Logo Studenta

Intervenção Mindfulness em Pacientes Pediátricos com Diabetes Tipo 1

¡Este material tiene más páginas!

Vista previa del material en texto

Sección de Estudios de Posgrado e Investigación 
 
INTERVENCIÓN MINDFULNESS PARA LA REGULACIÓN 
EMOCIONAL EN EL AUTOCUIDADO DE PACIENTES 
PEDIÁTRICOS CON DIABETES TIPO 1 
 
T E S I S 
Que para obtener el Grado de 
Maestría en Intervención Psicológica 
 
 
P R E S E N T A 
Adriana Toledo Corona 
 
 
Directores de Tesis: 
M en C. Gerardo Leija Alva 
Dra. Amalia Guadalupe Gómez Cotero 
 
Comité tutorial: 
Dra. Angélica María Pablo Velázquez 
Dr. Víctor Ricardo Aguilera Sosa 
M en C. Ana Karina Suaste Herrera 
 
 
 
 
 
 
1 
 
 INSTITUTO POLITÉCNICO NACIONAL 
 
 SECRETARÍA DE INVESTIGACIÓN Y POSGRADO 
 
 
ACTA DE REVISIÓN DE TESIS 
 
 
En la Ciudad de siendo las horas del día del mes de 
del se reunieron los miembros de la Comisión Revisora de la Tesis, designada por el 
Colegio de Profesores de Posgrado de: para examinar la tesis titulada: 
 del (la) alumno (a): 
 
Número de registro: 
 
Aspirante del Programa Académico de Posgrado: 
 
 
Una vez que se realizó un análisis de similitud de texto, utilizando el software antiplagio, se encontró 
que el trabajo de tesis tiene 4 % de similitud. Se adjunta reporte de software utilizado. 
 
Después que esta Comisión revisó exhaustivamente el contenido, estructura, intención y ubicación 
de los textos de la tesis identificados como coincidentes con otros documentos, concluyó que en el 
presente trabajo SI NO SE CONSTITUYE UN POSIBLE PLAGIO. 
 
JUSTIFICACIÓN DE LA CONCLUSIÓN: (Por ejemplo, el % de similitud se localiza en metodologías adecuadamente referidas a fuente 
original) Las similitudes marcadas se encuentran en Marco teórico, y son similitudes de palabras 
comunes, o palabras técnicas 
 
**Es responsabilidad del alumno como autor de la tesis la verificación antiplagio, y del Director o Directores de tesis el 
análisis del % de similitud para establecer el riesgo o la existencia de un posible plagio. 
 
Finalmente, y posterior a la lectura, revisión individual, así como el análisis e intercambio de 
opiniones, los miembros de la Comisión manifestaron APROBAR SUSPENDER NO 
APROBAR la tesis por UNANIMIDAD o MAYORÍA en virtud de los motivos siguientes: 
 
Cumple con los requisitos teóricos, metodológicos y estructura aceptada para su_____ 
aprobación, solo se realizarán cambios menores en la portada, tablas y en discusión.__ 
 
 
COMISIÓN REVISORA DE TESIS 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Director de Tesis 
M. en C. Leija Alva Gerardo 
 
Dra. Pablo Velázquez Angélica María 
 
Dr. en C. Aguilera Sosa Víctor Ricardo 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
2° Director de Tesis (en su caso) 
Dra. Gómez Cotero Amalia Guadalupe 
 
M. en C. Suaste Herrera Ana Karina 
 
Dra. Ana Laura Luna Trejo 
PRESIDENTE DEL COLEGIO DE 
PROFESORES 
 
 
 
Apellido 
Paterno: 
Toledo Apellido 
Materno: 
Corona Nombre (s): Adriana 
A 1 8 0 8 4 3 
 
SP-14 
REP 2017 
 
REP 2017 
 
 
México 13:00 28 
2020 
CICS UST 
INTERVENCIÓN MINDFULNESS PARA LA REGULACIÓN EMOCIONAL EN EL AUTOCUIDADO DE PACIENTES PEDIÁTRICOS CON DIABETES TIPO 1 
Maestría en Intervención Psicológica 
X 
Julio 
 X 
 
 
2 
 
INSTITUTO POLITÉCNICO NACIONAL 
SECRETARÍA DE INVESTIGACIÓN Y POSGRADO 
 
 
CARTA CESIÓN DE DERECHOS 
 
En la Ciudad de México, D.F. el día 28 del mes de julio del año 2020, la que suscribe: 
ADRIANA TOLEDO CORONA del Programa de Maestría en Intervención Psicológica, con 
número de registro A180843, adscrita al Centro Interdisciplinario de Ciencias de la Salud UST, 
manifiesta que es la autora intelectual del presente trabajo de Tesis bajo la dirección del 
director M. en C. Gerardo Leija Alva y la directora Dra. Amalia Guadalupe Gómez Cotero y 
cede los derechos del trabajo titulado: “Intervención Mindfulness para la regulación 
emocional en el autocuidado de pacientes pediátricos con diabetes tipo 1”; al Instituto 
Politécnico Nacional para su difusión, con fines académicos y de investigación. 
 
Los usuarios de la información no deben reproducir el contenido textual, gráficas o datos del 
trabajo sin el permiso expreso de la autor (a) y/o director(es) del trabajo. Este puede ser 
obtenido escribiendo a la siguiente dirección de correo electrónico: nut.sobek@gmail.com. Si el 
permiso se otorga, el usuario deberá dar el agradecimiento correspondiente y citar la fuente del 
mismo. 
 
 
 
__________________________________ 
Adriana Toledo Corona 
 
 
 
 
 
 
 
 
3 
 
 
Ciudad de México. Febrero, 2020. 
 
DECLARACIÓN DE RESPONSABILIDAD 
 
Con base en el artículo 57 fracción I del Reglamento de Estudios de Posgrado vigente y en la Sección IV 
del Código de ética del IPN, se declara que el trabajo de tesis “Efecto de una intervención Mindfulness en 
la regulación emocional y el autocuidado de pacientes pediátricos con diabetes tipo 1” es de la autoría de 
la C. Adriana Toledo Corona y que ha sido realizado bajo la supervisión de los directores de tesis, 
Maestro en Ciencias Gerardo Leija Alva y la Doctora Amalia Guadalupe Gómez Cotero. Se hace también 
constatar que ni los datos ni el texto presentado han sido utilizados para obtener otro grado académico en 
el país o en el extranjero. Cualquier colaboración o cita textual fue declarada y reconocida en el 
documento. 
 
A T E N T A M E N T E 
 
 
 
 
____________________________ 
Adriana Toledo Corona 
 
 
Dra. Amalia Guadalupe Gómez Cotero 
 
______________________________ 
 
 
M en C. Gerardo Leija Alva 
 
______________________________ 
 
 
 
 
 
 
4 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
“... y no olvidar al comenzar el trabajo de prepararme para equivocarme, no 
olvidar que el error muchas veces había abierto mi camino. Todas las veces que 
no se cumplía lo que yo pensaba o sentía, surgía finalmente una posibilidad 
distinta y si antes hubiera tenido el coraje, ya habría adentrado en ella. Pero 
siempre tuve miedo del delirio y del error. Sin embargo mi error ha sido el camino 
de una verdad, pues sólo cuando me equivoco salgo de lo que entiendo. 
Si la verdad fuera aquello que puedo entender, terminaría siendo solamente 
una verdad pequeña, de mi tamaño.” 
Clarice Lispector 
 
5 
 
 
AGRADECIMIENTOS 
 
Al Instituto Politécnico Nacional por darme la oportunidad de formar parte de esta gran 
comunidad científica y por desarrollar en mí las herramientas necesarias para poner la técnica 
al servicio de la patria. Mi agradecimiento eterno por acogerme cuando estuve perdida y darme 
un lugar en un aula, y a la vez permitirme las mejores experiencias de aprendizaje y amistades 
de mi vida. Mi corazón sufre al tener que despedirse de ésta, mi alma mater durante una 
década; sin embargo, también se regocija por todo lo aprehendido. 
 
Al M. en C. Gerardo Leija Alva, mi director de tesis por ser el primero en mostrarme el carácter 
apasionante que posee la investigación e iniciarme en este camino desde los primeros 
semestres de la licenciatura, por ser más que un guía en este proceso y más bien ser un faro 
de luz, por su inestimable orientación y apoyo en los momentos más difíciles, por todas sus 
enseñanzas y por ser parte fundamental de mi formación profesional y personal. Gracias 
infinitas. 
 
A mi directora de tesis, la Dra. Amalia Guadalupe Gómez Cotero, por su presencia en este 
trayecto y sus aportaciones a este trabajo. Al Comité de Tesis por su tiempo para revisar y 
retroalimentar la presente con sus acertadas observaciones. 
 
A los niños y las niñas que participaron en este proyecto, que asistieron a las sesiones y 
compartieron su experiencia de vivir con DM1 y las implicaciones que estotiene en la 
construcción de sí mismos/as, por permitirme explorar un poco de su mundo familiar y el papel 
de la DM en este ámbito. Gracias por permitirse meditar y trabajar en sus emociones a través 
del Mindfulness. 
 
Gracias especiales también al endocrinólogo pediatra Fernando Ramírez, quien fue parte 
fundamental de este trabajo, ya que sin su apoyo (con los y las pacientes, sus cuidadores y el 
personal administrativo de la clínica) literalmente este proyecto no habría sido posible. 
Agradezco sus enseñanzas sobre la DM, su interés en contribuir a la vida de sus pacientes 
para formar autonomía en el autocuidado que éstos/éstas desarrollan y sobre todo por darme 
la oportunidad de aportar estrategias de regulación emocional a sus pacientes con este fin. 
 
