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Av. Hidalgo 935, Colonia Centro, C.P. 44100, Guadalajara, Jalisco, México bibliotecadigital@redudg.udg.mx - Tel. 31 34 22 77 ext. 11959 UNIVERSIDAD DE GUADALAJARA COORDINACIÓN GENERAL ACADÉMICA Coordinación de Bibliotecas Biblioteca Digital La presente tesis es publicada a texto completo en virtud de que el autor ha dado su autorización por escrito para la incorporación del documento a la Biblioteca Digital y al Repositorio Institucional de la Universidad de Guadalajara, esto sin sufrir menoscabo sobre sus derechos como autor de la obra y los usos que posteriormente quiera darle a la misma. Universidad de Guadalajara Centro Universitario de la Costa Campus Puerto Vallarta Doctorado en Ciencias para el Desarrollo Puerto Vallarta a través de sus Imaginarios Tesis que para obtener el grado de Doctor en Ciencias para el Desarrollo Presenta: Alfonso Zepeda Arce Director de Tesis: Dr. Alfredo César Dachary Puerto Vallarta, Jalisco, enero de 2018 iii Tabla de contenidos. Capítulo I: Antecedentes, objetivos y metodología del estudio 2 1. Introducción. 2 2. Objetivos. 2 2.1. Objetivo General. 2 2.2. Objetivos particulares. 2 3. Justificación: preguntas de investigación e hipótesis. 3 4. Metodológico y plan de la investigación: 5 Capítulo II: Marco teórico: 8 1. Introducción. 8 1.1 Totalidad. 8 1.2 Formación social y Aparatos ideológicos de estado. 9 1.3 La ideología. 11 1.4. La institución y el símbolo 13 Capítulo III. Turismo e imaginario. 34 1. Introducción: 34 2. Imaginario y Turismo. 44 3. Los medios de transmisión de los imaginarios turístico. 51 4. Análisis de contenido de las comunicaciones. 53 Capítulo IV: Puerto Vallarta, ciudad turística. 57 1.Introducción: 57 2 El desarrollo la ciudad-destino. 64 3 Conectividad y turismo: 65 3.1 El desarrollo de una infraestructura de transporte. 67 3.2 Atractivos Turísticos de Puerto Vallarta. 69 3. La economía turística. 75 4. Etapas significativas de Vallarta. 79 5.1 Marina Vallarta. 79 5.2 Fluvial Vallarta 80 5.3 Despertar de Bahía Banderas. 80 Capítulo V: Los imaginarios y el desarrollo de Puerto Vallarta. 83 iv 1. Una Introducción Necesaria. 83 2. Etapa 1: 1954 -1963. 83 2.1 El contexto: 83 2.2 En busca del imaginario. 85 2.3 Análisis de las notas. 87 3. Etapa 2: 1964 – 1968. 91 3.1 El Contexto 91 3.2 En busca del Imaginario 93 3.3 Análisis de las notas 95 4. Etapa 3: 1969- 1973. 98 4.1 El Contexto. 98 4.2 En busca del imaginario 99 4.3 Análisis de las notas. 101 5. Etapa 4: 1974 – 1986. 104 5.1 El Contexto. 104 5.2 En busca del imaginario. 106 5.3 Análisis de las notas. 109 6. Etapa 5: 1987 – 1993. 112 6.1 El Contexto. 112 6.2 En busca del imaginario 113 6.3 Análisis de las Notas. 115 7. Etapa 6: 1994- 2006. 118 7.1 El Contexto 118 7.2 En busca del imaginario. 118 7.3 Análisis de las notas 121 8. Etapa 7: 2007 -2015. 124 8.1 El Contexto. 124 8.2 En busca de imaginario. 125 8.3 Análisis de las notas 128 Capítulo VI: Los Imaginarios desde lo local. 131 1. Un complemento Necesario. 131 2. Imaginario a través del discurso de personajes asociados a Puerto Vallarta. 131 v Capítulo VII: Conclusiones. 142 Referencias 148 Anexos 156 1. Anexo 1: 156 2. Anexo 2: 156 3 Anexo 3 Tablas por etapas. 158 vi Lista de Cuadros. Cuadro 1: Escala de iconicidad para la imagen fija-aislada……………………………………..17 Cuadro 2: Escala que asocia funciones con los niveles de iconicidad y su función pragmática……………………………………………………………………………………….19 Cuadro 3. Número de habitantes por año en Puerto Vallarta……………………………………59 Cuadro 4: Establecimientos de hospedaje registrados según categoría al 31 de diciembre de 2015 en Puerto Vallarta………………………………………………………………………………..71 Cuadro 5: Servicios complementarios de Puerto Vallarta……………………………………....72 Cuadro 6: Afluencia turística a Puerto Vallarta…………………………………………............73 Cuadro 7: Clasificación de notas del año 1954 a 1963………………………………………….82 Cuadro 8: Frecuencia de palabras encontradas en la etapa 1954 -1963…………………………83 Cuadro 9: Clasificación de notas del año 1964 a 1968……………………………………….....89 Cuadro 10: Frecuencia de palabras encontradas en la etapa 1964 a 1968………………………89 Cuadro 11: Clasificación de notas del año 1969 a 1973…………………………………...........95 Cuadro 12: Frecuencia de palabras etapa 1969 a 1973……………………………………….…96 Cuadro 13: Clasificación de notas del año 1974 a 1986…………………………………….….103 Cuadro 14: Frecuencia de palabras etapa 1974 -1986……………………………………….…104 Cuadro 15: Clasificación de notas del año 1987 a 1993…………………………………….….109 Cuadro 16: Frecuencia de palabras etapa 1987 -1993……………………………………….....110 Cuadro 17: Clasificación de notas del año 1994 a 2006……………………………………..…115 Cuadro 18 Frecuencia de palabras 1994- 2006…………………………………………….…...116 Cuadro 19: Clasificación de notas del año 2007 a 2015…………………………………….….122 Cuadro 20: Frecuencia de Palabras 2007 -2015………………………………………………..122 Cuadro 21: Suma de totales de las diferentes notas encontradas de los años 1954 al 2015 en El Informador………………………………………………………………....….……126 Cuadro 22: Análisis de los años 1954 -1963…………………………………………....….…..138 Cuadro 23: Imágenes generadas de los años 1954 -1963…………………………….…….…..140 Cuadro 24: Imágenes generadas de los años 1969 -1973…………………………….……...…142 Cuadro 25: Imágenes generadas de los años 1974 -1986………………………………………145 Cuadro 26: Imágenes generadas de los años 1987 -1993…………………………….…….…..155 Cuadro 27: Imágenes generadas de los años 1994 -2006………………………………………157 Cuadro 28: Imágenes generadas de los años 2007 -2015………………………………………164 vii Lista de figuras. Figura 1: Mapa de las rutas de la Compañía Mexicana de Aviación del año 1957, destacando la presencia de Puerto Vallarta como destino……………………………………………..….…….62 Figura 2: Línea del tiempo 1954 -1963………………………………………………..….……...80 Figura 3: Nube de palabras de 1954 a 1963……………………………………………...……....84 Figura 4: Línea del Tiempo 1964-1968……………………………………………….….…..….88 Figura 5: Nube de palabras de 1964 a 1968……………………………………………...……....91 Figura 6: Línea del Tiempo de 1969 – 1973………………………………………….….….…...93 Figura 7: Nube de palabras de 1969 a 1973……………………………………………….….….97 Figura 8: línea del tiempo 1974-1986…………………………………………………….…….100 Figura 9: Nube de palabras………………………………………………………………....…..109 Figura 10: Línea del tiempo 1987 -1993…………………………………………………….….110 Figura 11: Nube de palabras de 1987 a 1993………………………………………….….….....111 Figura 12: Línea del tiempo 1994- 2006………………………………………………..….…...113 Figura 13: Nube de palabras de 1994 a 2006……………………………………………...……117 Figura 14: Línea del Tiempo 2007 – 2015……………………………………………….…......120 Figura 15: Nube de palabras de 2007 a 2015…………………………………………….….….123 Figura 16: Nube de palabras de adjetivos calificativos asociadas a Puerto Vallarta durante el periodo del año 1954 al 2015………………………………….………………………………..127 Figura 17: Nube de frecuencia de palabras negativas asociadas a Puerto Vallarta durante los años 1954 al 2015…………………………………………………………………………...196 2 Capítulo I: Antecedentes, objetivos y metodología del estudio 1. Introducción. Al analizar una ciudad turística lo hacemos de diferentes ángulos, la mayoría de estas visiones se expresan en los imaginarios turísticos del turismo, tal es el caso de Puerto Vallarta que producto de tomar un curso en el doctorado sobre imaginarios se despertó la idea de desarrollar la tesis sobre imaginarios, imágenes y turismo, tema importante para la comprensión del destino. Al buscar las fuentes se encontró que desde el comienzo del destino había un periódico “testimonio” que contaba el desarrollo de la ciudad turística y que era de fácil acceso, El Informador, por ello sedirigieron los esfuerzos a analizarlo y ver en sus diferentes artículos, fotos y comentarios de Vallarta la posibilidad de rastrear la construcción de su imaginario. Una vez ordenadas las ideas se plantearon los objetivos de esta tesis que son los que a continuación se mencionan. 2. Objetivos. 2.1. Objetivo General. Analizar e interpretar las imágenes y los imaginarios turísticos generados en torno a Puerto Vallarta en el periodo 1954 -2015, a partir de los textos, publicidad e imágenes de un periódico local de Puerto Vallarta y otro de la ciudad de Guadalajara, a fin de relacionarlo con la construcción del imaginario popular sobre esta ciudad turística del Pacífico Mexicano en Jalisco. 2.2. Objetivos particulares. o Buscar en medios escritos del Estado, los que tenían mayor cantidad de textos referidos a Puerto Vallarta. o Analizar y clasificar la publicidad (texto e imagen) divulgada. 3 o Analizar los textos que relatan testimonios, crónicas y anécdotas del periódico Vallarta Opina concentrados en su edición especial “Vallarta Opina Milenio 30 años”. o Caracterizar cronológicamente los conceptos y categorías utilizados en las notas del periódico El Informador del año 1954 al año 2015. o Analizar las imágenes e imaginarios a partir de estos textos e identificar su grado de incidencia en la construcción en el imaginario de Puerto Vallarta. o Evaluar cuales son los elementos que destacan en la construcción del imaginario social de Puerto Vallarta. 3. Justificación: preguntas de investigación e hipótesis. Como profesor el tema de los imaginarios es parte de la formación del futuro profesional que nos toca formar en la carrera de turismo, y debido a que cada vez es más fuerte la presencia de los multimedios en el turismo y en la decisión de cuál destino visitar, el tema de los imaginarios se vuelve más importante para el futuro profesional. Específicamente en el área de marketing donde como ya algunos autores (Gândara 2008) lo han afirmado el turismo vende imágenes de una realidad adecuada o transformada a fin de hacerla más atractiva para el turista. En base a las primeras lecturas sobre el tema y la revisión de periódicos, revistas y otros medios, para enmarcar la investigación, nos ha sugerido las siguientes preguntas de investigación, que pretendemos sean una guía para el trabajo de investigación. ● ¿Se puede identificar las posibles formas en que los imaginarios sociales influyen en la percepción que se tiene de los lugares turísticos? ● ¿Cuándo un destino turístico resulta ser interesante para el turista y qué características le inducen a visitarlo? 