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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTONOMA DE MEXICO Facultad de Ciencias “EFECTO DE LA PRESENCIA DE UNA ESPECIE NO NATIVA DE CAMARÓN (Litopenaeus vannamei) EN EL CRECIMIENTO Y SOBREVIVENCIA DE UNA ESPECIE NATIVA DE GOLFO DE MÉXICO (L. setiferus) EN EXPERIMENTOS DE MESOCOSMOS “ T E S I S QUE PARA OBTENER EL TITULO DE: B I Ó L O G A P R E S E N T A: GABRIELA ELVIRA ROMERO MORENO TUTORA: DRA. MAITE MASCARÓ MIQUELAJAUREGUI. 2006 UNAM – Dirección General de Bibliotecas Tesis Digitales Restricciones de uso DERECHOS RESERVADOS © PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL Todo el material contenido en esta tesis esta protegido por la Ley Federal del Derecho de Autor (LFDA) de los Estados Unidos Mexicanos (México). El uso de imágenes, fragmentos de videos, y demás material que sea objeto de protección de los derechos de autor, será exclusivamente para fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el respectivo titular de los Derechos de Autor. HOJA DE DATOS DE JURADO 1. Datos de alumno Romero Moreno Gabriela Elvira 55730205 Universidad Nacional Autónoma de México Facultad de Ciencias Biología 098170562 2. Datos del Tutor: Dra. Maite Mascaró Miquelajauregui 3. Datos sinodal 1 Dr. Pablo Hernández Alcántara 4. Datos sinodal 2 M. en C. Ana Margarita Hermoso Salazar 5. Datos sinodal 3 Dra. Martha Gabriela Gaxiola Cortés 6. Datos sinodal 4 Dr. Fernando Nuno Dias Marques Simoes 7. Datos del trabajo escrito “Efecto de la presencia de una especie no nativa de camarón (Litopenaeus vannamei) en el crecimiento y sobrevivencia de una especie nativa de Golfo de México (L. setiferus) en experimentos de mesocosmos “ 98p 2006 Agradecimientos Agradezco profundamente el apoyo y amistad que me brindo todo el conjunto de investigadores (especialmente Dra. Gabriela Gaxiola, Dr. Carlos Rosas) de la Unidad Multidisciplinaría de Docencia e Investigación (UMDI) de Sisal, Yucatán, México. Especialmente aquellos del área de Ecología y Conducta: Dr. Nuno Simoes, Dr. Xavier Chiappa. Agradezco el gran apoyo brindado por los técnicos del área Heliodoro Hernandez, Luis Enrique Hidalgo. Agradezco el apoyo del personal en el área de estanques Biol. Manuel Valenzuela. Uno de mis más grandes agradecimientos a mi tutora Dra. Maite Mascaró M., por todos los conocimientos que pude aprender con ella, y por el apoyo académico que me brindo; también por su comprensión, y amistad. También agradezco a los profesores que me guiaron en el estudio de las ciencias del mar y que fueron unos excelentes maestros de taller y asesores de tesis M. en C. Margarita Hermoso y Dr. Pablo Hernández. Agradezco a todos los alumnos que se encontraban en la UMDI en ese momento (Lalo, Ivan D., Alejandra, Pedro, Andrés, Gemma, Carlos, Jaime (cholito), Marco, Renne); por supuesto, a mi gran compañera de casa Lizbeth, a Ariadna S., a Tere, y a todas las personas que hicieron de mi estancia en Sisal una gran experiencia. Por supuesto, mi más profundo agradecimiento a las personas que hicieron posible que iniciara y concluyera mis estudios, gracias por siempre estar conmigo y apoyarme en todo MIS PADRES y hermanas Rosario y Verónica. A toda mi familia. Un profundo agradecimiento a una persona muy especial por apoyarme, y enseñarme a luchar. Gracias por tu apoyo y cariño, José Javier Murillo. Y no puede faltar un agradecimiento a todos mis amigos, los que me han apoyado durante años, Caro y Abril, Mariana, Ana Clara, Panda, Lalo, Hugo, Miriam, Diana. A toda la gente que me brindo su amistad y apoyo en la Facultad: Anita Qk, Angélica B., Martin, Karla N., Wolke, Miguel, Conrado.....… y una innumerable lista de personas que estimo. Este trabajo fue realizado en el marco de los proyectos financiados por PAPIIT IN208302 y CONACyT 44763. Índice general Páginas Agradecimientos Índice general Índice de Tablas Índice de Figuras Resumen 1. Introducción 1 2. Antecedentes 2.1 Litopenaeus setiferus, Litopenaeus vannamei 5 2.2 Competencia 8 2.3 El papel de la depredación 11 2.4 Mesocosmos 13 3. Objetivos e Hipótesis 3.1 Objetivos 17 3.1.1 Objetivo general 17 3.1.2 Objetivos particulares 17 3.2 Hipótesis 17 4. Material y método 4.1 Construcción y habilitación de estanques de mesocosmos 19 4.2 Origen y mantenimiento de los organismos experimentales 21 4.3 Diseño experimental 23 4.4 Pruebas fisiológicas (glucógeno en hepatopáncreas) 26 4.5 Pruebas estadísticas 27 5. Resultados 5.1 Preliminar 31 5.1.1 Factores físico-químicos del agua (Temperatura, Salinidad, Oxígeno disuelto) 31 5.1.2 Sobrevivencia 33 5.1.3 Crecimiento 33 5.1.4 Glucógeno 37 5.2 Experimento 1 5.2.1 Factores físico-químicos del agua (Temperatura, Salinidad, Oxígeno disuelto) 38 5.2.2 Sobrevivencia 40 5.2.3 Crecimiento 41 5.2.4 Glucógeno 47 5.3 Experimento 2 5.3.1 Factores físico-químicos del agua (Temperatura, Salinidad, Oxígeno disuelto) 48 5.3.2 Sobrevivencia 50 5.3.3 Crecimiento 52 5.3.4 Glucógeno 58 6. Discusión 59 7. Conclusiones 77 8. Literatura citada79 Índice de Tablas Tabla 1. Objetivos y condiciones particulares en las que se desarrollaron los experimentos preliminar, 1 y 2 del presente trabajo............................................................................24 Pág. Tabla 2.1. Resultados del análisis de covarianza sobre la relación entre talla final e inicial de L. setiferus durante el Experimento Preliminar. Tratamiento 1 (L. setiferus), Tratamiento 2 (L. setiferus + C. sapidus); n = 31; ns: no significativo.......................................................34 Pág. Tabla 2.2. Resultados del análisis de regresión por mínimos cuadrados y prueba de t para Ho: m = 1 de la relación entre talla final e inicial L. setiferus durante el Experimento Preliminar. Se indican los valores de la pendiente (m) y el intercepto (b), errores estándar (es) y límites inferior y superior del intervalo de confianza (95%) en cada caso. Tratamiento 1 (L. setiferus), Tratamiento 2 (L. setiferus + C. sapidus); n = 62; **p< 0.01; ***p<0.001.......................34 Pág. Tabla 2.3. Resultados del análisis de covarianza sobre la relación entre el peso final e inicial de L. setiferus durante el Experimento Preliminar. Tratamiento 1 (L. setiferus), Tratamiento 2 (L. setiferus + C. sapidus); n = 31; ns: no significativo.........................................................35 Pág. Tabla 2.4. Resultados del análisis de regresión por mínimos cuadrados y prueba de t para Ho: m = 1 de la relación entre peso final e inicial L. setiferus durante el Experimento Preliminar. Se indican los valores de la pendiente (m) y el intercepto (b), errores estándar (es) y límites inferior y superior del intervalo de confianza (95%) en cada caso. Tratamiento 1 (L. setiferus), Tratamiento 2 (L. setiferus + C. sapidus); n = 62; ns: no significativo; ***p<0.001.........35 Pág. Tabla 3.1. Resultados del análisis de covarianza sobre la relación entre talla final e inicial de L. setiferus durante el Experimento 1. Tratamiento 1 (L. setiferus), Tratamiento 2 (L. setiferus + L. vannamei); n = 33; ns: no significativo; *p<0.05; **p< 0.01; ***p<0.001........................41 Pág. Tabla 3.2. Resultados del análisis de regresión por mínimos cuadrados y prueba de t para Ho: m = 1 de la relación entre talla final e inicial L. setiferus durante el Experimento 1. Se indican los valores de la pendiente (m) y el intercepto (b), errores estándar (es) y límites inferior y superior del intervalo de confianza (95%) en cada caso. Tratamiento 1 (L. setiferus), Tratamiento 2 (L. setiferus + L. vannamei); n = 66; ns: no significativo;***p<0.001......41 Pág. Tabla 3.3. Resultados del análisis de covarianza sobre la relación entre peso final e inicial de L. setiferus durante el Experimento 1. Tratamiento 1 (L. setiferus), Tratamiento 2 (L. setiferus + L. vannamei); n = 33; ns: no significativo.......................................................................42 Pág. Tabla 3.4. Resultados del análisis de regresión por mínimos cuadrados y prueba de t para Ho: m = 1 de la relación entre peso final e inicial L. setiferus durante el Experimento 1. Se indican los valores de la pendiente (m) y el intercepto (b), errores estándar (es) y límites inferior y superior del intervalo de confianza (95%) en cada caso. Tratamiento 1 (L. setiferus), Tratamiento 2 (L. setiferus + L. vannamei); n = 66; ns: no significativo;***p<0.001........42 Pág. Tabla 3.5. Resultados del análisis de covarianza sobre la relación entre talla final e inicial de L. setiferus y L. vannamei durante el Experimento 1. Tratamiento 1 (L. setiferus), Tratamiento 2 (L. setiferus + L. vannamei); n = 37; ns: no significativo; ***p<0.001.............................43 Pág. Tabla 3.6. Resultados del análisis de regresión por mínimos cuadrados y prueba de t para Ho: m = 1 de la relación entre talla final e inicial L. setiferus y L. vannamei durante el Experimento 1. Se indican los valores de la pendiente (m) y el intercepto (b), errores estándar (es) y límites inferior y superior del intervalo de confianza (95%) en cada caso (n = 37). Tratamiento 1 (L. setiferus), Tratamiento 2 (L. setiferus + L. vannamei); ns: no significativo;***p<0.001.....43 Pág. Tabla 3.7. Resultados del análisis de covarianza sobre la relación entre peso final e inicial de L. setiferus y L. vannamei durante el Experimento 1. Tratamiento 1 (L. setiferus), Tratamiento 