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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO FACULTAD DE PSICOLOGÍA PROGRAMA PARA ENFRENTAR DIFICULTADES EN EL APRENDIZAJE DE LA COMPRENSIÓN LECTORA DIRIGIDO A NIÑAS INSTITUCIONALIZADAS DE 5° DE PRIMARIA INFORME DE PRÁCTICAS QUE PARA OBTENER EL TITULO DE: LICENCIADA EN PSICOLOGÍA P R E S E N T A : MARCELA DEL CARMEN MORA ZAVALA DIRECTORA DEL INFORME: LIC. IRMA GRACIELA CASTAÑEDA RAMIREZ. REVISORA: MTRA. MA. ESTELA JIMENEZ HERNÁNDEZ. México, D.F. 2007 UNAM – Dirección General de Bibliotecas Tesis Digitales Restricciones de uso DERECHOS RESERVADOS © PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL Todo el material contenido en esta tesis esta protegido por la Ley Federal del Derecho de Autor (LFDA) de los Estados Unidos Mexicanos (México). El uso de imágenes, fragmentos de videos, y demás material que sea objeto de protección de los derechos de autor, será exclusivamente para fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el respectivo titular de los Derechos de Autor. H. JURADO MTRA. MA. ESTELA JIMÉNEZ HERNÁNDEZ DR. GERARDO HERNÁNDEZ ROJAS LIC. FERNANDO FIERRO LUNA DRA. GILDA TERESA ROJAS FERNÁNDEZ LIC. IRMA GRACIELA CASTAÑEDA RAMÍREZ Agradecimientos A mis padres por haberme inculcado el estudio como una forma de vida. A mi mamá, que sin su ayuda esto no seria posible. A mi papá que lejos siempre estuvo cerca. Alvaro, gracias por crecer junto conmigo y por ser incondicional. Amor, gracias por ayudarme a alcanzar este sueño, por apoyarme siempre, te amo y lo sabes. A mis amigas por escucharme tantas y tantas veces, gracias. A mi abuelita, tíos y primos gracias. Irma, gracias por enseñarme a ser profesional ya que sin tu ayuda esto no hubiera resultado. Gracias a cada una de las personas que con sus enseñanzas, consejos y regaños me ayudaron a llegar hasta aquí. Hay hombres que luchan un día y son buenos, Hay otros que luchan un año y son mejores, Hay quienes luchan muchos años y son muy buenos, Pero hay los que luchan toda la vida, esos son los imprescindibles. Bertolt Brecht. PORTADA INDICE INTRODUCCIÓN ANTECEDENTES PROGRAMA DE INTERVENCIÓN RESULTADOS CONCLUSIONES REFLEXION FINAL REFERENCIAS ANEXOS Palabras clave: comprensión lectora, estrategias de lectura, resúmenes, dificultades de aprendizaje, primaria, niñas institucionalizadas, enseñanza recíproca, intervención. PROBLEMÁTICA ABORDADA En la actualidad se conoce a la lectura como una actividad múlt iple, ya que cuando una persona lee, participan sus sistemas cognit ivos que le permiten identif icar letras, transformarlas en sonidos, construir una representación fonológica de la palabra, acceder a los múltiples signif icados de ésta, hacer una selección del signif icado adecuado al contexto, designar un valor sintáctico a cada una de las palabras, construir e integrar el signif icado de las frases para elaborar el sentido global del texto y por últ imo, hacer inferencias basadas en el conocimiento previo y del mundo. Actualmente, la concepción sobre la comprensión lectora ha evolucionado, existen dos características fundamentales que diferencian a los modelos tradicionales explicativos de la comprensión lectora, de los modelos propuestos más recientemente. Los modelos tradicionales se han centrado en la jerarquización de habil idades, en l istas secuenciales de actividades y en la recepción pasiva del lector (Luceño, 2000). Los modelos cognit ivos de comprensión propuestos más recientemente, t ienden hacia una explicación global orientada hacia la integración de habil idades, así como a una concepción que enfatiza la interacción texto-lector. Tradicionalmente, la comprensión lectora se concebía como un subconjunto de habil idades a enseñar secuencialmente de manera jerarquizada (decodif icar, hallar la secuencia de acciones, identif icar la idea principal, etc) (Luceño, 2000). Se consideraba que el dominio de estas habil idades, era sinónimo de dominio lector o de capacidad de comprensión lectora. Esta concepción entraba en contradicción con los dos hechos siguientes: Cada autor o corriente proponía una l ista de subhabil idades distintas. Se ha demostrado que hay alumnos con dif icultades en la lectura, que a pesar de ello, dominan ciertas subhabil idades aisladas en mayor grado que los lectores expertos (Luceño, 2000). En la actualidad se def iende que cualquier subhabil idad está en continua interacción con las otras en el proceso lector; cada una de ellas ejerce un efecto sobre las restantes que, a su vez, la modif ican. De acuerdo a las evaluaciones realizadas por el Instituto Nacional para la Evaluación Educativa (INEE, 2003) la comprensión lectora es uno de los principales objetivos de la Educación Básica en México, se considera una actividad que depende, en gran medida, del manejo de estrategias adecuadas y situadas de calidad por parte del que enseña (maestro) para que los lectores (alumnos) logren un verdadero entendimiento de lo que intenta transmit ir el texto. Además, esta formación debe favorecer que el alumno, de forma activa, f lexible y estratégica, aplique estrategias diversas para construir una comprensión de un mensaje comunicado a través de un texto escrito. Asimismo, lograr de manera independiente que construya interpretaciones múltiples, establezca relaciones entre textos, revise y actualice propósitos de lectura (Carrasco, 2003) con base en cuatro factores: lo que sabe (conocimiento previo determinado culturalmente), lo que lee, el contexto y los propósitos que lo motivaron a leer. Una de las causas del alto índice de fracaso escolar en América Latina, es la presencia de problemas de comprensión lectora en los estudiantes, ya que si los alumnos no entienden lo que leen, tendrán bajo rendimiento académico, pueden presentar incapacidades para recordar detalles específicos, reconocer secuencias de hechos, y para inferir o pensar creativamente; además de un vocabulario insuficiente y falta de f luidez, lo cual l imita considerablemente las áreas l ingüísticas y cognit ivas y además genera una baja autoestima académica (Ferreiro y Gómez, 1986). Los hallazgos de Mayer (2002) indican que, aproximadamente el 25 % de los estudiantes, presenta dif icultad para alcanzar el nivel de desempeño esperado de acuerdo con el grado escolar en el que se encuentra. Las evaluaciones internacionales sobre lectura obtenidas mediante el Programa para la Evaluación Internacional de estudiantes (PISA, 2000) señalan que en México los estudiantes de educación básica aprenden a decodif icar un texto pero no logran comprender su signif icado. Revelan que un alto porcentaje de los estudiantes que egresan de secundaria son capaces de realizar las tareas de lectura más elementales. Debido a la importancia de los factores socioeconómicos en el aprendizaje, no sorprende que los resultados del país sean inferiores a los de países desarrollados, ya que los jóvenes mexicanos tienen condiciones de vida menos favorables al aprendizaje que los de otros países. El que México tenga resultados mejores o comparables a los de Argentina, Brasil, Chile, Perú y otros países de desarrollo bajo o medio se explica, en parte, por las mismas razones. Asimismo, la Organización de lasNaciones Unidas Para la Ciencia, la Educación y la Cultura (UNESCO, 2006) ha señalado que en el caso de México, la mayoría de los estudiantes egresados de secundaria son capaces de identif icar información específica de un texto, sin embargo, son menos los que logran comprender el mensaje. Esta aseveración confirma lo revelado por PISA en el año 2000. Las ult imas evaluaciones de lectura efectuadas en México demuestran que del año 2000 al 2005, el porcentaje de alumnos de sexto año de primaria con rendimiento insuficiente en lectura se redujo de 9 a 2 por ciento en primarias privadas, de 22 a 12 en urbanas; y de 32 a 23 en rurales. En ese lapso, el nivel de insuficiente aumentó de 35 a 36 por ciento en alumnos de los cursos que imparte el Consejo Nacional de Fomento Educativo (CONAFE) (INEE, 2007). Generalmente, los fal los en las habil idades de lectura, se deben a una falta de conocimiento de las estrategias cognit ivas para la comprensión de textos. Para adaptarse a una variedad de condiciones de estudio y a los t ipos de material de lectura el lector necesita poseer persistencia y f lexibi l idad y estar consciente de sus características personales como: fal los, habil idades, intereses, deficiencias en el conocimiento y procesos de lectura realizando acciones remediales adecuadas (Díaz Barriga y Hernández, 1993, cit. en Sánchez, 1998). Se entiende por estrategias de comprensión lectora a las actividades que el lector pone en marcha para conseguir la comprensión e interpretación de un texto escrito, así como para tomar medidas ante los errores o dif icultades para comprender (estrategias cognit ivas y metacognit ivas) (Luceño, 2000). Siguiendo a Palincsar y Brown 1985 (citado por Defior, 1996) y Solé (1999) las estrategias de comprensión lectora son aquellas que permiten: a) comprender los propósitos explícitos e implícitos de la lectura. b) activar y aportar a la lectura los conocimientos previos pertinentes para el contenido de que se trate. c) elaborar y probar inferencias de diverso t ipo, como son interpretaciones, hipótesis, predicciones y conclusiones. d) comprobar continuamente si la comprensión tiene lugar, mediante la revisión y recapitulación periódica y la auto- interrogación. Justificación