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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO 
 
FACULTAD DE PSICOLOGÍA 
 
 
 
 
UN ESTUDIO DE LA INFLUENCIA DEL APOYO PARENTAL EN EL 
RENDIMIENTO ACADÉMICO DEL ALUMNO DE SECUNDARIA 
 
 
 
T E S I S 
QUE PARA OBTENER EL TÍTULO DE: 
LICENCIADO EN PSICOLOGÍA 
PRESENTA: 
ANA LILIA MILLÁN HERNÁNDEZ 
 
DIRECTOR: 
DRA. ROSA DEL CARMEN FLORES MACÍAS 
ASESOR: 
MTRA. ESTELA JIMÉNEZ HERNÁNDEZ 
 
 
MÉXICO, D. F. 2006 
 
 
 
UNAM – Dirección General de Bibliotecas 
Tesis Digitales 
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reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el 
respectivo titular de los Derechos de Autor. 
 
 
 
DEDICATORIA 
 
Este trabajo representa mucho para mí, y quiero dedicarlo en primera instancia 
a Dios, quien es mi guía y mi luz en cada acción de mi vida. 
 
 
A mis padres con cariño, porque se que esto representa un logro que también 
llena su vida. 
 
 
A mis hermanos Edy y Kary por todo su apoyo. 
 
 
A ti Alfredo, compañero de vida y colega, con quien comparto este amor por 
la psicología. 
 
 
Y a ti, Fredito, hijito de mi vida, porque no he tenido maestro más grande que tú 
y por ser la inspiración principal para realizar y concluir este trabajo. 
 
 
LOS AMO CON TODO MI CORAZÓN 
ANA 
 
 
 
AGRADECIMIENTOS 
 
Gracias Dios por enseñarme que el amor a la vida, a las personas y a todo lo que hago 
es la base para obtener buenos resultados. 
 
Gracias papito (Adrián) por tu esfuerzo y dedicación al trabajo, por enseñarme que la 
responsabilidad es un valor primordial y por darme tu apoyo en todas las etapas de mi 
vida. 
 
Gracias mamita (Gloria) porque tú eres la que me ha enseñado que nunca se debe ser 
mediocre y que siempre debo esforzarme por dar lo mejor de mí, gracias por tu amor y 
tu entrega. 
 
Gracias Edy, por enseñarme a dar pasos grandes por difíciles que parezcan, por 
compartir conmigo la idea de luchar hasta el final. 
 
Gracias Kary, por tu apoyo incondicional, por compartir tantos sueños, no pude tener 
mejor hermana que tú. 
 
Gracias Alfredo mi amor, esposo y compañero, por tu amor y porque a tu lado he 
podido crecer y desarrollarme, gracias por compartir conmigo el compromiso de ser 
padres. 
 
Gracias hijo, por tu paciencia y tolerancia, por ir y venir conmigo, por fatigarte a mi 
lado en la realización de este trabajo. Gracias por tus sonrisas, por decirme que todo 
esta bien y por creer y confiar en mí. 
 
 
 
 
Gracias a la Universidad Nacional Autónoma de México, quien fue mi casa de estudio 
varios años, desde la preparatoria No. 1 Gabino Barreda hasta la Facultad de 
Psicología, y a quien debo mi formación profesional. 
 
Gracias a mis maestros de la universidad, quienes me dieron las bases para ser una 
buena psicóloga, a través de sus enseñanzas y sus experiencias: Consuelo Arce, Rosa 
del Carmen Flores, Marco Rigo Lemini, Enedina Villegas, Araceli Otero, Carolina 
Escobar, María Eugenia Martínez, Emma Roth, Sofía Liberman, Pablo Fernández, Rosa 
Elena y todos los que me dieron clase. 
 
Gracias a ti (Rosi) Dra. Rosa del Carmen Flores por darme tu voto de confianza, por tus 
enseñanzas, por tu gran apoyo y porque sin ti, esto no sería realidad. 
 
Gracias al jurado por sus observaciones y comentarios Mtra. Estela Jiménez, Mtra. 
Milagros Figueroa, Mtra. Hilda Paredes y Dra. Mariana Gutiérrez. 
 
Gracias a mis primeras escuelas, quienes me acogieron en mi infancia y parte de mi 
adolescencia: Jardín de Niños: Mirador, Primaria: Juan Badiano, Secundaria: No. 36 
Cuauhtemoc. Y a mis maestras de estos niveles que me impulsaron y alentaron a seguir 
siempre adelante, especialmente a: Lilia, Cande, Carmelita, Margarita, Caridad, Blanca 
y Alma América. 
 
Gracias a mis maestras y compañeras del Diplomado en Educación Infantil basado en 
la filosofía Montessori, por ayudarme a crecer y desarrollarme como ser humano. 
 
Gracias a mis abuelitos maternos Armando y Natalia por haber formado la gran familia 
Hernández a quienes agradezco sus oraciones y su apoyo, a mis tías y sus respectivas 
familias: Guadalupe, Regina, Martha, Angélica, Juanita, Rosario, Pilar, Verónica, 
Armando y Laura. 
 
Gracias a mis abuelitos paternos Estela (d.e.p.) y Agustín (d.e.p.), por haber formado la 
familia Millán, a mis tíos por alentarme y consentirme: Agustín (d.e.p.), Mario y Javier. 
Especialmente a ti abuelito por todo lo que me enseñaste un gran entusiasmo y amor a 
la vida. A mi tío Adrián, por ser tu súper niña. Y a todos los Millán extensos. 
 
Gracias a mis amigos por su cariño y motivación, en especial a Marisol, Daniel e Iliwen. 
 
Gracias a mis suegros por su apoyo y cariño: Silvia, Alfredo, a las abuelas Pime, Vivis y a 
mis cuñadas Yazmin y Sandra y sus familias. 
 
Gracias a los chicos de secundaria con los que he compartido miles de experiencias y 
con quienes he descubierto que la adolescencia es una etapa en la que se requiere 
comprensión y mucho amor. 
 
Gracias Consuelo Arce porque tú fuiste un gran ejemplo y una guía en mi 
adolescencia y porque al ver tu trabajo descubrí mi vocación, gracias querida colega. 
 
CON TODO MI CARIÑO 
 ANA MILLÁN 
 
INDICE 
 
RESUMEN.................................................................................................................1 
 
 
INTRODUCCIÓN......................................................................................................2 
 
 
APARTADO 1. DESARROLLO EN LA ADOLESCENCIA...........................................5 
Definición de adolescencia……….…………………………………………..………5 
Desarrollo emocional e identidad en el adolescente……………………...……6 
Desarrollo cognitivo en el adolescente……………………………………………12 
Contexto de desarrollo………………………………………………………………..15 
 
 
APARTADO 2. FAMILIA DEL ADOLESCENTE……………………………………...…17 
Relación de apego…………………………………………………………………….17 
Desarrollo y familia…………………………………………………………………….18 
Propósitos de la familia……………………………………………………………….20 
Familia y adolescencia……………………………………………………………….21 
Control parental en la adolescencia………………………………………………23 
Involucramiento de los padres en el aprendizaje………………………………25 
 
 
APARTADO 3. RENDIMIENTO ESCOLAR…………………………………………….26 
Definición de rendimiento académico…………………………………………....26 
Evaluación del rendimiento académico………………………………………….26 
Influencia de la familia en el rendimiento académico……………………..…29 
Los padres como colaboradores en el proceso educativo…………………..33 
 
APARTADO 4. MÉTODO…………...…………………………………………………..37 
Sujetos…………………………………………………………………………………….37 
Tipo de estudio………………………………………………………………………….37 
Hipótesis………………………………………………………………………………….37 
Variables………………………………………………………………………………....38 
Definición de variables………………………………………………………………..38 
Procedimiento…………………………………………………………………………..39 
 
 
APARTADO 5. RESULTADOS…………………………...……………………………...41 
 
 
APARTADO 6. DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES……..………………………………47 
 
 
BIBLIOGRAFIA……………………………………………………………………………55 
 
 
ANEXOS……………………………………………………………………………….....58 
 
RESUMEN 
 
 
El objetivo del presente estudio fue conocer la influencia del apoyo 
parental sobre el rendimiento académico en alumnos de secundaria de 
primer a tercer grado, por lo que se diseñó una escala tipo likert para 
observar el apoyo que brindan los padres a sus hijos tomando encuenta 
las áreas: involucramiento de los padres, apoyo a calificaciones, 
percepción que se tiene de los hijos y recursos. Esta escala fue validada 
por jueces expertos en el área educativa. La escala fue aplicada a 220 
padres de familia en una junta de entrega de boletas y se les pidió que 
anotaran el promedio de calificaciones de sus hijos, con el cual se 
exploró el rendimiento académico de los alumnos. La confiabilidad del 
instrumento resultó de un alfa cronbach de .85. Se realizó un análisis 
factorial de los 35 reactivos del instrumento, dejando solamente 19 que 
satisfacían correlaciones < =.50 entre reactivos en el análisis factorial. Se 
encontró que existe una relación entre el puntaje obtenido en cada 
subescala y el rendimiento académico de los alumnos. No obstante, las 
dos subescalas que correlacionan de manera significativa son 
involucramiento y percepción. Así mismo, se analizaron las respuestas 
de los padres a una pregunta abierta que se hizo sobre los tipos de 
apoyo que necesitan de la escuela. Se encontró que orientación sobre 
el desarrollo del adolescente y la comunicación con la escuela es lo 
que preponderantemente los padres requieren como apoyo. 
 
 
 
 
 
 
 
INTRODUCCIÓN 
 
 
En el espíritu del adolescente duermen energías y 
se esconden filones de oro puro, en espera de ser descubiertos, 
lo cual sólo será posible con amor y generosidad. 
Guillermo Padrón Edmiston 
 
Los alumnos de secundaria se encuentran en la adolescencia, que 
es una etapa de la vida en la que hay múltiples cambios que inciden 
en el estado físico, psicológico y social de cualquier persona. Es una 
etapa de descubrimiento y de búsqueda, en la cual cambian 
actitudes y comportamientos debido a la inestabilidad que se vive, 
es por ello que los adolescentes requieren de un apoyo que los 
fortalezca para enfrentarse a cada uno de los retos que se les 
presentan, al mismo tiempo que se preparan para enfrentarse a un 
mundo que los requiere con comportamientos de adulto. 
 