2 (L. setiferus + L. vannamei); n = 37; ns: no significativo; ***p<0.001..............................44 Pág. Tabla 3.8. Resultados del análisis de regresión por mínimos cuadrados y Prueba de t para Ho: m = 1 de la relación entre peso final e inicial L. setiferus y L. vannamei durante el Experimento 1. Se indican los valores de la pendiente (m) y el intercepto (b), errores estándar (es) y límites inferior y superior del intervalo de confianza (95%) en cada caso. Tratamiento 1 (L. setiferus), Tratamiento 2 (L. setiferus + L. vannamei); n = 37; ns: no significativo;***p<0.001.........44 Pág. Tabla 4.1. Resultados del análisis de covarianza sobre la relación entre talla final e inicial de L. setiferus durante el Experimento 2. Tratamiento 1 (L. setiferus), Tratamiento 2 (L. setiferus + C. sapidus), Tratamiento 3 (L. setiferus + L. vannamei), Tratamiento 4 (L. setiferus + L. vannamei + C. sapidus); n = 21; ns: no significativo........................................................................52 Pág. Tabla 4.2. Resultados del análisis de regresión por mínimos cuadrados y prueba de t para Ho: m = 1 de la relación entre talla final e inicial L. setiferus durante el Experimento 2. Se indican los valores de la pendiente (m) y el intercepto (b), errores estándar (es) y límites inferior y superior del intervalo de confianza (95%) en cada caso. Tratamiento 1 (L. setiferus), Tratamiento 2 (L. setiferus + C. sapidus), Tratamiento 3 (L. setiferus + L. vannamei), Tratamiento 4(L. setiferus + L. vannamei + C. sapidus); n = 84; ns: no significativo; **p<0.01, ***p<0.001........................................................................................................................ 52 Pág. Tabla 4.3. Resultados del análisis de covarianza sobre la relación entre peso final e inicial de L. setiferus durante el Experimento 2. Tratamiento 1 (L. setiferus), Tratamiento 2 (L. setiferus + C. sapidus), Tratamiento 3 (L. setiferus + L. vannamei), Tratamiento 4 (L. setiferus + L. vannamei +C. sapidus); n = 21; ns: no significativo........................................................53 Pág. Tabla 4.4. Resultados del análisis de regresión por mínimos cuadrados y prueba de t para Ho: m = 1 de la relación entre peso final e inicial L. setiferus durante el Experimento 2. Se indican los valores de la pendiente (m) y el intercepto (b), errores estándar (es) y límites inferior y superior del intervalo de confianza (95%) en cada caso. Tratamiento 1 (L. setiferus), Tratamiento 2 (L. setiferus + C. sapidus), Tratamiento 3 (L. setiferus + L. vannamei), Tratamiento 4(L. setiferus + L. vannamei +C. sapidus); n = 84; ns: no significativo.......53 Pág. Tabla 4.5. Resultados del análisis de covarianza sobre la relación entre talla final e inicial de L. setiferus (Tratamientos 1 y 2) y L. vannamei (Tratamientos 3 y 4) durante el Experimento 2. Tratamiento 1 (L. setiferus), Tratamiento 2 (L. setiferus + C. sapidus), Tratamiento 3 (L. setiferus + L. vannamei), Tratamiento 4(L. setiferus + L. vannamei + C. sapidus); n = 21; ns: no significativo; ***p<0.001..................................................................................................55 Pág. Tabla 4.6. Resultados de las pruebas de Tukey para comparar los interceptos de las cuatro ecuaciones de regresión entre talla final e inicial de L. setiferus (Tratamientos 1 y 2) y L. vannamei (Tratamientos 3 y 4) durante el Experimento 2. Tratamiento 1 (L. setiferus), Tratamiento 2 (L. setiferus + C. sapidus), Tratamiento 3 (L. setiferus + L. vannamei), Tratamiento4 (L. setiferus + L. vannamei + C. sapidus). El valor crítico de Q = 3.737, gl = 60, k = 4, alfa = 0.05; ns: no significativo, *p < 0.05.................................................................55 Pág. Tabla 4.7. Resultados del análisis de covarianza sobre la relación entre peso final e inicial de L. setiferus (Tratamientos 1 y 2) y L. vannamei (Tratamientos 3 y 4) durante el Experimento 2. Tratamiento 1 (L. setiferus), Tratamiento 2 (L. setiferus + C. sapidus), Tratamiento 3 (L. setiferus + L. vannamei), Tratamiento 4 (L. setiferus + L. vannamei + C. sapidus); n = 21; ns: no significativo; ***p<0.001..............................................................................................56 Pág. Tabla 4.8. Resultados de las pruebas de Tukey para comparar los interceptos de las cuatro ecuaciones de regresión entre talla final e inicial de L. setiferus (Tratamientos 1 y 2) y L. vannamei (Tratamientos 3 y 4) durante el Experimento 2. Tratamiento 1 (L. setiferus), Tratamiento 2 (L. setiferus + C. sapidus), Tratamiento 3 (L. setiferus + L. vannamei), Tratamiento 4 (L. setiferus + L. vannamei + C. sapidus). El valor crítico de Q = 3.737, gl = 60, k = 4, alfa = 0.05; ns: no significativo.................................................................................56 Pág. Índice de Figuras Figura 1. Imagen de estanques experimentales de mesocosmos con estructuras de PVC y malla sombra para disminuir la incidencia de luz............................................................19 Pág. Figura 2.Sistema de aireación (“air lift”) de los estanques experimentales en el que el aire corre a lo largo de dos anillos (uno perimetral y uno central) y sale por los tubos perpendiculares, generando una corriente de agua unidireccional que abarca toda la columna de agua. Las flechas indican el tránsito de aire dentro del sistema.......................................................20 Pág. Figura 3. Variación en la temperatura, salinidad y oxígeno disuelto del agua de los estanques registrado a las 7:00 y 18:00 hrs durante el Experimento preliminar (28 días). Tratamiento 1 (Litopenaeus setiferus), Tratamiento 2 (Litopenaeus setiferus +Callinectes sapidus). Los valores son medias ± de (n=2). Días sin valores representan días donde los factores no fueron registrados......................................................................................................................32 Pág. Figura 4. Sobrevivencia (%) final (A) y a lo largo del tiempo (B) de Litopenaeus setiferus durante el Experimento Preliminar. Tratamiento 1 (Litopenaeus setiferus), Tratamiento 2 (Litopenaeus setiferus +Callinectes. sapidus). Los valores son medias ± de (n = 2) de datos transformados (transformación angular).........................................................................33 Pág. Figura 5. Relación entre la talla (cm) (A) y peso (g) (B) iniciales y finales de Litopenaeus setiferus durante el Experimento preliminar (28 días). Tratamiento 1 (Litopenaeus setiferus) puntos negros, Tratamiento 2 (Litopenaeus setiferus +Callinectes sapidus) puntos rojos. Las líneas sólidas indican los valores de talla y peso finales calculados a partir de las ecuaciones de regresión; n = 80........................................................................................................36 Pág. Figura 6. Incremento en talla (cm) (A) y peso (g) (B) de Litopenaeus setiferus con respecto al tiempo durante el Experimento preliminar. Tratamiento 1 (Litopenaeus setiferus) n =31, Tratamiento 2 (Litopenaeus setiferus + Callinectes sapidus) n =34................................36 Pág. Figura 7. Glucógeno (mg/ml) en hepatopáncreas de Litopenaeus setiferus durante el Experimento Preliminar Tratamiento 1 (L. setiferus), Tratamiento 2 (Litopenaeus setiferus + Callinectes sapidus). Los valores son medias ± de; n (T1) = 12, n (T2) = 16.................37 Pág. Figura 8. Variación en la temperatura, salinidad y oxígeno disuelto del agua de los estanques registrado a las 7:00 y 18:00 hrs durante el Experimento 1 (21 días). Tratamiento 1 (Litopenaeus setiferus), Tratamiento 2 (Litopenaeus setiferus + Litopenaeus vannamei). Los valores son medias ± de (n = 4). Días sin valores representan días donde los factores no fueron registrados...........................................................................................................39 Pág. Figura 9. Sobrevivencia (%) final (A) y a lo largo del tiempo (B) de Litopenaeus setiferus y Litopenaeus vannamei durante el Experimento 1. Tratamiento 1 (Litopenaeus setiferus), Tratamiento 2 (Litopenaeus setiferus + Litopenaeus vannamei). Los valores son medias ± de (n = 4) de datos transformados (transformación angular)....................................................40 Pág. Figura 10. Relación entre las tallas (cm) (A) y pesos (g) (B) iniciales y finales de Litopenaeus setiferus durante el Experimento 1 (21 días). Tratamiento 1 (Litopenaeus setiferus: negros), Tratamiento 2 (Litopenaeus setiferus + Litopenaeus vannamei puntos rojos). Las líneas sólidas indican los valores de talla y peso finales calculados a partir de las ecuaciones de regresión en cada caso; n = 120..........................................................................................................45 Pág. Figura 11. Relación entre las tallas (cm) (A) y pesos (g) (B) iniciales y finales de Litopenaeus setiferus (puntos negros) y Litopenaeus vannamei (puntos rojos) durante el Experimento 1 (21 días). Tratamiento 1 (Litopenaeus setiferus), Tratamiento 2 (Litopenaeus setiferus + Litopenaeus vannamei). Las líneas sólidas indican los valores de talla y peso finales calculados a partir de las ecuaciones de regresión en cada caso; n = 40 (T2); n= 80 (T1)...46 Pág. Figura 12. Incremento en talla (cm) (A) y peso (g) (B) de Litopenaeus