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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO FACULTAD DE PSICOLOGÍA E S T U D I O D E L O S P AT R O N E S C O N D U C T U AL E S D E N I Ñ O S V Í C T I M AS D E AG R E S I Ó N E J E R C I D A P O R S U S P AR E S T E S I S Q U E P A R A O B T E N E R E L T Í T U L O D E : L I C E N C I A D A E N P S I C O L O G Í A P R E S E N T A : A L E J A N D R A C R U Z C R U Z A S E S O R E S DIRECTOR DE TESIS: DR. CARLOS SANTOYO VELASCO REVISOR: DR. JULIO ESPINOSA RODRÍGUEZ COMITÉ: DRA. SYLVIA ROJAS RAMÍREZ DRA. SUSANA ORTEGA PIERRES DRA. SILVIA MORALES CHAINÉ MÉXICO, D. F. 2007 UNAM – Dirección General de Bibliotecas Tesis Digitales Restricciones de uso DERECHOS RESERVADOS © PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL Todo el material contenido en esta tesis esta protegido por la Ley Federal del Derecho de Autor (LFDA) de los Estados Unidos Mexicanos (México). El uso de imágenes, fragmentos de videos, y demás material que sea objeto de protección de los derechos de autor, será exclusivamente para fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el respectivo titular de los Derechos de Autor. Estudio de los patrones conductuales de niños víctimas de agresión ejercida por sus pares - 2 - A todos los que con su apoyo han hecho posible este trabajo Estudio de los patrones conductuales de niños víctimas de agresión ejercida por sus pares - 3 - AGRADECIMIENTOS A LA UNIVERSA LA UNIVERSA LA UNIVERSA LA UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOIDAD NACIONAL AUTÓNOIDAD NACIONAL AUTÓNOIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICOMA DE MÉXICOMA DE MÉXICOMA DE MÉXICO Por permitirme formar parte de la comunidad académica y de investigación de la máxima casa de estudios, por dotarme de habilidades profesionales y personales que me permitirán crecer no sólo en el campo laboral sino también en el individual. A LA FACULTAD DE PSICOLOGÍA A LA FACULTAD DE PSICOLOGÍA A LA FACULTAD DE PSICOLOGÍA A LA FACULTAD DE PSICOLOGÍA Por ofrecerme la posibilidad de adquirir los conocimientos necesarios a fin de convertirme en una psicóloga competente, por permitirme estar en contacto con personas que han facilitado mi crecimiento profesional y personal, por darme cinco años de maravillosas aventuras llenas de éxitos, pero también de fracasos. A MIS PADRESA MIS PADRESA MIS PADRESA MIS PADRES Carlos Cruz Gaspar y Matea Cruz Guzmán por brindarme todo su apoyo, compañía y comprensión durante la realización de mis estudios, por inculcarme en todo momento que el mejor camino hacia el éxito es la perseverancia y la superación personal, y por impulsarme en la realización de todos mis proyectos. Gracias por ser mis padres. A MIS HERMANOSA MIS HERMANOSA MIS HERMANOSA MIS HERMANOS Patricia Cruz Cruz y Juan Carlos Cruz Cruz por escuchar, comprender y compartir mis angustias, mis temores, mis alegrías y mis éxitos, por dejarme formar parte de sus vidas, por estar siempre a mi lado, sé que en ustedes siempre tendré a mis dos mejores amigos. Sin su apoyo, cariño y comprensión mi vida no sería la misma. Estudio de los patrones conductuales de niños víctimas de agresión ejercida por sus pares - 4 - A MI DIRECTOR DE TESISA MI DIRECTOR DE TESISA MI DIRECTOR DE TESISA MI DIRECTOR DE TESIS Dr. Carlos Santoyo Velasco por brindarme confianza, apoyo, entusiasmo, paciencia y comprensión durante este proceso. Le agradezco el tiempo y el esfuerzo dedicado en la realización de este trabajo. Pero sobretodo, me gustaría darle un reconocimiento por mostrarme el camino de la investigación como la vía más eficaz de fortalecer a la Psicología. Le debo tanto, de todo corazón mil gracias. A MIS SINODALESA MIS SINODALESA MIS SINODALESA MIS SINODALES A la Dra. Sylvia Rojas Ramírez, al Dr. Julio Espinosa Rodríguez, a la Dra. Susana Ortega Pierres y a la Dra. Silvia Morales Chainé, a todos mil gracias por sus valiosos y acertados comentarios acerca de mi trabajo. Les aseguro que lo enriquecieron enormemente. A LIGIA COLMENARES VÁZQUEZ YA LIGIA COLMENARES VÁZQUEZ YA LIGIA COLMENARES VÁZQUEZ YA LIGIA COLMENARES VÁZQUEZ Y NORMA FIGUEROA NORMA FIGUEROA NORMA FIGUEROA NORMA FIGUEROA BERNAL BERNAL BERNAL BERNAL Por el tiempo y apoyo incondicional que me brindaron al compartir conmigo sus conocimientos y recomendaciones, los cuales se ven reflejados tanto en este trabajo como en mi crecimiento personal. A MIS COMPAÑERAS DE LABORATORIOA MIS COMPAÑERAS DE LABORATORIOA MIS COMPAÑERAS DE LABORATORIOA MIS COMPAÑERAS DE LABORATORIO Daniela Castro, Melina Chávez, Tania Gordillo y Faribia López por dejarme ser parte de sus alegrías, angustias, temores y nerviosismos. Que bueno que existen chicas como ustedes, capaces de irradiar alegría hasta en los peores momentos de la vida. Les agradezco su compañía y entusiasmo. No sé el número de personas en las que se puede confiar, sólo sé que ustedes forman parte de ese grupo. A TODAS LAS PERSONAS QUE DE UNA U OTRA FORMA CONTRIBUYERON A TODAS LAS PERSONAS QUE DE UNA U OTRA FORMA CONTRIBUYERON A TODAS LAS PERSONAS QUE DE UNA U OTRA FORMA CONTRIBUYERON A TODAS LAS PERSONAS QUE DE UNA U OTRA FORMA CONTRIBUYERON DURANTE EL PROCESO DE RECOLECCIÓN DE LOS DATOS DURANTE EL PROCESO DE RECOLECCIÓN DE LOS DATOS DURANTE EL PROCESO DE RECOLECCIÓN DE LOS DATOS DURANTE EL PROCESO DE RECOLECCIÓN DE LOS DATOS OBSERVACIOOBSERVACIOOBSERVACIOOBSERVACIONALESNALESNALESNALES De todo corazón gracias, sin ustedes este trabajo difícilmente habría llegado a su culminación de manera exitosa. Estudio de los patrones conductuales de niños víctimas de agresión ejercida por sus pares - 4 - ÍNDICE Resumen………………………………………………………………………………..- 5 - 1. INTRODUCCIÓN……………………………………………………………………- 6 - 1.1 Comportamiento social………………………………………………………...- 7 - 1.2 Enfoque de interacción social…………………………………………………- 9 - 1.3 Perspectiva de síntesis del desarrollo……………………………………...- 13 - 1.4 Agresión entre pares………………………………………………………….- 16 - 1.5 Victimización o maltrato entre pares………………………………………...- 17 - 1.6 Estudio longitudinal de la victimización entre pares……………………….- 23 - 2. MÉTODO…………………………………………………………………………...- 28 - 2.1 Participantes……………………………………………………………………- 28 - 2.2 Escenario……………………………………………………………………….- 30 - 2.3 Instrumentos……………………………………………………………………- 30 - 2.4 Procedimiento………………………………………………………………….- 35 - 3. RESULTADOS…………………………………………………………………….- 39 - 3.1 Análisis transversal……………………………………………………………- 39 - 3.2 Análisis longitudinal……………………………………………………………- 72 - 4. DISCUSIÓN....................................................................................................- 86 - 5. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS…………………………………………….- 93 - 6. ANEXOS……..……………………..…………………………………………….- 101 - 6.1 Anexo 1………………………………………………………………………..- 102 - 6.2 Anexo 2………………………………………………………………………..- 106 - 6.3 Anexo 3………………………………………………………………………..- 108 - Estudio de los patrones conductuales de niños víctimas de agresión ejercida por sus pares - 5 - RESUMEN 1 Se analizaron transversal y longitudinalmente las diferencias en las características del patrón conductual de los niños víctimas de agresión (NV) en comparación a los niños controles acoplados (NC) de primer, segundo y tercer grado escolar. A partir de la muestra total del Estudio Longitudinal de Coyoacán se identificarona 15 NV y 15 NC, para el análisis transversal; sin embargo, solamente 8 niños, de cada submuestra, permanecieron como sujetos focales u observados durante los tres cortes anuales de medición. Para la selección de ambas submuestras se analizó la categoría de episodio de inicio de recepción negativa (eirn) obtenida mediante el Sistema de Observación Conductual de las Interacciones Sociales (SOC-IS) (Santoyo, Espinosa y Bachá, 1996), con el que cada niño fue observado seis sesiones de 15 minutos en el aula y cinco sesiones de 10 minutos en la zona de juego. Posteriormente se aplicó el Inventario de Competencia Interpersonal (ICI) (Cairns y Cairns, 1988, adaptado por Santoyo y Espinosa, 1992), y finalmente se entrevistó a cada uno de los participantes. Los resultados indican que los hombres, en comparación a las mujeres, son identificados en mayor frecuencia como víctimas de agresión. En general, los niños víctimas emplean menos tiempo en interacción social positiva, tienen menores puntajes en la evaluación de la profesora acerca de su competencia social (factor popularidad); sin embargo, no difieren de los niños controles en cuanto a su autodescripción. A pesar de que el curso de la victimización disminuye a través del tiempo también existen diferencias individuales. Los índices funcionales obtenidos a partir del intercambio social son un factor importante para explicar la trayectoria del fenómeno de victimización. Los datos obtenidos representan la detección temprana de los NV en edad escolar como el primer paso para la creación de programas preventivos o de intervención oportuna ante este problema. 