Se considera a la lectura como una actividad determinante para el aprendizaje escolar, la lectura es el medio Instruccional más uti l izado para acceder a las diversas áreas de conocimiento, en este sentido se hace necesario incorporar actividades que promuevan el aprendizaje de la lectura ya que ello repercutirá en la construcción de contenidos académicos que los aprendices realicen. El logro de una adecuada comprensión y aprendizaje a partir de textos está sujeto a un patrón evolutivo relacionado con el desarrollo cognit ivo general del sujeto y éste no concluye sino hasta los 17 años, por tal motivo las participantes de este programa cumplen con este requisito (Solé, 1992). En las investigaciones sobre el proceso de adquisición de las estrategias de aprendizaje, se han encontrado numerosas evidencias que sugieren la existencia de una evolución, que va desde sus formas más rudimentarias, hasta procedimientos muy sofisticados y complejos, como por ejemplo memorizar información abstracta y descontextualizada. Una de las explicaciones que actualmente se sostiene señala que la adquisición de las estrategias, en primera instancia, ocurre a partir de internalización. Es decir, en principio se aprende en un plano interpsicológico social (el adulto dir ige la actividad del niño) y posteriormente pasa a un plano intrapsicológico individual (el niño adquiere cada vez más responsabil idad y el control); es decir, se pasa de una heterorregulación a una autorregulación (De la Mata, 1993). La perspectiva metodológica elegida para este trabajo está basada en la propuesta de Palincsar y Brown (1984) aunque con modificaciones en cuanto a la enseñanza de estrategias de comprensión tales como: establecimiento de objetivos, activación del conocimiento previo, búsqueda de palabras desconocidas, lectura recurrente, formulación de hipótesis, obtención de ideas principales y secundarias y elaboración de resúmenes. A diferencia de otras propuestas de enseñanza más próximas a la enseñanza directa (unidireccional y que corre a cargo esencialmente del enseñante), la enseñanza recíproca asume un papel holístico y propone un contexto basado en el aprendizaje guiado y cooperativo, en la que se comparten distintas habil idades estratégicas y autorreguladoras para la comprensión de textos. Las estrategias pedagógicas esenciales que operan en este contexto son esencialmente: el aprendizaje en pequeños grupos, el andamiaje, la modelización y sobre todo los diálogos espontáneos en torno al sentido del texto entre los participantes (Palincsar y Brown, 1984). Todas estas estrategias se aplican con la intención de lograr que los alumnos aprendan a hacer uso autorregulado de ciertas estrategias de comprensión, reconociendo tanto su valor funcional y contextual metacognit ivo y que al mismo tiempo logren conseguir, con la ayuda del guía, la construcción conjunta del sentido del texto. Ante las necesidades de los estudiantes mexicanos, y la oportunidad de realizar acciones que los beneficien, es evidente y urgente, diseñar programas para apoyar a niñas y niños que presentan dif icultades de comprensión lectora. La estructura del presente trabajo t iene el siguiente orden: en el capitulo uno, se presente el tema de la educación especial en México, el concepto de comprensión lectora de acuerdo con el enfoque cognit ivo, las dif icultades de aprendizaje en la comprensión lectora, las estrategias para facil itarla y experiencias similares. En el capítulo dos, se describe el programa de intervención que se l levó a cabo, se presenta la metodología uti l izada, detallando el t ipo de materiales, el diseño y el procedimiento empleado. El capítulo tres, se dedicó a los resultados obtenidos y al análisis realizado. Enseguida se presenta la l ista de referencias que sirvió de fundamento para la elaboración del programa y, f inalmente, en el apartado de anexos, se muestran los materiales uti l izados para las evaluaciones realizadas, la descripción de la aplicación del programa y algunas actividades empleadas. Objetivo general Con base en lo anterior, el objetivo del presente trabajo fue desarrollar y aplicar un programa correctivo que cubriera las necesidades de cada una de las niñas de 5º grado de primaria que presentaban dif icultades de aprendizaje en la comprensión lectora. CAPITULO I. ANTECEDENTES I. Antecedentes contextuales La educación especial en México El presente trabajo se llevó a cabo mediante la participación de niñas institucionalizadas pertenecientes al 5º grado de primaria que presentaban dificultades de aprendizaje, a las cuales se les brindaba apoyo mediante servicios de educación especial que ofrece la Secretaria de Educación Publica (SEP), tales como, Unidades de Servicios de Apoyo a la Educación Regular (USAER) y Centros de Atención Múltiple (CAM). En México, la Secretaria de Educación Publica (SEP) como órgano interno y único dirigido a manejar de la mejor forma la educación, ha puesto en marcha el Programa de Fortalecimiento de la Educación Especial y de la Integración Educativa, en el cual se pueden atender las dif icultades de aprendizaje en el área de lectura (SEP,2006). A partir de 1993, como consecuencia de la suscripción del Acuerdo Nacional para la Modernización de la Educación Básica, la reforma al artículo 3o constitucional y la promulgación dela Ley General de Educación- se impulsó un importante proceso de reorientación y reorganización de los servicios de educación especial, que consistió en cambiar las concepciones respecto a la función de los servicios de educación especial, promover la integración educativa y reestructurar los servicios existentes hasta ese momento. Promover el cambio en la orientación de los servicios de educación especial t iene antecedentes desde la década de los ochenta, pero cobró particular impulso con la promulgación de la Ley General de Educación, en 1993 (SEP, 2006) Los propósitos de reorientar los servicios de educación especial fueron, en primer lugar, combatir la discriminación, la segregación y la "etiquetación", que implicaba atender a las niñas y los niños con discapacidad en dichos servicios, separados del resto de la población infanti l y de la educación básica general. En esos servicios, la atención especializada era principalmente de carácter clínico-terapéutico, brindando una atención deficiente en otras áreas del desarrollo; por tales motivos y dada la escasa cobertura lograda, se buscó acercar los servicios a los niños de educación básica que los requerían. La reorientación tuvo, como punto de partida, el reconocimiento del derecho de las personas a la integración social y el derecho de todos a una educación de calidad que propicie el máximo desarrollo posible de las potencialidades propias. Este hecho impulsó la transformación de las concepciones acerca de la función de los servicios de educación especial y la adopción del concepto de necesidades educativas especiales. Tal concepto surgió en la década de los 60’s. Se planteó que ningún niño debe considerarse ineducable, reivindica la educación como un derecho para todos y establece que los f ines de la educación deben ser los mismos para todos, independientemente de las ventajas o desventajas que presenten los niños y las niñas. Asimismo, reconoce que algunos niños requerirán apoyos distintos o recursos específicos para alcanzar estos propósitos. El concepto de necesidades educativas especiales se difundió en todo el mundo a partir de la proclamación de los "Principios, polít ica y práctica para las necesidades educativas especiales" (Declaración de Salamanca) y del Marco de Acción derivada de la misma, en 1994. A partir de esta declaración, en México se definió que un niño o una niña con necesidades educativas especiales es aquel que, en comparación con sus compañeros de grupo, t iene dif icultades para el aprendizaje de los contenidos establecidos en el currículo, por lo cual requiere que se incorporen a su proceso educativo mayores recursos y/o recursos diferentes, para que logre los f ines y objetivos educativos. Como consecuencia de los cambios en la orientación de los servicios de educación especial, se promovió su reorganización y al mismo tiempo, se estableció que la guía para el trabajo educativo con los alumnos con necesidades educativas especiales, serían los programas de educación básica vigentes en ese momento. Esta reorganización se realizó del modo siguiente: a. Transformación de los servicios escolarizados de educación especial en Centros de Atención Múltiple (CAM), definidos en los siguientes términos: institución educativa que ofrece educación básica para alumnos que presenten necesidades educativas especiales, con o sin discapacidad. Los CAM ofrecerían los distintos niveles de la educación básica, uti l izando los programas de estudio generales, con las adaptaciones pertinentes. Asimismo, se organizaron grupos/grado en función de la edad de los alumnos, lo cual l levó a alumnos con distintas discapacidades a un mismo grupo. b. Establecimiento de las Unidades de Servicios de Apoyo a la Educación Regular (USAER), con el propósito de promover la integración de las niñas y niños con necesidades educativas especiales a las aulas y escuelas de educación inicial y básica regular. Estas unidades se formaron principalmente con el personal que atendía los servicios complementarios; igualmente, se promovió la conversión de los Centros de Atención Psicopedagógica de Educación