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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO 
 
 FACULTAD DE CIENCIAS 
 
 
 
 
 
 
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TUTOR 
 
M. en C. NINEL GARCÍA TÉLLEZ 
 
 
2007 
 
 
Los programas de manejo como instrumentos de 
planeación y normatividad para la conservación de los 
recursos naturales en las Áreas Naturales Protegidas 
REPORTE DE TRABAJO 
PROFESIONAL 
 
QUE PARA OBTENER EL TITULO DE: 
 
B I Ó L O G A 
 
P R E S E N T A 
 
MARÍA ELENA GARCÍA MUÑOZ 
 
 
 
 
UNAM – Dirección General de Bibliotecas 
Tesis Digitales 
Restricciones de uso 
 
DERECHOS RESERVADOS © 
PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL 
 
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reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el 
respectivo titular de los Derechos de Autor. 
 
 
 
 
Hoja de Datos del Jurado 
 
 
 
1. Datos del alumno 
García 
Muñoz 
María Elena 
56173936 
Universidad Nacional Autónoma de México 
Facultad de Ciencias 
Biología 
083377989 
 
2. Datos del tutor 
M. en C. 
Ninel 
García 
Téllez 
 
3. Datos del sinodal 1 
M. en C. 
Rebeca María 
López 
Rivas 
 
4. Datos del sinodal 2 
M. en C. 
Adriana Laura 
Sartí 
Martínez 
 
5. Datos del sinodal 3 
M. en C. 
Sabel René 
Reyes 
Gómez 
 
6. Datos del sinodal 4 
Biól. 
Mayra Adriana 
García 
Cerecedo 
 
7. Datos del trabajo escrito. 
Los programas de manejo como instrumentos de planeación y normatividad para la 
conservación de los recursos naturales en las áreas naturales protegidas. 
37 p 
2007 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Nunca un año ha tenido tantas pruebas y obstáculos, y con seguridad marcará mi 
camino de hoy en adelante, agradezco la oportunidad de cerrar este capítulo… 
 
 
 
A Margarita y Roberto, por estar ahí, siempre... 
 
A Willys, Norma, Roberto, Georgina, Luz y Magaly, por fin!… 
 
A la familia Plata Muñoz, por ese lazo que nos unirá siempre… 
 
A Grecia, Emilio y Eliuth, por el maravilloso universo de su infancia… 
 
A cada una de mis amigas y amigos, tiempos y espacios inolvidables… 
 
Por todo lo que significas aquí y ahora, ÁEH... 
 
 
 
 
Índice 
 
 
 
 
 
 
 
Justificación 4 
Perfil de la institución y estructura 4 
1. Introducción 7 
1.1 La Cuenca de México y el Distrito Federal 10 
1.2 La política de conservación en el Distrito Federal (2000-2006) 13 
2. Antecedentes de la elaboración de los programas de manejo 16 
3. Elaboración de los programas de manejo 20 
4. Resultados 29 
5. Evaluación 30 
6. Referencias bibliográficas 35 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Justificación 
 
 
 
El presente reporte profesional para obtener el grado de licenciatura en biología, deriva de la 
prestación de servicios como Jefa de Unidad Departamental de Programas de Manejo, en la 
Dirección de Áreas Naturales Protegidas, de la Dirección Ejecutiva de Conservación y 
Restauración de Recursos Naturales, adscrita a la Dirección General de la Comisión de 
Recursos Naturales y Desarrollo Rural de la Secretaría de Medio Ambiente del Gobierno del 
Distrito Federal. El periodo laboral comprendió de julio de 2003 a enero de 2007. 
 
 
Perfil de la Institución y estructura 
 
El Distrito Federal es una entidad federativa con personalidad jurídica y patrimonio propios, 
sede de los Poderes de la Unión y capital de los Estados Unidos Mexicanos, de conformidad 
con lo dispuesto en el Artículo 122 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos; 
y con lo establecido en la Ley Orgánica de la Administración Pública del Distrito Federal. 
 
El funcionamiento de la Administración Pública del Gobierno del Distrito Federal deriva 
principalmente de los lineamientos del Plan Nacional de Desarrollo y del Programa General de 
Desarrollo del Distrito Federal. 
 
Para el ejercicio de sus atribuciones, el Gobierno del Distrito Federal cuenta con diferentes 
Unidades administrativas, entre las cuales se encuentra la Secretaria del Medio Ambiente, a 
quien corresponde ejecutar la política del Distrito Federal en materia ambiental y recursos 
naturales, de acuerdo con la Ley Orgánica de la Administración Pública del Distrito Federal, 
publicada en la Gaceta Oficial del Distrito Federal el 29 de diciembre de 1998. 
 
Asimismo, la Secretaría del Medio Ambiente opera a través de las siguientes Unidades 
Administrativas, Unidades Administrativas de Apoyo Técnico-Operativo, Órganos Político-
Administrativos y Órganos Desconcentrados: 
 
Dirección General de Gestión Ambiental del Aire; 
Dirección General de Regulación y Vigilancia Ambiental; 
Dirección Ejecutiva de Coordinación Institucional e Integración de Políticas; 
Dirección General de Zoológicos de la Ciudad de México; 
Dirección General de Bosques Urbanos y Educación Ambiental; 
Sistema de Aguas de la Ciudad de México; 
Dirección General de la Comisión de Recursos Naturales y Desarrollo Rural. 
 
La Dirección General de la Comisión de Recursos Naturales y Desarrollo Rural 
(DGCORENADER) es una unidad administrativa de apoyo técnico operativo y entre sus 
funciones principales están: 
 
I. Promover, fomentar, coordinar y ejecutar estudios y acciones en materia de protección, 
desarrollo, restauración y conservación de la flora y fauna silvestre, la vegetación natural o 
inducida, restauración y conservación del suelo, agua y otros recursos naturales en el suelo de 
conservación y áreas naturales protegidas; 
 
II. Realizar los estudios para que la Secretaría del Medio Ambiente proponga la creación y 
 
modificación de áreas naturales protegidas del Distrito Federal, no reservadas a la Federación, 
así como llevar al cabo su administración, manejo y vigilancia; 
 
III. Promover el establecimiento y administrar el sistema de áreas naturales protegidas y el 
sistema de información geográfica del suelo de conservación y áreas naturales protegidas del 
Distrito Federal; así como la realización y ejecución de programas coordinados con la 
Federación; 
 
IV. Promover la participación de las instituciones científicas y académicas, así como de los 
sectores social y privado, en la realización de estudios y programas para la restauración 
ecológica, la protección, el fomento y manejo de los recursos naturales del Distrito Federal, y 
 
V. Promover y otorgar, en coordinación con las dependencias competentes, asistencia técnica y 
cursos de capacitación, orientados a la protección, conservación, restauración y mejoramiento 
de los recursos naturales del Distrito Federal. 
 
La Dirección General de la Comisión de Recursos Naturales y Desarrollo Rural opera a través 
de una estructura orgánica; el último dictamen emitido por la Oficialía Mayor del Gobierno del 
Distrito Federal fue el 3 de mayo de 2006. Se describe brevemente la estructura que deriva 
hacia el cargo involucrado (Fig. 1). 
 
La DGCORENADER, funciona a partir de dos Direcciones Ejecutivas: 
 
 Dirección Ejecutiva de Desarrollo Rural y Organización 
 Dirección Ejecutiva de Conservación y Restauración de Recursos Naturales 
 
Esta última, a su vez, se divide en tres direcciones de área: 
 
Dirección de Ordenamiento Ecológico 
Dirección de Protección 
Dirección de Áreas Naturales Protegidas 
 
De la Dirección de Áreas Naturales Protegidas, derivan la Subdirección de Áreas Naturales 
Protegidas y la Subdirección de Conservación de la Biodiversidad, así como cinco Jefaturas de 
Unidad Departamental, una de ellas es la Jefatura de Unidad Departamental Programas de 
Manejo. 
 
Al igual que todos los niveles señalados, la existencia de la Jefatura de Unidad Departamental 
de Programas de Manejo, está fundamentada en el Estatutode Gobierno del Distrito Federal y 
la Ley Orgánica de la Administración Pública del Distrito Federal. Sus funciones están descritas 
y reguladas en el Manual Administrativo y de procedimientos de la Dirección General de la 
Comisión de Recursos Naturales y Desarrollo Rural. 
 
 
 
 
 
Figura 1. Estructura orgánica de la Dirección General de la Comisión de 
Recursos Naturales y Desarrollo Rural. 
 
 
Durante este periodo, el objetivo de la Jefatura de Unidad Departamental Programas de 
Manejo, fue la formulación de los programas de manejo de las áreas naturales protegidas, así 
cómo la evaluación y propuesta de modificación y/o actualización de los ya existentes. 
 
Con el fin de respaldar el presente reporte y describir las actividades realizadas en el área de 
conservación de recursos naturales, como contexto general, se presenta una introducción sobre 
la biodiversidad en México y la conservación de recursos naturales, la importancia de la Cuenca 
de México y el Distrito Federal, los antecedentes sobre la situación de las áreas naturales 
protegidas en el Distrito Federal y las condiciones que dieron lugar a la elaboración de los 
programas de manejo. Posteriormente, se describe el proceso de elaboración de los programas 
de manejo y los resultados obtenidos durante el periodo de trabajo, de los cuales se deriva la 
evaluación final. 
 
