Descarga la aplicación para disfrutar aún más
Vista previa del material en texto
UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO FACULTAD DE PSICOLOGÍA DIVISION DE ESTUDIOS DE POSGRADO DE LA EDUCACION ESPECIAL A LA INCLUSION. LA SITUACION DE MÉXICO. T E S I S MAESTRA EN PSICOLOGÍA CLÍNICA QUE PARA OBTENER EL GRADO DE: P R E S E N T A : MARGARITA MARIA MOLINA AVILÉS MÉXICO, D.F. 2009 DIRECTORA DE TESIS: MAESTRA ARACELI LÁMBARRI RODRÍGUEZ COMITÉ DE TESIS: DR. JOSÉ DE JESÚS GONZÁLEZ NÚÑEZ MTRO. JORGE ORLANDO MOLINA AVILÉS MTRA. MA. DEL CARMEN MONTENEGRO NÚÑEZ MTRA. MARTHA DIANA BOSCO HERNÁNDEZ H A B L R A A E E UNAM – Dirección General de Bibliotecas Tesis Digitales Restricciones de uso DERECHOS RESERVADOS © PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL Todo el material contenido en esta tesis esta protegido por la Ley Federal del Derecho de Autor (LFDA) de los Estados Unidos Mexicanos (México). El uso de imágenes, fragmentos de videos, y demás material que sea objeto de protección de los derechos de autor, será exclusivamente para fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el respectivo titular de los Derechos de Autor. DEDICATORIAS: A mis hijos: Liliana y José Carlos, A mi compañero de toda la vida: Carlos A mis hermanas Nora, Mirna y Laura A mi hermano Jorge A la memoria de mis padres: Max y Margarita A mis compañeros y amigos de la Facultad A mis compañeros y amigos de la vida………. A mis sinodales CON TODO MI AMOR Y AGRADECIMIENTO DE LA EDUCACION ESPECIAL A LA INCLUSION. LA SITUACION DE MÉXICO. INTRODUCCIÓN 1 CAPÍTULO 1. DE LA EDUCACIÓN ESPECIAL A LA INTEGRACIÓN 8 1.1. Conceptualización y Definiciones de la Educación Especial 9 1.2. Métodos y Técnicas de la educación especial 12 1.3. Breve Historia de la Educación Especial 19 1.4. La educación especial en México. Visión histórica 23 1.5. La Educación Especial como un sistema separado de la educación regular 24 1.6. De la desintegración a la integración 29 CAPÍTULO 2. INTEGRACIÓN EDUCATIVA 31 2.1. Surgimiento o antecedentes de la integración 31 2.2. El principio de normalización 32 2.3. El concepto de necesidades educativas especiales 36 2.4. Conceptualización de la integración 38 2.5. Definiciones de la integración 43 2.6. Formas de integración 44 2.6.1. Las adaptaciones curriculares 45 2.7 Marco legal de la integración 48 2.7.1. Acuerdos Internacionales 48 2.7.2. La Declaración de Salamanca 49 2.7.3. Legislación en México 56 2.8. Críticas a la integración 57 2.9. Integración en México 59 2.10. El siguiente paso: la inclusión 65 CAPÍTULO 3. INCLUSIÓN 66 3.1. De la integración a la inclusión 66 3.2. Diferencia entre la integración y la inclusión 66 3.3. Origen del movimiento de inclusión 72 3.4. Conceptualización y definiciones de la inclusión 74 3.5. Los supuestos básicos de la inclusión 79 3.5.1. Autodeterminación 79 3.5.2. Calidad de vida 81 3.5.3. Apoyos 82 3.6. La inclusión como valor educativo 83 3.7. La inclusión como una cuestión de derechos humanos 85 3.8. La inclusión desde las políticas educativas de un país 88 3.9. Diversidad 89 3.10. Acciones para lograr la inclusión educativa 89 3.11. Modelos y principios de la inclusión 92 CAPITULO 4. INCLUSIÓN EDUCATIVA EN MÉXICO 100 4.1. Situación general 100 4.1.1. Registros de la discapacidad en México 102 4.2. Educación 110 4.3. Salud 118 4.4. Trabajo 120 4.5. Igualdad y no discriminación. Accesibilidad 123 CONCLUSIONES 128 REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS 133 1 “…el rechazo definitivo a cualquier forma de discriminación forma parte del pensar acertadamente. La práctica prejuiciosa de raza, clase, género, ofende a la sustantividad del ser humano y niega radicalmente la democracia…” Paulo Freire INTRODUCCION La Inclusión, más allá de la filosofía de los métodos, técnicas y programas que la sustentan, es una forma de vida. La inclusión educativa, fuera del escenario escolar, es una forma de aprender a vivir juntos, de aceptar y respetar las diferencias, de reconocer y enriquecerse con la diversidad, también es una forma de construir la igualdad, la equidad y la democracia. La inclusión, por principio, es lo opuesto a la exclusión, a la discriminación en cualquiera de sus formas, es por eso, que más allá de la metodología que se ha desarrollado en los últimos años para lograr escuelas inclusivas, la inclusión tiene que ver con actitudes y con valores. No se entendería el concepto de inclusión si no se hiciera una revisión de los antecedentes que dieron lugar a este movimiento universal, apoyado en todos los países desde la perspectiva de los derechos humanos y desde la educación y que ha sido ampliamente consolidado a través de declaraciones y convenciones internacionales y nacionales. Una visión completa de la inclusión debe pasar por el conocimiento de la educación especial tradicional y su evolución hasta el momento actual. El tránsito entre la educación especial tradicional hacia la integración y posteriormente hacia la inclusión en México, al igual que en muchos países, no ha sido un proceso lineal. No existe claridad ni en los datos, ni en la bibliografía, que muestre la terminación de una etapa y el inicio de la siguiente. De hecho, en la actualidad siguen coexistiendo las prácticas de educación especial tradicionales, bajo el modelo de escuelas segregadas, que continúan trabajando bajo los principios médicos y psicométricos, que caracterizan a las personas con discapacidad como “enfermas”. 2 También existen escuelas que han hecho y están haciendo el esfuerzo de llevar a cabo la integración, han intentado romper con los moldes de la educación especial, eliminado los términos peyorativos y han basado su práctica en la propuesta de necesidades educativas especiales que incluye el uso de términos como: persona con discapacidad o persona con capacidades diferentes, que han hecho adaptaciones curriculares y han pretendido una integración escolar real. También existen las escuelas que han entendido la integración solamente como una ubicación física del niño discapacitado en el aula regular, sin brindar apoyos ni hacer ninguna modificación curricular. El paso hacia la integración, no resultó un proceso fácil, por múltiples razones, algunas de las cuales se exponen en la tesis, lo que es un hecho, es que el proceso no fue completado plena ni totalmente. En el peor de los casos, puede afirmarse incluso, que la integración educativa no fue cabalmente comprendida por las personas responsables de hacer la transición. Sin haber consolidado el proceso de integración, ante una situación endeble e inacabada, surge en el mundo una nueva propuesta, un nuevo paradigma: la inclusión educativa. Ya no se habla de necesidades educativas especiales, se habla de “barreras para el aprendizaje”, ya no se habla de técnicas o procedimientos especiales, se habla de “apoyos”. El problema es que muy pocas instituciones, muy pocas autoridades y profesionales en México comprenden, entienden esta nuevaperspectiva más ambiciosa, pero más compleja que es la inclusión y que pone el énfasis en la calidad de vida y la autodeterminación. ¿Dónde termina la integración y comienza la inclusión? ¿Cuáles son las diferencias entre una y otra? Estas son las preguntas que se pretende abordar en el presente trabajo. Cabe mencionar, que no necesariamente se dará una respuesta puntual a estas interrogantes, en tanto, se está hablando de procesos dinámicos que están siendo construidos de acuerdo a las situaciones de cada país, de cada lugar, de cada escuela. Uno de los problemas más grandes en México, se refiere a la carencia de datos duros que reflejen la situación de la población con discapacidad. Este 3 panorama de pocos datos, se ve empeorado por la incongruencia que existe entre las estadísticas que presentan las diversas instituciones que tienen que ver con la atención a las personas con discapacidad y las estadísticas oficiales que aporta el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI). A partir de estos insumos, no es posible llegar a conclusiones definitivas, sino solamente es factible hacer análisis de algunas variables que muestran mayor consistencia en los datos. En síntesis, ante la problemática señalada de que no existe información sistematizada del proceso de inclusión educativa en México, se plantea el presente trabajo a fin de de resaltar, señalar y en lo posible, analizar, los aspectos que requieren mayor atención en el complejo proceso de la inclusión, tanto por parte de los profesionales que trabajan en el campo de la discapacidad, como por parte de las instituciones dedicadas a la atención de esta población. Con base en lo anterior, el objetivo que se plantea en el presente trabajo, es el de presentar el devenir y la situación actual de la inclusión educativa en México. Los objetivos específicos se pueden resumir en los siguientes: Describir los antecedentes, las características y las formas de trabajo que caracterizaron la etapa de la educación especial en México y en el mundo. Explicar los orígenes del movimiento de integración educativa a nivel internacional y en México, los principales postulados de este enfoque, concepciones, marco legal y críticas. Plantear los principales fundamentos de la inclusión educativa, tanto desde el punto de vista teórico-conceptual, como desde la metodología que requiere, a partir de una visión educativa y de los derechos humanos. Ponderar los datos duros que aportan diversas instituciones oficiales en México acerca de la discapacidad y la inclusión. 