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Intrusos Al parecer me he vuelto famosa porque aparezco en noticieros y hablan de mí sin parar. Tanta atención aturde después de mucho tiempo. Curiosamente solo hablan cosas malas. Les venden una imagen errónea sobre mí, me hacen ver como una completa despiadada y desalmada. No me arrepiento de lo que hice. Mi privacidad ha sido corrompida desde que ellos llegaron. Aún recuerdo cuando todo era paz, silencio y oscuridad. Para mí fueron mis mejores épocas pues tenía tiempo de sobra para apreciar mi soledad. Sé que para muchos, lo más profundo de mi ser es valioso y por eso cavan y rascan hasta dejarme malherida. Mis órganos negros a los que los humanos hacen llamar carbón dan luz, energía y calor, pero preferiría que estos permanecieran ocultos y acobijados dentro de mí; y no es que sea envidiosa pero no se me hace justo que a pesar de los beneficios que suelo darles a ellos, me lastimen así. No soy indiferente ante la angustia de los intrusos que albergo dentro de mí. Los ecos de sus lamentos e insultos retumban en mí. Fuera de mí hay máquinas que intentan abrirme, que intentan salvar a toda costa las vidas de ellos. Solamente pierden su tiempo, pues en mis planes no está liberarlos. Quiero y necesito que ellos comprendan mi sufrimiento por todo lo que me han hecho, que todos juntos suframos de la misma manera, me lo deben. Su desesperación me hace sentir más viva que nunca porque sé que después de esto jamás querrán volver y vivirán con miedo por el resto de su vida. Estoy consciente de que la venganza no es siempre buena, y aunque hasta el día de hoy los mantengo privados de su libertad, eso no llena el vacío que tengo dentro, ni cura las heridas que me han dejado por toda la eternidad. Agosto 2022. Nuevo colapso deja mineros atrapados en Sabinas, Coahuila. El País. México. Mi pequeño telescopio Cuando me di cuenta de que esas imágenes ya las había visualizado en algunos de mis sueños me quedé atónita. Yo creía saber diferenciar la realidad de la ficción, de cosas que no son reales y que, en su defecto, son creadas por nuestra mente. Al parecer no fue así, ya que habían presenciado un evento histórico mucho antes que otros. El cielo estrellado, un lugar tan lejano, pero a su vez tan cercano. Un universo entero que tenemos por descubrir y explorar. Mi interés en este empezó cuando de niña, me obsequiaron un pequeño telescopio. Durante esas épocas mi vida no era muy fácil que digamos; problemas que yo no comprendía a esa edad se presentaron y yo no podía hacer gran cosa para cambiarlos. Ustedes entenderán que afrontar problemas familiares no es un proceso fácil y por ello, es necesario encontrar una distracción que nos haga ver lo bueno y bello de la vida. Mi telescopio fue un amigo incondicional que me acompañó en los días más complicados de mi infancia y adolescencia. Siempre supo darme la luz de las mismas estrellas que me daban esperanzas de que algún día yo podría ser tan libre, tan lejana y radiante como las estrellas que conforman las constelaciones y galaxias. Conforme fui creciendo conservé el interés en lo que hay más allá del cielo y fuera de la Tierra. Pero dolorosamente las difíciles circunstancias de la vida me orillaron a alejarme poco a poco, dejando de lado mi sueño de investigar y viajar a las estrellas. Ocupándome en cosas ajenas, fui perdiendo el interés en la vida, y volviéndome en una persona más de la sociedad. Dedicándome a algo completamente diferente, me hice de un renombre. Crecí profesionalmente y aunque me dolieron esas heridas de la infancia, logré salir adelante y superarme. Mientras mi vida se volvía más ordinaria y olvidaba mi pasión verdadera, al parecer mi inconsciente me daba señales de que no olvidara lo que realmente amaba. Porque al final de cuentas, yo le debía tanto a ese pequeño telescopio. Una noche tuve el sueño más maravilloso de toda mi vida. Sentía mi cuerpo flotar entre la oscuridad, con una ligera sensación de frío. Cuando miraba a los lados, me rodeaba lo desconocido. Destellos tan brillantes que me cegaban por unos instantes y colores vibrantes que me llenaban de felicidad. No había sentido esa plenitud en mucho tiempo, pero desde las entrañas se mi ser renació esa fascinación y amor por el universo y por mi querido telescopio. Mi pequeño telescopio. Cuando desperté, sentía correr las lágrimas por mi rostro. Eran las altas horas de la madrugada. No me molesté en siquiera ver la hora en el reloj. Decidida, subí corriendo a la terraza de mi apartamento con una pequeña colcha para ponerme cómoda y acostarme a apreciar las estrellas que se lograban ver. No despegué ni un segundo la vista del cielo, las horas pasaron y pasaron. Al llegar la hora, mi alarma para ir al trabajo sonó. Sonó hasta que se dio por vencida. Mi celular le siguió el paso. Hasta que, sin darme cuenta, las estrellas volvían a sonreírme y se alegraban de verme otra vez. Julio 2022. James Webb: qué nos revela la primera imagen del telescopio espacial más poderoso (y cómo cambia lo que sabemos sobre el universo). BBC News Mundo Qué “divertido” es ser mujer Seguido de levantarme, me estiro como aquel gato naranja que veo por la ventana del vecino cada mañana. Aún con los ojos medio cerrados, entro al baño y me miro al espejo. ¿Quién es esa mujer? ¿Acaso este es un sueño? Me lavo la cara e intentó pellizcarme para corroborar si es que sigo durmiendo. Para mi desgracia, estoy más que despierta y esto es verdad. Me acostumbro a un nuevo cuerpo, y termino por explorarlo de arriba a abajo. Pero que extraña es la sensación de tener caderas anchas, de tener senos prominentes que hacen arquear mi espalda por su mismo peso. Procedo a cambiarme, poniéndome prendas masculinas holgadas aprovechando mi estilo como aquel joven que suelo ser. Extrañamente me agrada cómo me veo, siento que tengo un gran estilo. Salgo de mi casa, y siento una brisa leve. El sol está en su punto más alto y me dejo llevar por el viento. Qué curiosa es la perspectiva de una mujer. Noto que mis sentidos están más agudizados que antes. Veo los colores más vibrantes y todo mi alrededor se siente de maravilla. Qué divertido es ser mujer. Un sexto sentido se activa en mí. Mi piel se eriza y tengo la sensación de peligro y angustia. A lo lejos veo cómo un hombre con mirada que te penetra me observa fijamente y me sigue el paso. Siento sus intenciones y por primera vez, sé lo que es el verdadero miedo.
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