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Sexismo-en-la-literatura-infantil

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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTONOMA DE MÈXICO 
 
 
FACULTAD DE PSICOLOGÌA 
 
 
 
 
 
 
 
TITULO: EL SEXISMO EN LA LITERATURA INFANTIL 
 
 
 
TESIS QUE PARA OBTENER EL TITULO DE: 
 
LICENCIADA EN PSICOLOGÍA 
 
 
P R E S E N T A: 
 
 
BERENICE HERRERA JIMÉNEZ 
 
 
 
 
DIRECTOR DE TESIS: JORGE ÁLVAREZ 
 
 
 
 
REVISOR: JOSÉ HUERTA 
 
 
 
 
 
 
? México, D. F. 2006 
 
 
 
 
 
UNAM – Dirección General de Bibliotecas 
Tesis Digitales 
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respectivo titular de los Derechos de Autor. 
 
 
 
 
AGRADECIMIENTOS 
 
 
A mi familia: 
A mis padres gracias por apoyarme en mis decisiones, 
orientarme y estar a mi lado en todo momento, 
a mi hermano por su buen sentido del humor, 
les agradezco su amor y el ser una familia unida. 
 
 
 
 
 A mis profesores: 
 José Huerta y Jorge Álvarez 
 les agradezco la orientación 
 y dedicación en la realización 
 de mi tesis. 
 
 
 
 
A mis amigos: 
Josefina, Paulina, Carlos, 
Haidee, Dulce por su apoyo y 
amistad durante la carrera 
y después de ella. 
 
 
 
 
 
A todas las personas que colaboraron 
de alguna manera en la realización de mi tesis 
 
GRACIAS 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
INDICE 
 
 
Introducción……………………………………………………………………………1 
 
Capitulo I Orígenes del cuento como género narrativo…………………………..6 
 
1.1 Estructura del cuento………………………………………………………….10 
1.2Clases de cuentos………………………………………………………….…..16 
 
Capitulo II El sexismo como parte de la cultura…………………………………..25 
 
 2.1 El género, factor determinante en el sexismo……………………………...40 
 2.2 El sexismo en el lenguaje…………………………………………………….46 
 2.3 Sexismo y androcéntrismo vinculados a la educación…………………....54 
 2.4 Sexismo y coeducación………………………………………………………60 
 2.4.1 Otra mirada en la coeducación. Temas transversales………………..69 
 
Capitulo III El sexismo dentro de la Literatura Infantil…………………………….73 
 
 3.1 El cuento como reflejo de una educación sexista……………………….…78 
 3.2 Roles y estereotipos en los cuentos………………………………………...83 
 3.3 Investigaciones sobre cuentos sexistas…………………………………….90 
 3.4 Rasgos que permiten identificar sexismo en los libros…………………....98 
 
Capitulo IV Metodología…………………………………………………………….103 
 
 4.1 Objetivos………………………………………………………………………103 
 4.1.1 Objetivo General………………………………………………………..103 
 4.1.2 Objetivo Específico……………………………………………………..104 
 4.1.3 Objetivo Específico……………………………………………………..104 
 4.2 Hipótesis………………………………………………………………………104 
 4.3 Método………………………………………………………………………...104 
 4.3.1 Variables…………………………………………………………………104 
 4.3.1.1 Definición conceptual de variables……………………………….104 
 4.3.1.2 Definición operacional de variables……………………………...105 
 4.4 Muestra……………………………………………………………………….105 
 4.5 Tipo de estudio……………………………………………………………... 105 
 4.6 Materiales………………………………………………………………….....105 
 4.7 Procedimiento………………………………………………………………..106 
 4.8 Análisis de resultados…………………………………...…………………..107 
 
Capitulo V Resultados……………………………………………………………...110 
 
Capítulo VI Conclusiones…………………………………………………………..124 
 
Bibliografía…………………………………………………….……………………..129 
 
Anexo………………………………………………………………………………....135 
Anexo 2……………………………………………………………………………….147 
INTRODUCCIÒN 
 
