, hace uso de diversas estrategias (emocionales, conductuales, fisiológicas y cognoscitivas) que ayuden al individuo a modificar estas distorsiones en su pensamiento, devolviéndole a la persona el control sobre sus ataques y sobre sí mismo. 12 Sin embargo, a pesar del bagaje teórico y procedimental que la terapia cognoscitiva-conductual ha brindado hasta el momento para dar atención al trastorno por pánico y otros trastornos por ansiedad, se considera necesario esquematizar los procedimientos a seguir en el tratamiento de dichos trastornos, con la finalidad de facilitar tanto el entrenamiento a los nuevos terapeutas o profesionales que requieren dar atención inmediata a personas que padecen estos trastornos, como la posibilidad de replicar dichos procedimientos terapéuticos y mejorarlos. Una forma de lograr estos objetivos es el diseño de manuales de tratamiento. La propuesta de este manual de tratamiento cognoscitivo-conductual tiene por fin capacitar a profesionales de la salud y estudiantes de psicología que se ven en la necesidad de comprender y atender a personas que padecen de trastorno por pánico, persiguiendo además que la difusión de este conocimiento llegue a impactar el sistema de salud en México, donde se requiere prestar atención inmediata a este problema. Reduciendo además los altos costos que genera para la sociedad la atención deficiente de este trastorno, ya que como veremos más adelante, es el trastorno por pánico uno de los trastornos que generan más uso de servicios de salud especializados en el país. En la primera parte de este manual, usted encontrará el contexto teórico y social referente al trastorno por pánico y la metodología de evaluación y diagnóstico para este trastorno, después se mostrará al lector el modelo bajo el cual se rige esta propuesta de tratamiento, siguiendo con algunas de las propuestas procedimentales (técnicas de tratamiento) que para dar atención a personas que padecen trastorno por pánico, propone la terapia cognoscitiva- conductual. Y finalmente, usted encontrará la descripción detallada de las técnicas de tratamiento propuestas sesión por sesión para dar atención a personas que padecen de trastorno por pánico sin agorafobia. 15 TEORÍA, DIAGNÓSTICO Y PREVALENCIA DEL TRASTORNO POR PÁNICO1 La ansiedad es una experiencia universal de la existencia humana que constituye una de las principales fuentes de sufrimiento. Las rutas de la experiencia del pánico están profundamente alojadas en nuestros mitos culturales. El dios griego Pan, dios de la naturaleza, vivía en un campo gobernando los ríos, bosques, riachuelos y varios animales del campo. Pero Pan no lucía el aspecto popular de un Dios, era muy bajo de estatura, con piernas parecidas a las de una cabra y muy feo. Desafortunadamente para los antiguos griegos que viajaban a través de sus campos, Pan tenía el hábito de dormitar en una pequeña cueva de maleza cerca del camino. Cuando su sueño era interrumpido por alguien que pasaba por ahí, él gritaba tan intensamente que hacía que se helara la sangre de quien pasaba y que sus cabellos se erizaran hasta la punta. El grito de Pan era tan intenso que muchos viajeros murieron petrificados. En ocasiones Pan usaba su único talento para vencer a sus enemigos, e incluso los otros dioses fueron sometidos ante su terror y estuvieron a su merced (Barlow, 2002). Pan, era un amante del ruido y del disturbio, se dice que tenía voz ronca. En la batalla de Maratón (490 a. C.) los griegos creían que era su ronca voz la que obligaba a los persos a huir, así que después de terminada la batalla veneraban a Pan en Acrópolis. La palabra ‘pánico’ viene del griego ‘panikondeima’, esto es, miedo causado por la acción del dios Pan (Baker, 1989). Muy a pesar de que Pan ha ido desapareciendo lentamente en los mitos, su poder es actualmente experimentado por millones de personas en el mundo; lo que es llamado ‘panikondeima’ corresponde al momento en que aparece el ataque por pánico, es entonces cuando podría decirse que Pan provoca un caos y desorganización en la persona al grado tal que puede perder la conciencia sin poder controlarlo. 1.1. Ansiedad, miedo y fobias La ansiedad es una emoción humana compleja, esta complejidad ha intentado ser develada por muchos investigadores y filósofos; sin embargo, como señala Richard Hallam (1992; en Levinson y cols., 1999) las definiciones no siempre coinciden con la complejidad y los matices que reportan los clínicos especialistas que 1 En general en México se le conoce como Trastorno de angustia, de acuerdo con la nomenclatura del DSM-IV; sin embargo en la Clasificación Internacional de Enfermedades y Problemas de Salud (CIE- 10) se utiliza la palabra pánico en vez de angustia. En este trabajo, se utilizará el término Trastorno por Pánico en vez de Trastorno de angustia utilizando además la preposición “por” en lugar de la preposición “de”, ya que el trastorno no es perteneciente al Pánico, como significaría el uso de la preposición “de”; sino más bien el paciente se trastorna por la presencia del pánico, es así que se considera que es de mejor uso la terminología “Trastorno por pánico”. 16 trabajan con personas que padecen ansiedad. De acuerdo con Hallam, el término ansiedad puede referirse a respuestas conductuales y fisiológicas directamente causadas por una situación, una valoración de las respuestas y sus efectos, una intención de las personas hacia la situación y una evaluación que la persona realiza de los recursos disponibles para hacer frente a dicha situación. Esta descripción supone que la ansiedad puede ocurrir aun sin tener físicamente un estímulo que la desencadene, es decir la evaluación o interpretación que hace una persona de algún evento, objeto, situación o recuerdo, puede generar ansiedad. La ansiedad también se define como una respuesta adaptativa del organismo caracterizada por un conjunto de respuestas fisiológicas, conductuales y cognoscitivas que se distinguen por un estado de activación y alerta ante una señal inmediata de peligro o ante una amenaza a la integridad física o psicológica de una persona. En estas circunstancias se producen sentimientos subjetivos de incomodidad, una situación neurofisiológica de activación de los mecanismos de control cerebrales y un conjunto de cambios fisiológicos periféricos mediados por el sistema nervioso vegetativo2 (aumento del tono simpático) y el sistema endocrino3 (secreción de hormonas suprarrenales) (Sáis y cols., 2001). En realidad la ansiedad es una experiencia normal, adaptativa, una forma de preparar nuestro organismo y nuestro aparato psíquico para responder de la mejor manera ante una circunstancia amenazadora. La ansiedad se convierte en patológica cuando deja de ser adaptativa, cuando el peligro al que pretende responder no es real o la intensidad de las respuestas que se originan con la ansiedad, afectan en gran medida a la persona deteriorando su rendimiento,libertad personal y calidad de vida. Algunos autores (Sáis y cols., 2001) dicen que hay dos tipos de ansiedad, la ansiedad endógena y la ansiedad exógena, que desde el punto de vista médico se caracterizan por la presencia o ausencia de ataques espontáneos por pánico, más adelante se definirán estos con mayor claridad. 