4 ● ¿Cómo ha sido la evolución de la formación del imaginario turístico social de Puerto Vallarta? ● ¿Es posible detectar elementos en los textos del periódico que participen en la construcción del imaginario de Puerto Vallarta? ● ¿Los imaginarios turísticos son condicionantes para el éxito turístico? ● ¿La promoción turística puede ser método de acercamiento a los imaginarios? ● ¿La indagación en los medios de información utilizados por los gestores del turismo para la promoción de los lugares turísticos determina la construcción de un imaginario turístico?. Estas preguntas guías para la investigación, se han desarrollado un poco más para poder construir las hipótesis guías del estudio, que son las que a continuación se presentan Hipótesis H1: Los textos, publicidad e imágenes encontrados en los periódicos han influenciado de manera directa en la creación del imaginario turístico de Puerto Vallarta reflejando los modelos ideológicos que lo reproducen como parte del sistema hegemónico a nivel mundial. H 2: Hay una correlación entre las imágenes y la realidad de la ciudad o existe una especie de “realidad muy transformada”. H 3: Qué imagen es más representativa en el lapso de años estudiados, la del “viejo pueblito”, y las montañas o la de las de las playas y el sol. 5 4. Metodológico y plan de la investigación: La fuente de producción de imaginarios está en el consumo que se propicia como meta de vida por el propio sistema hegemónico, siendo la actividad turística uno de los más atractivos, ya que, implica una salida de la rutina y un tiempo donde se vive una realidad opuesta a la cotidianidad, de allí que sea un imaginario de libertad, de felicidad y placer. De allí que la promoción de un destino, los medios y los canales de distribución tienen una destacada participación en la formación de los mismos y que engloba desde los aspectos más subjetivos en la percepción de los destinos turísticos hasta sus manifestaciones formales. Por ser en esa época de los 50´a los 80´los periódicos el medio de mayor socialización de esta información después del denominado “boca a boca”, es que se optó por analizar dos medios: Vallarta Opina en su edición especial de 30 años, publicación que recoge parte de la historia de Puerto Vallarta vista por y desde los vallartenses. Y el Informador, periódico de la ciudad de Guadalajara, en el periodo que comprende del año 1954 al año 2015, por ser la etapa en la que da el descubrimiento de Puerto Vallarta, y la construcción de la ciudad turística, segundo destino a nivel de México. Las diferentes etapas son: ● Revisión bibliográfica especializada, revisión de material videográfico, consulta de diferentes publicaciones periódicas y elección del medio, revisión de sitios web más relevantes, consulta a expertos sobre temas de: turismo, imaginarios y destinos. Elaboración del marco teórico con el fin de tener la base teórica para la investigación. Este será combinado de diferentes teorías o enfoques a fin de buscar una base amplia que permite entender e interpretar la formación de los imaginarios turísticos. ● Revisión, análisis e identificación de personajes que a través de su legado, descripción y discurso compilados en la edición especial de Vallarta Opina 30 años. 6 ● Revisión, análisis y clasificación y caracterización de las notas (textos e imágenes) encontrados, primeras conclusiones al respecto de los posibles imaginarios año por año de 1954 al año 2015. ● La clasificación de las notas, se hizo a partir del esquema de Zamudio (2011), divididos temáticamente por año, en: o Notas Generales: son aquellas que hablan de PV y que mencionan la palabra “Puerto Vallarta”, pero que no tienen mayor incidencia en el contexto general de la misma. o Notas Intencionadas: se definen como aquellas notas que tienen como fin promocionar el destino turístico de Puerto Vallarta, dan a conocer los atractivos y servicios que un destino turístico ofrece, así como la información práctica relativa para la realización del viaje. Están diseñados para posicionar en el imaginario de las personas (posibles turistas) un destino turístico, frente a otras opciones del mercado, generando deseos, necesidades, sueños y expectativas que se cumplirán si se visita el destino. o Notas no intencionadas: son aquellas notas que se identifican por no presentar intención de difusión turística, sin embargo, se observa en ellos la utilización de palabras (adjetivos calificativos) que contribuyen a la formación de los imaginarios de Puerto Vallarta. o Notas con intención oculta: La identificación de estas notas resulta menos evidente, pues en ellos se busca una promoción turística indirecta. o Notas Particulares: Son aquellas que hablan de alguna cuestión que influye de forma directa en el destino turístico. o Notas Negativas: Son aquellas notas negativas que forman animadversión hacia el destino turístico, siendo de cualquier orden pero que afectan la imagen de este. Una vez caracterizadas las notas se aplicaron las técnicas de análisis “semántico”, la cual define cierta estructura significativa de relación y considera todas las ocurrencias que concuerdancon dicha estructura, después se aplicó la técnica de análisis temático, la cual consiste en 7 confeccionar una lista con la frecuencia de aparición de todas la palabras de un texto (Colle, 2011), aplicándolo a las Notas No Intencionadas, lo cual permitió formar una idea de los contenidos más frecuentes abordados, pre definiendo así un número de temas relacionados con la clasificación del destino turístico de Puerto Vallarta, una vez analizado todo el corpus de las notas, se caracterizó por año destacando aquellas palabras que describen el destino, para después juntarlas y determinar los temas de los más relevantes de los últimos 61 años de Puerto Vallarta. ● Estos resultados se contrastaron con el marco teórico construido a fin de ver la función que se piensa está presente en estos como imaginarios turísticos, y de allí se podrá ver cómo ha evolucionado este en el medio siglo analizado ● El último paso o etapa es la construcción del discurso o exposición de los resultados, que formarán el texto de la tesis presentada. 8 Capítulo II: Marco teórico: 1. Introducción. La construcción de un marco teórico para una investigación sobre imaginarios y turismo, nos lleva a exponerlo por partes de lo general a lo específico, o sea desde la totalidad, luego la sociedad y su estructura de control y reproducción, la imagen y los imaginarios y el turismo, este último adecuándose a una teoría amplia. 1.1 Totalidad. La totalidad es una categoría filosófica, se puede comprender de dos maneras opuestas: como totalidad cerrada y estática o como totalidad abierta y cambiante. Cuando se quiere aplicar a realidades concretas, particularmente a las realidades humanas y sociales, esta noción, las modalidades de su aplicación difieren profundamente según la interpretación de tal concepto. Una totalidad cerrada excluye otras totalidades, o bien se considera solo una en perjuicio de las otras, o bien las totalidades consideradas permanecen exteriores con respecto a las otras. Por el contrario, una totalidad abierta puede envolver otras totalidades igualmente abiertas, pudiéndose implicarse a profundidad. La noción de totalidad abierta es además más sutil, más difícil de asir que aquella, más simple, denominada totalidad cerrada, se presentan como unos sistemas. La noción de totalidad abierta corresponde a otro tipo de investigación y de pensamiento filosóficos (Lefebvre 2011:1-2). En las ciencias sociales, la noción de totalidad se ha impuesto, lentamente, de una manera específica y además tal vez aún más confusa que en las otras ciencias. A la representación confusa e intuitiva de la naturaleza o de la materia como un todo corresponde en primer lugar la noción no menos confusa de la sociedad como un todo. Luego, la noción se ha elaborado, afinando, diferenciado. 9 El hombre es la totalidad. La “totalidad” abarca la naturaleza y su devenir, el hombre y su historia, su conciencia y sus conocimientos, sus ideas e ideologías. Ella se determina como “esfera de esferas”, totalidad infinita de totalidades cambiantes, parciales, implicándose recíprocamente a profundidad, en y por los conflictos mismos. En el límite, la totalidad de conocimiento coincidiría con la totalidad del universo. Objetividad y totalidad no pueden separarse. La verdad absoluta y la objetividad total coincidirían; además en un límite en la infinitud del desarrollo del conocimiento, del hombre y de su poder sobre la naturaleza. Pero este límite al infinito, debe ser planteado para determinar la significación del conocimiento humano. Es decir, en un sentido, que todo acto social, toda cultura, todo pensamiento hasta el más abstracto, toda imagen hasta la más fantástica, permanece ligada a la naturaleza; más aún: permanece un hecho de la naturaleza. Imposible separar naturaleza y cultura. Es entonces que la noción del hombre total juega en la teoría del desarrollo social, el mismo rol que la noción de lo absoluto en la teoría de conocimiento (Lefebvre 2011:1-2). 