 La literatura infantil muestra los rasgos ideológicos de una sociedad que desea 
ver reflejada toda una serie de estereotipos, papeles, normas de género, aspectos 
culturales y valores determinados por los patrones dominantes de una cultura. 
 El cuento como una narración de un hecho pasado de sucesos imaginarios o 
fantásticos, que escuchamos en nuestra infancia a través de las generaciones, es un 
relato que prevalece en una imagen mental muy perdurable. 
 Los cuentos son una herramienta muy útil en la formación del niño como 
persona, por lo que resulta muy interesante analizar el “mensaje” de género ya sea 
femenino o masculino que está literatura transmite al niño. 
 Hemos adoptado la creencia de que los cuentos son “encantadores y 
entretenidos” y no deberían ser estudiados o criticados en un contexto socio-político 
a riesgo de perder la magia de estas historias. No obstante, se sabe que los cuentos 
tienen consecuencias de acciones concretas, no olvidemos que los cuentos fueron 
diseñados para moralizar más que para entretener. 
 La mayoría de los cuentos infantiles sexistas donde la figura masculina es 
representada con los roles tradicionales están basados en narraciones, razas, 
género y clases estereotipadas, por tal motivo algunos autoras como Bronwyn 
Davies, Jane Yolen, Jeanne Desy han creado otro modelo de cuentos infantiles 
llamados “feministas”, cuya finalidad es ofrecer un tipo de literatura en la que los 
protagonistas juegan un rol distinto al impuesto culturalmente; su intención es 
convertir muchos de los supuestos sobre las relaciones humanas hombre-mujer que 
subyacen en los cuentos. En lugar de proporcionar heroínas pasivas, sumisas y 
abnegadas, los cuentos con proclividades feministas muestran a una heroína audaz, 
ingeniosa y atrevida que desempaña un rol activo dentro de la historia. 
 Aunque este tipo de cuentos no son novedad, puesto que Marie-Jeanne 
L’Heritier (prima de Charles Perrault) hace más de dos siglos escribió el cuento “la 
princesa hábil” en el que muestra a una heroína audaz e ingeniosa además de bella, 
que tiene que enfrentarse a la falsedad en las relaciones entre sexos. Esta obra 
ofrece una relación de feminidad bastante avanzada para su época; es una pena 
que en el siglo XX las y los autores de los cuentos infantiles se percaten que es 
necesario hacer un cambio en el planteamiento de las representaciones sociales 
femeninas y masculinas cuando doscientos años atrás alguien ya lo publicaba. 
 Las acciones que se desarrollan en los cuentos infantiles son difundidas y 
transmitidas por los medios de comunicación de masas, instituciones culturales y 
redes sociales; de esta manera transfieren representaciones sociales dominantes 
que juegan y subyacen dentro de una sociedad al conjugar imágenes y símbolos. 
 En los cuentos perpetúan los roles sexuales al sobredimensionar cierto tipo de 
conductas de género mientras que castigan otras, tal es el caso de “la Bella y la 
Bestia” un argumento del cuento expresa lo siguiente: “El pueblo entero lo comenta: 
no esta bien que una mujer empiece a tener ideas y a pensar, eso es para los 
hombres” el ejemplo anterior es una muestra del marcado sexismo en nuestra 
sociedad, debido a que en la mayoría de los casos enaltecen el valor como persona 
del hombre al ser personaje activo, mientras que minimizan el de la mujer como 
personaje pasivo y dependiente. Sin embargo, se ha encontrado que la pasividad en 
el cuento representa una forma de poder, un medio para lograr los premios 
emocionales y económicos, lo que permite unaequidad subliminal. 
 Pero, me pregunto ¿Por qué conformarnos con leer el típico cuento de la 
princesita abnegada y sumisa que recibe su recompensa afectiva y una buena dote 
como premio a su obediencia? Sería mejor que las sociedades modernas apuntasen 
a una igualdad real y no simbólica basada en cambios que modifiquen los modelos 
estereotipados femeninos y masculinos en los distintos códigos de comunicación de 
mujeres y varones. 
 Dado lo anterior, se puede concluir que los cuentos como género narrativo 
pretenden además de entretener, formar conceptos, estereotipos y representaciones 
de la realidad en un marco gráfico pero al mismo tiempo práctico, ya que permite 
contemplar los estilos de vida de una sociedad que a lo largo de su evolución sólo 
ha modificado algunas conductas y permanecen en esencia aquellas que la 
distinguieron en un principio como especie superior: el dominio del hombre sobre 
otro, en este caso el “otro es el sexo opuesto de su misma especie”. Por tal motivo, 
es necesario que se realice una modificación en cuanto a los estereotipos de la 
cultura que hoy vivimos. 
 Cabe señalar, que al mirar la literatura infantil desde un enfoque psicológico la 
postura que se adopta es medir y evaluar si un texto literario infantil cumple o no con 
la formación evolutiva del niño, ya que entre sus múltiples funciones los cuentos 
constituyen una herramienta muy valiosa en la formación de conceptos de identidad 
y género. Así mismo, si responde o no a los intereses infantiles comprendidos 
psicológicamente, lo que va a permitir desde un sustento psicológico ofrecer un libro, 
reconocer las potencialidades que presenta y favorezca un óptimo desarrollo en el 
infante. 
 Pues bien, con los datos anteriores se ha elaborado un trabajo para dar cuenta 
de la literatura sexista que se les inculca a las niñas y niños con la finalidad de 
seguir creando estereotipos que han perdurado por siglos; por ello considero 
importante e interesante el tema de investigación. Ésta se desarrolla de la siguiente 
manera: en un primer capítulo se abordan los orígenes del cuento y la evolución que 
éste ha tenido a lo largo de la historia, brevemente se analiza la estructura del 
cuento y los elementos que lo conforman como tal, posteriormente se presentan en 
detalle las clases de cuento que podemos encontrar en la literatura. 
 El segundo capítulo trata el sexismo como parte de la cultura, el género como 
factor determinante del mismo. Se enfatiza en otras áreas en las que el sexismo 
hace su aparición indiscriminada, tal es el caso del lenguaje y la educación, también 
se muestra una alternativa para combatirlo en el ámbito de la educación “la 
coeducación y los temas transversales”. 
 El tercer capítulo se refiere al sexismo que subyace en la literatura infantil, se 
presenta un panorama desde el primer libro diseñado para infantes hasta la 
actualidad. De la misma forma se analiza el cuento como reflejo de una educación 
basada en una sociedad sexista, así como de los roles y estereotipos que presentan 
como consecuencia. Se hace énfasis en atacar este problema que nos atañe a todos 
como sociedad y en las investigaciones que se han realizado en torno a esto, las 
medidas y propuestas que organizaciones como la UNESCO ha planteado para 
solucionarlo; y algunas alternativas para los escritores e ilustradores de obras 
infantiles. También se agrega una lista de rasgos que permitan identificar 
rápidamente un texto literario sexista. 
 El cuarto capítulo contempla la parte empírica de la investigación, en la que se 
describe como se analizan diez cuentos preferidos por el público infantil, mismos 
que fueron seleccionados del registro de bibliotecas como los cuentos más 
consultados y por los cuentacuentos como los más solicitados durante su 
experiencia en el arte de narrar. 
 El análisis de cuentos se basa en un formato de registro de las representaciones 
sociales femeninas y masculinas que se hallen en las obras consultadas. A su vez, 
el registro de los datos encontrados se rige mediante la técnica de análisis de 
contenido. Dicha técnica esta vinculada con el estudio de casos, ambas 
metodologías cualitativas se basan en análisis profundos, procuran entender el 
objeto de estudio, su fin consiste en comprender más que en demostrar. La 
metodología de estudios de casos no considera tanto la relación causa-efecto, sino 
los significados para los individuos, de las interacciones entre ellos, se centra en la 
observación y descripción de los hechos, atribución de significados y la 
interpretación que se le da a los mismos. Es el estudio de la particularidad y de la 
complejidad de un caso singular, para llegar a comprender su actividad en 
circunstancias importantes. En este caso, el hecho a observar y describir son los 
cuentos infantiles y la atribución e interpretación de significados es el reflejo de 
estereotipos y roles que los lectores asumen como forma de vida en la edad adulta. 
Los resultados se explican en el capítulo cinco. En el capítulo seis se explican las 
conclusiones obtenidas como resultado de los datos encontrados en el análisis de 
los cuentos y la relación que se estableció con los objetivos y las hipótesis 
planteadas para el proyecto. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
CAPITULO I ORÍGENES DEL CUENTO COMO GÉNERO NARRATIVO 
Los cuentos son un alto en el camino, 
una parada de descanso en el camino de la vida. 
Estrella Ortiz 
 Cuento ¿es un libro?, ¿es un objeto?...es ambas cosas…es un texto es imagen, 
es símbolo y significado… Entendemos por ”cuento” un género literario que tiene la 
característica de ser una narración generalmente breve de sucesos reales, 
legendarios, fantásticos o imaginarios que reseña la idealización del hombre y la 
mujer en la sociedad. Busca de un prototipo ideal o modelo ejemplar en perfección al 
que se aspira ser. 
 El cuento es, a la vez, un género antiquísimo y reciente. Como simple narración 
breve, existe desde tiempos remotos, se le asocia con los mitos y se cree que los 
cuentos más arcaicos aparecieron en Egipto como lo prueban los relatos mágicos o 
cosmogónicos de los pueblos que eran familiares a los hindúes. Contar historias 
ficticias (generalmente, con el afán de explicarse los propios orígenes) es una 
costumbre natural de los hombres de cualquier latitud. 
 No obstante, el Pachantrata (de origen hindú) es considerado el primer libro de 
cuentos conocido como tal, cuyo nombre significa en sánscrito “pachan”= cinco y 
“tantra”= hilo. Data de alrededor del siglo VI a.C. La obra es de autor anónimo, 
abarca cinco series de cuentos dependientes del primero y principal, que forma la 
trama y comprende en si a los demás. 
 Los orígenes del cuento, se confunden, por su relación con formas narrativas 
propias de la religión, la historia y la critica social. La prehistoria del género la 
constituyen, por tanto , distintos tipos de relatos, como fábulas, apólogos, diálogos, 
proverbios, a los que no podemos considerar cuentos, en el sentido que hoy damos 
a esta expresión. 
 Dentro de la cultura grecorromana se mencionan entre los antecedentes, los 
relatos y diálogos con propósitos morales que escribió Luciano de Samosata, la obra 
de Apuleyo y una especie de novela de aventuras en prosa y verso de Petronio en el 
siglo I d.C. 
 En la antigua China este tipo de relato tuvo gran desarrollo hasta el siglo II, 
aunque se prohibió su publicación con la doctrina de Confucio. 
 En cuanto a las fábulas, es en Grecia con Esopo (quien se inspiró en el 
Pachantrata) donde se logró redondear su estilo, forma y medida. Con su 
producción, especie de recetario para la vida, se introdujeron el buen sentido y la 
prudencia. Destacan: Cicerón, La Fontaine y Samaniego entre otros. 
 Los cuentos fueron insertados en un discurso aristocráticode valores, 
costumbres y modales con la finalidad de enseñar a los niños a comportarse de 
manera civilizada. En esta encrucijada, en el siglo XVII, se entendió que el objetivo 
de los cuentos era adoctrinar a los niños con sistemas de creencias culturalmente 
específicos, y no simplemente entretenerlos.1 
 Sin embargo, al hablar del cuento es difícil sustraerse el recuerdo de la infancia, 
así aparecen ante nosotros toda una galería de innumerables personajes, portador, 
cada uno de ellos, de una serie de virtudes o cualidades. 
 En la Edad Media y el Renacimiento se mantuvo el género con singular relieve 
con la fábula moral o apólogo en el que destaca el Conde de Lucanor. Igualmente se 
utilizaron fábulas en obras dramáticas con Lope de Vega y Tirso de Molina. Una de 
las tantas derivaciones de la fábula son los cuentos medievales franceses de Roman 
de Reanart. 
 
1 Hurlimann, Betina. (1968). Tres siglos de literatura infantil europea. Barcelona. Ed. Juventud. 
 El género se hizo popular en Alemania en los siglos XV y XVI, paralelamente en 
Inglaterra tomo auge con Chaucer cuando escribió los famosos Cuentos de 
Canterbury y Bocaccio en Italia con el Decameron. Los italianos tuvieron influencia 
años más tarde en Cervantes, no sólo el creador de la novela moderna con el 
Quijote, sino también el gran invasor del relato corto en las novelas ejemplares. 
 Por lo que a ingenio y fantasía desbordante se refiere, los cuentos de Basile son 
inagotables y contienen tantos elementos peculiares que es difícil hallarle 
correspondencia en otras obras análogas. 
 Perrault, fue el primer autor de cuentos y el primer escritor de importancia que 
reconoció de un modo peculiar a los niños, ya que el relato de cuentos era una 
ocupación femenina. Los niños de aquella época no pedían que se tuvieran 
contemplaciones con sus delicados nervios. El lenguaje era directo y vigoroso, se 
ignoraba el tono intencional infantil del embellecimiento que con tanta rapidez pasa 
de moda. Por eso, los cuentos de Perrault se mantienen jóvenes aún hoy en día en 
los cuartos infantiles. 
 En Alemania, las importantes recopilaciones de los hermanos Grimm, prestaron 
desde su primera colección en 1812, cuentos recogidos fielmente de las tradiciones 
orales. 
 Al coro de los narradores de cuentos integrado por Basile (hace 300 años), 
Perrault (hace 250 años) y los hermanos Grimm (hace 150 años), se unió Tolstoi, 
con quien el cuento popular ruso adquirió una resonancia nueva y peculiar. 
 Llegamos así al siglo XIX, cuando se dio el gran desarrollo de este género 
literario con algunos autores importantes como: Andersen, Hoffmann, Oscar Wilde, 
Poe, Chéjov, Kafka, Fitzgerald, Quiroga, Borges, Cortazar… por mencionar algunos 
abriendo horizontes y enriqueciendo espíritus. 
 En los cuentos se citan además, antiquísimas costumbres de los pueblos y 
relaciones, más antiguas todavía, de esos pueblos entre sí, el cuento es también un 
importante objeto de la investigación sobre el folklore y la etnología. 
 El cuento con el florecimiento de la novela fue quedando más y más relegado a 
la categoría de la literatura infantil, a pesar del gran auge artístico que el 
romanticismo aporto a la literatura del cuento, el cual se recubrió hasta tal punto de 
ingenio, sátira, poesía y fantasía que sólo adultos muy inteligentes alcanzaban a 
comprender su valor. 
 Lo maravilloso de los cuentos, cuyo principal rasgo característico, que lo 
diferencia de las narraciones, consiste en el empleo de medios irreales, como el 
milagro, la magia y las transformaciones, radica en sus ilimitadas transformaciones. 
 El cuento viene a encarnar una especie de “internacional” de la literatura, 
resultado que con respecto al resto de la creación literaria, sólo se puede conseguir 
mediante una intensificación de la actividad de los traductores. Se explica que ello 
ocurra así por el gran poder convincente de la figuras de los cuentos y por sus 
antiquísimos principios sobre la acción, mismos que satisfacen las necesidades 
elementales e inconscientes del corazón humano. 
 Hoy, sin embargo, mezclan elementos de la vida moderna con la más remota 
tradición de los cuentos. Las grandes recopilaciones de cuentos populares 
realizadas hoy en día en casi todos los países constituyen, por lo general, 
verdaderos museos del cuento. 
 El cuento, es el fruto de la revalorización del relato breve que se produce en las 
primeras décadas del siglo XIX, se convierte en el más paradójico y extraño de los 
géneros, a la vez el más antiguo del mundo y el que más tardo en adquirir forma 
literaria (Baquero Goyanes, 1967). 
 La característica más saliente del cuento moderno, además de la brevedad, es 
la originalidad que propone tanto para los asuntos narrados como para las técnicas 
narrativas empleadas. El cuento moderno busca en la interioridad humana y 
descubre la soledad y la alineación que angustian al hombre. 
 Historiar la evolución del cuento es como historiar la evolución del hombre en 
sus constantes luchas, búsquedas e interrogantes, en un comienzo surgieron las 
narraciones míticas y mágicas, para dar paso luego a la perspectiva individual, al 
relato cotidiano, o al desarrollo fantástico pero siempre a través de la recreación 
metafórica que supone la palabra. 
 
