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Tlalnepantla, Edo. de México
Junio, 2007
Universidad Nacional Autónoma
de México
Facultad de Estudios Superiores
Iztacala
El Papel del Psicólogo en la Prevención de la Codependencia
a la Violencia en el Noviazgo
Tesis Empírica
Que para obtener el título de
Presentan
Licenciada en Psicología
:
P S R
R M A
ATRICIA ALAZAR AMOS
UTH IGUEL LVARADO
Asesora:
Dictaminadoras:
LIC. ADRIANA GUADALUPE REYES LUNA
MTRA. ARACELI SILVERIO CORTÉS
LIC. ADRIANA GARRIDO GARDUÑO
 
UNAM – Dirección General de Bibliotecas 
Tesis Digitales 
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fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo 
mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, 
reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el 
respectivo titular de los Derechos de Autor. 
 
 
 
AGRADECIMIENTOS 
 
 
Agradecimientos 
 
 
 
 
 
A mi Familia Salazar Ramos: 
 
¡Gracias!... A ti papá te agradezco infinitamente por enseñarme que ante y todo y para todo, la 
humildad y el respeto son lo principal. Mamá, gracias por tu cariño, paciencia y comprensión 
que siempre me has brindado. Ale, Lety y Bi, a ustedes monitos, tengo tanto que decirles pero 
todo lo resumo en un ¡Gracias!, por ser mi motor de cada día y por estar conmigo en todo 
momento. 
A ustedes ¡Gracias!, por el apoyo que me han brindado en el transcurso de mi vida, por 
toda la ayuda recibida, por todo el amor, paciencia, apoyo y comprensión para conmigo, ya que 
han hecho más ligero mi camino. 
 
Los quiero muchísimo. 
 
A Norma e Isidro: 
 
¡Mil gracias! porque en innumerables ocasiones fueron mis confidentes, por interesarse en mí y 
en lo que hago. 
 
 Los quiero mucho. 
 
A mis sobrinos Carlos, Iván y Jesús: 
 
Gracias por sus abrazos, besos, sonrisas y por aquellos muchos momentos que me permitieron 
pasar con ustedes ya que de ellos he aprendido a disfrutar la vida como una niña. 
Ustedes son el reflejo de la niña que aún sigue en mí. 
 
 Los Amo. 
A: 
 
Tío Robe, tía Juanita, tío Niles, tía Angelita, tío José Luís, tía Belén, tía Altagracia, tío Polo, tío 
Macario, tía Chon, tío Osbaldo, Adriana, Dulce, Ana Lilia, Liliana, Cacho, Diego, Alejandro, 
Julio, Alfredo, Manuel, Liz, Carmelo, Osbaldo, por el apoyo y cariño para conmigo, porque sin 
darse cuenta también fueron pieza importante en este proyecto. 
 
 
 
 
 
AGRADECIMIENTOS 
 
 PATRICIA SALAZAR RAMOS RUTH MIGUEL ALVARADO 
Universidad Nacional Autónoma de México II Facultad de Estudios Superiores Iztacala 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
A Ruth: 
¡Gracias! por tu amistad, paciencia, apoyo, comprensión, consejos, regaños, sonrisas, abrazos, 
por estar conmigo en el transcurso de este trabajo y por lograr que fuera divertido. 
Fue un placer compartir este sueño contigo. 
 Te quiero mucho 
 
A mis amigos: 
 
Félix, Karla Verdi, Jorge Montoya, Pfofe. Gume, Miriam, Edith, Abraham Larios, Arturo Peña, 
Octavio, Ángel, César Romero, Mary Bárcena, por su apoyo, consejos, regaños, tiempo, cariño y 
amistad para conmigo ya que hicieron más divertida parte de mi vida. 
 
 Los quiero mucho. 
 
A: 
 
Nadia, Bibiana, Liliana, Dulce, Lucero, Alicia, Julio, Alejandro, Felipe, Luís, Raúl, Arturo, por 
ayudarme a realizar este trabajo que fue muy gratificante para mí. 
 
 
 
 
 
 
Con todo amor y respeto 
Paty Salazar 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
AGRADECIMIENTOS 
 
 PATRICIA SALAZAR RAMOS RUTH MIGUEL ALVARADO 
Universidad Nacional Autónoma de México III Facultad de Estudios Superiores Iztacala 
 
 
 
Primero que nada gracias a Dios, por brindarme fortaleza, inteligencia y sabiduría para 
dirigirme en este mundo de probación, por ayudarme a culminar este suceso tan importante en 
mi vida como lo es el haber terminado la carrera y este trabajo de tesis. 
 
A mis padres: 
 
Por haberme dado los valores y principios que me han forjado. A mi padre claro ejemplo de 
fortaleza y honestidad, a mi madre ejemplo de perseverancia y humildad, a ambos por su amor. 
 
A mis hermanos: 
 
Lety, Tery, Janeth, Nadia, Noe y Lea, gracias por su apoyo incondicional. A Lety por ser un 
ejemplo en mi vida, gracias por estar siempre a mi lado, por escucharme y entenderme, por tus 
sabios consejos, a Esther por impulsarme a seguir adelante, por tu motivación cuando mas lo 
necesitaba, por escucharme por ayudarme a obtener una visión distinta de la vida, a las dos por 
ser el principal pilar de mi vida. 
 
A Patricia Salazar Ramos: 
 
Por que sin ella otro hubiese sido este trabajo de tesis, gracias por ser punto clave en este logro, 
gracias por no dejarme desviar de este camino, gracias por tu paciencia, motivación y sobre 
todo por tu apoyo, dedicación, esmero, conocimiento y experiencia, gracias por enseñarme a 
ponerle nombre a lo que viví. Te quiero mucho, gracias por tu amistad. 
 
 
Gracias a todos mis amigos: 
 
Porque me han enseñado el verdadero sentido de la amistad, gracias a ti Jessica, Patricia, 
Jazmin, Nancy, Hansel, Angelly, Fernanda, Marisol, Arturo, Fernando. 
 
A ti amor: 
 
Por compartir maravillosos momentos y por estar a mi lado, gracias por amarme. 
 
 
Con Amor 
Ruth Miguel Alvarado 
 
 
 
 
 
 
RECONOCIMIENTO 
 
 
 
Reconocimientos 
 
 
 
 
 
A la UNAM: 
 
Por haberme dado la oportunidad de ser parte de la comunidad universitaria porque ahora 
tengo sangre azul y piel dorada. 
 
A la FES Iztacala: 
 
Por ser pieza importante en mi formación como psicóloga y como persona. 
 
A Adriana Reyes: 
 
Por su apoyo, dedicación, tiempo, experiencias y espacio para con este trabajo, y principalmente 
para conmigo. 
 
 La quiero mucho… fue divertido trabajar juntas. 
 
A Adriana Garrido: 
 
Por su ayuda en todo este tiempo así como esos comentarios tan atinados que 
aumentaron el placer por realizar con cariño esta tesis. 
 
 
A Araceli Silverio: 
 
Por su apoyo, tiempo y dedicación hacia este trabajo y por haberme enseñado muchas cosas al 
ser su alumna. 
 
 
Con admiración y respeto 
Paty Salazar 
 
 
 
 
 
RECONOCIMIENTO 
 
 PATRICIA SALAZAR RAMOS RUTH MIGUEL ALVARADO 
Universidad Nacional Autónoma de México V Facultad de Estudios Superiores Iztacala 
 
 
Reconocimientos 
 
 
 
 
A la máxima casa de estudios UNAM: 
 
Por permitirme formar parte de esta gran y excelente comunidad universitaria. 
 
A la Facultad de Estudios Superiores Iztacala: 
 
Por brindarme la oportunidad de adquirir los conocimientos necesarios para formarme, por 
medio de su excelente profesorado. 
 
A la Profesora Adriana Guadalupe Reyes Luna: 
 
Por su espacio, tempo y dedicación. Gracias por su motivación porque cuando nos 
estancábamos siempre tuvo una palabra de aliento, gracias por compartir sus conocimientos y 
experiencias además de una buena charla, por enseñarme que debo divertirme en todo lo que 
haga, gracias por impulsarme a seguir adelante. 
 
A la Profesora Adriana Garrido Garduño: 
 
Por aceptar ser parte de éste trabajo, por su tiempo y dedicación. Gracias por colaborar a 
enriquecer éste trabajo. 
 
A la Profesora Araceli Silverio Cortés: 
 
Por su tiempo y dedicación, porque gracias a su conocimiento éste trabajo es lo que es. 
 
Gracias a las tres por ser unas de las mejores profesoras de la UNAM, porque gracias a ustedes 
hemos culminado la carrera y este trabajo detesis. 
 