1.2 Formación social y Aparatos ideológicos de estado. El término “Totalidad” implica entender que los hechos sociales tiene como referente la sociedad y está enmarcada en un territorio, dentro de un sistema político y económico y un paradigma religioso en la mayoría de los casos. Esa “formación social”, tiene en su interior los denominados aparatos ideológicos de estados, que se citan para poder referenciar los que imponen las ideas dominantes del estado, que luego se transforman en “ideas sociales” aunque no las acepten todos y en caso de rechazo aparecen los otros aparatos los represivos. En un primer momento se puede observar que sí existe un aparato (represivo) de Estado, existe una pluralidad de aparatos ideológicos de Estado. Suponiendo que ella exista, la unidad que constituye esta pluralidad de Aparatos Ideológicos de Estado (AIE) en un cuerpo no es visible inmediatamente. En un segundo momento, se comprueba que mientras que el aparato (represivo) de Estado (unificado) pertenece enteramente al dominio público, la mayor parte de 10 los aparatos ideológicos de Estado (en su aparente dispersión) provienen en cambio del dominio privado. Son privadas las iglesias, los partidos, los sindicatos, las familias, algunas escuelas, la mayoría de los diarios, las instituciones culturales, etc. La distinción de entre lo público y privado es una distinción interna del derecho burgués, válida en los dominios (subordinados) donde el derecho burgués ejerce sus poderes. No alcanza el dominio del Estado, pues éste está “más allá del derecho” el estado, que es el Estado de la clase dominante, no es ni público, ni privado; por el contrario, es la condición de toda distinción entre público y privado, al final de cuentas poco importa si las instituciones que los materializan son “públicas” o “privadas”; lo que importa es su funcionamiento. Las instituciones privadas pueden funcionar perfectamente como aparatos ideológicos de Estado (Althusser, 1988). Hay una diferencia fundamental entre los AIE y el aparato (represivo) de Estado: el aparato represivo de Estado “funciona mediante la violencia”, en tanto que los AIE funcionan mediante la ideología, los aparatos ideológicos de Estado funcionan masivamente con la ideología como forma predominante, pero utilizan secundariamente, y en situaciones límite, una represión muy atenuada, disimulada, es decir simbólica (no existe aparato puramente ideológico). Así la escuela y las iglesias “adiestran” con métodos apropiados (sanciones, exclusiones, selección, etc.) no sólo a sus oficiantes sino a la grey. También la familia, también el aparato ideológico de Estado culturales (la censura, por mencionar sólo una forma), este doble funcionamiento (represión e ideología) según se trate el aparato de Estado o de los aparatos ideológicos de Estado, permite comprender que se tejan constantemente sutiles combinaciones explícitas o tácitas entre la acción del aparato (represivo) de Estado y la de los aparatos ideológicos del Estado, llevándonos hacia el que constituye la unidad del cuerpo, aparentemente dispar, de los AIE. Si los AIE funcionan masivamente con la ideología como forma predominante, lo que 11 unifica su diversidad, es ese mismo funcionamiento, en la medida en que la ideología con la que funcionan, en realidad está siempre unificada, a pesar de su diversidad y sus contradicciones, bajo la ideología dominante, que es la de la clase dominante, si se acepta que, en principio. “la clase dominante” tiene el poder de Estado (en forma total o, lo más común, por medio de alianzas de clases o de fracciones de clases) y dispone por lo tanto del aparato (represivo) de Estado, se puede admitir que la misma clase dominante sea parte activa de los aparatos ideológicos de Estado, en la medida en que, en definitiva,es la ideología dominante la que se realiza, a través de sus condiciones, en los aparatos ideológicos de Estado. Por supuesto que es muy distinto actuar por medio de leyes y decretos en el aparato (represivo) de Estado y “actuar” por intermedio de la ideología dominante en los aparatos ideológicos de Estado, cabe señalar que ninguna clase puede tener en sus manos el poder de Estado en forma duradera sin ejercer al mismo tiempo su hegemonía sobre y en los aparatos ideológicos de Estado (Althusser, 1988). 1.3 La ideología. De la totalidad a la formación social, de esta a los aparatos ideológicos de estados los cuales operan mediante la ideología, por ello es importante entender que significa esta categoría. Althusser (1988), la define como el sistema de ideas, de representaciones, que dominan el espíritu de un hombre o un grupo social. La ideología no tiene historia, para entenderla es necesario partir de una teoría de las ideologías bajo la doble relación, una teoría de las ideologías se basa en última instancia en la historia de las formaciones sociales, por lo tanto, de los modos de producción combinados en ésta y de las luchas de clases que en ellas se desarrollan. La ideología es pensada, por lo tanto, como una construcción imaginaria cuyo estatuto es exactamente similar al estatuto teórico del sueño en los autores anteriores a Freud. Para estos autores, el sueño era el resultado puramente imaginario, es decir nulo, de 12 “residuos diurnos” presentados bajo una composición y un orden arbitrarios, además a veces “invertidos” y, resumiendo, en desorden. Para ellos el sueño era lo imaginario vacío y nulo, bricolé arbitrariamente, con los ojos cerrados, con residuos de la única realidad plena y positiva, la del día (Althusser 1988). Las ideologías tienen una historia propia (aunque esté determinada en la última instancia por la lucha de clases): y, por otra, sostenía al mismo tiempo que la ideología en general no tiene historia, pero no en un sentido negativo (su historia está fuera de ella), si no en un sentido absolutamente positivo. Este sentido es positivo si realmente es propio de la ideología el estar dotada de una estructura y un funcionamiento tales que la constituyen en una realidad no- histórica, es decir omni histórica, en el sentido en que esa estructura y ese funcionamiento, bajo una misma forma, inmutable, están presentes en lo que se llama la historia toda, en el sentido en que el manifiesto define la historia como historia de la lucha de clases, es decir, como historia de las sociedades de clases (Althusser, 1988). Gramsci (1975) en su análisis de los distintos momentos de la conciencia política señaló que se distinguen tres niveles: a.- el momento económico primitivo, en el cual se expresa la conciencia de los intereses profesionales de un grupo, pero todavía no sus intereses como clase social. b.- el momento económico político, en el cual se expresa la conciencia de los intereses de clase, pero sólo a un nivel económico. c.- el tercer momento es el de la Hegemonía “en el cual se alcanza la conciencia del hecho de que los intereses corporativos, tanto en su desarrollo presente como futuro, rompen el marco corporativo de los grupos puramente económicos y pueden y deben convertirse en los intereses de otros grupos subordinados”. Para Gramsci (1975), este es el momento que se caracteriza por la lucha ideológica, que trata de establecer la unidad entre objetivos económicos, políticos, e intelectuales, “colocando 13 todos los problemas alrededor de los cuales se libra la lucha, a nivel universal, no corporativo, estableciendo así la hegemonía de un grupo social fundamental sobre una serie de grupos subordinados” (Gramsci, 1975). La ideología sólo existe por el sujeto y para los sujetos, o sea: sólo existe ideología para los sujetos concretos, y esta destinación de la ideología es posible solamente por el sujeto: es decir por la categoría de sujeto y su funcionamiento. La categoría de sujeto es constitutiva de toda ideología en tanto toda ideología tiene por función (aplicación que la define) la “constitución” de los individuos concretos en sujetos, todo sujeto es ideológico, todo sujeto vive “espontáneamente” o “naturalmente” en la ideología, “el hombre es por naturaleza un animal ideológico” (Althusser, 1988). 1.4. La institución y el símbolo Todo lo que se representa a nosotros, en el mundo social-histórico, está indisolublemente tejido a lo simbólico. No es que se agote en ello. Los actos reales, individuales o colectivos (el trabajo, el consumo, la guerra, el amor, el parto), los innumerables productos materiales sin los cuales ninguna sociedad podría vivir un instante, no son (ni siempre, ni directamente) símbolos. Pero unos y otros son imposibles fuera de una red simbólica. Las instituciones no se reducen a lo simbólico, pero no pueden existir más que en lo simbólico, son imposibles fuera de un simbólico en segundo grado y constituyen cada una su red simbólica. Una organización dada de la economía, un sistema de derecho, un poder instituido, una religión, existen socialmente como sistemas simbólicos sancionados. Consisten en ligar a símbolos (a significantes) unos significados (representaciones, órdenes, conminaciones o incitaciones a hacer o no hacer unas consecuencias – unas significaciones, en el sentido lato del término) y en hacerlos valer como tales, es decir hacer este vínculo más o menos forzado para la sociedad o el grupo considerado (Castoriadis, 1983). 