1.1 ESTRUCTURA DEL CUENTO 
 Los cuentos son relatos cortos de ficción con unidad en sí mismos que se 
presentan como una sucesión de acciones con un principio, un desarrollo y un fin. 
Son la historia de una transformación; nadie vuelve a ser el mismo después de los 
sucesos que se relatan, incluso cuando el final es circular o abierto, nada ocurre en 
vano. 
 Un cuento funciona cuando consigue conectar en su metáfora con la existencia 
actual de quien lo recibe. La historia nos atrae si sus imágenes interiores han 
resultado agradables, divertidas, sugerentes, reconocibles. La sentimos como propia 
porque lo que sienten y viven los personajes nos recuerda sentimientos y vivencias 
muy cercanas. 
 Únicamente los cuentos populares, que por su propia esencia llevan viajando de 
boca en boca durante siglos, tienen una consecuencia oral y no literaria. No 
olvidemos que en un principio fue la palabra dicha, después llego la literatura 
transformando y creando lo oral y haciendo con la palabra escrita un lenguaje 
propio. 
 La oralidad juega un papel primordial, debido a que no es necesario conocer la 
escritura, además de que su estilo es directo y sencillo permite un acercamiento más 
real con el interlocutor. Cuando la imprenta revoluciono las comunicaciones, la 
palabra escrita recobro su importancia. 
 Ambos medios de comunicación han sido la base fundamental de transmisión 
de los cuentos, es por ello que de forma oral o escrita el cuento está conformado 
por los siguientes elementos: 
• Brevedad o limitación: Aunque la extensión de un cuento a otro varia, lo que 
lo caracteriza es su brevedad. 
• Simplicidad: No hay demasiadas descripciones del lugar o de personajes, 
para no entorpecer el desarrollo de la acción. 
• Argumento: La variedad de los argumentos es muy amplia, está estructurada 
de manera que conduzca rápidamente hacia el desenlace. 
• Tiempo: En el cuento tradicional las secuencias siguen un orden cronológico 
y lineal. El cuento contemporáneo combina el tiempo objetivo y el subjetivo 
interior. 
• Procedimiento: Predomina el discurso narrativo sobre el descriptivo. Se 
utilizan diálogos para mostrar la psicología del personaje. 
• Estructura: En el cuento tradicional se respetan los tres momentos de la 
acción: introducción, nudo y desenlace. La narrativa moderna no siempre se 
amolda a estas pautas sino que adopta diferentes y variadas estructuras. 
 En la literatura existen muchos cuentosprofundamente estéticos que juegan con 
las palabras de maravilla, pero cuya anécdota es muy corta. Cualquier relato oral, 
sin embargo, se sustenta en los hechos, en lo que ocurre, así pues un cuento es una 
sucesión ininterrumpida de acciones. Estas acciones son el esqueleto de la 
narración, sin él, el cuerpo se desmorona. 
 En la mayoría de los cuentos todo lo relatado gira sobre una sola trama y existe, 
por lo tanto, una unidad de acción. Las historias orales se desarrollan sin anticipos ni 
retrocesos en su argumento, el cuento narrado ocurre en un tiempo lineal. La acción 
de un relato se representa en lo que hacen y les ocurren a los personajes. Ellos se 
mueven guiados por un destino, benévolo o malvado, y por lo general carente de 
contradicciones. 
 En el cuento, hay una intriga básica, que progresa y se dosifica hasta el 
desenlace, generada por un conflicto inicial. Los obstáculos del camino pueden ser 
muy variados, tantos como en la vida misma con circunstancias externas (hambres, 
pérdidas, problemas familiares, rupturas…) o internas (soledad, aburrimiento, 
deseos insatisfechos, enfermedades…). Todos los hilos de la trama y todas las 
acciones de los personajes convergen hacia un final claro que en la mayoría de las 
veces soluciona la problemática que se desarrolló en la historia. 
 Un buen relato mantiene su propia lógica, incluso cuando se trata de situaciones 
fantásticas, es lo que se llama coherencia interna de la historia y viene determinada 
por la existencia de una trama clara alrededor de la cual giran las acciones, y unos 
personajes ejecutores del destino. 
 El cuento forma parte de la narrativa a la que pertenecen también la novela y el 
relato. El cuento literario esta estructurado como un sistema cerrado y sus 
elementos constitutivos se relacionan y subordinan entre si. 
 Los rasgos constitutivos del género varían según las épocas y los lugares, al 
margen de la permanencia de ciertas peculiaridades como la extensión y la 
impresión de unidad. Las normas que regulan su construcción y que se constituyen 
en pilares de su estructura formal son: 
• Brevedad: Implica concentración en lo realmente significativo e intensidad en 
su desarrollo, el objetivo es lograr que la trama se capte “de golpe”. Se señala 
una necesidad estructural del cuento, inherente al suceso narrado y no sólo a 
su mayor o menor extensión. 
El cuento busca sus temas entre aquellos cuyas crisis, por su rapidez, exigen 
la brevedad, simplifican, condensan, proceden por omisión más bien que por 
desarrollo. Un cuento es fundamentalmente un tema que solo parece admitir, 
con plena eficacia estética, la forma del relato breve (Baquero Goyanes, 
1967). 
 Resulta claro que la brevedad debe hallarse en razón directa de la intensidad 
del efecto buscado, y esto último con una sola condición: la de que cierto 
grado de duración es requisito indispensable para conseguir un efecto 
cualquiera (Poe, 1969). 
• Unidad: Este criterio recorre todo el texto, tanto si lo interpretamos como la 
unidad total del tiempo, lugar y acción, o como la unidad de construcción con 
un sólo centro de interés, sin intrigas paralelas ni digresiones innecesarias. 
• Búsqueda de efecto: El autor se concentra sobre un elemento, realiza un 
recorte y subordina todo al logro de un efecto emocional, que proviene de un 
desenlace minuciosamente preparado. 
El hábil artista literario después de concebir cuidadosamente cierto efecto 
único y singular, inventará los incidentes, combinándolos de la manera que 
mejor lo ayude a lograr el efecto preconcebido. Si su primera fase no tiende 
ya a la producción de dicho efecto, quiere decir que ha fracasado en el primer 
paso (Poe, 1969). 
• Intensidad: Apunta al logro de un efecto estético y éste posibilita la 
comunicación artística. No interesa demasiado que los sucesos sean de por 
sí intensos como que su tratamiento se sitúe en lo esencial y profundo. 
Implica fuerza expresiva que sintetiza y subraya el acontecimiento, ya sea 
que despliegue circunstancias de conflicto o tensión extrema, el cuento 
muestra el abismo pero no lo explora. 
• Recorte anecdótico: El cuento recorta un fragmento de la realidad, le 
confiere dimensión extraordinaria, lo trabaja en profundidad y lo expresa sin 
énfasis inútiles. 
• Índole oral: Está presente desde sus orígenes, por ella se hace evidente su 
marco comunicativo, el emisor y el receptor del mensaje. La oralidad tiene el 
encanto de lo irrepetible, el cuento oral incluye elementos rítmicos, ya sea a 
través de su estructura sintáctica o por la rima. Es por ello que la función de 
los cuentacuentos es importante como transmisores orales del cuento, van 
más allá de la palabra, el acto de narrar hace vivir las circunstancias que lo 
rodean. 
 El papel del cuentacuentos es agradar al auditorio, juega con el carácter, 
estilo y forma de contar el cuento, crea gestos significativos, sorpresas, 
lugares de encuentro, para acercar el cuento a lo inmediato, nombres, 
personas y situaciones conocidas que atrapan de forma ineludible al receptor. 
• Función simbólica: El cuento es una conjetura que trata de explicar lo 
aparentemente inexplicable, siempre nos propone una sorpresa y una 
interpretación. 
 El vehículo expresivo del cuento es la prosa narrativa, por medio de la cual se 
organizan los contenidos que se van a transmitir. El significado de un texto es el 
resultado de la combinación de sus elementos constitutivos, realizada a través de un 
tema que los unifica y los engloba. 
 Para Tomashevsky (1965), toda obra posee un tema y éste está constituido por 
pequeños elementos temáticos dispuestos en un orden determinado. 
 Las pequeñas unidades temáticas mínimas son los motivos, el encadenamiento 
de los mismos produce una continuidad que estructura la narración del tema. Los 
motivos combinados entre sí constituyen el armazón temático de la obra. La trama 
es el conjunto de esos mismos motivos, pero dispuestos con arreglo al orden que 
absorben en la obra. 
 En los cuentos literarios los personajes ganan complejidad, interioridad y 
matices psicológicos, y estará implícito un conocimiento del estilo y la individualidad 
propios del escritor. En los cuentos modernos no existe tampoco esa linealidad 
descriptiva, parecería tratarse de dos historias, la manifiesta y la oculta, donde 
precisamente lo más importante es lo que no se cuenta y el estilo del escritor estaría 
dado por el tratamiento que les da a ambas. 
 