 
Con Cariño 
Ruth Miguel Alvarado 
 
 
 
 
 
 
ÍNDICE 
 PATRICIA SALAZAR RAMOS RUTH MIGUEL ALVARADO 
Universidad Nacional Autónoma de México Facultad de Estudios Superiores Iztacala 
VI
 
Índice 
 
Agradecimientos I 
Indice VI 
Resumen VII 
Introducción 
 
VIII 
Capítulo 1. Perspectivas teóricas sobre la codependencia a la violencia 
en el noviazgo 
 
1 
1.1 Perspectiva Psicoanalítica 2 
1.2 Perspectiva Humanista 6 
1.3 Perspectiva de Género 9 
1.4 Perspectiva del Aprendizaje Social 13 
 1.4.1 Perspectiva Cognitivo – Conductual 14 
 
Capítulo 2. Violencia 
 
20 
2.1 Ciclo de la Violencia 24 
2.2 Factores que influyen para que se presente la violencia 27 
 2.2.1 Factores Psicológicos 27 
 2.2.2 Factores Fisiológicos 32 
 2.2.3 Factores Sociales 36 
 
Capítulo 3. Codependencia 
 
42 
3.1 Características de la persona codependiente 47 
3.2 Factores que propician la codependencia 51 
 3.2.1 Factores Familiares 51 
 3.2.2 Factores Culturales 53 
3.3 Consecuencias de la Codependencia 56 
 
Capítulo 4. Noviazgo en la Adolescencia 
 
59 
4.1 Adolescencia 60 
4.2 Noviazgo 61 
4.3 Prevención 65 
 4.3.1 Prevención a Nivel Primario 66 
 4.3.2 Prevención a Nivel Secundario 66 
 4.3.3 Prevención a Nivel Terciario 67 
 
Capítulo 5. Metodología 
 
70 
5.1 Taller ¿¡Cómo te amo!? 73 
5.2 Descripción y Análisis de Resultados 81 
 
Discusión y Conclusiones 
 
90 
Referencias 95 
Anexos 103 
 
 
RESUMEN 
 
 
 
 
 
Resumen 
 
 
 
El presente trabajo se realizó bajo la perspectiva cognitivo – conductual, la cual 
considera que los procesos cognitivos influyen decididamente en la conducta 
observable de la persona, es decir, el ser humano no reacciona frente a los estímulos, 
sino frente a la interpretación que hace de ellos. Siendo así, el objetivo fue implementar 
y aplicar un taller de habilidades de afrontamiento de la codependencia a la violencia en 
adolescentes en etapa de noviazgo, dado que en los últimos años la codependencia se 
ha empleado para designar a todas las personas que se convierten en víctimas en el 
proceso de rescatar a cualquier otra persona dependiente. Para lo cual se trabajó con 6 
adolescentes, 4 mujeres y 2 hombres, entre 17 y 22 años de edad, utilizando un diseño 
de investigación preprueba – postprueba, implementando un taller preventivo a nivel 
primario de 6 sesiones con una duración de 2 horas aproximadamente manejándose las 
siguientes temáticas: violencia, codependencia, noviazgo, auto concepto, comunicación, 
asertividad y solución de problemas. En los resultados se encontró que los participantes 
aún mantienen la idea errónea o disfuncional de que el propio tiempo o espacio 
personal tiene o debe ser exclusivo de su pareja, lo cual fomenta conductas 
codependientes que pueden ser violentas durante el noviazgo repercutiendo así en la 
salud física y emocional de la persona, también se encontró que en los participantes se 
identificó la violencia psicológica y sexual, las cuales, pueden ser antecedentes de la 
violencia intrafamiliar; de igual forma presentaron características de una persona 
codependiente tales como: dependencia, falta de confianza en sí mismo y control, baja 
autoestima y límites débiles. A manera de conclusión se puede decir que el debate y la 
presentación didáctica a lo largo del taller permitió a los participantes identificar 
pensamientos problemáticos y sus consecuencias así como debatir las consecuencias 
negativas de continuar haciendo aquello que se desea, bajo la creencia errónea de que 
es lo que se necesita hacer para sentirse bien, cubriéndose así en su totalidad el 
objetivo debido a que los participantes identificaron, desarrollaron y adquirieron las 
habilidades necesarias para afrontar situaciones de codependencia a la violencia en el 
noviazgo. 
 
 
 
 
 
 
 
INTRODUCCIÓN 
 PATRICIA SALAZAR RAMOS RUTH MIGUEL ALVARADO 
Universidad Nacional Autónoma de México Facultad de Estudios Superiores Iztacala 
VIII
 
Introducción 
 
 
El ser humano se ha preocupado por dar explicación a su comportamiento, logrando así 
generar estrategias que permitan resolver sus problemáticas dentro de la sociedad, 
siendo una de estas la codependencia a la violencia, en donde la persona 
codependiente es aquella dependiente de otra persona, que a su vez, es dependiente a 
él/ella como pareja, o al alcohol, o al dinero. El codependiente ha aprendido un patrón 
de conductas para relacionarse con su pareja, creado por ideas irracionales, como creer 
que necesita la aprobación de los demás o como la idea de ser responsable del otro, en 
cuanto a sentimientos, pensamientos y acciones, lo cual le permite permanecer en una 
relación de violencia visualizada como una forma de ejercicio del poder mediante el 
empleo de la fuerza, ya sea física, psicológica, económica, e implica la existencia de un 
arriba y un abajo, reales o simbólicos, que aceptan habitualmente la forma de roles 
complementarios y de poder; hecho que para la psicología tiene distintos factores que 
contribuyen a que se origine. No obstante, se ha analizado que muchas personas 
permanecen en relaciones de violencia a pesar de las diversas consecuencias 
negativas que les pueden ocasionar. 
 
 Siendo así, diferentes posturas teóricas han tratado de explicar el 
comportamiento humano entre las que destacan, el psicoanálisis, el humanismo, la 
psicología del aprendizaje social, de género y la cognitivo – conductual, las cuales, 
pueden ayudar a comprender mejor el fenómeno de la codependencia a la violencia en 
el noviazgo, las cuales se abordaran detalladamente en el capítulo 1. 
 
 Desde la perspectiva psicoanalítica Sigmund Freud, señala una dicotomía entre 
el impulso de vida (Eros) y el impulso de muerte (Tanatos). Ya que consideraba, que 
desde el momento de nacer una persona poseía estos dos instintos opuestos, en donde 
Eros permite que la persona crezca y sobreviva mientras que Tanatos induce a la 
INTRODUCCIÓN 
 PATRICIA SALAZAR RAMOS RUTH MIGUEL ALVARADO 
Universidad Nacional Autónoma de México Facultad de Estudios Superiores Iztacala 
IX
destrucción del individuo ya sea contra sí mismo o contra los demás (González, 2002), 
por ello se considera que la codependencia a la violencia forma parte de esta 
dicotomía. 
 
 Para el humanismo, el que una persona sea codependiente, se debe a la 
necesidad de cubrir o satisfacer sus necesidades psíquicas, para lo cual, a elegido, por 
medio de su experiencia, que otra persona decida por ella; y el que una persona ejerza 
violencia hacia su pareja es para lograr su meta, es decir, cubrir la necesidad de amor o 
afecto, ante esta situación se considera de acuerdo a su experiencia que violentar física 
o emocionalmente es una buena forma de conseguirlo (Carpintero, 1998). 
 
 En cuanto a la perspectiva de género, se puede decir, que el desarrollo de la 
codependencia a la violencia, está dado por la asimilación del “deber ser”, ante esto 
Burin y Meler (2000), señalan que los modos de pensar, sentir y comportarse de ambos 
géneros, más que tener una base natural e invariable, se deben a construcciones 
sociales y familiares asignadas de manera diferenciada a mujeres y a hombres. Por 
medio de tal asignación a partir de estadios muy tempranos en la vida de cada infante, 
unas y otros incorporan ciertas pautas de configuración psíquica y social que dan origen 
a la feminidad y masculinidad. 
 
 Por lo tanto, el que una persona se quede en una relación de violencia es porque 
ha adoptado un papel de dependencia, debilidad, sumisión o satisfactora de las 
necesidadesde los otros. 
 
 Por otro lado el aprendizaje social considera que las personas pueden adquirir, 
retener y poseer la capacidad, para actuar agresivamente o de forma dependiente, pero 
rara vez tal aprendizaje se expresará si la conducta no tiene valor funcional para ellas o 
si esta sancionada de manera negativa. Si en lo futuro llegan a presentarse, los móviles 
adecuados, los individuos pondrán en práctica lo que han aprendido. Si se han 
aprendido estos modos de conducta, las circunstancias sociales determinarán en gran 
parte si se pondrán en práctica o no (Bandura, 1984). 
INTRODUCCIÓN 
 PATRICIA SALAZAR RAMOS RUTH MIGUEL ALVARADO 
Universidad Nacional Autónoma de México Facultad de Estudios Superiores Iztacala 
X
 
 Por último, la perspectiva cognitivo – conductual, postura en la cual se basa este 
trabajo, considera que el ser humano no reacciona frente a los estímulos, sino frente a 
la interpretación que hace de ellos. Es decir, en el caso de la conducta agresiva, al 
observador externo no le resulta suficiente conocer la situación donde tal conducta se 
produce, necesita saber cuál es el significado que el sujeto adjudica a esa situación 
(Corsi, 1994). 
 
 Con respecto a la codependencia, se puede decir que la persona ha desarrollado 
una conducta codependiente a la violencia debido a la adquisición distorsionada de 
percepciones, expectativas y atribuciones que hace de la realidad desarrollando 
conductas dependientes puesto que la persona no responde al mundo real, sino, al 
mundo percibido. Así, el que cada miembro de la pareja valore y estime la conducta del 
otro puede venir matizada por hábitos erróneos ya adquirido por uno o por ambos 
miembros. Estos hábitos determinan la apreciación que cualquier individuo hace de su 
vida, de su relación y del comportamiento de su pareja y por lo tanto el grado de 
satisfacción que estos deparan y el grado de exigencias y concesiones que puedan 
hacer del otro. 
 