 
Dirección General de la Comisión de 
Recursos Naturales y Desarrollo Rural 
Dirección Ejecutiva de Desarrollo 
Rural y Organización 
Dirección Ejecutiva de Conservación y 
Protección de Recursos Naturales 
Dirección de Ordenamiento Ecológico 
y Regularización Territorial 
Dirección de Áreas 
Naturales Protegidas 
Dirección de Protección 
de Recursos Naturales 
Subdirección de Áreas Naturales Protegidas 
Subdirección de Conservación de la Biodiversidad 
Jefatura de Unidad Departamental Sur 
Jefatura de Unidad Departamental Oriente 
Jefatura de Unidad Departamental Humedales 
Jefatura de Unidad Departamental Poniente 
Jefatura de Unidad Departamental Programas 
de Manejo 
Dirección General de la Comisión de 
Recursos Naturales y Desarrollo Rural 
Dirección Ejecutiva de Desarrollo 
Rural y Organización 
Dirección Ejecutiva de Conservación y 
Protección de Recursos Naturales 
Dirección de Ordenamiento Ecológico 
y Regularización Territorial 
Dirección de Áreas 
Naturales Protegidas 
Dirección de Protección 
de Recursos Naturales 
Subdirección de Áreas Naturales Protegidas 
Subdirección de Conservación de la Biodiversidad 
Jefatura de Unidad Departamental Sur 
Jefatura de Unidad Departamental Oriente 
Jefatura de Unidad Departamental Humedales 
Jefatura de Unidad Departamental Poniente 
Jefatura de Unidad Departamental Programas 
de Manejo 
1. Introducción 
 
 
 
México, es uno de los países considerados como megadiversos junto con Brasil, Australia, 
Colombia, Indonesia, Madagascar, entre otros (Mittermeier y Goettsch, 1997). Entre las causas 
de esta diversidad biológica están la topografía, la variedad de climas y una compleja historia 
tanto geológica y biológica como cultural. Estos factores han contribuido a formar un mosaico 
de condiciones ambientales y microambientales que promueven una gran variedad de hábitats y 
de formas de vida (Sarukhán, Soberón y Larson-Guerra, 1996). 
 
Dentro de los factores históricos destaca el biogeográfico, el territorio mexicano es considerado 
por los biogeógrafos como la zona de transición entre dos grandes regiones: la neotropical, 
constituida por Centroamérica y Sudamérica, y la neártica, que corresponde a Norteamérica. 
Debido a esto, constituye una zona biogeográficamente compuesta, donde el contacto de dos 
biotas ancestrales ha dado como resultado una singular mezcla de fauna y flora con diferentes 
historias biogeográficas (Flores y Gerez, 1995; INE, 2000). 
 
Aunque el país representa menos del 1.5 % de la superficie terrestre del planeta, se estima que 
alberga el 10 % de las especies de plantas superiores y más del 40% de ellas son endémicas. 
En el caso de los animales, las cifras sobresalen tanto por el número de especies, como por la 
proporción de éstas con relación al total mundial y en el número de endemismos. Muchos 
grupos de plantas y animales se han diversificado en este territorio; de ahí que existan 
ecosistemas con numerosos endemismos (CONABIO, 2000). 
 
En el país pueden encontrarse prácticamente todos los tipos de ecosistemas: bosque tropical, 
bosque templado y mesófilo, matorral xerófilo, vegetación acuática y subacuática, así como 
pastizal (INE, 2000, Rzedowski, 1990). Igualmente, destaca entre los países del mundo por la 
extensión de sus litorales; 1 959 248 Km² son superficie continental y 5 127 Km² corresponden 
a superficie insular (INEGI; 2007). En los casi 11,500 Km de litoral se localizan manglares, 
humedales, estuarios, además de extensas superficies de arrecifes coralinos y zonas abisales 
(CONANP, 2002). 
 
Contar con una gran diversidad biológica representa un capital natural fundamental por los 
diversos bienes y servicios ecológicos que proporciona, entre los que sobresalen los de 
autoconsumo, tales como alimento, vestido, material para la vivienda y otros relacionados con la 
presencia de valores culturales y opciones recreativas (INE, 2000). 
 
Un aspecto fundamental de la biodiversidad son los servicios ambientales, que se definen como 
las condiciones y procesos naturales de los ecosistemas, gracias a los cuales el hombre obtiene 
algún tipo de beneficio; entre ellos destacan la degradación de desechos orgánicos, la 
formación de suelo y control de la erosión, la fijación de nitrógeno, el incremento de los recursos 
alimenticios, así como el control biológico y la captura de dióxido de carbono (CONABIO, 2000). 
 
Por su valor actual, su enorme potencial económico, los invaluables servicios ambientales y por 
razones éticas y morales, la biodiversidad debe ser considerada como un recurso estratégico 
para México y su conservación implica una gran responsabilidad. 
 
Actualmente, el mundo entero enfrenta una problemática crítica, principalmente, relacionada 
con la escasez de recursos, la pérdida de áreas boscosas, la contaminación del agua, aire y 
suelo, lo cual provoca una disminución en la diversidad biológica (Soulé y Sanjayan, 1998). El 
 
crecimiento de las poblaciones humanas y las zonas urbanas ha provocado una serie de 
conflictos ambientales que afectan las condiciones naturales de estas áreas y su capacidad 
para proporcionar servicios ambientales. 
 
Entre las amenazas más importantes a la diversidad biológica se encuentra la pérdida o el 
deterioro del ambiente natural. Generalmente, el empobrecimiento de los ecosistemas 
comienza con procesos de fragmentación por acciones humanas como urbanización, 
establecimiento de cultivos o potreros y construcción de caminos, entre otros, ocasionando la 
modificación de ciclos biogeoquímicos, alterando también los procesos ecológicos y finalmente 
transformando el paisaje (Monroy, 2005). 
 
Otros riesgos están asociados a la contaminación de aire, suelo y agua, cambios en la 
cobertura del suelo, la degradación de masas boscosas por incendios, tala ilegal y pastoreo, 
cuyo avance ocasiona, además de erosión y pérdida de suelos, la destrucción de hábitats 
naturales (Monroy, 2005). El crecimiento poblacional mundial ha ejercido una presión muy alta 
sobre los recursos naturales, no sólo por la demanda de su uso, sino también por la producción 
de desechos, lo cual impacta la protección y manutención de ambientes naturales nativos 
(Soulé 1991). 
 
Se considera que desde 1600, se han extinguido aproximadamente el 2.1% de las especies de 
mamíferos y el 1,3% de las especies de aves del mundo. Más del 99 % de las extinciones 
recientes se atribuyen a actividades humanas (Primack y Ros, 2002). A este ritmo de alteración 
se prevé un aumento en la tasa de extinción, en los próximos años podrían llegar a extinguirse 
unas 25.000 especies por año; entre los sitios más amenazadosen todo el mundo están los 
bosques tropicales lluviosos, humedales, manglares y los arrecifes de coral, y las especies que 
habitan las islas se reconocen como las más vulnerables (Primack y Ros, 2002). 
 
Como respuesta a estos procesos, el ser humano de manera reciente, ha intentado medir, 
evaluar y aminorar el impacto de las causas de esta crisis, a través de diversas aproximaciones 
teóricas y prácticas (Soulé 1991; Soulé y Sanjayan, 1998; Galusky, 2000). Por esta razón, a 
principios de los noventa, la Comunidad mundial deliberó sobre la amenaza que representan la 
degradación de los ecosistemas y la pérdida de la diversidad genética y de especies. En mayo 
de 1992 en Río de Janeiro, Brasil, como parte del Convenio en la Conferencia de las Naciones 
Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo, se negoció también el Convenio de las 
Naciones Unidas sobre la Diversidad Biológica (CONABIO, 2000). 
 
A partir de su firma, el Convenio sobre Diversidad Biológica ha tenido una influencia profunda 
sobre el futuro de la vida en la Tierra; su puesta en marcha exige un cambio significativo en 
nuestra forma de utilizar y explotar los seres vivos. El Convenio plantea el tema del desarrollo 
mundial sustentable, para el cual es imprescindible la conservación de la diversidad biológica y 
el aprovechamiento de los recursos sin agotarlos (CONABIO, 2000). 
 
El Convenio se basa en tres grandes objetivos: 
 
a) La conservación de la biodiversidad 
b) El aprovechamiento sustentable de los recursos 
c) El reparto justo y equitativo de los beneficios que resulten del aprovechamiento de los 
recursos genéticos. 
 
En su contenido, hace un llamado a los países miembro para que desarrollen estrategias, 
planes o programas, con el fin de integrar actividades relacionadas con la conservación de la 
 
biodiversidad a los programas y políticas nacionales. Lo anterior significó una mayor atención 
en la administración y el manejo de las ANP e incluso el establecimiento de nuevas áreas bajo 
protección, la creación en la mayoría de los países de una legislación adecuada y el 
establecimiento de los sistemas nacionales de ANP (De la Maza, et. al, 2003). 
 
El gobierno mexicano firmó el CDB, lo ratificó el 11 de marzo de 1993 y ha tomado parte activa 
en su consolidación. Al suscribirlo, se compromete a formar parte de un esfuerzo global para 
proteger hábitats, especies y genes, buscar formas sustentables de uso de los recursos, y 
adecuar su política, economía y administración, a fin de garantizar que los beneficios obtenidos 
de su aprovechamiento sean distribuidos equitativamente entre las sociedades locales, 
regionales, nacionales y globales. 
 
En el país, los objetivos del Convenio empiezan a incorporarse a la legislación nacional y a 
orientar las políticas de algunos sectores. Entre las acciones previas a la existencia del 
Convenio, está la creación en 1992, de la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la 
Biodiversidad (CONABIO), cuyo propósito es coordinar las acciones y los estudios relacionados 
con el conocimiento de la diversidad biológica, así como promover y fomentar su investigación, 
con el fin de conservar los recursos biológicos del país y proponer criterios para su manejo 
sustentable como principio para el Plan de Acción Nacional (CONABIO, 2000). 
 
Desde finales de 1800, en México se han promovido diferentes intentos de conservación con la 
protección de grandes superficies, principalmente forestales; durante todo el siglo XX con la 
creación de Áreas Naturales Protegidas, se va conformando una política de conservación que 
empieza a consolidarse en el 2000, con la creación de la Comisión Nacional de Áreas Naturales 
Protegidas. Al 2006, cerca de 18.7 millones de hectáreas (10 %) del territorio mexicano 
corresponden a Áreas Naturales Protegidas (CONANP, 2006). 
 
Otra acción importante ha sido la definición de regiones prioritarias; la regionalización implica la 
división de un territorio en áreas menores con características comunes para el conocimiento de 
los recursos y su manejo adecuado. En México, esta experiencia se inicia en 1976, con una 
regionalización hidrológica elaborada por la Secretaria de Recursos Hidráulicos, y en 1986, con 
la primera regionalización ecológica por parte de la Secretaría de Desarrollo Urbano y Ecología 
(CONABIO, 2004). 
 