Preescolar (CAPEP), en servicios de apoyo para los Jardines de Niños. c. Creación de las Unidades de Orientación al Público (UOP), para brindar información y orientación a padres de famil ia y maestros. La reorientación de los servicios de educación especial se impulsó al mismo tiempo que la reestructuración de la Secretaría de Educación Pública, derivada de la federalización de todos los servicios, medida establecida en el Acuerdo Nacional para la Modernización de la Educación Básica. Con la reestructuración, el ámbito de acción de la entonces Dirección General de Educación Especial, se redujo al Distrito Federal y algo similar ocurrió con la Dirección General de Educación Preescolar. La carencia de una instancia nacional para coordinar el proceso, generó incertidumbre y confusión en las instancias estatales y entre el personal que atendía los servicios; este hecho, y la profundidad del cambio que promovía, provocó que su implantación fuera muy diferenciada y no siempre favorable a la atención de los niños con necesidades educativas especiales derivadas de alguna discapacidad (SEP,2006). Con el propósito de evaluar el proceso de reorientación y precisar las normas y condiciones para su desarrollo, la Secretaría de Educación Pública y el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación convocaron, en 1997, a la Conferencia Nacional: Atención Educativa a Menores con Necesidades Educativas Especiales. Equidad para la Diversidad. Además de ratif icar la reorientación de los servicios de educación especial, se establecieron las siguientes conclusiones: • Que la acreditación y certif icación de estudios, sea la misma para los alumnos escolarizados en servicios de educación especial o en escuelas regulares, el iminando las boletas específicas de educación especial. • Que la evaluación del aprovechamiento de los alumnos, tanto en servicios escolarizados de educación especial, como en escuelas de educación regular, tenga como referencia el Acuerdo 2001 de la Secretaría de Educación Pública (SEP, 1993). • Que las escuelas que se construyan, cuenten con las adecuaciones de acceso físico e hidrosanitarias necesarias. • Que las partidas presupuestales de los servicios de educación especial, se ubiquen en educación básica para garantizar las condiciones de obligatoriedad de los servicios. • Que los alumnos escolarizados en servicios de educación especial, sean considerados en la distribución de los l ibros de texto gratuitos y que la planta docente tenga acceso a los materiales de apoyo para la enseñanza (programas, avances programáticos y l ibros para el maestro, entre otros). • Que se cuente con formatos estadísticos específicos para organizar y sistematizar la información relacionada con los alumnos con discapacidad. • Que se favorezca la programación detallada para los CAM y las USAER. • Que se recategoricen las plazas de educación especial, para lo cual es necesario definir las funciones de los profesionales en los distintos servicios de educación especial. • Que los servicios de educación especial l leguen a poblaciones y comunidades en condiciones de rezago social. • Que los centros educativos cuenten con un proyecto escolar que considere la atención de los alumnos con necesidades educativas especiales. • Que los Consejos de Participación Social apoyen la atención educativa de estos alumnos. El Acuerdo 2001 establece las normas de evaluación del aprendizaje en educación primaria y secundaria, referido en el Diario Oficial de la Federación del 14 de sept iembre de 1994. 1.2 Dificultades en elaprendizaje El campo de las di f icultades resulta part icularmente controversial , su desarrol lo ref leja la variedad de posturas y aproximaciones psicológicas, educativas y medicas. La relat iva juventud del campo expl ica en parte la diversidad en las definiciones enfoques y técnicas, además del carácter mult idiscipl inario que manif iesta (Macotela, 1989). En una conferencia dictada en 1963, Samuel Kirk (ci t . en Macotela, 1989) introdujo el término “Problemas de Aprendizaje” para referirse a: “un grupo de niños que presentan desórdenes en el desarrol lo de las destrezas necesarias para la interacción social . En este grupo no se incluyen niños que tengan impedimentos tales como ceguera o sordera, porque tenemos métodos para manejar y entrenar al ciego y al sordo. Excluyo también de este grupo a los niños que t ienen un retardo mental general izado” (Myers y Hammil, 1982. ci t . en Macotela, 1989). En lo que respecta a México, es en 1971 que se comienza a promover el interés por el nuevo campo con la organización del pr imer Congreso sobre Dif icul tades en el Aprendizaje. El campo de los problemas de aprendizaje resulta part icularmente controversial . Su desarrol lo ref leja la variedad de posturas y aproximaciones psicológicas, educativas y medicas. El desarrol lo de una def inición comprehensiva ha atravesado por diversas etapas hasta producirse la def inición que actualmente r ige el campo y que, para propósitos prácticos, también se emplea en México. Esta definición se encuentra en la l lamada Ley Publ ica 94-142 la cual a la letra dice: El término “niños con problemas de aprendizaje” se ref iere a aquel los niños que t ienen un desorden en uno o más de los procesos psicológicos básicos involucrados en la comprensión o el uso del lenguaje hablado o escri to, que puede manifestarse en una habi l idad imperfecta para escuchar, pensar, hablar, leer, escribir, manejar la ortografía o real izar cálculos matemáticos (Macotela, 1989): Esta definición cumplió su propósito en el sent ido de proporcionar las bases para instrumentar servicios para los niños incluidos dentro de la definición, ésta úl t ima no ha logrado satisfacer en su total idad a los profesionales relacionados con el campo (Mactela, 1989). La inclusión de “procesos psicológicos básicos” ha generado innumerables debates. Aparentemente la intención original al emplearla era, por un lado, refer irse a la naturaleza intrínseca de los problemas de aprendizaje y, por otro, a disminuir el énfasis exagerado en las bases neurológicas del problema y dir igir lo hacia un énfasis psicoeducativo. La frase en cuestión creó una división entre aquel los que propugnan por una instrucción directa de tareas de lectura, escri tura, matemáticas, etc., y de aquel los otros que def ienden el entrenamiento en habi l idades psico-cognit ivas que se presupone subyacen a la efic iencia en tales tareas. Estas úl t imas habi l idades fueron l lamadas habi l idades de procesamiento e incluyeron constructos tales como la memoria, la percepción y la modal idad sensorial (Macotela, 1989). Debido a la presencia de di f icultades de aprendizaje en alumnos de nivel básico, la Secretaria de Educación Publ ica ha puesto en marcha servicios que ofrecen ayuda para mejorar el rendimiento escolar de alumnos de presentan fal las en el aprendizaje. Con el propósito de superar problemáticas específ icas (tales como, di f icul tades en el aprendizaje, baja autoestima, relación inadecuada con la famil ia, etc.) de niñas insti tucional izadas el internado Gertrudis Bocanegra de Lazo de Vega ofrece servicios como el de USAER y CAM, así como atención psicológica, En la inst i tución existen numerosas niñas que requieren servicios de educación especial y en ocasiones los servicios ofrecidos, no alcanzan a cubrir las necesidades de cada una de las niñas, por tal motivo, la Facultad de Psicología (Universidad Nacional Autónoma de México), en especial la coordinación de psicología Educativa, se ha preocupado por brindar apoyo profesional a la insti tución, y así, poder atender correctamente a las necesidades de las alumnas que lo requieran. Las di f icul tades de aprendizaje se presentan comúnmente durante la edad escolar de los sujetos y pueden detectarse e intervenirse principalmente en el curso de la educación primaria en donde los niños se encuentran entre los 6 y 13 años de edad, cabe mencionar que el presente trabajo se l levó a cabo con la part ic ipación de niñas de entre 10 y 12 años de edad. En 1955, Piaget expl icó que el desarrol lo cognit ivo se l leva a cabo en tres estadios, en donde el periodo formal (estadio I I I) corresponde a la etapa de la adolescencia y es cuando se ut i l iza lo que ya se puede l lamar “técnicas científ icas”. Los adolescentes no sólo buscan conseguir un objet ivo sino entender como funciona el conjunto. Primero ref lexionan y luego intervienen, de tal manera que no tratan de extraer directamente de la experiencia las leyes, sino que primero hacen hipótesis y luego intentan comprobar si se cumplen. Sólo estos adolescentes trazan primero un plan y luego lo comprueban en todos los casos, teniendo en cuenta las combinaciones posibles (ci t . en Delval, 2000). De acuerdo con lo expuesto por Inhelder y Piaget en 1955 (ci t . en Delval, 2000) a medida que los sujetos van creciendo van objet ivando el problema y experimentado act ivamente para descubrir sus causas. Al f inal, ut i l izan un esquema que consiste en variar cada vez un factor y dejar todos los demás inalterados, para observar los efectos que se producen. Además es capaz de generar todas las combinaciones posibles de los factores, lo cual le permite actuar de forma exhaustiva. El adolescente aborda los problemas que t iene que resolver de una manera dist inta y mucho más eficaz que los niños de las etapas anteriores. Es capaz de entender y de construir sistemas teóricos complejos en los que los datos aparecen subordinados a la coherencia del sistema. Ésta es la forma de pensamiento característ ica de la ciencia que, naturalmente puede real izarse en muy dist intos niveles de complej idad. El periodo formal supone una gigantesca ampliación de las posibi l idades de resolución de problemas. El adolescente es mucho más capaz que el niño de interpretar la experiencia y, sobre todo, de manipularla, de crear condiciones para poder observar un fenómeno, una palabra, de aislar las variables que producen un fenómeno. Es capaz también de formular hipótesis y de contrastarlas, de examinar si son ciertas o son falsas, etc. Su razonamiento es un arma muy potente para entender el mundo. 