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Estudio-de-los-patrones-conductuales-de-ninos-victimas-de-agresion-ejercida-por-sus-pares

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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE 
MÉXICO 
 
 
 
 
FACULTAD DE PSICOLOGÍA 
 
 
 
E S T U D I O D E L O S P AT R O N E S C O N D U C T U AL E S 
D E N I Ñ O S V Í C T I M AS D E AG R E S I Ó N E J E R C I D A P O R 
S U S P AR E S 
 
 
 
T E S I S 
 
Q U E P A R A O B T E N E R E L T Í T U L O D E : 
 
L I C E N C I A D A E N P S I C O L O G Í A 
 
 
P R E S E N T A : 
 
A L E J A N D R A C R U Z C R U Z 
 
 
 
 
A S E S O R E S 
 
DIRECTOR DE TESIS: DR. CARLOS SANTOYO VELASCO 
 
REVISOR: DR. JULIO ESPINOSA RODRÍGUEZ 
 
COMITÉ: DRA. SYLVIA ROJAS RAMÍREZ 
 
 DRA. SUSANA ORTEGA PIERRES 
 
 DRA. SILVIA MORALES CHAINÉ 
 
 
 
 
MÉXICO, D. F. 2007 
 
 
UNAM – Dirección General de Bibliotecas 
Tesis Digitales 
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respectivo titular de los Derechos de Autor. 
 
 
 
Estudio de los patrones conductuales de niños víctimas de agresión ejercida por sus pares 
 
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A todos los que con su apoyo 
han hecho posible este trabajo 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Estudio de los patrones conductuales de niños víctimas de agresión ejercida por sus pares 
 
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AGRADECIMIENTOS 
 
 
A LA UNIVERSA LA UNIVERSA LA UNIVERSA LA UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOIDAD NACIONAL AUTÓNOIDAD NACIONAL AUTÓNOIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICOMA DE MÉXICOMA DE MÉXICOMA DE MÉXICO 
 
Por permitirme formar parte de la comunidad académica y de 
investigación de la máxima casa de estudios, por dotarme de habilidades 
profesionales y personales que me permitirán crecer no sólo en el campo 
laboral sino también en el individual. 
 
 
A LA FACULTAD DE PSICOLOGÍA A LA FACULTAD DE PSICOLOGÍA A LA FACULTAD DE PSICOLOGÍA A LA FACULTAD DE PSICOLOGÍA 
 
Por ofrecerme la posibilidad de adquirir los conocimientos necesarios a fin 
de convertirme en una psicóloga competente, por permitirme estar en 
contacto con personas que han facilitado mi crecimiento profesional y 
personal, por darme cinco años de maravillosas aventuras llenas de éxitos, 
pero también de fracasos. 
 
 
A MIS PADRESA MIS PADRESA MIS PADRESA MIS PADRES 
 
Carlos Cruz Gaspar y Matea Cruz Guzmán por brindarme todo su apoyo, 
compañía y comprensión durante la realización de mis estudios, por 
inculcarme en todo momento que el mejor camino hacia el éxito es la 
perseverancia y la superación personal, y por impulsarme en la realización 
de todos mis proyectos. 
Gracias por ser mis padres. 
 
 
A MIS HERMANOSA MIS HERMANOSA MIS HERMANOSA MIS HERMANOS 
 
Patricia Cruz Cruz y Juan Carlos Cruz Cruz por escuchar, comprender y 
compartir mis angustias, mis temores, mis alegrías y mis éxitos, por dejarme 
formar parte de sus vidas, por estar siempre a mi lado, sé que en ustedes 
siempre tendré a mis dos mejores amigos. Sin su apoyo, cariño y 
comprensión mi vida no sería la misma. 
 
 
 
 
 
 
Estudio de los patrones conductuales de niños víctimas de agresión ejercida por sus pares 
 
 - 4 - 
A MI DIRECTOR DE TESISA MI DIRECTOR DE TESISA MI DIRECTOR DE TESISA MI DIRECTOR DE TESIS 
 
Dr. Carlos Santoyo Velasco por brindarme confianza, apoyo, entusiasmo, 
paciencia y comprensión durante este proceso. Le agradezco el tiempo y 
el esfuerzo dedicado en la realización de este trabajo. Pero sobretodo, me 
gustaría darle un reconocimiento por mostrarme el camino de la 
investigación como la vía más eficaz de fortalecer a la Psicología. Le debo 
tanto, de todo corazón mil gracias. 
 
 
A MIS SINODALESA MIS SINODALESA MIS SINODALESA MIS SINODALES 
 
A la Dra. Sylvia Rojas Ramírez, al Dr. Julio Espinosa Rodríguez, a la Dra. 
Susana Ortega Pierres y a la Dra. Silvia Morales Chainé, a todos mil gracias 
por sus valiosos y acertados comentarios acerca de mi trabajo. Les aseguro 
que lo enriquecieron enormemente. 
 
 
A LIGIA COLMENARES VÁZQUEZ YA LIGIA COLMENARES VÁZQUEZ YA LIGIA COLMENARES VÁZQUEZ YA LIGIA COLMENARES VÁZQUEZ Y NORMA FIGUEROA NORMA FIGUEROA NORMA FIGUEROA NORMA FIGUEROA BERNAL BERNAL BERNAL BERNAL 
 
Por el tiempo y apoyo incondicional que me brindaron al compartir 
conmigo sus conocimientos y recomendaciones, los cuales se ven 
reflejados tanto en este trabajo como en mi crecimiento personal. 
 
 
A MIS COMPAÑERAS DE LABORATORIOA MIS COMPAÑERAS DE LABORATORIOA MIS COMPAÑERAS DE LABORATORIOA MIS COMPAÑERAS DE LABORATORIO 
 
Daniela Castro, Melina Chávez, Tania Gordillo y Faribia López por dejarme 
ser parte de sus alegrías, angustias, temores y nerviosismos. Que bueno que 
existen chicas como ustedes, capaces de irradiar alegría hasta en los 
peores momentos de la vida. Les agradezco su compañía y entusiasmo. No 
sé el número de personas en las que se puede confiar, sólo sé que ustedes 
forman parte de ese grupo. 
 
 
 
 
A TODAS LAS PERSONAS QUE DE UNA U OTRA FORMA CONTRIBUYERON A TODAS LAS PERSONAS QUE DE UNA U OTRA FORMA CONTRIBUYERON A TODAS LAS PERSONAS QUE DE UNA U OTRA FORMA CONTRIBUYERON A TODAS LAS PERSONAS QUE DE UNA U OTRA FORMA CONTRIBUYERON 
DURANTE EL PROCESO DE RECOLECCIÓN DE LOS DATOS DURANTE EL PROCESO DE RECOLECCIÓN DE LOS DATOS DURANTE EL PROCESO DE RECOLECCIÓN DE LOS DATOS DURANTE EL PROCESO DE RECOLECCIÓN DE LOS DATOS 
OBSERVACIOOBSERVACIOOBSERVACIOOBSERVACIONALESNALESNALESNALES 
 
De todo corazón gracias, sin ustedes este trabajo difícilmente habría 
llegado a su culminación de manera exitosa. 
 
 
Estudio de los patrones conductuales de niños víctimas de agresión ejercida por sus pares 
 
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ÍNDICE 
 
Resumen………………………………………………………………………………..- 5 - 
1. INTRODUCCIÓN……………………………………………………………………- 6 - 
 1.1 Comportamiento social………………………………………………………...- 7 - 
 1.2 Enfoque de interacción social…………………………………………………- 9 - 
 1.3 Perspectiva de síntesis del desarrollo……………………………………...- 13 - 
 1.4 Agresión entre pares………………………………………………………….- 16 - 
 1.5 Victimización o maltrato entre pares………………………………………...- 17 - 
 1.6 Estudio longitudinal de la victimización entre pares……………………….- 23 - 
2. MÉTODO…………………………………………………………………………...- 28 - 
 2.1 Participantes……………………………………………………………………- 28 - 
 2.2 Escenario……………………………………………………………………….- 30 - 
 2.3 Instrumentos……………………………………………………………………- 30 - 
 2.4 Procedimiento………………………………………………………………….- 35 - 
3. RESULTADOS…………………………………………………………………….- 39 - 
 3.1 Análisis transversal……………………………………………………………- 39 - 
 3.2 Análisis longitudinal……………………………………………………………- 72 - 
4. DISCUSIÓN....................................................................................................- 86 - 
5. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS…………………………………………….- 93 - 
6. ANEXOS……..……………………..…………………………………………….- 101 - 
 6.1 Anexo 1………………………………………………………………………..- 102 - 
 6.2 Anexo 2………………………………………………………………………..- 106 - 
 6.3 Anexo 3………………………………………………………………………..- 108 - 
 
Estudio de los patrones conductuales de niños víctimas de agresión ejercida por sus pares 
 
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RESUMEN 1 
 
Se analizaron transversal y longitudinalmente las diferencias en las características 
del patrón conductual de los niños víctimas de agresión (NV) en comparación a los 
niños controles acoplados (NC) de primer, segundo y tercer grado escolar. A partir 
de la muestra total del Estudio Longitudinal de Coyoacán se identificarona 15 NV 
y 15 NC, para el análisis transversal; sin embargo, solamente 8 niños, de cada 
submuestra, permanecieron como sujetos focales u observados durante los tres 
cortes anuales de medición. Para la selección de ambas submuestras se analizó 
la categoría de episodio de inicio de recepción negativa (eirn) obtenida mediante el 
Sistema de Observación Conductual de las Interacciones Sociales (SOC-IS) 
(Santoyo, Espinosa y Bachá, 1996), con el que cada niño fue observado seis 
sesiones de 15 minutos en el aula y cinco sesiones de 10 minutos en la zona de 
juego. Posteriormente se aplicó el Inventario de Competencia Interpersonal (ICI) 
(Cairns y Cairns, 1988, adaptado por Santoyo y Espinosa, 1992), y finalmente se 
entrevistó a cada uno de los participantes. Los resultados indican que los 
hombres, en comparación a las mujeres, son identificados en mayor frecuencia 
como víctimas de agresión. En general, los niños víctimas emplean menos tiempo 
en interacción social positiva, tienen menores puntajes en la evaluación de la 
profesora acerca de su competencia social (factor popularidad); sin embargo, no 
difieren de los niños controles en cuanto a su autodescripción. A pesar de que el 
curso de la victimización disminuye a través del tiempo también existen diferencias 
individuales. Los índices funcionales obtenidos a partir del intercambio social son 
un factor importante para explicar la trayectoria del fenómeno de victimización. Los 
datos obtenidos representan la detección temprana de los NV en edad escolar 
como el primer paso para la creación de programas preventivos o de intervención 
oportuna ante este problema. 
 