Actualmente, la CONABIO plantea un sistema de regiones prioritarias para la biodiversidad, 
considerando los ámbitos terrestre, marino y acuático epicontinental, definiendo las áreas de 
mayor relevancia en cuanto a la riqueza de especies, presencia de organismos endémicos y 
áreas con un mayor nivel de integridad ecológica, así como aquellas regiones con mayores 
posibilidades de conservación en función de aspectos sociales, económicos y ecológicos. El 
sistema define 110 regiones hidrológicas prioritarias; 70 áreas marinas y 152 áreas terrestres 
(CONABIO, 2000). 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 1.1 La Cuenca de México y el Distrito Federal 
 
Una de las regiones prioritarias para la biodiversidad es el Eje Neovolcánico Transversal o 
Provincia biótica Volcánico Transversal (Goldman y Moore, 1946 en: Velázquez y Romero, 
1999; González Medrano, 2003; CONABIO, 2004). Se extiende desde el Golfo de México hasta 
el Océano Pacífico y atraviesa el país por su parte central; constituye la zona de contacto y 
transición entre las dos regiones biogeográficas del continente americano: Neártica y 
Neotropical (Ceballos y Galindo, 1984). 
 
En esta provincia se encuentran los grandes volcanes de México y son características las 
cuencas cerradas como los lagos de Pátzcuaro y Zirahuén, o los depósitos de lagos antiguos y 
cuencas hundidas (González Medrano, 2003). Gracias a su historia geológica, topografía, 
variabilidad de altitudes, climas y tipos de vegetación, esta provincia contiene una alta 
diversidad de especies y una notable concentración de especies endémicas de vertebrados, 
comparable en México sólo con las selvas secas de la vertiente del Pacífico, en la Sierra Madre 
del Sur (Velázquez y Romero, 1999; GDF, 2000a; 2002). 
 
Hacia el centro sur de esta provincia y en parte del altiplano, se ubica la Cuenca de México, 
llamada incorrectamente Valle de México (Velázquez y Romero, 1999; González Medrano, 
2003). Se calcula que la Cuenca alberga cerca de 3,000 especies de plantas vasculares y 350 
especies de vertebrados terrestres. Sus características no sólo han permitido una gran 
biodiversidad, también han ofrecido condiciones favorables para el establecimiento de 
asentamientos humanos desde hace más de 2,500 años, los que actualmente constituyen la 
zona metropolitana. A partir de 1996, la Cuenca y especialmente la zona sur del Distrito 
Federal, está considerada como una de las regiones prioritarias de conservación en el país por 
parte del Gobierno Federal (Velázquez y Romero, 1999). 
 
El Distrito Federal, la entidad federativa más pequeña de México, cuenta con una extensión 
aproximada de 149,500 hectáreas, alberga a la ciudad más grande del país y la mayor parte de 
su territorio es zona rural. Con la finalidad de optimizar el ordenamiento territorial y el 
aprovechamiento del suelo, su territorio esta dividido administrativamente en Suelo Urbano (SU) 
que corresponde a 61,082 hectáreas y en Suelo de Conservación (SC) con 88,442 hectáreas 
(GDF, 2000a; 2004a; 2004b). (Fig. 2) 
 
La superficie del suelo de conservación está descrita desde 1987 en la declaratoria que 
determina la línea limítrofe entre el área de desarrollo urbano y el área de conservación 
ecológica del Distrito Federal, en el Programa General de Desarrollo Urbano del Distrito 
Federal, así como en el Programa General de Ordenamiento Ecológico del Distrito Federal 
(PGOEDF), y es éste último, el que determina y regula los usos de suelo y las actividades 
productivas dentro del suelo de conservación (DDF, 1987; GDF, 2000a). 
 
El suelo de conservación se ubica dentro de la Cuenca de México, en la parte suroeste, sur y 
sureste del Distrito Federal,se extiende al sur por la Sierra de las Cruces, la Sierra del Ajusco y 
la Sierra del Chichinautzin; al oriente por la Sierra de Santa Catarina, las planicies lacustres de 
Xochimilco y Tláhuac, el Cerro de la Estrella y en una pequeña porción al norte en la Sierra de 
Guadalupe y el Cerro del Tepeyac. Lo anterior comprende parte de los territorios de las 
Delegaciones políticas de Cuajimalpa, Álvaro Obregón, Magdalena Contreras, Tlalpan, 
Xochimilco, Tláhuac e Iztapalapa; la totalidad de la Delegación Milpa Alta y porciones en la 
Delegación Gustavo. A. Madero (GDF, 2000a; 2004b). 
 
 
 
 
 
 
Figura 2. El suelo de conservación ocupa 88,442 hectáreas dentro del Distrito Federal. 
 
La importancia del suelo de conservación está determinada por la presencia de ambientes 
naturales como bosques de oyamel, pino, encino, pino-encino, encino, matorrales y pastizales, 
así como algunas áreas de humedales; alberga prácticamente la totalidad de la diversidad 
biológica del Distrito Federal, estimada en 1,700 especies de plantas vasculares, 20 de anfibios, 
560 de reptiles, 320 de aves y 70 de mamíferos, que equivale a más del 10 % de la existente en 
México y lo coloca como una de las regiones más diversas del país (Velázquez y Romero, 
1999; GDF, 2000a). 
 
Las comunidades de vertebrados se encuentran relativamente en buen estado de conservación, 
debido a que las especies existentes se mantienen en ambientes poco alterados y existe un alto 
grado de endemismos, entre los que destacan el zacatuche (Romerolagus diazi), el gorrión 
serrano (Xenospiza baileyi) y la víbora de cascabel del Ajusco (Crotalus transversus). 
Asimismo, el suelo de conservación aporta servicios ambientales fundamentales para la Ciudad 
de México como son la recarga del acuífero, la conservación de suelos, la captura de carbono y 
otros relacionados con la presencia de valores culturales y opciones recreativas (GDF, 2000a). 
 
El aumento progresivo de los asentamientos humanos y el crecimiento irregular de la Ciudad de 
México, han influido negativamente en el futuro de las áreas silvestres y sus recursos naturales. 
Al diversificarse las actividades humanas y aumentar la demanda de servicios, se han 
provocado una serie de conflictos ambientales que afectan las condiciones naturales y alteran 
su capacidad para proporcionar servicios ambientales (Velázquez y Romero, 1999). 
 
Las principales amenazas están asociadas al cambio en la cobertura del suelo por el 
crecimiento de los asentamientos humanos, la degradación de masas boscosas por incendios, 
tala ilegal y pastoreo, cuyo avance ocasiona, además de erosión y pérdida de suelos, la 
 
destrucción de hábitats naturales y la disminución de zonas de recarga para los mantos 
acuíferos. Por citar algunos datos, en América Latina, la destrucción de los bosques excede 
anualmente los siete millones de hectáreas y la principal causa es la producción de alimentos 
(Myers, 1983); en el Distrito Federal, se calcula que el avance de la zona urbana está en razón 
de 350 ha/año y la tasa de deforestación es de 240 ha/año (Velázquez y Romero, 1999; GDF, 
2000a; 2002). 
 
Estos cambios se deben en parte, a la transformación de la dinámica socioeconómica existente 
dentro del suelo de conservación. Las actividades que comprenden la explotación directa de los 
recursos naturales y conforman el sector primario, como la agricultura, ganadería, silvicultura y 
pesca, han ido disminuyendo paulatinamente y una proporción cada vez mayor de habitantes se 
dedica a actividades dentro del sector terciario, enfocado hacia la prestación de servicios, que si 
bien está en constante crecimiento y es fundamental en una sociedad en desarrollo, no produce 
bienes y depende de los sectores primario y secundario e incluso del propio sector de servicios, 
lo cual contribuye al abandono de terrenos agrícolas, facilitado su invasión y fraccionamiento 
para desarrollos urbanos (GDF, 2000a; 2002). 
 
En cuanto a la pérdida de la cobertura natural, se estima que la superficie deforestada equivale 
al 7% de la extensión del suelo de conservación y se concentra principalmente en las 
delegaciones Álvaro Obregón, Cuajimalpa y Magdalena Contreras, una situación difícil si se 
considera que en estas delegaciones también se ubican las zonas más importantes para la 
recarga de los mantos acuíferos en el Distrito Federal (GDF, 2000a). 
 
Una de las consecuencias de esta deforestación, es la pérdida de hábitats y la fragmentación 
del paisaje natural; al generar discontinuidades en los ambientes naturales se forman parches 
de vegetación natural rodeados por sitios transformados artificialmente, disminuyendo la 
posibilidad de movimientos migratorios de organismos, lo que finalmente incrementa el riesgo 
de extinción local de flora y fauna, sobre todo en áreas donde se presentan especies endémicas 
o de distribución restringida (Velázquez y Romero, 1999). La pérdida de extensas áreas de 
bosque afectan su funcionamiento, pues intervienen en el ciclo del agua, evitan la erosión de los 
suelos, son valiosos productores de oxígeno y juegan un importante papel en la regulación del 
clima y en la captación del carbono atmosférico (GDF, 2000a; 2002). 
 
Otro servicio ambiental fundamental para la Cuenca y la Zona Metropolitana de la Ciudad de 
México (ZMCM) es la disponibilidad de agua, cuya calidad y cantidad está estrechamente ligada 
a la permeabilidad de los suelos y la transformación de las condiciones naturales en las zonas 
geológicas de transición y de montaña -las de mayor permeabilidad en el suelo de 
conservación. El crecimiento urbano impide la infiltración y recarga de acuíferos al sustituir la 
cobertura natural por una capa impermeable de pavimento y edificios, y por otra parte, 
incrementa las fuentes de contaminación de agua de origen doméstico e industrial (GDF, 2002; 
2004b) 
 
La extracción de agua subterránea, junto con el desarrollo de obras para proteger a la ciudad de 
las inundaciones, han provocado la desecación de la zona lacustre de la Cuenca de México, de 
continuar la extracción, aumenta el riesgo de pérdida de presión de los mantos acuíferos y de 
hundimientos inducidos, lo que representa un peligro potencial para la calidad del agua 
subterránea por la contaminación masiva del acuífero (GDF, 2000a; 2002, 2004b). 
 