setiferus y Litopenaeus vannamei con respecto al tiempo durante el Experimento 1. Tratamiento 1 (Litopenaeus setiferus) n=64, Tratamiento 2 Litopenaeus setiferus (n=33) + Litopenaeus vanname n=38...46 Pág. Figura 13. Glucógeno (mg/ml) en hepatopáncreas de Litopenaeus setiferus y Litopenaeus vannamei durante el Experimento 1. Tratamiento 1 (Litopenaeus setiferus), Tratamiento 2 (Litopenaeus setiferus + Litopenaeus vannamei). Los valores son medias ± de; n = 37, 18 y 30 para Litopenaeus setiferus T1, Litopenaeus setiferus T2 y Litopenaeus vannamei T2, respectivamente...............................................................................................................47 Pág. Figura 14. Variación en la temperatura, salinidad y oxígeno disuelto del agua durante el Experimento 2 (42 días). Tratamiento 1 (Litopenaeus setiferus); Tratamiento 2 (Litopenaeus setiferus + Callinectes sapidus); Tratamiento 3 (Litopenaeus setiferus + Litopenaeus vannamei); Tratamiento 4 (Litopenaeus setiferus + Litopenaeus vannamei + Callinectes sapidus). Datos de medias ± de (n = 3). Los días que no se tiene registro, son días de muestreo donde no se alcanzo a tomar los datos..........................................................49 Pág. Figura 15. Sobrevivencia (%) en el tiempo de Litopenaeus setiferus (A) en los 4 tratamientos (T1, T2, T3, T4); L.setiferus (T1, T2) y Litopenaeus vannamei (T3, T4) (B); y sobrevivencia final de ambos (C) durante el Experimento 2. Datos son medias ± de (n = 3) de datos transformados (transformación angular). Tratamiento 1 (Litopenaeus setiferus); Tratamiento 2 (Litopenaeus setiferus +Callinectes sapidus); Tratamiento 3 (Litopenaeus setiferus +Litopenaeus vannamei); Tratamiento 4 (Litopenaeus setiferus + Litopenaeus vannamei + Callinectes sapidus)...51 Pág. Figura 16. Relación entre las tallas (cm) (A) y pesos (g) (B) iniciales y finales de Litopenaeus setiferus durante el Experimento 2 (42 días). Tratamiento 1 (Litopenaeus setiferus), Tratamiento 2 (Litopenaeus setiferus + Callinectes sapidus), Tratamiento 3 (Litopenaeus setiferus + Litopenaeus vannamei), Tratamiento4 (Litopenaeus setiferus + Callinectes sapidus + Litopenaeus vannamei). Las líneas sólidas indican los valores de talla y peso finales calculados a partir de las ecuaciones de regresión (n = 180).........................................54 Pág. Figura 17. Relación entre la tallas (cm) (A) y pesos (g) (B) iniciales y finales de Litopenaeus setiferus y Litopenaeus vannamei durante el Experimento 2 (42 días). Tratamiento 1 (Litopenaeus setiferus), Tratamiento 2 (Litopenaeus setiferus + Callinectes sapidus), Tratamiento 3 (Litopenaeus vannamei), Tratamiento 4 (Litopenaeus vannamei + Callinectes sapidus)...........................................................................................................................57 Pág. Figura 18. Incremento en talla (cm) (A) y peso (g) (B) de Litopenaeus setiferus y Litopenaeus vannamei con respecto al tiempo durante el Experimento 2. Tratamiento 1 (L. setiferus) n =46, Tratamiento 2 (Litopenaeus setiferus + Callinectes sapidus) n =44. Tratamiento 3 (Litopenaeus setiferus + Litopenaeus vannamei) n = 46, Tratamiento 4 (Litopenaeus setiferus + Callinectes sapidus + Litopenaeus vannamei) n =48........................................................................57 Päg. Figura 19. Glucógeno (mg/ml) en hepatopáncreas de (A) Litopenaeus setiferus y (B) Litopenaeus setiferus (T1, T2) y Litopenaeus vannamei (T3, T4) durante el Experimento 2. Tratamiento 1 (Litopenaeus setiferus), Tratamiento 2 (Litopenaeus setiferus + Callinectes sapidus), Tratamiento 3 (Litopenaeus setiferus + Litopenaeus vannamei), Tratamiento 4 (Litopenaeus setiferus + Callinectes sapidus + Litopenaeus vannamei). Los valores son medias ± de..................................................................................................................................58 Pág. RESUMEN Este trabajo es el resultado de la preocupación e interés sobre los ecosistemas lagunares y estuarinos del Golfo de México, y la necesidad de responder preguntas sobre el impacto potencial causado por la introducción de una especie no nativa de camarón Litopenaeus vannamei Bonne 1903 , en las granjas acuícolas a lo largo de toda la costa Atlántica de Norte América. La especie de camarón blanco del Pacífico (L. vannamei) posee un ciclo de vida muy similar al de la especie nativa del Golfo de México (Litopenaeus setiferus (Linnaeus, 1767)), y ocupa las mismas zonas de reproducción y crianza, por lo que es probable que compartan lo que podemos llamar teóricamente el mismo nicho ecológico. Litopenaeus vannamei en condiciones de cultivo tiene una tasa de asimilación del doble y una tasa de crecimiento de 2-3 veces mayor que L. setiferus, convirtiéndola en un competidor potencialmente exitoso. Se desconoce si existen poblaciones establecidas de L. vannamei en las aguas costeras del Golfo de México, pero la evidencia experimental y los modelos matemáticos teóricos desarrollados sugieren que en una situación de competencia extrema, se podría provocar una disminución de las poblaciones de L. setiferus, o bien la exclusión de las áreas donde estas poblaciones habitan. Para acercarnos a la comprobación de esta hipótesis es necesario primero determinar si la presencia de L. vannamei modifica el crecimiento y sobrevivencia L. setiferus en condiciones parecidas a las de las zonas estuarinas del Golfo de México. Para ello, se realizaron tres experimentos de mesocosmos que permitieron replicar las variaciones naturales de algunos factores abióticos, en tanto se consiguió controlar los efectos de los factores bióticos. Esta metodología brinda una buena opción para estudiar procesos ecológicos. Dichos experimentos buscaron determinar el efecto de la presencia de L. vannamei sobre el crecimiento y sobrevivencia de L. setiferus, tanto solo, como en presencia de uno de sus depredadores naturales, la jaiba Callinectes sapidus, Rathbun 1896. Asimismo, se intentaron identificar indicadores bioquímicos de la condición de estrés nutricional de los organismos, que correspondan con las variaciones en las tasas de crecimiento y/o la sobrevivencia observadas. Para evaluar el posible efecto de la especie no nativa sobre la tasa de crecimiento de L. setiferus sometidos a diferentes tratamientos, se consideró un diseño experimental de análisis de covarianza sobre la relación entre la talla y pesos iniciales y finales de los individuos. La valoración del efecto en la sobrevivencia de L. setiferus se realizó sobre los porcentajes de sobrevivencia, utilizando pruebas de t-Student y análisis de varianza. Se realizaron conteos del total de individuos sobreviviente después de diversos periodos de tiempo, registrando la longitud total (cm) y peso húmedo (g) de los organismos (identificados individualmente). En el primer experimento (preliminar) se hizo un muestreo semanal, mientras que en el segundo y tercer experimentos (experimentos 1 y 2) se hicieron cada 15 días. Al final de cada experimento se midieron, las concentraciones de glucógeno en hepatopáncreas para valorar el estado fisiológico y nutricional de los organismos ante los diferentes tratamientos. En el experimento preliminar los análisis mostraron que no hay un efecto significativo C. sapidus (factor de depredación) sobre la tasa de crecimiento ni la sobrevivencia de L. setiferus. En el experimento 1, tampoco se observó un efecto importante de L. vannamei sobre la tasa de crecimiento ni la sobrevivencia de L. setiferus. En el experimento 2, donde se combinó la introducción de la especie no nativa y el factor de depredación, y nuevamente los análisis realizados demostraron que no hay un efecto significativo de la presencia de C. sapidus y L. vannamei sobre la tasa de crecimiento ni la sobrevivencia de L. setiferus. Sin embargo, se observó que C. sapidus puede desempeñar un efecto modulador en la interacción entre L. vannamei y L. setiferus. A pesar de no haber encontrado evidencia de un efecto negativo significativo de L. vannamei sobre el crecimiento y sobrevivencia de L. setiferus, la ausencia de dicha evidencia no asegura que esta especie no pueda causar un impacto en los ecosistemas del Golfo de México, y se sugiere realizar mas investigaciones en el tema. 1. INTRODUCCIÓN Los sistemas productivos y de sostén económico del país dependen en gran medida de nuestra riqueza biológica. Los trabajos de investigación dirigidos a conocer estos recursos para el desarrollo económico y social del país, históricamente han puesto su atención en ecosistemas terrestres, y como resultado se ha conseguido la tecnificación de la agricultura y ganadería principalmente. Sin embargo, en las últimas décadas se le ha dado una notable importancia a la explotación de nuestros recursos marítimos, y la investigación sobre aspectos biológicos y ecológicos de los mismos han proliferado (Semarnat, 2002). Dentro de los recursos marinos más importantes de las últimas décadas, se encuentran las especies de camarones peneidos tanto del Golfo de México como del Pacífico. La producción pesquera de estas especies ha sido una de las actividades económicas más importantes del país, alcanzando niveles de producción máximos de 28,000 toneladas por año en 1985 y 1986 (Navarrete y Uribe, 1993; Secretaria de Pesca, 1985, 1986), y actualmente ocupa el