 
1 La autora agradece el apoyo proporcionado por CONACYT a través de la beca asignada dentro 
del proyecto 40242-H “Plasticidad y desarrollo de patrones de interacción de niños preescolares y 
escolares”. 
Estudio de los patrones conductuales de niños víctimas de agresión ejercida por sus pares 
 
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1. INTRODUCCIÓN 
 
Desde su origen, el ser humano ha guiado su curiosidad e inteligencia para 
encontrar explicaciones a cada uno de los fenómenos que han sido su objeto de 
estudio, consiguiendo así demostrar y comprobar algunas de sus ideas a través de 
la investigación científica, misma que basa la rigurosidad de su metodología en la 
aplicación del método científico al análisis de fenómenos particulares. 
 
Uno de los principales objetos de estudio ha sido el análisis del comportamiento 
humano en general, y el social en particular. Como parte de este último tipo de 
comportamiento, se encuentra otro, que actualmente ha cobrado mayor 
importancia: la agresión. Sin embargo, estudiar el comportamiento agresivo de 
forma general sería casi una tarea imposible, ya que puede ser abordado desde 
diferentes enfoques y en diferentes escenarios, por lo que en el presente trabajo 
se propone delimitar su análisis al fenómeno de agresión que se da entre 
compañeros de grupo o pares inmersos en un contexto escolar. 
 
Las situaciones de agresión entre escolares se hacen día con día más relevantes, 
tanto a nivel nacional como internacional. En México, según el II Conteo de 
Población y Vivienda del 2005, de los 12.7 millones de niñas y niños entre 6 y 11 
años de edad, el 1.2 millones no asistían a la escuela debido a diversas causas, 
entre ellas, la violencia en las escuelas. Según la Consulta Infantil y Juvenil del 
2003, 16% de los niños de entre 6 y 9 años dijeron que son tratados con violencia 
en sus escuelas (Linton, 2007). 
 
Por otra parte, en el mes de septiembre del año 2004 dos acontecimientos 
internacionales captaron la atención de las autoridades escolares, de las familias y 
de la comunidad educativa. Por un lado, en el País Vasco (España), un joven de 
14 años se arrojó desde la muralla de Hondarribia (Guipúzcoa) después de sufrir 
durante meses el acoso de un grupo de compañeros de clase, mientras que en la 
ciudad de Bucaramanga (Colombia), un chico de 17 años moría a manos de su 
compañero en presencia del director de la escuela. Aunque no se tiene suficiente 
evidencia de que los distintos casos de agresión sean de la misma naturaleza, 
Estudio de los patrones conductuales de niños víctimas de agresión ejercida por sus pares 
 
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cada uno de ellos cuestiona acerca de las relaciones de agresión que se dan en el 
contexto escolar. 
 
Por estas y otras razones, explicadas más adelante, en el presente trabajo se 
expone el análisis de los características conductuales de los niños denominados 
víctimas de agresión ejercida por parte de sus compañeros de escuela. 
 
 
Estudio de los patrones conductuales de niños víctimas de agresión ejercida por sus pares 
 
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1. Introducción 
 
1.1 Comportamiento Social 
 
La conducta social puede estudiarse bajo la perspectiva del análisis experimental 
de la conducta, en la cual se asume que ésta es básicamente una conducta 
operante, es decir, que se puede generar o mantener manipulando las relaciones 
entre conductas, condiciones ambientales y consecuencias particulares. Para 
explicar la conducta social es necesario referirse a los factores vinculados a tres 
áreas: origen, mantenimiento y organización de la conducta social (Santoyo y 
López, 1990). 
 
En cuanto al surgimiento de la conducta social ésta puede enmarcarse en la 
historia del individuo y en algunos de los elementos iniciados antes del nacimiento, 
algunos autores (Bijou y Baer, 1969) argumentan que el desarrollo de la conducta 
social representa una secuencia de eventos en función de la interacción entre el 
individuo, sus características biológicas y su medio ambiente. Con respecto al 
establecimiento de la conducta social pueden citarse como ejemplo la adquisición 
de las respuestas agresivas a través de algunos mecanismos o procesos que 
determinan el comportamiento social del individuo, tales como la experiencia 
directa o la observación de otros (Bandura, 1983). 
 
Un aspecto relevante en este trabajo es la organización del comportamiento 
social, que si bien anteriormente era estudiada como un fenómeno independiente, 
en la actualidad puede estudiarse a partir de las relaciones que existen entre las 
diferentes actividades, interacciones y/o circunstancias del medio que 
posiblemente manifestarán una estructura u organización particular. La 
importancia del estudio de la organización del comportamiento social, es 
fundamental para tener entendimiento amplio de los mecanismos básicos de 
regulación de determinado fenómeno social, así como para el análisis de las 
consecuencias potenciales sobre las áreas del funcionamiento humano. No sólo 
es significativo el análisis de tales mecanismos, sino que, dado que se ha 
demostrado que estos intercambios exhiben un amplio grado de plasticidad, su 
estudio nos permitirá explicar la configuración de patrones y trayectorias de 
Estudio de los patrones conductuales de niños víctimas de agresión ejercida por sus pares 
 
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desarrollo social a lo largo del ciclo de vida del individuo (Cairns, 1979; Cairns, 
Elder y Costello, 1996). 
 
De manera general, existen dos niveles de organización de la conducta social: 
organización secuencial y organización a nivel jerárquico. Algunos autores (Cairns, 
1979; Patterson, 1974, 1979, 1982) han desarrollado el estudio de las secuencias 
de interacción que ocurren en las relaciones sociales, ejemplificando el estudio de 
la conducta social a nivel de organización secuencial. En primer lugar, se 
considera que un modelo de interacción social se constituye por el tipo de 
intercambio o vínculo social en que se involucra el sujeto, por los eventos que 
permiten el inicio de éste y por los que lo terminan o interrumpen (Holmberg, 1980; 
citado en Santoyo y López, 1990). Dadas estas condiciones, la primer tarea es 
identificar los elementos que conforman un patrón conductual dado, laconexión 
entre estos elementos y, finalmente, la relación que guarda un patrón particular 
con otros, tanto de naturaleza social como no social, en el contexto en que ocurren 
esas interacciones y en función de adaptar al sujeto con su medio ambiente. 
 
Otro nivel de organización es el jerárquico, esto es, si se considera un periodo de 
tiempo particular, lo esencial es el orden en que el individuo hace diferentes 
actividades. Se parte del supuesto de que al analizar el comportamiento en un 
medio social particular (por ejemplo en el salón de clase o en la zona de juego de 
una escuela) se pueden especificar diversas categorías de comportamiento que 
allí ocurren, además si se considera que el tiempo dedicado a cada una de las 
actividades refleja el valor que cada una tiene, así los diversos tiempos asignados 
a cada categoría daría como resultado una jerarquía de valores dadas las 
condiciones en que se manifiesta la conducta. Es relevante mencionar que el 
tiempo dedicado a una actividad refleja las condiciones vigentes pero no 
necesariamente es el mismo que se dedicaría bajo otras circunstancias (Santoyo y 
López, 1990). 
 
1.2 Enfoque de Interacción Social 
 
Estudio de los patrones conductuales de niños víctimas de agresión ejercida por sus pares 
 
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Un tipo especial de organización de la conducta social es la interacción social, la 
cual es definida como un proceso de retroalimentación en donde los actos de cada 
individuo contribuyen en la dirección y control de los actos de otro u otros (Cairns, 
1979; Santoyo y López, 1990; Espinosa, 1995). Dicha orientación propone que 
para el análisis del comportamiento social es de central importancia estudiar la 
influencia y control mutuo que los individuos ejercen en las interacciones sociales, 
así como estudiar el medio donde éstas ocurren. 
 
Las suposiciones de las que parte este enfoque son: a) los individuos están 
relacionados por vínculos o redes de relaciones, b) las interacciones sociales 
tienden al orden, c) los sujetos son activos en sus intercambios sociales, d) existe 
control mutuo o influencia bidireccional entre los miembros involucrados en una 
interacción, e) el individuo logra influir en su propio desarrollo al impactar sobre el 
ambiente social con su conducta, f) las interacciones sociales no se dan en un 
vacío, sino en un contexto que las regula, g) las interacciones sociales son 
cambiantes a través del ciclo de vida, h) una interacción social posee propiedades 
que no poseen cada uno de los miembros que la componen (Cairns, 1979; 
Santoyo y Espinosa, 1988; Espinosa, 1995; Santoyo, 1996). 
 
Un supuesto importante en el estudio de las interacciones sociales es que éstas 
se encuentran reguladas por el contexto. Para Cairns (1979) un corolario central 
en la investigación de la interacción social es que los actos sociales no pueden ser 
entendidos independientemente del contexto físico y social en el cual están 
inmersos. La propuesta de un continuo intercambio entre las personas y todo lo 
que les rodea implica que el contexto ejerce algún tipo de control que determina la 
configuración de las interacciones sociales que envuelve. 
 