1 La autora agradece el apoyo proporcionado por CONACYT a través de la beca asignada dentro del proyecto 40242-H “Plasticidad y desarrollo de patrones de interacción de niños preescolares y escolares”. Estudio de los patrones conductuales de niños víctimas de agresión ejercida por sus pares - 6 - 1. INTRODUCCIÓN Desde su origen, el ser humano ha guiado su curiosidad e inteligencia para encontrar explicaciones a cada uno de los fenómenos que han sido su objeto de estudio, consiguiendo así demostrar y comprobar algunas de sus ideas a través de la investigación científica, misma que basa la rigurosidad de su metodología en la aplicación del método científico al análisis de fenómenos particulares. Uno de los principales objetos de estudio ha sido el análisis del comportamiento humano en general, y el social en particular. Como parte de este último tipo de comportamiento, se encuentra otro, que actualmente ha cobrado mayor importancia: la agresión. Sin embargo, estudiar el comportamiento agresivo de forma general sería casi una tarea imposible, ya que puede ser abordado desde diferentes enfoques y en diferentes escenarios, por lo que en el presente trabajo se propone delimitar su análisis al fenómeno de agresión que se da entre compañeros de grupo o pares inmersos en un contexto escolar. Las situaciones de agresión entre escolares se hacen día con día más relevantes, tanto a nivel nacional como internacional. En México, según el II Conteo de Población y Vivienda del 2005, de los 12.7 millones de niñas y niños entre 6 y 11 años de edad, el 1.2 millones no asistían a la escuela debido a diversas causas, entre ellas, la violencia en las escuelas. Según la Consulta Infantil y Juvenil del 2003, 16% de los niños de entre 6 y 9 años dijeron que son tratados con violencia en sus escuelas (Linton, 2007). Por otra parte, en el mes de septiembre del año 2004 dos acontecimientos internacionales captaron la atención de las autoridades escolares, de las familias y de la comunidad educativa. Por un lado, en el País Vasco (España), un joven de 14 años se arrojó desde la muralla de Hondarribia (Guipúzcoa) después de sufrir durante meses el acoso de un grupo de compañeros de clase, mientras que en la ciudad de Bucaramanga (Colombia), un chico de 17 años moría a manos de su compañero en presencia del director de la escuela. Aunque no se tiene suficiente evidencia de que los distintos casos de agresión sean de la misma naturaleza, Estudio de los patrones conductuales de niños víctimas de agresión ejercida por sus pares - 7 - cada uno de ellos cuestiona acerca de las relaciones de agresión que se dan en el contexto escolar. Por estas y otras razones, explicadas más adelante, en el presente trabajo se expone el análisis de los características conductuales de los niños denominados víctimas de agresión ejercida por parte de sus compañeros de escuela. Estudio de los patrones conductuales de niños víctimas de agresión ejercida por sus pares - 7 - 1. Introducción 1.1 Comportamiento Social La conducta social puede estudiarse bajo la perspectiva del análisis experimental de la conducta, en la cual se asume que ésta es básicamente una conducta operante, es decir, que se puede generar o mantener manipulando las relaciones entre conductas, condiciones ambientales y consecuencias particulares. Para explicar la conducta social es necesario referirse a los factores vinculados a tres áreas: origen, mantenimiento y organización de la conducta social (Santoyo y López, 1990). En cuanto al surgimiento de la conducta social ésta puede enmarcarse en la historia del individuo y en algunos de los elementos iniciados antes del nacimiento, algunos autores (Bijou y Baer, 1969) argumentan que el desarrollo de la conducta social representa una secuencia de eventos en función de la interacción entre el individuo, sus características biológicas y su medio ambiente. Con respecto al establecimiento de la conducta social pueden citarse como ejemplo la adquisición de las respuestas agresivas a través de algunos mecanismos o procesos que determinan el comportamiento social del individuo, tales como la experiencia directa o la observación de otros (Bandura, 1983). Un aspecto relevante en este trabajo es la organización del comportamiento social, que si bien anteriormente era estudiada como un fenómeno independiente, en la actualidad puede estudiarse a partir de las relaciones que existen entre las diferentes actividades, interacciones y/o circunstancias del medio que posiblemente manifestarán una estructura u organización particular. La importancia del estudio de la organización del comportamiento social, es fundamental para tener entendimiento amplio de los mecanismos básicos de regulación de determinado fenómeno social, así como para el análisis de las consecuencias potenciales sobre las áreas del funcionamiento humano. No sólo es significativo el análisis de tales mecanismos, sino que, dado que se ha demostrado que estos intercambios exhiben un amplio grado de plasticidad, su estudio nos permitirá explicar la configuración de patrones y trayectorias de Estudio de los patrones conductuales de niños víctimas de agresión ejercida por sus pares - 8 - desarrollo social a lo largo del ciclo de vida del individuo (Cairns, 1979; Cairns, Elder y Costello, 1996). De manera general, existen dos niveles de organización de la conducta social: organización secuencial y organización a nivel jerárquico. Algunos autores (Cairns, 1979; Patterson, 1974, 1979, 1982) han desarrollado el estudio de las secuencias de interacción que ocurren en las relaciones sociales, ejemplificando el estudio de la conducta social a nivel de organización secuencial. En primer lugar, se considera que un modelo de interacción social se constituye por el tipo de intercambio o vínculo social en que se involucra el sujeto, por los eventos que permiten el inicio de éste y por los que lo terminan o interrumpen (Holmberg, 1980; citado en Santoyo y López, 1990). Dadas estas condiciones, la primer tarea es identificar los elementos que conforman un patrón conductual dado, laconexión entre estos elementos y, finalmente, la relación que guarda un patrón particular con otros, tanto de naturaleza social como no social, en el contexto en que ocurren esas interacciones y en función de adaptar al sujeto con su medio ambiente. Otro nivel de organización es el jerárquico, esto es, si se considera un periodo de tiempo particular, lo esencial es el orden en que el individuo hace diferentes actividades. Se parte del supuesto de que al analizar el comportamiento en un medio social particular (por ejemplo en el salón de clase o en la zona de juego de una escuela) se pueden especificar diversas categorías de comportamiento que allí ocurren, además si se considera que el tiempo dedicado a cada una de las actividades refleja el valor que cada una tiene, así los diversos tiempos asignados a cada categoría daría como resultado una jerarquía de valores dadas las condiciones en que se manifiesta la conducta. Es relevante mencionar que el tiempo dedicado a una actividad refleja las condiciones vigentes pero no necesariamente es el mismo que se dedicaría bajo otras circunstancias (Santoyo y López, 1990). 1.2 Enfoque de Interacción Social Estudio de los patrones conductuales de niños víctimas de agresión ejercida por sus pares - 9 - Un tipo especial de organización de la conducta social es la interacción social, la cual es definida como un proceso de retroalimentación en donde los actos de cada individuo contribuyen en la dirección y control de los actos de otro u otros (Cairns, 1979; Santoyo y López, 1990; Espinosa, 1995). Dicha orientación propone que para el análisis del comportamiento social es de central importancia estudiar la influencia y control mutuo que los individuos ejercen en las interacciones sociales, así como estudiar el medio donde éstas ocurren. Las suposiciones de las que parte este enfoque son: a) los individuos están relacionados por vínculos o redes de relaciones, b) las interacciones sociales tienden al orden, c) los sujetos son activos en sus intercambios sociales, d) existe control mutuo o influencia bidireccional entre los miembros involucrados en una interacción, e) el individuo logra influir en su propio desarrollo al impactar sobre el ambiente social con su conducta, f) las interacciones sociales no se dan en un vacío, sino en un contexto que las regula, g) las interacciones sociales son cambiantes a través del ciclo de vida, h) una interacción social posee propiedades que no poseen cada uno de los miembros que la componen (Cairns, 1979; Santoyo y Espinosa, 1988; Espinosa, 1995; Santoyo, 1996). Un supuesto importante en el estudio de las interacciones sociales es que éstas se encuentran reguladas por el contexto. Para Cairns (1979) un corolario central en la investigación de la interacción social es que los actos sociales no pueden ser entendidos independientemente del contexto físico y social en el cual están inmersos. La propuesta de un continuo intercambio entre las personas y todo lo que les rodea implica que el contexto ejerce algún tipo de control que determina la configuración de las interacciones sociales que envuelve. De manera general, el contexto se refiere al lugar donde ocurre un suceso, los límites espaciales que lo rodean, el sistema social de redes de interacción, y las normas que regulan las actividades de los integrantes (Santoyo y López, 1990). Frecuentemente, los enfoques contextuales asumen que la actividad humana no se desarrolla en un vacío, sino que existe una variedad de circunstancias que Estudio de los patrones conductuales de niños víctimas de agresión ejercida por sus pares - 10 - rodean a un evento particular determinando la configuración y calidad de las relaciones estudiadas. Existe gran cantidad de literatura sobre enfoques metodológicos para el estudio de las interacciones sociales entre niños. Uno de los métodos que se ha utilizado es la técnica de nominación entre pares, en la cual el sujeto menciona aquellos individuos de su grupo que le agradan más y aquellos quienes no le agradan o agradan menos, o bien se utilizan medidas de evaluación indirectas (por ejemplo las escalas de medición) que intentan medir algunos atributos de la conducta social (como