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MÉXICO, D.F. T E S I S Instituto de Ecología QUE PARA OBTENER EL GRADO ACADÉMICO DE MAESTRA EN CIENCIAS BIOLÓGICAS (BIOLOGÍA AMBIENTAL) “RECONSTRUCCIÓN PALEOCLIMÁTICA (CUATERNARIO TARDÍO) DE LA PORCIÓN OCCIDENTAL DEL VALLE DE TEHUACÁN, PUEBLA, MÉXICO: ESTUDIO PALINOLÓGICO” P R E S E N T A MIRNA ETHEL CANUL MONTAÑEZ DIRECTOR DE TESIS: (DR. ALFONSO VALIENTE BANUET) OCTUBRE, 2008 POSGRADO EN CIENCIAS BIOLÓGICAS UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO Neevia docConverter 5.1 UNAM – Dirección General de Bibliotecas Tesis Digitales Restricciones de uso DERECHOS RESERVADOS © PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL Todo el material contenido en esta tesis esta protegido por la Ley Federal del Derecho de Autor (LFDA) de los Estados Unidos Mexicanos (México). El uso de imágenes, fragmentos de videos, y demás material que sea objeto de protección de los derechos de autor, será exclusivamente para fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el respectivo titular de los Derechos de Autor. Neevia docConverter 5.1 ii Agradecimientos Agradezco a las instituciones que me apoyaron durante mi permanencia en el posgrado: Al Consejo de Ciencia y Tecnología (CONCYT) por otorgarme la beca que permitió poder desarrollar mis estudios de maestría. Al posgrado en Ciencias Biológicas e Instituto de Ecología de la Universidad Nacional Autónoma de México, por el apoyo académico e institucional que me brindaron. Al Instituto de Geología de la UNAM, por permitirme trabajar en el laboratorio de Palinología. A mi comité integrado por el Dr. Alfonso Valiente Banuet, Dr. Enrique Martínez Hernández y al Dr. José R. Ortega, por todo el apoyo que me brindaron a través de mis estudios del posgrado. A la Dra. Maria Cristina Peñalba por sus acertados comentarios en la tesis que aportaron claridad y consistencia. En especial a la Dra. Elia Arriaga Hernández por sus excelentes enseñanzas y su dedicación y la infinita paciencia que me tuvo y por que siempre me impulso a seguir adelante y me enseño a no renunciar y por saber ser amiga. MUCHAS GRACIAS. Al Dr. Alfonso Valiente, quien me dio oportunidad de trabajar con él, y de quien aprendí lo necesario y me impulsó a seguir en la investigación, por su gran apoyo incondicional, por redireccionar mi tesis cuando se salía de toda lógica, porque nunca dejo de creer en mi y por su calidad humana que demostró al ayudarme en los frecuentes momentos difíciles que tuve en mi vida durante el posgrado GRACIAS. Al Dr. Enrique Martínez, mi gurú quien me enseñó la magia del polen, porque sus enseñanzas se convirtieron en una adicción que no podré dejar, y me enseño que la vida es Neevia docConverter 5.1 iii un momento que debes vivir con sabiduría y con un esfuerzo constante, por mucho estaré por siempre agradecida GRACIAS doc. Al Dr. José Ortega por la paciencia que me tuvo y sus valiosos comentarios que me ayudaron para estar totalmente segura que me encanta el tema y el ánimo que me impulsa a seguir adelante. Neevia docConverter 5.1 iv om namo manyhushriye, namo sushiriye, namo utama shriye soha. (Gueshe Kelsang Gyatso) A quien eternamente permanecerá conmigo, le dedico este trabajo Neevia docConverter 5.1 v A Allan Ortega Muñoz , que fué, es y será mi fuerza ante la vida, porque me ayudó a ver lo que limitadamente no percibía en mi trabajo, a no dejar a medias nada y dar lo mejor de mi en cada momento y me enseño a ser ecuánime cada día. Gracias porque hasta el último momento estuviste a mi lado para que pudiera finalizar este proyecto y sobretodo porque me enseñaste que la verdadera esencia de alguien surge del valor que tienes para enfrentar los obstáculos y poder sentirte tranquilo cuando te das cuenta que lo lograste, gracias amor. Al fin lo logramos. A mi familia porque forman parte de mi vida, incondicionalmente apoyándome y amándome sin juzgar el camino por donde mis pasos hacen historia. A Betty Muñoz, Pastor Ortega y el chiquito porque estuvieron a cada momento feliz y no tan feliz de mi posgrado, por sus sonrisas para levantarme el ánimo y sus apreciados consejos. Al laboratorio de palinología del Instituto de Geología, en especial a Carlos Núñez por formar parte de mi aprendizaje en las técnicas de laboratorio y a Blanquita por su apoyo en cada momento y a ambos por brindarme su amistad. A Ana banana y José “failure”, quienes me enseñaron a vivir la vida del estudiante de posgrado, por el recuerdo de aquellas divertidas parrandas y las historias que creamos juntos, por los viajes que se quedarán grabados y sobretodo porque me ayudaron a sobrevivir ante el ritmo de trabajo, les recuerdo con cariño. GRACIAS. Al laboratorio del Instituto de Ecología, en especial a Pedro por saber ser mi verdadero amigo en las buenas y en las malas, al pocharas Juan Pablo, a Adolfo por enseñarme la parte divertida del estudiante chilango (el albur), a Arnoldo por que sabe hacerme reír, a Nadia quien sabe estar en los momentos difíciles, a Javier por ayudarme en la estructura de mi trabajo y por sus observaciones y a todos en general por el apoyo que fue parte importante para poder resistir ¡¡¡¡al fin termine!!!!. Neevia docConverter 5.1 vi A mis amigos que andarán conmigo por siempre, mis hermanos los procas, Ilka, Rocío, Gerardo y Paty y nuestros adoptados Jesús Julio, Yazmín y Allan, quienes me ayudan a seguir de pie y terminar lo que inicié aunque las circunstancias externas no sean favorables. GRACIAS. Al Dr. Gerald Islebe y la Dra. Nuria Torrescano de El Colegio de la Frontera Sur (ECOSOUR) quienes aportaron comentarios importantes y me enseñaron a ver las cosas de una manera menos complicada y pensar que todo tiene solución. GRACIAS. Al Ing. Alpuche de la Comisión Nacional del Agua, unidad Chetumal, Quintana Roo, de quien recibe su apoyo para entender el clima de México. A mis amigos que de alguna manera estuvieron compartieron anécdotas de mi posgrado y quienes me dieron valiosos consejos y con quienes reí mucho: Bernard, al buen amigo Willy quien vivió los últimos días de tomar decisiones extremas para terminar la tesis, gracias por tu apoyo, Roberto y Geny, Edwin y Liz, Toño y Angélica, Kelsang Chime, Kelsang Machog, Alberto, Marypaz y Jesús. En especial agradezco al Dr. Juan Tun Garrido, quien fue el que me impulsó a encontrar esta historia. Gracias. Neevia docConverter 5.1 Í n d i c e Introducción _______________________________________________________________ 1 Planteamiento del problema __________________________________________________ 17 Objetivo general ___________________________________________________________ 19 Objetivos particulares_______________________________________________________ 19 Área de Estudio ___________________________________________________________ 20 Ubicación Geográfica_______________________________________________________ 20 Geología _________________________________________________________________ 23 Clima ___________________________________________________________________ 24 Vegetación _______________________________________________________________ 25 Método __________________________________________________________________ 34 Extracción de las muestras ___________________________________________________ 34 Laboratorio _______________________________________________________________ 35 Extracción palinomorfos_____________________________________________________ 35 Identificación y Conteo _____________________________________________________40 Análisis de las muestras _____________________________________________________ 40 Resultados________________________________________________________________ 41 Descripción de las zonas polínicas _____________________________________________ 41 San Lucas ________________________________________________________________ 41 La Candelilla _____________________________________________________________ 49 Discusión ________________________________________________________________ 55 Conclusiones______________________________________________________________ 65 Bibliografía_______________________________________________________________ 68 Anexos __________________________________________________________________ 74 Neevia docConverter 5.1 Resumen Durante el Cuaternario tardío ocurrieron grandes cambios climáticos en la tierra, que se reflejaron en una secesión de períodos glaciales e interglaciales. El último período glacial cuyo máximo apogeo glacial ocurrió entre los 23,000 y 18,000, modificó la presencia de las comunidades vegetales establecidas en latitudes extratropicales donde se sintió más el frío, y lo cual propició que los cinturones de vegetación arbórea con afinidad a una condición fría bajaran sus niveles altitudinales y latitudinales. En latitudes intertropicales no se registraron glaciales a baja altitud; pero aun así se sabe que durante este período climático existieron modificaciones en las comunidades vegetales debido a la influencia que ejercía el patrón de circulación atmosférica que dominaba durante la glaciación a estas latitudes. El presente trabajo reconstruye a través del contenido palinológico, los tipos de vegetación que durante el Cuaternario tardío registraba la parte occidental del Valle de Tehuacán, Puebla, y se indica la influencia que tuvo en latitudes intertropicales la configuración de la circulación atmosférica a finales del último período glacial. Los resultados revelan que esta zona que actualmente soporta una vegetación xerófila, durante la última fase fría del Cuaternario tardío, presentó vegetación que tenía afinidad a condiciones frías y secas, y posteriormente a este período, en el Holoceno temprano y medio se estableció un clima más húmedo que el actual, hasta