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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO
 
 
 
POSGRADO EN CIENCIAS 
 
BIOLOGICAS 
 
 
FACULTAD DE CIENCIAS 
 
 
 
 
TESIS 
Fundamentos para el manejo y aprovechamiento de los 
productos forestales no maderables: el caso de los frutales 
silvestres comestibles en el centro de Veracruz 
 
 
QUE PARA OBTENER EL GRADO ACADÉMICO DE 
 
MAESTRA EN CIENCIAS (ECOLOGÍA Y CIENCIAS AMBIENTALES) 
 
 
PRESENTA 
 
Mirna Ambrosio Montoya 
 
 
DIRECTOR DE TESIS: 
Maite Lascurain Rangel 
 
 
MÉXICO, D.F. Octubre 2009 
 
 
UNAM – Dirección General de Bibliotecas 
Tesis Digitales 
Restricciones de uso 
 
DERECHOS RESERVADOS © 
PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL 
 
Todo el material contenido en esta tesis esta protegido por la Ley Federal 
del Derecho de Autor (LFDA) de los Estados Unidos Mexicanos (México). 
El uso de imágenes, fragmentos de videos, y demás material que sea 
objeto de protección de los derechos de autor, será exclusivamente para 
fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo 
mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, 
reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el 
respectivo titular de los Derechos de Autor. 
 
 
 
AGRADECIMIENTOS 
 
 
 
A mis sinodales Dra. María Cervantes Gutiérrez, Dr. Rafael Lira Saade, M. en 
C. Maite Lascurain Rangel, Dra. Mariana Hernández Apolinar y Dr. Eleazar 
Carranza, por su valioso tiempo dedicado a la revisión, sugerencias y dirección 
del presente documento. 
 
A Maite Lascurain Rangel por aceptar ser directora de tesis, por el apoyo y 
confianza que me brindó en un momento difícil de mi vida... gracias por tu 
amistad. 
 
Especialmente quiero agradecer a la Dra. Virginia Cervantes y a la Dra. 
Mariana Hernández Apolinar, por haberme dedicado parte de su valioso tiempo 
en la revisión critica del manuscrito y por su contribución en la elaboración del 
presente documento. Sus valiosos comentarios y correcciones han sido de 
gran aprendizaje para mí. Agradezco infinitamente su amistad y estímulos para 
continuar en momentos en los que creí no poder terminar… 
 
Al Dr. Sergio Avendaño por su apoyo en la colecta e identificación del material 
botánico, así como al Biól. Carlos Duran por su ayuda en la determinación de 
ejemplares de herbario. 
 
A los Biól. Otilio Barrera, Paula Zamora, Maricarmen León, Ulises Domínguez y 
Gabina Quintas, quienes participaron en el trabajo de campo. 
 
A la Dra. Citlalli López por su revisión y sugerencias al manuscrito. 
 
Un agradecimiento especial al Dr. Jerzy Rzedowsky por haberme dado la 
oportunidad de participar en su equipo de trabajo en la Flora del Bajío y por 
todas las facilidades otorgadas para la culminación de una de mis metas. 
 
Al Instituto de Ecología, A.C., por haberme brindado la infraestructura y apoyo 
en el desarrollo de la investigación que dio lugar a la presente tesis. A la 
Comisión Nacional Forestal y al Consejo Nacional de Ciencia y Desarrollo por 
haber financiado el proyecto. 
 
A mis compañeros de trabajo del INECOL-Bajío por su amistad y apoyo, 
quienes colaboraron de alguna manera en la realización de esta tesis. 
Especialmente a Patricia Mayoral por la revisión y apoyo de edición del 
manuscrito. 
 
Agradezco los comentarios y sugerencias de mis amigos Yuridia Blanco, Luis 
Miguel Ormeño, Gabriela Gutiérrez, Oswaldo Terrero, Nora Delia López-Rivera, 
Consuelo López, Janet Nolasco, Noé Villegas, Rosa Elena Velázquez y todos 
los que de alguna manera estuvieron siempre echándome porras para que no 
me desanimara. 
 
A Laura Amador y familia por haberme brindado su casa en mis viajes al D.F. 
 
A mis amiguitos de Pátzcuaro que me soportaron estresada: Irene, Claudia, 
Israel, Flor, Ashley, Estrellita, Yuli, Mar y Adriana. 
 
Especialmente a mis padres Francisco Ambrosio y Margarita Montoya, quienes 
han sido mis pilares y me han apoyado en todas las decisiones tomadas. 
Gracias por haber hecho de mí lo que soy. A mi hermano Ulises por haberme 
apoyado económicamente en momentos difíciles. 
 
Y al más importante en mi vida, que me guía en el sendero y quien me da la 
oportunidad de vivir estas experiencias y ser parte del experimento… al 
DIVINO MAESTRO. 
 
 
 
Dedicatoria 
 
 
 
 
Con profundo amor y agradecimiento: 
 
A mis padres 
Francisco Ambrosio Soto 
y 
Margarita Montoya Carrillo 
 
A mi hermano Ulises y a su esposa Magaly 
 
A mis sobrinitos Ruth Marialy y Emilano 
 
A la memoria de mis abuelas quienes me 
heredaron el carácter 
 
Mirna Ambrosio Montoya 
octubre 2009 
RESUMEN 
SUMMARY 
 
I. INTRODUCCIÓN 
 
1. Presentación del estudio ............................................................................... 1 
2. Los Frutos Silvestres Comestibles, su importancia a nivel mundial 
 en los aspectos ambientales, nutricionales y socioeconómicos ................ 3 
 
a) La conexión entre medio ambiente y nutrición .................................. 4 
b) Aspecto social y económico .............................................................. 4 
c) Retos y posibilidades para aumentar la valoración de los frutos 
 silvestres comestibles .................................................................... 5 
 
3. Los Frutos Silvestres Comestibles en México ............................................... 6 
4. Los Frutos Silvestres Comestibles en Veracruz ............................................ 7 
5. Objetivos 
 
 General .................................................................................................. 9 
 Particulares ............................................................................................ 9 
 
II. MARCO TEÓRICO 
 
1. Los Recursos Naturales de México ............................................................. 10 
2. Clasificación de los bienes forestales: maderables y no maderables. 
 El caso de los Frutos Silvestres ...................................................... 13 
 
3. Uso tradicional de los frutos 
a) Generalidades ................................................................................. 19 
b) Conocimiento tradicional ................................................................. 21 
c) Manejo forestal indígena y domesticación ...................................... 23 
 
4. Utilidad de la Teoría de la Acción Colectiva con respecto al acceso a 
 los Frutos Silvestres Comestibles .......................................................... 26 
5. Aplicación del enfoque de los PFNM y en particular a los frutos ................ 28 
6. Ventajas y desventajas de la comercialización de los PFNM ..................... 29 
 
III. MÉTODOS 
 
1. Área de estudio ........................................................................................... 33 
2. Frutos Silvestres: análisis de campo y gabinete ......................................... 34 
 
IV. RESULTADOS Y PRODUCTOS 
 
1. Lista de especies silvestres con frutas comestibles 
 en la zona centro de Veracruz .................................................................. 35 
2. Catalogo de aprovechamiento y manejo local ............................................ 36 
3. Folleto sobre el “cachichin” Oecopetalum mexicanum ............................... 39 
 
V. DISCUSIÓN ........................................................................................ 40 
 
 
VI. CONCLUSIONES 
 
1. El valor de las Frutas Silvestres Comestibles como producto forestal no 
maderable .................................................................................................. 42 
2. Practicas de explotación .............................................................................. 43 
3. Comercialización y formas de consumo ...................................................... 45 
 
VII. BIBLIOGRAFÍA ................................................................................... 47 
 
VIII. ANEXOSI. Guión de entrevista .................................................................................... 59 
II. Lista de las 190 especies de Frutos Comestibles 
 del estado de Veracruz ........................................................................... 66 
III. Lista de 59 especies de Frutos Silvestres Comestibles 
 de la zona centro del estado de Veracruz ............................................. 73 
IV. Catálogo de Frutas Silvestres Comestibles del centro de Veracruz (versión 
digital). 
 
 
CUADROS Y FIGURAS 
 
 
Cuadro 1. Sistemas de producción/recolección de 10 especies de Frutos 
 Silvestres Comestibles del centro de Veracruz ............................. 37 
 
 
 
Figura 1. Modelo conceptual de clasificación de fases evolutivas en el manejo 
 forestal, biodiversidad y productividad ............................................ 25 
 
Figura 2. Localización de la zona de estudio ................................................. 33 
RESUMEN 
 
Las especies silvestres de frutos comestibles son aprovechadas por las 
poblaciones locales para complementar de manera importante su alimentación, en 
un patrón que presenta características similares en varias partes del mundo, 
generalmente son subutilizados y/o poco valoradas. 
 
Actualmente, los frutos comestibles silvestres presentan un campo de oportunidad 
para el desarrollo de opciones alimenticias para el futuro, así como para la 
conservación de la biodiversidad. En este contexto, se presenta una lista de 59 
especies de frutas silvestres comestibles del centro de Veracruz, diez de ellas 
están incluidas en un catálogo de aprovechamiento y manejo (prácticas de 
explotación, formas de organización, comercio y consumo). Ambos resultados 
están contenidos en un CD que acompaña esta tesis. Dicha información se obtuvo 
mediante visitas a parcelas, sitios de recolección, mercados locales y regionales, 
entrevistas con vendedores y recolectores. 
 
El material colectado fue herborizado y depositado en el Herbario XAL. El material 
vivo (plantas completas, semillas y estacas) fue donado al Jardín Botánico 
Francisco Javier Clavijero del Instituto de Ecología, A.C. 
 