6 
 
 
A mis colegas, mis compañeras de la línea de la infancia y de la adolescencia, Eli, Linda y 
Rosalía, quienes me dejaron aprender de ellas y estuvieron presentes en cada paso del 
camino. Eli mil gracias por la escucha incondicional, aunque reiterada sobre mis esquemas; 
Linda por los trayectos compartidos al terminar el día, por tu interés y por tu escucha; Rosy por 
enseñarme que la edad solo es una limitante en mi cabeza. Y a todas, gracias también por los 
desayunos que me invitaron las veces que no me era posible pagarlos; por toda su ayuda en 
las intervenciones, en las aulas y sobre todo por su apoyo emocional cuando las cosas se 
tornaron más que difíciles, gracias. 
 
A mi amiga Delfina por su invaluable orientación estadística, pero sobre todo por creer en mí y 
por estar siempre a mi lado en este camino, no solo académico, sino de vida. Agradezco 
profundamente tu incondicionalidad. Te amo. 
 
A mi madre, a mis hermanas y mi sobrina por comprender mis ausencias, por su amor y gran 
apoyo. Son el aliciente de todas mis luchas. 
 
7 
 
Titulillo: Emociones en el tratamiento de la Diabetes Mellitus pediátrica 
 
 
 
INTERVENCIÓN MINDFULNESS 
PARA LA REGULACIÓN EMOCIONAL Y EL AUTOCUIDADO DE 
PACIENTES PEDIÁTRICOS CON DIABETES MELLITUS 
 
 
 
Adriana Toledo Corona 
Instituto Politécnico Nacional Centro Interdisciplinario De Ciencias De La Salud Unidad Santo 
Tomás. Maestría en Intervención Psicológica. 
 
 
 
Esta investigación fue realizada con el apoyo de _la clínica especializada en el cuidado de la___ 
Diabetes, particularmente del endocrinólogo pediatra Fernando Ramírez___________________ 
_____________________________________________________________________________ 
 
8 
 
CONTENIDO 
 
Agradecimientos............................................................................................................................5 
Resumen.....................................................................................................................................10 
Introducción.................................................................................................................................12
 
PRIMERA PARTE 
Diabetes Mellitus Pediátrica tipo 1 
DM1 en la infancia: etiología y epidemiología………………………………………………15 
Factores psicológicos de la DM1 en edad pediátrica………………………………………20 
Tratamiento integral de la DM1……………………………………………………………….24 
Tratamiento psicológico de la DM en contexto nacional…………………………………...27 
Autocuidado del paciente pediátrico con DM1………………………………………………30 
 
El Mindfulness y su participación en la regulación emocional infantil 
Las emociones en la vida infantil………………………………………………………. ……32 
Proceso de regulación emocional……………………………………………………. ……..37 
Regulación emocional en la infancia media…………………………………………………41 
Regulación emocional infantil en enfermedades crónicas…………………………………45 
Modelo Mindfulness y su incursión en el campo de la psicología………………………...48 
Intervenciones Mindfulness en la infancia…………………………………………53
 
SEGUNDA PARTE 
Método……………………………………………………………………………………………………56 
 Planteamiento del problema………………………………………………………………….56 
 Pregunta de investigación…………………………………………………………………….58 
9 
 
 
Objetivos……………………………………………...………………………………………...58 
 Hipótesis………………………………………………………………………………………...58 
 Definición de variables………………………………………………………………………..59 
 Alcance…………………………………………………………………………………………60 
 Participantes…….............................................................................................................61 
 Criterios…………………………………………………………………………………………61 
 Justificación…………………………………………………………………………………….62 
 Diseño…………………………………………………………………………………………..63 
 Procedimiento………………………………………………………………………………….63 
 Instrumentos 
 Cuestionario de autocuidado de la diabetes………………………………………64 
 Cuestionario de Regulación Emocional……………………………………...........64 
 Materiales……………………………………………………………………………………...64 
 Propuesta de intervención.……..…………………………………………………………...65
 
TERCERA PARTE 
Resultados 
Análisis Descriptivo…………………………………………………………………………….68 
Análisis Estadístico…………………………………………………………………………….71 
Análisis Correlacional………………………………………………………………………….83 
Discusión…………………………………………………………………………………………………86 
Conclusiones…………………………………………………………………………………………….91 
Limitaciones y recomendaciones……………………...………………………………………………94 
Referencias………………………………………………………………………………………………96 
Anexos………………………………………………………………………………………………….108 
 
10 
 
 
 
RESUMEN 
Durante la infancia, la noticia de una enfermedad crónica genera una serie de reacciones 
necesarias para adaptarse a esta nueva condición de vida. En el caso de la Diabetes Mellitus 
tipo 1 (DM1), la diversidad de acciones requeridas por el tratamiento, ocasiona emociones que 
pueden afectar la realización del mismo. Para lograr un autocuidado efectivo, resulta 
fundamental que niños y niñas puedan regular adecuadamente dichas emociones. Algunos 
estudios han identificado una relación entre una adecuada regulación emocional y el 
cumplimiento del tratamiento. Asimismo, el Mindfulness ha mostrado eficacia en la regulación 
de emociones y en el tratamiento de enfermedades crónicas. Sin embargo, su contribución con 
la Diabetes, es reciente. Por otra parte, en nuestro país, los estudios sobre la DM1 y el manejo 
de las emociones a partir del tratamiento de esta enfermedad, son escasos. Por esta razón, la 
presente investigación analizó el efecto que tuvo una intervención Mindfulness en la regulación 
emocional infantil y en las conductas de autocuidado de los niños y niñas con DM1. Se aplicó 
un diseño cuasi experimental en el que participaron 6 pacientes pediátricos de la Clínica 
especializada en el manejo de la diabetes. 
 
Palabras clave: Diabetes Mellitus, emociones, regulación emocional, autocuidado, tratamiento, 
Mindfulness. 
 
 
 
11 
 
 
 
ABSTRACT 
 
During childhood, the news of a chronic disease generates a series of reactions necessary to 
adapt to this new life condition. In the case of Type 1 Diabetes Mellitus (DM1), the diversity of 
actions required by the treatment causes emotions that can affect its performance. To achieve 
effective self-care, it is essential that children can adequately regulate these emotions. Some 
studies have identified a relationship between adequate emotional regulation and compliance 
with treatment. Likewise, Mindfulness has shown efficacy in the regulation of emotions and in 
the treatment of chronic diseases. However, hiscontribution to Diabetes is recent. On the other 
hand, in our country, studies on DM1 and the management of emotions from the treatment of 
this disease are scarce. For this reason, the present research analyzed the effect that a 
Mindfulness intervention had on children's emotional regulation and on self-care behaviors of 
children with DM1. A quasi-experimental design was applied in which 6 pediatric patients from 
the Clinic specialized in the management of diabetes participated. 
 
Keywords: Diabetes Mellitus, emotions, emotional regulation, self-care, treatment, Mindfulness. 
 
 
 
 
 
 
 
12 
 
 
Introducción 
Según estimaciones de la Federación Internacional de Diabetes, México ocupó en el 2015, el 
sexto lugar a nivel mundial en la prevalencia de diabetes y de acuerdo a proyecciones de 
especialistas internacionales para el año 2040, nuestro país ocupará el quinto lugar a nivel 
mundial con 20.6 millones de mexicanos con diabetes. Asimismo, se sabe que como país, más 
de 15 estados superan la media nacional de incidencia en diabetes infantil (Federación 
Mexicana de Diabetes, 2018). A pesar de estas cifras, los y las pacientes pediátricos con 
Diabetes Mellitus (DM) en contexto nacional, aún no son contemplados para la elaboración de 
estudios de gran envergadura. Basta decir que en la encuesta reportada por la Encuesta 
Nacional de Salud y Nutrición (Ensanut) en 2018, no se reportan datos sobre esta población. 
 
La Diabetes Mellitus tipo 1 (DM1) es una enfermedad crónica que se caracteriza por la falta de 
producción de insulina y en consecuencia, por un aumento de la glucosa en sangre. Así que 
inyectarse insulina para suplir esta función, es uno de los pilares del tratamiento. Además, de 
monitorear de manera constante los niveles de azúcar en la sangre, realizar actividad física de 
manera regular y tener una dieta adecuada. Estas indicaciones médicas, necesarias para el 
bienestar del paciente, pueden generar diversas reacciones emocionales difíciles de 
sobrellevar. 
 
La literatura al respecto ha reportado que los infantes que atraviesan por una enfermedad 
crónica, experimentan emociones desagradables como enojo, culpa, tristeza y frustración; gran 
tendencia por la preocupación, desesperación y un inadecuado manejo del estrés (Quesada, 
Justicia, Romero y García, 2014). Por otra parte, se describe que cerca del 36% de los niños y 
adolescentes con DM1 presentarán alguna dificultad psicológica durante el primer año de 
enfermedad y se pronostica en algunos casos, el desarrollo de ansiedad y/o depresión. 
Asimismo se ha encontrado que a partir del segundo año el paciente empieza a ser consciente 
13 
 
de su enfermedad, sus complicaciones y las habilidades que necesitará para manejarla 
(Gómez, Pérez y Montoya, 2015). 
 
En este sentido, se ha documentado que la sintomatología depresiva (ánimo deprimido, 
disminución del interés, pérdida de energía o dificultad para concentrarse) afecta 
negativamente a las tareas de autocuidado, influyendo en la reducción de control glucémico o 
del ejercicio físico, agravando la enfermedad al aumentar posibles complicaciones (Naranjo y 
Hood; 2013). Mientras que respecto a la ansiedad, los estudios señalan una relación entre 
control metabólico deficiente y sintomatología de ansiedad elevada (Gómez, Pérez y Montoya, 
2014). 
 