4 Dentro de los diversos modelos de investigación, ubicaría el presente, como un estudio de Investigación Documental Exploratorio. El análisis cualitativo de la bibliografía revisada, permite llegar a conclusiones críticas después de evaluar los documentos investigados. Este método se caracteriza por que el investigador, debe definir una postura personal sobre el tema desarrollado, mismo que tratará de consolidar, apoyar o probar mediante la revisión de los textos y las conclusiones personales derivadas de los mismos. (Amezcua y Gálvez, 2002) En este caso en particular, se sostiene y asume la postura a favor de la inclusión educativa, como una forma de propiciar y promover la equidad y la igualdad entre las personas y favorecer la democracia, a la vez que se rechaza cualquier tipo de discriminación. Esta convicción deriva de las fuentes consultadas y de la experiencia personal que no puede ser demostrada con métodos tradicionales de investigación, sino solamente a nivel testimonial implícito en la asunción de una postura a favor de la inclusión. En el Capítulo 1: De la educación especial a la integración, se plantean los términos y los conceptos de la educación especial tradicional, en tanto, en este campo, ha tenido gran relevancia la denominación que se ha utilizado en las distintas etapas históricas, para nombrar a las personas con discapacidad, ya que los términos, dan cuenta del tipo de filosofía, teoría, metodología y atención que se ha presentado en cada época. Así, se hace un breve recorrido desde los términos y modelos tradicionales, basados en los modelos médico y psicométrico, hasta el momento en que aparece el movimiento de normalización considerado como un hito, que dio lugar al nuevo paradigma de las necesidades educativas especiales y la integración. En este capítulo, se hace una reseña histórica de esta etapa en México, que corresponde a lo que en casi todo el mundo ocurría. Igualmente, se describen los métodos, técnicas y programas que se diseñaron con el fin de apoyar la educación de los niños especiales, muchos de ellos vigentes hoy en día, como 5 sería el caso del método Montessori y la utilización de las técnicas conductuales. En el capítulo 2, se aborda el tema de la integración educativa, con el propósito de exponer el surgimiento y los antecedentes de este movimiento, así como la terminología que lo caracteriza. La integración, como un proceso complejo y multidimensional, ha sido objeto de múltiples definiciones, algunas de las cuales, las más representativas, se presentan en este capítulo, al igual que las diversas formas de integración que han sido puestas en práctica y las adaptaciones curriculares, piedra angular de esta modalidad. La fuerza y la importancia del movimiento hacia la integración educativa, generó que en todo el mundo se establecieran leyes y normas destinadas a promover la integración, siempre en el marco de las declaraciones y convenciones internacionales que han permitido el avance en este proceso en todo el mundo. Estos documentos han sentado las bases legales de la integración, son vigentes y por su relevancia, en este capítulo se mencionan y describen los más importantes. La situación de México con respecto a la integración es abordada tanto desde el marco legal, como desde las disposiciones que se han realizado en el país a partir del movimiento. Desde mi punto de vista, el capítulo sobre integración, no estaría completo si no se presentaran las experiencias exitosas que han marcado la etapa de la integración, pero también se considera necesario hablar sobre las críticas y algunas experiencias fallidas de esta propuesta. Por último, el capítulo cierra con las preguntas ¿que sigue después de la integración?, ¿cuál es el siguiente paso? 6 El Capítulo 3, está dedicado al tema de la Inclusión. Al igual que en los capítulos y temas anteriormente tratados, se comienza por intentar definir el término, cuya complejidad da lugar a diversas concepciones. Al inicio de este capítulo se establecen las diferencias que diversos autores establecen entre integración e inclusión, igualmente, se analizan algunos de los factores que favorecen o propician la exclusión y los grupos excluidos tradicionalmente. La inclusión puede ser vista desde diversas perspectivas, desde los derechos humanos, desde los valores y desde la situación educativa propiamente dicha. Cada uno de estos temas se revisa en este capítulo, así como la metodología que se ha propuesto para llevar a cabo la inclusión en las escuelas, es decir, las acciones para poner en práctica lo que en teoría se propone. En el capítulo 3, se hace la revisión de los tres temas fundamentales que caracterizan el movimiento de inclusión: los apoyos, la autodeterminación y la calidad de vida. El capítulo 4, tiene el propósito de mostrar la situación de la inclusión en México, a través de la presentación de las cifras y datos duros que existen, bajo los rubros de discapacidad, integración e inclusión educativa, que en algunos casos se manejan de manera indistinta, es decir, este capítulo, se dedica a mostrar la situación de la inclusión educativa en México, se presentan tablas y gráficasque pretenden hacer más clara la interpretación de los datos. En la medida de lo posible, se elabora la interpretación de los datos, la ponderación y contrastación de los mismos, cuando existen divergencias o coincidencias entre los que presentan las diversas instancias que presentan estadísticas de algún tipo: el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), la Secretaría de Educación Pública (SEP), la Secretaría de Salud (SS), la Secretaría de Gobierno del Departamento del Distrito Federal, la Comisión de Derechos Humanos (CDH) y el Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF). 7 El trabajo concluye con un capítulo dedicado a las conclusiones que derivan de los temas revisados en los 4 capítulos anteriores, con el fin de señalar de manera sintética, los puntos relevantes que caracterizan cada uno de lo temas abordados en el trabajo. Con toda modestia, me gustaría creer que lo tratado en esta tesis puede servir de base a muy diversas investigaciones sobre el tema y sobre todo, que pueda ser una pequeña semilla que coadyuve a la creación de una cultura inclusiva, y contribuya al rechazo de cualquier tipo de discriminación. 8 “A todos los seres humanos los une una igualdad cargada de diferencias” Virginia Satir CAPÍTULO 1. DE LA EDUCACIÓN ESPECIAL A LA INTEGRACIÓN En la primera década del Siglo XXI, todavía están sin resolver algunas de las cuestiones teóricas, metodológicas y conceptuales respecto a la educación especial y su tránsito a la educación inclusiva. La concepción de la educación especial, así como el tipo de atención que se ha dado a las personas con discapacidad ha ido evolucionando a través de la historia, pero siempre dentro del marco de los factores políticos, sociales, económicos e ideológicos prevalecientes en las distintas sociedades y culturas. En términos generales, puede decirse que la educación especial define y acota su acción en términos de la atención, educación y cuidado de las personas con discapacidad, minusvalía o deficiencia, términos que marcan la diferencia respecto a una norma o normalidad. El campo de la educación especial ha estado constituido por las prácticas educativas “especiales” técnicas específicas diseñadas para que las personas discapacitadas, deficientes o diferentes, alcancen niveles de normalidad o cercanos a ésta. Desde este enfoque, persisten en casi todos los países del orbe prácticas segregadoras, cobijadas por el concepto tradicional de la educación especial emitido por la UNESCO (1977) que la definió en ese momento, como la “Forma enriquecida de educación general tendiente a mejorar la vida de quienes sufren diversas minusvalías; enriquecida en el sentido de recurrir a métodos pedagógicos modernos y al material moderno para remediar ciertos tipos de deficiencias”. 9 Vale la pena analizar dos cuestiones en esta conceptualización. La primera tiene que ver con la afirmación de que el uso de métodos y materiales modernos pueden usarse para remediar cierto tipo de “deficiencias”, afirmación que además de poner énfasis en las deficiencias, no puede ser comprobada y la segunda se refiere a que esta concepción resalta la exclusión implícita del uso de estos métodos y materiales de los niños que no tienen deficiencias. A continuación, se hace una revisión de algunas concepciones acerca del tema, en las que queda de manifiesto el paradigma tradicional que no ha sido superado en muchos países y de alguna manera coexiste con prácticas integradoras o inclusivas más avanzadas: 1.1.Conceptualización y definiciones de la educación especial. El campo “tradicional” de la educación especial, dio lugar a múltiples conceptualizaciones. Arnaiz (2003), realiza una exhaustiva revisión de la literatura al respecto, destacan e ilustran esta forma convencional, autores como Asperger (1966), quien la define como la “Ciencia que partiendo de un conocimiento de las personalidades infantiles anormales fundado en la biología, busca caminos preferentemente pedagógicos para el tratamiento de los defectos mentales o sensoriales y de las perturbaciones nerviosas o psíquicas en niños y jóvenes”. Mientras que Oleron (1976) afirma que la educación especial “Se consagra a todos aquellos niños que, por razones diversas, no es posible considerar como enteramente normales”. Varios años después, ya hacia fines del siglo XX, algunos autores siguen considerando la educación especial como