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Facultad de Psicala1¡1ia UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO FACULTAD DE PSICOLOGIA CONOCIMIENTOS Y ACTITUDES HACIA EL CAMBIO CLIMA TICO EN ESTUDIANTES DE LA CIUDAD DE MEXICO T E 5 1 5 QUE PARA OBTENER EL GRADO DE : LICENCIADA EN PSICOLOGIA P R E S E N T A ALEJANDRA SANCHEZ PEREZ DIRECTOR DE TESIS: MTRO. JAVIER URSINA SORIA REVISOR DE TESIS: DR. ROLANDO DIAZ LOVING COMITE DE TESIS: DR. ALFONSO VALADEZ RAMIREZ LIC. ALEJANDRA VALENCIA CRUZ MTRA. BEATRIZ VAZQUEZ ROMERO CIUDAD UNIVERSITARIA, 2007 ESTE TRABAJO FORMA PARTE DEL PROGRAMA DE APOYO A PROYECTOS DE INVESTIGACION Y DE INNOVACION TECNOLOGICA. PROYECTO IN305605-2 UNAM – Dirección General de Bibliotecas Tesis Digitales Restricciones de uso DERECHOS RESERVADOS © PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL Todo el material contenido en esta tesis esta protegido por la Ley Federal del Derecho de Autor (LFDA) de los Estados Unidos Mexicanos (México). El uso de imágenes, fragmentos de videos, y demás material que sea objeto de protección de los derechos de autor, será exclusivamente para fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el respectivo titular de los Derechos de Autor. AGRADECIMIENTOS A toda mi familia porque en las buenas y en las malas están conmigo. A mis padres por su confianza, su cariño y por estar siempre a mi lado. Sin su apoyo no habría logrado esta meta. A Jess, Ara, Sergio, América, Stephany, Juanga y La/o por su amistad y los buenos momentos. A Rocío, Mariana, Sandra, Karina, Mónica, Oiga, Fátima y Eréndira, por darme su amistad y dejarme aprender de su trabajo. AGRADECIMIENTOS Al Mtro. Javier Urbina, por sus enseñanzas y por permitirme trabajar a su lado. Gracias por confiar en mí y seguimos en el camino. A la Lic. Alejandra Valencia, por ser mi guía en el intrincado mundo de la estadística. Mil gracias. A mi revisor, Dr. Rolando Díaz Loving y a mis sinodales, Dr. Alfonso Valadez y Mtra . Beatriz Vázquez, por su tiempo y valiosos comentarios. A los alumnos y profesores de los institutos participantes: Escuela Secundaria Diurna Nº 229 "Ludmila Yivkova" Escuela Secundaria Diurna Nº 139 "José Enrique Rodó" Escuela Nacional Preparatoria Nº 6 "Antonio Caso" Escuela Nacional Preparatoria Nº 5 "José Vasconcelos" Colegio de Ciencias y Humanidades Plantel Sur Facultad de Economía Facultad de Derecho Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia Carrera de Biología, Facultad de Ciencias ÍNDICE RESUMEN 1 INTRODUCCIÓN 2 CAPÍTULO 1 CAMBIO AMBIENTAL GLOBAL Y CAMBIO CLIMÁTICO 5 1.1 Cambio climático 6 1.1.1 Consecuencias del cambio climático 9 1.1.2 México y el cambio climático 13 1.1.3 Mitigación y adaptación 15 1.1.3.1 Mitigación 15 1.1.3.2 Adaptación 17 CAPÍTULO 2 LA PSICOLOGÍA EN EL ESTUDIO DEL CAMBIO CLIMÁTICO 21 2.1 La actitud como medida de evaluación 25 2.1.1 Las actitudes ambientales 27 2.2 El Nuevo Paradigma Ambiental 29 2.3 Opiniones y cambio climático 30 CAPÍTULO 3 CONOCIMIENTOS SOBRE CAMBIO CLIMÁTICO 33 3.1 Nivel de conocimientos sobre el cambio climático 35 CAPÍTULO 4 CONOCIMIENTOS Y ACTITUDES HACIA EL CAMBIO CLIMÁTICO EN ESTUDIANTES DE LA CIUDAD DE MÉXICO 38 4.1 Justificación 38 4.2 Objetivos 39 4.3 Hipótesis 39 CAPÍTULO 5 MÉTODO 5.1 Muestra y participantes 5.2 Variables de clasificación 5.3 Variables dependientes 5.4 Diseño 5.5 Contexto y escenarios 5.6 Instrumentos 5.7 Procedimiento CAPÍTULO 6 RESULTADOS 6.1 Conocimientos sobre el cambio climático 6.2 Actitudes y opiniones hacia el cambio climático 6.2.1 Causas del cambio climático 6.2.2 Consecuencias del cambio climático 6.2.3 Nivel de riesgo 6.2.4 Conductas pro-ambientales 6.2.5 Nuevo Paradigma Ambiental CAPÍTULO 7 DISCUSIÓN REFERENCIAS APÉNDICE 42 42 42 43 44 44 44 45 47 47 52 52 59 63 73 77 85 97 114 RESUMEN El cambio climático se refiere a la alteración de las condiciones medias del clima, lo cual incluye el incremento de la temperatura promedio del planeta. Tanto el gobierno como las organizaciones no gubernamentales han elaborado y comenzado a instrumentar estrategias de mitigación y adaptación para hacer frente a las consecuencias de este fenómeno y con el fin de reducir la vulnerabilidad de la sociedad. Sin embargo, para procurar una mayor eficiencia de estas medidas, es necesario atender a las dimensiones psicosociales del fenómeno, es decir, se requiere contar con información sobre qué conocimientos de éste poseen las personas y la forma que lo evalúan. Como una primera aproximación al estudio de este fenómeno desde la psicología en México, se elaboró un cuestionario de conocimientos, opiniones y actitudes hacia el cambio climático. Dicho cuestionario fue aplicado a 467 estudiantes de escuelas públicas de la Ciudad de México. Por medio de un análisis de varianza factorial se encontraron diferencias estadísticamente significativas entre los niveles educativos; respecto al sexo, sólo se encontraron diferencias en el área de conocimientos y el antropocentrismo; como efectos de interacción sólo se encontraron diferencias en cuánto a conocimientos y ecocentrismo. INTRODUCCIÓN El cambio climático es un tema que ha cobrado importancia en fechas recientes, en gran parte debido a sus impactos más visibles: sequías, inundaciones y la intensificación de fenómenos meteorológicos extremos como los huracanes. Sin embargo, pareciera que estos efectos sólo están presentes para la población en ciertas zonas y/o temporadas del año, en especial cuando los medios de comunicación los reportan. Pero sus consecuencias no se restringen a zonas geográficas o a una temporada estacional, pues el cambio climático es un problema que día a día se agudiza y sus repercusiones parecen estarse dando en todo el planeta. Este fenómeno es materia de estudio común en áreas como la química, la física, la ecología y la meteorología pero no en la psicología y otras ciencias sociales y del comportamiento. La necesidad de estudiar el cambio climático desde una perspectiva psicológica surge debido a que gran parte de su origen es antropogénico y sus consecuencias afectan a los seres humanos. Así mismo, para la psicología es necesario apreciar el contexto ambiental y temporal de las personas para entender la forma en que perciben, sienten y se relacionan con el mundo (Moser y Uzzell, 2004 ). Por ello, conocer el ambiente en que las personas viven es entender parte de su comportamiento. También es importante observar la forma en que las personas evalúan el ambiente en el que se desarrollan para conocer si las condiciones ambientales que las rodean son percibidas como benéficas o adversas, pues esto también mediará su conducta. Igualmente, la evaluación de las condiciones ambientales permite observar si las condiciones que el investigador conoce y reconoce como adversas, los son para las personas. Hasta el momento, las investigaciones realizadas sobre cambio climático desde la perspectiva psicológica se han centrado en la percepción, el nivel de riesgo, la 2 evaluación de medidas implementadas por organizaciones para reducir la emisión de gases de efecto invernadero y la predisposición para efectuar conductas destinadas a mitigar el impacto del cambio climático en la vida diaria, esto último, al analizar las actitudes de las personas (Stem, 2004). En el caso de esta investigación, se utilizó a la actitud como medida de evaluación del cambio climático y se averiguó el nivel de conocimientos de los estudiantes de escuelas públicas de la Ciudad de México sobre dicho fenómeno, con el fin de tener un primer acercamiento psicológico de este tema en el país.También se obtuvieron tendencias generales sobre la opinión que tienen estos participantes respecto al tema. Con el fin de observar el nexo entre cambio climático y psicología , es necesario analizar el fenómeno, por lo cual en el primer capítulo se abordan sus causas, posibles consecuencias, medidas de mitigación y adaptación. Los trabajos elaborados por el Panel lntergubemamental de Cambio Climático {IPCC, por sus siglas en inglés), principal autoridad científica del tema, fueron la base de este capítulo. El papel de la psicología en el estudio del cambio ambiental global y del cambio climático se detalla en el segundo capítulo. Se destaca la función de la actitud como medida de evaluación, las actitudes ambientales y el Nuevo Paradigma Ambiental o NEP por sus siglas en inglés. En este capítulo también se abordan las opiniones y su importancia dentro de este tema. Sobre los conocimientos, presentados en el tercer capítulo, se subraya su importancia en el estudio del cambio climático y se presentan los resultados de algunas investigaciones que se han realizado, entre los que destacan que las personas tienden a confundir cambio climático con disminución de la capa de ozono, considerando a éste último como causa del primero. 3 En los capítulos cuarto y quinto, se describen la fonna y características con las que se llevó a cabo la investigación. Se presentan la justificación, los objetivos, las hipótesis, las características de los participantes, las variables, el diseño, la descripción del instrumento y el procedimiento. Los resultados se muestran en el sexto capítulo. Para detenninar las propiedades psicométricas del instrumento se obtuvo el alpha de Cronbach como medida de confiabilidad para cada una de sus secciones. Para detenninar las diferencias entre grupos se aplicó un análisis de varianza factorial de 4 X 2 y comparaciones múltiples con la prueba de Bonferroni. También se obtuvieron porcentajes en algunas de las preguntas de opinión sobre el cambio climático. En el último capítulo se presenta la conclusión de este trabajo, la cual incluye consideraciones para futuras investigaciones. Finalmente, en el apéndice se encuentra el instrumento empleado, el cual contiene notas sobre los reactivos que no fueron utilizados en el análisis de resultados debido a que conceptualmente no se asociaban con los demás y disminuían la confiabilidad de cada sub-sección del instrumento. 