alcanzar los 5, 000 años A.P. aproximadamente en el que se interrumpe este registro. La presencia de la sucesión climática que ocurrió a través de este tiempo puede ser una posible vía que explica, por qué el Valle de Tehuacán-Cuicatlán, es la región árida-semiárida meridional más diversa de Norteamérica, ya que ésta generó migraciones de taxoness con distintas afinidades climáticas, lo cual sin duda es una de las causas de que esta región sea diversa. Neevia docConverter 5.1 1 Introducción En los últimos 1.86 millones de años, durante el Cuaternario, ocurrieron cambios climáticos marcados por amplias escalas espaciales y temporales (Flint, 1971 en Williams et al., 2003; Nichols, 1999) expresados como continuas oscilaciones de condiciones cálidas a frías, las cuales aproximadamente alcanzaron entre 21 y 22 ciclos en total (Labeyrie, 1986). Éstas tuvieron efecto a diversas latitudes y altitudes de la Tierra, modificando la distribución de la flora y la fauna, y por ende contribuyendo al recambio y la mezcla de especies, en la composición florística de las comunidades actuales (Ackerly, 2003 en Valiente-Banuet et al., 2006). Uno de los cambios con mayores consecuencias ambientales fue la máxima extensión y crecimiento de los glaciares (18,000 años A.P.) cuyo origen es explicado con base en la teoría astronómica de Milutin Milankovitch, quien revela que la distribución estacional y latitudinal de energía que la Tierra recibe del sol, fue modulada por parámetros orbitales como la precesión de equinoccios (periodicidad 22,000 años), la oblicuidad terrestre (periodicidad 41,000 años) y la excentricidad de la órbita (periodicidad 100,000 a 400,000 años) (Labeyrie, 1986; Uriarte, 2003) que al manifestarse, desencadenaron los ciclos glaciales (Pedraza, 1996; Williams et al., 2003; Labeyrie et al., 2003). El ciclo glacial que se manifestó durante el Cuaternario, ha sido ampliamente estudiado, a través de los paleoregistros oceánicos, continentales y de la criósfera, los cuales registran gran similitud y, en muchos de los casos, fueron significativamente correlacionables con respecto al contenido de δ18O de los glaciares (Imbrie y Kepp, 1971, Berger, 1977; Salvignac, 1988; McManus et al., 1999; Allen et al., 1999; Petit et al., 1999 en Labeyrie et al., 2003). Por ello en su mayoría han sido utilizados para modelar la posible condición Neevia docConverter 5.1 2 atmosférica que caracterizó la época glacial (CLIMAP,1976; CLIMAP, 1981 en Labeyrie et al., 2003). Durante el máximo glaciar (MG) (cronoestatigráficamente establecido a los 18,000 años A.P. 14C y equivalente a 21,000 años calendario (CLIMAP, 1976; CLIMAP, 1981 en Labeyrie et al., 2003, y abarca de 18,000 a 14,000 A.P. años 14C, según Street-Perrott, F. A y R. Perrott, 1990), a consecuencia de la influencia de los parámetros orbitales que afectaron a la Tierra, los polos fueron más fríos que en la actualidad y la Zona de Convergencia Intertropical (ZCIT) se mantuvo entre el ecuador y los vientos del oeste (Westerlies) (Hodell et al., 1991); no hubo influencia de los Alisios y un sistema de alta presión se estableció sobre la mayoría del continente americano, creando condiciones climáticamente “estables” (CLIMAP, 1981 en Labeyrie et al., 2003). No obstante las masas de aire frías y secas del Ártico dominaron una gran porción del continente (Harrison y Metcalfe, 1985) que al formar sistemas de frente frío lograron originar precipitaciones a bajas latitudes, y las cuales pudieron ser reforzadas, quizás, con la presencia de los Westerlies, ya que éstos, al ser desviados por la máxima altura de los glaciares, también pudieron contribuir con precipitaciones a las mismas latitudes. La evidencia global refleja una condición glacial generalizada de acuerdo al modelo climático construido por el CLIMAP (1981 en Labeyrie et al., 2003). Este modelo caracterizó el máximo glacial, con temperaturas promedio continentales entre 4 a 6 °C más fría que la actual (interpretadas a través de una simulación climática entre la atmósfera y el océano) (CLIMAP, 1981 en Labeyrie et al., 2003; Guilderson et al., 1994); temperaturas promedios de la superficie oceánica subtropicales de <2.3 °C (CLIMAP, 1976) (derivadas del análisis estadístico de la distribución de especies de microfósiles en sedimentos) (Imbrie y Kipp, 1971 en Labeyrie et al., 2003) y entre 1 y 3 °C el promedio de temperatura en los Neevia docConverter 5.1 3 océanos intertropicales (Labeyrie et al., 2003). La mayoría de los paleoregistros indican que, durante el máximo glacial el nivel de los océanos fue de 120 metros más bajo que la línea de costa actual, debido a que los glaciares continentales y marinos lograron su mayor concentración de agua (CLIMAP, 1976; Labeyrie, 1986; Uriarte, 2003). Bajo esta condición ambiental del máximo glacial, es que se formó el casquete glaciar más grande en norteamérica, el Lauréntida, el cual tuvo un efecto importante en el balance de calor de la hidro-atmósfera del continente americano (Emiliani et al., 1975). La extensión máxima del Lauréntida, fue de 16 millones de Km2, con un volumen de 30 millones de Km3, es decir norteamérica fue cubierta por un tercio del volumen total del hielo continental (Uriarte, 2003) y se extendió desde el Antártico hasta Groenlandia, alcanzando áreas tan meridionales como los 36° norte, latitud en la que se ubica la actual ciudad de Nueva York, así como áreas en las que actualmente no se encuentran cubiertas por glaciares, como la mayor parte de Canadá y el sur de las costas este de los Estados Unidos de América (Antevs, 1928, 1929, 1932, 1936, 1938, 1939, 1945en Martínez del Río, 1953; Williams et al., 2003; Uriarte, 2003). La máxima altura del Lauréntida (3,000 a 4,000 metros) se debió a la influencia directa de la humedad oceánica absoluta suministrada por las borrascas invernales formadas en la costa Atlántica del nordeste de EE.UU y Canadá. Éstas estaban asociadas a frentes polares activos (Dupplesy, 1993 en Uriarte, 2003), los cuales, por provenir del Atlántico, favorecieron la formación del lado oriental del glaciar, a diferencia de su lado occidental, el cual recibió menor suministro de humedad del lado del Pacífico y, por lo tanto pudo servir de refugio para diversas especies de Coníferas (Uriarte, 2003). El CLIMAP (1981 en Labeyrie et al., 2003) revela que durante el máximo glacial, además de presentarse una condición más fría que la actual, se expresó una condición que la Neevia docConverter 5.1 4 definieron como “árida”. Esta condición que el CLIMAP modela, definitivamente no se manifestó como la condición árida que en la actualidad describiría un típico desierto, pues si se define árido de acuerdo a la caracterización botánica que menciona Zahori (1959 en Horowitz, 1992), durante el máximo glaciar tendría que haberse registrado la vegetación típica de este sistema, y sin embargo, en la mayoría de los registros se revelan tipos de vegetación afines a la condición fría y húmeda actual. Por ejemplo, en Norteamérica durante el máximo glacial, se expresó una condición más fría y húmeda que la actual, revelada a través de estudios como los realizados en las actuales zonas áridas y semiáridas extratropicales de los EE.UU. y Nevada (30° latitud norte) las cuales soportaron extensos bosques de Juniperus spp., Pinus spp. y Abies spp (18,000 y 17,000 años A.P.) (Van Devender y Spaulding, 1979); en Arizona se registraron bosque de Pinus spp. y Juniperus spp. (17,830 ± 870 años A.P.) (Davis et al., 1985) y la porción suroeste de EE.UU. reveló altos niveles de agua lo cual de acuerdo a los autores favoreció la expansión de los bosques de Coníferas (16,000 años A.P.) (Ortega et al., 1999; Van Devender y Burgess et al., 1990). Los estudios sugieren que todos estos lugares, que actualmente sostienen vegetación xerófila, durante el máximo glacial, soportaron extensos bosques de Juniperus spp., Pinus spp. y Abies spp. Estos tipos de vegetación, confirman a estas latitudes (30° latitud norte aprox.) la condición glacial, la cual debió registrar temperaturas promedio entre 2.5 a 6 °C más frías que las actuales y con precipitaciones de 1,000 mm, de acuerdo a los requerimientos que necesitan estos tipos de vegetación actualmente (Rzedowski, 1978). Ello da un idea general de que la condición árida que el CLIMAP establece en su modelo, en realidad se expresó más húmeda que la condición árida actual, a estas latitudes, sugerida por los tipos de vegetación presentes. Neevia docConverter 5.1 5 En México, la influencia del máximo glacial se revela a través de los bajos niveles del nivel del mar, con respecto a la línea de costa actual, reportados tanto para las costas de Sonora (26° 14' a 32° 29' latitud norte y entre los 108° 26' a 105° 02' longitud oeste) (18,000 a 17,000 años A.P.) (Curray y Moore en Malpica et al., 1978; Lecolle y Lancen, 1977 citados por Van Devender y Spaulding, 1979) como para las de Nayarit (20°36' a 23°05' latitud norte y 105°46' a 103°43' longitud oeste) (19,000 a 17,000 años A.P.) (Curray y Moore en Malpica et al., 1978). Estos bajos niveles del mar pueden relacionarse con los estudios que sugieren una reducción en la extensión de los bosques de Pinus sp. y Poaceae, tal y como se reporta para las costas del Golfo de California (entre 32° y 22° latitud norte, a los 18,000 años A.P.) (Heusser, 1982 en Brown, 1985). De acuerdo con estos estudios, se muestra que la parte norte del Pacífico toleró condiciones que necesariamente fueron menores a la mínima humedad necesaria para mantener un bosque de Pinus sp. lo cual pudo expresarse menor a los 600 mm de precipitación) (Rzedowski, 1978). Sin embargo otros estudios proponen, que a latitudes intertropicales del mismo lado de la vertiente Pacífica, como