aquella disciplina dedicada a la atención de los sujetos fuera de la norma que por consiguiente requieren atención especial y justifican la segregación. Siguiendo la revisión de Arnaiz, se encuentra que Moor (1978), considera que:”Es la doctrina de la educación de los niños difíciles, de los débiles mentales, de los disminuidos físicamente y de los que sufren defectos de dicción”, en tanto, Garanto (1984), la considera como la “Atención especial que el sujeto precisa para abordar optimizadoramente aquellas esferas o áreas de su persona que le distancian, 10 le hacen diferente del resto de los sujetos considerados como normales”. Por su parte, Alberte (1983) afirma que “la denominación de sujetos necesitados de Educación Especial, incluye a individuos que se desvían del término “medio” en grado suficiente como para sugerir un tratamiento o ejercitación especial, con el objeto de obtener el máximo de desarrollo”. Resalta que los autores antes citados, persisten en utilizar una terminología que ya para la década de los sesentas era fuertemente cuestionada por sus implicaciones peyorativas y discriminadoras y que en algunos casos atentan contra la dignidad de la persona. En 1994, la UNESCO, en la declaración de Salamanca, muestra un cambio importante en la concepción de la educación especial y de la labor que realizan las personas que se ocupan de atender este campo y propone que: “El desafío consiste ahora en formular las condiciones de una “escuela para todos”. Todos los niños y jóvenes del mundo tienen derecho a la educación, no son nuestros sistemas educativos los que tienen derecho a ciertos tipos de niños. Es el sistema escolar de un país el que hay que ajustar para satisfacer las necesidades de todos los niños”. Esta declaración avaló en su momento, el movimiento universal hacia la integración educativa, ambiciosa meta que no llegó a consolidarse en todas partes y que sin embargo abrió las puertas a una nueva perspectiva acerca de la diferencia y de la diversidad. En el marco de este enfoque más actual, acorde a la propuesta de la UNESCO, y de acuerdo con diversos autores (Arnaiz), la educación especial pretende lograr nueve objetivos: 1. Desarrollo físico y adquisición de destrezas manipulativas, sensoriomotoras, de agilidad y fuerza corporal y de la educación deportiva. 2. Desarrollo de las estructuras mentales que han de conducir a la lógica del pensamiento. 3. Desarrollo de las capacidades de comprensión y expresión que favorezcan la comunicación. 11 4. Logro de una afectividad integrada como consecuencia de un desarrollo y control emocional que capacite para una adaptación positiva a la realidad. 5. Superación de las deficiencias que provocan y mantienen desequilibrios funcionales de la personalidad. 6. Adquisición y utilización funcional de comportamientos necesarios para la independencia, cuidado y autonomía. 7. Desarrollo de actitudes y conductas deseables que faciliten la autonomía la adaptación y la integración social. 8. Adquisición de conocimientos necesarios para la vida práctica diaria. 9. Formación de actitudes personales, profesionales y sociales que posibiliten la integración social. En resumen, el objetivo de la Educación Especial, es el desarrollointegral de las personas a quienes se dirige. En lo que se refiere a la definición del término retraso mental, la American Asociation of Mental Retardation (AAMR), también ha venido modificando sus concepciones. La definición que presentó la Asociación en 1992 fue calificada por Verdugo (1994) como un cambio de paradigma, en tanto mostraba un alejamiento de la postura estrictamente psicométrica y por que consideraba que la deficiencia mental no era solamente un problema del individuo, sino que se definía en función de la interacción con el medio ambiente. En esta conceptualización ya se habla de un diagnóstico y evaluación multidimensional y se pone énfasis en los apoyos que requiere la persona. La clasificación de retraso mental se establece dependiendo del tipo de apoyo requerido, pudiendo ser: limitado, intermitente, extenso y generalizado. De esta manera, se descontinúa la clasificación del retraso mental basada en los niveles de inteligencia :ligera, media, severa y profunda. A pesar de sus innegables avances conceptuales, la definición de la AAMR recibió múltiples críticas de los especialistas involucrados en el tema. En 2002, a 10 años de haber sido elaborada, la AAMR, ofrece una definición que revisa y mejora la propuesta, si bien mantiene sus principios básicos, pone énfasis en: 12 1) operacionalizar con mayor claridad la naturaleza multidimensional del retraso mental, y 2) Presentar directrices de buenas prácticas para diagnosticar, clasificar y planificar apoyos. La definición de la AAMR (2002), plantea que el “Retraso mental es una discapacidad caracterizada por limitaciones significativas en el funcionamiento intelectual y la conducta adaptativa tal como se ha manifestado en habilidades prácticas, sociales y conceptuales. Esta discapacidad comienza antes de los 18 años” Una de las críticas más fuertes que se le pueden hacer a esta definición, se refiere a la persistencia en la utilización del término retraso mental. Gran parte de los especialistas y organizaciones en todo el mundo lo consideran ofensivo y sugieren el uso del término “discapacidad intelectual” que es más neutro y menos peyorativo (Verdugo 2003) En cuanto al concepto de discapacidad, no existe una definición universalmente aceptada. La Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad establece una diferencia en la definición de discapacidad y de personas con discapacidad, de la siguiente manera: • Discapacidad: es un concepto que evoluciona y que resulta de la interacción entre las personas con deficiencias y las barreras debidas a la actitud y al entorno que evitan su participación plena y efectiva en la sociedad, en igualdad de condiciones con los demás. (Preámbulo, inciso e) de la Convención). • Personas con discapacidad: incluyen a aquellas que tengan deficiencias físicas, mentales,6 intelectuales o sensoriales a largo plazo, que al interactuar con diversas barreras, puedan impedir su participación plena y efectiva en la sociedad en igualdad de condiciones con las y los demás (artículo 1° de la Convención). 13 El término aceptado tanto por los organismos internacionales como por las organizaciones civiles, es el de : personas con discapacidad, para referirse con respeto y precisión a quienes por una particularidad biológico-conductual, se ven obligadas a superar obstáculos impuestos y desventajas creadas por la sociedad para ejercer sus derechos, llevar una vida digna y lograr su plena integración al desarrollo. 1.2. Métodos y técnicas de la educación especial. Las técnicas, métodos y procedimientos que se han utilizado, con mayor o menor éxito, dan cuenta también de la evolución que en la Pedagogía, la Psicología, la Medicina y otras disciplinas afines al campo de la educación especial, han tenido a lo largo de los años, particularmente, en el siglo XX. En la etapa de la institucionalización, propia de la educación especial tradicional, se desarrollaron una serie de técnicas, métodos y procedimientos que se caracterizaron por la aplicación de los avances de cada época. Así por ejemplo, el Método Fisiológico de Séguin, llamado “Higiene y Educación de los Idiotas”, da cuenta, no solamente de la terminología que se utilizaba en el Siglo XIX, sino también de la importancia que se le daba al entrenamiento sensorial, prevaleciente en el modelo médico de esos años. El método sensorial de Montessori, basado en gran medida en el Método de Séguin, enfatiza además de la estimulación sensorial, la necesidad de que los niños con retraso mental acudan a las escuelas como lugares propiciadores de aprendizaje. El Método Montessori puede considerarse como un modelo integrador que sigue vigente en la actualidad, a pesar de que su autora lo concibió y puso en práctica desde fines del Siglo XIX. Otros métodos utilizados en la educación de las personas con retraso mental fueron: el Método de Unidades basado en el fomento de experiencias de la vida real integrando paquetes o unidades que integraban conocimientos de diversas asignaturas; el Método para la capacitación motora-perceptual, que justamente 14 se basan en el desarrollo de capacidades perceptivas y motoras a fin de mejorar el desarrollo de los alumnos con retraso mental. La enseñanza clínica o instrucción individualizada fue otro método de trabajo cuyo fundamento es la evaluación minuciosa de de las habilidades y capacidades del alumno para definir un programa personal de intervención. El modelo médico, prevaleciente en estos métodos, se caracteriza por considerar como enfermas a las personas con discapacidad, por lo que los tratamientos también son médicos. En este enfoque hay que reconocer los importantes avances en la investigación de los procesos neurológicos que han permitido brindar apoyos adicionales en el tratamiento de ciertos padecimientos con claro origen neurológico, como son la epilepsia, la esquizofrenia, el trastorno bipolar, entre otros. Por su parte, el modelo psicométrico estuvo fuertemente ligado al modelo médico, pues la interpretación de los tests se relacionaba directamente con los trastornos neurológicos caracterizados en dicho modelo. A pesar de haber sido fuertemente cuestionada la aplicación de pruebas para medir la inteligencia, este recurso sigue siendo utilizado hasta la fecha en gran número de escuelas y clínicas. De alguna