SUMMARY 
 
The edible fruits of wild species are eaten by local populations complementing 
significantly their diets with them. This is a pattern that has been observed 
presenting similar characteristics in several parts of the world, where they are 
generally under utilized and/or rarely valued. At present, wild edible fruits 
represent an opportunity for developing eating alternatives for the future, as well 
as, for the conservation of biodiversity. In this regard, a list of 59 species of wild 
edible fruits from central Veracruz is presented. Ten of them are already 
included in the use and management catalog (management practices, 
organizational types, trade and consumption). Both results are in a CD included 
in this thesis. That information was obtained by visiting several crops, 
harvesting places, local and regional markets, interviews with buyers and 
harvesters. The collected material was herbalized and deposited at the XAL 
Herbarium. The live material (full plants, seeds and branches) was donated to 
the Botanical Garden Francisco Javier Clavijero of the Instituto de Ecología, 
A.C. 
 
I.- INTRODUCCIÓN 
 
1. Presentación del estudio 
 
En México el consumo de frutos silvestres ha sido de gran importancia entre las 
comunidades indígenas, ya que su recolección para el autoconsumo contribuye 
significativamente en la nutrición familiar al tratarse de un suplemento alimenticio 
importante. Así mismo, en estas comunidades la colecta y venta de este bien 
forestal no maderable, ha permitido la obtención de recursos monetarios que 
coadyuvan en su economía. 
 
Actualmente los beneficios de colecta de frutos silvestres son variados entre estas 
comunidades, debido a que varios de estos frutos: 1) no son valorados a nivel 
local y regional, resultando en un bajo consumo y 2) porque el acceso a estos 
bienes forestales es restringido, debido a que pocas familias rurales tienen 
derecho al uso de tierras en donde se distribuyen estas especies silvestres 
(Challenger, 1998). 
 
En este contexto, durante el periodo de 2003 a 2004 participé en la planeación, 
diseño y realización del proyecto denominado “Fundamentos para el manejo y 
aprovechamiento de los productos forestales no maderables: el caso de los 
frutales silvestres comestibles en el centro de Veracruz” con la clave de registro 
Conacyt-Conafor-2002-C01-6510. 903-37. Este proyecto fue coordinado por la M. 
en C. Maite Lascurain Rangel, investigadora asociada del Instituto de Ecología, 
A.C. 
 
El objetivo del proyecto fue identificar, desde la perspectiva de los “Productos 
Forestales No Maderables” (PFNM) aspectos relevantes de uso, manejo y 
aprovechamiento de los frutos silvestres comestibles en la zona centro del estado 
de Veracruz. 
 1
Para lograr esta meta fue necesario emplear técnicas utilizadas en estudios 
etnobotánicos para el levantamiento de datos en campo (Alexiades, 1996), así 
como entender los procesos de domesticación de especies y bosques (Wiersum 
1997 y Wiersum & Gómez González, 2000, De Foresta & Michón,1997; Belcher & 
Schreckenber, 2007), conceptos provenientes de estudios de manejo forestal 
indígena o comunitario y de la teoría de la acción colectiva (Ostrom, 2000; Bray & 
Merino, 2004) del marco referencial de los PFNM según la Food and Agriculture 
Organization (FAO) (Anónimo, 1995) y de los recursos comunes (Bray & Merino, 
2004). 
 
Estos conceptos se han adicionado a la presente tesis como parte del marco 
teórico, a fin de proporcionar al lector un punto de referencia. 
 
El proyecto sobre frutos silvestres comestibles culminó en varios productos, siendo 
el más importante el catálogo de aprovechamiento y manejo, que se presentó en 
un CD en el que se describen prácticas de aprovechamiento, formas de 
organización, comercio y consumo. 
 
En la elaboración del catálogo mi participación fue central, por lo que se presenta 
como parte de los resultados de esta tesis. Se elaboró un folleto sobre 
Oecopetalum mexicanum Greenm. & C.H. Thomps. (cachichín) con la finalidad de 
promover y enriquecer el conocimiento tradicional que la gente tiene sobre dicho 
recurso. 
 
Cabe señalar que, asociada a este proyecto se desarrollo una tesis de maestría 
del recurso forestal no maderable Oecopetalum mexicanum Greenm. & C.H. 
Thomps. (cachichín) en el municipio de Misantla (Quintas, 2008) y actualmente 
está en proceso la tesis doctoral de la maestra Lascurain en la Universidad de 
Córdoba, España, sobre este mismo tema. 
 
 2
Mi experiencia en el manejo de los productos forestales no maderables ha sido 
requerida en el desarrollo de ambas tesis. 
 
 
2. Los Frutos Silvestres Comestibles, su importancia a nivel mundial en los 
aspectos ambientales, nutricionales y socioeconómicos 
 
A nivel mundial más de 90% de la alimentación humana es de origen vegetal, se 
estima que existen entre 200 000 y 400 000 especies de angiospermas 
comestibles en el mundo, de las cuales solo 7 000 son utilizadas como alimento 
entre la población humana (Proches Serban et al., 2008). De este total 103 
especies son cultivadas; el resto son consideradas plantas sin domesticar y juegan 
un papel importante en la subsistencia de las culturas indígenas y de la población 
rural especialmente, de acuerdo con información de la FAO (Anónimo, 1996). 
 
Gran parte de la población rural en el mundo se alimenta de la combinación de 
derivados de especies cultivadas, de especies manejadas ─conocidas como 
toleradas o protegidas─ y de especies silvestres colectadas en su entorno. Bajo 
esta clasificación, antes del año 2000 era difícil definir el estatus de manejo de las 
especies comestibles (Van der Eynden & Cueva, 2008). Sin embargo, este criterio 
de tipificacióntomó gran relevancia a partir de la Conferencia de la FAO (Anónimo, 
2001), en la que se dio importancia a las especies silvestres como fuente primaria 
de alimento a diversos grupos humanos, particularmente los marginados. 
 
En 2005, la Food and Agriculture Organization y el Convenio sobre la Diversidad 
Biológica, ratificaron la importancia de las especies silvestres en la alimentación 
humana en el “Tratado Internacional sobre recursos fitogenéticos para la 
alimentación y la agricultura” (Anónimo, 2005). Este tratado actualmente es de 
vital importancia a nivel internacional, ya que brinda las herramientas necesarias 
para asegurar la disponibilidad constante de los recursos fitogenéticos que los 
países requerirán para alimentar a sus pueblos. Sin embargo, los esfuerzos en 
 3
México no son equiparables al plano internacional, pues no se ha dado el valor a 
las especies silvestres utilizadas en la alimentación en las comunidades locales, 
como se ve reflejado en la escasez de estudios (v.g. taxonómicos, ecológicos, 
biológicos, etnobotánicos) que involucren a estas especies. 
 
 
a) La conexión entre medio ambiente y nutrición 
 
La degradación del medio ambiente puede llevar a grandes problemas de salud 
relacionados con la nutrición. Por lo anterior las estrategias de conservación, 
basadas en la alimentación y el permitirle a las comunidades vulnerables 
adaptarse a los cambios ambientales y socioeconómicos, son claves para 
combatir el hambre y la mal nutrición. Perspectiva con la que se ha dado 
relevancia a los frutos silvestres comestibles según la FAO (Anónimo, 1996). 
 
El reconocimiento de que la pérdida de biodiversidad y otros cambios ambientales 
afectan la dieta y la salud, generalmente están restringidos a consideraciones 
generales de seguridad de los alimentos, sin prestar atención a la complejidad de 
las relaciones entre nutrición y salud. Es necesario dar mayor importancia al 
mantenimiento de la diversidad genética de especies con frutos comestibles 
dentro de las huertas y agroecosistemas locales, donde sean manejados de 
manera sostenible y puedan ser utilizados para mejorar indirectamente la nutrición 
humana al contribuir al sustento económico (Johns & Eyzaguirre, 2002). 
 
 
b) Aspecto social y económico 
 
El Grupo Consultivo para la Investigación Agrícola Internacional (CGIAR por sus 
siglas en inglés), propuso el uso de árboles frutales nativos para la reducción de la 
pobreza en el Oeste de África. A través de la diversificación de la agricultura y el 
 4
surgimiento de oportunidades para elevar la comercialización de los productos, en 
países como Burkina Faso, Mali y Senegal se ha incrementado la producción de 
frutales nativos debido a su contribución a la seguridad alimentaria y en el 
incremento de ingresos en las comunidades pobres (Nikiema et al., 2008). 
 
El International Plant Genetic Resources Institute (IPGRI) como parte del CGIAR 
(Consultive Group on International Agriculture Research), Biodiversity 
Internacional y con apoyo financiero del Fondo Internacional para el desarrollo 
Agrícola (IFAD), realizan un estudio global en el cual analizan la situación actual 
de algunas especies olvidadas y subutilizadas en el continente americano. Son 
países de interés para dicho proyecto Bolivia, Ecuador y Perú. 
 
En México los frutos silvestres comestibles han recibido poca atención, tanto en el 
aspecto nutricional, como en su importancia para la conservación de la 
biodiversidad, así como base de la seguridad alimentaria en las comunidades 
rurales del país. 
 
 
c) Retos y posibilidades para aumentar la valoración de los frutos 
silvestres comestibles 
 
Dada la importancia que tienen los frutos silvestres comestibles en los aspectos 
ambientales, de nutrición y socioeconómicos, son necesarias actividades 
multidisciplinarias a nivel local que combinen la investigación nutricional, la 
etnobotánica, el manejo de recursos y de ecosistemas, que al mismo tiempo 
incluyan actividades de cuidado de la salud., y que a través de modelos 
participativos otorguen el poder y la iniciativa a las personas directamente 
afectadas. 
 
 5
3. Los Frutos Silvestres Comestibles en México 
 
En 1961 se creo la Comisión Nacional de Fruticultura (CONAFRUT) con el 
carácter de organismo público descentralizado a cargo de la Secretaría de 
Agricultura y Ganadería (actualmente SAGARPA). En 1971, el gobierno 
reestructuró la CONAFRUT con el objeto de abordar la problemática frutícola 
nacional; a partir de entonces la investigación de la CONAFRUT se enfocó a las 
áreas de fitopatología, agro-industria, fisiología de precosecha, fisiología de 
postcosecha y análisis especiales; sin embargo, sólo seleccionaron especies 
criollas de aguacate, mamey, chicozapote, guayaba y granada roja, entre otras 
especies de frutales en su mayoría exóticas. 
 
