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1 UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO FACULTAD DE MEDICINA INSTITUTO MEXICANO DEL SEGURO SOCIAL CENTRO MÉDICO NACIONAL SIGLO XXI UNIDAD MÉDICA DE ALTA ESPECIALIDAD HOSPITAL DE CARDIOLOGÍA DEPARTAMENTO DE CARDIOLOGÍA NUCLEAR TESIS GRADO DE ESPECIALISTA EN MEDICINA NUCLEAR SEGURIDAD Y EXPERIENCIA CON EL USO DE DIPIRIDAMOL PARA ESTUDIOS DE PERFUSIÓN MIOCÁRDICA EN MEDICINA NUCLEAR PRESENTA: DR. FABIÁN ARMANDO REYES MARTÍNEZ ASESOR: DR. JOSÉ ALBERTO ORTEGA RAMÍREZ COLABORADORES: DR. JOSÉ PASCUAL PÉREZ CAMPOS DR. ARTURO RODRÍGUEZ CASTRO MÉXICO D.F. FEBRERO 2007 UNAM – Dirección General de Bibliotecas Tesis Digitales Restricciones de uso DERECHOS RESERVADOS © PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL Todo el material contenido en esta tesis esta protegido por la Ley Federal del Derecho de Autor (LFDA) de los Estados Unidos Mexicanos (México). El uso de imágenes, fragmentos de videos, y demás material que sea objeto de protección de los derechos de autor, será exclusivamente para fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el respectivo titular de los Derechos de Autor. 2 AGRADECIMIENTOS A JEHOVA DIOS Por darme la oportunidad de continuar y espero que me perdone A MI MADRE Por su apoyo A MIS HERMANOS Por su confianza INDICE 1.- ANTECEDENTES CIENTIFICOS………………………………. 5 2.- PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA.…………………………..10 3.- JUSTIFICACION…………………………………………………... 11 4.- OBJETIVOS…………………………………………………………12 5.- HIPOTESIS………………………………………………………… 13 6.- MATERIAL Y METODOS…………………………………………14 7.- RESULTADOS………………………………………………. ……18 8.- CONCLUSIONES…………………………………………………… 21 9.- BIBLIOGRAFIA……………………………………………………….22 1 ANTECEDENTES La cardiopatía isquémica por ateroesclerosis coronaria es el problema de salud pública más importante de nuestro tiempo, al crear la mayor mortalidad y morbilidad en todo el mundo (1). Una de las estrategias más importantes para su control, después de la prevención, la constituye un diagnóstico oportuno (2). La clínica tiene un papel pobre al respecto, pues más del 80 % de todos los episodios isquémicos son silenciosos, y la isquemia miocárdica silenciosa es la manifestación más frecuente, y subclínica, de la enfermedad (3-7). El electrocardiograma de superficie es un método útil pero con sensibilidad y especificidad deficientes (8), así que los cardiólogos recurren a las pruebas inductoras de isquemia para evaluar con mayor precisión la presencia ó ausencia de la enfermedad (9). Hay pruebas ergométricas con valor diagnóstico establecido desde hace varias décadas y que se consideran el pivote diagnóstico cuando hay sospecha de enfermedad arterial coronaria (10-12). Desafortunadamente, no todos los pacientes pueden ser sometidos a una prueba de esfuerzo suficiente, ya sea por contraindicación para ella, por limitaciones físicas o por un desempeño inadecuado en la misma. En tal caso, se ha recurrido a otras alternativas diagnósticas. Las pruebas con stress farmacológico se han utilizado con el fin de provocar un incremento en el consumo miocárdico de oxígeno similar al logrado con el esfuerzo. Las aminas simpaticomiméticas, como la dopamina y dobutamina, así como agentes con efecto cronotrópico positivo como el isoproterenol, se administraron bajo vigilancia electrocardiográfica para evaluar la posibilidad de isquemia inducible en pacientes con imposibilidad para efectuar una prueba de esfuerzo (13-14)). Los resultados, mediocres, hicieron que la asociación de estimulación farmacológica y electrocardiografía quedara en el abandono (15). Con el advenimiento de nuevas técnicas de diagnóstico, especialmente las que se fundamentan en las imágenes, de nuevo surgió el interés por asociar la estimulación farmacológica a la obtención de diversas modalidades de imagen. Se utilizaron dos tipos de fármacos: aquellos que causaban aumento en el consumo miocárdico de oxígeno por incremento de la frecuencia cardiaca, y los vasodilatadores arteriolares, con la creencia de que inducían invariablemente isquemia por un fenómeno de “robo coronario” (16). La dobutamina se emplea en asociación a métodos de imagen que estudian la anatomía y los cambios en la función ventricular, global y segmentaria, que provoca la isquemia: ecocardiografía, resonancia magnética nuclear y tomografía computarizada multicorte y por haz de electrones (17). Dado que las alteraciones regionales en la movilidad son un marcador altamente específico de la presencia de isquemia miocárdica, los resultados con éstas técnicas tienen una especificidad destacada (18). Sin embargo, al incrementar el consumo miocárdico de oxígeno, comparten las contraindicaciones de la prueba de esfuerzo convencional. 