Descarga la aplicación para disfrutar aún más
Vista previa del material en texto
Av. Hidalgo 935, Colonia Centro, C.P. 44100, Guadalajara, Jalisco, México bibliotecadigital@redudg.udg.mx - Tel. 31 34 22 77 ext. 11959 UNIVERSIDAD DE GUADALAJARA COORDINACIÓN GENERAL ACADÉMICA Coordinación de Bibliotecas Biblioteca Digital La presente tesis es publicada a texto completo en virtud de que el autor ha dado su autorización por escrito para la incorporación del documento a la Biblioteca Digital y al Repositorio Institucional de la Universidad de Guadalajara, esto sin sufrir menoscabo sobre sus derechos como autor de la obra y los usos que posteriormente quiera darle a la misma. Universidad de Guadalajara Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades División de Estudios de la Cultura Departamento de Estudios en Lenguas Indígenas Maestría en Lingüística Aplicada “Saliendo del Work me voy solo de compras a los Yiunites..!! #Hedicho”: El cambio de código como presentación de imagen y juego lingüístico en tweets escritos por tijuanenses Tesis que para obtener el grado de Maestra en Lingüística Aplicada presenta Liliana Lanz Vallejo Director de tesis: Dr. Gerrard Mugford Fowler Guadalajara, Jal., diciembre de 2011 A Daniel, por acompañarme en este viaje. 2 AGRADECIMIENTOS Quiero agradecer a mi director de tesis, Gerrard Mugford Fowler, por permitirme explorar libremente los temas de mi interés para este proyecto, y por brindarme la guía necesaria para no darme de bruces en el intento. A mis dos lectores de tesis, Rosa H. Yañez Rosales y Gerardo Gutiérrez Cham, por concederme su tiempo y disposición para revisar mi trabajo y compartirme sus observaciones, las cuales me ayudaron grandemente a ampliar mi perspectiva y enriquecer mi investigación. Al coordinador de la Maestría en Lingüística Aplicada, el Dr. Alfonso Gallego Shibya, por apoyarme en todo momento con mis trámites y necesidades académicas. Agradezco también al Departamento de Estudios en Lenguas Indígenas y a sus profesores, por impartir una educación de calidad que me acompañará durante el resto de mi vida profesional. Esta tesis no habría podido realizarse sin el apoyo de los 17 tuiteros tijuanenses quienes amablemente me permitieron estudiar sus tweets. Les doy las gracias por la confianza que depositaron en mí, y por haber estado dispuestos a contribuir en el desarrollo de esta investigación. Gocé mucho de analizar sus tweets. Sigan tuiteando como les gusta, with a little mix of Span-glish. 3 ÍNDICE INTRODUCCIÓN 7 CAPÍTULO 1. EL CAMBIO DE CÓDIGO 11 1.1 Introducción 11 1.2 El cambio de código 13 1.2.1. Tipos de cambio de código 14 1.3 El préstamo léxico 18 1.3.1 Criterios para distinguir cambio de código y préstamo léxico 19 1.4 La interferencia y la transferencia 23 1.5 Antecedentes teóricos del cambio de código 28 1.5.1 Antecedentes teóricos del cambio de código escrito. 32 1.5.2 Motivaciones pragmáticas y discursivas para el cambio de código 34 1.5.3 Antecedentes de estudios del cambio de código en Internet 37 1.6 El Spanglish, ¿qué es? 40 1.7 Conclusión 45 CAPÍTULO 2. EL PAPEL DE LA IMAGEN Y EL JUEGO LINGÜÍSTICO EN LAS INTERACCIONES SOCIALES. 47 2.1 Introducción 47 2.2 Goffman y la presentación de la persona en la vida cotidiana 48 2.3 Goffman y la imagen 51 2.4 La imagen y los estudios de la cortesía 53 2.5 Imagen y cortesía en el Internet 57 2.6 La creatividad 59 2.6.1 La creatividad lingüística 61 4 2.6.2 El juego 63 2.6.2.1 El juego en la interacción social 65 2.6.2.2 El juego lingüístico 67 2.7 Conclusión 68 CAPÍTULO 3. METODOLOGÍA. UN CORPUS DE TWEETS 70 3.1 Introducción 70 3.2 Sobre Twitter 70 3.2.1 Qué es 70 3.2.2 Cómo funciona 72 3.2.3. Cortesía y turnos de habla en Twitter 76 3.3 Un corpus de tweets 77 3.3.1 Características del corpus 78 3.3.2 Criterios utilizados para incluir tweets en el corpus 79 3.3 Oralidad y escrituralidad en Internet y Twitter 80 3.3.1 Formalidad e informalidad en Twitter 83 3.4 Aspectos a analizar en el corpus 83 3.5 Conclusión 84 CAPÍTULO 4. RESULTADOS. ¿CÓMO CAMBIAN DE CÓDIGO LOS TIJUANENSES EN SUS TWEETS? 