En la adolescencia, los jóvenes inician la búsqueda de 
independencia psicológica respecto a sus padres: para ser ellos 
mismos, para elegir sus amistades y distracciones y para hacer 
respetar su intimidad. Estos pasos hacia la independencia no se dan 
en el vacío, el progreso hacia la autosuficiencia y sus sentimientos 
acerca de sus propias capacidades reciben influencia directa de los 
padres sobre lo que dicen o hacen; y, al mismo tiempo, los padres 
reciben influencia sobre la manera en la que sus hijos avanzan hacia 
la madurez. Así, “...crecer es en gran medida un asunto familiar, 
compartido igualmente por padres e hijos y por la unidad familiar 
como grupo” (Kimmel y Weiner, 1998, pág. 236). 
En esta investigación se considera la influencia que tiene el apoyo 
de los padres en la adolescencia, ya que la auténtica preocupación 
de los padres es aquella que se distingue por la comprensión y la 
honestidad, así como por la disposición creciente a ser un apoyo en 
las decisiones que el adolescente toma, respetando su condición de 
cambio. 
 
La importancia de suponer que el apoyo parental es decisivo en 
el rendimiento académico del adolescente, radica en que los 
adolescentes tienen una historia de vida que les da la mayor o menor 
seguridad de acuerdo al desarrollo socio – afectivo dentro de su 
núcleo familiar. 
 
Es por ello, que el objetivo de esta investigación fue conocer 
mediante un instrumento si el apoyo de los padres tiene relación con 
el desempeño académico de sus hijos adolescentes. Asimismo, se 
aportan sugerencias que dan a los padres pautas para apoyar a sus 
hijos y que esto se refleje en un mejor desempeño académico. A la 
par, las escuelas pueden darse cuenta de lo que los padres 
requieren como apoyo, con el fin de establecer mejores vínculos de 
colaboración y mayor comunicación entre escuela - hogar y que 
esto incida en un mayor apoyo parental a los estudiantes de 
secundaria. 
 
Los temas que se revisan para dar un contexto a esta 
investigación son el desarrollo en la adolescencia, la familia del 
adolescente y el rendimiento académico. 
 
En el apartado 1, Desarrollo en la Adolescencia se da una 
definición de esta etapa de desarrollo y del desarrollo emocional del 
adolescente, considerando principalmente las crisis por las que 
atraviesa y la búsqueda de su identidad. Así también, se aborda el 
desarrollo cognoscitivo por la importancia que tiene esta área dentro 
de la presente investigación. 
 
En el apartado 2, La familia del adolescente, se analiza la 
importancia que tiene la familia en el desarrollo de cualquier ser 
humano, lo que los adolescentes buscan y requieren de sus padres, 
así como los estilos de crianza y el papel de los padres como 
colaboradores en el proceso de aprendizaje. 
 
El rendimiento académico se aborda en el apartado 3, haciendo 
referencia a su definición, la evaluación del mismo y los factores que 
determinan un alto o bajo rendimiento en función a varias 
investigaciones realizadas. 
 
Por último, el método, los resultados y las conclusiones de esta 
investigación se analizan en los apartados 4, 5 y 6 respectivamente. 
 
DESARROLLO EN LA ADOLESCENCIA 
 
Los adolescentes presentas múltiples cambios a diferentes niveles, tanto en el 
funcionamiento intelectual como en el área emocional y es necesario conocer 
estos cambios ya que a partir de esto los padres pueden comprender mejor lo 
que sus hijos adolescentes necesitan. 
 
 DEFINICIÓN DE ADOLESCENCIA 
 
La adolescencia es una etapa del desarrollo humano, con naturaleza propia 
dadas las múltiples características que la conforman y la dificultad para definir 
este período de transición entre la niñez y la adultez. Sin embargo, 
adolescencia puede referirse de acuerdo a Horrocks (2001) a la etapa entre el 
momento en que se alcanza la madurez sexual y aquella en la que se asumen 
las responsabilidades y conductas de la edad adulta. 
 
Existen puntos de referencia sobresalientes en el desarrollo y crecimiento del 
adolescente, entre los cuales tenemos: 
 
1) Una necesidad de hacerse conscientes de sí mismos y del gran valor que 
tienen. 
 
2) Una búsqueda de estatus, es decir, se requiere de un sentimiento de 
independencia y autonomía. 
 
3) Desarrollo de habilidades sociales que le permitan sentirse parte de un 
grupo. 
 
4) Adaptación a los cambios físicos y madurez respecto a su imagen 
corporal y a su desarrollo sexual. 
 
5) Desarrollo de las habilidades intelectuales. Dado que se adquiere 
experiencia y conocimientos de muchas áreas se da una orientación 
vocacional. 
6) Desarrollo y evaluación de los valores, de acuerdo con los ideales propios 
(McKinney, 1982). 
 
La mayor parte de los psicólogos coinciden en que el adolescente ha de 
afrontar y superar dos problemas: 1) lograr cierta independencia y autonomía 
de sus padres y 2) lograr formación de una identidad, o sea crear un yo 
integrado que combine de manera armoniosa los elementos de la personalidad 
(Craig, 1994). 
 
DESARROLLO EMOCIONAL E IDENTIDAD EN EL ADOLESCENTE 
 
La adolescencia aunque no es un período de tensión y aflicción para todos los 
individuos, sí es un período en el cual el individuo establece su propia identidad. 
 
Erikson (1959, citado en Pérez, 2003) menciona que el niño se identifica 
con muchas personas, incorporando las características de diversos modelos y 
diferentes imágenes de sí mismo como joven, amigo, estudiante, líder, 
trabajador, mujer u hombre en una sola imagen, además de elegir carrera y 
estilo de vida. 
 
Asimismo, este autor divide el desarrollo humano en ocho etapas para 
ubicarse así el momento de inserción de la identidad, los logros del Yo y sus crisis 
psicosociales que le permitan un desarrollo adecuado. Estas son: 
 
Confianza Básica vs. Desconfianza Básica 
Autonomía vs. Vergüenza y Duda 
Iniciativavs. Culpa 
Industriosidad vs. Inferioridad 
Identidad vs. Confusión de Rol 
Intimidad vs. Aislamiento 
Generatividad vs. Estancamiento 
Integridad del Yo vs. Desesperación 
 
Erikson (1968) sostiene que, a lo largo de estas etapas existen figuras 
significativas para el individuo (padre, madre, compañeros, líder y pareja) que 
van a jugar un papel muy importante en su formación. Así, si las relaciones 
sostenidas con su medio son satisfactorias, el individuo puede lograr la identidad 
del Yo, es decir un intenso sentido de sí mismo, aceptando la evaluación 
retrospectiva de su propia vida y sintiéndose satisfecho consigo mismo En todas 
las etapas, la tarea vital es lograr una posición con una actitud básica que 
concierne al Yo, aunque este sólo accede a una conciencia auténtica después 
de la tercera edad, tanto consciente como inconsciente, como resultado de la 
relación del individuo con su entorno psicosocial. Este autor describe que en el 
desarrollo de estas etapas pueden surgir dos posibles desenlaces: 
 
1) Los conflictos son resueltos en forma satisfactoria, se logrará una calidad 
positiva que se incorpora al Yo, dándose así un desarrollo saludable. 
 
2) Los conflictos no son resueltos en forma satisfactoria, esto persiste, 
integrándose este aspecto a la estructura Yoica, perjudicando su 
desarrollo y formación. 
En lo que respecta a la adolescencia, la solución adecuada a los conflictos 
puede servir de base para la búsqueda de la identidad, un sentido firme de 
autonomía brinda al adolescente la fuerza para insistir en tomar una decisión 
libre sobre su estilo de vida y la elección de carrera. La identidad se refiere a la 
organización de los impulsos, capacidades, creencias e historia del individuo en 
esta imagen sostenida del Yo. 
 
Erikson (1968) como ya se mencionó, señala que en el período de la 
adolescencia el individuo lucha entre identidad y difusión o pérdida de 
identidad, tomando esta palabra como la confianza intensificada de que la 
realidad y continuidad internas que se han preparado en el pasado, 
corresponden a la realidad y continuidad de significado que uno tiene para los 
demás. La búsqueda de la identidad es una parte de la experiencia humana 
en todas las etapas de la vida, aunque durante la adolescencia desempeña un 
papel muy importante (McKinney, et. al., 1982). La lucha por encontrarse a sí 
mismo puede revestirse de múltiples maneras, sólo se busca algo que tenga 
sentido al existir diario. Es por ello, que el adolescente en esta búsqueda 
constante parece entrar en crisis, porque no sabe a bien cual de sus opciones 
es la mejor y esto genera una crisis de afectos. Es decir, siente la necesidad de 
desprenderse de todo lo que era para enfrentar esta nueva serie de demandas 
que el entorno le exige, para responder de una forma madura y coherente 
según un mundo adulto al cual aún no pertenece. 
 
Erikson (citado en Philip, 2002) creía que durante la adolescencia debe 
haber una integración de todos los elementos de identidad convergentes y una 
resolución de conflicto, que dividió en siete partes fundamentales: 
 
1. Perspectiva temporal frente a confusión en el tiempo: Durante la 
adolescencia, se aprende a estimar el tiempo y ubicarse en él. 
 
2. Seguridad en uno mismo frente a avergonzarse de sí mismo: Este conflicto 
se refiere al desarrollo de la confianza en uno mismo basada en 
experiencias pasadas, para ello es necesario un período en el que se 
pondera el conocimiento y la conciencia del sí mismo con relación a la 
imagen física y a las relaciones sociales. 
 
3. Experimentación de funciones frente a fijación de funciones: Los 
adolescentes pueden experimentar con diversas identidades (formas de 
ser y estar) las diferente funciones que se pueden ejercer en la sociedad, 
ya que la identidad proviene de las oportunidades que se tengan de 
experimentar. 
 