Pátzcuaro, Michoacán (19°35’latitud norte y 101°35’longitud oeste; 2,044 m) soportó condiciones de mayor humedad con respecto a la condición que presentó el norte del país, explicado por la presencia de herbáceas de las familias Asteraceae, Poaceae y Chenopodiaceae-Amaranthaceae (Cheno-Ams) (18,000 a 16,000 años A.P.) (Watts y Bradbury, 1982); así como por la presencia de bosques de Pinus sp., Quercus sp. y Abies sp. (18,000 a 16,000 años A.P.) (Brown, 1985) y la vegetación de tipo ripario caracterizada con la presencia de Alnus sp. (15,000 años A.P.) (Bradbury, 2000). Esto demuestra que a estas latitudes, la condición durante el máximo glacial fue tan húmeda y fría como la que se presentó en las tierras extratropicales del Pacífico de los EE.UU. Neevia docConverter 5.1 6 El centro del país, reveló el efecto de la influencia glaciar, entre 18,000 y 16,000 años A.P., con una condición fría y menos húmeda que el lado del Pacífico mexicano, sugerido, básicamente, por la evidencia de bosques de Pinus spp., Quercus spp., Picea spp. y Poaceae, registrados en el lago de Chalco, Estado de México (18°22' a 20°17' latitud norte y 100°37' a 98°36' longitud oeste) (Caballero-Miranda, 1997 quien cita a Flores-Díaz, 1986; Lozano-García y Xelhuantzi, 1997) y en Texcoco, Estado de México (18°22' a 20°17' latitud norte y 100°37' a 98°36' longitud oeste) (González-Quintero y Fuentes-Mata, 1980 en Brown, 1985; Lozano-García y Xelhuantzi, 1997). Por tal motivo, esta condición menos húmeda como la registrada del lado del Pacífico, es sugerida debido a la inexistencia en el registro polínico de Abies sp. No obstante, fue más fría que la temperatura promedio actual, ya que se presentaron elementos como Picea sp. quien se desarrolla actualmente bajo una temperatura promedio entre 10 a 26 °C (Rzedowski, 1978). Otro estudios indican, igualmente, que estos dos lagos (Chalco y Texcoco) durante las mismas fechas, pudieron conectarse de manera estacional (Caballero-Miranda, 1997; Lozano-García y Ortega- Guerrero, 1994) sugiriendo con ello posibles precipitaciones. Esto es importante, ya que Lozano-García et al (1994) indican que la presencia de una mayor humedad en Chalco o debido a estas entradas de lluvia de manera estacional (16,000 años A.P.) pudo ocasionar que aumentara su nivel del agua. Sin embargo, como estos autores sugieren, el aumento en el nivel del agua, pudo estar relacionado principalmente, con una actividad volcánica y no tanto con una condición climática. También el lago de Tecocomulco en Hidalgo (19°53’ latitud norte y 98°21’ longitud oeste; 2,500 m, a los 16,000 a 15,000 años A.P.), revela a través de la presencia de caliche un clima que los autores interpretan como árido, sugiriendo por lo tanto que la condición se presentó más seca que en la actualidad (Caballero et al., 1999). En general estos estudios proponen que, a pesar de que ocurrieron Neevia docConverter 5.1 7 condiciones en el centro del país que revelaron baja humedad relativa con respecto a la que se necesitaría para soportar un bosque de Abies sp. se expresó la suficiente humedad para mantener un bosque de Pinus sp. (600 a 1,000 mm de precipitación). Por lo tanto, la condición que caracterizó el centro de México, fue mucho más fría que la actual. Esta condición fría se corrobora también con los registros de avances glaciares a latitudes de 19° latitud norte (18,000 a 15,000 años A.P. y prolongándose hasta los 14,000 años A.P.) reportados para el Iztaccíhuatl (19°11’ latitud norte y 98°38’ longitud oeste; 5,220 m s.n.m) (Vázquez-Selem y Heine, 2004; Heine, 1978) y el Ajusco (19°15’ latitud norte; 99°21’ longitud oeste; 3,650 m s.n.m) (Vázquez-Selem y Heine, 2004). Así como el estudio que realiza Ortega-Ramírez(1979) quien establece a través de la presencia de morrenas los efectos de la glaciación ocurridos durante el Cuaternario, en el Ajusco (19°00’ a 19°21’ latitud norte y 99°25’ a 99°00´ longitud oeste) e indica que éstos se manifestaron también en áreas como el Iztaccíhuatl, el Popocatépetl, La Malinche y el Nevado de Toluca. Posterior al máximo glacial, entre los 14,000 y 7,000 años A.P. (Zicheng et al., 2001) las condiciones orbitales cambian (Hodell, 1991), ya que la distribución estacional y latitudinal de la energía recibida del sol hacia la Tierra se modificó de nuevo (Labeyrie et al., 2003). Como consecuencia, los polos comenzaron a elevar su temperatura con respecto a la registrada durante el máximo glacial (Poor et al., 2003) ocasionando que la Zona de Convergencia Intertropical (ZCIT), que se mueve en función de la temperatura, se desplazará hacia el norte junto con el cinturón de altas presiones, principalmente la semipermanente Bermuda-Azores, alcanzando los 35° latitud norte y, por lo tanto la región de norteamérica, durante el tiempo de la deglaciación, recibió abundantes precipitaciones por la influencia de los Alisios (Metcalfe et al., 2000; Poor et al, 2003). La mayor insolación que ocurría sobre los polos, produjo el derretimiento de los grandes casquetes Neevia docConverter 5.1 8 glaciares que fueron transportados hacia el norte del Atlántico teniendo una fuerte influencia en el Golfo de México. El agua fría derretida de los glaciares, que drenó al Golfo a través del río Mississippi, modificó su circulación al reducir substancialmente el exceso de evaporación e inhibir la circulación termohalina, ocasionando que se manifestaran eventos fríos similares a la condición climática glaciar, pero, bajo el dominio de una tendencia lo suficientemente caliente como para derretir los glaciares (Labeyrie et al., 2003; Poor et al, 2003; Street-Perrott y Perrott, 1990). Otro efecto importante del derretimiento glaciar fue que el nivel del mar alcanzara nuevamente la línea de costa actual (Yokohama et al., 2000 en Labeyrie et al., 2003). Los trabajos que indican la condición típica durante la deglaciación, la cual se consideró más caliente que durante el máximo glacial, se interpretan con los sedimentos marinos del Atlántico norte (Zicheng et al., 2001). Por ejemplo, a bajas latitudes al oeste del océano Atlántico entre los 15,000 a 13,000 años A.P. se reporta un aumento de la temperatura oceánica, con respecto a la temperatura glacial, siendo el período que alcanzó la máxima temperatura entre los 13,000 a 11,000 años A.P. (Bolling/Allerod) (Rulemán et al., 1999 en Labeyrie et al., 2003; Zicheng et al., 2001; Labeyrie et al., 2003; Alley et al., 1997 en Zicheng et al., 2001). De igual manera, bajo la condición global durante la deglaciación, se registraron eventos tan fríos como los ocurridos durante el máximo glacial, ocurriendo en su mayoría a causa del colapso de los casquetes glaciares, originado por las altas temperaturas. Estos glaciares interrumpieron de nuevo la circulación oceánica y atmosférica, aun cuando la insolación de verano fue máxima, modificando las condiciones atmosféricas regionales (Labeyrie et al., 2003). Entre los principales eventos fríos que se registran en los sedimentos marinos del Atlántico se encuentra el Dryas Antiguo (14,050 años A.P.) (Zicheng et al., 2001); el último evento Heinrich (H0) (12,650 años A.P.) (Andrews et al., 1994 en Zicheng et al., 2001) y el Dryas Neevia docConverter 5.1 9 Reciente (12,000 años A.P.), el cual se originó debido al segundo evento de descarga masiva de agua proveniente del Lauréntida hacia el Atlántico norte (Street-Perrott y Perrott, 1990; Labeyrie et al., 2003; Poore, 2003). Por lo tanto los registros de sedimentos marinos reflejan que ocurrieron de manera sincrónica condiciones propias del período de la deglaciación como son, temperaturas más altas y una mayor humedad con respecto a la condición glacial y, condiciones que se expresaron similares a la condición durante el máximo glacial. Debido a ésto, es que diversos estudios tanto de los EE.UU. como de México, reportan una variedad de oscilaciones climáticas. Por ejemplo, los estudios que coinciden con la alta temperatura, que registraron los sedimentos marinos del Atlántico norte durante la deglaciación, se reflejan en el sureste de California (1,900 m de altitud) por soportar una condición árida (14,450 ± 150 a 13,850 ± 220 años A.P.) (Porter, 1974 en Van Devender, 1977); en California y Arizona por registrar bosques de Juniperus spp. (13, 500 ± 90 años A.P.) (Porter, 1974 en Van Devender, 1977); en las costas de Oregón a través de la disminución del Pinus monticola (12,400 a 11,000 años A.P.) (Grigg y Withlock, 1988 en Zicheng et al., 2001); al sur de la Sierra Nevada por las altas temperaturas (10,000 a 8,000 años A.P.) (Davis et al.,1985) y Texas donde las madrigueras fósiles de Neotoma spp. revelaron la presencia de Pinus edulis, P. cembroides y P. monophylla sugiriendo de tal manera una condición que debió ser más caliente que la existente durante el máximo glacial (11,500 y 10,910 ± 170 años A.P.) (Wells, 1966 y Van Devender, 1977 en Van Devender, 1990). Esta interpretación se fortalece con otro estudio que indicó la presencia de Larrea tridentata y Ambrosia dumosa para la misma región en cuestión (10,580 ± 550 años A.P.) (Van Devender, 1973, 1977 en Van Devender, 1990). También se revela, que el actual desierto Sonorense (9,000 años A.P.) redujo sus bosques de Coníferas (Van Devender, 2002 en Fleming y Valiente-Banuet, 2002) y el Chihuahuense (38° latitud norte) Neevia docConverter 5.1 10 (8,000 años A.P.) perdió gradualmente especies como Pinus edulis, Pinus remota y Juniperus scopolorum (Van Devender, 1960, 1977 en Van Devender 1990). Todo ello sugiere, que los actuales desiertos durante la deglaciación aumentaron su temperatura y redujeron sus niveles de humedad. En el sureste de los EE.UU. (8,000 a 7,000 años A.P.) se registraron bajos niveles de agua, lo cual coincide