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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO FACULTAD DE PSICOLOGÍA UN ESTUDIO DE LA INFLUENCIA DEL APOYO PARENTAL EN EL RENDIMIENTO ACADÉMICO DEL ALUMNO DE SECUNDARIA T E S I S QUE PARA OBTENER EL TÍTULO DE: LICENCIADO EN PSICOLOGÍA PRESENTA: ANA LILIA MILLÁN HERNÁNDEZ DIRECTOR: DRA. ROSA DEL CARMEN FLORES MACÍAS ASESOR: MTRA. ESTELA JIMÉNEZ HERNÁNDEZ MÉXICO, D. F. 2006 UNAM – Dirección General de Bibliotecas Tesis Digitales Restricciones de uso DERECHOS RESERVADOS © PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL Todo el material contenido en esta tesis esta protegido por la Ley Federal del Derecho de Autor (LFDA) de los Estados Unidos Mexicanos (México). El uso de imágenes, fragmentos de videos, y demás material que sea objeto de protección de los derechos de autor, será exclusivamente para fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el respectivo titular de los Derechos de Autor. DEDICATORIA Este trabajo representa mucho para mí, y quiero dedicarlo en primera instancia a Dios, quien es mi guía y mi luz en cada acción de mi vida. A mis padres con cariño, porque se que esto representa un logro que también llena su vida. A mis hermanos Edy y Kary por todo su apoyo. A ti Alfredo, compañero de vida y colega, con quien comparto este amor por la psicología. Y a ti, Fredito, hijito de mi vida, porque no he tenido maestro más grande que tú y por ser la inspiración principal para realizar y concluir este trabajo. LOS AMO CON TODO MI CORAZÓN ANA AGRADECIMIENTOS Gracias Dios por enseñarme que el amor a la vida, a las personas y a todo lo que hago es la base para obtener buenos resultados. Gracias papito (Adrián) por tu esfuerzo y dedicación al trabajo, por enseñarme que la responsabilidad es un valor primordial y por darme tu apoyo en todas las etapas de mi vida. Gracias mamita (Gloria) porque tú eres la que me ha enseñado que nunca se debe ser mediocre y que siempre debo esforzarme por dar lo mejor de mí, gracias por tu amor y tu entrega. Gracias Edy, por enseñarme a dar pasos grandes por difíciles que parezcan, por compartir conmigo la idea de luchar hasta el final. Gracias Kary, por tu apoyo incondicional, por compartir tantos sueños, no pude tener mejor hermana que tú. Gracias Alfredo mi amor, esposo y compañero, por tu amor y porque a tu lado he podido crecer y desarrollarme, gracias por compartir conmigo el compromiso de ser padres. Gracias hijo, por tu paciencia y tolerancia, por ir y venir conmigo, por fatigarte a mi lado en la realización de este trabajo. Gracias por tus sonrisas, por decirme que todo esta bien y por creer y confiar en mí. Gracias a la Universidad Nacional Autónoma de México, quien fue mi casa de estudio varios años, desde la preparatoria No. 1 Gabino Barreda hasta la Facultad de Psicología, y a quien debo mi formación profesional. Gracias a mis maestros de la universidad, quienes me dieron las bases para ser una buena psicóloga, a través de sus enseñanzas y sus experiencias: Consuelo Arce, Rosa del Carmen Flores, Marco Rigo Lemini, Enedina Villegas, Araceli Otero, Carolina Escobar, María Eugenia Martínez, Emma Roth, Sofía Liberman, Pablo Fernández, Rosa Elena y todos los que me dieron clase. Gracias a ti (Rosi) Dra. Rosa del Carmen Flores por darme tu voto de confianza, por tus enseñanzas, por tu gran apoyo y porque sin ti, esto no sería realidad. Gracias al jurado por sus observaciones y comentarios Mtra. Estela Jiménez, Mtra. Milagros Figueroa, Mtra. Hilda Paredes y Dra. Mariana Gutiérrez. Gracias a mis primeras escuelas, quienes me acogieron en mi infancia y parte de mi adolescencia: Jardín de Niños: Mirador, Primaria: Juan Badiano, Secundaria: No. 36 Cuauhtemoc. Y a mis maestras de estos niveles que me impulsaron y alentaron a seguir siempre adelante, especialmente a: Lilia, Cande, Carmelita, Margarita, Caridad, Blanca y Alma América. Gracias a mis maestras y compañeras del Diplomado en Educación Infantil basado en la filosofía Montessori, por ayudarme a crecer y desarrollarme como ser humano. Gracias a mis abuelitos maternos Armando y Natalia por haber formado la gran familia Hernández a quienes agradezco sus oraciones y su apoyo, a mis tías y sus respectivas familias: Guadalupe, Regina, Martha, Angélica, Juanita, Rosario, Pilar, Verónica, Armando y Laura. Gracias a mis abuelitos paternos Estela (d.e.p.) y Agustín (d.e.p.), por haber formado la familia Millán, a mis tíos por alentarme y consentirme: Agustín (d.e.p.), Mario y Javier. Especialmente a ti abuelito por todo lo que me enseñaste un gran entusiasmo y amor a la vida. A mi tío Adrián, por ser tu súper niña. Y a todos los Millán extensos. Gracias a mis amigos por su cariño y motivación, en especial a Marisol, Daniel e Iliwen. Gracias a mis suegros por su apoyo y cariño: Silvia, Alfredo, a las abuelas Pime, Vivis y a mis cuñadas Yazmin y Sandra y sus familias. Gracias a los chicos de secundaria con los que he compartido miles de experiencias y con quienes he descubierto que la adolescencia es una etapa en la que se requiere comprensión y mucho amor. Gracias Consuelo Arce porque tú fuiste un gran ejemplo y una guía en mi adolescencia y porque al ver tu trabajo descubrí mi vocación, gracias querida colega. CON TODO MI CARIÑO ANA MILLÁN INDICE RESUMEN.................................................................................................................1 INTRODUCCIÓN......................................................................................................2 APARTADO 1. DESARROLLO EN LA ADOLESCENCIA...........................................5 Definición de adolescencia……….…………………………………………..………5 Desarrollo emocional e identidad en el adolescente……………………...……6 Desarrollo cognitivo en el adolescente……………………………………………12 Contexto de desarrollo………………………………………………………………..15 APARTADO 2. FAMILIA DEL ADOLESCENTE……………………………………...…17 Relación de apego…………………………………………………………………….17 Desarrollo y familia…………………………………………………………………….18 Propósitos de la familia……………………………………………………………….20 Familia y adolescencia……………………………………………………………….21 Control parental en la adolescencia………………………………………………23 Involucramiento de los padres en el aprendizaje………………………………25 APARTADO 3. RENDIMIENTO ESCOLAR…………………………………………….26 Definición de rendimiento académico…………………………………………....26 Evaluación del rendimiento académico………………………………………….26 Influencia de la familia en el rendimiento académico……………………..…29 Los padres como colaboradores en el proceso educativo…………………..33 APARTADO 4. MÉTODO…………...…………………………………………………..37 Sujetos…………………………………………………………………………………….37 Tipo de estudio………………………………………………………………………….37 Hipótesis………………………………………………………………………………….37 Variables………………………………………………………………………………....38 Definición de variables………………………………………………………………..38 Procedimiento…………………………………………………………………………..39 APARTADO 5. RESULTADOS…………………………...……………………………...41 APARTADO 6. DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES……..………………………………47 BIBLIOGRAFIA……………………………………………………………………………55 ANEXOS……………………………………………………………………………….....58 RESUMEN El objetivo del presente estudio fue conocer la influencia del apoyo parental sobre el rendimiento académico en alumnos de secundaria de primer a tercer grado, por lo que se diseñó una escala tipo likert para observar el apoyo que brindan los padres a sus hijos tomando encuenta las áreas: involucramiento de los padres, apoyo a calificaciones, percepción que se tiene de los hijos y recursos. Esta escala fue validada por jueces expertos en el área educativa. La escala fue aplicada a 220 padres de familia en una junta de entrega de boletas y se les pidió que anotaran el promedio de calificaciones de sus hijos, con el cual se exploró el rendimiento académico de los alumnos. La confiabilidad del instrumento resultó de un alfa cronbach de .85. Se realizó un análisis factorial de los 35 reactivos del instrumento, dejando solamente 19 que satisfacían correlaciones < =.50 entre reactivos en el análisis factorial. Se encontró que existe una relación entre el puntaje obtenido en cada subescala y el rendimiento académico de los alumnos. No obstante, las dos subescalas que correlacionan de manera significativa son involucramiento y percepción. Así mismo, se analizaron las respuestas de los padres a una pregunta abierta que se hizo sobre los tipos de apoyo que necesitan de la escuela. Se encontró que orientación sobre el desarrollo del adolescente y la comunicación con la escuela es lo que preponderantemente los padres requieren como apoyo. INTRODUCCIÓN En el espíritu del adolescente duermen energías y se esconden filones de oro puro, en espera de ser descubiertos, lo cual sólo será posible con amor y generosidad. Guillermo Padrón Edmiston Los alumnos de secundaria se encuentran en la adolescencia, que es una etapa de la vida en la que hay múltiples cambios que inciden en el estado físico, psicológico y social de cualquier persona. Es una etapa de descubrimiento y de búsqueda, en la cual cambian actitudes y comportamientos debido a la inestabilidad que se vive, es por ello que los adolescentes requieren de un apoyo que los fortalezca para enfrentarse a cada uno de los retos que se les presentan, al mismo tiempo que se preparan para enfrentarse a un mundo que los requiere con comportamientos de adulto. En la adolescencia, los jóvenes inician la búsqueda de independencia psicológica respecto a sus padres: para ser ellos mismos, para elegir sus amistades y distracciones y para hacer respetar su