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A 50 años del linchamiento de universitarios en Canoa 
 
Lázaro Vázquez y Romero 
“Pensar colectivamente es la regla general. 
Pensar individualmente es la excepción” 
Gustave Le Bon 
 
El preocupante crecimiento del índice de linchamientos en Puebla, nos obliga a 
revisar con detenimiento las causas, motivos y circunstancias que originan estos 
comportamientos de violencia social. 
Puebla según estadísticas de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, ocupa 
el segundo lugar a nivel nacional en este tipo de actos punitivos, aplicando la 
muchedumbre una especie de juicio sumarísimo para ejecutar a los indiciados. 
Estos delitos curiosamente no están legislados ni penalizados, por esta razón, no 
existen sanciones especificas en el código penal para aplicar las sanciones a las 
personas que participan en este tipo de actos violentos. 
Como parte de un ejercicio didáctico y para entender un poco más el porqué de 
estos hechos punitivos, plantearemos en primer lugar uno de los posibles orígenes 
y definiciones del término 
linchamiento. 
Existen diferentes versiones 
acerca del origen del término 
linchar, en este caso, nos 
apoyaremos en el que se origino 
en el año de 1780, cuando se 
desarrollaba la Guerra de 
Independencia de Estados Unidos, 
año en que Charles Lynch se 
erigió como juez y aplico una ley 
que el mismo formulo. Esto como 
consecuencia de un caso de 
traición en el que “tras ser 
descubierto un grupo de hombres 
que defendían los intereses 
británicos, Lynch junto con un grupo de compañeros, decidieron llevar a los 
sublevados frente a un jurado popular bajo la acusación de traición a la espera de 
que fuesen declarados culpables y posteriormente ejecutados”. Pero no fue así, 
“Fue entonces cuando Charles Lynch, encolerizado, decidió convocar a un grupo 
de hombres para hacer justicia por su propia mano”. Y efectivamente, una vez que 
los capturo ordenó ejecutarlos inmediatamente, ahorcándolos a todos. 
Desde entonces la vox populi empezó a utilizar el término linchamiento para llamar 
al hecho de hacer justicia por propia mano mediante un grupo de personas 
dispuestas a “castigar a los infractores”. 
Definición 
Actualmente el linchamiento a decir de estudiosos del tema1; se define como 
“agresiones y castigos infligidos a individuos a quienes se asocia con delitos de 
distinta gravedad y que tienen el carácter generalmente anónimo de los 
participantes en el acto con una función punitiva”. 
Acción que aparentemente surge de la espontaneidad y que por su índole 
anónima “le imprimen un carácter altamente violento y pasional que genera en 
los participantes el sentimiento compartido del deber cumplido” 
Es decir, independientemente del delito o crimen cometido según la creencia 
popular, al final de la acción punitiva y violenta, la masa o colectivo social siente 
que ha cumplido con su deber. Sin embargo ha habido muchas ejecuciones por 
rumores esparcidos por alguien de mala o buena fe, que al paso de boca en boca 
va creciendo y deformándose de tal manera que la masa entiende o cree lo que 
mejor le parece para hacerse justicia por su propia mano, cometiendo muchas 
injusticias al linchar a gente inocente falsamente acusada de cometer algún delito. 
Las causas 
Según Raúl Rodríguez Guillen2 “La crisis de autoridad es la causa más profunda 
de la violencia social y la indignación moral; es el detonante que expresa que los 
limites sociales se han roto”, menciona además que la corrupción e ineptitud de 
las autoridades, y el abuso que cometen en contra de la sociedad” son elementos 
que incentivan este tipo de comportamientos sociales. 
De esta manera, “si se les presenta la oportunidad de golpear a quien les roba, 
expresan todo el coraje contenido durante mucho tiempo. Lincha quien tiene la 
oportunidad de hacerlo, jamás alguien que lo haya planeado”, indica Rodríguez 
Guillén. 
Según esto, los linchamientos son una expresión del hartazgo social frente al 
estado que no cumple con su responsabilidad de garantizar la seguridad e 
impartición de justicia a la ciudadanía, de consuno con la galopante corrupción y 
abusos de todo tipo en contra de la sociedad. Aún más, en infinidad de ocasiones 
 