4. Aprendizaje frente a estancamiento en el trabajo: Al igual que el conflicto 
anterior, el adolescente tiene la oportunidad de explorar y probar sus 
habilidades y sus recursos a fin de encontrar y elegir lo que en el futuro 
será su ocupación. Una autoimagen negativa manifestada en 
sentimientos de inferioridad puede limitar la energía que se requiere para 
tener éxito en la escuela o el trabajo. 
 
5. Polarización sexual frente a confusión bisexual: es importante de acuerdo 
a Erikson, que los adolescentes desarrollen una identificación clara con un 
sexo como la base de la intimidad heterosexual futura y como la fase 
para una identidad firme. 
 
6. Líder y seguidor frente a confusión de autoridad: De acuerdo con la 
experiencia que se tenga en cuanto a las relaciones sociales, los 
adolescentes inician el aprendizaje de la toma de responsabilidades de 
liderazgo, así como el de seguir a otros, lo cual provoca una confusión en 
la autoridad. 
 
7. Compromiso ideológico frente a confusión de valores: Una ideología da 
seguridad en qué creer o a quién seguir y esto guía otros aspectos de la 
conducta. 
 
Cuando un individuo resuelve estos siete conflictos emerge una identidad 
firme, esto se da cuando hay una nueva autoidentificación. No obstante, hay 
que tomar en cuenta el aspecto de la moratoria psicosocial tan importante en 
la teoría de Erickson, es un período durante el cual un individuo puede 
encontrar un puesto en la sociedad por medio de la libre experimentación de 
funciones. El adolescente que no logra una identidad experimenta inseguridad, 
difusión de roles y confusión de los mismos, esto lo puede conducir a una 
preocupación o bien a una actividad autodestructiva. 
 
En general, al adolescente le cuesta hablar de sí mismo y de sus dudas con 
los adultos, teme la burla y quedar indefenso. Le es difícil expresar la gran 
cantidad de sensaciones nuevas, porque los cambios afectivos suelen darse 
antes de que el proceso cognoscitivo lo haya dotado de la capacidad para 
descifrar lo que siente y lo que intuye (Kent y Parra, 2002). 
 
Uno de los conflictos que le crean ambivalencia al adolescente es su 
necesidad de dependencia e independencia (op. cit.). Cuando el 
adolescente se desprende de sus padres vive momentos de desarraigo y de 
soledad absoluta. Por una parte siente la necesidad de ser independiente y por 
otra le resulta incómodo desprenderse de sus padres; “esta situación de 
ambivalencia provocará en el adolescente una fuerte angustia que se va a 
reflejar a través de distintos síntomas: fumar mucho, comerse las uñas, morder 
las plumas, los cuales muchas veces se quedan para toda la vida. De aquí 
resulta la importancia de que los padres estén atentos a los síntomas de 
angustia que estén presentando sus hijos adolescentes para poder 
comprenderlos durante la problemática profunda que están viviendo” 
(Canché, 1991, p. 24). 
 
Como podemos darnos cuenta si el adolescente vive y tiene pérdidas que le 
producen inestabilidad emocional, lo cual da pauta a una madurez que 
requiere trabajo y esfuerzo. 
 
Según Aberasturi (1985, citado por Kent y Parra, op. cit) se puede decir que el 
adolescente realiza tres duelos fundamentales: 
 
1) el duelo por el cuerpo infantil perdido, lo cual constituye la base biológica 
de la adolescencia. 
 
2) El duelo por el rol y la identidad infantiles, de esta pérdida se desprende la 
responsabilidad que el adolescente debe aceptar y asumir. 
 
3) El duelo por los padres de la infancia a los que persistentemente trata de 
retener en su personalidad buscando el refugio y la protección que ellos 
significan. 
 
Estos duelos mencionados por Aberasturi pueden tener un efecto negativo en 
una situación de crisis, que sin el apoyo de los padres o personas significativas 
cercanas, no pueden llegarse a superar. La superación de los duelos podría 
abordarse analizando las etapas de un duelo normal: 
 
A) Negación. Mecanismo de defensa en el cual una persona niega 
parte desu realidad que le genera angustia y la sustituye por la 
ilusión de algo deseado. En la adolescencia, se presentan muchas 
regresiones hacia actitudes infantiles. 
B) Depresión. Tristeza que se produce al tener que enfrentar la nueva 
realidad. La responsabilidad y aprender a ser independientes, son 
algunas de las nuevas realidades a las que los adolescentes se 
enfrentan. 
C) Separación. Ruptura con una persona, concepto o situación. El 
adolescente reconoce su nuevo rol y lo que esto implica. 
D) Coraje hacia lo perdido. Es una actitud de rechazo o enojo ante el 
objeto perdido. En los adolescentes esto se manifiesta como 
rechazo ante lo que le recuerde su infancia, incluyendo algunas 
ocasiones a los padres. 
E) Reconstitución. Aceptación completa de la nueva situación y de las 
pérdidas. Los adolescentes asumen su compromiso y 
responsabilidad de su nuevo rol. 
 
Los adolescentes requieren de trabajar cada uno de sus duelos a fin de 
reconstituir cada una de las pérdidas de una manera sana y aceptable. 
 
DESARROLLO COGNITIVO EN EL ADOLESCENTE 
 
Al mismo tiempo que el adolescente desarrolla su área afectiva, se presentan 
cambios en su cognición. Es decir, en la adquisición de conciencia u obtención 
de conocimientos. En psicología del desarrollo, la cognición se considera en 
función de la solución de problemas, la formación de conceptos y procesos 
mentales. El desarrollo cognoscitivo se da como una secuencia ascendente de 
etapas identificables, las cuales van siendo más complejas que las anteriores. 
 
Elkind (citado en Horrocks, 2001) ha señalado por su parte, que diversos 
aspectos de la conducta adolescente pueden deberse a la aparición de 
nuevas capacidades cognoscitivas como, la tendencia a la introspección, al 
idealismo, a evaluarse desde la perspectiva de otros, a considerar posibilidades 
y alternativas, y a manejar situaciones multifacéticas. 
 
En relación con las etapas del desarrollo cognoscitivo, Papalia y Wendkos 
(1988) han observado que aumenta la individualidad del adolescente, 
disminuye su conducta estereotipada, se reduce su conducta autoritaria, 
adquiere mayor capacidad para diferenciar y se hace más flexible. En general, 
la orientación del desarrollo cognoscitivo sigue una secuencia que va de lo 
concreto a lo abstracto 
 
Piaget (1975) propuso una teoría secuencial del desarrollo cognoscitivo, 
que consiste en cuatro etapas: a) la sensomotriz, b) la preoperacional, c) la de 
operaciones concretas, y d) la de operaciones formales. Durante la etapa de 
operaciones concretas las funciones cognoscitivas del niño se relacionan con la 
realidad en sí, lo cual puede ilustrarse por medio de objetos reales, tangibles y 
que pueden manejarse. Durante la cuarta etapa, que corresponde al período 
de las operaciones formales comienza a los 12 años y alcanza su punto máximo 
de equilibrio a los 14 o 15 años, aunque, considerando el pensamiento lógico 
matemático, no todas las personas alcanzan este nivel de desarrollo 
intelectual. 
 
Durante este período el pensamiento se vuelve proposicional y posee la 
capacidad de interrelacionar proposiciones. Por tanto, las operaciones formales 
se aplican a hipótesis o proposiciones. Un concepto básico para entender esta 
etapa es la imagen del adolescente como un organismo que hipotetiza y 
construye sus propios sistemas. Las cuatro características interrelacionadas de 
las operaciones formales son: a) la relación entre lo real y lo posible, b) la 
capacidad para hacer análisis combinatorio, c) la capacidad de pensamiento 
proposicional y d) la capacidad para razonar de manera hipotético – 
deductiva. 
 
La transición al período de las operaciones formales se debe a las 
presiones culturales, la necesidad de adoptar papeles adultos, la maduración 
de estructuras cerebrales, y las nuevas experiencias de aprendizaje y de vida 
social. Parece que, en condiciones óptimas, es posible lograr una aceleración 
considerable en el desarrollo cognoscitivo. Los adolescentes desean 
estimulación intelectual y, por lo común, reaccionan de manera favorable a 
ésta cuando la reciben. 
 
Sin embargo, no todos los adolescentes tienen la capacidad de pensar 
mediante operaciones formales en todo momento. A menudo sucede que un 
adolescente es capaz de realizar operaciones formales vuelve a las formas de 
operaciones concretas. Si no se tienen experiencias al transcurrir el tiempo o si 
por alguna razón el individuo es incapaz de aprovechar las experiencias que ha 
tenido, entonces es de esperarse que haya un retraso en su desarrollo 
cognoscitivo. Sin embargo, al enriquecer el ambiente se presenta una 
oportunidad para acelerar el desarrollo cognoscitivo (McKinney, 1982). Es aquí 
donde la familia, específicamente los padres, tienen una gran influencia sobre 
el desarrollo, la cual tendrá repercusiones a lo largo de toda la vida. Para 
entender cómo se da esta influencia en el siguiente aparatado se analizará la 
perspectiva ecológica del desarrollo. 
 
 
 
CONTEXTO DE DESARROLLO DEL ADOLESCENTE 
 
Urie Bronfenbrenner (1979, citado en Philip 2002) desarrolló un modelo 
ecológico para la comprensión de las influencias, no sólo de la familia en la 
conducta adolescente, sino también las influencias sociales, las cuales son 
agrupadas en sistemas, dentro de los cuales, el adolescente es el centro. 
 
1. Microsistema. Se refiere a las influencias más inmediatas como son: la 
familia, los amigos y la escuela. Otros, poco menos influyentes son: 
servicios de salud, grupos religiosos, áreas de recreación y otros grupos 
sociales a los que pertenezca el adolescente. 
 
2. Mesosistema. Implica las relaciones recíprocas que se dan en los 
contextos del microsistema. Por ejemplo: lo que le sucede al adolescente 
en el hogar influye sobre lo que le ocurre en la escuela y viceversa. 
 