14 Dürand sistematiza un acercamiento a lo imaginario que revaloriza el dominio de la imaginación simbólica hasta establecerlo como principio configurador de todo pensamiento (individual) y de toda historia (colectiva), (Fernández, 2010), además señala que el imaginario de una cultura no se produce de una manera anárquica sino que sus imágenes suscitadas en un plano neurobiológico y afectivo, nacen de un incesante intercambio entre las pulsiones subjetivas y asimiladoras y las intimaciones objetivas que emanan del medio social y cósmico (Solares, 2011). La conciencia dispone de dos maneras de representar al mundo. Una directa, en la cual, la cosa misma parece presentarse ante el espíritu, como en la percepción o la simple sensación. Otra, indirecta, cuando, por una u otra razón, la cosa no puede presentarse en carne y hueso a la sensibilidad, como, por ejemplo, al recordar nuestra infancia, al imaginar los paisajes del planeta Marte, etc., en estos casos de conciencia indirecta, el objeto ausente se re-presenta ante ella mediante una imagen, en el sentido más amplio del término, la imagen simbólica es transfiguración de una representación concreta con un sentido totalmente abstracto. El símbolo es, pues, una representación que hace aparecer un sentido secreto; es la epifanía de un misterio y todo símbolo auténtico posee tres dimensiones concretas: es al mismo tiempo <<cósmico>> (es decir, extrae de lleno su representación del mundo visible que nos rodea) <<onírico>> ( es decir, se arraiga en los recuerdos, los gestos, que aparecen en nuestros sueños y que constituyen, como demostró Freud, la materia muy concreta de nuestra biografía más íntima) y por último <<poético>>, o sea que también recurre al lenguaje, y al lenguaje más íntimo, por lo tanto el más concreto. Pero la otra parte del símbolo, esa parte invisible e inefable que construye un mundo con representaciones indirectas de signos alegóricos siempre inadecuados, constituye igualmente una especie lógica muy particular. Mientras que un signo simple el significado es limitado y el significante, por su misma arbitrariedad, infinito (Durand, 1968). 15 Juan Luis Pintos de Cea Naharro experto en sociología de las religiones, ha constituido el Grupo de Compostela sobre Imaginarios Sociales, seha destacado por su aporte a temáticas relacionadas con imaginarios sociales (Aliaga, 2011). Pintos (2000) subraya que la concepción y las prácticas del poder han cambiado radicalmente “La probabilidad de encontrar obediencia dentro de un grupo determinado para mandatos específicos”. Desde la perspectiva de Weber, la dominación, parecía necesitar de algún tipo de creencia en una legitimidad, bien fuera “tradicional, carismática o racional”. La obediencia al que ejerce el poder encontraría así su fundamento sociológico, más allá de la simple violencia o de la estructuración económica. Las diferentes ideologías políticas (liberalismo, socialismo, nacionalismo, conservadurismo, populismo, etc.) elaboran un discurso de justificación del orden social establecido, sin preocuparse de las ontologías que definían la realidad como referencia exterior a las ideologías. El poder, para presentarse como tal en las diferentes sociedades necesitaba de algún tipo de legitimación que le sería proporcionado por alguna forma de reconocimiento social, y esa forma es la obediencia a los mandatos, es entonces que se produce una paradoja de que sólo alguna instancia tiene poder si otra, que se supone por principio desprovista de poder, la reconoce poderosa a través de la sumisión (Pintos, 2000). Pintos en su obra se identifica cuatro etapas, comenzando desde la idea de la imaginación tomada de existencialismo de Sartre y la teología de la liberación, pasando por la idea de comunicación inspirado primero en Habermas hasta llegar a la sociología de sistemas de Luhmann. En una cuarta fase, una vez consolidado el concepto de imaginario social desde la sociocibernética, la obra de Pintos aporta una sólida construcción teórica para la comprensión de la realidad social al mismo tiempo que contribuye con una metodología (Torres, 2015). 16 Pintos (2014) plantea una definición teórica y operativa de lo que denomina imaginarios sociales: “Los imaginarios sociales, están siendo esquemas construidos socialmente, que orientan nuestra percepción, permiten nuestra explicación, hacen posible nuestra intervención, en lo que diferentes sistemas sociales sean tenido como realidad”. 17 1. El Concepto de imagen. La imagen tiene innumerables actualizaciones potenciales, dirigidas algunas a nuestros sentidos, otras únicamente a nuestro intelecto, como cuando se habla del poder de ciertas palabras, de <<crear imagen>>, en un empleo metafórico, por ejemplo. La percepción visual es quizás, de todos los modos de relación del hombre con el mundo que lo rodea, es, una de las avanzadas del encuentro entre el cerebro y el mundo, uno de los mejor conocidos, es un encuentro que implica muchas determinaciones diferentes, contradictorias a veces: que aparte de la capacidad perceptiva, se movilizan en ella el saber, los afectos y las creencias, ampliamente modeladas a su vez por la pertenencia a una región de la historia (a una clase social, a una época, a una cultura), (Aumont, 1990). Villafañe (2006) por su parte propone que una imagen supone primariamente tres hechos; 1.- una selección de la realidad, 2.- un repertorio de elementos fácticos, y 3.- una sintaxis. Aumont (1990) menciona que la imagen de manera general, se comprende como una cosa que adopta un aspecto semejante a otra. Una representación visual analógica. En tanto instrumento de comunicación es un signo que “expresa ideas” por un proceso dinámico de interpretación e inducción: si hay humo, hay fuego. La Imagen sugiere una tricotomía entre valores de la imagen en su relación con lo real: a.- un valor de representación: la imagen representativa es la que representa cosas concretas, (<<de un nivel de abstracción inferior al de las imágenes mismas>>), b.- un valor de símbolo: la imagen simbólica es la que representa cosas abstractas (<<de un valor de abstracción superior al de las imágenes mismas>>), 18 c.- un valor de signo: la imagen sirve de signo cuando representa un contenido cuyos caracteres no refleja visualmente. Pero también las imágenes tienen un fin utilitario y se identifican tres modos principales: 1.- el modo simbólico: las imágenes sirvieron en un primer término como símbolos, símbolos religiosos más exactamente, el cual se suponía daban acceso a la esfera de lo sagrado mediante la manifestación más o menos directa de una presencia divina, 2,- el modo epistémico: La imagen aporta informaciones (visuales) sobre el mundo, cuyo conocimiento permite así abordar, incluso en algunos de sus aspectos no visuales, y 3.- el modo estético: la imagen está destinada a complacer a su espectador, a proporcionarles sensaciones específicas. En todos sus modos de relación con lo real y con sus funciones, la imagen depende, en conjunto, de la esfera de lo simbólico (campo de las producciones socializadas, utilizables en virtud de las convenciones que rigen las relaciones interindividuales). Las imágenes están hechas para ser vistas, la importancia social de las imágenes, su multiplicación aparentemente infinita, su intensa circulación, su carga ideológica (Aumont, 1990). El nivel de realidad, es una variable que expresa el grado de iconicidad, o de abstracción que posee una imagen y constituye un hecho objetivo: lo que es convencional en su cuantificación, que está basada en las llamadas escalas de iconicidad, estas son formulaciones teóricas de todos los posibles niveles de la realidad, fundamentalmente en dos hechos: 1.- el número de niveles, cada uno de los cuales representa un determinado valor de iconicidad o abstracción y 2.- los criterios utilizados para describir a cada nivel el grado de iconicidad correspondiente (Villafañe, 2006). Cuadro 1: Escala de iconicidad para la imagen fija-aislada. 19 Grado Nivel de realidad Criterio Ejemplo 11 La imagen natural. Restablece todas las propiedades del objeto. Existe identidad. Cualquier percepción de la realidad sin más mediación que las variables físicas del estímulo. 10 Modelo tridimensional a escala. Restablece todas las propiedades del objeto. Existe identificación, pero no identidad. La Venus de Milo. 9 Imágenes de registro. Restablece la forma y posición de los objetos, emisores de radiación presentes en el espacio. Un holograma 8 Fotografía en color. Cuando el grado de definición de la imagen esté equiparado al poder resolutivo del ojo medio. Fotografía en la que un círculo de diámetro situado a mil metros sea visto como un punto. 7 Fotografía en blanco y negro. Igual que la anterior. Igual que la anterior. 6 Pintura realista. Restablece razonablemente las relaciones espaciales en un plano bidimensional. Las meninas de Velázquez. 5 Representación figurativa no realista. Aún se produce la identificación. Pero las relaciones espaciales están alteradas. Guernica de Picasso. Una caricatura de Peridis. 4 Pictograma. Todas las características Siluetas. Monigotes 20 sensibles. Excepto la forma. Están abstraídas. infantiles. 3 Esquemas motivados. Todas las características sensibles abstraídas. Tan solo restablecen las relaciones orgánicas. Organigramas. Planos. 2 Esquemas arbitrarios. No representan características sensibles. Las relaciones de dependencia entre sus elementos no siguen ningún criterio lógico. La señal de circulación que indica <<ceda el paso>>. 