2 Con los vasodilatadores no sucede lo mismo. El dipiridamol fue introducido en Alemania en 1957 por Kaenel y colaboradores (19). Esta dipirimidina, poseía un demostrado efecto vasodilatador y propiedades de antiagregación plaquetaria que la hacían ideal para el tratamiento de la enfermedad arterial coronaria por ateroesclerosis y tal fue el uso que se le dio. No obstante, pocos años después, 1963 en Italia, Mantero y colaboradores reportaron que el dipiridamol, más que beneficiar a los pacientes isquémicos, les provocaba cuadros de angina e inestabilizaba anginas que se habían limitado al esfuerzo (10). En años siguientes, la demostración de la frecuente inducción de síndromes coronarios agudos en sujetos con enfermedad coronaria demostrada, hicieron que el medicamento fuera retirado del arsenal farmacológico para el manejo de la isquemia miocárdica al final de la década de los sesenta (11). Más tarde, en 1976, Tauchert propuso emplear el dipiridamol y la electrocardiografía con fines diagnósticos, y aprovechar que precipitaba isquemia para establecer la presencia de la enfermedad en personas incapaces de realizar una prueba de esfuerzo. Desafortunadamente, los resultados indicaron una sensibilidad inaceptable y el método fracasó. Sin embargo, en 1979 Picano y colaboradores asociaron el dipiridamol a la ecocardiografía y obtuvieron resultados tan satisfactorios que el método se popularizó y se extendió a la resonancia magnética tras la serie de Penell (13,14). Prevalecía el concepto de que el dipiridamol invariablemente causaba isquemia en presencia de lesiones coronarias ateromatosas. En los Estados Unidos, los trabajos experimentales y clínicos de Gould demostraron que no era así y que podía emplearse junto con la naciente gammagrafía miocárdica de perfusión con Talio-201 para diagnosticar isquemia sin necesidad de inducirla (15-16). Con sus trabajos caracterizó los efectos hemodinámicos del vasodilatador y demostró la más alta eficiencia diagnóstica (17). El dipiridamol, al ser administrado por vía oral ó intravenosa, ejerce efectos sobre el AMP cíclico, la fosfodiesterasa y la adenosina sérica. Su efecto vasodilatador se atribuye a la acción que tiene sobre ésta última (27). La adenosina, considerada como el más potente vasodilatador endógeno junto con la prostaglandina PG1A, se produce constantemente como resultado del catabolismo de purinas y pirimidinas. Ejerce efecto sobre los receptores de adenosina A1 y A2 y a través de señales complejas de transducción, provoca vasorrelajación de los vasos de resistencia y en menor proporción en los de capacitancia (15). Así, el 95 % del efecto vasodilatador de la adenosina recae en las arteriolas. Para su catabolismo, la adenosina requiere ser desaminada a nivel intracelular. La desaminasade adenosina, su enzima catalítica, se encuentra en el interior de los eritrocitos y de las células parietales del endotelio vascular, al que accede la adenosina a través de sitios receptores específicos y de tal manera es desactivada (17). El dipiridamol actúa bloqueando los receptores catalíticos de la adenosina en los eritrocitos y en el endotelio. Así, la adenosina, 3 que se sigue produciendo a una tasa constante, aumenta significativamente sus niveles séricos, y al actuar en sus receptores vasculares provoca una vigorosa dilatación arteriolar. En presencia de enfermedad arterial coronaria, la caída en la presión de perfusión coronaria distal causada por el gradiente secundario a la estenosis arterial, es compensada por una disminución en la resistencia de los lechos vasculares arteriolares del territorio perfundido por el vaso enfermo. Tal vasodilatación es lo que conocemos como reserva coronaria. Si administráramos un indicador radiactivo de flujo sanguíneo, como el Talio-201 ó el Sestamibi marcado con Tecnecio 99 metestable, en condiciones de reposo, la proporción del trazador que recibiría el lecho enfermo probablemente será la misma que se entrega al lecho sano a causa de la