2. Antecedentes teóricos 2.1 Comprensión lectora. El interés por la comprensión lectora no es nuevo. Desde principios del siglo XIX, maestros y psicólogos han considerado su importancia para el aprendizaje, lo cual los ha l levado a estudiar lo que sucede cuando un lector cualquiera comprende un texto. Dicho interés ha aumentado y ha cambiado la concepción o percepción de cómo se da el proceso de la comprensión lectora. La comprensión de textos está presente en los escenarios de todos los niveles educativos y se le considera una actividad determinante para el aprendizaje escolar, ya que la mayor parte de la información que los alumnos adquieren, discuten, analizan, procesan dentro y fuera de las aulas surge a partir de los textos escritos. Por tal motivo la comprensión de textos es un tema al que se le dedica especial atención, ya que sin una comprensión adecuada, difíci lmente los alumnos van a estar bien preparados para adquirir los contenidos curriculares (DíazBarriga y Hernández, 2002). Dicha actividad cobra especial importancia, ya que gran parte de los conocimientos nuevos son adquiridos por medio de textos escritos y uno de los objetivos primordiales, es que el estudiante logre desarrollar las habil idades y maneje las estrategias para adquirir conocimiento nuevo e integrarlo a su conocimiento previo. El objetivo principal de la lectura es, el obtener signif icado de la misma, es decir, comprender lo que el escritor nos quiere comunicar con el f in de formar nuestras propias interpretaciones. García y cols. (1995) señalan que la lectura es un medio de comunicación que requiere de un emisor, de un receptor, de un instrumento y de un contexto. Cooper (1990) complementa argumentado que el lector reestructura sus conocimientos, pero también, el texto es modificado por las interpretaciones y representaciones que de él hace el lector, por lo que se considera que la comunicación implica la comprensión entre lector y texto, es decir, interactúan y se modifican mutuamente. En los años 60`s y 70`s, un cierto número de especialistas en la lectura postuló que la comprensión era el resultado directo de la decodif icación (Fries, 1978, cit. en Cooper, 1990); si los alumnos eran capaces de denominar las palabras, la comprensión tendría lugar de manera automática. Pero a medida en que los maestros se desplazaban a la decodif icación, se dieron cuenta que aún había estudiantes que seguían sin comprender textos, con esto se concluyó que la comprensión no tenía lugar de manera automática. Esta visión de la lectura l levó a considerar que, en su enseñanza no se diera importancia a lo que pudiese tener el texto de signif icativo para los aprendices, la importancia radicaba en la ejercitación de la habil idad decodif icadora de los signos escritos, con las consecuentes crít icas y castigos cuando el aprendiz cometía errores. En la década de los 70`s y los 80`s, Anderson y Pearson, investigadores adscritos al área de la enseñanza, la psicología y la l ingüística, comenzaron a teorizar acerca de cómo comprende el lector, ofreciendo un nuevo enfoque que entendía a la lectura como una acción reciproca entre el texto y el lector, intentando luego verif icar sus postulados a través de la investigación (cit. en Cooper, 1990). A partir de esta concepción se reconoce el papel activo del lector ya que el proceso de comprensión se entiende como una construcción del sentido del texto; lo cual se realiza de acuerdo con la competencia l ingüística, el bagaje intelectual, cultural y emocional, dado que el lector relaciona el contenido del texto con algo ya conocido por él; en este sentido Goodman, en 1967, afirmó que la lectura es un proceso de interpretación, y que el lector realiza una construcción que depende fuertemente de su conocimiento previo (Ferreiro y Gomez Palacio, 1986). El texto contiene el signif icado “en potencia”, pero éste “se actualiza” por medio del lector en el proceso de transacción que supone la lectura. Habría que añadir, además, que el signif icado potencial del texto y el construido por el lector nunca son idénticos sino aproximados, puesto que involucra una serie de inferencias y referencias que están basadas en los esquemas propios del lector. El texto así construido es el que el lector comprende y cualquier referencia posterior que haga el lector respecto de lo leído tendrá por base el texto construido por él y no el publicado por el autor (Dubois, 1987, cit. en Sánchez, 1995). A partir de esta visión la lectura puede entenderse como un proceso de interacción continua entre el lector y el texto, proceso mediante el cual el lector intenta obtener una información acorde a los objetivos que guían su lectura (Solé, 1999). Esta definición t iene varias consecuencias. En primer lugar, la concepción de un lector activo que procesa y analiza el texto. En segundo lugar, se considera que siempre debe existir un objetivo que regule la lectura, o dicho de otra forma, que siempre leemos con algún objetivo especif ico, para alcanzar alguna finalidad. Además de que los objetivos y f inalidades que guían la lectura de una persona pueden ser muy amplios y variados, por ejemplo: realizar el seguimiento de instrucciones para armar algún objeto, realizar un juego, una receta de cocina; informarse sobre algún acontecimiento, confirmar alguna información, etc. Una tercera implicación que se desprende en gran medida del objetivo que antecede la lectura. Es decir, como se señaló anteriormente, en referencia a la construcción personal que realiza el lector, aunque el contenido de un texto permanezca invariable, es posible que dos lectores motivados por objetivos diferentes, extraigan de él distinta información, el signif icado del texto se construye por la participación activa del lector, lo cual no quiere decir que el texto no tenga sentido o signif icado propio; sino que el lector lo actualiza, lo construye acorde a sus conocimientos previos y a los objetivos que guían su lectura (Monereo, 1990) Para Palincsar y Brown, 1984 (cit. en Luceño, 2000), uno de los cuatro factores principales para la comprensión de un texto es el hecho de que el lector disponga del conocimiento previo relevante que le permita atribuir signif icado al contenido del texto. Los conocimientos que el lector aporta a la comprensión, se suelen clasif icar en tres grandes grupos: a) El conocimiento general del mundo, de las relaciones sociales y de las características de ciertas situaciones. A partir de este conocimiento se suelen explicar y predecir los distintos comportamientos humanos. b) El conocimiento sobre la organización de los textos o supraestructura, muy úti l en la comprensión de los textos narrativos y exposit ivos. c) El conocimiento especif ico del tema o asunto acerca de lo que trata el texto relativo a un tema concreto (geográfico, histórico, científ ico, etc.). El papel de estos conocimientos es incuestionable, ya que se ha demostrado que los lectores con más conocimientos previos sobre un tema retienen más información signif icativa. Sánchez (cit . en Luceño, 2000) en la década de los 90´s reduce los t ipos de conocimiento que inciden especialmente en la comprensión, a los siguientes (f ig. A): Figura A. Tipos de conocimiento Sobre la construcción de las proposiciones Sobre los seres humanos y el mundo social Sobre los textos y las diversas estructuras CONOCIMIENTO Sobre el mundo físico y natural Sánchez, 1990 ( ci t . en Luceño, 2000) Las investigaciones que tienen como objetivo verif icar/comprobar el efecto de los conocimientos previos sobre la comprensión del texto, pueden clasif icarse en tres grupos. a) Los estudios interculturales b) Los estudios de expertos-principiantes c) Los conocimientos equivocados del lector a) En los estudios interculturales los lectores son seleccionados porque se distinguen por la naturaleza de sus conocimientos al ser de culturas diferentes. Los resultados de los estudios interculturales muestran que los sujetos leen más rápido los textos sobre su propia cultura y retienen mejor la información que estos textos contienen. Asimismo, cometen más errores de interpretación en los textos que tratan de otras culturas. b) Los estudios comparativos de comprensión de textos en lectores principiantes y en lectores expertos, en un mismo dominio del saber, han mostrado que los lectores considerados expertos en un tema preciso adquieren más fácilmente conocimientos nuevos cuando realizan lecturas sobre ese asunto que los lectores considerados principiantes. Las primeras investigaciones acercadel efecto de los conocimientos sobre la comprensión lectora incidieron sobre la cantidad de informaciones que el lector poseía. Los investigadores l legaron a la conclusión que cuantos más