1 Representación no figurativa Tienen abstraídas todas las propiedades sensibles y de resolución. Una obra de Miró. Fuente: Villafañe, 2006. Cuadro 2: Escala que asocia funciones con los niveles de iconicidad y su función pragmática. Grado Nivel de realidad Función Pragmática 11 Imagen natural Reconocimiento 10 9 8 7 Modelo tridimensional a escala Imagen de registroestereoscópico Fotografía en color Fotografía en blanco y negro Descripción 6 5 Pintura realista Representación realista Artística 4 Pictogramas 21 3 2 Esquemas motivados Esquemas arbitrarios Información 1 Representaciones no figurativa Búsqueda Fuente: Villafañe, 2006. Esta propuesta de escala de iconicidad de Villafañe (2006) donde valora algunas características de la imagen asignándoles un valor relativo del grado de iconicidad/abstracción brinda una idea de definición icónica. La imagen es una entidad autónoma con una intensidad propia, creadora de realidades que no tiene “un nivel inferior de saber”. El acceso es distinto. Se da a todos. A diferencia de la verbal, la cultura visual apela directamente a la experiencia y se agota con ella. La imagen cuya mera enumeración muestra su amplitud y trascendencia: estéticas, históricas, culturales, psicológicas, políticas, mercantiles. La imagen condensa realidades sociales, lo que la convierte en un documento precioso para los estudiosos de la época, el historiador tradicional incapaz de leer enunciados visuales, tampoco comprende que cada era ve el pasado de manera diferente y lo convierte en su presente. En esta revisión del pasado la imagen desempeña un papel fundamental, retratos de una época; la dama, el niño; diferentes tipos sociales, el sabio, el filósofo, el guerrero; imágenes religiosas, áulicas y funerarias, reproducen estereotipos cuyo estudio y elucidación son muy importantes para comprender la sociedad. Entender la cultura visual de cada época, así como su estilo, solicita considerarla en el conjunto del momento histórico: circunstancias, visión de mundo, sentido de la vida, peso de la religión, estado de las ciencias (…) simétricamente, es cierto que las cosas se ven del modo que se ven, porque es así cómo son “representadas”, según determinados aspectos pocos explorados de cada cultura. El reconocimiento de la imagen como documento histórico fundador avanza a pasos vertiginosos (Rojas, 2006). 22 1.1. Una sociedad que cambia en torno a la imagen. Los sentidos son aquellas facultades que le permiten al ser humano ponerse en contacto con el mundo. Todos ellos están formados por unas estructuras susceptibles de ser excitadas por estímulos específicos y terminaciones nerviosas capaces de transmitir informaciones codificadas y que serán posteriormente interpretadas por el cerebro. Aunque todos los sentidos son necesarios para obtener informaciones completas de la realidad, el hombre utiliza, en mayor medida, los sentidos de la vista y el oído. Los medios de comunicación e información afectan a ambos porque están basados principalmente en la selección y combinación de imágenes, sonidos y texto (Aparici, 2006). Pocos fenómenos humanos poseen la variedad que el universo de la imagen presenta. La multiplicidad de sus usos, de los medios que la producen, de las funciones que satisface. Hace de la imagen un macrocosmos difícilmente abordable desde una exclusiva perspectiva científica, (Villafañe, 2006). Sartori (1998) señalaba que desde el siglo pasado, habitamos un mundo caracterizado de imágenes y donde el hombre contemporáneo forma su cultura popular a través de ella (la imagen). La revolución tecnológica ha extendido los límites del “mundo percibido”, donde el hombre a través de la tecnología es proyectado en una serie de mundos, que son puramente perceptivos, (Rojas, 2006). Esto está transformando al homo sapiens, producto de la cultura escrita, en un homo videns, para el cual, la palabra está destronada por la imagen. Todo acaba siendo visualizado (Sartori, 1998). Para Simone (2000) nos encontramos en una nueva fase de una historia extraordinariamente importante: la historia de conocer, la cual tendría que describir cómo se crean y elaboran nuestros conocimientos, nuestras ideas y nuestras informaciones. Está historia del modo en que se forman los conocimientos de la especie humana y se alimenta el patrimonio de su saber, con saber, no solo refiriéndose al de los intelectuales o al de los científicos, sino, al saber en general, a todas las formas de conocimiento de que disponemos y 23 que usamos en la vida cotidiana espontáneamente, estamos sufriendo una profunda modificación en el proceso de formación de los conocimientos, para ello divide esta historia en tres fases: a).- la primera coincidió con el invento de la escritura, lo cual permitió fijar con signos escritos las informaciones en un soporte estable, liberando a la memoria individual y colectiva del peso de una enorme cantidad de datos que hasta entonces, tenían que ser registrados en la mente, b).- la segunda fase comenzó veinte siglos después, con el invento de la imprenta, la cual, hizo del libro, (hasta entonces carísimo e irreproducible), un bien de bajo precio y casi popular, que permitía a un público vasto, el acercamiento a textos que hasta entonces sólo podía oír o contar oralmente. Este descubrimiento modificó profundamente diferentes aspectos de la vida cultural y social, el libro ha sido durante muchos siglos, y sigue siéndolo, una especie de símbolo del conocimiento y de la cultura. Estas dos fases tienen un aspecto en común, dos caras de una misma operación: escribir y leer, que ayer, como hoy, para la formación y conservación de los conocimientos, escribir y leer son capitales. Nuestra cultura, nuestra mentalidad, tienen, así pues, una deuda incalculable con el alfabeto (y con sus equivalentes en las diferentes lenguas). En el fondo, la historia del hombre que tiene conciencia de sí mismo coincide casi completamente con la explotación de este solo recurso. Sin embargo, se ha producido un drástico cambio cuantitativo: hoy en día, la cantidad de cosas que sabemos porque la hemos leído en alguna parte es mucho menor que hace treinta años. Sabemos muchas cosas que en realidad nunca hemos leído en ninguna parte, y mucho menos en los libros: las hemos podido simplemente “ver” en la televisión, en el cine, en un periódico o en uno de los numerosos soportes impresos que existen en la actualidad- o quizá la hayamos “leído” con una forma especial de lectura en la pantalla de una computadora en la red o también la hemos podido escuchar en una radio o en unos audífonos. 24 En la actualidad el sentido mismo de la palabra leer es mucho más amplio que hace 30 años: ya no únicamente se leen las cosas escritas. Es más, la lectura de cosas escritas en el sentido usual del término no es ni el único. Ni el principal canal que utilizamos para adquirir conocimientos e información, el fenómeno técnico consiste en el hecho de que se inventan continuamente “instrumentos”, materiales nuevos vinculados con el conocimiento: primero el estilo y la pluma, después la imprenta, en la actualidad el ordenador y los media. c).-El tercero en el proceso es el mental, el cual, está constituido por pasos, el primero, (de la oralidad a la escritura), y el segundo, (de la lectura a la “visión” y a la escucha), un tránsito que también ha producido cambios en nuestro modo de pensar, los motores del cambio han sido en principio la televisión y después los ordenadores, con todos los efectos que han tenido en la sociedad y con los desarrollos tecnológicos que han producido. Hasta quien nunca ha ido al colegio o leído un libro puede absorber algún conocimiento, información u opinión de las imágenes (más que de las palabras) de la televisión. Esta tercera fase está puesta en marcha, la televisión, los ordenadores y los celulares son un poco más que un objeto doméstico, de oficina y un aparato de comunicación respectivamente, estamos siendo absorbidos por el territorio de la información y la telemática (Simone, 2000). Por otra parte, Rojas (2006), habla que, en la civilización de la imagen, en la cual nos adentramos vertiginosamente,el estudio y análisis del imaginario constituyen una opción esencial para entender el mundo. Imagen, burda palabra enriquecida por los desacuerdos humanos, para el Diccionario de la Real Academia Española (DRAE) define el imaginario como el vocablo que alude “a lo que sólo existe en la imaginación”, reservando para imaginería la expresión de estas figuras. Imaginería es entendida como “conjuntos de imágenes literarias usadas por un autor, escuela o época” aquí el concepto se limita a la literatura, sin embargo, si se amplía a la imagen física, guardando su relación in genere con las acepciones anteriores, estas nociones son las que 25 mejor expresan cómo se presentan las imágenes: sean plásticas, literarias y cualquiera sea su soporte, valor o calidad estética, sin olvidar las representaciones mentales, guardadas en nuestra memoria o agazapadas en el inconsciente, en suma alude el término imaginario a un mundo, una cultura y una inteligencia visual que se representa como un conjunto de iconos físicos o virtuales, se difunden a través de medios e interactúan con las representaciones mentales, el imaginario estudia la imagen estableciendo relaciones entre forma y función, en el lenguaje plástico existe una confusión entre arte e imagen. El estudio del imaginario pone entre paréntesis lo bello (salvo en la medida que éste tiene significación) y estudia la imagen sin cualificación estética, Un signo no es signo en la medida que expresa ideas. La significación global de un mensaje visual se construye por la interacción de diferentes artilugios (útiles visuales), diferentes tipos de signos: plásticos, icónicos y lingüísticos, se configura en contextos de época y de fines coyunturales y descubre su polisemia por la forma de interrogarlos desde diversas disciplinas, toda imagen se revela como un sistema de representaciones y como un objeto exterior que el espectador desde su banco de imágenes y con referencia a su cultura semiótica (Rojas, 2006). El icono se abre a diversos terrenos de la investigación: históricos, políticos, sociológicos, antropológicos, de marketing, etc., a la vez plantea la variabilidad de la compresión según épocas y personas. Entonces podemos entender por imaginario el encadenamiento de imágenes con vínculo temático problemático recibidas a través de diversos medios audiovisuales, que el individuo interioriza como referente o el estudioso reconoce como conjunto, pudiéndose desdoblar en dos acepciones: 1.