En cuanto a especies nativas no se conocen bien los alcances y los logros que la 
CONAFRUT obtuvo. A raíz de su extinción como organismo gubernamental, el 
panorama ha sido desalentador respecto al estudio y difusión de las frutas 
silvestres comestibles. 
 
Es hasta el año 2000 que se publicó el libro titulado “El potencial genético frutícola 
de la República Mexicana” de Borys y Leszczyñska-Borys (2000), en este estudio 
se menciona que en nuestro país existen 620 especies que son cultivadas 
localmente en los huertos familiares y/o de recolección, 32 especies de frutas del 
“grupo indígena” que son comercialmente aprovechables, de las cuales 14 aún no 
figuran en la lista de estadísticas oficiales. Se mencionan los géneros Grusularia, 
Ribes, Carya, Juglans, Crataegus, Prunus, Rubus, Vaccinium y Vitis como 
poseedoras de un potencial comercial. 
 
A pesar de la riqueza florística y cultural de México, el estudio de las especies de 
frutas comestibles silvestres ha tenido escaso desarrollo desde el punto de vista 
de la producción/recolección, consumo y comercio. 
 6
En México, los estudios etnobotánicos, los agroecológicos, los orientados a la 
domesticación o los dedicados a los productos forestales no maderables, y las 
frutas silvestres comestibles en particular, son tratados de manera colateral o bien 
obedecen a propósitos más amplios de investigación. Por ejemplo González 
(1981) realizó aportaciones sobre especies comestibles para ciertos municipios del 
estado de Nuevo León, en donde incluye algunas especies cuyos frutos son 
comestibles. 
 
Recientemente se han publicado algunos estudios, como el de Avendaño et al., 
(2001) dirigido a documentar la domesticación y el manejo del “capulín” (Prunus 
serotina subsp. capulli (Cav.) McVaugh); y el de Salinas et al. (2001), el cual se 
refiere a los frutos comestibles de dos comunidades mayas en el estado de 
Yucatán. 
 
En cuanto al establecimiento de bancos de germoplasma de especies de frutales, 
éstos son todavía incipientes, a excepción de las acciones que ha llevado a cabo 
la Universidad Autónoma de Chapingo (Chapingo, Estado de México), y la 
Fundación Salvador Sánchez Colín “CICTAMEX” (Centro de Investigaciones 
Científicas y Tecnológicas del Aguacate en el Estado de México) (Coatepec 
Harinas, Estado de México), que se han enfocado a especies con valor comercial, 
en particular de los géneros Crataegus, Persea, Beilschmiedia y Annona. 
 
 
4. Los Frutos Silvestres Comestibles en Veracruz 
 
El estado de Veracruz se encuentra entre los tres estados de la República 
Mexicana con mayor transformación ecológica, pues ha perdido 91.2% de la 
vegetación primaria. Tiene una tasa de deforestación entre las dos más altas del 
país (2.7% anual, o sea 40 936 ha/año); entre 1993 y 2000 perdió 18.7% (286 547 
ha) de sus bosques y selvas (Challenger, 2003) 
 
 7
A pesar de este escenario, Veracruz es uno de los estados mejor conocidos 
biológicamente y es uno de los tres estados con mayor biodiversidad, climas, 
rangos altitudinales y especiesendémicas; tan sólo su flora se estima en 8 000 
especies (Flores & Gerez, 1988). 
 
Las actividades agropecuarias en el Estado son muy variadas. Domina el cultivo 
del maíz, la caña de azúcar y los frutales como naranja, limón, papaya y plátano; 
además del cultivo de café en las zonas montañosas. Una proporción importante 
de la actividad económica de la zona centro de Veracruz lo constituye la ganadería 
lechera y cárnica, por lo que los pastizales introducidos para forraje son de amplia 
distribución. 
 
La zona de estudio definida para el presente trabajo corresponde a una porción 
geográfica del centro del estado de Veracruz (Fig. 2). Esta región ha 
experimentado la influencia de dos culturas autóctonas importantes, establecidas 
en diferentes épocas prehispánicas: la cultura totonaca, que se estableció en la 
zona en 1 116 y que fundó varios núcleos o asentamientos, entre ellos el que se 
ubicaba en donde está la actual ciudad de Xalapa, capital del Estado de Veracruz; 
y la nahua que se comenzó a manifestar en la región hacia al año de 1 457. 
 
Fisiográficamente está bajo la influencia de dos macizos montañosos: el Cofre de 
Perote y el Pico de Orizaba. La zona de estudio comprende a la región de 
sotavento, por donde pasan los vientos alisios procedentes del Golfo de México y 
llegan a la región húmeda de barlovento, donde se localiza el Cofre de Perote y 
serranías aledañas. Las altitudes entre las que se llevaron a cabo los trabajos de 
reconocimiento y colecta oscilan entre los 0 y los 1 650 m s.n.m. Se registra una 
variedad de climas que van desde el templado húmedo hasta el cálido húmedo en 
las partes de la costa, pasando por una zona intermedia considerada cálido seca. 
 
 8
5. Objetivos 
 
General 
 
• Reconocer los fundamentos en el manejo y aprovechamiento de los frutos 
silvestres comestibles en el centro del estado de Veracruz. 
 
Particulares 
 
• Detectar las especies de frutos comestibles de origen silvestre, cultivado y 
semicultivado del centro de Veracruz. 
• Analizar los sistemas de producción y las variaciones asociadas en relación 
con el cultivo y/o la recolección. 
• Estudiar un número de especies seleccionadas a partir de criterios 
económicos, de consumo y de organización, para la recolección o cultivo. 
 
 9
II.- MARCO TEÓRICO 
 
1. Los Recursos Naturales de México 
 
El manejo y uso de los recursos naturales de México tiene su origen en la 
complejidad de su riqueza biológica y cultural. México se ubica entre los cinco 
primeros países llamados “megadiversos”, ya que albergan entre 60 y 70% de la 
diversidad biológica conocida del planeta. La diversidad conjunta de especies de 
México representa aproximadamente 12% del total mundial (Anónimo, 2006). 
 
Esta diversidad biológica de México está asociada a la diversidad cultural. En el 
país existen 68 grupos indígenas (Anónimo, 2008) cada uno con prácticas de 
manejo de recursos específicas a los ecosistemas que habitan. Por ejemplo, 
desde la esfera de la agricultura, esta relación la constituye la diversidad de 
prácticas productivas, con una agricultura de 10 000 años de antigüedad y una 
estimación de por lo menos 118 especies de plantas económicamente 
importantes, que fueron total o parcialmente domesticadas (Anónimo, 2006). 
 
El 15.4% de las especies que se consumen como alimento en el mundo tienen su 
origen en México. A pesar de esta gama de plantas, únicamente se cultivan: maíz 
y frijol, cuya producción apenas cubre 65 % del consumo nacional, y el resto se 
importa (Anónimo, 2006). 
 
Esto nos indica que la globalización y la concentración de poder de decisión para 
la producción agrícola, la transformación y la distribución de los alimentos, aunado 
a los modelos dominantes de monocultivo y uso de agroquímicos (causa de 
problemas de salud pública y deterioro a los ecosistemas), son ajenos a una 
agricultura ecológica y a las formas de vida campesina e indígena (Anónimo, 
2006), por lo que es necesario incluir en las estrategias de apoyo a la agricultura 
los conocimientos tradicionales para cada región del país. 
 
 10
El país cuenta con 70% del territorio cubierto de bosques, selvas y vegetación de 
zonas áridas, de éste aproximadamente 80% es de propiedad colectiva de ejidos y 
comunidades indígenas donde habitan entre 12 y 16 millones de personas, de las 
cuales, al menos cinco millones son indígenas (López et al., 2005). A pesar de 
esta riqueza natural, se sabe que 98% de los campesinos viven en condiciones de 
pobreza, con un ingreso promedio de dos dólares diarios (Anónimo, 2009). 
 
La superficie que ocupan los pueblos indígenas (24 millones de hectáreas, es 
decir, 12.4% del territorio nacional) tiene una cubierta de vegetación primaria y 
secundaria de 18 millones de hectáreas (75%); la superficie restante son áreas de 
pastizales (11.3%) y tierras de uso agrícola (11.9%) en donde se alberga parte de 
la agrobiodiversidad mesoamericana; cuerpos de agua y zonas urbanas (1.8%) 
(Anónimo, 2006). 
 
México alberga entre 5 000 y 7 000 especies útiles de las cuales depende un 
porcentaje importante de la población, principalmente la de menores recursos 
económicos, ya que a partir de dichas especies se obtienen cientos de productos 
no maderables como hojas, frutos, semillas, cortezas, gomas, ceras, fibras y 
colorantes, entre otros (García-Peña, 2001). Sin embargo, la sobreexplotación del 
mencionado patrimonio biológico ha traído como consecuencia el severo deterioro 
de los servicios ambientales, de los cuales depende el ser humano para su 
bienestar. 
 
Las frutas silvestres comestibles nativas, muchas de ellas llamadas “cimarronas”, 
“de campo” o “de monte”, se encuentran en masas forestales con diferentes 
grados de perturbación o en sistemas agroforestales, por lo que son consideradas 
productos forestales no maderables. En muchos casos estas especies son 
protegidas, promovidas y toleradas en terrenos de uso común o particular, por lo 
que el término silvestre se ha aplicado para diferenciar dichas especies de las 
estrictamente cultivadas y de las introducidas. 
 