1.2 CLASES DE CUENTOS 
 Los cuentos migran, marchan de país en país y de boca en boca, no reconocen 
fronteras ni oscuras ideologías sectarias, son del hombre, son símbolos que lo 
unifican y lo hermanan. Están destinados a brindar diversión y entretenimiento, pero 
pueden presentar otros fines más específicos en algunos ciclos o sagas, ya sea con 
funciones pedagógicas o para dar a conocer los mitos originarios. 
 Este género literario tiene la función de ser el sostén de los valores sociales, 
pero estos valores pueden ser los de un grupo social de cualquier dimensión, desde 
un segmento evidentemente pequeño de una comunidad, y puede por eso tender a 
producir división social en un nivel más alto así como integración en otro más bajo 
(Chertudi, 1982). 
 Los cuentos son vigentes, pese al paso de los años, porque acompañan al 
hombre desde niño en sus problemas de crecimiento, en su adaptación al medio 
social y la adquisición de su visión del mundo. 
El cuento a su vez se divide en: 
 Tradicional 
 Realista 
 Maravilloso 
 Animales 
 Cuentos Personasmínimos 
 Fórmula nunca acabar 
 acumulativos 
 Fantásticos 
 
 Las diferentes clases de narración que han surgido del cuento se describen a 
continuación: 
Cuento tradicional: En este tipo de cuentos no hay descripción de ambientes, de 
paisajes o de costumbres, son sólo enunciados de modo genérico cuando es 
necesario. Esto determina la no localización de la acción. 
 
Sus características generales son: 
• Los personajes son esquemáticos, lineales, no tienen mundo interior ni 
particularidades que los definan, no hay relaciones con el pasado o con el 
futuro, y encarnan un cierto comportamiento ético práctico que los lleva a 
atravesar acciones paradigmáticas. 
• Tampoco hay un espacio y un tiempo precisos y definidos. 
• Se narra en tercera persona, a veces suele introducirse la tercera persona al 
final, para presentarse como testigo de lo que se ha contado y se lo enlaza 
como fórmula de cierre. Puede contener diálogos entre los personajes. 
• Suele haber fórmulas de comienzo y cierre, y algunas fórmulas fijas en su 
transcurso. 
• Existe acentuación en los contrastes, tanto materiales como morales. 
• Predomina la acción y la causalidad hace progresar la historia. 
Cuento realista: Se caracterizan por estar basados en hechos reales o imitados de 
la realidad. Su condición principal es la verosimilitud, es decir crear un efecto de que 
lo que cuenta puede ser cierto. 
Sus principales elementos son: 
• Las situaciones están tomadas de la realidad. 
• El narrador intenta ponerse en una posición objetiva, en la que no refleja sus 
sentimientos. 
• Utiliza la tercera persona gramatical y el punto de vista generalmente es 
omnisciente. 
• En la mayoría de los casos la realidad observada, los personajes y los temas 
son contemporáneos al autor. 
• La anécdota, casi siempre, es un pretexto para el estudio de caracteres y 
costumbres. 
• Los personajes se constituyen sobre tipos reales que sintetizan las 
características de un grupo. 
• Las descripciones detalladas de lugares y objetos, fruto de la observación 
directa y minuciosa, crean un clima de realidad. 
• La acción se desarrolla en un tiempo lineal y cronológico, que en ocasiones 
se indica con exactitud. 
• Se reflejan las variedades de la lengua, modismos y formas coloquiales. 
Cuento maravilloso: Cuentan hechos o acontecimientos extraordinarios, 
inexplicables y sus temas, hechos y escenarios no se dan en nuestra experiencia 
cotidiana. 
 Son una clase particular, de los cuentos populares más ampliamente 
denominados de “hadas”, transmitidos como todos los cuentos, de forma oral sin que 
la transmisión afecte, por lo común a una determinada estructura narrativa, la cual 
se mantiene incólume, por mucho que pueda variar el cuento en todo lo demás 
(Rodríguez Almodóvar, 1982). 
 Estos cuentos parecen originarse en los mitos primitivos y lo esencial en ellos, 
que los determina como tales, es que frente a los problemas que se le plantea al 
héroe aparece el objeto o auxiliar mágico y él debe realizar determinadas pruebas 
para salir airoso. 
 En este sentido, el cuento de hadas simboliza el tránsito iniciático del hombre (el 
héroe), a través de los enemigos que la vida le plantea y de la lucha contra sus 
propios impulsos inferiores, hasta llegar por medio de las pruebas, a su redención, al 
encuentro de su destino. Su núcleo básico es siempre la lucha del bien contra el mal 
para restablecer el orden, el equilibrio primitivo. 
 La mayoría de los llamados cuentos maravillosos aparecen en la literatura con 
la forma de fábulas, sagas, romances, apólogos en los relatos de campesinos 
sometidos al régimen feudal. En este contexto, los valores sociales más apreciados 
lo constituyen el valor y el respeto por el orden establecido. Se trata de una sociedad 
perfectamente jerarquizada donde cada cual ostenta el estatus que le confiere su 
nacimiento, y la única oportunidad de mejora social para el pueblo llano, es la 
fantasía del joven campesino que, tras conseguir burlar a su destino a costa de 
superar pruebas con picardía e ingenio (y con la ayuda de su hada protectora), 
consigue la mano de la princesa inalcanzable, como premio a su heroicidad. 
Lo integran los siguientes componentes: 
• Tienen una estructura narrativa que responde a la división en introducción, 
nudo y desenlace. 
• El tiempo es cronológico y lineal. 
• No importa tanto la descripción de los personajes sino las acciones que estos 
desarrollan. 
• Los personajes son sobrenaturales: hadas, ogros, gnomos, magos, brujas… 
• Es considerado como literatura infantil. 
 Propp considera cuento maravilloso, desde el punto de vista morfológico, a todo 
desarrollo que, partiendo de una fechoría o una carencia y pasando por las 
funciones intermedias, culmina en el matrimonio o en otras funciones utilizadas 
como desenlace. 
 Las funciones son las acciones de un personaje definidas desde el punto de 
vista de su significación en el desarrollo de la intriga (Propp, 1981). 
La tesis de Propp para la estructura de cuentos maravillosos es la siguiente: 
• Las funciones sirven como elementos estables, constantes, con 
independencia de quien las realiza y de cómo son cumplidas. 
• El número de funciones conocidas es limitado. 
• La secuencia de funciones es siempre idéntica. 
• Todos los cuentos de hadas, por su estructura, pertenecen a un único y 
mismo tipo. 
 Chertudi (1982) denomina los cuentos maravillosos “leyes épicas” porque dice 
que limitan la libertad de composición de la literatura oral de un modo mucho más 
rígido y diferente que en nuestra literatura escrita. 
Estas leyes son: 
• Ley de apertura y cierre: estos relatos tienen un movimiento que les es propio, 
no terminan y cierran abruptamente, sino que comienzan con cierta calma 
que se va complicando de manera paulatina para llegar nuevamente a ella. 
• El medio más eficaz para enfatizar es la repetición de diálogos, acciones, 
personajes. Esto se hace casi siempre en número de tres, si bien obedece a 
concepciones religiosas que no son universales. 
• Ley de contraste: todo se mueve entre las polaridades bueno/malo, 
viejo/joven… 
• La importancia del comienzo y del fin, combina con la ley del tres. 
• Ley de concentración en un personaje principal, considerada tal vez como la 
mayor ley de la tradición folklórica. 
Cuentos de animales: Son todos aquellos que tienen a los animales como 
protagonistas, excluyendo de esta categoría a aquellos que tienen a hombres 
transformados en animales. 
 El origen de estos relatos estaría dado por los conflictos, por la supervivencia y 
la lucha por la vida, lo que homologa al ser humano con las restantes especies 
naturales. Por eso no están incluidos los animales fantásticos o desconocidos, sino 
aquellos que comparten el espacio propio del hombre como los zorros, los monos… 
(Rodríguez Almodóvar, 1997) 
 Estos cuentos nacieron durante la época del desarrollo de la humanidad, en la 
que la principal fuente de subsistencia era la caza: su origen está relacionado con el 
totemismo, sistema de creencias de los cazadores primitivos, en virtud del cual se 
considera que algunos animales eran sagrados e incluso tenían un vinculo 
sobrenatural con la tribu (Propp, 1981). 
Sus características son: 
• Reflejan las vicisitudes de la vida, por eso el clima, es muchas veces irónico y 
alegre, porque se describen las peripecias y la sabiduría para salir airoso de 
los trances más difíciles. Así, el poderoso pierde frente a la astucia y dignidad 
del inferior. 
• El trato entre los animales suele ser muy cordial, se llaman tío, sobrino… 
• Se desarrollan en tareas humanas: se casan, asisten a la escuela, fiestas… 
Cuentosde personas: Son todos aquellos que implican a los seres humanos y en 
los que no intervienen seres fantásticos en ellos suelen predominar los motivos 
paródicos o humorísticos referidos a los valores sociales y a su critica. 
 Estos cuentos incluyen aquellos cuya estructura supone una adivinanza, un 
chiste, una historieta y los cuentos de costumbres. 
Las características que lo conforman son: 
• Reflejan el asentamiento de las primeras tribus primitivas y del reparto de la 
tierra. 
• En la trama aparecen toda la serie de pícaros dispuestos a lograr su cometido 
valiéndose de su ingenio. 
• Tienen como finalidad afianzar la tradición y la identidad cultural, al saber 
quiénes somos y de dónde venimos. 
Cuentos de fórmula: Este tipo de cuentos son populares y anónimos, apelan al 
disparate y a la forma extravagante. Representan el puro juego, el puro placer que 
tanto seduce y atrapa a los niños. 
Este tipo de cuentos responden a diversas estructuras: 
• Cuentos mínimos: Se enuncia una frase y la conclusión es inmediata, opera 
como cierre o ruptura. Lo que prima es el ritmo y la rima, el mantener la 
estructura exacta que opera como un juego de balanceo, tan propio de los 
niños. 
• Cuentos de nunca acabar: En ellos lo que importa es la repetición. Se enuncia 
una pregunta y al recibir una respuesta se continúa con la estructura anterior. 
Otra variante es cuando la misma estructura se repite en forma circular. 
• Cuentos acumulativos: En ellos prima el ritmo, el encadenamiento y la 
memorización. Puede ser un ejercicio tanto interesante como divertido. 
Cuentos fantásticos: En el desarrollo narrativo interviene un ser o un hecho 
sobrenatural que supone la existencia de otro mundo pero que también tiene una 
explicación natural. 
Sus características son: 
• Tienen como punto de partida un acontecimiento extraño producido por una 
vacilación del narrador, expresada en la acción. 
• Utilización de la primera persona para el narrador como forma de dar 
testimonio de lo que pasa. 
• El narrador no es omnisciente, sino que frecuentemente duda. 
• Los temas que suele abordar son: mitos, alucinaciones, la locura, el mundo 
de los sueños y su relación con la realidad, los fantasmas, las apariciones, 
hechicerías, las trasmutaciones del espacio, las coincidencias inexplicables, 
las metamorfosis (hombre-lobo, vampiros…), los dobles, la transposición 
entre vida y muerte y los viajes en el tiempo y en el espacio. 
Los distintos medios en que se inserta la literatura para niños es la siguiente 2 
 Poesías 
 Lírico 
 Canciones 
 