2 El sistema nervioso vegetativo recibe la información de las vísceras y del medio interno, para actuar sobre sus músculos, glándulas y vasos sanguíneos. Regula funciones como la digestión, circulación sanguínea, respiración, y metabolismo, a través de la inervación de la musculatura lisa y de las glándulas. Se divide funcionalmente en: 1) Sistema simpático: usa adrenalina como neurotransmisor, y lo constituye una cadena de ganglios. Y 2) Sistema parasimpático: lo forman los ganglios aislados y usa como neurotransmisor a la acetilcolina. Simplificando, se dice que el sistema simpático activa todas las funciones orgánicas mientras que el sistema parasimpático protege y modera el gasto de energía (Stallman, 2004) 3 El sistema endocrino u hormonal es el encargado de diversas funciones metabólicas del organismo, controla la intensidad de funciones químicas en las células, rige el transporte de sustancias a través de las membranas celulares y otros aspectos del metabolismo de las células, como crecimiento y secreción. El sistema endocrino está íntimamente ligado al sistema nervioso, de tal manera que la hipófisis recibe estímulos del hipotálamo y la médula suprarrenal del sistema nervioso simpático. A este sistema se le llama sistema neuroendocrino. Incluso el sistema inmunitario se encuentra relacionado a este sistema neuroendocrino a través de múltiples mensajeros químicos (Stallman, 2004) 17 En la ansiedad endógena, aparecen ataques por pánico que en un primer momento no tienen relación con las circunstancias del entorno y su evolución sigue un curso independiente del ambiente y del carácter de la persona. En estos casos suelen existir antecedentes familiares de ataques por pánico y trastornos depresivos que han hecho pensar a los investigadores que pudiera tener un factor genético asociado. En la ansiedad exógena, no se presentan ataques por pánico espontáneos, se trata de un trastorno predominantemente crónico, en el que la influencia de los factores ambientales es notable y no existen datos que permitan pensar en un factor hereditario. La complejidad de esta emoción radica, en parte, en la asociación que esta tiene con otras emociones, específicamente el miedo. Carroll Izard (1977; Barlow, 2002), por ejemplo, ha visto a la ansiedad como un híbrido o una mezcla de diferentes emociones, donde el miedo es considerado la emoción dominante de esta mezcla. Según Izard, la ansiedad envuelve una combinación de lo que comúnmente se consideran las emociones básicas incluida el miedo y dos o más emociones como la tristeza, angustia, enojo, vergüenza, culpa y una excitación interesante. Él proponía que estas emociones eran componentes variables de un patrón complejo, donde la importancia de cada emoción en este patrón de ansiedad variaba dependiendo de la persona y su situación de vida como son los factores hereditarios y la experiencia de la persona. De acuerdo con Izard el desarrollo de una personalidad ansiosa resulta de la interacción del aprendizaje con las emociones básicas, resultando esta interacción en una estructura cognoscitiva-afectiva estable que es denominada un rasgo de la persona. Estos “rasgos” resultan de la repetida ocurrencia de patrones particulares de interacciones cognoscitivas-afectivas. Ahora bien, el miedo es una emoción que aparece normalmente en situaciones de peligro potencial; en contraste con la ansiedad, el miedo es intenso y ocurre cuando el peligro está físicamente presente (Levinson y cols., 1999). Walter Cannon (1927; en Levinson y cols., 1999) describió los procesos básicos de miedo como son las respuestas de lucha o de huida. Una vez que la persona se da cuenta de una amenaza, el sistema simpático del sistema nervioso autónomo se activa, lo cual suscita respuestas mentales, conductuales y fisiológicas. Mentalmente la persona se preocupa con la amenaza y el modo en que asegurará su seguridad. Conductualmente la persona puede paralizarse o intentar escapar. Fisiológicamente, ocurren diversos cambios que preparan al cuerpo para huir o luchar ante el peligro potencial para poder sobrevivir. La epinefrina es liberada para favorecer la estimulación del cuerpo a la acción, las pupilas se dilatan para atender a la amenaza, la tasa de respiración aumenta al igual que la tasa cardiaca y la presión sanguínea para permitir una adecuada distribución de oxigeno al cuerpo. La sangre es desviada hacia los músculos (los cuales se tensan para estar listos para la acción), las funciones inmunológicas y digestivas son temporalmente inhibidas, el 18 hígado libera glucosa para proveer rápidamente de energía al cuerpo y comienza la sudoración para enfriar el cuerpo. Estas reacciones de lucha o huida son las respuestas normales al peligro, las cuales incrementan la posibilidad de que la persona sea capaz de enfrentar la amenaza. En contextos de peligro, el miedo nos moviliza físicamente y cognoscitivamente para la acción rápida y algunas veces para realizar esfuerzos sobrehumanos. De acuerdo con Barlow (2002) la manifestación clínica del miedo es evidente en los ataques por pánico, algunos pacientes que experimentan estos ataques dicen sentir un miedo y terror intensos, pensamientos de muerte y un impulso conductual contundente de escapar o “salir corriendo de ahí”. Estos pacientes dicen que este impulso es irracional y contraproducente en muchas ocasiones de sus vidas por las consecuencias que les trae el hecho de huir de diversas situaciones sociales y contrario a lo que se piensa, el hecho de huir de estas situaciones intensifica en muchas ocasiones los ataques, esta intensificación contribuye a la evitación fóbica en los pacientes con trastornos por ansiedad. Las fobias tienen muchos elementos en común con el miedo, las personas con fobias muestran estas reacciones de lucha o huida regularmente en respuesta a un objeto o situación que ellos perciben como amenazante, sin embargo hay algunas diferencias. Al igual que en los ataques por pánico, las personas que padecen alguna fobia reconocen que su miedo es desproporcionado ante la situación u objeto de peligro, es decir, el miedo se presenta con una intensidad exagerada ante el peligro real o potencial que el objeto o situación que se temen pueden generar. Muchas de estas personas evitan el estímulo fóbico. En casos severos el miedo y la evitación interfieren significativamente con la vida de la persona y su funcionamiento. Los terapeutas conductuales han creído que la presencia de reacciones fóbicas puede ser explicada en términos del condicionamiento operante. Mowrer (1950, citado por Emmelkamp, 1985) desarrolló una teoría de la adquisición del miedo que fue ampliamente aceptada entre los terapeutas conductuales. En esta teoría se decía que el miedo que vivenciaba un individuo, estaba condicionado clásicamente4 y este condicionamiento lo motivaba para evitar una conducta determinada lo que hacia que su miedo se redujera (reforzamiento negativo), así la ansiedad y la evitación se presentaban como causalmente ligadas y la evitación conductual podía ser reducida tan pronto como la ansiedad fuera eliminada. 4 Pavlov (1927; en Chance, 2001) decía que existen dos tipos de reflejos, reflejos incondicionales que ocurren más o menos de forma incondicional, estos no están presentes al nacer y deben adquirirse; y los reflejos condicionales que dependen de muchas condiciones para que aparezcan y son aprendidos. En esta teoría los reflejos incondicionales consisten de un estímulo incondicional(EI) y de la respuesta incondicional (RI) que evoca. Un reflejo condicional consiste de un estímulo condicional (EC) y la respuesta que evoca de forma confiable, la respuesta condicional (RC). Esta teoría dice que cualquier estímulo puede volverse condicional si se le aparea de manera regular con uno incondicional, cada apareamiento de EC y EI es un ensayo, y el procedimiento se conoce como condicionamiento clásico. 