conocimientos poseía el lector sobre el asunto tratado en el texto, más posibil idad tenía de comprender el texto y de aprender nuevas informaciones (Sarmiento, 1995). No obstante, progresivamente, los investigadores comenzaron a preocuparse por la calidad de los conocimientos de lectores (su exactitud, sus errores…). Acontece, muchas veces, que nuestros conocimientos son vagos, incompletos o inexactos (incorrectos). Los datos de que disponemos hasta ahora nos permiten sostener claramente la idea de que la comprensión lectora es un proceso interactivo entre el lector y el texto. Esto trae consigo una serie de habil idades que deben inculcarse a los estudiantes, para que así desarrollen mejor su comprensión de textos y la aprovechen al máximo. La comprensión lectora está influida por diversos factores, existen modelos como el de Bransford, Campione y Ambruster (cit. en Sánchez, 1998), que enfatizan cuatro factores que intervienen en el proceso de aprendizaje y comprensión de textos, es el modelo del tetraedro del aprendizaje que está compuesto por los elementos que se muestran en la f igura B. Figura B. Tetraedro del aprendizaje Las características psicológicas del lector con respecto al texto, además de sus estados emocionales y afectivos El resultado final, consistente en la utilización de métodos de estudio conscientes, considerando su eficacia en la evocación y transferencia para la solución de diversos problemas. Estrategias o actividades empleadas, es decir, los procesos de codificación que se utilizarán dentro de la lectura Las características del material, los diferentes tipos de texto, su nivel de abstracción, la cantidad de información que ofrece, las pistas tipográficas que presenta. Cooper (1990) añade otros factores como: Bransford, Campione y Ambruster (ci t . en Sánchez, 1998) • Las características del profesor, lo que sabe, lo que enseña, las ayudas que proporciona, las conductas que fomenta y las prácticas que realiza. • El contexto social y físico, incluyendo el lugar donde se encuentra el alumno cuando realiza la lectura o el estudio, los objetos que le rodean, la i luminación, ruido, t iempo dedicado, motivación y uso de la lectura por parte de la famil ia. Es importante reconocer que para el estudio del proceso de lectura, deben tomarse en cuenta el lector y el texto; hasta este momento se ha mencionado solo la participación del lector, sin embargo no puede dejarse de lado la participación de los textos, dado que éstos también son diferentes y ofrecen distintas posibil idades y l imitaciones en el proceso de la transmisión escrita. Encontramos que los textos están diseñados bajo distintas estructuras textuales o “superestructuras” (Van Dijk y Kintsch, 1983) las cuales restringen la forma en cómo se organiza la información escrita, lo que obliga al lector a tener conocimiento de ellas por lo menos de manera intuit iva, para facil i tar y lograr una comprensión adecuada de la información contenida en los textos. No encontramos la misma información en un cuento que en un texto académico, en una enciclopedia, una novela, etc.; cambia el contenido y además la estructura textual, estas características modifican de manera sustancial el estudio de la comprensión de textos. 2.1.1 El texto Otro elemento importante para que se dé una adecuada comprensión lectora se refiere al t ipo de texto y sus característ icas. Se considera al texto como una unidad l ingüística-pragmática que tiene como fin la comunicación. Es cualquier estructura sintáctica o unidad constituida por un conjunto de oraciones que, al agruparse, conforman párrafos, capítulos u obras, que constituyan una idea completa (Gómez Palacio y Ferreiro, 1990). Sánchez (1998) explica que ciertas características del texto pueden facil i tar u obstaculizar la comprensión por lo que es importante conocer las características del texto para poder reconocer lo que el lector comprende en su relación con éste. Tales características se indican a continuación: • Forma grafica. Características de direccionalidad y extensión que posee el texto. • Relación con el sistema de la lengua. El texto posee un sistema ortográfico, un conjunto de letras (grafías), un sistema de reglas de combinación, un sistema de puntuación, entre otros. • Estructura. El texto se t ipif ica de acuerdo con diferentes esti los, se diferencian entre sí por sus formas de construcción (superestructura) y por su función comunicativa. • Contenidos. El texto debe presentar una relación lógica entre las proposiciones. Pueden clasif icarse según: • El tema • El grado de complejidad con que es tratado • La extensión y el orden de las ideas • La cantidad de información implícita y explicita • La cantidad y t ipo de inferencias que exige del lector • Las palabras clave que activan esquemas para la distinción de las ideas principales Al seleccionar los aspectos más importantes de la información proporcionada por el texto, el lector dedica más recursos de su procesamiento a la comprensión de una forma controlada y esto facil ita la codif icación de la información, además de que permite identif icar las ideas principales del texto organizándolas jerárquica y coherentemente. Existen dos tipos fundamentales de textos: narrativos y exposit ivos. Los textos narrativos cuentan una historia y son los materiales de t ipo l i terario. Los textos exposit ivos brindan información y refieren hechos y son los materiales de t ipo científ ico y estudios relacionados con las ciencias sociales (Cooper, 1990). Los textos narrativos y exposit ivos se organizan de manera distinta, y cada t ipo, posee su propio léxico y conceptos úti les. Los lectores han de poner en juego procesos de comprensión diferentes cuando leen los distintos t ipos de texto. Así que, un elemento fundamental dentro de la comprensión lectora, es la necesidad de mostrar a los lectores como comprender los materiales narrativos, o historias de ficción y los materiales exposit ivos o informativos. Actualmente se considera que todos los elementos mencionados anteriormente t ienen un peso importante dentro del proceso de lectura y, por lo tanto, deben tomarse en cuenta cuando se trata de enseñar a leer y comprender (Solé, 1999). 2.2 Modelos teóricos Para acercarnos al estudio de la comprensión lectora, procesos de desarrollo y otros factores que intervienen, revisaremos diferentes modelos teóricos que han sido signif icativos al respecto: La lectura puede estudiarse desde diferentes puntos de vista, la l ingüística por ejemplo se interesa particularmente en describir las normas de una lengua referidos a la ortografía, morfología, así como a los aspectos sintácticos y semánticos de la lectura, sin embargo desde esta óptica no se explican los mecanismos psicológicos implícitos como pueden ser el recuerdo y la representación mental del texto (De Vega y cols, 1990). A continuación se presentan diversas perspectivas referidas a la lectura. • La postura que guarda la inteligencia artif icial es el interés en desarrollar algoritmos en las computadoras que simulen el procesamiento humano, en este sentido el avance tecnológico perfecciona la ejecución de las computadoras y no la práctica humana. • La neuropsicología del lenguaje estudia el deterioro selectivo de las funciones de la lectura, generalmente como consecuencia de lesiones cerebrales. • La perspectiva de laPsicología Cognit iva plantea que el aprendizaje se logra cuando el individuo es capaz de elaborar una representación personal y objetiva sobre un objeto de la realidad o contenido. • Las aportaciones de la Psicología Instruccional como campo de aplicación de la Psicología Cognit iva están orientadas al desarrollo de técnicas de aprendizaje de la lectura (De Vega y cols, 1990). De esta forma observamos que el estudio interdiscipl inario de la lectura permite analizarla como una actividad múlt iple. Dados los objetivos del presente trabajo nos referiremos al proceso lector desde la perspectiva de la Psicología Cognit iva. La concepción que se tiene sobre la comprensión lectora en este enfoque, consiste en la construcción de un signif icado del texto leído, en la cual el lector hace una relación del conocimiento nuevo que está adquiriendo, con su conocimiento previo, con lo cual desarrolla nuevos esquemas. Existe un consenso al considerar a la lectura como una actividad con diferentes componentes de procesamiento, de igual manera se considera que un modelo explicativo de la lectura debe tomar en cuenta: • El establecimiento de la relación temporal de los componentes • Una descripción de su estructura • Identif icación de los componentes cognit ivos • Determinar el modo en que los componentes se comunican entre si En cuanto al establecimiento temporal de los componentes de la lectura se conocen dos posturas: la primera de ellas postula que el procesamiento del texto se presenta de manera serial, esto signif ica que los mecanismos de lectura van siguiendo un orden estructurado, se inician con la decodif icación de letras, se continua con palabras, después con el acceso léxico, análisis sintáctico, etc., siempre siguiendo este orden predeterminado. La otra posibil idad es el procesamiento en paralelo en donde dichos componentes se solapan temporalmente (De vega y cols, 1990). Sobre la estructura funcional de la lectura se conocen dos supuestos: 1. Concepción Modular 2. Concepción Interactiva 1. Concepción Modular Supone que el sistema esta compuesto por unidades funcionales