 Novelas 
 Tradicionales Épico Leyendas 
 Cuentos 
 
 Teatro de marionetas 
 Géneros Dramático Teatro infanti l y juvenil 
 Teatro de títeres 
 Periódico 
 Contemporáneos Cine 
 Radio 
 Televisión 
 
 
2 Tabla tomada de Elizegaray, Alga Marina. (1975). En torno a la Literatura Infantil. La Habana. Ed. 
Unión de escritores y Artistas de Cuba. 
CAPITULO II EL SEXISMO COMO PARTE DE LA CULTURA 
Porque llorar, pensar, reír, amar, querer, desear 
 y otros valores y cualidades “femeninas”… son 
 simplemente humanas.3 
 Los seres humanos, dependen de su cultura, de roles sociales y experiencias 
sociales para sobrevivir. Desde niños aprenden a vivir en el ambiente que les rodea 
por medio de un proceso de socialización, que se describe como un medio por el 
cual los miembros de una sociedad adquieren las normas, costumbres, creencias y 
valores de su cultura y actúan dentro de ellas sin perder su individualidad. Este 
proceso es influido por agentes socializantes entre los que se encuentran la familia, 
la escuela y los medios de comunicación. 
 Durante muchos años los psicólogos pensaron que era importante como se 
desarrolla la conducta social, es decir, las formas de relacionarse con otros 
individuos, misma capacidad que cambia con la edad. Unas formas de relación 
sustituyen a otras, las relaciones aumentan y se hacen más complejas a medida que 
el niño crece. 
 El proceso mediante el que los niños y los adolescentes adquieren sus ideas 
sobre el mundo social las transmiten los adultos y los niños se limitan a integrarlas 
progresivamente mediante la socialización, que subraya la importancia de la presión 
social en la formación de las opiniones e ideas. 
 Diversas teorías han tratado de explicar como adquiere el niño el conocimiento y 
la conducta social. Unas ponen más énfasis en la influencia de factores exteriores y 
otras en la labor del propio sujeto. Algunas de estas teorías no se refieren sólo al 
desarrollo social sino al desarrollo en su conjunto. 
 
3 Tomado de Lomas, Carlos.(comp) (1999).¿Iguales o diferentes?, género, diferencia sexual, 
lenguaje y educación. España. Ed. Paidos 
 Para algunos autores, el conocimiento social es producto de la influencia de la 
sociedad. El sujeto, a lo largo del desarrollo, va socializando, es decir, interioriza las 
actitudes, valores y conductas que se consideran apropiadas en una sociedad. Para 
el sociólogo francés Emilio Durkheim, es la presión de los adultos la que produce 
socialización.4 
 Dentro de la psicología, la escuela del aprendizaje social, representada por 
autores como Miller, Dollard o Bandura, describen que la adquisición de conductas 
consideradas valiosas son reforzadas o el sujeto descubre las consecuencias 
positivas o negativas de sus acciones. 5 
 Bandura, acentúa importancia en la observación y la imitación, en el cual un 
sujeto imita las conductas que observa de otro, llamándole a este tipo de aprendizaje 
“modelado”. Las personas cuya conducta observamos e imitamos son llamados 
modelos. Bandura esquematiza con cuatro pasos el aprendizaje por observación o 
bicario: 
1. Prestar atención y percibir los aspectos relevantes del comportamiento. 
2. Recordar el comportamiento, a través de palabras o imágenes mentales. 
3. Convertir en acción la observación recordada. 
4. Estar motivado para adoptar el comportamiento. 
 En el proceso de imitación hay bastantes pruebas de que puede haber 
aprendizaje por observación de la conducta de otros, incluso cuando el observador 
no reproduce las respuestas del modelo durante la adquisición y, por tanto no recibe 
refuerzo. 
 
4 Delval, Juan. (2002). 11ª ed. El desarrollo humano. Buenos Aires. Siglo XXI editores. 
5 Delval, Juan. (2002). 11ª ed. El desarrollo humano. Buenos Aires. Siglo XXI editores. 
 De este modo, en el proceso de socialización se recurre a modelos en 
determinados roles, con actitudes, valores y estereotipos, para que sean imitados. 
 Bandura, también emplea el término “representación de un rol”, como un 
proceso por el cual, mediante la imitación de actitudes adultas, el niño adquiere el 
dominio de pautas de comportamiento que se espera que tenga cuando seaadulto. 
 Los modelos para promover la adquisición de comportamientos son impuestos 
por la sociedad, al emplear juguetes que fomentan la imitación de los adultos, los 
niños suelen reproducir las formas de comportamiento propias del rol adulto, así 
como las pautas de respuestas características de sus padres, como las actitudes, 
maneras, gestos y la mayoría de los aspectos de la vida adulta. 
 En las sociedades humanas, la provisión de modelos, además de acelerar el 
proceso de aprendizaje, es un medio esencial de transmisión de conducta. La 
influencia de los modelos simbólicos de los libros infantiles, retratan a las niñas 
como pasivas y dependientes, mientras que a los niños como independientes y 
aventureros. 
 Partiendo de las ideas de Durkheim sobre las representaciones colectivas, 
Serge Moscovici habla de representaciones sociales que son conjuntos de 
proposiciones, reacciones y evaluaciones que competen a los miembros de un grupo 
social. Los sujetos reciben esas representaciones sociales al formar parte de un 
grupo social determinado y son diferentes en distintos grupos y sociedades. 
 Vigotski, sostenía que el desarrollo individual y los procesos sociales están 
íntimamente ligados y se desarrollan conjuntamente. Toda función psicológica 
aparece dos veces, primero a nivel social entre personas, y luego a nivel individual 
en el propio interior del niño, por lo que todas las funciones se originan como 
interacciones entre los seres humanos. 6 
 Bruner, interpreta que la participación en una vida social compleja contribuye al 
desarrollo mental de los individuos. El desarrollo del individuo se ve favorecido por el 
andamiaje que le proporcionan sus padres, adultos y compañeros más expertos. 
 Piaget, plantea que conforme crecen los seres humanos desarrollan sus niveles 
intelectuales y de este modo, cualquier experiencia de socialización depende de 
cómo el niño percibe o interpreta dicha experiencia. La misma experiencia puede ser 
percibida en forma diferente por niños a distintos niveles cognoscitivos. 
 El niño tiene que construir tanto sus representaciones de la realidad como sus 
propios instrumentos de conocimiento y su inteligencia. Para ello parte de un 
funcionamiento que es común con otros seres vivos y al actuar sobre la realidad 
descubre las propiedades de ésta. El conocimiento es siempre el resultado de una 
interacción entre las capacidades del sujeto y las propiedades de la realidad, que el 
sujeto construye. El conocimiento no es una copia de la realidad, sino una 
construcción. Cuando se produce un conflicto entre las previsiones del sujeto y las 
propiedades de la realidad, que el sujeto construye, el sujeto tiene que reorganizar 
sus concepciones y su forma de actuar para adaptarse a la realidad. Un ejemplo de 
esto, es cuando ocurren conflictos entre el punto de vista propio y los de otros obliga 
a realizar ajustes en las propias concepciones. Lo anterior partiendo de que, el 
sujeto adquiere las reglas o normas morales que regulan las relaciones con los otros 
y los aspectos más generales de las relaciones interpersonales, mientras que las 
 