19 Esta teoría no explicaba la preponderancia de las fobias como la agorafobia u otras así como tampoco podía explicar el desarrollo gradual de estas fobias tal como se había visto en los pacientes, de tal modo que algunos argumentaron que las fobias clínicas pueden desarrollarse a través de aprendizaje vicario5 (Bandura, 1977, citado por Emmelkamp, 1985). Algunos investigadores hablan de que existe una equivalencia entre el miedo y el pánico, suponen que la reacción de las personas con fobias específicas cuando confrontan el objeto fóbico representa el prototipo de una reacción fuerte de miedo. Barlow (2002) reporta que no hay diferencias entre las reacciones experimentadas por personas con fobias específicas al confrontar los objetos de miedo y entre las personas que experimentan la presencia de ataques por pánico (Barlow, 1988; Barlow, 1985; Craske, 1991, Margraf, Taylor, Ehlers, Roth & Agras, 1987; Street, Craske & Barlow, 1989). En resumen, las personas que experimentan respuestas de miedo especifico (fobias) por un lado o ataques por pánico por el otro, reportan experiencias subjetivas muy similares, incluyendo la sintomatología, las tendencias conductuales similares de escape y parecen experimentar los mismos procesos neurobiológicos subyacentes, es así que se habla de la equivalencia entre el miedo, las fobias y el pánico, sin embargo esta evidencia es fenomenológica y se requiere aun de más trabajo con análisis precisos del miedo, las fobias y el pánico, especialmente a nivel neurobiológico (Barlow, 2002). 1.2. Definición del ataque por pánico6 El pánico es una experiencia subjetiva que se manifiesta con un aumento repentino de ansiedad, muchas de las personas que experimentan ataques por pánico reportan sentir un terror extremo e intensas ganas de salir huyendo de la situación u objeto que causa este terror; una de las causas principales del 5 El aprendizaje vicario puede definirse como un cambio en la conducta de un individuo debido a la experiencia de observar a un modelo, por ejemplo Barnett y Benedetti (1960; citados por Chance, 2001) hicieron un estudio donde una persona modelo era cómplice y fingía recibir choques eléctricos poco después de sonar un timbre mientras hay otra persona observándolo, la cual sólo tiene ese estímulo visual. Al medir la respuesta galvánica de la piel (medida de excitación emocional) del observador pudieron constatar que el timbre se volvió un estímulo condicional para el temor en los observadores, aun cuando nunca se les aplicó un choque. Sin embargo es importante resaltar que para que ocurra este tipo de aprendizaje el individuo observador debe tener la atención necesaria al acontecimiento para poder retener la información que se le presenta y aprender, además de que en caso de ser una conducta reproducible (a nivel motriz), la persona debe tener los procesos reproductores motores que se requieren para llevar a cabo la conducta modelada. (Bandura, 1965 a 1986; en Chance, 2001). 6 Lo mismo que en el caso de trastorno por pánico, al ataque por pánico se le conoce en México como crisis de angustia sin embargo para continuar con la secuencia propuesta en este trabajo se hará uso de la terminología “ataques por pánico” (en el CIE-10 se refieren a este fenómeno como “ataque de pánico”, pero se sustituye la preposición “de” por la preposición “por” debido a que el ataque no le pertenece al pánico sino se produce por el pánico). 20 incremento de la ansiedad que desemboca en pánico, es la hiperventilación, la cual, aumenta rápidamente los niveles de oxígeno en la sangre y disminuye los niveles de dióxido de carbono, resultando de este desequilibrio en los gases sanguíneos una serie de síntomas fisiológicos que intensifican la sensación de miedo en la persona que padece el ataque, este aumento en los niveles del miedo, desemboca en la sensación de pánico. Más adelante se explicará el modelo que expone este círculo vicioso de miedo en el que cae una persona que experimenta un ataque por pánico (Capítulo 2). Un ataque por pánico consiste en una intensa sensación de aprensión o la sensación de peligro inminente el cual se presenta repentinamente y está asociado a un amplio rango de sensaciones fisiológicas que se generan como consecuencia de la hiperventilación. Estas sensaciones incluyen falta de respiración, palpitaciones, dolor en el pecho, sofocamiento, mareos, hormigueos en manos y pies, ruborización, sudoración, debilidad, temblores y sentimientos de irrealidad (Clark, 1986). De acuerdo con el DSM-IV7 (APA, 1995), el ataque por pánico se caracteriza por la aparición súbita de síntomas de aprensión, miedo pavoroso o terror, acompañados habitualmente de sensación de muerte inminente. Durante el ataque también aparecen síntomas como falta de aliento, palpitaciones, opresión o malestar torácico, sensación de atragantamiento o asfixia y miedo a «volverse loco» o perder el control. El ataque por pánico inicial ha sido conceptualizado por Barlow (2002) como un disparo erróneo del ‘sistema de miedo’, que ocurre bajo situaciones estresantes de la vida y sólo en individuos que son fisiológicamente vulnerables a la ansiedad. Sin embargo, como se verá más adelante, un ataque por pánico aislado no lleva necesariamente al desarrollo de un trastorno por pánico. De acuerdo con Crowe y cols. (1983), Moran & Andrews (1985) y Torgersen (1983; citados por Barlow, 2002), un factor de vulnerabilidad biológica, explica la elevada concordancia familiar para el trastorno por pánico. Clark (1988, citado por Barlow, 2002) plantea otro concepto para la explicación de que exista una concordancia familiar para el trastorno por pánico y es la vulnerabilidad psicológica. La vulnerabilidad psicológica se define como un conjunto de creencias catastróficas o con contenido de peligro sobre los síntomas del pánico y sobre el significado de los ataques por pánico en relación con el concepto que el individuo tiene sobre sí mismo y sobre el mundo (Craske & Lewin, 1997). 7 Con la necesidad de crear una clasificación de los trastornos mentales, la American Psychiatric Association (APA) desarrolló el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM). Actualmente se utiliza la edición IV de este manual donde se clasifican a los trastornos mentales, con fin de facilitar la investigación y mejorar la comunicación entre los clínicos e investigadores. También se ha pretendido que este manual sea una herramienta para la enseñanza de la psicopatología y para mejorar la recolección de datos en la información clínica hasta ahora vigente. 21 Es decir cuando la persona que vive un ataque por pánico está sintiendo los primeros síntomas, lo que piensa es: “Estoy perdiendo el control”, “Voy a volverme loco”,…; estos pensamientos tienen un contenido catastrófico acerca de las sensaciones fisiológicas normales de su cuerpo. Al igual que aparecen estos pensamientos de peligro hay pensamientos como “Esta sensación es incontrolable, soy patético y débil por no poder controlar mis emociones”, estos pensamientos aparecen como parte del aprendizaje vicario o por transmisión de información que proviene de las personas importantes del entorno de la persona, acerca de los peligros físicos y mentales (asociados con determinados síntomas corporales), incluyendo los estímulos vitales estresantes que estuvieron presentes en el primer ataquepor pánico. Es así que la vulnerabilidad psicológica está ampliamente asociada a la información que el individuo tiene con respecto a los peligros físicos y mentales que pueden presentarse en su entorno, así la persona reacciona e interpreta estas situaciones de acuerdo con esta información que ha aprendido. 