vasodilatación arteriolar distal a la lesión ateromatosa, y el diagnóstico de la isquemia probablemente no sea establecido. Cuando se administra el dipiridamol, se provoca vasodilatación arteriolar en el lecho sano, y no hay acción alguna sobre el territorio enfermo, ya que se encontraba previamente dilatado. Así, el flujo sanguíneo coronario se incrementa en la región sana y se hace patente una diferencia en la actividad radiactiva de ambos lechos. Esa heterogeneidad de flujo, o “distribución inadecuada de flujo” es la que permite el diagnóstico de isquemia sin necesidad de haberla inducido, una propiedad exclusiva de la Medicina Nuclear cardiovascular y que amplía sus indicaciones. Ahora bien, es posible crear isquemia real, lo que explica el éxito del dipiridamol asociado a la ecocardiografía. Para ello se requiere incrementar la dosis del fármaco al menos en un 50 % de la utilizada en gammagrafía y provocar una hiperemia coronaria más vigorosa y que se desencadene alguno de los cinco mecanismos de robo coronario (15): Robo coronario vertical Robo coronario horizontal Robo coronario sistémico Perfusión de lujo Plegamiento pasivo de estenosis El robo coronario vertical, el más frecuente, ocurre cuando el lecho enfermo despende de circulación colateral para mantener un aporte sanguíneo mínimo que evite isquemia. Al disminuir sustancialmente las resistencias vasculares del territorio sano, el flujo sanguíneo se dirige preferentemente a ese lecho que no le ofrece obstáculos, y el aporte a la circulación colateral se ve deteriorado o cesa por completo (las colaterales, por no ser arteriolas, no responden al dipiridamol). Así, al existir una disminución real en el aporte de oxígeno, se desencadena la isquemia por robo coronario vertical (16). El robo horizontal es generado por la derivación de sangre al epicardio. En condiciones normales, el endocardio recibe el 60 % de toda la sangre 4 entregada al miocardio. Ello es consecuencia de su disposición geométrica en el ventrículo izquierdo y de la mayor presión intramiocárdica a que es sometido. Con el vasodilatador, disminuyen las resistencias epicárdicas y el flujo se balancea, con el consecuente detrimento en el aporte de sangre al endocardio, lo que provoca isquemia (17). En el robo sistémico, existe una disminución en el débito sanguíneo coronario a consecuencia de la caída en la presión arterial sistémica. El efecto del dipiridamol en los vasos de capacitancia (venas), produce una caída frecuente en la presión arterial. Si ésta disminución es significativa, conduce a un deterioro proporcional en la presión intracoronaria y a la aparición de isquemia (18). La perfusión de lujo se refiere a la vasodilatación que causa el dipiridamol en regiones del corazón que no tienen un trabajo contráctil efectivo, como el anillo auriculoventricular, a expensas de zonas con contracción vigorosa (18). El plegamiento pasivo de las estenosis es el fenómeno de robo coronario menos frecuente pero a la vez el más peligroso. A partir de estudios postmortem, quedó establecido que la mayoría de lesiones ateromatosas coronarias son excéntricas y que hay áreas de endotelio libres de placa (19). Ello implica que al menos un segmento de la arteria comprometida tiene posibilidades de vasomoción. Si a consecuencia de un robo sistémico, disminuye significativamente la presión distendente arterial coronaria, ese endotelio sano puede plegarse sobre la placa y crear una oclusión total del vaso enfermo (20). El cuadro es el de un infarto agudo del miocardio y su atención es más compleja. Al respecto, se reconocen dos tipos de efectos adversos secundarios a la vasodilatación creada con dipiridamol o con la administración de adenosina: Mayores: - Muerte - Infarto agudo del miocardio - Broncospasmo Menores: - Hipotensión - Bradicardia - Cefalea - Isquemia miocárdica y sus manifestaciones clínicas y en ECG - Naúsea - Bloqueos auriculoventriculares de diversos grados - Ansiedad Para revertir el robo coronario se emplea comúnmente aminofilina, administrada en bolo lento por vía endovenosa a dosis de 2 a 3 miligramos por kilogramo de peso. La aminofilina no anula el efecto del dipiridamol, sino que 5 ocupa los receptores de acción de la adenosina. Así, a pesar de que los niveles séricos de la misma continúan elevados, ya no puede ejercer sus efectos y la vasodilatación cesa (20). Efectos