6 Delval, Juan. (2002). 11ª ed. El desarrollo humano. Buenos Aires. Siglo XXI editores. 
 
normas convencionales se ocupan de las regulaciones más particulares propias de 
cada sociedad. 
 Las normas y los valores son constituyentes esenciales del conocimiento y de la 
conducta social, e integran los modelos o representaciones que el niño elabora 
sobre el mundo social, al ser esta una enseñanza explicita se estimula su imitación. 
Los modelos que el sujeto construye de la realidad están formados por distintos tipos 
de elementos de diferente naturaleza, que difieren en como son transmitidos. 
 Los valores expresan lo que la sociedad considera positivo o negativo, lo que 
debe hacerse o lo que no, están muy ligados a las normas. Se adquieren mediante 
la transmisión de adultos a compañeros. El sujeto trata de adaptar sus valores a los 
de sus compañeros y los comparte con ellos. 
 Las informaciones son los conocimientos sobre aspectos concretos de la 
realidad social. El sujeto las recibe del ambiente, por la transmisión de los adultos, 
los medios de comunicación y de la escuela. 
 Doigse y Mugny, influidos tanto por la posición de Vigotski como por la de 
Piaget, interpretan que los conflictos que hacen progresar a los sujetos no son sólo 
individuales, (entre las anticipaciones y el resultado de la acción) sino sociales que 
es la confrontación con los puntos de vista de otros lo que lleva a modificar las 
conductas y las representaciones.7 
 La “teoría de la socialización de los roles sexuales” postula que un adulto es 
quien enseña al niño su rol sexual, aunque también presionan para que el niño 
persista en el rol asignado otros muchos (maestros, medios de comunicación...). En 
este modelo no hay lugar para el niño entendido como un agente activo, un teórico 
 
7 Delval, Juan. (2002). 11ª ed. El desarrollo humano. Buenos Aires. Siglo XXI editores. 
que observa y aprende por si misma o por sí mismo el modo como se organiza el 
mundo. (Davies, 1994). 
 En el proceso de socialización participan diferentes instituciones sociales que 
influyen en este desarrollo y se les denomina “agentes de socialización”. Entre los 
agentes de socialización se encuentran la familia y la escuela (kinder- universidad) 
además de los medios de comunicación masiva y los grupos de pares. 
 El agente socializador más importante es la familia, porque es el primer círculo 
social al que se enfrentan desde infantes, los individuos, en este medio se atienden 
sus necesidades primarias y constituye el enlace social entre el mundo y el niño. En 
la familia se da el proceso central de transmisión cultural, en este medio se heredan 
actitudes, creencias, intereses y prejuicios; también las niñas y los niños aprenden a 
desempeñar labores según su sexo, enseñándoles los roles de “feminidad y 
masculinidad”, dichas condiciones influirán en otros medios como la escuela y el 
trabajo, entre otros. 
 El aprendizaje de la “feminidad” se realiza a través de normas patriarcales que 
hacen de la niña la futura mujer estereotipada que la sociedad sexista exige. Así, 
gracias a la institución escolar, los arquetipos sexuales dominantes, las leyes, el 
lenguaje, las formas de representación, la pornografía y la prostitución, el destino de 
la mujer queda condicionado. 
 El estilo femenino se ha caracterizado como inseguro y débil frente al 
masculino, que se presenta como un estilo fuerte y poderoso. R. Wodak (1997), 
señala que esta manera de ver las cosas se corresponde con una cierta ideología 
sobre los sexos y el mundo social que podría llevar a las mujeres a adoptar el estilo 
masculino y aceptarlo como el único apropiado para la vida pública (política, 
negocios...) 
 En el proceso de socialización secundario que ocurre en la escuela, la 
educación es la encargada de reproducir los roles asignados a cada género y la 
relación asimétrica entre ellos. La transmisión y el reforzamiento de estereotipos 
tiene lugar en la escuela a través del currículo oculto que con la fuerza de lo implícito 
interviene en la construcción de la subjetividad al aparecer como “natural” relaciones 
de poder inequitativas e injustas basadas en el sometimiento y la discriminación. 
 Por ello, la visión del mundo que tenemos los seres humanos es parcial y 
limitada por nosotros mismos, nuestros conocimientos y dogmas; nos movemos a 
partir de juicios e influencias de los demás, bajo los estereotipos de quienes nos 
precedieron y que de alguna forma siguen rigiendo el estilo de vida de la sociedad. 
 El hombre pertenece a la familia, una comunidad política(tribu, pueblo) esta 
inmerso en la vida económica con las obligaciones legales y morales.8 
 Las actitudes y los comportamientos que históricamente han sido atribuidos al 
género masculino son los predominantes y generales, mientras que el universo que 
tradicionalmente se ha considerado propio de las mujeres es visto como un universo 
particular, sin trascendencia para el conjunto de la sociedad. En este sentido el 
dominio de un género por el otro constituye la base de un orden social jerárquico, 
que determina las posiciones de los individuos al margen de las capacidades 
específicas. Que ha sido denominado patriarcado (Subirats, 1988). 
 La historia importante es una historia de hombres, las mujeres sólo son, en 
general un apéndice insignificante, por lo tanto, las mujeres no existimos en la 
historia. No hemos inventado nada, creado nada, descubierto nada, conquistado 
 
8 De León Azcarate, Juan Luis. (2003). Dignidad humana y violencia en el antiguo testamento: el 
doble rostro de Yahvé. Cuadernos de Teología de Deusto, No. 26. Ed. Bilbao. 
nada, luchado por nada... por eso somos nada, por eso somos invisibles en la 
historia de la humanidad que se estudia en la escuela, lo mismo que la gente pobre. 
 Las mujeres no teníamos nada que decir o nuestra vida había sido tan vulgar y 
simple que no merecía la pena ocupar un puesto en los libros. Recluidas al espacio 
doméstico, al de la reproducción, silenciadas y trivializadas, nuestra vida no era 
relevante como para ser tenida en cuenta y contarse. Nada digno de ser reseñado. 
Mujeres científicas, revolucionarias, bíblicas, inventoras, profetas, inteligentes que se 
olvidaron injustamente en la historia hecha por los hombres bien situados 
económicamente, de cualquier religión o creencia (Subirats, 1988). 
 En la vida cotidiana de las mujeres, ocultas bajo las imágenes y los discursos, 
condenadas al silencio y al anonimato, las mujeres irrumpen (lenta, muy lentamente) 
en el curso de la historia y obligan a observar de otra manera las relaciones entre 
unos y otras. El saber y el poder, la sumisión y la segregación en la vida de las 
mujeres en el contexto de una dominación masculina, ya que nadie las niega en el 
amplio ámbito de las ciencias humanas. 
 Los pactos implícitos son elementos invisibles que constituyen el entramado de 
la estructura sexista de la sociedad. Han perpetuado a través de los siglos y se han 
modificado en su función de acuerdo a la evolución del grupo social de pertenencia. 
 De manera inconsciente y a lo largo de la historia, las mujeres han colaborado 
con el sistema patriarcal, en las relaciones interpersonales generadas en el espacio 
doméstico y fundamentado con un supuesto amor que les lleva a perpetuar la 
situación de discriminación. “Rebajada la mujer en el concepto de todos y en el suyo 
propio, no reclama, no puede reclamar ni aún los derechos que tiene”.9 
 
9 Gamero, Martín. (1975). Antología del feminismo. Ed. Alianza. Madrid. 
 Es necesario considerar que forman parte del inconsciente individual y colectivo 
de la humanidad, por tanto, es necesario estudiar los mecanismos mediante los 
cuales se construye la autoconciencia de las mujeres, ya que, la creación de la 
autoconciencia de las mujeres debe analizarse desde el paradigma de la mujer, sin 
tomar como referente al hombre, en tanto que universal reconocido y legitimador. 
Desde este paradigma consideradas las mujeres como un colectivo de género, se 
podrá desarrollar la autoridad social y cultural necesarias para conseguir la 
revalorización de lo femenino. Esto posibilitaría el pacto entre iguales. 
 Hemos de detener, en la medida de lo posible, el pensamiento patriarcal.10 Esto 
supondría liberarnos de la contaminación sexista que afecta nuestras estructuras 
mentales y condiciona de manera significativa el desarrollo de la personalidad. 
Deberíamos eliminar el varón que tenemos en nuestras cabezas, culpable en gran 
medida de nuestras inseguridades por el miedo que produce cuestionar las 
estructuras apoyadas, legitimadas y reforzadas desde todos los elementos del 
sistema patriarcal. 
 La igualdad está todavía lejos y las diferencias de gustos, aptitudes y roles en la 
vida todavía son tratados como jerarquías; todo lo que hacen las mujeres sigue 
siendo silenciado. Nuestra cultura está impregnada de rasgos patriarcales que, por 
ser tan profundos y asimilados, ni siquiera los percibimos. Hacer desaparecer los 
rasgos del sexismo será un trabajo largo y complejo, pero también una tarea 
apasionante de ruptura de moldes y de apertura de horizontes para las nuevas 
generaciones. 
 Reclamar la igualdad, como mujeres, es la expresión equivocada de un objetivo 
real. Reclamar la igualdad implica un término de comparación. ¿A qué o a quiénes 
 
