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Por: Jesús Márquez Carrillo Desde el punto de vista polí- tico, los sesenta en México son de gran efervescencia en el ámbito regional. Varios caci- cazgos surgidos en y por el pro- ceso armado de 1910 empiezan a agotarse debido al auge de las luchas populares, ya que el gobierno de la República necesita destruir viejos cotos de poder para centralizar más aún sus decisiones políticas y su providencia económica1. En Puebla, el cacicazgo avilacamachista2 se sostiene a pesar del creciente descon- tento subterráneo, que abar- caba desde una fracción de la burguesía regional moderniza- dora hasta amplios sectores de las masas trabajadoras y otras capas marginadas, desemplea- dos, subempleados, etcétera. Con todo, la existencia de orga- Año 1 No. 19 H. Puebla de Z. a 8 de octubre de 1998 Mitin para anunciar el fin de la huelga. 6 de diciembre de 1968 El movimiento estudiantil de Puebla en 1968 nizaciones cívicas está ausente, y el espectro inconforme carece de cauces para su expresión. A su vez, a partir de 1958, la directriz del gobierno federal fue minarle fuerza a este caci- cazgo que, en la primera mitad de los cuarenta, asociado con el poder regional de Gonzalo N. Santos, pretendió crear una nueva entidad federativa: el Estado de las tres huastecas.3 De esta suerte, en 1959, Adolfo López Mateos comisionó al 1 A título de ejemplo, habría que señalar el movimiento navista en San Luis Potosí contra el cacicazgo de Gonzalo N. Santos; la lucha de los estudiantes en Guerrero por conquistar la autonomía universitaria y contra el cacique Leobardo Reynoso. Cfr. Tomas Calvillo, “Manuscrito hallado en San Luis”, en El Buscón, Letrofilia, año II, Vol.2. marzo-abril de 1984, pp. 105-162; Octaviano Santiago Dionicio, El Movimiento estudiantil guerrerense, Chilpancingo, Cuadernos de la FEUG. Serie Movimiento Estudiantil, 1981, p. 64. 2 Denomino cacicazgo avilacamachista a una forma de integración y articulación histórica totalizante de la realidad poblana que aparece constituyéndose en 1929 y perdura hasta 1973. Dicha forma se caracteriza por la íntima alianza entre un reducido grupo político, la burguesía regional y la Iglesia, en combinación con el férreo control corporativo de las organizaciones sociales en el partido de la revolución y un número importante de instituciones de la sociedad civil, tales como los medios informativos y la Universidad. 3 Todavía en 1950 un grupo de teziutecos propuso la creación de un nuevo estado que llevaría el nombre de Ávila o Zaragoza. Cfr. Francisco Arámburu Llaguno, “Historia de la ciudad de Teziutlán”, Revista Sierra Norte de Puebla, núm. 5, 31/VIII/1959, p. 2; entrevista Jesús Már- quez-doctor Rafael Campos, Teziutlán, 23/VI/1980; entrevista Jesús Márquez - doctor Manuel Lara y Parra, Puebla, 14/IV/1985. 2 Foto proporcionada por el Lic. Jorge Sánchez Zacarías Partido Popular de Vicente Lombardo Toledano para que le rindiera un informe, lo más amplio posible, acerca de los Ávila Camacho4. Por otro lado, desde 1958, los estudiantes liberales inicia- ron una lucha por transformar el contenido confesional de la enseñanza que se impartía en la UAP, pero sin obtener resulta- dos halagüeños5. Tres años más tarde, el creciente descontento de las capas medias (organiza- das en el efímero Comité Cívico de Acción Social)6, la lucha de los estudiantes liberales y pro- gresistas en las escuelas7 y una crisis interna de la masonería8, se conjugaron en el momento que la derecha radical tra- taba de influir nacionalmente para que el régimen de López Mateos (1958-1964) cambiara su actitud hacia la Revolución Cubana. Así, una marcha estu- diantil en la ciudad de Puebla contra la invasión yanqui a Bahía de Cochinos fue el pre- texto definitivo: la ofensiva en contra de “los agitadores comu- nistas incrustados en la Univer- sidad” se desató. Frente a esta campaña los estudiantes libera- les no tuvieron más camino que pronunciarse por el respecto irrestricto del Artículo