ejemplo el trabajo de Perry, Williard y Perry, 1990). El primer tipo de trabajo tiene el inconveniente de que en algunas ocasiones no se proporciona la lista con todos los nombres de los niños para que cada uno pueda identificar a sus compañeros, y en el segundo, ciertas veces las escalas no cumplen con los criterios de validez y confiabilidad que sustenten las afirmaciones que comúnmente acompañan a estas investigaciones. Las limitaciones de los trabajos mencionados con anterioridad crean la necesidad de abordar el problema desde una perspectiva más amplia y con menos problemas metodológicos. La perspectiva de la interacción social proporciona una serie de estrategias con las cuales se pueden abordar ciertos problemas correspondientes con esta perspectiva, tales como, la agresión entre pares, el maltrato entre iguales, la aceptación social, la popularidad, el aislamiento, entre otros. Para el estudio y el análisis de las interacciones sociales es necesario el empleo de la estrategia denominada Sociometría Conductual (Santoyo, 1994), la cual se deriva de la utilización de la metodología observacional. Esta estrategia se enfoca en los factores microrregulatorios de los intercambios sociales, identifica a cada uno de los agentes sociales implicados en los intercambios muestreados en la situación escolar y en sus diversos escenarios (aula y zona de juego), la dirección y la calidad de los mismos, así como, el lugar y la duración de la situación (Pulido, Fabián y Santoyo, 1998). Estudio de los patrones conductuales de niños víctimas de agresión ejercida por sus pares - 11 - El campo de la sociometría tradicional ha desarrollado técnicas sociométricas o medidas de la atracción interpersonal entre los miembros de un grupo. Concretamente, a través de estas estrategias se identifican conjuntos de vínculos conectados en sociogramas o mapas de grupo. Estos mapas o estructuras representan las preferencias sociales de un grupo específico (Shelley, 1983). La suposición fundamental que subyace a estas estrategias es que los sujetos son capaces de representar los vínculos sociales que establecen, vía nominación. Aunque las estrategias propuestas por la sociometría tradicional se consideran una forma de identificar y representar las preferencias sociales de los integrantes de un grupo, Shelley (1983) mencionó que estas estrategias se han dirigido a la identificación del estatus social de determinados individuos con relación al grupo, esto es, en el ámbito colectivo. Por lo anterior, los mapas de grupo han resultado útiles en el estudio del nivel de aceptación, simpatía y popularidad o rechazo, lo cual supone ser un dato importante en investigaciones de intervención con niños considerados por la literatura como de “riesgo” en su desarrollo social. Santoyo (1994) propone el uso de la sociometría conductual como una estrategia que permite obtener y representar los vínculos o conexiones entre los agentes sociales en escenarios naturales. Consideramos que esta estrategia conductual permite el estudio de cierto tipo de preferencias sociales de los sujetos en grupos escolares a partir del análisis de tres indicadores de elección socioconductual que proveen información sobre la distribución de: el tiempo dedicado a un vínculo social, las emisiones sociales que un sujeto dirige hacia otros agentes sociales, y de las emisiones sociales que otros dirigen a un sujeto (recepciones sociales). Estos indicadores permiten obtener información tanto de las interacciones diádicas como de las formas macro de estructura social. Desde una aproximaciónconductual, las preferencias sociales se definen como la forma en que los individuos distribuyen sus acciones sociales hacia otros estableciendo vínculos (Santoyo y Espinosa, 1988; Paredes y Santoyo, 1998). La definición anterior se deriva de retomar la propuesta de Premack (1971; citado en Glasser, 1971) de considerar la asignación de tiempo a cada una de las actividades que realiza el sujeto, como un indicador del valor relativo asignado a Estudio de los patrones conductuales de niños víctimas de agresión ejercida por sus pares - 12 - éstas; esto es, en el caso de las preferencias sociales el tiempo que un individuo dedica a interactuar con otro se puede considerar como un valor relativo asignado a esta interacción (Espinosa, 1995). Se dice que es un valor relativo porque se establece en función del tiempo dedicado a una serie de opciones sociales disponibles para cada sujeto en un grupo social. Se supone así, que en esta distribución siempre “se asigna” un valor a las diferentes opciones sociales disponibles, de forma que se establece una jerarquía de valores de la cual se configuran las preferencias sociales. Esta jerarquía se establece sobre la base del grado de apoyo a los actos preferidos por un individuo en un momento determinado de su desarrollo (Cairns, 1979). Santoyo y Espinosa (1988) y Santoyo (1994) proponen entonces representar las preferencias sociales de los sujetos en mapas socioconductuales diseñados con base al tiempo relativo dedicado a cada relación social e incorporando, además, otros dos indicadores conductuales de elección social: la emisión y la recepción social. Ambos indicadores proporcionan información sobre la dirección de las interacciones sociales, lo cual permite identificar al individuo de la díada que da inicio a una interacción. Lo anterior representa el primer paso para el estudio de los procesos de control mutuo de las interacciones sociales, entre ellos los de la sincronía (acto en el que la conducta de dos personas se da en un mismo lapso de tiempo) y la reciprocidad (hecho en el que el contenido de la conducta de dos personas está funcionalmente relacionado). Paralelamente a esta estrategia se ha venido creando un amplio catálogo de instrumental metodológico para la investigación de la conducta social bajo esta perspectiva. El ámbito de estudio de la interacción social se ha ubicado principalmente en escenarios naturales. En la mayoría de los trabajos se ha hecho uso de la metodología observacional debido a su flexibilidad para recoger datos en escenarios naturales de manera sistemática, así como por permitir diferentes posibilidades de análisis de datos tanto de patrones como de secuencias conductuales. La metodología observacional es una estrategia de trabajo con características sustantivas que permiten el estudio de las transiciones Estudio de los patrones conductuales de niños víctimas de agresión ejercida por sus pares - 13 - conductuales que ocurren en los escenarios escolares (Santoyo, 1994). El uso de este tipo de metodología en escenarios naturales suele ser muy útil para identificar la dinámica que existe entre las interacciones, por tal motivo resulta relevante definir esa dinámica con base en la configuración de las interacciones en el grupo y el peso relativo de los diferentes agentes sociales dentro del mismo (Santoyo, Espinosa y Maciel, 1996). 1.3 Perspectiva de Síntesis del Desarrollo A la disciplina de la interacción social le concierne el desarrollo de los intercambios entre los individuos. En ésta, se afirma que los fenómenos sociales deben ser estudiados en los contextos interaccionales donde ocurren y bajo una metodología interaccional, tales como, los diseños de intercambio en el desarrollo que requieren de observaciones repetidas y mediciones durante el curso del mismo, permitiendo al investigador determinar el cambio y los procesos implicados en su desarrollo. La investigación actual tiende a considerar una mayor cantidad de variables que se involucran en el desarrollo y regulación de la conducta social; por consiguiente, se plantea la integración de la metodología observacional, la aplicación de inventarios y la realización de entrevistas a los alumnos de las instituciones educativas. Es así como la interacción social puede ser estudiada a partir de la perspectiva teórica de Síntesis del Desarrollo, la cual es definida como una orientación general que permite relacionar conceptos y hallazgos de diferentes áreas del desarrollo y que pone énfasis en el proceso dinámico que surge entre los marcos de tiempo, los niveles de análisis y los contextos (Cairns, Elder y Costello, 1996). Esta perspectiva enfatiza la integración del individuo funcionando a lo largo de su vida. Por lo tanto, el crecimiento social involucra contribuciones bidireccionales de variables biológicas, psicológicas y sociológicas dadas a través del tiempo. De manera específica el desarrollo social se conceptualiza como una interacción e intercambio entre factores intraindividuales y extraindividuales que soportan tanto la adaptación y la estabilidad de uno y otro, así como la contribución de éstos en el desarrollo del individuo (Cairns, 1979). Estudio de los patrones conductuales de niños víctimas de agresión ejercida por sus pares - 14 - Una de las perspectivas contemporáneas más prometedoras para el estudio longitudinal del comportamiento social, lo constituye el enfoque de la Ciencia del Desarrollo, ésta es una orientación general para unir conceptos y hallazgos hasta hoy dispersos en áreas de investigación de desarrollo, además, enfatiza la interacción dinámica de procesos, niveles de análisis y contextos a través del tiempo. El supuesto principal de la perspectiva del desarrollo es que el individuo juega un rol activo en su propio desarrollo, forma parte de un sistema integrado, complejo y dinámico donde interactúan la persona y el medio ambiente a través del tiempo. Por lo tanto, no es posible entender cómo funciona el sistema social si no se tiene el conocimiento del funcionamiento