De manera general, el contexto se refiere al lugar donde ocurre un suceso, los 
límites espaciales que lo rodean, el sistema social de redes de interacción, y las 
normas que regulan las actividades de los integrantes (Santoyo y López, 1990). 
 
Frecuentemente, los enfoques contextuales asumen que la actividad humana no 
se desarrolla en un vacío, sino que existe una variedad de circunstancias que 
Estudio de los patrones conductuales de niños víctimas de agresión ejercida por sus pares 
 
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rodean a un evento particular determinando la configuración y calidad de las 
relaciones estudiadas. 
 
Existe gran cantidad de literatura sobre enfoques metodológicos para el estudio de 
las interacciones sociales entre niños. Uno de los métodos que se ha utilizado es 
la técnica de nominación entre pares, en la cual el sujeto menciona aquellos 
individuos de su grupo que le agradan más y aquellos quienes no le agradan o 
agradan menos, o bien se utilizan medidas de evaluación indirectas (por ejemplo 
las escalas de medición) que intentan medir algunos atributos de la conducta 
social (como ejemplo el trabajo de Perry, Williard y Perry, 1990). El primer tipo de 
trabajo tiene el inconveniente de que en algunas ocasiones no se proporciona la 
lista con todos los nombres de los niños para que cada uno pueda identificar a sus 
compañeros, y en el segundo, ciertas veces las escalas no cumplen con los 
criterios de validez y confiabilidad que sustenten las afirmaciones que 
comúnmente acompañan a estas investigaciones. 
 
Las limitaciones de los trabajos mencionados con anterioridad crean la necesidad 
de abordar el problema desde una perspectiva más amplia y con menos 
problemas metodológicos. La perspectiva de la interacción social proporciona una 
serie de estrategias con las cuales se pueden abordar ciertos problemas 
correspondientes con esta perspectiva, tales como, la agresión entre pares, el 
maltrato entre iguales, la aceptación social, la popularidad, el aislamiento, entre 
otros. 
 
Para el estudio y el análisis de las interacciones sociales es necesario el empleo 
de la estrategia denominada Sociometría Conductual (Santoyo, 1994), la cual se 
deriva de la utilización de la metodología observacional. Esta estrategia se enfoca 
en los factores microrregulatorios de los intercambios sociales, identifica a cada 
uno de los agentes sociales implicados en los intercambios muestreados en la 
situación escolar y en sus diversos escenarios (aula y zona de juego), la dirección 
y la calidad de los mismos, así como, el lugar y la duración de la situación (Pulido, 
Fabián y Santoyo, 1998). 
 
Estudio de los patrones conductuales de niños víctimas de agresión ejercida por sus pares 
 
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El campo de la sociometría tradicional ha desarrollado técnicas sociométricas o 
medidas de la atracción interpersonal entre los miembros de un grupo. 
Concretamente, a través de estas estrategias se identifican conjuntos de vínculos 
conectados en sociogramas o mapas de grupo. Estos mapas o estructuras 
representan las preferencias sociales de un grupo específico (Shelley, 1983). La 
suposición fundamental que subyace a estas estrategias es que los sujetos son 
capaces de representar los vínculos sociales que establecen, vía nominación. 
 
Aunque las estrategias propuestas por la sociometría tradicional se consideran 
una forma de identificar y representar las preferencias sociales de los integrantes 
de un grupo, Shelley (1983) mencionó que estas estrategias se han dirigido a la 
identificación del estatus social de determinados individuos con relación al grupo, 
esto es, en el ámbito colectivo. Por lo anterior, los mapas de grupo han resultado 
útiles en el estudio del nivel de aceptación, simpatía y popularidad o rechazo, lo 
cual supone ser un dato importante en investigaciones de intervención con niños 
considerados por la literatura como de “riesgo” en su desarrollo social. 
 
Santoyo (1994) propone el uso de la sociometría conductual como una estrategia 
que permite obtener y representar los vínculos o conexiones entre los agentes 
sociales en escenarios naturales. Consideramos que esta estrategia conductual 
permite el estudio de cierto tipo de preferencias sociales de los sujetos en grupos 
escolares a partir del análisis de tres indicadores de elección socioconductual que 
proveen información sobre la distribución de: el tiempo dedicado a un vínculo 
social, las emisiones sociales que un sujeto dirige hacia otros agentes sociales, y 
de las emisiones sociales que otros dirigen a un sujeto (recepciones sociales). 
Estos indicadores permiten obtener información tanto de las interacciones diádicas 
como de las formas macro de estructura social. 
Desde una aproximaciónconductual, las preferencias sociales se definen como la 
forma en que los individuos distribuyen sus acciones sociales hacia otros 
estableciendo vínculos (Santoyo y Espinosa, 1988; Paredes y Santoyo, 1998). La 
definición anterior se deriva de retomar la propuesta de Premack (1971; citado en 
Glasser, 1971) de considerar la asignación de tiempo a cada una de las 
actividades que realiza el sujeto, como un indicador del valor relativo asignado a 
Estudio de los patrones conductuales de niños víctimas de agresión ejercida por sus pares 
 
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éstas; esto es, en el caso de las preferencias sociales el tiempo que un individuo 
dedica a interactuar con otro se puede considerar como un valor relativo asignado 
a esta interacción (Espinosa, 1995). Se dice que es un valor relativo porque se 
establece en función del tiempo dedicado a una serie de opciones sociales 
disponibles para cada sujeto en un grupo social. 
 
Se supone así, que en esta distribución siempre “se asigna” un valor a las 
diferentes opciones sociales disponibles, de forma que se establece una jerarquía 
de valores de la cual se configuran las preferencias sociales. Esta jerarquía se 
establece sobre la base del grado de apoyo a los actos preferidos por un individuo 
en un momento determinado de su desarrollo (Cairns, 1979). 
 
Santoyo y Espinosa (1988) y Santoyo (1994) proponen entonces representar las 
preferencias sociales de los sujetos en mapas socioconductuales diseñados con 
base al tiempo relativo dedicado a cada relación social e incorporando, además, 
otros dos indicadores conductuales de elección social: la emisión y la recepción 
social. Ambos indicadores proporcionan información sobre la dirección de las 
interacciones sociales, lo cual permite identificar al individuo de la díada que da 
inicio a una interacción. Lo anterior representa el primer paso para el estudio de 
los procesos de control mutuo de las interacciones sociales, entre ellos los de la 
sincronía (acto en el que la conducta de dos personas se da en un mismo lapso de 
tiempo) y la reciprocidad (hecho en el que el contenido de la conducta de dos 
personas está funcionalmente relacionado). 
 
Paralelamente a esta estrategia se ha venido creando un amplio catálogo de 
instrumental metodológico para la investigación de la conducta social bajo esta 
perspectiva. El ámbito de estudio de la interacción social se ha ubicado 
principalmente en escenarios naturales. En la mayoría de los trabajos se ha hecho 
uso de la metodología observacional debido a su flexibilidad para recoger datos en 
escenarios naturales de manera sistemática, así como por permitir diferentes 
posibilidades de análisis de datos tanto de patrones como de secuencias 
conductuales. La metodología observacional es una estrategia de trabajo con 
características sustantivas que permiten el estudio de las transiciones 
Estudio de los patrones conductuales de niños víctimas de agresión ejercida por sus pares 
 
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conductuales que ocurren en los escenarios escolares (Santoyo, 1994). El uso de 
este tipo de metodología en escenarios naturales suele ser muy útil para identificar 
la dinámica que existe entre las interacciones, por tal motivo resulta relevante 
definir esa dinámica con base en la configuración de las interacciones en el grupo 
y el peso relativo de los diferentes agentes sociales dentro del mismo (Santoyo, 
Espinosa y Maciel, 1996). 
 
1.3 Perspectiva de Síntesis del Desarrollo 
 
A la disciplina de la interacción social le concierne el desarrollo de los intercambios 
entre los individuos. En ésta, se afirma que los fenómenos sociales deben ser 
estudiados en los contextos interaccionales donde ocurren y bajo una metodología 
interaccional, tales como, los diseños de intercambio en el desarrollo que 
requieren de observaciones repetidas y mediciones durante el curso del mismo, 
permitiendo al investigador determinar el cambio y los procesos implicados en su 
desarrollo. La investigación actual tiende a considerar una mayor cantidad de 
variables que se involucran en el desarrollo y regulación de la conducta social; por 
consiguiente, se plantea la integración de la metodología observacional, la 
aplicación de inventarios y la realización de entrevistas a los alumnos de las 
instituciones educativas. 
 
Es así como la interacción social puede ser estudiada a partir de la perspectiva 
teórica de Síntesis del Desarrollo, la cual es definida como una orientación general 
que permite relacionar conceptos y hallazgos de diferentes áreas del desarrollo y 
que pone énfasis en el proceso dinámico que surge entre los marcos de tiempo, 
los niveles de análisis y los contextos (Cairns, Elder y Costello, 1996). Esta 
perspectiva enfatiza la integración del individuo funcionando a lo largo de su vida. 
Por lo tanto, el crecimiento social involucra contribuciones bidireccionales de 
variables biológicas, psicológicas y sociológicas dadas a través del tiempo. De 
manera específica el desarrollo social se conceptualiza como una interacción e 
intercambio entre factores intraindividuales y extraindividuales que soportan tanto 
la adaptación y la estabilidad de uno y otro, así como la contribución de éstos en el 
desarrollo del individuo (Cairns, 1979). 
Estudio de los patrones conductuales de niños víctimas de agresión ejercida por sus pares 
 
 - 14 - 
Una de las perspectivas contemporáneas más prometedoras para el estudio 
longitudinal del comportamiento social, lo constituye el enfoque de la Ciencia del 
Desarrollo, ésta es una orientación general para unir conceptos y hallazgos hasta 
hoy dispersos en áreas de investigación de desarrollo, además, enfatiza la 
interacción dinámica de procesos, niveles de análisis y contextos a través del 
tiempo. El supuesto principal de la perspectiva del desarrollo es que el individuo 
juega un rol activo en su propio desarrollo, forma parte de un sistema integrado, 
complejo y dinámico donde interactúan la persona y el medio ambiente a través 
del tiempo. Por lo tanto, no es posible entender cómo funciona el sistema social si 
no se tiene el conocimiento del funcionamiento individual; y no es posible entender 
el funcionamiento del individuo si no se conoce el medio ambiente en donde se 
está desarrollando (Cairns, Elder y Costello, 1996). 
 