con la reducción de bosques de Pinus spp. y la presencia de Quercus spp. (Ruter et al., 2004). En California (8,910 ± 380 años A.P.) también se registró la reducción de Pinus monophylla junto con el establecimiento de un bosque xérico compuesto por Juniperus spp. y Quercus spp. (Van Devender y Spaulding, 1979). Durante la deglaciación en México, sin embargo se registró además de una mayor temperatura, una mayor influencia de precipitaciones, que durante el (MG). Por ejemplo, en Babícora, Chihuahua (29.4° latitud norte y 107.7° longitud oeste; 2,100 m s.n.m) (11,000 a 9,800 años A.P.) se registraron flujos de derrubios que indican, de acuerdo a los autores consultados, una condición que soportó altas temperaturas con respecto a las temperaturas del período glacial, las cuales fueron responsables para que estos derrubios ocurran, junto con las entradas de precipitación que ocurrían de manera estacional sugiriendo que, durante este tiempo inició un posible establecimiento de la condición árida (interpretada tanto por la alta temperatura y por la escasa cubierta vegetal) (Ortega-Ramírez et al., 1998). Esta condición árida se atenuó más entre los 8,900 a 4,000 años A.P. por la presencia de depósitos eólicos, interpretado por la presencia de las tasas elevadas de evaporación que estuvieron asociadas con un incremento en la temperatura (Ortega et al., 1998 en Ortega et al., 2004). Los estudios realizados en Babícora, indican que el aumento del nivel del agua en la laguna (10,000 a 8,000 años A.P.) fue debido a la influencia del derretimiento de los glaciares, que a su vez, fue favorecido por la mayor frecuencia de precipitaciones (COHMAP, 1988 citado por Ortega-Ramírez, 2004; Urrutia-Fucugauchi et Neevia docConverter 5.1 11 al., 1997). Además se reporta, en el norte del país (23º a 24º latitud norte y 110º longitudoeste) (10,000 años A.P.), que en particular Baja California (8,500 a 8,000 años A.P.), soportó tipos de vegetación como el chaparral, sustituido posteriormente por Cercidium spp., que junto con el aumento de Quercus spp., se puede interpretar que estuvo presente una condición consistente con la condición caliente de la deglaciación (Peñalba y Van Devender, 1998). Estudios realizados en la laguna de San Felipe, Baja California Sur (11,000 años A.P.) muestran la presencia de Artemisia tridentata y Juniperus spp. así como los característicos bosques de Pinus spp., lo que representa una condición del máximo glacial, e indican que aún bajo esta condición fría inicia el proceso de cambio en la configuración de las comunidades vegetales del norte de México (Van Devender, 1960, 1977 en Van Devender 1990). También los registros de la Sierra Victoria en Baja California Sur (23º a 24º latitud norte y 110º longitud oeste) (9,015 ± 110 años A.P.) indican la presencia de un bosque de Pinus sp. (Sirkin et al., 1994). Por lo tanto en el norte del país, de acuerdo a la evidencia reportada, durante la deglaciación pudo haber habido temperaturas mayores a los 20 °C y precipitaciones menores a 600 mm (Rzedowski, 1978), condiciones necesarias para soportar los tipos de vegetación antes citados, pero con una mayor frecuencia en las precipitaciones. El Pacífico reflejó también oscilaciones climáticas durante la deglaciación. Por ejemplo, el estudio lacustre realizado en San Nicolás de Parangueo, Michoacán (20º23’ latitud norte y 101º17’ longitud oeste; 1780 m s.n.m el cráter y el lago está a 1,700 m s.n.m) (10,000 a 9,000 años A.P.) revelan una reducción hídrica por la presencia de Cheno-Ams (Kutzbach, 1981 en Brown,1985). Sin embargo, en el mismo San Nicolás de Parangueo, Michoacán (9,000 a 7,000 años A.P.) se reportan también, en sus bajas altitudes, comunidades de herbáceas y en las altas el continuo bosques de Pinus spp. (Brown, 1984 y Kutzbach, 1981 en Brown, 1985) sugiriendo, de tal Neevia docConverter 5.1 12 manera, condiciones húmedas y bajas temperaturas por la presencia de los bosques de Pinus spp. Los estudios realizados en Zacapu, Michoacán (19°50’ latitud norte y 101°40’ longitud oeste; 1,973 m) (8,100 a 6,700 años A.P.) revelan también que el lago soportó bosques de Pinus spp y Quercus spp. junto con elementos más húmedos como el Alnus spp. (Lozano-García et al., 1997; Arnauld et al., 1997). Se sugiere, por lo tanto, que pudo presentarse una temperatura promedio entre 10 y >20 °C con posibles registros de precipitaciones, entre <600 o 1,000 mm (Rzedowski, 1978) hacia las latitudes intertropicales del Pacífico Mexicano. Una de las mayores evidencias encontradas a latitudes intertropicales (19° latitud norte) que indican la influencia durante la deglaciación por presentarse una condición más caliente y húmeda que la glacial, es la presencia de las morrenas recesivas (3,400 y 3,800 m de altitud) que sugiere el retroceso de los glaciares del Iztaccíhuatl (14,000 años A.P.) formados durante el máximo glacial (Heine, 1978; Vásquez-Selem y Heine, 2004; Vásquez-Selem, 2004). Sin embargo, a partir de los 14,000 años A.P. se estableció en las tierras altas del México central una condición tan fría como la registrada para el período glacial (Vázquez-Selem y Heine, 2004) y la cual se evidenció, por los avances de glaciares del Iztaccíhuatl (13,000 años A.P.) (Heine, 1978); el Mipulco 1 en Tlaxcala (3,810 m de altitud) (12,000 años A.P.) (Vásquez-Selem y Heine, 2004); La Malinche (12,000 años A.P.) (Vásquez-Selem, 2004); el avance en el Nevado de Toluca (11,500 años A.P.) (Vázquez-Selem, 2004); ocurrió de nuevo otro avance en el Iztaccíhuatl (11,000 a 10,000 años a.p) (Vázquez-Selem y Heine, 2004); en La Malinche (8,500 años A.P.) (Vázquéz-Selem y Heine, 2004) y a los 8,000 años a.p ocurre el tercer avance glaciar de El Ajusco (Vázquéz-Selem y Heine, 2004). A menor altitud, que la reportada para los volcanes del México central, se expresó también la gran inestabilidad climática. Por ejemplo, el lago de Texcoco, Estado de México (10,000 años A.P.) soportó una vegetación Neevia docConverter 5.1 13 típica de pantano (Bradbury, 1971) y a los 9,500 años A.P. se registró un bosque de Pinus spp. y Abies spp. con la ausencia de Quercus spp. y de Picea spp., así como la presencia errática de Alnus spp. (González-Quintero y Fuentes-Mata,1980 en Brown, 1985). Estos tipos de vegetación, por lo tanto sugieren que en Texcoco, hubo una mayor humedad efectiva dado el registro de los bosques de Abies spp. y Pinus spp. La humedad en Texcoco pudo registrarse hasta los 8,300 años A.P., ya que en este tiempo aumentó la frecuencia del Alnus spp. y Cheno-Ams, pudiendo aumentar la temperatura debido a una reducción del bosque de Pinus spp. (González-Quintero y Fuentes-Mata, 1980 en Brown, 1985). Entre los 8,300 a 6,000 años A.P. la humedad hídrica se redujo lo cual fue interpretado por la presencia de Poaceae (González-Quintero y Fuentes-Mata, 1980 citados por Brown, 1985). A diferencia de Texcoco, en Tlapacoya, Chalco, Estado de México (7,500 a 4,800 años A.P.) se reporta una mayor precipitación en el área, pero con la menor variación estacional (Lozano-García y Xelhuantzi, 1997). En la cuenca Puebla-Tlaxcala (2,400 m s.n.m) (10,000 a 8,500 años A.P.) se registró, sin embargo, un período intenso de erosión, consistente con las oscilaciones climáticas que ocurrieron durante la deglaciación en la mayor parte de México, que fue de una relativa aridez a gran humedad (Heine, 1978). En el Golfo de México (13,500 y 11,600 años A.P.) se registró su primer y segunda descarga masiva de agua procedente del Lauréntida, creando, por lo tanto, una condición glacial, debido a la inhibición de la corriente termohalina (Poore, 2003; Emiliani et al., 1975). El sur-sureste del país, también soportó oscilaciones entre eventos de mayor a menor humedad con respecto a la glacial, lo cual se refleja a partir de los estudios de los sedimentos marinos del Istmo de Tehuantepec donde se revela un clima más caliente y húmedo (10,000 a 9,500 años A.P.) interpretado tanto por la reducción de Picea spp. como por un aumento de Alnus spp., junto con la presencia de Cheno-Ams y Poaceae. De esta Neevia docConverter 5.1 14 última fecha hasta los 6,500 años se registraron oscilaciones entre períodos húmedos y de menor humedad (Brown, 1985). Posterior al período que duró la deglaciación, a partir de los 7,000 años A.P., las condiciones climáticas no reflejaban aún las comunidades vegetales que se observan en la actualidad para la mayoría de los lugares de los EE.UU. y de México. Sin embargo, las condiciones atmosféricas tomaron, paulatinamente una dirección, hacia la actual configuración a partir de esta fecha (Poore et al., 2003; Ruter et al., 2004). Al sur de los EE.UU; y específicamente el norte de México, a partir de los 5,000 años A.P., se registra una disminución de la insolación de verano y la zona de convergencia intertropical se desplaza hacia el sur, lo que origina la disminución en la intensidad de los vientos del este hacia México, reduciéndose, también, el transporte de aguas superficiales del Caribe al Golfo de México, originando condiciones tan áridas como las actuales en los desiertos ubicados en el norte de México (Poore et al., 2003). El norte de México, reveló una condición árida, que no obstante, fue menos árida que la condición actual. Esto se confirma por los estudios del Chihuahuense (24° a 38° latitud norte) que sugieren el establecimiento de comunidades xerófilas actuales (Agave lechuguilla, Fouquieria splendens y Larrea tridentata) (6,500 a 3,500 años A.P.) (Van Devender, 1960 en Van Devender 1990). Empero el dominio de Prosopis spp. en el Chihuahuense, aún bajo la presencia de pastizales, indica una condición húmeda (Van Devender, 1960, 1977 en Van Devender1990). Estudios en Babícora, Chihuahua (6,000 