4 CAPÍTULO 1 CAMBIO AMBIENTAL GLOBAL Y CAMBIO CLIMÁTICO El ser humano siempre ha dependido del medio ambiente y lo ha modificado para adaptarlo a sus necesidades en un proceso de transformación llamado colonización (Fischer-Kowalsky y Krausmann, 2005), que implica la intervención de los sistemas sociales en los sistemas naturales para satisfacer un fin deseado que usualmente es lejano del equilibrio natural. La Revolución Industrial y la creciente urbanización incrementaron la dependencia hacia los recursos naturales (Douglas, Hodgson y Lawson, 2002); así, el medio ambiente comenzó a ser explotado con mayor celeridad para satisfacer necesidades y ritmos de competencia económica, lo cual condujo a la disminución y contaminación de los recursos naturales. Con el siglo XX aparecen otras causas que han impactado el ambiente: el crecimiento acelerado de la población mundial, el consumismo, el proceso de globalización económica, la generación de energía por medios no renovables y la emisión de gases industriales (Fischer-Kowalsky y Krausmann, 2005; McMichael y Beaglehole, 2003; McNeill, 2005; Singh y Misra, 2004) Para el periodo de 1870 a 1970, en diversas zonas industriales del mundo el cambio ambiental ya era dramático (McNeill, 2005). A esto se agregarían los cambios en las zonas de economías emergentes, sobre todo en Asia, cuyo crecimiento exponencial ha llevado a estimar que una tercera parte de los recursos naturales del mundo se han ido perdiendo desde 1970 (McMichael y Beaglehole, 2003). 5 Lo anterior ha provocado una modificación antropogénica del ambiente denominada cambio ambiental global. Se dice que es global porque: 1) sus impactos no están confinados a una región geográfica; 2) los cambios locales se acumulan globalmente, corno cuando la deforestación de una zona resulta en la extinción de una considerable porción de todas las especies del planeta, y; 3) altera los sistemas naturales del planeta (Stem, 1992a). Otra característica es la velocidad con la que ha ocurrido. Este cambio se compone de diversos fenómenos: pérdida de biodiversidad, disminución y pérdida de las reservas de agua, desertificación, erosión, cambio de uso de suelo y la alter<>ción de la atmósfera que incluye la disminución de la capa de ozono y el cambio climático (McMichael y Beaglehole, 2003; O'Brien y Leichenko, 2005; Stem, 1992a). Aunque el estudio de estos complejos problemas ambientales se remonta a la década de 1970 (Urbina y Martínez, 2006), en los últimos años el fenómeno que ha cobrado mayor relevancia es el cambio climático debido a la velocidad, escala y visibilidad de sus impactos, por lo cual es necesario dimensionarlo adecuadamente. 1.1 Cambio climático El desarrollo de la vida en el planeta en gran medida se debe a la atmósfera que mantiene una temperatura estable gracias al efecto invernadero, nombre que proviene de su parecido a las instalaciones que conservan el aire caliente en un espacio cerrado (Instituto Nacional de Ecología [INE], 2006). Este efecto, generado por los gases del mismo nombre, se realiza en la troposfera, la capa más baja de la atmósfera cuyo grosor promedio es de 11 km. y se caracteriza por contener nubes, humedad y clima (Garduño, 2003). Por otra parte, el clima es una descripción estadística de valores medios y su variabilidad durante un período (de 6 meses a años); 30 años es el periodo clásico para comparar si los valores climáticos como la temperatura han cambiado (lntergovernmental Panel on Climate Change [IPCC], 2001a). Asimismo, depende de las interacciones atmósfera-hidrosfera-litosfera, temperatura, humedad, presión y nubosidad (INE, 2006; Magaña Rueda, 2004 ). El clima del planeta está dado por un continuo flujo de energía (principalmente luz visible) que llega del sol. Cerca del 30% es reflejada por la atmósfera y el resto pasa a la superficie del planeta que la remite en forma de radiación infrarroja o calor. Los gases de efecto invernadero impiden que la radiación salga de forma directa al espacio, manteniendo el calor en el planeta. Por medio de corrientes de aire la radiación supera la capa de gases de efecto invernadero y sale al espacio (Williams, 2002). Este efecto invernadero natural (IPCC, 2001a) logra mantener la temperatura promedio de la superficie del planeta en alrededor de 15°C (INE, 2006). (Figura 1) Figura 1. El efecto invernadero Fuente: Organización Mundial de la Salud. (2003). Cambio climático y salud humana. 7 Los gases de efecto invernadero se encuentran de forma natural, pero las actividades humanas también los generan; otros gases de efecto invernadero son resultado exclusivo de las actividades humanas. (Tabla 1) El incremento en la emisión de estos gases ha alterado el intercambio de energía entre la superficie del planeta y la atmósfera generando un efecto invernadero acentuado (IPCC, 2001a), pues, al densificar la capa de gases de efecto invernadero, crean una "cobija" que provoca que el calor se quede en el planeta por más tiempo, provocando alteraciones en el sistema climático, alteraciones que originan el cambio climático que actualmente enfrenta la humanidad. Tabla 1. Gases de efecto invernadero Vida Potencial Origen Gases Fuentes media de tai'iosl calentamiento Bióxido Quema de combustibles fósiles (carbón, e derivados de petróleo y gas), reacciones 50 Cll de carbono químicas en procesos de manufactura (como la a 1 CI"C producción de cemento y acero), cambio en el 200 o 'jij (C02) ... uso del suelo (deforestación) . Cll :i "O 'lú Metano Descomposición anaerobia (cultivo de arroz, 12 :l e (CH4) rellenos sanitarios, estiércol), escape de gas en ±3 21 UI minas v oozos oetroleros. "' (!) Óxido nitroso Producción y uso de fertilizantes nitrogenados, IN20l auema de combustibles fósiles. 120 310 UI Hidrofluoro- Emitidos en procesos de manufactura y usados 1.5 o carbonos u como refrigerantes. a 6200-7100 e (HFCs) 264 -Cll CI Producción de aluminio, fabricación de o Perfluoro- 2,600 Q, semiconductores, sustituto de las sustancias o carbonos a 6500 .::: destructoras del ozono. P. ej., uso de solventes, e (PFCs) 50,000 "' esoumas, refriaeración fiia. UI Cll Hexafluoruro Producción y uso en equipos eléctricos; UI "' de azufre producción de magnesio y aluminio ; fabricación 3,200 23900 (!) ISFal de semiconductores. Fuente: IPCC. (1996). Radiative Forcing Report. C/imate Change 1996. The Science of the Climate Change. Aunque en el planeta ha habido otros periodos de cambio climático, es la intervención humana la que, según los expertos, está acelerando lo que sería un proceso natural; "el clima fluctúa naturalmente entre periodos cálidos y fríos; pero 8 el siglo XX vio el mayor calentamiento en al menos mil años, inexplicable sólo por las fuerzas naturales" {Glick, 2004, p. 20). El IPCC (2001a y 2007a) señala que el cambio climático actual es el resultado de las emisiones humanas de gases de efecto invernadero, cuya influencia es indiscutible desde mediados del siglo XX. Así, al resultar de la acumulación de emisiones desde el inicio de la era industrial, el cambio climático es un problema histórico, demostrado a través de estudios paleoclimáticos que analizan los cambios en el clima a través de muestras de capas de hielo profundas y fósiles de troncos (IPCC, 2007a). Aquí cabe aclarar la confusión entre calentamiento global, que sólo implica el incremento de la temperatura promedio del planeta, y cambio climático, que es la variación estadísticamente significativa de las condiciones climáticas medias, la alteración de patrones como viento y precipitación, calentamiento o enfriamiento y otros. Así, el calentamiento global es parte del cambio climático aunque sus consecuencias más evidentes son: incremento de la temperatura, derretimiento de la nieve y el hielo y el aumento del nivel del mar {IPCC, 2007a). Para conocer los posibles impactos del cambio climático existen modelos que ofrecen diversos escenarios a escala local o global en determinados lapsos de tiempo (Perczyk, 2005). Los modelos consideran tendencias en el ritmo de crecimiento de la población mundial, la tecnología, la economía y el desarrollo social, que influyen en las emisiones de gases de efecto invernadero. Para el IPCC (2007a), la recolección de datos e información está limitada en algunas regiones. La información específica es necesaria pues los factores locales determinarán el nivel de impacto. 1.1 .1 Consecuencias del cambio climático El cambio climático, altera directa e indirectamente las actividades y la forma de vida de las personas y las vuelve vulnerables frente a la intensidad de sus consecuencias. Si bien, las modificaciones de las condiciones climáticas pueden ir 9 de imperceptibles hasta muy intensas, es la vulnerabilidad de quien sufre esos cambios lo que en gran medida detenninará el nivel de daño (Magaña, Méndez, Morales y Millán, 2004). Algunas de las consecuencias han acaparado la atención por ser amenazas directas a muchas poblaciones, pero otras requieren un análisis más detallado (Magaña Rueda, 2004), como la posibilidad de una nueva era de hielo por la interrupción de la circulación termohalina del Atlántico Norte que lleva agua cálida al Ártico (Amell, Tompkins y Adger, 2005; Glick, 2004). El IPCC (2007a) de fonna general, señala posibles tendencias para este siglo. (Tabla 2) Tabla 2. Tendencias de las principales consecuencias del cambio climático Fenómeno Probabilidad de futuras tendencias basadas en proyecciones para el siglo y XXI, usando Escenarios de Emisiones dirección de la tendencia (SRES) del IPCC Menos días y noches frías en la mayoría de las Virtualmente cierto, o > 99% de probabilidad zonas de ocurrencia Mayor frecuencia de días y noches calientes en la Virtualmente cierto, o > 99% de probabilidad mayoría de las zonas de ocurrencia Incremento en la frecuencia de periodos de Muy probable, o > 90% calor/olas de calor en la mayoria de las zonas Incremento en la frecuencia de precipitación . Fuertes eventos de precipitación en la mayoría de Muy probable, o > 90% las zonas Incremento de las áreas afectadas por Probable, o > 66% inundaciones Incremento en la actividad de intensos ciclones Probable, o > 66% tropicales Incremento en el nivel del mar Probable, o > 66% Fuente: IPCC. (2007a). C/1ma/e Change 2007: The phys1ca/ sc1ence bas1s. Summary for Policymakers. Resulta importante precisar que estas tendencias pueden variar a escala regional. Por ejemplo, aunque se incrementen las precipitaciones e inundaciones en muchas zonas, en otras como el Mediterráneo, sur de África y partes del sur de Asia se intensificarán las sequías (IPCC, 2007a). 