Algunos de los principios que permiten establecer la relación entre el marco 
conceptual propuesto por la perspectiva de síntesis del desarrollo y los métodos 
específicos requeridos para conducir la investigación en este ámbito serían: 
 
a) “El individuo se desarrolla y funciona psicológicamente como un organismo 
integrado. Las contribuciones de la experiencia, maduración biológica y 
cultura se fusionan en la ontogenia, lo cual quiere decir que, aún los 
aspectos más sencillos no se desarrollan y funcionan en aislado, por 
consecuencia no pueden ser separados de la totalidad en el análisis”. 
b) “El individuo se desarrolla y funciona en un proceso dinámico, continuo y 
recíproco de interacción con su medio ambiente, incluyéndose las 
relaciones con otros individuos, grupos y subcultura”. 
c) “El funcionamiento individual depende de la organización de las influencias 
de la interacción recíproca entre subsistemas individuales derivados de sus 
percepciones cognitivas, emociones, fisiología y filosofía en el transcurso 
del tiempo”. 
d) “Patrones nuevos en el funcionamiento del individuo se producen o surgen 
durante la ontogenia individual”. 
e) “Las diferencias en los índices de desarrollo pueden producir mayores 
diferencias en la organización y configuración de las funciones psicológicas. 
Estudio de los patrones conductuales de niños víctimas de agresión ejercida por sus pares 
 
 - 15 - 
El índice de desarrollo individual puede ser acelerado o retrasado en 
relación con otras características del individuo”. 
f) “Los patrones de funcionamiento psicológico se desarrollan comosistemas 
dinámicos sensibles a las condiciones bajo las cuales fueron formados. De 
tal forma que la emergencia de patrones psicológicos no puede ser 
considerada de manera aislada, o en términos de una organización 
jerárquica de sistemas más elementales, ni pueden ser reducidos a simples 
antecedentes de experiencia o a las más elementales unidades biológicas”. 
g) “La conservación en el desarrollo está soportada por límites internos y 
externos, así como por fuerzas derivadas de acciones externas e internas. 
El resultado es que el funcionamiento social y cognitivo en el desarrollo 
tiende a ser organizado y estable, a pesar del continuo cambio” (Cairns, 
Elder y Costello, 1996, pp. 11-20). 
 
El desarrollo es un proceso complejo y difícil de explicar, por lo que requiere del 
establecimiento de métodos multidisciplinarios, propósitos colaborativos y medidas 
multinivel para poder integrar una perspectiva holística. A partir de este 
planteamiento se hace necesaria cierta metodología de investigación y análisis 
que promuevan la integración de las diferentes perspectivas a través de distintos 
niveles en el tiempo, es decir, se requiere de instrumentos y medidas que permitan 
la descripción de las personas en su contexto en una unidad de tiempo y espacio 
determinado, con el fin de ver al individuo integrado e integrando unidades 
dinámicas y cambiantes en el tiempo. 
 
A través de la perspectiva teórica de Síntesis del Desarrollo ha sido factible 
estudiar el proceso de interacción social; sin embargo, debido a la extensión con la 
cual se puede utilizar esta perspectiva es necesaria la delimitación de cada uno de 
sus objetos de estudio, siendo uno de ellos el orientado al análisis de la agresión 
entre pares. 
 
1.4 Agresión entre pares 
 
Estudio de los patrones conductuales de niños víctimas de agresión ejercida por sus pares 
 
 - 16 - 
Actualmente el fenómeno de la agresión ha tomado mayor relevancia en todos los 
niveles sociales, pero especialmente en el ámbito escolar, pues es el lugar donde 
los niños pasan la mayor cantidad de su tiempo a la edad de 6 a 12 años de edad 
(Fonseca, 1998). 
 
La agresión es una conducta compleja y heterogénea, ya que afecta a toda la 
sociedad y no sólo a una parte de la misma, por tal motivo surgió el interés para 
explicar los factores que la originan, mantienen o promueven. Existen varios 
marcos de referencia (etológica, neurofisiológica, psicoanalítica, aprendizaje 
social, enfoque conductual) que intentan explicar la conducta agresiva. Uno de los 
máximos exponentes en la investigación de interacciones conflictivas, dentro del 
marco conductual, es Patterson (1982), quien trabajó la conducta conflictiva en la 
interacción madre-hijo en escenarios naturales, identificando al niño agresivo 
como aquel que presentaba tasas elevadas de eventos aversivos dirigidos 
contingentemente sobre la conducta de otro (s). Para él la coerción es el rubro que 
se refiere al proceso por el cual estos eventos aversivos controlan los intercambios 
diádicos. 
 
En el caso del trabajo de Patterson (1982) la conducta coercitiva de un niño 
problema en un escenario familiar está controlada por las acciones de sus 
familiares. Los determinantes de las conductas de molestar o agredir se explican a 
partir de los principios de reforzamiento positivo y negativo. Sus datos demuestran 
que la agresión produce agresión, de manera recíproca y bidireccional, además 
que la densidad de los eventos coercitivos es significativamente mayor en esta 
población que en la de niños no agresivos. 
A pesar de que en los actos coercitivos se involucran, por lo menos, dos 
participantes: agresor y víctima, la investigación se ha dedicado exclusivamente al 
entendimiento de la conducta agresiva, focalizándose principalmente en el 
agresor, dejando de lado el rol que la víctima juega en dichos intercambios. 
 
1.5 Victimización o maltrato entre pares 
 
Estudio de los patrones conductuales de niños víctimas de agresión ejercida por sus pares 
 
 - 17 - 
Si se asume que la victimización o maltrato entre pares es un fenómeno 
interaccional del que se puede partir para explicar la organización de este tipo de 
conducta social en el medio específico en el que ocurre, entonces, también se 
pueden analizar los factores que la promueven, mantienen y/o transforman a 
través del tiempo. 
 
La victimización, producto del abuso entre alumnos, ha sido ampliamente 
estudiada dentro de la Unión Europea. En los años setenta, el suicidio en Suecia 
de tres adolescentes por la ansiedad que les producía el sentirse intimidados por 
algunos de sus compañeros hizo que las autoridades suecas educativas 
encargaran estudios al respecto. A estos trabajos de investigación suecos 
siguieron los noruegos, en los que se realizó una exploración general sobre el 
problema en toda la población escolar. Durante una serie de años, los primeros 
intentos estuvieron circunscritos a Escandinavia. Sin embargo, a finales de la 
década de los ochenta y principios de la siguiente, el fenómeno del acoso entre 
escolares también atrajo cierta atención pública y de la investigación en otros 
países, como Japón, Inglaterra, Países Bajos, Canadá, Estados Unidos y 
Australia. Entre los países mediterráneos, España, Italia y Portugal continuaron 
trayectorias parecidas siguiendo el modelo inglés, mientras que en Francia la 
violencia escolar se contempla en el contexto más general de la violencia juvenil y 
las medidas adoptadas responden más a ese planteamiento general y no al 
estrictamente educativo (Hernández, 2001). 
 
En Noruega, estos problemas se convirtieron durante varios años en un tema de 
preocupación general en los medios de comunicación y entre profesores y padres, 
pero las autoridades educativas no se comprometieron con el fenómeno de forma 
oficial, fue hace apenas unos años cuando se produjo un cambio importante. En 
los últimos meses de 1982, un periódico ofrecía la información de que tres chicos 
del norte de Noruega, con edades comprendidas entre los 10 y los 14 años se 
habían suicidado, con toda probabilidad como consecuencia del grave acoso al 
que les cometían sus compañeros. Estos hechos originaron una considerable 
tensión y desasosiego en los medios de comunicación y en el público en general. 
Fueron la causa de una cadena de reacciones, cuyo resultado final fue una 
Estudio de los patrones conductuales de niños víctimas de agresión ejercida por sus pares 
 
 - 18 - 
campaña a nivel nacional contra los problemas de agresores y víctimas en las 
escuelas de educación primaria y secundaria de Noruega, que puso en marcha el 
Ministerio de Educación en otoño de 1983. 
 
La investigación en varias partes del mundo sugiere que entre el 10% y el 22% de 
los niños en escuelas primarias y secundarias están inmersos en actos coercitivos, 
como víctimas o agresores (Pepler y Craig, 1995; Olweus, 1993; Yates y Smith, 
1989; Atlas y Pepler, 1998; Perry, Kusel y Perry, 1988; Kochenderfer y Ladd, 
1996). Con respecto a la diferencia de sexo algunos trabajos han identificado que 
los niños son con mayor frecuencia (70%) receptores de agresión en comparación 
a las niñas (30%) (Atlas y Pepler, 1998; Hess y Atkins, 1998; Snyder, Brouker, 
Patrick, Snyder, Schrepferman y Stoolmiller, 2004). En contraste, otros trabajos 
están de acuerdo en que tanto niños como niñas son victimizados en igual 
proporción (Kochenderfer y Ladd, 1996; Perry et al., 1988; Olafsen y Viemerö, 
2000). Ocasionalmente se detectan diferencias de sexo con respecto al tipo de 
agresión recibida, por ejemplo, Kochenderfer y Ladd (1996) mostraron que los 
niños tienden a reportar agresión física y las niñas agresión verbal o exclusión por 
parte de sus compañeros de grupo, estos datos también son consistentes con los 
trabajos de Olweus (1998). Por otro lado, Atlas y Pepler (1998) mostraron que en 
promedio un niñorecibió agresión (física=30%, verbal=53% o una combinación de 
ambas=17%) 2.4 episodios por hora, con una duración promedio de 26 segundos, 
además, no encontró diferencias por sexo con respecto al tipo de agresión 
recibida. Finalmente, la investigación reporta constantemente que los niños 
agreden a otros niños y no a las niñas (Pellegrini y Long, 2002). 
 