85 4.1 Introducción 85 4.2 Préstamos léxicos encontrados en el corpus 85 4.3 Cambios de código que tienden al préstamo en el continuo 88 4.4 Tipos de cambio de código en el corpus 89 4.5 Las tendencias de contenido según tipos de cambios de código en el corpus 92 4.6 Conclusión 94 5 CAPÍTULO 5. ANÁLISIS. EL CAMBIO DE CÓDIGO COMO PRESENTACIÓN DE LA IMAGEN Y JUEGO LINGÜÍSTICO 95 5.1 Introducción 95 5.2 El cambio de código como estrategia para la presentación de la imagen 95 5.2.1 El cambio de código en la expresión de sentimientos y emociones: 98 5.2.2 El cambio de código en la expresión de opiniones 104 5.2.3 El cambio de código como estrategia para involucrar al interlocutor 109 5.2.3.1 El cambio de código en actos corteses convencionales 113 5.2.4. El cambio de código como estrategia para la presentación de imagen positiva 115 5.3 El cambio de código como juego lingüístico y creatividad lingüística 119 5.3.1 El cambio de código morfológico como juego y creatividad morfológica 122 5.3.2 Las transferencias como juego lingüístico 124 5.4 Conclusión 127 CONCLUSIÓN 130 ANEXOS 134 CORPUS 135 GLOSARIO 154 BIBLIOGRAFÍA 160 6 INTRODUCCIÓN Tijuana es, literalmente, la esquina del país. Ubicada al noroeste de México y al suroeste de los Estados Unidos, Tijuana es la ciudad con el cruce fronterizo considerado el más grande del mundo. Tan sólo por la garita Tijuana-San Ysidro cruzaron en promedio 45,000 vehículos y 17,000 peatones al día en el 20091 (“Cruce fronterizo…”). Esto sin tomar en cuenta el cruce Otay-Mesa localizado en la misma ciudad de Tijuana, donde cruzaron otros 13,000 vehículos y 5,000 peatones diariamente. Por supuesto, estos números no sólo representaron a los turistas provenientes de todo el país y Sudamérica, y a los ciudadanos americanos que regresan de sus viajes a México, sino sobre todo a los tijuanenses quienes mantienen su ritmo de vida en ambos lados de la frontera. La convivencia con los Estados Unidos es una práctica diaria en Tijuana. Muchos tijuanenses provistos con visa cruzan al condado de San Diego, ya sea para trabajar, estudiar, comprar o turistear. Incluso aquellos que no cuentan con visa tienen la posibilidad de sintonizar estaciones de radio y canales televisivos estadounidenses. Ante esta constante interacción entre la cultura tijuanense y la estadounidense, no es de extrañarse que el idioma inglés tenga una importante presencia en la ciudad. Por ejemplo, la mayoría de las escuelas privadas en Tijuana imparten clases de inglés diariamente desde el nivel preescolar, mientras que en colegios bilingües se ofrecen clases de otras materias, como Geografía y Matemáticas, enteramente en inglés; también, muchas empresas relacionadas con el turismo, el comercio exterior, las relaciones públicas, etc. tienen como requisito el dominio del inglés para la contratación de trabajadores. Así, muchos tijuanenses tienen diversos grados de bilingüismo y usan tanto el inglés como el español en las circunstancias que lo requieran. Estamos, entonces, ante una situación de lenguas en contacto, donde el inglés y el español se mantienen relativamente estables y ninguna lengua desplaza a la otra. Según Winford, situaciones de contacto lingüístico estable con comunidades de hablantes bilingües tienden a generar un fenómeno conocido como el “cambio de código”, esto es la alternancia de dos lenguas por parte de un mismo hablante en una misma 7 1 Usamos cifras del 2009 porque el corpus que aquí será analizado se obtuvo entre la segunda mitad del 2009 y la primera del 2010. conversación o enunciado (2003: 14). Éste es justo el fenómeno que nos interesa para los fines de la presente investigación. En ciertos contextos es común encontrar a tijuanenses bilingües que se comunican alternando el español y el inglés en sus pláticas con otros hablantesbilingües. Como veremos en el corpus que estudiaré en este trabajo, los tijuanenses también cambian de código en sus textos escritos, especialmente en aquellos que son informales. En la actualidad, las conversaciones por medio del Internet se han convertido en una actividad muy cotidiana, y no es de extrañarse que los cibernautas estén recurriendo a nuevas formas lingüísticas para adaptarse a este registro que con los años se ha hecho cada vez más informal. Para esta investigación, analizaré el cambio de código que se presenta en publicaciones virtuales, mejor conocidas como tweets, de 17 tijuanenses en Twitter, una red social que permite a sus usuarios escribir y publicar entradas de máximo 140 caracteres (incluyendo