intimidad. Estos pasos hacia la independencia no se dan en el vacío, el progreso hacia la autosuficiencia y sus sentimientos acerca de sus propias capacidades reciben influencia directa de los padres sobre lo que dicen o hacen; y, al mismo tiempo, los padres reciben influencia sobre la manera en la que sus hijos avanzan hacia la madurez. Así, “...crecer es en gran medida un asunto familiar, compartido igualmente por padres e hijos y por la unidad familiar como grupo” (Kimmel y Weiner, 1998, pág. 236). En esta investigación se considera la influencia que tiene el apoyo de los padres en la adolescencia, ya que la auténtica preocupación de los padres es aquella que se distingue por la comprensión y la honestidad, así como por la disposición creciente a ser un apoyo en las decisiones que el adolescente toma, respetando su condición de cambio. La importancia de suponer que el apoyo parental es decisivo en el rendimiento académico del adolescente, radica en que los adolescentes tienen una historia de vida que les da la mayor o menor seguridad de acuerdo al desarrollo socio – afectivo dentro de su núcleo familiar. Es por ello, que el objetivo de esta investigación fue conocer mediante un instrumento si el apoyo de los padres tiene relación con el desempeño académico de sus hijos adolescentes. Asimismo, se aportan sugerencias que dan a los padres pautas para apoyar a sus hijos y que esto se refleje en un mejor desempeño académico. A la par, las escuelas pueden darse cuenta de lo que los padres requieren como apoyo, con el fin de establecer mejores vínculos de colaboración y mayor comunicación entre escuela - hogar y que esto incida en un mayor apoyo parental a los estudiantes de secundaria. Los temas que se revisan para dar un contexto a esta investigación son el desarrollo en la adolescencia, la familia del adolescente y el rendimiento académico. En el apartado 1, Desarrollo en la Adolescencia se da una definición de esta etapa de desarrollo y del desarrollo emocional del adolescente, considerando principalmente las crisis por las que atraviesa y la búsqueda de su identidad. Así también, se aborda el desarrollo cognoscitivo por la importancia que tiene esta área dentro de la presente investigación. En el apartado 2, La familia del adolescente, se analiza la importancia que tiene la familia en el desarrollo de cualquier ser humano, lo que los adolescentes buscan y requieren de sus padres, así como los estilos de crianza y el papel de los padres como colaboradores en el proceso de aprendizaje. El rendimiento académico se aborda en el apartado 3, haciendo referencia a su definición, la evaluación del mismo y los factores que determinan un alto o bajo rendimiento en función a varias investigaciones realizadas. Por último, el método, los resultados y las conclusiones de esta investigación se analizan en los apartados 4, 5 y 6 respectivamente. DESARROLLO EN LA ADOLESCENCIA Los adolescentes presentas múltiples cambios a diferentes niveles, tanto en el funcionamiento intelectual como en el área emocional y es necesario conocer estos cambios ya que a partir de esto los padres pueden comprender mejor lo que sus hijos adolescentes necesitan. DEFINICIÓN DE ADOLESCENCIA La adolescencia es una etapa del desarrollo humano, con naturaleza propia dadas las múltiples características que la conforman y la dificultad para definir este período de transición entre la niñez y la adultez. Sin embargo, adolescencia puede referirse de acuerdo a Horrocks (2001) a la etapa entre el momento en que se alcanza la madurez sexual y aquella en la que se asumen las responsabilidades y conductas de la edad adulta. Existen puntos de referencia sobresalientes en el desarrollo y crecimiento del adolescente, entre los cuales tenemos: 1) Una necesidad de hacerse conscientes de sí mismos y del gran valor que tienen. 2) Una búsqueda de estatus, es decir, se requiere de un sentimiento de independencia y autonomía. 3) Desarrollo de habilidades sociales que le permitan sentirse parte de un grupo. 4) Adaptación a los cambios físicos y madurez respecto a su imagen corporal y a su desarrollo sexual. 5) Desarrollo de las habilidades intelectuales. Dado que se adquiere experiencia y conocimientos de muchas áreas se da una orientación vocacional. 6) Desarrollo y evaluación de los valores, de acuerdo con los ideales propios (McKinney, 1982). La mayor parte de los psicólogos coinciden en que el adolescente ha de afrontar y superar dos problemas: 1) lograr cierta independencia y autonomía de sus padres y 2) lograr formación de una identidad, o sea crear un yo integrado que combine de manera armoniosa los elementos de la personalidad (Craig, 1994). DESARROLLO EMOCIONAL E IDENTIDAD EN EL ADOLESCENTE La adolescencia aunque no es un período de tensión y aflicción para todos los individuos, sí es un período en el cual el individuo establece su propia identidad. Erikson (1959, citado en Pérez, 2003) menciona que el niño se identifica con muchas personas, incorporando las características de diversos modelos y diferentes imágenes de sí mismo como joven, amigo, estudiante, líder, trabajador, mujer u hombre en una sola imagen, además de elegir carrera y estilo de vida. Asimismo, este autor divide el desarrollo humano en ocho etapas para ubicarse así el momento de inserción de la identidad, los logros del Yo y sus crisis psicosociales que le permitan un desarrollo adecuado. Estas son: Confianza Básica vs. Desconfianza Básica Autonomía vs. Vergüenza y Duda Iniciativavs. Culpa Industriosidad vs. Inferioridad Identidad vs. Confusión de Rol Intimidad vs. Aislamiento Generatividad vs. Estancamiento Integridad del Yo vs. Desesperación Erikson (1968) sostiene que, a lo largo de estas etapas existen figuras significativas para el individuo (padre, madre, compañeros, líder y pareja) que van a jugar un papel muy importante en su formación. Así, si las relaciones sostenidas con su medio son satisfactorias, el individuo puede lograr la identidad del Yo, es decir un intenso sentido de sí mismo, aceptando la evaluación retrospectiva de su propia vida y sintiéndose satisfecho consigo mismo En todas las etapas, la tarea vital es lograr una posición con una actitud básica que concierne al Yo, aunque este sólo accede a una conciencia auténtica después de la tercera edad, tanto consciente como inconsciente, como resultado de la relación del individuo con su entorno psicosocial. Este autor describe que en el desarrollo de estas etapas pueden surgir dos posibles desenlaces: 1) Los conflictos son resueltos en forma satisfactoria, se logrará una calidad positiva que se incorpora al Yo, dándose así un desarrollo saludable. 2) Los conflictos no son resueltos en forma satisfactoria, esto persiste, integrándose este aspecto a la estructura Yoica, perjudicando su desarrollo y formación. En lo que respecta a la adolescencia, la solución adecuada a los conflictos puede servir de base para la búsqueda de la identidad, un sentido firme de autonomía brinda al adolescente la fuerza para insistir en tomar una decisión libre sobre su estilo de vida y la elección de carrera. La identidad se refiere a la organización de los impulsos, capacidades, creencias e historia del individuo en esta imagen sostenida del Yo. Erikson (1968) como ya se mencionó, señala que en el período de la adolescencia el individuo lucha entre identidad y difusión o pérdida de identidad, tomando esta palabra como la confianza intensificada de que la realidad y continuidad internas que se han preparado en el pasado, corresponden a la realidad y continuidad de significado que uno tiene para los demás. La búsqueda de la identidad es una parte de la experiencia humana en todas las etapas de la vida, aunque durante la adolescencia desempeña un papel muy importante (McKinney, et. al., 1982). La lucha por encontrarse a sí mismo puede revestirse de múltiples maneras, sólo se busca algo que tenga sentido al existir diario. Es por ello, que el adolescente en esta búsqueda constante parece entrar en crisis, porque no sabe a bien cual de sus opciones es la mejor y esto genera una crisis de afectos. Es decir, siente la necesidad de desprenderse de todo lo que era para enfrentar esta nueva serie de demandas que el entorno le exige, para responder de una forma madura y coherente según un mundo adulto al cual aún no pertenece. Erikson (citado en Philip, 2002) creía que durante la adolescencia debe haber una integración de todos los elementos de identidad convergentes y una resolución de conflicto, que dividió en siete partes fundamentales: 1. Perspectiva temporal frente a confusión en el tiempo: Durante la adolescencia, se aprende a estimar el tiempo y ubicarse en él. 2. Seguridad en uno mismo frente a avergonzarse de sí mismo: Este conflicto se refiere al desarrollo de la confianza en uno mismo basada en experiencias pasadas, para ello es necesario un período en el que se pondera el conocimiento y la conciencia del sí mismo con relación a la imagen física y a las relaciones sociales. 3. Experimentación de funciones frente a fijación de funciones: Los adolescentes pueden experimentar con diversas identidades (formas de ser y estar) las diferente funciones que se pueden ejercer en la sociedad, ya que la identidad proviene de las oportunidades que se tengan de experimentar. 4. Aprendizaje frente a estancamiento en el trabajo: Al igual que el conflicto anterior, el adolescente tiene la oportunidad de explorar y probar sus habilidades y sus recursos a fin de encontrar y elegir lo que en el futuro será su ocupación. Una autoimagen negativa manifestada en sentimientos de inferioridad puede limitar la energía que se requiere para tener éxito en la escuela o el trabajo. 