Olweus (1998) realizó un estudio en Berger, Noruega, en el cual se constató que 
los niños eran los autores de gran parte de las agresiones que sufrían las niñas. 
Más del 60% de las alumnas víctimas (del 5° al 7° grado) dijeron haber sido 
agredidas por niños. Y otro 15%-20% de las alumnas mencionaron haber sido 
agredidas por compañeros y por compañeras. Por otro lado, la gran mayoría de 
niños, más del 80% también fueron agredidos, sobre todo, por niños. 
 
Estudio de los patrones conductuales de niños víctimas de agresión ejercida por sus pares 
 
 - 19 - 
Existen varias formas por medio de las cuales puede ser identificado el niño 
víctima de agresión, tales como, la observación conductual directa (Snyder et al., 
2003; Atlas y Pepler, 1998; Hawkins, Pepler y Craig, 2001), videograciones 
(Schwartz, Dogde y Coie, 1993), auto-reportes sobre el fenómeno de la 
victimización (Olafsen y Viemerö, 2000; Perry, Williard y Perry, 1990; Egan y 
Perry, 1998; Salmivalli y Nieminen, 2002; Kochenderfer y Ladd, 1996; Ladd, 
Kochenderfer y Coleman, 1997; Kochenderfer, Ladd y Wardrop, 2001; Hogdes, 
Boivin, Vitaro y Bukowski, 1999), nominación de pares (Perry et al., 1988; Fox y 
Boulton, 2005; Hess y Atkins, 1998), entrevistas (Smith et al., 2004), o bien, la 
aplicación conjunta de inventarios de victimización y nominaciones sociométricas 
(Malone y Perry, 1997; Pellegrini y Long, 2002; Browning, Cohen y Warman, 
2003). El auto reporte de los niños y las nominaciones de los pares son 
comúnmente usadas para identificar a los niños crónicamente victimizados por sus 
pares y para determinar las consecuencias negativas de la victimización, tales 
como el aislamiento social, problemas sociales con los pares, problemas de 
conducta y ajuste escolar deficiente (Snyder et al., 2003; Kochenderfer y Ladd, 
1996). Sin embargo, estas aproximaciones pueden ser limitadas al tratar de 
evaluar las variables situacionales que influyen en el acto de victimización. 
 
Las definiciones de victimización dependen del objetivo y de la medición que se 
realice en cada investigación. Algunas definiciones son: 
 
Un niño es víctima de agresión cuando tiene el mayor porcentaje de nominaciones 
de sus pares del mismo sexo con respecto a ciertos ítems que describen actos de 
victimización en situaciones específicas. (Perry et al., 1988) 
 
La victimización es una forma de relación en la cual un niño es frecuentemente 
blanco de agresión verbal y/o física por parte de sus pares, es una forma de 
abuso. (Ladd, Kochenderfer y Coleman, 1997) 
 
El niño es denominado receptor de agresión si muestra estabilidad al ser objeto de 
agresión en mayor frecuencia con respecto a la agresión que él mismo inicia, es 
decir, debe existir una diferencia matemática entre el número de veces en que el 
Estudio de los patrones conductuales de niños víctimas de agresión ejercida por sus pares 
 
 - 20 - 
niño es agredido por parte de sus pares y el número de veces en el que él agrede 
a sus compañeros. (Schwartz et al., 1993) 
 
Un alumno es agredido o se convierte en víctima cuando está expuesto, de forma 
repetida y durante un tiempo, a acciones negativas que lleva a cabo otro alumno o 
varios de ellos. Se produce una acción negativa (mediante palabras o contacto 
físico) cuando alguien, de forma intencionada, causa o daña, hiere o incomoda a 
otra persona. No debe emplearse el término “acoso” o “agresión intimidatoria” 
(bullying) cuando dos alumnos de edad y fuerza (física) similares riñen o se 
pelean, pues para poder usar esos términos debe existir un desequilibrio de 
fuerzas (una relación de poder asimétrica). (Olweus, 1998) 
 
A pesar de que la literatura acerca de los niños víctimas en otros países es 
reciente y vasta, en el nuestro es relativamente limitado el conocimiento acerca de 
cómo las acciones de los víctimas afectan la probabilidad y el curso de los ataques 
agresivos ejecutados hacia ellos por parte de los otros niños. De las 
investigaciones internacionales se han obtenido resultados importantes, tales 
como que la probabilidad, intensidad y duración de la agresión incrementa si la 
víctima: a) es “percibida” por el agresor como deliberadamente provocativa 
(Dodge, 1980; Mallick y McCandless, 1966), b) si se agrupa con otras personas 
que el agresor anteriormente ha victimizado (Berkowitz, 1970), c) presenta una 
historia de complacencia ante las demandas del agresor (Patterson, Littman, y 
Bricker, 1967), y d) fracasa al emitir signos que normalmente inhiben la respuesta 
de agresión, tales como los signos de intenso dolor (Baron, 1977; Perry y Bussey, 
1977; Perry y Perry, 1974), o las expresiones faciales amenazantes ante el 
agresor (Camras, 1977, 1980). Los efectos de algunos de estos factores son 
complejos y giran en torno a la edad del niño agresivo, el grado de atención que 
recibe por parte de sus familiares, profesores y compañeros de grupo, así como 
de las características del episodio coercitivo. 
 
Una investigación sistemática y comprensiva sobre los niños victimizados es la de 
Olweus (1978, 1984), cuyos participantes eran niños y niñas que tenían edades 
entre los 13 y los 16 años. Los maestros nominaron a los chicos de acuerdo a dos 
Estudio de los patrones conductuales de niños víctimas de agresión ejercida por sus pares 
 
 - 21 - 
roles (agresor o víctima), mientras que los que estaban bien ajustados sirvieron 
como grupo control. Cerca del 10% de los niños fueron nominados como víctimas, 
un porcentaje similar fue encontrado para los agresores. Los juicios de las 
personalidades de los tres tipos de niños fueron elaborados por los maestros, los 
pares, las madres y por ellos mismos. Comparados con los niños agresivos y los 
bien ajustados, los víctimas mostraron mayor ansiedad (en la casa y en la 
escuela), menor autoestima, mayor aislamiento social, mayor debilidad física y 
mayor temor al mostrarse asertivos o agresivos al defenderse ellos mismos de los 
ataques recibidos por parte de sus compañeros. 
 
Una aproximación bajo la cual se ha estudiado el fenómeno de la victimización ha 
sido el modelo sistémico del desarrollo de la intimidación y la victimización (Cairns 
y Cairns, 1991), el cual incorpora la evaluación de una amplia variedad de factores 
que contribuyen en el desarrollo de la conducta agresiva, estos factores son: los 
de tipo individual, interacción inter-individual, relaciones sociales y condiciones 
culturales y ecológicas. Esta perspectiva teórica requiere de la integración, tanto 
de las diferencias individuales, como de la interacción social y de la perspectiva 
ecológica. 
 
El acto de intimidación (bullying) es definido como la interacción que ocurre entre 
un individuo que ejerce la intimidación y una víctima o más, además de que se 
encuentra inmersa dentro de un contexto social-ecológico. Otro aspecto 
importante es que este acto está influido por las características individuales del 
agresor y de la víctima, el proceso de interacción diádica entre ambos 
participantes, la presencia de pares y profesores, y el contexto en el cual se da la 
conducta especificada anteriormente (Cairns y Cairns, 1994; Coie y Jacobs, 1993). 
La intimidación es una forma de conducta agresiva donde no hay balance del 
poder, la (s) persona (s) dominante (s) intencionalmente y repetidamente causa 
dolor u hostigamiento a otra (s)persona (s) menos dominante (s) (Besag, 1989; 
Olweus, 1998; Roland, 1989; Smith, 1991; Smith y Thompson, 1991; Stephenson 
y Smith, 1989; Tattum, 1989). El tipo de agresión que recibe la víctima puede ser 
de tipo verbal (insultos, amenazas, etc.), física (golpes, empujones, etc.) o una 
combinación de ambas. 
Estudio de los patrones conductuales de niños víctimas de agresión ejercida por sus pares 
 
 - 22 - 
El primer factor que debe ser considerado dentro del modelo sistémico del 
desarrollo de la intimidación y la victimización (Cairns y Cairns, 1991) es el 
individual. Olweus (1998) describe a los niños víctimas como físicamente más 
débiles, tímidos y con una personalidad de tipo ansioso. El sexo es otro factor que 
se relaciona de diferente forma con las interacciones coercitivas. En cuestionarios 
de auto-reporte, a diferencia de las niñas, los niños tienen mayor probabilidad de 
reconocer que ellos han intimidado a otros (Pepler, Craig, Ziegler y Charach, 
1993). El resultado anterior es consistente con el punto de vista tradicional de que 
los hombres son más agresivos que las mujeres (Maccoby y Jacklin, 1974). Sin 
embargo, cuando se examina el tipo de agresión, por ejemplo la agresión física, 
las diferencias entre sexo son menos pronunciadas (Bjorkqvist, Lagerspetz y 
Kaukianinen, 1992; Roland, 1989). No parece haber diferencias de sexo en la 
prevalencia de la victimización; sin embargo, algunos investigadores las han 
encontrado con respecto a los tipos de agresión a los que se exponen: las niñas 
están más expuestas a la agresión indirecta, que implica el uso de formas de 
agresión más sutiles, que aquellas que suponen ataques abiertos; por otro lado, 
los niños están más expuestos a la agresión de tipo directo, a través de medios 
físicos (Olweus, 1998). 
 