espacios). Habiendo vivido en Tijuana la mayor parte de mi vida, a pesar de haber nacido en La Paz, Baja California Sur, yo me siento tijuanense. Ahí crecí, aprendí el inglés y adquirí la cultura que ha llegado a ser parte de mi identidad. Esta es una de las razones por las que me interesé en el tema del cambio de código usado en la frontera de Tijuana. Supe que quería investigar este problema cuando me di cuenta de que los cambios de código que yo utilizaba regularmente en mi habla cotidiana no era una excentricidad mía, sino un rasgo un tanto generalizado entre los círculos que yo frecuentaba en la escuela y posteriormente en la universidad. A partir de estas observaciones nada rigurosas empezaron a surgir mis inquietudes, mis dudas, mis seudo-hipótesis y los bosquejos de lo que sería un futuro proyecto de investigación que, con el tiempo, logró tomar forma en las siguientes páginas. A lo largo de este trabajo veremos, mediante decenas y decenas de ejemplos, cómo los cambios de código sirvieron como estrategias discursivas relacionadas con la presentación de la imagen, entendida según la propuesta de Goffman (1982: 5), con la creatividad y con los juegos lingüísticos. Para esto partiré desde un enfoque interaccionista, según el cual los mecanismos presentes en los cambios de código (y en cualquier acto de habla) sólo adquieren sentido considerados dentro de las dinámicas de interacción 8 comunicativas y sociales en los que surgieron. Visto desde esta perspectiva, la comunicación en sí es una constante negociación entre interlocutores; y, como veremos aquí, es una negociación, sobre todo, de imagen, y en ésta también se encuentra implicado el cambio de código. El presente trabajo consta de 5 capítulos. En el primero defino lo que es el cambio de código, así como el préstamo léxico, las transferencias y las interferencias. Aquí delimito los conceptos, establezco criterios para identificarlos, y hago un recorrido por los antecedentes teóricos de estos fenómenos lingüísticos. Además hablo de cómo estos diferentes fenómenos lingüisticos se dan en lo que se ha denominado coloquialmente como el spanglish. Al final del primer capítulo debatiremos acerca de qué es el spanglish y si resulta pertinente considerarlo como un fenómeno lingüístico o como uno cultural, esto con el objetivo de abordar y aclarar algunos prejuicios lingüísticos que se suelen tener sobre la alternancia del inglés y el español. En el segundo capítulo explico el enfoque de nuestro estudio. En la primera parte de este capítulo hablo del concepto y los constituyentes de la imagen, así como de su relación con los estudios de cortesía. En la segunda parte, discuto acerca de la creatividad lingüística y el juego lingüístico. A pesar de que abordo muchas nociones diferentes en este capítulo, todas ellas se unen para explicar un fenómeno central: la interacción social. En el tercer capítulo ofrezco una detallada introducción a lo que es el sitio de Internet Twitter y cómo funciona. Las dinámicas de interacción, las costumbres de cortesía, los rasgos de oralidad y los de formalidad en Twitter son todos temas que trata este capítulo. Aquí además describo las características del corpus de tweets y la información general de los tuiteros (o usuarios de Twitter) que me ayudaron a conformarlo. En este capítulo también explico las motivaciones personales que me llevaron a hacer esta investigación sobre los cambios de códigos en Twitter. En el capítulo cuatro encontrarán una breve descripción de los tipos de cambios de código que fueron más frecuentemente utilizados en los tweets del corpus, y los contenidos temáticos que más proliferaron según la forma del cambio de código recurrido. En este 9 capítulo se ofrece una panorámica general de las tendencias estilísticas que presentaron los usuarios tijuanenses de Twitter a través de sus tweets. Por último, en el capítulo cinco, presento el análisis de los cambios de código y algunas transferencias, representativos en el corpus. En ese capítulo analizaré 120 tweets de los 1,010 totales del corpus. En ellos veremos cómo el cambio de código sirvió a los tuiteros tijuanenses como estrategia de presentación de una imagen positiva. En la segunda parte de este capítulo mostraré cómo en ocasiones el cambio de código fue utilizado para efectos lúdicos