tercer lugar a nivel nacional (Semarnat, 2002). Sin embargo, la sobre-explotación pesquera, aunada a la falta de conocimiento científico y técnico, la siembra indiscriminada de especies exóticas y la deforestación del manglar han provocado una fuerte descapitalización del sector, volviendo la pesca de camarón una actividad poco rentable (Navarrete y Uribe, 1993). No solamente ha disminuido la producción de este valioso recurso, sino que la actividad pesquera en su conjunto ha caído en una profunda crisis (Dr. Francisco Arreguín, com.pers.). A consecuencia de la crisis en la pesquería de camarones peneidos, en la década de los ochentas la acuacultura se expandió rápidamente en el mundo y es actualmente, la esperanza mundial para mantener el suministro global de muchos productos acuáticos (Navarrete y Uribe, 1993). En América, el camarón blanco del Pacífico (Litopenaeus vannamei Boone, 1903 (Hendrix, 1996)) es la especie más cultivada, con una producción cercana a las 132 mil toneladas anuales 1 (Rosemberry, 1998) y es la segunda especie más cultivada en todo el globo. De las 2,500 especies (Darryl, 2001) de camarones peneidos en el mundo solo una docena son explotadas comercialmente y pertenecen a los géneros Penaeus Fabricius, 1798 o Litopenaeus Perèz-Farfante 1969 (Pérez-Farfante, 1970; Hendrix, 1996). En tanto que Litopenaeus setiferus (Linnaeus, 1767) tiene una distribución desde la Isla Fire, New York, hasta estuarios en el Golfo de México, extremo oeste de Florida hasta Campeche y Yucatán (Pérez-Farfante, 1970), L. vannamei tiene un ámbito de distribución natural que abarca la costa americana del Pacífico, desde el Golfo de California hasta Tumbes, Perú. (Pérez-Farfante, 1970). Sin embargo, su introducción en la costa Atlántica de este continente se ha llevado a cabo desde Brasil hasta Estados Unidos, desarrollando de forma importante la industria camaronícola de muchos países americanos. Por este motivo, la especie ha sido introducida por algunos acuicultores en el Golfo de México, y se propone su cultivo extensivo e intensivo en más granjas camaroneras de la región. Tanto como resultado de las maniobras propias de las granjas camaronícolas, como por eventos naturales, como huracanes, ciclones e inundaciones, las poblaciones cultivadas de esta especie no-nativa de la costa Atlántica tienen el potencial para invadir los ecosistemas naturales de los camarones peneidos del Golfo de México (L. setiferus, Farfantepenaeus duorarum Burkenroad, 1939 y Farfantepenaeus aztecus (Ives, 1891)). De las especies de camarones peneidos del Golfo de México, L. setiferus es la especie con la que L. vannamei guarda mayor semejanza biológica y, se pueden considerar equivalentes en cuanto a los habitats que ocupan en ambas zonas costeras (Pérez-Farfante, 1970). Ambas son especies del género Litopenaeus, compartiendo características morfológicas y de su biología reproductiva, preferencias de hábitat y alimentación, así como algunos rasgos de las historias de vida (García y Le Reste, 1987). Si comparamos el ciclo vital, habitats y alimentación de diferentes especies de Peneidos, como las que se hallan en la costa atlántica de Estados Unidos y México (Farfantepenaeus duorarum, .F. aztecus) y en la costa pacífica de México (Penaeus (Litopenaeus) stylirostris 2 Stimpson, 1871, P. californiensis Halmes, 1900, (Hendrix, 1996)) podemos observar que comparten características. Dada la gran capacidad adaptativa de L. vannamei, individuos liberados accidentalmente podrían responder favorablemente ante las condiciones y presiones ambientales que le ofrecen los sistemas estuarinos del Golfo de México. Por otra parte, L. vannamei es una especie que crece dos veces más rápido que L. setiferus, y que tiene una eficiencia de asimilación del doble que la especie nativa bajo condiciones similares de cultivo (Rosas et al., 2001). Resultados de las investigaciones sobre las bases biológicas para el cultivo de L. setiferus han mostrado la dificultad para la cópula natural de esta especie en cautiverio; en tanto que muchas granjas que cultivan L. vannamei basan su sistema de reproducción en la cópula natural en los estanques de maduración. (Gabriela Gaxiola, com. pers.) La competencia ecológica se refiere a la interacción entre organismos por un recurso, como luz, alimento, nutrientes, agua y sustrato (Krebs, 1978; Nybakken, 1997; Odum, 19767). Entre los factores que modulan la competencia están las barreras geográficas, el comportamiento de los organismos, las interacciones con otros organismos (principalmente la interacción con los depredadores), y las respuestas a factores físico-químicos como la temperatura, salinidad, luz y el oxígeno disuelto (Krebs, 1978). La distribución y abundancia de las especies se ve afectada por estos factores, mediante el fenómeno de competencia. De los aspectos teóricos sobre el concepto de competencia más importantes se deriva el principio de exclusión competitiva (Gause, 1934). Este establece que bajo ciertas condiciones (Pielou, 1974), la competencia entre dos especies provoca que éstas no puedan coexistir en el mismo espacio y tiempo. Dicho principio es uno de los mecanismos de regulación biológica que explican teóricamente la separación de especies estrechamente relacionadas, o bien la reducción en la densidad poblacional donde las especies son capaces de coexistir (Krebs, 1978). En tanto que Elton en 1972 (en Krebs, 1978) definió el nicho ecológico como el lugar de un organismo en el ambiente biótico, en el cual se relaciona con su comida y sus depredadores, otras definiciones mas funcionales del nicho 3 ecológico se han usado para describir el papel de un animal en un ecosistema (Krebs, 1978). La noción de multidimensionalidad (Begon et al., 1986, 1990) del nicho permite explicar la presencia de especies cercanas como producto de la competencia, cuyo resultado es la modificación de alguna de las dimensiones del nicho de por lo menos una de ella. Considerando lo anterior, existe la posibilidad de que a lo largo de varias generaciones, poblaciones bien establecidas de L. vannamei compitan con L. setiferus por algunos recursos, y eventualmente consigan ya sea desplazar a L. setiferus de las áreas naturales donde normalmente habita, o bien reducir el tamaño de sus poblaciones. Esta hipótesis incluye la posibilidad de que ante un fenómeno de sustitución parcial también se desencadenen alteraciones en todo el ecosistema, pues se verían afectadas las innumerables interacciones que guarda L. setiferus con otras especies que cohabitan las zonas estuarinas del Golfo de México. Este tipo de efectos negativos han sido reportados para una gran variedad de fenómenos de bioinvasión por organismos acuáticos, (Occhipinti- Ambrogi y Savini, 2003; Occhipinti-Ambrogi y Galil, 2004). En tanto que este trabajo aporta conocimiento sobre el resultado de las interacciones potenciales entre L. setiferus y L. vannamei, no constituye una valoración exhaustiva sobre el posible impacto que causaría la liberación masiva de L. vannamei al ecosistema. Investigaciones encaminada a conocer la existencia de poblaciones de L. vannamei en aguas costeras del Golfo de México; la posibilidad de entrecruzamiento de las dos especies y la viabilidad de la progenie; y el potencial de expansión de enfermedades virales y bacterianas identificadas originalmente en L. vannamei, entre otras, son necesarias para valorar dicho impacto de manera realista. Solo con un conocimiento profundo sobre el impacto de esta especie potencialmente invasora, es que se podrán elaborar normas de bioseguridad adecuadas para evitar desastres ecológicos sin el menoscabo del desarrollo de una importante actividad económica en el país. 4 5 1. ANTECEDENTES 2.1 Litopenaeus setiferus y Litopenaeus vannamei Las dos especies que son el sujeto de estudio del presente trabajo comparten muchos rasgos biológicos, empezando porque ambas especies comparten la misma posición taxonómica (mismo género Litopenaeus). El ciclo de vida de estos camarones incluye etapas de desarrollo que se llevan a cabo en diferentes habitats. Las hembras de L. vannamei desovan en mar abierto de la zona del Océano Pacífico (desde el Golfo de California hasta Tumbes, Perú), mientras que las hembras de L. setiferusdesovan en el mar abierto del Océano Atlántico (desde Lousiana hasta el sur del Golfo de México). Ambas especies pueden desovar en lugares relativamente cercanos a las costas, o bien, a muchos kilómetros de la misma (Ruiz, 1993). En ambas especies los huevos fertilizados son dispersados mientras descienden al fondo, eclosionando aproximadamente 24 horas después del desove. La primera etapa larval del camarón es el nauplio, y atraviesa por cinco subestadíos; posteriormente pasa al estadío de protozoea, constituido por tres subestadíos; finalmente sufre una metamorfosis para pasar al estadío de mysis, que consiste en tres subestadíos (Neal et al., 1985; Ruiz, 1993). El paso por todas las etapas larvarias en condiciones naturales toma aproximadamente de dos a tres semanas (Bliss, 1990). Durante la etapa larval, los peneidos son arrastrados por las corrientes hacia la costa. Conforme se van acercando a las bocas de los estuarios, las larvas vuelven a sufrir una metamorfosis y pasan al estadío de postlarva, cambiando a una forma de vida esencialmente bentónica. Hacia el final del estadío de