3. Exosistema. Está compuesto de aquellos contextos en los que los 
adolescentes no participan activamente pero que influyen en él; por 
ejemplo: lo que sucede a los padres en el trabajo, las decisiones de la 
escuela, el calendario escolar, los profesores. 
 
4. Macrosistema. Las ideologías, las actitudes, la moralidad, las costumbres, 
las leyes, todo lo que respecta a una cultura es lo que determina este 
sistema, ya que dice quién es un adulto y quién un adolescente y sus 
funciones dentro de determinada sociedad. 
 
No obstante, que la cultura varía en diferentes países y en los grupos raciales, 
étnicos o socioeconómicos dentro del mismo país, y de la influencia que ésta 
tiene en los adolescentes, el influjo más directo depende del microsistema, en 
particular de la familia. 
 
El sistema familiar ejerce durante la primera infancia un impacto 
predominante, que posteriormente comparte con otros sistemas como el 
escolar, el de los compañeros, etc. No obstante, la influencia de la familia es 
persistente, continua y personal, y afecta directamente el comportamiento de 
los hijos. La familia, especialmente, los padres, son el agente socializador 
responsable de la adquisición de conocimientos y estrategias cognoscitivas, 
reglas de comportamiento y motivación (Hernández, 1999). 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
LA FAMILIA DEL ADOLESCENTE 
 
La familia es el núcleo social al cual regresamos a tomar energía para 
enfrentarnos al mundo exterior, y sólo funcionaremos adecuadamente si 
tomamos los elementos fundamentales para ser y creer que somos capaces de 
resolver cualquier situación por difícil que parezca y confrontar los cambios que 
vivimos a diario. Este núcleo es fundamental para un adolescente, por ello en 
este capítulo se analizará la importancia de los elementos que influyen en el 
desarrollo de una persona. 
 
RELACIÓN DE APEGO 
 
Hernández (1999), indica que el apego es la identificación con los padres, es un 
proceso por el que el niño y la niña adoptane internalizan los valores de los 
padres, sus actitudes, sus características conductuales y los rasgos de 
personalidad. La identificación comienza inmediatamente después del 
nacimiento, por la dependencia del niño hacia sus padres. Esta dependencia 
conduce a un fuerte apego emocional. 
 
De acuerdo con esta autora, una relación sana de apego es el mejor 
comienzo para construir relaciones armoniosas a lo largo de la vida. El apego 
es la cimentación de la relación padre-hijo. La manifestación de afecto y 
cariño hacia el bebé, al atender eficientemente sus demandas, le comunica 
aceptación y que es capaz de comunicar sus necesidades. Esta forma de 
comunicación relativamente simple es el inicio de otras formas de 
comunicación más complejas que se desarrollan entre la familia y cada uno de 
sus nuevos miembros. 
 
El desarrollo de un apego sano se ha relacionado con niños más 
independientes, con una mejor imagen de sí mismos, que llevan una relación 
más armoniosa con sus padres y que muestran un mayor desarrollo social, 
intelectual y de lenguaje. Esta relación de apego padres-hijo(s) debe seguir 
desarrollándose a lo largo de la vida, buscando siempre la calidad de la misma. 
 
 
DESARROLLO Y FAMILIA 
 
Durante la primera infancia el sistema familiar ejerce una influencia 
determinante, que después comparte con otros sistemas como la escuela. Sin 
embargo, el influjo de la familia es consistente, continuo y personal, e incide 
directamente en el comportamiento infantil. La familia, principalmente el 
subsistema de la pareja de los padres, es el agente socializador responsable de 
la adquisición de conocimientos y estrategias cognoscitivas, reglas de 
comportamiento y motivación (Hernández, 1999). 
 
El crecer consiste en aprender a ser física y psicológicamente 
independiente de los padres. Los niños pequeños inician su progreso hacia la 
independencia cuando logran sentarse y ponerse en pie. En la edad 
preescolar adquieren destrezas de autoayuda como vestirse y comer solos, así 
también el lenguaje se utiliza para manifestar necesidades e influir en su 
entorno. Durante la etapa escolar, se amplía el conocimiento del mundo y con 
sus experiencias aprender a conseguir lo que se proponen aumentando la 
confianza en sí mismos. En la adolescencia, los jóvenes inician la búsqueda de 
independencia psicológica respecto a sus padres: para ser ellos mismos, para 
elegir sus amistades y distracciones y para hacer respetar su intimidad. Estos 
pasos hacia la independencia no se da en el vacío, el progreso hacia la 
autosuficiencia y sus sentimientos acerca de sus propias capacidades reciben 
influencia directa de los padres sobre lo que dicen o hacen; y, al mismo tiempo, 
los padres reciben influencia sobre la manera en la que sus hijos avanzan hacia 
la madurez. Así, “...crecer es en gran medida un asunto familiar, compartido 
igualmente por padres e hijos y por la unidad familiar como grupo” (Kimmel y 
Weiner 1998, pág. 236). 
 
Si los padres desean comprender el hondo significado de ciertas 
actitudes y formas de comportamiento de sus hijos, hay determinados 
problemas en la educación de estos, que requieren una explicación y un 
estudio previo. Uno de los más importantes es el relativo a la adolescencia, 
etapa del desarrollo que como ya se mencionó presenta mayor cúmulo de 
incógnitas y problemas, imposibles de resolver con simples consejos. Sin duda, 
se debe tener una idea aproximada de “...ese complejo mundo de 
sentimientos e inquietudes que bulle en el alma del adolescente y que suele ser 
tan íntimo y recóndito que escapa casi siempre a la conciencia del propio 
interesado” (Spock, 1979, pág. 204). 
 
El adolescente es un ser humano cuyas reacciones básicas al bloqueo o a 
la satisfacción de sus necesidades, deseos e impulsos, son las de un ser humano 
de cualquier edad. Entre los problemas ambientales, el adolescente encuentra 
que la relación con los adultos es uno de los más difíciles, ya que al tener 
madurez sexual y al buscar independencia y la emancipación de los controles 
adultos y paternos, el joven se encuentra en una posición subordinada que lo 
obliga a aceptar un papel infantil cuando él ya se siente capaz de adaptarse 
como adulto a su medio ambiente, todo esto genera un conflicto interno 
importante porque a veces, los padres quieren tratarlo como niño y otras 
esperan que se comporte como un adulto. Lo único cierto es que el 
adolescente requiere independencia y autonomía y es en el hogar donde se le 
puede transmitir e interpretar una cultura, afectar y moldear su personalidad, 
ofrecer seguridad y afecto, operar como agencia que define estatus y papeles 
y es ahí donde se fomenta su madurez y determina su ajuste futuro como adulto 
(Spock, 1979). 
 
 
PROPÓSITOS DE LA FAMILIA 
 
De acuerdo con Andrade (1998), la familia desde un punto de vista psicológico 
asegura la sobrevivencia física y constituye lo humano en el individuo. La 
experiencia de la vida familiar es lo que da las condiciones para el desarrollo 
humano. Así entonces, la familia contemporánea tiene los siguientes propósitos: 
 
1) Proveer las necesidades materiales para vivir y la protección ante 
situaciones de peligro. 
 
2) Proveer el contexto social para el desarrollo de los lazos afectivos en la 
vida familiar. 
 
3) Propiciar el desarrollo de la identidad personal, ligada a la identidad 
familiar. 
 
4) Fomentar los roles sexuales. 
 
5) Preparar para la integración social y la aceptación de las 
responsabilidades. 
 
6) Cultivar el aprendizaje y el apoyo para el desarrollo de la creatividad e 
iniciativa. 
 
Según Parrés (1982, en Andrade, 1998), difícilmente hay dentro de la vida 
contemporánea, otra institución que tenga tarea semejante, por más que se 
busque, ninguna se compara a esta magnitud de responsabilidad social. 
 
FAMILIA Y ADOLESCENCIA 
 
De acuerdo con una investigación de Newman (1989, citado por Philip, 2002) 
los adolescentes quieren y necesitan de sus padres: 
 
1. Interés y ayuda. El apoyo positivo de los padres está asociado con las 
estrechas relaciones con los padres y hermanos, con una alta autoestima 
y con el éxito académico y con un desarrollo moral avanzado (Argyle y 
Henderson, 1985, citado por Philip, op. cit.). El efecto opuesto se da por la 
falta de apoyo de los padres: baja autoestima, pobre rendimiento 
escolar, conducta impulsiva, pobre adaptación social y conducta 
desviada y antisocial, o delincuencia (Peterson y Rollins, 1987, citado por 
Philip, op. cit.). 
 
2. Escucha y comprensión empática. Es muy importante que tanto en los 
padres como en los hijos se desarrolle la capacidad de identificarse con 
los pensamientos, actitudes y sentimientos de las otras personas. Se 
requiere que los padres sean sensibles ante los sentimientos y estados de 
ánimo de sus hijos adolescentes, ya que de esta manera se sienten 
comprendidos, escuchados y considerados en las experiencias que van 
teniendo (Noble, 1989, citado por Philip, op. cit.). La investigación indica 
que el respeto que los padres muestran por las opiniones de sus hijos 
contribuye al buen clima y a la felicidad en el hogar. 
 
3. Amor y afecto positivo. Esto se refiere a las relaciones caracterizadas por 
cariño, amor y sensibilidad. Los miembros de la familia demuestran que se 
importan unos a otros y que son sensibles a los sentimientos y necesidades 
mutuos. La mayoría de los adolescentes necesitan una gran cantidad de 
amor y demostración de afecto por parte de los padres (Barber y Thomas, 
1986, citado por Philip, op. cit.). 
 
4. Aceptación y aprobación. Sentirse valorados y aceptados aún con los 
errores es necesario para un adolescente. También quieren padres que 
sean tolerantes con la individualidad, la intimidad y las diferencias 
interpersonales en la familia (Bomar y Sabatelli, 1996, citado por Philip, op.cit.) 
 