semejantes producen otras metilxantinas (salbutamol, teofilina, terbutalina, etc) y la cafeína, que deben ser descontinuadas previamente al estudio para garantizar un efecto vasodilatador pleno. Sin embargo, la isquemia creada por un fenómeno de robo coronario puede dar lugar a un asa isquémica independiente. Ello acontece cuando a consecuencia del robo se presenta isquemia; entonces se produce una descarga adrenérgica secundaria que crea aumento en la frecuencia cardiaca y en el consumo miocárdico de oxígeno, que a su vez provoca más isquemia. En éste caso resulta necesario el uso de vasodilatadores arteriales, como la nitroglicerina y el isosorbide para incrementar el flujo neto de sangre y romper el asa isquémica (21). Incluso, en el caso del plegamiento de la estenosis, es necesario un manejo rápido con betabloqueadores de acción ultracorta, vasodilatadores coronarios intravenosos y trombolisis, dado que las más de las veces se forma un trombo en la placa. Otro medicamento de gran utilidad es la atropina, toda vez que con mucha frecuencia se produce bradicardia sinusal asociada a hipotensión. Por supuesto, las posibilidades de complicaciones son amplias e incluyen el edema agudo pulmonar, las arritmias malignas y la enfermedad cerebrovascular (22). Para disminuir el riesgo inherente a la estimulación con dipiridamol, se utiliza la adenosina aplicada por vía endovenosa. Su vida media sérica es de segundos, y basta cesar la infusión para abortar sus efectos. Sin embargo, su costo es mayor, y su uso se asocia a la aparición de bloqueos auriculoventriculares con mayor frecuencia. Recientemente, se han empleado fármacos que estimulan selectivamente a los receptores de adenosina involucrados en la vasodilatación arteriolar coronaria La experiencia con ellos aún es escasa y no han demostrado una ventaja tácita sobre el dipiridamol. Así las cosas, la centelleografía de perfusión miocárdica asociada al uso de dipiridamol, ofrece la posibilidad única de diagnosticar isquemia sin necesidad de inducirla, lo que la hace útil incluso en los pacientes que tienen un síndrome isquémico coronario agudo en curso. No obstante, tiene contraindicaciones absolutas y relativas bien establecidas y que deben ser consideradas antes de indicaró realizar el estudio. El abordaje diagnóstico a través del estudio con Talio-201 en dos fases de reposo, provee de otro método aún más seguro y efectivo en caso de enfermedad arterial coronaria significativa (23). PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA En diversos centros de atención hospitalaria en Cardiología se ha planteado la pregunta de si un estudio con dipiridamol y perfusión miocárdica expone al paciente a un riesgo que no justifique el beneficio, y debería optarse por un estudio en dos fases de reposo que si bien evita el riesgo de complicaciones, no identifica en forma conveniente las áreas de miocardio en riesgo por isquemia. 1 OBJETIVO GENERAL Determinar la seguridad con que puede realizarse la prueba farmacológica con dipiridamol en la búsqueda de isquemia miocárdica mediante estudios de perfusión con radionúclidos. OBJETIVO ESPECÍFICO Evaluar la incidencia de efectos adversos al realizar pruebas con vasodilatación arteriolar con el fin de diagnosticar la presencia de enfermedad arterial coronaria. 2 HIPÓTESIS GENERAL Los estudios con radionúclidos y vasodilatación mediante dipiridamol para determinar la existencia de isquemia miocárdica no ponen en riesgo la vida de los pacientes ni se asocian a efectos adversos mayores. HIPÓTESIS ESPECÍFICA En la realización de estudios con perfusión miocárdica y vasodilatación con dipiridamol los efectos adversos pueden presentarse pero no exponen la vida de los pacientes. HIPÓTESIS ALTERNA GENERAL La gammagrafía de perfusión miocárdica con dipiridamol se asocia a muerte e infarto agudo del miocardio. HIPÓTESIS ALTERNA ESPECÍFICA Los efectos adversos de la estimulación farmacológica con dipiridamol para diagnosticar isquemia miocárdica mediante radionúclidos exponen a los pacientes a riesgos excesivos y no controlables. JUSTIFICACIÓN Nuestro hospital funciona en un nivel de atención terciaria en Cardiología, y el número de pacientes enviados a estudios de perfusión miocárdica con vasodilatación arteriolar supera, por mucho, el promedio de otros centros en el país. La experiencia lograda en CMN puede ser representativa para establecer la seguridad con que puede ser realizada una centelleografía de perfusión miocárdica con dipiridamol. 