años A.P.) revelaron, igualmente, una condición árida similar a la actual (Urrutia-Facugauchi et al., 1997), y el desierto Sonorense registró una vegetación xerófila típica de una condición árida, a partir de los 4,500 años A.P. (Van Devender, 1977 en Van Devender, 1990). Un estudio paleoecológico realizado en la Sierra Madre Oriental, Sonora sobre polen fósil revela, que entre los 6,000 a 4,000 Neevia docConverter 5.1 15 años A.P. el bosque mixto de coníferas migra a mayores elevaciones y domina un bosque de Quercus spp. indicando con ello un período más cálido en altitudes que en la actualidad no existe el tipo de vegetación e interpreta también que a partir de los 4,000 años A.P. se establece la vegetación actual en el área (Ortega, 2003). Se sugiere, que para que estas comunidades vegetales se hayan podido establecer, las temperaturas promedios debieron estar entre los 12 a 26 °C., la humedad atmosférica tuvo que ser baja y las precipitaciones pudieron alcanzar entre los 100 y 400 mm, tal y como ocurre en la actualidad en los lugares que soportan este tipo de vegetación (Rzedowski, 1978). También el Pacífico, registró la tendencia hacia una condición árida parecida a la condición árida actual; pero esta vertiente toleró así mismo condiciones húmedas como las registradas durante la deglaciación, es decir en algunas áreas de la vertiente del Pacífico se presentaban fluctuaciones entre condiciones áridas y húmedas. Por ejemplo, en San Felipe, Baja California Sur (6,000 años A.P.) un análisis sedimentológico de diatomeas y propiedades magnéticas de un núcleo, reveló un período de aridez que de acuerdo a los autores fue cuando el lago pudo haber desaparecido debido a que una acumulación eólica tomó lugar y fue posterior a los 5,000 años A.P. que se estableció su clima actual (Ortega-Guerrero et al., 1999). Un estudio realizado en Baja California Sur, revela también la presencia de acumulación eólica determinada a través de la disminución del polen de mangle rojo (Sirkin et al., 1994). En la laguna San Pedro, Nayarit (21º12’30” latitud norte y 104º45’longitud oeste; 1300 m s.n.m) (5,000 años A.P.) se registró un cambio en su composición florística de Pinus spp. y Quercus spp. a únicamente Quercus spp. (Brown, 1984 en Brown y Jacobs. en prensa) pudiendo ser un indicador de reducción en la humedad relativa. En Zacapu, Michoacán (6,700 a 5,000 años A.P. y pudiendo alcanzar hasta los 4,000 años A.P.) también se reflejó una disminución de la humedad que para este tiempo aún era similar a la condición húmeda Neevia docConverter 5.1 16 de la deglaciación, y la cual, indican los autores citados, disminuyó por la baja presencia de Alnus spp. (Lozano-García y Xelhuantzi,1997; Metcalfe, 1997). No obstante, Zacapu, Michoacán (a partir de los 5,000 años A.P.) registró la presencia de un clima templado- subhúmedo, inferido por un aumento en el nivel del agua (Lozano-García et al., 1999). Al igual que el Pacífico, al centro de México, se reflejaban intervalos entre una tendencia árida y húmeda, por ejemplo, la cuenca Puebla-Tlaxcala (2,400 m s.n.m) (7,000 años A.P.) registró una fase de erosión (Metcalfe et al., 1994 en Heine, 2003) y fue hasta los 6,000 años A.P. que registró la presencia de Pinus spp., Quercus spp. y Alnus spp. junto con Chenopodiaceae, Poaceae y Asteraceae y la influencia de una actividad volcánica (Brown, 1985). El lago de Texcoco (6,000 a 3,400 años A.P.) sin embargo, sugiere la disminución de los valores de Pinus spp. y Quercus spp. pero con la presencia de Asteraceae, Poaceae y Cheno- Ams (Brown, 1985); esto coincide con la vegetación que se registró en Chalco (4,850 a 4,200 años A.P.), la cual fue un poco más xerófila por la presencia de Opuntia spp., Cylindropuntia spp. y Mimosa spp. (Lozano-García y Xelhuantzi, 1997). En Quila, Estado de México (6,000 años A.P.) se revela un aumento en el nivel del agua y la presencia de una capa de ceniza volcánica, y entre los 5,000 a 1,010 años A.P., Quila se caracterizó por la formación de turba lo cual implica bajos niveles lacustres (Almeida- Leñero et al., 2005). Al sur-sureste de México, sin embargo, un estudio sobre la historia cultural y climática de Cobá, Quintana Roo (4,700 años A.P.) indica que la vegetación de pantano o Alkalché caracterizada con Eleocharis spp. y Typha spp. sugiere una ligera elevación en el nivel del agua y, que junto con el dominio de Piscidia spp. se podrían sugerir condiciones de mayor humedad con respecto a las actuales (Leyden et al., 1998). Neevia docConverter 5.1 17 Planteamiento del problema Lo señalado anteriormente indica que México y en particular la zona central del país a latitudes de 18° norte, en donde se encuentra la zona árida más meridional de Norte América, conocida como Valle de Tehuacán Cuicatlán, pudo haber estado influenciada por el máximo glacial, ubicada entre los 17º 48´ a 18º 58´ latitud norte y 97º58´ a 97º03´ longitud oeste, esta región es reconocida como una zona de extrema diversidad biológica cuya historia durante el Cuaternario tardío es desconocida. De acuerdo a los estudios anteriormente citados, si el valle de Tehuacán Cuicatlán tuvo influencia del máximo glacial tal y como se reporta hacia el centro, este y oeste de México, a la misma latitud, se esperaría encontrar sistemas de vegetación que reflejen una condición más fría y húmeda que la actual, como serían los bosques de Pinus spp. y/o Abies spp., así como especies que en la actualidad indican un clima frío y húmedo. Concordantemente durante la deglaciación la Zona de Convergencia Intertropical pudo haberse movido nuevamente hacia el norte lo que podría haber permitido la reactivación de la celda semipermanente de Bermudas- Azores, la cual influye sobre México, reflejándose una condición de repunte de la humedad comparativamente con la que pudo haber existido durante el máximo glacial. Si esta suposición es correcta se esperaría encontrar sistemas de vegetación que reflejen mayor humedad propios de ambientes templados-fríos en zonas que en la actualidad no registran estos tipos de vegetación. Por lo tanto, si existió tal influencia durante la deglaciación, lo tipos de vegetación presentes, pudieron ser en parte originados por la mezcla de especies que bajaron sus limites latitudinales y altitudinales durante el máximo glacial con las especies que aumentaron en latitud y altitud su distribución, debido a la sucesión de las condiciones climáticas a partir de la glaciación y durante la deglaciación. Posterior a la Neevia docConverter 5.1 18 deglaciación, el patrón de circulación atmosférica, paulatinamente fue transformándose hacia la condición actual, permitiendo el establecimiento de las comunidades xerófilas que caracterizan a la vegetación actual. Es decir, durante este tiempo, debieron de registrarse temperaturas tan altas como las actuales con menores precipitaciones en la porción norte del país; pero con influencia hacia latitudes intertropicales de esta condición; por recibir mayor influencia de los Alisios. Por lo tanto si esto es correcto, entonces las regiones extratropicales pudieron haber iniciado la configuración de las actuales comunidades vegetales xerófilas mucho antes que las latitudes intertropicales como en el Valle de Tehuacán Cuicatlán, el cual por recibir la influencia de los Alisios, pudo haber soportado una vegetación que reflejaba mayor humedad que la actual aun cuando en el norte del país, se iniciaba el establecimiento de las comunidades xerófilas actuales. Lo cual puede ser una posible vía que explique el por qué el Valle de Tehuacán Cuicatlán, es la región árida más diversa de norteamérica. El presente estudio se llevó a cabo en el Valle de Zapotitlán, una cuenca local del Valle de Tehuacán Cuicatlán localizada a 18°07´18” a 18°26´00” en su latitud norte y 97°39´06”a 97°19´24” en su longitud oeste. Concretamente el estudio se realizó en la región de San Juan Raya (18°19’0” latitud norte y 97°37´30” longitud oeste), en la cual dos estudios estratigráficos habían sido descritos previamente por Ortega y Valiente-Banuet (datos no publicados). Estos fueron denominados como San Lucas (con 8.50 m de altura), que abarca antigüedades que van de los 25,220 ± 160 a los 5,020 ± 70 años 14C A.P. y La Candelilla (2.90 m) con antigüedades que van de 9,310 ± 110 a 6,040 ± 50 años 14C A.P. y fechadas por el método de carbono catorce (Beta Analytic Inc., Florida, EE.UU.). En total se registraron 32 muestras a diferente profundidad (17 en San Lucas y 16 en La Candelilla) las cuales equivalen a diferentes ambientes de depositación. Por cada cambio sedimentológico Neevia docConverter 5.1 19 se extrajeron muestras para estudiar el polen y esporas fósiles, las cuales se procesaron en el laboratorio de Palinología del Instituto de Geología de la UNAM y se les asignó una clave dentro de la colección fósil especifica para el Cuaternario. Las zonas polínicas se realizaron con base a los cambios en el contenido polínico y los tipos de vegetación se construyeron con base a los análogos actuales de los tipos de vegetación en México, principalmente basándonos en el libro sobre Vegetación de México (Rzedowski, 1978) y la publicación sobre La vegetación del Valle de Tehuacán Cuicatlán (Valiente-Banuet et al., 2000). Objetivo general Reconstruir e inferir posibles tipos de vegetación y tendencias climáticas ocurridas durante la última fase fría del Cuaternario tardío a latitudes de 18° norte por medio del análisis del registro fósil de polen y esporas obtenido de dos perfiles denominados San Lucas y La Candelilla, procedentes de la localidad de San Juan Raya, Tehuacán, Puebla. Objetivos particulares 1. Determinar el polen y las esporas de los perfiles San Lucas y La Candelilla 2. Construir con los palinomorfos determinados, los posibles tipos de vegetación ocurridos en San Lucas (25,220 ± 160 a 5,020 ± 70 años 14C A.P.) y La Candelilla (9,310 ± 110 a 6,040 ± 50 años 14C A.P.) con base a análogos actuales de los tipos de vegetación de México. 