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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTONOMA DE 
MEXICO 
 
 
 PROGRAMA DE MAESTRIA Y DOCTORADO EN PSICOLOGIA 
 RESIDENCIA EN TERAPIA FAMILIAR 
 
 
 
 
 
 UN ACERCAMIENTO AL TRABAJO CON METÁFORAS EN LA 
REDEFINICIÓN DE LA IDENTIDAD DE GÉNERO DENTRO DE 
 LA TERAPIA SISTÉMICA Y POSMODERNA 
 
 
 
REPORTE DE EXPERIENCIA PROFESIONAL 
QUE PARA OBTENER EL GRADO DE: 
 MAESTRIA EN PSICOLOGIA: 
 P R E S E N T A : 
 XOCHITL TERESA GUTIERREZ CAMACHO 
 
 
 
DIRECTOR DEL REPORTE: 
MTRA. OFELIA DESATNIK MIECHIMSKY 
COMITE TUTORIAL: 
MTRA. CARMEN SUSANA GONZALEZ MONTOYA 
MTRA. BLANCA ESTELA BARCELATA EGUIARTE 
DRA. MARIA SUAREZ CASTILLO 
MTRA.MARIA ROSARIO ESPINOSA SALCIDO 
 
 
 
MEXICO D. F. 2008 
 
 
 
 
UNAM – Dirección General de Bibliotecas 
Tesis Digitales 
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DERECHOS RESERVADOS © 
PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL 
 
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mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, 
reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el 
respectivo titular de los Derechos de Autor. 
 
 
 
AGRADECIMIENTOSAGRADECIMIENTOSAGRADECIMIENTOSAGRADECIMIENTOS 
 
Quiero agradecer a todas las personas que en diferentes tiempos me han 
brindado, experiencias, enseñanzas, guía, compañía, afectos, reflexiones, 
amistad, amor y cariño, y con ello han contribuido en lo que soy, a lo 
que conozco y a lo que hago, en todos los contextos de mi vida. 
 
Como parte de mi agradecimiento quiero compartir esto con cada un@ 
de ustedes: 
Un rey fue hasta su jardín y descubrió que sus árboles, arbustos y flores se estaban 
muriendo. 
El Roble le dijo que se moría porque no podía ser tan alto como el Pino. 
Volviéndose al Pino, lo halló caído porque no podía dar uvas 
como la Vid. 
Y la Vid se moría porque no podía florecer como la Rosa. 
La Rosa lloraba porque no podía ser alta y sólida como el Roble. 
Entonces encontró una planta, una Fresia, floreciendo y más 
fresca que nunca. 
El rey preguntó: 
¿Cómo es que creces saludable en medio de este jardín frio y 
sombrío? 
No lo sé. Quizás sea porque siempre supuse que cuando me plantaste, querías 
fresias. Si hubieras querido un Roble o una Rosa, los habrías plantado. 
En aquel momento me dije: "Intentaré ser Fresia de la mejor manera que pueda". 
 
Gracias al amor de mi vida, mi compañero de vida. Erik 
 
Gracias con amor a mi familia, Mamá, Papá, mis hermanos Gabriel y 
Edgar, a Marilyn, Lalito y Florecita Rosita (L. D.). 
 
Gracias a quien me ha impulsado y guiado, maestro Eduardo Cortés. 
 
Gracias a la 5ª Generación, mis pedacitos de amistad, Lili, Moni, Rubí, 
Anita, Yola, David, Jesús, Ricardo y Arturo. 
 
Gracias a mi tutora y guía, dentro de la maestría Mtra. Ofelia Desatnik 
 
Gracias a mis maestras quienes aportaron conocimientos especiales en 
mi como terapeuta y persona, Susi, Chayo, Carolina, Mar, Juanita, 
Xochitl, Ofelia y Lulú. 
 
Gracias a la UNAM y FES Iztacala, por brindarme las facilidades de 
seguir creciendo como profesionista y cumplir una meta más en mi 
proyecto de vida. 
 
Gracias a mi por que me di la oportunidad de plantearme un meta más 
en mi proyecto de vida; llevándolo a cabo de la mejor manera y con 
satisfacción. 
 
 ΨΨΨΨ REPORTEREPORTEREPORTEREPORTE DE EXPERIENCIA PROFESIONALDE EXPERIENCIA PROFESIONALDE EXPERIENCIA PROFESIONALDE EXPERIENCIA PROFESIONAL 
 
 
 
INDICE 
 INTRODUCCION Y JUSTIFICACION 
 
I. ANTECEDENTES Y CONTEXTOS DE LA TERAPIA FAMILIAR 
1. ANÁLISIS DEL CAMPO PSICOSOCIAL Y SU PROBLEMÁTICA EN LA QUE INCIDE EL TRABAJO EN 
TERAPIA FAMILIAR. 
 1.1. Características del campo psicosocial. 
 1.2. Principales problemas que presentan las familias. 
 1.3. La Terapia Familiar Sistémica y Posmoderna como alternativa para abordar la problemática familiar. 
 
2. CARACTERIZACIÓN DE LOS ESCENARIOS DONDE SE REALIZA EL TRABAJO CLÍNICO. 
 2.1. Descripción de los escenarios clínicos. 
 2.2. Análisis sistémico de los escenarios clínicos. 
 2.3. Explicación del trabajo y secuencia de participación en los distintos escenarios del trabajo clínico. 
 
II. MARCO TEÓRICO 
1. ANÁLISIS TEORICO CONCEPTUAL DEL MARCO TEÓRICO-EPISTEMOLÓGICO DE LA TERAPIA 
FAMILIAR SISTEMICA Y POSMODERNA. 
 1.1. Análisis Teórico Conceptual de los fundamentos de la Terapia Familiar Sistémica y Posmoderna. 
 1.2. Análisis de los principios teórico-metodológicos de los modelos de intervención de Terapia Familiar 
Sistémica y Posmoderna. 
 
III. DESARROLLO Y APLICACIÓN DE LAS COMPETENCIAS PROFESIONALES 
1. HABILIDADES CLÍNICO TERAPÉUTICAS 
 1.1. Integración de expedientes de trabajo clínico. 
 1.2. Análisis y discusión teórico-metodológica e la intervención clínica con familias. 
 1.3. Análisis y discusión del tema en la intervención clínica con familias. 
 
 TEMA: “UN ACERCAMIENTO AL TRABAJO CON METÁFORAS EN LA REDEFINICIÓN DE LA 
IDENTIDAD DE GÉNERO DENTRO DE LA TERAPIA SISTEMICA Y POSMODERNA” 
 
 1.4. Análisis del Sistema Terapéutico Total basado en las observaciones clínicas como parte de los 
equipos terapéuticos en los escenarios de trabajo clínico. 
 
2. HABILIDADES DE INVESTIGACION 
 2.1. Reporte de investigación realizada utilizando metodología cuantitativa y cualitativa. 
 
3. HABILIDADES DE ENSEÑANZA Y DIFUSIÓN DEL CONOCIMIENTO, ATENCIÓN Y PREVENCIÓN 
COMUNITARIA. 
 3.1. Elaboración de productos tecnológicos. 
 3.2. Desarrollo y presentación de programas de intervención comunitaria. 
 3.3. Reporte de la asistencia a foros académicos y de la presentación del trabajo realizado. 
 
4. HABILIDADES DE COMPROMISO Y ÉTICA PROFESIONAL. 
 3.4.1. Consideraciones éticas que emergen de la práctica profesional. 
 
CONSIDERACIONES FINALES 
 
ANEXOS 
 
REFERENCIAS 
 
 
11 
 
 
11 
11 
11 
66 
 
1100 
 
1155 
1155 
1166 
2200 
 
2222 
 
2222 
2244 
 
3333 
 
8800 
8800 
8800 
8866 
9977 
 
 
9977 
 
 
112299 
 
113366 
113366 
 
 
 
 
 
114488 
114488 
115511 
115588 
 
116611 
116611 
 
116677 
 
117700 
 
117766 
 ΨΨΨΨ REPORTE DE EXPERIENCIA PROFESIONALREPORTE DE EXPERIENCIA PROFESIONALREPORTE DE EXPERIENCIA PROFESIONALREPORTE DE EXPERIENCIA PROFESIONAL 
 
 
~ 2 ~ 
 
 
 
 ΨΨΨΨ REPORTE DE EXPERIENCIA PROFESIONALREPORTE DE EXPERIENCIA PROFESIONALREPORTE DE EXPERIENCIA PROFESIONALREPORTE DE EXPERIENCIA PROFESIONAL 
 
~ 1 ~ 
 
INTRODUCCIÓN Y JUSTIFICACIÓN 
 
I . ANTECEDENTES Y CONTEXTOS DE LA TERAPIA FAMILIAR 
 
1. Análisis del campo psicosocial y su problemática en la que incide el 
trabajo en Terapia Familiar. 
 
1.1. Características del campo psicosocial. 
 
Las famil ias lat inoamericanas muestran cambios cont inuos en los sectores y grupos 
sociales. En la génesis de estas transformaciones se encuentra una serie de 
procesos demográf icos, culturales y económicos, sociales. Además considero que el 
anál isis de las famil ias existentes t iene que hacerse a part i r de topologías, pues la 
real idad obedece a una plural idad más acentuada, esto nos va permit i r como 
terapeutas tener un contexto más amplio de la vivencia de cada famil ia, sin olvidar 
las part icularidades de cada una de el las. 
 
Entre ot ras, las t ransformaciones en el régimen demográf ico, económico (descenso 
de la fecundidad, disminución de la mortal idad,incorporación de las mujeres a la 
act ividad económica extra domést ica) han contribuido al lento proceso de erosión 
de los fundamentos socioculturales del ethos patriarcal, promoviendo la emergencia 
de imágenes cambiantes de la mujer(es) y sus famil ias. En este entorno se 
modif ican también los arreglos y acuerdos famil iares, y el modo en que las famil ias 
se interrelacionan con el Estado, la vida inst i tucional y económica, dejando al 
descubierto la estrecha interconexión entre el mundo famil iar y ot ros ejes de 
organización social (Ar iza y de Ol ivei ra, 2001). 
 