manera, ni el modelo médico ni el modelo psicométrico cubrían las expectativas o necesidades requeridas por las personas con discapacidad. Coincidentemente, a partir de los 60s, tienen fuerte influencia los modelos psicológicos propiamente dichos: conductistas y cognitivos. En este breve recorrido acerca de los métodos más utilizados en el campo de la educación especial, destacan las técnicas de modificación de conducta o de rehabilitación conductual que comenzaron a utilizarse desde los años sesenta del siglo pasado y que tuvieron un gran desarrollo en las dos siguientes décadas. En países como México, los programas de modificación de conducta se constituyeron como una alternativa fácil de aplicar y que ofrecía resultados muy directos, observables, medibles y cuantificables. Los resultados obtenidos parecían casi milagrosos, ya que mediante técnicas conductuales pudieron 15 ser tratados padecimientos y conductas que antes se consideraban imposibles de resolver. En su momento, fueron de gran impacto los procedimientos que empleaba Ivar Lovaas para tratar a niños autistas, así como la gran cantidad de programas conductuales que eran utilizado para la educación de niños con retraso profundo ( Molina, J. 1968) Los llamados procedimientos de rehabilitación conductual abordaron el tratamiento de conductas sociales, académicas, de adquisición de lenguaje, de hábitos de autocuidado, de autocontrol,entre otras, mediante los procedimientos basados en el paradigma conductista propuesto por Skinner de estímulo-respuesta-reforzamiento. Los centros de Educación Especial comenzaron a manejar con éxito las llamadas “economías de fichas”, las “listas observables”, las “líneas base”, los “registros anecdóticos”, los “tiempos fuera” y gran cantidad de procedimientos encaminados a reforzar el aprendizaje de las conductas deseables y eliminar o disminuir las indeseables. Muchos centros escolares y muchos profesores siguen considerando que las técnicas de modificación de conducta son las únicas que funcionan en el tratamiento y enseñanza de conductas con sujetos retardados, especialmente los considerados como profundos o severos. No obstante los éxitos y avances en el logro de aprendizajes por parte de las personas con discapacidad, la teoría conductista comenzó a ser cuestionada y criticada por sus propios representantes. Se habló que más que educación se trataba de entrenamiento, que las conductas eran aprendidas de manera mecánica y no había cambios permanentes en el comportamiento. A pesar de las críticas al modelo conductista, hay que admitir que tuvo y sigue teniendo importantes aportaciones, no solo en cuanto a las técnicas y procedimientos de modificación conductual, sino también en el hecho de haber considerado que los hasta entonces llamados deficientes mentales, eran susceptibles de ser educados, que podían ser autosuficientes y eran capaces 16 de conseguir metas y logros más allá de lo que tradicionalmente se esperaba. Incluso, el término que se utiliza dentro de este enfoque: “sujetos con retardo en el desarrollo”, da cuenta de una concepción que rompe con el esquema médico, en tanto considera que el retraso puede ser consecuencia de una cuestión fuera de la persona, por ejemplo, un medio ambiente pobre, con poca o nula estimulación. Pese a los avances e impactantes resultados, tanto en el ámbito de la educación especial, pero sobre todo en el de le educación en general, la teoría conductista fue perdiendo su impacto inicial, a la vez que las teorías cognitivas se comenzaban a reconocer como alternativas más completas, más explicativas y con mayores aportaciones al logro de aprendizajes significativos y duraderos. De manera genérica podrían denominarse teorías cognitivas, aquellas que se centran en la adquisición de estrategias para aprender, más que en los resultados o los contenidos por aprender. Se trata de aplicar los conocimientos adquiridos en la resolución o enfrentamiento de problemas por parte de los alumnos (con discapacidad o no) Estarían incluidas en esta clasificación los enfoques de Piaget y su teoría psicogenética, Ausubel con su contribución de aprendizaje por descubrimiento, Bruner, Gagné,y por supuesto, Vigotsky cuyas aportaciones dentro del marco del constructivismo social, han sido fundamentales en el desarrollo posterior de técnicas y procedimientos, particularmente las que se refieren a la zona proximal que fundamentan el desarrollo de las diversas estrategias conocidas como aprendizaje colaborativo. El marco teórico constructivista permite una visión diferente a la que había prevalecido en la educación especial. Bajo esta perspectiva la discapacidad es más un concepto construido por la sociedad que una característica individual. Si se quisiera hacer un balance entre los aspectos positivos y negativos de la educación especial en la etapa de la institucionalización, sería necesario poner 17 dentro de los aspectos positivos los que de manera muy resumida se mencionan a continuación: Reconocimiento de que las personas con discapacidad son susceptibles de aprender no solamente conductas elementales de supervivencia, sino conductas complejas. Desarrollo de técnicas, métodos y procedimientos Establecimiento de objetivos para llevar una vida integrada y digna Formación de profesionistas especializados en la enseñanza y atención de los grupos En cuanto a los aspectos negativos, de acuerdo con Arnaiz, quizá el aspecto más negativo del modelo de institucionalización, se refiere a la enorme influencia del modelo médico que prevalecía a fines del Siglo XIX y hasta mediados del Siglo XX. Intereses políticos, sociales y económicos, dejaron en manos de la profesión médica la atención de las personas con discapacidad. Bajo este enfoque que define la discapacidad como enfermedad, se sustenta la categorización, la etiquetación y sobre todo la segregación, fundamentada en la separación de la sociedad de aquellos individuos que pudieran ser peligrosos o molestos. El enfoque institucional vinculado al modelo médico fomentó la idea asistencialista, paternalista, de que a los deficientes había que cuidarlos y protegerlos permanentemente. Niños eternos, eternamente dependientes. Por otra parte, algunos analistas sociales, Focault, entre otros, ( citado en Arnaiz) piensan que la idea de la segregación y la institucionalización, tiene componentes más complejos y profundos que se relacionan con el interés de los estados de mantener el orden , la sumisión y el control en las escuelas y en general en las instituciones sociales. En este contexto, la educación especial encuentra su justificación y por lo tanto, recibe el apoyo para desarrollarse ampliamente en prácticamente todos los países del mundo occidental a lo largo del Siglo XX, etapa en que la producción se convirtió en un valor predominante. 18 La educación especial se creó por la incapacidad del sistema educativo para dar respuesta a la diversidad de alumnos. De alguna manera la educación especial pone de manifiesto el fracaso de las escuelas para brindar una educación adecuada para todos. Esto que ha ocurrido en el sistema educativo en general y en los centros escolares en particular, es un reflejo de acciones políticas, sociales y económicas discriminadoras. A medida que la institucionalización se consolidaba como modelo de atención, comenzaron a aparecer las subespecialidades. Ya no solo existían centros especiales para ciegos, sordos y deficientes mentales, sino que, continuando con la tradición del modelo médico, se fueron definiendo una amplia gama de trastornos, que van desde los “problemas de aprendizaje”, hasta los “problemas de conducta”, pasando por los problemas de lenguaje, de dislexia o de atención. La concepción abarca una extensa relación de síntomas y conductas que se supone requieren una atención aun más especializada y específica. Se construyen categorías, subcategorías, clases, etiquetas en fin, para designar diversas terapias, apoyos psicopedagógicos, tratamientos y por supuesto, hacen su aparición los expertos, especialistas en cada rama para atender a poblaciones cada vez más específicas. Cada especialidad asimismo fue construyendo su propio diseño curricular y disciplinar, poniendo énfasis en los métodos que la caracterizarían y la harían especial. Desde el punto de vista teórico, el modelo de educación especial tradicional, que centra su atención en el desarrollo biológico, neuromotor y la medición, así como en la institucionalización y la segregación, encuentran su fundamento teórico en el positivismo, sin embargo, esta consideración la hacen analistas sin que haya habido una declaración formal por parte de los profesionistas de la educación especial. Guajardo (1999), en coincidencia con Sktirk (1995), afirma que la educación especial no tiene una teoría. Para Guajardo, algunas corrientes teóricas sirvieron para el desarrollo de la educación especial, pero no se construyó un 19 discurso teórico propio. Una de las razones que pueden explicar esta situación sería que los profesionales de la educación especial privilegiaron la práctica, descuidando la parte teórica. La actividadprofesional se dirigió a la resolución de problemas utilizando recursos provenientes de muy diversas corrientes. Lo que es un hecho, es que en cuanto a los métodos y técnicas utilizadas por la educación especial, se recurrió a todas aquellas que en su momento demostraron que podían ser útiles, independientemente de la corriente teórica que las apoyara. 