10 Algunas de las consecuencias del cambio climático ya están presentes. El año 2005 tiene el promedio más alto de temperatura anual según el Instituto Goddart de la NASA, pero se espera que año con año este promedio se incremente (Flores Montalvo y Femández Bremauntz, 2006). Respecto al nivel del mar, de 1993 a 2003 se incrementó en promedio 3.1 milímetros por año (IPCC, 2007a), lo que amenaza las zonas costeras y de los deltas de los ríos y provocaría migraciones de población humana; los países en desarrollo son muy vulnerables por su falta de recursos (de Alba, 2004), pero países desarrollados también presentan escenarios perturbadores. En Holanda, "la mitad del territorio ya está al nivel del mar o por debajo de éste" (Glick, 2004, p. 19). También está en riesgo el abasto de agua potable y los cultivos por el aumento de la salinidad. En cuanto a la biodiversidad, algunas especies podrían verse disminuidas al no adaptarse a un ecosistema cambiante. La desaparición de otras es una posibilidad ya que la adaptación a través de modificaciones genéticas toma cientos de años y no hay margen de tiempo suficiente. Actualmente, muchas especies han alterado su conducta, adelantan fechas de migración, apareamiento, florecimiento, desfloración y desfoliación. En el mar, el coral muere por el aumento de temperatura y se altera la cantidad de algas, plancton y especies de peces (IPCC, 2007b; Montaigne, 2004 ). La biodiversidad "pieza clave en la autorregulación de los sistemas complejos en los que se da la vida" (Pisanty Baruch, 2006, p. 104) sufrirá daños irreversibles (IPCC, 2001 b ). Los grupos humanos enfrentarán escasez de agua potable, altos niveles de contaminación e incremento de olas de calor. Debido a las islas de calor provocadas por el asfalto, las ciudades tienen temperaturas más elevadas que sus alrededores. Las olas de calor (incremento transitorio de la temperatura promedio del día), pueden provocar muerte por deshidratación, hipertermia (incremento de la temperatura corporal) y golpe de calor (falta de regulación de temperatura 11 corporal). En agosto de 2003, la ola de calor de más de 35°C provocó en Francia 14,947 muertes sobre todo de mujeres adultas que padecían alguna enfermedad cardiovascular o crónico respiratoria (Poumadére, Mays, Le Mer y Blong, 2005), aunque también afecta a las personas con enfermedades mentales, con actividades al aire libre y a los niños (McMichael, Woodruff y Hales, 2006). La vulnerabilidad de las poblaciones está influida por diversos factores como la localización geográfica, el crecimiento demográfico, la urbanización,los niveles de pobreza , los sistemas de energía, el transporte y el consumo de combustibles, así como la capacidad de los gobiernos locales (Aguilar, 2004); las comunidades pobres son las más vulnerables, "pues tienden a tener capacidades adaptativas limitadas y son más dependientes a recursos sensibles al clima como las fuentes de agua locales y el suministro de alimentos" (IPCC, 2007b, p. 7). Para McMichael (2003), la salud refleja las condiciones sociales y el medio ambiente de una población. Respecto al nexo salud-cambio climático, se han encontrado garrapatas transmisoras de encefalitis viral en Suecia y la República Checa, cólera en Bangladesh y malaria en regiones altas del este de África debido a la migración y a la mayor presencia de vectores tropicales en zonas templadas. Otras enfermedades que aumentarán son: la schistosomiasis, enfermedad tropical que produce problemas pulmonares (Montes de Oca, Sánchez, Tálamo, de Noya y López, 2003); la leishmaniasis, enfermedad parasitaria por la picadura del jején que daña el sistema inmune (MedlinePlus, 2007); la enfermedad de Lyme, causada por la picadura de una garrapata infectada que provoca problemas nerviosos, cardiacos y artritis severa (University of Michigan Health System, 2005), y la oncocercosis, provocada por un insecto que se encuentra en aguas estancadas cuyas larvas provocan ceguera (Torres, 2006). El asma y las alergias aumentarán por la mayor duración de la temporada de polen y esporas. En las zonas que han sufrido eventos climáticos extremos, se han incrementado las muertes, lesiones, enfermedades infecciosas, desórdenes del comportamiento y los traumas mentales (McMichael, 2003; McMichael, Woodruff y Hales, 2006). 12 El sistema alimentario es el que más utiliza recursos acuíferos y de uso de tierra y tiene gran impacto en la sustentabilidad y suministro de servicios (Shah, 2005). El incremento de los fenómenos climáticos y la escasez de agua generarán pérdidas en el campo, aunque los daños también se verán en la acuacultura y el sector pesquero (IPCC, 2007b). Esto afectará la seguridad alimenticia, acrecentando la desnutrición en las zonas más pobres. La disponibilidad de agua decrecerá entre 10 y 30% en las latitudes medias y en los trópicos (IPCC, 2007b). Respecto a la economía, el IPCC (2001 b) considera que por los fenómenos climáticos extremos, las aseguradoras han gastado en promedio 40 000 millones de dólares estadounidenses al año durante la década de 1990. Martínez (2006) señala que por las consecuencias del cambio climático los países en desarrollo perderían entre un 2 y hasta un 3 a 5% de producto interno bruto (PIB) mientras que a nivel mundial la pérdida sería de 1 a 2%; Stern (2006) menciona que la pérdida de PIB mundial sería de mínimo el 5%. Las industrias que emplean recursos naturales resultarían afectadas por la disminución de los mismos. 1.1.2 México y el cambio climático México contribuye con cerca de 2% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero (Masera y Sheinbaum, 2004). Según la Secretaria de Medio Ambiente y Recursos Naturales [SEMARNAT] y el Instituto Nacional de Ecología (2006), las actividades donde mayores emisiones se emiten son: ·:· La generación de energía y los combustibles fósiles ·:· Los procesos industriales ·:· La agricultura, la cual incluye la ganadería ·:· Los desechos y su manejo/tratamiento Para los científicos del país, el referente de las posibles consecuencias del cambio climático es El Niño, fenómeno que se presenta aproximadamente cada 7 años 13 frente a las costas de Perú y Ecuador, y que aumenta la temperatura de las corrientes oceánicas que se dirigen al norte del continente americano. Entre 1997 y 1998, incrementó el número de incendios forestales y provocó pérdidas en la agricultura y la ganadería (Magaña et al., 2004). Se prevé que el mayor impacto sería en la disponibilidad del agua. La península de Yucatán, Veracruz, Tabasco, Chiapas, parte de la costa de Oaxaca y Guerrero no presentarían vulnerabilidad en sus reservas de agua. La península de Baja California, Sonora, Chihuahua, norte de Coahuila, norte de Tamaulipas y parte de Monterrey, son zonas semiáridas desde ahora vulnerables. El mayor grado de vulnerabilidad se encuentra en la meseta central y los valles: sur de Coahuila, sur de Tamaulipas y norte de Veracruz. noreste de Jalisco, Durango, San Luís Potosí, Guanajuato, Querétaro, Hidalgo, norte de Michoacán, Valle de México, parte de Puebla y Tlaxcala (Mendoza, Villanueva y Maderey, 2004). Actualmente llevar agua a grandes núcleos de población es un reto (Perló Cohen y González Reynoso, 2006) situación que se exacerbará; la escasez de agua también afectará al campo. En los países en vías de desarrollo, la agricultura es extremadamente vulnerable al clima (Conde, Ferrer, Gay y Araujo, 2004). En México, el maíz es la base de la alimentación y la economía rural (Eakin y Appendini, 2005) y su cultivo de temporal se verá amenazado por el incremento de temperatura, con excepción del Estado de México, donde posiblemente se evitarían las heladas. Para Saldaña- Zorrilla (2005), la vulnerabilidad del campo mexicano, junto con la pobreza y la desigualdad social, ha orillado a muchos campesinos a migrar hacia las ciudades del país o hacia los Estados Unidos. En cuanto a la industria no se saben los posibles daños, pues según Sánchez- Salazar (2004), faltan estudios de vulnerabilidad, infraestructura e implicaciones del costo de agua y energía. 14 Existe gran riesgo de pérdida de biodiversidad, sobre todo de especies tropicales en peligro de extinción y de los arrecifes de coral (IPCC, 2007b}. Según Villers y Trejo (1998), los ecosistemas con mayor daño serán los bosques de coníferas y encinos, el matorral xerófilo , el bosque mesófilo de montaña, la vegetación acuática y subacuática y el pastizal. Otros ecosistemas, los menos, se beneficiarán: el bosque tropical perennifolio, el bosque tropical caducifolio y subcaducifolio, y el bosque espinoso (en Arriaga y Gómez, 2004). México y otros países han comenzado a instrumentar medidas con las que se busca por un lado, la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero y por otro, la adaptación a los cambios presentes y futuros del clima. 