5. Polarización sexual frente a confusión bisexual: es importante de acuerdo a Erikson, que los adolescentes desarrollen una identificación clara con un sexo como la base de la intimidad heterosexual futura y como la fase para una identidad firme. 6. Líder y seguidor frente a confusión de autoridad: De acuerdo con la experiencia que se tenga en cuanto a las relaciones sociales, los adolescentes inician el aprendizaje de la toma de responsabilidades de liderazgo, así como el de seguir a otros, lo cual provoca una confusión en la autoridad. 7. Compromiso ideológico frente a confusión de valores: Una ideología da seguridad en qué creer o a quién seguir y esto guía otros aspectos de la conducta. Cuando un individuo resuelve estos siete conflictos emerge una identidad firme, esto se da cuando hay una nueva autoidentificación. No obstante, hay que tomar en cuenta el aspecto de la moratoria psicosocial tan importante en la teoría de Erickson, es un período durante el cual un individuo puede encontrar un puesto en la sociedad por medio de la libre experimentación de funciones. El adolescente que no logra una identidad experimenta inseguridad, difusión de roles y confusión de los mismos, esto lo puede conducir a una preocupación o bien a una actividad autodestructiva. En general, al adolescente le cuesta hablar de sí mismo y de sus dudas con los adultos, teme la burla y quedar indefenso. Le es difícil expresar la gran cantidad de sensaciones nuevas, porque los cambios afectivos suelen darse antes de que el proceso cognoscitivo lo haya dotado de la capacidad para descifrar lo que siente y lo que intuye (Kent y Parra, 2002). Uno de los conflictos que le crean ambivalencia al adolescente es su necesidad de dependencia e independencia (op. cit.). Cuando el adolescente se desprende de sus padres vive momentos de desarraigo y de soledad absoluta. Por una parte siente la necesidad de ser independiente y por otra le resulta incómodo desprenderse de sus padres; “esta situación de ambivalencia provocará en el adolescente una fuerte angustia que se va a reflejar a través de distintos síntomas: fumar mucho, comerse las uñas, morder las plumas, los cuales muchas veces se quedan para toda la vida. De aquí resulta la importancia de que los padres estén atentos a los síntomas de angustia que estén presentando sus hijos adolescentes para poder comprenderlos durante la problemática profunda que están viviendo” (Canché, 1991, p. 24). Como podemos darnos cuenta si el adolescente vive y tiene pérdidas que le producen inestabilidad emocional, lo cual da pauta a una madurez que requiere trabajo y esfuerzo. Según Aberasturi (1985, citado por Kent y Parra, op. cit) se puede decir que el adolescente realiza tres duelos fundamentales: 1) el duelo por el cuerpo infantil perdido, lo cual constituye la base biológica de la adolescencia. 2) El duelo por el rol y la identidad infantiles, de esta pérdida se desprende la responsabilidad que el adolescente debe aceptar y asumir. 3) El duelo por los padres de la infancia a los que persistentemente trata de retener en su personalidad buscando el refugio y la protección que ellos significan. Estos duelos mencionados por Aberasturi pueden tener un efecto negativo en una situación de crisis, que sin el apoyo de los padres o personas significativas cercanas, no pueden llegarse a superar. La superación de los duelos podría abordarse analizando las etapas de un duelo normal: A) Negación. Mecanismo de defensa en el cual una persona niega parte desu realidad que le genera angustia y la sustituye por la ilusión de algo deseado. En la adolescencia, se presentan muchas regresiones hacia actitudes infantiles. B) Depresión. Tristeza que se produce al tener que enfrentar la nueva realidad. La responsabilidad y aprender a ser independientes, son algunas de las nuevas realidades a las que los adolescentes se enfrentan. C) Separación. Ruptura con una persona, concepto o situación. El adolescente reconoce su nuevo rol y lo que esto implica. D) Coraje hacia lo perdido. Es una actitud de rechazo o enojo ante el objeto perdido. En los adolescentes esto se manifiesta como rechazo ante lo que le recuerde su infancia, incluyendo algunas ocasiones a los padres. E) Reconstitución. Aceptación completa de la nueva situación y de las pérdidas. Los adolescentes asumen su compromiso y responsabilidad de su nuevo rol. Los adolescentes requieren de trabajar cada uno de sus duelos a fin de reconstituir cada una de las pérdidas de una manera sana y aceptable. DESARROLLO COGNITIVO EN EL ADOLESCENTE Al mismo tiempo que el adolescente desarrolla su área afectiva, se presentan cambios en su cognición. Es decir, en la adquisición de conciencia u obtención de conocimientos. En psicología del desarrollo, la cognición se considera en función de la solución de problemas, la formación de conceptos y procesos mentales. El desarrollo cognoscitivo se da como una secuencia ascendente de etapas identificables, las cuales van siendo más complejas que las anteriores. Elkind (citado en Horrocks, 2001) ha señalado por su parte, que diversos aspectos de la conducta adolescente pueden deberse a la aparición de nuevas capacidades cognoscitivas como, la tendencia a la introspección, al idealismo, a evaluarse desde la perspectiva de otros, a considerar posibilidades y alternativas, y a manejar situaciones multifacéticas. En relación con las etapas del desarrollo cognoscitivo, Papalia y Wendkos (1988) han observado que aumenta la individualidad del adolescente, disminuye su conducta estereotipada, se reduce su conducta autoritaria, adquiere mayor capacidad para diferenciar y se hace más flexible. En general, la orientación del desarrollo cognoscitivo sigue una secuencia que va de lo concreto a lo abstracto Piaget (1975) propuso una teoría secuencial del desarrollo cognoscitivo, que consiste en cuatro etapas: a) la sensomotriz, b) la preoperacional, c) la de operaciones concretas, y d) la de operaciones formales. Durante la etapa de operaciones concretas las funciones cognoscitivas del niño se relacionan con la realidad en sí, lo cual puede ilustrarse por medio de objetos reales, tangibles y que pueden manejarse. Durante la cuarta etapa, que corresponde al período de las operaciones formales comienza a los 12 años y alcanza su punto máximo de equilibrio a los 14 o 15 años, aunque, considerando el pensamiento lógico matemático, no todas las personas alcanzan este nivel de desarrollo intelectual. Durante este período el pensamiento se vuelve proposicional y posee la capacidad de interrelacionar proposiciones. Por tanto, las operaciones formales se aplican a hipótesis o proposiciones. Un concepto básico para entender esta etapa es la imagen del adolescente como un organismo que hipotetiza y construye sus propios sistemas. Las cuatro características interrelacionadas de las operaciones formales son: a) la relación entre lo real y lo posible, b) la capacidad para hacer análisis combinatorio, c) la capacidad de pensamiento proposicional y d) la capacidad para razonar de manera hipotético – deductiva. La transición al período de las operaciones formales se debe a las presiones culturales, la necesidad de adoptar papeles adultos, la maduración de estructuras cerebrales, y las nuevas experiencias de aprendizaje y de vida social. Parece que, en condiciones óptimas, es posible lograr una aceleración considerable en el desarrollo cognoscitivo. Los adolescentes desean estimulación intelectual y, por lo común, reaccionan de manera favorable a ésta cuando la reciben. Sin embargo, no todos los adolescentes tienen la capacidad de pensar mediante operaciones formales en todo momento. A menudo sucede que un adolescente es capaz de realizar operaciones formales vuelve a las formas de operaciones concretas. Si no se tienen experiencias al transcurrir el tiempo o si por alguna razón el individuo es incapaz de aprovechar las experiencias que ha tenido, entonces es de esperarse que haya un retraso en su desarrollo cognoscitivo. Sin embargo, al enriquecer el ambiente se presenta una oportunidad para acelerar el desarrollo cognoscitivo (McKinney, 1982). Es aquí donde la familia, específicamente los padres, tienen una gran influencia sobre el desarrollo, la cual tendrá repercusiones a lo largo de toda la vida. Para entender cómo se da esta influencia en el siguiente aparatado se analizará la perspectiva ecológica del desarrollo. CONTEXTO DE DESARROLLO DEL ADOLESCENTE Urie Bronfenbrenner (1979, citado en Philip 2002) desarrolló un modelo ecológico para la comprensión de las influencias, no sólo de la familia en la conducta adolescente, sino también las influencias sociales, las cuales son agrupadas en sistemas, dentro de los cuales, el adolescente es el centro. 1. Microsistema. Se refiere a las influencias más inmediatas como son: la familia, los amigos y la escuela. Otros, poco menos influyentes son: servicios de salud, grupos religiosos, áreas de recreación y otros grupos sociales a los que pertenezca el adolescente. 2. Mesosistema. Implica las relaciones recíprocas que se dan en los contextos del microsistema. Por ejemplo: lo que le sucede al adolescente en el hogar influye sobre lo que le ocurre en la escuela y viceversa. 