Tercero Constitucional en la máxima casa de estudios y por la desa- parición del Consejo de Honor, una especie de junta que regía los destinos de la Universidad. El movimiento, sin embargo, trascendía los marcos universita- rios. Entre el 25 de abril y el 30 de agosto de 1961, el mosaico de fuer- zas interactuantes en el cuerpo social toma partido y se polariza. La Universidad se convierte en caja de resonancia de la sociedad y sus conflictos9. Esta situación genera una doble lucha: se trata de transformar el mayor centro de estudios estatal, pero también de definir las relaciones legítimas de éste con los actores y fuerzas socia- les circundantes y el Estado. Durante los sesenta, los uni- versitarios discutieron varias opciones y proyectos implícitos. Los militantes del Partido Comu- nista, activos desde 1952, aunque en minoría, estuvieron presentes. Después de 1968, tras el impacto del movimiento estudiantil, las fuerzas de izquierda —con el Partido Comunista a la cabeza— comenzaron a perfilarse como hegemónicas en la UAP. 4 Entrevista Jesús Márquez-doctor Rafael Campos, Teziutlán, 23/VI/1980. 5 Enrique Cabrera, Génesis política de la reforma universitaria, Ms.; “Y detrás de Puebla”, Política Vol. 2 núm. 26, 15/V/1961, p.8. 6 Consúltese al respecto el periódico La Opinión y El Sol de Puebla durante la primera quincena de abril de 1961. “El objetivo es agitar”, Tiempo, Vol. 39, núm.992, 8/V/1961 pp. 13-14. 7 Cfr. “Triunfo de los liberales”, Tiempo. Vol. 38, núm. 989, 17/IV/1961,pp.22-23. 8 A mediados de los cincuenta militaban también en la masonería poblana miembros de lo que sería el Frente Universitario Anticomunista (1954-1964). Entre finales de 1960 y principios de 1961 los liberales se impusieron en las logias, vislumbrando en la Universidad un campo propicio para dar la batalla. Cfr. Cuadro lógico de la Resp.. Log....Simb... Emancipadas de Puebla 27 número 60 jurisdiccionado de la muy Gran log... Valle de México, 1952-1953 Puebla, Pue. 9 Jesús Márquez, El Movimiento estudiantil de 1961, Ms. Tlatelolco 68 Tenemos Secretarios de Estado capaces de trasnformar la mierda en esencias aromáticas, diputados y senadores alquimistas, lideres ineflables, chulismos, un tropel de putos espirituales enarbolando nuestra bandera gallardemente. ... Aquí no ha pasado nada. Comienza nuestro reino. ... Las mujeres, de rosa, los hombres, de azul cielo, desfilan los mexicanos en la unidad gloriosa que construyen la patria de nuestros sueños. Jaime Sabines 3 Las fuerzas liberales y progresistas como resultado del fuerte movimiento popular— estudiantil de 1964, salieron fortalecidas10.Al mismo tiempo, la actitud de los gobiernos del estado y la federación hacia la Universidad fue reticente. El rector, doctor Manuel Lara y Parra, falto de sostén entre los grupos que lo habían apoyado en la concreción de las primeras refor- mas académicas, producto del movimiento estudiantil de 1961, renunció en septiembre de 1965 muy a pesar de su interés por influir en la vida cultural poblana desde la Universidad11. Este hecho hizo posible que el nuevo rector, doctor José F. Garibay Ávalos, ligado a las pre- tensiones oficiales de ejercer un dominio directo sobre la Universidad, adoptara un conjunto de medidas tendientes a reducir la influencia de los desarticulados grupos liberales, logrando el control del Directorio Estudiantil Poblano, una genuina organización formada al calor de la lucha popular estudiantil de 196412. En el Consejo Universitario, se eliminó a consejeros opositores y, por si fuera poco, fue- ron destituidos dos directores de escuela y varios maestros13. Debido al permanente hostigamiento, los gru- pos de izquierda en la segunda mitad de 1966 — Foto proporcionada por el Lic. Jorge Sánchez Zacarías encabezados por las juventudes comunistas— se organizaron en el Movimiento 13 de marzo, y la sección local de la Confederación de Estudiantes Democráticos (CNED) pasó a oponersea través de un Comité de Lucha Estudiantil, a la política de la rectoría. En