1.1.3 Mitigación y adaptación Las estrategias frente al cambio climático tendrán que basarse en la mitigación y la adaptación y deberán aplicarse con la colaboración de la sociedad. 1.1.3.1 Mitigación La mitigación es la "intervención humana para reducir las fuentes o ampliar los sumideros de gases de efecto invernadero" (IPCC, 2001 b, p. 86). Significa la búsqueda de alternativas a las actividades que emiten gases de efecto invernadero y la mejora en la "captura" de esos gases. Masera y Sheinbaum (2004), proponen las siguientes medidas de mitigación: ·:· Implementación de tecnologías con parámetros internacionales de calidad . ·:· Iluminación eficiente y generación de energía eléctrica por medios sustentables (energía eólica, solar, geotérmica). Usar focos fluorescentes que consumen menos energía (de Buen Rodríguez, 2004). ·:· Bombeo eficiente de agua potable. 15 ·:· Sustitución intennodal para el transporte de pasajeros. Mayor uso de gas natural en los transportes (Quintanilla Martínez, 2004). ·:· Evitar la deforestación, reforestar e implementar sistemas agroforestales. Los bosques "capturan" bióxido de carbono en la fotosíntesis, la "única manera natural conocida para transfonnar en material orgánico el bióxido de carbono contenido en la atmósfera y almacenario en diversas fonnas posterionnente" (Chapela, 2004, p. 194). También se propone el uso de biocombustibles elaborados a partir de la fennentación del maíz, la soya o la caña de azúcar, pero su uso es controvertido, pues se requieren grandes terrenos de siembra lo que propicia la deforestaciónde bosques y selvas. Asimismo se requiere la coordinación entre sectores y países (IPCC, 2007c), por lo cual son indispensables los acuerdos internacionales como el Protocolo de Kioto. Creado en 1997, compromete a las naciones finnantes a disminuir sus emisiones por debajo de los niveles de 1990 y las divide en dos partes denominadas Anexo B y No Anexo, división que responde al Principio de responsabilidad común pero diferenciada que señala que quienes más dañen el medio ambiente más deben hacer para resarcir los daños (Tudela, 2004). Así, en el Anexo B están los países desarrollados y en transición a economía de mercado que deben reducir sus emisiones. En el No Anexo están los países en vías de desarrollo que no están obligados a reducir sus emisiones pero se les exhorta a cambiar sus formas de producción y generación de energía (Quadri de la Torre, 2004 ), para lo cual , los países Anexo B pueden transferiries tecnologías limpias e inversiones. Actualmente es necesaria una revisión a la lista de países No Anexo pues México, China , India y Brasil ya podrían entrar al Anexo B (de Alba, 2004). El protocolo es, hasta el momento, el mejor esfuerzo internacional de asumir la responsabilidad del cambio climático, sin embargo, desde su creación levantó polémicas e inconfonnidades entre los países Anexo B (Parry, Arnell, Hulme, 16 Nicholls, Livermore, 1998). También resulta indispensable que Estados Unidos asuma éste y los siguientes acuerdos, pues como menciona Blair (2007), "sin la participación de las grandes economías en la tarea de reducir la dependencia del bióxido de carbono, no se tiene la más mínima esperanza de éxito" (p. 2-3). Las organizaciones internacionales también han apoyado proyectos de mitigación. Iluminación Mexicana (ILUMEX) y el Metrobús en México son ejemplo de ello. ILUMEX promovió el uso de focos fluorescentes otorgando créditos para su adquisición. Cooperaron el Banco Mundial a través del programa Global Environmental Facility, la Comisión Federal de Electricidad y el Gobierno de Noruega. Con este proyecto, de 1995 a 1998, se evitó la emisión de 233 mil toneladas de C02 (de Buen Rodríguez, 2004). En el Metrobús, el Banco Mundial cooperó para sustituir el transporte de pasajeros altamente contaminante por un transporte articulado menos contaminante en la Avenida de los Insurgentes. Así, la colaboración entre el sector público y privado es fundamental para la efectividad de las medidas de mitigación. A nivel nacional, el IPCC (2001c), recomienda que las respuestas de mitigación deben aplicarse "como una serie de instrumentos de política" (p. 12). Así mismo, sugiere mayor inversión en el sector público y la investigación. Aunque pareciera que la instrumentación de medidas de mitigación es costosa, Stern (2006) señala que el costo puede limitarse al 1 % del PIB global cada año. 1.1.3.2 Adaptación La adaptación, complemento de la mitigación, "permite reducir los impactos adversos del cambio climático y mejorar los impactos beneficiosos pero tendrá costos y no impedirá todos los daños" (IPCC, 2001 b, p. 8). García Acosta (2006), identifica dos tipos de estrategias adaptativas, las que ya están identificadas y asumidas porque son respuestas frente a un fenómeno que se presenta con cierta 17 frecuencia y las que se generan frente o después del fenómeno. Las opciones de adaptación son variadas, van desde las puramente tecnológicas (construcción de diques en las costas), pasando por las conductuales (cambios en el estilo de vida), el manejo de recursos (cambios en las prácticas agrícolas) y la política (planeación). Su éxito también va aunado a la presencia o no de estresores como la pobreza, la inequidad en el acceso de recursos, la seguridad alimenticia o la presencia de conflictos bélicos (IPCC, 2007b). Para algunos autores como Parry et al. (1998), las medidas de adaptación son más importantes que las de mitigación, pues las consecuencias ya están presentes. En cuanto al quehacer de los gobiernos y su política en la adaptación, Stem (2006) señala cuatro medidas clave: ·:· Contar con información científica de calidad. ·:· Estimular la inversión pública y privada en proyectos que empleen tecnologías limpias. ·:· Introducir una política a largo plazo que incluya la preparación para casos de emergencia. ·:· Tener una red de seguridad social para los sectores más vulnerables. En el caso de la agricultura, se sugiere cambiar la variedad de cultivo por otro que soporte las nuevas condiciones climáticas y que en general, requiera menos agua (Conde et al., 2004). El IPCC (2001b y 2001c), también recomienda modificar la fecha de siembra, aplicar técnicas de riego y utilizar tasas de fertilización con fertilizantes de liberación lenta para emitir menos metano. En cuanto a la ganadería, el 1 PCC (2001 b) recomienda seleccionar especies mejor adaptadas a las condiciones climáticas extremas. Respecto a la biodiversidad, el IPCC (2001b) recomienda establecer corredores ecológicos para que las especies puedan migrar. Actualmente, por ejemplo, varios 18 tipos de plantas se han desplazado de la región media de los Alpes, cada vez más cálida, hacia las cimas (Montaigne, 2004). Otra opción es la cría en cautiverio y posterior traslado a un hábitat adecuado, sin embargo es costoso y podría provocar un desequilibrio en el ecosistema receptor (Pisanty Baruch, 2006). En el caso de la desertificación, Oropeza Orozco (2004) sugiere la protección del suelo mediante el control de la erosión hídrica y eólica, así como la conservación del agua mediante la mejora del suministro y la reducción de la demanda, medida adaptativa frente a la escasez de agua. El cambio climático es un desafío para los sistemas de protección civil por la mayor frecuencia e intensidad de los fenómenos climáticos, por lo cual , es necesario crear mapas de las zonas en riesgo y medios de detección temprana. Además, son fundamentales las medidas preventivas y los planes de acción durante y después de los desastres naturales (Bravo Medina, 2006). Así, los planes de prevención , y una comunicación de riesgos efectiva deben ir de la mano. Como mencionan McMichael , Woodruff y Hales (2006), las adaptaciones psicológicas y conductuales pueden reducir la morbilidad y la mortalidad. Es necesario que los servicios de salud cuenten con el instrumental y personal médico adecuado y suficiente. Junto con esto, las condiciones socioeconómicas y sanitarias de la población deberán mejorarse. Además, se requieren programas de control contra vectores. También se debe considerar que las poblaciones varían por diversos factores: su capacidad de adaptación a nuevas variables climáticas, su densidad, desarrollo económico, disponibilidad alimenticia , condiciones ambientales locales, el estado pre-existente de salud y la calidad y disponibilidad del sector salud. Si se toma en consideración lo anterior se podría lograr que las futuras generaciones tengan las condiciones adecuadas de salud para su desarrollo. (Ebi, Burton y Smith , 2003; Huynen, 2003; Kovats, Campbell-Lendrum y Matthies, 2005; Martens, 2003; McMichael, Woodruff y Hales, 2006). 19 Una adaptación muy importante es la que ofrece el diseño bioclimático, cuya meta es la eficiencia termodinámica, es decir, un consumo de energía mínimo sin sacrificar el confort de los ocupantes del inmueble (Morillón Gálvez, 2006). Es importante destacar que los impactos del cambio climático no son homogéneos, es decir, no afectan a la toda la población por igual; hay variables de tipo sociodemográfico que se deben considerar al crear medidas de prevención y adaptación pues éstas deben responder de forma equitativa, no igualitaria, pues los países, poblaciones y personas con menores recursos serán quienes menos opciones de adaptación tengan y por lo tanto serán más vulnerables frente al cambioclimático. Finalmente, para todas las acciones de mitigación y adaptación se requiere "no solamente de transformaciones técnicas, sino también cambios en los patrones culturales, relativos a las formas de producción y de consumo, y a las mismas iniciativas de participación social" (de Jong, Masera y Hemández-Tejeda, 2004, p. 379); el IPCC (2007c) indica que para lograr una adecuada mitigación y adaptación se debe cambiar el estilo de vida, los patrones conductuales y de consumo. Stern (2006) señala que las barreras comportamentales pueden impedir la adopción de medidas de mitigación y adaptación, por lo cual es necesaria una política informativa que fomente la comprensión del fenómeno. 