autónomas o módulos. Estas unidades contienen el f lujo de información y se caracterizan por ser mecanismos altamente especializados dedicándose a ejecutar sólo una operación. La concepción modular se explica a través de dos modelos teóricos: Modelo de abajo-arriba En el modelo abajo-arriba se considera que el f lujo de información se comunica desde los módulos inferiores a los superiores. La tarea del lector se inicia a partir de la decodif icación de letras, palabras, frases, etc. Es un modelo que centra la importancia del proceso lector únicamente en el texto, dejando de lado la actividad propia del lector, se da un peso considerable a las habil idades de decodif icación, se considera que el lector logra la comprensión porque es capaz de decodif icar el texto en su totalidad. Modelo arriba-abajo El modelo descendente manif iesta todo lo contrario al modelo anterior, en ésta propuesta el lector parte de su conocimiento previo y de sus capacidades cognit ivas para anticiparse al contenido del texto, la actividad primordial se presenta durante el procesamiento al comprobar o rechazar las inferencias realizadas, desde esta postura el texto es procesado para su comprobación. Este procesamiento se realiza de manera secuencial, jerárquica y en forma descendente. Actualmente no se aceptan construcciones totalmente seriales, en principio porque resultan lentas e ineficientes, ya que cada operación requiere ser f inalizada para iniciar la siguiente. Además la organización propia del cerebro indica que éste funciona por medio de una red masiva de miles de mil lones de procesadores interconectados que operan en paralelo. Sin embargo, se puede mantener la noción de modularidad porque permite una mejor comprensión de los componentes de la lectura, así como la comunicación que existe entre ellos. 2. Concepción Interactiva Las l imitaciones de los modelos anteriores han l levado a considerar a la lectura como un proceso interactivo en el que el producto f inal depende simultáneamente de los datos proporcionados por éste, de los conocimientos de distintos t ipos que posee el lector y de las actividades que realiza durante la lectura. Se considera que al leer un texto el sujeto comienza guiado fundamentalmente por el mismo, procesando la información de modo ascendente. Sin embargo, en la medida en que este proceso aporta al lector un núcleo de información, éste activa un pequeño numero de datos o esquemas de conocimiento que permiten integrar la información y ayudan a la comprensión de las frases siguientes, dado que restringen los valores que pueden tomar las variables al inducir la realización de ciertas inferencias y no otras sobre aspectos no especif icados en el texto (Alonso, 1995). El sujeto construye, entonces, un modelo a partir de los esquemas activados por los elementos iniciales del texto, modelo que va siendo precisado de forma progresiva a medida que la información inicialmente implícita se va haciendo explícita. En principio se espera que lo haga por aproximaciones sucesivas y uti l izando sus estructuras de conocimiento para interpretar la nueva información, reestructurando sus esquemas e integrando la información novedosa. El lector desarrolla los diversos esquemas de que dispone a través de sus experiencias; es decir, a través de sus conocimientos previos. Por ejemplo, si un lector no ha tenido experiencia alguna en un tema determinado, no dispondrá de esquemas para evocar un contenido especif ico y la comprensión será muy difíci l. Diversos estudios acerca de la comprensión lectora demuestran que los esquemas y la información previa de que dispone el lector, influyen de manera determinante en su comprensión (Adams, Bertram, Durkin, Pearson, cit. en Cooper, 1990). Respecto a la teoría del esquema García y cols. (1995) conciben la comprensión de textos como un proceso de comprobación de hipótesis en el que el sujeto, a part ir de los indicios que proporciona el texto, genera determinados esquemas- hipótesis que se evalúan contrastándolos con las oraciones sucesivas hasta lograr una interpretación consistente. Esta teoría explica cómo se forman tales estructuras y cómo se relacionan entre sí a medida que un individuo almacena conocimientos. Para Rumelhart, un esquema es una estructura representativa de los conceptos genéricos en la memoria individual (cit. en Cooper, 1990). De acuerdo a Cooper (1990) los esquemas son núcleos estructurados de conocimientos que representan conceptos genéricos y sus relaciones almacenados en la memoria. 2.3 Dificultades en la comprensión lectora El interés por estudiar el proceso evolutivo del desarrollo de la comprensión es relativamente nuevo. Con anterioridad, la gran mayoría de los maestros sólo se ocupaban de que el estudiante aprendiera a leer y a escribir palabras y a formar oraciones, sin tomarle menor importancia a los métodos de enseñanza, y sin saber si realmente el niño comprendía el texto leído. En la actualidad y debido a la importancia que se le da a la comprensión, se ha hecho todo lo posible porque los estudiantes no sólo memoricen o copien la información de los textos, sino que interpreten con sus propias palabras, lo que entienden de ellos. Para esto, se han hecho numerosas evaluaciones para determinar cual es la mejor forma en la que los estudiantes l legan a comprender un texto. La evaluación de la comprensión lectora es una cuestión difíci l , dada la complejidad de factores que intervienen y las múlt iples interrelacionesentre ellos. Es un tema discutido y la investigación se dirige a la búsqueda de procedimientos de evaluación de la capacidad de comprensión en si misma, que excluyan la posible influencia del nivel de información previa que se tenga sobre el contenido del texto, aunque todavía no existen pruebas claras en ese sentido. La mayoría de las pruebas y tests que existen en el mercado para evaluar la comprensión, uti l izan como criterio las respuestas a preguntas acerca del contenido del texto, diferenciando algunas de ellas entre preguntas de tipo l i teral sobre información explícita en el texto, preguntas de tipo inferencial sobre información implícita y preguntas valorativas o de enjuiciamiento del texto. El reconocimiento de palabras es una habil idad importante durante los primeros estadios del aprendizaje de la lectura, y es esencial para la detección temprana de dif icultades. Las dif icultades lectoras posteriores normalmente implican problemas de comprensión que no se detectan fácilmente. En particular, es importante establecer si los problemas de comprensión del niño son el resultado de dif icultades de decodif icación o si, por el contrario, aquellos problemas tienen lugar a pesar de contar con habil idades de decodif icación. Hay una cantidad de pruebas especializadas de reconocimiento de palabras que se uti l izan, con frecuencia, para determinar el nivel de habil idad lectora de un niño en relación con otros. Esas pruebas emplean palabras de longitud y dif icultad creciente que el niño ha de leer en voz alta. Si bien esas pruebas son úti les para confirmar la existencia - o la ausencia - de un problema de lectura, no identif ican las dif icultades de procesamiento que son la fuente del problema. Cuando un niño fracasa en la comprensión lectora, no debe atribuirse únicamente a problemas en la decodif icación, ésta era una idea que se aceptaba comúnmente por la mayoría de los profesores e investigadores que estudiaban las dif icultades de aprendizaje de la lectura hasta hace algunos años. Dicho fracaso puede ser causado por distintos factores, todos ellos relacionados entre sí, como pueden ser, la confusión sobre las demandas de la tarea (no pueden seguir una instrucción), la deficiencia en el conocimiento previo, el desconocimiento o mal manejo de estrategias, una insuficiencia en el control de la comprensión o dif icultades en el ámbito afectivo-emocional. Sin embargo, la tendencia mayoritaria en la actualidad consiste en atribuir los fracasos principalmente a un déficit en el manejo de las estrategias de aprendizaje de la comprensión lectora. Por tal motivo, actualmente se ha reconocido la importancia de las estrategias metacognit ivas para facil i tar la comprensión lectora. Para ser un buen lector no sólo es necesario implicarse activamente en la lectura del texto sino que también exige ser competente desde el punto de vista de las estrategias. Así, diversas investigaciones ponen de manifiesto que los alumnos que fallan en la comprensión se caracterizan por tener una actitud pasiva cuando leen, lo que les l leva a una actividad rutinaria, carente de esfuerzo hacia la búsqueda y construcción del signif icado y, por lo tanto, a una falta de ajuste de las estrategias lectoras a las demandas de la tarea. Es decir, un déficit estratégico (escasez e inadecuación de las estrategias), sería una de las principales causas de los problemas de comprensión (Sánchez, 1993, cit. en Defior, 1996). Tomando en cuenta los principales factores que influyen en las dif icultades de la comprensión lectora, diversos estudiosos de dicha actividad señalan que, la comprensión de un texto es el producto de un proceso regulado por el lector, en el que se produce una interacción entre la información almacenada en su memoria y la que le proporciona el texto (Carr y Levy, Oakhill y Garnham, cit. en Defior, 1996). De acuerdo con la información anterior, se puede decir que, para l levar a cabo una lectura adecuada, se