1 MATERIAL Y MÉTODOS Con el fin de determinar la seguridad con que pueden efectuarse los estudios de perfusión miocárdica en un Departamento de Medicina Nuclear ubicado en un hospital de alta especialidad en Cardiología, revisamos la experiencia obtenida en 20 años de aplicación del método. 2 UNIVERSO DE TRABAJO Se consideraron todos los casos de inducción farmacológica con vasoditalación efectuados en el departamento de Medicina Nuclear del Hospital de Cardiología del Centro Médico Nacional. Los pacientes enviados a estudios gammagráficos fueron derivados de los hospitales regionales de la Delegación suroeste del Valle de México (HGZ 32 Villa Coapa, HGZ 8 San Angel, HGZ 1 Gabriel Mancera, HGZ 1A Los Venados y HGZ 2 Troncoso) y de los estados de Morelos, Guerrero, Querétaro y Chiapas. 3 CONTROL DE VARIABLES Vasodilatación con Dipiridamol: administración de dipiridamol, dipirimidina, a dosis de .142 miligramos por kilogramo de peso por minuto, en infusión endovenosa, bajo vigilancia electrocardiográfica. Efectos adversos mayores: muerte, infarto agudo del miocardio, enfermedad vascular cerebral y broncoespasmo sucedido en las 24 horas siguientes a la realización del estudio nuclear. Efectos adversos menores: cefalea, rubor, mareo, vértigo, dolor precordial, hipotensión, alteraciones en el electrocardiograma, durante el estudio y los 30 minutos subsiguientes. 4 METODOLOGÍA El dipiridamol se administra vía endovenosa a dosis de .142 miligramos por kilogramo en un minuto durante 4 minutos, bajo vigilancia electrocardiográfica y de los signos vitales. Se registran los incidentes derivados del estudio en una hoja que recopila efectos adversos y cambios en los signos vitales. TIPO DE ESTUDIO Seguridad de una prueba diagnóstica. ESTADÍSTICA Medidas de tendencia central y análisis porcentual de los efectos adversos provocados por la vasodilatación arteriolar con dipiridamol. 5 RESULTADOS INDICACIONES DIPIRIDAMOL • Imposibilidad para efectuar PE 6292 p 42.3 % • Síndromes isquémicos agudos 5429 p 36.5 % • PE no diagnóstica o insuficiente 3154 p 21.2 % imposibilidad PE insuficiente SICA DIPIRIDAMOL INDICACIONES Imposibilidad y limitación PE 6292p • Problema ortopédico 3277p 52.0% • Enfermedad sistémica 1854p 29.5% • EPOC 739p 11.7% • EVC/Enf Parkinson 422p 6.8% CN HC CMN SXXI 6 DIPIRIDAMOL INDICACIONES Síndromes coronarios agudos 5429p • Angina inestable 2979 54.9% • Estratificación IAM 2133 39.3% • Angor post IAM 317 5.8% CN HC CMN SXXI DIPIRIDAMOL INDICACIONES • PE Insuficiente o no diagnóstica 3154p • PE Submáxima 1483 47% • Bloqueos de rama 1278 40.5% • Trastornos en con ducción: 393 12.5 % CN HC CMN SXXI 7 DIPIRIDAMOL EFECTOS ADVERSOS MAYORES - Muerte 0 % - Infarto agudo del miocardio 0 % - Enfermedad vascular cerebral 0 % - Broncoespasmo 0.04 % HC CMN SXXI DIPIRIDAMOL EFECTOS ADVERSOS MENORES Se presentaron en 9 628 p 64.7 % • Cefalea 6551 44 % • Disnea 3462 23.2 % • Dolor precordial 2558 17.2 % • Mareo 2017 13.5 % • Hipotensión 1469 9.8 % • Naúsea 1234 8.2 % • Cambios en ST 1123 7.5 % • Bradicardia sinusal 826 5.6 % • Bloqueo AV 114 1.7 % CONCLUSIONES Los estudios de perfusión miocárdica se pueden realizar sin complicaciones mayores y su seguridad se basa en que no hay incremento en morbilidad ni mortalidad cardiovascular. Las series internacionales han reportado que los estudios de perfusión miocárdica no se asocian a complicaciones mayores y los riesgos inherentes al método de diagnóstico se pueden controlar. La experiencia en Centro Médico Nacional confirma lo anterior y establece que si bien, hay un porcentaje alto de efectos adversos, no ponen en riesgo la vida de los pacientes y ofrecen datos que, por utilidad, son indispensables en las decisiones de tratamiento cardiológico. 1 BIBLIOGRAFIA 1.- Abreu A et al: Tolerance and safety of pharmacologic coronary vasodilation with adenosine in associantion with thallium-201 scintigraphy in patients with suspected coronary artery disease J Am Coll Cardiol 18:730,1991 2.- Beller GA: Dipyridamole Cardiac imaging JAMA 265:633,1991 3.- Gould KL Noninvasive assessment of coronary stenoses by myocardial perfusion imaging during pharmacologic coronary vasodilation. I. 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