poslarva, los organismos se establecen en los estuarios, los cuales son considerados como zonas de crianza (Bliss, 1990; Per-Olav, 2005; Ruiz y López, 1975). De cuatro a ocho semanas después de haber llegado al estuario se convierten en juveniles (Bliss, 1990), etapa del ciclo de vida con una duración de dos a cuatro meses (Ruiz, 1993). Cuando los camarones han alcanzado el estado adulto 6 regresan a mar abierto para reproducirse, dando inicio al nuevo ciclo. (Bliss, 1990; Per-Olav, 2005). Los camarones peneidos se pueden clasificar en tropicales y de aguas templadas, L. setiferus y L. vannamei pertenecen a los que tienen requerimientos de temperaturas superiores a 20°C, c on crecimiento óptimo entre 26 y 32°C. Por lo general cada etapa del desa rrollo tiene un rango óptimo de temperatura y salinidad para su normal desarrollo; así, las larvas se desarrollan a temperaturas entre 25–30°C y salinida des entre 28‰ y 35 ‰, mientras que las postlarvas tienen una tolerancia más amplia a los cambios de estas variables. Por ejemplo, postlarvas de L. setiferus pueden tolerar amplias fluctuaciones de salinidad y temperatura, alcanzando temperaturas hasta de 30–35°C y salinidades de hasta 40‰ (García y Le Reste, 1987). Los factores externos como la salinidad, el movimiento de corrientes y mareas y la temperatura, son los que controlan y modifican el comportamiento de los camarones a lo largo de su ciclo de vida, e intervienen en los procesos ecológicos de los que forman parte (Arosamena, 1976). Arosamena (1976) establece que la salinidad, es el factor determinante en el control de los movimientos migratorios. La temperatura, más que modificar el comportamiento, modifica el grado de actividad del camarón, ya que a medida que la temperatura aumenta los movimientos se hacen más rápidos (Arosamena, 1976). La velocidad de corriente no tiene gran influencia en la movilidad, y se le reconoce como un factor que solo acentúa el comportamiento migratorio (Arosamena, 1976). Litopenaeus setiferus y L. vannamei son especies morfológicamente y biológicamente muy similares, y ocupan nichos ecológicos parecidos. Comparten una gran cantidad de características de su biología reproductiva, preferencias de hábitat y alimentación, así como algunos rasgos de las historias de vida (García y Le Reste, 1987). Una de las más sobresalientes es la relacionada con la biología reproductiva, ya que son camarones con télico abierto, que es una modificación en las hembras de los últimos 2 o 3 segmentos torácicos y que funciona para transmitir los espermatóforos y 7 después escudar el receptáculo seminal, les da una ventaja biológica reproductiva (Pérez-Farfante y Kensley, 1997). A pesar de estas similitudes, los trabajos de Rosas (1996, 1999, 2000, 2001) Sánchez (2001) han demostrado que bajo condiciones de cultivo, la asimilación de alimento es mucho mayor en L. vannamei, quien presenta una tasa metabólica mas baja que L. setiferus. Esto se refleja en que los primeros utilizan menos energía para el crecimiento, y tienen una tasa de crecimiento de 2 a 3 veces mayor que los segundos (en juveniles de 1 gr aproximadamente). Por su parte, bajo condiciones de cultivo, L. setiferus presenta una alta tasa de sobrevivencia (95-99%), tasas de producción acuícola atractivas (5258 kg/h; 13.5 g /animal), y rasgos que le permiten ser cultivada adecuadamente en densidades de hasta (40 orgs. /m2) (Sandifer, 1993). En condiciones naturales, Springer y Buills (1954) y Hildebrand (1954,1955) reportaron que L. setiferus se encuentra distribuidas abundantemente sobre sustratos lodosos del Golfo de México. Más adelante Giles y Zamora (1973) propusieron que los principales factores que afectan la distribución de juveniles de L. setiferus dentro de los habitats estuarinos son la disponibilidad de alimento, el tipo de sustrato y la cobertura vegetal. Sin embargo, con respecto a la cobertura vegetal, estudios experimentales han sugerido que L. setiferus muestra un patrón inconsistente de preferencia de microhábitat, y explican que en el campo se encuentre asociado a sustratos con y sin cobertura vegetal (Minello y Zimmerman, 1985, 1991; Mascaró et al,. 2006; Magallón-Gayón, 2005). Asimismo, se ha demostrado que L. setiferus no presenta diferencias en su conducta selectiva de sustrato entre el día y la noche (Mascaró et al. 2006; Magallón-Gayón, 2005), a pesar de haber sido reportado como un organismo de hábitos principalmente nocturnos (Minello y Zimmerman, 1985, 1991). Por su parte, los juveniles de L. vannamei se localizan en los sistemas lagunares caracterizados por presentar una rica proporción de detritus, pastos marinos y manglares (Tapia-García y Gutierrez, 1998), aunque también se han encontrado en microhabitats lodosos sin cobertura vegetal. A diferencia de L. setiferus, experimentos sobre selección de microhábitat mostraron que los juveniles de L. 8 vannamei si seleccionan activamente los sustratos con arena-lodo y vegetación artificial durante el día, pero no muestran preferencias durante la noche (Mascaró et al. 2006; Magallón- Gayón, 2005). En el estadío de poslarva, los peneidos se alimentan de zooplancton, mientras que cuando son juveniles son omnívoros (García y Le Reste, 1987), incluyendo en su dieta pequeños crustáceos, algas, plantas, etc. En otros estudios de contenido estomacal se han encontrado pequeños crustáceos, poliquetos, algas y detritus (Wikins, 1976). Las dietas naturales de los juveniles de L. setiferus y L. vannamei no han sido estudiadas específicamente, y por lo tanto no se conocen las diferencias y similitudes en particular. Sin embargo, dada la similitud morfológica de las estructuras de la alimentación, la de tamaño, y la similitud de tipos de organismos que se encuentran en las zonas de crianza de estas especies, se puede pensar que sus dietas serán relativamente similares. 2.2 Competencia La competencia es un término ecológico que se refiere a la interacción entre organismos por un recurso, como luz, comida, nutrientes, agua y espacio (Krebs, 1978; Nybakken, 1997; Odum, 1976). El termino competencia según Keddy (1989) puede definirse como los efectos negativos que tiene un organismo sobre otro, y puede resultar de una limitación en el recurso utilizado, o bien del control al acceso de dicho recurso que uno de los competidores ejerce sobre el otro. La competencia puede ser intraespecìfica (entre individuos de la misma especie) o interespecìfica (entre individuos de diferentes especies), y naturalmente se incrementa cuando la abundancia poblacional de por lo menos uno de los competidores aumenta. Este incremento en la competencia lleva a un incremento en el estrés sobrelos organismos, limitando aún más el crecimiento poblacional de una o ambas poblaciones (Nybakken, 1997). En la interacción competitiva, los competidores comparten el límite por el recurso, resultando en la inhibición de su crecimiento, desarrollo y reproducción. Esto hace que el número de individuos se vea limitado, y se 9 control de la abundancia de las poblaciones. En el caso de la competencia intraespecífica, el control ocurre a través de la alteración de la abundancia de distintos tipos de organismos de una misma especie (i.e. grupos de edad, sexos, etc.); en el caso de la competencia interespecífica, el control ocurre mediante la alteración de la abundancia de toda la población, ya que una especie puede tener mayores capacidades adaptativas que otra (Nybakken, 1997). En el caso de la competencia interespecífica, existe evidencia experimental y modelos matemáticos que sugieren que si una de las especies tiene una población con un número suficiente de individuos como para evitar que la otra especie crezca, se puede provocar una disminución de la población hasta la extinción de dicha población, o bien la exclusión de la misma del área donde normalmente habita (Nybakken, 1997) Por ello, se ha dicho que el fenómeno de competencia entre especies puede provocar: (a) el desplazamiento de la especie competitivamente inferior, o bien, (b) la coexistencia de ambas con alteraciones en su abundancia poblacional. El primer caso, también conocido como el principio de Gause (1934) o de “exclusión competitiva”, permite hacer las siguientes consideraciones: A) Según Gause (1934) “Como resultado de la competición dos especies ecológicamente similares rara vez cohabitan y coexisten. Una especie desplaza o elimina a la otra, de manera que toma posesión única sobre un recurso que está en cantidades limitadas, ya que tiene una ventaja competitiva sobre su competidor”. Dos especies con requerimientos (nichos) ecológicos idénticos no pueden cohabitar y coexistir en el mismo lugar y al mismo tiempo. B) Siendo la coexistencia una realidad extensa en el mundo animal, se puede concluir que la competencia casi nunca termina en desplazamiento competitivo de una especie por otra. O bien, la identidad absoluta de nichos ecológicos entre especies es poco común en la naturaleza. Al respecto, Pielou (1974) sugiere la existencia de un conjunto de condiciones que deben ser cumplidas para que tenga lugar la exclusión competitiva: 1. Una de las especies competidoras debe permanecer sin cambios genéticos por un 10 periodo de tiempo lo suficientemente grande para excluir a la otra especie; 2. No debe existir inmigración de individuos provenientes de otras áreas con diferentes condiciones; 3. Las