10 Lerner, Gerda (1990). La creación del patriarcado. Ed. Crítica. Madrid. 
desean igualarse las mujeres? ¿A los hombres? ¿A un salario? ¿A qué modelo? 
¿Por qué no a sí mismas? La igualdad entre mujeres y hombres no puede hacerse 
realidad sin un pensamiento del género en tanto que sexuado, sin una nueva 
inclusión de los derechos y deberes sociales. De no ser así, el feminismo de la 
igualdad corre el peligro de convertirse en un feminismo domesticado, en un 
feminismo a la medida del poder y de la política que impide buscar el significado de 
los hombres. (Irigaray, 1992). 
 La posibilidad que mujeres y hombres tienen, y que han tenido en la historia, de 
ser libres, fuera del orden patriarcal que históricamente ha definido lo femenino y lo 
masculino como una pareja de opuestos y/o complementarios, y en su versión más 
contemporánea como sujetos iguales, pero, ¿Iguales a quién?. Si las propuestas de 
igualdad sin fuente de libertad, es un fraude para las mujeres, porque a cambio de 
derechos iguales, les ha exigido que finjan no tener un cuerpo sexuado femenino. 
Pero “fingir que no se tiene un cuerpo que en el mundo del propio ser, cuando 
justamente está posibilidad es la que nos hace libres”.11 
 En la publicidad, donde todo fluctúa y evoluciona siguiendo los cambios de 
mentalidades y formas de vida, algunos significados asociados a lo femenino y a lo 
masculino permanecen estables. Además de la presentación del sujeto masculino 
como quien sueña la posesión y cosificación de la mujer se propone otro juego: el de 
derrumbar las fronteras entre su mundo y su imagen, la realidad y la representación, 
lo natural y lo artificial (Peña y Frabetti, 1990) 
 Los medios de comunicación masiva son fuertes agentes socializadores, debido 
a que, en cualquiera de sus formas periódico, revista, radio, cine o T.V., envían 
 
11 Rivera, Ma. Milagros. (1997). El fraude de la igualdad. Ed. Planeta.Barcelona 
información de tipo social a una vasta audiencia al integrar parte esencial de los 
procesos de comunicación en las sociedades modernas. 
 El cultivo de los estereotipos se arraiga con la publicidad, la necesidad de lanzar 
mensajes rápidos, a la vez sencillos y llamativos, obliga a buscar recursos formales 
cada vez más novedosos e impactantes mientras se apoya sobre un sistema de 
valores reconocible para el espectador, y por tanto conservador. Por ello, en la 
publicidad es muy fácil descubrir los estereotipos femeninos que aparecen 
descarnadamente.12 
 Una forma de corregir los efectos del sexismo publicitario es invertir en 
educación, revalorizar la dimensión ética de la persona y enseñar a leer críticamente 
los mensajes obvios y ocultos de la publicidad, de modo que cada persona pueda 
establecer sus propios valores y afianzar su personalidad con independencia de los 
estereotipos de mujer y hombre que difundey subraya la publicidad con la finalidad 
de eludir las limitaciones sociales que determinan la discriminación y la desigualdad 
de las mujeres a partir de su diferencia sexual. 
 Los cuentos, historietas y revistas donde mujeres y hombres tienen roles 
distintos y valorados de forma diferente, quien se sale de lo establecido es castigado 
y las mujeres no suelen ser protagonistas.... es otro medio más de reproducción de 
los estereotipos sexistas de nuestra sociedad. 
 Los juguetes son otra forma más de imponer y perpetuar la desigualdad en el 
reparto de funciones según el sexo. Las mujeres del mundo entero continúan 
sufriendo este estado de opresión y humillación, perpetuado desde la educación en 
la más tierna infancia recibida. 
 
12 Alario, Teresa. (1995).Escuela y medios de comunicación ¿Enfrentamientos o colaboración?. 
Actas I. Comisión para la igualdad y para los derechos de las mujeres. Portugal. P 383-390. 
 El sexismo es el conjunto de todos y cada uno de los métodos empleados en el 
seno de la estructura social patriarcal para poder mantener en situación de 
inferioridad, subordinación y explotación al sexo dominado: el femenino, 
representado por los roles y los estereotipos de género que, en todos los ámbitos de 
la vida y las relaciones humanas, son asumidos no sólo por los hombres, sino 
también en muchos casos por las mujeres, como formas de funcionar socialmente 
para sobrevivir. 
 El dominio del sexo-género masculino sobre el femenino se concreta en las 
acciones y relaciones cotidianas, pero se manifiesta como una cultura generalizada 
a nivel macro social, presentándose como un modelo de formas de pensar y de 
actuar, discriminatorio para el género femenino. 
 De manera que no debe de extrañar que en la escuela o en cualquier otro centro 
educativo, los rasgos sexistas aparezcan en múltiples formas de manifestación, 
desde el lenguaje hasta las relaciones de autoridad, las relaciones entre iguales, en 
las expectativas de rendimiento o en los resultados académicos, y desde los 
aspectos más ligados a lo académico hasta los que tienen que ver con la formación 
moral y los esquemas de pensamiento aprendidos. Y no sólo en ámbitos de educa-
ción formal, sino que también aparecen dichos rasgos en los procesos educativos 
que operan, por ejemplo, en la institución familiar o a través de los medios de 
comunicación de masas. 
 El lenguaje expresa el androcéntrismo de nuestras sociedades, sin que sea 
percibido como tal, lo que conlleva una fuerte carga ideológica y un dilema ético 
originado por los roles sexuales impuestos culturalmente y las represiones que van 
conformando la autoimagen, las actitudes y las ambiciones. 
 El androcéntrismo consiste en considerar al ser humano de sexo masculino 
como el centro del universo, como la medida de todas las cosas, como el único 
observador válido de cuanto sucede en nuestro mundo, como el único capaz de 
dictar leyes, de imponer la justicia, de gobernar el mundo. Es precisamente esta 
mitad de la humanidad la que posee la fuerza (los ejércitos, la policía), domina los 
medios de comunicación de masas, posee el poder legislativo, gobierna la sociedad, 
tiene en sus manos los principales medios de producción y es el dueño y señor de la 
técnica y de la ciencia. 
 Hay un prejuicio muy extendido que consiste en creer que la visión androcéntrica 
del mundo es la que poseen los hombres, pero esto no es así, en realidad es la que 
posee la inmensa mayoría de los seres humanos, hombres y mujeres, educados en 
esta visión y que no han podido o no han querido sustraerse de ella. 
 El androcéntrismo supone, desde el punto de vista social, un cúmulo de 
discriminaciones y de injusticias hacia la mujer que no se tolerarían en ningún otro 
grupo humano…“Si la mujer lo tolera es porque ella misma participa del 
pensamiento androcéntrico y tiene inconscientemente aceptados todos sus tópicos, 
es más, en multitud de ocasiones es su principal defensora y la inmensa mayoría de 
las veces su más fiel transmisora”13 
 La masculinidad y la feminidad no son propiedades inherentes a los individuos, 
aunque sí son propiedades inherentes o estructurales de nuestra sociedad, esto es, 
surgen de la acción social y, al mismo tiempo, la condicionan. (Davies, 1994) 
 No debemos de olvidar que este condicionamiento está basado en una sociedad 
hegemónicamente masculina y es muy difícil escapar de los patrones de dominación 
 