La famil ia presenta di ferentes formas y característ icas de acuerdo a su entorno 
social , geográf ico, económico e histórico. Las fami l ias de México t ienen simi l i tudes, 
pero también di ferentes característ icas. El término famil ia mexicana, engloba 
muchas y di ferentes real idades, diversas formas de pensar, de convivi r, de 
relacionarse. Las acciones públ icas en torno a la famil ia, deben apreciar estas 
di ferencias y encontrar en el las la r iqueza de la plural idad. 
 
Cabe mencionar que en cuanto a la economía, México contaba con 105 mil lones de 
habitantes en 2006, con lo cual const i tuye el décimo primero país del orbe y el 
segundo en América Lat ina por el tamaño de su población. El índice económico lo 
coloca en el lugar mundial número t rece y en el segundo de América Lat ina. El 
progreso alcanzado por el país en cuanto al desarrol lo de las capacidades humanas 
lo ubica ya entre los países de “desarrol lo humano alto”, en el lugar número 53 a 
escala mundial (Hoekman, 2007). 
 
Sin embargo, la economía nacional ha pasado por casi t res décadas de 
f luctuaciones; si bien en 2005 logró un crecimiento real de 3.0 y, en términos per 
cápita, del 1.9 por ciento, esto no era suf iciente para mantener su posición relat iva 
en la economía mundial , f rente a la dinámica presentada por ot ras economías 
emergentes, tales como los l lamados países BRIC (Brasi l , la Federación Rusa, India 
y China). 
 
Al mismo t iempo, cabe notar que México cont inúa presentando grandes rezagos y 
profundas desigualdades. Aún cuando el PIB per cápita real supera ya los 8,000 
dólares, cerca de 50 mil lones de personas viven todavía en condiciones de pobreza; 
y de el las, al rededor de 18 mil lones se encuentran en si tuación de pobreza 
extrema.(op.ci t . ). 
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~ 2 ~ 
 
Datos de la Encuesta Nacional de Empleo l levada a cabo por el Inst i tuto Nacional 
de Estadíst ica Geografía e Informática, INEGI (2006), la población total 
económicamente act iva en México, ha regist rando un aumento, ya que en el año de 
1991 era de 31 229 048, de los cuales 21 630 013 eran hombres y 9 599 035 eran 
mujeres; y para el 2004 el total fue de 43 398 755 de los que 28 013 539 eran 
hombres y 15 385 216 eran mujeres. Otros datos importantes se ref ieren a la 
posición en el t rabajo, en los que se observa que para el año 2004 los di ferencias 
entre hombres y mujeres con respecto a si son trabajadores asalariados (62.8% y 
62% respect ivamente) o t rabajan por su propia cuenta (25.3% y 23.8%) no son 
notables, pero si se clasi f ican según el sector de act ividad en el que se 
desempeñan se aprecia que en el año 2004 en el sector secundario, los hombres 
abarcan el 27.9% mientras que para las mujeres es el 19.4%; en el sector comercio 
es de 15.2% y 26.9% respect ivamente; y en el sector servicios los hombres forman 
el 34.7% frente al 47.7% de las mujeres; lo anter ior indica que dentro de los 
sectores de act ividad los hombres abarcan el 77.8% de la población mientras que 
las mujeres el 94%. 
 
Destaca el Consejo Nacional de Población, CONAPO (2001), que en las t res úl t imas 
décadas se ha presenciado el aumento del número de hogares que cuentan con la 
contribución económica de las mujeres, que representa más de la mitad (13.4 
mil lones). De este conjunto de hogares, en cuatro de cada diez de el los (5.5 
mil lones) la mujer es la contribuyente única o la contribuyente principal de los 
ingresos; esto revela que en los hogares mexicanos se están produciendo cambios 
en los papeles o roles de sus miembros, en part icular los asignados 
tradicionalmente a hombres y mujeres. 
 
En cuanto a la s i tuación demográfica, la tasa global de fecundidad se redujo de 
7.3 hi jos promedio por mujer en la década de los sesenta a 2.13 en la actual idad. 
Asimismo, uno de los logros más sobresal ientes de México durante el siglo XX fue 
el notable descenso de la mortal idad, indicat ivo de una signif icat iva mejora en las 
condiciones generales de vida de la población. Como consecuencia la esperanza 
de vida de los mexicanos ascendió a 74.8 años en 2006 (72.4 hombres y 77.2 
mujeres). Los descensos en la mortal idad en los primeros años de vida son los que 
más han contribuido al aumento en la esperanza de vida. 
 
Hoekman (2007), dentro de la recopi lación que hizo de los t rabajos de CONAPO, 
hace algunos comentarios sobre el art ículo de “Mortal idad por causas y ganancias 
de vida en los úl t imos 25 años”, en el cuál se anal izan las causas de muerte por 
grupos de edad. Con respeto a esto se menciona que en el 2006 los preescolares 
tuvieron a los accidentes como la primera causa de muerte, seguidas por las 
defunciones causadas por enfermedades infecciosas y parasitarias. En los 
adolescentes y jóvenes la primera causa de muerte fueron los accidentes, 
envenenamientos y violencia seguida por los tumores mal ignos y los t rastornos 
mentales. En los adultos de 60 años y más, estos autores ubican a las 
enfermedades crónicas y degenerat ivas como las que ocupan las primeras causas 
de muerte; tal es el caso de las enfermedades cardiovasculares que ocasionaron el 
30% de las muertes de adultos mayores. La segunda causa de muerte fueron los 
tumores mal ignos para los hombres y la diabetes mel i tus para las mujeres. 
Finalmente, ot ras causas de muerte que son relevantes para los hombres a part i r de 
los 45 años de edad son las que se agrupan en las enfermedades digest ivas, en 
donde se agrupan la ci rrosis y las enfermedades crónicas del hígado, que son 
asociadas con el consumo de bebidas alcohól icas. 
 
Los cambios en los índices de natal idad y mortal idad de hombres y mujeres debido 
a los avances en la Medicina también ha posibi l i tado el aumento en la esperanza de 
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~ 3 ~ 
 
vida al nacer; en el documento real izado por CONAPO (2002) acerca de las 
proyecciones de la población para los próximos 50 años advierte que la esperanza 
de vida aumentará de 74 años en 2000 (71.5 para hombres y 76.5 para mujeres) a 
76.6 (74.2 y 79.1) en 2010, 79.8 (77.5 y 82.1) en 2030 y, f inalmente, a 81.3 años 
(79 para hombres y 83.6 para mujeres). Estos datos permiten observar un 
envejecimiento paulat ino de la población y un aumento en la tasa de mortal idad, 
que l igado a la disminución de la tasa de natal idad se proyecta que poco después 
de 2050 no sólo se habrá completa la t ransición demográf ica, sino que incluso el 
país experimentará una progresiva disminución de su población por crecimiento 
natural, fenómeno que ocurri rá por vez primera desde la culminación del periodo 
revolucionario (1910-1921). 
 
México se encuentra en una etapa avanzada de la t ransición demográf ica, con una 
tasa de crecimiento demográfico de 0.9%, cuya progresiva reducción cont inuará 
durante la primera mitad del siglo XXI; su población, en consecuencia, ya ha 
iniciado un proceso de t ransformaciónestructural de su composición por edad, que 
plantea grandes desafíos a los sistemas de educación, salud, y los de protección y 
seguridad social . Los desfases entre la dinámica poblacional y la económica 
cont inuarán siendo uno de los mayores desafíos del país en el siglo XXI. Como bien 
lo plantean Banegas, Giorgul i y De Ol ivei ra (2006, en: Hoekman, 2007), esta 
compleja relación se expresa en el mencionado “bono demográfico ”, que se ref iere 
la ventana de oportunidades para las personas. Donde para cristal izar dicha 
ventana se deberá est imular un círculo v irtuoso ent re empleo, ahorro e inversión. 
Asimismo, es necesario superar y vencer inercias y rezagos sociales y económicos, 
como la l imitada escolar idad y cal i f icación de la población en edad product iva. El 
aprovechamiento efect ivo dependerá del fortalecimiento de las capacidades 
product ivas de las y los jóvenes y, sobre todo, de la generación de empleos de 
cal idad al r i tmo que requiere el país. Por lo contrario es muy probable que el país 
siga perdiendo más de 200 mil jóvenes al año en su camino hacia la esperanza al 
exterior. Al cerrarse esta sal ida, que ha fungido como una válvula de escape, y al 
no encontrar al ternat ivas ni esperanzas en su propio país, el l lamado “bono 
demográf ico” de repente se convert i rá en una pesadi l la económica y social . 
 
Estos cambios en la estructura por edad se observa claramente en el número y 
peso relat ivo que t ienen los niños y adolescentes menores de 15 años; cuando en 
2000 eran 33.6 mil lones, ya en 2006 son 32.2 mil lones. Por el contrario, la 
población en edades laborales (15 a 64 años) aumentó de 60.3 a 67.1 mil lones 
entre 2000 y 2006; y los adultos mayores (65 años o más) se incrementaron en 994 
mil , al pasar de 4.6 a 5.6 mil lones. El cambio en la estructura por edad tendrá 
impactos evidentes en la demanda de servicios por educación, mientras que la 
matricula educat iva se reduci rá durante el ciclo primario, lo que podría conducir a 
una mejor la cal idad educat iva, el ciclo de educación media superior y superior 
tendrá un incremento evidente por la inercia del crecimiento demográf ico del 
pasado. También tendrá impl icaciones en la demanda de acceso a servicios 
básicos, de salud, vivienda, entre ot ros. 
 
Llama la atención la relat iva ausencia de estudios recientes sobre los niveles y 
tendencias de la fecundidad y los patrones reproduct ivos de la población, en su 
relación con la pobreza y la di ferenciación socioespacial y cultural . 
 