individual; y no es posible entender el funcionamiento del individuo si no se conoce el medio ambiente en donde se está desarrollando (Cairns, Elder y Costello, 1996). Algunos de los principios que permiten establecer la relación entre el marco conceptual propuesto por la perspectiva de síntesis del desarrollo y los métodos específicos requeridos para conducir la investigación en este ámbito serían: a) “El individuo se desarrolla y funciona psicológicamente como un organismo integrado. Las contribuciones de la experiencia, maduración biológica y cultura se fusionan en la ontogenia, lo cual quiere decir que, aún los aspectos más sencillos no se desarrollan y funcionan en aislado, por consecuencia no pueden ser separados de la totalidad en el análisis”. b) “El individuo se desarrolla y funciona en un proceso dinámico, continuo y recíproco de interacción con su medio ambiente, incluyéndose las relaciones con otros individuos, grupos y subcultura”. c) “El funcionamiento individual depende de la organización de las influencias de la interacción recíproca entre subsistemas individuales derivados de sus percepciones cognitivas, emociones, fisiología y filosofía en el transcurso del tiempo”. d) “Patrones nuevos en el funcionamiento del individuo se producen o surgen durante la ontogenia individual”. e) “Las diferencias en los índices de desarrollo pueden producir mayores diferencias en la organización y configuración de las funciones psicológicas. Estudio de los patrones conductuales de niños víctimas de agresión ejercida por sus pares - 15 - El índice de desarrollo individual puede ser acelerado o retrasado en relación con otras características del individuo”. f) “Los patrones de funcionamiento psicológico se desarrollan comosistemas dinámicos sensibles a las condiciones bajo las cuales fueron formados. De tal forma que la emergencia de patrones psicológicos no puede ser considerada de manera aislada, o en términos de una organización jerárquica de sistemas más elementales, ni pueden ser reducidos a simples antecedentes de experiencia o a las más elementales unidades biológicas”. g) “La conservación en el desarrollo está soportada por límites internos y externos, así como por fuerzas derivadas de acciones externas e internas. El resultado es que el funcionamiento social y cognitivo en el desarrollo tiende a ser organizado y estable, a pesar del continuo cambio” (Cairns, Elder y Costello, 1996, pp. 11-20). El desarrollo es un proceso complejo y difícil de explicar, por lo que requiere del establecimiento de métodos multidisciplinarios, propósitos colaborativos y medidas multinivel para poder integrar una perspectiva holística. A partir de este planteamiento se hace necesaria cierta metodología de investigación y análisis que promuevan la integración de las diferentes perspectivas a través de distintos niveles en el tiempo, es decir, se requiere de instrumentos y medidas que permitan la descripción de las personas en su contexto en una unidad de tiempo y espacio determinado, con el fin de ver al individuo integrado e integrando unidades dinámicas y cambiantes en el tiempo. A través de la perspectiva teórica de Síntesis del Desarrollo ha sido factible estudiar el proceso de interacción social; sin embargo, debido a la extensión con la cual se puede utilizar esta perspectiva es necesaria la delimitación de cada uno de sus objetos de estudio, siendo uno de ellos el orientado al análisis de la agresión entre pares. 1.4 Agresión entre pares Estudio de los patrones conductuales de niños víctimas de agresión ejercida por sus pares - 16 - Actualmente el fenómeno de la agresión ha tomado mayor relevancia en todos los niveles sociales, pero especialmente en el ámbito escolar, pues es el lugar donde los niños pasan la mayor cantidad de su tiempo a la edad de 6 a 12 años de edad (Fonseca, 1998). La agresión es una conducta compleja y heterogénea, ya que afecta a toda la sociedad y no sólo a una parte de la misma, por tal motivo surgió el interés para explicar los factores que la originan, mantienen o promueven. Existen varios marcos de referencia (etológica, neurofisiológica, psicoanalítica, aprendizaje social, enfoque conductual) que intentan explicar la conducta agresiva. Uno de los máximos exponentes en la investigación de interacciones conflictivas, dentro del marco conductual, es Patterson (1982), quien trabajó la conducta conflictiva en la interacción madre-hijo en escenarios naturales, identificando al niño agresivo como aquel que presentaba tasas elevadas de eventos aversivos dirigidos contingentemente sobre la conducta de otro (s). Para él la coerción es el rubro que se refiere al proceso por el cual estos eventos aversivos controlan los intercambios diádicos. En el caso del trabajo de Patterson (1982) la conducta coercitiva de un niño problema en un escenario familiar está controlada por las acciones de sus familiares. Los determinantes de las conductas de molestar o agredir se explican a partir de los principios de reforzamiento positivo y negativo. Sus datos demuestran que la agresión produce agresión, de manera recíproca y bidireccional, además que la densidad de los eventos coercitivos es significativamente mayor en esta población que en la de niños no agresivos. A pesar de que en los actos coercitivos se involucran, por lo menos, dos participantes: agresor y víctima, la investigación se ha dedicado exclusivamente al entendimiento de la conducta agresiva, focalizándose principalmente en el agresor, dejando de lado el rol que la víctima juega en dichos intercambios. 1.5 Victimización o maltrato entre pares Estudio de los patrones conductuales de niños víctimas de agresión ejercida por sus pares - 17 - Si se asume que la victimización o maltrato entre pares es un fenómeno interaccional del que se puede partir para explicar la organización de este tipo de conducta social en el medio específico en el que ocurre, entonces, también se pueden analizar los factores que la promueven, mantienen y/o transforman a través del tiempo. La victimización, producto del abuso entre alumnos, ha sido ampliamente estudiada dentro de la Unión Europea. En los años setenta, el suicidio en Suecia de tres adolescentes por la ansiedad que les producía el sentirse intimidados por algunos de sus compañeros hizo que las autoridades suecas educativas encargaran estudios al respecto. A estos trabajos de investigación suecos siguieron los noruegos, en los que se realizó una exploración general sobre el problema en toda la población escolar. Durante una serie de años, los primeros intentos estuvieron circunscritos a Escandinavia. Sin embargo, a finales de la década de los ochenta y principios de la siguiente, el fenómeno del acoso entre escolares también atrajo cierta atención pública y de la investigación en otros países, como Japón, Inglaterra, Países Bajos, Canadá, Estados Unidos y Australia. Entre los países mediterráneos, España, Italia y Portugal continuaron trayectorias parecidas siguiendo el modelo inglés, mientras que en Francia la violencia escolar se contempla en el contexto más general de la violencia juvenil y las medidas adoptadas responden más a ese planteamiento general y no al estrictamente educativo (Hernández, 2001). En Noruega, estos problemas se convirtieron durante varios años en un tema de preocupación general en los medios de comunicación y entre profesores y padres, pero las autoridades educativas no se comprometieron con el fenómeno de forma oficial, fue hace apenas unos años cuando se produjo un cambio importante. En los últimos meses de 1982, un periódico ofrecía la información de que tres chicos del norte de Noruega, con edades comprendidas entre los 10 y los 14 años se habían suicidado, con toda probabilidad como consecuencia del grave acoso al que les cometían sus compañeros. Estos hechos originaron una considerable tensión y desasosiego en los medios de comunicación y en el público en general. Fueron la causa de una cadena de reacciones, cuyo resultado final fue una Estudio de los patrones conductuales de niños víctimas de agresión ejercida por sus pares - 18 - campaña a nivel nacional contra los problemas de agresores y víctimas en las escuelas de educación primaria y secundaria de Noruega, que puso en marcha el Ministerio de Educación en otoño de 1983. La investigación en varias partes del mundo sugiere que entre el 10% y el 22% de los niños en escuelas primarias y secundarias están inmersos en actos coercitivos, como víctimas o agresores (Pepler y Craig, 1995; Olweus, 1993; Yates y Smith, 1989; Atlas y Pepler, 1998; Perry, Kusel y Perry, 1988; Kochenderfer y Ladd, 1996). Con respecto a la diferencia de sexo algunos trabajos han identificado que los niños son con mayor frecuencia (70%) receptores de agresión en comparación a las niñas (30%) (Atlas y Pepler, 1998; Hess y Atkins, 1998; Snyder, Brouker, Patrick, Snyder, Schrepferman y Stoolmiller, 2004). En contraste, otros trabajos están de acuerdo en que tanto niños como niñas son victimizados en igual proporción (Kochenderfer y Ladd, 1996; Perry et al., 1988; Olafsen y Viemerö, 2000). Ocasionalmente se detectan diferencias de sexo con respecto al tipo de agresión recibida, por ejemplo, Kochenderfer y Ladd (1996) mostraron que los niños tienden a reportar agresión física y las niñas agresión verbal o exclusión por parte de sus compañeros de grupo, estos datos también son consistentes con los trabajos de Olweus (1998). Por otro lado, Atlas y Pepler (1998) mostraron que en promedio un niñorecibió agresión (física=30%, verbal=53% o una combinación de ambas=17%) 2.4 episodios por hora, con una