respuesta, los seguidores de ésta, destruyeron las escuelas de Físico-matemá- ticas, Economía y la Preparatoria Benito Juárez. El enfrentamiento estudiantil fue a esas alturas, coti- diano. Por último, a mediados de 1967, renunció el rector14, pero ninguna de las fuerzas enfrenta- das pudo hacerse cargo de la dirección univer- sitaria. Por ello la salida que propuso el Consejo Universitario fue el gobierno de una Junta Admi- nistrativa, cuya virtud fuera su papel de equili- brio15. Una solución que permaneció hasta 1972. Entre 1967 y 1969 los estudiantes democráticos sostendrán una lucha activa, a veces cuerpo a cuerpo, en contra del pandillerismo. Desde luego, existían varias fuerzas sustentadas en el pandille- rismo, con vínculos en el gobierno y su aparato partidario16. Una de ellas mantuvo su fuerza de 10 Cfr. Nora Gatica Krug, “La revuelta popular de octubre de 1964 en Puebla” en Boletín de Investigación del Movimiento Obrero. ICUAP - CIHMO, núm. V, marzo de 1985, pp. 29-52. 11 Entrevista Jesús Márquez - doctor Manuel Lara y Parra, Puebla, 4/V/1985. 12 “Ficha Cero, Cero, Cero”, en 2010 Nueva Universidad, Nueva Bohemia Poblana, núm.000, marzo de 1986, p.8. 13 Cfr. Alfonso Vélez Pliego, “La sucesión rectoral, las lecciones de la historia y las tareas actuales del movimiento universitario democrático”, Crítica, revista de la UAP, Año I, núm. 1, oct-dic. 1978, pp.65-66. 14 Alfonso Vélez Pliego, Op. cit., p. 66-67. 15 ASGUAP, Actas del Consejo Universitario. Sesión del 27/VII/1967. 16 Cfr. “Culpan del zafarrancho al gobernador”, Excélsior, 12/VII/1968, pp. 1, 3. Divergencias estudiantiles 4 apoyo en la Escuela de Medicina y las escuelas pre- paratorias, sobre la base de un discurso liberal17. En junio de 1968 comenzó la lucha por el control del Directorio Estudiantil Poblano entre las fuer- zas democráticas contra las agrupadas en el Frente de Reforma Universitaria y los, como se ha dicho, grupos vinculados con el gobierno de ese tiempo . Estos últimos rechazaron por separado a los “agi- tadores al servicio de la CNED”, que pretendieron entregar la Universidad a personas extrañas18. Las elecciones convocadas para el 13 de julio, fueron suspendidas por la agresión que sufrie- ran las corrientes auto denominadas democrá- ticas a manos de los grupos oficiales. Dos días antes de los comicios, los estudian- tes democráticos se dirigían a la casa del oficial mayor de la UAP, para protestar por los atrope- llos que cometiera la planilla Trébol Círculo Azul en la Preparatoria Diurna, cuando desde la resi- dencia de dicho funcionario, un grupo dirigido por Ernesto Santillana respondió con tiros a los gritos y piedrazos. El resultado fué un muerto y nueve lesionados con armas de fuego. Enardeci- dos por la agresión sufrida, los democráticos sitia- ron la casa; la policía intervino para proteger a los moradores, ocultó las armas y se negó a informar sobre el paradero de los líderes19. Once catedráti- cos y miembros del Consejo Universitario mani- festaron que el único responsable del gansterismo estudiantil era el gobierno por proporcionar sub- sidios y prebendas a los miembros del Directorio y a los líderes estudiantiles de todas las facciones. Pidieron incluso que “desaparezca el Directorio porque en realidad ni representa a los estudiantes universitarios, ni sirve de algo positivo a la insti- tución, además de que se presta para que se ejerza un control extrauniversitario sobre los elementos, so pretexto de que con ello se logra manejar el estudiantado a voluntad”20. Asimismo, el Con- sejo Universitario en sesión extraordinaria (11/ VII/1968) acordó suspender en sus derechos uni- versitarios a los 61 detenidos por la policía como presuntos responsables de las agresiones; deman- dar del gobierno la aplicación estricta de la ley y suspender las elecciones del Directorio en espera de que las asambleas estudiantiles determinaran su futuro21. El Oficial Mayor de la UAP fue sus- pendido de su cargo el día de los hechos. Sin embargo, el conflicto persistió por más de un año, lapso en el que comenzaron a fortalecerse las posiciones de izquierda y a incidir en la idea de conformar un nuevo proyecto de Universidad22. Desde luego, esto no hubiera sido posible con la misma rapidez sin la explosiva situación regional y el impacto de Tlatelolco, fin de una larga lucha en los sesenta (Guerrero, 1960; Pue- bla, 1964; Morelia, 1966; Sonora, 1967; Tabasco, 1967) por el ejercicio pleno de la Constitución y las libertades políticas. 