1.3. Diagnóstico del trastorno por pánico Los pacientes con trastorno por pánico, generalmente sufren altos niveles de discapacidad social, ocupacional y física (Klerman, Weissman, Ouellette, Jonson & Greenwald, 1991; León, Portera & Weissman, 1995; Markowitz, Weissman, Ouellette, Lish & Klerman, 1989; Siegel, Jones & Wilson, 1990; en Barlow, 2002). Varios estudios han mostrado que el trastorno por pánico está asociado con consecuencias generales de salud médica como la percepción baja de salud física (Anthony, Roth, Swinson, Huta & Devins, 1998; Barsky, Delamater & Orav, 1999; Klerman, et. al.,1991; Markowitz, et. al., 1989; Sherbourne, Wells & Judo, 1996; citados por Barlow, 2002). Las personas que sufren ataques por pánico son los usuarios más frecuentes de los servicios médicos ambulatorios, incluyendo los servicios de urgencias, la consulta de los psiquiatras y sobre todo los médicos generales (de atención primaria), este trastorno provoca un elevado índice de sufrimiento humano, repercusiones en el estilo y calidad de vida de las personas que lo padecen y enormes costos a la sociedad. La escasez de literatura de intervención en crisis con respecto al ataque por pánico probablemente se deba al hecho de que los ataques por pánico han sido vistos con frecuencia como manifestaciones de emergencia o crisis de otros problemas fundamentales. Un medico por ejemplo, generalmente ubicaría un ataque por pánico de inmediato en alguna enfermedad crónica, por ejemplo epilepsia del lóbulo temporal, un desorden de la arteria coronaria, cuando alguien deja de consumir alcohol o tranquilizantes, hipertiroidismo, feocromocitroma, anormalidades en la electrólisis, o por medicación de estimulantes como los descongestionantes. Estos diagnósticos se complican aun más porque los síntomas de pánico pueden ser secundarios en otros trastornos mentales como los trastornos afectivos mayores, desordenes de personalidad y en el tratamiento de rehabilitación del alcohol u otras sustancias (Datillio, 2001). 22 Es quizá debido a esto que se ha realizado poca investigación en México con respecto al trastorno por pánico. Generalmente una persona que padece este trastorno llega en primer lugar a las salas de urgencias de los hospitales donde la atención es particularmente pobre y donde frecuentemente abandonan dicha sala de emergencias con una gran insatisfacción que es resultado de la percepción de que los médicos desconocen sus necesidades. Stein y cols. (2004), realizaron un estudio donde evaluaban la calidad de los servicios primarios de atención en el caso de los trastornos por ansiedad en tres ciudades Los Ángeles, San Diego y Seatle. En la siguiente tabla se presentan los resultados de los indicadores de la calidad de servicios más frecuentes que encontraron en el caso del trastorno por pánico. Tabla 1. Prevalencia de indicadores de la calidad de los servicios primarios de atención en pacientes con Trastorno por pánico (N= 255). Indicadores de la calidad del servicio N % El Dr. de urgencias recomendó consultar un psicólogo o psiquiatra 110 43.1 El Dr. de urgencias dio un apoyo psicológico de más de 5 minutos 101 39.6 Un practicante de salud mental dio un apoyo psicológico en los 3 meses pasados al uso de urgencias 68 26.7 Apoyo psicológico con al menos un componente de la terapia cognoscitivo-conductual 43 16.9 Apoyo psicológico con al menos tres componentes de la terapia cognoscitivo-conductual 22 8.6 Alguna droga psicotrópica 163 63.9 Algún ansiolítico efectivo 123 48.2 Algún ansiolítico apropiado y efectivo 96 37.6 Algún ansiolítico apropiado y efectivo por ≤ 6 semanas 76 29.8 Apoyo psicológico con tres componentes de la terapia cognoscitivo-conductual y algún ansiolítico apropiado y efectivo durante ≤ 6 semanas 88 34.6 Como se muestra en la tabla, el 63.9% de las personas que acudieron a urgencias en estos hospitales fueron tratadas con alguna droga psicotrópica (aun cuando esta no fuera efectiva para su problema), el 48.2% fueron tratados con algún ansiolítico efectivo y a 43.1% de los pacientes se les recomendó consultar a un especialista. Mientras que sólo el 8.6% de la población total recibió apoyo psicológico con tres componentes de la terapia cognoscitivo-conductual. Estos resultados indican deficiencias no sólo en la atención dada a las personas con trastorno por pánico, sino que también muestra insuficiencias en el diagnóstico adecuado, provocando así que en ocasiones se les den Fuente: Modificada de Stein, y cols. (2004). 23 “pseudodiagnósticos” que justifican los síntomas del paciente pero que son erróneos. Así, se encuentran personas jóvenes convencidas de padecer un problema de “riego cerebral”, “artrosis cervical” o “vértigos”, sin sufrir en realidad más padecimiento que la sensación de inestabilidad y temor fóbico típicos del trastorno por pánico (Sáis y cols., 2001). Otro problema al que se enfrentan las personas que realizan el diagnóstico es que el trastorno por pánico rara vez se presenta aislado, casi la mitad de las personas que padecen este trastorno, presentan comorbilidad con otros trastornos psicológicos (60%, Brown, Campbell, Lehman, Grisham & Mancill, 2001; 51%, T. A. Brown, Anthony & Barlow, 1995; citados en Withe & Barlow, 2002). Comúnmente son otros trastornos por ansiedad los que se encuentran acompañando el trastorno por pánico (Goisman, Goldenberg, Vasile & Keller, 1995; Sanderson, Di Nardo, Rapee & Barlow, 1990; en Withe & Barlow, 2002; Goodwin y cols., 2004); igualmente trastornos del estado de animo (Chen & Dilsaver, 1995; Lesser, et. al., 1988; Goodwin y cols., 2004) y trastornos relacionados con el uso de sustancias (Cox, Norton, Swinson & Endler, 1990; en Withe & Barlow, 2002; Goodwin y cols., 2004). Ayuso (2001), dice que este trastorno se asocia con el mayor riesgo de alcoholismo (Goodwin y cols., 2004) y con altas tentativas de suicidio. Otro tipo de trastornos que pueden estar asociados al trastorno por pánico son los trastornos de la personalidad, particularmente trastorno de la personalidad por evitación y trastorno por dependencia (Chambless, & Renneberg, 1988; citado por Craske & Lewin, 1998; Chambless, Renneberg, Goldstein & Gracely, 1992; Diaferia, et. al., 1993; citados por Withe & Barlow, 2002). Los trastornos de la personalidad que se observan con más frecuencia son tres del grupo de ansiedad: el de evitación, el obsesivo-compulsivo y el dependiente. Además presentan otros trastornos como la inestabilidad afectiva (personalidad límite) y la hipersensibilidad a las personas (por un trastorno de la personalidad paranoide) (Gorman y cols., 2000). Además, debido a que en este trastorno existe preocupación frecuente por las sensaciones corporales y el miedo de que estas puedan ser indicios de enfermedades graves, muchas de las personas que padecen el trastorno por ansiedad también pueden presentar síntomas de hipocondría, estos pacientes generalmente frecuentan los servicios de urgencias o los médicos buscando tranquilizarse. Noyes, Wesner y Fisher (1992; citados en Bados, 1995) realizaron un estudio con pacientes que tenían trastorno por pánico con la finalidad de medir sus síntomas hipocondríacos, los resultados arrojaron que estos pacientes presentaron mayor severidad de síntomas hipocondríacos que personas normales, pero menor que los sujetos con fobia a la enfermedad (un subtipo diagnóstico de hipocondría). Por otra parte Borden, Clum y Broyles (1989; en Bados, 1995) hallaron