 Para tener una visión más clara de la relación de la codependencia a la 
violencia, es importante abordar el tema de la violencia que se expone en el capítulo 2, 
ya que en los últimos años se le ha dado mayor importancia a la violencia intrafamiliar, 
sin embargo, no es un fenómeno exclusivo de parejas establecidas (casados, amasiato) 
sino también está presente en parejas no formales como en el noviazgo, aunque en 
este tipo de relación la violencia no es considerada como tal porque entre novios los 
golpes o insultos son considerados parte de un juego, lo que conlleva a que su 
gravedad parezca como mínima (Saldivar y Ramos, 2003). 
 
 Siendo así, para que exista violencia se necesita de dos personas, es decir, una 
que agreda y otra que lo acepte, pero a pesar de la información que existe hoy en día 
INTRODUCCIÓN 
 PATRICIA SALAZAR RAMOS RUTH MIGUEL ALVARADO 
Universidad Nacional Autónoma de México Facultad de Estudios Superiores Iztacala 
XI
cerca de este tema, sigue incrementando este problema, pero ¿por qué es permitida la 
violencia? 
 
 La perspectiva cognitivo – conductual, señala que la forma en que se presenten 
los factores (psicológicos, fisiológicos y sociales) y cómo el individuo los perciba, influirá 
en la forma de relacionarse con su pareja pudiéndose desarrollar, en algunos casos, la 
problemática de la codependencia a la violencia. Por ello, es sumamente importante 
abordar en el capítulo 3 el tema de la codependencia, las características de las 
personas codependientes, las causas que la originan así como las consecuencias que 
presenta, para poder hacer un análisis más completo de dicha problemática, eje 
principal de este proyecto. 
 
 Esta relación, entre codependencia y violencia puede presentarse en cualquier 
etapa de la vida pero una etapa temprana es en el noviazgo, en especial en la 
adolescencia, ya que se considera que es aquí donde comienza y es en donde el joven 
se enfrenta a un proceso de desafíos o tareas para convertirse así en adulto (Silva, 
1994) tema que será abordado en el capítulo 4. 
 
 Si bien es cierto que la violencia se presenta en la etapa del noviazgo es 
sumamente relevante considerar la prevención primaria en esta etapa y así evitar que 
trascienda cuando la pareja este consolidada (casados, unión libre). Por tanto, resulta 
imprescindible retomar el tema de la prevención; lo cual para Massün (1991), es una 
manera de evitar que algo malo suceda. Es decir, es un proceso dinámico y asertivo 
que a través de estrategias teórico – prácticas promueven el bienestar físico, 
psicológico y social del individuo y la comunidad. 
 
 Para mejorar la prevención se debe comprender mejor el fenómeno de la 
codependencia a la violencia, esto se puede realizar iniciando o abriendo líneas de 
investigación ante esta problemática, además de realizar un análisis detallado del 
fenómeno, de tal manera que se pueda incidir sobre el nivel primario de prevención, con 
el cual se puede elevar el nivel de capacitación de los profesionales para que puedan 
INTRODUCCIÓN 
 PATRICIA SALAZAR RAMOS RUTH MIGUEL ALVARADO 
Universidad Nacional Autónoma de México Facultad de Estudios Superiores Iztacala 
XII
ofrecer herramientas teórico – metodológicas, en este caso a los adolescentes, de las 
diversas formas cómo se manifiesta la codependencia a la violencia en el noviazgo y el 
cómo afrontarlo, así como trazar planes coordinados de prevención. 
 
Por tanto se considera relevante abocarnos a la codependencia a la violencia en 
el noviazgo, ya que investigaciones realizadas por INMUJERES (2005), institución que 
tiene por objetivo promover la equidad de género en los programas y acciones de 
gobierno y vincularse, al mismo tiempo, con las mujeres de la comunidad, revelan que 9 
de cada 10 mujeres han tenido noviazgos violentos. Estos indicadores resaltan la 
necesidad de poner especial atención en el momento en que las personas comienzan 
sus primeras relaciones amorosas, es decir, la etapa del noviazgo en la adolescencia, 
como medida de prevención y promoviendo habilidades de afrontamiento ante dicha 
problemática. 
 
 El estudio y/o análisis, y el abrir vías de investigación con respecto al tema de 
codependencia a la violencia en el noviazgo, poco a poco han sido emprendidos, por 
ello resulta sumamente relevante abocarse a la solución de dicha problemática, 
elaborando técnicas de prevención e intervención. 
 
 Al hablar de violencia podemos decir que existe una persona que decide 
quedarse dentro de una relación así desde etapas muy tempranas, como en el noviazgo 
ya que existen ciertos porcentajes relacionados con la violencia que reflejan la 
existencia de las personas codependientes a dicha problemática. 
 
 Al respecto, investigaciones realizadas por INMUJERES (2005), revelan que 9 de 
cada 10 mujeres han tenido noviazgos violentos respaldándose en datos de organismos 
especializados encontrando frecuencias de la problemática en 6 de cada 10 casos 
denunciados. Estos indicadores resaltan la necesidad de poner especial atención en el 
momento en que las personas comienzan sus primeras relaciones amorosas, es decir, 
la etapa del noviazgo en la adolescencia. 
 
INTRODUCCIÓN 
 PATRICIA SALAZAR RAMOS RUTH MIGUEL ALVARADO 
Universidad Nacional Autónoma de México Facultad de Estudios Superiores Iztacala 
XIII
 
 La presencia o indicador de la violencia en el noviazgo, hace resonancia de ésta 
en el ámbito familiar, por ello resulta importantereconocer las estadísticas que existen 
en México, por la Encuesta Nacional de la Dinámica de las Relaciones en los Hogares 
(ENDIREH) 2003, registró que 47 de cada 100 mujeres mayores de 15 años que 
conviven con su pareja en el hogar sufren algún tipo de violencia emocional, 
económica, física o sexual por parte de su compañero o esposo (INEGI, 2005). 
 
 En la misma línea, datos obtenidos en la Encuesta Nacional de Violencia contra 
las Mujeres, aplicada en mujeres mayores de 15 años, usuarias de los servicios de 
salud de hospitales generales del IMSS, ISSSTE y SSA durante los meses de enero a 
marzo de 2003, registraron que 2 de cada 10 usuarios de estos servicios de salud 
sufrieron algún tipo de violencia infligida por su pareja durante el año previo al 
levantamiento de dicha encuesta, y que 4 de cada 10 padecieron algún tipo de agresión 
a lo largo de su vida por diversas personas cercanas a ellas. 
 
 Torres (2001), indica que la violencia produce graves consecuencias para las 
victimas, la familia y la sociedad, apreciables a corto y largo plazo, que en ocasiones 
puede llegar a desarrollar personalidades codependientes e inclusive llegar hasta la 
muerte. 
 
 Por tal motivo, el objetivo del presente trabajo de tesis fue implementar y aplicar 
un taller de habilidades de afrontamiento de la codependencia a la violencia en 
adolescentes en la etapa de noviazgo. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
CAPÍTULO I 
 
 
 
 
 
 
 
EERRSSPPEECCTTIIVVAASS TTEEÓÓRRIICCAASS 
 SSOOBBRREE LLAA CCOODDEEPPEENNDDEENNCCIIAA AA LLAA 
VVIIOOLLEENNCCIIAA EENN EELL NNOOVVIIAAZZGGOO 
 
 “Los hombres son confundidos no sólo por las cosas, sino 
también por la visión que tienen de ellas.” 
Epicteto 
 
anto la codependencia como la violencia son hechos que han sido estudiados 
de forma independiente, entendiéndose que una persona codependiente es 
aquella dependiente de otra persona, que a su vez, es dependiente a él/ella 
como pareja, o al alcohol, o al dinero, y la violencia implica una búsqueda de eliminar 
los obstáculos que se oponen al propio ejercicio del poder, mediante el control de la 
relación obtenida a través del uso de la fuerza. Por ello, resulta sumamente importante 
abordar la relación existente entre ambas, para lo cual revisaremos algunas posturas 
teóricas, que nos permiten identificar dicha relación como son: el psicoanálisis, el 
humanismo, género, el aprendizaje social y la psicología cognitivo–conductual. 
 
T 
 
 CAPÍTULO I: PERSPECTIVAS TEÓRICAS 
PATRICIA SALAZAR RAMOS RUTH MIGUEL ALVARADO 
Universidad Nacional Autónoma de México 2 Facultad de Estudios Superiores Iztacala 
 
1.1 Perspectiva Psicoanalítica 
 
En la explicación que brinda el psicoanálisis, señala que la codependencia a la 
violencia, se desarrolla dependiendo de la identificación que se logre con las figuras 
paternas, ya que de lograr las correspondientes identificaciones, se puede obtener un 
buen desarrollo de la personalidad, mientras que de no ser así, puede dar lugar a una 
fijación y por lo tanto a la búsqueda de la imagen paterna o materna en la pareja, 
desarrollándose así la personalidad codependiente. 
 