13 Moreno, Montserrat. (2000)3ª ed. Cómo se enseña a ser niña: El sexismo en la escuela. Ed. Icaria 
Barcelona. 
(hombre) y subordinación (mujer), por lo que las expectativas sociales hacia los 
nuevos miembros de una sociedad estarán con base en esto. 
 Deshacer el dualismo implica, en primer lugar una confrontación personal con la 
consiguiente idea de la feminidad y la masculinidad (Davies, 1994). En efecto, para 
conseguir quitarnos esa idea de la cabeza de la bipolaridad entre mujeres y 
hombres, debemos deshacer nuestras estructuras mentales actuales sobre los 
papeles que juegan uno y otro en la vida, para volver a construirlos sobre otras 
bases distintas y más sólidas. 
 Desde muy pequeños, y con el afán de imitar a los adultos, las niñas y sobre 
todo los niños caen en el dualismo, encasillándose en papeles sólo de hombres. Se 
negarán a vestir o hacer tareas que son propias de mujeres, y esto viene en una 
determinada medida, gracias a los cuentos. 
 Por lo que se debe ampliar la definición de femenino y masculin hasta 
transformar su carácter bipolar en bimodal, es decir, dos formas de ser que se 
superponen parcialmente. (Davies, 1994). 
 La extrema bipolarización de los sexos tuvo su correlato epistemológico en los 
dualismos sujeto/objeto, activo/pasivo, cultura/naturaleza, alma/cuerpo, 
consciente/inconsciente…Por ello, la filosofía del género tiene por delante una labor 
inmensa: intentar la relectura de patrones culturales y científicos desde la nueva 
perspectiva abierta por el rechazo del esencialismo vigente hasta hoy en la 
conceptualización de los sexos. 
 Las dicotomías absolutas masculino/femenino como si fuesen dos polos 
opuestos permiten considerar a las mujeres como lo opuesto a los varones y por 
tanto condicionadas por lo biológico, mientras que los varones parecen estarlo por la 
cultura. La cultura supone la transformación y superación de la naturaleza, mientras 
que la naturaleza hace referencia a lo instintivo. 
 La consideración de la mujer a lo largo de la historia como un ser débil, 
dependiente y pasivo se basa en una serie de acontecimientos biológicos 
(menstruación, parto, menopausia) algo que no ocurre con la conducta de los 
varones. 
 El estudio histórico de la mujer y su quehacer en la sociedad constituye una 
investigación de enormes dimensiones por los múltiples aspectos que presenta 
(demográfico, económico, ideológico, sociedad, estrato, clase...), la importancia del 
factor tiempo como elemento de cambio y las relaciones que necesariamente se han 
de establecer con el acontecer general comunitario, con esa historia en cuya 
reconstrucción, hasta el momento, la mujer ha sido la gran ausente. 
 De esta forma, una de las tareas fundamentales de la crítica del androcéntrismo 
es la elaboración de un concepto integrado de persona que reúna las cualidades que 
el género ha separado y jerarquizado14.La igualdad entre los sexos no puede ser 
entendida como adaptación acrítica de las mujeres a los paradigmas y los valores 
androcéntricos. 
 Por ello, habrá que extender el principio kantiano de considerar a todo ser 
humano como un fin en si mismo lo que obligará a replantearse, lo que la Historia ha 
construido como “femenino” para que deje de ser concebido como inferioro de 
permanecer simplemente invisible. 
 La práctica de reconocer y dar sentido al mundo que nos rodea, es algo 
indispensable para vivir en libertad: quien no da sentido, lo recibe impuesto. (Duoda, 
1995). 
 
14 García, C. Psicología y mujer: otras miradas, otras voces”.En Seminario de educación no sexista 
(SUENS) tras la guía de mujer, guía para enseñar y coeducar, EUE, de Palencia. 
2.1 EL GÉNERO, FACTOR DETERMINANTE EN EL SEXISMO 
Atrás de un gran hombre, hay una gran mujer. 
 Lo que es una persona, se define desde un punto de vista externo o 
macrosocial, en términos del lugar que ocupa dentro del entramado social y del 
conjunto de los atributos culturales que se le confieren. Lo que es una mujer y un 
hombre (aparte de las diferencias estrictamente biológicas) tiene que ver con una 
historia social y cultural que configura a cada grupo sexual, de forma genérica, a 
partir de unos rasgos concretos que tienen que ver con la edad, el estatus social, la 
procedencia geográfica, las creencias... 
 Ser hombre o ser mujer, es el resultado de la articulación compleja, variable, y 
conflictiva de esos dos aspectos que pueden parecer opuestos: la universalidad 
biológica y la diversidad cultural. 
 La formación de la identidad es un proceso largo y lento en el que intervienen 
factores muy diversos de carácter psicosocial. Estos procesos tienen lugar, en el 
seno de las interacciones que, desde pequeñas, las personas mantienen con otras 
que se encuentran en su entorno: en casa, en la calle, en la escuela, en los espacios 
de ocio..., así como de todos los mensajes que les llegan desde los medios de 
comunicación y de la publicidad. 
 La voz es un elemento en la construcción de la identidad personal: El valor que 
se asocia a las cualidades de las voces está íntimamente relacionado con los 
papeles que socialmente se asignan a mujeres y hombres. 
 El cuerpo no es solamente un instrumento físico sino que tiene un carácter 
simbólico matizado y contaminado por valores y normas sociales. En los varones se 
destaca la fuerza y el vigor, es decir, lo funcional, mientras que en las mujeres se 
destaca la belleza que varía de época en época. El cuerpo de la mujer se nos 
presenta (publicidad y medios de comunicación) como un envoltorio físico al que 
cada vez se le aplican criterios más rígidos (altura, delgadez), convirtiéndose el 
cuerpo en una especie de “dama de hierro”, método de tortura medieval que 
ajustaba el cuerpo de las y los condenados a una muerte horrenda. (Wolf, 1991) 
 A lo largo del ciclo vital las personas vamos interiorizando una serie de roles y 
pautas sociales que van a configurar nuestra forma de ser y actuar. El medio social 
en el que nos desenvolvemos se constituye en el referente de las normas y valores 
que guiarán nuestra conducta. El desarrollarse como persona supone adquirir una 
serie de rasgos socialmente deseables, dichos rasgos se han atribuido de manera 
diferente a mujeres y varones, por tanto con una serie de valores (virtudes sociales), 
que a lo largo de la historia han definido la “feminidad” y la “masculinidad”. 
 La formación de los estereotipos de género femenino y masculino son 
construcciones socio-culturales, el centro educativo como parte integrante de la 
sociedad y elemento básico en el proceso de socialización de las personas, es 
transmisor y perpetuador de estos estereotipos de género afianzando así las 
discriminaciones. 
 Resulta curioso constatar que la base de estos estereotipos, aún vigentes en el 
siglo XX, esta en los mitos y las leyendas sobre figuras femeninas que las diferentes 
culturas han creado, y que en la mayor parte de las ocasiones tienen muchos siglos 
de vida. 
 El sistema de género no sólo produce dos sexos con aptitudes y funciones 
distintas y complementarias, también introduce una relación jerárquica entre ellos. 
Esta escala jerárquica se halla presente en todas las culturas y constituye lo que se 
ha dado en llamar androcéntrismo. 
 La perspectiva patriarcal y androcéntrica toma al varón como lo humano por 
excelencia y a partir de esta premisa, la diferencia de género es definida 
necesariamente como algo negativo e inferior. Por el androcéntrismo imperante, lo 
propiamente humano, presentado en primera instancia como neutral, es en realidad 
identificado con lo que ha sido históricamente masculino. 
 El papel rol de género, se forma con el conjunto de normas y prescripciones que 
dicta la sociedad y cultura sobre el comportamiento femenino y masculino, y es a 
través de diferentes instancias (familia, educación, religión, medios masivos de 
difusión) como se transmiten y legitiman los papeles o roles de género. 
 Las sociedades han creado sistemas de roles y patrones de comportamiento 
distintos para mujeres y para hombres, prescripciones sobre lo que deben hacer y 
sobre como deben actuar los individuos en función de su sexo. Estos patrones de 
comportamiento son los géneros, los cuales tienen una serie de características 
complejas: 
• Los géneros presentan una amplia variabilidad, tanto por épocas como por 
culturas, lo único que se mantiene invariable a través de todas las sociedades 
es la diferenciación entre género femenino y masculino, pero sus perfiles 
internos son muy diferentes para las distintas culturas. 
• Los géneros constituyen sistemas de identidades y comportamientos que, al 
prescribir lo que deben hacer los individuos según cuál sea su sexo, 
introducen una fuerte limitación en sus posibilidades de desarrollo humano y 
les fuerzan a adaptarse a patrones que no siempre corresponden a sus 
capacidades y deseos. Y eso es, tanto para los hombres como para las 
mujeres. 
• En las sociedades históricas el género masculino es considerado superior al 
femenino y, por tanto, se establece una jerarquía entre los individuos según 
su sexo, jerarquía que supone un muy diverso acceso a los recursos del 
poder. En ese aspecto, el sistema genérico es desfavorable a las mujeres 
mientras beneficia a los hombres. 
• Los géneros pueden transformarse, cambiar de orden jerárquico o 
desaparecer en función de lo que las variaciones en las necesidades de las 
sociedades y de las culturas exijan en cada etapa histórica. 
 La posibilidad de cambio de los géneros no significa que se trate de una 
transformación fácil ni inmediata, que pueda ser realizada individualmente en un 
contexto adverso. Los obstáculos al cambio son de orden social pero también de 
orden psicológico. De orden social porque los hombres tienden a mantener los 
privilegios derivados de la división genérica; de orden psicológico porque las 
personas son socializadas, por medio de diversas instituciones, para adquirir las 
características de género prescritas por su cultura. 
 De modo que, la socialización como operación básica de interiorización de las 
normas sociales, está marcada por la distinción genérica, y a lo largo de toda la vida 
se recibe un refuerzo constante de la sociedad, lo que favorece las diferencias de 
comportamiento, intereses y percepciones entre mujeres y hombres, confirmando, el 
carácter biológico de tales diferencias. 
 Aún cuando existe una gran diversidad cultural en las prescripciones de género, 
se mantiene una constante que ha permitido a los antropólogos hablar de un 
“complejo de supremacía masculina” que consiste en una organización social en la 
que los puestos clave de poder (religiosos, militares, políticos y económicos) son 
ocupados en la mayoría de los casos por hombres. 15 
 Los elementos fundamentales de este sistema de género son: 
• Roles de género: Diferenciados estipulan la división sexual del trabajo, 
tradicionalmente esta división ha reservado para los hombres el ámbito de lo 
público con sus tareas especificas. La esfera de lo doméstico

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