1
 Crisis de autoridad y violencia social: los linchamientos en México, Raúl Rodríguez Gullén. UAM-
Azcapotzalco, Polis2012,vol. 8 núm. 2. 
2
 Ibid 
se ha encontrado a los responsables de proteger a la ciudadanía de la 
delincuencia y criminales, como cómplices e incluso participes de los grupos 
delincuenciales. De esta manera se genera una crisis de credibilidad y falta de 
autoridad moral de los cuerpos policiacos y gobernantes en general, lo que atiza 
más el fuego en este tipo de cruentos sucesos de violencia social. 
Sin embargo hay otras causas y contextos que desde el estado son promovidos 
directamente al propalar información falaz que instiga a la población a cometer 
este tipo de crímenes como el que comentamos a continuación.. 
Canoa, un hecho trágico y vergonzoso 
En Puebla vivimos el 14 de septiembre de 1968 el linchamiento de Julián 
González Báez, Ramón Calvario Gutiérrez, Miguel Flores Cruz, Jesús Carrillo 
Sánchez y Roberto Rojano Aguirre en San Miguel Canoa, todos ellos trabajadores 
universitarios de la UAP que solo iban de excursión a escalar el volcán de la 
Malinche. 
Según narraron los sobrevivientes, llegaron por la tarde al municipio de Canoa, 
siendo sorprendidos por una fuerte lluvia que les impidió continuar con su 
propósito de llegar a la Malinche, por tal motivo buscaron refugio en el pueblo 
recurriendo a la iglesia y presidencia municipal de aquel lugar, donde no les fue 
otorgado el albergue que solicitaban. Fue un vecino de la comunidad quien les dio 
cobijo en su vivienda. 
Quizás su error fue presentarse como trabajadores de la Universidad Autónoma 
de Puebla, motivo por el cual el cura de la iglesia local, Enrique Meza Pérez, 
azuzo a la población esparciendo el rumor de que los trabajadores eran 
comunistas que querían izar una bandera rojinegra en el templo, además de 
robarles y molestar a sus mujeres e hijas, esto a través de altoparlantes propiedad 
de los lugareños. Enseguida se hicieron sonar las campanas de la iglesia a todo 
vuelo para llamar a los habitantes a reunirse en torno del templo, lugar donde se 
informo de la presencia de los trabajadores universitarios que se encontraban 
alojados en la casa de Lucas García. 
Inmediatamente la turba enardecida armada de todo tipo de artefactos y algunas 
armas de fuego se dirigió a la casa de Lucas con el propósito de linchar a los 
comunistas. 
En este artero ataque de la masa exaltada, Lucas fue el primero en caer al ser 
golpeado en el cuello con una pala que casi lo degolló, siendo rematado por un 
disparo en el pecho. Los trabajadores fueron sacados y arrastrados violentamente 
por las calles, muriendo el primero víctima de un balazo en la cabeza, los otros 
tres fueron golpeados hasta que los creyeron muertos, posteriormente llego la 
policía y el ejército a rescatarlos aunque ya era demasiado tarde, logrando 
sobrevivir Julián González Báez, Miguel Flores y Roberto Rojano. 
En este caso, los falsos rumores esparcidos entre la población y, el clima social 
negativo en contra del movimiento estudiantil 
universitario del 68, fueron la pólvora y la mecha que 
prendió el fuego de la pasión violenta de los 
linchadores de Canoa. Baste recordar toda la campaña 
anticomunista del régimen diazordacista en contra de 
los universitarios através de la prensa escrita, televisión 
y radiofónica acusándolos de comunistas que querían 
desestabilizar al país para instaurar un régimen 
socialista, para entender uno de los porqués de esta 
reacción del pueblo de Canoa. Cabe hacer mención 
que en ese entonces la mayoría de los medios masivos 
de comunicación se encontraban al servicio del 
régimen. Solo la Revista llamada Porque? fue la única 
en denunciar la atroz represión diazordacista en contradel movimiento del 68. 
En virtud de esto, toda la información que le llegaba a 
la población en todo el país, estaba llena de calumnias 
y falacias acerca de este movimiento de los 
universitarios mexicanos. Esta desinformación sirvió de caldo de cultivo para el 
linchamiento en Canoa, y posteriormente la sangrienta masacre ocurrida en 
Tlatelolco el 2 de octubre de 1968, represión que fue ejecutada por paramilitares y 
el ejército mexicano obedeciendo órdenes del ejecutivo federal. 
A cincuenta años este infausto suceso, aún sigue impune. Sin embargo fue el 