Desde esta perspectiva Sigmund Freud, señala una dicotomía entre el impulso 
de vida (Eros) y el impulso de muerte (Tanatos). Ya que considera, que desde el 
momento de nacer una persona poseía estos dos instintos opuestos, en donde Eros 
permite que la persona crezca y sobreviva mientras que Tanatos induce a la 
destrucción del individuo ya sea contra sí mismo o contra los demás (González, 2002), 
por ello, se considera que la codependencia a la violencia forma parte de está 
dicotomía. 
 
González Núñez (1989; citado en González, 2002) señala que entre los 
derivados más importantes del “impulso de vida” se encuentra el gusto, el respeto, el 
amor, el cuidado, la dedicación, el placer, es decir, afectos positivos, entendiéndose por 
afecto la expresión cualitativa de un impulso. Y por el contrario, entre los derivados del 
“impulso de muerte” se encuentra la agresión, la hostilidad, la destructividad, los celos, 
la violencia, entre otros. 
 
Para Freud el “impulso” en el hombre es un grado de excitación central que actúa 
como una fuerza constante que hace tender al organismo hacia un fin, que es la 
eliminación de la necesidad corporal que lo produjo. Menciona que el instinto no 
procede del mundo exterior “sino del interior del cuerpo, y la fuga es ineficaz contra él” 
(González, 2002), es decir, la energía necesaria para el instinto de muerte se genera 
lentamente dentro del cuerpo, si ésta energía no puede liberarse en pequeñas 
 CAPÍTULO I: PERSPECTIVAS TEÓRICAS 
PATRICIA SALAZAR RAMOS RUTH MIGUEL ALVARADO 
Universidad Nacional Autónoma de México 3 Facultad de Estudios Superiores Iztacala 
cantidades y en formas socialmente aceptables, entonces se acumula y al final es 
liberada de manera extrema y socialmente inaceptable ya sea hacia una persona o 
cosa. Un ejemplo de ello lo encontramos en la codependencia. 
 
El que la persona codependiente permita violencia para con ella, es porque 
inconscientemente necesita satisfacer sus necesidades innatas. Así, en todas las 
manifestaciones instintivas que podemos observar, ya sean normales o patológicas, 
participan ambos impulsos aunque no necesariamente en partes iguales. Para 
González (2002) hasta el acto más cruel y sádico que sólo parece satisfacer el impulso 
agresivo, posee algún significado para la persona y le proporciona alguna satisfacción 
inconsciente. De la misma forma no hay acto de amor, por más tierno que sea que no 
proporcione simultáneamente una gratificación inconsciente del impulso agresivo. 
 
La antitesis de las dos clases de instintos puede ser sustituida por la polarización 
del amor y el odio, en donde, el amor representa al Eros y como Tanatos representa la 
pulsión de muerte, es decir, el instinto de destrucción, el cual muestra el camino del 
odio, que es el compañero inesperado y constante del amor (ambivalencia) y muchas 
veces su precursor en relaciones humanas. Aquel en que un enamoramiento aún no 
manifiesto se exterioriza en un principio por hostilidad y tendencia a la agresión, se 
debe a que los componentes destructivos se han adelantado a los eróticos en la carga 
de objeto (Freud, 1922, en: Obras completas). 
 
Sin embargo, para que se logre dicha trasformación, de amor en odio y 
viceversa, aparece dada desde un principio una conducta ambivalente y la 
transformación es llevada a efecto por medio de un desplazamiento reactivo de una 
carga psíquica, siendo sustraída la energía al impulso erótico y acumulada a la energía 
hostil. Esto se puede llevar a cabo porque en la vida anímica existe una energía 
desplazable, indiferente en sí, pero susceptible de agregarse a un impulso erótico o 
destructor, cualitativamente diferenciado, e intensificar su carga general. Esta energía 
proviene de la libido narcisista, siendo Eros desexualizado (Freud, 1922, en: Obras 
completas). 
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Por su parte Fromm (1988) señala, que al nacer el niño, la madre es la principal 
proveedora de satisfacción (alimento, estimulación positiva) y seguridad, no siendo 
capaz de distinguir a los objetos como algo exterior a él, si no más bien estos sólo 
existen en función de satisfacer o frustrar las necesidades de su cuerpo. Cuando el niño 
crece,adquiere la capacidad de distinguir las cosas como son, aprende a manejar a la 
gente; que la mamá sonríe cuando él come, que lo alza cuando él llora, estas 
experiencias se integran a la experiencia: me aman, porque estoy desvalido, porque soy 
hermoso, mi madre me ama porque me necesita, por lo que soy; tal experiencia de ser 
amado es pasiva, porque no se tiene que hacer nada para que lo quieran, porque el 
amor de la madre es incondicional, no hace falta conseguirlo o merecerlo. A la edad de 
los ocho a los diez años en el niño surge un sentimiento de producir amor por medio 
de la propia actividad, cuando se llega a la adolescencia, y se espera que haya 
superado su egocentrismo, se desarrolla una sensación de unión, de compartir, de 
unidad, siente la potencia de producir amor. 
 
El amor incondicional, corresponde a uno de los anhelos más grandes, no sólo 
del niño, sino también del adulto, dado que el que se ame por los propios meritos 
siempre crea dudas, quizá no se complació a la persona que se quiere, que nos ame, 
quizás eso, quizás aquello, siendo así el amor merecido, se deja el sentimiento o la idea 
de que no se ama por ser uno mismo, sino que se ama sólo cuando se es 
complaciente (Fromm, 1988). Esta podría ser una de las causas del por que se 
desarrolla la personalidad codependiente. 
 
Fromm (1988) señala que al contrario del amor de la madre, el amor paterno es 
condicional, su principio es “te amo porque llenas mis aspiraciones, porque cumples con 
tu deber, porque eres como yo”. El amor paterno debe ganarse, dado que puede 
perderse si uno no hace lo que se espera. A la naturaleza del amor paterno, la 
obediencia constituye la principal virtud, la desobediencia el principal pecado, cuyo 
castigo es la pérdida del amor del padre. Dado que el amor del padre es condicional, es 
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posible hacer algo para conseguirlo; su amor no esta fuera del control, como ocurre con 
el de la madre. 
 
Entonces una de las causas del desarrollo neurótico puede radicar en que el niño 
tenga una madre amante, pero demasiado dominadora, y un padre débil e indiferente. 
En este caso el niño puede permanecer fijado a una relación con la madre y convertirse 
en un individuo dependiente de la madre, que se siente desamparado, posee los 
impulsos característicos de la persona receptiva, es decir, de recibir, de ser protegido y 
cuidado, y que carece de las cualidades paternas como la disciplina, independencia, 
habilidad de dominar la vida por si mismo, dando pie a tratar de encontrar ”madres”, a 
veces, en las mujeres y a veces en los hombres que ocupen una posición de autoridad 
y poder. Si ocurriese lo contrario, en el que la madre es fría, dominante e indiferente, 
puede transferir la necesidad de protección materna al padre y subsiguientes figuras 
paternas, el resultado es similar, o se puede desarrollar una orientación unilateralmente 
paterna, enteramente entregado a los principios de la ley, el orden y la autoridad, y 
carente de la necesidad de esperar o recibir amor incondicional (Fromm, 1988). 
 
Esta explicación que brinda Fromm refleja el por qué una persona se queda en 
una relación de violencia, y se debe a que su desarrollo ha dado lugar a la 
conformación de una personalidad codependiente, en donde la pareja también cumple 
con ciertas características que cubran lo que inconscientemente se busca, la cual, en 
este caso seria cubrir una imagen materna o paterna según sea el caso. 
 
Estas explicaciones no divergen de lo que Freud (1905) señala, acerca de la 
elección de objeto, esta se lleva a cabo en dos fases, la primera es a los dos años y es 
casi siempre concluida a los cinco años, el niño había encontrado un primer objeto de 
amor en uno de sus progenitores, en él se habían reunido todas las pulsiones sexuales 
que pedían satisfacción. La represión que después sobrevino obligó a renunciar a la 
mayoría de estas metas sexuales infantiles y dejo como secuela una profunda 
modificación de las relaciones con los padres. En lo sucesivo el niño permaneció ligado 
a ellos, pero con pulsiones que son precisos llamar “de manera inhibida”. Los 
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sentimientos que en adelante alberga hacia esas personas amadas reciben la 
designación de “tiernos”. La segunda fase sobreviene con la pubertad y determina la 
conformación definitiva de la vida sexual. 
 
La elección de objeto tiene sus efectos posteriores, ya que, el hecho de que el 
primer enamoramiento en donde el objeto es tratado como el yo propio, en donde el yo 
se hace cada vez menos exigente y más modesto, y, en cambio el objeto deviene cada 
vez más magnifico y precioso, hasta apoderarse de todo el amor que el yo sentía por si 
mismo, proceso que lleva, naturalmente, al sacrificio voluntario y complejo del yo. 
Puede decirse que el objeto ha devorado al yo. Está explicación que el psicoanálisis 
brinda, acerca del enamoramiento, su mejor vialidad, depende de haber llevado acabo, 
de la mejor manera la represión hacia los primeros objetos en la infancia y haber 
realizado las correspondientes identificaciones en el complejo de Edipo, ya que, de no 
ser así, se quedan fijados hacia uno de los padres, dando lugar a la búsqueda de 
aquellas personas que cubran esas necesidades de la imagen paterna o materna 
(Freud, 1905; en Obras Completas). 
 