3. Exosistema. Está compuesto de aquellos contextos en los que los adolescentes no participan activamente pero que influyen en él; por ejemplo: lo que sucede a los padres en el trabajo, las decisiones de la escuela, el calendario escolar, los profesores. 4. Macrosistema. Las ideologías, las actitudes, la moralidad, las costumbres, las leyes, todo lo que respecta a una cultura es lo que determina este sistema, ya que dice quién es un adulto y quién un adolescente y sus funciones dentro de determinada sociedad. No obstante, que la cultura varía en diferentes países y en los grupos raciales, étnicos o socioeconómicos dentro del mismo país, y de la influencia que ésta tiene en los adolescentes, el influjo más directo depende del microsistema, en particular de la familia. El sistema familiar ejerce durante la primera infancia un impacto predominante, que posteriormente comparte con otros sistemas como el escolar, el de los compañeros, etc. No obstante, la influencia de la familia es persistente, continua y personal, y afecta directamente el comportamiento de los hijos. La familia, especialmente, los padres, son el agente socializador responsable de la adquisición de conocimientos y estrategias cognoscitivas, reglas de comportamiento y motivación (Hernández, 1999). LA FAMILIA DEL ADOLESCENTE La familia es el núcleo social al cual regresamos a tomar energía para enfrentarnos al mundo exterior, y sólo funcionaremos adecuadamente si tomamos los elementos fundamentales para ser y creer que somos capaces de resolver cualquier situación por difícil que parezca y confrontar los cambios que vivimos a diario. Este núcleo es fundamental para un adolescente, por ello en este capítulo se analizará la importancia de los elementos que influyen en el desarrollo de una persona. RELACIÓN DE APEGO Hernández (1999), indica que el apego es la identificación con los padres, es un proceso por el que el niño y la niña adoptane internalizan los valores de los padres, sus actitudes, sus características conductuales y los rasgos de personalidad. La identificación comienza inmediatamente después del nacimiento, por la dependencia del niño hacia sus padres. Esta dependencia conduce a un fuerte apego emocional. De acuerdo con esta autora, una relación sana de apego es el mejor comienzo para construir relaciones armoniosas a lo largo de la vida. El apego es la cimentación de la relación padre-hijo. La manifestación de afecto y cariño hacia el bebé, al atender eficientemente sus demandas, le comunica aceptación y que es capaz de comunicar sus necesidades. Esta forma de comunicación relativamente simple es el inicio de otras formas de comunicación más complejas que se desarrollan entre la familia y cada uno de sus nuevos miembros. El desarrollo de un apego sano se ha relacionado con niños más independientes, con una mejor imagen de sí mismos, que llevan una relación más armoniosa con sus padres y que muestran un mayor desarrollo social, intelectual y de lenguaje. Esta relación de apego padres-hijo(s) debe seguir desarrollándose a lo largo de la vida, buscando siempre la calidad de la misma. DESARROLLO Y FAMILIA Durante la primera infancia el sistema familiar ejerce una influencia determinante, que después comparte con otros sistemas como la escuela. Sin embargo, el influjo de la familia es consistente, continuo y personal, e incide directamente en el comportamiento infantil. La familia, principalmente el subsistema de la pareja de los padres, es el agente socializador responsable de la adquisición de conocimientos y estrategias cognoscitivas, reglas de comportamiento y motivación (Hernández, 1999). El crecer consiste en aprender a ser física y psicológicamente independiente de los padres. Los niños pequeños inician su progreso hacia la independencia cuando logran sentarse y ponerse en pie. En la edad preescolar adquieren destrezas de autoayuda como vestirse y comer solos, así también el lenguaje se utiliza para manifestar necesidades e influir en su entorno. Durante la etapa escolar, se amplía el conocimiento del mundo y con sus experiencias aprender a conseguir lo que se proponen aumentando la confianza en sí mismos. En la adolescencia, los jóvenes inician la búsqueda de independencia psicológica respecto a sus padres: para ser ellos mismos, para elegir sus amistades y distracciones y para hacer respetar su intimidad. Estos pasos hacia la independencia no se da en el vacío, el progreso hacia la autosuficiencia y sus sentimientos acerca de sus propias capacidades reciben influencia directa de los padres sobre lo que dicen o hacen; y, al mismo tiempo, los padres reciben influencia sobre la manera en la que sus hijos avanzan hacia la madurez. Así, “...crecer es en gran medida un asunto familiar, compartido igualmente por padres e hijos y por la unidad familiar como grupo” (Kimmel y Weiner 1998, pág. 236). Si los padres desean comprender el hondo significado de ciertas actitudes y formas de comportamiento de sus hijos, hay determinados problemas en la educación de estos, que requieren una explicación y un estudio previo. Uno de los más importantes es el relativo a la adolescencia, etapa del desarrollo que como ya se mencionó presenta mayor cúmulo de incógnitas y problemas, imposibles de resolver con simples consejos. Sin duda, se debe tener una idea aproximada de “...ese complejo mundo de sentimientos e inquietudes que bulle en el alma del adolescente y que suele ser tan íntimo y recóndito que escapa casi siempre a la conciencia del propio interesado” (Spock, 1979, pág. 204). El adolescente es un ser humano cuyas reacciones básicas al bloqueo o a la satisfacción de sus necesidades, deseos e impulsos, son las de un ser humano de cualquier edad. Entre los problemas ambientales, el adolescente encuentra que la relación con los adultos es uno de los más difíciles, ya que al tener madurez sexual y al buscar independencia y la emancipación de los controles adultos y paternos, el joven se encuentra en una posición subordinada que lo obliga a aceptar un papel infantil cuando él ya se siente capaz de adaptarse como adulto a su medio ambiente, todo esto genera un conflicto interno importante porque a veces, los padres quieren tratarlo como niño y otras esperan que se comporte como un adulto. Lo único cierto es que el adolescente requiere independencia y autonomía y es en el hogar donde se le puede transmitir e interpretar una cultura, afectar y moldear su personalidad, ofrecer seguridad y afecto, operar como agencia que define estatus y papeles y es ahí donde se fomenta su madurez y determina su ajuste futuro como adulto (Spock, 1979). PROPÓSITOS DE LA FAMILIA De acuerdo con Andrade (1998), la familia desde un punto de vista psicológico asegura la sobrevivencia física y constituye lo humano en el individuo. La experiencia de la vida familiar es lo que da las condiciones para el desarrollo humano. Así entonces, la familia contemporánea tiene los siguientes propósitos: 1) Proveer las necesidades materiales para vivir y la protección ante situaciones de peligro. 2) Proveer el contexto social para el desarrollo de los lazos afectivos en la vida familiar. 3) Propiciar el desarrollo de la identidad personal, ligada a la identidad familiar. 4) Fomentar los roles sexuales. 5) Preparar para la integración social y la aceptación de las responsabilidades. 6) Cultivar el aprendizaje y el apoyo para el desarrollo de la creatividad e iniciativa. Según Parrés (1982, en Andrade, 1998), difícilmente hay dentro de la vida contemporánea, otra institución que tenga tarea semejante, por más que se busque, ninguna se compara a esta magnitud de responsabilidad social. FAMILIA Y ADOLESCENCIA De acuerdo con una investigación de Newman (1989, citado por Philip, 2002) los adolescentes quieren y necesitan de sus padres: 1. Interés y ayuda. El apoyo positivo de los padres está asociado con las estrechas relaciones con los padres y hermanos, con una alta autoestima y con el éxito académico y con un desarrollo moral avanzado (Argyle y Henderson, 1985, citado por Philip, op. cit.). El efecto opuesto se da por la falta de apoyo de los padres: baja autoestima, pobre rendimiento escolar, conducta impulsiva, pobre adaptación social y conducta desviada y antisocial, o delincuencia (Peterson y Rollins, 1987, citado por Philip, op. cit.). 2. Escucha y comprensión empática. Es muy importante que tanto en los padres como en los hijos se desarrolle la capacidad de identificarse con los pensamientos, actitudes y sentimientos de las otras personas. Se requiere que los padres sean sensibles ante los sentimientos y estados de ánimo de sus hijos adolescentes, ya que de esta manera se sienten comprendidos, escuchados y considerados en las experiencias que van teniendo (Noble, 1989, citado por Philip, op. cit.). La investigación indica que el respeto que los padres muestran por las opiniones de sus hijos contribuye al buen clima y a la felicidad en el hogar. 3. Amor y afecto positivo. Esto se refiere a las relaciones caracterizadas por cariño, amor y sensibilidad. Los miembros de la familia demuestran que se importan unos a otros y que son sensibles a los sentimientos y necesidades mutuos. La mayoría de los adolescentes necesitan una gran cantidad de amor y demostración de afecto por parte de los padres (Barber y Thomas, 1986, citado por Philip, op. cit.). 