20 CAPÍTULO 2 LA PSICOLOGÍA EN EL ESTUDIO DEL CAMBIO CLIMÁTICO Dentro de la psicología, el área especializada en el estudio de la relación del ser humano con su medio es la psicología ambiental, cuyo principal objetivo es dilucidar la relación ambiente-comportamiento; el rol de la psicología sería ofrecer entendimiento de la función de la conducta individual e interpersonal dentro de esta relación. Así, la investigación psicológica puede ir más allá de redefinir teorías y generalizaciones al constituir conocimientos directamente aplicables (Stem, 1992). Si bien en un principio temas como el cambio ambiental global y el cambio climático recaía en los expertos de las ciencias naturales, en años recientes se ha considerado necesaria la intervención de expertos de las ciencias sociales y del comportamiento, principalmente por el origen antropogénico de los problemas ambientales y porque se necesita conocer la conducta humana para instrumentar adecuadamente medidas frente a estos problemas. Lorenzoni, Pidgeon y O'Connor (2005), consideran que el cambio climático es un "genuino cruce interdisciplinario entre las ciencias naturales y sociales" (p. 1388). Entre las ciencias sociales y del comportamiento que deben participar en el estudio de estos temas se encuentra la psicología, ya que puede colaborar en la comprensión de las interacciones entre los sistemas ambientales y los sistemas humanos, los cuales se relacionan estrechamente, pues lo que pasa en uno termina afectando al otro. En el estudio del cambio climático, la psicología es necesaria para : 1) clarificar los procesos conductuales y sociales que subyacen en la emisión de gases de 21 invernadero; 2) describir los efectos del cambio climático en el bienestar de las personas y en sus actividades diarias; 3) especificar estrategias conductuales efectivas para la reducción de la emisión de gases de invernadero; 4) asesorar a los políticos y demás personajes e instituciones involucradas en la creación de leyes y asegurar la cooperación de los diferentes grupos de la sociedad. Sobre todo, los psicólogos pueden elucidar las percepciones y actitudes sobre los cambios ambientales (Vlek y Steg, 2004) La lnternational Union of Psychological Science (IUPS), menciona cinco características psicológicas que complican la relación del ser humano con el cambio ambiental global, que se pueden extrapolar al cambio climático (Urbina, 2006): •!• Baja visibilidad. Se refiere a que el umbral de los cambios es muy alto, es decir, los cambios relativamente pequeños no son fáciles de percibir aunque conlleven consecuencias importantes. ·:· Extrema dilación en demostrar la relación causa-efecto. Se necesitaron largos años de investigación para demostrar que, en el caso del cambio climático, las acciones humanas eran responsables del aumento del efecto invernadero. •!• Psicofísica de los eventos de baja probabilidad. Los eventos que van más allá de la norma no se perciben como frecuentes aunque científicamente se ha demostrado el aumento de su presencia. ·:· Distancia social entre actores y víctimas, "ya que el aprendizaje social humano tiende a ser una función de la proximidad interpersonal de los participantes, mientras que el cambio ambiental opera en distancias espaciales y temporales muy grandes" (p. 68) •!• Bajo índice subjetivo de costo/efectividad de la conducta protectora del ambiente. No se perciben efectos inmediatos o a corto plazo de las modificaciones conductuales sobre el medio ambiente. 22 Stem (1992a), es de los primeros psicólogos en abordar el cambio ambiental global. Con anterioridad ya había realizado trabajos sobre temas relacionados entre los que destacan: uso de energía (Stern y Gardner, 1981; Stem, 1992b ), y el manejo de recursos ambientales (Stem y Oskamp, 1987), en los cuáles analizó las variables psicológicas presentes. En México, Urbina ha investigado sobre conocimientos y actitudes de la población hacia el cambio ambiental global (en prensa) y sobre las consecuencias del cambio climático en la sociedad mexicana (Moreno y Urbina, en prensa). Para Urbina (2006), la importancia de la psicología radica en que se manifiesta explícitamente o subyace en todas las acciones del ser humano, así como en su interacción con el medio ambiente donde juega el doble papel de causante y víctima en los problemas ambientales. La investigación psicológica puede ayudar a clarificar las características específicas de los individuos, situaciones, grupos sociales e instituciones que predisponen a las personas para que hagan su parte y los mecanismos por los cuales estos factores operan . Concretamente, la investigación experimental, puede ayudar a determinar el potencial de varias intervenciones institucionales, así como su efectividad en situaciones reales. Por otro lado, la psicología cognoscitiva y la psicología social son campos que proveen conocimientos necesarios para diseñar la información y los sistemas de decisión que se requieren para la respuesta efectiva de los individuos, las organizaciones y los gobiernos frente al cambio ambiental y climático (Stern, 2004). De manera general, la tragedia o drama de los comunes, percepción y actitudes son temas clave en la investigación psicológica relacionada con problemas ambientales. La tragedia o drama de los comunes, es un ejemplo de dilema social donde diferentes partes persiguen su interés particular, el cual va contra el interés 23 colectivo. Surge como una metáfora ideada por el ecólogo Garrett Hardin en 1968, para explicar los problemas de las áreas comunes de pastoreo en Inglaterra. La tragedia o drama consiste en que la acción de un solo individuo por conservar estos recursos no asegura que los demás los conservarán y no tomarán ventaja de la situación. Este ejemplo se puede extrapolar a otros recursos compartidos como las áreas comunes de las unidades habitacionales, o los recursos naturales. El cambio climático también es una tragedia de los comunes pues se trata de la afectación de los intereses colectivos por la forma de vida de los consumidores individuales (Harris, 2004a; Myers, 2000). La percepción en la psicología ambiental se refiere a "la captación, selección y organización de las modificaciones ambientales, orientada a la toma de decisiones que hacen posible una acción inteligente (esto es, dirigida a un fin) y que se expresa por ella" (Rodríguez Sanabra, 1991, p. 56-57). En estudios de percepción sobre el cambio climático, O'Connor, Bord y Fisher (1999), encontraron en población norteamericana que la percepción de riesgos incrementa la disposición a efectuar acciones voluntarias (sobre todo en las mujeres) o gubernamentales (principalmente en los hombres) para combatir al cambio climático. Leiserowitz (2005), encontró también con población estadounidenses, que si bien hay una gran conciencia sobre el cambio climático, éste es percibido como un riesgo moderado que especialmente afectará a las personas geográfica y temporalmente distantes o sólo a la naturaleza, resultado que también fue confirmado con población británica (Lorenzoni, Leiserowitz, de Franca Doria, Poortinga y Pidgeon,2006). De forma general, en cuanto a la percepción de riesgos, "está bien documentada la tendencia de la gente de ser demasiado optimista al juzgar su riesgo personal, lo que ciertamente puede influir en cómo el individuo se aproxima a situaciones potencialmente peligrosas" (Dejoy, 1999). La educación también puede inducir un sentido de control sobre los riesgos que reducirá su percepción (Sundblad, Biel y Garling, 2007). 24 Respecto a las actitudes, se ha investigado sobre todo su influencia en la posible ejecución de una conducta. En el contexto del cambio climático, las actitudes ambientales pueden mediar la conducta individual y política . Sin embargo, Heberlein ( 1981 ), afirmó que "la investigación de las actitudes ambientales no ha sido acumulativa, y esto parece cierto en gran medida" (en Stem, 1992a, p. 279), lo cual en parte se debe a que en este campo no existe un constructo general, es decir, son una cosa o muchas (Stern , 1992a; Hernández e Hidalgo, 1998), lo que se refleja en su variedad de formas de medición. Aún en la literatura, los términos valores, creencias, actitudes y aún paradigmas son un tanto intercambiables (O'Connor, Bord y Fisher, 1999). 