En cuanto a la evaluación de su estado de salud, el paciente realiza un control metabólico, el 
cual se entiende como el grado en el que los niveles de glucosa en sangre se encuentran en 
los valores normales y se cuantifica con la hemoglobina glicosilada (HbA1c), que permite 
conocer los niveles de glucosa medios en las últimas 6 u 8 semanas. Según la Asociación 
Americana de Diabetes (ADA por sus siglas en inglés), una HbA1c por debajo de 7% implica 
que el paciente lleva un buen control metabólico. En muchas ocasiones desviaciones de estos 
valores pueden dar lugar durante cortos periodos de tiempo, a complicaciones como la 
hipoglucemia o hiperglucemia, cetoacidosis metabólicas y si persisten largos periodos de 
tiempo, darán lugar a complicaciones más severas como nefropatías (fallos en el riñón), 
neuropatías (daños en los nervios) y retinopatías (ceguera) (Bilbao, Beniel, Pérez, Montoya, 
Alcón y Prado; 2014). 
 
Actualmente no se conoce una cura para la Diabetes Mellitus; sin embargo, las personas con 
esta condición pueden vivir plenamente con buena salud, si realizan debidamente el 
tratamiento recomendado. Sin embargo, a pesar de las complicaciones, muchos pacientes no 
siguen las recomendaciones médicas, lo cual puede generar un importante descontrol 
14 
 
metabólico. Después de las consideraciones anteriores, se observa claramente que se 
requieren intervenciones psicológicas apropiadas que puedan contribuir a que los pacientes 
infanto-juveniles con DM puedan lograr el control metabólico recomendado. Una de las formas 
de conseguir esto, es a través de la regulación emocional de las emociones que representen 
un obstáculo para este fin. Así, ante la situación planeada, esta investigación propone una 
intervención basada en el modelo Mindfulness (IBM) que ha mostrado una alta efectividad en la 
regulación de emociones, así como en la aceptación incondicional de la realidad; dichos 
factores pueden contribuir al cumplimiento cabal del tratamiento para la DM1 pediátrica. 
 
Para efectos de este objetivo, este trabajo se estructura en tres partes. En la primera parte se 
presenta el marco referencial sobre el modelo teórico empleado para esta intervención, así 
como los constructos teóricos de la regulación emocional y la evolución de este proceso en la 
infancia media. Además de los aspectos médicos relevantes de la DM1 y su tratamiento. En la 
segunda parte, se describe el método que se empleará para el desarrollo de este proyecto y 
finalmente en la tercera parte, se expondrán y explicarán los resultados tenidos tras la 
aplicación de la IBM planteada 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
15 
 
PRIMERA PARTE 
 
 
CAPÍTULO I 
Diabetes Mellitus pediátrica tipo 1. 
“Cada emoción tiene su lugar, pero no debe interferir con la acción adecuada” 
Susan Oakey-Baker 
 
En nuestro país, la DM es una de las enfermedades crónicas más conocidas. Y de manera 
habitual, cuando se habla de ella, se piensa en adultos con esta enfermedad. Sin embargo, de 
manera reciente; la incidencia de este padecimiento ha tenido un crecimiento importante en 
población infantil. Según cifras nacionales en México, la tasa de DM1 en niños de 10 a 14 años 
es de 7.11 casos por cada 100 mil habitantes y en el grupo de edad de 5 a 9 años es de 2.71 
casos (Dirección General de Epidemiología, 2018). Cabe mencionar que en la infancia 
predomina la diabetes tipo 1, autoinmune, de comienzo agudo y predominio en la pubertad, su 
incidencia se ha incrementado por debajo de los 5 años en casi todos los países (Barrio, 2004). 
A pesar a este incremento, las implicaciones psicológicas relacionadas con la enfermedad en 
esta etapa de vida, han sido escasamente estudiadas en contexto mexicano. 
 
De acuerdo al Centro Estatal de Vigilancia Epidemiológica y Control de Enfermedades 
(CEVECE) los niveles de glucosa en las personas no diabéticas se mantienen en límites muy 
ceñido, y es muy poco frecuente que dichos parámetros sobrepasen los 130 mg/dL, aun 
cuando su dieta incluya alimentos muy ricos en azúcares o grasas. De tal forma que cuando 
éstos se consumen, los sustratos que éstos contienen se absorben desde el intestino y pasan a 
la sangre, donde elevan los niveles de glucosa. Ese incremento de glucosa es identificado por 
las células β del páncreas, que de manera inmediata secretan insulina; la cual 
simultáneamente, pasa a las células de los músculos, del tejido graso y del hígado, 
disminuyendo su nivel en la sangre. Después de que la glucosa ha entrado en los tejidos, se 
metaboliza y produce energía, la cual es utilizadapara mantener las funciones de los órganos; 
16 
 
un porcentaje de ésta se guarda en el hígado y en los músculos. Mientras que en una persona 
con diabetes dicho proceso es muy diferente, debido a que la producción de insulina es 
reducida o su acción es ineficiente, lo que impide que la glucosa ingrese en las células y por lo 
tanto la concentración en sangre se mantiene elevada. Y a causa de la falta de acción de la 
insulina, la célula no puede recibir el aporte energético que le proveen los azúcares. Entonces 
el organismo intenta conseguirla de las grasas, con lo cual se produce el adelgazamiento y la 
tendencia a un apetito excesivo (en comparación con el de las personas sin DM) en muchas 
personas con esta condición (SSa, 2013). 
Asimismo se sabe que en el caso de la DM1; ésta se caracteriza por la destrucción de las 
células β pancreáticas mediada por mecanismos inmunológicos, que causan la necesidad 
permanente de la insulina externa. Sus síntomas son excreción excesiva de orina (poliuria), sed 
intensa (polidipsia), hambre constante e incontenible (polifagia), pérdida de peso, trastornos 
visuales y cansancio extremo. Estos síntomas pueden aparecer de forma súbita. Cuando la 
Diabetes está mal controlada pueden presentarse complicaciones agudas y crónicas. Las 
complicaciones agudas son la hiperglucemia y la hipoglucemia; y ambas deben atenderse de 
manera inmediata; ya que de no ser así pueden causar un coma diabético e incluso la muerte 
(Islas y Revilla, 2013; Urdaneta, Brancho, Jobito, Bermúdez, 2013). 
En el marco de las observaciones anteriores, resulta oportuno incluir las características de 
estas complicaciones por su presencia en la cotidianeidad de los y las pacientes diabéticos. 
Así, una hiperglucemia puede ser definida como una concentración de glucosa en sangre 
venosa inferior a 60 mg/dl o capilar inferior a 50 mg/dl. Aunque como resultado de la revisión 
de estos aspectos, se hace referencia a que no basta con esta explicación para entender 
cabalmente cuando puede manifestarse, ya que muchos episodios de glucemia inferior a esta 
cifra no son detectados, en especial durante el sueño (en este sentidos, los y las participantes 
de esta investigación refirieron monitorear sus niveles de glucosa en la madrugada), mientras 
17 
 
que puede presentarse el caso de tener cifras superiores a 60 mg/dl o cuando la glucemia se 
reduce rápidamente y pasa de concentraciones muy altas a cifras normales (Mediavilla, 2001). 
Siguiendo con Mediavilla (2001), se muestra una clasificación clínica de esta complicación: 
● Hipoglucemia leve: se presentan síntomas relacionados con la activación de los 
mecanismos adrenérgicos (ansiedad, inquietud, taquicardia, palpitaciones, temblores) o 
colinérgicos (sudoración) o con los efectos de la hipoglucemia en el sistema nervioso 
(menor capacidad de concentración, mareo, hambre, visión borrosa), pero sin que se 
produzca un deterioro suficiente para interferir las actividades normales. 
● Hipoglucemia moderada: hay un deterioro evidente de la función motora, confusión o una 
conducta inadecuada pero el paciente continúa teniendo el grado de alerta suficiente para 
aplicar un autotratamiento. 
● Hipoglucemia grave: este episodio da lugar a un coma, a crisis convulsivas o a un deterioro 
neurológico lo suficientemente importante como para que el paciente no sea capaz de 
aplicar un autotratamiento o necesite ser atendido por otra persona. 
● Hipoglucemia nocturna: se produce por una disminución de las necesidades de insulina 
para normalizar las concentraciones de glucosa en sangre durante el período previo al alb. 
puede pasar inadvertida y se sospechara de ella si el paciente sufre pesadillas, inquietud, 
sudoración nocturna y cefalea matinal. Para confirmarla se realizarán mediciones alrededor 
de las 3 de la madrugada. 
Entre las indicaciones médicas que recibe el paciente para tratar esta complicación están 
consumir una o dos raciones de hidratos de carbono de absorción rápida (un ración equivale a 
100 ml de zumo, 100 ml de bebida edulcorada, 2 1/2 cucharaditas de azúcar, 2 sobres de 
azúcar de cafetería o 2 cucharadas de miel). Además de que Una vez que se ha consumido 
dicha porción, la persona debe esperar entre 10 y 15 minutos y realizar una medición de su 
glucosa para saber si ya se ha restablecido a los niveles adecuados; de no ser así, es 
necesario repetir el mismo procedimiento. 
18 
 
En lo que la hiperglucemia es la concentración de altos niveles de azúcar en la sangre (valor de 
glucosa mayor a 140 mg/dL). El alto nivel de glucemia aparece cuando el organismo no cuenta 
con la suficiente cantidad de insulina o cuando la cantidad de insulina es muy escasa. O bien 
cuando el organismo no puede utilizarla adecuadamente. Las bases del tratamiento de la 
diabetes dependen del equilibrio de tres factores: la alimentación, los fármacos (antidiabéticos 
orales o insulina) y el ejercicio regular. Cualquier modificación en estos aspectos puede 
desencadenar una hiperglucemia. Otra de las causas es el estrés. Entre los síntomas que 
pueden presentarse, se encuentran: sed, orina frecuente, fatiga, visión borrosa, aumento del 
apetito, piel seca, heridas que demoran en cicatrizar. Se recomienda beber agua en caso de 
presentarse y actividad física cuando no existan cetonas en la orina (Yépez, García y Toledo 
2012). 
Mientras que entre las complicaciones crónicas de la diabetes se encuentran las 
macrovasculares que son las que afectan a las arterias en general produciendo enfermedad 
cardíaca coronaria, cerebrovascular y vascular periférica; y las microvasculares, que incluyen a 
la retinopatía, nefropatía y neuropatía, y el pie diabético, que aparecería como consecuencia de 
la neuropatía. 
Finalmente, diversas investigaciones (Menassa, 2018; Rodríguez y González, 2015; Bilbao, 
Beniel, Pérez, Montoya, Alcón y Prado, 2014) sostienen que el objetivo último del manejo del 
niño con DM a largo plazo consiste en lograr un desarrollo y crecimiento adecuados, una buena 
calidad de vida y el menor riesgo posible de complicaciones agudas y crónicas. Y uno de los 
medios para lograrlo es conseguir un buen control glucémico, el cual se asocia con una menor 
frecuencia de complicaciones y por ende, con el cumplimiento del tratamiento recomendado. 
De esta forma, se observa claramente que es necesaria una atención integral, que incluya 
estrategias adecuadas para proporcionar a los niños y niñas y a sus familias habilidades para 
ser competentes en su autocuidado, de tal forma que en un futuro cercano puedan convertirse 
19 
 
en adultos conscientes de llevar a cabo acciones necesarias para su bienestar físico y 
emocional. 
Factores psicológicos de la DM1 en edad pediátrica. 
 