1.3. Breve historia de la educación especial Sin ser exhaustiva la revisión histórica en el presente trabajo, ya que no es el principal objetivo, se analizan algunos momentos que se consideran determinantes en la constitución de los conceptos y la metodología propios de la educación especial. Existe una amplia literatura que reseña la historia de la educación especial. Muchos libros y tesis se han referido a este tema, en el caso del presente trabajo, el interés se centra en identificar y analizar los momentos cruciales de esta etapa, las características de cada periodo, los cambios que fueron ocurriendo desde la educación especial más tradicional y sobre todo, las transformaciones que se sucedieron hasta llegar a la integración escolar. Diversos autores (Arnaiz, 2003; Ingalls, 1982; Molina, 2003) coinciden en que en las civilizaciones antiguas, las personas con retraso, con alteraciones o anormalidades, eran rechazadas, marginadas, excluidas para participar en las actividades propias de su grupo o cultura. El desconocimiento de las causas, el carecer de cualquier explicación lógica o científica, daba lugar a todo tipo de explicaciones, prevaleciendo las demonológicas. En la edad media, la enorme influencia de la religión generó que se considerara a las personas diferentes como diabólicas, pecadoras, producto de la ira de Dios. 20 Posterior a la edad media, del siglo XVI al XVIII, etapa caracterizada por la emergencia de un pensamiento científico y por la aportación de filósofos como Bacon, Descartes y Locke, existe un cambio importante en la concepción de las personas que padecen “enfermedades mentales”. Fueron cuatro los preceptos que marcaron esta evolución: no existe una autoridad absoluta de ningún dogma o doctrina; nadie nace con ideas innatas, el hombre aprende a través de los sentidos y el pensamiento reflexivo, y muy importante, se considera al método experimental, ya sea a través del método deductivo o inductivo, capaz de dar validez a cualquier especulación o idea. En este contexto, comienzan a aparecer los servicios, públicos, privados, religiosos, bajo el enfoque que hoy denominamos asistencial. Surge poco después la etapa de la institucionalización, con el fin de recluir en asilos y hospitales a las personas que quedaban excluidas de participar en la naciente revolución industrial. Si bien, las condiciones de estos lugares no permitían la clasificación ni la división por categorías, ya que se atendía indiscriminadamente en el mismo espacio a enfermos mentales, indigentes, niños, adultos y hasta criminales, empiezan a surgir desde el siglo XVI, personas que trabajan ensañando a ciegos y sordos. Ya en el siglo XVIII se crean algunos lugares dedicados a la atención especial de personas con deficiencias sensoriales. En casi todo el mundo, incluyendo México, las primeras escuelas o centros de atención especial son las escuelas para sordos y para ciegos (Molina, N. 2003). A fines del Siglo XVIII y sobre todo en el siglo XIX, ocurren cambios importantes en la noción de las personas con deficiencias, estos cambios no necesariamente fueron benéficos. Por una parte, los incipientes estudios en el campo de la genética, dieron lugar al movimiento social de la eugenesia, entendida esta como la aplicación de las leyes de la herencia en el mejoramiento de la raza; por otra parte, la teoría de la evolución de Charles Darwin, publicada en su obra “ El origen de las especies” (1859), misma que al extender su influencia a las ciencias sociales, considera que los retrasados mentales son seres inferiores que pueden debilitar la fortaleza de la raza humana. 21 Bajo este mismo enfoque genetista, Goddard (1866-1957), influyente autor, considerado el padre de los tests de inteligencia en los Estados Unidos, (tradujo al inglés la escala Binet-Simon) llegó a considerar que la debilidad mental era producida por transmisión genética y que estaba estrechamente relacionada con problemas o “males sociales” como alcoholismo, delincuencia, prostitución, vagancia, etc. En una sociedad que daba gran importancia a los procesos de producción, la industrialización y en la que los emergentes conocimientos científicos tenían gran impacto en las decisiones políticas, sociales, culturales y educativas, es que surge la llamada era de la institucionalización para los denominados enfermos o débiles mentales, por considerarlos un peligro para la sociedad. La idea era apartar, alejar, esconder a las personas con deficiencias o discapacidades. Encerrarlas en centros, de preferencia alejados de las ciudades para que no pudieran ser vistos y no molestaran. La marginación y deprivación sociocultural sin embargo, servía para tranquilizar la conciencia colectiva (Toledo, 1984), ya que en las instituciones encargadas de la atención de los deficientes, se proporcionaban cuidados y asistencia que sus familias no podían otorgarles. Otro hecho relevante de fines del siglo XIX y principios del siglo XX tiene que ver con el aumento en la demanda de educación. En Europa y en varios países de América, incluido México, empiezan a aparecer gran cantidad de escuelas de los distintos niveles educativos. En este marco de atención escolar masiva, comienzan a surgir los problemas para atender a los niños que tuvieran alguna “anormalidad”, especialmente los llamados débiles mentales. Mientras que los niños normales recibían un trato homogéneo, los niños con deficiencias se iban rezagando y abandonaban las aulas regulares. Se hacen los primeros intentos por clasificar las deficiencias. Por su gran influencia y vigencia a lo largo de muchos años, destaca la clasificación hecha por Binet y Simon en 1907: 22 Idiotas Imbéciles Retrasados mentales De acuerdo a estos autores, solo los retrasados mentales estaban en condiciones de asistir a las escuelas, mientras que las otras dos categorías permanecerían en asilos y hospitales. Decroly, desde su formación como médico, propuso otra clasificación basada en aspectos orgánicos y fisiológicos, en términos de las causas que podrían ser: extrínsecas, físicas, neurofísicas, mentales o mixtas. Como se refirió en la sección anterior, en toda esta etapa existe una marcada dependencia del modelo médico que interpreta la etiología de las deficiencias con un determinismo científico de causa-efecto; es decir, se trata de un enfoque biomédico, no un enfoque educativo, en el que lo que se busca es “curar el déficit” a través de tratamientos terapéuticos, curativos o de rehabilitación. Este modelo da la mayor importancia a los factores genéticos y su enfoque determinista biológico, anula los efectos que el entorno pudiera tener. Dentro del marco biomédico, la psicometría encuentra un campo fecundo, ya que la información básica para llevar a cabo las clasificaciones era el coeficiente intelectual. La valoración de los alumnos por medio de test psicométricos determina básicamente las deficiencias y no las potencialidades. El diagnóstico realizado, llevaba a una clasificación y en este marco surge de manera natural la especialización de los servicios educativos para atender a la diversidad de deficiencias encontradas. Comienzan a aparecer centros especializados para sordos, ciegos, débiles mentales y empiezan a desarrollarse las técnicas, los métodos y los programas especiales en los que tendrían que capacitarse los profesores dedicados a atender a estapoblación. 23 Arnaiz identifica esta etapa como la puesta en marcha del proceso de segregación y etiquetación que derivaría en la creación de un sistema educativo especial, paralelo al sistema de educación regular. Adicionalmente se identifican otras dos causas para el establecimiento de escuelas segregadas: el predominio del modelo médico en ese tiempo y la preeminencia de una ideología capitalista que pretendía privilegiar a los hijos de las familias de clases altas y facilitarles el ingreso a las escuelas ordinarias, mientras que los niños de clases socialmente desfavorecidas serían segregados a centros especiales. Es así, que como dice Eliseo Guajardo (1999) comienza la desintegración de la escuela. La constitución de la educación especial como un sistema separado del sistema educativo regular y la proliferación de escuelas segregadas coincide en muchos países en el mismo periodo: décadas de los 60s y 70s. 1.4. La educación especial en México. Visión histórica. La revisión de Molina, N. (2003), señala que fines del siglo XIX, se crean en México las primeras escuelas especiales, en 1867 la escuela para sordos y en 1870 la escuela para ciegos y A partir de entonces, surgen diversas instituciones educativas para atender niños con deficiencia mental, tanto públicas como privadas. Estas instituciones funcionaron bajo el modelo médico-psicométrico que prevalecían en la educación especial en todo el mundo. En la primera mitad del Siglo XX, se crean escuelas para débiles mentales, bajo un modelo asistencialista, limitado al cuidado de los niños, pero sin expectativas educativas. También en esta etapa aparecen los primeros grupos de capacitación. 24 En 1935 surge la primera escuela especial propiamente dicha bajo el nombre de: Instituto Médico Pedagógico. En 1937 se establecen la Clínica de la Conducta y la Clínica de Ortolalia. En 1943 se abre la Escuela Normal de Especialización con las carreras de Maestro especialista en deficientes mentales y menores infractores. En 1945 se agregan las carreras de Educación de ciegos y de sordomudos. Fue hasta 1954 cuando se incorpora la carrera de maestro especialista en la educación de lesionados del aparato neuromotor. Puede decirse que en esta época hubo un gran crecimiento tanto de servicios como escuelas, clínicas, hospitales y centros dedicados a la atención de las personas con deficiencia, como de instituciones destinadas a la formación de especialistas que tendrían la responsabilidad de atender a esta población. 