5. Confianza. El desarrollar esta característica es diferente en unos padres y 
otros; no obstante, es fundamental para un clima de armonía en la 
familia. Algunos padres que no confían tienden a proyectar sus propios 
miedos, su ansiedad y culpa en los adolescentes (Philip, op. cit.). 
 
6. Separación-individuación y autonomía. Ser aceptado como un adulto 
independiente es una meta adolescente. Esto se logra a través del 
proceso de separación-individuación, durante el cual se transforma el 
vínculo padre-adolescente. Los adolescentes desarrollan nuevos 
intereses, valores y metas, y pueden tener diferentes puntos de vista de los 
de sus padres, no obstante se mantiene un compromiso emocional 
mutuo. La transición de la niñez a la edad adulta, implica un grado de 
autonomía del adolescente para asumir los roles y responsabilidades 
adultos. La autonomía implica dos aspectos: a) la autonomía conductual 
que implica ser independiente y libre para actuar por uno mismo sin 
depender en demasía de los otros y b) la autonomía emocional lo cual 
requiere liberarse de los vínculos emocionales infantiles con los padres. 
 
7. Ejemplos de los padres. Los adolescentes desean sentirse orgullosos de sus 
padres, lo cual, se logra cuando éstos últimos practican lo que predican y 
siguen los principios que intentan enseñar a sus hijos. 
 
8. Guía y control. Las familias más funcionales son aquellas en las que los 
padres son flexibles, adaptables y tolerantes en las ideas y en la conducta 
de sus hijos adolescentes. 
 
CONTROL PARENTAL EN LA ADOLESCENCIA 
 
Tomando en cuenta la tarea tan compleja de la familia, resulta importante 
decir, que el tipo de control que ejercen los padres influye notablemente en el 
desarrollo de la personalidad del adolescente y en su desarrollo social. 
 
Las prácticas de crianza son las que matizan las relaciones padres-hijos y 
entre hermanos. Cuando estas resultan positivas se promueve la salud 
psicológica, entendiendo esta como la utilización de recursos de afrontamiento 
del estrés dirigido a la adquisición de habilidades y capacidades en la solución 
de problemas para ajustarse a las demandas sociales y ecológicas. 
 
Se deben distinguir los tres tipos de controles parentales que propone 
Baumrind (citado en Hernández, 1999): permisivo, autoritario y autoritativo o de 
autoridad racional. Los padres permisivos apenas dan muestras de poder y es 
mínimo su interés por controlar la conducta de sus hijos, los padres autoritarios 
ejercen poder como el único medio para controlar y limitar la voluntad de los 
hijos y los padres autoritativos dan razones y promueven el diálogo, se interesan 
por dirigir la actividad de sus hijos, pero no esperan obediencia absoluta, se 
preocupan por los derechos de sus hijos y de ellos mismos. 
 
McKinney, J. y cols, (1982) señalan diversas razones por la cuales el estilo 
de crianza más efectivo es el autoritativo o de autoridad racional, ya que se 
relaciona como un mejor ajuste en general. No sólo logra lo que se propone, 
sino que ejerce una influencia positiva sobre aspectos del desarrollo del niño. 
 
La cohesión, la adaptabilidad y la calidad de la comunicación son otras 
dimensiones que influyen determinantemente en el funcionamiento de la 
familia. 
 
A juicio de los autores mencionados, un buen hogar reconoce la 
necesidad del adolescente por obtener su independencia, así como sus 
esfuerzos por buscar la emancipación, por lo que lo ayudan y apoyan cuando 
es posible. Le brindan oportunidades y medios para avanzar hacia un estatus 
más independiente y lo alientan a recibir responsabilidades, tomar decisiones, 
planear su futuro, y aceptar el estatus de adulto. La familia que planea brindarle 
a su miembro adolescente el máximo de autonomía e independencia en 
cuanto es capaz de aceptarlas, actúa de la mejor manera para asegurar la 
madurez y suavizar las dificultades de este período de transición. 
 
El buen ajuste marital en el hogar fomenta la aceptación paterna de los 
niños, mientras que el mal ajuste conyugal de los padres provoca sentimientos 
de inseguridad en los niños y les niega a éstos el ambiente hogareño 
psicológicamente firme que necesitan para su óptimo ajuste social y 
emocional, tanto en el presente como en el futuro. El adolescente que 
encuentra discordia entre sus padres dentro de su hogar tiende, debido a su 
reacción conductual a la situación, a hacer las cosas más difíciles por su 
sensación de inestabilidad y de poca respuesta afectiva. 
 
INVOLUCRAMIENTO DE LOS PADRES EN EL APRENDIZAJE 
 
El papel de los padres como colaboradores en el proceso de aprendizaje es 
trascendente. Para el adolescente que está construyendo una imagen de sí 
mismo tiene mucha importancia cómo lo perciben sus padres y lo que le 
comunican de sus percepciones. Licht (citado por Sosa, 2002) menciona que las 
creencias del adolescente acerca de sus habilidades para realizar tareas o 
actividades complejas pueden ser influenciadas por la forma en que los padres 
retroalimentan su comportamiento en situaciones escolares, familiares o 
sociales. 
 
Las diversas formas como los padres se involucran en la actividad 
académica de sus hijos también tiene un efecto sobre su rendimiento 
académico. Zellman y Waterman (1998, citados por Sosa, 2002) reportan que el 
involucramiento de los padres en la escuela, afecta la naturaleza de la 
interacción padre-hijo y se relaciona con el grado en el que el niño se adapta 
positivamente a la influencia de los padres. Lo que los padres hacen importa 
para entender y predecir los logros académicos. 
 
La escuela y el hogar desempeñan una función de vigilancia en las 
relaciones entre el niño y el adulto, hasta cierto grado, promoviendo la auto 
confianza del adolescente para que pueda tomar decisiones y estas resulten lo 
más asertivas en función de los deseos y valores que se tienen. 
 
 
RENDIMIENTO ACADEMICO 
 
Rendimiento académico se considera sinónimo de rendimiento escolar y de 
aprovechamiento escolar y se ha considerado que el proceso educativo tiene 
influencia en él; sin embargo, debemos considerar otros factores que inciden y 
que tienen repercusiones importantes como son: las aspiraciones y expectativas 
de la familia, la estructura y el clima familiar, la calidad del ambiente familiar, 
entre otros (Figueroa, 2001), los cuales abordaremos justamente en este 
capítulo. 
 
DEFINICIÓN DE RENDIMIENTO ACADEMICO 
 
El rendimiento académico o el aprovechamiento escolar es uno de los 
indicadores utilizados en la medición de la calidad educativa, el cual se refiere 
a la calificación obtenida por los alumnos durante su tránsito por la escuela 
(Gorman y Politt, 1993, citados por Aguilar y Cruz, 2001). 
 
Larrañaga en 1984 (citado por Aguilar, op. cit.) define el rendimiento 
escolar como el “desarrollo biopsiquíco, social y cultural del educando, logrado 
en la escuela en un tiempo determinado”, lo cual nos indica el desarrollo de las 
muchas potencialidades con las que cuenta el educando en un ambiente 
adecuado a sus necesidades y con un límite de tiempo. 
 
EVALUACIÓN DEL RENDIMIENTO ESCOLAR 
 
Es necesario definir la evaluación del rendimiento escolar, a la cual se le 
considera como la recopilación de datos acerca de los conocimientos 
adquiridos, mediante el proceso de enseñanza – aprendizaje, que sirven para 
determinar las calificaciones del aprovechamiento (Grounlund y Norman, 1988; 
Rodríguez y García, 1994; Saavedra, 1980, citados por Aguilar y Cruz, op. cit.). 
 
La evaluación del rendimiento escolar es un indicador importante del 
proceso enseñanza – aprendizaje, que nos muestra el lugar en el que se 
encuentra un alumno y la manera en que va avanzando. 
 
Los criterios en la evaluación del rendimiento académico varían de 
acuerdo con la institución educativa, sus características, normas, valores,criterios y tipo de educación que ofrecen. En general, la mayoría de las 
instituciones educativas evalúan a través de exámenes y consideran las 
calificaciones obtenidas como parámetros que miden los conocimientos que se 
adquieren de los programas escolares. 
 
Algunos autores discrepan en el método tradicional de evaluación, ya que 
consideran que el rendimiento académico se ve influenciado por los siguientes 
elementos (Camarena y Gómez, 1986, citado por Aguilar y Cruz, op. cit.): 
 
1. Que los alumnos trabajen además de estudiar. 
2. Falta de objetividad en la evaluación. 
3. Fenómenos económicos, sociales, políticos y afectivos en los que se 
desarrolla el educando en el momento de la evaluación. 
4. La evaluación depende de la media grupal y no del desarrollo 
individual. 
5. No se evalúa el proceso, sólo se considera la evaluación final. 
 
No obstante las criticas y los señalamiento anteriores, la verdad es que en 
México se continúa preponderantemente con la evaluación tradicional y una 
calificación determina el rendimiento académico de un alumno. Sin embargo, 
se deben considerar los factores que influyen en este rendimiento y observar de 
que manera inciden sobre los adolescentes para que estos desarrollen al 
máximo sus potencialidades y/o capacidades. 
 
Los problemas de aprendizaje son múltiples y se deben a circunstancias 
físicas, psicológicas o sociales. De hecho al considerar que un alumno tiene 
problemas en el aprendizaje se debe considerar el contexto en el que esté 
involucrado, ya que de ahí se podrán observar las causas a las que se debe 
dicha problemática. No obstante, se debe considerar que “cada alumno es 
una inversión en nuestra comunidad y su fracaso escolar significa, una carga 
económica por la repetición de grados y por el gasto en escuelas y maestros 
especiales, esto sin considerar la consecuente limitación de la potencialidad de 
la fuerza de trabajo en la vida adulta” (Jiménez, 1999, pág. 40). 
 
De acuerdo con Brueckner y Bond, (1986), los factores relacionados a los 
problemas de aprendizaje, se clasifican en las siguientes categorías generales. 
 
1. Factores intelectuales y neurológicos. 
2. Factores sensoriales y físicos. 
3. Adaptación personal y social. 
4. Factores ambientales y educativos. 
 