Uno de los aspectos importantes para la comprensión de las enfermedades crónicas, es el 
conocimiento de las particularidades psicológicas implicadas. De acuerdo a lo reportado por la 
literatura, el impacto de recibir la noticia de vivir con una enfermedad crónica en la infancia; las 
modificaciones necesarias en la rutina del paciente ocasionadas por el tratamiento; así como 
los cambios (emocionales, cognitivos, relacionales) propios de la etapa de desarrollo, pueden 
generar un desequilibrio en la vida del infante. 
 
En el caso de la DM1; las investigaciones señalan la importancia de atender a los factores que 
suelen afectar la vida de los infantes con este diagnóstico, destacando el propio impacto de la 
noticia, los cambios en el estilo de vida (como planificación alimentaria, inyecciones de insulina, 
monitoreo y ejercicio), las reacciones emocionales ante los altibajos glucémicos inexplicables y 
la incertidumbre sobre las posibles complicaciones agudas y crónicas (Díaz, Wong y Vargas, 
2016). 
 
La primera respuesta ante el conocimiento de una enfermedad crónica es de aturdimiento e 
incredulidad. Asimismo, se pueden presentar rabia, miedo y sentimientosde desprotección e 
inutilidad. Posteriormente hay un periodo de negociación y aceptación de la enfermedad, pero 
con la esperanza de que el pronóstico cambie; en la DM1 estas expectativas ocasionalmente 
son reforzadas por la comparación que en la infancia los individuos hacen de sí mismos, y al 
verse diferentes a sus pares, hacen intentos por ocultar su enfermedad (Menassa, 2018; 
Cássia, Vilela, Ribeiro, Pan y Castanheira, 2012). 
 
20 
 
Hecha la observación anterior, es importante tener en cuenta el aspecto relacional del infante 
ya que también se ve afectado. Esto es debido a que algunas de las creencias de los pares 
pueden afectar su percepción de vivir con DM1. Como reportan algunos estudios (Hannonen, 
et al, 2015), los niños diabéticos presentan cierta dificultad en contar a sus amigos sobre el 
diagnóstico de la enfermedad. Se ha encontrado que las actitudes negativas de los amigos 
debido al desconocimiento sobre el diagnóstico y al mismo tiempo, aquéllas que tienen cuando 
lo conocen; no contribuyen a la realización del cuidado adecuado y dificultan el manejo de la 
enfermedad (Cássia, et al, 2012). 
 
Con referencia a lo anterior, Méndez y Beléndez (1994) señalan que una de las fuentes de 
estrés más relevantes la constituye el "estigma" de estar enfermo y considerarse diferente a los 
demás, por lo cual, los niños y niñas con DM deben lidiar con el desconocimiento y las ideas 
erróneas de los demás acerca de la diabetes. Esto es sumamente relevante porque los intentos 
por parecer no enfermo pueden ocasionar que el menor descuide la dieta que tiene prescrita e 
ingiera alimentos azucarados que comúnmente se ofrecen en eventos sociales infantiles o 
incluso en la escuela, con la finalidad de ser como sus amigos. 
 
Con respecto a la etapa de desarrollo en la que se encuentran los y las pacientes pediátricos 
con DM1; Urdaneta, et al. (2013), diferencian características específicas: 
 
● Niños y niñas preescolares (de 4 a 7 años): En esta etapa los cuidadores siguen siendo 
los principales responsables de la enfermedad pero el infante, comienza a separarse de 
ellos y se encuentra con otros niños y niñas. Es el primer contacto con las concepciones 
sociales de la diabetes y comienzan a explicar a los demás su enfermedad (sobre todo a sus 
iguales). Algunos niños o niñas pueden culparse a sí mismos/as por haber consumido 
demasiados dulces (como explicación de su enfermedad) o a sus padres por no haberlos 
cuidado lo suficiente. Respecto a la enfermedad comienzan a hacer uso de su 
21 
 
autocontrol al elegir y limpiar las zonas de inyección y pueden al final de esta etapa, 
identificar los síntomas de la hipoglucemia e hiperglucemia. 
 
● Etapa prepuberal (8 a 11 años): Establece relaciones de amistad y empieza a comparar 
sus capacidades con las de sus amigos o amigas. Y aunque los cuidadores siguen siendo 
los principales responsables, el niño y/o niña comienza a entender los beneficios del buen 
control para su futuro. De forma que empieza a tomar parte activa en su tratamiento, por 
ejemplo al seleccionar dietas suplementarias para los días de ejercicio, realizar 
automonitoreo por sí mismo/a e inyectarse insulina algunas veces (supervisado por los 
cuidadores). 
 
Por otra parte, los estudios sobre comorbilidad señalan que los pacientes infantiles con DM1 
poseen mayor riesgo de desarrollar depresión, ansiedad y trastornos de conducta, con una 
prevalencia hasta tres veces superior que en pacientes no diabéticos. En este sentido, en las 
personas con DM con frecuencia se presenta depresión, tanto en el período de duelo que 
acompaña al conocimiento del diagnóstico, como por los cambios que implica el manejo de la 
enfermedad. Al mismo tiempo, esto se ha observado cuando se manifiestan complicaciones 
propias de la DM y sobre todo si se tiene un control irregular de glucemia (Pineda, Bermúdez, 
Cano, Ambard , Mengual , Medina, Leal, Martínez y Cano, 2004). 
 
Asimismo, los controles inadecuados de la glucemia se han asociado con un estado de 
ansiedad elevado, rabia, hostilidad y vulnerabilidad. Y también con una mayor propensión a 
experimentar emociones desagradables (como enojo, culpa, tristeza y frustración), gran 
tendencia a la preocupación, desesperación, rendimiento escolar inadecuado, problemas de 
comportamiento infantil y un inadecuado manejo del estrés (Pérez, Montoya, Lacomba y 
Casaña, 2016). 
 
22 
 
Finalmente, debido a la variedad de las modificaciones que surgen de las áreas que implica el 
tratamiento, se ha observado que las personas con DM padecen un constante estrés por 
mantener un control glucémico adecuado; lo que a su vez puede producir desajuste emocional, 
que impediría al menor hacer frente a su enfermedad de forma adecuada y eficaz (González, 
Tinoco y Benhumea, 2011; Gómez, Pérez y Montoya, 2014). Sin mencionar que el sistema 
familiar también puede verse altamente afectado por el estrés. Incluso la amplia participación 
de la familia en la DM1; ha llevado a los investigadores a conceptualizar la diabetes como una 
“enfermedad compartida” (Urdaneta, et al, 2013). 
 
Para muchas familias el diagnóstico de DM1 en alguno de sus integrantes provoca diversas 
reacciones como sentimientos de dolor o ira, aislamiento debido a la incertidumbre sobre el 
futuro, mitos y pensamientos sobre complicaciones agudas y crónicas, que hacen que se 
generen diversos problemas para el niño o niña diagnosticado, y su ambiente cercano. En 
relación con este planteamiento, Martínez, Lastra y Luzuriaga (2002), señalan que estas 
inquietudes pueden producir un incremento en el control sobre los cuidados del niño o niña, lo 
que hace que él o la menor cree una imagen desvalorizada de su eficacia y capacidad de 
control sobre la enfermedad De forma que puede asumir también un sistema de normas 
habituales, donde la privación y la prohibición sos una constante. 
 
Por otra parte, el nivel de apoyo ofrecido a los padres en el momento del diagnóstico es 
fundamental para el afrontamiento de la enfermedad a largo plazo. Si se dispone de un apoyo 
psicosocial adecuado, se puede tener mayor adherencia al tratamiento, vista en un mejor 
control de la glucemia y una disminución de las complicaciones; por lo cual se tendrá también, 
en consecuencia, una mejor percepción de la calidad de vida (Henríquez y Cartes, 2018). 
Cabe mencionar que en esta investigación, se pudo apreciar dicha participación de manera 
directa, en la asistencia de los cuidadores de los participantes a las sesiones para observar la 
23 
 
manera de realizar las meditaciones, así como el contenido de las mismas. Además del interés 
manifestado en reponer las sesiones cuando no les era posible asistir a alguna de ellas. 
 
Tratamiento integral del paciente diabético. 
 