- se refiere a aquello que sólo tiene existencia en la imaginación alude a aquello que la imagen produce: su discurso icónico y 2.- se refiere a un corpus documental, un conjunto de documentos visuales con unidad semántica. 26 El imaginario nacional es un referente para el ciudadano, mientras que imaginario iconográfico americano es un corpus para el estudioso. Entonces el imaginario se ocupa tanto de la creación y utilización de imágenes para informar, convencer, seducir, legitimar procesos, de su influencia; así como de la documentación visual en la cultura, disciplinas académicas y en las maneras de pensar. Analiza cómo está estructurado el lenguaje visual y cómo se comunica el sentido que vinculan las figuras, el imaginario en la formación de opiniones y creencias. Repercute asimismo en la plasmación de los grandes mitos sociales, del sentimiento nacional, la evolución del gusto y otros aspectos básicos de la historia de la cultura, esté, es que permite percibir puntos álgidos de la evolución social y detectar las líneas más significativas de los sueños colectivos. Todo objeto visual tiene necesidad de un texto para ser definida. La imagen da todo salvo el nombre y en algunos casos, como en la fotografía, es el nombre lo que importa. Lo que sí es cierto es que los medios visuales tienen ventaja de que pueden compactar determinados conceptos en un tiempo cuatro veces menor que el discurso tradicional. El imaginario es una argumentación y como tal busca un “acuerdo previo” con el espectador, pero el lugar que reserva a gustar, seducir o emocionar es mucho mayor que el que le reserva la argumentación oral (Rojas, 2006). 1.2. La Seducción de la imagen Las imágenes recogen palabras y sus figuras pueden alegorizar la seducción que ellas ejercen. Es innegable que las imágenes hacen cosas, y las cosas que hacen dependen de la fuerza mental que pueden proyectar en el público. Así funcionan los símbolos religiosos y nacionales, como los animales alegóricos o totémicos. El águila en los escudos de los Estados Unidos y México, el cóndor en los de Chile y Colombia, son aves que proyectan un sentimiento de identidad. Culturalmente el hombre identifica libertad con los grandes espacios. El sol, el mar y 27 las panorámicas de grandes paisajes traducen la sensación de libertad. El horizonte es un referente de futuro, alude a metas lejanas pero alcanzables, el fin que perseguimos en la vida. Por eso la mirada puesta en el horizonte de los obreros que reproducía el realismo socialista, era clara expresión de la meta prometida por la sociedad comunista. Característica de la imagen es que ella es pasional: provoca adhesión, rechazo o indiferencia. La argumentación icónica se desarrolla siempre en un contexto, donde intervienen valores, es decir reglas, principios, creencias, supuestos e incluso prejuicios, que comparten el productor y su público, en la publicidad comercial no se ven más opciones de acuerdo a los estilos de vida, ni en función de los salarios, ni de una posición en la jerarquía social. Sólo parecen interesar las opciones ante “un mercado para todos” (Rojas, 2006). 1.3. El Imaginario e imagen. El imaginario opera de manera axiomática, en el mismo sentido que funcionaba la ideología según Marx y Engels, igualmente que una creencia. Los valores de una clase que se impone a otras y que sirven a su hegemonía y a la defensa de sus intereses. La imagen del mundo así configurada es “falsa conciencia”. El imaginario hace de la figura un “texto que se mira”. En particular cuando las producciones visuales contienen una dimensión narrativa. Para leer este texto usamos la enciclopedia de nuestros conocimientos precedentes, la inteligencia visual es retórica, mientras que la alfabética es dialéctica. Los imaginarios envejecen y pierden credibilidad, en la medida que paralelamente se desarrolla una figura antagónica u otra que la trivializa. Si el imaginario tiene efectos significativos en campos que van de la religión y la política hasta el mercado, es porque nos mueve mediante la seducción simbólica. La imagen no sólo comunica, seduce. Se deja leer cuando se presenta como figuración narrativa, pero opera igualmente utilizando abstracciones, que se hacen símbolos. La seducción simbólica desempeña 28 un papel importante en la geopolítica Norte/Sur. Son particularmente fascinantes las vistas que aluden al confort de las sociedades ricas del Norte, aunque sean inalcanzables en el Sur. El ejemplo clásico es el american way life. Sus valores de consumo proyectan, especialmente en los países menos desarrollados, el foco del significado sobre un campo de prestigio (Rojas, 2006). En ese sentido, un icono del american way life es Disneylandia. Baudrillard (1978) destaca que es un modelo perfecto de todos los órdenes de simulacros entremezclados. En principio es un juego de ilusiones y de fantasmas: los Piratas, la Frontera, el Mundo Futuro, etc. Suele creerse que este mundo imaginario es la causa del éxito de Disneylandia, pero lo que atrae a las multitudes es, sin duda y sobre todo, la miniatura de la América real, la perfecta escenificación de los propios placeres y contrariedades. En este mundo infantil congelado, se dibuja el perfil objetivo de América, incluso en la morfología de los individuos y de la multitud. Todos los valoresson allí exaltados por la miniatura y el dibujo animado. Disneylandia existe para ocultar que es país <<real>> toda la América <<real>>, una Disneylandia (al modo como las prisiones existen para ocultar que es todo lo social, en su banal omnipresencia, lo que es carcelario). Disneylandia es presentada como imaginaria con la finalidad de hacer creer que el resto es real, mientras que cuanto la rodea, los Ángeles, América entera, no es ya real, sino perteneciente al orden de lo hiperreal y de la simulación. No se trata de una interpretación falsa de la realidad (la ideología), sino de ocultar que la realidad ya no es realidad y, por tanto salvar el principio de realidad. Lo imaginario de Disneylandia no es ni verdadero ni falso, es un mecanismo de disuasión puesto en funcionamiento para regenerar a contrapelo la ficción de lo real. Degeneración de lo imaginario que traduce su irrealidad infantil. Semejante mundo se pretende infantil para hacer creer que los adultos están más allá, en el mundo <<real>> y para esconder que el verdadero infantilismo está en todas partes y es el infantilismo de los adultos que viene a jugar a ser niños para convertir en ilusión su infantilismo real. 29 Disneylandia no es un caso único. Enchanted Village, Magic Mountain, Marine World… Los Ángeles está rodeada de esta especie de centrales imaginarias que alimentan con una energía propia una ciudad cuyo misterio consiste precisamente en no ser más que un canal de circulación incesante, irreal. Ciudad de extensión fabulosa, pero sin espacio, sin dimensión. Una ciudad, que no es más que un inmenso escenario y un travelling perpetuo, tiene necesidad del viejo recurso imaginario hecho de signos infantiles y de espejismo trucados. Disneylandia muestra que lo real y lo imaginario padecen de la misma muerte. A una realidad diáfana responde una imaginación exangüe, (Baudrillard, 1978). 1.4. Historia de la imagen. Rojas (2006) menciona que la primera imagen publicitaria es la bíblica: la serpiente que ofrece la manzana. Publicidad que hace nacer en Eva el deseo y posee un factor multiplicador: convence a Eva de que debe recomendarla a otros (Adán). El uso de la imagen por el hombre, desde sus primeras expresiones culturales, (cuevas de Altamira o Lascaux) esté, trata de domesticar el mundo apropiándose por la imagen, para hacerlo comprensible, el hombre atribuyó funciones a las imágenes, desde las magico-homeopáticas (pinturas prehistóricas), hasta las que se vislumbran en los iconos románicos o bizantinos, en una primera etapa existe un proceso de apropiación que ordena el sentido de las cosas y sacraliza su función y es de acuerdo a este sentido que un grupo social estructura, decide su acción y configura su visión del mundo (el hombre no separa la imagen del ente). Bajo este postulado se ha tenido una profunda trascendencia sobre todo en las concepciones religiosas, culturales y filosóficas de la humanidad. A partir de los primeros grafismos se constituyeron dos lenguajes, de la audición y de la visión. Ésta ligada a los gestos traducidos en símbolos. De un lado, la palabra desarrolla el pensamiento analítico, ligándose a la linealidad del lenguaje; de otro, el lenguaje visual guardó la funcionalidad del pensamiento mítico, uniéndose al gesto, que estuvo en el origen de la expresión visual y desarrollándose en 30 múltiples dimensiones del espacio, con la separación entre la imagen y el ente -en particular en Platón y Aristóteles- surge el pensamiento racionalista de Occidente y la estética se separa de la religión y de la ciencia. En los siglos I y II se inaugura un género literario de carácter descriptivo, se ocupa de la descripción de estatuas y retratos. Un tiempo después, en el Concilio de Trento (1545-1563), se reafirmó la importancia de las imágenes, en particular para confirmar las doctrinas censuradas por el protestantismo, además se comprendió también su eficacia para impresionar y comunicar al espectador sensaciones de éxtasis o dolor, por