 Mendoza (2006, en: Hoekman, 2007) en su art ículo sobre “Planificación familiar : 
logros en la úl t ima década y retos futuros”, evidencia que los jóvenes siguen 
enfrentando importantes obstáculos en el p leno ejercicio de sus derechos 
reproduct ivos. Los resultados de la reciente Encuesta de la Dinámica Demográf ica, 
2006, presentados por CONAPO, muestran que cada vez más, una mayor cant idad 
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de jóvenes entran a la vida sexual act iva y el inicio es más temprano (15.9 años). 
Asimismo, señala que el número de jóvenes menores de 20 años que tuvieron 
embarazo se ha incrementado en la úl t ima década. Por ot ra parte, aun cuando la 
cobertura ant iconceptiva entre la población (femenina) en edad reproduct iva se 
incrementó en 2.4 por ciento en este mismo período, la información reciente 
evidencia un retroceso signif icat ivo de la cobertura ant iconceptiva, entre la 
población joven. Por el lo, es importante explorar cuáles son las causas que 
expl ican este comportamiento, y también cuáles son la impl icaciones a nivel 
famil iar, individual, social . Desarrol lar estudios en este ámbito, también debe ser 
impulsado desde la academia y entre las nuevas generaciones de estudiantes en 
Demografía, Sociología, Psicología, Antropología y ot ras áreas af ines. Considero 
que el t rabajo mult idici ipl inario permit i ría encontrar formas de prevenir este t ipo de 
si tuaciones al desarrol lar programas de prevención. 
 
En el art ículo de Menkes y Mojarro (2006, en: Hoekman, 2007), sobre “preferencias 
reproduct ivas”, los hal lazgos más relevantes hacen referencia a la permanencia del 
tamaño de famil ia deseado de las mujeres unidas, que es de al rededor de 3 hi jos, 
desde f inales de la década de los noventa. Asimismo, estos autores observaron que 
las mujeres más jóvenes, las que t ienen mayores niveles de escolaridad, las que 
viven en contextos urbanos, las que no hablan lengua indígena y las que trabajan, 
son las que reportan una paridad menor con un ideal de hi jos menor respecto a 
aquel las mujeres en condiciones opuestas. 
 
En cuanto a la migración , los resultados mostrados por el art ículo de Part ida y 
Martínez (2006, en: Hoekman, 2007) sobre “Migración Interna”, muestran 
impactantes resultados sobre las transformaciones de los f lujos migratorios en las 
úl t imas décadas y su vinculación con los procesos de desarrol lo económico, 
muestran los cambios experimentados en la migración interna en los pasados veinte 
años en México que se ha caracterizado por crecimiento más rápido de las ciudades 
intermedias respecto a las grandes metrópol is. La intensif icación de la movi l idad 
interurbana también es ot ra t ransformación junto con el incremento de los f lujos 
migrator ios entre zonas rurales e incluso de la ciudad al campo. Otro elemento 
anal izado en la migración interna es la composición por edad de los migrantes. 
Estos autores anal izan cómo las personas migran en la juventud y en las primeras 
edades adultas; en este sent ido, el grupo de personas entre los 15 y 29 años 
presentaban la movi l idad terri tor ial más intensa. Conforme la edad avanza los 
desplazamientos son menos f recuentes. Un hal lazgo interesante de este t rabajo y 
que ameri tará anál isis posteriores es la disminución reciente en la intensidad de la 
migración interna, esto es el decremento en el número de migrantes interestatales. 
 
La dinámica económica global izadora es la responsable de la magnitud e intensidad 
extraordinarias de los movimientos migratorios internacionales en los úl t imos años. 
 
Otro tema relevante es el de la migración internacional. Como bien lo señalan Leite 
y Prieto (2006, en: Hoekman, 2007), el desempeño económico de México ha estado 
lejos de responder sat isfactoriamente a las presiones originadas por el cambio 
social y demográf ico y, la expresión más acabada de esta tensión estructural es la 
intensidad del fenómeno migratorio internacional. Al respecto se señala que 577 mi l 
mexicanos dejaron anualmente nuestro país, lo cual representa una pérdida neta de 
535 mil personas con respecto a Estados Unidos. Asimismo, el art ículo “Población, 
desarrol lo rural y medioambiente”, ref iere que 52 por ciento de los hogares que 
reciben remesas en México se encuentran en local idades menores de 2 500 
habitantes, y que esos recursos no han conducido a una inversión signif icat iva en la 
agricultura o a la creación de otras empresas. Estos resultados imponen el reto de 
estudiar con mayor profundidad, qué está sucediendo en las local idades de origen 
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~ 5 ~ 
 
de la migración internacional. Cuál es la si tuación de las personas que se quedan 
atrás, quién se queda como responsable del hogar y que papel desempeña. 
 
También es de interés el tema de los t ransmigrantes, que pasan por México para 
l legar a los Estados Unidos. Muchos se quedan en el camino, se establecen 
temporalmente en alguna ent idad, otros son deportadosy muchos sufren enormes 
atropel los a sus derechos humanos. 
 
En los otros temas que aborda el CONAPO en esta publ icación se señalan dos 
aspectos contrastantes del proceso de la dist r ibución de la población; si bien, sigue 
habiendo una enorme concentración en las grandes metrópol is, según los nuevos 
resultados del Conteo de Población y Vivienda 2005, destaca la reducción del r i tmo 
de crecimiento urbano y la pérdida del poder concentrador de estas principales 
metrópol is del país, f rente al mayor dinamismo demográf ico y la creciente 
importancia económica de ciudades de menor tamaño. Por ot ro lado, se mantiene e 
incluso se ha incrementado la dispersión poblacional de las local idades menor de 
2500 habitantes con la consecuente condición de marginación de la población en 
estos contextos (Vargas, 2007). 
 
Retomando los factores natal idad, mortal idad y migración se espera que en las 
próximas décadas pueda haber dos tendencias; la primera es aquél la que proyecta 
una población y tasa de crecimiento mínimas y de migración constante de México 
hacia Estados Unidos; la segunda es aquél la donde se espera un crecimiento de 
población mínimo pero con una tasa de migración en descenso; una expl icación a 
esto úl t imo es que una parte signif icat iva regresará a México a pasar los úl t imos 
años de su vida, gozando una pensión de ret i ro originada en una larga estancia 
laboral en E.U. (CONAPO, 2002). Lo anterior, permite vislumbrar que una parte 
importante de las famil ias mexicanas tendrán un aumento de integrantes adultos y 
adultos mayores, posiblemente las famil ias extensas i rán en aumento, junto con las 
uniparentales y unipersonales, lo que también hace pensar en las oportunidades de 
trabajo para esta población y de los di lemas culturales que puedan exist i r en las 
famil ias migrantes. 
 
También ha tenido lugar en las úl t imas décadas del sig lo XX una serie de 
transformaciones culturales de gran relevancia para el mundo famil iar. Di recta o 
indi rectamente estas transformaciones han culminado en la modi f icación de las 
expectat ivas culturales de lo que son o deben ser las mujeres, dando pie a la 
construcción de nuevas imágenes de la feminidad, menos centradas en la 
maternidad (Roussel , 1987, en: Ar iza y de Ol ivei ra, 2001). Una serie de procesos 
sociales anteceden a las nacientes representaciones sociales de la mujer, como, la 
entrada masiva de éstas a la educación media superior, la urbanización, la 
exposición cont inua a ot ras cultura vía los medios de comunicación de masas, el 
creciente individual ismo, el control de la fecundidad, la cada vez mayor 
incorporación de la mujer a la act ividad económica remunerada (Ariza y de Ol iveira, 
2001). Además, padres de los sectores populares han dejado de considerar 
atentatorio a su dignidad de varones el mostrarse en la cal le l levando en brazos a 
sus hi jos, o real izar tareas propias de su cuidado. 
 
Por ot ra parte los hogares nucleares completos siguen siendo predominantes y las 
famil ias extensas y las compuestas han mantenido su peso relat ivo en las úl t imas 
décadas. Con f recuencia, la persistencia de las famil ias extensas, es interpretada 
como una respuesta f rente a la adversidad económica. Hay una mayor diversidad de 
arreglos famil iares en las áreas urbanas de América Lat ina. De hecho las famil ias 
con jefatura femenina t ienen gran relevancia para el estudio de los cambios en la 
vida fami l iar. Entre los factores expl icat ivos más relevantes están la disolución 
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famil iar, la mortal idad di ferencial por sexo, la migración interna e internacional 
mascul ina, así como la maternidad en soltería y la prevalencía de elevados niveles 
de violencia domestica asociados al alcohol ismo, drogadicción y pobreza. 
 
Tipos de familias. 
 
Se pueden mencionar las familias según el sexo predominante en las unidades 
famil iares con base en los datos ci tados en el Sistema Nacional de Desarrol lo 
Integral para la Fami l ia, SNDIF (2005), el tono y las formas de relaciones famil iares 
son diferentes, de acuerdo a que la famil ia tenga una composición especif ica de 
personas de diverso sexo. Es al tamente signif icat ivo si todos los hi jos l legan a 
tener un mismo sexo o se conjugan ambos de manera pareja o con cierta 
desigualdad. El tono del ambiente famil iar va a ser di ferente y la social ización de 
sus miembros también. 
 
Con respecto al tipo de familias según la edad de sus componentes y distancias 
generacionales donde están agrupados por a) la di ferencia de edad entre los 
padres; la di ferencia de edad se ha ido modif icando, en el Censo Nacional de 1990 
(SNDIF,2005) regist ro dos años de di ferencia; esto quiere decir que al acotarse 
esta di ferencia entre hombre y mujer, se regist ro un tendencia a la igualación de las 
capacidades y experiencias de las mujeres f rente a los hombres. Esto puede 
produci r efectos sobre la equidad del poder famil iar; b) la di ferencia de edad entre 
padres e hi jos; entre padre e hi jo mayor es de 24 a 27 años y entre madre e hi jo 
mayor es de 22 a 25 años, esta aumenta para los hi jos menores. Esto nos muestra 
una diferencia generacional de más de un cuarto de siglo. Y en este sent ido los 
cambios socioculturales son notables, es ahí donde entran intermediar ios 
generacionales como tíos, primos, maestros; c) la di ferencia de edad entre 
hermanos; ahora la di ferencia de edades entre hermanos se minimiza con la 
reducción de la fecundidad materna. 
 