Las personas que tienen conocimiento general de la DM, pueden relacionarla con algunas de 
sus complicaciones más severas (como amputación de extremidades inferiores y ceguera); no 
obstante, los aspectos relacionados con su tratamiento son menos conocidos. Algunos de 
éstos, suelen ser difíciles de realizar para la población que padece esta enfermedad, ya que a 
pesar de la instrucción médica, hay un bajo nivel de adherencia al mismo (Islas y Revilla, 
2013). 
Además, existen creencias respecto a la enfermedad que pueden contribuir en este sentido, 
por ejemplo la ausencia periódica de los síntomas de las complicaciones agudas en algunos 
pacientes o la estabilidad de los pacientes con un buen control glucémico vista desde una 
perspectiva externa pueden generar la idea de “no pasa nada” en esta enfermedad (llamada a 
veces silenciosa) y desembocar en la falta de autocuidado de los pacientes. En relación con las 
áreas del tratamiento, hacen alusión a la alimentación como “la dieta de los no”, “es especial y 
muy cara” “puedo comer lo que sea si tomo mi medicamento”. Mientras que sobre la insulina 
aún hay quienes creenque ésta puede causar ceguera, o que las fallas en el riñón son debidas 
al consumo del medicamento adicional (como pastillas), más no por la enfermedad. Asimismo, 
varias personas con DM confían en un tratamiento herbolario (xoconostle, nopal, té de alpiste, 
jugo de cebolla, etc.) para el control de su enfermedad sobre la medicina convencional. O bien, 
se habla de formas para disminuir la glucosa en la sangre y curar la Diabetes (Salazar, Ponce, 
Jiménez, Cervantes, Jiménez y Madrigal de León 2018; López-Amador y Ocampo-Barrio, 
2007) 
24 
 
Mientras que en la infancia, las creencias acerca de la enfermedad pueden estar influidas por 
las ideas que tiene de ésta, los adultos de los contextos cercanos. Al respecto se conoce el 
testimonio de uno de los participantes que hizo referencia a la disminución de la dosis de 
insulina de una vecina suya y posteriormente su cura. Al respecto cabe mencionar, que no se 
encontró un referente teórico en nuestro país. Encontrando referentes solamente con población 
adolescente (Calderón, Carrete y Vera, 2018; Greco y Roales, 2007). 
 
Además, es importante recordar que en la infancia, la realización efectiva del tratamiento de los 
y las pacientes pediátricos DM1, depende en gran medida de la participación de los 
cuidadores; ya que serán quienes apoyen al infante con la realización de tareas descritas en 
éste. Así que las interacciones familiares y las prácticas de crianza también necesitan ser 
tomadas en cuenta al hablar del tratamiento. Al respecto, algunas investigaciones (Ochoa, 
Cardoso y Reyes, 2016) describen que la paternidad permisiva, la restricción de los padres y 
los conflictos familiares, se han asociado con una mala adherencia al tratamiento y un bajo 
control glucémico. Mientras que un adecuado apoyo familiar puede contribuir a la presencia de 
mayor bienestar emocional, mejor autocuidado y adherencia al tratamiento. 
 
Dicho tratamiento está dirigido a lograr un control glucémico adecuado y se basa en: 
alimentación, actividad física, aplicación de insulina y monitoreo. Además, el tratamiento debe ir 
de la mano de la educación para el conocimiento y control de la enfermedad. Lo anterior, en el 
sentido de la complejidad de la enfermedad y las restricciones necesarias en algunas de estas 
áreas. A continuación se describen de manera general las áreas del tratamiento que necesitan 
llevarse a cabo en la DM1 agrupadas en dos categorías. 
 
Tratamiento no farmacológico 
Plan de alimentación saludable.- La implantación del plan alimentario se realiza con base en 
los hábitos del paciente; es decir, modificando los que son perjudiciales y alentando los que 
25 
 
son saludables. Es recomendable que haya un consumo suficiente de verduras, frutas, 
carbohidratos complejos y fibra, además de restringir el consumo de grasas no saludables con 
la finalidad de mantener concentraciones normales de glucosa en la sangre (Islas y Revilla, 
2013). 
El reparto de los alimentos durante el día, es de vital importancia para quien tiene diabetes, 
sobre todo cuando se inyecta insulina. Es adecuado realizar por lo menos cinco raciones: 
desayuno, media mañana, almuerzo, merienda y cena, con el añadido, en ocasiones, de una 
última dosis antes de acostarse. Se deben incluir colaciones (comidas intermedias) para 
aplacar el hambre entre las comidas principales. Los horarios, constitución de los alimentos y 
sus cantidades deben ser permanentes, o sin muchas variaciones, ya que esto último puede 
ocasionar que la dosis y el horario de los medicamentos o de la insulina tendrían también que 
cambiar, haciendo muy difícil un adecuado control glucémico. El consumo de alimentos debe 
ajustarse al momento en que la insulina tiene su acción más intensa.(Garrido, 2015, SSa, 
2013). 
Actividad física regular.- A través de la realización de esta área del tratamiento se consiguen 
reducir los niveles de glucosa en la sangre; además puede ayudar a disminuir la dosis de 
insulina. Sin embargo, es necesario mencionar que debe tenerse cuidado con esta actividad, 
ya que no es recomendable si la persona tiene un inadecuado control glucémico (cifras 
menores de 70 mg/dL o mayores de 200 mg/dL), ya que podría haber un aumento de ésta o 
cetoacidosis. Este efecto se debe a que cuando existe descontrol, la falta de insulina no 
permite el paso de glucosa a las células para ser metabolizada. Por otra parte, el hígado, 
igualmente carente de insulina, continúa liberando hacia la sangre la glucosa que tiene 
almacenada, contribuyendo a su aumento (SSa, 2013). 
Calvo, López y Rodríguez (2003), describen los riesgos a los que se puede enfrentar un 
paciente con DM1 al realizar actividad física en descontrol glucémico: 
26 
 
● Hipoglucemia durante el ejercicio: al hacer ejercicio se produce una reducción de la 
producción hepática de glucosa junto a un uso excesivo de ésta por parte del 
músculo. En una persona sin DM, se da un descenso en los niveles plasmáticos de 
insulina, que no sucede con el paciente con DM1. Para evitar esto se deberá disminuir 
la dosis de insulina previa al ejercicio aproximadamente un 30% e ingerir dosis 
adicionales de carbohidratos. 
● Hiperglucemia inducida por el ejercicio: tras el ejercicio intenso se produce un aumento 
provisional de la glucemia. Sin embargo, en el caso del paciente diabético este efecto 
es más intenso y prolongado debido a la falta de incremento de insulina después del 
ejercicio. En este caso no se recomienda reducir la insulina; sino solamente realizar 
ejercicio si los niveles de glucosa están en los parámetros indicados médicamente. 
Monitoreo.- Esta medida es necesaria para el ajuste del tratamiento, para evitar el riesgo de 
hipoglucemia y cetoacidosis diabética y disminuir riesgo de complicaciones crónicas de la DM. 
Se debe realizar la monitorización periódica de HbA1c (mínimo 4 al año) que refleja la glucemia 
promedio durante 2-3 meses previos y es un factor predictivo de las complicaciones de la DM. 
(Barrio, 2004). 
 
Mientras que en lo que se refiere a la monitorización cotidiana del control glucémico, los y las 
pacientes pediátricos con DM1 deben realizarlo antes de las comidas y en el periodo 
postprandial, al acostarse, a media noche (sobre todo cuando se tienen hipoglucemias 
frecuentes), en relación con el ejercicio, cuando sospechan que tienen una glucemia baja y 
hasta que la hayan normalizado, cuando tienen una glucemia alta y la corrigen (Calvo, López y 
Rodríguez, 2003). 
 
Tratamiento farmacológico 
Aplicación de insulina.- En el caso de las personas con DM1, a la dieta y al ejercicio deberá 
sumarse la insulina. En condiciones normales, el páncreas es capaz de percibir cualquier 
27 
 
tendencia en el aumento de los niveles de glucosa en sangre y su respuesta es la liberación de 
la cantidad necesaria de insulina para que la glucosa sea incorporada a las células. En el 
momento en que los niveles de ésta se normalizan, el páncreas deja de secretar insulina. Sin 
embargo, en los pacientes con DM esta función es deficiente (SSa, 2013). 
El tratamiento farmacológico de la DM1 se basa en la aplicación de varias dosis de insulina 
para reproducir la secreción basal y corregir los aumentos (picos) posprandiales de glucemia 
que caracterizan a la respuesta fisiológica para alcanzar las metas de control de la glucemia 
(SSa, 2007). 
Las insulinas son medicamentos indispensables en la DM1 y muy útiles en muchos casos de 
DM2. Es indispensable que exista un equilibrio entre este fármaco y la dieta (dosis, valor 
nutricional de los alimentos y horario), ya que de no ser así puede presentarse complicaciones 
agudas a corto plazo (Urdaneta, et al, 2013). Por otra parte, algunos pacientes toman 
medicación adicional a la insulina o en lugar de ésta. 
 
Tratamiento psicológico de la DM en contexto nacional. 
De acuerdo a la Academia Americana de Pediatría (ADA) con relación ala atención a la DM, un 
tratamiento exclusivamente médico de la enfermedad es insuficiente; resultando necesaria la 
intervención de otras disciplinas que busquen el bienestar del niño o la mejora de su calidad de 
vida relacionada con la salud (Pérez, Gómez y Montoya, 2015). Esto contempla la participación 
de los profesionales de la salud mental en el tratamiento de la DM1, ya que al ser un fenómeno 
complejo y multifactorial, el tránsito por esta condición de vida puede generar emociones 
desagradables, que pueden afectar la adecuada realización del mismo. 
No obstante, es común que las investigaciones para el tratamiento de la DM se centre en 
aspectos médicos y dejen en segundo lugar los aspectos psicológicos implícitos de la 
enfermedad. se han realizado algunos estudios que abordan aspectos relevantes (como la 
28 
 
adaptación al padecimiento, creencias sobre la enfermedad, estrategias de afrontamiento, 
cambio de hábitos, adherencia al tratamiento, comorbilidades como depresión y ansiedad, 
entre otros). Sin embargo, la mayor parte de estos trabajos se han desarrollado en población 
adolescente o adulta y en contexto diferente al nacional. Por esta razón, en este apartado, se 
describirán algunas de las aportaciones realizadas en nuestro país. 
 