17 Arturo Santillana (1938) siendo estudiante de medicina fue campeón internacional de Oratoria (1959) por sus discursos “La crisis de los va- lores” y “La función de las universidades de la América Latina”, pronunciados en Jalapa y Guadalajara, respectivamente. Valiéndose entonces de su prestigio, entre 1959 y 1961, reunió a varios estudiantes para oponerse a la enseñanza clerical en la UAP. El grupo se mantuvo activo en los sesenta, aún cuando sus bases de apoyo para 1968 eran escasas. En 1970 persistía en Medicina. 18 De hecho, se referían a Joel Arriaga, Alfredo Romero Palma, Román Salazar, Jorge Fernández, Celso Peña y Julio Reyes Caballero, entre otros. Véase la prensa local del 26 de junio al 7 de julio. “Tildan a un grupo estudiantil de agitar a la Universidad”, El Heraldo de México en Puebla, 28/VI/1968, p. 1; 19 “Sangriento disturbio estudiantil en Puebla”, Excélsior 11/VII/1968, la 13ª; “Sentido sepelio del estudiante asesinado. Enérgica condena contra pistoleros”, La Opinión, 13/VII/1968, pp. 1, 5; “Culpan del zafarrancho al Gobernador”, Excélsior, 12/VII/1968, pp. 1,3. 20 “Castigarán a los que mataron al estudiante”, El Heraldo de México, 12/VII/1968, p. 1A, 9A; “El Consejo Universitario se avoca a los acontecimientos”, El Sol de Puebla, 12/VII/1968, pp. 1, 3; El Heraldo de México, 13/VII/1968, pp. 1A, 5A. 21 ASGUAP, Actas del Consejo Universitario. Sesión 11/VII/1968. 22 “Severa autocrítica”, La Voz de Puebla, 1/VIII/1969, p. 1. Diario Oficial Por decreto presidenciasl: el peublo no existe. El peublo es útil para habalr en banquetes: «Biendo por el pueblo de México» «Brindo por el pueblo de los Estados Unidos» ... También sirve le pueblo para otros menesteres literarios, escribir el cuento de la democracia, publicarf la recista de la revolución hacer la crónica de los grande sideales. ... El pueblo es una entidad pliscuamperfecta, generosamente abstracta e infinita. Sirve también para que jóvenes idiotas aumenten el área de los panteones o embaracen las cárceles o aprendan a ser ricos. ... Lo mmejor de todo lo ha dicho el señor Ministro. «Con el peublo me limpio el culo.» He aquí lo máximo que puede llegar hacer el pueblo: un rollo de papel higiénico para escribir la historia contempóranea con las uñas. Jaime Sabines 5 La participación y el apoyo de los estudiantes poblanos al movimiento estudiantil popu- lar de la ciudad de México (23/ VII-2/X/1968)23 fue inmediato, y el 30 de julio, en protesta por la toma que las fuerzas arma- das hicieran de la escuela pre- paratoria de San Ildefonso (30/ VII/1968: 0:40 A.M.), la escuela Preparatoria Nocturna, la Escuela de Economía y los dos colegios de la Escuela de Filo- sofía y Letras, suspendieron sus actividades24. Después, cuando el 8 de agosto el Consejo Nacional de Huelga (CNH) emitió su pliego petitorio, los comités de lucha de las escuelas de Derecho y Ciencias Sociales, Filosofía y Letras, Preparatoria Diurna, Economía y activistas, se dedicaron a difundirlo entre los habitantes de Puebla25. Hicieron pintas de apoyo; asis- tieron a marchas...y estuvieron presentes en el movimiento. El 4 de septiembre, para evi- tar que el sinarquismo y los panistas encauzaran en su favor supuestos agravios a la bandera y a la catedral ocurridos en la ciu- dad de México26, los estudiantes organizaron un mitin en la ciu- dad de Puebla “parainformar al pueblo”. En el edificio Carolino hubo carteles de apoyo y desde sus balcones, con magnavo- ces, se avisó y se brindó la más amplia solidaridad. Funcionó también