2.1 La actitud como medida de evaluación ·:· Para Fazio (1989), "una actitud se considera como una asociación entre un objeto dado y una evaluación dada" (Morales, 1994, p. 497). ·:· Ajzen (1989), la considera como "una variable latente, que ha de ser inferida de ciertas respuestas mensurables y que refleja en última instancia , una evaluación global positiva o negativa del objeto de la actitud" (Morales, 1994, p. 497). ·:· Para Myers (2000), la actitud es una reacción evaluativa favorable o desfavorable hacia alguien o algo, que se manifiesta en las creencias, los sentimientos o el comportamiento deliberado. Para Dejoy (1999), la actitud puede influenciar cómo la gente interactúa con el objeto actitudinal. Para Ajzen (2001 ), la función última de la actitud es facilitar la adaptación al ambiente. El campo de las actitudes ha tenido dificultades debido a que: 1) no son directamente observables como tales, y; 2) se componen de tres elementos, los sentimientos (afecto), la cognición (pensamientos) y la conducta , aspecto de más 25 fácil medición por ser observable, aunque en ocasiones no se evalúa directamente, sino solamente la intención o predisposición a realizarla . Entre las funciones que puede tener la actitud se encuentra la evaluación de objetos, que implica una asignación emotiva (rechazo o aceptación) al objeto evaluado. La evaluación no contiene en la misma medida los tres elementos de la actitud, ya que puede estar más apoyada en el aspecto afectivo, en el aspecto conductual o en el aspecto cognoscitivo si se tienen conocimientos respecto al objeto (Morales, 1994 ). Aunque si bien el objetivo principal en el estudio de las actitudes es ver de qué forma influyen en la P.jecución de una conducta, establecer esta relación no es sencillo. Existe un principio de compatibilidad entre actitudes y conductas, donde ambas estarán relacionadas cuando estén planteadas al mismo nivel, es decir, una actitud sólo será capaz de predecir una conducta cuando ambas tengan el mismo grado de especificidad (Ajzen y Fishbein, 1973). Así, en el trabajo de Weigel y Newman (1976), se midió la actitud de un grupo de personas hacia la conservación del ambiente con una pregunta general y después se analizó una serie de conductas muy concretas sobre el tema, sin encontrarse correlaciones elevadas. Sin embargo, cuando todas las conductas se combinaron en un índice general, la correlación subió sustancialmente. La relación entre actitud y conducta también se ve mediada por el control percibido y por la norma social subjetiva. La primera implica que la persona establece si posee o no las capacidades o recursos necesarios para llevar a cabo la conducta y si existen las oportunidades adecuadas para ejecutarla. Esto significa que aunque la persona tenga una actitud positiva hacia la realización de una acción, si no está bajo sus posibilidades no la realizará . La norma social subjetiva, por otro lado, tiene que ver con la presión social, el que la posible conducta sea aceptada o rechazada por el grupo social en el que se desenvuelve la persona. 26 Las actitudes predicen el comportamiento cuando: 1) se minimizan otras influencias, y; 2) la actitud es específicamente relevante a esa forma de comportamiento. Existe una tercera condición: una actitud predice más adecuadamente una forma de comportamiento cuando se trata de una actitud fuerte (Myers, 2000). Esto último tiene que ver con la experiencia que las personas hayan tenido con el objeto de la actitud, lo que siguiere un conocimiento del objeto, por lo cual, la actitud tendrán una mayor carga cognoscitiva que afectiva. Para Stem (2004 ), la ejecución de una conducta no solo depende de las actitudes, también influyen los valores y las creencias, aunque su nexo es raramente fuerte; otros factores como la infraestructura, los incentivos, las instituciones, la dificultad de la conducta, las habilidades individuales y el conocimiento intervienen. En muchos casos, la conducta depende más del contexto inmediato que de los valores profundos. El cambio de actitud puede tener efecto en la conducta a largo plazo, pero su efecto se ve sobre todo de forma indirecta en las políticas, instituciones o incentivos que moldean la conducta. 2.1.1 Las actitudes ambientales Las actitudes ambientales, "son los sentimientos favorables o desfavorables que se tienen hacia alguna característica del ambiente físico o hacia un problema relacionado con él" (Holahan, 1991, p. 115), por lo que al preguntar por agrado- desagrado, favorable-desfavorable o evaluaciones hacia un diseño o características de un objeto, se estará examinando la actitud ambiental. Entre los primeros instrumentos de medición de actitudes ambientales se encuentra la "Escala de Interés Ambiental" (Weigel y Newman, 1976; Weigel y Weigel, 1978). En una revisión teórica y metodológica del uso de las actitudes ambientales se encuentra que existen cuatro conceptos básicos que generalmente se aplican simultáneamente en su medición (Stern, 1992a): 27 1. El Nuevo Paradigma Ambiental o una conciencia ecológica que apuesta por el mantenimiento del balance natural como un fin en sí mismo. 2. El altruismo, que implica que la gente cuida del medio ambiente porque cree que su pérdida amenaza la salud y bienestar de un gran número de personas. 3. El egoísmo, es decir, la gente cuida la calidad del ambiente cuando su descuido puede afectarte directamente o a sus familiares cercanos; aquí juega un papel importante el costo-beneficio. 4. Las causas profundas detrás del ambiente, o mejor dicho, los "valores últimos" como los religiosos y otros valores ideológicos. Sin embargo estas últimas interrelaciones no se han establecido de forma clara. Dentro del estudio de las actitudes ambientales, una de las variables más analizadas es el sexo. De manera general, se ha observado una mayor actitud pro-ambiental en las mujeres, así como una mayor preocupación por su bienestar personal y el de otros, por el deterioro ambiental y una mayor percepción de riesgos. La hipótesis más difundida para explicar esta diferencia es el proceso de socialización por el cual ellas son culturalmente más sensibles y muestran mayor preocupación por los demás. Para el movimiento ecofeminista, estas diferencias son producto de una visión patriarcal del mundo que promueve las relaciones basadas en el poder, en las jerarquías y el valor de la dominancia, lo cual oprime a las mujeres y al medio ambiente, aunque reconocen diferencias entre las mismas mujeres según su clase, raza y cultura . Sin embargo, en los meta-análisis, estas diferencias resultan más bien contradictorias y poco concluyentes.(Dejoy, 1999; Du Nann Winter y Koger, 2004; Hernández e Hidalgo, 1998; Stem, 1992a;). De igual forma, los estudios que consideran el nivel educativo no son concluyentes pues en ocasiones muestran que a mayor nivel educativo mayor preocupación ambiental y actitud pro-ambiental, y en otras, esta relación es negativa o nula, pues los individuos con mayor nivel educativo pueden subvaluar el medio ambiente (Hernández e Hidalgo, 1998). 28 2.2 El Nuevo Paradigma Ambiental Para Stern, Dietz y Guagnano (1995), el Nuevo Paradigma Ambiental (NEP por sus siglas en inglés), puede ser tratado como una medición de actitudes ambientales, creencias, valores o como una visión del mundo, reflejando la ambigüedad inherente en la medición de estos temas (en Dunlap, Van Liere, Mertig y Jones, 2000). La NEP surge como una escala, originalmente de doce reactivos, propuesta por Dunlap y Van Liere en 1978. Pero más que una escala, representó una nueva visión de la relación ser humano-medio ambiente, contraria al "paradigma social dominante", pues retrata una realidad donde el ser humano no está excluido de las leyes de la naturaleza (Dunlap et al., 2000; Hernández e Hidalgo, 1998). Desde la década de 1970, comenzaron los primeros signos de alarma sobre el medio ambiente y los primeros cuestionamientos sobre el crecimiento económico y el crecimiento demográfico, pues incrementaron la demanda de recursos, principalmente la producción de alimentos y la generación de energía (Harris, 2004a), lo que se ve reflejado en los reactivos de esta escala, al igual que una nueva teoría ecológica en la cual los recursos naturales tienen límites, lo que está en oposición a la teoría capitalista que considera a la naturaleza como mercancía y los recursos naturales se manejan según las normas del mercado (Lezama Escalante, 2004). "Los logros de la civilización se cuestionan ahora por su impacto en la destrucción de la base de los recursos naturales" (Lezama Escalante, 2004, p. 15), ya que sin duda el avance tecnológico ha generado una crisis ecológica. La NEP también incluye una visión antropocéntrica, que destaca al ser humano sobre las demás especies, lo cual no sólo remite al paradigma anterior, sino llega 29 hasta las concepciones religiosas como el judaísmo, el cristianismo y el islamismo, donde el hombre tiene derecho sobre las demás especies, lo que constituye una predisposición moral en la interacción humano-ambiente (Harris, 2004a). La escala fue revisada en 1990 para proveerla de una mejor visión ecológica del mundo y mejorar su redacción. Así, se incluyeron tres nuevos reactivos para quedar conformada por quince en total. Si bien los autores sugieren usarla como una escala unidimensional, la decisión de usarla como una escala multidimensional debe depender del objetivo de cada estudio (Dunlap et al., 2000; Hemández e Hidalgo, 1998). Respecto a los resultados obtenidos con esta escala sobresale que el nivel educativo tanto en el estudio de Dunlap y Van Liere (1978), como en el de Arcury y Christianson (1990), tiene una correlación positiva con los reactivos de carácter pro-ambiental (en Hemández e Hidalgo, 1998). Se asume que las personas con un mayor nivel educativo "están más expuestas a información sobre temas ambientales, por lo tanto son más capaces de comprender la perspectiva ecológica implícita en la NEP" (Dunlap et al., 2000, p. 429). En cuanto al sexo, las mujeres han mostrado una mayor preocupación hacia los problemas ambientales, aunque en general, las diferencias entre mujeres y hombres son pequeñas (Du Nann Winter y Koger, 2004 ). 