necesita la intervención de mecanismos (decodif icación, conocer las demandas de la tarea, vocabulario suficiente, buena memoria, dominio de estrategias de comprensión, control de las estrategias, buen concepto de sí mismo e interés en la tarea) los cuales forman un conjunto de factores muchos de los cuales se comparten con el lenguaje oral. Los fracasos en la comprensión lectora pueden producirse debido al inadecuado funcionamiento de tales mecanismos o factores, lo más frecuente es que sea en conjunto, debido a su estrecha relación, además del solapamiento que se presenta entre éstos. Algunas fal las en los mecanismos mencionados son: A. Deficiencias en la decodif icación. B. Confusión respecto a las demandas de la tarea. C. Pobreza de vocabulario. D. Escasos conocimientos previos. E. Problemas de memoria. F. Desconocimiento y/o falta de dominio de las estrategias de comprensión. G. Escaso control de la comprensión (estrategias metacognit ivas). H. Baja autoestima. I. Escaso interés en la tarea. Para identif icar una dif icultad de aprendizaje es necesario l levar a cabo una evaluación, la cual implicará necesariamente supuestos cognit ivos de la lectura para detectar el origen de la dif icultad y, a partir de los resultados, se podrá plantear la elaboración de un programa de intervención. Las dif icultades lectoras implican normalmente un fallo en el reconocimiento del material. El reconocimiento es el más básico de estos procesos, ya que el reconocer una palabra es previo a su comprensión. Las dif icultades de comprensión no se dan normalmente en el nivel de las palabras, sino en el de los sintagmas, las oraciones y la integración de la información de éstas (Oakhil l y Garmham 1990, cit. en Dockrell y McShane, 1997). Quizás más que otras dif icultades de aprendizaje específicas, las dif icultades de lectura obstaculizan el progreso educativo en una amplia variedad de áreas, dado que la lectura es la vía de acceso a una amplia gama de informaciones. En efecto, no aprender a leer en los primeros años escolares deja al niño fuera de gran parte de los restantes aspectos del currículo escolar. Si un niño tiene problemas de lectura, es muy probable que ello dif iculte su progreso aritmético. Las dif icultades de lectura también afectarán negativamente a la adquisición de conocimientos más allá del currículo (Utria, 1998). 2.4 Estrategias de aprendizaje El carácter interactivo del proceso de lectura permite instrumentar una serie de acciones que conducen a la comprensión del texto. En cuanto a los textos se refiere actualmente se proporcionan ayudas intratextuales, señalizaciones, ayudas extratextuales, etc., las cuales t ienen como objetivo favorecer la construcción del signif icado del texto. En cuanto al lector la intervención gira en torno al desarrollo de estrategias, por lo tanto a continuación abordaremos de manera explicita el carácter estratégico en la lectura. Dentro de la ciencia cognit iva las estrategias al igual que otros procedimientos, regulan la actividad de las personas, la aplicación de estás permite seleccionar, evaluar, persistir o abandonar determinadas acciones para l legar al objetivo propuesto. Es característica de las estrategias el hecho de que no detallan ni prescriben totalmente el curso de una acción, Valls en 1990 (cit. en Monereo, 1990) indica que las estrategias son “sospechas inteligentes” porque l levan su propio riesgo acerca del camino más adecuado a tomar. Las estrategias se diferencian de técnicas o procedimientos porque se uti l izan de manera f lexible y se aplican de acuerdo a la situación particular. Un componente esencial de las estrategias es el hecho deque implican autodirección, es decir supervisión, evaluación y modif icación del propio comportamiento en función de los objetivos que lo guían, lo anterior indica que son capacidades cognit ivas elevadas, estrechamente l igadas con la metacognición. Enfocándonos específicamente en el concepto de estrategias de aprendizaje Muriá (1994) las define como actividades físicas observables (conductas) y/o mentales (pensamientos) que se l levan a cabo con un propósito cognoscit ivo determinado como seria el resolver una tarea y así facil i tar el aprendizaje. Díaz Barriga y Hernández (2002) indican que una estrategia de aprendizaje es un conjunto de pasos que el aprendiz uti l iza de forma intencional, teniendo como objetivo aprender de manera signif icativa. Además la uti l ización de las estrategias de aprendizaje se realiza de manera f lexible. Thomas y Roohwer, en 1986 (cit. en Hart y Spence, 1998) destacaron la importante tarea que tienen a cargo guías, instructores y maestros en el proceso de enseñanza-aprendizaje, ya que durante los primeros grados escolares se encargan de informar a los alumnos de manera explicita qué es lo que deben aprender, qué deben hacer, cómo y cuándo lo deben hacer. Por éste y muchos otros razonamientos se desprenden argumentos considerables para promocionar en los diferentes niveles educativos la enseñanza explicita de estrategias de aprendizaje que den soporte en la formación académica de los estudiantes. 2.4.1. Estrategias para la comprensión de textos Las estrategias de comprensión lectora son procedimientos que definen un conjunto de acciones ordenadas y dir igidas hacia el logro de una meta; permiten seleccionar, evaluar, persistir o abandonar determinadas acciones. Lo que caracteriza la mentalidad estratégica es su capacidad para representarse y analizar los problemas y la f lexibil idad para dar soluciones (Solé, 1999). Estas estrategias son procedimientos mentales que permiten adquirir y elaborar la información que proporcionan los textos, teniendo como objetivo el logro de la comprensión. Una característica de suma importancia es que no se encuentran sujetas a una clase de contenido o texto, sino que pueden adaptarse a distintas situaciones de lectura; además para su aplicación están establecidos implícitamente componentes metacognit ivos de control sobre la propia comprensión, esto es: el lector puede diferenciar qué comprende y cuándo comprende. Existen estrategias que pueden ayudar en acciones remediales, las cuales están basadas en modelos de intervención los cuales dentro de la comprensión lectora han basado su desarrollo en: • El conocimiento de los procesos cognit ivos involucrados en la lectura. • La concepción del lector como un individuo activo, mejorando su ejecución mediante el entrenamiento de estrategias especif icas (Álvarez, 1996). La uti l ización de estrategias para el aprendizaje a partir de textos produce mejoras signif icativas en la ejecución de quien las uti l iza en cuanto a la comprensión lectora, el manejo de estrategias efectivas y en el establecimiento de condiciones motivacionales favorables hacia el estudio (Utria, 1988). La promoción de dichas estrategias en programas para el desarrollo de la comprensión lectora t ienen como objetivo: actuar sobre procesos mentales, proporcionar al lector herramientas que le permitan desarrollar una comprensión activa y fomentar la independencia al favorecer procesos que l leven al lector a adquirir una autonomía completa al asumir la responsabil idad de su propio aprendizaje. Diferentes estudios indican que el patrón de adquisición de las estrategias generales de memoria, y el de las estrategias de comprensión y memoria de textos son similares y pueden describirse en las siguientes fases: Fase 1. El lector no posee la estrategia y por tanto no puede resolver la tarea de manera adecuada. Fase 2. Si bien el sujeto posee la estrategia no hace un uso consistente y espontáneo, aunque dado que la conoce la uti l iza correctamente cuando así se le requiere. Fase 3. El sujeto es capaz de reconocer las demandas de la tarea uti l izando de manera consistente, eficaz y espontánea las estrategias, dando como resultado el logro de la tarea propuesta. Sin embargo, lo más importante no es que los alumnos posean un amplio repertorio de estrategias, sino que sepan uti l izarlas eficazmente de manera f lexible de acuerdo al propósito que se persiga. La clasif icación de las estrategias para la comprensión lectora varía en diferentes dimensiones, la más importante de exponer es la de nivel de generalidad-especif icidad, ya que de ello depende en gran medida la posibil idad de poner en práctica el entrenamiento en situaciones cotidianas. Solé (1999) y Alonso (1995) proponen una clasif icación de estrategias de comprensión lectora que pueden enseñarse a los niños y estudiantes para tener un mejor provecho de sus lecturas. La clasif icación está organizada con base al momento en que ocurren en el proceso de la lectura; en este sentido, es posible hablar de estrategias que pueden aplicarse antes, durante y después del proceso lector, como se indica a continuación: A) Estas estrategias t ienen que ver con el establecimiento del propósito para leer y con las actividades de planeación sobre cómo enfrentar el proceso de comprensión de la lectura uti l izando los recursos cognit ivos disponibles. Siempre debe existir un propósito que anteceda a la lectura ya que éste determinara la forma como el lector se dirigirá al texto, la forma de autorregulación y la evaluación de todo el proceso. B) Dichas estrategias ocurren durante la interacción con el texto. El uso de las claves del texto y del conocimiento previo para generar inferencias y predicciones sobre el signif icado de palabras, frases, fragmentos del