De acuerdo con datos recientes, la demanda actual de agua en la ZMCM sobrepasa la 
capacidad hídrica de la Cuenca, cuyo flujo necesario es de 62 m 3/s; se estima que el 70% del 
abasto de agua se extrae de los sistemas subterráneos de la Cuenca y el resto proviene de los 
 
sistemas Lerma y Cutzamala. Lo anterior, hace imprescindible impedir la pérdida de áreas de 
recarga en las zonas geológicas de transición y de montaña, y la extracción de agua 
subterránea en zonas ubicadas dentro del suelo de conservación (GDF, 2000a; SACM, 2005). 
 
En el Distrito Federal, las zonas mejor conservadas se ubican en el suelo de conservación, 
alrededor del 70 % de su superficie se concentra en tres delegaciones, Cuajimalpa, Tlalpan y 
Xochimilco, y sólo el 9% corresponde a áreas naturales protegidas; asimismo, se estima que 
cerca de 30,000 hectáreas de esta superficie son propiedad de ejidos y comunidades (GDF, 
2000a). 
 
Esta problemática se repite dentro de las áreas naturales protegidas (ANP) existentes en el 
Distrito Federal, la mayoría de las cuales se ubican en suelo de conservación, por la presión 
que ejerce la mancha urbana. Actualmente, estas ANP se encuentran en los límites con el área 
urbana y presentan un alto grado de deterioro debido, por un lado a los incendios, que según 
cálculos, se afecta en promedio 2.7 hectáreas por siniestro, y por el otro, a la explotación 
irracional de los recursos. En los últimos seis años, a través de inspecciones, la Secretaria del 
Medio Ambiente ha detectado 145 parajes de extracción ilegal de flora y fauna, 25 bancos de 
explotación de materiales pétreos y 35 centros de almacenamiento y transformación de 
productos forestales no autorizados,además de 100 tiros clandestinos de cascajo y basura 
(GDF, 2002; 2004b). 
 
Las condiciones actuales del medio ambiente y de los recursos naturales representan una 
problemática social de gran importancia, no sólo porque repercuten negativamente en la calidad 
de vida y en la salud de quienes habitan en el Distrito Federal, sino porque se han convertido ya 
en un freno para el desarrollo económico sustentable. La ciudad no será viable sin los servicios 
ambientales proporcionados por las áreas verdes y el suelo de conservación. Por ello, la 
conservación y el aprovechamiento sustentable de los recursos naturales con los que se 
cuenta, se ha convertido en un asunto de seguridad y permite ubicar la enorme importancia que 
tiene la política ambiental y de recursos naturales (GDF, 2002; 2004b). 
 
 
 1.2 La política de conservación en el Distrito Federal (2000-2006) 
 
El Plan Nacional de Desarrollo 2001-2006, planteó como estrategia prioritaria el cuidado del 
patrimonio natural del país, así como su protección y aprovechamiento sustentable; y el 
gobierno local, en el Programa General de Desarrollo del Distrito Federal 2001-2006, señala 
que el Distrito Federal en la actualidad posee importantes áreas de reserva natural, las cuales 
representan más de la mitad de su territorio (GDF, 2005). 
 
Asimismo, el Programa de Protección Ambiental del Distrito Federal (2002 - 2006) determinó 
que las acciones dirigidas a la conservación y restauración de los recursos naturales, que por 
su extensión y biodiversidad sean fundamentales para la ciudad, serían consideradas como 
prioritarias. Con esto, se buscaba que a largo plazo contribuyeran a aumentar la superficie 
conservada, a restaurar superficies dañadas, a la recuperación paulatina de la biodiversidad y a 
conservar los bienes y servicios ambientales que estos ecosistemas proporcionan (GDF, 2002). 
 
La Secretaría del Medio Ambiente, como principal instancia ambiental para el Gobierno del 
Distrito Federal, tiene dentro de sus atribuciones, proponer la creación de áreas naturales 
protegidas, así como regularlas, vigilarlas y administrarlas, a fin de lograr la conservación y el 
aprovechamiento sustentable de sus recursos naturales. De igual forma, tiene la facultad de 
establecer los lineamientos generales y coordinar las acciones en materia de protección, 
 
conservación y restauración de los recursos naturales, flora, fauna, agua, aire, suelo, áreas 
naturales protegidas y zonas de amortiguamiento, a través de diversos instrumentos (GDF, 
1998; 2000b). 
 
De éstos, la Ley Ambiental del Distrito Federal (LADF), como su principal instrumento, define los 
principios para formular, conducir y evaluar la política ambiental del Distrito Federal; establece 
los lineamientos y regulaciones relativas a la conservación, restauración y aprovechamiento 
sustentable de los recursos naturales de jurisdicción local, incluidas las áreas naturales 
protegidas y el suelo de conservación. 
 
Desde su creación en 1996, la Ley Ambiental ha incorporado una serie de reformas con la 
finalidad de conformar un marco jurídico adecuado y encaminado a consolidar una política 
integral de desarrollo sustentable en el Distrito Federal. Entre ellas destacan, el establecimiento 
de criterios más precisos para la protección y aprovechamiento sustentable de la biodiversidad 
y los recursos naturales del suelo de conservación, considera la participación de las 
comunidades y la población en general en los programas y acciones para el establecimiento, 
cuidado y vigilancia de los recursos naturales, servicios ambientales y áreas naturales 
protegidas, así como la definición y creación de diversos instrumentos y mecanismos para la 
conservación. 
 
En un análisis realizado sobre la legislación y los instrumentos de protección de las áreas 
naturales protegidas en México y América Latina, se observó que históricamente la creación de 
áreas naturales protegidas, ha respondido más a la necesidad de contención de la mancha 
urbana que a la protección de los recursos naturales y se crearon a través de decretos aislados 
y sin una visión integral e internacional (GDF, 2002; PAWHP, s/a; PNUMA, 2004). 
 
Además, se encontró que el país coincide en la problemática que enfrentan otras áreas en 
América Latina: la deforestación y el crecimiento de la frontera agropecuaria como sus 
principales inconvenientes, vinculados a la pobreza y al crecimiento demográfico; en segundo 
lugar, el incumplimiento del marco jurídico que regula las ANP, por ejemplo en la cacería, la tala 
ilegal y la explotación pesquera, debido a la ausencia de un verdadero control y aplicación de la 
ley; en tercer lugar, la falta de recursos humanos y económicos para cumplir correctamente con 
sus funciones. Otro problema relevante en común son los incendios forestales; se menciona de 
manera particular lo ocurrido en 1998, debido a una de las sequías más intensas en la historia 
reciente de la región (PAWHP, s/a; De la Maza, et.al, 2003; PNUMA, 2004). 
 
Actualmente, aunque los criterios para establecer las áreas naturales protegidas obedecen a 
diferentes objetivos y necesidades de manejo, a nivel mundial constituyen el elemento central 
en la estrategia nacional para conservar la diversidad biológica, y en la mayoría de los países 
están incluidas dentro de Sistemas de Áreas Naturales Protegidas, mecanismos orientados a 
procurar su conservación y administración a través de un sólo órgano, lo que significa que 
cuentan con una política de gestión definida y están bajo la administración de la autoridad 
gubernamental (PNUMA, 2004). 
 
En cuanto a la gestión y administración, también se subraya que un plan o programa de manejo 
(PM) constituye el principal instrumento de planeación y regulación para su operación. 
Asimismo, los lineamientos generales fundamentales que deben considerar los programas de 
manejo incluyen la protección de los recursos naturales, el mantenimiento de los servicios 
ambientales, el uso público, turismo y recreación, la investigación, así como el monitoreo y la 
evaluación, entre otros (PNUMA, 2004; PAWHP, s/a). 
 
 
En México, hasta el 2006, el 25 % de las áreas naturales protegidas con decreto federal cuenta 
con programa de manejo publicado. En el Distrito Federal, sólo el Parque Ecológico de la 
Ciudad de México contaba con programa publicado legalmente y vigente desde 1989. 
 
Por lo anterior, uno de los primeros planteamientos para conservar estos espacios fue revisar la 
situación existente de las áreas naturales protegidas en el Distrito Federal, y que este 
diagnóstico permitiera ir definiendo las acciones necesarias para su conservación. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
2. Antecedentes de la elaboración de los programas de manejo 
 
 
 
En el 2000, en el Distrito Federal existían 17 áreas con decreto vigente, distribuidas de acuerdo 
a su categoría, de la siguiente manera: 
 
Zonas Sujetas a Conservación Ecológica: 
 
1. Sierra de Guadalupe 
2. Sierra de Santa Catarina 
3. Cerro de la Estrella 
4. Ejidos de Xochimilco y San Gregorio Atlapulco 
5. Parque Ecológico de la Ciudad de México 
6. Tercera Sección de Chapultepec I 
7. Tercera Sección de Chapultepec II 
8. Bosques de las Lomas 
 
Parque Urbano: 
 
9. Bosque de Tlalpan 
 
Parques Nacionales (de competencia federal): 
 
10. Desierto de los Leones 
11. Cumbres del Ajusco 
12. Insurgente Miguel Hidalgo 
13. Fuentes Brotantes de Tlalpan 
14. El Tepeyac 
15. Cerro de la Estrella 
16. Lomas de Padierna 
17. Histórico Coyoacán 
 
Una parte de los bosques de la Cañada de Contreras era considerada erróneamente como área 
natural protegida. Tiene un decreto federal como Zona Protectora Forestal, una categoría de 
protección muy utilizada en el país en la década de los treinta, principalmente para grandes 
extensiones forestales, pero que no corresponde a una categoría de área natural protegida. 
 