un Comité de Huelga27. Las autoridades de la UAP desaprobaron estos actos y urgie- ron a los líderes del movimiento para que la Universidad vol- viera a la calma28. Por su parte, el ímpetu de la lucha en la ciudad de México decreció. Hasta el 18 de septiembre pocos e impuntuales delegados asistieron a las sesiones del CNH. Las protestas y manifes- taciones también descendieron. En este marco, el 19 de sep- tiembre los poblanos se des- pertaron con la noticia de que habían sido invadidas (18/ IX-1/X/1968) por el ejército las instalaciones de la UNAM. Catedráticos, estudiantes y empleados condenaron de igual forma el atentado. 23 El mejor testimonio colectivo sobre esta lucha sigue siendo La Noche de Tlatelolco, México, Ediciones Era, 1971, 281 p. 24 “Llamado de la Junta de la Universidad”, El Sol de Puebla, 4/IX/1968, p.1. 25 El pliego petitorio tuvo seis puntos: 1) Libertad de todos los presos políticos; 2) Derogación del Art. 145 del Código Penal Federal, concer- niente al delito de disolución social; 3) Desaparición del cuerpo de granaderos; 4) Destitución de los jefes policiacos Luis Cueto, Raúl Mendiola y A. Farías; 5) Idemnización a los familiares de todos los muertos y heridos desde el inicio del conflicto, y 6) Deslindamiento de responsabili- dades de los funcionarios culpables de los hechos sangrientos. Desplegado El Día 13/IX/1968. 26 El 27 de agosto, más de 300 mil personas habían marchado del Museo Nacional de Antropología e Historia al Zócalo. Dos estudiantes de Medicina, con permiso del P. Jesús Pérez habían repicado las campanas de la Catedral, y en el asta del zócalo otros estudiantes habían izado una bandera rojinegra. 27 “Estudiantes universitarios realizaran hoy un mitin”, Novedades, 4/IX/1968; “Manifestación y mitin estudiantil anoche”, La Opinión, 5/IX/1968; “Mitin estudiantil en la UAP”, La Opinión 6/IX/1968. 28 “Llamado de la Junta de la Universidad” El Sol de Puebla 4/IX/1968, p.1. Participación en los sucesos de 1968 6 El Consejo Universitario, bajo la presidencia de la Junta Administrativa, se reunió y acordó exigir al gobierno fede- ral la devolución inmediata de los recintos universitarios y la libertad de los detenidos a causa del movimiento; la socie- dad poblana se polarizó29. Para los estudiantes de izquierda fueron días de intenso activismo político. Manifesta- ciones. Fe en el triunfo. Ausen- cia, es cierto, de demandas académicas. ¿Cómo enarbolar- las sin conseguir antes las liber- tades políticas, usurpadas por el poder? Luego, la intolerancia represiva de Tlatelolco, la dolo- rosa masacre física y moral, el entrañable dolor que no puede ser descrito. El 3 de octubre, en protesta contra el régimen, los estudian- tes poblanos tomaron la calle y lo denunciaron. Fue la última manifestación tolerada a corto plazo. A partir del día 5 quedó prohibida “toda clase de mani- festaciones y actos públicos estu- diantiles” en la ciudad30. “Por eso—dirá el comandante de la XXV Zona Militar, general Euse- bio González,—se han girado instrucciones a todos los desta- camentos militares y defensas rurales en el estado, para que cooperen con las autoridades municipales y les otorguen todo su apoyo para evitar la reali- zación de actos sediciosos”31. Hasta el día 10 el ejército, en coordinación con otros “cuerpos del orden”, impidió mítines en Chiautla, Izúcar de Matamoros, Atlixco, Ciudad Serdán y Huau- chinango. En esta última ciudad un grupo de diez activistas, pro- venientes del D.F., fue aprehen- dido y deportado a la capital de la República. Había órdenes precisas de que se entregaran de inmediato todos los elementos subversivos a las autoridades judiciales del DF32. Memorial de Tlatelolco ¿Quien? ¿Quiénes? Nadie. Al día siguiente nadie. ... La plaza amaneció barrida; los periódicos dieron como noticia principal el estado del tiempo. Y en la televisión, en el radie, en el cine no hubo ningún cambio de programa ningún anuncio intercambiado ni un minuto de silencio en el banquete. ... (Pues prosiguió el banquete) Rosario Castellanos 29 “Declaración del H. Consejo Universitario”. Sesión del 19/IX/1968. 