En este sentido, la secretaría de salud (SSa), informa que la atención para los pacientes 
diabéticos llevada a cabo en el país comprende, como se describe en la norma oficial mexicana 
NOM-015-SSA2-2010, la prevención, tratamiento y control de la DM; a través de proporcionar 
educación terapéutica personalizada al paciente; la cual es entendida como un programa 
educacional en el que se exponen siete comportamientos del autocuidado y cuyo objetivo es 
una comprensión clara de la naturaleza de la diabetes y de su tratamiento, así como la 
prevención de las complicaciones. 
 
Otra de las medidas para el apoyo al paciente diabético, fue desarrollada por el Instituto 
Mexicano del Seguro Social (IMSS) en el 2008, mediante la elaboración de un proyecto 
(DiabetIMSS) destinado a las personas con diagnóstico de diabetes tipo 2 (DM2), con edades 
entre los 25 y 54 años. En dicho programa los pacientes reciben 12 sesiones educativas 
durante un año, se incluyen contenidos médicos, psicológicos y en estomatología, así como 
asesoría nutricional. El propósito de este proyecto es enseñar al paciente a modificar su estilo 
de vida para alcanzar las metas de control metabólico a través de los parámetros normales de 
glucosa, lípidos y presión arterial; así como identificar de manera temprana las complicaciones 
asociadas a la DM. Además se realizó un seguimiento a un año (Ortega-Morána, Calderón-
González, Gómez-Alonso y Muñoz-Cortés G. 2017). 
 
29 
 
Uno de los hallazgos obtenidos en este programa fue que la intervención multidisciplinaria del 
módulo DiabetIMSS favoreció un control metabólico adecuado, sobre todo en pacientes con 
diagnóstico reciente de DM2. Sin embargo, a pesar de contar con 135 módulos en todo el país, 
donde anualmente se otorgaron 1 130 682 consultas a 141 475 pacientes diabéticos, todavía 
existe un número elevado de pacientes diabéticos descontrolados (Balcázar, Melchor y 
Ramírez, 2018). 
 
Por su parte González-Cantero y Oropeza (2016), señalan que las intervenciones que han 
atendido aspectos psicológicos de esta enfermedad han sido de corte cognitivo conductual y se 
han enfocado en que las personas con DM desarrollen las habilidades de autocuidado, 
adherencia al tratamiento e identificación de barreras y de afrontamiento de situaciones 
estresantes; necesarias para lograr el control metabólico. Dichas intervenciones destacan por 
su carácter breve y los resultados favorables obtenidos en las mismas. En lo relacionado a las 
técnicas utilizadas se observaron técnicas basadas en el condicionamiento clásico, en el 
aprendizaje social, cognitivas y de autocontrol y una intervención que incluyó técnicas basadas 
en el condicionamiento operante. 
 
También se está se puede apreciar la validación de instrumentos adecuados a la población 
mexicana con relación a la DM. Algunos de estos instrumentos son (además de los empleados 
en esta investigación) el instrumento de calidad de vida Diabetes 39 en pacientes mexicanos 
con diabetes mellitus tipo 2 (López-Carmona y Rodríguez-Moctezuma, 2006), el instrumento de 
Autoeficacia al Tratamiento en Diabetes (Del Castillo, Romero, Iglesias y Reyes, 2015), el 
instrumento para medir el estilo de vida en diabéticos (López, Ariza, Rodríguez y Munguía, 
2003) y la escala DQOL “Calidad de vida en pacientes diabéticos” (Nava, Villegas y Plata, 
2017). 
 
 
30 
 
Autocuidado en la DM1 pediátrica. 
 
De acuerdo a la revisión de la literatura, se han reportado diversas reacciones psicológicas a la 
enfermedad y al tratamiento que ésta requiere. Un aspecto importante en este sentido, es que 
debido al carácter crónico de la enfermedad, las acciones que deben llevarse a cabo para el 
cuidado del paciente serán una constante en la vida del individuo que la padece. Y la 
realización cotidiana de dichas conductas pueden desencadenar emociones que de no ser 
reguladas adecuadamente, constituyen un obstáculo para el control metabólico recomendado. 
 
Así, al hacer una síntesis de los aspectos emocionales implicados al vivir con DM1, podemos 
hacer una clasificación de momentos en los que se experimentan; uno de ellos es al recibir el 
diagnóstico de este padecimiento y un segundo momento, es aquel que el menor vive al llevar 
a cabo su tratamiento donde experimenta emociones desagradables. Es aquí donde, tiene 
cabida la aceptación de las emociones que se presentan durante de la diabetes para lograr 
una mejor conducta de autocuidado; pero, ¿qué es el autocuidado?. En este trabajo se retoma 
la definición conceptual de autocuidado descrita por Arenas, Jasso y Campos (2011), la cual 
se refiere a un conjunto de conductas que adoptan las personas de manera voluntaria y 
reflexiva, individualmente o con acompañamiento, como producto de la comprensión de la 
propia enfermedad, con el fin de contribuir a controlarla y en última instancia a procurarse el 
propio bienestar. 
 
De la misma forma se contemplan como indicadores de esta conducta los siguientes: 
seguimiento de la dieta recomendada, número de comidas, regularidad de actividad física, 
automonitorización de la glucemia, revisión de los pies, toma de medicamentos en horarios y 
dosis correctas, conocimiento de señales y síntomas de hipoglucemia e hiperglucemia. Aunado 
a esto, al referirnos al autocuidado en esta etapa de la vida, es importante hacer referencia en 
primer lugar a la capacidad infantil de generar acciones destinadas a su bienestar. Ya que si 
31 
 
bien es cierto que muchas de estas se irán consolidando a través del aprendizaje vicario y la 
enseñanza directa de los progenitores, también es importante considerar que como señalan 
Martínez, Lastra y Luzuriaga (2002) en la edad escolar, el niño se encuentra en una etapa del 
desarrollo en la que o bien se implica extremadamente en las tareas o por el contrario se siente 
inferior e incapaz de realizar nada. 
 
Debido a lo cual, el desarrollo de estrategias de regulación de las emociones que experimenta 
el menor ante las distintas áreas y tareas propias del tratamiento que sean un obstáculo para 
su autocuidado, pueden representar una diferencia importante en la forma de adaptarse a la 
enfermedad; así como en la realización de conductas orientadas hacia su cuidado. En este 
sentido, Bilbao, et al (2014), señalan que el grado en que los pacientes se ajusten al proceso 
de enfermedad influirá en el grado de responsabilidad que adquieran respecto al manejo de su 
enfermedad y el dominio de las distintas destrezas que ello implica. 
 
Otro aspecto importante del autocuidado en esta etapa, son las creencias y las emociones que 
surgen con la comorbilidad de los trastornosreportados con la DM. Por ejemplo, la 
sintomatología depresiva (ánimo deprimido, disminución del interés, pérdida de energía o 
dificultad para concentrarse) afecta negativamente a las tareas de autocuidado, influyendo en 
la reducción de controles glucémicos o del ejercicio físico, agravando la enfermedad al 
aumentar posibles complicaciones futuras (Naranjo y Hood, 2013; Bilbao et al., 2014). 
 
En lo que se refiere a nuestro país, los reportes sobre las acciones de autocuidado de los 
pacientes diabéticos, se restringen a población adulta (Gómez, Galicia, Vargas, Martínez y 
Villarreal, 2010). Por lo tanto es fundamental estudiar cuáles son los factores que contribuyen o 
afectan el cumplimiento de estas en los menores que viven con DM1. 
 
 
32 
 
 
CAPÍTULO II 
Las emociones en la vida infantil 
 “Cuando digo controlar las emociones, quiero decir las emociones realmente estresantes e incapacitantes. 
Sentir emociones es lo que hace a nuestra vida rica” 
Daniel Goleman 
 
Al hablar de emociones es importante considerar que este fenómeno ha sido estudiado a partir 
de factores que tratan de explicar la manera en la que surgen y actúan las emociones. Por lo 
cual, se sabe que las emociones están constituidas principalmente por cuatro componentes: 
neurofisiológicos, cognitivos, conductuales y sociales. En este capítulo se busca explicar su 
interacción para el desarrollo de las emociones en la infancia media; específicamente, la 
influencia que tienen las emociones en las niñas y niños que están en tratamiento para el 
control de la DM1. 
 
Una de las funciones más importantes de las emociones es la de preparar al organismo para 
ejecutar eficazmente la conducta exigida por las condiciones ambientales, movilizando la 
energía necesaria para ello, así como dirigiendo la conducta (acercando o alejando) hacia un 
objetivo determinado. En el ser humano, las emociones juegan un papel importante para la 
motivación y el logro de las metas que las personas buscar concretar. Y también es necesario 
observar que las emociones emergen ante acontecimientos que son significativos para las 
personas (Piqueras, Ramos, Martínez y Oblitas, 2009). 
 
Las emociones pueden influir en las acciones que las personas realizan para lograr sus 
objetivos. Lo anterior puede observarse cuando algunas emociones interfieren con la 
realización de los objetivos personales. Por ejemplo, si un individuo tiene el propósito de perder 
peso para llegar a la talla que desea, durante el proceso, puede enfrentarse a diversas 
emociones, enojo cuando no logra reducir su peso, tristeza ante la pérdida de la libertad de 
33 
 
comer determinados alimentos, frustración por la percepción de baja autoeficacia para la 
ejecución eficaz de su propósito, etc. De tal manera que las emociones experimentadas y la 
interpretación que el sujeto hace de ellas, tendrán influencia en la ejecución o no de las 
acciones planeadas. 
 