y humorísticos. Presentaré muestras de cambios de código a nivel morfológico que evidencian una alta creatividad lingüística de parte de sus emisores, y de transferencias fonéticas y ortográficas que tienden al juego lingüístico. Esto es a grandes rasgos lo que encontrarán en este trabajo de investigación. Para información adicional, recomiendo consultar el glosario y las muestras del corpus que he anexado al final de este trabajo. En el glosario vienen definidos los términos más relevantes del estudio, tanto conceptos teóricos como referencias de Twitter y expresiones coloquiales abreviadas en acrónimos comúnmente utilizados en la red. Si bien un trabajo de esta índole no suele ser percibido como una lectura amena por su densidad teórica y carácter académico, confío en que el lector se maravillará y disfrutará de la riqueza creativa y la innovación lingüística que muestran los tweets del corpus. Estas publicaciones originales de máximo 140 caracteres son el mayor atractivo de las siguientes páginas, pues son muestras de dinamismo lingüístico en acción. 10 CAPÍTULO 1. EL CAMBIO DE CÓDIGO 1.1 Introducción En este capítulo definiré los conceptos lingüísticos básicos que estaré utilizando en esta investigación. Empezaré por determinar lo que es el cambio de código y las distintas formas en que se puede manifestar. Explicaré cómo el cambio de código se diferencia del préstamo léxico y debatiré las propuestas de diversos autores acerca de este problema. Hablaré también de lo que son las interferencias y las transferencias lingüísticas partiendo de perspectivas y definiciones muy diferentes para luego llegar a mi propia definición de estos términos, que responde también a los propósitos del presente estudio. Posteriormente haré un recorrido teórico de los estudios más importantes que se han hecho sobre el cambio de código oral y escrito. Por supuesto, también revisaré algunos trabajos que ya se han hecho sobre el cambio de código en el Internet. Por último, con la intención de reconocer y desenmascarar algunos mitos y prejuicios que se suelen tener sobre la práctica de alternar dos lenguas simultáneamente en un mismo acto de habla, discutiré sobre lo que se ha llegado a conocer coloquialmente como el spanglish. El cambio de código, las transferencias y las interferencias son términos generalmente utilizados en la Lingüística, en la enseñanza de lenguas y en otras áreas académicas para designar diferentes fenómenos lingüísticos donde se encuentran implicadas dos lenguas distintas; sin embargo, las personas no conocedoras de estos “tecnicismos” reconocen estos usos lingüísticos como el habla de spanglish, que erróneamente ha sido confundido, en ocasiones, como otro idioma. Hasta ahora, “spanglish” ha sido el término que sirve como el cajón dondecaben todos aquellos recursos lingüísticos que usan aquellos quienes intercalan el español y el inglés. Según Vinagre Laranjeira, “el término spanglish se ha empleado de manera confusa para referirse a distintos fenómenos relacionados o derivados de situaciones de contacto de lenguas, entre los que se incluiría el cambio de código, la interferencia, la transferencia y el préstamo” (2005: 25), español-inglés. Este tipo de malentendidos suele ser tan común, que sentí la necesidad de agregar a este capítulo un apartado exclusivo sobre el spanglish y el cómo yo interpreto este fenómeno. 11 El cambio de código, el préstamo léxico, la transferencia y la interferencia, todos se dan por efecto del contacto de lenguas. La interferencia se puede dar además en el aprendizaje de segundas lenguas, y el préstamo léxico en otras circunstancias fuera del contacto lingüístico y el aprendizaje de otras lenguas. Pero en realidad, todos estos son fenómenos muy fuertemente relacionados entre sí. “Decimos que dos o más lenguas están en contacto cuando conviven en el mismo espacio geográfico y son usadas por los mismos individuos, es decir, cuando existe bilingüismo (o multilingüismo), situación en la que los hablantes bilingües constituyen el locus del contacto” (Silva-Corvalán 2001: 269). Winford distingue tres situaciones de contacto lingüístico: aquellas donde el contacto lingüístico genera la creación de una nueva lengua o un pidgin, aquellas donde el contacto lingüístico provoca un desplazamiento lingüístico, y aquellas