1.5. La educación especial como un sistema separado de la educación regular. Fue a finales de 1970, cuando por decreto presidencial, se creó la Dirección General de Educación Especial con el propósito de coordinar todas las actividades y acciones relacionadas con la impartición de servicios educativos especiales, así como de la formación de los maestros especialistas. La Dirección general de Educación Especial se constituyó de esta manera en un sistema paralelo a la educación básica regular y tuvo bajo su responsabilidad la atención de las personas con deficiencia mental, trastornos de audición y lenguaje, impedimentos motores y trastornos visuales. En la década de los ochenta, la Dirección general de Educación Especial dividía sus servicios en dos modalidades: indispensables y complementarios: Los servicios indispensables comprendían: 25 Centros de intervención temprana Escuelas de Educación especial: Para niños con deficiencia mental Para niños con trastornos neuromotores Niños débiles visuales o ciegos Niños sordos Estas escuelas aceptaban niños en edad preescolar y primaria en los: Centros de Capacitación de educación especial Grupos integrados B, para niños con deficiencia mental leve y para hipoacúsicos, que funcionaban en escuelas primarias regulares. Los servicios complementarios: Centros Psicopedagógicos Grupos Integrados A, dedicados a dar apoyo a niños inscritos en escuelas regulares, pero que presentaban problemas de aprendizaje o de conducta. Unidades de atención a niños con capacidades y aptitudes sobresalientes (CAS), quienes también asistían a las escuelas regulares. Existían también, instancias dedicadas a proporcionar orientación a padres y alumnos con dificultades escolares, estos eran los llamados Centros de Orientación, Evaluación y Canalización (COEC). Los servicios de educación especial trabajaban por áreas específicas de discapacidad y con un currículo paralelo al de la educación básica. Se otorgaban certificados de primaria especial, cabe mencionar que este certificado no servía para continuar estudios en secundaria, si no solamente, en el mejor de los casos, para obtener un empleo. El currículo de educación especial se denominaba como “currículo para la vida”, no para la actividad académica, y tenía una tendencia claramente rehabilitatoria. 26 En las escuelas regulares existían servicios de apoyo llamados gabinetes psicopedagógicos, tanto para los alumnos con problemas de aprendizaje, como para los alumnos con capacidades y aptitudes sobresalientes. Los gabinetes estaban conformados por maestros especialistas específicos y por un equipo multidisciplinario: médico, psicólogo, trabajadora social. Las escuelas especiales, en la medida en que sus recursos lo permitían, contaban con una infraestructura adecuada y específicamente dedicada el tipo de discapacidad, por ejemplo, las escuelas para alumnos con problemas neuromotores tenían tinas de hidromasaje, aparatos para rehabilitación física, y adaptaciones arquitectónicas. A finales de los ochentas y principios de los noventas, comienzan a surgir en México, las mismas inquietudes que habían estado apareciendo en otras partes del mundo, en relación con la necesidad de integrar a los alumnos especiales a escuelas regulares. En esta etapa se crean los Centros de Orientación para la Integración Educativa (COIE) y los Centros de Atención Psicopedagógica de Educación Preescolar (CAPEP), que dependían de la Dirección General de Educación Preescolar, En 1992, se suscribe el Acuerdo Nacional para la Modernización de la Educación Básica (ANMEB), que establece que el sistema de educación básica se federaliza, es decir, a partir de esa fecha, cada uno de los 31 estados de la república atienden y proporcionan los servicios educativos a su población. Tanto el ANMEB, como la Reforma al Artículo 3o Constitucional (1993) y la promulgación de la ley General de Educación, coincidían en la necesidad de promover cambios en la educación, y de manera importante, reorientar y reorganizar los servicios de educación especial, promoviendo un modelo de integración. Esta postura, resultó totalmente compatible con los principios de educación para todos, emanados de la Conferencia de Jomtien, Tailandia (1990), que también se han considerado fundamentales para el movimiento de integración que se dio en todo el mundo. 27 Con el ANMEB se dio toda una reestructuración y reorientación de la educación. Uno de los cambios estructurales más importantes, fue sin duda, La federalización del sistema educativo básico, que descentralizó los servicios de educación especial en 1992, dando lugar a una heterogeneidad en la forma de aplicación de los servicios básicos educativos en las diferentes entidades del país. Derivada de la federalización, el ámbito de acción de la entonces Dirección General de Educación Especial se redujo al Distrito Federal. La reorientación de los servicios de educación especial, se dirigió en primer lugar a combatir la discriminación, la segregación y la etiquetación de las personas con discapacidad y a establecer las condiciones para atender en las escuelas regulares de educación básica a todos los niñosque la requirieran. La reorientación de la educación especial se plasmó en un documento indicativo para todo el país: Proyecto General de Educación Especial en México (1994). La base de esta propuesta es el reconocimiento del derecho de las personas a la integración social y del derecho de todos a una educación de calidad que propicie el máximo desarrollo posible de las potencialidades propias. Igualmente, en este documento se promueve la transformación de las concepciones acerca de la función de los servicios de educación especial y la adopción del concepto de necesidades educativas especiales. La transformación de los servicios de educación especial, fue un proceso que implicó cambios estructurales administrativos y por supuesto de concepciones y actitudes. En lo referente a los servicios, surgen las siguientes instancias: 1. Centros de Atención Múltiple (CAM), que se describen como: “institución educativa que ofrece educación básica para alumnos que presenten necesidades educativas especiales, con o sin discapacidad”. Los CAM, trabajan con el mismo currículo de la educación básica, haciendo las adaptaciones pertinentes. Atienden a niños de todos los grados escolares con cualquier tipo de discapacidad. 28 2. Unidades de Servicios de Apoyo a la Educación Regular (USAER), se crearon con el objetivo de favorecer la integración de los niños con necesidades educativas especiales a las aulas y escuelas de educación inicial y básica regular. En el nivel de educación preescolar, se crearon los Centros de Atención Psicopedagógica de Educación Preescolar (CAPEP) con el mismo objetivo dirigido al nivel de jardín de niños. 3. Unidades de Orientación al Público (UOP), creadas con el propósito de ofrecer información y orientación a padres de familia y maestros. Los cambios radicales en la estructura de la Dirección general de Educación Especial, causaron mucha inquietud, confusión e incertidumbre entre los profesores y demás personal involucrado en el sistema, por otra parte, no se contaba con una instancia coordinadora nacional que estableciera los lineamientos de las nuevas políticas y acciones. Esta situación fue la causa probable del rechazo inicial que tuvo el movimiento hacia la integración. En muchas escuelas, este enfoque se percibió como una imposición y faltó mucha información para hacer comprender a los docentes que el nuevo modelo corresponde a un modelo educativo que busca la equidad y la inclusión de todas las personas con necesidades educativas especiales en las escuelas regulares. Si bien existía el antecedente de contar con los gabinetes psicopedagógicos en el modelo tradicional, la comprensión y la práctica cotidiana en las escuelas regulares no ha sido fácil. El propio concepto de necesidades educativas especiales para muchos profesores y autoridades fue solamente un eufemismo de la discapacidad, una forma más amable y menos peyorativa para referirse a los discapacitados, sin embargo, la filosofía detrás del cambio de los términos no fue ni ha sido cabalmente comprendida ni puesta en práctica. Esta falta de comprensión derivó en casos extremos, a rechazar los programas de integración, y a creer que los servicios de educación especial desaparecerían totalmente, cuando lo que en realidad se pretendía era básicamente, un cambio de actitud. 