duración promedio de 26 segundos, además, no encontró diferencias por sexo con respecto al tipo de agresión recibida. Finalmente, la investigación reporta constantemente que los niños agreden a otros niños y no a las niñas (Pellegrini y Long, 2002). Olweus (1998) realizó un estudio en Berger, Noruega, en el cual se constató que los niños eran los autores de gran parte de las agresiones que sufrían las niñas. Más del 60% de las alumnas víctimas (del 5° al 7° grado) dijeron haber sido agredidas por niños. Y otro 15%-20% de las alumnas mencionaron haber sido agredidas por compañeros y por compañeras. Por otro lado, la gran mayoría de niños, más del 80% también fueron agredidos, sobre todo, por niños. Estudio de los patrones conductuales de niños víctimas de agresión ejercida por sus pares - 19 - Existen varias formas por medio de las cuales puede ser identificado el niño víctima de agresión, tales como, la observación conductual directa (Snyder et al., 2003; Atlas y Pepler, 1998; Hawkins, Pepler y Craig, 2001), videograciones (Schwartz, Dogde y Coie, 1993), auto-reportes sobre el fenómeno de la victimización (Olafsen y Viemerö, 2000; Perry, Williard y Perry, 1990; Egan y Perry, 1998; Salmivalli y Nieminen, 2002; Kochenderfer y Ladd, 1996; Ladd, Kochenderfer y Coleman, 1997; Kochenderfer, Ladd y Wardrop, 2001; Hogdes, Boivin, Vitaro y Bukowski, 1999), nominación de pares (Perry et al., 1988; Fox y Boulton, 2005; Hess y Atkins, 1998), entrevistas (Smith et al., 2004), o bien, la aplicación conjunta de inventarios de victimización y nominaciones sociométricas (Malone y Perry, 1997; Pellegrini y Long, 2002; Browning, Cohen y Warman, 2003). El auto reporte de los niños y las nominaciones de los pares son comúnmente usadas para identificar a los niños crónicamente victimizados por sus pares y para determinar las consecuencias negativas de la victimización, tales como el aislamiento social, problemas sociales con los pares, problemas de conducta y ajuste escolar deficiente (Snyder et al., 2003; Kochenderfer y Ladd, 1996). Sin embargo, estas aproximaciones pueden ser limitadas al tratar de evaluar las variables situacionales que influyen en el acto de victimización. Las definiciones de victimización dependen del objetivo y de la medición que se realice en cada investigación. Algunas definiciones son: Un niño es víctima de agresión cuando tiene el mayor porcentaje de nominaciones de sus pares del mismo sexo con respecto a ciertos ítems que describen actos de victimización en situaciones específicas. (Perry et al., 1988) La victimización es una forma de relación en la cual un niño es frecuentemente blanco de agresión verbal y/o física por parte de sus pares, es una forma de abuso. (Ladd, Kochenderfer y Coleman, 1997) El niño es denominado receptor de agresión si muestra estabilidad al ser objeto de agresión en mayor frecuencia con respecto a la agresión que él mismo inicia, es decir, debe existir una diferencia matemática entre el número de veces en que el Estudio de los patrones conductuales de niños víctimas de agresión ejercida por sus pares - 20 - niño es agredido por parte de sus pares y el número de veces en el que él agrede a sus compañeros. (Schwartz et al., 1993) Un alumno es agredido o se convierte en víctima cuando está expuesto, de forma repetida y durante un tiempo, a acciones negativas que lleva a cabo otro alumno o varios de ellos. Se produce una acción negativa (mediante palabras o contacto físico) cuando alguien, de forma intencionada, causa o daña, hiere o incomoda a otra persona. No debe emplearse el término “acoso” o “agresión intimidatoria” (bullying) cuando dos alumnos de edad y fuerza (física) similares riñen o se pelean, pues para poder usar esos términos debe existir un desequilibrio de fuerzas (una relación de poder asimétrica). (Olweus, 1998) A pesar de que la literatura acerca de los niños víctimas en otros países es reciente y vasta, en el nuestro es relativamente limitado el conocimiento acerca de cómo las acciones de los víctimas afectan la probabilidad y el curso de los ataques agresivos ejecutados hacia ellos por parte de los otros niños. De las investigaciones internacionales se han obtenido resultados importantes, tales como que la probabilidad, intensidad y duración de la agresión incrementa si la víctima: a) es “percibida” por el agresor como deliberadamente provocativa (Dodge, 1980; Mallick y McCandless, 1966), b) si se agrupa con otras personas que el agresor anteriormente ha victimizado (Berkowitz, 1970), c) presenta una historia de complacencia ante las demandas del agresor (Patterson, Littman, y Bricker, 1967), y d) fracasa al emitir signos que normalmente inhiben la respuesta de agresión, tales como los signos de intenso dolor (Baron, 1977; Perry y Bussey, 1977; Perry y Perry, 1974), o las expresiones faciales amenazantes ante el agresor (Camras, 1977, 1980). Los efectos de algunos de estos factores son complejos y giran en torno a la edad del niño agresivo, el grado de atención que recibe por parte de sus familiares, profesores y compañeros de grupo, así como de las características del episodio coercitivo. Una investigación sistemática y comprensiva sobre los niños victimizados es la de Olweus (1978, 1984), cuyos participantes eran niños y niñas que tenían edades entre los 13 y los 16 años. Los maestros nominaron a los chicos de acuerdo a dos Estudio de los patrones conductuales de niños víctimas de agresión ejercida por sus pares - 21 - roles (agresor o víctima), mientras que los que estaban bien ajustados sirvieron como grupo control. Cerca del 10% de los niños fueron nominados como víctimas, un porcentaje similar fue encontrado para los agresores. Los juicios de las personalidades de los tres tipos de niños fueron elaborados por los maestros, los pares, las madres y por ellos mismos. Comparados con los niños agresivos y los bien ajustados, los víctimas mostraron mayor ansiedad (en la casa y en la escuela), menor autoestima, mayor aislamiento social, mayor debilidad física y mayor temor al mostrarse asertivos o agresivos al defenderse ellos mismos de los ataques recibidos por parte de sus compañeros. Una aproximación bajo la cual se ha estudiado el fenómeno de la victimización ha sido el modelo sistémico del desarrollo de la intimidación y la victimización (Cairns y Cairns, 1991), el cual incorpora la evaluación de una amplia variedad de factores que contribuyen en el desarrollo de la conducta agresiva, estos factores son: los de tipo individual, interacción inter-individual, relaciones sociales y condiciones culturales y ecológicas. Esta perspectiva teórica requiere de la integración, tanto de las diferencias individuales, como de la interacción social y de la perspectiva ecológica. El acto de intimidación (bullying) es definido como la interacción que ocurre entre un individuo que ejerce la intimidación y una víctima o más, además de que se encuentra inmersa dentro de un contexto social-ecológico. Otro aspecto importante es que este acto está influido por las características individuales del agresor y de la víctima, el proceso de interacción diádica entre ambos participantes, la presencia de pares y profesores, y el contexto en el cual se da la conducta especificada anteriormente (Cairns y Cairns, 1994; Coie y Jacobs, 1993). La intimidación es una forma de conducta agresiva donde no hay balance del poder, la (s) persona (s) dominante (s) intencionalmente y repetidamente causa dolor u hostigamiento a otra (s)persona (s) menos dominante (s) (Besag, 1989; Olweus, 1998; Roland, 1989; Smith, 1991; Smith y Thompson, 1991; Stephenson y Smith, 1989; Tattum, 1989). El tipo de agresión que recibe la víctima puede ser de tipo verbal (insultos, amenazas, etc.), física (golpes, empujones, etc.) o una combinación de ambas. Estudio de los patrones conductuales de niños víctimas de agresión ejercida por sus pares - 22 - El primer factor que debe ser considerado dentro del modelo sistémico del desarrollo de la intimidación y la victimización (Cairns y Cairns, 1991) es el individual. Olweus (1998) describe a los niños víctimas como físicamente más débiles, tímidos y con una personalidad de tipo ansioso. El sexo es otro factor que se relaciona de diferente forma con las interacciones coercitivas. En cuestionarios de auto-reporte, a diferencia de las niñas, los niños tienen mayor probabilidad de reconocer que ellos han intimidado a otros (Pepler, Craig, Ziegler y Charach, 1993). El resultado anterior es consistente con el punto de vista tradicional de que los hombres son más agresivos que las mujeres (Maccoby y Jacklin, 1974). Sin embargo, cuando se examina el tipo de agresión, por ejemplo la agresión física, las diferencias entre sexo son menos pronunciadas (Bjorkqvist, Lagerspetz y Kaukianinen, 1992; Roland, 1989). No parece haber diferencias de sexo en la prevalencia de la victimización; sin embargo, algunos investigadores las han encontrado con respecto a los tipos de agresión a los que se exponen: las niñas están más expuestas a la agresión indirecta, que implica el uso de formas de agresión más sutiles, que aquellas que suponen ataques abiertos; por otro lado, los niños están más expuestos a la agresión de tipo directo, a través de medios físicos (Olweus, 1998). Si el fenómeno de la victimización es considerado un proceso interaccional, entonces se puede analizar, bajo esta perspectiva, y así obtener posibles explicaciones acerca del patrón conductual de este tipo de interacciones sociales, específicamente en el medio escolar, además si se toma en cuenta que el proceso de la interacción social se encuentra inmerso en un contexto de influencias, no será suficiente medir al individuo, se tiene que estimar lo efectivo del contexto social del cual forma parte él mismo (Cairns y Cairns, 1994). Una implicación práctica de esta postura es que hay que ser muy cuidadoso acerca del cómo y qué medir. Los autorreportes, las entrevistas o los tests psicométricos son necesarios pero no suficientes, se requiere además la realización de observaciones independientes del comportamiento, recabar información proporcionada por compañeros de grupo y/o maestros e incluso se debe razonar la opción de incorporar información individual obtenida a través de entrevistas. Sin embargo, Estudio de los patrones conductuales de niños víctimas de agresión ejercida por sus pares - 23 - deben de considerarse como prioridades: “la brevedad consistente con claridad y confiabilidad” (Cairns y Cairns, 1994, pág. 33). 