 11
Las frutas silvestres comestibles como “Productos Forestales No Maderables” 
(PFNM), recientemente han tenido un papel relevante en el manejo de los 
ecosistemas, en virtud de su importancia ambiental y económica. La importancia 
económica de los frutos silvestres, radica en su valor como recursos alimenticios 
para el autoconsumo de las comunidades en áreas rurales y como recursos 
potenciales para el mercado (Sundriyal & Sundriyal, 2004; Melnyk, 1996; Shanley 
et al., 1998; Vásquez & Gentry, 1989). 
 
En diversos países las frutas silvestres comestibles son un complemento 
alimenticio importante en periodos de hambruna y en ocasiones, representan el 
único recurso disponible (Anónimo, 1996). Sin embargo, a pesar de constituir 
elementos básicos de la alimentación, generalmente quedan fuera de los estudios 
nutricionales debido a su difícil evaluación (Casas et al., 1987). 
 
En nuestro país, el consumo de frutas cobra una importancia mayor entre las 
comunidades indígenas, ya que la recolección de alimentos silvestres contribuye 
significativamente a la nutrición y a la identidad cultural alimentaria (Duhart, 2004). 
 
Challenger (1998), menciona que el consumo de frutas y verduras en nuestro país 
es muy bajo, y variable de una comunidad a otra; sobre todo en las comunidades 
rurales. Esto podría deberse a diversos factores, uno de ellos es que sólo 37% de 
las familias rurales son campesinas de tiempo completo y 36% de las unidades 
familiares rurales carecen de tierra, lo que reduce el acceso a las especies 
silvestres, en particular a las plantas arvenses como los quelites (Chenopodium 
sp.) y otras hierbas comestibles, lo que ocasiona una mayor dependencia de los 
alimentos comprados y con frecuencia procesados. Otro de los factores a los que 
puede deberse el abandonodel consumo de frutos silvestres es la transculturación 
que sufren las comunidades, al tener contacto con otros hábitos alimenticios que 
adquieren los emigrantes que vuelven después de ciertos periodos (Duhart, 2004). 
 12
Existen frutas silvestres cuya comercialización se da en las escalas local o 
regional, siendo una fuente de ingresos complementaria de la economía 
campesina. En otro nivel, algunas especies han tenido cierto éxito entre los 
nuevos consumidores urbanos que gustan de lo “exótico”, pero el abasto no 
siempre responde a la demanda de calidad/cantidad de dichos mercados que 
pueden ser nacionales o internacionales. De acuerdo con Ricker y Daly (1997) las 
frutas comestibles nativas son raramente distribuidas en los mercados, y cuando 
lo son, con frecuencia sólo se hace localmente. 
 
El potencial comercial de estos frutos depende de varios factores, siendo el más 
importante el tipo de especies considerada y las propiedades que se le atribuyan. 
 
La recolección casual o deliberada que realizan los campesinos, se basa en 
diversos tipos de acuerdos establecidos entre los propietarios de las tierras donde 
se distribuye el bien forestal (i.e. particulares o comunidades) y los colectores. Los 
acuerdos para la recolección pueden ser de tipo colectivo, familiar o de manera 
individual con los propietarios. Cabe señalar que cuando los espacios de 
extracción son un bien común, éstos suelen ser conservados por las comunidades 
que tienen acceso a ellos y en ocasiones se regula su aprovechamiento 
permanente. 
 
 
2. Clasificación de los Bienes Forestales: Maderables y No Maderables: El 
Caso de los Frutos Silvestres 
 
Los ecosistemas naturales juegan un papel crucial en la vida diaria y en el 
bienestar de las comunidades locales, como fuente importante de recursos para 
su subsistencia y para la obtención de ingresos. Algunos de los recursos que 
aporta la naturaleza son bienes de origen vegetal, los cuales se clasifican en dos 
 13
grandes categorías: a) los recursos forestales maderables y b) los recursos 
forestales no maderables. 
 
a) Los recursos forestales maderables se refiere a la corta de árboles para 
obtener de ellos madera en rollo, tablas o pulpa (Ley Forestal, 1997 y 
2003). 
 
b) Los recursos forestales no maderables (PFNM) se refiere a la extracción y 
aprovechamiento de la parte no leñosa de un ecosistema forestal (Ley 
Forestal, 2003). En esta categoría se incluyen los frutos, semillas, hojas, y 
otras partes vegetales que proveen al hombre de alimento, combustible, 
forraje, fertilizante, medicina, materiales para construcción, entre otros. 
(Anónimo, 1995). 
 
El enfoque de PFNM surgió hace menos de 20 años en el marco del desarrollo 
sostenible, con la finalidad de disminuir la pobreza y promover otras formas de 
calidad de vida y conservar los ecosistemas. Es un hecho que en general los 
PFNM son productos obtenidos directamente de áreas silvestres, los cuales son 
manejados y usados por las poblaciones rurales, particularmente indígenas y 
campesinos. Algunos de estos productos han sido de una gran trascendencia 
histórica desde hace cientos de años, como las surgidas durante el contacto entre 
culturas y las expediciones interoceánicas, muchas especies han sido altamente 
valuadas en ciertos periodos históricos como la quinina, la coca, el papiro, el 
barbasco, entre muchas otras. 
 
En la última década se han registrado múltiples estudios de los PFNM, surgidos 
desde los campos de la ecología y la llamada biología de la conservación, a través 
de la labor de forestales, ecólogos, responsables del desarrollo y grupos indígenas 
y campesinos. Estos esfuerzos tienen como objetivo fomentar el uso y en algunos 
casos la comercialización, como medio para mejorar el bienestar de las 
poblaciones humanas que las usan. 
 14
Según López (2003), hay tres periodos históricos que podemos identificar en 
relación a la aplicación del término de los PFNM. 
 
1. Al inicio de 1980 y principios de 1990, se publicaron estudios que mostraron 
el potencial de los PFNM en relación a otros recursos derivados del bosque 
y otros usos del suelo. Estos estudios se referían a productos derivados del 
extractivismo, lo cual propició un nuevo interés en los recursos forestales 
con un potencial comercial. 
 
2. Durante la primera mitad de 1990, en diversos estudios y reportes se 
analizó el potencial de recursos específicos o diversos en ciertas regiones 
del mundo. Durante este periodo surgieron las guías para evaluar el 
potencial de los PFNM y para favorecer su uso comercial, vertiente 
principalmente promovida por organizaciones internacionales de desarrollo 
rural y de conservación de bosques. 
 
3. Desde la mitad de 1990, y hasta la fecha, se continúan publicando guías 
sobre los PFNM y se realizan estudios de caso con mayor profundidad. Sin 
embargo, un cambio de punto de vista dio lugar a un cierto tono de duda y 
reserva, el cual contrasta con el exceso de expectación positiva, surgida 
una década anterior, cuando los PFNM fueron una novedad. 
 
Los estudios realizados con el enfoque de los PFNM han hecho una contribución 
destacada en los métodos para la evaluación de las tasas de aprovechamiento de 
un producto/recurso. Además, han sistematizado e incorporado las experiencias y 
conocimientos existentes sobre las modalidades de manejo tradicional forestal, 
sobre todo en los trópicos, y han logrado avances en la identificación de las fases 
de las cadenas de producción. 
 
Entre los estudios más importantes con este enfoque destacan las investigaciones 
que se llevaron a cabo en la Amazonia para comparar la producción de frutos y el 
 15
caucho (Peters et al., 1989), las plantas medicinales en Belice (Balick y 
Mendelsohn (1992)), y el ratán en Sumatra (Siebert y Belsky (1985)). Además, 
estos estudios fueron pioneros en hacer un análisis económico comparativo entre 
las actividades agropecuarias y la recolección y venta de los PFNM; sus 
resultados, en ese momento, destacaron la pertinencia económica de esta última 
actividad. 
 
Posteriormente, como apuntan Neumann y Hirsch (2000), se lanzaron señales de 
riesgo en el sentido de que en los trópicos, ricos en diversidad biológica y 
genética, también se tienen limitaciones en cuanto a la distribución de bosques y 
áreas protegidas manejadas. En efecto, en la década de 1990, las organizaciones 
internacionales, civiles y de gobierno dejaron ver que los ecosistemas son frágiles 
y las actividades de los PFNM deben integrar formas de desarrollo que promuevan 
los ingresos económicos y que conserven la biodiversidad. 
 
A pesar de la apabullante gama de estudios de productos no maderables que 
cada día se publican, existen vacíos teóricos en las evaluaciones integrales de los 
PFNM, tales como los cambios y adaptaciones que ocurren durante el proceso de 
mercantilización; las adaptaciones que la producción implica en la vida cultural y 
social de las localidades involucradas; los aspectos simbólicos y de los productos 
en sí mismos; cambios en el conocimiento de las tecnologías y las formas de 
producción (Neumann & Hirsch, 2000, López, 2003). 
 
Atendiendo estos temas, algunas líneas de trabajo que Neumann y Hirsch (2000) 
y López (2003) sugieren reforzar, son las encaminadas a incluir la dinámica 
poblacional de la especie y su relación con los ecosistemas forestales que las 
sustentan, tratando de entender la relación entre la extracción y el cambio a nivel 
de ecosistema. Este particular aspecto tiene la finalidad de mejorar la producción y 
los efectos en diferentes regímenes de cosecha comercial. Otro aspecto consiste 
en buscar alternativas en el contexto legal, específicamente sobre las políticas 
públicas, procesos de certificación y el manejo consuetudinario, lo cual requiere 
 16
entender la historia de ocupación, abandono y el uso de zonas forestales. Más 
recientemente, sehace énfasis en identificar instituciones tradicionales y sugerir 
nuevas formas con el propósito de impulsar el co-manejo del recurso entre 
comunidades o grupos organizados. 
 