condiciones ambientales deben permanecer constantes a lo largo del tiempo, siendo el recurso limitado de manera constante; 4. La competencia debe continuar por suficiente tiempo para, para lograr la exclusión de una de las especies. En ciertos lugares y por ciertos periodos de tiempo donde se verifique una convivencia mutua entre dos especies es posible que las especies desarrollen cambios en sus hábitos alimenticios, en su conducta, fisiológicos y hasta morfológicos, de tal manera que el principio de exclusión nunca se cumpla. Dada la multidimensionalidad del nicho ecológico (Begon et al., 1986, 1990) y la versatilidad de los individuos en el uso de los recursos, la coexistencia se torna no solo posible sino frecuente en la naturaleza (Palomares, et al. 1995; Carvajal et al., 2005). Existen algunas situaciones, en las que se ha encontrado que especies competidoras no poseen diferencias morfológicas, conductuales o fisiológicas apreciables, y aun así cohabitan y coexisten. Esto se explica por el efecto de depredadores, que mantienen a la especie dominante en niveles poblaciones reducidos ((Palomares, et al. 1995; Carvajal et al., 2005). De modo que competidores superiores pueden no eliminar competitivamente a sus competidores inferiores por mediación del efecto depredador. Por otra parte, una inmigración continua de la especie competitivamente inferior proveniente de áreas cercanas puede mantenerla indefinidamente sin ser nunca completamente eliminada (Palomares, et al. 1995; Carvajal et al., 2005). Por ejemplo, en el mar Mediterráneo/Negro se han registrado estragos ecológicos serios como resultado de la bioinvasiones del alga marina tropical Caulerpa, introducida en la parte norte del mar Mediterráneo, y que desestabilizó, pero no eliminó la existencia de Posidonia oceanica (especie endémica del mediterráneo) por las interacciones existentes (Occhipinti-Ambrogi y Savini, 2003). 11 2.3 El papel de la depredación. La interacción depredador-presa ha sido estudiada de manera extensiva en las últimas décadas (Crayford y Goss-Custard, 1990; Egglestone et al. 1990; Mansour y Lipcius, 1991) y la generación de conocimientos útiles y novedosos sobre el tema se ha convertido en un objetivo primordial de investigación en ecología marina. La depredación puede influir en las poblaciones de presas locales limitando su distribución, abundancia y estructura demográfica (Paine, 1976; Raffaelli y Milne, 1987; Virnstein, 1977). Asimismo, muchas características fisiológicas, morfológicas y poblacionales, incluyendo las historias de vida de las presas, son el resultado de las presiones ejercidas por la depredación (Seed y Brown 1978; Seed 1990). Numerosos estudios han resaltado la importancia de la depredación en la determinación de la dinámica de los ecosistemas lagunares-estuarinos (Jordan et al., 1996; Virnstein 1977). De haber una liberación masiva de L. vannamei en aguas del Golfo del México, es de primera importancia conocer cómo se verían modificadas las interacciones tróficas entre distintos componentes del sistema. A pesar del carácter omnívoro de la jaiba azul, Callinectes sapidus Rathbun 1896 (Clase Malacostraca, Orden Decápoda, Familia Portunidae), investigaciones previas han demostrado que es un importante depredador de camarón (Hsueh et al., 1992). La dieta natural de esta especie incluye grandes cantidades de poslarvas y juveniles de camarones peneidos (Rosas, 1989), con los que cohabita en los estuarios y lagunas costeras que son utilizados por ambos como zonas de crianza. En condiciones controladas de laboratorio, una jaiba de 30-50 mm de ancho de caparazón es capaz de consumir hasta 3.9 L. setiferus de 70-90 mm de largo total por día, mientras que una jaiba de 90-110 mm puede consumir hasta 5 camarones de la misma talla por día (Mascaró et al., 2003). Dada la flexibilidad de su dieta, y su gran voracidad, aunado al hecho que la jaiba azul es uno de los crustáceos bentónicos más abundantes en los ecosistemas costeros del Golfo de México (Ruiz, 1993; Williams y Egge, 1984), se puede considerar que la depredación de C. sapidus es uno de los factores determinantes en la dinámica poblacional, la estructura de edades, el 12 comportamiento, y la distribución de sus presas, incluido L. setiferus (Cote et al., 2001). En un estudio comparativo sobre la conducta selectiva de C. sapidus al alimentarse de tres tamaños de L. setiferus y L. vannamei (Mascaró et al., resultados no publicados) se encontró que los patrones conductuales exhibidos por las jaibas ante las dos especies de camarón eran similares. Los estímulos que recibieron las jaibas, y su forma de atacar a ambas especies de camarón fueron parecidos. Sin embargo, los autores reportaron que las tasas de consumo de los tres tamaños de L. setiferus fueron sustancialmente mayores que las de L. vannamei. Asimismo, el análisis estadístico de los resultados mostró que C. sapidus no seleccionó ningún tamaño de L. vannamei en particular, en tanto que seleccionaron L. setiferus de 70-90 mm de largo total. Algunas delas diferencias en las estrategias empleadas por los portunidos al alimentarse de distintos tipos de presas pueden ser explicadas con base en las características morfológicas de sus quelípedos (Hughes, 1990; Hughes y Seed, 1995) y por la distinta vulnerabilidad que presentan las presas con características anatómicas y fisiológicas diversas (Barbeau y Scheibling, 1994; Boulding, 1984). De acuerdo con Mascaró et al. (Resultados no publicados) sin embargo, estas diferencias no son lo suficientemente grandes al comparar las dos especies de camarones peneidos, lo que explica en gran medida la similitud en las estrategias de alimentación observadas con L. setiferus y L. vannamei. A partir de experimentos sobre selección de mirohábitat de L. setiferus y L. vannamei, Mascaro et al. (2006) mostraron que la presión de depredación ejercida por C. sapidus modificó la conducta de selección de ambas especies de camarón de la misma manera. Tanto L. setiferus como L. vannamei presentaron movimientos netos hacia el sustrato con únicamente arena-lodo durante las observaciones nocturnas, y en ningún caso, los camarones mostraron preferencia alguna por el sustrato de únicamente pasto artificial. Los autores sugirieron que la rafia simulando los pastos naturales no jugó un papel importante como estructura de refugio en la conducta de escape de estos camarones, y que los patrones conductuales involucrados en la escapatoria de 13 depredadores como la jaiba, seguramente están más relacionados con las características del sustrato que les permita enterrarse y con la habilidad persecutoria de las jaibas. Con respecto a esto último, en un estudio sobre diferencias entre las trayectorias de escape de L. setiferus y L. vannamei cuando son atacadas por una jaiba del género Callinectes, González et al. (2006), concluyeron que las jaibas atacaban a ambas especies desde el mismo ángulo y utilizando los dos quelípedos con la misma frecuencia. Por su parte, los ángulos de escape, los tiempos de escape y las distancias de primera reacción de ambas especies ante los ataques de las jaibas fueron estadísticamente indistinguibles (González et al. resultados no publicados). La única diferencia que los autores reportaron radicó en que L. vannamei presentó velocidades de escape significativamente mayores que las de L. setiferus. Dado que el mecanismo de huída estudiado (llamado también “tail flip”) requiere instantáneamente de gran cantidad de energía para la contracción abdominal, los autores sugieren que la diferencia en velocidad observada está relacionada con diferencias metabólicas para hacer disponible la energía necesaria para dicha contracción. Las similitudes taxonómicas, morfológicas y reproductivas, así como las conductuales y del uso de los recursos (dieta, hábitats estuarinos, sustratos, etc.) y de ciclo de vida entre L. setiferus y L. vannamei, permiten suponer que existe un cierto grado de traslape de los nichos ecológicos de ambas especies. 