3. Inferir posibles tendencias climáticas con los tipos de vegetación construidos para la latitud de 18° norte. Neevia docConverter 5.1 20 Área de Estudio Ubicación Geográfica El Valle de Tehuacán Cuicatlán localizado en el sur y centro de México, se localiza en el sureste del estado de Puebla y noroeste del estado de Oaxaca. Fisiográficamente limita con el Eje Volcánico Transversal que cruza la porción noroeste de Puebla y hacia el este con la Sierra Madre Oriental que incluye en particular tres macizos montañosos, la Sierra de Zongolica, la Sierra Mazateca y Acultzingo, y en su parte suroeste colinda con la Sierra de Zapotitlán, y al sureste limita con el sistema montañoso del norte de Oaxaca y el cual es considerado como una prolongación de la Sierra Madre Oriental (Brunet, 1967; Rzedowski, 1978). La porción geográfica del valle de Tehuacán Cuicatlán ubicado entre los 17º48´ a 18º58´ latitud norte y 97º58´ a 97º03´ longitud oeste (figura 1), debe su clima actual a los elementos fisiográficos que lo bordean, principalmente por la presencia de la Sierra Madre Oriental, en su parte conocida localmente como la Sierra de Zongolica que da origen a su aridez actual, ya que el efecto de la Sierra se expresa directamente en la temperatura del aire y la distribución en la precipitación (Valiente-Banuet et al., 2000). El estudio se llevó a cabo en el municipio de Zapotitlán de las Salinas (18°07´18” a 18°26´00” latitud norte y 97°39´06” a 97°19´24”longitud oeste a 1,500 de altitud), el cual se encuentra localizado a suroeste del Valle de Tehuacán Cuicatlán, en el estado de Puebla. La localidad estudiada dentro del municipio corresponde a San Juan Raya, Puebla ubicada a 18°19’0” latitud norte y 97°37´30” longitud oeste (figura 2), a 1,700 m de altitud, rodeada por elevaciones que bordean su parte norte-noroeste y las cuales alcanzan hasta los 2,500 Neevia docConverter 5.1 21 metros de altitud como el cerro localmente llamado Gordo, así como el Garambuyo con 2,100 m, el Mezquite con 2,000 m y el Salado con 2,200 m. Fig.1 Ubicación geográfica del valle de Tehuacán Cuicatlán (Fuente: Casas et al., 2001) 18°. 58°’ N 17°. 48´ N N S E O 97°.58’ O 97°.03’ O Neevia docConverter 5.1 22 Fig.2 San Juan Raya dentro del valle de Zapotitlán Salinas en el valle de Tehuacán- Cuicatlán, Puebla, México (Fuente: Casas et al., 2001) Fig.3 Macizos montañosos que bordean a San Juan Raya por su parte norte-noroeste. (Fuente: INEGI 1999) N S E O 97°.03’ O 18°.58’ N 97°38’ O 97°37’ O 18°19’ N Neevia docConverter 5.1 23 Geología El Valle de Tehuacán se localiza en la parte central de una cuenca continental Cenozoica formada por un brazo del mar del Cretácico (145.5±4.0 a 65.5±03 M. a.). La información geológica muestra la existencia en un inicio de la formación Matzizi de origen continental, propuesta por Aguilera (1906 en Brunet, 1967) al sur de Zapotitlán, de temporalidad Paleozoico superior (283.08 ± 0.7 a 260.4 ± 0.7 M. a.) y principios del Mesozoico medio (Jurásico) (199.6 ± 0.6 a 145.5 ± 4.0 M. a.). Esta formación está constituida por rocas metamórficas (esquistos, pizarras, gneiss, cuarcitas y mármoles), rocas sedimentarias (areniscas y lutitas) y rocas volcánicas (diques). Este complejo aflora en las sierras de Zapotitlán, Miahuatepec y Atzingo. Durante el Cretácico inferior (Mesozoico) (145.5 ± 4.0 a 99.6 ± 0.9 M. a.) se originaron las formaciones Zapotitlán, San Juan Raya y Miahuatepec que fueron claramente marinas, conformadas por calizas, rudistas y nerineidos. Los principales afloramientos están ubicados en los alrededores de San Juan Raya y las Sierras Miahuatepec, Atzingo y San Bartolo. A principios del Cretácico superior (99.6 ± 0.9 a 65.5 ± 0.3 M. a.) y hasta el Cenozoico inicia la evolución del Valle de Tehuacán con su separación del Golfo de México. Produciéndose movimientos orogénicos como el plegamiento de la Sierra Madre Oriental originando fracturas, fallas y actividad volcánica y por actividad tectónica, se forma la cuenca depositándose en ésta sedimentos de origen químico y continental derivados de la erosión de las montañas (rocas formadas por yesos, travertinos, conglomerados, limonitas, nódulos de calcedonia, calizas lacustres, tobas y areniscas). Éstas pertenecen a la formación Tehuacán (Brunet en Byers, 1967) del complejo Neevia docConverter 5.1 24 Oaxaqueño. Durante el Cenozoico, en el período Terciario medio superior (23 a 1.8 M. a.), la cuenca tectónica sostenía un gran lago demostrado por los depósitos lacustres y travertinos que afloran en el Cerro de la Mesa, Atelpexi y en la localidad del Axusco. En el Cuaternario (1.8 M. a) la cuenca endorreica formada se seccionó por procesos tectónicos, drenando los escurrimientos vía río Santo Domingo hasta la cuenca del río Papaloapan, formándose finalmente la configuración del Valle de Tehuacán. Durante el Pleistoceno-superior y Holoceno se presentan depósitos aluviales, fluviales, costras de carbonatos de calcio y rocas de origen volcánico que, junto con registros de la fauna, depósitos de calcretas, tufas, travertinos y paleosuelos, sugieren la ocurrencia de grandes variaciones climáticas que dieron como resultado la formación y evolución de abanicos aluviales, caliches, así como depósitos de tipo debris y mud flow (Brunet, 1967; Fuentes- Aguilar, 1971; Nava, 1985; López-Ramos, 1981 en Valiente-Banuet et al., 2000). Clima La heterogeneidad ambientaldel valle de Tehuacán es resultado de la diversidad climática y transformaciones geomórficas debidas a los eventos ocurridos durante el Cuaternario (Brunet, 1967 en Valiente-Banuet et al., 2000). En general, el clima coincide con los patrones generales de circulación atmosférica dominando los vientos del este y la presencia de lluvias monzónicas durante el verano, y vientos del oeste durante el invierno, periodo durante el cual los vientos polares provocan precipitaciones en las partes altas de las montañas y heladas ocasionales (Ortega-Ramírez, 1979; Valiente-Banuet et al, 2000). En las regiones del suroeste de Puebla y las zonas del valle de Tehuacán con altitudes de más de 1,000 metros prevalece una condición con temperatura media anual entre 22 °C y 26 °C. Las áreas con menor precipitación del valle de Tehuacán se localizan a la sombra de Neevia docConverter 5.1 25 la elevada Sierra de Zongolica, sólo reciben 400 mm de precipitación anual. Durante la época seca, que corresponde de octubre a marzo, llegan a alcanzar hasta 50 mm de precipitación, a excepción de enero que en las laderas más elevadas del Eje Volcánico Mexicano recibe mucho más precipitación debido a la influencia de los "nortes" que entran por el Golfo de México y cuya nubosidad llega y rebasa las altas cumbres (Vidal, 2005). En Tehuacán, el clima es producto de su posición geográfica y, específicamente, de su situación entre el Golfo de México y el océano Pacífico; por lo que al parecer el factor controlador del clima es la topografía del centro-sur de México (Byers, 1967a,b). En general el valle presenta un clima seco debido a que las Sierras de Zongolica y de Juárez funcionan como enormes contrafuertes que impiden el paso de la humedad proveniente del Golfo de México haciendo que la temperatura aumente a medida que disminuye la altitud, por lo que en la base de las montañas ocurre un clima semiárido-semicálido (Vidal, 2005). García (1988) y Valiente-Banuet (1991), citados en Valiente Banuet et al (2000), mencionan que el clima de Tehuacán incluye climas secos (Bs, Bw); semicálidos (A, (A)C, Am) y templados (Cb). En particular San Juan Raya presenta un clima semiárido con promedio anual de precipitación de 542.5 mm y temperaturas anuales de 19.8 °C de acuerdo a García ( 1988 citado en Casas et al., 2000). Vegetación El Valle de Tehuacán Cuicatlán se encuentra dentro de la provincia florística del mismo nombre y pertenece a la región xerofítica de México y al reino Neotropical. Es una área relativamente pequeña con aproximadamente 10,000 Km2 y cuya flora en las zonas más calientes presenta afinidad con la provincia de la depresión del Balsas más que una afinidad holártica (Rzedowski, 1978; Rojas-Martínez et al., 1996). La vegetación del Valle de Neevia docConverter 5.1 26 Tehuacán se caracteriza por una abundancia de matorrales xerófilos en la parte norte de Puebla y hacia el sur de ambos estados son comunes las comunidades dominadas por árboles y arbustos que caracterizan la Selva Baja Espinosa y la Selvas baja Caducifolia; sin embargo en todas las variantes de vegetación el elemento dominante son las cactáceas columnares (Rojas-Martínez et al., 1996). Dentro del valle de Tehuacán Cuicatlán específicamente se reconocen veintinueve asociaciones vegetales agrupadas en seis categorías, que en su mayoría responden a los climas secos, semicálidos y templados (Valiente-Banuet et al., 2000). En la porción este del Valle de Tehuacán Cuicatlán, desde Coxcatlán hasta Cuicatlán registra actualmente la asociación de Escontria chiotilla la cual se establece sobre abanicos aluviales y laderas de los cerros entre los 700 y 1000 m de altitud asociada a ésta: Acacia cochliacantha y Acacia coulteri (Mimosaceae), Actinocheita potentillifolia (Anacardiaceae), Agave macroacantha, Agave kerchovei y Agave titanota (Agavaceae), Bursera morelensis, Bursera submoniliformis y Bursera schlechtendali (Burseraceae), Ceiba parviflora (Bombacaceae), Cercidium praecox (Caesalpiniaceae), Cnidoscolus tehuacanensis (Euphorbiaceae), Cyrtocarpa procera (Anacardiaceae), Ferocactus