Siendo así, el que el primer enamoramiento serio del joven, se dirija a una mujer 
madura y el de una muchacha a un hombre mayor, dotado de autoridad, es un claro eco 
de la fase del desarrollo en el que se lleva a cabo la elección de objeto: el cual puede 
revivirles, en efecto, la imagen del padre y la madre. Por ello resulta fácil comprender 
que cualquier perturbación de los padres puede desarrollar las más serias 
consecuencias para la vida sexual adulta en los hijos. Desavenencias entre la vida de 
los padres, su vida conyugal desdichada, condicionan la más grave predisposición a un 
desarrollo sexual perturbado o a la contracción de una neurosis por parte de los hijos 
(Freud, 1905; en Obras Completas). 
1.2 Perspectiva Humanista 
 
Para los psicólogos humanistas el hombre posee una naturaleza individual que lo hace 
único e irrepetible, siendo el ambiente algo que le impide o le permite desarrollar sus 
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capacidades (Vega, Moya y Rodríguez, 1997), teniendo la libertad de elegir y decidir de 
manera conciente modificando su situación real (Sánchez-Barranco, 1996). 
 
De esta manera cada individuo tiene un campo de experiencia único, el cual, 
según Rogers contiene todo lo que ocurre en el organismo en un momento dado y 
potencialmente está disponible para el conocimiento. Esto incluye sucesos, 
percepciones, sensaciones y los impactos que la persona no conoce, pero que podría 
conocer si se concentrara en ellos. 
 
Dentro del campo de la experiencia está el sí mismo real (self), el cual es una 
configuración coherente y organizada que se encuentra en un continuo proceso de 
formación y reformación a medida que las situaciones cambian, es decir, el concepto de 
uno mismo se basa en las experiencias pasadas, hechos presentes yexpectativas 
futuras formando parte del desarrollo personal (Fadiman y Frager, 1979). 
 
Un obstáculo para dicho desarrollo puede ser el “sí mismo ideal”, ya que la 
diferencia entre este y el “si mismo real” representa un indicador de incomodidad, 
desagrado y dificultades neuróticas, dando lugar a una incongruencia que según 
Lafarga y Gómez (1990), es una discrepancia entre la experiencia real del organismo y 
el “cuadro del self” del individuo, dado que cuando el individuo no se da cuenta de dicha 
incongruencia en sí mismo, entonces es vulnerable a la posibilidad de ansiedad y 
desorganización. 
 
Según Sánchez – Barranco (1996) hay otro aspecto fundamental en el desarrollo 
personal, la autorrealización, que para Rogers es un empeño en toda vida humana, de 
llegar a tener autonomía, desarrollarse, madurar, es la tendencia a expresar y activar 
todas las capacidades del organismo, hasta el grado en que dicha activación 
perfeccione tal organismo o al sí mismo lo que, le permitirá una mayor congruencia y 
funcionamiento real, dado que el ajuste permitirá un nuevo aprendizaje y las nuevas 
experiencias se asimilaran con precisión. 
 
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Carpintero (1998) señala, que Maslow llega a conclusiones semejantes a las de 
Rogers en cuanto al concepto de autorrealización versus actualización, definiéndolo 
como el empleo y la explotación total de los talentos, capacidades y posibilidades. 
 
Con base en lo anterior los motivos que predominan en la primera infancia 
pueden inhibir más tarde el desarrollo de la personalidad, es decir, cuando el infante 
comienza a tener conocimiento de sí mismo, desarrolla una necesidad de amar o 
estimación positiva. El amor es tan importante para un infante que si llega a recibir 
orientación para su conducta no es por el grado en que una experiencia conserva o 
perfecciona al organismo, sino por la probabilidad de recibir amor materno. 
 
Entonces, el desarrollo de la codependencia comienza en la infancia al actuar en 
forma que pueda lograr amor o aprobación sin tener en cuenta que sus conductas sean 
o no saludables para él, llegando finalmente a considerarse a sí mismo en términos 
ideados originalmente para agradar o calmar a otros. Por ello el niño estaría presionado 
a renunciar o desconocer partes desagradables pero verdaderas, de su personalidad, 
dando lugar a la incongruencia, debido a las percepciones inexactas de la realidad. A 
medida que el niño crece, persisten los problemas al negar las cosas que difieran de su 
concepto de sí mismo para sustentar la falsa imagen, distorsionando constantemente 
sus experiencias. Cada experiencia de incongruencia entre el sí mismo y la realidad 
conduce a una mayor vulnerabilidad, la cual, a su vez, lleva a buscar mayores defensas 
al impedir las experiencias y crear nuevas oportunidades para la incongruencia 
(Fadiman y Frager, 1979). 
 
Para Maslow esto puede ser por la falta de satisfacción de ciertas necesidades 
fundamentales tales como: necesidades de seguridad, de protección y de estabilidad, la 
necesidad de amor y la de pertenencia, así como la necesidad de respeto y estimación 
(Carpintero, 1998). 
 
 
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Por ello resulta importante que el ser humano tenga una apertura a la 
experiencia, es decir, que no se pongan barreras que le impidan la completa 
experimentación de las cosas que se le presenten y una manera de hacerlo es por 
medio del acceso a la conciencia, logrando que cada momento sea nuevo, ya que los 
estímulos internos y externos, que existen en ese momento, no se han presentado 
antes de este modo; dado que el self y la personalidad surgirán de la experiencia lo cual 
significa una adaptabilidad que le permitirá un comportamiento que satisfaga sus 
necesidades presentes, siendo así un ser racional que se mueve de forma astuta hacia 
sus metas que está empeñado en alcanzar (Lafarga y Gómez, 1990). 
 
Cuando se actúa de forma defensiva se está cerrado a la gran variedad de las 
propias necesidades así como a la amplia extensión de las demandas sociales y 
ambientales, por lo tanto, no se puede confiar en que las reacciones sean audaces y 
constructivas porque al no ser uno mismo se evita socializar de manera realista no 
existiendo así, el control de los impulsos agresivos, dado que no habrá contrapeso que 
logre un equilibrio, lo cual impide llegar a la racionalidad, dando lugar a la 
incongruencia manifestándose como una incapacidad de percibir con exactitud o como 
una inhabilidad para comunicarse con precisión, constituyendo una discrepancia entre 
el conocimiento y la comunicación, dado que el individuo no expresa lo que realmente 
siente, piensa o experimenta, siendo así, la persona no es capaz de expresar sus 
emociones y sus percepciones reales ya sea por temor o bien debido a viejos hábitos 
de simulación que son difíciles de dominar. 
 
1.3 Perspectiva de Género 
 
Los humanos nos caracterizamos por desarrollar una serie de sentimientos, fantasías y 
pensamientos, materializados a través de las correspondientes conductas y actitudes, 
que pueden y suelen acabar consolidadas en rasgos o estilos de personalidad y que, a 
su vez, van a estar presentes en los papeles sociales a desempeñar dentro de cada 
sociedad (Fernández, 1996). 
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Para Bedolla, Bustos, Delgado, García y Parada (1998), la realidad del hombre y 
la mujer es fruto de una construcción social, interiorizada y vivida por la mayoría de la 
población. Construcción que ha tomado diferentes matices a lo largo de la historia 
según el modelo de organización social del que se trate y de las características 
consideradas necesarias para proporcionar funcionalidad al sistema. 
 
Desde la perspectiva de género uno de los ejes cruciales por donde discurren las 
desigualdades es el poder y la familia. Por ello resulta necesario abordar los estudios de 
género, para tener presente las diferencias entre los sexos y conocer los patrones 
culturales, sociales y conductuales que determinan las diferencias entre hombres y 
mujeres (Bartely, 2003; y Bedolla, Bustos, Delgado, García y Parada, 1998). 
 
Al hablar de género nos referimos a una categoría relacional que se emplea para 
designar relaciones sociales entre los sexos, ya que denota las construcciones 
culturales y la creación totalmente social de ideas sobre los roles apropiados para 
mujeres y hombres (Montesinos, 2002). 
 
Siendo así, cabe destacar la idea general mediante la que se diferencia “sexo” de 
“género”, esta radica en que el sexo queda determinado por la diferencia sexual inscrita 
en el cuerpo (biológico), mientras que el género se relaciona con los significados que 
cada sociedad le atribuye a cada persona (Burin y Meler, 2000). 
 
Los modos de pensar, sentir y comportarse de ambos géneros, más que tener 
una base natural e invariable, se deben a construcciones sociales y familiares 
asignadas de manera diferenciada a mujeres y a hombres. Por medio de tal asignación 
a partir de estadios muy tempranos en la vida de cada infante, unas y otros incorporan 
ciertas pautas de configuración psíquica y socialque dan origen a la feminidad y la 
masculinidad (Burin y Meler, 2000). 
 