una mayor puntuación en la escala de hipocondría del MMPI en los pacientes con trastorno por pánicocon o sin agorafobia que en los pacientes con otros problemas de ansiedad. Cómo se comentó, otro problema asociado a este trastorno son los intentos de suicidio, se ha reportado una alta ocurrencia de intentos de suicidio o ideación de suicidio en pacientes con trastorno por pánico (Cox, Direnfeld, Swinson & Norton, 24 1994; Pilowsky y cols., 1999) además de que la presencia de ataques por pánico es predictiva del riesgo de suicidio (Clayton, 1993; en Barlow, 2002). Sin embargo Friedman y cols. (1992), realizaron un estudio retrospectivo de pacientes con trastorno por pánico donde observaron que 25% de los pacientes con trastorno por pánico que presentaban comorbilidad con el trastorno límite de la personalidad reportaron un intento de suicidio en el pasado, de esta muestra sólo el 2% de las personas que presentaban únicamente trastorno por pánico presentaron intentos de suicidio en el pasado. Debido a esto se ha pensado que entre las personas con trastorno por pánico, los intentos de suicidio tienden a ocurrir generalmente cuando se presenta una condición de comorbilidad con otros trastornos; Cox, et. al. (1994) y Friedman, et. al. (1992), así como Warshaw, Massion, Peterson, Pratt & Keller (1995; citados por Barlow, 2002) han reportado que los trastornos comorbidos que pueden influenciar a intentos de suicidio son: los trastornos depresivos, el trastorno límite de la personalidad y los trastornos relacionados con el uso de sustancias (Pilowsky y cols., 1999). La existencia de comorbilidad psicológica es importante puesto que puede tener implicaciones no sólo en el diagnóstico sino también en el desarrollo del trastorno además de que puede generar posibles complicaciones. También influye indiscutiblemente en el tipo de intervención a seguir, el curso y los resultados del tratamiento recomendado. En la mayor parte de los pacientes con trastorno por pánico, el tratamiento puede realizarse bajo un régimen ambulatorio, es decir que personas que padecen este, rara vez requieren hospitalización. Entre los pacientes que pueden requerir un tratamiento mediante hospitalización se encuentran por ejemplo, los que sufren una depresión asociada, que comportan riesgos de intento de suicidio o los pacientes con un trastorno de uso de sustancias asociado (Gorman y cols., 2000). Los ataques por pánico suelen aparecer en el contexto de diversos trastornos por ansiedad. La característica principal de un ataque es la aparición aislada y temporal de miedo o malestar de carácter intenso, que se acompaña de al menos 4 de un total de 13 síntomas somáticos o cognoscitivos (Tabla 2). TABLA 2. Criterios para el diagnóstico del ataque por pánico (APA, 1995). Aparición temporal y aislada de miedo o malestar intensos, acompañada de cuatro (o más) de los siguientes síntomas, que se inician bruscamente y alcanzan su máxima expresión en los primeros 10 min. I. palpitaciones, sacudidas del corazón o elevación de la frecuencia cardiaca II. sudoración III. temblores o sacudidas IV. sensación de ahogo o falta de aliento V. sensación de atragantarse VI. opresión o malestar torácico 25 VII. náuseas o molestias abdominales VIII. inestabilidad, mareo o desmayo IX. desrealización (sensación de irrealidad) o despersonalización (estar separado de uno mismo) X. miedo a perder el control o volverse loco XI. miedo a morir XII. parestesias (sensación de entumecimiento u hormigueo) XIII. escalofríos o sofocaciones Al determinar la importancia de los ataques por pánico en el diagnóstico diferencial de todos estos trastornos, es necesario considerar el contexto en que estos aparecen. Algunos autores (Craske y Lewin, 1997) distinguen tres tipos característicos de ataques por pánico, otros autores (Sáiz y cols., 2001) distinguen cinco tipos, que se diferencian por el modo de inicio, los síntomas y la presencia o ausencia de desencadenantes ambientales, a continuación se presentan estos: a) Ataques por pánico espontáneos: aparecen sin ningún motivo aparente, es decir no se conocen estímulos situacionales desencadenantes. b) Ataques por pánico situacionalmente determinados: aparecen más probablemente frente a algunas situaciones, es decir, invariablemente se identifica un estímulo situacional específico. c) Ataques por pánico situacionalmente predispuestos: se producen de forma casi inmediata después de la exposición o anticipación a una situación específica, es decir que es probable, aunque no de forma invariable, la identificación de un estímulo situacional específico como precursor del ataque por pánico. d) Ataques por pánico nocturnos: son ataques que aparecen en el contexto del sueño del individuo, pueden presentarse en el momento de conciliar el sueño o durante la noche despertándolo bruscamente. Estos ataques suelen ocurrir fuera del sueño REM (Bados, 2000). e) Ataques por pánico con síntomas limitados: estos ataques son idénticos a cualquier ataque por pánico con la excepción de que se presentan menos de cuatro síntomas adicionales a la angustia. Quienes viven este tipo de ataques, generalmente también experimentan ataques por pánico completos en la evolución del trastorno. Quizá no haya experiencia más aterradora que el pánico mientras se está durmiendo; aproximadamente el 25% de todos las personas que presentaban trastorno por pánico en la Clínica de Trastornos de Ansiedad en Albania reportaron haber vivido al menos un ataque nocturno por pánico (Barlow, 2002). En otro estudio que realizaron Barlow & Craske, 1988b; en Barlow, 2002) donde entrevistaron, a un grupo de 41 personas que habían experimentado ataques por pánico nocturnos, acerca de la duración de estos ataques, el tiempo de sueño que tenían antes de la aparición del ataque, la intensidad de los síntomas y las diferencias entre los ataques por pánico nocturnos y diurnos. La mayoría de estos ataques nocturnos ocurrieron 26 después de 1 a 4 horas de haber comenzado a dormir (especialmente entre la segunda y la tercera hora de sueño), el tiempo durante el cual prevalecen las hondas cerebrales lentas, el mismo tiempo reportado por Taylor, Sheik, Agras, Roth, Margraf, Ehlers, Maddock & Gossard (1986; citados por Barlow, 2002) quienes encontraron que existe un gran índice de ocurrencia de ataques por pánico entre las 1:30 y las 3:30 a. m. Existen algunas explicaciones para los ataques por pánico nocturnos, algunos investigadores Hauri, Friedman, & Ravaris (1989; citados por Barlow, 2002) y Hauri, Friedman, Ravaris, & Fisher (1985; en Barlow, 2002) notaron que las personas con ataques por pánico nocturnos tienen mucho movimiento durante el sueño, comparado con personas que duermen normalmente y equiparable a personas con insomnio psicofisiológico. Uhde (1994; en Barlow, 2002) sugiere que este incremento de movimientos durante el sueño se debe a una reacción defensiva que va en contra de caer en un estado de relajación profunda lo cual parece desembocar la aparición de ataques nocturnos. Esta hipótesis es consistente con la interpretación de Barlow (2002) acerca de las causas de los ataques por pánico nocturnos, él supone que estos ataques dependen del incremento de vigilancia para evitar las sensaciones corporales “potencialmente peligrosas”. Ahora bien, la presencia de ataques no necesariamente conduce al diagnóstico de trastorno por pánico ya que los ataques por pánico aparecen comúnmente en poblaciones no clínicas (Norton, Dorward y Cox, 1986; en Moras y cols., 1990) y en el contexto de muchos trastornos por ansiedad (Barlow, Vermilyea J, Blanchard, Vermilyea BB, Di Nardo y Cerny, 1985; en Moras y cols., 1990). Los criterios para considerar que se tiene el trastorno por pánico se presentan en la siguiente tabla (Tabla 3): TABLA 3. Criterios para el diagnóstico de Trastorno por Pánico (APA, 1995). Se diagnostica trastorno por pánico sí: A. Se cumplen (1) y (2):(1) crisis de pánico inesperadas recidivantes (2) al menos una de las crisis se ha seguido durante 1 mes (o más) de uno (o más) de los siguientes síntomas: (a) inquietud persistente ante la posibilidad de tener más crisis (b) preocupación por las implicaciones de la crisis o sus consecuencias (por ej., perder el control, sufrir un infarto de miocardio, «volverse loco») (c) cambio significativo del comportamiento relacionado con las crisis. 