4. Aceptación y aprobación. Sentirse valorados y aceptados aún con los errores es necesario para un adolescente. También quieren padres que sean tolerantes con la individualidad, la intimidad y las diferencias interpersonales en la familia (Bomar y Sabatelli, 1996, citado por Philip, op.cit.) 5. Confianza. El desarrollar esta característica es diferente en unos padres y otros; no obstante, es fundamental para un clima de armonía en la familia. Algunos padres que no confían tienden a proyectar sus propios miedos, su ansiedad y culpa en los adolescentes (Philip, op. cit.). 6. Separación-individuación y autonomía. Ser aceptado como un adulto independiente es una meta adolescente. Esto se logra a través del proceso de separación-individuación, durante el cual se transforma el vínculo padre-adolescente. Los adolescentes desarrollan nuevos intereses, valores y metas, y pueden tener diferentes puntos de vista de los de sus padres, no obstante se mantiene un compromiso emocional mutuo. La transición de la niñez a la edad adulta, implica un grado de autonomía del adolescente para asumir los roles y responsabilidades adultos. La autonomía implica dos aspectos: a) la autonomía conductual que implica ser independiente y libre para actuar por uno mismo sin depender en demasía de los otros y b) la autonomía emocional lo cual requiere liberarse de los vínculos emocionales infantiles con los padres. 7. Ejemplos de los padres. Los adolescentes desean sentirse orgullosos de sus padres, lo cual, se logra cuando éstos últimos practican lo que predican y siguen los principios que intentan enseñar a sus hijos. 8. Guía y control. Las familias más funcionales son aquellas en las que los padres son flexibles, adaptables y tolerantes en las ideas y en la conducta de sus hijos adolescentes. CONTROL PARENTAL EN LA ADOLESCENCIA Tomando en cuenta la tarea tan compleja de la familia, resulta importante decir, que el tipo de control que ejercen los padres influye notablemente en el desarrollo de la personalidad del adolescente y en su desarrollo social. Las prácticas de crianza son las que matizan las relaciones padres-hijos y entre hermanos. Cuando estas resultan positivas se promueve la salud psicológica, entendiendo esta como la utilización de recursos de afrontamiento del estrés dirigido a la adquisición de habilidades y capacidades en la solución de problemas para ajustarse a las demandas sociales y ecológicas. Se deben distinguir los tres tipos de controles parentales que propone Baumrind (citado en Hernández, 1999): permisivo, autoritario y autoritativo o de autoridad racional. Los padres permisivos apenas dan muestras de poder y es mínimo su interés por controlar la conducta de sus hijos, los padres autoritarios ejercen poder como el único medio para controlar y limitar la voluntad de los hijos y los padres autoritativos dan razones y promueven el diálogo, se interesan por dirigir la actividad de sus hijos, pero no esperan obediencia absoluta, se preocupan por los derechos de sus hijos y de ellos mismos. McKinney, J. y cols, (1982) señalan diversas razones por la cuales el estilo de crianza más efectivo es el autoritativo o de autoridad racional, ya que se relaciona como un mejor ajuste en general. No sólo logra lo que se propone, sino que ejerce una influencia positiva sobre aspectos del desarrollo del niño. La cohesión, la adaptabilidad y la calidad de la comunicación son otras dimensiones que influyen determinantemente en el funcionamiento de la familia. A juicio de los autores mencionados, un buen hogar reconoce la necesidad del adolescente por obtener su independencia, así como sus esfuerzos por buscar la emancipación, por lo que lo ayudan y apoyan cuando es posible. Le brindan oportunidades y medios para avanzar hacia un estatus más independiente y lo alientan a recibir responsabilidades, tomar decisiones, planear su futuro, y aceptar el estatus de adulto. La familia que planea brindarle a su miembro adolescente el máximo de autonomía e independencia en cuanto es capaz de aceptarlas, actúa de la mejor manera para asegurar la madurez y suavizar las dificultades de este período de transición. El buen ajuste marital en el hogar fomenta la aceptación paterna de los niños, mientras que el mal ajuste conyugal de los padres provoca sentimientos de inseguridad en los niños y les niega a éstos el ambiente hogareño psicológicamente firme que necesitan para su óptimo ajuste social y emocional, tanto en el presente como en el futuro. El adolescente que encuentra discordia entre sus padres dentro de su hogar tiende, debido a su reacción conductual a la situación, a hacer las cosas más difíciles por su sensación de inestabilidad y de poca respuesta afectiva. INVOLUCRAMIENTO DE LOS PADRES EN EL APRENDIZAJE El papel de los padres como colaboradores en el proceso de aprendizaje es trascendente. Para el adolescente que está construyendo una imagen de sí mismo tiene mucha importancia cómo lo perciben sus padres y lo que le comunican de sus percepciones. Licht (citado por Sosa, 2002) menciona que las creencias del adolescente acerca de sus habilidades para realizar tareas o actividades complejas pueden ser influenciadas por la forma en que los padres retroalimentan su comportamiento en situaciones escolares, familiares o sociales. Las diversas formas como los padres se involucran en la actividad académica de sus hijos también tiene un efecto sobre su rendimiento académico. Zellman y Waterman (1998, citados por Sosa, 2002) reportan que el involucramiento de los padres en la escuela, afecta la naturaleza de la interacción padre-hijo y se relaciona con el grado en el que el niño se adapta positivamente a la influencia de los padres. Lo que los padres hacen importa para entender y predecir los logros académicos. La escuela y el hogar desempeñan una función de vigilancia en las relaciones entre el niño y el adulto, hasta cierto grado, promoviendo la auto confianza del adolescente para que pueda tomar decisiones y estas resulten lo más asertivas en función de los deseos y valores que se tienen. RENDIMIENTO ACADEMICO Rendimiento académico se considera sinónimo de rendimiento escolar y de aprovechamiento escolar y se ha considerado que el proceso educativo tiene influencia en él; sin embargo, debemos considerar otros factores que inciden y que tienen repercusiones importantes como son: las aspiraciones y expectativas de la familia, la estructura y el clima familiar, la calidad del ambiente familiar, entre otros (Figueroa, 2001), los cuales abordaremos justamente en este capítulo. DEFINICIÓN DE RENDIMIENTO ACADEMICO El rendimiento académico o el aprovechamiento escolar es uno de los indicadores utilizados en la medición de la calidad educativa, el cual se refiere a la calificación obtenida por los alumnos durante su tránsito por la escuela (Gorman y Politt, 1993, citados por Aguilar y Cruz, 2001). Larrañaga en 1984 (citado por Aguilar, op. cit.) define el rendimiento escolar como el “desarrollo biopsiquíco, social y cultural del educando, logrado en la escuela en un tiempo determinado”, lo cual nos indica el desarrollo de las muchas potencialidades con las que cuenta el educando en un ambiente adecuado a sus necesidades y con un límite de tiempo. EVALUACIÓN DEL RENDIMIENTO ESCOLAR Es necesario definir la evaluación del rendimiento escolar, a la cual se le considera como la recopilación de datos acerca de los conocimientos adquiridos, mediante el proceso de enseñanza – aprendizaje, que sirven para determinar las calificaciones del aprovechamiento (Grounlund y Norman, 1988; Rodríguez y García, 1994; Saavedra, 1980, citados por Aguilar y Cruz, op. cit.). La evaluación del rendimiento escolar es un indicador importante del proceso enseñanza – aprendizaje, que nos muestra el lugar en el que se encuentra un alumno y la manera en que va avanzando. Los criterios en la evaluación del rendimiento académico varían de acuerdo con la institución educativa, sus características, normas, valores,criterios y tipo de educación que ofrecen. En general, la mayoría de las instituciones educativas evalúan a través de exámenes y consideran las calificaciones obtenidas como parámetros que miden los conocimientos que se adquieren de los programas escolares. Algunos autores discrepan en el método tradicional de evaluación, ya que consideran que el rendimiento académico se ve influenciado por los siguientes elementos (Camarena y Gómez, 1986, citado por Aguilar y Cruz, op. cit.): 1. Que los alumnos trabajen además de estudiar. 2. Falta de objetividad en la evaluación. 3. Fenómenos económicos, sociales, políticos y afectivos en los que se desarrolla el educando en el momento de la evaluación. 4. La evaluación depende de la media grupal y no del desarrollo individual. 5. No se evalúa el proceso, sólo se considera la evaluación final. No obstante las criticas y los señalamiento anteriores, la verdad es que en México se continúa preponderantemente con la evaluación tradicional y una calificación determina el rendimiento académico de un alumno. Sin embargo, se deben considerar los factores que influyen en este rendimiento y observar de que manera inciden sobre los adolescentes para que estos desarrollen al máximo sus potencialidades y/o capacidades. Los problemas de aprendizaje son múltiples y se deben a circunstancias físicas, psicológicas o sociales. De hecho al considerar que un alumno tiene problemas en el aprendizaje se debe considerar el contexto en el que esté involucrado, ya que de ahí se podrán observar las causas a las que se debe dicha problemática. No obstante, se debe considerar que “cada alumno es una inversión en nuestra comunidad y su fracaso escolar significa, una carga económica por la repetición de grados y por el gasto en escuelas y maestros especiales, esto sin considerar la consecuente limitación de la potencialidad de la fuerza de trabajo en la vida adulta” (Jiménez, 1999, pág. 40). De acuerdo con Brueckner y Bond, (1986), los factores relacionados a los problemas de aprendizaje, se clasifican en las siguientes categorías generales. 