1.6 Estudio longitudinal de la victimización entre pares Para estudiar el fenómeno de la victimización entre pares se puede recurrir a la utilización de dos tipos de estudios: el transversal y el longitudinal, siendo éste último el que da noción de los efectos que dicho fenómeno tiene a través del tiempo. En el caso de la victimización, son pocas las investigaciones que se han llevado a cabo estudiando a los sujetos a lo largo del tiempo, algunos trabajos han documentado que el curso de la victimización declina con la edad, específicamente entre los 8 y 16 años tanto para los niños como para las niñas (Schwartz et al., 1993; Pellegrini y Long, 2002; Smith, Shu y Madsen, 2001; citado en Browning, 2003; Kochenderfer, Ladd y Wardrop, 2001). Sin embargo, también se han reportado diferencias individuales, ya que algunos niños continúan siendo victimizados a lo largo del tiempo (Perry et al., 2001; Olweus, 1998 y Smith, 2001; Kochenderfer, Ladd y Wardrop, 2001), aumentando la probabilidad de ser afectados por ciertos problemas, tales como el aislamiento social, déficit en las habilidades sociales, problemas de conducta y de ajuste escolar. Se han ofrecido varias hipótesis para tratar de explicar por qué el curso de la victimización declina a través del paso del tiempo; a pesar de esto, debe tenerse en cuenta la existencia de diferencias individuales en los sujetos que permanecen dentro de este estatus de riesgo (Browning et al., 2003). Aquella hipótesis que recibe mayor soporte es la que menciona la adquisición o desarrollo de habilidades sociales y estrategias de enfrentamiento eficaces que permite a los niños ignorar, recuperarse o devolver la agresión recibida de sus atacantes (Smith et al., 2001). Lo anterior hace pensar que las competencias sociales de los niños son un factor determinante en el curso que tome la victimización a lo largo del tiempo. Otra hipótesis es el cambio en la autopercepción de la competencia social. En el trabajo de Browning et al. (2003) a través de la aplicación de un cuestionario de Estudio de los patrones conductuales de niños víctimas de agresión ejercida por sus pares - 24 - autopercepción de la competencia social lograron identificar que uno de los factores que hicieron posible cambiar a algunos de los niños del estatus de víctimas fue “mejorar” la autopercepción de la propia competencia social. Otras investigaciones han puesto énfasis en factores tales como el número y la calidad de amigos, definida a partir de cuestionarios y/o entrevistas específicos sobre el fenómeno de la amistad, que los niños tienen a lo largo del tiempo en el que son observados o evaluados (Hodges et al., 1999; Pellegrini y Long, 2002). La escuela primaria es el periodo en el cual aparentemente se tiene menos información acerca de las diferencias individuales en victimización. Esto es desafortunado por varias razones: primero, una alta proporción de la investigación en agresión infantil es conducida con niños de escuelas primarias, el descubrir que una pequeña minoría de éstos es objeto de agresión tiene implicaciones para la investigación, por ejemplo, sería importante aprender por qué los agresores limitan sus ataques específicamente a cierto tipo de niños. Segundo, la escuela primaria es un periodo en el que los hábitos de los niños agresivos adquieren suficiente estabilidad para predecir la conducta agresiva en la edad adulta (Olweus, 1979). Quizás una tendencia estable a ser victimizados también se adquiera en ese periodo escolar. Tercero, la escuela primaria es una época de influencia en el desarrollo de varios aspectos del autoconcepto, incluyendo la autoestima (Coopersmith, 1967; Harter, 1983). De manera específica, el estudio de las interacciones sociales coercitivas en los escenarios escolares es crítica debido a los siguientes aspectos: los niños permanecen varias horas al día en estos lugares, existe una considerable maleabilidad de las interacciones sociales debido a la influencia de los compañeros, profesores y el medio escolar a lo largo de la vida, y son una rica fuente de estimulación para la socialización (Santoyo, 1996). Además, cabe resaltar que el estudio de procesos como la agresión, el aislamiento social, el rechazo y la victimización ejecutada por los pares son de gran relevancia, pues éstos pueden interrumpir o interferir el logro de metas sociales y/o académicas. Finalmente, el estudio y entendimiento de los factores que promueven la agresión entre pares en el ámbito educativo es importante debido a que los datos obtenidos Estudio de los patrones conductuales de niños víctimas de agresión ejercida por sus pares - 25 - en la investigación pueden simplificar el trabajo, al identificar a los niños de “riesgo”, y así, crear programas de prevención o intervenciónaplicables de forma oportuna. El entendimiento de las variables involucradas en el proceso de la victimización es necesario para el avance del conocimiento científico sobre este tema, principalmente en México, ya que en este país existen relativamente pocos estudios sobre el tópico de victimización o maltrato entre pares (Juárez, 2005; Alarcón, 2006). Estudio de los patrones conductuales de niños víctimas de agresión ejercida por sus pares - 25 - En concreto el objetivo de esta tesis es examinar el patrón conductual, a partir de diferentes instrumentos de medición, de los niños denominados víctimas en comparación con su grupo control acoplado en tres diferentes grados escolares, así como identificar y analizar posibles mecanismos reguladores que explican su continuidad o cambio a través del tiempo. Para su logro se condujo un estudio conformado por dos etapas; en la primera, se realizó el análisis transversal del patrón conductual comparando ambas muestras de tres diferentes grados escolares (primer, segundo y tercer grado), y en la segunda, se requirió que los niños permanecieran como sujetos focales (observados) durante los dos siguientes cortes de medición, lo anterior con finalidad de identificar los posibles factores que expliquen la estabilidad y/o cambio de la victimización a través del tiempo. Cada sección del trabajo se construyó a partir de una serie de objetivos específicos, en el caso del análisis transversal se siguió el siguiente orden: a) Descripción de la prevalencia del fenómeno de victimización. b) Exploración de la diferencia de sexo con respecto a la agresión recibida en los tres diferentes grados escolares. c) Análisis de la diferencia entre los niños víctimas y controles con respecto al tipo de agresión recibida. d) Descripción del patrón de comportamiento coercitivo de los niños víctimas en comparación a los controles. e) Análisis de la diferencia entre los niños víctimas y los controles en cuanto al tiempo que emplean en actividades académicas, otras respuestas e interacción social. f) Exploración de la simetría de los actos de agresión en los niños víctimas y sus agresores. g) Estudio de la diferencia entre los niños víctimas y controles con respecto a la competencia social autodescrita y a la evaluada por el profesor del aula. h) Investigación de las diferencias entre los niños víctimas y los controles con respecto a su ecología social (número de conexiones, agrupación con niños de diferentes estatus sociales). Estudio de los patrones conductuales de niños víctimas de agresión ejercida por sus pares - 26 - i) Descripción del sexo y número de agresores de los niños víctimas. j) Exploración de la diferencia entre los niños víctimas y los controles en cuanto a la involucración en los actos coercitivos que reciben de sus compañeros. k) Exploración acerca de la identificación de las víctimas como niños con pocas o sin conexiones por sus compañeros. Mientras que para el análisis longitudinal, los objetivos específicos fueron: a) Descripción de la prevalencia del fenómeno de victimización. b) Identificación del tipo de agresión recibida por parte de los niños víctimas y controles. c) Exploración del curso de la victimización de ambas submuestras a lo largo del tiempo. d) Identificación de los factores asociados con la continuidad y/o cambio del curso de la victimización: § Indagación de la diferencia de tiempo empleado en interacción social de tipo positiva. § Puntajes obtenidos en los índices de efectividad y correspondencia social. § Puntajes obtenidos en las versiones de autodescripción y evaluación del profesor de la competencia social. e) Análisis de cuatro reactivos adicionales del Inventario de Competencia Interpersonal (ICI) (Cairns y Cairns, 1994, adaptado por Santoyo y Espinosa, 1992), los cuales exploran la timidez, estar preocupado, obtener lo que se quiere y el llanto. Es importante mencionar que los objetivos correspondientes al análisis