27 B. Ausencia de agorafobia. C. Las crisis de pánico no se deben a los efectos fisiológicos directos de una sustancia (p. ej., drogas, fármacos) o una enfermedad médica (p. ej., hipertiroidismo). D. Las crisis de pánico no pueden explicarse mejor por la presencia de otro trastorno mental, como por ejemplo fobia social, fobia específica, trastorno obsesivo-compulsivo, trastorno por estrés postraumático, o trastorno por ansiedad de separación. Los ataques por pánico que ocurren en un contexto con un curso típico constituyen el trastorno por pánico (Moras y cols., 1990). Shear (1988, en Moras y cols., 1990) dice que este curso generalmente consiste de un periodo de aumento de estrés durante el cual un ataque por pánico inicial ocurre, este es seguido por la aparición de ataques por pánico recurrentes y la aparición de ansiedad anticipatoria acerca de futuros ataques. La evitación de situaciones en las cuales el ataque ha ocurrido a menudo comienza a desarrollarse. De acuerdo con el DSM-IV (APA, 1995), la característica esencial del trastorno por pánico es la presencia de ataques por pánico repetidos e inesperados (espontáneos), seguidos de la aparición, durante un período mínimo de un mes, de preocupaciones persistentes por la posibilidad de padecer nuevos ataques por pánico y por sus posibles implicaciones o consecuencias, es decir, ocurre un cambio de comportamiento significativo relacionado con estos ataques. Para efectuar el diagnóstico de trastorno por pánico se requiere haber presentado por lo menos dos ataques inesperados, sin embargo, la mayoría de las personas con este trastorno refieren haber padecido un número considerablemente mayor. Estos individuos suelen presentar asimismo ataques por pánico más o menos relacionados con una situación determinada. Los ataques por pánico situacionalmente predispuestos también pueden aparecer, aunque son menos frecuentes. La frecuencia y gravedad de los ataques varían ampliamente entre pacientes (APA, 1995). 1.3.1. Uso de la entrevista como instrumento de evaluación Históricamente, la entrevista es una de las mediciones más comunes para la ansiedad, hoy en día existen algunas entrevistas diagnósticas estructuradas que nos ayudan a realizar un diagnóstico arrojando información que no siempre está disponible con otros métodos. Cuando se trata de hacer un el diagnóstico clínico del trastorno por ansiedad es recomendable realizar una entrevista semiestructurada que nos brinde información tanto de la naturaleza del trastorno y sus consecuencias como de la historia clínica del paciente (particularmente de su historia de ataques cardiacos) y 28 del uso de medicamentos o sustancias que la persona utiliza al momento de la evaluación. Este tipo de entrevistas nos ayudará a descartar posibles trastornos físicos que pudieran estar ocasionando los ataques por pánico y dar un diagnóstico acertado a la persona, identificando además los trastornos asociados que están presentes al momento de la entrevista. Diferentes autores han propuesto modelos de entrevistas algunas breves y otras más extensas con las cuales se puede hacer un diagnóstico acertado a la persona que padece trastorno por pánico. Datillio (2001), ha trabajado con personas que sufren ataques por pánico y que acuden a los hospitales (salas de emergencias) cuando ya se ha presentado uno de estos ataques; durante este trabajo, él ha identificado algunas preguntas vitales a cuestionar en estas situaciones de crisis y que ayudan a identificar no sólo las causas del ataque que se le ha presentado a la persona sino también permite dar una idea amplia de la naturaleza de estos ataques y el posible diagnóstico de trastorno por pánico; en la siguiente tabla se muestran las preguntas que él propone para intervenciones en crisis. Tabla 4. Preguntas para intervenciones en crisis (Datillio, 2001). 1. ¿Recientemente ha cambiado, ajustado o descontinuado algún medicamento con prescripción médica o sin ella? 2. ¿En los últimos 6 meses ha experimentado algún tipo de enfermedad, muertes, cambios en las relaciones de trabajo, o alguna situación financiera? 3. ¿Recientemente ha ocurrido algún nacimiento, alguna cirugía o algún cambio en sus patrones menstruales? 4. ¿Algún familiar cercano o de su familia de origen ha experimentado síntomas similares a estos? 5. ¿Recientemente ha comenzado o descontinuado el uso de tabaco, drogas o alcohol? 6. ¿Tiene historia de trastornos médicos, como hipoglucemia, anormalidades cardiacas, historia de ataques,…? 7. ¿Ha experimentado este tipo de síntomas en el pasado? 8. ¿Actualmente está utilizando algún estimulante, medicina dietética como antidepresivos, cocaína, crack,…? Por otra parte, Bados (2000), propone realizar una entrevista general semiestructurada donde resalta que debe preguntársele al paciente acerca de los tratamientos previos y actuales que ha visitado para intentar solucionar el problema; los medicamentos que utiliza en la actualidad y si ha ingresado a hospitales psiquiatricos. Además considera muy importante saber con qué fuentes de apoyo social cuenta el paciente, algunas preguntas propuestas para identificar esas fuentes de apoyo son: 29 Tabla 5. Preguntas para identificar fuentes de apoyo social (Bados, 2000). 1. ¿Quiénes están dispuestos a ayudarle en este proceso del tratamiento y cómo cree que lo harían? 2. ¿Hay alguna persona que podría interferir en el tratamiento? 3. ¿Qué recursos personales identifica que pueden serle útiles para resolver su problema? 4. ¿Qué dificultades u obstáculos anticipa en la resolución del problema? Sin embargo una de las entrevistas más utilizadas es la recomendada por Spitzer y Williams (1987, en Ayuso, 1988) quienes desarrollaron una entrevista estructurada para la identificación de los trastornos de angustia SCID-P. Cabe mencionar que en esta entrevista también se presenta una sección donde se evalúa al trastorno por pánico con agorafobia, para el conocimiento del lector se presentará completa esta entrevista. Tabla 6. Entrevista estructurada para la identificación de los trastornos de angustia SCID-P, de Spitzer y Williams (1987; tomado de Ayuso, 1988). Entrevista Criterios de trastorno por ataques por pánico ? = Información inadecuada 1 = ausente o falso 2 = subumbral 3 = umbral o verdadera ¿Ha tenido usted algún ataque por pánico en el que se sintiera súbitamente asustado, nervioso o extremadamente incómodo? SI ES SÍ: Cuénteme cómo fue. ¿Cuándo ocurre? (¿Ha tenido alguno cuando no lo esperaba en absoluto? A. En algún momento durante la enfermedad, uno o más ataques por pánico (periodos definidos de incomodidad o miedo intensos) que fueron: (1) inesperados, es decir, no se produjeron inmediatamente antes o al exponerse a una situación que casi siempre causaba ansiedad y (2) no desencadenados por situaciones en las que el individuo constituía el foco de atención para otras personas. ? 