Dentro de los factores ambientales y educativos encontramos las 
condiciones familiares, que es lo que se desarrollará por la relevancia que tiene 
este aspecto en función del apoyo parental en el rendimiento académico. 
 
 
 
 
INFLUENCIA DE LA FAMILIA EN EL RENDIMIENTO ACADEMICO 
 
El adecuado desarrollo educativo de un adolescente es una empresa común 
de la familia, la escuela y otras instituciones interesadas en la formación de la 
infancia y la juventud. El papel del hogar en este sentido es de gran 
importancia. Es en la familia donde se desarrollan las capacidades del niño 
para terminar las obras que comienza, su aptitud para interpretar y cumplir las 
instrucciones que se le dan, su lenguaje básico y muchas actitudes, su manera 
de experimentar y de conocer el mundo que le rodea y su sentimiento de 
seguridad. Si dentro de la familia hay muchas discusiones, son demasiado 
exigentes o se muestran sobre protectores o inconscientes en sus actos, es muy 
probable que el niño llegue a la edad escolar con deficiencias para hacer 
frente a todos los procesos que debe adquirir. 
 
La responsabilidad del hogar no termina, ni decrece cuando un pequeño 
entra a la escuela. La actitud que los padres tengan ante la escuela y el 
trabajo escolar influye decisivamente sobre el éxito o fracaso escolar, ya que es 
en el hogar donde se cimienta la importancia del aprendizaje. Todo estudiante 
requiere tener un apoyo que lo estimule, lo motive y le dé herramientas que 
fortalezcan su deseo de asistir y participar activamente en la escuela, máxime si 
hablamos de alumnos con alguna necesidad educativa. La cooperación del 
hogar con la escuela en el planteamiento y ejecución de un programa 
correctivo constituyen la vía para superar los obstáculos que presente algún 
alumno. 
 
Hernández (1999) en su estudio, menciona que la competencia social de 
los hijos dependerá de las situaciones a las que la interfaz familia-escuela le 
exponga y de la retroinformación que el chico reciba al intentar ajustarse a 
éstas. Igualmente Andrade (1988) realizó un análisis sobre la relación que existe 
en el ambiente familiar y el rendimiento académico, concluyendo que el 
ambiente familiar influye significativamente en el éxito académico de los 
adolescentes. 
 
 A continuación, se presentan diferentes investigaciones que se han 
realizado sobre los factores que influyen o determinan que un alumno tenga 
bajo rendimiento académico. 
 
Las causas por las que los adolescentes abandonen los estudios o tengan 
bajo rendimiento académico son muy diversas. El problema puede iniciar 
durante la etapa prenatal. De acuerdo a Philip (2002), los niños que nacen de 
forma prematura o con bajo peso al nacer pueden tener riesgos biológicos y 
sociales. Algunos de estos riesgos se notan hasta la etapa escolar en la que el 
funcionamiento no es el más óptimo. Así mismo, los niños prematuros presentan 
con mayor frecuencia problemas neurológicos que los niños que nacen a 
término. Estos déficits neurológicos y funcionales se evidencian y se manifiestan 
a través del rendimiento escolar. La atención y memoria se ven afectados 
también y pueden tener un impacto en la capacidad de la lectura, la 
aritmética y la adaptación social. 
 
El estatus socioeconómico, el prejuicio y la discriminación racial y étnica, 
el origen de la familia, la influencia de los padres, la relación con los padres, las 
responsabilidades en el hogar, problemas de personalidad, ajustes sociales, 
problemas económicos o de salud, mala conducta, fracaso escolar, bajo 
rendimiento y falta de interés son algunas de las muchas causas por las que se 
produce el abandono escolar (Andrade, 1998). 
 
Dentro de las influencias en el rendimiento académico una de las que se 
destacan son las relaciones familiares. La calidad de interacción que se da 
entre los miembros de una familia tiene una marcada influencia sobre el éxito 
escolar (Hurrelmann, Engel, Holler y Nordlohne, 1988; Masselam, Marcus y 
Stunkard, 1990; Chavkin y Williams, 1993; citados por Philip, 2002). 
 
Al realizar una encuesta, la comparación entre alumnos de bajo 
rendimiento y alto, muestran que, los últimos dicen compartir con sus padres 
diversión e ideas, los describen como comprensivos, tolerantes, confiados, 
afectivos y que los estimulan a superarse y que no son padres restrictivos con 
disciplina severa. 
 
Otro estudio (Dornbusch, Ritter, Mont-Reynaud y Chen, 1990, citado por 
Philip, op. cit.) resalta que una excesiva autonomía en las decisiones se asocia 
con menores niveles de esfuerzo y bajo rendimiento, lo cual es contrario a toma 
de decisiones conjunta, lo cual se asocia con mayor esfuerzo y alto rendimiento 
independientemente de la etnia y del estatus socioeconómico 
 
Otro estudio (Steinberg, Lamborn, Dornbusch y Darling, 1992, citado por 
Philip, op. cit.) que resalta el estilo de crianza y la implicación de los padres en la 
escuela y la motivación para superarse, resalta lo siguiente: El estilo paterno 
democrático es el que conduce al éxito escolar. A su vez, este estilo de crianza 
provoca que los padres estén mayormente involucrados en las actividades 
escolares y por tanto, un mejor comportamiento de los adolescentes en la 
escuela, por lo que esto conduce a un mayor rendimiento académico. 
 
Los adolescentes se identifican con los sentimientos que los padres tienen 
respecto a la escuela y la educación. Cuando los padres valoran el proceso 
educacional y respetan los esfuerzos de los profesores favorecen actitudes 
positivas hacia la escuela, por el contrario, cuandose menosprecia a los 
maestros o se duda de la utilidad de la educación formal se promueven 
actitudes negativas. Así también, cuando los padres dicen que la educación es 
importante, pero denotan poco interés en leer, aprender o discutir temas 
intelectuales, influye para que los hijos den poca importancia a la educación 
en su vida. 
 
Diversas investigaciones (McCall, Vean y Kratzer, 1992; Steinberg, 
Lamborn, Dornbusch y Darling,1992; Wood, Chapin y Hannah, 1988; citados por 
Kimmel y Weiner, op. cit.) afirman que los padres de alumnos con buen 
rendimiento tienen en general, más interés en cómo van sus hijos en la escuela y 
los estimulan en sus actividades académicas; estos padres, fomentan 
activamente intereses intelectuales en sus hijos y promueven una actitud 
positiva hacia los profesores y hacia su escuela, al mismo tiempo que son más 
susceptibles que los padres de los alumnos con bajo rendimiento de valorar las 
realizaciones educativas y de manifestar expectativas de logro para sus hijos. 
 
Otros estudios han revelado que la implicación de los padres en la vida 
escolar de sus hijos adolescentes influye en su rendimiento académico. 
Cuando los padres vigilan dónde están y qué hacen sus hijos, éstos dedican 
más tiempo a deberes escolares; los hijos adolescente obtienen mejores 
calificaciones cuando sus padres discuten decisiones y planes futuros con ellos, 
prestan atención a sus calificaciones y muestran interés en sus tareas 
(Dornbusch, Ritter, Mont-Reynaud y Chen, 1990; Fehrman, Keith y Reimers, 1987; 
Steinberg, Elman y Mounts, 1989; citados por Kimmel y Weiner, op. cit.) 
 
Algunas veces las diferencias en el apoyo parental a los logros educativos 
de sus hijos se han atribuido al nivel económico de la familia; no obstante, dada 
la diversidad cultural contemporánea y el aumento en el acceso a las 
oportunidades educativas, estas generalizaciones sobre las familias en 
situaciones sociales poco favorecidas ya no son válidas. De esto se concluye 
que los padres influyen en las actitudes y los logros académicos de sus hijos 
mediante el ambiente que crean en el hogar y no a causa de su nivel 
socioeconómico. 
 
En resumen, “...la familia es el agente socializador responsable de la 
adquisición de conocimientos y estrategias cognoscitivas, reglas de 
comportamiento y motivación” (Hernández, 1999, p. p. 55-56); de ahí que los 
problemas de aprendizaje se ubiquen dentro del seno familiar, ya que si los 
adolescentes encuentran en su hogar un ambiente que promueva y estimule el 
desarrollo de capacidades y habilidades es poco probable que se muestren 
deficientes ante las exigencias escolares. Esto se refuerza con el estudio 
realizado por Jiménez (1999) en el cual se encontró que: la aceptación y la 
confianza en el hijo, la disciplina consistente y razonada, la valorización y el 
apoyo a la actividad intelectual y la promoción a la autonomía, son factores 
dentro del hogar que pueden favorecen el desempeño escolar. 
 
LOS PADRES COMO COLABORADORES EN EL PROCESO EDUCATIVO 
 
“El acta de Educación de 1981 subraya la necesidad de que los profesionales 
que intervienen en la valoración de niños con una necesidad educativa 
especial consideren a los padres como colaboradores en el proceso de 
valoración y toma de decisiones” (Campion, 1987). Entendiendo por 
colaboración, la participación activa que tienen los padres con un profesional, 
quien les enseña las técnicas que ellos deberán aplicar con su hijo que presente 
problemas de conducta o rendimiento. 
 
Aquí en México, la necesidad de involucrar a los padres en el proceso 
educativo escolar es reconocida en la última propuesta curricular para la 
educación básica que se fundamenta en el Acuerdo Nacional para la 
Modernización Educativa de 1992 y la Ley General de Educación publicada en 
el Diario Oficial de la Federación el 13 de julio de 1993 (Flores y García, 1998). 
 
Los padres resultan los colaboradores más eficientes siempre y cuando se les 
dé la oportunidad de creer que pueden influir positivamente en la solución de 
los problemas que enfrentan sus hijos. 
 