 
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De esta forma Fernández (1996) señala, que la identidad de género hace 
referencia “a la igualdad a sí mismo, a la unidad y persistencia de la propia 
individualidad como varón, mujer u homosexual” (p. 119). El papel de género se refiere 
a cuanto una persona dice o hace para indicar a los demás o a sí mismo el grado en 
que es varón, mujer o ambivalente. Es decir, la identidad de género es la experiencia 
del papel de género, mientras que éste es la expresión pública de aquél. De tal forma la 
identidad de género va a estar sujeta a la presión social que tiene como objetivo 
prioritario la obtención de una de las dos identidades de género reconocidas por las 
distintas sociedades: la de varón o la de mujer. Esta identidad de género, junto con su 
correspondiente rol de género, se logran a través de la acción de dos esquemas o 
construcciones mentales, que comienzan a llevar a cabo sus funciones varios meses 
después del nacimiento, sus fuentes de alimentación van a ser la observación del 
mundo social que circunda al bebé, la educación impartida por los adultos y la propia 
experiencia de cada sujeto. 
 
Para continuar con esta explicación, es importante aclarar el esquema de 
género, en donde se hace referencia a una estructura cognitiva básica en el 
procesamiento de información, y el género como el conjunto de aspectos que cada 
sociedad considera más deseables para un sexo que para otro. Una vez establecidas 
estas bases, los niños de ambos sexos aprenden a procesar la información referida al 
género gracias al llamado esquema de género en desarrollo. De esta forma los niños se 
dejaran guiar por este esquema a la hora de seleccionar los rasgos, conductas, 
actitudes y pensamientos considerados propios de su sexo, que, por supuesto, vienen 
determinados por los patrones que marca o impone la sociedad. De tal forma que uno 
se comporta de conformidad a lo esperado por la sociedad para cada uno de los sexos, 
en donde ésta le reforzará sus comportamientos tipificados, aumentando esa 
autoestima y autoconcepto condicionados por el esquema de género. Posibilitando de 
esta forma un mayor afianzamiento de lo que la sociedad espera de él o ella, de 
acuerdo a su dimorfismo sexual (Fernández, 1996). 
 
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Siendo así, el papel de género que históricamente ha sido arrastrado y 
evolucionado hasta nuestros días, con respecto a la mujer se asocia a la maternidad, al 
rol de esposa y de ama de casa, se le considera vulnerable por lo que tiende a ser el 
sexo débil, además de ser quien satisfaga las necesidades y garantice el bienestar de 
los demás, por ello deben ser pacientes, cariñosas, comprensivas, sumisas, 
dependientes, emocionales, delicadas, tiernas y amorosas. Mientras que al hombre, en 
su deber ser, se le ha atribuido el papel de fecundador de las mujeres, el poder, 
protector, proveedor, la agresividad, productores de bienes, independencia, analíticos, 
son más visuales, poseen mayor adaptabilidad a la vida competitiva del marco laboral, 
inteligentes, y dominantes (Martínez y Bonilla, 2000; Bedolla y Cols.,1998; Burin y 
Meler, 2000). 
 
Debido a la gran presión que la sociedad ejerce, los varones deben ocultar la 
dependencia, e inseguridades, aún cuando tienen el derecho a manifestarlos, y las 
mujeres negar sus iniciativas, su autonomía y sus deseos de prestigio, intereses 
igualmente legítimos. Por ello es evidente que tanto el modo de percibir el mundo como 
de afrontar los conflictos o resolver los problemas en ambos sexos será diferente, pues, 
en muchos casos la educación recibida, la interiorización del sistema de valores 
culturales y de las normas sociales sobre cómo debemos ser, sentir y comportarnos 
mujeres y varones, la vivencia de las propias experiencias, en muchos sentidos, han 
sido diferentes (Martínez y Bonilla, 2000). 
 
Con base en lo anterior, se puede decir, que el desarrollo de la codependencia a 
la violencia, está dado por la asimilación del “deber ser” desempeñando un papel 
fundamental en la resolución de problemas, dado que entran en juego el papel que 
debemos desempeñar de acuerdo al sexo. Por lo tanto, el que una persona se quede 
en una relación de violencia es por que ha adoptado un papel de dependencia, 
debilidad, sumisión, satisfactora de las necesidades de los otros. 
 
 
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No obstante la codependencia a la violencia, no es exclusiva de la mujer, ya que 
Martínez y Bonilla (2000), sostienen que los varones como todo ser humano, son 
vulnerables porque a menudo no pueden sostener los múltiples atributos que se le 
asignan, este desequilibrio por decirlo así, puede generar dicha problemática. 
 
1.4 Perspectiva del Aprendizaje Social 
 
Bandura (1984) señala que las personas no nacen con repertorios prefabricados, sino 
que deben de aprenderse de una u otra manera. Por ello propone que el aprendizaje se 
efectúa a través de la observación de modelos. 
 
Desde la perspectiva de Bandura hay cuatro factores implicados en el proceso 
de aprendizaje. En primer lugar, para que se produzca aprendizaje es necesario que el 
observador preste atención al modelo y perciba el significado de los hechos o conducta 
en cuestión. En segundo lugar, una vez que el organismo está poniendo atención a los 
aspectos relevantes de la conducta del modelo, entran en juego los procesos de 
retención, los cuales son actos que el observador ejecuta para ayudarse a recordar la 
conducta del modelo (esta representación se puede lograr mediante imágenes, o 
mediante un sistema de representación verbal) y así enfrente las exigencias que la 
situación actual le presenta. En tercer lugar, las representaciones simbólicas deben de 
convertirse en acciones similares a la conducta inicialmente observada. Por último, los 
procesos motivacionales entran en juego, ya que no todas las conductas aprendidas se 
reproducen, dado que es necesaria la motivación del sujeto. Siendo así, el 
reforzamiento sirve para explicar el motivo por el cual se lleva acabo una conducta 
aprendida con anterioridad; sin embargo, esto no es decisivo para que la misma se 
produzca. (Chance, 1995 y Fernández, 2000). 
 
Para Bandura, la conducta del sujeto es propositiva e intencional, pues esta 
guiada por metas que conducen los cursos de la acción. Por medio del aprendizaje 
observacional, los individuos aprenden de qué manera, de qué forma o en qué 
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momento se deben llevar acabo ciertos comportamientos, y qué comportamientos son 
éticamente aceptables (Bandura, 1986; en Fernández, 2000). 
 
Los modos que tienen los individuos de evaluar las situaciones, fijar expectativas, 
establecer pautas internas, recordar selectivamente los eventos y poner en acción 
rutinas de resolución de problemas,son críticos a la hora de comprender su conducta. 
De acuerdo a esta perspectiva (Meinchenbaum, 1988): 
 
 Una gran parte del aprendizaje humano es mediado cognitivamente. 
 En lugar de responder a las consecuencias ambientales, los humanos responden 
principalmente a las representaciones cognitivas de los eventos ambientales, es 
decir, el individuo atiende selectivamente e interpreta los eventos. 
 
La perspectiva del aprendizaje social proporcionan las bases para el desarrollo 
de un enfoque cognitivo – conductual (Meinchenbaum, 1988). 
 
Es decir, las personas pueden adquirir, retener, y poseer la capacidad, para 
actuar agresivamente o dependientemente, pero rara vez tal aprendizaje se expresará 
si la conducta no tiene valor funcional para ellas o si esta sancionada de manera 
negativa si en lo futuro llegan a presentarse los móviles adecuados, los individuos 
pondrán en práctica lo que han aprendido (Bandura, 1984). 
 
1.4.1 Perspectiva Cognitivo – Conductual 
 
La teoría cognitivo – conductual complementa la teoría conductista, ya que integra el 
aspecto cognitivo y la conducta. En este enfoque se consideran los eventos internos 
como pensamientos, sentimientos, recuerdos o sensaciones. 
 
 Los antecedentes de esta teoría se basan en el enfoque conductista, que se 
caracteriza por lo siguientes principios (Kendall, 1988): 
 
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1. Se centra en los procesos conductuales o procesos más cercanos a la conducta 
manifiesta. 
2. Pone énfasis en el aquí y el ahora. 
3. Observa que las conductas inadaptativas y adaptativas se adquieren a través del 
aprendizaje, de igual manera que cualquier otra conducta. Generalmente se 
acude a tres modelos básicos: Condicionamiento Clásico, Condicionamiento 
Operante, Aprendizaje por Imitación o Modelamiento. 
4. Se establecen objetivos terapéuticos específicos que se observan en términos de 
cambios conductuales o en cambios en las emociones. 
5. Rechaza los enfoques tradicionales de los rasgos sobre el funcionamiento 
humano. 
 
Por otro lado la psicología cognitiva se deriva de conceptualizaciones que se 
encuentran en los conocimientos o pensamientos de la persona como una de las 
fuentes principales de trastornos psicológicos, siendo sus principales representantes 
Ellis y Beck (Kendall, 1988). 
 
Ellis plantea la Terapia Racional Emotiva (TRE), la cual, tiene como principio 
ayudar a los clientes a percatarse de sus creencias contraproducentes y a sustituirlas 
con afirmaciones más auto estimulantes. Ellis propone la hipótesis de que las personas 
aprenden a hablar a sí mismas con el fin de hacer frente a la tensión, y que, si estas 
afirmaciones son “irracionales”, causan más problemas que los que resuelven. De 
acuerdo con este sistema la manera en que la persona interpreta el medio es la que 
produce trastorno psicológico o bienestar. En la TRE se considera el modelo A – B – C 
– D – E en donde A hace referencia a los eventos activadores del disturbio emocional; 
C habla de las consecuencias emocionales y conductuales y B de las percepciones y 
pensamientos respecto al evento activador donde se incluyen las creencias irracionales 
o distorsionadas. El punto D consiste en disputar las creencias irracionales, lo que 
permitirá adquirir un efecto cognitivo nuevo, considerado como el punto E. 
 