Si el fenómeno de la victimización es considerado un proceso interaccional, 
entonces se puede analizar, bajo esta perspectiva, y así obtener posibles 
explicaciones acerca del patrón conductual de este tipo de interacciones sociales, 
específicamente en el medio escolar, además si se toma en cuenta que el proceso 
de la interacción social se encuentra inmerso en un contexto de influencias, no 
será suficiente medir al individuo, se tiene que estimar lo efectivo del contexto 
social del cual forma parte él mismo (Cairns y Cairns, 1994). Una implicación 
práctica de esta postura es que hay que ser muy cuidadoso acerca del cómo y qué 
medir. Los autorreportes, las entrevistas o los tests psicométricos son necesarios 
pero no suficientes, se requiere además la realización de observaciones 
independientes del comportamiento, recabar información proporcionada por 
compañeros de grupo y/o maestros e incluso se debe razonar la opción de 
incorporar información individual obtenida a través de entrevistas. Sin embargo, 
Estudio de los patrones conductuales de niños víctimas de agresión ejercida por sus pares 
 
 - 23 - 
deben de considerarse como prioridades: “la brevedad consistente con claridad y 
confiabilidad” (Cairns y Cairns, 1994, pág. 33). 
 
1.6 Estudio longitudinal de la victimización entre pares 
 
Para estudiar el fenómeno de la victimización entre pares se puede recurrir a la 
utilización de dos tipos de estudios: el transversal y el longitudinal, siendo éste 
último el que da noción de los efectos que dicho fenómeno tiene a través del 
tiempo. En el caso de la victimización, son pocas las investigaciones que se han 
llevado a cabo estudiando a los sujetos a lo largo del tiempo, algunos trabajos han 
documentado que el curso de la victimización declina con la edad, 
específicamente entre los 8 y 16 años tanto para los niños como para las niñas 
(Schwartz et al., 1993; Pellegrini y Long, 2002; Smith, Shu y Madsen, 2001; citado 
en Browning, 2003; Kochenderfer, Ladd y Wardrop, 2001). Sin embargo, también 
se han reportado diferencias individuales, ya que algunos niños continúan siendo 
victimizados a lo largo del tiempo (Perry et al., 2001; Olweus, 1998 y Smith, 2001; 
Kochenderfer, Ladd y Wardrop, 2001), aumentando la probabilidad de ser 
afectados por ciertos problemas, tales como el aislamiento social, déficit en las 
habilidades sociales, problemas de conducta y de ajuste escolar. 
 
Se han ofrecido varias hipótesis para tratar de explicar por qué el curso de la 
victimización declina a través del paso del tiempo; a pesar de esto, debe tenerse 
en cuenta la existencia de diferencias individuales en los sujetos que permanecen 
dentro de este estatus de riesgo (Browning et al., 2003). Aquella hipótesis que 
recibe mayor soporte es la que menciona la adquisición o desarrollo de 
habilidades sociales y estrategias de enfrentamiento eficaces que permite a los 
niños ignorar, recuperarse o devolver la agresión recibida de sus atacantes (Smith 
et al., 2001). Lo anterior hace pensar que las competencias sociales de los niños 
son un factor determinante en el curso que tome la victimización a lo largo del 
tiempo. 
 
Otra hipótesis es el cambio en la autopercepción de la competencia social. En el 
trabajo de Browning et al. (2003) a través de la aplicación de un cuestionario de 
Estudio de los patrones conductuales de niños víctimas de agresión ejercida por sus pares 
 
 - 24 - 
autopercepción de la competencia social lograron identificar que uno de los 
factores que hicieron posible cambiar a algunos de los niños del estatus de 
víctimas fue “mejorar” la autopercepción de la propia competencia social. Otras 
investigaciones han puesto énfasis en factores tales como el número y la calidad 
de amigos, definida a partir de cuestionarios y/o entrevistas específicos sobre el 
fenómeno de la amistad, que los niños tienen a lo largo del tiempo en el que son 
observados o evaluados (Hodges et al., 1999; Pellegrini y Long, 2002). 
 
La escuela primaria es el periodo en el cual aparentemente se tiene menos 
información acerca de las diferencias individuales en victimización. Esto es 
desafortunado por varias razones: primero, una alta proporción de la investigación 
en agresión infantil es conducida con niños de escuelas primarias, el descubrir que 
una pequeña minoría de éstos es objeto de agresión tiene implicaciones para la 
investigación, por ejemplo, sería importante aprender por qué los agresores limitan 
sus ataques específicamente a cierto tipo de niños. Segundo, la escuela primaria 
es un periodo en el que los hábitos de los niños agresivos adquieren suficiente 
estabilidad para predecir la conducta agresiva en la edad adulta (Olweus, 1979). 
Quizás una tendencia estable a ser victimizados también se adquiera en ese 
periodo escolar. Tercero, la escuela primaria es una época de influencia en el 
desarrollo de varios aspectos del autoconcepto, incluyendo la autoestima 
(Coopersmith, 1967; Harter, 1983). 
 
De manera específica, el estudio de las interacciones sociales coercitivas en los 
escenarios escolares es crítica debido a los siguientes aspectos: los niños 
permanecen varias horas al día en estos lugares, existe una considerable 
maleabilidad de las interacciones sociales debido a la influencia de los 
compañeros, profesores y el medio escolar a lo largo de la vida, y son una rica 
fuente de estimulación para la socialización (Santoyo, 1996). Además, cabe 
resaltar que el estudio de procesos como la agresión, el aislamiento social, el 
rechazo y la victimización ejecutada por los pares son de gran relevancia, pues 
éstos pueden interrumpir o interferir el logro de metas sociales y/o académicas. 
Finalmente, el estudio y entendimiento de los factores que promueven la agresión 
entre pares en el ámbito educativo es importante debido a que los datos obtenidos 
Estudio de los patrones conductuales de niños víctimas de agresión ejercida por sus pares 
 
 - 25 - 
en la investigación pueden simplificar el trabajo, al identificar a los niños de 
“riesgo”, y así, crear programas de prevención o intervenciónaplicables de forma 
oportuna. 
 
El entendimiento de las variables involucradas en el proceso de la victimización es 
necesario para el avance del conocimiento científico sobre este tema, 
principalmente en México, ya que en este país existen relativamente pocos 
estudios sobre el tópico de victimización o maltrato entre pares (Juárez, 2005; 
Alarcón, 2006). 
 
Estudio de los patrones conductuales de niños víctimas de agresión ejercida por sus pares 
 
 - 25 - 
En concreto el objetivo de esta tesis es examinar el patrón conductual, a partir de 
diferentes instrumentos de medición, de los niños denominados víctimas en 
comparación con su grupo control acoplado en tres diferentes grados escolares, 
así como identificar y analizar posibles mecanismos reguladores que explican su 
continuidad o cambio a través del tiempo. Para su logro se condujo un estudio 
conformado por dos etapas; en la primera, se realizó el análisis transversal del 
patrón conductual comparando ambas muestras de tres diferentes grados 
escolares (primer, segundo y tercer grado), y en la segunda, se requirió que los 
niños permanecieran como sujetos focales (observados) durante los dos 
siguientes cortes de medición, lo anterior con finalidad de identificar los posibles 
factores que expliquen la estabilidad y/o cambio de la victimización a través del 
tiempo. 
 
Cada sección del trabajo se construyó a partir de una serie de objetivos 
específicos, en el caso del análisis transversal se siguió el siguiente orden: 
 
a) Descripción de la prevalencia del fenómeno de victimización. 
b) Exploración de la diferencia de sexo con respecto a la agresión recibida en 
los tres diferentes grados escolares. 
c) Análisis de la diferencia entre los niños víctimas y controles con respecto al 
tipo de agresión recibida. 
d) Descripción del patrón de comportamiento coercitivo de los niños víctimas 
en comparación a los controles. 
e) Análisis de la diferencia entre los niños víctimas y los controles en cuanto al 
tiempo que emplean en actividades académicas, otras respuestas e 
interacción social. 
f) Exploración de la simetría de los actos de agresión en los niños víctimas y 
sus agresores. 
g) Estudio de la diferencia entre los niños víctimas y controles con respecto a 
la competencia social autodescrita y a la evaluada por el profesor del aula. 
h) Investigación de las diferencias entre los niños víctimas y los controles con 
respecto a su ecología social (número de conexiones, agrupación con niños 
de diferentes estatus sociales). 
Estudio de los patrones conductuales de niños víctimas de agresión ejercida por sus pares 
 
 - 26 - 
i) Descripción del sexo y número de agresores de los niños víctimas. 
j) Exploración de la diferencia entre los niños víctimas y los controles en 
cuanto a la involucración en los actos coercitivos que reciben de sus 
compañeros. 
k) Exploración acerca de la identificación de las víctimas como niños con 
pocas o sin conexiones por sus compañeros. 
 
Mientras que para el análisis longitudinal, los objetivos específicos fueron: 
 
a) Descripción de la prevalencia del fenómeno de victimización. 
b) Identificación del tipo de agresión recibida por parte de los niños víctimas y 
controles. 
c) Exploración del curso de la victimización de ambas submuestras a lo largo 
del tiempo. 
d) Identificación de los factores asociados con la continuidad y/o cambio del 
curso de la victimización: 
 
§ Indagación de la diferencia de tiempo empleado en interacción 
social de tipo positiva. 
§ Puntajes obtenidos en los índices de efectividad y 
correspondencia social. 
§ Puntajes obtenidos en las versiones de autodescripción y 
evaluación del profesor de la competencia social. 
 
e) Análisis de cuatro reactivos adicionales del Inventario de Competencia 
Interpersonal (ICI) (Cairns y Cairns, 1994, adaptado por Santoyo y 
Espinosa, 1992), los cuales exploran la timidez, estar preocupado, obtener 
lo que se quiere y el llanto. Es importante mencionar que los objetivos 
correspondientes al análisis longitudinal se llevaron a cabo con los datos 
obtenidos de los niños víctimas y controles a lo largo de tres cortes de 
evaluación. 
 