donde las lenguas involucradas se mantienen estables (2003: 11). Este último es el caso de la frontera entre México y Estados Unidos, por ejemplo, donde el inglés y el español están en contacto. Personas de ambos lados de la frontera viajan de un lado al otro para trabajar, turistear, hacer sus compras, etc. y, en las ocasiones que así lo ameriten, necesitan comunicarse ya sea en inglés o en español. Con frecuencia, los estadounidenses que hablan español, así como los mexicanos que hablan inglés, suelen tener más oportunidades de trabajo que las personas monolingües, por lo que el dominio de ambas lenguas es casi una exigencia no sólo laboral, sino social y cultural en la frontera. En Tijuana, al igual que en otras ciudades de nuestro país, una gran mayoría de escuelas particulares ofrecen la enseñanza del inglés, desde el kínder hasta la universidad, y otras además ofrecen programas “internacionales” de enseñanza, donde se imparten todas las materias (excepto las de Español) en inglés con equivalencia en Estados Unidos. Por poner otro ejemplo, hasta hace unos años, antes de que la televisión por cable tuviera popularidad en la ciudad, la mayoría de los canales televisivos, sintonizados con antena parabólica, eran provenientes de San Diego, Estados Unidos, cuyos programas eran 100% en inglés. Ahora con los servicios de cable y servicio satelital, muchos de los canales son doblados y subtitulados al español, pero todavía hay una presencia importante de canales estadounidenses en las televisiones de Tijuana. Lo mismo sucede con el radio, donde parte 12 de las estaciones son mexicanas y parte norteamericanas. Así, el contacto lingüístico en la zona fronteriza Tijuana-San Diego, es evidente. En situaciones donde se mantienen estables las lenguas en contacto, es común que las comunidades de habla bilingües produzcan combinaciones lingüísticas de diversos tipos (Winford 2003: 14). Winford se refiere en particular al fenómeno denominado “cambio de código”. 1.2 El cambio de código En inglés se le conoce como “code-switching” y en español como “cambio de código” o “alternancia de códigos”. Estaré usando el acrónimo CdC para referirme al cambio de código a lo largo de este trabajo. El CdC es el uso de dos o más lenguas o variedades lingüísticas por parte de un hablante durante un acto de habla, conversación o enunciado (Callahan 2004: 5; Winford 2003: 14; Gumperz en Zentella 1998: 81; Myers-Scotton 2001: 142; Poplack 2001: 224); la mayoría de los autores coinciden en este punto. Myers-Scotton especifica que la alternancia de dos lenguas o variedades lingüísticas será CdC siempre y cuando no haya una asimilación fonética prominente de una variedad en la otra; esto para no confundir CdC con préstamo léxico, de lo cual hablaré más tarde (ver §1.3.1). Por su parte, Ardila considera que el CdC se produce cuando un hablante cambia de lengua en algún punto de la conversación y a partir de ahí continúa su habla en esa segunda lengua (más en el sentido de CdC que manejan Blom y Gumperz (2001) y que discutiré más adelante en §1.5) , y lo distingue de la mezcla de código en que ésta es la alternancia de dos lenguas por parte de un hablante en un mismo enunciado (2005: 70). Se irá haciendo evidente que si bien todos los autores coinciden en que el CdC es el uso alternado de dos lenguas o variedades lingüísticas por parte de un mismo hablante, no todos coinciden en hasta qué nivel lingüístico esta alternancia debe ser considerada un CdC, una mezcla de códigos o un préstamo léxico. A continuación veremos en qué diferentes formas se puede dar el CdC según diversos autores y propondré una tipología del CdC que responde a las características que analizaré más adelante en el corpus (ver §4.4). 