30 “Prohiben manifestaciones”, La Opinión, 5/IX/1968, p.1; “Garantizan la paz, aquí factible que no se realicen manifestaciones”, Novedades, 4/X/1968. 31 “Si es necesario actuará el ejército con energía”, Novedades, 11/X/1968, p.1. 32 Conforme a esta política, el 4 de octubre fue hecho prisionero el arquitecto Joel Arriaga, catedrático de Preparatoria y alumno de Economía. Siguieron, entre ellos, Federico López Huerta, consejero universitario de la Escuela de Derecho, y José Luis Victoria, alumno consejero por la Escuela de Economía. Véanse Papeles de Joel Arriaga Navarro, “Arquitecto poblano fue aprehendido antenoche”, La Opinión, 6/X/1968. 7 Las Olimpiadas deberían transcurrir en la más completa “tranquilidad pública”33. Llenar las cárceles era para el gobierno problema de poca monta; concentrar la oposición, vencerla, resul- taba teóricamente un tanto fácil. Muy a pesar de este clima intimidatorio y represivo, el CNH (sección Puebla) man- tuvo paralizada a la Universidad hasta el 6 de diciembre. Ese día la mayor parte de las escue- las, excepto Leyes y Filosofía y Letras, votaron por levantar la huelga. De la misma manera, el CNH acordó transformarse en Comité Nacional de Lucha y mantener sus demandas: libertad a todos los presos políticos del país; entrega de los subsidios estatal y federal retenidos injustificada y arbitrariamente; cese a toda represión, puesto que las actividades que “hemos desarrollado y seguiremos empleando, siempre han sido pací- ficas y de ello da testimonio el mismo pueblo”. En fin, el CNH anunció que los estudiantes for- marían brigadas de ayuda social y politización para la “gente de la ciudad y del campo”.34 BENEMÉRITA UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE PUEBLA Rector: Enrique Doger Guerrero Secretario general: Guillermo Nares Rodríguez Tiempo Universitario Director: Alfonso Yáñez Delgado, Diseño Gráfico: Ileana Gómez Torres, Cordinador de textos: Humberto Sotelo Mendoza, Captura: Luz María Muñoz Díaz. Tiempo Universitario es una publicación del Archivo Histórico Universitario. Aparece quincenalmente. Impreso en: Editorial Mundocolor Gráfico. El costo por ejemplar de 8 páginas es de ochenta centavos. Tiraje: Veinte mil ejemplares. Esta publicación se puede adquirir gratuitamente en el tercer patio del edificio Carolino, 4 Sur 104, Puebla, Pue. tel.: 32-74-79 con Flora Alarcón. Se aceptan colaboraciones de investigacion sobre colaboraciones de investigación sobre la vida universitaria. e-mail: cs00716@siu.cen.buap.mx Distribución Gratuita Fe erratas En la página 6 del número 18 el pie de fotografía coresponde a: Segunda Reunión Extraordinaria de las ANUIES, en la Universidad Autónoma de San Luis Potosí, 9 de julio de 1998 y no se como se imprimió; por ese motivo la Dirección ofrece a nuestros lectores disculpas dejando establecido que esta errata sólo es atribuible a la empresa que imprime la Gaceta Histórica. No consta en actas Tlatelolco 1521 y 1968 (fgto) (danzón dedicado) —aquí tejones— les dijo el coronel de granaderos. DO-RE-MI-FA-SOLdados. Qué madriza. Danzón dedicado a los chavos estudiantes. ... Tú tienes sólo una leve dolencia. Es cierto, no hubo nada entre ambos y cómo te amo: déjame ser tu amigo, si acaso tu tristeza o si prefieres tómame como hermano. A ti que me hiciste hablar sin haberme conocido, ¿de que materia fuiste, que las balas no destruyeron tu belleza? Juan Bañuelos 33 “Prohibición de efectuar mítines en todo el Estado”, La Opinión, 10/X/1968; “Mítines y manifestaciones las impedirá el ejército”, El Sol de Puebla, 10/X/1968; p1. 1,6; “Si es necesario actuará el ejército con energía”, Novedades, 11/X/1968. 