su parte el abate Bernard de Montfauçon en 1719 publicó L´Antiquité expliquée et representeé en figures (15 volúmenes en folio). Partía de la afirmación que ni los textos, ni las etimologías bastan para entender la historia: “on verra souvent dans les images des histoires muettes que les anciens auteurs n´apprennent pas”, el Conde de Caylus, artista de domingo, autour de Recueil d´Antiquités (7 vols., 1752 -1767). Realizó una afirmación fundadora para entender la cultura visual: “el genio de los pueblos, sus costumbres, su mentalidad… hay que acotarlas tanto en las obras de pintura y escultura, que nos han llegado hasta nosotros como en los libros que nos han dejado”. A comienzos del renacimiento y con la Reforma, tiempo en que Europa toma conciencia de la fuerza que puede tener la cultura visual y comienza a servirse de ella. Hacia 1850 - 1860 se da un paso decisivo en la utilización de las fuentes visuales de la época. Inaugura el género con La historie de France depuis les temps les plus anciens jusqu'à nos jours d'après les documents originaux et les monuments de l'art de chaque époque, de Henri Bordies y Edouard Charton, este último es quien consolida en Occidente la información visual, en 1860 publica la revista Le Tour du Monde. Obra fundamental para relanzar, desde el imaginario, la visión del planeta y de los diversos países y regiones que lo pueblan, recopilación y relato. A fines del siglo XIX es reemplazada la ilustración por la fotografía, en el transcurso del siglo XIX y con el desarrollo de los periódicos, la imagen se convirtió en un importante documento para presentar la actualidad y en una eficaz arma política (Rojas, 2006). 31 1.5. La imagen y su influencia en nuestra vida. La gran revolución cultural, naciente a fines del siglo XIX, rematada por la revolución informática de fines del XX, ha revelado la fuerza creciente del imaginario en la cultura, la sapiencia del ordenador está produciendo una revolución mucho más radical que la de Gutenberg, el recuerdo de los acontecimientos aparece cada vez más ligado al panorama visual, la manipulación se asienta en el funcionamiento hipnotizador de las imágenes que inhibe la percepción de la falacia. En la cultura visual, imagen, palabra, símbolo y realidad se solapan y complementan. La Cultura del logos es cultura de abstracción. Sabemos la ventaja enorme que posee la abstracción que clasifica, ordena y sintetiza, frente a la figuración, encadenada a aspectos de las cosas. La imagen no es lo real, pero es esencial para el pensamiento, no se puede pensar sin recurrir a imágenes y éstas contienen pensamiento, sin embargo, el lenguaje perceptivo (hecho de imágenes y sonidos es mucho más pobre que el lenguaje conceptual, hecho de abstracciones). Toda cultura, sociedad o época vive determinados consensos entre imagen y realidad. Una de las aquiescencias racionalistas de la sociedad occidental es que, pese a que yo describo la imagen en presente, está sobreentendido que el acto representado ya ocurrió. La percepción es el reconocimiento de esquemas mentales y representativos ligados a la experiencia común de todos los hombres. Lo que vemos es la imagen traducida a nuestra propia experiencia. Sólo podemos ver aquello para lo cual contamos con imágenes identificables, del mismo modo que sólo podemos leer en un idioma cuya sintaxis y vocabulario conocemos. La imagen en relación con la historia y la política reviste diversos significados. Puede valer como fuente, como documento, como dogma, como obra de arte, según cómo opere. Desde luego puede ser esencial para la compresión de la historia. Útil y eficaz en la evangelización, 32 expresión visible del poder, instrumento de manipulación de la opinión, referente de cohesión indispensable a la existencia del grupo social,la historia de la Humanidad aparece marcada por la fuerza y el poder de la imagen (Rojas, 2006). Cada cultura se refiere a un imaginario que configura la identidad social de los individuos y permite la reproducción del grupo. A su vez, todo grupo configura, aunque no sea consciente, una cultura visual en torno a la cual se constituye la identidad colectiva. Cada núcleo cultural tiene un estilo cognitivo. Y es desde ese estilo que el individuo interpreta lo que ve, además cada cultura desarrolla un léxico: son las distintas formas de significar (como las palabras). Al igual sucede con la lengua, las imágenes pueden adquirir distinto significado. El recuerdo y la memoria están hechos esencialmente de imágenes: las palabras se corporizan en la memoria para ser almacenadas como imágenes. En la actualidad lo que domina es un lenguaje de imágenes, imaginario. Ahora importa quién usa ese lenguaje, cómo y para qué lo usa (la obra de arte en la época de la reproducción mecánica). A medida que el lenguaje del mercado sustituye el lenguaje de la democracia, el consumismo aparece como la única opción ciudadana a disposición de los niños. Las nuevas tecnologías son utilizadas con fines comerciales, como máquinas formativas que homogenizan y simplifican todos los aspectos de la vida cotidiana. Su propósito es generar una cultura de consumo sin fronteras. Representan así una amenaza para la democracia y la identidad cultural de los pueblos. Frente a este peligro es necesario desarrollar una conciencia crítica. Identificar aquello que debemos saber para discutir y cuestionar cuando sea necesario esas fuerzas culturales y esos valores fácticos (Rojas, 2006). En este universo se desarrolla una nueva imagen del hombre actual, donde se proyectan los aspectos más oscuros de su psiquis: el poder, la ambición, sus fantasmas sexuales, la agresividad y sus deseos de satisfacciones compensatorias, surgen nuevas formas de ver y oír, no sólo producto de un refinamiento de los sentidos, sino expresión de nuevos modelos sociales. 33 En la civilización occidental cada imagen puesta en circulación está destinada a convencer (publicidad o propaganda), a dar dinero o gloria al autor (Rojas, 2006). 34 Capítulo III. Turismo e imaginario. 1. Introducción: Después de todo lo que se ha expuesto, desde la totalidad a los imaginarios, pasando por la ideología y la formación social, en la construcción del marco teórico hace falta un tema central, ¿Qué es el turismo? Para relacionarlo con los imaginarios, y hay una teoría que integra todos los elementos del marco teórico incluido el turismo. El turismo, que emerge como un modelo de desarrollo de consumo masivo en la segunda mitad del siglo XX, aunque sus orígenes están el siglo XIX, en el seno del capitalismo como sistema, y la consolidación de la burguesía industrial que viene a reemplazar a la decadente y ya obsoleta aristocracia. Antes de la emergencia del turismo había viajeros, verdaderos exploradores y curiosos que se dirigían a conocer ciertos lugares ya famosos, del “mundo antiguo” y que para ello, andaban con grandes séquitos que los protegían y les ayudaban en los difíciles y peligroso caminos, para además ayudarlos como su servidumbre. El turismo y el deporte han sido las actividades que dentro del sistema capitalista, más se han manipulado a fin de distorsionar su verdadera función, por ello inicialmente se los definió como algo exótico, el turismo a partir del movimiento de personas cuando recién la revolución del transporte rompía las cadenas que ataban al hombre a su lugar de vida como un determinismo, y el deporte como una necesidad de la nueva sociedad para generar un ocio masivo que controle a las grandes masas (César, 2017). Pero ambas actividades tenían algo en común muy particular, primero la practicaban los burguesas y luego se comienzan a masificar, segundo se daban en tiempo libres o de no trabajo, que para los poderosos era muy largo y para los trabajadores muy corto, dada las largas y extenuantes jornadas laborales, por ello eran menospreciadas, por ser parte del ocio en un nuevo mundo social emergente donde el trabajo era como una religión y el ocio un “vicio”. 35 Pese a que el turismo y luego los deportes emergen durante el inicio del capitalismo, no alcanzaron a ser definidos como disciplinas, algo que para algunos afectó su desarrollo, lo cual es difícil de probar, ya que los estudios no se desarrollaron hasta el siglo XX, inicialmente muy lentamente y luego de la masividad se aceleran a partir de los trabajos basados en casos o experiencias. Pero a partir de los profundos cambios que se dan al concluir la segunda guerra mundial, el mundo bipolar y el nacimiento del American Wife Live (AWL) como un modo de vida nuevo, más las diferentes revoluciones desde la femenina a la de la juventud, se comienza a disolver los límites de las disciplinas y a integrar los trabajos a partir de objetos de estudios concretos, abriendo el camino a la interdisciplinar (Wallerstein, 1996). Así la perspectiva, le sirvió a la Comisión Gulbenkian1, para definir a fines del siglo XX los tres problemas teóricos/metodológicos centrales en torno a los cuales se deben hallar nuevos consensos, para enfrentar el estudio de una nueva sociedad y sus problemas. 1. Una nueva relación entre el investigador y la investigación, un llamado al “reencantamiento del mundo”, para derribar las barreras artificiales entre los seres humanos y la naturaleza y liberar más el pensamiento humano. Esta caída de barreras es fundamental para entender el turismo: el hombre frente al paraíso, la naturaleza como nuevo refugio frente a la masividad urbana, contaminación ambiental y el dominio de las tecnologías. 2. Reinsertar el tiempo y el espacio como variables constitutivas internas, lo cual nos permite desarrollar una nueva metodología que coloque a las construcciones sociales en el centro del análisis, a fin de que no sean utilizada como fenomenitos arbitrarios. Tema vigente hoy desde la revolución informática a la cuarta revolución industrial. 