Por otra parte, en 1999, el gobierno federal, a través de la entonces Secretaría de Medio 
Ambiente,Recursos Naturales y Pesca (SEMARNAP), tomó como una medida para la 
conservación de las áreas naturales protegidas, la descentralización de áreas de relevancia 
local -muchas de ellas parques nacionales, que consistió en establecer instrumentos 
específicos de coordinación para transferir la administración de las ANP a los gobiernos locales, 
en este caso, mediante un Acuerdo de Coordinación entre la SEMARNAP y el Gobierno del 
Distrito Federal (DOF, 1999). 
 
Derivado de este acuerdo, a partir del año 2000 los parques nacionales Desierto de los Leones, 
Cumbres del Ajusco, Insurgente Miguel Hidalgo y Fuentes Brotantes de Tlalpan son 
administrados por el GDF, y los parques nacionales que permanecen bajo la competencia 
federal son El Tepeyac, Cerro de la Estrella, Lomas de Padierna e Histórico de Coyoacán. 
 
 
A partir de ese momento, la Dirección de Áreas Naturales Protegidas inició un análisis técnico y 
legal de las áreas naturales protegidas existentes, partiendo de la premisa de que este conjunto 
no había sido planeado bajo criterios de conservación biológica, ya que no estaban incluidas las 
superficies mejor conservadas y más importantes por su biodiversidad. 
 
Sin considerar las áreas naturales protegidas, las zonas boscosas mejor conservadas del 
Distrito Federal, que albergan la mayor parte de la biodiversidad y de los servicios ambientales, 
cubren cerca de 30,000 hectáreas y son propiedad de ejidos y comunidades. Lo anterior llevó al 
razonamiento de que estos núcleos agrarios deberían participar más activamente en su 
conservación. De aquí nació la propuesta para una nueva categoría de área natural protegida: 
Reserva Ecológica Comunitaria. 
 
Con lo anterior, el 31 de enero de 2002, la Ley Ambiental del DF tuvo una primera modificación 
referente a áreas naturales protegidas, determina el establecimiento del Sistema local de áreas 
naturales protegidas; deroga algunas, crea nuevas y define todas sus categorías; ya que al no 
estar definidas, no eran claras las diferencias entre cada una. Con estas modificaciones, las 
categorías actuales vigentes de ANP establecidas por el Gobierno del Distrito Federal son: 
 
1. Zonas de Conservación Ecológica. Son aquellas que contienen muestras representativas de 
uno o más ecosistemas en buen estado de preservación y que están destinadas a proteger 
los elementos naturales y procesos ecológicos que favorecen el equilibrio y el bienestar 
social. 
 
2. Zonas de Protección Hidrológica y Ecológica. Son aquellas que se establecen para la 
protección, preservación y restauración de sistemas hídricos naturales, así como flora, 
fauna, suelo y subsuelo asociados. 
 
3. Zonas Ecológicas y Culturales. Son aquellas con importantes valores ambientales y 
ecológicos, donde también se presentan elementos físicos, históricos y arqueológicos o se 
realizan usos y costumbres de importancia cultural. 
 
4. Refugios de Vida Silvestre. Son aquellos que constituyen el hábitat natural de especies de 
fauna y flora que se encuentra en alguna categoría de protección especial o presentan una 
distribución restringida. 
 
5. Zonas de Protección Especial. Son aquellas que presentan escasa vegetación natural, 
vegetación inducida o vegetación fuertemente modificada y que por su extensión y 
características mantienen importantes servicios ambientales. 
 
6. Reservas Ecológicas Comunitarias. Son aquellas establecidas por pueblos, comunidades y 
ejidos en terrenos de su propiedad, destinadas a la preservación, protección y restauración 
de la biodiversidad, sin que se modifique el régimen de propiedad. 
 
Las categorías de Parque Nacional (de competencia federal) y de Parque Urbano (derogada en 
el DF.) permanecen para las áreas naturales protegidas existentes, sin embargo, ya no son 
utilizadas en nuevas declaratorias. 
 
Asimismo, las cinco áreas naturales protegidas restantes que son competencia del GDF se 
localizan en suelo urbano: en el caso de Bosques de las Lomas, Bosque de Tlalpan y Fuentes 
Brotantes, su administración está a cargo de la delegación correspondiente, Miguel Hidalgo y 
Tlalpan; mientras que las otras dos, Tercera Sección de Chapultepec I y II son administradas 
 
por la Dirección General de Bosques Urbanos y Educación Ambiental de la Secretaría del 
Medio Ambiente del GDF. 
 
Por último, en 2006 y 2007, fueron decretadas tres nuevas áreas naturales protegidas; 
Ecoguardas como zona de conservación ecológica; San Nicolás Totolapan y San Miguel 
Topilejo como reservas ecológicas comunitarias, con lo que aumentó en poco más de 8,000 
hectáreas la superficie conservada para el Distrito Federal. La Figura 3 señala las áreas 
naturales protegidas actuales en el Distrito Federal. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Fig. 3. Áreas Naturales Protegidas del Distrito Federal 
 
 
 
 
 
 
 
B o s q u e 
 d e T l a l p a n B o s q u e s 
 d e l a s L o m a s C e r r o 
 d e l a E s t r e l l a C u m b r e s 
 d e l A j u s c o D e s i e r t o 
 d e l o s L e o n e s E c o g u a r d a s 
E j i d o s 
 d e X o c h i m i l c o y S a n G r e g o r i o A t l a p u l c o E l 
 T e p e y a c F u e n t e s 
 B r o t a n t e s d e T l a l p a n I n s u r g e n t e 
 M i g u e l H i d a l g o y C o s t i l l a L a 
 A r m e l l a L o m a s 
 d e P a d i e r n a P a r q u e 
 E c o l o g i c o d e l a C i u d a d d e M e x i c o S a n 
 N i c o l a s T o t o l a p a n S i e r r a 
 d e G u a d a l u p e S i e r r a 
 d e S a n t a C a t a r i n a 
S a n 
 M i g u e l T o p i l e j o 
L í m i t e 
 D e l e g a c i o n a l 
 
Posteriormente, aquellas áreas que fueran de competencia total de la Secretaría del Medio 
Ambiente, con muestras representativas de los ecosistemas y de la biodiversidad del Distrito 
Federal fueron incluidas dentro del Sistema local de áreas naturales protegidas. Cuadro 1 
 
 
Categoría/ Nombre Ubicación Superficie Fecha decreto 
Parque Nacional 
Cumbres del Ajusco Tlalpan 720 1936 
Desierto de Los Leones Cuajimalpa-Á. Obregón 1,529 1917 
Insurgente Miguel Hidalgo y Costilla Cuajimalpa-Edo. Mex 336 1936 
Zona Sujeta a Conservación Ecológica 
E. de Xochimilco y San Gregorio Atlapulco Xochimilco 2,657.0 1992 
Parque Ecológico de la Ciudad de México Tlalpan 727.6 1989 
Sierra de Guadalupe Gustavo A. Madero 633.7 1990 y 2002 
Sierra de Santa Catarina Iztapalapa y Tláhuac 748.7 1994 y 2003 
Zona de Conservación Ecológica 
La Armella Gustavo a. Madero 193.38 2006 
Ecoguardas Tlalpan 132.63 2006 
Zona Ecológica y Cultural 
Cerro de la Estrella Iztapalapa 121.77 1991 y 2006 
Reserva Ecológica Comunitaria 
San Nicolás Totolapan M. Contreras y Tlalpan 1984.70 2006 
San Miguel Topilejo Tlalpan 6000 2007 
 
Cuadro 1. Las áreas naturales protegidas cubren una superficie aproximada de 15, 784 hectáreas. 
 
El Sistema Local de Áreas Naturales Protegidas fue establecido legalmente el 19 de agosto de 
2005, a través de un Acuerdo del Jefe de Gobierno del DF, publicado en la Gaceta Oficial, 
logrando así contar con un instrumento estratégico de planeación orientado a procurar la 
conservación de los recursos naturales y la administración de las áreas. 
 
Para el Sistema local, un área natural protegida cuenta con dos instrumentos legales 
fundamentales y se determina la elaboración de los programas de manejo como una de las 
acciones principales para iniciar su consolidación. 
 
a) Decreto: Es el instrumento que emite el ejecutivo federal o local, que declara una superficie 
determinada como área natural protegida, bajo alguna categoría de protección y se publica en 
el Diario Oficial de la Federación o en la Gaceta Oficial del Distrito Federal. 
 
b) Programa de Manejo: Instrumento de planeación y normatividad, que establece las reglas 
básicas para la administración y el manejo de los recursos naturales de un área natural 
protegida y se publica de manera oficial en el Diario Oficial de la Federación o en la GacetaOficial del Distrito Federal. 
 
 
 
 
3. Elaboración de los programas de manejo 
 
 
 
El proceso de formulación de los programas de manejo se llevó al cabo entre julio de 2003 y 
enero de 2007. En este período se incluyen los tiempos de planeación y elaboración de cada 
proyecto, así como las etapas posteriores de revisión, gestión y publicación del manuscrito final. 
Cada uno de los documentos se realizó con el mismo procedimiento general. 
 
 
3.1 Diseño y planificación 
 
Al no contar con antecedentes de un programa de manejo publicado para el Distrito Federal, las 
primeras reuniones de trabajo sirvieron para definir el equipo de trabajo y determinar la 
estructura para los programas de manejo, que por un lado consideró lo establecido en la Ley 
Ambiental del Distrito Federal, y por el otro, se sustentó en la Ley General del Equilibrio 
Ecológico y Protección al Ambiente (LGEEPA). 
 
Se realizó un breve análisis de todos los planes y programas sectoriales del gobierno, así como 
de las disposiciones legales aplicables y otras recomendaciones. De acuerdo con lo anterior, se 
elaboraron unos términos de referencia con los lineamientos a seguir para la elaboración de los 
programas de manejo. 
 
En el caso del programa de conservación y manejo del Parque Nacional Desierto de los 
Leones, por ser un área federal, el proceso se llevó a cabo de manera conjunta entre el 
Gobierno del Distrito Federal (DGCORENADER) y el Gobierno Federal (CONANP-SEMARNAT) 
y para su elaboración se siguieron los términos de referencia establecidos por la Comisión 
Nacional de Áreas Naturales Protegidas de la SEMARNAT. 
 