Una de los propósitos de esta investigación, es describir qué emociones se hacen presentes 
durante el tránsito de una condición de salud crónica como la diabetes. Y algunas de las 
emociones que se observaron fueron enojo o frustración, al seguir el régimen alimenticio 
indicado en el tratamiento; miedo por las complicaciones propias de la enfermedad (como 
hiperglucemias, hipoglucemias); tristeza ante los cambios en su estilo de vida (como la 
reducción de salidas con sus pares) o alegría cuando sus niveles de glucosa son los 
recomendados médicamente o están cerca de alcanzarse. 
 
Antes de describir el impacto de estas emociones en la DM1 pediátrica; tomando como postura 
teórica las terapias cognitivas de la tercera generación y específicamente la atención plena o 
Mindfulness se buscará responder a estas preguntas: ¿qué es una emoción?, ¿cuál es la 
naturaleza de los eventos frente a los que se presentan?, ¿qué función tienen estas 
emociones? y en lo que concierne a este trabajo ¿cuál es el papel de las emociones en el 
autocuidado de la DM1? Debido a que existe una vasta literatura acerca de este fenómeno, 
para efectos de esta investigación se retoma la definición que describe a las emociones como 
respuestas de carácter adaptativo consecutivas a eventos externos e internos, que generan 
reacciones neurofisiológicas, cognitivas y conductuales (Piqueras, et al., 2009). 
 
Una de las aproximaciones consideradas como prioritarias en esta investigación para la 
comprensión del proceso emocional, es la perspectiva cognitiva que las entiende en fases o 
secuencias que circunscriben la excitación en el organismo, una evaluación cognitiva y la 
34 
 
manifestación conductual. No obstante, cabe mencionar que aunque se hará énfasis en el 
aspecto cognitivo, no se entiende que en las emociones prima este aspecto, ya que esto podría 
resultar en una explicación incompleta o vaga de cómo las emociones pueden incidir en los 
niveles de glucosa. 
Como ya se mencionó anteriormente, las emociones tienen cuatro componentes principales, 
algunos teóricos retoman alguno de ellos para explicar lo que estas son. Por esta razón, se 
presenta un recorrido de las diferentes perspectivas teóricas que retoman estos componentes, 
y que servirán para tener una comprensión amplia sobre las emociones, la regulación de éstas 
y el impacto que esto puede tener en la conducta de autocuidado de las niñas y niños con 
DM1. Conjuntamente, se intentará relacionar estas explicaciones teóricas con el modelo básico 
de intervención de Mindfulness que más adelante se explicara con mayor amplitud. 
 
Para la perspectiva psicofisiológica destacan dos visiones enfrentadas sobre cómo se 
relacionan los cambios fisiológicos en el organismo con las emociones. La primera, propuesta 
por James y Lange en 1985, pone el énfasis en el cuerpo y en las respuestas fisiológicas, 
destacando que la emoción es la percepción de cambios corporales (fisiológicos y motores). Y 
la segunda, es la postura centralista representada por Cannon y Bard (1929) por el contrario, la 
emoción no es el resultado de la activación fisiológica; sino que tanto la experiencia emocional 
como las reacciones fisiológicas, son acontecimientos simultáneos (Bisquerra, 2003). 
 
Para la perspectiva cognitiva los cambios fisiológicos y somáticos no son la causa directa de 
la experiencia emocional, sino que van asociados con ella o son consecuencia. Y lo que 
produce la experiencia emocional es la actividad cognitiva que el sujeto realiza para procesar la 
situación. Del mismo modo, este enfoque dirige su atención a las dos funciones de las 
emociones: evaluar un evento y desencadenar la acción. Algunas de las aportaciones que 
35 
 
pueden entrelazarse a la visión de las emociones planteada en esta investigación son las 
hechas por: 
 
Magda B. Arnold (1960), para quien las emociones dependen de las apreciaciones que se 
hacen de los objetos o las situaciones que experimentan los individuos; ya que se posee un 
mecanismo innato de valoración automática de los estímulos que llegan a los sentidos. Por lo 
cual, la emoción no surge después del cambio físico, sino que es necesaria una valoración 
directa del estímulo. Esta evaluación, en términos de supervivencia o bienestar, produce un 
sentimiento de atracción o de aversión que a su vez, genera el acercamiento o la retirada al 
mismo. De tal forma que para Arnold, la secuencia emocional se desarrolla como sigue: 
percepción🡪valoración🡪experiencia subjetiva🡪acción (Bisquerra, 2003). Arnold resaltó cuatro 
aspectos fundamentales a la hora de valorar una situación (Molas, 2018): 
 
● Diferencia entre percepción y evaluación: cuando se percibe un objeto se tiene 
conocimiento de cómo es éste. Mientras que al evaluarlo se tiende a clasificarlo en dos 
categorías: agradable o desagradable. 
 
● Inmediatez de la evaluación emocional: implica no sólo esta última clasificación, sino 
también la emisión de juicios sobre el estímulopercibido. Dichos juicios tienen como 
características principales que son inmediatos, automáticos, directos y no reflexivos. En 
este sentido, el Mindfulness proporciona estrategias dirigidas a reducir la emisión de estos 
juicios para disminuir el impacto emocional. 
 
● Tendencia de acción: tras la evaluación hecha del estímulo, se inicia una predisposición a 
actuar que va asociada a los cambios fisiológicos experimentados. Es decir, los cambios 
fisiológicos impulsan a la acción. 
 
36 
 
● Constancia: hace referencia a la creencia de que todo permanecerá igual y al no ser de 
esta forma, puede ocasionar sufrimiento. Arnold resalta la importancia de conocer el 
concepto de constancia para que los cambios que se produzcan en nuestra vida no causen 
gran malestar. La práctica constante de Mindfulness coadyuva a este supuesto, ya que se 
fomenta la aceptación incondicional de la impermanencia de los eventos que se viven. 
 
A pesar de algunas controversias acerca de catalogar a Peter J. Lange (1979) en el enfoque 
psicofisiológico o en el cognitivo, he decidido incluirlo en este último debido a su aportación 
acerca de la mediación de la cognición en la manifestación de las emociones. Plantea la 
existencia de tres sistemas de respuesta emocional; de forma que los pensamientos 
(cognición), las reacciones psicofisiológicas (actividad visceral y somato-motora) y la conducta 
están estrechamente unidas en la expresión de las emociones. Dicho de otra manera, no existe 
una única vía de respuesta emocional, sino que ésta es multidimensional. 
 
Y en último lugar para esta perspectiva, se contempla la aportación de la valoración cognitiva 
secundaria de Lazarus (1991). Dicha propuesta explica que se producen dos valoraciones para 
emitir la respuesta emocional. En la primera, que es la descrita por Arnold, se analizan las 
consecuencias de la situación para la supervivencia o el bienestar. Mientras que en la segunda, 
el individuo evalúa su capacidad para enfrentar la situación. Si la respuesta es positiva, se da 
una sensación de control de la situación y por tanto, la respuesta emocional es de baja 
intensidad. Pero de manera contraria, si la respuesta es negativa, pueden activarse factores de 
estrés. Así, en resumen, la intensidad de la emoción está relacionada directamente con el 
grado de amenaza percibido, el cual determina la valoración primaria y con la capacidad de 
afrontamiento; que determina la valoración secundaria. 
 
Y para completar la visión global de las emociones que se aborda en este trabajo, se retoma la 
perspectiva funcionalista, en la cual las emociones son vistas como sistemas de respuesta 
37 
 
con funciones motivacionales, organizativas y adaptativas que ayudan a los individuos a la 
consecución de sus objetivos (Cuadros y Sánchez, 2014). Específicamente, se observa a las 
emociones displacenteras (como la ansiedad, la tristeza y la ira), debido a que éstas pueden 
experimentarse cuando no se logra concretar una meta, o ante amenazas o pérdidas. Además, 
esta perspectiva señala que el infante para adaptarse a su entorno necesita ganar 
progresivamente control voluntario sobre sus emociones (Sanz, 2012).De tal forma que se 
experimentan valoraciones inconvenientes acerca de la situación y los recursos que posee la 
persona para afrontarla (Pérez y Guerra, 2014). En resumen, este enfoque destaca la 
importancia de las emociones y la motivación, en la respuesta que emite el individuo para la 
consecución de sus objetivos; así como la capacidad que éste tiene para regular las emociones 
que representen un obstáculo para el logro de sus metas. 
 
En este sentido, siguiendo con Pérez y Guerra (2014), la relevancia de este enfoque en 
relación con el bienestar personal; puede observarse también en la utilidad de las emociones 
desagradables (muchas veces desdeñadas al ser consideradas como negativas), que 
requieren de la movilización de importantes recursos cognitivos, fisiológicos y 
comportamentales, que contribuyan con la resolución o alivio de la situación que las provoca. 
 
Finalmente, tomando en cuenta los enfoques descritos, pueden destacarse dos aspectos 
importantes para la comprensión de las emociones: en primer lugar, la interacción de los 
componentes fisiológico, cognitivo y conductual para la expresión de las emociones y en 
segundo lugar, su función adaptativa orientada a lograr el bienestar individual o la obtención de 
una meta. 
 
Proceso de regulación emocional. 
La revisión de la literatura sobre la regulación emocional es basta y destaca aspectos diversos 
que pueden incluir su evolución; los diferentes enfoques o perspectivas desde las cuales se 
38 
 
aborda, así como el proceso de desarrollo de dicho fenómeno; no obstante, un punto medular 
de interés es la convergencia teórica al momento de conceptualizarlo. Sin embargo, en afán de 
la precisión teórica para fines de esta investigación, se retoma la propuesta de Gross y 
Thompson (2003), quienes señalan que la regulación emocional consiste en los esfuerzos que 
hace el individuo para influenciar la intensidad y la duración de sus emociones respecto del 
momento en que surgen, la experiencia que conllevan y su expresión. 
 