Los datos aportados por una encuesta específ ica, representat iva del conjunto de 
famil ias existentes hasta 1993 en la Cd. México, según el ciclo vi tal : a) famil ias de 
inicia l formación 19%, b) famil ias de etapa educat iva de hi jos menores 38%, c) 
famil ias de etapa avanzada con hi jos 23%, d) famil ias de etapa posterior a la sal ida 
de los hi jos 20%. Cabe mencionar que los ciclos vi tales dan lugar a una topología 
famil iar sumamente importante para la conocimiento de lo que son las famil ias en 
sus diversas etapas. Estas no solo son producto de una condición biológica, sino de 
lo que l lamaría una “arquitectura humana” que hay que aprender a construi r de 
acuerdo a las condiciones y ci rcunstancias de los diversos casos. La visión famil iar, 
nos ayuda a comprender este sent ido de la vida y esta variedad de unidades 
famil iares en su momento en que están viv iendo. 
 
La t ipología de las famil ias según la formalización institucional de la pareja, aquí 
se pueden ver t res modal idades: a) famil ias apegadas con la normatividad colect iva, 
es deci r, el matrimonio es contraído por la ley civi l y rel igiosa o un miembro de la 
pareja muere y el ot ro aparece como viudo. B) las que responden a una 
normatividad intermedia, es deci r, el matrimonio es contraido solo por la ley civi l 
(89% de la población), solo por la rel ig iosa, divorcio civi l pero no rel ig ioso. C) 
famil ias que no siguen una normatividad formal como, unión consensual (25% de las 
uniones informales legalmente), separación sin residencia común, en la que un 
padre vive con sus hi jos. Esto ref leja un tendencia hacia las formas de organización 
famil iar no normativas. Las famil ias nuclear- conyugal según el procesamiento de 
los datos censales, un 70% u 80% de las unidades famil iares adoptan la forma de 
famil ia nuclear; porque incluyen en el a las famil ias uniparentales (20.6% de 
jefatura femenina), parejas sin hi jos, famil ias nucleares separadas (SNDIF, 2005). 
 ΨΨΨΨ REPORTE DE EXPERIENCIA PROFESIONALREPORTE DE EXPERIENCIA PROFESIONALREPORTE DE EXPERIENCIA PROFESIONALREPORTE DE EXPERIENCIA PROFESIONAL~ 7 ~ 
 
 
Los hogares nucleares completos siguen siendo predominantes y las famil ias 
extensas y las compuestas han mantenido su peso relat ivo en las úl t imas décadas. 
Con f recuencia, la persistencia de las famil ias extensas, es interpretada como una 
respuesta f rente a la adversidad económica. Hay una mayor diversidad de arreglos 
famil iares en las áreas urbanas de América Lat ina. De hecho las famil ias con 
jefatura femenina t ienen gran relevancia para el estudio de los cambios en la vida 
famil iar. Entre los factores expl icat ivos más relevantes está la disolución famil iar, la 
mortal idad di ferencial por sexo, la migración interna e internacional mascul ina, así 
como la maternidad en soltería y la prevalencía de elevados niveles de violencia 
domestica asociados al alcohol ismo, drogadicción y pobreza. Esto nos l leva a 
pensar en una nueva forma de establecer la red famil iar mult idoméstica, sin caer en 
la famil ia extensa de antes pero tampoco en el aislamiento de unidades famil iares. 
Y esto también l leva a pensar en la sat isfacción de las necesidades afect ivas y 
sexuales, a t ravés de formas diferentes a las que plantean los modelos de famil ia 
basados en el matrimonio t radicional y en una nueva perspect iva de género. 
 
1.2 Principales problemas que presentan las familias. 
 
Actualmente el desempleo, la violencia, la inseguridad y los demás problemas 
sociales t ienen un impacto di recto en la famil ia y ésta se ha vuelto más vulnerable. 
 
La famil ia ha sufrido cambios estructurales a lo largo de la historia debido a su 
adaptación al contexto sociocultural . Debido a el lo, ha resultado complicado 
construi r una def inición que involucre todo los aspectos que gi ran al rededor y 
dentro de la misma. Por la complej idad del término, se han ido generando diferentes 
conceptos que pretenden enmarcarlo desde el punto de vista psicológico, 
pedagógico, sociológico y antropológico (Gómez y Núñez, 2005 en: Cast i l lo, 
Treviño, Chapa, et. Al. 2005). 
 
Existen organismos y declaraciones que, por su carácter internacional, respaldan 
aproximaciones ampl iamente di fundidas del concepto de famil ia. La Organización de 
las Naciones Unidas (ONU) establece en la Declaración Universal de los Derechos 
Humanos (1998, op. Cit ), art ículo 16.3 que “la fami l ia es el elemento natural o 
fundamental de la sociedad y t iene derecho a la protección de la sociedad y del 
estado”. En la Conferencia Internacional de Doha para la Famil ia (2004 op. Cit ) se 
hace alusión a ésta como agente de desarrol lo social , económico y cultural . En la V 
Conferencia Interamericana de la Famil ia (2000 op. Cit ), promovida por la 
Organización Mundial para las Famil ias (OMF), se def inió el término como “la 
unidad básica de la sociedad que real iza funciones sociales esenciales, y si rve 
como fuente de estabi l idad, cont inuidad y desarrol lo”. 
 
En el caso de México, el concepto de fami l ia también se respalda por un pacto. El 7 
de noviembre del 2003, en el Congreso Internacional sobre la Famil ia se acordó el 
Pacto de México por la Famil ia. El documento consta de diecisiete art ículos cuyo 
contenido osci la desde la concepción de fami l ia, hasta la implementación de las 
polí t icas públ icas con perspect iva de famil ia. En el Art ículo 1 de este documento se 
af i rma lo s iguiente: 
 
“La famil ia es el grupo de personas que se encuentran vinculadas por una relación 
de parentesco, por consanguinidad, af in idad o legal , derivadas del nacimiento, 
matrimonio o adopción reconocidas por la Ley. El fundamento de la sociedad y el 
Estado radica en la famil ia, puesto que es dentro del seno fami l iar donde la persona 
t iene su origen y alcanza su desarrol lo más pleno” (Congreso Internacional sobre la 
Famil ia, 2003, en: Cast i l lo, Treviño, Chapa, et. Al . 2005. p.02, pag. 23) 
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~ 8 ~ 
 
Lo antes nos hace ref lexionar sobre la importancia que le da el estado a la famil ia, 
pero tal pareciera que la ve como un único sistema y estructurado o construido de 
una única forma, donde dentro de la famil ia están cada uno de sus miembros y que 
además las famil ias ahora están pasando por una serie de t ransformaciones, como 
efecto de la global ización y los cambios macrosocia les que se están dando en 
México y en el mundo. Con lo cual tanto las famil ias como sus miembros están 
teniendo que t ransformar, sus funciones, relaciones e interacciones. 
 
Cast i l lo, Treviño, Chapa, et. a l . (2005) ref lexionan sobre qué pasa con el contenido 
del art iculo 1 ante los cambios que el país vive, pues las transformaciones 
socioeconómicas, han tenido entre sus consecuencias inmediatas la cont inua caída 
del ingreso famil iar, la necesidad de maximizar el apoyo económico de los 
integrantes del hogar (co-residentes o no) y, por ende, una mayor presión hacia la 
part icipación económica femenina, procesos todos con hondas repercusiones sobre 
la organización de la vida domestica y la convivencia famil iar 
 
Por ot ro lado, al maximizar el apoyo económico a t ravés de otros integrantes como 
son las mujeres, las cuales comienzan a tomar decisiones y la dist r ibución más 
igual i taria de las labores domesticas, ante esto el varón puede sent i r amenazado su 
papel de proveedor y mascul inidad, lo cual desencadena una opresión y violencia 
hacia las mujeres (Ariza y de Ol ivei ra, 2001). 
 
El conjunto de t ransformaciones sociales, económicas, demográf icas, culturales 
antes señaladas, aun cuando no está focal izada en la v ida famil iar, han tenido 
consecuencias sobre la famil ia, por lo que a cont inuación se presentara el anál isis 
que hacen diversos autores sobre las problemática famil iar. 
 
Ar iza y de Ol ivei ra (2001), mencionan que en el plano de la famil ia, ante estos 
cambios socioeconómicos y demográf icos, las si tuaciones de riesgo e incert idumbre 
surgen de t res fuentes: 
 
1. De las restricciones que las actuales condiciones de fragmentación, 
polarización e inseguridad del mercado de trabajo imponen a la famil ia como 
vehículo de movi l idad social y unidad socioeconómica de producción y 
consumo. 
 
2. De la manera inequi tat iva en que la propia famil ia redist r ibuye los recursos 
sociales a los que t iene acceso y el modo en que esta dist r ibución está 
afectada por su part icular ubicación en la estructura social (composición 
interna de los hogares). En México se ha documentado, que la presunción de 
que la dedicación a la famil ia es la función esencial de las mujeres a 
disuadido a padres de zonas rurales a proporcionar a las hi jas mayores 
niveles de escolaridad. Otros estudios surgieron que la escis ión de los hi jos 
del hogar (niños de la cal le) es di ferencial según el ciclo vi ta l de la famil ia, 
edad y sexo del menor. Los más desfavorecidos son los varones, pues la 
cal le se ve como un espacio más a f in a la mascul inidad. También otros 
riesgos, como la violencia domestica, el embarazo adolescente, la 
desnutrición, el abandono escolar y la drogadicción son diferentes según el 
sector social , t ipo de famil ia, género y edad. 
 
3. De las certezas decrecientes que la fami l ia es capaz de proporcionar como 
alternat iva de futuro personal en un contexto de creciente individual idad. 
Alternat ivas de real ización personal que entran en contradicción con el 
modelo normativo (matrimonio), lo cual puede induci r a al ternat ivas que no 
conducen a alcanzar el ideal de desarrol lo personal. 
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~ 9 ~ 
 
 
Sistema Nacional de Desarrol lo Integral para la Famil ia, SNDIF(2005), en el 
prediagnóst ico sobre la dinámica famil iar, plantean una serie de problemáticas 
derivadas de la conformación famil iar a consecuencia de los cambios antes 
descri tos: 
 
• Problemática en cuanto a las condiciones contextuales socioespaciales y 
socioeconómicas. La condición de pobreza y carencias extremas. La 
condición de precariedad los ambientes vecinales en donde la part icipación 
comunitaria e interfamil iar se desarrol le dignamente. 
 