 CAPÍTULO I: PERSPECTIVAS TEÓRICAS 
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La TRE utiliza dos modos principales de debatir las ideas irracionales de las 
personas a través del debate filosófico, el cual (Ellis, 1990): 
1. Muestra a la gente cómo sus creencias son antiempíricas y les ofrece evidencia 
sobre su invalidez. 
2. Revela y debate sus deberías y tienes que absolutistas. 
 
Por su parte Beck sienta la hipótesis de que los trastornos psicológicos, son el 
resultado de la manera en que las personas han llegado a pensar de sí mismas. Es 
decir, se supone que hay pensamientos contraproducentes típicos, o distorsiones 
cognitivas, que caracterizan a las personas y que pueden ser corregidos o sustituidos 
con pensamientos positivos apegados a la realidad. 
 
Para Beck hay tres niveles de cognición (Meinchenbaum, 1988): 
 
o Los eventos cognitivos: Son la corriente de pensamientos e imágenes que se 
tienen, pero que con frecuencia no se les presta atención. Debido a que estos 
pensamientos emergen automáticamente, son extremadamente rápidos, así, 
Beck los denomina “pensamientos automáticos”. Tales pensamientos son vagos, 
deformes y generados sin que la persona los inicie voluntariamente. Dichos 
pensamientos están asociados son una diversidad de emociones e influyen en la 
conducta, los cuales, pueden centrarse en: 1) el desempeño, la posición, las 
metas y las necesidades de la persona; 2) cómo podrían evaluarla otras 
personas y 3) qué depara el futuro. Beck se refiere a estas preocupaciones 
acerca del sí mismo, los otros y el futuro, como la tríada cognitiva. 
 
o Procesos cognitivos: Se refiere al “cómo” pensamos, a los procesos 
automáticos del sistema cognitivo. El procesamiento de la información incluye 
mecanismos de búsqueda y almacenamiento y procesos de inferencia y 
recuperación. En la mayor parte de las situaciones no prestamos atención a la 
forma en que procesamos la información, decidimos si una situación es 
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amenazante para nuestra persona o recuperamos la información y recordamos 
hechos. 
 
Los procesos cognitivos más destacados son: 
 
 Inferencia arbitraria. Proceso que se sigue para llegar a una conclusión sin que 
exista una evidencia que le apoye o bien que se contraria a la conclusión. 
 
 Abstracción selectiva. Se centra en un detalle extraído de un contexto no 
tomado en cuenta otras características más importantes de la situación. 
 
 Sobregeneralización. Es el hecho de construir una regla general a partir de 
hechos aislados y de aplicar el concepto a todas las situaciones. 
 
 Magnificar o minimizar. Son errores cometidos al evaluar el significado o 
magnitud de un acontecimiento. 
 
 Personalización. Tendencia de atribuirse a sí mismo fenómenos externos sin 
ninguna base para hacerlo. 
 
 Razonamiento dicotómico. Hace referencia a la tendencia a clasificar las 
experiencias según una o dos categorías opuestas (bueno – malo, blanco – 
negro). 
 
 Sesgo confirmatorio. Se refiere a la tendencia a atender selectivamente a – y 
en ciertas ocasiones incluso a crear - los eventos que confirmen las creencias 
iniciales. Cada uno tiende a buscar la información que confirma sus hipótesis y a 
evitar datos disonantes. 
 
o Estructuras cognitivas. Se refiere a los esquemas o modelos internos sobre 
uno mismo y el mundo utilizado por los individuos para percibir, codificar y 
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recuperar información canalizando el proceso de pensamiento. Se desarrollan a 
través de la experiencia y son adaptativas porque facilitan el procesamiento de la 
información. Permiteincorporar la nueva información con la antigua, facilitando el 
reconocerla y recuperarla cuando sea necesaria. 
 
Es en la década de los 70´s cuando aparecen las teorías y métodos cognitivos-
conductuales, en donde el interés principal surge en lo que las personas dicen o 
piensan de sí mismos y cómo esto influye en sus sentimientos y conductas. Siendo así, 
los principios sobre los cuales se basan: 1) el organismo humano responde a las 
representaciones cognoscitivas del medio, no al medio propiamente dicho, 2) estas 
representaciones cognoscitivas están relacionadas con el proceso de aprendizaje, 3) la 
mayor parte del aprendizaje humano se comunica cognoscitivamente y, 4) los 
pensamientos, los sentimientos y las conductas son casualmente interactivos 
(Mahoney, 1977: en Kendall, 1988). 
 
 Con base en lo anterior se puede decir que el que una persona desarrolle una 
conducta codependiente a la violencia se debe a la adquisición distorsionada de 
percepciones, expectativas y atribuciones que hace de la realidad desarrollando 
conductas dependientes puesto que la persona no responde al mundo real, sino, al 
mundo percibido. Así el que cada miembro de la pareja valore y estime la conducta del 
otro puede venir matizada por hábitos erróneos ya adquirido por uno o por ambos 
miembros. Estos hábitos determinan la apreciación que cualquier individuo hace de su 
vida, de su relación y del comportamiento de su pareja y, por lo tanto, el grado de 
satisfacción que estos deparan y el grado de exigencias y concesiones que pueden 
hacer del otro. 
 
 Habiendo revisado las diferentes posturas teóricas, cabe mencionar, que la 
postura sobre la cual se basara este proyecto es la cognitivo-conductual, ya que se 
considera reúne dos aspectos fundamentales que explican el comportamiento humano, 
dado que los procesos cognitivos influyen decididamente en la conducta observable de 
la persona. 
 CAPÍTULO I: PERSPECTIVAS TEÓRICAS 
PATRICIA SALAZAR RAMOS RUTH MIGUEL ALVARADO 
Universidad Nacional Autónoma de México 19 Facultad de Estudios Superiores Iztacala 
 
 Sin embargo, para tener una visión más clara de la relación de la codependencia 
a la violencia, es importante abordar el tema de la violencia que se expone en el 
siguiente capitulo. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
CAPÍTULO II 
 
IIOOLLEENNCCIIAA 
 “El poder, en el sentido de dominar a los otros, 
es la perversión de la potencia creadora.” 
 
Erich Fromm 
 
a conducta violenta constituye uno de los problemas más importantes a los que 
se enfrenta la sociedad, ya que frecuentemente nos encontramos relacionados 
con víctimas y agresores llegándolos a considerar como parte de un hecho 
común. 
 
 En los últimos años se le ha dado mayor importancia a la violencia intrafamiliar, 
considerándose como el uso de la fuerza para controlar la relación, y habitualmente se 
ejerce desde los más fuertes hacia los más débiles. Por ello, la violencia es entendida 
como emergente de las relaciones de poder dentro de una familia, pudiéndose 
L 
 CAPÍTULO. II: VIOLENCIA 
PATRICIA SALAZAR RAMOS RUTH MIGUEL ALVARADO 
Universidad Nacional Autónoma de México 21 Facultad de Estudios Superiores Iztacala 
presentar en cualquier miembro de ella, el cual puede ser agente o víctima de la 
violencia. Siendo así la violencia intrafamiliar se refiere a las distintas formas de relación 
abusiva que caracterizan de modo permanente o cíclico al vinculo intrafamiliar, no 
obstante, no es un fenómeno exclusivo de parejas establecidas sino también esta 
presente en parejas no formales como en el noviazgo, aunque en este tipo de relación 
no es reconocida como tal, ya que presenta algunas particularidades notables puesto 
que las agresiones durante esta etapa no se mencionan en casi ningún país (Corsi, 
1994; Saldivar y Ramos, 2003). 
 
Así mismo la violencia durante el noviazgo, comienza aproximadamente a los 15 
años de edad y hasta antes del matrimonio, los adolescentes comienzan a aprender y 
ensayar nuevas formas de comportamiento, para adoptarlas en su vida futura. Las 
conductas violentas en las relaciones de pareja no formales no son percibidas como 
tales ni por las víctimas ni por los agresores, pues generalmente se confunden el 
maltrato y las ofensas con amor e interés por parte de la pareja. La violencia en el 
noviazgo en la mayoría de las ocasiones llega a violencia en la familia en etapas 
posteriores si la pareja decide vivir junta. 
 
 Antes de abordar el tema de la violencia en el noviazgo se considera importante 
plantearnos diferentes definiciones acerca de la violencia para comprender mejor el 
tema. 
 
 Torres (2001), señala que la violencia es un comportamiento, bien sea un acto o 
una omisión, cuyo propósito es ocasionar un daño o lesionar a otra persona, y en el que 
la acción transgreda el derecho de otro individuo. 
 
 Para Corsi (1994), la raíz etimológica del término violencia remite al término de 
“fuerza”. El sustantivo “violencia” se corresponde a verbos tales como ”violentar”, 
“violar”,”forzar”. Por ello la violencia implica siempre el uso de la fuerza, es decir, es una 
forma de ejercicio del poder mediante el empleo de la fuerza, ya sea física, psicológica, 
 CAPÍTULO. II: VIOLENCIA 
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económica, e implica la existencia de un arriba y un abajo, reales o simbólicos, que 
aceptan habitualmente la forma de roles complementarios y de poder. 
 