En relación a las alternativas de co-manejo, se señala que cuando un recurso 
adquiere un nuevo valor mercantil, es necesario relacionar los aspectos de la 
comercialización de este recurso con la tenencia de la tierra, la conservación e 
incremento en la producción, aunado a los procesos de consenso social 
(Neumann & Hirsch, 2000., López, 2003). Es así que el impacto de la 
comercialización en términos de justicia social, pobreza, asistencia social y en 
general sobre la economía campesina, así como las transformaciones agrarias y la 
equidad de género, constituyen otra línea de estudio que proponen algunos 
estudiosos de los productos forestales no maderables. 
 
En la última década se han registrado múltiples trabajos acerca de los PFNM, 
surgidos desde los campos de la ecología, la forestería, la biología, la antropología 
y la economía, llevados a cabo por académicos, responsables de agencias de 
desarrollo, organizaciones civiles, de grupos indígenas y de campesinos. Estos 
esfuerzos tienen como objetivo fomentar el uso, y en algunos casos la 
comercialización, como medio para mejorar el bienestar de las poblaciones 
humanas que las usan. 
 
La incorporación espacio-temporal y consideraciones sociopolíticas, además de 
las ecológicas, permiten a las comunidades, investigadores y gerentes tener un 
panorama completo de los PFNM y como se insertan en complejos paisajes 
biofísicos, históricos y culturales que son relevantes para la sosteniblidad y el 
manejo (Velásquez-Runk et al., 2004). 
 
 17
Hay una tendencia reciente a estudiar no maderables más allá del enfoque de una 
sola especie, en una población en un año de investigación, y de una comunidad, 
considerando variables espaciales, temporales y sociopolíticas de cosecha, uso y 
manejo (Velásquez-Runk et al., 2004). Estos autores señalan que los estudios de 
no maderables deben considerar: 
 
○ Variables espaciales tales como distribución de múltiples PFNM 
○ Distribución diferencial de la especie a lo largo de diferentes tipos de suelo y/o 
 manejo 
○ Uso y manejo de la especie por usuarios del recurso en distintos lugares 
○ Variables temporales tales como el crecimiento y producción intra y/o interanual 
○ Historia del uso 
○ Cambio en el manejo del recurso y/o regulaciones legales 
 
Los estudios sobre PFNM, en el país, han utilizado métodos etnobotánicos para 
entender el uso, manejo y aprovechamiento de una especie. México es pionero y 
se mantiene vigoroso en investigación etnobotánica, basta consultar las 
cuantiosas publicaciones que reflejan diversas orientaciones y los grupos de 
trabajo consolidados en numerosas instituciones. 
 
Entre Algunos ejemplos están los estudios de especies comestibles como la chaya 
(Ross-Ibarra & Molina-Cruz, 2002), Merremia dissecta (Austin, 2007), la vainilla 
(Lubisnky et al., 2008), el cacao (Whitkus et al., 1998 y De la Cruz et al., 1995), y 
los hongos comestibles (Edouard, 2005). Algunos están vinculados a la 
alimentación, tal es el caso de los estudios sobre los quelites de Linares (1992), 
 18
los de especies comestibles diversas y su contenido nutricional de Ruiz-Carrera et 
al., (2004), y Oecopetalum mexicanum de Carballo (1996), entre otros. 
 
En relación a estudios sobre las especies de uso artesanal hay varios ejemplos, 
entre ellos, el uso de la madera de copal (Purata et al., 2005). Desde la 
antropología, el uso del papel amate (López, 2003). 
 
Bajo la perspectiva sociológica, el aprovechamiento del carrizo (Phragmites 
australis) en el occidente de México (Gerrtisen et al., 2009) y el análisis del 
sistema de producción orgánica del cacahuate en Jalisco (Figueroa Bautista et al., 
2005). 
 
En el campo de la ecología, la dinámica poblacional y la perturbación en Sabal 
yapa (Pulido et al., 2007), y Desmoncus orthacanthos y su potencial de extracción 
(Escalante et al., 2004). 
 
 
3. Uso Tradicional de los frutos 
 
a) Generalidades 
 
En el mundo existen innumerables especies de plantas útiles o potencialmente 
útiles, cuyo aprovechamiento y cultivo no ha sido emprendido aún; por ejemplo, en 
las selvas húmedas del cinturón intertropical, el número de plantas con frutos 
comestibles sobrepasa varios cientos; sin embargo, sólo unas cuantas han sido 
objeto de domesticación y cultivo comercial por los lugareños de dicha región y 
son menos aun las que se comercializan a nivel mundial. 
 19
 
En México crecen miles de especies potencialmente útiles, de los cuales tenemos 
poca o nula información respecto a su posible uso en programas de mejoramiento 
ambiental y como proveedores de diversos productos comestibles (Vázquez-
Yanes & Cervantes, 1993). Contrariamente, los lugareños recolectan frutos de 
especies silvestres para comidas y bebidas, costumbre que en algunas culturas de 
nuestro país tiende a desaparecer, a pesar de ser parte fundamental de la 
alimentación de las comunidades rurales y de ser considerados recursos de 
subsistencia. 
 
Desafortunadamente, en México la información existente en las estadísticas 
oficiales con respecto a los PFNM se encuentra poco sistematizada y especifica, 
esto impide hacer un análisis detallado sobre la producción y consumo de los 
frutos silvestres. Como ejemplo encontramos que en las estadísticas oficiales se 
reporta información sobre volúmenes de producción y valor del producto sólo para 
las siguientes categorías de PFNM: resinas, fibras, gomas, ceras, rizomas y tierra 
de monte. 
 
A pesar de la gran variedad de frutos silvestres comestibles que existen en 
nuestro país, éstos se incluyen de forma generaliza en la categoría de “otros 
productos” en la que se integran junto con muchos otros (Tapia-Tapia & Reyes-
Chilpa, 2008; Anta Fonseca et al., 2009). 
 
De acuerdo con un análisis realizado por Tapia-Tapia & Reyes-Chilpa (2008) 
sobre la producción de PFNM por entidad federativa para el año 2003 (año en el 
que se cuenta con la información estadística mas completa a nivel nacional), en el 
estado de Veracruz el 100% de su producción estuvo concentrada en la categoría 
de otros PFNM. Esta proporción representó 7.6% del total nacional dentro de la 
categoría de “otros productos”. En cuanto al valor de la producción a nivel nacional 
los mismos autores reportan que la categoría “otros productos” es la más 
importante en términos de valor económico y que en esta entidad se encuentra el 
 20
mayor valor de la producción de no maderables, equivalente a 53.23% de la 
producción nacional. 
 
El ejemplo anterior nos da idea de la necesidad de conocer qué productos se 
encuentran en la categoría “otros productos” y cuál es el aporte particular a la 
producción nacional. Esto daría la pauta para estimar la contribución actual y 
potencial de los frutos comestibles a la economía campesina. 
 
b) Conocimiento tradicional 
 
El conocimiento tradicional campesino es aquel que la gente ha acumulado 
durante generaciones en relación a la identificación, utilización y manejo de los 
recursos naturales, y que ha ido construyendo mediante la observación, la 
experimentación y la innovación (Kabuye, 1999). Este cúmulo de experiencias 
internalizadas, perpetuadas y expresadas en las prácticas de apropiación o 
socialización del entorno físico-biológico por los grupos humanos, están 
embebidas en creencias, ceremonias y rituales que a su vez están íntimamente 
relacionadas con la regulación, acceso y conservación de los recursos. 
 
Para estudiar estos sistemas complejos en el campo de la producción y manejo 
sostenible de un recurso, como el caso del presente proyecto, es necesario incluir 
procesos tanto naturales como sociales que conforman su estructura y determinan 
su funcionamiento productivo (Leff, 1994). 
 
En estesentido, el conocimiento campesino o indígena es uno de los procesos de 
reproducción y transformación ecológica, tecnológica, económica, social y cultural 
que opera en un espacio geográfico, junto con los componentes sociopolíticos 
nacionales e internacionales. 
 
Lo anterior coincide con Altieri (1987) cuando afirma que a medida que se realizan 
más investigaciones, varias prácticas, alguna vez consideradas primitivas o 
 21
equívocas, están siendo ahora reconocidas como sofisticadas y correctas ya que 
los pequeños agricultores de todo el mundo han desarrollado sistemas de manejo 
únicos. 
 
El manejo tradicional gestado por culturas campesinas o indígenas es capaz de 
resolver los problemas de manejo y aprovechamiento mediante reglas y 
regulaciones en los cambios económicos, sociales, políticos y culturales. 
 
Sevilla (2006) dice que los agricultores modernos forzados por el mercado, bajan 
sus costes reduciendo insumos externos, y adoptando con ello, comportamientos 
productivos propios del campesinado histórico; siendo considerados como 
campesinos que realizan un manejo, en gran medida, ecológico, al mantener sus 
tecnologías tradicionales aisladas de la dependencia del mercado y de la forma de 
consumir y producir de la moderna sociedad mayor. 
 
El conocimiento tradicional no es estático o anacrónico (Shanley & Rosa, 2004), 
sino que está constantemente cambiando. Sin embargo, estos cambios no 
siempre son positivos; Acosta (2003) nos dice que existe una pérdida o erosión de 
todo el conocimiento, codificado de múltiples formas y transmitido por la oralidad y 
la praxis. La sustitución del conocimiento tradicional por conocimientos y manejos 
descontextualistas e inespecíficos es un problema para los agroecosistemas y su 
sostenibilidad. 
 
En el ámbito de la investigación socioeconómica podemos distinguir cinco tipos de 
conocimientos campesinos (Kabuye, 1999) relacionados con el manejo de un 
recurso vegetal: 
 
 
 
 
a) Conocimiento indígena que las comunidades deciden con respecto a qué se 
consume, qué es útil, cuál es el recurso que proporciona ingresos y qué se 
puede comercializar. 
 22
b) Sistemas de manejo indígena sobre los usos, la cosecha, la distribución, las 
herramientas y técnicas, y el procesamiento y conservación. 
c) Conocimiento relacionado con la base del recurso en cuanto a los factores 
ecológicos: la distribución, la regeneración y la estacionalidad. 
d) Conocimiento acerca de los requerimientos de subsistencia de las personas en 
relación con el impacto de las fuerzas del mercado en su calidad de vida y 
posibles conflictos. 
e) Conocimiento de sistemas de valores sociales y división del trabajo en cuanto 
a género. Lo anterior origina los derechos y obligaciones que conforman el 
marco institucional tradicional. Es decir, el tipo de propiedad, de acceso y 
control, el reparto equitativo de beneficios por los ingresos generados y, en 
muchas ocasiones, la toma de decisiones para el manejo de empresas. 
 