• Problemática en cuanto a las v inculaciones sociales y a la conformación de 
los hogares. Estructuración social desart iculada desde el nivel mismo de las 
famil ias. La famil ia nuclear signif ica, un pequeño mundo doméstico, un tanto 
aislado de las vinculaciones con sus mismos parientes y organizaciones 
sociales. Esto l leva a tener desequi l ibrios y necesidades insat isfechas de sus 
miembros. 
 
• Las cr isis producidas por los cambios de vinculación entre sus miembros 
básicos según sus sexos y edades . La reivindicación femenina f rente a la 
autoridad ejercida por el hombre viene produciendo crisis en las relaciones 
mari tales. Así la violencia famil iar t iene una incidencia alarmante. Por otro 
lado, la crisis de las relaciones intergeneracionales y la educación de los 
hi jos, la cual se manif iesta desde la rebeldía de niños y adolescentes, la 
confusión sobre la manera de educarlos y encauzarlos cuando la di ferencia 
educat iva-escolar entre padres e hi jos es todavía muy grande y frente a 
tantas inf luencias venidas del mundo exter ior (medios de comunicación y 
grupo de amigos). 
 
• Problemática en cuanto a la crisis de valores culturales en la vida famil iar . 
Predomina la act i tud ambivalente en la que los comportamientos no 
responden a los, valores declarados conforme a la enseñanza t radicional , 
pero tampoco resultan coherentes a una nueva concepción valoral , acorde a 
las nuevas necesidades de la vida, requeridas de una orientación ét ica más 
del ethos t radicional. 
 
• Problemática en cuanto a la cohesión fami l iar y a su dinámica de 
desintegración grupal en el curso de las diversas etapas y las dist intas 
generaciones . a) Malos t ratos con violencia famil iar en famil ia de origen y 
reproducidos en nuevas famil ias. B) Rupturas y pérdidas de relación afect iva 
y unión fami l iar. C) Separación y divorcio. D) Conf l ictos entre padres e hi jos y 
distanciamiento generacional. E) Pugnas y conf l ictos entre hermanos y 
distanciamiento de adultos. F) Alejamiento, desinterés y abandono por padres 
de mayor edad. 
 
 De acuerdo a algunas invest igaciones que evidencian cómo en algunas famil ias 
existen diversos problemas, Rodríguez (1999), menciona que estos existen tanto 
en el desarrol lo de los roles, especialmente los parentales y en la asunción del 
l iderazgo, como en la escasa del imitación de los sistemas (con insuf ic iente 
del imitación de los l ímites generacionales), así como la tendencia a la inestabi l idad 
psicosocial de los individuos en los subsistemas, por lo que el la se ref iere a estas 
famil ias como famil ias con múlt iples problemas o mult iproblemáticas. En ese 
sent ido dicha autora anal iza varios aspectos que inf luyen en la diversidad de 
problemas en estas famil ias. 
 
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~ 10 ~ 
 
• Nivel social . 
Marcelo Pakman (Rodríguez, 1999) en un congreso de Terapia Famil iar en 
Canarias, en 1996, argumentaba que lo escandaloso de la pobreza es que es 
al tamente predecible lo que va a suceder. Son famil ias donde se dan con mayor 
frecuencia el paro, la aparición de enfermedades. Sus miembros ingresan con 
mayor frecuencia en la cárcel, t ienen menos oportunidades culturales y 
educacionales, mueren más jóvenes, etc. 
 
La desorganización económica y de vivienda de las famil ias mult iproblemáticas 
agrava las consecuencias de la miser ia. Las casas se hal lan con bastante 
frecuencia en estado de precariedad y de abandono. Las puertas se hal lan abiertas 
simból icamente y con gran faci l idad, realmente. Dentro de las casas, una 
característ ica común es la fal ta de del imitación de los espacios. Niños, 
adolescentes y jóvenes adultos pueden no tener habi taciones ni lugares propios 
út i les para la construcción de su propia ident idad personal , con consecuencias 
desconcertantes sobre la def inición de roles y de relaciones, con desl izamientos 
posibles, aunque no f recuentes, hacia promiscuidades incestuosas. 
 
Por lo tanto, la estructuración espacial y temporal de la experiencia cot idiana t iene 
aspectos caót icos, porque también las comidas, cuando las hay, no t ienen horar io 
predef inido. 
 
Minuchin (1967, en: Rodríguez, 1999) observa que estos niños y adolescentes 
desarrol lan una vivencia del t ipo: "No tengo un lugar propio en el mundo" y "El 
mundo si rve para est imularme. Yo soy un recipiente pasivo de la est imulación que 
me l leva aleatoria e imprevisiblemente, a la cual no podré jamás controlar". 
 
Las entradas económicas son a menudo i legales o provenientes de dist intos 
subsidios y son ut i l izadas para objet ivos famil iares por las mujeres y para objet ivos 
personales por los hombres. La suma global es siempre incierta. Existe mucha 
dif icul tad para programar entradas y gastos más al lá de horas o días y de f i jar 
cri terios de prioridad. Los t rabajadores sociales han aprendido a suminist rar objetos 
en lugar de dinero. En la casa existen objetos inút i les y costosos, mientras se da 
escasez de bienes de primera necesidad. 
 
• Ciclo vi tal . 
En las famil ias mult iproblemáticas no siempre coinciden en la relación entre vínculo 
afect ivo y vínculo legalmente reconocido. El aplazamiento del matrimonio se 
prolonga, las viudas no celebran un segundo matrimonio, no se legal izan las 
separaciones, ni se reconocen a los niños nacidos fuera del matrimonio, por tanto el 
conjunto de personas que viven dentro de una casa no coincide con el de la fami l ia 
legalmente reconocida (Rodríguez, 1999). 
 
Estas famil ias presentan un ciclo de vida especí f ico, en la medida en que sus 
etapas normativas se aglut inan y no presentan etapas di ferenciadas como en las 
demás famil ias. 
 
Por el contrario, la aceleración int rínseca de las etapas del cic lo vi tal famil iar en las 
famil ias pobres y las consecuentes modif icaciones de la estructura (por muerte, 
abandono, embarazo, desempleo de sus miembros) contribuye a la inestabi l idad de 
dicha estructura que no puede colaborar, por tanto, a las necesidades del desarrol lo 
individual de sus miembros (op.ci t . ). 
• Parental idad y conyugal idad. 
En las famil ias mul t iproblemáticas están deterioradas las funciones parentales, 
tanto en su vert iente nutricia como en su vert iente social izadora. La afectación de 
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~ 11 ~ 
 
las primeras obstacul iza la nutrición emocional, es deci r, no se transmite a los hi jos 
la seguridad profunda de que son queridos y valorados por sus padres. Los hi jos 
son inst rumental izados por sus padres y/o rechazados. En cuanto a las funciones 
social izadoras fal la la protección del niño respecto de su entorno ecológico y fal la 
la normativización o transmisión de normas y valores culturales, esto inhibe el 
desarrol lo de la consideración y el respeto a la sociedad, por parte del niño, por lo 
que establece una relación de conf l icto con su entorno (Rodríguez, 1999). 
 
También está deteriorada la conyugal idad.Con mucha f recuencia son parejas que 
se el igen de forma ut i l i taria, sus carencias les l leva a intentar obtener del ot ro lo 
que le fal ta a sí mismo, pero el ot ro lo f rustra una y ot ra vez porque tampoco t iene 
sat isfecha sus propias necesidades. Los cónyuges se ut i l izan mutuamente y 
consensuan dicha ut i l ización, pero son incapaces de darse afecto y reconocimiento. 
Los efectos sobre los hi jos son graves y complejos y con f recuencia se da el abuso 
sexual y el malt rato. 
 
En las famil ias mul t iproblemáticas se dan matrimonios de breve duración entre 
personas muy jóvenes que no t ienen t iempo de levantar una famil ia autónoma desde 
el punto de vista económico y de vivienda. 
 
A manera de conclusión se puede deci r que las t ransformaciones socioeconómicas, 
culturales y demográf icas sociales, por las que han atravesado las sociedades 
lat inoamericanas en las úl t imas décadas han afectado las estructuras famil iares, el 
embarazo adolescente, las separaciones, los divorcios y la cohabitación se han 
incrementado en alguna medida, el ingreso de la mujer al campo laboral, cambios 
en las concepciones de las funciones y roles de género. Como resultado de la 
pérdida de importancia del modelo famil iar del jefe-varón como proveedor exclusivo, 
se han reestructurado parcialmente las estrategias de organización famil iar. 
También se han alejado de los patrones t radicionales las formas de convivencia 
entre géneros y generaciones en algunos sectores sociales, aunque persistan 
fuertes inequidades al interior de la famil ia y ent re sectores sociales. 
 
 
1.3. La Terapia Familiar Sistémica y Posmoderna como alternativa para abordar 
la problemática señalada. 
 
La famil ia es el elemento más ínt imo y vulnerable de una sociedad. Es 
indispensable trabajar a favor de las famil ias pues en la medida en que contemos 
con famil ias que reconozcan y hagan uso de sus recursos indiv iduales y como grupo 
habrá menos vulnerabi l idad entre sus miembros. 
 