parte aguas para lograr medio siglo después el inicio de un nuevo régimen de 
gobierno, que honra sin duda, la memoria de los caídos en este deleznable 
suceso. 
Ni perdón ni olvido rezan múltiples carteles de los activistas 
que actualmente reivindican al memorable movimiento 
estudiantil, exigiendo de esta manera castigo para todos los 
responsables de una de las más atroces represiones en contra 
del pueblo mexicano. 
El comportamiento de las masas 
Retomando el tema de los linchamientos, revisaremos brevemente otros 
elementos que desde la perspectiva de la Psicología social, nos permitirán tener 
una visión y comprensión más amplia e integral de estos actos violentos. Tales 
elementos que pocas veces se analizan y comentan, se refieren a lo que sucede 
en la mente individual y colectiva de los sujetos que participan involuntaria o 
voluntariamente en estas acciones masivas. 
Al respecto nos referiremos al estudio La psychologie des foules (La psicología de 
https://www.google.com/url?sa=i&rct=j&q=&esrc=s&source=images&cd=&cad=rja&uact=8&ved=2ahUKEwiug9HYj8XdAhUBhJAKHQrKCwkQjRx6BAgBEAU&url=https://factornoticia.com/2012/10/01/2-de-octubre-a-44-anos-del-movimiento-que-marco-a-mexico/&psig=AOvVaw0SpFevZJ5BY4zyZt_rdRw2&ust=1537379581949148
las masas) realizado por un médico francés llamado Gustave Le Bon3, nacido a 
finales del siglo XIX y destacado personaje del siglo XX. 
En su momento se especuló por ejemplo, que el libro Mi lucha de Adolfo Hitler se 
inspiró en la obra de Le bon, libro que tenía el propósito de incentivar y promover 
la instauración en el mundo la ideología nazi. 
En este estudio explica Le Bon las reglas relacionadas con el comportamiento de 
los individuos en una masa y los efectos que produce la mente colectiva en el 
comportamiento individual de las personas. 
Según Le Bon, el individuo sufre “la pérdida temporal de la personalidad 
consciente, para ser suplantada por la “mente colectiva” de la masa, acciones y 
reacciones dominadas por la unanimidad, la emocionalidad y la irracionalidad”. 
Se desprende de estas consideraciones que, no importa el grado de estudios o 
moral y ética del sujeto, en un evento de esta naturaleza pierde su conciencia 
individual integrándose a la mente colectiva de la masa, apoyando irracionalmente 
sus propósitos y acciones que le son motivadas por la muchedumbre. 
Se dice también, que este tipo de conducta se presenta en el individuo debido al 
aparente anonimato, mayoría numérica e impunidad con la que cree actuar, pues 
individuos que solos no matarían ni a una mosca, en masa adquieren la misma 
actitud violenta que el grupo social en el que se encuentra. 
Hasta el momento estas afirmaciones siguen teniendo vigencia, así nos lo muestra 
el comportamiento de la muchedumbre en los últimos casos de linchamientos en 
Puebla. 
La solución entonces no es sencilla, pero si es posible combatirla con la aplicación 
de políticas orientadas a la: educación cívica y de valores humanos, al bienestar 
general, impartición pronta y expedita de justicia, y con información veraz y 
oportuna que concientice a la ciudadanía de que este tipo de acciones puede 
incurrir en errores y pérdida de vidas humanas inocentes. 
Otros elementos no menos importantes son el combate frontal a la corrupción en 
todos los ámbitos del gobierno y sociedad, dignificar y profesionalizar a los 
cuerpos policiacos, debido a que estos son los más vulnerables y proclives a 
convertirse en cómplices del crimen organizado motivado por los bajos salarios, 
falta de una formación ética y moral acordes con los principios de la convivencia 
humana de manera fraterna, de consuno con el compromiso de proteger a la 
sociedad y combatir a la delincuencia con el apoyo de un estado de derecho 
genuino. 
En esta tarea de transformación y construcción de un nuevo país, debemos 
participar todos los mexicanos, pues los gobernantes solo deben ser los 
 
3
 https://seryactuar.files.wordpress.com/2012/12/psicologc3ada-de-las-masas-gustave-le-bon-1895-pdf 
ejecutores de las políticas mandatadas por la ciudadanía. Es necesario reconstruir 
conjuntamente con el nuevo gobierno, un nuevo tejido social que nos permita vivir 
en armonía con justicia, seguridad, bienestar y en Paz por el bien de todos los 
mexicanos.

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