 
Estudio de los patrones conductuales de niños víctimas de agresión ejercida por sus pares 
 
 - 28 - 
2. MÉTODO 
 
2.1 Participantes 
 
A partir de la muestra total de niños que conforman el Estudio Longitudinal de 
Coyoacán (Santoyo y Espinosa, 2006) se seleccionó una submuestra no 
probabilística o intencional (Hernández, 2006) tomando como base el análisis de 
los datos observacionales principalmente de la categoría de episodios de inicio de 
recepciones negativas (EIRN), obtenidos a partir del Sistema de Observación 
Conductual de las Interacciones Sociales SOC-IS (Santoyo, Espinosa y Bachá, 
1994) (Ver anexo 1). Esta submuestra (n=30) se dividió en dos grupos de niños: 
riesgo o víctima (N=15) y control acoplado (N=15), cuyas edades oscilaron entre 
los seis y los nueve años de edad. 
 
Tabla 1. Distribución de sujetos que conforman las submuestras de niños 
víctimas y controles analizadas transversalmente. 
 
 
 
 
 
 
 
 
Para pertenecer al grupo de víctimas o de riesgo, cada niño cumplió con los 
siguientes criterios: 
 
a) Estar en el grupo de primer, segundo o tercero grado de primaria de una 
escuela oficial de la Ciudad de México durante el primer periodo de 
observación. 
b) Que las interacciones sociales de tipo coercitivo fueran iguales o superiores 
al 7.5% del total de su conducta social, tanto en frecuencia como en 
duración, en ambos escenarios (salón de clase y zona de juego) en 
comparación a los demás niños del grupo. 
SUBMUESTRAS Sexo / Grado 1er 2do 3er Total 
Niñas 2 1 1 4 Grupo víctima o de riesgo 
 Niños 3 4 4 11 
Niñas 2 1 1 4 Grupo control 
 Niños 3 4 4 11 
Total 30 
Estudio de los patrones conductuales de niños víctimas de agresión ejercida por sus pares 
 
 - 29 - 
c) Que pertenecieran al cuartil más alto de la distribución al obtener el 
promedio de la frecuencia de episodios de recepción negativa (conducta 
física y/o verbal de tipo coercitivo iniciada por otro (s) niño (s) y dirigida 
hacia el sujeto focal (SF) de cada sujeto. 
d) Que la diferencia calculada entre el número de veces que el sujeto dirige 
agresión hacia los demás y el número de veces en que los otros la dirigen 
hacia él se localice en el percentil 0.80 de la distribución obtenida (Schwartz 
et al., 1993). 
e) No pertenecer al cuartil más alto de la distribución al obtener la frecuencia 
de los episodios agresivos que emitieron a sus compañeros durante las 
sesiones de observación. 
 
Para ser miembro de la muestra control acoplado se requirió que los niños 
tuvieran características que no los hicieron caer en la categoría de niños 
victimizados o niños con alto puntaje de emisión de agresión. Además, tenían la 
misma edad, sexo, nivel escolar y, por lo tanto, pertenecían al mismo salón de 
clase, lo anterior con la finalidad de constituir un grupo de comparación adecuado 
al grupo de riesgo. 
 
Para la segunda parte de la investigación, se requirió que los niños focales y 
controles, además de cumplir con los criterios específicos anteriormente 
mencionados, también permanecieran como sujetos observados durante los 
siguientes dos cortes de evaluación. Así, los sujetos víctimas y control acoplados 
analizados longitudinalmente fueron 8, distribuidos de la siguiente manera: 
 
Tabla 2. Distribución de sujetos que conforman las submuestras de niños 
víctimas y controles analizadas longitudinalmente. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
SUBMUESTRAS Sexo Total 
Niñas 3 Grupo víctima o de riesgo 
(cuartil más alto de recepciones negativas) Niños 5 
Niñas 3 Grupo control 
(cuartil más bajo de recepciones negativas) Niños 5 
Total 16 
Estudio de los patrones conductuales de niños víctimas de agresión ejercida por sus pares 
 
 - 30 - 
En elsiguiente esquema se ilustra la distribución longitudinal de los niños víctimas 
en los tres cortes de observación. 
 
Esquema 1. Distribución transversal (primer corte de observación) y longitudinal 
(primer, segundo y tercer corte de observación) de los niños víctimas. 
 
 
 
2.2 Escenario 
 
Una escuela primaria oficial del Sur de la Ciudad de México. La escuela contaba 
con dos áreas de juegos y salones de clase. 
 
2.3 Instrumentos 
 
Sistema de Observación Conductual de las Interacciones Sociales (SOC-IS) 
(Santoyo, Espinosa y Bachá, 1994) (Ver anexo 1). Este sistema, permite obtener 
información de la dirección de los intercambios sociales entre diferentes sujetos, 
las actividades que exhiben los niños en diferentes escenarios, el tipo de agente 
social con quien interactúan, etc. Para ello, la observación se centra en un sujeto 
específico al cual se le llama sujeto focal (SF) y se registra el inicio o término de 
cada episodio social, el tipo de actividades que desempeñan los sujetos, el lugar 
donde ocurren los intercambios y el nombre de los niños con quienes interactúan 
los sujetos. El SOC-IS fue diseñado para la identificación de los eventos y 
situaciones que inician, contribuyen, configuran y permiten explicar la dinámica de 
las interacciones entre individuos, se deriva de y es consistente con los conceptos 
del enfoque de la interacción social (Cairns, 1979). 
Estudio de los patrones conductuales de niños víctimas de agresión ejercida por sus pares 
 
 - 31 - 
Básicamente, el SOC-IS permite la detección de la dirección de las interacciones 
sociales con base en la identificación de los agentes sociales implicados y de 
quién inicia cada intercambio, si el sujeto focal u otra persona. Esta información es 
indispensable para la comprensión de los mecanismos de control mutuo, de 
elección interpersonal, de preferencia social (Santoyo y Espinosa, 1988; Santoyo, 
Espinosa y Bachá, 1994), y crítica para la construcción de una red social. 
 
Como un ejemplo de las posibilidades de representación de las redes 
sociométricas con apoyo en el SOC-IS (Santoyo, Espinosa y Bachá, 1994), a 
continuación se exponen dos clases de mapas conductuales. El primero, el mapa 
socioconductual de las preferencias sociales o mapa “sociocéntrico”, derivado de 
un análisis de las interacciones centradas en sujetos específicos; el segundo, el 
mapa socioconductual del grupo, el cual se obtiene de la duración de los episodios 
sociales que todos los sujetos de un grupo sostienen entre sí. 
 
Para la elaboración del “mapa socioconductual” en escenarios naturales se toma 
la siguiente información: se obtiene y representa en matrices, información de la 
dirección y duración de los intercambios que cada agente social sostiene dentro 
del grupo, y se calcula la duración promedio global de la duración de los 
intercambios sostenidos con todos los integrantes, o base temporal del muestreo 
del comportamiento social. 
 
Por otro lado, los mapas “sociocéntricos” son representaciones de las preferencias 
socioconductuales de sujetos específicos y pueden dividirse en dos modalidades, 
como función de los indicadores conductuales de dirección: emisión o recepción. 
El mapa sociocéntrico de emisiones, constituye la representación de los agentes 
sociales a quienes elige con mayor frecuencia el sujeto focal. El mapa 
sociocéntrico de recepciones constituye la representación del “valor” del sujeto 
focal como estímulo social o de la frecuencia con la cual el sujeto es elegido por 
sus compañeros. 
 
El mapa sociocéntrico de duraciones, corresponde a la representación del tiempo 
en el que el sujeto se implica en interacción con sus diferentes compañeros. En 
Estudio de los patrones conductuales de niños víctimas de agresión ejercida por sus pares 
 
 - 32 - 
este caso, se integra la información, para cada pareja de sujetos considerados, del 
tiempo del intercambio, independientemente de quién hubiera iniciado el mismo. 
 
A partir de este sistema es posible la identificación de eventos y situaciones que 
contribuyen, configuran y permiten explicar la dinámica de las interacciones entre 
los individuos. El SOC-IS consta de un manual para el observador que describe 
las instrucciones a seguir para la toma de datos observacionales y un catálogo 
conductual, el cual describe cada una de las categorías conductuales 
 
Las observaciones son realizadas por observadores entrenados para este sistema 
y los criterios a cubrir para estos observadores son: conocimiento, comprensión y 
manejo de las categorías conductuales. Se considera que un observador está 
capacitado para observar cuando ha mantenido un mínimo de 80% de 
concordancia durante cinco sesiones consecutivas. 
 
Una de las principales ventajas que ofrece el SOC-IS es que brinda información 
respecto a la efectividad social (proporción de emisiones por parte del sujeto focal 
en relación a la frecuencia con la que éstas culminan en un intercambio social) y a 
la correspondencia social (proporción entre la frecuencia con la que otros se 
dirigen al sujeto focal y la frecuencia con que éste se involucra en interacción 
social) de un sujeto como agente social, lo que implica una base para el inicio del 
estudio del control recíproco entre individuos e indicadores conductuales para 
evaluar su competencia social. 
 
Así mismo, para llevar a cabo la concordancia del SOC-IS, se procede a señalar el 
porcentaje de acuerdos entre las categorías observadas por los observadores 
entrenados por medio de la siguiente fórmula: 
 
Concordancia = Total de Acuerdos / Acuerdos + Desacuerdos x 100 
 
El criterio para incorporar datos en un trabajo de investigación radica en que los 
observadores alcancen un valor superior a 0.79. También se aplicó el índice 
Kappa de Cohen (Cohen, 1960), el cual es útil para comprobar la concordancia 
Estudio de los patrones conductuales de niños víctimas de agresión ejercida por sus pares 
 
 - 33 - 
entre los observadores eliminando los acuerdos debidos al azar. Este índice es 
definido como la proporción de acuerdos observados (Po) corregidos 
explícitamente por la de acuerdos aleatorios (Pc) utilizando la siguiente fórmula: 
 
KAPPA (K) = Po – Pc / 1 – Pc 
en donde el denominador señala la proporción de entradas en la tabla que no se 
deben al azar o cantidad de acuerdos esperados. Los valores del Índice Kappa de 
Cohen (Cohen, 1960) son de 0.40 a 0.60 regular, de 0.60 a 0.75 bueno y mayor de 
0.75 excelente. 
 