Las conductas posit ivas y los valores adquir idos en la famil ia se desplegarán en la 
sociedad, lo que puede contribui r a su desarrol lo y a la pervivencia de la misma. 
A lo largo de la historia de la Psicología se han desarrol lado diversas 
aproximaciones teórico-f i losóf icas respecto a la comprensión y expl icación del ser 
humano. En dichas aproximaciones y especialmente en el campo de la psicología 
cl ínica, se han propuesto dist intas nociones respecto a los procesos de formación 
de los problemas psicológicos y se han buscado medios para su solución (Programa 
de Residencia en Terapia Famil iar Sistémica, 2001). 
La Teoría General de los Sistemas junto con la Epistemología Cibernét ica han sido 
la base para el abordaje de la terapia famil iar que ha permit ido la comprensión de 
los problemas psicológicos al tomar en cuenta las interrelaciones que se dan en los 
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grupos sociales. La observación de la conducta en interacción cont inúa con el 
contexto, y el enfoque en la mutua determinación entre ambos ha permit ido 
comprender los procesos de cambio y ret roal imentación que se dan en dichas 
relaciones. La Cibernét ica de Segundo orden consideró la inclusión del observador 
en el sistema y su part icipación en el sistema observado, lo que permit ió expl icar 
como inf luyen los sistemas de observación en la construcción de la experiencia 
humana y en part icular del trabajo terapéutico. Estos dos enfoques aunados a la 
Teoría de la Comunicación Humana, han sido la base de dist intos modelos de 
intervención terapéutica, que han tenido un fuerte impacto en la comprensión e 
intervención de problemas de salud mental y en específ ico de las famil ias. Entre 
éstos se pueden ci tar los modelos estratégicos, estructural , de terapias breves, 
modelo de Milán, el enfoque de soluciones entre ot ros (op. ci t . ). 
El abordaje de las famil ias con diversos problemas ha const i tuido un importante 
desafío para terapeutas y operadores de los servicios sociales. Estas famil ias no 
suelen real izar demandas de terapia porque aunque existan síntomas y sufrimiento, 
fal ta la pet ición de ayuda psicológica, porque también fal ta el reconocimiento de 
cualquier problema de esta naturaleza. 
Muchas veces los niños y adolescentes suelen ser el motivo de las pet iciones de 
ayuda y, en la mayoría de las ocasiones, quien hace la demanda es una inst i tución, 
no la propia famil ia (médicos, escuela, Tr ibunal Tutelar de Menores, entre ot ras). 
A cont inuación se presentan las ideas de algunos autores con respecto de los 
puntos de intervención ante los problemas que aquejan a las famil ias y sus 
miembros: 
Para Nieto (1997en: Rodríguez, 1999) los objet ivos de la evaluación e intervención 
famil iar inicia les deben inclui r: 
• Delimitar el área de intervención de forma que no quede ahogado por ot ros 
aspectos, ya que cont inuamente aparecen acontecimientos estresantes en 
estas famil ias. Es importante que el terapeuta se centre en los aspectos 
subyacentes. 
• Redefini r el problema dentro del ciclo vi tal famil iar y dentro de las relaciones 
famil iares. 
• Conducir a la famil ia a ver al paciente ident i f icado de modo dist into (su 
función y el problema), señalar la importancia de seguir con la terapia y 
acudir a la próxima sesión marcada. 
Hines (1989, en: Rodríguez, 1999) propone las siguientes orientaciones para la 
intervención terapéut ica: 
• Ser claro, desde el principio, en el t ipo de ayuda que se puede aportar, 
marcando las di ferencias con otros servicios. 
• Encuadrar el problema en el contexto de los múlt ip les sistemas con los que la 
famil ia se encuentra impl icada. Es importante inclui r en la conceptual ización 
del problema y en algunas sesiones terapéuticas (sí es posible) a 
profesionales de esa red de sistemas. 
• Defini r y l levar a cabo objet ivos de tratamiento que sean claros y 
signif icat ivos para la famil ia. 
• Mediante la dist inción entre observador y actor l levar a los dist intos miembros 
de los dist intos subsistemas a observar las emociones que subyacen a las 
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~ 13 ~ 
 
relaciones para posteriormente real izar un feedback posterior. Esta técnica 
es ut i l izada por Minuchin. 
• Conferi r poder personal a cada miembro, en el sent ido que vea que t iene 
control sobre su comportamiento y sobre su vida. 
• Trabajar con vista a desarrol lar y expresar las capacidades no ut i l izadas por 
la famil ia y que están latentes. 
• Pensar contextualmente, es deci r, tener en cuenta el carácter adaptat ivo de 
algunos comportamientos desviados y ayudar a la famil ia a cambiar su forma 
de expresión. 
• No intervenir en todas las si tuaciones de crisis, concentrarse en los procesos 
que mantienen los problemas y los síntomas. 
• Dar pr ioridad al entrenamiento de act i tudes y conductas, porque en estas 
famil ias es más fáci l comenzar a cambiar desde el comportamiento antes que 
en el ámbito de opiniones y sent imientos. 
• Evitar quemarse. Asociarse con otros terapeutas que t rabajan el mismo t ipo 
de problemas, discut iendo el impasse y los cambios obtenidos. 
Juan Luis Linares (Rodríguez, 1999), proponía como l ínea guía de la intervención 
con las famil ias: 
• En el ámbito individual: Como los sent imientos y las conductas son intensos y 
el nivel cognit ivo pobre y monótono, el t rabajo terapéutico debería i r dir igido 
a faci l i tar el control y la maduración al n ivel de excesos de sentimientos y 
conductas al igual que est imular para su desarrol lo lo cognit ivo. 
• En el ámbi to famil iar: Ayudar a deshacer creencias y valores marginales que 
entorpezcan la evolución, así como faci l i tar el aumento de ri tos y el compart i r 
emociones. Es beneficioso tener en mente estas dos preguntas: ¿Qué hay 
que potenciar?, ¿Qué hay que f renar?. 
El posmodernismo ha dado lugar a expl icaciones sobre como se construye la 
real idad, sobre el papel que juega la construcción de signif icados y el lenguaje en 
la experiencia de las personas. Dentro de este marco epistemológico han surgido 
algunas al ternat ivas terapéuticas que toman como base los principios del 
Construccionismo Social , entre ot ros, lo que también ha dado importantes 
aportaciones al t rabajo terapéutico. 
 
Pakman (1997) argumenta que en los contextos de pobreza y disonancia cultural es 
donde nos resulta más fáci l ser conscientes de las l imitaciones teóricas, práct icas y 
sociales de la psicoterapia. Estas l imitaciones provienen del hecho, entre ot ros, de 
que se pretende "resolver problemas" con medios técnicos racionales, ocultando en 
real idad que muchas veces se t ratan de di lemas para los que no se pueden adoptar 
soluciones claras y que reclaman que se adapten posiciones morales. 
 
Para él "ver el mundo como una construcción" viene como resultado de nuestra 
capacidad de actuar. Esta úl t ima es una dimensión a ganar. Argumenta que le 
interesa el Construccionismo Social y el Construct ivismo como metodologías para 
recuperar la capacidad de actuar. Para que sean metodologías t ienen que const i tu ir 
práct icas ref lexivas de seres encarnados. La psicoterapia es una práct ica social de 
seres encarnados: no hay mentes si no hay cerebros cerca, pero las mentes se 
encuentran también en t radiciones de dist into t ipo: de famil ia, clase social , 
t radiciones étnicas, de género. La psicoterapia puede ser un espacio para 
ref lexionar sobre las condiciones de vida. 
 
Dicho autor comenta que la terapia como práct ica social crí t ica de la normalidad 
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t iene un papel descolonizador, polí t ico y espi ri tual. Comenta que la práct ica 
descolonizadora genera una dimensión espir i tual en la que la sol idez del mundo es 
cuest ionada y cree que una organización de sujetos humanos sólo se mantiene así 
misma si encarna un proyecto utópico que sería la construcción cot idiana de un 
espacio espi ri tual. Sabe que la tarea es di f íci l y enorme, pero nos anima a todos a 
comprometernos a resist i r en damos por vencidos, porque sabe que no quedan 
muchos espacios donde ejerci tar este proceso ref lexivo. Como terapeutas tenemos 
diar iamente la posibi l idad de recrear un espacio así. Y nos invi ta a no subest imar 
las repercusiones de estas práct icas locales l imitadas, así como a negarnos a la 
invi tación de sumamos al rebaño, aunque nos l lamen trasnochados y utópicos 
(Pakman, 1997). 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 ΨΨΨΨ REPORTE DE EXPERIENCIA PROFESIONALREPORTE DE EXPERIENCIA PROFESIONALREPORTE DE EXPERIENCIA PROFESIONALREPORTE DE EXPERIENCIA PROFESIONAL 
 
~ 15 ~ 
 
2. Caracterización de los escenarios donde se realiza el trabajo clínico 
 
2.1. Descripción de los escenarios. 
El Programa de Maestría en Psicología con Residencia en Terapia Famil iar forma 
parte del Programa de Maestría y Doctorado en Psicología que ofrece la UNAM. 
Este programa de residencia se imparte en dos ent idadades académicas: 
• La Facul tad de Psicología, C.U. 
• La Facul tad de Estudios Superiores Iztacala. 
 
Cada ent idad t iene escenarios para la práct ica cl ínica. En este caso se hablará de 
los tres escenarios con los que cuenta la FES Iztacala, en donde se desarrol laron 
las competencias profesionales requeridas en por la residencia en terapia Famil iar 
del Programa de Maestría en Psicología. 
 
Clínica de Terapia Famil iar de la FES Iztacala. 
 
Ubicación: Su di rección es Av. Barrios # 1, Los Reyes Iztacala, Tlalnepantla, 
Estado de México. Se encuentra en la planta al ta del edif icio de 
Endoperiodontología de la FES-Iztacala. 
 
Inf raestructura : Cuenta con dos amplias salas divididas por un espejo 
unidi reccional, una para el equipo terapéutico y ot ra para el terapeuta y la famil ia; 
entre los aparatos técnicos con los que cuenta están cámara de video, televisión, 
interfón, video casetera, micrófonos. 
 
Clínica Famil iar ISSSTE Tlalnepant la 
 
Ubicación: Su di rección es cal le Chi lpancingo #68. Col. Cei lán, Tlalnepantla, Estado 
de México. El consultorio de Psicología es el cubículo 12. 
 
Inf raestructura : este lugar no cuenta con un espacio que divida al equipo del 
terapeuta y la famil ia o persona atendida, por lo que el Sistema Terapéutico Total 
esta junto. En la supervisión se le dan indicaciones al terapeuta por medio de un 
pizarrón, que se ubica f rente al terapeuta y a espaldas de las personas atendidas, a 
espaldas de éstas se ubican los terapeutas del equipo, cabe mencionar que todos 
los terapeutas deben usar bata blanca dentro de las instalaciones. Entre los 
aparatos técnicos están, cámara de video, televisión, video casetera. 
 