 
Finalmente, el conocimiento tradicional campesino de los recursos naturales es un 
marco de conocimiento empírico que debe ser trasladado a cualquier estudio 
integral de un recurso forestal, ya sea maderable o no; y ponerlo en práctica en un 
proceso de participación social para implementar acciones como son los planes de 
manejo de los recursos forestales no maderables. 
 
Es importante conocer y utilizar el conocimiento tradicional empírico para 
documentar la información de los frutos silvestres comestibles, por ello este tema 
es una de las bases de este trabajo. 
 
 
c) Manejo Forestal Indígena y domesticación 
 
La gran mayoría de los PFNM se obtienen a partir de una mezcla de árboles, 
arbustos y herbáceas en los cuales la composición de las especies ha sido 
adaptada a las necesidades humanas, pero que conserva muchas de las 
 23
características estructurales y procesos ecológicos de un ecosistema natural 
(Wiersum & Gómez-González, 2000). 
 
Estos sistemas constituyen una gama de tipos de vegetación manejados y 
transformados, a través de un largo periodo de tiempo, que mantienen la 
vegetación nativa, conservada o reconstituida a través del manejo de las etapas 
sucesionales (Wiersum & Gómez-González, 2000 y Casas, et al., 1997). 
 
Para Bye (1993), la vegetación tropical secundaria creada por los humanos tiene 
un gran nicho de diversidad y funciona como factor selectivo, barrera ecológica 
indirecta y promueve la especiación, que representaría el inicio de los procesos de 
domesticación. 
 
De acuerdo a las características de estructura y composición de la vegetación, la 
intensidad de manejo y extracción forestal, así como la intensidad en el sistema de 
plantación con cultivos selectos, los bosques de donde se obtienen los PFNM 
ocupan una posición intermedia entre el bosque natural y las plantaciones 
comerciales (Wiersum & Gómez-González, 2000 y Toledo, 2004). 
 
En la Figura 1 podemos observar que mediante diferentes prácticas e intensidades 
se va conformando un continuum, el cual representa una evolución gradual que 
transita desde las actividades de protección, a las actividades de extracción de los 
productos de los bosques y hasta el cultivo de las especies; con efectos 
ecológicos arreglados en un gradiente de menor a mayor y con un gradiente 
inverso en cuanto a la inversión de energía humana por unidad de tierra 
aprovechada (Wiersum, 1997). 
 
 
 24
Biodiversidad 
Productividad
Fases evolutivas 
Mayor energía humana 
e insumos 
 Economía subsistencia Sedentarismo e incremento población 
Complejidad de reglas y regulaciones en 
los cambios económicos, sociales, 
políticos y culturales 
Cambios en los derechos de 
propiedad, acceso y tenencia 
de la tierra 
Comercialización 
Continuum 
Sistemas extractivos 
Plantaciones
Menor energía humana 
e insumos 
 
 
Figura 1. Modelo conceptual de clasificación de fases evolutivas en el manejo forestal, 
biodiversidad y productividad. Adaptado de Belcher et al., 2000 y Wiersum, 1997. 
 
 
 
Esta forma de utilizar los recursos forestales no maderables presenta diversas 
manifestaciones en el hábitat donde gradualmente se desarrollan a través del 
continuum y la comunidad social; es decir, el proceso de interacción o coevolución 
de la naturaleza y la sociedad, que en el tiempo y en el espacio refleja la 
adaptabilidad de las especies de las cuales dichos hábitats están compuestos 
(Toledo et al., 1989). 
 
Es posible observar que a medida que aumentan los insumos y energía humana 
se presentan cambios en distintas variables, por ejemplo en las reglas de acceso y 
tenencia de la tierra, en los derechos de propiedad del PFNM, en el incremento de 
la población. De acuerdo con Wiersum (1997) es posible que las tendencias y 
cambios institucionales, técnicos y ecológicos a través del tiempo interfieran en el 
continuum, por lo que este esquema propuesto no debe interpretarse como un 
modelo único y unidireccional. 
 
 
 25
La variedad de tipos de manejo de uso múltiple de los recursos del bosque, que se 
presentan en el continuum, es una combinación de prácticas de tipo “silvícola”, 
“agronómica” u “hortícola”, que llevan a cabo las comunidades locales, y 
generalmente forman un sistema integrador de uso local de la tierra, más que 
representar un sistema forestal especializado (Wiersum & Gómez-González, 
2000). 
 
Los sistemas forestales de uso múltiple pueden estudiarse más allá de un análisis 
ecosistémico y del concepto mismo de agroecosistema. El manejo también se 
relaciona específicamente con componentes del bosque, ya sea en la forma de 
árboles individuales o de parches forestales; esto es, a ecosistemas 
especialmente definidos. Por consiguiente, el manejo es caracterizado por 
relaciones “unidas” y “anidadas” (Wiersum & Gómez-González, 2000 y Paudel & 
Wiersum, 2002). Desde luego esto trae como consecuencia que el conocimientocampesino del mismo modo sea específico para cada especie utilizada. 
 
Todo lo anterior nos da idea de lo complejo que resulta el caracterizar el sistema 
de recolección y de prácticas de manejo de los frutos silvestres comestibles en 
diferentes condiciones ecológicas, en poblaciones naturales y asociados a 
diversos sistemas agrícolas como cafetales, milpas, etc. Esto destaca la 
necesidad de realizar estudios que detecten la complejidad de los sistemas de 
selección de variedades locales y de las prácticas específicas existentes. 
 
 
4. Utilidad de la Teoría de la Acción Colectiva con respecto al acceso a los 
frutos silvestres comestibles 
 
México cuenta con una gran riqueza de formas indígenas de manejo de propiedad 
comunal, cuyas experiencias han dado como resultado el manejo actual de los 
recursos (Bray & Merino, 2004). 
 
 26
Bray y Merino (2004), dicen que “muchas comunidades forestales mexicanas 
tienen una gran reserva de capital social relacional y tradicional”. Los sistemas 
bajo los cuales los recursos forestales no maderables son aprovechados, son la 
base para conocer las implicaciones a nivel de ecosistema y de las instituciones 
sociales que manejan el recurso en una región geográfica determinada. 
 
De acuerdo con Keaton y otros (2001) cuando se otorga mayor control sobre los 
bienes de subsistencia a los dueños del recurso, ese control puede llegar a ser un 
instrumento para el alivio de la pobreza. Los mismos autores sugieren que para 
que la acción colectiva persista, el recurso debe ser importante para la 
subsistencia de los habitantes del lugar, el costo debe ser bajo y los beneficios 
tangibles, ya que de esta manera los lideres locales respaldan la justicia social y 
los objetivos del manejo de los recursos, manifestándose en un ambiente de 
cohesión y confianza, donde las estructuras y valores apoyan la cooperación. 
 
Estas estructuras están compuestas por redes sociales y económicas muy 
complejas que definen diferentes tipos de apropiación y manejo del recurso de 
interés y que al mismo tiempo están influenciados por su disponibilidad y 
accesibilidad (Peluso, 1996) 
 
Una forma de sistematizar la complejidad del acceso a los recursos puede ser la 
teoría de la acción colectiva. Esta teoría define a los tipos de bienes como 
producto de las características de los recursos naturales, los cuales son resultado 
de las condiciones físicas y sociales donde se desarrollan. Las formas de 
aprovechamiento, la productividad, el valor, el tiempo de retiro, entre otros 
aspectos, son el reflejo de los regimenes generales de propiedad, los cuales se 
dividen en los recursos de uso común y los recursos de acceso libre. 
 
 27
En el primer caso, la apropiación es colectiva y los miembros “apropiadores de un 
recurso” son claramente definidos como grupo que establece derechos legales, 
incluso el de excluir a no miembros para usar el recurso. En el caso de los 
recursos de libre acceso, los miembros apropiadores de un recurso no siguen 
reglas definidas, ni tienen la capacidad para excluir a no miembros en la 
apropiación de los recursos. 
 
El derecho de propiedad es la autoridad que hace valer la responsabilidad de 
acciones particulares en un dominio específico, por ejemplo quién tiene acceso, 
qué tanto y quiénes lo pueden manejar (Ostrom, 2000). Los derechos más 
relevantes en el uso de los recursos comunes son el acceso, la extracción, el 
manejo, la exclusión y la alienación: derecho a vender o arrendar el manejo y 
derechos de exclusión (Hess & Ostrom, 2003). 
 
Esta teoría también sugiere que dichos tipos de apropiación pueden presentar 
impactos negativos sobre las distintas formas de propiedad o de acceso, a partir 
de que el recurso adquiere un valor económico (Ostrom, 2000). 
 
 
5. Aplicación del enfoque de los PFNM y en particular a los frutos 
 
En las últimas dos décadas los PFNM han suscitado un creciente interés en todo 
el mundo, ya que se reconoce cada vez más su importancia para la consecución 
de objetivos ambientales como la conservación de la diversidad biológica. Así 
mismo, se ha revalorado la diversidad biológica en el papel tan importante que 
juega para el alivio de la pobreza de las comunidades marginadas y dependientes 
de los PFNM, incluyendo la seguridad alimentaria, la salud, el bienestar y los 
ingresos económicos (Falconer, 1996). 
 28
Los Productos Forestales No Maderables (PFNM) son estudiados a través de 
enfoques pluriepistemológicos y metodológicos. Entre dichos enfoques están los 
que enfatizan la importancia del conocimiento tradicional campesino o indígena 
bajo la lógica histórica de la coevolución entre sociedad-naturaleza. También los 
enfoques que incluyen esquemas de las redes de identidades socioculturales para 
el abastecimiento de las necesidades básicas y cosmológicas mediante las 
unidades familiares, la comunidad rural y las sociedades locales, así como las que 
permiten el desarrollo de estrategias participativas y su evaluación. 
 