latispinus (Cactaceae), Gyrocarpus mocinoi (Hernandiaceae), Lantana camara y Lantana achyranthifolia (Verbenaceae), Mimosa luisana (Mimosaceae), Myrtillocactus geometrizans y Opuntia pilifera (Cactaceae), Plumeria rubra (Apocynaceae), Pseudosmodingium multifolium (Anacardiaceae) y Turnera diffusa (Turneraceae). Se encuentra también la Selva Baja Caducifolia dominada por árboles inertes con tallo fotosintético o cuajiotales en la región Coxcatlán y Cuicatlán y en las laderas de cerros y abanicos aluviales de la parte sur del Valle de Tehuacan a 900 m de altitud, caracterizados con Bursera aptera, Bursera aloexylon, Bursera arida, Bursera morelensis, Bursera submoniliformis y Bursera Neevia docConverter 5.1 27 schlechtendalli (Burseraceae) y asociadas a éstos se encuentra: Capparis incana (Capparaceae), Cyrtocarpa procera (Anacardiaceae), Escontria chiotilla (Cactaceae), Forchameria macrocarpa (Capparaceae), Fouquieria formosa (Fouquieriaceae), Juliania adstringens (Julianiaceae), Mimosa luisiana, y Mimosa polyantha (Mimosaceae). Las especies arbustivas que dominan son Croton ciliato-glanduliferus (Euphorbiaceae), Melochia tomentosa (Sterculiaceae), Opuntia decumbens, Opuntia pilifera, Opuntia puberula (Cactaceae) y Sanvitalia fruticosa (Asteraceae). Hacia el mismo este del Valle de Tehuacán Cuicatlán se puede ver vegetación arbolada de montaña alcanzando altitudes que van de 1,900 a 2,900 m aun en las inmediaciones de Cuacnopalan Puebla y la parte sur montañosa de Cuicatlán, bajo este intervalo de altura se establece la asociación del bosque de Juniperus spp (Cupressaceae) que en la actualidad se presentan sólo en manchones y es común ver a Juniperus deppeana y Juniperus flaccida asociados a encinares y pinares, en ocasiones los Juniperus spp. se asocian con especies arborescentes como: Nolina longifolia (Nolinaceae), Opuntia pilifera (Cactaceae) y Yucca periculosa (Agavaceae). También se puede encontrar la Tetechera de Neobuxbaumia tetetzo encontrándose en laderas con rocas de lutitas entre los 700 y 1,500 m de altitud, asociándose con vegetación arbolada en la región sur desde Coxcatlán hasta Cuicatlán. La parte sur del Valle registra la asociación de Cardonal Pachycereus weberi desde los 650 a los 900 m de altitud y al igual que Escontria chiotilla se asienta sobre abanicos aluviales pero éstas se presentan sobre laderas de montañas en las partes bajas, es casi exclusivo en su asociación con la vegetación arbolada caducifolia tales como: Cephalocereus columna- trajani, Escontria chiotilla, Myrtillocactus geometrizan, Neobuxbaumia tetetzo, Pachycereus hollianus, Polaskia chichipe, Stenocereus pruinosus, Stenocereus stellatus y árboles y arbustos como Bursera fagaroides y Bursera schlechtendali (Burseraceae), Neevia docConverter 5.1 28 Castela tortuosa (Simaroubaceae), Ceiba parviflora (Bombacaceae), Echinopteris eglandulosa (Malpighiaceae), Hintonia latiflora (Rubiaceae), Lantana achyranthifoli y Lantana camara (Verbenaceae), Leucaena esculenta, Lysiloma acapulcensis, Lysiloma divaricata, Mimosa luisana y Mimosa polyantha (Mimosaceae), Plumeria rubra (Apocynaceae), Prosopis laevigata (Mimosaceae), Senna wisliseni (Caesalpiniaceae) y Ziziphus pedunculata (Rhamnaceae). El cardonal de Microcereus fulvisceps se encuentra entre los 1,700 a 1,800 m de altitud en laderas de cerros con roca caliza, en la porción sur de Cuicatlán, asociado a un estrato arbóreo. Con las que comúnmente se asocian el cardonal es: Acacia subangulata y Acacia constricta (Mimosaceae), Ageratina espinosarum (Asteraceae), Agave potatorum (Agavaceae), Caesalpinia melanadenia y Cercidium praecox (Caesalpiniaceae), Ipomoea arborescens (Convolvulaceae), Mimosa luisana (Mimosaceae), Morkillia mexicana (Zygophyllaceae), Ruelliahirsuto-glandulosa (Acanthaceae), Senna wislizenii (Caesalpiniaceae) y Solanum trydinamum (Solanaceae). El bosque de encino se encuentra por arriba de los 2,200 m de altitud aunque puede alcanzar a menor altitud al sur de Cuicatlán a los 1,700 m. Las especies arbóreas dominantes son Quercus glaucoides, Quercus glaucophylla, Quercus liebmanii, , Quercus magnoliifolia y Quercus subifera (Fagaceae), Arbutos xalapensis (Ericaceae) y especies epifitas como Echeverría (Crassulaceae), Piper (Piperaceae) y Tillandsia (Bromeliaceae). El bosque de pino se ubica por arriba de los 2,500 m y es común en los macizos montañosos y en las Sierras de Cuicatlán, Oaxaca, Cuesta Colorada y la Sierra Juárez rumbo ciudad de Oaxaca, el Pinus montezumae, Pinus oocarpa y Pinus oaxacana (Pinaceae) son dominantes y coexisten con: Juniperus deppeana y Juniperus flacida (Cupressaceae), Arbustos xalapensis (Ericaceae) y la presencia de arbustos como Baccharis mexicana (Asteraceae). Neevia docConverter 5.1 29 En la porción occidental del Valle, se encuentra la Tetechera de Neobuxbaumia tetetzo en laderas con rocas de lutitas entre los 700 y 1,500 m de altitud, asociándose con vegetación arbustiva en el Valle de Zapotitlán de las Salinas como: Mimosa luisiana (Mimosaceae), Agave karwinskii y Agave marmorata (Agavaceae), Bursera laoexylon (Burseraceae), Ceiba parviflora (Bombacaceae), Acacia coulteri (Mimosaceae), Cordia curassavica (Boraginaceae), Fouqueria formosa (Fouquieriaceae), Calliandra eriophylla (Mimosaceae), Ipomoea arborescens (Convolvulaceae), Caesalpinia melanadenia (Caesalpiniaceae), Castela totuosa (Simaroubaceae), Ruellia hirsuto-glandulosa y Siphonoglossa ramosa (Acanthaceae). Otra asociación ubicada en el Valle de Zapotitlán es la Tetechera de Neuxbaumia macrocephala y Stenocereus dumortieri y se registra entre los 1,600 a 1,700 m de altitud, en laderas con roca volcánica en la cuenca de Zapotitlán y entre el límite geográfico entre Puebla y Oaxaca, se asocia con cactáceas tales como: Neobuxbaumia macrocephala, Myrtillocactus geometrizanz, Stenocereus durmotieri, Stenocereus pruinosus, Stenocereus stellatus, Pachycereus marginatus, Pachycereus hollianus, Polaskia chichipe y Pilosocereus chrysacanthus y con árboles y arbustos tales como: Acacia cochliacantha y Acacia constricta (Mimosaceae), Celtis pallida (Ulmaceae), Cercidium praecox (Caesalpiniaceae), Croton ciliato-glanduliferous (Euphorbiaceae), Echynopterix eglandulosa, Lantana camara (Verbenaceae), Mimosa luisiana (Mimosaceae), Montanoa mollissima (Asteraceae) y Prosopis laevigata (Mimosaceae). La vegetación relacionada a ésta asociación es diversa, ya que suelos en los que se desarrolla tienen alta capacidad de almacenar agua, por lo que permite la presencia de elementos de zonas húmedas. La Selva Baja Caducifolia se encuentra presente también en el valle de Zapotitlán en las cimas planas de cerros como el Cutá o en la parte sur del valle, este tipo de vegetación ocupa una posición contigua al cardonal de Pachycereus weberi, pero cuando Neevia docConverter 5.1 30 esta vegetación se asocia al Mezquital sobre abanicos aluviales a Pachycereus weberi no se encuentra presente, siendo las especies arbóreas caducifolias que no alcanzan mas de 10 m de altura las que predominan. Con esta asociación se encuentra: Ceiba parvifolia (Bombacaceae), Gyrocarpus mocinoi (Hernandiaceae), Hechtia sp. (Bromeliaceae), Mimosa luisiana y Mimosa polyantha (Mimosaceae), Myrtillocactus geometrizans, Pereskiopsis oaxacana y Stenocereus stellatus (Cactaceae). La Selva Baja Caducifolia dominada por árboles de tallo fotosintético o fouqueriales con dominio de Fouqueria formosa, se encuentra contigua a la Selva Baja Caducifolia con árboles de tallo fotosintético y en general se establece sobre los abanicos aluviales. Entre las especies importantes con las que se asocia: Bursera aptera (Burseraceae), Ceiba parviflora (Bombacaceae), Manihotoides pauciflora (Euphorbiaceae), Mimosa luisiana y Mimosa polyantha (Mimosaceae) y Stenocereus stellatus (Cactaceae). También el izotal de Beucarnea purpusii es común en la porción occidental del valle de Tehuacán-Cuicatlán y alcanza altitudes de 1,850 m. Las especies asociadas son: Beaucarnea purpusii (Nolinaceae), Pilosocereus chrysacanthus y Stenocereus stellatus (Cactaceae) y Yucca periculosa (Agavaceae) y arbustos como Agave peacockii (Agavaceae), Euphorbia antysiphilitica (Euphorbiaceae), Ferocactus flavovirens y Ferocactus robustus (Cactaceae), Mascagnia selerana (Loranthaceae), Opuntia decumbens (Cactaceae). Como parches dispersos de vegetación en el valle, se encuentran, los cardonales de Stenocereus stellatus en suelos con roca volcánica con él coexisten cactáceas columnares como: Myrtillocactus geometrizan y Stenocereus pruinosus así como con árboles y arbustos como Acacia constricta (Mimosaceae), Aeschynomene compacta (Fabaceae), Cercidium praecox (Caesalpiniaceae), Cordia curassavica (Boraginaceae), Ipomoea arborescens (Convolvulaceae), Mimosa luisana (Mimosaceae), Opuntia pilifera (Cactaceae), Prosopis Neevia docConverter 5.1 31 laevigata (Mimosaceae), Senna wisliseni (Caesalpiniaceae) y Solanum trydinamum (Solanaceae). El bosque de pino-encino se le encuentra por los 2,500 m de altitud dominando por Pinus oaxacana (Pinaceae), Quercus glaucophylla, Quercus sebifera, Quercus magnoliifolia (Fagaceae), Juniperus flaccida (Cupressaceae) y Arbutus xalapensis (Ericaceae). Los elementos arbustivos son pobremente representados. Otro tipo de vegetación, es la asociada a ríos con agua permanente, originando los bosques de galería con dominio de Taxodium mucronatum (Taxodiaceae) y Astianthus viminalis (Bignoniaceae) los cuales abundan a orillas inundables en varias partes de Tehuacán, asociado a estos esta: Salíx chilensis (Salicaceae). El izotal de montaña con Nolina longifolia se establece en suelos superficiales y se le encuentra asociada al Mexical o matorral esclerófilo; los Tulares de Typha domingensis se le