 
 
 
 
 
 
 ΨΨΨΨ REPORTE DE EXPERIENCIA PROFESIONALREPORTE DE EXPERIENCIA PROFESIONALREPORTE DE EXPERIENCIA PROFESIONALREPORTE DE EXPERIENCIA PROFESIONAL 
 
~ 16 ~ 
 
Clínica de Terapia Famil iar del Colegio de Ciencias y Humanidades Azcapotzalco. 
 
Ubicación: Su di rección es Av. Aqui les Serdan s/n, Unidad Habitacional Francisco 
Vi l la, Del. Azcapotzalco. Se encuentra en el 2° piso del edif icio CILADIN. 
 
Inf raestructura : Cuenta con una sala en donde el equipo se reúne para hacer la 
revisión y discusión de los casos y donde además el terapeuta se encuentra con las 
personas atendidas. Por ot ra parte cuenta con una cámara de observación con 
espejo unidi reccional ; entre los aparatos técnicos con los que cuenta están cámara 
de video, te levisión, interfón, video casetera, mesa y si l las. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
2.2. Análisis sistémico de los escenarios (personal, redes, roles, 
organigrama, sectores implicados, fuentes de referencia, contexto, etc.) 
 
La Residencia en Terapia Famil iar con enfoque Sistémico propone capacitar al 
estudiante en la especial idad de la Psicología de al ta cal idad en el área de salud. 
Esta especial idad, con su visión integrat iva, permite abordar los problemas cl ínicos 
desde un ángulo interaccional entre el individuo y los ot ros sistemas sociales 
(pareja, fami l ia, sociedad), así como desde el construccionismo social , tomando en 
cuenta los di ferentes contextos en los que se desenvuelven (contexto social , 
inst i tucional, cultural , polí t ico, económico, etc. ) el lenguaje y la construcción de 
signif icados. 
 
Clínica de Terapia Famil iar de la FES Iztacala. 
 
Organigrama. 
Este escenario cl ínico ubicado en la FESI, se integra en lo que es la División de 
Invest igación y Posgrado (DIP). Dicha división t iene el propósito de coordinar los 
proyectos de invest igación y la docencia en el posgrado, promover y apoyar la 
superación académica de su personal académico, aprovechar los programas y 
proyectos de invest igación con el servic io remunerado, establecer necesidades y 
prioridades de los proyectos, además de dar seguimiento académico de los 
di ferentes grupos, y promover la obtención de f inanciamiento externo por los 
diversos grupos para cubri r los gastos de sus proyectos en desarrol lo (Gaceta 
Iztacala, 2005).Adscri ta a la Secretaria General Académica, de el la se desprende la Dirección de 
Invest igación y Posgrado, que cuenta con las secciones Administ rat iva y 
Académica con quienes se t iene un contacto di recto en lo que respecta a las 
act ividades de la residencia. 
 
La DIP también cuenta con el Comité Académico Auxi l iar de Invest igación y 
 ΨΨΨΨ REPORTE DE EXPERIENCIA PROFESIONALREPORTE DE EXPERIENCIA PROFESIONALREPORTE DE EXPERIENCIA PROFESIONALREPORTE DE EXPERIENCIA PROFESIONAL 
 
~ 17 ~ 
 
Posgrado (CAADIP), que es un órgano colegiado cuya función es apoyar, emit i r 
opiniones y desarrol lar act ividades académicas que le sean sol ici tadas por la 
di rección, el H. Consejo Universi tario y la propia div isión. Es así, como las 
act ividades de la Residencia en Terapia Famil iar, incluidas las que se desempeñan 
en el escenario cl ínico que se ubica en la FESI, están integradas a la DIP. 
 
FACULTAD DE ESTUDIOS SUPERIORES IZTACALA 
ORGANIGRAMA 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Responsables de la supervisión. 
Las responsables de la supervis ión en el escenario cl ínico de la FESI son la Mtra. 
Ofel ia Desatnik M., la Dra. Luz de Lourdes Egui luz R., la Dra. María Suárez C. y la 
Dra. Xochit l Gal icia M. 
 
 
Población Atendida. 
Se at iende a los alumnos, t rabajadores de la FES y al publ ico en general , se 
reciben canal izaciones de los servicios de la CUSI y del Departamento de 
Evaluación y Diagnost ico. El costo del servicio es una cuota mínima de 
recuperación. 
 
Modelos de Intervención. 
Se ut i l izan los modelos de Terapia estratégica, Terapia Breve, Estructural y 
Terapias Posmodernas. 
 
Clínica Famil iar ISSSTE Tlalnepant la 
 
Organigrama. 
La estructura organizat iva del ISSSTE, esta di r ig ido por un Director General, el cual 
t iene a su cargo la conducción y ejecución de las acciones operat ivas del Inst i tuto; 
este es auxi l iado por los Subdirectores Generales, Coordinadores Generales, el 
Vocal Ejecut ivo de la Comisión Ejecut iva, Delegados, Directores de Unidades 
Administ rat ivas desconcentradas y demás servidores públ icos de primer nivel que, a 
propuesta del mismo, nombre la Junta. 
 
La Subdirección dentro de la cual se puede ubicar a la C.M.F. Tlalnepanla, es la 
Subdirección General Médica, puesto que se encarga de normar, planear, 
supervisar, y evaluar la atención médica que por Ley se presta a la población 
derechohabiente a través de una red de servicios en t res niveles de atención 
DIRECTOR 
SECRETARIA GENERAL ACADEMICA 
DIVICIÓN DE ESTUDIOS DE POSGRADO 
DEPARTAMENTO DE APOYO A INVESTIGACIÓN Y POSGRADO 
UNIDADES DE INVESTIGACIÓN UNIDADES DE POSGRADO 
UMF UIICSE UBIPRO UBIMED Edificio deGobierno Endoperio 
Clínica T.F 
 ΨΨΨΨ REPORTE DE EXPERIENCIA PROFESIONALREPORTE DE EXPERIENCIA PROFESIONALREPORTE DE EXPERIENCIA PROFESIONALREPORTE DE EXPERIENCIA PROFESIONAL 
 
~ 18 ~ 
 
(primario, secundario y terciario). Dentro de las unidades de primer nivel, se 
encuentran Consultor ios Auxi l iares (C.A.), Unidades de Medicina Famil iar (U.M.F.) y 
Clínicas de Medicina Famil iar (C.M.F.); estas úl t imas, son unidades con mayor 
capacidad resolut iva de ocho a veinte consultorios, de uno a dos consultorios de 
Odontología General , uno de Epidemiología y Medicina Prevent iva, dos secciones 
de laboratorio y una sala con equipo f i jo de rayos "X"; además de estos servicios se 
agregan Planif icación Famil iar, Trabajo Social , así como Ult rasonografía, Nutrición 
y Gerontología. Proporcionan atención ambulatoria de problemas de salud comunes 
y de mayor f recuencia; se coordinan a t ravés de un di rector, un subdirector médico 
y un subdirector administ rat ivo. 
 
Para las unidades de segundo nivel, atendiendo daños poco f recuentes y de 
mediana complej idad de los pacientes que deriven del primer nivel para urgencias 
médico qui rúrgicas. Y en el tercer nivel, deberán real izarse act ividades para 
restaurar y rehabi l i tar la salud de los usuarios que presenten padecimiento de al ta 
complej idad diagnóst ica y de t ratamiento y que han sido remit idos por los ot ros dos 
niveles de atención. Dentro del ISSSTE no hay un área de Psicología como tal , pero 
dentro de la C.M.F. ISSSTE Tlalnepantla, existe un consultorio dest inado para dicho 
propósito el cual está a cargo de una psicóloga. 
ISSSTE TLALNEPANTLA 
ORGANIGRAMA 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Responsables de la supervisión. 
Las Responsables de la Supervisión en el escenario c l ínico del ISSSTE son la Mtra. 
Carmen Susana González y la Mtra. María Rosario Espinosa Salcido. 
 
Población Atendida. 
Los pacientes son únicamente derechohabientes del ISSSTE, la mayoría de las 
veces las personas son canal izadas por los médicos famil iares, son pocos los casos 
en que los pacientes l legan al área de Psicología. Al ser canal izados la psicóloga a 
cargo del área es quien los canal iza al servicio de Terapia Fami l iar según las 
necesidades de las personas. El servicio no t iene ningún costo. 
Subdelegación 
Medica
Subdirección
Médica
Coordinación de
Enseñanza e
investigación
Licencias
médicas
Consulta
externa
Medicina
Preventiva y
Salud R.
Odontología
Visitas
domiciliarias
Urgencias
Unidad de
Atención
Primaria para
La salud
Dirección
CMF
Subdirección
Médica
Coordinación de
Atención médica
Trabajo 
social
Jefatura
Enfermería 
Coordinación
De archivo
Coordinación
Cirugía 
J. Área de 
Abastos 
Recursos
humanos
Laborato.
clínico
Radio-
diagnostico
Estadística
CEYE
Curaciones
Inyecciones
Almacén
farmacia
J. Médica
Vigencia
derechos
J. Medica
Archivo
Clínico.
Psicología
Terapia
familiar 
 ΨΨΨΨ REPORTE DE EXPERIENCIA PROFESIONALREPORTE DE EXPERIENCIA PROFESIONALREPORTE DE EXPERIENCIA PROFESIONALREPORTE DE EXPERIENCIA PROFESIONAL 
 
~ 19 ~ 
 
Modelos de Intervención. 
Se ut i l izan los modelos de Terapia Breve Centrado en Problemas, Soluciones, 
Modelo Estructural y Terapias Posmodernas. 
 
Clínica de Terapia Famil iar del Colegio de Ciencias y Humanidades Azcapotzalco. 
 