En este contexto se diseñó el presente estudio, considerando a los frutos 
comestibles, de origen silvestre, como un producto forestal no maderable, ya que 
dicha perspectiva permite integrar información ecológica, biológica, de 
organización social para el acceso a ellos y de comercialización. 
 
 
6. Ventajas y desventajas de la comercialización de los PFNM 
 
Los estudios ecológicos y económicos que se llevaron a cabo en la Amazonía 
para comparar la producción de frutos y caucho (Peters et al., 1989), las plantas 
medicinales en Belice (Balick y Mendelsohn, 1992), y el ratán en Sumatra (Siebert 
y Belsky, 1985), demostraron la relevancia económica de los PFNM comparados 
con la ganadería y la agricultura. En contraste Neumann y Hirsch (2000), indicaron 
señales de riesgo en el sentido de que los trópicos, ricos en diversidad biológica y 
genética, también tienen limitaciones en cuanto a la distribución de bosques y 
áreas protegidas manejadas. 
 
En efecto, en la década de 1990, las organizaciones internacionales, civiles y de 
gobierno dejaron ver que los ecosistemas son frágiles y las actividades de los 
PFNM deben integrar formas de desarrollo que promuevan los ingresos 
económicos y que conservan la biodiversidad. Sin embargo, estudios recientes 
 29
sugieren que la obtención de dichas “ganancias” es más complicada de lo que 
parece, ya que el éxito de la comercialización de un PFNM depende de muchos 
factores en distintas escalas sobre el éxito en la conservación de los bosques 
(Ruíz-Pérez & Byron, 1999; Tacón & Palma, 2006; Kusters, et al., 2006; Marshall, 
et al., 2006; Belcher, et al., 2000). 
 
Kusters y sus colegas (2006), seleccionaron 55 casos de comercialización de 
PFNM en África, Asia y América Latina, con el fin de analizar el balance entre el 
desarrollo económico y la conservación de los bosques de donde se extraen. 
Kusters et al., observaron que la tendencia general es que el desarrollo económico 
es alto cuando el manejo de los PFNM se dirige a la especialización, 
domesticación y cultivo, mientras que la conservación es alta cuando los PFNM 
son colectados en su forma silvestre. Concluyeron que el aprovechamiento de los 
PFNM puede mejorar los medios de vida en una comunidad sin que contribuya a 
la conservación del bosque. Debido a que a nivel local, la extracción de un recurso 
con una alta demanda comercial puede deteriorar las poblaciones silvestres. 
 
Marshall et al. (2006), realizaron otro estudio sobre comercialización en México y 
Bolivia, en este estudio los autores analizaron las experiencias en 18 casos. Se 
reportó que dichos productos son importantes para la subsistencia y medios de 
vida en las poblaciones rurales pobres, ya que la comercialización de los PFNM 
aportan entre 7 y 95% del ingreso anual del hogar y proporcionan una fuente de 
ingreso seguro cuando otras fuentes fallan. 
 
Los mismos autores analizaronlas cadenas productivas de los PFNM y la forma 
en que los productores, procesadores y comerciantes pobres incrementan una 
porción de sus ganancias. Marshall, et al. (2006) rompen así la creencia de que 
los intermediarios juegan un papel negativo, puesto que desempeñan un rol 
importante al facilitar el acceso de las comunidades al mercado y muchas veces 
brindan el apoyo financiero que los productores no obtendrían fácilmente por sí 
mismos. Por otra parte, señalan que es difícil asegurar el éxito de la 
 30
comercialización debido a que son muchos los factores que influyen en ello, como 
son las estructuras y el funcionamiento de las cadenas de valor, el contexto social 
y económico de la comunidad y aspectos del recurso natural. 
 
Además, alcanzar el balance entre el éxito comercial y la conservación es aun 
más complicado pues se ha visto que lo que podría ser benéfico para mejorar los 
medios de vida en una comunidad, podría llevar al agotamiento del recurso y por 
lo tanto no ser un éxito en la conservación del bosque. 
 
Basándose en los dos estudios citados anteriormente, Belcher y Schreckenberg 
(2007), analizaron los riesgos de promover la comercialización de los PFNM y 
advierten que la comercialización puede tener efectos negativos sobre los 
productores pobres que no tienen las condiciones para competir con las élites 
locales para aprovechar nuevas oportunidades que representan mayores ingresos. 
 
Se ha visto que las leyes creadas para la cosecha y la comercialización de los 
PFNM, no corresponden a las necesidades del sector, por lo que sugieren apoyo a 
través de las políticas nacionales, así como apoyo directo a las comunidades 
locales 
 
El éxito comercial en la incursión a mercados globales no es fácil de analizar y 
describir. Dichos mercados dependen de factores como la oferta y la demanda, 
fluctuaciones económicas y modas que conducen a los “booms” para ciertos 
productos y el fracaso para otros. 
 
Es por tanto, muy importante reconocer y darle mayor impulso a los mercados 
locales, ya que existe una mayor viabilidad y seguridad para la comercialización 
de los PFNM y no sólo pensar en el éxito potencial de los mercados globales. 
 
Shackleton, et al. (2007) demostraron las ventajas de los mercados locales en la 
comercialización de PFNM con importancia tradicional, contrarrestan la 
 31
vulnerabilidad a la que se enfrentan en los mercados de exportación. A partir de 
un análisis de estudios realizados por los autores en tres regiones: Amazonia, 
Camerún y Sudáfrica presentan argumentos para fortalecer el apoyo a los 
mercados locales. 
 
Una combinación de mercados locales fuertes y mercados de exportación 
permitirían la diversificación y la libre elección, ayudando a las poblaciones locales 
a minimizar los riesgos causados por la dependencia a un solo mercado 
(Shackleton, et al. 2007). 
 
En México se ha observado que las limitaciones para el desarrollo de las 
pequeñas empresas que comercializan PFNM son de tipo financiero, ya que no 
tienen acceso fácil a los créditos. 
 
Son necesarias propuestas para fortalecer y mejorar la comercialización local a 
través de reformas políticas que reduzcan las limitaciones. Es necesaria la 
integración de inventarios de PFNM a las estadísticas, así como la de su 
información sobre volúmenes y valores generados. Es importante resaltar el 
estatus de colectores/productores/extractores y reconocer el valor del 
conocimiento indígena, identificar y apoyar los vínculos culturales a los productos 
del bosque, promover los productos locales y facilitar financiamientos para el 
desarrollo de los mercados locales. 
 
 32
III.- MÉTODOS 
 
1. Área de Estudio: 
 
Se hizo una selección de 23 municipios de la zona centro de Veracruz, con la 
finalidad de incluir una amplia representación geográfica, climática y de 
vegetación. 
 
 
 
 
Fig. 2. Localización de la zona de estudio (tomado de INEGI). 
 
 33
 
Los municipios de Juchique de Ferrer, Yecuatla y Colipa, se localizan hacia la 
llamada región de Misantla. Los municipios de Puente Nacional, Veracruz y 
Alvarado pertenecen a la región de la costa. Finalmente, Huatusco, Ayahualulco, 
Las Vigas, Acajete, Tlalnehuayocan; Xico, Coatepec, Teocelo, Cosaultlan, Xalapa, 
Xilotepec, Naolinco, Alto Lucero, Actopan, Emiliano Zapata y Jalcomulco 
corresponden a la región centro, en conjunto las regiones descritas conforman lo 
que nosotros denominamos zona centro del Estado de Veracruz (Fig. 2). 
 
 
2. Frutos silvestres: análisis de campo y gabinete 
 
En una etapa inicial la investigación sobre los frutos silvestres comestibles se 
concentró en consultas de especialistas, de bases de datos, de herbarios y la 
revisión de una amplia bibliografía. Posteriormente, el proyecto se dirigió a la 
recopilación de datos mediante entrevistas abiertas, cuestionarios formales y 
recorridos de campo. En las poblaciones donde hay una tradición local en el 
consumo, venta y recolección de las frutas se entrevistó a recolectores, 
comerciantes en mercados de importancia local y regional, así como a propietarios 
de terrenos donde se extraen los frutos comestibles, (Alexiades, 1996; Martín, 
2001) (ANEXO I). 
 
Además, se hicieron visitas a parcelas o sitios de recolección. Igualmente, se 
recolectaron y prepararon ejemplares para herbario y se colectó material vivo, 
tales como plantas completas, semillas y frutos. 
 
Durante un año se hicieron recorridos en mercados de la región, ya fueran de tipo 
permanente o esporádico y de escala más pequeña. Entre los primeros se pueden 
citar a los establecidos en Xalapa, Coscomatepec, Coatepec, Puerto de Veracruz, 
Orizaba y Huatusco, como ejemplo de los segundos a los de Ayahualulco, 
Cosautlán, Misantla e Ixhuacán de los Reyes. 
 34
 
IV.- RESULTADOS Y PRODUCTOS 
 
1. Lista de especies silvestres con frutas comestibles en la zona centro de 
Veracruz 
 
Los resultados preliminares indicaron que para el estado de Veracruz, se han 
registrado 190 especies de frutas silvestres comestibles (ANEXO II). De este 
grupo base, se determinaron 59 especies como “aquellas distribuidas en la zona 
centro del Estado” y que pertenecen a los 23 municipios seleccionados para su 
estudio (ANEXO III). 
 