encuentra en márgenes de ríos con aguas tranquilas; el matorral dominado por arbustos o plantas con espinas presenta la asociación de matorral rosulifolio de Dasylirion y Agave encontrada a altitudes de 1,700 a 1,900 m; el matorral espinoso con espinas laterales en el cual dominan los arbustos espinosos caducifolios, y a los cuales se les encuentra en cimas planas de los cerros a 1,500 m de altitud y se distingue de la vegetación que le rodea por la ausencia de cactáceas columnares; el Candelillar de Euphorbia antisyphilitica se encuentra en laderas de roca caliza entre los 1,500 a 1,700 m de altitud; el matorral de Echinocactus platyacanthus se ubica entre 1,600 a 1,800 m de altitud; el Matorral de arbustos esclerófilos perennifolios sin espinas o Mexical se registra a 1,900 y 2,400 m presentando gran diversidad de especies, colinda por arriba de la cota altitudinal con bosques de encino y pino-encino en suelos con roca caliza en altitudes mayores a 2400m y por debajo del mexical colindaron el matorral rosulifolio y el de Gochnatia hypoleuca (Asteraceae) y el matorral Gochnatia hypoleuca Neevia docConverter 5.1 32 ubicado entre 1,700 a 1,900 m de altitud en suelos superficiales (Valiente Banuet et al., 2000). En particular, San Juan Raya (1,700 m de altitud soporta comunidades dominadas fisonómica y estructuralmente por cactáceas) de tipo columnar como la Tetechera de Neobuxbaumia mezcalensis y Neobuxbaumia macrocephala formando densos bosques de cactáceas y las cuales se asocian con Acacia constricta y Acacia subangulata (Mimosaceae), Beucarnea gracilis (Nolinaceae), Brickellia veronicifolia (Asteraceae), Ipomoea arborescens (Convolvulaceae), Eysenhardtia polystachia (Fabaceae), Psudosmodingium multifolium (Anacardiaceae), Opuntia decumbens, Opuntia pilifera (Cactaceae) y Yucca periculosa (Agavaceae). Los izotales de Beaucarnea gracilisse encuentra en la cima de cerros con suelos calizos en varias partes de la región de Zapotitlán y en el límite de los estados de Puebla y Oaxaca a los 1,600 m, en éste domina Beaucarnea gracilis (Nolinaceae) asociándose con Acacia constricta (Mimosaceae), Cercidiium praecox (Caesalpiniaceae), Cnidosculus tehuacanensis (Euphorbiaceae), Ipomoea arborescens (Convolvulaceae), Mimosa luisiana (Mimosaceae), Pedilanthus cymbiferus (Euphorbiaceae) y en ocasiones con baja densidad se presenta Cephalocereus columna- trajani (Cactaceae) y el izotal de Yucca periculosa dominan zonas calizas con suelos superficiales en la porción occidental del valle aproximadamente a los 1,700 m de altitud, se le encuentra al igual con otras cactáceas tales como Myrtillocactus geometrizans, Opuntia pilifera, Pilosocereus chrysacanthus, Polaskia chichipe y Stenocereus stellatus y otras especies como Agave kerchovei, Agave macroacantha, Agave potatorum y Agave purpusii (Agavaceae), Bouvardia erecta (Rubiaceae), Bursera aloexylon (Burseraceae), Celtis pallida (Ulmaceae), Cercidium praecox (Caesalpiniaceae), Fouqueria formosa (Fouquieriaceae), Ipomoea arborescens (Convolvulaceae), Lippia graveolens Neevia docConverter 5.1 33 (Verbenaceae), Mimosa lancerata y Mimosa luisiana (Mimosaceae), Pedilanthus cymbiferus (Euphorbiaceae), Pseudosmodingium multifolium (Anacardiaceae) y Zanthoxylum liebmanianum (Rutaceae) (Rojas-Martínez et al., 1996). Neevia docConverter 5.1 34 Método Extracción de las muestras Los Perfiles estratigráficos denominados San Lucas y La Candelilla se encuentran ubicados en la localidad de San Juan Raya, perteneciente al municipio de Zapotitlán de las Salinas, el primer perfil se ubica a los 18°19.090’ latitud norte y 97°37.760’ longitud oeste, y la Candelilla se ubica a los 18°51.479’ latitud norte y 97° 48.984’ longitud oeste, ambos perfiles afloraron por consecuencia de actividad tectónica, lo cual es la causa principal de que en la actualidad se encuentren no sólo estos dos perfiles en el valle de Tehuacán, si no que se reportan más de estos afloramientos por tectonismo (comunicación personal Medina, 2007); sin embargo fue de gran interés el estudio de estos perfiles principalmente por la altura de San Lucas lo cual puede revelar la historia del lugar con mayor temporalidad a través de los diferentes cambios litológicos dados y permitir hacer con ellos interpretaciones sobre las variaciones en las oscilaciones climáticas naturales a través del tiempo; y con el perfil La Candelilla confirmar tales cambios, lo cual se esperaría que fueran los mismos por encontrarse dentro de la misma región fisiográfica. Los dos perfiles son trabajados por el Dr. José Ortega y Dr. Alfonso Valiente-Banuet quienes desde el 2003 tomaron muestras en ambos, y de los cuales obtuvieron muestras por cada cambio litológico, obteniendo por cada muestra 1 Kg de sedimento o suelo y de los cuales realizan actualmente el estudio sedimentológico en ambos perfiles; en campo se caracterizaron los tipos de depósitos y con base en esta caracterización se realizó el presente trabajo. El total de muestras obtenidas fue de 31, de las cuales 16 muestras corresponden para el perfil San Lucas tomadas a lo largo de sus 8.50 m de altura, registrando la primer muestra a los 7.60 m de un paleosuelo; 7.40 m en un conglomerado; Neevia docConverter 5.1 35 7.20 m en un arrastre de lodos; 6.10 m de nuevo en un paleosuelo; 5.65 m en el límite del paleosuelo y un arrastre de lodos; 4.80 y 4.30 m en un paleosuelo; 3.60 y 3.30 m en un depósito de pantano; 3.10 m en el límite entre un depósito de pantano y un arrastre de lodos; 2.50, 2.10 y 1.40 m en un arrastre de lodos; 1.20 m en el límite entre el arrastre de lodos y un depósito de pantano; 0.80 m en un depósito de pantano y a los 0.20 m en un paleosuelo. La Candelilla con 2.90 m de altura registró 15 muestras, las cuales se distribuyeron de la siguiente manera, a los 2.85 m se obtuvo de un arrastre de lodo; 2.50 de un conglomerado; entre los 2.40 a 2.30, 2.20, 2 y 1.70 m de un ambiente en el cual hubo un proceso de erosión; entre 1.63 a 1.60 m en una capa de ceniza; entre 1.60 a 1.40 en un arrastre de lodos; entre 1.40 a 1.30, 1.10 a 1.05 y 0.95 m en un paleosuelo; 0.80, 0.65 y 0.50 m y a los 0.20 m. En ambos perfiles se obtuvieron muestras las cuales se fecharon con el método de carbono catorce realizados por Beta Analytic Inc., Florida, EE.UU. (Valiente- Banuet y Ortega–Ramírez, datos no publicados) dando como resultado que el perfil San Lucas registra una temporalidad que abarca de los 25,220 ± 160 a 5,020 ± 70 años A.P., y La Candelilla registra una temporalidad de 9,310 ± 110 años A.P., 7270 ± 90 años A.P. y 6040 ± 50 años A.P., de acuerdo a las muestras fechadas (figura 4). Laboratorio Extracción palinomorfos De ambos perfiles se obtuvo una submuestra de 20 gr por muestra para poder extraer a los palinomorfos, los sedimentos y suelos fueron procesados para la extracción del polen fósil en el laboratorio de palinología del Instituto de Geología de la Universidad Nacional Autónoma México a cargo del laboratorista Carlos Núñez y bajo la dirección del Dr. Enrique Martínez. En un inicio se definió la cantidad de muestra y el tiempo de su Neevia docConverter 5.1 36 procesamiento. Cada muestra fue registrada dentro de la colección de polen fósil (Pb) (figura 3). Al inicio del proceso utilizamos la técnica convencional para polen del Cuaternario con 30 gramos de muestra, la cual fue sometida a HCl (10% x 24 horas); Hf (x 48 horas) y a la acetólisis (9 ml de anhídrido acético): 1 ml (ácido sulfúrico) x 10 minutos, sin aplicarle KOH. En muestras subsecuentes se utilizaron 20 gramos de sedimento y/o suelo, tratándolas con HF; se aplico la acetólisis; y con la aplicación en esta ocasión de KOH (5% x 8 a 5 minutos); las cuales se flotaron (con Bomuro de Zinc, para recuperar la materia orgánica) y se montaron, dando como resultado la mayor presencia de palinomorfos, en las muestras que anteriormente salieron negativas. También se utilizó un testigo por cada muestras procesada, con el fin de eliminar la muestra en caso de que el testigo haya estado contaminado. Este método se estandarizó para todas las muestras obtenidas de San Lucas y La Candelilla, como a continuación se describe. 1. Trituración de las muestras y selección de 20 gramos por muestra. 2. Una vez maceradas se colocó la muestra en los vasos de precipitados. Se trató con HCl al 10% durante 15 minutos, para eliminar carbonatos. 4. Se paró la reacción con agua destilada y se esperó 1 hora. 5. Se decantó la muestra y de nuevo se le agregó agua destilada esperando 1 hora. (se realizó 1 vez más y esperamos 24 horas) 6. Después de 24 horas se decantó la muestra y se le agregó agua destilada durante 45 minutos. 7. Se agregó HF (para eliminar silicatos) sin dejar que la temperatura subiera mucho; si subía, entonces se le agregaba agua destilada para bajarla y se esperaba 24 horas. (para eliminar silicatos) Neevia docConverter 5.1 37 8. Después de 24 horas se decantó y se agregó de nuevo HF para estar seguros de que ya no presentara reacción con los cristales de sílice y se esperó 1 hora 9. Se decantó y se le agregó agua destilada y se esperó durante 1 hora (se realizó 4 veces más y esperamos de nuevo 24 horas) 10. Se decantó y se colocó en un tubo de ensayo, se calibró con agua destilada y se centrifugó 5 minutos a 900 r. p. m. 11. Se decantó y se le agregó ácido acético y se calibró con el ácido acético, se homogenizó y se centrifugó a 900 r. p. m. durante 5 minutos Mezcla acetolítica 12. Se agregó en una probeta 9 ml de anhídrido acético y 1 ml de ácido sulfúrico por muestra 13. Se sacaron las muestras de la centrífuga, se decantó el ácido acético y se dejó en la gradilla, se agregó la muestra acetolítica y se colocó en agua caliente a
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