Existen impedimentos para el desarrollo de los programas de vinculación 
escuela – hogar, entre ellos están las barreras que mencionan Flores y García 
(1998): 
 
• INSTITUCIONALES. La escuela se muestra hostil ante la participación, no 
hay presupuestos, no es prioridad para la escuela que los padres se 
involucren, cuando requieren que los padres participen lo hacen 
coercitivamente, no motivacionalmente y la carga de trabajo de los 
maestros limita buscar la involucración. No obstante, con esta 
investigación los padres mencionan cuán importante es para ellos tener 
un acercamiento con la escuela y una buena comunicación que les 
permita exteriorizar sus opiniones y saber a tiempo cuáles son las 
problemáticas de sus hijos para poder apoyarlos. 
 
• PERSONALES. Competencias respecto al rol que juegan padres y 
maestros en la educación, desconocer las variables familiares que 
inciden en el rendimiento académico de los alumnos. De igual manera 
que en las barreras anteriores, hay datos de investigación que revelan 
que la educación es una labor compartida, ya que los chicos que 
encuentran una congruencia entre su educación en casa como en la 
escuela tendrán mayor certeza y claridad de hacia donde deben 
caminar. 
 
• CIRCUNSTANCIALES. Cambios en la estructura familiar, nivel cultural de los 
padres, diferencias culturales entre padres y maestros, no contar con 
apoyos sociales. Recordemos que somos seres que nos adaptamos a los 
cambios y qué mejor que poder ofrecer a los padres la seguridad de que 
independientemente de su condición familiar, su nivel cultural y las 
diferencias que tengamos con ellos, podemos formar un frente común a 
favor de los adolescentes que son finalmente por quienes se debe 
trabajar. 
 
• DERIVADAS DE LA APLICACIÓN DEL PROGRAMA. Falta de claridad, de 
compromiso, de responsabilidad, ambigüedad, falta de motivación y 
seriedad ante lo que representa un programa, no evaluar dicho 
programa. Aún cuando en la Ley General de Educación se menciona la 
corresponsabilidad de la escuela y el hogar en la educación y que los 
padres deben participar de manera activa, la iniciativa de vinculación 
debe ser promovida por la escuela, ya que de esta manera se buscarán 
opciones que reduzcan las barreras y se busque primordialmente el 
bienestar común: del alumno, de los padres y de la escuela incluyendo 
directivos y personal docente. 
 
El lograr la independencia y una identidad son las tareas más importantes 
que enfrentan los adolescentes, los padres en esta etapa de transición 
desempeñan un papel central, dado que sus hijos necesitan saber que cuentan 
con ellos, pero, que al mismo tiempo pueden respetar su proceso de cambio. 
 
Dentro de los compromisos que deben asumir los adolescentes es cumplir 
con sus responsabilidades escolares. En nuestra sociedad el éxito en la escuela, 
además de favorecer la movilidad o la conservación de un estatus social 
adecuado, es un indicador para el adolescente de que se está convirtiendo en 
un adulto competente. 
 
Es importante conocer la forma cómo las prácticas de crianza de los padres 
y la percepción acerca de sus hijos favorecen el logro académico. En 
particular, la literatura señala que son importantes el involucamiento en las 
actividades escolares de los hijos, la percepción acerca de los hijos, el apoyo 
que se brinde al desempeño académico y los recursos que se brinden para las 
actividades de escolares. 
 
Considerando lo anterior, el presente estudio tiene el propósito de conocer 
la relación entre el apoyo parental y el rendimiento académico de alumnos de 
secundaria. Así mismo, conocer el tipo de apoyo que los padres necesitan de la 
escuela para favorecer el logro académico en sus hijos. 
 
En la medida en que se conozca la influenciadel apoyo parental sobre el 
rendimiento académico de alumnos de secundaria, la escuela podrá plantear 
mejores propuestas de apoyo y formación para padres y fortalecer vínculos de 
colaboración. 
 
METODO 
 
Sujetos 
La muestra constó de 220 padres de familia (hombres y mujeres) cuyos 
hijos asistían a una secundaria pública oficial. El nivel socioeconómico 
en la escuela es medio – medio y medio – bajo. 
Se obtuvo una muestra no-aleatoria de padres que asistieron a una 
junta en la que se les entregó la quinta evaluación bimestral. 
 
Tipo de estudio 
Es un estudio descriptivo, correlacional y transversal. 
Descriptivo porque expresa la incidencia del apoyo parental en el 
rendimiento académico; correlacional, porque se establece una 
relación entre el rendimiento académico y el apoyo parental; y, 
transversal porque el instrumento sólo se aplicó una vez, sin tener un 
seguimiento del fenómeno. 
 
Hipótesis 
A) Ho: No existen diferencias estadísticamente significativas en el 
rendimiento académico de alumnos de secundaria y el apoyo que les 
brindan sus padres, en las variables involucramiento, percepción, 
apoyo a calificaciones y recursos, medidas a través de un instrumento 
tipo likert. 
B) Hi: Existen diferencias estadísticamente significativas en el 
rendimiento académico de alumnos de secundaria y el apoyo que les 
brindan sus padres, en las variables involucramiento, percepción, apoyo 
a calificaciones y recursos, medidas a través de un instrumento tipo 
likert. 
 
Variables 
• Variable independiente: Rendimiento académico del alumno de 
secundaria. 
• Variable dependiente: Apoyo que dan los padres a sus hijos de 
secundaria, medido a través de una escala tipo likert que 
considera las siguientes áreas: involucramiento, percepción, 
apoyo a calificaciones y recursos. 
 
Definición de variables 
Variable independiente: 
Rendimiento académico, el cual se divide en tres grupos: 1) 
Rendimiento alto: alumnos que cuentan con un promedio entre 10.0 y 
8.6, 2) Rendimiento medio: alumnos con promedio entre 8.5 y 7.0 y 3) 
Rendimiento bajo: alumnos con promedio entre 6.9 y menor 
Variable dependiente: 
Apoyo que dan los padres a sus hijos de secundaria, medido a través de 
un instrumento tipo likert de 35 reactivos con cuatro sub escalas, para 
las siguientes variables: involucramiento, percepción, apoyo a 
calificaciones y recursos, definiéndolas como sigue: 
 
• Involucramiento: Participación de los padres en las 
actividades académicas de su hijo (a). 
 
• Percepción del hijo: Forma como los padres perciben las 
capacidades y/o cualidades de su hijo (a) en el área 
académica. 
 
• Apoyo a calificaciones: Incentivos que brindan los padres 
por la obtención de buenas calificaciones o apoyos 
brindados para mejorarlas. 
 
• Recursos: Infraestructura proporcionada en el hogar para 
apoyar el trabajo escolar. 
 
Procedimiento 
 
• Se diseñó un instrumento tipo likert en el que se incluyeron reactivos 
relacionados con aspectos que de acuerdo con la literatura, son 
importantes para entender la influencia del apoyo parental en el 
rendimiento académico (VER ANEXO 1). 
 
• Se realizó una validación de los reactivos con 7 expertos en el área 
educativa. A los expertos se les pidió que juzgaran la claridad y 
propiedad de los reactivos, así como la variable a la que lo veían 
vinculado, de acuerdo con un formato (VER ANEXO 2). 
 
• Se eligieron los reactivos que resultaron claros y propios. 
 
• El instrumento se piloteó con un grupo de padres de alumnos de 
secundaria y se le hicieron los ajustes finales, quedando integrado 
por 35 reactivos y una pregunta libre (VER ANEXO 3). 
 
• En una junta de entrega de boletas, se aplicó el cuestionario a 220 
padres de alumnos de secundaria. Los cuestionarios fueron 
clasificados en función del rendimiento académico a saber: 
rendimiento alto, rendimiento medio y rendimiento bajo. 
 
• Se determinó el alpha de Cronbach para el instrumento y mediante 
un análisis factorial se agruparon los reactivos con correlaciones 
>=.50. Sólo se analizaron los reactivos que cubrieron esta condición, 
quedando 19 reactivos para el análisis de resultados. 
 
• Mediante estadística no paramétrica se determinaron las diferencias 
entre grupos, utilizando la prueba de Kruskal Wallis se obtuvo la chi 
cuadrada. 
 
RESULTADOS 
 
Después de hacer un análisis factorial, se eliminaron 17 reactivos, los 
cuales tenían correlaciones < .50, quedando constituido el instrumento 
por 19 reactivos. Las sub-escalas finales de acuerdo a estos reactivos 
son (ver anexo 4): 
5 reactivos para involucramiento 
6 reactivos para percepción, 
4 reactivos para apoyo a calificaciones y 
4 reactivos en recursos. 
 
Se obtuvo un alpha de Cronbach = .83 para el instrumento depurado, lo 
que significa que el instrumento tiene una confiabilidad adecuada. 
Con los reactivos que resultaron de esta depuración se obtuvieron los 
resultados de la presente investigación. Así mismo, se obtuvieron los 
índices de confiabilidad para cada sub escala (ver tabla 1). 
 
 Tabla 1: Índices de confiabilidad para cada sub -escala 
 
Sub escala 
 
Reactivos 
 
Alpha de cronbach 
 
INVOLUCRAMIENTO 
 
1, 7, 10, 16 Y 24 
 
.83 
 
PERCEPCIÓN 
 
5, 9, 11, 12, 20 Y 27 
 
.67 
 
APOYO A CALIFICACIONES 
 
17, 25, 26 Y 33 
 
.58 
 
RECURSOS 
 
3, 14, 18 Y 34 
 
.64 
 
Antes de citar los resultados, una observación importante a 
considerar es el bajo porcentaje de asistencia de padres con hijos de 
bajo rendimiento académico, esto puede explicarse porque, de 
acuerdo con la escuela, los padres de alumnos con problemas evitan 
asistir a esta actividad. Asistieron a la entrega de evaluación: altos 38 %; 
medios 55.4 %; bajos 7. 6 %. 
 
En la exploración inicial de los datos se encontró que la 
distribución de la muestra no era normal, por lo tanto, se uso estadística 
no paramétrica, encontrando que existe una relación entre el puntaje 
obtenido en cada sub escala por los padres y el rendimiento 
académico de sus hijos. Los padres de alumnos de alto rendimiento 
tienen medias más altas que los padres de alumnos con bajo 
rendimiento académico (ver tabla 2). 
 