2.3 Opiniones y cambio climático Por un lado, la opinión es aquello que se pronuncia sobre un objeto y es una expresión de la actitud, como quedó demostrado en el estudio clásico de LaPiere, en el cual se observa la inconsistencia entre actitud y conducta. Al preguntar a una serie de dueños y gerentes de hoteles, restaurantes y cafeterías sobre su disposición a aceptar a personas de raza china como cl ientes, la mayor parte contestó de forma negativa; cuando el investigador, acompañado por una pareja 30 de raza china, se presentó en esos establecimientos, la conducta de los encargados fue de gran camaradería (Morales, 1994). Por otra parte, la opinión puede ser una muestra de las tendencias sobre un tema, lo que confonnaría la opinión pública, juicios que emite la población sobre aquello de interés general (Monzón, 1996). La opinión pública, a diferencia de la opinión que está relacionada con la actitud, es fácilmente modificable, pues depende más de un componente emotivo que de un componente cognoscitivo. Por lo anterior, resulta dinámica, pues en ella median el manejo de los medios, el contexto y la percepción del entorno; lo que no se ve, no existe y no puede ser juzgado. Hasta que surge un problema o tema de interés público, surge la opinión pública . Dentro del proceso de comunicación, la opinión pública tiene el poder de generar cambios, ya que no sólo es receptora de influencias sino que también las genera. Las encuestas o sondeos son las principales herramientas para obtener la opinión pública de un tema. Las encuestas y sondeos sobre el cambio climático han sido realizados principalmente por los medios de comunicación y organizaciones no gubernamentales, y aunque pueden ofrecer datos interesantes, no siempre ofrecen infonnación sobre los métodos muestrales y estadísticos utilizados. La British Broadcasting Corporation [BBC] World Service (2007), aplicó una encuesta sobre cambio climático a 22, 182 habitantes de 21 países. Los resultados generales mostraron que los cinco países que están mayormente de acuerdo en que es definitivamente necesario cambiar los estilos de vida fueron España (68%), México (64%), Canadá (63%), Italia (62%) y China (59%), mientras que los cinco países que en menor medida se mostraron de acuerdo fueron Nigeria (33%), Egipto (29%), Kenia (25%), Estados Unidos (19%) e India (18%). También se encontró que más del 50% de los participantes del continente americano, de Europa, con excepción de Italia, de África, con excepción de Nigeria, y de Asia, 31 con excepción de la India, están de acuerdo en que debe subir el precio de la energía generada por carbón y petróleo para restringir su uso. La población urbana china fue quien mayormente estuvo de acuerdo en incrementar los impuestos en la energía, con el 84%; los demás países tuvieron porcentajes divididos, y Brasil, Egipto y los Estados Unidos fueron quienes estuvieron menos de acuerdo. La población encuestada en México mostró más del 50% de aprobación a las acciones evaluadas en esta encuesta. La forma de aplicación fue por teléfono o cara a cara. En algunos países se aplicó sólo a población urbana y en otros a toda la población. Se aplicó sólo a mayores de 18 años con excepción de Alemania, Francia, Indonesia y Turquía. El rango de error por país fue entre el 2.4 y el 3.5%. Existen empresas especializadas en encuestas que son contratadas para sondear la opinión pública . Ejemplo de éstas son Gallup lnc., y Clear Vision lnstitute, las cuales colaboraron con la Universidad de Vale para una encuesta sobre cambio climático realizada en julio de 2007 a 1,011 adultos estadounidenses, y en la cual se encontró que: 1) el 68% está de acuerdo en reducir las emisiones de gases de efecto invernadero; 2) el 20% tiene la sensación de una crisis inminente por el cambio climático; 3) el 50% se siente preocupado por las consecuencias del cambio climático, y; 4) el 82% está a favor de que el al menos el 20% de la energía eléctrica se genere por medio de recursos renovables, aún cuando implique un costo extra de 100 dólares (Katz, 2007). Cabe destacar que está encuesta fue telefónica, para mayores de edad y con un rango de error de 3%. El componente cognoscitivo, que se refiere a las creencias, pensamientosy conocimientos resulta el ancla de las actitudes, que son la base de las opiniones, por lo que su modificación no es sencilla, pues implica todo un cambio en la estructura de pensamiento. La opinión pública al ser de tipo emotivo más que cognitivo, puede modificarse de forma más fácil cuando se ofrece mayor información y conocimiento respecto al tema juzgado. 32 CAPÍTULO 3 CONOCIMIENTOS SOBRE CAMBIO CLIMÁTICO Moser y Uzzell (2004 ), mencionan que los problemas ambientales como el calentamiento global, la desertificación o la escasez de agua son parte del conocimiento general de la sociedad, tanto en el nivel local como global, pero si bien existe conciencia respecto a ellos, hay poco entendimiento de su potencial de daño. Es decir, la gente tiende a sentirse invulnerable frente a los problemas ambientales, piensa que afectan a otros, por lo cual no habría razón para preocuparse y ocuparse. Sin embargo, escapar de las consecuencias de cambios globales como el cambio climático resulta imposible, pues no se limitan a ciertas áreas geográficas, sino que impactan en menor o mayor medida a todas las regiones y a sus habitantes. De manera reciente, la investigación de las dimensiones humanas del cambio global (climático y social) ha acrecentado el reto de la psicología: concebir las percepciones humanas y el conocimiento, actitudes y conductas en macroambientes, de un nivel regional a otro global (Pawlik, 2004 ). Entender el cambio climático es prerrequisito para entender el cambio en el futuro (Leemans y Costanza, 2005). No es suficiente con que los científicos conozcan las implicaciones del cambio climático, la población en general también debe conocerlas para ejecutar acciones de mitigación y adaptación. Gran parte del diálogo y difusión de la investigación climática ha sido enfocada hacia los propios científicos y hacia los grupos encargados de la toma de decisiones, es decir, los políticos o instituciones gubernamentales para quienes el conocimiento científico se puede traducir en la elaboración de políticas ambientales. 33 La importancia de que la población tenga este conocimiento se debe a que se ha encontrado que a mayor nivel de conocimientos, mayor predisposición conductual para realizar acciones pro-ambientales o de respeto hacia el ambiente pues se intensifica el sentido de conciencia y obligación. Además, un mayor nivel de conocimientos puede, en la mayoría de las veces, incrementar la percepción de riesgos (Bord , O'Connor y Fisher, 2000; O'Connor, Bord y Fisher, 1999; Pruneau, Gravel, Bourque y Langis, 2003; Sundblad , Biel y Garling, 2007). Una de las fonnas de obtención de conocimientos es la educación fonnal, sin embargo, en algunos casos, puede estar influida por el proceso de industrialización cuyo avance científico-tecnológico ha cambiado la relación ser humano-naturaleza, gef'lerando un distanciamiento psíquico-afectivo del hombre hacia ella y por el cual el ser humano se siente ajeno a la naturaleza, le parece lejana, y la visualiza como fuente inagotable de recursos (de Alba , Viesca, Alcántara, Esteban y Gutiérrez, 1993). Lo anterior resultaría en un sesgo de la infonnación que reciben los estudiantes respecto al conocimiento ambiental , pues se privilegia la visión de la naturaleza como proveedora de recursos y no como un sistema frágil que puede ser fácilmente alterado por la acción humana. Los conocimientos y la educación penniten a los individuos influir sobre el medio, función que se resumen en los verbos: pensar, sentir, percibir y actuar (Pruneau et al. , 2003). Pero el conocimiento no se adquiere exclusivamente en el proceso educativo. En años recientes y en gran parte debido al agravamiento que el medio ambiente ha sufrido por fenómenos como la destrucción de la capa de ozono, la deforestación y el cambio climático con especial relevancia el calentamiento global , se ha incrementado la infonnación que se ofrece a la población . En esto han jugado un papel fundamental los medios de comunicación al estructurar y definir la realidad y 34 los temas cruciales, al seleccionar, interpretar, enfatizar y publicar las reacciones de la gente frente a los desastres naturales (Uzzell, 2004 ). Para Silver y Braun (1999), los medios también juegan el importante papel de alertar sobre riesgos que en ocasiones las personas desconocen y, en conjunto con otros métodos podrían incitar un cambio conductual. Sin embargo, los conocimientos difundidos a través de los medios de comunicación pueden ser incompletos o incorrectos, pues como encontró Bell (1994), al analizar los comentarios sobre cambio climático de los medios neozelandeses, se difundía que el cambio climático era causado por la disminución de la capa de ozono (en Langford, 2002). Para Stern (2004 ), si bien la educación es un elemento clave para resolver los problemas ambientales, los resultados de una intervención educativa tienen poco o no tiene efecto en la conducta a corto plazo. 