1 Trabajo coordinado por Immanuel Wallerstein para la reestructuración de las ciencias sociales creado en 1993. Sus Resultados son un buen punto de partida para entender el estado actual de las cuestiones sobre las ciencias sociales. 36 3. Hay que superar la separación en reinos autónomos de lo político, lo social y lo económico o lo cultural o lo socio cultural. Este nos vuelve a remitir a la totalidad como una necesidad para entender la realidad y todas sus interacciones (Wallerstein, 1998). Estos elementos que se han ido dando en los últimos años permiten entender lo que es el turismo como modelo y parte cada vez más importante en la sociedad y la economía, la cultura y la política del actual sistema capitalista neoliberal global. César (2017), señala que en los años 70`, los graves impactos detectados en las sociedades de acogida, le quitaron el velo de pureza a esta compleja actividad que lleva de un siglo de transformación – expansión y absorción a una nueva sociedad con deseos de dejar atrás la tragedia de la primera parte del siglo XX, dos guerras mundiales. Estos juegos de disfraces, o distorsiones planeadas nunca accidentales han marcado la historia del desarrollo de las diferentes conceptualizaciones y teorizaciones del turismo, llegando al siglo XXI con una gran contradicción como escenario del turismo, el cual, está presente en todos los países y en la mayoría tiene un papel económico preponderante, pero a la vez, se sigue conceptualizando al turismo como algo banal, dentro del mundo del ocio. Esta dualidad refleja la necesidad para el sistema de tener una actividad cada vez más importante a nivel global, que tiene un significado lúdicoy de esperanza para las grandes mayorías y una función de acumulación intensiva y dominio cada vez más completo de la sociedad por parte del grupo que lo desarrolla, lo transforma y adecua a los cambios de la sociedad y la tecnología. Esta existencia de “dos mundos paralelos” es el reflejo del turismo en la actualidad, una gran base social que lo utiliza y lo toma como evasión a un sistema asfixiante y un pequeño grupo que lo opera y genera grandes riquezas, los primeros son los turistas reales que se estudian en las escuelas de turismo como la “operación de esta industria”, los segundos son los grandes 37 desconocidos los que analizan la operación reales del sistema desde el turismo, cuyo análisis no conviene que se publicite porque pondría al descubierto un modelo de recolonización cultural y reutilización de áreas y lugares ya obsoletos por el turismo como nuevo producto que muestra una experiencia, algo exótico o que produce mucha adrenalina. El análisis de esta segunda parte de este fenómeno hoy global, lo que se podría llamar “el turismo profundo”, es el tema que no se toca porque pone en jaque al sistema que lo opera y se beneficia. Se habla de los fundamentos, expresados en una teoría general o particular, que expliquen la conceptualización y la articulación de esta con la realidad en transformación, o sea la teoría y su contracara la metodología que permite su aplicación, reproducción, transformación y expansión, que cada vez aportan más a la acumulación del capitalismo global. Es entonces que luego de una década de madurar y analizar el fenómeno, se parte de la idea de definir a este, como modelo de desarrollo dentro del capitalismo que reproduce y, a la vez, aloja una doble contradicción: 1. Primero, la más oculta es hacia dentro de sí mismo, el turismo como producto representa una copia “maquillada” de la realidad redefinida, pero que se vende como la realidad misma, haciendo de lo transformado una nueva verdad, cuya principal función es la de responder a los imaginarios que tiene el hombre en su perspectiva de la búsqueda incesante de nuevos objetos de consumo, en este caso de ocio y el placer. 2. La segunda contradicción complementa y potencializa a la primera ya que el turismo como modelo, se le ubica siempre como una actividad desvinculada de la realidad que lo genera el sistema capitalista y por ello el imaginario general que se trata de imponer es el que lo presenta como un “milagro” que hace realidad los sueños del turista, la respuesta del genio al deseo del viajero (César y Arnaiz, 2012). Esta doble distorsión enmarca y amortigua el impacto del turismo, haciéndolo un modelo aparentemente “neutral”, que responde al deseo “natural” de ocio ocultando así los grandes 38 impactos de un complejo negocio, que algunos denominan externalidades, y que en realidad forman parte de los “costos productivos” que pagan las sociedades, y este mismo como producto de consumo masivo o selectivo. La revolución industrial, que se inicia en la Europa atlántica, es el espacio histórico donde emerge y se desarrolla el turismo, con un producto diferente a la mercancía tradicional, que venía a complementar a otros procesos productivos en el complejo camino hacia la hegemonía del sistema capitalista. El turismo nace en un tiempo muy similar a donde se consolida el deporte, que es la resolución de conflicto a través de reglas acordadas por lo que son estables (Elías y Dunning, 2014). Ambos, turismo y deporte tiene mucho en común, y de ocultamiento lo que es parte de la herencia cultural judeo cristiana que veía al tiempo libre como un tiempo perdido y un espacio para salirse de las reglas de la religión, entre medio de ambas emerge el ocio organizado en clubes, bares, circos, teatros y demás formas de expresar alegría a una sociedad que tenía en el trabajo su única meta. La industria emergente en el siglo XIX recicló a parte de los campesinos expulsados del campo pero con un costo humano, social y cultural muy elevado, que hizo de las antiguas actividades rurales un paraíso perdido, transformando el campo en un futuro imaginario del turismo (Cesar & Arnaiz 2008). Por oposición, además de las experiencias pasadas, el turismo “promueve” una transición con un dejo de “humanismo”, que la disimula y hasta logra ser festejada, lo que le permite expandirse, transformar, adecuar e integrar pueblos y regiones a este modelo dentro del sistema mundial dominante. Por ello el turismo es como todos los modelos dentro del capitalismo inexplicable si no está referenciado a la totalidad en la que está inmersa los cambios tecnológicos-económicos, que 39 referencian al modelo empresarial y los mecanismos de acumulación, y los cambios sociales- políticos y culturales, que son lo que transforman a la materia prima de este proceso los turistas, a partir de las ideas dominantes en esa sociedad. De allí que la hipótesis central, eje de esta investigación es partir de que el turismo se origina en la profunda transformación que implicó la revolución industrial y sus consecuencias sociales y por ello es un modelo que se basa en la lógica del capitalismo por ser parte de él, adecuándose a las transformaciones de la sociedad y la tecnología, hoy integradas en un todo que sintetiza el capitalismo global. De allí que los imaginarios de la sociedad capitalista del consumo se entremezclan con los del paraíso y el placer pero se integran a una cadena de valor que se llama el consumo total, que es la luz que guía la vida del ciudadano global. Salazar (2006), señala que el turismo, además de ser un negocio de gran envergadura, puede también considerarse una estrategia para dar un contexto a la diferencia cultural e interpretarla. Desde la posición de los turistas (occidentales), la ideología dominante tras el turismo es una forma de apropiación de la otredad. El complejo industrial del turismo ha jugado un papel muy activo apoyando la búsqueda de identidad de sus clientes. Viajar para mirar pueblos de los que se cree que han conservado su identidad cultural, o que están en capacidad de ofrecer representaciones de su identidad, y viajar para descubrir la propia identidad, indica que el turismo es, al menos en parte, una especie de <<búsqueda parasitaria de las cosas perdidas>> (Robinson, 2001). Muntt (1994) consideró el turismo internacional como una forma de acumular capital simbólico mediante el cual, las clases medias occidentales quieren separarse de otras clases. Usan sus viajes para manifestar “buen gusto”. En otras palabras, mediante el turismo pueden adquirir estatus social (Salazar, 2006). 40 La era post-industrial le permite al turista partes antes no planteadas como el propio sujeto transformándose en un modelo montado sobre los imaginarios de la sociedad de consumo, el turismo es algo más complejo que contingentes de personas desplazándose para aprovechar su tiempo de ocio. Tras él hay un mecanismo de desarrollo económico que permite aprovechar lo ya usado y obsoleto-como son los restos de la sociedad industrial y la agraria- y abrir lo virgen y desconocido, las últimas fronteras del mundo, los últimos pueblos aislados y sus selvas; el Ártico el fondo marino, el espacio, para integrarlos a la nueva sociedad global, (César y Arnaiz, 2004). Así el turismo genera consumo para todos los gustos, para todas las medidas, para todos los sueños. Se transforma en un escenario durante algunos días al año en el cual tanto el ejecutivo como empleado cambia su vida cronometrada por adrenalina controlada y así pueden ingresar al mundo que los medios les ha fabricado, crea utopías ficticias que les devuelve la fe en el consumo (sistema) como una reivindicación suprema, una semana en un crucero, pasear junto a las orillas del río Sena, el sueño añorado por los abuelos, hoy es
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