En las sub escalas Involucramiento y Percepción se presentaron 
diferencias significativas (p <=.00) entre los grupos con diferente 
rendimiento académico, lo que significa que los padres que participan 
activamente en las actividades académicas de sus hijos y que 
perciben las capacidades y cualidades de sus hijos en el área 
académica, influyen para que su hijo (a) tenga un rendimiento 
académico mejor. Por lo cual se acepta la hipótesis alterna es decir: 
existen diferencias estadísticamente significativas en el rendimiento 
académico de alumnos de secundaria y el apoyo que les brindan sus 
padres, en las variables involucramiento y percepción, medidas a través 
de un instrumento tipo likert. 
 
En cuanto a las otras dos variables: apoyo en calificaciones y 
recursos hay diferencias muy pequeñas que estadísticamente no 
resultan significativas, lo cual nos indica que todos los padres de familia 
de la muestra, independientemente del rendimiento que tengan sus 
hijos les otorgan incentivos por la obtención de buenas calificaciones o 
por mejorarlas, a su vez que proporcionan infraestructura en el hogar 
que permite apoyar a los adolescentes en su trabajo escolar. Con lo 
cual se acepta la hipótesis nula es decir: no existen diferencias 
estadísticamente significativas en el rendimiento académico de 
alumnos de secundaria y el apoyo que les brindan sus padres, en las 
variables apoyo a calificaciones y recursos, medidas a través de un 
instrumento tipo likert. 
Tabla 2. Medias obtenidas en cada sub escala por cada grupo de 
padres 
 
 
Para comprender mejor las diferencias entre grupos observemos 
gráficamente (Figura 1) las medias, las cualesnos dan una referencia de 
las diferencias que existen en las cuatro variables consideradas en el 
análisis del cuestionario y su relación con el rendimiento académico de 
los alumnos de secundaria. 
 
 
GRUPO 
 
INVOLUCRAMIENTO 
 
PERCEPCION 
 
CALIFICACIONES 
 
RECURSOS 
 
 
RENDIMIENTO 
ALTO 
 
MEDIA 
 
N 
 
DE 
 
21.250 
 
80 
 
2.9831 
 
27.063 
 
80 
 
3.0949 
 
17.763 
 
80 
 
2.3933 
 
18.862 
 
80 
 
1.5731 
 
 
RENDIMIENTO 
MEDIO 
 
MEDIA 
 
N 
 
DE 
 
20.161 
 
124 
 
3.4130 
 
23.976 
 
124 
 
3.9126 
 
17.573 
 
124 
 
2.3930 
 
18.613 
 
124 
 
1.8065 
 
 
RENDIMIENTO 
BAJO 
 
MEDIA 
 
N 
 
DE 
 
18.063 
 
16 
 
4.0574 
 
20.313 
 
16 
 
4.8266 
 
16.313 
 
16 
 
4.1588 
 
16.813 
 
16 
 
3.6737 
 
Figura 1. Descripción gráfica de las diferencias en medias para cada 
sub escalas. 
 
Al final del cuestionario se presentó una pregunta abierta, en la cual 
los padres debían escribir los tipos de apoyo que necesitan de la 
escuela. Las respuestas se clasificaron de acuerdo a la frecuencia y 
similitud de las mismas. Para calcular el porcentaje, se consideró el total 
de respuestas dadas por los padres. Se definieron seis categorías que a 
continuación se presentan junto con el porcentaje obtenido: 
 
1. Comunicación (23.1%): Se refiere a la necesidad manifiesta de los 
padres por tener un diálogo con la escuela, en la que les 
permitan saber como ayudarán a sus hijos. 
 
Ejemplo: La comunicación entre padres, maestros y alumnos 
 
2. Apoyo de los maestros (8.4%): Es la intervención temprana que 
necesitan los padres por parte de los maestros cuando sus hijos 
tienen dificultad con algunas materias. 
Ejemplo: Esfuerzo y dedicación a sus alumnos. Que no falten a sus 
clases 
0
5
10
15
20
25
30
In v o lu c r a m ie n to P e rc e p c ió n A p o y o a
c a l if ic a c io n e s
R e c u r s o s
R e n d im ie n to a lto R e n d im ie n to m e d io R e n d im ie n to b a jo
I • 
• D 
 
3. Información (14.6%): Atañe al apoyo sobre temas, calificaciones 
y/o conducta de los adolescentes en secundaria. 
 
Ejemplo: Conocer cambios en la adolescencia... 
 
4. Apoyo psicológico (14.2%): Se refiere a la intervención de un 
especialista en el área psicológica. 
 
Ejemplo: Apoyo psicológico, para tener una buena comunicación 
con nuestros hijos. 
 
5. Apoyo pedagógico (9.3%): Es la necesidad de los padres por 
conocer los temarios y programas de estudio, de manera que 
puedan orientar a sus hijos. 
 
Ejemplo: Conocer mejor los planes de estudio, para que sepa cómo 
ayudar a mi hijo. 
 
6. Orientación (30.22%): Definido como solicitud de información y/o 
asesoría acerca de los temas relacionados con la adolescencia y 
con el apoyo que requieren los alumnos de secundaria. 
 
Ejemplo: Más apoyo para guiarlos en su etapa de adolescentes. 
 
 El total de respuestas que dieron los padres en las diversas categorías 
fueron 225, las cuales se distribuyeron de la siguiente manera: 
 
 
Figura 2: Distribución de respuestas a la pregunta “¿Qué tipo de apoyo 
cree usted que los padres de alumnos de secundaria necesitan? 
 
Con estos resultados podemos decir que los padres de alumnos 
de secundaria están interesados en recibir orientación sobre el manejo y 
el tipo de apoyo que requieren sus hijos adolescentes, así como sesiones 
informativas que les den pautas sobre el desarrollo adolescente. 
 
Otro apoyo imperante que requieren los padres es una 
comunicación abierta con la escuela, para que estén al tanto de lo 
que sucede con sus hijos y poder así, dar respuestas inmediatas a las 
problemáticas de los alumnos. 
 
Así también, los padres requieren de información y ayuda de 
profesionales en psicología. 
 
Apoyo de parte de los maestros y conocer los programas, es otro 
apoyo solicitado por los padres, y aunque es el que tiene menos 
porcentaje de respuesta, no debemos desvalorarlo, ya que finalmente 
son apoyos que los padres exteriorizan y que son indispensables para 
fortalecer vínculos de colaboración con la escuela. 
 
0
5
10
15
20
25
30
35
Comunicación Apoyo de
maestros
Información Apoyo
Psicológico
Apoyo
Pedagógico
Orientación
 P
O
R
C
EN
TA
JE
 
DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES 
 
Uno de los objetivos principales de este estudio fue conocer si el apoyo 
parental tiene influencia en el rendimiento académico de alumnos de 
secundaria, la respuesta que se puede dar por sentido común es: si un 
padre apoya a su hijo (a) este podrá tener mayor rendimiento. Pero, 
¿cuáles son las áreas en las que un padre debe apoyar a su hijo 
adolescente para mejorar su rendimiento? y ¿qué se entiende cómo 
apoyo parental? Las respuestas a estas interrogantes son precisamente 
las conclusiones a las que hemos llegado con esta investigación y las 
abordaremos más adelante, pero para ubicarnos mejor, resulta muy 
importante considerar cada una de las áreas que maneja el instrumento 
desarrollado en este estudio. 
 
La adolescencia es una etapa de transición en la que el 
adolescente tendrá que enfrentar y confrontar situaciones, entre ellas, 
las escolares. El apoyo familiar que reciba incidirá sobre cómo lo haga. 
 
Los resultados del presente estudio corroboran que la familia, en 
especial los padres, es el agente socializador responsable de la 
adquisición de conocimientos y estrategias cognoscitivas, reglas de 
comportamiento y motivación (Hernández, 1999). Se encontró que 
existe una relación directa entre el puntaje obtenido en dos sub escalas 
por los padres y el rendimiento académico, lo cual nos permite ver la 
importancia de la relación positiva que se da entre los alumnos con sus 
padres. 
 
Aún cuando en todas las sub escalas hay diferencias en las 
medias del apoyo que dan los padres a los alumnos de secundaria con 
respecto al rendimiento, las diferencias significativas se dan sólo en las 
sub escalas involucramiento y percepción, lo cual nos indica que 
cuando los padres participan en las actividades académicas de sus 
hijos y perciben sus capacidades y cualidades, el rendimiento escolar 
de los alumnos se favorece, debido a la dinámica que se establece en 
el núcleo familiar donde el alumno se siente valorado y atendido. Esto 
se apoya en las investigaciones de Zellman y Waterman, 1998(citado 
en Sosa 2002) quienes reportan que el involucramiento de los padres, 
afecta la naturaleza de la interacción con sus hijos y se relaciona con el 
grado en el que los niños se adaptan a su influencia. 
 
El que los adolescentes sientan seguridad en su núcleo familiar, les 
proporciona bases sólidas que les permiten un desarrollo favorable en el 
área escolar, aún con las dificultades que los alumnos de secundaria 
presentan en esta etapa de desarrollo. Esto se relaciona con lo 
planteado por Bomar y Sabatelli, 1986 (citado en Philip, 2002), quienes 
encontraron que los adolescentes necesitan sentirse valorados y 
aceptados, así como que sus padres sean tolerantes con su 
individualidad, intimidad y las diferencias interpersonales que se dan en 
su familia. Los resultados obtenidos refuerzan lo mencionado por Argyle 
y Henderson (1985) quienes demuestran que el apoyo positivo de los 
padres está asociado con las estrechas relaciones con los hijos, con una 
alta autoestima, con el éxito académico y con un desarrollo moral 
adecuado (Argyle y Henderson, 1985, citado por Philip, 2002). 
 
Otras investigaciones (McCall, Vean y Kratzer, 1992; Steinberg, 
Lamborn, Dornbusch y Darling,1992; Wood, Chapin y Hannah, 1988; 
citados por Kimmel y Weiner, 1998), reportan resultados que confirman 
que los padres de alumnos

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