3.1 Nivel de conocimientos sobre el cambio climático En diversas investigaciones realizadas respecto al nivel de conocimientos que posee la población sobre el cambio climático se ha encontrado que existen conocimientos erróneos del fenómeno respecto a sus causas y consecuencias. Principalmente, existe una confusión entre cambio climático y la disminución de la capa de ozono, pues se considera que ésta es la causa por la cual actualmente hay una alteración en las condiciones climáticas, mientras el uso de combustibles fósiles y las emisiones de bióxido de carbono fueron pocas veces mencionados (Lorenzoni, Pidgeon y O'Connor, 2005; Lorenzoni et al., 2006; Morgan, Fischhoff, Bostrom y Atman, 2002 ; Pruneau et al., 2003). En el estudio con población estadounidense y británica de Lorenzoni et al. (2006), ambas poblaciones señalaron al aumento de temperatura como principal consecuencia del cambio climático. Sin embargo, en este estudio a los 35 estadounidenses se les preguntó por calentamiento global y a los británicos por cambio climático, como si fuesen términos intercambiables, lo que afecta la interpretación del fenómeno y el grado de comparabilidad entre las muestras. En el estudio de Pruneau, Liboiron, Vrain, Gravel, Bourque y Langis (2001 ), también se encontró que para la población canadiense el tema de cambio climático no resulta tan familiar, las consecuencias no son visibles en su entorno y las acciones humanas realmente no están causando el cambio climático (en Pruneau et al., 2003). Respecto a lo anterior, Epstein (1994), señala que el conocimiento derivado de la experiencia es más fácil de comprender y más probable su influencia nn la conducta que el conocimiento abstracto (en Leiserowitz, 2006). Pareciera que las consecuencias del cambio climático deben impactar localmente para comprender las implicaciones globales del fenómeno. El que la población considere erróneamente que los problemas ambientales, como es el caso del cambio climático, sean problemas a nivel global sin ninguna implicación a nivel local, o que estos problemas sean vistos como algo lejano, puede llevar a que las personas asuman la inacción como respuesta ante estos eventos y a que no asuman un compromiso frente a la mitigación y la adaptación , pues el cambio climático no les significa un problema para su forma de vida. Lo anterior es apoyado por los resultados del estudio realizado por O'Connor, Bord y Fisher (1999), donde se encontró que el conocimiento sobre el cambio climático es un predictor, al igual que la percepción de riesgos y las creencias, de intenciones conductuales relativas a la mitigación del cambio climático. Finalmente, una educación pública efectiva sobre el cambio climático, y otros temas ambientales, es esencial. La cobertura ocasional de los desastres por parte de los medios puede elevar o mantener la preocupación, pero esono hace buenos 36 ciudadanos en términos ambientales. Se requiere de conocimientos más profundos aún con la complejidad de este fenómeno y la incertidumbre que conllevan sus consecuencias (Bord, O'Connor y Fisher, 2000) Sin embargo, en México existe una gran carencia de conocimientos formales sobre el cambio climático. Por ejemplo, en el libro de texto de educación ambiental de tercer año de secundaria de Fabián Ceniceros, Escobar Muñoz, Morales Lugo y Ortiz Gómez (1999), el cambio climático no es mencionado directamente; en el bachillerato de la Universidad Nacional Autónoma de México [UNAM], el tema es considerado en los planes de estudio (Colegio de Ciencias y Humanidades [CCH], 2006; Escuela Nacional Preparatoria [ENP], 2006), pero no se profundiza en él. En la UNAM, a nivel licenciatura, en los últimos semestres de Economía y Derecho (área de las ciencias sociales), los alumnos pueden optar por materias relativas al medio ambiente pero, los planes de estudio no abordan el tema de forma directa, sino como parte de los problemas ambientales en los que pueden incidir (Facultad de Derecho, 2006; Facultad de Economía, 2006). Solamente en los últimos semestres de Biología y Medicina Veterinaria y Zootecnia (área de las ciencias biológicas y de la salud), sí se contemplan materias donde el cambio climático adquiere una mayor relevancia (Facultad de Ciencias, 2006, Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia, 2006). 37 4.1 Justificación CAPÍTULO 4 CONOCIMIENTOS Y ACTITUDES HACIA EL CAMBIO CLIMÁTICO EN ESTUDIANTES DE LA CIUDAD DE MÉXICO El cambio climático resulta un tema relevante en la actualidad y su importancia aumentará en los próximos años debido a sus consecuencias y a la instrumentación de estrategias de mitigación y adaptación que indudablemente implicarán la modificación de las conductas, formas de vida y los patrones de consumo. Por lo anterior, es necesaria la intervención de las ciencias sociales y del comportamiento, pues las ciencias naturales no tienen elementos conceptuales y metodológicos para promover esos cambios en las personas. Sin embargo, antes de realizar estrategias de intervención, es necesario saber qué conocimientos tienen las personas sobre el tema, la forma en que lo evalúan y la opinión que tienen de él. En este trabajo se estudiaron los temas anteriormente mencionados y constituye un antecedente dentro de la psicología ambiental en México acerca del cambio climático. Así mismo, se pretende que sea una aportación para los grupos de trabajo encargados de elaborar y desarrollar las medidas de adaptación y mitigación a nivel local y nacional. Se obtuvieron opiniones y se evaluaron las actitudes y conocimientos de estudiantes de tercer año de secundaria , tercer año de bachillerato y últimos semestres de licenciatura de la Ciudad de México hacia el cambio climático. El escoger población escolarizada se debió a que, en apariencia, es una población que cuenta con información del fenómeno, más allá de la que ofrecen los medios de comunicación . El observar cómo se asumen frente al cambio climático, permitió 38 dilucidar si para ellos este fenómeno es un problema y si consideran que les concierne. 4.2 Objetivos Los objetivos que guiaron este trabajo fueron los siguientes: 1. Identificar el nivel de conocimientos sobre el cambio climático en jóvenes escolarizados de la Ciudad de México. 2. Conocer la actitud hacia el cambio climático en jóvenes escolarizados de la Ciudad de México. 3. Identificar si existen diferencias en cuanto al nivel de conocimientos sobre el cambio climático respecto a escolaridad y sexo de los participantes 4. Identificar si existen diferencias en cuanto a las actitudes hacia el cambio climático respecto a la escolaridad y sexo de los participantes. 5. Identificar las tendencias de opinión sobre el cambio climático. 6. Identificar si existen diferencias de opinión sobre el cambio climático respecto a la escolaridad y sexo de los participantes. 4.3 Hipótesis 1) H1: Los estudiantes de tercer año de secundaria tendrán una diferencia estadísticamente significativa en el grado de conocimientos sobre el cambio climático con los estudiantes de tercer año de bachillerato. Ha: Entre los estudiantes de tercer año de secundaria y los estudiantes de tercer año de bachillerato no existirá diferencia estadísticamente significativa ~ el grado de conocimientos sobre el cambio climático. 2) H1: Los estudiantes de tercer año de bachillerato tendrán una diferencia estadísticamente significativa en el grado de conocimientos sobre el cambio climático con los estudiantes de los últimos semestres de licenciatura. 39 Ho: Entre los estudiantes de tercer año de bachillerato y los estudiantes de los últimos semestres de licenciatura no existirá diferencia estadísticamente significativa en el grado de conocimientos sobre el cambio climático. 3) H1: Los estudiantes de los últimos semestres de licenciatura de las carreras del área de las ciencias sociales tendrán una diferencia estadísticamente significativa en el grado de conocimientos sobre el cambio climático con los estudiantes de los últimos semestres de licenciatura de las áreas de las ciencias biológicas y de la salud. Ho: Entre los estudiantes de los últimos semestres de licenciatura de carreras pertenecientes al área de las ciencias sociales y los estudiantes de los últimos semestres de carreras pertenecientes al área de las ciencias biológicas y de la salud no existirá diferencia estadísticamente significativa en el grado de conocimientos sobre el cambio climático. 4) H1: Los estudiantes de tercer año de secundaria tendrán una diferencia estadísticamente significativa en la actitud hacia el cambio climático con los estudiantes de tercer año de bachillerato. Ho: Entre los estudiantes de tercer año de secundaria y los estudiantes de tercer año de bachillerato no existirá diferencia estadísticamente significativa en la actitud hacia el cambio climático. 5) H1 : Los estudiantes de tercer año de bachillerato tendrán una diferencia en la actitud hacia el cambio climático estadísticamente significativa con los estudiantes de los últimos semestres de licenciatura. Ho: Entre los estudiantes de tercer año de bachillerato y los estudiantes de los últimos semestres de licenciatura no existirá diferencia estadísticamente significativa en la actitud hacia el cambio climático. 6) H1 : Los estudiantes de los últimos semestres de licenciatura de las carreras del área de las ciencias sociales tendrán una diferencia estadísticamente 40 significativa en la actitud hacia el cambio climático con los estudiantes de los últimos semestres de licenciatura de las áreas de las ciencias biológicas y de la salud . Ho: Entre los estudiantes de los últimos semestres de licenciatura de carreras pertenecientes al área de las ciencias sociales y los estudiantes de los últimos semestres de carreras pertenecientes al área de las ciencias biológicas y de la salud no existirá diferencia estadísticamente significativa en la actitud hacia el cambio climático. 7) H1: Las mujeres tendrán una diferencia estadísticamente significativa en el grado de conocimientos sobre el cambio climático con los hombres. Ho: Entre las mujeres y los hombres no existirá diferencia estadísticamente significativa en el grado de conocimientos sobre el cambio climático. 8) H1: Las mujeres una diferencia estadísticamente significativa en la actitud hacia el cambio climático con los hombres. Ho: Entre las mujeres y los hombres no existirá diferencia estadísticamente significativa en la actitud hacia el cambio climático. 9) H1: Existirán diferencias en las opiniones hacia el cambio climático respecto al nivel educativo de los participantes. Ho: No existirán diferencias en las opiniones hacia el cambio climático respecto al nivel educativo de
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