longitudinal se llevaron a cabo con los datos obtenidos de los niños víctimas y controles a lo largo de tres cortes de evaluación. Estudio de los patrones conductuales de niños víctimas de agresión ejercida por sus pares - 28 - 2. MÉTODO 2.1 Participantes A partir de la muestra total de niños que conforman el Estudio Longitudinal de Coyoacán (Santoyo y Espinosa, 2006) se seleccionó una submuestra no probabilística o intencional (Hernández, 2006) tomando como base el análisis de los datos observacionales principalmente de la categoría de episodios de inicio de recepciones negativas (EIRN), obtenidos a partir del Sistema de Observación Conductual de las Interacciones Sociales SOC-IS (Santoyo, Espinosa y Bachá, 1994) (Ver anexo 1). Esta submuestra (n=30) se dividió en dos grupos de niños: riesgo o víctima (N=15) y control acoplado (N=15), cuyas edades oscilaron entre los seis y los nueve años de edad. Tabla 1. Distribución de sujetos que conforman las submuestras de niños víctimas y controles analizadas transversalmente. Para pertenecer al grupo de víctimas o de riesgo, cada niño cumplió con los siguientes criterios: a) Estar en el grupo de primer, segundo o tercero grado de primaria de una escuela oficial de la Ciudad de México durante el primer periodo de observación. b) Que las interacciones sociales de tipo coercitivo fueran iguales o superiores al 7.5% del total de su conducta social, tanto en frecuencia como en duración, en ambos escenarios (salón de clase y zona de juego) en comparación a los demás niños del grupo. SUBMUESTRAS Sexo / Grado 1er 2do 3er Total Niñas 2 1 1 4 Grupo víctima o de riesgo Niños 3 4 4 11 Niñas 2 1 1 4 Grupo control Niños 3 4 4 11 Total 30 Estudio de los patrones conductuales de niños víctimas de agresión ejercida por sus pares - 29 - c) Que pertenecieran al cuartil más alto de la distribución al obtener el promedio de la frecuencia de episodios de recepción negativa (conducta física y/o verbal de tipo coercitivo iniciada por otro (s) niño (s) y dirigida hacia el sujeto focal (SF) de cada sujeto. d) Que la diferencia calculada entre el número de veces que el sujeto dirige agresión hacia los demás y el número de veces en que los otros la dirigen hacia él se localice en el percentil 0.80 de la distribución obtenida (Schwartz et al., 1993). e) No pertenecer al cuartil más alto de la distribución al obtener la frecuencia de los episodios agresivos que emitieron a sus compañeros durante las sesiones de observación. Para ser miembro de la muestra control acoplado se requirió que los niños tuvieran características que no los hicieron caer en la categoría de niños victimizados o niños con alto puntaje de emisión de agresión. Además, tenían la misma edad, sexo, nivel escolar y, por lo tanto, pertenecían al mismo salón de clase, lo anterior con la finalidad de constituir un grupo de comparación adecuado al grupo de riesgo. Para la segunda parte de la investigación, se requirió que los niños focales y controles, además de cumplir con los criterios específicos anteriormente mencionados, también permanecieran como sujetos observados durante los siguientes dos cortes de evaluación. Así, los sujetos víctimas y control acoplados analizados longitudinalmente fueron 8, distribuidos de la siguiente manera: Tabla 2. Distribución de sujetos que conforman las submuestras de niños víctimas y controles analizadas longitudinalmente. SUBMUESTRAS Sexo Total Niñas 3 Grupo víctima o de riesgo (cuartil más alto de recepciones negativas) Niños 5 Niñas 3 Grupo control (cuartil más bajo de recepciones negativas) Niños 5 Total 16 Estudio de los patrones conductuales de niños víctimas de agresión ejercida por sus pares - 30 - En elsiguiente esquema se ilustra la distribución longitudinal de los niños víctimas en los tres cortes de observación. Esquema 1. Distribución transversal (primer corte de observación) y longitudinal (primer, segundo y tercer corte de observación) de los niños víctimas. 2.2 Escenario Una escuela primaria oficial del Sur de la Ciudad de México. La escuela contaba con dos áreas de juegos y salones de clase. 2.3 Instrumentos Sistema de Observación Conductual de las Interacciones Sociales (SOC-IS) (Santoyo, Espinosa y Bachá, 1994) (Ver anexo 1). Este sistema, permite obtener información de la dirección de los intercambios sociales entre diferentes sujetos, las actividades que exhiben los niños en diferentes escenarios, el tipo de agente social con quien interactúan, etc. Para ello, la observación se centra en un sujeto específico al cual se le llama sujeto focal (SF) y se registra el inicio o término de cada episodio social, el tipo de actividades que desempeñan los sujetos, el lugar donde ocurren los intercambios y el nombre de los niños con quienes interactúan los sujetos. El SOC-IS fue diseñado para la identificación de los eventos y situaciones que inician, contribuyen, configuran y permiten explicar la dinámica de las interacciones entre individuos, se deriva de y es consistente con los conceptos del enfoque de la interacción social (Cairns, 1979). Estudio de los patrones conductuales de niños víctimas de agresión ejercida por sus pares - 31 - Básicamente, el SOC-IS permite la detección de la dirección de las interacciones sociales con base en la identificación de los agentes sociales implicados y de quién inicia cada intercambio, si el sujeto focal u otra persona. Esta información es indispensable para la comprensión de los mecanismos de control mutuo, de elección interpersonal, de preferencia social (Santoyo y Espinosa, 1988; Santoyo, Espinosa y Bachá, 1994), y crítica para la construcción de una red social. Como un ejemplo de las posibilidades de representación de las redes sociométricas con apoyo en el SOC-IS (Santoyo, Espinosa y Bachá, 1994), a continuación se exponen dos clases de mapas conductuales. El primero, el mapa socioconductual de las preferencias sociales o mapa “sociocéntrico”, derivado de un análisis de las interacciones centradas en sujetos específicos; el segundo, el mapa socioconductual del grupo, el cual se obtiene de la duración de los episodios sociales que todos los sujetos de un grupo sostienen entre sí. Para la elaboración del “mapa socioconductual” en escenarios naturales se toma la siguiente información: se obtiene y representa en matrices, información de la dirección y duración de los intercambios que cada agente social sostiene dentro del grupo, y se calcula la duración promedio global de la duración de los intercambios sostenidos con todos los integrantes, o base temporal del muestreo del comportamiento social. Por otro lado, los mapas “sociocéntricos” son representaciones de las preferencias socioconductuales de sujetos específicos y pueden dividirse en dos modalidades, como función de los indicadores conductuales de dirección: emisión o recepción. El mapa sociocéntrico de emisiones, constituye la representación de los agentes sociales a quienes elige con mayor frecuencia el sujeto focal. El mapa sociocéntrico de recepciones constituye la representación del “valor” del sujeto focal como estímulo social o de la frecuencia con la cual el sujeto es elegido por sus compañeros. El mapa sociocéntrico de duraciones, corresponde a la representación del tiempo en el que el sujeto se implica en interacción con sus diferentes compañeros. En Estudio de los patrones conductuales de niños víctimas de agresión ejercida por sus pares - 32 - este caso, se integra la información, para cada pareja de sujetos considerados, del tiempo del intercambio, independientemente de quién hubiera iniciado el mismo. A partir de este sistema es posible la identificación de eventos y situaciones que contribuyen, configuran y permiten explicar la dinámica de las interacciones entre los individuos. El SOC-IS consta de un manual para el observador que describe las instrucciones a seguir para la toma de datos observacionales y un catálogo conductual, el cual describe cada una de las categorías conductuales Las observaciones son realizadas por observadores entrenados para este sistema y los criterios a cubrir para estos observadores son: conocimiento, comprensión y manejo de las categorías conductuales. Se considera que un observador está capacitado para observar cuando ha mantenido un mínimo de 80% de concordancia durante cinco sesiones consecutivas. Una de las principales ventajas que ofrece el SOC-IS es que brinda información respecto a la efectividad social (proporción de emisiones por parte del sujeto focal en relación a la frecuencia con la que éstas culminan en un intercambio social) y a la correspondencia social (proporción entre la frecuencia con la que otros se dirigen al sujeto focal y la frecuencia con que éste se involucra en interacción social) de un sujeto como agente social, lo que implica una base para el inicio del estudio del control recíproco entre individuos e indicadores conductuales para evaluar su competencia social. Así mismo, para llevar a cabo la concordancia del SOC-IS, se procede a señalar el porcentaje de acuerdos entre las categorías observadas por los observadores entrenados por medio de la siguiente fórmula: Concordancia = Total de Acuerdos / Acuerdos + Desacuerdos x 100 El criterio para incorporar datos en un trabajo de investigación radica en que los observadores alcancen un valor superior a 0.79. También se aplicó el índice Kappa de Cohen (Cohen, 1960), el cual es útil para comprobar la concordancia Estudio de los patrones conductuales de niños víctimas de agresión ejercida por sus pares - 33 - entre los observadores eliminando los acuerdos debidos al azar. Este índice es definido como la proporción de acuerdos observados (Po) corregidos explícitamente por la de acuerdos aleatorios (Pc) utilizando la siguiente fórmula: KAPPA (K) = Po – Pc / 1 – Pc en donde el denominador señala la proporción de entradas en la tabla que no se deben al azar o cantidad de acuerdos esperados. Los valores del Índice Kappa de Cohen (Cohen, 1960) son de 0.40 a 0.60 regular, de 0.60 a 0.75 bueno y mayor de 0.75 excelente. Inventario de Competencia Interpersonal (ICI) (Ver anexo 2). Este inventario fue realizado en dos versiones, contiene los mismos reactivos, una para niños y otra para adultos (Cairns y Cairns, 1994, adaptado por Santoyo y Espinosa, 1992). La escala de competencia interpersonal contiene 18 reactivos diseñados para estimar las características sociales y conductuales de niños. Esta escala se desarrolló con base en cuatro criterios para el procesamiento de escalamiento: 1. Brevedad. La escala debe completarse por el sujeto o un informante que conozca bien al niño en un periodo máximo de 4 minutos. 