1 2 3 PASAR A AGORAFOBIA SIN HISTORIA DE TRASTORNO POR PÁNICO 30 ¿Ha tenido alguna vez cuatro ataques como este en un periodo de cuatro semanas? a. SI ES NO: ¿Le preocupaba mucho el tener otro ataque? (¿Cuánto tiempo duró la preocupación? B. Al menos cuatro ataques como los definidos en criterio A se produjeron dentro de un periodo de cuatro semanas oa uno o más ataques siguió un periodo de por lo menos un mes con miedo persistente a sufrir otro ataque. ? 1 2 3 ¿Cuándo se produjo el último ataque intenso (ESPERADO O INESPERADO)? Ahora voy a preguntarle sobre esa crisis. ¿Qué fue lo primero que noto? ¿Y luego? Durante esa crisis… C. Por lo menos cuatro de los trece síntomas siguientes aparecieron durante al menos uno de los ataques: ¿Notó que le faltaba la respiración? (¿Le resultaba difícil tomar aire?) (1) Falta de aliento (disnea) o sensación de ahogo ? 1 2 3 ¿Se sintió mareado, inestable, o como si fuera a caer? (2) Mareos, sensación de inestabilidad, o vahídos ? 1 2 3 ¿Notó que el corazón se le aceleraba, o como golpes en el pecho? (3) Palpitaciones o aceleración del ritmo cardiaco (taquicardia) ? 1 2 3 ¿Tuvo temblores o sacudidas? (4) Temblor o estremecimientos ? 1 2 3 ¿Sudó? (5) Sudoración ? 1 2 3 ¿Sintió como si se atragantara? (6) Atragantarse ? 1 2 3 ¿Tuvo náuseas, o el estómago revuelto, o la sensación de que iba a tener diarrea? (7) Náuseas o molestias abdominales ? 1 2 3 PASAR A AGORAFOBIA SIN HISTORIA DE TRASTORNO POR PÁNICO 31 ¿Le parecían irreales las cosas que le rodeaban, o se sintió separado de las cosas que le rodeaban, o de parte de su cuerpo? (8) Despersonalización (desrealización). ? 1 2 3 ¿Notó hormigueo o entumecimiento en alguna parte de su cuerpo? (9) Sensaciones de hormigueo o entumecimiento (parestesias) ? 1 2 3 ¿Tuvo oleadas de calor o escalofríos? (10) Oleadas de calor o escalofríos ? 1 2 3 ¿Notó dolor o presión en el pecho? (11) Dolor en el pecho o malestar ? 1 2 3 ¿Tuvo miedo a poderse morir? (12) Miedo a morir ? 1 2 3 ¿Temió estar volviéndose loco o perder el control? (13) Miedo a volverse loco o hacer algo incontrolado ? 1 2 3 POR LO MENOS CUATRO SÍNTOMAS <<C>> SE CODIFICAN CON <<3>> NOTA: ATAQUES CON CUATRO O MÁS SÍNTOMAS SON ATAQUES POR PÁNICO; CON MENOS DE CUATRO SÍNTOMAS SON ATAQUES CON SÍNTOMAS LIMITADOS (VER EN DSM-IV “AGORAFOBIA SIN HISTORIA DE ATAQUES POR PÁNICO”). ? 1 2 3 Cuándo tiene los ataques intensos, ¿cuánto tiempo transcurre desde el comienzo hasta que experimenta la mayor parte de los síntomas? (¿A menudo menos de diez minutos? D. Durante por lo menos alguno de los ataques, al menos cuatro síntomas <<C>> aparecieron súbitamente y aumentaron en intensidad en el lapso de diez minutos después del comienzo del primer síntoma <<C>> apreciado en el ataque. ? 1 2 3 PASAR A AGORAFOBIA SIN HISTORIA DE TRASTORNO POR PÁNICO PASAR A AGORAFOBIA SIN HISTORIA DE TRASTORNO POR PÁNICO 32 ¿Estaba tomando alguna droga, estimulante o medicamento inmediatamente antes de empezar a tener los ataques por pánico? SI ES SÍ: ¿Siguió teniendo ataques después de suspender la toma de la sustancia? (¿Por cuánto tiempo?) E. No se puede establecer que un factor orgánico inició y mantuvo el trastorno (p. ej., intoxicación por anfetaminas o cafeína, hipertiroidismo). NOTA: El prolapso de la válvula mitral puede ser una anomalía asociada, pero no descarta el diagnóstico de trastorno por pánico. ? 1 2 3 ¿Estaba usted físicamente enfermo? (¿Qué le dijo el médico?) SI ES SÍ: ¿Ha tenido alguna vez estas crisis cuando no estaba tomando alguna droga o medicamento, o físicamente enfermo? NOTA: MARCAR <<3>> SI EL USO DE SUSTANCIAS O ENFERMEDAD FÍSICA NO CONSTITUYERON UN FACTOR ETIOLÓGICO PARA LOS ATAQUES POR PÁNICO. LOS CRITERIOS DE TRASTORNO POR PÁNICO, A, B, C, D y E SE CODIFICAN <<3>>. ? 1 2 3 Subtipo trastorno por pánico Con agorafobia SI NO ES OBVIO POR LA REVISIÓN: ¿Hay ciertas situaciones o determinados lugares que usted evitó por temor a sufrir un ataque? (¿Dígame todas las cosas que usted evitó, o que sólo podía hacer, cuando alguien estaba con usted o forzándose a sí mismo?) ¿Qué me dice de… … estar en casa solo? … ir de compras solo a unos grandes almacenes? … andar solo lejos de casa? Miedo a estar en lugares o situaciones en que la salida puede ser difícil (o embarazosa), o en que no se puede disponer de ayuda en caso de sufrir un ataque por pánico. (Incluye casos en que una conducta persistente de evitación se origina durante una fase activa de trastorno por pánico, incluso si el individuo no atribuye la conducta de evitación al miedo a tener un ataque por pánico). Como resultado de este miedo, la persona o bien restringe los viajes o necesita compañía cuando sale de casa, o soporta situaciones agorafóbicas a pesar de una ansiedad intensa. Las situaciones agorafóbicas más comunes incluyen estar fuera de casa solo, estar entre una multitud o en una cola, estar en un puente, viajar en autobús, tren o coche. ? 1 2 3 PASAR A AGORAFOBIA SIN HISTORIA DE TRASTORNO POR PÁNICO PASAR A AGORAFOBIA SIN HISTORIA DE TRASTORNO POR PÁNICO TRASTORNO POR PÁNICO TRASTORNO POR PÁNICO SIN AGORAFOBIA TRASTORNO POR PÁNICO CON AGORAFOBIA 33 … cruzar solo una calle ancha o de mucho tránsito? … estar solo en un lugar concurrido, como un cine, una iglesia o un restaurante? … utilizar transportes públicos –como autobús, tren o metro– o conducir un coche? SI NO ES OBVIO: ¿Qué efecto tiene la evitación (SITUACIONES AGORAFÓBICAS) en su vida? Es conveniente que al entrevistar al paciente no nos centremos inmediatamente en los problemas inicialmente presentados por él y explorar también la existencia de otros trastornos comorbidos. En algunas ocasiones conviene examinar el funcionamiento presente de las áreas básicas (social, familiar, marital, sexual, educativa, laboral, económica, de salud y de intereses) del paciente (Bados, 1995). Otros autores (Emmelkamp, 1982; Jacob y Rapport, 1984; Mathews, Gelder y Johnston, 1981/1985; O’Brien y Barlow, 1984; Thorpe y Burns, 1983; citados por Bados, 1995) proponen que se evalúe también aspectos como: Identificar las situaciones que el paciente evita así como la frecuencia y severidad de esta evitación. Descripción, frecuencia, duración y severidad de la ansiedad y de los ataques por pánico, así como la existencia de ataques por pánico espontáneos. Los pensamientos de la persona respecto a la ansiedad y las situaciones temidas. Es fundamental explorar las interpretaciones de peligro o catástrofe que el sujeto hace al anticipar las situaciones temidas y los ataques por pánico, al experimentar ciertas sensaciones corporales y al intentar encontrar una causa del problema. Es útil preguntar a la persona en qué medida cree en estas interpretaciones (Clark y Salkovskis, 1987; en Bados, 1995). Una entrevista que contiene algunos de los elementos que sugiere Bados (1995), es la entrevista clínica de Peterson, propuesta por Meichenbaum (1988) en su Manual de Inoculación al Estrés. Esta entrevista nos permite conocer la naturaleza del problema que aqueja a la persona que nos consulta, así como datos específicos de las atribuciones de la persona a su problema y lo que espera del tratamiento. A continuación se presenta esta entrevista. 34 Tabla 7. Entrevista clínica de Peterson (tomadade Meichenbaum, 1988) I. Definición de la conducta problemática A. Naturaleza del problema tal como lo define el paciente <<Entiendo que ha venido usted aquí porque…>> (Comentar las razones del contacto proporcionado por la unidad de referencia o por otra fuente de información). <<Me gustaría que se extendiera más sobre esto. ¿Cuál es el problema tal como lo ve usted?