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IXAYA / Año 7, Núm. 12 / Comunidades indígenas y desarrollo social / ISSN: 2007-7157 
 
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Guía para el interrogatorio clínico en lengua náhuatl1 
 
Saúl Bernardo Castañeda Gutiérrez2 
bernardo.gutierrez@hotmail.com 
Rosa Herminia Yáñez Rosales3 
rosa.rosales@csh.udg.mx 
 
 
 
 
 
Nelson Eduardo Álvarez Licona, María de la Luz Sevilla González, Eduardo Álvarez Sevilla 
Ricardo Álvarez Sevilla. (2015). Guía para el interrogatorio clínico en lengua náhuatl. 
México: Instituto Politécnico Nacional. 153 páginas. ISBN: 978 414 499 4. 
 
 
1 Recepción del artículo: 30 de mayo de 2016. Aceptación: 30 de junio de 2016. 
2 Estudiante de la Licenciatura en Historia de la Universidad de Guadalajara. Ha trabajado en la paleografía y 
traducción de documentos en náhuatl del siglo XVII de la Nueva España y la Nueva Galicia, ha impartido la 
clase de Náhuatl como profesor suplente en la misma Licenciatura, y actualmente se encuentra terminando su 
tesis sobre documentos nahuas del norte de la Nueva Galicia. 
3 Profesora-investigadora del Departamento de Estudios Mesoamericanos y Mexicanos de la Universidad de 
Guadalajara. Imparte cursos de lengua náhuatl, política lingüística, escritura de textos etnográficos y otros. Su 
investigación se refiere a la difusión del evangelio en náhuatl y en español y con respecto a la historia de los 
grupos originarios del Occidente de México. Trabaja sobre la función de la lecto-escritura en náhuatl durante 
la época colonial. Participa en proyectos de recuperación de la lengua náhuatl en las comunidades de Tuxpan y 
de Ayotitlán, en el sur de Jalisco, México. 
mailto:bernardo.gutierrez@hotmail.com
mailto:rosa.rosales@csh.udg.mx
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El libro Guía para el interrogatorio clínico en lengua náhuatl, de Nelson Eduardo Álvarez 
Licona, María de la Luz Sevilla González, Eduardo Álvarez Sevilla y Ricardo Álvarez 
Sevilla, fue publicado por el Instituto Politécnico Nacional (IPN) en 2015. Como su nombre 
lo indica, se trata del interrogatorio clínico que debe realizarse en cualquier entrevista entre 
un médico y un paciente. Hasta donde llega nuestro conocimiento, sobre la base de una 
búsqueda que hicimos en diversas fuentes de información, sitios web de las Universidades 
Interculturales de nuestro país –en las cuales existe, con alguna variación, la Licenciatura en 
Medicina Comunitaria o en Medicina Alternativa– y, finalmente, en el sitio web del Instituto 
Nacional de Lenguas Indígenas (INALI), no hemos encontrado un antecedente similar que 
considere la importancia del interrogatorio clínico en una lengua indígena y en español, que 
incluya la misma cantidad de información que la Guía. En el sitio web del INALI hay cartillas 
de los “Derechos de los pacientes en lenguas indígenas” en varias lenguas, que se limitan a 
diez enunciados, entre los que se menciona el derecho a la salud y a la atención médica (en 
cuanto a las variantes de náhuatl, la encontramos en la de la Sierra Norte).4 En tal sentido, la 
Guía, objeto de esta reseña, constituye una primera propuesta por satisfacer una necesidad: 
la de contar con instrumentos que faciliten la comunicación entre paciente y enfermo, por lo 
menos en la variante del náhuatl de Zongolica, Veracruz. 
 
Descubrir la Guía en la edición 2016 de la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara, 
nos hizo darnos cuenta de que el interrogatorio clínico es un tipo discursivo que se maneja 
por lo menos en las escuelas de Medicina. Sin embargo, por lo visto, esto no es garantía de 
que se haya desarrollado en lenguas indígenas de nuestro país. El hecho deja ver que, al 
igual que el área de impartición de justicia, la de salud sigue siendo un asunto llevado casi 
en forma exclusiva en español y, por lo tanto, constituye potencialmente un motivo de fallas 
en la comunicación y de errores médicos. 
 