2. Facilidad de administración y comprensión. Completar la escala requiere de nivel de lectura equivalente al tercer grado de primaria, por otro lado, los aplicadores pueden leer en voz alta los reactivos al sujeto. 3. Cobertura amplia. Implicando áreas diversas: patrones agresivos, aceptación social de parte de los compañeros, ejecución académica en la escuela, propensiones afiliativas, estatus con respecto a las características socialmente admiradas de los niños y diferencias en edad y sexo en esos dominios. 4. Flexibilidad en uso de tal forma que la escala puede utilizarse, a través de las edades, por los profesores y por los niños para permitir comparaciones de diferencias individuales. Estudio de los patrones conductuales de niños víctimas de agresión ejercida por sus pares- 34 - Cada reactivo representa una dimensión codificada sobre una escala de siete puntos, con un rango de 1 a 7. Los reactivos se agrupan en cinco factores de competencia social: agresión, afiliación, olímpico, académica y popularidad. El puntaje global del inventario representa el promedio de puntuaciones del sujeto con respecto a popularidad alta, alta afiliación, alto olímpico, alto en académico y bajo en agresión. Los valores del ICI son de 1 a 3 baja competencia y de 4 a 7 alta competencia interpersonal. Los dominios del inventario se determinaron en parte de consideraciones teóricas derivadas de la literatura de desarrollo social (Cairns, 1979). El contenido de los reactivos para evaluar los dominios de competencia interpersonal se derivaron de una revisión existente de procedimientos de aplicación y estimación. Se intentó que las palabras y elecciones presentadas a los sujetos fuesen entendidas con un mínimo nivel de lectura. De manera breve las propiedades psicométricas de la escala de competencia interpersonal aplicada a una muestra de niños mexicanos en edad escolar son: - Los autores (Santoyo y Espinosa, 1996) reportaron una muestra de 183 niños mexicanos. Se comprobó mediante un análisis de factores que los factores de agresión, popularidad y competencia académica, son factores distintivos para las muestras seleccionadas. Se computaron coeficientes alpha de Cronbach separadamente para ambas versiones y los niveles han sido muy aceptables en cuanto a su consistencia interna. Los coeficientes para cada una de las áreas fueron: agresión= 0.79; afiliación= 0.74; popularidad= 0.75; académica=0.72, y olímpica= 0.75. - Ortega y Santoyo (1999) reportaron una muestra de 35 niños de 4º grado de primaria. Se encontró que la convergencia entre las autoevaluaciones y evaluaciones hechas por terceros es baja y en algunos casos negativa. Por otra parte, la convergencia entre las evaluaciones hechas por terceros (pares y profesores) se sitúa en áreas específicas: agresión e hiperactividad. Estudio de los patrones conductuales de niños víctimas de agresión ejercida por sus pares - 35 - Entrevista (Ver anexo 3). Se entrevistó a los sujetos de todos los grupos con la finalidad de obtener información para así identificar agrupamientos de los sujetos y conexiones entre ellos. Con esta información, se elaboraron los mapas sociocognoscitivos compuestos, los cuales se utilizaron para complementar la información ya proporcionada por el SOC-IS (Santoyo, Espinosa y Bachá, 1994) y el ICI (Cairns et. al., 1994, adaptado por Santoyo y Espinosa, 1992). 2.4 Procedimiento El diseño aplicado en este trabajo es mixto, comparativo, transversal y longitudinal. Mixto, porque incorpora varios factores importantes para el análisis de los patrones conductuales de los niños denominados víctimas; es comparativo, porque se examinaron en varias medidas (efectividad social, estatus, competencia social, entre otras) a los niños receptores de agresión en comparación a los del grupo control; es transversal, porque se realizó la medición simultánea de tres diferentes grados escolares en un primer corte de observación; y es un estudio longitudinal, porque se obtuvieron los datos a partir de tres cortes anuales de observación, tanto de los sujetos víctimas como de los controles pertenecientes a tres grupos naturales de una escuela primaria oficial (primero, segundo y tercero grado) de la Ciudad de México. En los tres periodos de levantamiento de datos se siguió la siguiente secuencia: 1. Se eligió la escuela que cumpliera con las condiciones naturales básicas que permitieron realizar la investigación, y se solicitó autorización de los directivos de la escuela para llevar a cabo las observaciones. 2. Los observadores y aplicadores asistieron a la escuela varios días antes de las evaluaciones con el fin de que los niños se acostumbraran a su presencia. Tanto unos como otros procuraron no alterar la dinámica del trabajo del profesor. 3. El registro observacional de comportamientos se hizo bajo las siguientes condiciones: las observaciones se llevaron a cabo de Estudio de los patrones conductuales de niños víctimas de agresión ejercida por sus pares - 36 - lunes a viernes en una escuela primaria pública mixta ubicada al sur de la Ciudad de México, se registró a los niños en las primeras dos horas de la jornada escolar (entre las 9:00 y las 11:00 a.m.), a cada niño se le observó seis sesiones de 15 minutos dentro del salón de clase y cinco sesiones de 10 minutos en la zona de juego donde cada cinco segundos se registra la conducta que presenta el sujeto, además, el criterio utilizado para incorporar los datos de un registro en el estudio fue que la concordancia entre observadores fuera mayor al 79%. 4. Con los datos obtenidos de la observación se procedió a analizar cada una de las categorías del SOC-IS (Santoyo, Espinosa y Bachá, 1994). 5. Después de terminar las observaciones en ambos escenarios, se realizó la aplicación de los inventarios al total de alumnos y profesores. El Inventario de Competencia Interpersonal, versión evaluada por terceros (Cairns y Cairns, 1994, adaptado por Santoyo y Espinosa, 1992), fue contestada por el profesor del grupo, proporcionándole a éste las instrucciones y el tiempo necesario para responder a los inventarios de cada uno de los alumnos que integraron el grupo a su cargo. 6. Finalmente, se realizaron las entrevistas a cada uno de los alumnos del grupo escolar, registrándose las respuestas proporcionadas por éstos, y en algunos casos, grabándose para después transcribirlas. con estos datos se elaboraron los mapas sociocognoscitivos compuestos. Con los datos del SOC-IS se siguió el siguiente procedimiento: a) La información de los registros observacionales se concentró en una base de datos para su análisis posterior. b) Después, se identificaron las frecuencias absolutas y relativas de cada una de las categorías que componen el Sistema de Observación Conductual de las Interacciones Sociales (SOC-IS) (Santoyo, Espinosa y Bachá, 1994). Estudio de los patrones conductuales de niños víctimas de agresión ejercida por sus pares - 37 - c) Posteriormente se tomaron en cuenta las categorías que tienen relación con las recepciones negativas recibidas por los integrantes del grupo; así se identificó a los sujetos focales que cumplieron con los criterios ya mencionados. d) A partir de las observaciones directas de campo se elaboraron los mapas socioconductuales en ambos escenarios, para lo cual se obtuvo una sumatoria total para cada sujeto con cada uno de sus posibles compañeros de clase, con este puntaje se calculó la media y la desviación estándar total del muestreo, y finalmente, los datos que aparecen en los mapas son aquellos en los cuales la sumatoria total de las interacciones de un sujeto focal con un par se encuentra a más de dos desviaciones estándar de la media aritmética. e) Una vez identificados a los sujetos víctimas o de riesgo se efectuaron los mapas sociocéntricos de emisiones y recepciones negativas, los cuales dan cuenta de la frecuencia en que estos sujetos emiten y reciben actos coercitivos. Para realizar los mapas socio-céntricos se identificaron los agentes sociales tanto de emisión como de recepción negativa y se calculó la frecuencia relativa de las emisiones y recepciones negativas emitidas y recibidas de los otros, las conexiones que se presentan en los mapas se formaron de acuerdo a los criterios de Smith y Connolly (1980). Los criterios son: § Conexión débil: frecuencia de emisiones y recepciones negativas entre pares respecto a la del grupo de 0.06 al 0.15. § Conexión moderada: frecuencia de emisiones y recepciones negativas entre pares respecto a la del grupo de 0.16 al 0.25. § Conexión
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