34 “Fue arriadala bandera de huelga en la Universidad”, La Opinión, 6/XII/1968; “Hoy a las 17:30 horas terminará el paro en diez escuelas de la UAP”, El Sol de Puebla, 6/XII/1968; “Hoy a las 17.30 terminará la huelga en la UAP”, El Heraldo, 6/XII/1968. la más trepadora de sus infusiones, explicaba el señor Pasita, que así la llamó porque quien la bebía, al poco rato de haberla tomado, daba un salto para atrás y quedaba ebrio sobre el suelo. Al servir las copas el señor “Pasita”, decía al cliente un verso de su cosecha, generalmente dístico. A los estudiantes les dedicaba el verso, según la escuela a la que asistían: A todo buen galeno, Con pasita lo enveneno. ¿Odontología? Pasita todo el día. A todo buen abogado, Con pasita lo he ahogado. Si los exámenes quiere aprobar, Pasita debe tomar. El alumno y el jurado Pasita siempre han tomado. También sus clientes compusieron versos a “La Pasita”. El licenciado Pastor, en 1930, le escribió esta cuarteta: Pasita todo aquel que la toma ningún accidente tema, ni la lumbre le quema, ni tiene hambre aunque no coma. En la época de exámenes, a quien le llevaba su boleta con un diez de calificación, le obse- quiaba a elección del estudiante: diez pesos, una botella de pasita o una tanda de copas. Al principio fueron pocas las boletas con cali- ficación de diez que le llevaron, pero a medida que transcurrió el tiempo, los muchachos al pare- cer se aplicaron más y obtuvieron muchos die- ces, lo que originó que el señor Pasita se sintiera satisfecho por estimular el aprovechamiento de los estudiantes con buenos resultados. En una ocasión en el transcurso de tres días, un estu- diante le llevó siete boletas con sendos dieces. Pagó religiosamente lo que tenía ofrecido, pero pareciéndole raro, fue a comprobar los datos con el licenciado Eugenio Andraca Malda, ofi- cial mayor de la Universidad, enterándose que las boletas que le presentó el al parecer aventa- jado estudiante, eran falsas. * Tomado de Anecdotario estudiantil. Vol. I. Ed. BUAP 1985. Es en el otoño, precisamente el 10 de octubre, cuando los alumnos del Colegio del Estado, después Universidad, celebramos nuestro dia- blo por ser el día del estudiante. Todos los festejos, baile anual, competencias deportivas, publicaciones festivas y otras acti- vidades los organizaba la Directiva de la Agru- pación de Estudiantes del Colegio, después convertida en Federación. En el caso de los con- cursos se premiaba a los vencedores con una botella de la conocida toxina y veneno barato “La Pasita”; hasta la fecha se encuentra establecida en la esquina que forman las calles 5 oriente y el callejón de Los Sapos con frente hacia el jardín. En 1916 la adquirió Emilio Contreras. Pri- mero se llamó “La Guadalupana”, después “El Gallo de Oro” y finalmente la bebida que alcanzó fama le dio su nombre definitivo y el negocio se llamó “La Pasita”. El señor Contre- ras a quien muchos llamaron “señor pasita”, fue tenor (cantó en multitud de zarzuelas), revolu- cionario, defensor del Puerto de Veracruz en la invasión norteamericana de 1914, comerciante y terminó sus días atendiendo “La Pasita”. Su clientela estuvo formada principalmente por estudiantes, posiblemente por la cercanía con el Colegio del Estado, después Universi- dad y porque los licores que servía fueron y siguen siendo hasta la fecha baratos y por ello, al alcance de los recursos de los estudiantes. Escribió unas memorias, que publicó su esposa y en ellas anota como asiduos concu- rrentes a su negocio a Juan Andraca Malda, Joa- quín de la Cadena, Juan Alanís, Víctor y Miguel Angel Tejada, Pablo Solís y al “Che Bustos”. No comprendo como pudo olvidar al Calancocho. La bebida llamada la pasita, es una infusión de ciruela-pasa. El señor Contreras la servía en una copa y dentro de ella además del licor, prendidos de un palillo, un pedazo de queso de cabra y una ciruela-pasa de las que le habían servido para confeccionar la infusión. Además de la pasita, vendía coñac “bolier” (tejocote), sangre de diablo, limón, china poblana (la servía en una copa grande con licores de dis- tintos colores que no se revolvían, y que semejan la falda de la China Poblana) el “salta pa tras”, Día del estudiante* Por: Armando Romano Moreno
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