Inventario de Competencia Interpersonal (ICI) (Ver anexo 2). Este inventario fue 
realizado en dos versiones, contiene los mismos reactivos, una para niños y otra 
para adultos (Cairns y Cairns, 1994, adaptado por Santoyo y Espinosa, 1992). La 
escala de competencia interpersonal contiene 18 reactivos diseñados para estimar 
las características sociales y conductuales de niños. Esta escala se desarrolló con 
base en cuatro criterios para el procesamiento de escalamiento: 
 
1. Brevedad. La escala debe completarse por el sujeto o un informante que 
conozca bien al niño en un periodo máximo de 4 minutos. 
2. Facilidad de administración y comprensión. Completar la escala requiere de 
nivel de lectura equivalente al tercer grado de primaria, por otro lado, los 
aplicadores pueden leer en voz alta los reactivos al sujeto. 
3. Cobertura amplia. Implicando áreas diversas: patrones agresivos, 
aceptación social de parte de los compañeros, ejecución académica en la 
escuela, propensiones afiliativas, estatus con respecto a las características 
socialmente admiradas de los niños y diferencias en edad y sexo en esos 
dominios. 
4. Flexibilidad en uso de tal forma que la escala puede utilizarse, a través de 
las edades, por los profesores y por los niños para permitir comparaciones 
de diferencias individuales. 
 
Estudio de los patrones conductuales de niños víctimas de agresión ejercida por sus pares- 34 - 
Cada reactivo representa una dimensión codificada sobre una escala de siete 
puntos, con un rango de 1 a 7. Los reactivos se agrupan en cinco factores de 
competencia social: agresión, afiliación, olímpico, académica y popularidad. 
 
El puntaje global del inventario representa el promedio de puntuaciones del sujeto 
con respecto a popularidad alta, alta afiliación, alto olímpico, alto en académico y 
bajo en agresión. Los valores del ICI son de 1 a 3 baja competencia y de 4 a 7 alta 
competencia interpersonal. Los dominios del inventario se determinaron en parte 
de consideraciones teóricas derivadas de la literatura de desarrollo social (Cairns, 
1979). El contenido de los reactivos para evaluar los dominios de competencia 
interpersonal se derivaron de una revisión existente de procedimientos de 
aplicación y estimación. Se intentó que las palabras y elecciones presentadas a 
los sujetos fuesen entendidas con un mínimo nivel de lectura. 
 
De manera breve las propiedades psicométricas de la escala de competencia 
interpersonal aplicada a una muestra de niños mexicanos en edad escolar son: 
 
- Los autores (Santoyo y Espinosa, 1996) reportaron una muestra de 183 
niños mexicanos. Se comprobó mediante un análisis de factores que los 
factores de agresión, popularidad y competencia académica, son factores 
distintivos para las muestras seleccionadas. Se computaron coeficientes 
alpha de Cronbach separadamente para ambas versiones y los niveles han 
sido muy aceptables en cuanto a su consistencia interna. Los coeficientes 
para cada una de las áreas fueron: agresión= 0.79; afiliación= 0.74; 
popularidad= 0.75; académica=0.72, y olímpica= 0.75. 
- Ortega y Santoyo (1999) reportaron una muestra de 35 niños de 4º grado 
de primaria. Se encontró que la convergencia entre las autoevaluaciones y 
evaluaciones hechas por terceros es baja y en algunos casos negativa. Por 
otra parte, la convergencia entre las evaluaciones hechas por terceros 
(pares y profesores) se sitúa en áreas específicas: agresión e 
hiperactividad. 
 
Estudio de los patrones conductuales de niños víctimas de agresión ejercida por sus pares 
 
 - 35 - 
Entrevista (Ver anexo 3). Se entrevistó a los sujetos de todos los grupos con la 
finalidad de obtener información para así identificar agrupamientos de los sujetos y 
conexiones entre ellos. Con esta información, se elaboraron los mapas 
sociocognoscitivos compuestos, los cuales se utilizaron para complementar la 
información ya proporcionada por el SOC-IS (Santoyo, Espinosa y Bachá, 1994) y 
el ICI (Cairns et. al., 1994, adaptado por Santoyo y Espinosa, 1992). 
 
2.4 Procedimiento 
 
El diseño aplicado en este trabajo es mixto, comparativo, transversal y 
longitudinal. Mixto, porque incorpora varios factores importantes para el análisis de 
los patrones conductuales de los niños denominados víctimas; es comparativo, 
porque se examinaron en varias medidas (efectividad social, estatus, competencia 
social, entre otras) a los niños receptores de agresión en comparación a los del 
grupo control; es transversal, porque se realizó la medición simultánea de tres 
diferentes grados escolares en un primer corte de observación; y es un estudio 
longitudinal, porque se obtuvieron los datos a partir de tres cortes anuales de 
observación, tanto de los sujetos víctimas como de los controles pertenecientes a 
tres grupos naturales de una escuela primaria oficial (primero, segundo y tercero 
grado) de la Ciudad de México. 
 
En los tres periodos de levantamiento de datos se siguió la siguiente secuencia: 
 
1. Se eligió la escuela que cumpliera con las condiciones naturales 
básicas que permitieron realizar la investigación, y se solicitó 
autorización de los directivos de la escuela para llevar a cabo las 
observaciones. 
2. Los observadores y aplicadores asistieron a la escuela varios días 
antes de las evaluaciones con el fin de que los niños se 
acostumbraran a su presencia. Tanto unos como otros procuraron no 
alterar la dinámica del trabajo del profesor. 
3. El registro observacional de comportamientos se hizo bajo las 
siguientes condiciones: las observaciones se llevaron a cabo de 
Estudio de los patrones conductuales de niños víctimas de agresión ejercida por sus pares 
 
 - 36 - 
lunes a viernes en una escuela primaria pública mixta ubicada al sur 
de la Ciudad de México, se registró a los niños en las primeras dos 
horas de la jornada escolar (entre las 9:00 y las 11:00 a.m.), a cada 
niño se le observó seis sesiones de 15 minutos dentro del salón de 
clase y cinco sesiones de 10 minutos en la zona de juego donde 
cada cinco segundos se registra la conducta que presenta el sujeto, 
además, el criterio utilizado para incorporar los datos de un registro 
en el estudio fue que la concordancia entre observadores fuera 
mayor al 79%. 
4. Con los datos obtenidos de la observación se procedió a analizar 
cada una de las categorías del SOC-IS (Santoyo, Espinosa y Bachá, 
1994). 
5. Después de terminar las observaciones en ambos escenarios, se 
realizó la aplicación de los inventarios al total de alumnos y 
profesores. El Inventario de Competencia Interpersonal, versión 
evaluada por terceros (Cairns y Cairns, 1994, adaptado por Santoyo 
y Espinosa, 1992), fue contestada por el profesor del grupo, 
proporcionándole a éste las instrucciones y el tiempo necesario para 
responder a los inventarios de cada uno de los alumnos que 
integraron el grupo a su cargo. 
6. Finalmente, se realizaron las entrevistas a cada uno de los alumnos 
del grupo escolar, registrándose las respuestas proporcionadas por 
éstos, y en algunos casos, grabándose para después transcribirlas. 
con estos datos se elaboraron los mapas sociocognoscitivos 
compuestos. 
 
Con los datos del SOC-IS se siguió el siguiente procedimiento: 
 
a) La información de los registros observacionales se concentró en una base 
de datos para su análisis posterior. 
b) Después, se identificaron las frecuencias absolutas y relativas de cada una 
de las categorías que componen el Sistema de Observación Conductual de 
las Interacciones Sociales (SOC-IS) (Santoyo, Espinosa y Bachá, 1994). 
Estudio de los patrones conductuales de niños víctimas de agresión ejercida por sus pares 
 
 - 37 - 
c) Posteriormente se tomaron en cuenta las categorías que tienen relación 
con las recepciones negativas recibidas por los integrantes del grupo; así 
se identificó a los sujetos focales que cumplieron con los criterios ya 
mencionados. 
d) A partir de las observaciones directas de campo se elaboraron los mapas 
socioconductuales en ambos escenarios, para lo cual se obtuvo una 
sumatoria total para cada sujeto con cada uno de sus posibles compañeros 
de clase, con este puntaje se calculó la media y la desviación estándar total 
del muestreo, y finalmente, los datos que aparecen en los mapas son 
aquellos en los cuales la sumatoria total de las interacciones de un sujeto 
focal con un par se encuentra a más de dos desviaciones estándar de la 
media aritmética. 
e) Una vez identificados a los sujetos víctimas o de riesgo se efectuaron los 
mapas sociocéntricos de emisiones y recepciones negativas, los cuales dan 
cuenta de la frecuencia en que estos sujetos emiten y reciben actos 
coercitivos. Para realizar los mapas socio-céntricos se identificaron los 
agentes sociales tanto de emisión como de recepción negativa y se calculó 
la frecuencia relativa de las emisiones y recepciones negativas emitidas y 
recibidas de los otros, las conexiones que se presentan en los mapas se 
formaron de acuerdo a los criterios de Smith y Connolly (1980). 
 
Los criterios son: 
§ Conexión débil: frecuencia de emisiones y recepciones 
negativas entre pares respecto a la del grupo de 0.06 al 
0.15. 
§ Conexión moderada: frecuencia de emisiones y 
recepciones negativas entre pares respecto a la del grupo 
de 0.16 al 0.25. 
§ Conexión

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