Y para explicar cómo las personas pueden regular sus experiencias emocionales, plantearon 
que las emociones surgen a partir de la valoración de ciertos elementos, que a su vez originan 
diversas tendencias de acción o respuestas específicas; de tal forma que la expresión de una 
emoción puede explicarse a partir de cuatro elementos que conforman dicho proceso 
(Gargurevich y Matos, 2010): 
 
1. Situación relevante: la que puede ser externa (eventos o exigencias ambientales) o 
interna (representaciones mentales). 
2. Atención: en donde hay una selección de elementos más significativos de una situación. 
3. Evaluación: que depende de la focalización de la atención. 
4. Respuesta emocional: que por efectos de la retroalimentación modifica la situación 
relevante. 
 
De acuerdo a esta propuesta, se presenta un evento considerado por el individuo como 
importante o significativo. Respecto a este primer elemento en la sucesión de componentes, al 
hablar de la selección de la situación, se hace alusión también a la exposición o no a una 
situación emocionalmente displacentera; pero en el caso de la DM1 pediátrica, algunos eventos 
que se perciben de esta forma (como algunos aspectos del tratamiento vinculados al temor de 
los pinchazos necesarios en la automonitorización o a la aplicación de insulina; o la prohibición 
de algunos alimentos), no pueden evitarse. 
39 
 
 
Respecto al despliegue de atención; este punto hace referencia a enfocar la atención en algún 
aspecto concreto de la situación, que puede influir en las emociones. Una vez que se han 
seleccionados estos elementos, el individuo otorgara un significado determinado al evento en 
conjunto, tal es el caso del monitoreo de glucosa, donde si el menor pone su atención en el 
dolor del pinchazo de la lanceta, relacionará esta tarea con el malestar experimentado, dejando 
de lado los beneficios que esta actividad reporta. 
 
Por otra parte, existen formas adecuadas e inadecuadas para dirigir la atención a aspectos que 
producen malestar emocional. Una de ellas involucra encontrar aspectos diferentes del evento 
y enfocar la atención en dichos aspectos. De tal forma que al reconocer el estímulo que elicita 
la emoción desagradable (alguna situación que provoque enojo, por ejemplo, al no poder 
comer determinados alimentos), se hace uso de técnicas inadecuadas como la rumiación y la 
distracción, pensando por ejemplo: “esto es demasiado molesto, mi mamá me regaña a mí de 
lo que como y a mi hermano no, él puede comer lo que sea” etc., lo cual ocasiona que el 
infante no pueda reconocer la emoción que se origina por la restricción del consumo de 
alimentos, ya que pone su atención en otras emociones yotros eventos alejados del mismo. 
 
Por el contrario, otra de las estrategias consiste en la capacidad de dirigir la atención hacia 
características distintas del evento de manera interna, lo cual representa una estrategia 
adecuada; ya que al hacer uso de ella se observan beneficios, por ejemplo de no consumir 
determinados alimentos se hace énfasis en las ventajas más que en las desventajas que esto 
representa. Así, al centrar la atención en este aspecto de la situación, se modificará la posterior 
evaluación que el sujeto realiza y en consecuencia la emoción disminuirá en intensidad, de tal 
forma que los efectos emocionales que provoca este cambio, pueden ser tolerados. La postura 
en este proyecto corresponderá a fortalecer este último elemento atencional que de forma 
40 
 
directa coadyuva a la reevaluación cognitiva. Finalmente, tras la evaluación, se emite la 
respuesta emocional. 
 
A partir de estas fases, durante la evaluación de la situación o la modulación de la respuesta 
emocional, Hervás y Vázquez (2006), describen los procesos de regulación emocional 
descritos por Gross y Jhon: 
 
a) reevaluación cognitiva: es la construcción de nuevos significados con el fin de 
contrarrestar el impacto emocional negativo o de incrementar el resultado emocional 
positivo, de un determinado evento. Se trata de una estrategia a través de la cual la 
persona piensa, evalúa y considera una determinada situación con el objetivo de 
modelar el impacto emocional de la misma. Tal estrategia tiene su inicio antes de 
producirse la completa activación de la respuesta emocional, por lo que pueden 
obtenerse cambios o modificaciones en el curso de la misma. 
 
b) supresión emocional: hace referencia a la inhibición de la expresión emocional, 
modificando el componente comportamental de la respuesta emocional, sin reducir la 
experiencia de la emoción negativa. Esta estrategia se activa más tardíamente en el 
proceso de generación de una emoción, posiblemente cuando otras estrategias han 
fallado y la experiencia emocional negativa se encuentra presente. 
 
Cabe mencionar que estas estrategias de regulación emocional tienen influencia en el 
funcionamiento personal. Por ejemplo, el uso habitual de estrategias de reevaluación cognitiva 
reduce eficientemente el estrés así como los niveles de afecto negativo. Mientras que la 
supresión emocional tiene efectos negativos en la memoria y se ha relacionado con menor 
expresión de emociones positivas y síntomas depresivos (López y Grau, 2016). 
 
41 
 
Regulación emocional en la infancia media. 
 
Al igual que pasa con los adultos, cuando somos niños las emociones rigen aspectos 
importantes de nuestro funcionamiento. Durante la infancia, los niños y las niñas comienzan a 
entender paulatinamente lo que sienten, así como la reacción más adecuada ante la situación 
que desencadena dicha emoción, por lo que posteriormente evalúan la forma más apropiada 
de enfrentarse a las exigencias externas. Además, la consolidación de las habilidades 
cognitivas se suman al repertorio emocional adquirido previamente para realizar una 
evaluación más completa de estos contextos. 
 
La regulación emocional es un proceso multifactorial que se desarrolla desde los primeros 
meses de vida; no obstante para la aproximación a este proceso en la infancia media, se 
acotarán hitos relevantes en la regulación emocional partiendo de la infancia temprana y su 
posterior evolución a la etapa que ocupa a esta investigación. 
 
Durante la infancia temprana, ocurren varios hitos que serán la base de la regulación 
emocional posterior. El conocimiento emocional puede observarse cuando los niños y niñas 
entienden que pueden tener emociones contradictorias ante a una situación, por ejemplo 
experimentar vergüenza y culpa por haber roto alguna regla impuesta por sus padres. Además, 
en esta etapa, son conscientes acerca de las reglas culturales relacionadas con una expresión 
emocional aceptable (Nájera, 2011; Papalia, Wendkos y Duskin, 2012). 
 
En lo concerniente a la comprensión emocional, los niños y niñas advierten que las emociones 
están relacionadas con eventos y deseos. De tal forma que pueden entender que si un niño 
tiene un juguete que desea se sentirá feliz; mientras que si lo rompe o pierde, puede 
experimentar molestia. Así que entienden y reconocen sus sentimientos y los de otros niños o 
niñas. Sin embargo, la emoción no se explica por la relación entre el deseo y la situación vivida, 
42 
 
sino por la relación entre el deseo y la situación de acuerdo a la interpretación hecha por el 
niño o la niña; es decir que si en el ejemplo anterior, el niño que extravía su juguete expresa su 
emoción llorando, el menor que presencia el evento puede pensar que es tristeza o enojo, 
según su propia experiencia. De esta forma, se desarrolla la capacidad para comprender las 
emociones propias y las de los demás (Henao y García, 2009). 
 
Otra característica sustancial de las emociones es que inician con el reconocimiento de la 
expresión facial, lo cual permite que los menores establezcan acciones en torno a lo que 
observan en las expresiones de los demás (Anguas y Matsumoto, 2007). Así que, en un inicio 
las emociones se relacionan con lo que los menores observan de las personas con las que 
interactúan; sobre todo de sus cuidadores primarios a lo largo de su niñez. 
 
Mientras que en lo que corresponde a la regulación emocional propiamente dicha, los niños y 
niñas, pueden entender sus emociones y controlar mejor la forma en la que las expresan. A 
partir de los siete años, existe conciencia de que las emociones no perduran y pierden 
intensidad. (Papalia, et al., 2012). 
 
Cabe mencionar que en algunas ocasiones, los estados emocionales alcanzan tal intensidad 
que se vuelven poco adaptativos. Durante los primeros años, los adultos tratan de regular y 
modificar estos estados, para que el niño sepa adaptarse y afrontar las diferentes situaciones 
con implicaciones emocionales reguladas y manejables. Sin embargo, a medida que los niños 
crecen, este control externo de las propias emociones tiene que ir transformándose en un 
proceso de control propio, mediante el que los niños aprenden a evaluar, regular y modificar 
sus estados emocionales (Gallardo, 2007). Asimismo, Henao y García (2009), sostienen que 
las experiencias propiciadas por el contexto de desarrollo y la maduración propia del infante, 
lleva a la comprensión emocional y posterior regulación emocional de las situaciones o 
experiencias que atraviesan los niños y niñas. 
43 
 
 
Por otra parte, la literatura habla indirectamente de la supresión emocional que puede 
manifestarse en los niños y niñas, ya que antes de los 6 años, parecen diferenciar de manera 
clara entre la experiencia emocional interior y la expresión externa de las emociones, siendo 
capaces de ocultar los sentimientos propios a los demás mediante la modificación de la 
expresión conductual externa. Es decir, son conscientes de que alterar la apariencia externa no 
implica la modificación del estado emocional interno. 
 
En este sentido, retomando a Delgado y Contreras (2008), alrededor de los seis años, los niños 
y niñas pueden falsear la emoción conscientemente, es decir; ocultar las verdaderas 
emociones conociendo el efecto que esto genera. De tal forma que la ocultación y el disimulo 
de emociones, supone la capacidad de combinar dos puntos de vista, dos representaciones de 
la realidad (la propia y la de un observador externo). Por esta razón, proporcionar orientación al 
menor en la regulación de sus emociones, sobre todo cuando se suman a los cambios propios 
de la etapa que vive, las adaptaciones necesarias que implica una condición de vida como la 
DM1, puede ser un gran beneficio para su adaptación al tratamiento y la realización del mismo. 
 
Con el tránsito hacia la infancia media, la comprensión emocional alcanza

Continuar navegando