1. Factores intelectuales y neurológicos. 2. Factores sensoriales y físicos. 3. Adaptación personal y social. 4. Factores ambientales y educativos. Dentro de los factores ambientales y educativos encontramos las condiciones familiares, que es lo que se desarrollará por la relevancia que tiene este aspecto en función del apoyo parental en el rendimiento académico. INFLUENCIA DE LA FAMILIA EN EL RENDIMIENTO ACADEMICO El adecuado desarrollo educativo de un adolescente es una empresa común de la familia, la escuela y otras instituciones interesadas en la formación de la infancia y la juventud. El papel del hogar en este sentido es de gran importancia. Es en la familia donde se desarrollan las capacidades del niño para terminar las obras que comienza, su aptitud para interpretar y cumplir las instrucciones que se le dan, su lenguaje básico y muchas actitudes, su manera de experimentar y de conocer el mundo que le rodea y su sentimiento de seguridad. Si dentro de la familia hay muchas discusiones, son demasiado exigentes o se muestran sobre protectores o inconscientes en sus actos, es muy probable que el niño llegue a la edad escolar con deficiencias para hacer frente a todos los procesos que debe adquirir. La responsabilidad del hogar no termina, ni decrece cuando un pequeño entra a la escuela. La actitud que los padres tengan ante la escuela y el trabajo escolar influye decisivamente sobre el éxito o fracaso escolar, ya que es en el hogar donde se cimienta la importancia del aprendizaje. Todo estudiante requiere tener un apoyo que lo estimule, lo motive y le dé herramientas que fortalezcan su deseo de asistir y participar activamente en la escuela, máxime si hablamos de alumnos con alguna necesidad educativa. La cooperación del hogar con la escuela en el planteamiento y ejecución de un programa correctivo constituyen la vía para superar los obstáculos que presente algún alumno. Hernández (1999) en su estudio, menciona que la competencia social de los hijos dependerá de las situaciones a las que la interfaz familia-escuela le exponga y de la retroinformación que el chico reciba al intentar ajustarse a éstas. Igualmente Andrade (1988) realizó un análisis sobre la relación que existe en el ambiente familiar y el rendimiento académico, concluyendo que el ambiente familiar influye significativamente en el éxito académico de los adolescentes. A continuación, se presentan diferentes investigaciones que se han realizado sobre los factores que influyen o determinan que un alumno tenga bajo rendimiento académico. Las causas por las que los adolescentes abandonen los estudios o tengan bajo rendimiento académico son muy diversas. El problema puede iniciar durante la etapa prenatal. De acuerdo a Philip (2002), los niños que nacen de forma prematura o con bajo peso al nacer pueden tener riesgos biológicos y sociales. Algunos de estos riesgos se notan hasta la etapa escolar en la que el funcionamiento no es el más óptimo. Así mismo, los niños prematuros presentan con mayor frecuencia problemas neurológicos que los niños que nacen a término. Estos déficits neurológicos y funcionales se evidencian y se manifiestan a través del rendimiento escolar. La atención y memoria se ven afectados también y pueden tener un impacto en la capacidad de la lectura, la aritmética y la adaptación social. El estatus socioeconómico, el prejuicio y la discriminación racial y étnica, el origen de la familia, la influencia de los padres, la relación con los padres, las responsabilidades en el hogar, problemas de personalidad, ajustes sociales, problemas económicos o de salud, mala conducta, fracaso escolar, bajo rendimiento y falta de interés son algunas de las muchas causas por las que se produce el abandono escolar (Andrade, 1998). Dentro de las influencias en el rendimiento académico una de las que se destacan son las relaciones familiares. La calidad de interacción que se da entre los miembros de una familia tiene una marcada influencia sobre el éxito escolar (Hurrelmann, Engel, Holler y Nordlohne, 1988; Masselam, Marcus y Stunkard, 1990; Chavkin y Williams, 1993; citados por Philip, 2002). Al realizar una encuesta, la comparación entre alumnos de bajo rendimiento y alto, muestran que, los últimos dicen compartir con sus padres diversión e ideas, los describen como comprensivos, tolerantes, confiados, afectivos y que los estimulan a superarse y que no son padres restrictivos con disciplina severa. Otro estudio (Dornbusch, Ritter, Mont-Reynaud y Chen, 1990, citado por Philip, op. cit.) resalta que una excesiva autonomía en las decisiones se asocia con menores niveles de esfuerzo y bajo rendimiento, lo cual es contrario a toma de decisiones conjunta, lo cual se asocia con mayor esfuerzo y alto rendimiento independientemente de la etnia y del estatus socioeconómico Otro estudio (Steinberg, Lamborn, Dornbusch y Darling, 1992, citado por Philip, op. cit.) que resalta el estilo de crianza y la implicación de los padres en la escuela y la motivación para superarse, resalta lo siguiente: El estilo paterno democrático es el que conduce al éxito escolar. A su vez, este estilo de crianza provoca que los padres estén mayormente involucrados en las actividades escolares y por tanto, un mejor comportamiento de los adolescentes en la escuela, por lo que esto conduce a un mayor rendimiento académico. Los adolescentes se identifican con los sentimientos que los padres tienen respecto a la escuela y la educación. Cuando los padres valoran el proceso educacional y respetan los esfuerzos de los profesores favorecen actitudes positivas hacia la escuela, por el contrario, cuandose menosprecia a los maestros o se duda de la utilidad de la educación formal se promueven actitudes negativas. Así también, cuando los padres dicen que la educación es importante, pero denotan poco interés en leer, aprender o discutir temas intelectuales, influye para que los hijos den poca importancia a la educación en su vida. Diversas investigaciones (McCall, Vean y Kratzer, 1992; Steinberg, Lamborn, Dornbusch y Darling,1992; Wood, Chapin y Hannah, 1988; citados por Kimmel y Weiner, op. cit.) afirman que los padres de alumnos con buen rendimiento tienen en general, más interés en cómo van sus hijos en la escuela y los estimulan en sus actividades académicas; estos padres, fomentan activamente intereses intelectuales en sus hijos y promueven una actitud positiva hacia los profesores y hacia su escuela, al mismo tiempo que son más susceptibles que los padres de los alumnos con bajo rendimiento de valorar las realizaciones educativas y de manifestar expectativas de logro para sus hijos. Otros estudios han revelado que la implicación de los padres en la vida escolar de sus hijos adolescentes influye en su rendimiento académico. Cuando los padres vigilan dónde están y qué hacen sus hijos, éstos dedican más tiempo a deberes escolares; los hijos adolescente obtienen mejores calificaciones cuando sus padres discuten decisiones y planes futuros con ellos, prestan atención a sus calificaciones y muestran interés en sus tareas (Dornbusch, Ritter, Mont-Reynaud y Chen, 1990; Fehrman, Keith y Reimers, 1987; Steinberg, Elman y Mounts, 1989; citados por Kimmel y Weiner, op. cit.) Algunas veces las diferencias en el apoyo parental a los logros educativos de sus hijos se han atribuido al nivel económico de la familia; no obstante, dada la diversidad cultural contemporánea y el aumento en el acceso a las oportunidades educativas, estas generalizaciones sobre las familias en situaciones sociales poco favorecidas ya no son válidas. De esto se concluye que los padres influyen en las actitudes y los logros académicos de sus hijos mediante el ambiente que crean en el hogar y no a causa de su nivel socioeconómico. En resumen, “...la familia es el agente socializador responsable de la adquisición de conocimientos y estrategias cognoscitivas, reglas de comportamiento y motivación” (Hernández, 1999, p. p. 55-56); de ahí que los problemas de aprendizaje se ubiquen dentro del seno familiar, ya que si los adolescentes encuentran en su hogar un ambiente que promueva y estimule el desarrollo de capacidades y habilidades es poco probable que se muestren deficientes ante las exigencias escolares. Esto se refuerza con el estudio realizado por Jiménez (1999) en el cual se encontró que: la aceptación y la confianza en el hijo, la disciplina consistente y razonada, la valorización y el apoyo a la actividad intelectual y la promoción a la autonomía, son factores dentro del hogar que pueden favorecen el desempeño escolar. LOS PADRES COMO COLABORADORES EN EL PROCESO EDUCATIVO “El acta de Educación de 1981 subraya la necesidad de que los profesionales que intervienen en la valoración de niños con una necesidad educativa especial consideren a los padres como colaboradores en el proceso de valoración y toma de decisiones” (Campion, 1987). Entendiendo por colaboración, la participación activa que tienen los padres con un profesional, quien les enseña las técnicas que ellos deberán aplicar con su hijo que presente problemas de conducta o rendimiento. Aquí en México, la necesidad de involucrar a los padres en el proceso educativo escolar es