Organigrama. 
El Colegio de Ciencias y Humanidades está conformado de una Dirección General y 
cinco planteles (Azcapotzalco, Naucalpan, Val lejo, Oriente y Sur). Su máximo 
órgano colegiado de gobierno es el Consejo Técnico y la conducción académica-
administrat iva de la inst i tución esta a cargo de la Dirección General. 
 
En la actual idad la Dirección General se encuentra conformada por las Secretarías 
General, Académica, Administ rat iva, Servicio de Apoyo al Aprendizaje, Planeación 
Estudiant i l , Programas Inst i tucionales, Comunicación Inst i tucional, e Informática. 
En específ ico, en la Secretaría Estudiant i l y sus di ferentes departamentos y áreas, 
es donde se presta el apoyo para las act ividades de la práct ica cl ínica en el CCH 
Azcapotzalco. 
 
A través de su departamento de Psicopedagogía que se encarga de la orientación 
educat iva y profesional y de su incorporación al modelo educat ivo de los alumnos, 
son canal izados los estudiantes para su atención en el servicio de terapia famil iar. 
UNAM 
CCH AZCAPOTZALCO 
ORGANIGRAMA 
 
 
Responsables de la supervisión. 
Las responsables de la supervisión en el escenario cl ínico del CCH Azcapotzalco 
fueron la Mtra. Carol ina Rodríguez y la Mtra. Juana Bengoa. 
 
Población Atendida. 
Se at ienden principalmente estudiantes canal izados por el Departamento de 
Psicopedagogía en ocasiones los alumnos son quienes sol ici tan el servicio, pero en 
otros casos son canal izados por profesores o autoridades del plantel . También se 
at iende a t rabajadores del plantel . El servicio es gratui to. 
ARCHIVO
CONSEJO TECNICO
SECRETARIO 
GENERAL
CONSEJOTÉCNICO
DIRECTOR GENERAL
SECRETARIA 
ACADEMICA
SRIA. DE SERVICIOS 
DE APOYO AL 
APREDIZAJE
SRIA. 
ADMINISTRATIVA
SRIA. DE 
PLANEACION
SRIA. 
ESTUDIANTIL
SRIA. DE 
COMUNICACIÓN 
INSTITUCIONAL
SRIA. DE 
INFORMÁTICA
SRIA. DE 
PROGRAMAS 
INSTITUCIONALES
1. Dpto. de Control Escolar
2. Dpto. de Difusión Cultural
3. Dpto. de Psicopedagogía
4. Servicio Social
5. Programa Especial de Redes 
de la Salud
6. Tutores
Clínica de Terapia
Familiar
 ΨΨΨΨ REPORTE DE EXPERIENCIA PROFESIONALREPORTE DE EXPERIENCIA PROFESIONALREPORTE DE EXPERIENCIA PROFESIONALREPORTE DE EXPERIENCIA PROFESIONAL 
 
~ 20 ~ 
 
Modelos de Intervención. 
Se ut i l izan principalmente el modelo de Milán y Est ructural y en ocasiones de ha 
intervenido con Terapias Posmodernas como la Narrat iva. 
 
2.3. Explicación del trabajo y secuencia de participación en los distintos 
escenarios de trabajo cl ínico. 
 
La supervisión en vivo involucra varios niveles de atención: los cl ientes, los 
supervisados, el equipo terapéutico, el supervisor y los requerimientos 
inst i tucionales. Y este proceso debe l levarse de tal forma que cumpla con las 
expectat ivas de todos los actores e inst i tuciones involucrados. Ya que los 
terapeutas t ienen su propia agenda de aprendizaje; los cl ientes, sus propias 
expectat ivas de la terapia; y el supervisor t iene la responsabi l idad de los cl ientes, 
de los terapeutas y el cumplimiento del programa académico y los objet ivos 
planteados por la inst i tución. (Licea, 2004) 
 
En este sent ido en el primer semestre el grupo de terapeutas en formación se divide 
en dos equipos de cinco personas cada uno, cada equipo asiste como observador 
(de esa forma part icipa) del grupo de terapeutas del segundo año de la residencia 
(en este caso a la cuarta generación). Un equipo de observadores asiste a la 
Clínica ISSSTE, el día jueves y al CCH Azcapotzalco el día martes, el otro equipo 
asiste a la cl ínica de Terapia Famil iar de la FES Iztacala los días martes y jueves. 
 
En el segundo, tercero y cuarto semestre la part icipación de los equipos y sus 
miembros son como terapeutas y equipo terapéutico. Es en el segundo semestre los 
equipos se vuelven a dist r ibui r para conformarse como equipo terapéutico para ese 
y los dos subsiguientes semestres. Cada equipo t iene la oportunidad de part icipar 
en cada uno de los escenarios cl ínicos, en dos semestres di ferentes. 
 
Las sesiones en los tres escenarios en la part icipación como terapeuta (Clínica de 
la FES-I, CCH e ISSSTE) de acuerdo al programa de la maestría, estuvieron 
divididas de la siguiente forma: 
 
• Llamada Telefónica : Se hace el primer contacto con la o las personas que 
sol ici tan el servicio con la f inal idad de comenzar a construi r la relación 
terapéutica, obtener información sobre el motivo de consulta, antecedentes 
de este y algunos datos sociodemográf icos a t ravés de la construcción del 
genograma o fami l iograma. 
 
• Para la primer sesión : 
 
ψ La presesión . Planif icación del t rabajo a efectuar con la fami l ia 
con base en la información de la entrevista telefónica. 
ψ La sesión . Atención a la famil ia por un terapeuta, mientras el 
equipo terapéutico y la supervisora observan o comentaban 
acerca del sucedido en la sesión. Es importante mencionar que 
en la sesión hay cuatro momentos: 
1. En el pr imero donde el terapeuta real iza el encuadre 
terapéutico, informando a las personas la forma de t rabajo 
que impl ica la video-grabación de las sesiones (autorización), 
presencia del equipo, t iempo de la sesión, periodic idad y 
di ferentes momentos de esta. 
2. El terapeuta t iene por objet ivo establecer “joining” con la 
persona o personas, a través de preguntas sobre sus gustos y 
preferencias. Y se retoma el motivo de consulta, expectat ivas 
 ΨΨΨΨ REPORTE DE EXPERIENCIA PROFESIONALREPORTE DE EXPERIENCIA PROFESIONALREPORTE DE EXPERIENCIA PROFESIONALREPORTE DE EXPERIENCIA PROFESIONAL 
 
~ 21 ~ 
 
y objet ivos de la terapia. 
3. Antes del término de la sesión el terapeuta hace una 
pausa, para pasar a comentar lo ocurridos, visto y hablado 
durante la sesión y se prepara el mensaje f inal que se le dará 
a las personas. 
4. Se hace el cierre de la sesión dando el mensaje a las 
personas e indicándoles si hay alguna act ividad que real icen 
entre sesión y sesión. 
ψ Postsesión . Anál isis de la sesión y planif icación de los objet ivos 
e intervenciones terapéuticas para la próxima sesión. Trabajo 
sobre la persona del terapeuta. 
 
• Segunda sesión y subsecuentes : 
ψ La presesión . Planif icación del t rabajo a efectuar con la fami l ia 
con base en la información de la sesión anterior. 
ψ La sesión . Atención a la famil ia por un terapeuta, mientras el 
equipo terapéutico y la supervisora observan o comentaban 
acerca del sucedido en la sesión. Es importante mencionar que 
en la sesión hay cuatro momentos: 
 
1. El terapeuta explora si hay algo que a las personas les 
interese retomar de la sesión anter ior e indaga que sucedió 
con las act ividades que se les dejaron entre sesión y sesión 
(esto es variable según la forma en que se desarrol le de la 
sesión). Se real izan intervenciones en base a los modelos 
que se ut i l icen y a la forma en que la sesión se de. 
2. Antes del término de la sesión el terapeuta hace una 
pausa, para pasar a comentar lo ocurridos, visto y hablado 
durante la sesión y se prepara el mensaje f inal que se le dará 
a las personas (Cuando se t rabaja con Terapias posmodernas 
no se hacer pausa en la sesión). 
3. Se hace el cierre de la sesión dando el mensaje a las 
personas e indicándoles si hay alguna act ividad que real icen 
entre sesión y sesión (Cuando se t rabaja con Terapias 
posmodernas las personas escuchan di rectamente del equipo 
las ref lexiones surgidas.). 
ψ Postsesión . Anál isis de la sesión y planif icación de los objet ivos 
e intervenciones terapéuticas para la próxima sesión. Trabajo 
sobre la persona del terapeuta. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 ΨΨΨΨ REPORTE DE EXPERIENCIA PROFESIONALREPORTE DE EXPERIENCIA PROFESIONALREPORTE DE EXPERIENCIA PROFESIONALREPORTE DE EXPERIENCIA PROFESIONAL 
 
~ 22 ~ 
 
I I . MARCO TEORICO 
 
1. Análisis teórico conceptual del marco teórico epistemológico de la terapia 
Familiar Sistémica. 
 
 La Teoría de Sistemas se comprende mejor s i se at iende a que se ha desarrol lado 
históricamente a part i r de una serie de aportaciones provenientes de campos muy 
variados del saber. La analogía a lo orgánico en la concepción de complejos 
humanos se puede encontrar en la historia de las ideas modernas. 
 
En el año de 1952, John Bel l (Ochoa, 1995) es el primero que acuña el término 
terapia famil iar para designar una nueva modal idad terapéutica, y a quien se le 
puede l lamar el padre de la terapia famil iar moderna. 
 
 Se considera que Nathan W. Ackerman (Ochoa, op. ci t . ) es también precursor de 
este t ipo de terapia; él expl ica que hay una interacción dinámica entre los factores 
biológicos y sociales en la vida del ser humano. También dice que la patología 
famil iar es consecuencia de una mala adaptación de roles dentro de la famil ia. 
 
Murray Bowen fue uno de los primeros psiquiat ras que hospital izaron a famil ias 
enteras para su observación y tratamiento. Desarrol ló una hipótesis de la 
esquizofrenia en t res generaciones. Una de las principales aportaciones de Bowen 
a la teoría famil iar fue su pensamiento sobre la parte desempeñada por tr iángulos 
en la interacción fami l iar (Hoffman, 1994).

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