 Por lo tanto, la violencia es el acto de hacer daño intencional, ya sea simbólico, 
verbal, físico, psicológico, emocional o sexual; basada en que el agresor tiene poder y 
fuerza para suprimir a las personas débiles, donde se necesita de dos personas, una 
que agreda y otra que la acepte (Roldan, 2001). 
 
 Por otro lado es necesario definir y explicar que es una conducta violenta, y al 
respecto Corsi (1994), plantea que el ser humano no reacciona frente a los estímulos, 
sino frente a la interpretación que hace de ellos, es decir, la persona construye 
permanentemente su realidad, adjudicándole significados, en función de los cuales se 
estructuran sus conductas. Por lo tanto, una persona agresiva es aquella que tiende a 
percibir los datos de la realidad, provocadores o amenazantes y frente a tal 
construcción cognitiva, reacciona con conductas de ataque y defensa. Haciendo uso de 
la fuerza como un método posible para la resolución de conflictos interpersonales, como 
un intento de doblegar la voluntad del otro, de anularlo, precisamente en su calidad de 
otro. La violencia implica una búsqueda de eliminar los obstáculos que se oponen al 
propio ejercicio del poder, mediante el control de la relación obtenida a través del uso 
de la fuerza. 
 
 Por lo tanto, la violencia puede clasificarse en física, psicológica, sexual o 
económica, y no solo se presentan de forma aislada sino que pueden presentarse 
simultáneamente a lo que Barragán, De la Cruz, Doblaz, Padrón, Navarro y Álvarez 
(2001) han desarrollado algunas definiciones las cuales, se presentan a continuación. 
 
 -La violencia física es una de las manifestaciones más visibles porque el daño 
producido se marca en el cuerpo de la víctima, están incluidos golpes de cualquier tipo, 
heridas, mutilaciones y aún homicidios. Los medios empleados, implican el 
sometimiento corporal, ya sea porque el agresor utilice armas de fuego o punzo 
 CAPÍTULO. II: VIOLENCIA 
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cortantes, así como otro tipo de objetos o su propio cuerpo. Este tipo de violencia es el 
que más se reconoce por dejar huella en la víctima (Torres, 2001). 
 
 -La violencia psicológica, consiste en atentados contra la autoestima, en donde el 
agresor ridiculiza, ignora, no presta atención a lo que se le dice, se ríe de las opiniones 
o iniciativas, hace comparaciones con otras personas, realiza correcciones en público. 
Cabe destacar que estas conductas no aparecen en un primer momento como 
violentas, pero igualmente ejercen un efecto devastador sobre la víctima, provocando 
un progresivo debilitamiento de sus defensas psicológicas (Corsi, 1994). 
 
 -La violencia sexual, tiene diversas manifestaciones, la más evidente es la 
violación que consiste en la introducción del pené (o cualquier objeto) en el cuerpo de la 
víctima (sea ano, vagina o boca) mediante el uso de la fuerza física o moral. En esta 
categoría también se incluyen los tocamientos en el cuerpo de la víctima, así como el 
hecho de obligarla a tocar el cuerpo del agresor y el generalizar prácticas sexuales que 
no desea, burlarse de su sexualidad y acosarla (Torres, 2001). 
 
 -La violencia económica se refiere a la disposición efectiva y al manejo de 
recursos materiales (dinero, bienes, valores), sean propios o ajenos, de tal forma que 
los derechos de otras personas sean trasgredidos. Un acto de violencia económica es 
robar o destruir un objeto en tanto que una omisión puede consistir en la privación de 
los medios para satisfacer las necesidades básicas como la alimentación, el vestido, 
recreación, vivienda, educación y salud (Torres, op cit). 
 
 Lo expuesto hasta ahora permite puntualizar que la violencia tiene diversas 
manifestaciones, mostrando la trasgresión en la integridad de la persona. Debido a que 
el individuo no responde al mundo real, sino, al mundo percibido por medio de procesos 
mediacionales (expectativas, procesos atencionales y perceptivos, valoración en 
función de la previa experiencia, etc.) que matizan e incluso distorsionan el entorno y la 
relación. 
 
 CAPÍTULO. II: VIOLENCIA 
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 Además como ya se mencionó la violencia no es un fenómeno exclusivo de 
parejas formales, ya que en toda relación de pareja debieran de establecerse 
condiciones que permitan que cada miembro sienta agrado por lo que recibe y lo que da 
en ella, pero en ocasiones ese dar y recibir no es reciproco y genera tensión en la 
relación, convirtiéndola poco a poco en destructiva, en la cual se pueden manifestar 
factores como violencia, dependencia, codependencia, depresión, suicidio o hasta 
homicidio; y esto desde el noviazgo. 
 
 Por ello, la violencia en el contexto de relaciones de cortejo o noviazgo pueden 
ocurrir en cualquier momento desde la primera salida juntos hasta transcurridos meses 
o años de relación. En esta etapa, las conductas violentas no se consideran como tales 
por la victima, ni por quienes ejercen la violencia, llegándose a tolerar en muchas 
ocasiones todo tipo de agresiones, debido a la idealización del amor romántico que todo 
lo supera y todo lo perdona (Saldivar y Ramos, 2003). 
 
 A continuación se hablará sobre como se va generando y desarrollando la 
violencia al interior de la relación. 
 
2.1 Ciclo de la Violencia 
 
Para poder comprender la dinámica de la violencia es necesario considerar su carácter 
cíclico y su intensidad creciente, puesto que la violencia no se genera de forma 
espontánea, sucede cuando la pareja o alguno de los miembros acumula tensión, enojo 
o frustraciones, poco a poco se convierte en un estilo de vida, las personas se 
acostumbran a ella y la viven como si fuera natural, sin darse cuenta que aumenta de 
forma gradual. Corsi, (1994); Trejo, (2003) y Echeberrúa, (1994) explican el ciclo de la 
violencia, el cual puede comenzar desde el noviazgo: 
 
 
 
 CAPÍTULO. II: VIOLENCIA 
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Primer Fase “Acumulación de Tensión” 
 
 En esta se produce una sucesión de pequeños episodios que lleva a roces 
permanentes entre los miembros de la pareja con un incremento constante de ansiedad 
y hostilidad. También se caracteriza por cambios repentinos en el ánimo del agresor, 
quien comienza a reaccionar negativamente ante lo que él siente como frustración de 
sus deseos. 
 
 Comienzan las agresiones sutiles de tipo psicológico, burlas y ridiculizaciones 
disfrazadas de chistes, críticas, desprecio por ciertas cualidades intelectuales o físicas; 
no pareciendo conductas violentas, pero van teniendo un efecto devastador en la 
víctima. En estos primeros incidentes la víctima intenta calmar a su agresor, 
poniéndose cariñosa(o) y comprensiva(o), sin darse cuenta que con esa actitud acaba 
de legitimar la violencia y demuestra que si la maltratan responde con bondad y 
complacencia. La víctima no cree que deban de pegarle pero si que le corresponde 
hacer todo los esfuerzos posibles para evitar que ocurra de nuevo. Si se repite se siente 
culpable y en lugar de enojarse niega la injusticia del ataque y sus propios sentimientos, 
otorgándole razón a su agresor y considerando que no debe provocarlo. 
 
 En esta primera fase la tensión aumenta y cada momento es más difícil 
manejarlo, puesto que los pequeños incidentes violentos se van manifestando de forma 
más frecuente y en algún punto hacia el final de esta fase es ya imposible controlar el 
proceso en marcha, al alcanzar este punto, la pareja entra en la segunda fase. 
 
Segunda fase “Descarga de Tensión” 
 
 Toda la tensión que se había venido acumulando, da lugar a una explosión de la 
violencia, que puede variar en gravedad desde un empujón hasta el homicidio. 
 
 
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 Esta etapa se caracteriza por la fuerza destructiva de los ataques, ya que algún 
miembro de la pareja cuando agrede a otro, considera que le esta dando una lección, 
después de haber lastimado trata de justificar lo que paso, culpa al cansancio o al 
haber sido provocado, pero no comprende por que no se controlo, mientras que la parte 
dañada siente miedo ante la situación. Cuando pasa el ataque agudo le sigue un 
periodo de shock, negación del hecho, tanto del agresor como de la víctima, buscando 
la forma de justificar la seriedad del ataque. 
 
 El esfuerzo mancomunado por negar, racionalizar y borrar todo, los aproxima a 
restaurar la dependencia mutua dando lugar a la tercera fase. 
 
Tercera fase “Luna de Miel” 
 
 Esta se distingue por la actitud de arrepentimiento del agresor que se da cuenta 
que ha ido demasiado lejos y trata de reparar el daño causado. Esta es una fase de 
bienvenida por ambas partes de la pareja, pero irónicamente es el momento en que la 
victimización se completa. El agresor pide perdón y promete no volver a ser violento. La 
víctima a menudo perdona porque quiere creer que nunca más ocurrirá un episodio 
parecido, aunque en el fondo teme que volverá a ocurrir. Esta fase se va diluyendo 
gradualmente

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