texto, etc., y para evaluar y revisar las hipótesis formuladas. Esto supone que el sujeto debería aprender qué tipos de preguntas hacerse en función del propósito de lectura y del t ipo de texto; qué criterios debe uti l izar para valorar qué información es importante para centrar la atención sobre ella y cuál no lo es, para prescindir de la misma; y qué tipos de acciones son apropiadas y en qué circunstancias para remediar los fal los de comprensión. C) Estrategias de control tales como la búsqueda de conocimiento previo. El sujeto debe aprender qué puede y qué debe hacer para que su aprovechamiento de la lectura sea óptimo. D) Estrategias de supervisión y regulación (relectura; elaboración de esquemas, imágenes y analogías, autocuestionamiento; uso de ayudas auxil iares como cuestiones anexas, organizadores previos, etc.). El lector debe aprender a identif icar los distintos t ipos de relaciones lógicas y retóricas que pueden establecerse entre las proposiciones de un texto, a identif icar las claves explícitas típicas que señalan tales relaciones y a decidir cuáles de las estrategias mencionadas pueden ayudarle a construir una representación adecuada del signif icado del mismo. Una de las características fundamentales en que se diferencian a los sujetos con mejor comprensión lectora de los que comprenden peor lo que leen es el grado en que unos y otros supervisan su comprensión durante la lectura, detectando lagunas e inconsistencias, y el grado en que una vez detectadas ponen en juego estrategias adecuadas para remediar las fal los de comprensión. Para remediar los fal los de comprensión el lector, dispone de diferentes estrategias en relación con las cuales debe conocer qué estrategia aplicar, cuando aplicarla y por qué hacerlo. Al término de la lectura es necesario realizar una actividadevaluativa para estimar el grado en que se ha comprendido el texto de manera global y si éste cumple con el propósito establecido. Dicha evaluación, permite que, en caso de no satisfacer el objetivo, puedan llevarse a cabo otras actividades estratégicas como la relectura parcial, exploraciones, etc. Cuando el proceso de lectura ha f inalizado en parte o en su totalidad, principalmente se reconoce la estrategia de evaluación de los procesos y productos, evaluar si la comprensión ha tenido lugar por medio de la identif icación de la idea principal y la construcción del resumen. De esta manera concluimos que el conocimiento y uso de estrategias t iene como finalidad intensif icar la comprensión y el recuerdo de lo que se lee, así como detectar y compensar los posibles errores o fal los de comprensión. El uso adecuado de las estrategias es responsable del logro de una construcción profunda del texto. 2.4.2 Metacognición y lectura Un concepto central relacionado con el uso de estrategias de comprensión de lectura es el de Metacognición, existe consenso al considerar que la metacognición se refiere a la capacidad de conocer el propio conocimiento, de pensar sobre nuestra actuación, de planif icarla y que permite controlar y regular la actuación de los mismos (Solé, 1992). La madurez cognit iva requiere saber qué se quiere conseguir y cuáles son los pasos a seguir para el logro de una meta. Al hacer esta distinción bimodal (qué y cómo) se resaltan las dos dimensiones de la metacognición. 1. La metacognición como conocimiento de los productos y operaciones cognit ivas. 2. La metacognición como autorregulación de las operaciones cognit ivas. Algunos autores incluso l legan a distinguir, a partir de la segunda dimensión, entre metacognición y autorregulación, señalando que la dimensión uno corresponde exclusivamente a la metacognición mientras que la segunda a la autorregulación distinción que sostenemos aquí (Brown y Palincsar, 1989). En este contexto se desprende el concepto de metacomprensión, entendiéndose como el conjunto de conocimientos que tenemos sobre nuestra propia comprensión y que implica el establecimiento de las siguientes actividades: • Saber qué es comprender • Distinguir la comprensión de otras operaciones mentales • Saber cuándo se comprende • Saber qué hacer mentalmente, y cómo para comprender • Observar si la acción que se está realizando l leva al objetivo que se busca (comprender) • Saber corregir esa acción si no es acertada • Evaluar el resultado final y comprobar si se ha comprendido Dentro de la autorregulación en la comprensión de textos pueden identif icarse tres t ipos de estrategias (Díaz Barriga y Hernández, 2002): 1. Las que se refieren a la planif icación del proceso de comprender que incluyen precisar el objetivo y la meta de la lectura, determinar cuanto sabe el lector sobre el tema que lee (si sabe, qué es lo que sabe, y que necesita saber, etc.). También es necesario seleccionar las estrategias adecuadas para el procesamiento de cada parte del material, considerando la naturaleza del mismo y las características del lector. 2. Las referidas a la supervisión del proceso, lo que signif ica monitorear de manera permanente su ejecución para verif icar si se están uti l izando las estrategias cognoscit ivas adecuadas, determinar a presencia de problemas de comprensión, y tomar las medidas necesarias para resolverlos, así como, para determinar cuándo se debe uti l izar otra estrategia. 3. Las de evaluación de la ejecución del procesamiento de la información, que comprenden determinar cuándo y cuánto se ha comprendido, determinar la eficacia de las estrategias empleadas, tanto de las cognoscit ivas como las metacognit ivas. Además de las estrategias, se ha observado en el repertorio que poseen los lectores expertos la aplicación de la siguiente estrategia, la cual consiste en continuar leyendo y buscar información necesaria para resolver el problema de comprensión en los siguientes fragmentos del texto. Cuando el lector detecta un fal lo en la comprensión debe hacer la inferencia pertinente, mantenerla en la memoria de manera provisional, contrastarla con la información que va obteniendo y revisarla cuando sea necesario. El proceso requiere hacer juicios sobre el grado en que el contexto restringe la interpretación dada y sobe la legit imidad de las inferencias hechas (García M, 1995). La conclusión general que se desprende de las investigaciones revisadas es que los lectores inmaduros tienen dif icultades para hacerse cargo de sus propios procesos cognit ivos durante la lectura esto se manif iesta en una deficiente habil idad para supervisar el propio proceso de comprensión en sus dos componentes de evaluación y regulación (Vosniadou, Pearson y Rogers, 1988). 2.4.3 Supervisión en la comprensión lectora Una de las actividades autorreguladoras más importantes en la lectura es la supervisión de la comprensión lectora, que implica decidir si hemos entendido (evaluación) y dar los pasos apropiados para corregir los problemas de comprensión que se hayan percibido (regulación). Para supervisar su comprensión el lector puede uti l izar: a) El criterio léxico, cuyo uso se manifiesta cuando los lectores se preguntan por el sentido de palabras nuevas o de palabras famil iares cuyo signif icado conocido no se ajusta al contexto actual. b) El criterio sintáctico, cuyo uso se manifiesta cuando el lector modifica su ritmo de lectura ante frases gramaticalmente no aceptable. c) El criterio semántico, cuyo uso se manifiesta cuando el lector varía su ritmo de lectura o se hace preguntas relativas al signif icado ante referentes ambiguos, ante exposiciones cuyo signif icado contradice lo dicho antes en el texto o lo que el sujeto conoce previamente sobre el tema, cuando parafrasea lo que va leyendo con el objeto de determinar si t iene sentido o cuando tras resumir o esquematizar el contenido trata de ver si el esquema se ajusta a lo que dice el texto, etc. La aplicación de la estrategia de supervisión debe ser considerada desde el inicio de la lectura, la planif icación de la lectura considera el propósito que se t iene al leer y éste determina la forma en que el lector se dirigirá durante la lectura y debe entonces, supervisar su actuación desde el comienzo y durante todo el proceso. 2.4.4 Enseñanza de estrategias de comprensión de textos Dada la importancia del carácter estratégico en la lectura, éstas deben enseñarse de manera explicita durante la formación académica de los aprendices para garantizar una adquisición signif icativa de los contenidos. En principio debe tenerse en cuenta la necesidad de planear el entrenamiento con base en una concepción que enseñe las estrategias de comprensión de manera informada y autorregulada. La enseñanza de estrategias específica de comprensión debe realizarse en forma conjunta con el conocimiento metacognit ivo y autorregulado (Baker y Brown, 1984; Paris y Lindauer, 1982. cit en Díaz Barriga y Hernández, 2002). La enseñanza de estrategias de lectura cuenta con diferentes metodologías, sin embargo tal como lo mencionamos anteriormente no es suficiente con enseñar en que consisten cada una de ellas, también es necesario incorporar la reflexión de cuándo, dónde y por qué uti l izarlas, además debe realizarse en forma conjunta con el conocimiento metacognit ivo y autorregulado. Monereo (1990) sugiere tres métodos de enseñanza para el entrenamiento de las habil idades metacognit ivas: • Modelamiento cognit ivo, que facil ita las acciones cognit ivas necesarias en la realización de una tarea para
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