Las 59 especies distribuidas en la región centro de Veracruz se encuentran 
incluidas como un listado en el CD del catálogo (CD ANEXO). En este documento, 
para cada una de las especies se proporciona información ecológica, etnobotánica 
y sobre su biología general. Este es el caso de: 
 
a) Nombre científico y familia, que se obtuvieron a partir de la bibliografía, 
información de herbario y bases de datos. 
b) Nombres comunes, de otras partes del país y. principalmente del estado de 
Veracruz. 
c) Tipo de vegetación, en que se distribuyen de forma natural, de acuerdo con 
la Vegetación de México de Rzedowski (1981). 
d) Formas de consumo y forma biológica, información obtenida a partir de 
bibliografía, de las observaciones en campo y de la información obtenida de 
ejemplares de herbario. 
e) Fotografías, algunas especies se ilustraron con imágenes tomadas en 
campo. 
f) Municipios. Se incluye los nombres de los municipios de la zona centro de 
Veracruz. 
 35
Esta lista de 59 especies revela que las familias Leguminosea, Sapotaceae y 
Myrtaceae son las más representativas en cuanto a especies con frutos 
comestibles del centro de Veracruz. Los tipos de vegetación donde habita la 
mayoría de las especies son el bosque tropical perennifolio y el bosque tropical 
caducifolio. Los municipios de Misantla, Xalapa, Actopan y Emiliano Zapata, son 
los más diversos en cuanto a número de especies. Sin embargo, esto puede ser 
debido a que son regiones mejor conocidas desde el punto de vista botánico. 
 
 
2. Catálogo de aprovechamiento y manejo local 
 
Tomando como base el listado que contiene 59 especies de la zona centro deVeracruz se hizo una selección de 10 especies, para las cuales se elaboró un 
catálogo de aprovechamiento y manejo local que refleja su uso tradicional. Esta 
selección fue hecha tomando en cuenta los siguientes criterios: 
 
1) que tuviera un valor cultural actual, de consumo y mercantil para las 
comunidades; 2) una amplia distribución; 3) un amplio conocimiento del manejo 
tradicional de recolección o formas incipientes de cultivo y 4) una potencial 
importancia comercial en mercados más amplios. 
 
Cada especie citada en el catálogo contiene la siguiente información: Familia, 
nombre científico y nombres comunes, datos de distribución, tipo de vegetación y 
altitud. Una sencilla descripción diagnóstica que permite la identificación de la 
especie (para algunas especies se presenta información del contenido químico). 
 
Se incluyeron fotografías de usos, formas de preparación y recolección, comercio, 
morfología y hábitat. Además un mapa de distribución por especie y las 
referencias consultadas, así como el listado de los ejemplares examinados para 
cada especie. 
 
 36
En el Cuadro 1 se presenta una primera aproximación de la información para las 
diez especies en cuestión. Aquí se resume el variado mosaico de sistemas de 
producción/ recolección en torno al aprovechamiento de estas frutas silvestres 
comestibles, además de la complejidad de formas en que las comunidades se 
organizan para aprovecharlas. 
 
 
Cuadro 1. Sistemas de producción/recolección de diez especies de frutas silvestres 
comestibles del centro de Veracruz. Elaborado con base en los criterios de Wiersum, 
1997. 
 
 Unidad natural 
o transformada 
Prácticas 
de explotación. 
Organización para 
la recolección 
Formas de comercio 
y consumo 
 
1.- Acrocomia aculeata: localidades tipo: Atesca y Xoltepec, municipio Emiliano Zapata. 
 Fragmentos de 
bosque tropical 
caducifolio 
Casual Comunal y familiar Fresco. Mercados 
ambulantes de la ciudad 
de Xalapa y 
autoconsumo 
 
2.- Ardisia compressa: localidad tipo: Misantla, municipio Misantla. 
 Fragmentos de 
bosque tropical 
caducifolio, 
vegetación riparia y 
en huertos o solares 
Cultivo selectivo Comunal y familiar Fresco, atoles, gelatinas, 
paletas y helados, aguas 
frescas, licores. 
Mercados de la ciudad 
de Misantla y 
autoconsumo 
 
3.- Beilschmiedia anay: localidad tipo: Las Palomas, municipio Misantla. 
 Fragmentos de 
bosque tropical 
perennifolio 
Casual Comunal y familiar Fresco. Autoconsumo 
 
4.- Coccoloba uvifera: localidad tipo: Nanchal, municipio Alvarado. 
 Dunas costeras. 
Huertos o solares. 
Cercas vivas y 
potreros 
Utilización controlada Comunal y familiar Fresco. Autoconsumo. 
 37
Unidad natural 
o transformada 
Prácticas 
de explotación. 
Organización para 
la recolección 
Formas de comercio 
y consumo 
 
5.- Cordia dodecandra: localidad tipo: Mosquitero, municipio Alvarado. 
 Fragmentos de 
bosque tropical 
perenifolio. Potreros, 
cercas vivas 
Utilización controlada Mujeres Freso y en conserva. En 
las poblaciones 
aledañas, mercados y 
ambulantes 
 
6.- Eugenia capuli: localidad tipo: Xoltepec, municipio Emiliano Zapata. 
 Fragmentos bosque 
tropical caducifolio 
Casual Comunitario y familiar Fresco, atoles y licor. 
Mercado Xalapa. 
Autoconsumo 
 
7.- Hylocereus undatus: localidad tipo: Chicuasen, municipio Actopan. 
 Fragmentos bosque 
tropical caducifolio 
Casual Comunitario y familiar Fresco. Mercado de la 
ciudad de Xalapa. 
Autoconsumo 
 
8.- Oecopetalum mexicanum: localidad tipo: Pueblo Viejo, municipio Misantla. 
 Cafetales y 
fragmentos de 
bosque tropical 
perennifolio 
Cultivo selectivo Comunitario y familiar Tostado o hervido. 
Mercados en las 
ciudades de Misantla, 
Xalapa y Naolinco, entre 
otros 
 
9.- Persea schiedeana: localidad tipo: Teocelo, municipio Teocelo. 
 Cafetales y 
fragmentos de 
bosque tropical 
perennifolio. Solares 
Cultivo selectivo 
 
Familiar Fresco. Mercados 
locales y en la ciudad de 
Xalapa. Autoconsumo 
 
10.- Vitis tiliifolia: localidad tipo: Xoltepec, municipio Emiliano Zapata. 
 Fragmentos bosque 
mesófilo de montaña, 
bosque tropical 
perennifolio, 
caducifolio y bosque 
de galería 
Casual Comunitario y familiar Fresco, aguas frescas, 
licor, vino y vinagre. 
Mercado en la ciudad de 
Xalapa. Autoconsumo 
 
 38
 
3. Folleto sobre el “cachichín” Oecopetalum mexicanum 
 
El árbol Oecopetalum mexicanum conocido localmente como cachichín, está 
asociado de manera frecuente con los cafetales de sombra, los cuales son 
abundantes en la región de Misantla, Veracruz. Normalmente los dueños de los 
terrenos protegen a los cachichines porque dan sombra al café y son importantes 
para el consumo familiar, además de que se comercializan ampliamente. 
 
Este folleto busca contribuir a promover y enriquecer el conocimiento tradicional 
que la gente tiene sobre esta fruta. También es un medio para ofrecer testimonios 
sobre la rica memoria colectiva popular, que existe alrededor de este valioso y 
especial recurso para la cultura y la economía de la región. 
 39
 
V.- DISCUSION 
 
A partir de este estudio ponemos a discusión algunas reflexiones generales acerca 
de las consecuencias a largo plazo de objetivos de desarrollo y de conservación 
de especies de frutas silvestres comestibles. Nos interesó analizar cuestiones que 
son necesarias madurarlas y enriquecerlas para futuros estudios. 
 
Un tema es el relacionado con el cambio en los niveles de extracción en los 
bosques, debido a que son constantemente amenazados ante el cambio del uso 
del suelo y la carencia de estabilidad en la tenencia de la tierra que pudiera afectar 
la disponibilidad del recurso a largo plazo. Esto pone igualmente en alerta al 
hábitat que cobija la diversidad genética existente para las especies de frutas 
silvestres comestibles. Es posible que esto se vea reflejado en las distancias cada 
vez mayores que tienen que caminar los recolectores para acceder a los recursos. 
 
Si se lograra una intensificación mediante plantaciones de árboles de estas 
especies y además se le otorgara un nuevo valor monetario, pudiera representar 
un impacto negativo para “aquellos extractores sin tierra y cuya subsistencia, 
marginal de por si, depende del extractivismo” (Alexiades & Shanley, 2004), lo cual 
pondría en riesgo el acceso a un importante número de habitantes. 
 
El crear grupos organizados con habilidades de negocio y organización para 
comprar y procesar las frutas de otra manera, probablemente cambie la cadena de 
producción y surjan intermediarios que aumenten sus ganancias y acaparen el 
volumen de la producción. 
 
Las frutas silvestres comestibles, como otros PFNM, forman parte de una cadena 
de subsistencia en la que están “manejados, utilizados y comercializados en un 
contexto de la diversificación y la flexibilidad en un medio caracterizado por el 
 40
dinamismo en los procesos ecológicos y económicos y de una gran diversidad 
biológica” (Alexiades & Shanley, 2004), más los aspectos sociales, políticos y 
culturales. 
 
El fortalecimiento en las capacidades de una estructura organizativa del grupo, así 
como la gestión de recursos y estrategias de automantenimiento, son indicativas 
de un buen manejo del mercado y profesionalización del grupo. Esto ayuda a que 
la esfera de las relaciones sociales, políticas e institucionales, otorgue el 
reconocimiento del manejo sostenible por parte del grupo. 
 
Los derechos de propiedad definidos para las frutas silvestres comestibles, 
pueden explorarse a través de un plan de manejo participativo y con un monitoreo 
de las poblaciones que se vaya ajustando, sin que esto implique la marginalización 
de otros recolectores que por diversas causas “no pueden afrontar costos 
adicionales” (Alexiades & Shanley, 2004). Esto llevaría a hacer

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