29 No es fácil que a un concepto como el de necesidades educativas especiales, que tiene que ver con la interactividad social, con la justicia, la equidad y los derechos humanos, sea asimilado y comprendido rápida y espontáneamente por los profesionales de la educación especial, quienes tuvieron una formación basada en los aspectos médicos de la discapacidad, la psicometría y las prácticas rehabilitatorias que justificaban la exclusión. Uno de los principales obstáculos para la integración, era la existencia de una Dirección General de Educación Especial, si bien no se pretendía desaparecer a la educación especial como sistema paralelo a la educación regular, era absolutamente necesario reorientar sus funciones. Esta propuesta tenía el propósito de considerar la educación especial como una modalidad de la educación básica, y no como un nivel paralelo y excluyente para una población con discapacidad. En el año de 2002, como resultado de un diagnóstico de los servicios de educación especial y del proceso de integración educativa en el país, se presentó el Programa Nacional de Fortalecimiento de la Educación Especial y de la Integración Educativa. Este Programa se elaboró conjuntamente entre la Secretaría de Educación Pública y la Oficina de Representación para la Promoción e Integración Social para Personas con Discapacidad de la Presidencia de la República, con la participación de las entidades federativas y representantes de distintas organizaciones de la sociedad civil. Su objetivo es garantizar una atención educativa de calidad a los niños, las niñas y los jóvenes con necesidades educativas especiales, otorgando prioridad a los que presentan alguna discapacidad. (Escandón, 2006). Este programa, vigente hoy en día, se presenta de manera resumida en el capítulo 2, en el marco del tema: Integración. 1.6. De la desintegración a la integración. De acuerdo con Guajardo (2007), las prácticas educativas en la educación especial tenían una estructura organizativa sólida. Cada área de discapacidad 30 contaba con sus propios roles y prácticas profesionales, puede decirse que existían varias educaciones especiales, en la que cada una definía sus perfiles de ingreso y exclusión al seleccionar a sus alumnos. Por ejemplo los alumnos ciegos-sordos no eran aceptados ni con los ciegos ni con los sordos; los deficientes mentales con padecimientos neuromotores no tenían lugar ni con los deficientes mentales ni con los de problemas neuromotores, las escuelas para niños con síndrome de Down , no admitían otros que no fueran síndrome de Down, es decir se excluía a los excluidos. Sin embargo, esta exclusión estaba perfectamente fundamentada en los manuales de organización y de funcionamiento, existían reglamentos que preveían todo, el diagnóstico, la canalización, las evaluaciones, así como las funciones de cada uno de los profesionales en un modelo multidisciplinario. Definitivamente no ha sido una tarea fácil desmontar esta estructura administrativa compleja y rígida, y cambiarla a una organización integral, flexible, que trabaje de forma colegiada, buscando las mejores prácticas educativas y sobre todo que impidieran la exclusión de ningún menor, independientemente del grado de su discapacidad. Las autoridades encargadas de hacer el cambio y dar fin a la organización anterior de la educación especial, intentaron que este cambio no fuera autoritario ni anárquico, sin embargo, tuvo que ser un cambio radical. Se procuró que fuera un proceso participativo, tanto de los profesionales como de los padres de familia. Uno de los objetivos principales era aclarar que la educación especial no iba a desaparecer, pese a todos estos esfuerzos hubo gran resistencia y peor aún apatía. 31 “Enseñar y, mientras enseño, manifestar a los alumnos cuán fundamental es para mí respetarlos y respetarme, son tareas que jamás dividí. Nunca me fue posible separar en dos momentos la enseñanza de los contenidos de la formación ética de los educandos.” Paulo Freire. CAPITULO 2. INTEGRACION EDUCATIVA 2.1. Surgimiento o antecedentes de la integración. Hasta la década de los 60s, en casi todos los países, la educación especial, se fundamentaba en los modelos médico y psicométrico, los que de alguna manera, propiciaron la segregación y la institucionalización. En esta misma década, comienzan a surgir críticas importantes a esta forma de atención. Por una parte quedade manifiesto que la atención institucional era pobre, carente de estímulos y lejos de propiciar el logro de aprendizajes, tendía a disminuir las habilidades o capacidades de las personas segregadas. Por otra parte, la comunidad involucrada, principalmente los padres y las propias personas con discapacidad, comenzaron a alzar sus voces y a hacer patente su molestia por el trato discriminatorio y a veces atentatorio de sus derechos humanos. Bajo este esquema, se resignifican, se reconstruyen los objetivos de la educación especial, en el sentido de que la meta no es la de lograr que las personas con discapacidad se curen o se rehabiliten, sino que los objetivos deben enfocarse a la formación y adquisición de las habilidades, valores y actitudes necesarias para desarrollarse en los diferentes ambientes de la sociedad y la vida en general, de forma independiente y participativa. Surge una nueva idea sobre la educación especial, un nuevo paradigma que sostiene que el objetivo es lograr que las personas con discapacidad aprendan a desenvolverse como adultos independientes, como ciudadanos con todos sus derechos y obligaciones. 32 Este nuevo paradigma encuentra su sustento en el principio de normalización, el cual comienza justamente, por cuestionar el término “normal”, ¿quién establece la norma?, ¿qué es lo normal?, ¿cómo se establece la mayoría?. De acuerdo al criterio estadístico de la normalidad, las personas se clasifican o etiquetan como normales o anormales, dependiendo de que tanto se acercan o alejan de la norma establecida. La curva o campana de Gauss que describe la densidad de la distribución estadística normal, esquematiza claramente la polarización de este enfoque paramétrico que encumbra el extremo superior y desprecia o rechaza el extremo inferior de la curva. En contraparte, se comienza a dar valor a la diferencia y se admite que no existen seres humanos idénticos. 2.2. El principio de normalización. Desde el punto de vista formal, el término normalización comenzó a utilizarse oficialmente es en los países bajos en la década de los 60s (Bank- Mikkelsen,1969) cuando se comienza a hablar del principio de normalización para designar el uso de “medios educativos que le permitan a la persona adquirir o mantener comportamientos y características lo más cercano a la normatividad general”. La utilización del término tiene una base filosófica inspirada en la necesidad de propugnar por educar y llevar una vida lo más cercana la normalidad. Por su parte Van Steenlandt (1991) considera que la normalización debe definirse en función de las relaciones de otras personas hacia las personas con discapacidad. Es decir, la normalización no es un objetivo a lograr en las personas con discapacidad, sino con la gente que les rodea, con la sociedad en general, que debe asumir conductas y actitudes lo más normal posible hacia las personas con discapacidad. El movimiento hacia la normalización comenzó a enfocarse en contra de la segregación, la marginación, la discriminación, la etiquetación. Asimismo, puede considerarse como el primer paso hacia la inclusión ,que se fue 33 expandiendo a todos los países del mundo , siendo la semilla de lo que más adelante llegaría a ser un cambio de paradigma total con respecto a la forma como se concibe la discapacidad, la diferencia y la atención a estos grupos tradicionalmente segregados y marginados. Vlachou ( 1999) sostiene: “En un mundo lleno de diferencias, la normalidad no existe”. El establecimiento de una normalidad no es más que un constructo social que puede variar dependiendo de criterios subjetivos. Diferentes épocas o momentos sociales han establecido sus propios parámetros cualitativos de lo que es normal o no lo es, por tanto, el concepto de normalidad es subjetivo y cambiante. La desviación de lo normal no es inherente a la persona, sino que se establece en relación a criterios externos a ella ( Arnaiz). En este mismo sentido, Bogdan (1984), explica que las deficiencias se enmarcan en tanto ciertos roles sociales y valores que les asignan las personas que las perciben como una desviación de la norma establecida. La normalización, se opone a la norma y a la desviación de la misma. Pretende cambiar la percepción de la sociedad en el sentido de aprender a valorar las diferencias humanas, no eliminarlas, aceptar las diversas formas de ser y hacer de cada uno de los miembros de un grupo, proveyéndoles de las mejores oportunidades para desarrollarse. Sustentados en el principio de normalización, crecen y son más frecuentes los cuestionamientos a la segregación, a la institucionalización, a la parametrización, en tanto comienzan a surgir las iniciativas hacia la integración en los ambientes escolares. En 1959, el movimiento encabezado por Bank – Mikkelsen, en los países escandinavos se concretiza, por vez primera, una propuesta integradora que aparece en una legislación oficial en Dinamarca. Desde la década de los 60s, Nirje en Suecia, ( Citado en Stainback y Stainback, 2001) realiza una importante labor para sistematizar y difundir el principio de normalización, mismo que enfatiza no solo los resultados a largo plazo que pueden obtenerse a partir de una educación integradora, sino los beneficios en la vida diaria, en la cotidianeidad que debe ser lo más parecida a las condiciones de vida del resto de las personas. 