2.4 Mesocosmos Los mecanismos de regulación natural de la abundancia de las poblaciones ha sido un tópico controversial dentro de la ecología reciente del siglo XX. Howard y Fiske (1911) propusieron dos tipos de “agentes” o “factores” que son responsables de controlar la abundancia de las poblaciones, mismos que posteriormente Smith (1935) denominó factores denso-dependientes y denso- independientes. Algunas poblaciones tienden a auto limitarse debido a que la proporción de ciertos individuos disminuye a medida que la densidad aumenta. Tales poblaciones tienden a nivelarse en densidades menores a las de la 14 saturación y su abundancia poblacional puede decirse que es inversamente dependiente de la densidad. Otras poblaciones no son autolimitadas, sino que tienden a crecer en orden geométrico, a menos que sean frenadas por otras fuerzas externas a la población. Estas pueden excederse en sus fuentes de energía y en sus hábitats originales, y se les denomina independientes de la densidad (Odum, 1963). Así, la teoría ecológica (Krebs, 1978; Liss y Warren, 1998; Odum, 1963) ha desarrollado una serie de ideas acerca de cómo la abundancia en las poblaciones es determinada tanto por estos factores, como por las interacciones entre organismos y su medio. Encargada de explicar los patrones de variación en la abundancia de las poblaciones naturales, la ecología ha utilizado diversas metodologías. Las primeras fueron aquellas dirigidas a identificar los patrones de variación espacio-temporal de la abundancia de los organismos en áreas de distribución previamente delimitadas. Estos estudios de campo lograron descripciones representativas de la variabilidad observada, pero dada la complejidad de los factores causales y sus intrincadas relaciones, dicha variabilidad terminaba por ser explicada sólo parcialmente. Posteriormente, el desarrollo de la ecología experimental permitió la posibilidad de corroborar hipótesis sobre la causalidad de algunos factores determinantes de la abundancia poblacional que ya habían sido identificados. Así, por ejemplo, los efectos de la depredación han sido estudiados en diversas escalas y con diseños experimentales que van desde los estudios de gran escala en el campo, hasta sistemas controlados de laboratorio de pequeña escala (Ebling et al., 1964). Estos últimos se han definido como estudios donde se construye un “pequeño mundo”, usualmente artificial, cuya característica principal es que no se asemeja al ambiente natural mucho mas complejo en el que habitan los organismos (William et al., 1998). Esto ha resultado, en fuertes críticas por abusar de extrapolaciones de los resultados de laboratorio hacia las observaciones generales de los fenómenos en el campo (Chapman, 1961; Kneib, 1995; Lawton y Zimmer-Faust, 1992; Odum, 1984; Underwood, 1997; Williams y Egge, 1998). Una forma de estudiar interacciones poblacionales es a través de la construcción de ecosistemas controlados de tamaño intermedio o 15 mesocosmos, en los que se trata de mantener el mayor número de factores del ambiente natural a través de la aplicación de diseños experimentales con unidades de dimensiones grandes (estanques) organismos (William et al., 1998). Estos diseños de mesocosmos tienen la bondad de permitir corroborar algunas de las causas de las variaciones de abundancia poblacional, sin excluir el papel de la mayoría de los factores del ambiente bajo estudio. Las interpretaciones de dichos diseños son particularmente poderosas, mientras vayan acompañadas de observaciones correspondientes en el campo (Odum, 1984; William et al., 1998). Este método de estudio de las comunidades acuáticas tiene la ventaja de que en un sistema relativamente pequeño es posible controlar las variables ecológicas de la interacción entre especies, tales como la competencia, la depredación ó el parasitismo (Per-Olav, 2005; William et al., 1998; Williams y Egge 1998). Bajo estas condiciones es también posible controlar los factores del medio que limitan o promueven el desempeño de los animales en el ecosistema, permitiendo establecer así la relación causal entre las interacciones ecológicas y el entorno ambiental que las rodea. Los experimentos del mesocosmos jugaron un papel importante en décadas pasadas ayudando a incrementar la comprensión del funcionamiento de diversos ecosistemas marinos. Muchos estudios usaron diseños de mesocosmos para examinar la respuesta del ecosistema ante diversos factores, como a la adición nutrimental y la limitación de la luz (Odum, 1984; William et al., 1998;). Los experimentos de mesocosmos han permitido establecer los posibles efectos de las perturbaciones del cultivo de peces sobre la calidad del ambiente estuarino litoral sin correr los riesgos que significaría realizar estos ensayos en condiciones naturales (Lehtinen etal., 1998). También los experimentos de mesocosmos han sido utilizados con el fin de conocer la relación entre los ciclos de nutrientes y el cultivo de organismos acuáticos, así como los problemas asociados con las comunidades del fitoplancton (William et al., 1998). Se ha demostrado ampliamente su utilidad para el estudio de ambientes planctónicos, por la similitud que demuestran éstos, con el océano, así como 16 para estudiar el impacto ambiental en ecosistemas marinos (Mathew, 2001; William et al. 1998). En realidad han existido pocos los trabajos publicados que demuestren el éxito de los experimentos del mesocosmos (Mathew, 2001), principalmente por que los resultados obtenidos se explican a partir de modelos muy complejos de difícil obtención. Dada la ausencia de control de muchos de los factores, frecuentemente no se obtiene una respuesta clara de las variables experimentales que se están manipulando (Mathew, 2001). Es, por tanto, imprescindible contar a priori con diseños experimentales que contengan todos los controles necesarios para evitar la confusión interpretativa, los niveles adecuados de replicación, y una reflexión profunda sobre las hipótesis a probar en cada caso. 17 3. Objetivos e Hipótesis 3.1.1 Objetivo general El objetivo general de este trabajo consistió en evaluar, por medio de experimentos de mesocosmos, el efecto de la presencia de una especie no nativa de camarón blanco del Pacífico, L. vannamei, sobre la tasa de crecimiento y la sobrevivencia de la especie nativa del camarón blanco del Golfo de México, L. setiferus. 3.1.2 Objetivos particulares a. Evaluar el efecto de la presencia de L. vannamei sobre la tasa de crecimiento y la sobreviviencia de L. setiferus. b. Evaluar el efecto de la presencia de L. vannamei sobre la tasa de crecimiento y la sobrevivencia de L. setiferus considerando la interacción depredador-presa entre C. sapidus y L. setiferus. c. Comparar las tasas de crecimiento de L. setiferus y L. vannamei bajo diferentes condiciones experimentales de mesocosmos. d. Identificar indicadores bioquímicos de la condición de estrés nutricional de los organismos, que se correspondan con las variaciones en las tasas de crecimiento y/o la sobrevivencia. 3.2 Hipótesis a. Dado que L. setiferus y L. vannamei son especies ecológicamente similares, se espera que la presencia de L. vannamei tenga un efecto negativo sobre la tasa de crecimiento y la sobrevivencia de L. setiferus, 18 tanto cuando se encuentra sólo, como cuando se considera la interacción depredador-presa entre C. sapidus y L. setiferus. b. Dado que bajo condiciones estrictamente controladas la tasa de crecimiento de L. vannamei es 2 o 3 veces mayor que en L. setiferus, se espera que bajo distintas condiciones experimentales de mesocosmos dichas proporciones de crecimiento se conserven. c. Si las diferencias en las tasa de crecimiento y sobrevivencia observadas son el resultado de una condición de estrés nutricional, entonces los indicadores bioquímicos de dicha condición se corresponderán con las diferencias en crecimiento y/o sobrevivencia. 19 4. MATERIAL Y MÉTODO 4.1 Construcción y habilitación de estanques de mesocosmos. Se construyeron 12 estanques experimentales circulares de 5 m de diámetro, 0.85 m de altura, y una capacidad de 18, 000 litros a partir de una pared de fibra de vidrio con una geomembrana recubriendo el interior (Figura 1). En todos ellos se colocaron 5 cm de sustrato arenoso, previamente lavado con agua de mar durante dos días, para crear condiciones similares a las condiciones estuarinas. Los estanques contaban con una estructura de PVC (1.5 in) en cruz y malla obscura de 75% (dejaba entrar 25 luxes), que sirvió para controlar tanto los cambios bruscos de temperatura durante las horas de luz, como el crecimiento de excesivo de algas. Asimismo, dicha estructura sirvió como soporte del sistema de aireación y para impedir la depredación por aves. Figura 1. Imagen de estanques experimentales de mesocosmos con estructuras de PVC y malla sombra para disminuir la incidencia de luz. El suministro permanente de agua y aire a los estanques se obtuvo mediante una bomba Magnum de 2 HP y un soplador Baldor de 1.5 HP, respectivamente. Todos los estanques, a su vez, estaban conectados al desagüe mediante un orificio central con un tubo de PVC (4 in) de 65 cm de altura colocado en el 20 interior de otro tubo (PVC 6 in) y 70 cm de altura, cuya función era la de mantener estable la altura de la columna de agua. El sistema de aireación (“air lift”) consistió en dos anillos concéntricos, uno de PVC (1 in) a lo largo del perímetro interno del estanque, conectado al suministro de aire; y un segundo anillo central de manguera de plástico de 40 cm de diámetro, conectado al sistema de desagüe en el centro del estanque. Todos los anillos contaban con 4 tubos de PVC (3 in) perpendiculares colocados en posiciones equidistantes entre si (Figura 2), sobre los cuales se colocaron codos de PVC (3 in) orientados en una misma dirección, los anillos perimetrales y en dirección opuesta, los centrales. Este sistema permitió que se generara una corriente circular unidireccional que abarcaba toda la columna de agua, y que concentraba la materia sólida suspendida en el área central del estanque (Figura 2). Al contar el desagüe con dos tubos y un pequeño espacio (2 in) entre ellos, se creó un efecto de sifón que permitió extraer permanentemente el agua excedente y la materia sólida suspendida concentrada en el centro del estanque. 