Para la elaboración de los programas de manejo, se conformó el siguiente equipo de trabajo 
con las funciones respectivas: 
 
 Dirección de Áreas Naturales Protegidas. Encabezó el proyecto general y asistió la 
información faunística. 
 Subdirección de Conservación de la biodiversidad. Coordinación técnica de campo para 
obtener la información sobre vegetación, flora y fauna. 
 Subdirección de Áreas Naturales Protegidas. Respaldo a la gestión y seguimiento legal de 
los proyectos hasta su publicación. 
 Técnicos de campo: ornitólogo, herpetólogo, antropólogo. 
 Técnico en sistemas de información geográfica. 
 Jefatura de Unidad Departamental Poniente, Oriente, Humedales y Sur. Cada responsable 
de área natural protegida participó en la elaboración del programa de manejo respectivo 
 Jefatura de Programas de Manejo. Planeación, investigación, elaboración y revisión general 
de los proyectos, apoyo técnico en campo, análisis de datos, así como gestión y 
seguimiento legal hasta su publicación. 
 
 
3.2 Recopilación de información 
 
En una primera etapa del proceso se revisó y analizó toda la información documental, 
bibliográfica y cartográfica disponible sobre el polígono del área natural protegida, incluyendo 
 
todos aquellos trabajos realizados por investigadores o grupos académicos. Lo anterior se 
utilizó para describir los siguientes aspectos físicos: 
 
 Ubicación geográfica: coordenadas geográficas y extremas, ubicación política, vías de 
acceso, superficies y colindancias, distancia media a poblaciones y vías de comunicación. 
 Fisiografía: características generales e importantes del relieve. 
 Suelos: clasificación FAO, características y ubicación. 
 Hidrología: principales cauces perennes e intermitentes, características y ubicación. 
 Clima: modificaciones a la clasificación climática de Köppen, elaborada por Enriqueta 
García, en su edición más reciente. 
 Temperatura: media, máxima y mínima. 
 Precipitación mensual y anual (promedios). 
 Vientos y fenómenos meteorológicos importantes. 
 
 
3.3 Enlaces con áreas, sectores o especialistas 
 
En tres casos se contó con estudios científicos realizados por instituciones académicas, como 
base para la elaboración de los programas de manejo, dos proyectos para la restauración 
ecológica de las áreas naturales protegidas Sierra de Guadalupe y Sierra de Santa Catarina, 
elaborados por la Universidad Autónoma Metropolitana en el 2002; y un estudio realizado por el 
Instituto de Ecología de Xalapa, A.C. en 2001, como propuesta para el manejo del área natural 
protegida Ejidos de Xochimilco y San Gregorio Atlapulco. 
 
 
3.4 Trabajo y verificación de información en campo 
 
Para la realización del trabajo de campo, se contó con la autorización para colecta 
correspondiente por parte de la Dirección General de Vida Silvestre de la SEMARNAT. 
 
Vegetación y flora. Tomando como base la información histórica, la bibliografía y las 
colecciones de herbario disponibles para la zona, se elaboró un listado potencial de especies. 
La elaboración del inventario se basó principalmente en el trabajo de campo, procurando que la 
colecta de ejemplares cubriera al menos un año para tener representatividad estacional y 
actualizar constantemente la información. El esfuerzo de colecta dependió del tamaño del ANP 
y de los ecosistemas presentes. Los ejemplares colectados fueron prensados, secados e 
identificados, y una parte importante fue donada a una colección completa o un herbario 
reconocido (MEXU). Toda la información generada fue incorporada a una base de datos y a un 
sistema de información geográfica. 
 
Para describir la vegetación, se contó con fotos aéreas o imágenes de satélite, proporcionadas 
por la Dirección de Ordenamiento Ecológico de la DGCORENADER y la CONANP, 
favoreciendo el uso de las fotos aéreas, que tienen mayor detalle. Se realizó una interpretación 
de las fotos o de la imagen, identificando los diferentes tipos de vegetación y asociaciones 
vegetales presentes en el ANP. En campo se geoposicionaron las superficies y se determinaron 
puntos de verificación para cotejar las fotos aéreas o imágenes de satélite; se tomó nota de las 
especies más abundantes de cada tipo de vegetación, y por estrato, las especies que 
componen comúnmente el estrato arbóreo, el arbustivo y herbáceo. 
 
 
 
 
Como resultados se obtuvieron, la descripción de los tipos de vegetación, el mapa de 
vegetación ligado a un sistema de información geográfica, una base de datos con un listado 
florístico de especies presentes tanto colectadas como bibliográficas, con el nombre científico y 
el nombre común, importancia especial y su estado de acuerdo a la Norma Oficial Mexicana 
NOM-059-SEMARNAT-2001, y en algunos casos, el análisis del endemismo de la flora. 
 
Fauna. Se consideró básicamente la fauna de vertebrados terrestres: anfibios, reptiles, aves y 
mamíferos. Para cada grupo, se realizó una revisión de citas bibliográficas, los trabajos más 
recientes y las colecciones disponibles. Esta información se concentró en una base de datos 
para elaborar la lista potencial de especies para el área natural protegida. 
 
Durante las salidas de campo, en algunos casos, principalmente para el grupo de las aves, el 
técnico especialista, con base en muestreos y técnicas convencionales, realizó algunas colectas 
para verificar información y complementar las bases de datos. 
 
Al final se elaboró la lista de especies de fauna del ANP por grupo taxonómico, especificando 
nombre científico, nombre común, importancia especial, grado de endemismo y su estado de 
acuerdo a la Norma Oficial Mexicana NOM-059-SEMARNAT-2001. 
 
 
3.5 Consulta, verificación y análisis de información 
 
En todos los casos, se consultó al Registro Agrario Nacional, la Comisión de Asuntos Agrarios 
del Distrito Federal, el Registro Público de la Propiedad Federal, el Registro Público de la 
Propiedad y el Comercio del Distrito Federal y la Dirección General de Servicios Legales del 
Distrito Federal para obtener la información de carácter legal relacionada con el polígono del 
ANP, la situación de la tenencia de la tierra o conflictos agrarios. 
 
En algunos casos, se solicitó información de carácter técnico al Sistema de Aguas de la Ciudad 
de México sobre la infraestructura presente y al Instituto Nacional de Antropología e Historia 
para identificar laexistencia de vestigios arqueológicos, sitios históricos, costumbres y 
tradiciones ligadas al uso de recursos naturales en el área natural protegida. 
 
Para describir las características demográficas, económicas y sociales, y su vinculación con la 
zona de influencia, para cada área se definió una zona de amortiguamiento de 5 km alrededor 
del polígono del ANP que fuera representativa de la zona urbana, infraestructura y servicios. 
 
Los aspectos socioeconómicos se evaluaron a partir de la información disponible del Instituto 
Nacional de Estadística, Geografía e Informática, se utilizaron el Censo General de Población y 
Vivienda más reciente, los Cuadernos Estadísticos Delegacionales del INEGI y la información 
base disponible del Marco Geoestadístico Nacional, que son las Áreas Geográficas de 
Estadística Básica (AGEB), división político-administrativa del país, que se ajusta a los límites 
de las delegaciones políticas y está definida por elementos naturales y/o culturales. 
 
Una vez descritas las características físicas, biológicas, socioeconómicas, histórico-culturales y 
legales, un aspecto fundamental para el programa fue el análisis de la información para el 
diagnóstico del área natural protegida. 
 
En el diagnóstico, se identificaron aquellos aspectos críticos en materia de conservación, 
restauración y protección de los recursos naturales. Se describió la influencia social negativa o 
positiva, las formas de aprovechamiento de los recursos naturales, así como diversas 
 
situaciones, riesgos y amenazas tanto al interior como en la zona de influencia del área natural 
protegida. Lo anterior, proporcionó información para la toma de decisiones en cuanto a 
propuestas de manejo, y sirvió como base para la definición de los subprogramas y acciones. 
 
 
3. 6 Elaboración de Subprogramas y acciones 
 
El objetivo general de un programa de manejo es la conservación de los recursos naturales del 
área natural protegida a través del manejo integral y el desarrollo sustentable. Sin considerar un 
orden de importancia o jerarquía, se propusieron seis líneas críticas fundamentales, a manera 
de objetivos para alcanzar el propósito del programa de manejo: 
 
 Proteger los recursos naturales; 
 Restaurar, detener y revertir los procesos de degradación de los mismos; 
 Regular las actividades de aprovechamiento, turísticas y recreativas; 
 Impulsar la investigación científica y el monitoreo de los recursos naturales; 
 Fortalecer el vínculo con las comunidades; 
 Operar la estructura administrativa del área. 
 
A partir del diagnóstico y análisis de la problemática particular, se establecieron líneas de acción 
o subprogramas, que, salvo ligeras diferencias y ajustes, fueron homogéneos en todas las 
áreas naturales protegidas, los siguientes: 
 
Subprograma Protección y Vigilancia de los Recursos Naturales 
Subprograma Restauración Ecológica 
Subprograma Aprovechamiento Productivo 
Subprograma Uso Público, Turístico y de Educación Ambiental 
Subprograma Investigación Científica, Monitoreo y Evaluación 
Subprograma Participación Comunitaria 
Subprograma Coordinación Interinstitucional 
Subprograma Administración 
 
Cada subprograma a su vez, se instrumentó a través de acciones, que constituyen propiamente 
el programa de trabajo para el área. Cada uno está estructurado en una tabla o matriz que 
enumera las acciones necesarias a realizar a plazo corto (1 a 2 años), mediano (3 a 4 años) o 
de manera permanente, e indica las dependencias locales y federales con atribuciones para 
fortalecer las acciones definidas. Cuadro 2. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Acciones Plazo Instancias involucradas 
Protección y vigilancia 
Construir y/o rehabilitar infraestructura 
para la vigilancia. Corto 
DGCORENADER, Delegación 
Xochimilco, SSP, SAGARPA. 
Diseñar y operar un programa de 
señalización informativa y restrictiva. 
Corto 
 
DGCORENADER, Delegación 
Xochimilco, SSP, SECTUR, 
PAOT, INAH y SACM 
Promover la formación, organización y 
capacitación de brigadas comunitarias e 
institucionales. 
Permanente 
DGCORENADER, Delegación 
Xochimilco, SSP, PAOT y 
comunidades. 
 