El interrogatorio está basado en un modelo anterior, el de Hurst Willis (1998), que los autores 
consideraron más completo que otros publicados en español. Está diseñado para ser leído o 
 
4 Las cartillas fueron elaboradas por Comisión Nacional de Arbitraje Médico (CONAMED), la Secretaría de 
Salud y el INALI. 
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aplicado por el médico que tiene que atender a un paciente nahuahablante de la zona de 
Zongolica, Veracruz. Este podrá responder con un “sí” (quema) o un “no” (amo) y con 
pequeñas frases compuestas, principalmente de días, meses, años; también está diseñado para 
que el paciente se señale con el dedo las dolencias o la zona afectada y el médico diagnostique 
de manera más acertada. 
 
La Guía está dividida en cuatro apartados. Inicia con la Introducción, donde los autores 
explican que el motivo de elaborar tal material de trabajo es “facilitar a los trabajadores de la 
salud la comunicación con pacientes monolingües (en Zongolica, Veracruz) durante su 
primer interrogatorio clínico” (p. 11). 
 
La segunda parte es el interrogatorio clínico en sí. La tercera es el interrogatorio con base en 
los aparatos del cuerpo y sus sistemas, por ejemplo, el aparato respiratorio, el digestivo, etc. 
Vienen luego unas “Reflexiones” sobre el náhuatl que se utiliza en Zongolica. A manera de 
anexos, se incluyen dos diccionarios español-náhuatl, uno de sustantivos y otro de verbos, 
así como unos prontuarios de adjetivos, que ayudarán a precisar el significado, los grados de 
dolor, etc., de colores, alimentos, partes del cuerpo y la designación de familiares y allegados, 
que en caso de estar enfermo, es un asunto prácticamente indispensable. 
 
Ampliándonos un poco sobre el contenido de algunas de las secciones, diremos que los 
autores indican que, en general, para la tarea de la consulta médica en Zongolica, se recurre 
a hablantes bilingües de la comunidad, en tanto que el sistema de salud no ha instrumentado 
políticas encaminadas a tener intérpretes que faciliten la comunicación con la población. 
Agregan que a veces los pacientes acuden a consulta acompañados de alguien que funja como 
intérprete. 
 
Centrándose en esta misma sección, en aspectos de la lengua, los autores indican que el 
náhuatl tiene “dos sentidos, no contrapuestos, sino integrados, que son el lenguaje reverencial 
y el cortés” (p. 13). El interrogatorio fue diseñado para reconocer la existencia de otro mundo 
y la necesidad que tiene de ser respetado. Por eso la Guía inicia desde el saludo: un simple 
“buenos días” en náhuatl, cuallitonalli, y sobre todo un panolte, en náhuatl de Zongolica, 
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abre la posibilidad a reconocer que estos otros mundos han estado vivos y creciendo, que el 
México profundo existe y permite darnos cuenta de nuestra propia “diferencia colonial” en 
la que habitamos. 
 
Una decisión que tiene que ver con la metodología instrumentada por los autores es que 
presentan las preguntas del interrogatorio en tres líneas. La primera en náhuatl clásico, es 
decir, el que quedó documentado en las obras coloniales; enseguida en el de Zongolica, 
Veracruz (ambos usan una grafía normalizada con letras c, q y h). Por su parte, la tercera 
línea incluye la opción de traducción en otra variante aunque no vienen ejemplos. En 
realidad, pareciera que fue hecho para que el médico pueda, con base en este interrogatorio, 
escribir el suyo como si fuera un cuaderno de trabajo, porque, como menciona Wrigth (2007, 
pp. 18-19), existen zonas donde la comprensión del náhuatl entre dos variantes suele tener 
un porcentaje muy bajo de inteligibilidad. En cuestiones gramaticales, es curioso ver hasta 
qué punto han cambiado las estructuras de oraciones y las palabrasentre el náhuatl clásico y 
el de Zongolica actual, cuáles se han conservado y cuáles se han perdido, cómo se 
modificaron y, aunque no se establece un por qué o cómo pudo haber sido tal proceso, sirve 
de punto de partida para la investigación posterior. 
 