21 Figura 2.Sistema de aireación (“air lift”) de los estanques experimentales en el que el aire corre a lo largo de dos anillos (uno perimetral y uno central) y sale por los tubos perpendiculares, generando una corriente de agua unidireccional que abarca toda la columna de agua. Las flechas indican el tránsito de aire dentro del sistema. Una vez que los estanques estaban construidos, en el caso del experimento preliminar se habilitaron con agua de mar, dejándolos durante 24 hrs antes de introducir los organismos experimentales. Para el experimento 1 los 4 estanques utilizados en el experimento preliminar se limpiaron, y se habilitaron otros 4 estanques, dejándolos durante 72 hrs antes de introducir los organismos experimentales. Finalmente, para el experimento 2, se limpiaron perfectamente los 8 estanques utilizados anteriormente y los 4 restantes se habilitaron, dejándolos con agua de mar durante 1 semana antes de introducir los organismos experimentales. Durante estos periodos de tiempo, en todos los estanques sin excepción crecieron macroalgas y una serie de organismos asociados a ellas. Estos no fueron identificados, cuantificados o descritos en ningún caso; pero, junto con las características y organismos del agua y del sustrato, conformaron las condiciones bióticas y abióticas variables del diseño de mesocosmos 4.2 Origen y mantenimiento de los organismos experimentales. Ejemplares vivos de L. vannamei fueron obtenidos de Industrias Pecis, S.A. de C.V y los L. setiferus fueron obtenidos en la salida realizada del 25 al 28 de octubre del 2005 en Laguna de Términos, Ciudad del Carmen, Campeche, a partir de arrastres con una red de prueba camaronera. Los camarones entre 7- 13 cm de largo total (LT: distancia máxima entre extremo del rostro y el del telson; (Tabla 1)) de ambas especies fueron seleccionados y transportados a la Unidad Multidisciplinaria de Docencia e Investigación en Sisal, Yucatán, en bolsas plásticas con oxígeno. Dichas bolsas fueron colocadas en hielo para mantenerlos a temperatura baja. Una vez en el laboratorio, camarones de cada especie se mantuvieron por separado en estanques de 18,000litros hasta que ser utilizados en los diferentes experimentos, el periodo de mantenimiento para L. setiferus fue entre dos semanas y dos meses y medio. Para el caso de L. 22 vannamei, los organismos utilizados se mantuvieron en un estanque de 18,000 litros con un mínimo de un mes y un máximo de cuatro meses. Durante el mantenimiento, los organismos L. setiferus y L. vannamei fueron alimentados con el 10% de la biomasa total de cada estanque, dividida en dos porciones diarias (8:00 y 18:00 hrs), con alimento de mantenimiento para camarón Malta Clayton 35% de proteína. Los estanques donde se encontraban los L. setiferus tuvieron el mismo sistema de aireación (“air lift”) y recambio (constante) de agua manejado en los sistemas experimentales. Se registró la salinidad, temperatura y concentración de oxígeno diariamente, manteniendo éstos parámetros en los valores promedio que se indican en las (Figuras 3, 8,14). Los estanques donde se encontraban los organismos L. vannamei tuvieron un sistema de aireación “air lift” similar al explicado con anterioridad, solo que contaron con 8 tubos periféricos. El recambio en este caso fue de 10% semanal, y se registraron los parámetros ambientales de temperatura, salinidad y oxígeno disuelto 2 veces al día (8:00 y 17:00 hrs). La salinidad, temperatura y concentración de oxígeno disuelto se mantuvieron en los valores promedio que se indican en las (Figuras 3, 8,14). Las jaibas C. sapidus fueron obtenidas de colectas realizadas en diversas zonas del estuario y zonas cercanas a la costa de Sisal, Yucatán. Los organismos fueron colectados por medio de la colocación de jaulas con carnada durante la tarde y levantadas en la madrugada del siguiente día. Una vez colectadas, las jaibas fueron mantenidas con un mínimo de 3 días y un máximo de 1.5 semanas, en tinas de 400 litros, alimentadas 1 vez al día con camarón refrigerado. Para el experimento preliminar se utilizaron individuos de 12 ± 2 cm y para el experimento 2 de 14 ± 3 cm de ancho de cefalotórax (distancia máxima entre las espinas distales del cefalotórax). 23 4.3 Diseño experimental Se realizaron un total de 3 experimentos con diferentes objetivos, tratamientos, réplicas, periodos de muestreo y duración (Tabla 1), aunque los procedimientos generales fueron similares en todos ellos. 24 Tabla 1. Objetivos y condiciones particulares en las que se desarrollaron los experimentos: preliminar, 1 y 2 del presente trabajo. Experimento Objetivos Tratamientos Replicas por (estanques) Periodo de muestreo Duración (días) Talla (cm) y peso (g) inicial de camarones (media ± de) Preliminar Definir la densidad de los organismos experimentales, la duración del experimento, periodos de muestreo, alimentación, etc. en los experimentos subsecuentes. I: Ls II: Ls + Cs 2 Mensual 28 * * Ls: 8.6 ± 7.1 cm; 9.6 ± 4.9 g Experimento 1 Evaluar el efecto de la presencia de Lv sobre la tasa de crecimiento y la sobreviviencia de Ls. I: Ls II: Ls + Lv 4 Quincenal (2ª y 3a semanas) 21 Ls: 11.3 ± 9.0 cm; 11.8 ± 4.6 g Lv: 10.0 ± 8.8 cm; 8.6 ± 4.5 g Experimento 2 Evaluar el efecto de la presencia de Lv sobre la tasa de crecimiento y la sobrevivencia de Ls considerando la interacción depredador-presa entre Cs y Ls. I: Ls II: Ls + Cs III: Ls + Lv IV: Ls + Lv +Cs 3 Quincenal 42 Ls: 12.1 ± 8.5 cm; 17.0 ± 4.2 g Lv: 9.7 ± 8 cm; 6.3 ± 3.5 g Símbolos: Ls: Litopenaeus setiferus , Lv: L itopenaeus vannamei, Cs: Callinectes sápidus. ** Se decidió adelantar el muestreo correspondiente a la 4ta semana por la entrada del huracán Wilma, 21 al 24 de octubre. Nota: Sólo durante el experimento 2 se utilizaron las estructuras de malla obscura en los estanques. 25 Al inicio de cada experimento, los camarones de ambas especies eran extraídos de los estanques de mantenimiento con una red de cuchara, medidos de Largo Total (LT cm) con una regla (± .5mm) y pesados en su Peso Húmedo (PH g) con una balanza granataria (±0.5g), y asignados, mediante un procedimiento estrictamente al azar, a cada uno de los tratamientos, réplicas y días de muestreo. Con la finalidad de identificar individualmente a cada camarón, se utilizaron marcas de elastómeros fluorescente (VIE) de tres colores (naranja, rosa y verde) implantadas en el lado izquierdo o derecho de alguno de los primeros 6 segmentos abdominales. Para ello se utilizó una jeringa hipodérmica de 3 ml con aguja de 21 G (calibre o grueso) x 32 mm. A partir de las diferentes combinaciones de color y posición de los elastómeros se consiguió un número suficiente de marcas individuales. Posteriormente, los camarones eran colocados en los estanques experimentales en un número total de individuos nunca > 20, con la finalidad de simular las condiciones de densidad de éstos en las zonas estuarinas, correspondiente a 5 camarones por metro cuadrado (Brusher et al., 1972; Gunter, 1950; Minello y Zimmerman, 1991). En aquellos casos en los que un tratamiento contemplaba la inclusión de C. sapidus, 2 (Experimento Preliminar) y 4 jaibas (Experimento 2) de 10 cm. ± 15 cm. de ancho de cefalotórax (distancia máxima entre las espinas distales del cefalotórax) fueron colocadas simultáneamente. Los muestreos consistieron en bajar el nivel del agua de cada estanque aproximadamente a 30 cm, y capturar los camarones con una red de cuchara. Para asegurar que todos los individuos eran capturados, se sumergía cuidadosamente la mano en el sustrato buscando aquéllos que estaban enterrados. Asimismo, en los tratamientos con jaibas, éstas fueron localizadas, aunque nunca extraídas durante los muestreos. Los camarones capturados eran colocados en una caja plástica con agua del mismo estanque, identificados, y su LT y PH registrado. Finalmente, los camarones eran colocados de nuevo en cada estanque, y el nivel del agua restablecido. 26 Se registraron la temperatura (±.05ºC), salinidad (± .5‰) y oxígeno disuelto (±.005 mg/ml) dos veces al día a lo largo de todos los experimentos: 7:00 y 18:00 hrs para los experimentos preliminar y 1, y 7:00 y 17:00 hrs para el experimento 2. En los casos en los que la salinidad superaba las 39 ‰, se introducía agua dulce en el recambio permanente de agua con la finalidad de que los organismos se mantuvieran en salinidades nunca por arriba de éste límite. Considerando que la biota que se desarrolló en el interior de los estanques constituía una fuente de alimento, se adicionó pellet comercial de mantenimiento para camarón (Mallta Clayton, con un porcentaje de 40% de proteína) a razón del 6% de la biomasa total de cada estanque en tres dosis iguales diarias (7:00, 14:30 y 21:00 hrs). Dado que la alimentación de los manuales de cultivo de camarón recomienda que éstos sean alimentados con el 10% total de la biomasa diaria (Darryl, 2001) y que no se conocen cifras sobre la cantidad total de alimento disponible para camarones en las zonas estuarinas (o éste es muy variable), se consideró disminuir el alimento pelletizado al 6% con la finalidad de reducir este recurso en los estanques, y promover las interacciones de competencia. Al finalizar cada experimento, se llevó a cabo el muestreo final, que consistía en capturar todos los camarones sobrevivientes en cada estanque, identificarlos, medirlos (LT) y pesarlos (PH), y transportarlos al laboratorio para llevar a cabo el análisis del indicador bioquímico de la condición de estrés nutricional (glucógeno del hepatopáncreas). Al finalizar el experimento 2, éste muestreo se hizo in situ, en el área de estanques. 4.4 Pruebas fisiológicas (glucógeno en hepatopáncreas) La identificación de los posibles indicadores bioquímicos
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