Cuadro 2. Ejemplo de la estructura de un subprograma de acciones para un programa de manejo. 
 
 
3.7 Revisión y análisis de la normatividad ambiental 
 
Las actividades y usos que se realizan en el ANP, se manejan a través de reglas 
administrativas integradas en capítulos, en ellas se establecen los criterios y lineamientos 
normativos para la administración y manejo del área. Están integradas en los siguientes 
capítulos: 
 
Disposiciones generales 
De la administración 
De los usos de suelo y zonificación 
De la restauración 
De los usos y aprovechamientos permitidos 
De los avisos y autorizaciones 
De las Unidades de Manejo para la Conservación de Vida Silvestre 
De los visitantes 
De la investigación científica 
De las restricciones 
De la inspección y vigilancia 
De la denuncia ciudadana 
De las sanciones y recursos 
 
Las reglas administrativas están basadas y estructuradas de acuerdo con lo establecido para 
las áreas naturales protegidas en materia de normatividad ambiental federal y local. Para su 
elaboración, se revisaron las disposiciones legales que aplican para un área natural protegida, 
incluyendo leyes, reglamentos y normas. 
 
Inicialmente, se consideró una de las disposiciones legales más importantes para el Distrito 
Federal. Desde 1947, debido a la tala inmoderada y al estado de deterioro en que se 
encontraban los bosques del Distrito Federal y el Estado de México, la entonces existente 
Secretaria de Agricultura y Ganadería, declaró una veda forestal indefinida de recuperación y de 
servicio para todos los bosques del Estado de México y el Distrito Federal, y establece la 
necesidad de adoptar medidas para su protección y someterlos a un proceso de recuperación 
(Diario Oficial de la Federación. Sábado 2 de marzo de 1947). 
 
Por lo menos 10 leyes están relacionadas con la conservación de las áreas naturales 
 
protegidas: 
 
 Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos 
 Ley General el Equilibrio Ecológico y Protección al Ambiente (LEGEEPA) 
 Ley General de Vida Silvestre 
 Ley General de Desarrollo Forestal Sustentable 
 Ley de Aguas Nacionales 
 Ley General de Bienes Nacionales 
 Ley de Turismo del Distrito Federal 
 Ley Ambiental del Distrito Federal 
 Ley de Aguas del Distrito Federal 
 Ley de Desarrollo Urbano del Distrito Federal 
 
Entre los reglamentos existentes sobre conservación destacan: 
 
 Reglamento de la LEGEEPA en materia de Áreas Naturales Protegidas 
 Reglamento de la Ley General de Desarrollo Forestal sustentable 
 Reglamento de la Ley Ambiental del Distrito Federal 
 Reglamento de Impacto Ambiental y Riesgo de la Ley Ambiental del D.F. 
 
Las Normas Oficiales Mexicanas regulan una actividad en particular y por lo menos 30 están 
relacionadas con la conservación de áreas naturales protegidas: 
 
 Uso forestal 
 Agua 
 Protección del acuífero 
 Suelos 
 Flora y fauna 
 Actividades mineras 
 Actividades petroleras 
 Plagas 
 
Destaca la Norma Oficial Mexicana NOM-059-SEMARNAT-2001. Protección ambiental-
Especies nativas de México de flora y fauna silvestres-Categorías de riesgo y especificaciones 
para su inclusión, exclusión o cambio-Lista de especies en riesgo Especies de flora o fauna que 
se encuentran en alguna categoría de riesgo. 
 
 Probablemente extinta. Especie cuyos ejemplares en vida silvestre han desaparecido. 
 En peligro de extinción. El tamaño de sus poblaciones ha disminuido a tal grado que está en 
riesgo su existencia. 
 Amenazada. Especies o poblaciones que podrían desaparecer a corto o mediano plazo, por 
deterioro de su hábitat. 
 Sujeta a protección especial. Especies o poblaciones que podrían llegar a encontrarse 
amenazadas por diversos factores. 
 
 
 
 
 
 
 
 
3.8 Zonificación 
 
La zonificación fue uno de los aspectos más importantes del programa de manejo, es una 
divisióngeográfica del polígono del área natural protegida de acuerdo a sus características y 
uso potencial; determina las actividades que se pueden realizar en cada zona y establece qué 
áreas necesitan más atención, y busca responder a las necesidades de conservación, 
participación comunitaria, oferta de servicios turísticos y recreativos, así como al fomento y 
desarrollo del área. 
 
Para la zonificación, se utilizaron fotos aéreas o imágenes de satélite de la poligonal del área, 
proporcionadas por la Dirección de Ordenamiento Ecológico de la DGCORENADER y la 
CONANP, favoreciendo el uso de aquellas que tienen mayor detalle. La interpretación de las 
fotos o de las imágenes incluyó la identificación de la topografía, relieves, hondonadas, 
vegetación, claros, áreas de restauración o de aprovechamiento agrícola, si es el caso. En 
campo se determinaron y geoposicionaron el mayor número posible de puntos de verificación, 
tales como accesos, caminos, infraestructura, asentamientos humanos y vegetación. 
 
Zonas utilizadas en los programas de manejo: 
 
 Zonas de Conservación. Áreas en las que los elementos ambientales y ecológicos, así 
como los recursos naturales se encuentran en buenas condiciones de conservación o con 
un bajo grado de impacto por actividades antropogénicas, y que requieren de protección 
para su permanencia. 
 
 Zonas de Restauración. Aquellas superficies en las que los elementos ambientales y 
ecológicos, así como los recursos naturales han sufrido un deterioro significativo por 
actividades antropogénicas y que por sus características son vulnerables y requieren de un 
manejo especial para mejorar sus condiciones. 
 
 Zonas de Uso Público o Turístico. Áreas que ya han sido modificadas por las actividades 
humanas o presencia de infraestructura, que presentan atractivos naturales y condiciones 
para desarrollar actualmente actividades de turismo, recreación y educación ambiental, 
entre otras. 
 
 Zonas de Aprovechamiento. Comprende todas aquellas superficies donde se desarrollan 
tradicionalmente actividades de aprovechamiento, principalmente agrícola y pecuario, que 
requieren orientar estas actividades hacia un uso sustentable, que incluya la conservación 
de agua y suelo, el mejoramiento de las actividades productivas y todas aquellas prácticas 
que ayuden en la restauración y conservación de los recursos naturales. 
 
 
Posteriormente, para un manejo operativo de cada zona, se elaboró una matriz dividida en 
sectores de actividad a) Ecológico; b) Hidrológico; c) Vida silvestre; d) Agropecuario; e) 
Turístico y f) Infraestructura. 
 
Se enlistaron las actividades específicas que se realizan por sector y que requieren ser 
reguladas, y se indicó para cada una de las zonas si la actividad está permitida, no está 
permitida o no aplica. Cuadro 3. 
 
 
 
 
 
Actividad Ejemplo de Zonas 
Permitida Pe Conservación ZC 
No permitida Np Aprovechamiento ZA Simbología 
No aplica Na Uso Público ZUP 
 
Zona Sector Actividad específica 
 
Extracción de flora y fauna silvestre 
Obras de conservación de suelo y agua 
Reforestación 
Ecológico 
Saneamiento vegetal 
Captación de manantiales 
Modificación de corrientes 
Introducción de fauna exótica y no nativa 
Hidrológico 
Desecamiento y contaminación de cauces y corrientes 
Caza 
Cría de especies de fauna locales Vida silvestre 
Reintroducción de flora y fauna silvestre nativas 
Construcción de invernaderos 
Fruticultura 
Plantaciones comerciales Agropecuario 
Uso de agroquímicos 
Ecoturismo 
Gotcha 
Prácticas de rappel 
Turístico 
Senderos interpretativos 
Construcción de cercados 
Construcción de sirdos 
Introducción de servicios básicos 
Infraestructura y equipamiento básico para el ecoturismo 
Infraestructura 
Mantenimiento y rehabilitación de caminos, brechas y 
senderos 
 
 
Cuadro 3. Ejemplo de matriz de zonificación para un programa de manejo. 
 
 
Toda esta información está ligada a un Sistema de Información Geográfica, que utilizó para 
todos los casos el software ArcGIS, cuyas aplicaciones incluyen el mapeo, administración de 
datos y geoprocesamiento de la información. Como resultado se generó un mapa con las 
superficies de cada zona, su objetivo, descripción y aspectos relevantes, así como las normas 
de uso y la cartografía correspondiente. 
 
 
 
 
 
3.9 Consulta Pública 
 
Una vez finalizado el manuscrito, en una segunda etapa, éste fue sometido a un proceso oficial 
de consulta pública con los diferentes sectores que inciden en el área natural protegida. Para 
ello, se llevaron al cabo mesas de trabajo y talleres en los cuales se presentó y entregó la 
propuesta a personas, comunidades vecinas, grupos y organizaciones de productores, 
organizaciones no gubernamentales, instituciones académicas y representantes de los sectores 
legislativo y gubernamental, local y federal. 
 
Paralelamente al proceso de consulta, la propuesta se abrió y difundió con apoyo de la 
delegación o delegaciones correspondientes, mediante la distribución de carteles, mantas, 
publicación en una página Web y un módulo de información y consulta que atendió dudas, 
opiniones, aplicó encuestas y recopiló opiniones escritas. 
 
Asimismo, se realizaron mesas de trabajo especiales para los temas críticos como los 
asentamientos humanos irregulares, la zonificación, la tenencia de la tierra, el uso público y 
actividades turísticas, principalmente con delegaciones políticas, Instituto Nacional de 
Antropología e Historia, Sistema de Aguas de la Ciudad de México, así como instituciones 
académicas, como la UNAM, UAM, INECOL. 
 