La Guía comienza con un saludo y preguntas básicas: nombre, edad, lugar donde vive, etc. 
Continúa con la explicación de cómo será el procedimiento para el interrogatorio que hará el 
médico al paciente y el historial clínico de la familia. En esta parte, lo más importante y que 
permitirá la interacción es la frase “¿dónde le duele?”: ¿Campa ticpiacocoliztli? A partir de 
ahí, sigue la descripción de la misma hinchazón, ardor, etc., para entrar de lleno con los 
aparatos y sistemas. El respiratorio es el primero de ellos: se revisa desde un simple 
escurrimiento nasal hasta un sangrado, todo en náhuatl. Se comienza con Ti-c-pia (“tú 
tienes”), y continúa la pregunta terminando con cocoliztli (“enfermedad, malestar”). En este 
apartado rara vez aparece el náhuatl de Zongolica, quedando únicamente el clásico. 
 
El siguiente aparato es el digestivo. La preocupación pasa desde tener mucha saliva hasta 
sangrado y comezón en el recto. Aquí, al igual que en el anterior apartado, tampoco viene la 
traducción al náhuatl de Zongolica. Parece que el idioma ha cambiado en palabras de uso 
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común pero ha mantenido las palabras íntegras del clásico en cuestiones más específicas. 
Enseguida se trata el aparato cardiovascular. Aquí, casi el 50% de las preguntas tiene 
traducción a la variante de Zongolica, pues aparecen palabras comunes como “corazón”, 
“desmayar” y “pecho”; se pregunta desde un mareo hasta ruidos del corazón o del pecho. 
Continúa con el aparato urinario. En este apartado, el 90% de las preguntas también incluyen 
la variante veracruzana, ya que habla de cosas más comunes como el color, la frecuencia, la 
sangre, etc. 
 
Los siguientes apartados son breves. Continúan las preguntas sobre el sistema endócrino, 
donde se pregunta si se tiene sed, frío, calor, etc. Sigue el sistema hemapoyético y linfático: 
se habla de debilidad y manchas, pero la constante sigue siendo que el médico se dé una idea 
de la condición del paciente. Le siguen el sistema músculo-esquelético y el nervioso, así 
como los sentidos. En ellos sigue teniendo mayor presencia la versión del náhuatl clásico; se 
pregunta sobre los huesos y sobre la motricidad. El siguiente apartado es especial, en tanto 
que no es común preguntar en las consultas clínicas de una ciudad: se trata de la esfera 
psíquica; aquí se habla sobre sentimientos, miedos y pensamientos. Para finalizar, se incluye 
una pequeña sección de síntomas generales como fiebre, peso, hambre, etc. 
 
Difícilmente podemos acercarnos a la Guía a sabiendas de que contiene el náhuatl de 
Zongolica, Veracruz, sin recordar la historia de Ernestina Ascencio Rosario, asesinada en ese 
municipio en febrero de 2007; de igual manera, recordamos la historia de Teresa Cornelio, 
Jacinta Francisco Marcial y Alberta Alcántara, hablantes de hñahñú, quienes fueron acusadas 
y encarceladas injustamente en 2006. En todos estos casos, se trataba de mujeres indígenas 
monolingües en su lengua materna. 
 
Consideramos que la Guía es un instrumento indispensable para que la comunicación entre 
médico y paciente hablante de una lengua indígena tenga lugar de una mejor manera. La Guía 
publicada por el IPN es un modelo para que se escriban otras en otras variantes del náhuatl y 
en otras lenguas originarias de nuestro país. La Ley General de Derechos Lingüísticos de los 
Pueblos Indígenas de 2003, proporciona las bases legales para que la comunicación en el área 
de salud tenga lugar de manera fluida y directa, y que la población originaria no tenga que 
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renunciar a su lengua materna a fin de acceder a la atención médica o ser víctima de errores 
de diagnóstico. 
 
Referencias 
Willis, H. J. (1998). Medicina para la práctica clínica. Buenos Aires: Médica Panamericana. 
Wright Carr, D. C. (2007). Lectura del náhuatl: Fundamentos para la traducción de los 
textos en náhuatl del periodo novohispano temprano. México: Instituto Nacional de 
Lenguas Indígenas.

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