reconocida en la última propuesta curricular para la educación básica que se fundamenta en el Acuerdo Nacional para la Modernización Educativa de 1992 y la Ley General de Educación publicada en el Diario Oficial de la Federación el 13 de julio de 1993 (Flores y García, 1998). Los padres resultan los colaboradores más eficientes siempre y cuando se les dé la oportunidad de creer que pueden influir positivamente en la solución de los problemas que enfrentan sus hijos. Existen impedimentos para el desarrollo de los programas de vinculación escuela – hogar, entre ellos están las barreras que mencionan Flores y García (1998): • INSTITUCIONALES. La escuela se muestra hostil ante la participación, no hay presupuestos, no es prioridad para la escuela que los padres se involucren, cuando requieren que los padres participen lo hacen coercitivamente, no motivacionalmente y la carga de trabajo de los maestros limita buscar la involucración. No obstante, con esta investigación los padres mencionan cuán importante es para ellos tener un acercamiento con la escuela y una buena comunicación que les permita exteriorizar sus opiniones y saber a tiempo cuáles son las problemáticas de sus hijos para poder apoyarlos. • PERSONALES. Competencias respecto al rol que juegan padres y maestros en la educación, desconocer las variables familiares que inciden en el rendimiento académico de los alumnos. De igual manera que en las barreras anteriores, hay datos de investigación que revelan que la educación es una labor compartida, ya que los chicos que encuentran una congruencia entre su educación en casa como en la escuela tendrán mayor certeza y claridad de hacia donde deben caminar. • CIRCUNSTANCIALES. Cambios en la estructura familiar, nivel cultural de los padres, diferencias culturales entre padres y maestros, no contar con apoyos sociales. Recordemos que somos seres que nos adaptamos a los cambios y qué mejor que poder ofrecer a los padres la seguridad de que independientemente de su condición familiar, su nivel cultural y las diferencias que tengamos con ellos, podemos formar un frente común a favor de los adolescentes que son finalmente por quienes se debe trabajar. • DERIVADAS DE LA APLICACIÓN DEL PROGRAMA. Falta de claridad, de compromiso, de responsabilidad, ambigüedad, falta de motivación y seriedad ante lo que representa un programa, no evaluar dicho programa. Aún cuando en la Ley General de Educación se menciona la corresponsabilidad de la escuela y el hogar en la educación y que los padres deben participar de manera activa, la iniciativa de vinculación debe ser promovida por la escuela, ya que de esta manera se buscarán opciones que reduzcan las barreras y se busque primordialmente el bienestar común: del alumno, de los padres y de la escuela incluyendo directivos y personal docente. El lograr la independencia y una identidad son las tareas más importantes que enfrentan los adolescentes, los padres en esta etapa de transición desempeñan un papel central, dado que sus hijos necesitan saber que cuentan con ellos, pero, que al mismo tiempo pueden respetar su proceso de cambio. Dentro de los compromisos que deben asumir los adolescentes es cumplir con sus responsabilidades escolares. En nuestra sociedad el éxito en la escuela, además de favorecer la movilidad o la conservación de un estatus social adecuado, es un indicador para el adolescente de que se está convirtiendo en un adulto competente. Es importante conocer la forma cómo las prácticas de crianza de los padres y la percepción acerca de sus hijos favorecen el logro académico. En particular, la literatura señala que son importantes el involucamiento en las actividades escolares de los hijos, la percepción acerca de los hijos, el apoyo que se brinde al desempeño académico y los recursos que se brinden para las actividades de escolares. Considerando lo anterior, el presente estudio tiene el propósito de conocer la relación entre el apoyo parental y el rendimiento académico de alumnos de secundaria. Así mismo, conocer el tipo de apoyo que los padres necesitan de la escuela para favorecer el logro académico en sus hijos. En la medida en que se conozca la influenciadel apoyo parental sobre el rendimiento académico de alumnos de secundaria, la escuela podrá plantear mejores propuestas de apoyo y formación para padres y fortalecer vínculos de colaboración. METODO Sujetos La muestra constó de 220 padres de familia (hombres y mujeres) cuyos hijos asistían a una secundaria pública oficial. El nivel socioeconómico en la escuela es medio – medio y medio – bajo. Se obtuvo una muestra no-aleatoria de padres que asistieron a una junta en la que se les entregó la quinta evaluación bimestral. Tipo de estudio Es un estudio descriptivo, correlacional y transversal. Descriptivo porque expresa la incidencia del apoyo parental en el rendimiento académico; correlacional, porque se establece una relación entre el rendimiento académico y el apoyo parental; y, transversal porque el instrumento sólo se aplicó una vez, sin tener un seguimiento del fenómeno. Hipótesis A) Ho: No existen diferencias estadísticamente significativas en el rendimiento académico de alumnos de secundaria y el apoyo que les brindan sus padres, en las variables involucramiento, percepción, apoyo a calificaciones y recursos, medidas a través de un instrumento tipo likert. B) Hi: Existen diferencias estadísticamente significativas en el rendimiento académico de alumnos de secundaria y el apoyo que les brindan sus padres, en las variables involucramiento, percepción, apoyo a calificaciones y recursos, medidas a través de un instrumento tipo likert. Variables • Variable independiente: Rendimiento académico del alumno de secundaria. • Variable dependiente: Apoyo que dan los padres a sus hijos de secundaria, medido a través de una escala tipo likert que considera las siguientes áreas: involucramiento, percepción, apoyo a calificaciones y recursos. Definición de variables Variable independiente: Rendimiento académico, el cual se divide en tres grupos: 1) Rendimiento alto: alumnos que cuentan con un promedio entre 10.0 y 8.6, 2) Rendimiento medio: alumnos con promedio entre 8.5 y 7.0 y 3) Rendimiento bajo: alumnos con promedio entre 6.9 y menor Variable dependiente: Apoyo que dan los padres a sus hijos de secundaria, medido a través de un instrumento tipo likert de 35 reactivos con cuatro sub escalas, para las siguientes variables: involucramiento, percepción, apoyo a calificaciones y recursos, definiéndolas como sigue: • Involucramiento: Participación de los padres en las actividades académicas de su hijo (a). • Percepción del hijo: Forma como los padres perciben las capacidades y/o cualidades de su hijo (a) en el área académica. • Apoyo a calificaciones: Incentivos que brindan los padres por la obtención de buenas calificaciones o apoyos brindados para mejorarlas. • Recursos: Infraestructura proporcionada en el hogar para apoyar el trabajo escolar. Procedimiento • Se diseñó un instrumento tipo likert en el que se incluyeron reactivos relacionados con aspectos que de acuerdo con la literatura, son importantes para entender la influencia del apoyo parental en el rendimiento académico (VER ANEXO 1). • Se realizó una validación de los reactivos con 7 expertos en el área educativa. A los expertos se les pidió que juzgaran la claridad y propiedad de los reactivos, así como la variable a la que lo veían vinculado, de acuerdo con un formato (VER ANEXO 2). • Se eligieron los reactivos que resultaron claros y propios. • El instrumento se piloteó con un grupo de padres de alumnos de secundaria y se le hicieron los ajustes finales, quedando integrado por 35 reactivos y una pregunta libre (VER ANEXO 3). • En una junta de entrega de boletas, se aplicó el cuestionario a 220 padres de alumnos de secundaria. Los cuestionarios fueron clasificados en función del rendimiento académico a saber: rendimiento alto, rendimiento medio y rendimiento bajo. • Se determinó el alpha de Cronbach para el instrumento y mediante un análisis factorial se agruparon los reactivos con correlaciones >=.50. Sólo se analizaron los reactivos que cubrieron esta condición, quedando 19 reactivos para el análisis de resultados. • Mediante estadística no paramétrica se determinaron las diferencias entre grupos, utilizando la prueba de Kruskal Wallis se obtuvo la chi cuadrada. RESULTADOS Después de hacer un análisis factorial, se eliminaron 17 reactivos, los cuales tenían correlaciones < .50, quedando constituido el instrumento por 19 reactivos. Las sub-escalas finales de acuerdo a estos reactivos son (ver anexo 4): 5 reactivos para involucramiento 6 reactivos para percepción, 4 reactivos para apoyo a calificaciones y 4 reactivos en recursos. Se obtuvo un alpha de Cronbach = .83 para el instrumento depurado, lo que significa que el instrumento tiene una confiabilidad adecuada. Con los reactivos que resultaron de esta depuración se obtuvieron los resultados de la presente investigación. Así mismo, se obtuvieron los índices de confiabilidad para cada sub escala (ver tabla 1). Tabla 1: Índices de confiabilidad para cada sub -escala Sub escala Reactivos Alpha de cronbach INVOLUCRAMIENTO 1, 7, 10, 16 Y 24 .83 PERCEPCIÓN 5, 9, 11, 12, 20 Y 27 .67 APOYO A CALIFICACIONES 17, 25, 26 Y 33 .58 RECURSOS 3, 14, 18 Y 34 .64 Antes de citar los resultados, una observación importante a considerar es el bajo porcentaje de asistencia de padres con hijos de bajo rendimiento académico, esto puede explicarse porque, de acuerdo con la escuela, los padres de alumnos con problemas evitan asistir a esta actividad. Asistieron a la entrega de evaluación: altos 38 %; medios 55.4 %; bajos 7. 