>> (Sondear cuanto sea necesario para determinar la visión que tiene el paciente de la conducta problemática). B. Gravedad del problema 1. <<¿Cuál es la gravedad del problema hasta ahora, por lo que a usted concierne?>> (Sondear para determinar la visión que tiene el paciente de la gravedad de la conducta problemática) 2. <<¿Con qué frecuencia (exhibe una conducta problemática)?>> (El objetivo es obtener información con respecto a la frecuencia de la respuesta). C. Generalidad del problema 1. Duración <<¿Cuánto tiempo hace que tiene este problema?>> 2. Extensión <<¿Cuándo suele surgir normalmente el problema?>> (Sondear para determinar en qué situaciones se da la conducta problemática, por ejemplo: <<¿Se siente así en el trabajo?, ¿y en casa?>> II. Determinantes de la conducta problemática A. Condiciones que intensifican la conducta problemática <<Ahora quiero que piense en las ocasiones en que (el problema) es peor. ¿Qué es lo que ocurre entonces?>> B. Condiciones que alivian la conducta problemática <<¿Qué me dice de las ocasiones en que (el problema) mejora? ¿Qué ocurre entonces?>> C. Orígenes percibidos 35 <<¿Cuál cree usted que es la causa (del problema)? D. Antecedentes específicos <<Piense en la última vez en que ocurrió (el problema). ¿Qué sucedía en aquella ocasión?>>. Utilizar si se precisa: 1. Influencias sociales <<¿Había otras personas a su alrededor? ¿Quiénes? ¿Qué estaban haciendo?>> 2. Influencias personales <<¿Qué pensaba usted en aquel momento? ¿Qué sentía? E. Consecuencias específicas <<¿Qué sucedió después (de que ocurriera el problema)?>>. Utilizar si se precisa: 1. Consecuencias sociales <<¿Qué hicieron (las personas importantes para el paciente antes identificadas)?>> 2. Consecuencias personales <<¿Cómo le hizo sentirse eso?>> F. Cambios sugeridos <<Usted ha pensado mucho (en el problema). ¿Qué cree que podría hacerse para mejorar la situación?>> G. Pautas sugeridas para interrogar más <<¿Qué otra cosa cree usted que yo debería averiguar para ayudarle a resolver este problema?>> <<¿Cómo cambiaría su vida si pudiera aliviar o reducir (la conducta problemática)?>> <<¿Qué a intentado a fin de aliviar (el problema)? ¿Qué efectos ha surtido?>> III. Expectativas del paciente ante el taller de tratamiento <<¿Qué espera usted que ocurra en nuestras sesiones? ¿Qué le gustaría que sucediera?>> <<¿Qué sería necesario para cambiar? ¿De qué voluntad depende el resultado del adiestramiento?>> 36 Meichenbaum (1988), propone que la primera entrevista se realice de una manera suave, debido a que gran parte de la información surgirá a medida que los pacientes relacionen sus anécdotas y comenten sus reacciones de pánico. El proceso de entrevista tiene la finalidad de: Incrementar la conciencia de los pacientes acerca de su contribución a la reacción de pánico. Evaluar las expectativas de los pacientes acerca del taller. Proporcionar un análisis cognoscitivo-funcional de los determinantes internos y externos de las reacciones de pánico, de modo que los pacientes puedan ser consientes de las señales que indican el inicio de tales reacciones. Examinar los elementos comunes o temas presentes en las situaciones de pánico. Considerar con los pacientes el impacto que ejerce el pánico en su vida diaria. A continuación se ofrece una guía de entrevista clínica adaptada de Datillio (2001), Bados (2000), Spitzer y Williams (1987; citados por Ayuso, 1988) y Peterson (citado por Meichenbaum, 1988) donde se retoman algunos de los aspectos que estos autores consideran importantes a cuestionar en una entrevista previa al tratamiento. Recuérdese que la información presentada en este manual puede ser modificada y adaptada de acuerdo a las expectativas y objetivos de cada terapeuta que haga uso del presente, el lector debe sentirse con la libertad de cambiar o adecuar la información que crea conveniente. Tabla 8. Entrevista clínica para evaluar el trastorno por pánico Datos personales Nombre: ______________________________________________________________________ Edad: ________________________________________________________________________ Escolaridad: ___________________________________________________________________ Ocupación: ____________________________________________________________________ Definición del problema Naturaleza del problema tal y como lo defina el paciente Y dígame ¿qué lo trae aquí?... (es importante que se le pida al paciente que se extienda más sobre el tema, que se indague acerca de su concepción del problema) ¿Cuál es el problema tal como lo ve usted?... (sondear cuanto sea necesario para determinar la visión que tiene el paciente de la conducta problemática) 37 Gravedad del problema ¿Cuál es la gravedad del problema hasta ahora?... ¿qué tan afectado se ha visto usted por este problema?… (es importante que se determine la visión que tiene el paciente de la gravedad del problema) Para este momento puede que el paciente ya haya hablado de algunos síntomas que nos permitan inducir que hay presencia de ataques por pánico, de ser así, es importante preguntar… ¿Ha tenido usted algún momento en el que se sintiera súbitamente asustado, nervioso o extremadamente incómodo?... si la persona responde que sí, se debe indagar más al respecto… ¿Cuénteme, cómo fue?, ¿Cuándo es que ocurren estos ataques (estas crisis)?, ¿Ha ocurrido alguno de estos ataques (estas crisis) cuando no lo esperaba en absoluto?… Y dígame, ¿qué tan frecuente aparecen estos ataques?… En este punto el paciente nos da elementos para saber si podemos diagnosticar trastorno por pánico o no… Generalidad del problema ¿Hace cuánto tiempo que usted tiene estos ataques?… ¿En el momento en que se presentó su primer ataque, había usted cambiado o ajustado el uso de algún medicamento, o droga estimulante?… ¿En su vida había ocurrido algún cambio importante como enfermedades, muertes, cambios en las relaciones, nacimiento, una cirugía,…? Actualmente, ¿cuándo suelen ocurrir estos ataques?... ¿Alguna vez ha tenido cuatro ataques como este en un periodo de cuatro semanas?…si el paciente dice que no, es importante preguntar también… ¿Se sentía preocupado(a) porque otro ataque pudiera aparecer?, ¿Cuánto tiempo duró la preocupación?… Determinantes del problema ¿Recuerda usted el último ataque intenso que tuvo?… Ahora voy a preguntarle acerca de este último ataque ¿qué fue lo primero que notó?… es importante indagar lo más que se pueda acerca de este momento y anotar los síntomas que presentó el paciente, se le pueden sugerir síntomas, esto nos ayuda a dar un buen diagnóstico de trastorno por pánico… ¿Luego qué pasó?, ¿sintió usted como si le faltara la respiración?… mareos, temblores, sudor, náuseas, taquicardias, sintió como si se atragantara, sentimientos de irrealidad, hormigueos, escalofríos o bochornos, dolor o presión en el pecho, miedo a morir, miedo a perder el control o volverse loco,… Se puede investigar acerca de los antecedentes del problema… ¿Algún familiar cercano o de su familia de origen ha presentado síntomas similares a los de usted? ¿Existe alguna circunstancia en que el problema mejore?…, ¿Qué ocurre entonces?… indagar acerca de las circunstancias que alivian la conducta problemática y de las situaciones que el paciente evita, si se notan indicios de evitación puede preguntarse… ¿Hay situaciones o lugares que usted evita por temor a sufrir
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