34 El planteamiento de Nirge propone un plan de vida lo más normalizado posible, en el que se destaquen las similitudes y se minimicen las diferencias. La propuesta va en dos sentidos: por un lado, es necesario dotar a las personas con discapacidad de todos aquellos medios o elementos que normalicen su existencia y su forma de vida más próxima, y por otro lado, trabajar con la sociedad, sensibilizando y brindando la oportunidad de conocer y respetar las distintas formas de ser, la diversidad, dándole una connotación de enriquecimiento de experiencias y tratando de reducir los mitos y temores, producto de la ignorancia o el desconocimiento, que han llevado a la segregación, la marginación y la institucionalización. El concepto de normalización encontraría su sustento teórico en el desarrollo de algunas disciplinas como la Biología, la Pedagogía y muy especialmente, la Psicología. La investigación en el campo de la psicología instruccional contribuyó con importantes avances, que permitieron, entre otras cosas, acabar con la creencia de que la inteligencia es un valor fijo que no puede ser alterado y que está definido irremediablemente por la herencia o factores orgánicos. Otro hecho relevante fue el reconocimiento de que todos somos distintos y que aprendemos de diversas maneras, es decir, la existencia de las diferencias individuales. Un cambio significativo ocurre al considerar que el retraso mental no es un problema individual, sino que se conceptualiza en relación a la interacción de la persona y el medio. ( Molina, G. 1994; Muntaner, 2000). De forma paralela al avance en las ciencias psicológicas, las organizaciones civiles encargadas de la defensa de los derechos humanos, manifiestan su preocupación por la situación de las personas con discapacidad. En 1957, la Asamblea General de las Naciones Unidas, promulga que “El niño deficiente físico, mental o social debe recibir el tratamiento, la educación y los cuidados especiales que necesite su estado o situación”. 35 La conjunción de los avances en las ciencias psicológicas y de la educación, la inconformidad manifestada por padres y personas con discapacidad, la preocupación de las organizaciones de derechos humanos, abren el paso, preparan el camino a la normalización, precursora de la integración. Pese a que el movimiento de normalización ya tenía bastante difusión y aceptación encasi todo el mundo, persistía o persiste aun la equivocada idea de que bajo este paradigma se pretende convertir en “normal” a la persona con discapacidad, cuando que lo que se quiere lograr es la normalización del entorno, de la sociedad. García (1995) lo expresa de la siguiente manera: ” Normalizar no es pretender convertir en normal a una persona deficiente, sino reconocerle los mismos derechos fundamentales que los demás ciudadanos del mismo país y de la misma edad. Normalizar es aceptar a la persona deficiente tal como es, con sus características diferenciales , y ofrecerle los servicios de la comunidad para que pueda desarrollar al máximo sus posibilidades, y vivir una vida lo más normal posible”. Perrin (1989), estableció 6 mitos o falsas ideas acerca de la normalización, mismos que, podemos observar, siguen vigentes en ciertos grupos, entre ellos: Que la normalización pretende que las personas se vuelvan “normales, que este principio solo se aplica a las personas con deficiencia normal moderada, que la normalización es un concepto utópico que solo funciona en sociedades avanzadas como las escandinavas, pero que es inviable en otros países. A partir del principio de normalización, comienzan a consolidarse las propuestas de integración educativa. Algunas veces, de manera impulsiva, más por cuestiones políticas, que por una sistematización y una planeación adecuadas, se ha pretendido implantar la integración escolar por decreto, teniendo resultados no del todo positivos y en algunos casos, hasta contraproducentes. De la mano de la integración educativa se empezó a utilizar el concepto de Necesidades Educativas Especiales (NEE), mismo que por un lado enfatiza el concepto de diversidad, mientras que por el otro, se opone al uso de las 36 categorías tradicionales de diagnóstico y etiquetación, como deficiencia, minusvalía, discapacidad. No obstante, puede constatarse que la rotulación no desapareció ni ha desaparecido por completo, solamente se han cambiado los términos por unos menos peyorativos como: dificultades de aprendizaje, déficit de atención, capacidades diferentes, entre otros. 2.3. El concepto de Necesidades Educativas Especiales. Uno de los grandes cambios en la educación especial tradicional ocurre cuando se decide utilizar una nueva terminología para referirse a las personas con discapacidad. Este cambio, no solo supuso usar nuevos términos, sino que es parte de una nueva concepción. En este marco, aparece el término de Necesidades Educativas Especiales (NEE) En Inglaterra, en 1978, Mary Warnock (Informe Warnock) utiliza por primera vez el concepto de Necesidades Educativas Especiales (NEE) para referirse a los alumnos anteriormente identificados o etiquetados como “deficientes”, “retrasados”, “débiles mentales” o “ disminuidos”. El nuevo término tenía la pretensión de evitar el uso de todas las expresiones que tuvieran connotación peyorativa, despectiva o discriminadora. El informe Warnock, destaca la importancia de que los programas de educación especial se centren en las necesidades educativas de cada alumno. Más allá del cambio de la terminología o la denominación, la noción de NEE tiene implicaciones más profundas y trascendentes. A partir de la noción de NEE, la educación especial modifica su enfoque, poniendo énfasis en el proceso de aprendizaje y no en un estado determinado por la naturaleza que deviene en segregación. La comprensión de lo que implica el concepto de NEE propicia la eliminación no solo de etiquetas y actitudes segregadoras y discriminadoras, sino que favorece la integración, considerando asimismo, que un alumno (cualquier alumno) puede tener NEE en un momento de su vida, es decir que las necesidades especiales pueden ser temporales. Por otra parte, se reconoce 37 que existen una serie de factores no inherentes a la persona, que pueden dar origen a las NEE, como son situaciones sociales, de pobreza, marginación, exclusión. En términos generales, las definiciones que ofrecen diversos autores sobre el concepto de NEE coinciden en que los fines de la educación deben ser los mismos para todos los alumnos, aunque los medios, el tiempo y el grado de consecución para alcanzarlos sean diferentes. Igualmente, parece haber coincidencia en que son los centros escolares los que tienen la responsabilidad de establecer las condiciones para que los alumnos con NEE alcancen los objetivos de aprendizaje planteados, es decir, deben estar preparados para dar respuesta a la diversidad de alumnos que deben atender. El informe Warnock, definió las NEE de la siguiente manera: ”Una necesidad educativa especial puede adoptar diversas formas. Puede necesitar una prestación de medios especiales de acceso al currículo a través, por ejemplo, de material especial o técnicas docentes especializadas o puede ser necesaria una modificación del currículo mismo; o quizá la necesidad consista en una atención particular a la estructura social y al clima emocional en que está teniendo lugar la educación” (Informe Warnock 1978) Marchesi y Martin (1990)consideran que una persona tiene NEE cuando: “presenta algún problema de aprendizaje a lo largo de su escolarización que demanda una atención más específica y mayores recursos educativos de los necesarios para compañeros de su edad” DE acuerdo con Macotela, ( 2001) el concepto de Necesidades Educativas Especiales se adopta con el objeto de disminuir los efectos nocivos de la etiquetación que ha privado en la educación especial. Al asumir que cada niño, independientemente de su discapacidad, tiene una necesidad particular de educación, se atiende a la persona y no a la etiqueta (retraso mental, retardado, problemas de aprendizaje, etc.). Todo niño, por definición, tiene necesidades educativas especiales, tenga o no una discapacidad, lo que permite hablar NEE para alumnos con y sin discapacidad. 38 El término de NEE es contundente en cuanto a que hay que poner atención en los apoyos ayudas o recursos que se requieren para el logro de aprendizajes y no en los aspectos deficitarios, debilidades o discapacidades que pudiera tener el alumno. El cambio sustancial que supone este enfoque radica en el hecho de que no es el alumno quien debe adaptarse a las condiciones de la escuela, sino que es la escuela la que debe adecuarse a las características de cada uno de los alumnos a fin de garantizar su progreso educativo, su avance, en función de sus capacidades Por último, las NEE se definen no solo cuando el alumno presenta dificultades físicas, psíquicas o sensoriales, sino también como consecuencia de situaciones sociales y culturales desfavorecidas o por carencias del propio sistema escolar. En los últimos años, existe la tendencia de sustituir este término por el de “barreras para el aprendizaje y la participación”. Como puede observarse, otro punto de coincidencia en las definiciones antes presentadas, es que las NEE consideran las adaptaciones curriculares como elemento fundamental en el modelo de atención. En un siguiente apartado se ampliará sobre este tema. 2.4 .Conceptualización de la integración. La Integración educativa no consiste en decretar una ley que obligue a las escuelas regulares a admitir a todos los niños sin excepción, ni tampoco se trata de ubicar al niño con discapacidad en un aula ordinaria. La integración educativa supone un cambio radical de actitudes y valores, un nuevo paradigma que lleva implícita una filosofía de vida y una ideología. Desde el punto de vista teórico, la integración, así como el concepto de Necesidades Educativas Especiales encuentran su fundamento teórico en el constructivismo, y en los modelos sistémico y ecológico. El constructivismo, sirve de base a este concepto, en tanto este enfoque considera
Compartir