6 %. En la exploración inicial de los datos se encontró que la distribución de la muestra no era normal, por lo tanto, se uso estadística no paramétrica, encontrando que existe una relación entre el puntaje obtenido en cada sub escala por los padres y el rendimiento académico de sus hijos. Los padres de alumnos de alto rendimiento tienen medias más altas que los padres de alumnos con bajo rendimiento académico (ver tabla 2). En las sub escalas Involucramiento y Percepción se presentaron diferencias significativas (p <=.00) entre los grupos con diferente rendimiento académico, lo que significa que los padres que participan activamente en las actividades académicas de sus hijos y que perciben las capacidades y cualidades de sus hijos en el área académica, influyen para que su hijo (a) tenga un rendimiento académico mejor. Por lo cual se acepta la hipótesis alterna es decir: existen diferencias estadísticamente significativas en el rendimiento académico de alumnos de secundaria y el apoyo que les brindan sus padres, en las variables involucramiento y percepción, medidas a través de un instrumento tipo likert. En cuanto a las otras dos variables: apoyo en calificaciones y recursos hay diferencias muy pequeñas que estadísticamente no resultan significativas, lo cual nos indica que todos los padres de familia de la muestra, independientemente del rendimiento que tengan sus hijos les otorgan incentivos por la obtención de buenas calificaciones o por mejorarlas, a su vez que proporcionan infraestructura en el hogar que permite apoyar a los adolescentes en su trabajo escolar. Con lo cual se acepta la hipótesis nula es decir: no existen diferencias estadísticamente significativas en el rendimiento académico de alumnos de secundaria y el apoyo que les brindan sus padres, en las variables apoyo a calificaciones y recursos, medidas a través de un instrumento tipo likert. Tabla 2. Medias obtenidas en cada sub escala por cada grupo de padres Para comprender mejor las diferencias entre grupos observemos gráficamente (Figura 1) las medias, las cualesnos dan una referencia de las diferencias que existen en las cuatro variables consideradas en el análisis del cuestionario y su relación con el rendimiento académico de los alumnos de secundaria. GRUPO INVOLUCRAMIENTO PERCEPCION CALIFICACIONES RECURSOS RENDIMIENTO ALTO MEDIA N DE 21.250 80 2.9831 27.063 80 3.0949 17.763 80 2.3933 18.862 80 1.5731 RENDIMIENTO MEDIO MEDIA N DE 20.161 124 3.4130 23.976 124 3.9126 17.573 124 2.3930 18.613 124 1.8065 RENDIMIENTO BAJO MEDIA N DE 18.063 16 4.0574 20.313 16 4.8266 16.313 16 4.1588 16.813 16 3.6737 Figura 1. Descripción gráfica de las diferencias en medias para cada sub escalas. Al final del cuestionario se presentó una pregunta abierta, en la cual los padres debían escribir los tipos de apoyo que necesitan de la escuela. Las respuestas se clasificaron de acuerdo a la frecuencia y similitud de las mismas. Para calcular el porcentaje, se consideró el total de respuestas dadas por los padres. Se definieron seis categorías que a continuación se presentan junto con el porcentaje obtenido: 1. Comunicación (23.1%): Se refiere a la necesidad manifiesta de los padres por tener un diálogo con la escuela, en la que les permitan saber como ayudarán a sus hijos. Ejemplo: La comunicación entre padres, maestros y alumnos 2. Apoyo de los maestros (8.4%): Es la intervención temprana que necesitan los padres por parte de los maestros cuando sus hijos tienen dificultad con algunas materias. Ejemplo: Esfuerzo y dedicación a sus alumnos. Que no falten a sus clases 0 5 10 15 20 25 30 In v o lu c r a m ie n to P e rc e p c ió n A p o y o a c a l if ic a c io n e s R e c u r s o s R e n d im ie n to a lto R e n d im ie n to m e d io R e n d im ie n to b a jo I • • D 3. Información (14.6%): Atañe al apoyo sobre temas, calificaciones y/o conducta de los adolescentes en secundaria. Ejemplo: Conocer cambios en la adolescencia... 4. Apoyo psicológico (14.2%): Se refiere a la intervención de un especialista en el área psicológica. Ejemplo: Apoyo psicológico, para tener una buena comunicación con nuestros hijos. 5. Apoyo pedagógico (9.3%): Es la necesidad de los padres por conocer los temarios y programas de estudio, de manera que puedan orientar a sus hijos. Ejemplo: Conocer mejor los planes de estudio, para que sepa cómo ayudar a mi hijo. 6. Orientación (30.22%): Definido como solicitud de información y/o asesoría acerca de los temas relacionados con la adolescencia y con el apoyo que requieren los alumnos de secundaria. Ejemplo: Más apoyo para guiarlos en su etapa de adolescentes. El total de respuestas que dieron los padres en las diversas categorías fueron 225, las cuales se distribuyeron de la siguiente manera: Figura 2: Distribución de respuestas a la pregunta “¿Qué tipo de apoyo cree usted que los padres de alumnos de secundaria necesitan? Con estos resultados podemos decir que los padres de alumnos de secundaria están interesados en recibir orientación sobre el manejo y el tipo de apoyo que requieren sus hijos adolescentes, así como sesiones informativas que les den pautas sobre el desarrollo adolescente. Otro apoyo imperante que requieren los padres es una comunicación abierta con la escuela, para que estén al tanto de lo que sucede con sus hijos y poder así, dar respuestas inmediatas a las problemáticas de los alumnos. Así también, los padres requieren de información y ayuda de profesionales en psicología. Apoyo de parte de los maestros y conocer los programas, es otro apoyo solicitado por los padres, y aunque es el que tiene menos porcentaje de respuesta, no debemos desvalorarlo, ya que finalmente son apoyos que los padres exteriorizan y que son indispensables para fortalecer vínculos de colaboración con la escuela. 0 5 10 15 20 25 30 35 Comunicación Apoyo de maestros Información Apoyo Psicológico Apoyo Pedagógico Orientación P O R C EN TA JE DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES Uno de los objetivos principales de este estudio fue conocer si el apoyo parental tiene influencia en el rendimiento académico de alumnos de secundaria, la respuesta que se puede dar por sentido común es: si un padre apoya a su hijo (a) este podrá tener mayor rendimiento. Pero, ¿cuáles son las áreas en las que un padre debe apoyar a su hijo adolescente para mejorar su rendimiento? y ¿qué se entiende cómo apoyo parental? Las respuestas a estas interrogantes son precisamente las conclusiones a las que hemos llegado con esta investigación y las abordaremos más adelante, pero para ubicarnos mejor, resulta muy importante considerar cada una de las áreas que maneja el instrumento desarrollado en este estudio. La adolescencia es una etapa de transición en la que el adolescente tendrá que enfrentar y confrontar situaciones, entre ellas, las escolares. El apoyo familiar que reciba incidirá sobre cómo lo haga. Los resultados del presente estudio corroboran que la familia, en especial los padres, es el agente socializador responsable de la adquisición de conocimientos y estrategias cognoscitivas, reglas de comportamiento y motivación (Hernández, 1999). Se encontró que existe una relación directa entre el puntaje obtenido en dos sub escalas por los padres y el rendimiento académico, lo cual nos permite ver la importancia de la relación positiva que se da entre los alumnos con sus padres. Aún cuando en todas las sub escalas hay diferencias en las medias del apoyo que dan los padres a los alumnos de secundaria con respecto al rendimiento, las diferencias significativas se dan sólo en las sub escalas involucramiento y percepción, lo cual nos indica que cuando los padres participan en las actividades académicas de sus hijos y perciben sus capacidades y cualidades, el rendimiento escolar de los alumnos se favorece, debido a la dinámica que se establece en el núcleo familiar donde el alumno se siente valorado y atendido. Esto se apoya en las investigaciones de Zellman y Waterman, 1998(citado en Sosa 2002) quienes reportan que el involucramiento de los padres, afecta la naturaleza de la interacción con sus hijos y se relaciona con el grado en el que los niños se adaptan a su influencia. El que los adolescentes sientan seguridad en su núcleo familiar, les proporciona bases sólidas que les permiten un desarrollo favorable en el área escolar, aún con las dificultades que los alumnos de secundaria presentan en esta etapa de desarrollo. Esto se relaciona con lo planteado por Bomar y Sabatelli, 1986 (citado en Philip, 2002), quienes encontraron que los adolescentes necesitan sentirse valorados y aceptados, así como que sus padres sean tolerantes con su individualidad, intimidad y las diferencias interpersonales que se dan en su familia. Los resultados obtenidos refuerzan lo mencionado por Argyle y Henderson (1985) quienes demuestran que el apoyo positivo de los padres está asociado con las estrechas relaciones con los hijos, con una alta autoestima, con el éxito académico y con un desarrollo moral adecuado (Argyle y Henderson, 1985, citado por Philip, 2002). Otras investigaciones (McCall, Vean y Kratzer, 1992; Steinberg, Lamborn, Dornbusch y Darling,1992; Wood, Chapin y Hannah, 1988; citados por Kimmel y Weiner, 1998), reportan resultados que confirman que los padres de alumnos
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