Estas actividades tuvieron como propósito detectar y reunir diversos puntos de vista y 
propuestas de los diferentes sectores, tanto para su propio sector como para los otros. Como 
resultado de las reuniones, consultas y encuestas, se obtuvieron recomendaciones para 
fortalecer todo el documento y reestructurar las versiones posteriores. 
 
 
3.10 Seguimiento y publicación de los documentos finales 
 
Cuando concluyó el proceso de consulta, el manuscrito pasó por una revisión técnica en la 
Dirección de Áreas Naturales Protegidas, y legal en la Dirección Ejecutiva Jurídica de la 
Secretaría del Medio Ambiente. 
 
Finalmente, el programa de manejo fue enviado a la Dirección General Jurídica y de Estudios 
Legislativos del GDF, institución encargada de formular y revisar reglamentos, decretos, 
acuerdos y demás ordenamientos jurídicos que sean competencia de la Administración Pública, 
esta instancia emitió opinión y envió el documento para firma del Jefe de Gobierno. Esta misma 
Dirección General fue la responsable de su publicación en la Gaceta Oficial del Distrito Federal. 
 
En el caso del Programa de Conservación y Manejo del Parque Nacional Desierto de los 
Leones, una vez que concluyó la consulta pública, se elaboró la Manifestación de Impacto 
Regulatorio (MIR), documento de carácter obligatorio para cualquier iniciativa regulatoria, en el 
cual es sometida a un proceso de revisión ante la Comisión Federal de Mejora Regulatoria 
(COFEMER), previsto en la Ley Federal de Procedimiento Administrativo. Una vez que se 
obtuvo el dictamen positivo por parte de la COFEMER, el documento pasó por un proceso de 
edición para ser publicado en el Diario Oficial de la Federación. 
 
 
 
 
 
 
4. Resultados 
 
 
 
Durante los cuatro años de colaboración con la Dirección de Áreas Naturales Protegidas de la 
Secretaría del Medio Ambiente del Gobierno del Distrito Federal se obtuvieron los siguientes 
resultados. 
 
1. Programa de manejo del área natural protegida zona sujeta a conservación ecológica “Sierra 
de Guadalupe”, se publicó en la Gaceta Oficial del Distrito Federal el 2 de diciembre de 2003. 
 
2. Actualización del programa de manejo del área natural protegida zona sujeta a conservación 
ecológica “Parque Ecológico de la Ciudad de México”, por cuestiones técnicas y principalmente 
legales, no fue publicada. 
 
3. Programa de manejodel área natural protegida zona sujeta a conservación ecológica “Sierra 
de Santa Catarina”, se publicó en la Gaceta Oficial del Distrito Federal el 19 de agosto de 2005. 
 
4. Programa de manejo del área natural protegida zona sujeta a conservación ecológica “Ejidos 
de Xochimilco y San Gregorio Atlapulco”. El programa de manejo fue publicado el 11 de enero 
de 2006 en la Gaceta Oficial del Distrito Federal. 
 
5. Programa de conservación y manejo del área natural protegida con categoría de Parque 
Nacional Desierto de los Leones, fue publicado el 5 de junio de 2006 en el Diario Oficial de la 
Federación. 
 
6. Programa de manejo del área natural protegida zona de conservación ecológica “La Armella”, 
en la Sierra de Guadalupe, fue publicado en la Gaceta Oficial del Distrito Federal el 8 de 
diciembre de 2006. 
 
7. Acuerdo de Normas y Criterios para la realización de actividades en el Área Natural Protegida 
“Cerro de la Estrella”, fue publicado en la Gaceta Oficial del Distrito Federal el 9 de junio de 
2006. La Ley Ambiental del Distrito Federal determina que, en tanto un área natural protegida 
no cuente con programa de manejo, debe elaborarse un documento normativo que regule las 
actividades que se realizan al interior del ANP. 
 
8. Programa de manejo del área natural protegida zona ecológica y cultural “Cerro de la 
Estrella”. A la fecha, el documento se encuentra en proceso de publicación. 
 
 
En los casos de Cumbres del Ajusco e Insurgente Miguel Hidalgo, no se trabajó en los 
programas de manejo por diferentes razones. Cumbres del Ajusco tiene condiciones que no 
permiten la dotación de personal o infraestructura, por lo que tampoco sería viable la operación 
de un programa de manejo. El Insurgente Miguel Hidalgo ocupa áreas del Estado de México y 
del DF, el 80 % está en el primero; se depende de la contraparte, además de que se trata de un 
área co-administrada con la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (CONANP). 
 
Asimismo, las áreas naturales protegidas recién decretadas, Ecoguardas, San Nicolás 
Totolapan y San Miguel Topilejo, deberán elaborar su respectivo programa de manejo con la 
participación de las comunidades. 
 
5. Evaluación 
 
 
 
Para evaluar la actividad profesional desarrollada en el área de la conservación de los recursos 
naturales, se presenta una revisión de las actividades realizadas en el proceso de elaboración 
de los programas de manejo para las áreas naturales protegidas y algunas consideraciones 
acerca de su conservación. 
 
La biología estudia de manera integral los procesos vitales de los organismos y recursos 
bióticos; desde las moléculas hasta los ecosistemas, a fin de conocer su organización, función y 
diversidad, tomando en cuenta su origen y evolución. Esta disciplina considera como aspectos 
importantes, la búsqueda del conocimiento de los fenómenos biológicos; la solución de 
problemas relacionados con la vida; el estudio de la biodiversidad e interacción de los 
organismos con su ambiente. La actividad profesional del biólogo tiene como objetivo 
desarrollar este conocimiento de manera integral, la búsqueda continua de información, orientar 
y proponer soluciones a problemas y generar información biológica. 
 
En una breve revisión de los planes de estudio de biología y carreras afines, las expectativas 
del egresado para el ejercicio de su actividad y tomando en cuenta la experiencia profesional 
desarrollada, se considera que el egresado cuenta con una formación ambiental importante, 
que si bien no es integral o completa, posteriormente se desarrolla y fortalece en el transcurso 
de la vida profesional. 
 
Entre muchas áreas de aplicación, un biólogo participa en el manejo de los recursos naturales 
para su conservación; en la búsqueda de mecanismos que atenúen el impacto que las 
actividades del ser humano ocasionan en los ecosistemas, y en el desarrollo y aplicación de 
metodologías y técnicas que permitan la rehabilitación de ecosistemas afectados. 
 
La elaboración de los programas de manejo responde a una clara necesidad de conservación, 
especialmente dirigida a crear instrumentos de planeación y regulación de las actividades que 
se realizan en las áreas naturales protegidas, aquellos espacios que ya están bajo algún 
régimen de protección y constituyen una de las principales estrategias para la conservación de 
la biodiversidad en México. 
 
En este caso, considero que la elaboración de los programas de manejo ha sido un proceso 
integral y continuo de formación y aprendizaje, en el que desde su planeación, fue necesario 
contar con un procedimiento ordenado que permitiera una investigación adecuada y exitosa. 
 
Se requirió de un proceso de recopilación, investigación y consulta de información técnica y 
bibliográfica sobre aspectos físicos, biológicos y geológicos obtenidos en instituciones 
académicas, y sobre aspectos sociales, económicos y estadísticos que proporcionaron 
principalmente las dependencias de gobierno. 
 
Una vez obtenida la información, el análisis y síntesis puede realizarse desde un nivel básico 
descriptivo, o más complejo que incluya evaluar las implicaciones ecológicas y evolutivas en la 
distribución y abundancia de los seres vivos; así como describir las condiciones en las que 
funciona un ecosistema determinado. Pero además, se requiere describir el contexto histórico, 
social y económico que se desarrolla en el área de influencia, un aspecto que poco se 
contempla en el plan de estudios. 
 
 
El segundo reto fue partir de la caracterización para construir un diagnóstico de la situación y 
problemática existente en el área, en él fue necesario aprender a utilizar ciertos principios de la 
planeación estratégica, que entre otras cosas, sirvió para organizar la información obtenida 
anteriormente y ayudó a detectar problemas específicos. Este mismo método se aplicó para 
definir las acciones posibles para cada uno de los problemas planteados, con lo que se 
construyó el programa de trabajo a realizar en el área. 
 
La tercera etapa consistió en una fase de trabajo completamente nueva, la comprensión de 
factores administrativos, económicos, legales y de valores que intervienen en la conservación 
de un área natural protegida, y que fue indispensable para elaborar sus reglas administrativas, 
que son las que fundamentan y constituyen al programa como un instrumento legal de 
conservación. 
 
Considero que uno de los resultados más importantes en este trabajo fue la oportunidad de 
enfrentar temas reales, y en su mayoría críticos para la conservación de las áreas naturales 
protegidas, como los conflictos sobre la tenencia de la tierra, la presencia de asentamientos 
humanos irregulares, usos y aprovechamientos inadecuados al interior de las áreas, entre los 
más importantes. 
 
 
5.1 Uso de técnicas, herramientas y habilidades desarrolladas 
 
Otro aspecto significativo de este trabajo fue que a lo largo de todo el proceso, se aplicaron 
técnicas y herramientas básicas de campo para la colecta y el manejo de ejemplares de flora y 
fauna, mismas que en su mayoría se conocían y habían sido utilizadas en las prácticas de 
campo durante todo el plan de estudios, en materias como geología, botánica, zoología, 
ecología, paleontología, manejo de vertebrados terrestres, zoológico y la biología de campo. 
 
Otras técnicas que se reforzaron fueron el uso y análisis de cartografía, fotos aéreas y de 
satélite; el uso de GPS para la localización y el geoposicionamiento de las áreas, que fueron 
utilizadas para el análisis de los polígonos de las áreas, de la vegetación y para elaborar la 
zonificación en las áreas naturales protegidas. 
 
En el caso de los sistemas de información geográfica utilizados para construir la zonificación, 
determinar el uso de suelo y reglamentar las actividades en las áreas, el trabajo fue elaborado a 
través de un técnico especializado, se conoció el método general del proceso, los programas 
utilizados y se trabajó durante las verificaciones en campo y en gabinete.

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