13 1.2.1. Tipos de cambio de código Shana Poplack (2001), en su muy renombrado artículo “Sometimes I’ll start a sentence in Spanish y termino en español: toward a typology of code-switching” propuso una tipología para el CdC que fue retomada posteriormente por algunos autores. Esta tipología clasifica el CdC según su estructura formal en emblemáticos o de etiqueta, interoracionales e intraoracionales. Los CdCs emblemáticos o de etiqueta son palabras aisladas o frases emblemáticas de una L2 inmersos en un enunciado, conversación o acto de habla de una L1. Estas palabras o frases emblemáticas no están relacionadas sintácticamente con el resto del enunciado (Vinagre Laranjeira 2005: 28) y su movilidad dentro del enunciado no infringe ninguna regla gramatical (Poplack 2001: 23). Suelen ser muletillas, interjecciones, expresiones idiomáticas o fórmulas discursivas preestablecidas. Los ejemplos que pondré a continuación para ilustrar este tipo de CdC, así como los tipos de CdC que explicaré más adelante, provienen de un corpus de 1,010 comentarios cortos (llamados tweets) publicados por 17 tijuanenses en la red social cibernética llamada Twitter. Todos han sido transcritos tal cual fueron publicados en el Internet por sus autores. Profundizaré en las características de este corpus en el capítulo 3. Ejemplos del CdC emblemático o de etiqueta son: a. OMG! ACABO DE LEVANTARME Y DEBO IR A LA OFICINA EN UNA HORA! b. Yeah, baby! Iré a comer langosta! c. Gracias, mi chancluda! Fuiste a la presentación de Yépez, by the way? d. pft, wtf, no salio mi dibujo... e. Shitttt acabo de recordar q yo tenia un compromiso hoy. Ups f. Boy. 6 meses si tienen su efecto.2 14 2 Recomendamos recurrir al glosario que se encuentra en los anexos para consultar el significado de los acrónimos OMG y WTF. Otro tipo de CdC son los CdCs interoracionales, y son aquellos donde el hablante alterna oraciones en dos o más lenguas diferentes (Vinagre Laranjeira 2005: 28). Por ejemplo: a. Quiero pero no puedo más...Twitter no more. Caeré dormida en un santiamén...Buena noche. b. Decidiendo si salir otra vez o no a la calle, escucho música en los bares cercanos y ya me dieron ganas de otra Montejo. Life is good, pals. c. Esperando un par de mails que no llegan. So sad. d. quien de Ensenada quiere ir por un cafe? a gusto? Coffee anyone??- e. La conversación ahora es sobre lo fácil que es sobornar al policía mexicana. Stay classy, México. Por último, al menos según la tipología de Poplack, los CdCs intraoracionales se dan cuando la alternancia de dos o más lenguas seobserva dentro de una misma oración. Este es el tipo de CdC más problemático de identificar y el más polémico en la literatura sobre el CdC. Unas páginas más atrás (en §1.2), por ejemplo, hablábamos de cómo Ardila consideraba como mezcla de códigos y no como CdC a la alternancia de dos lenguas en un mismo enunciado (2005: 70). Vinagre Laranjeira comenta que este tipo de CdC es denominado también como mezcla de código (2005: 29). El problema del CdC intraoracional es que, mientras algunos autores lo consideran un tipo de CdC, otros lo consideran un fenómeno diferente a éste dándole el nombre de “mezcla de códigos” y ya no “cambio de código”. Para efectos de este trabajo, yo tomaré los términos CdC intraoracional y mezcla de códigos como sinónimos. En el CdC intraoracional los elementos alternados pueden ser cláusulas subordinadas o coordinadas, sintagmas oracionales, constituyentes de sintagmas oracionales o incluso palabras solas pero sintácticamente conectadas dentro de la oración. Es justo en este último caso, el de palabras conectadas sintácticamente, donde surge uno de los mayores problemas teóricos y metodológicos al distinguir el CdC intraoracional del préstamo léxico. Ejemplos de CdC intraoracional son: 15 a. Estoy mas full que nunca af b. si no me meto a bañar right nooooooow se enfría la wuater u.u c. he terminado mis labores de today!!! xD d. La neta ya estuvo con los Saba, mal pedo y si tenian para andar en Helicoptero pues que chido, ojala esten en un better place. #Hedicho e. Las fechas make me feel sick, always... [Se refiere al 14 de febrero, el Día de los Enamorados o Valentine’s Day] f. La morra de the Ting Tings es SO-not-my-type, pero tiene un no sé qué... En el apartado que trata sobre el préstamo léxico (§1.3.1) hablaré de los criterios que han sido propuestos por diversos autores para discernir entre el CdC intraoracional y el préstamo léxico. Junto con su tipología del CdC, y apoyando la noción de que éste no es un acto caótico y carente de reglas, Poplack (2001) propone dos restricciones gramaticales en la producción del CdC observadas en el habla de los puertorriqueños residentes en Estados Unidos: la restricción de equivalencia sintáctica y la restricción del morfema libre. La restricción de equivalencia dicta que los CdCs “tend to occur at points in discourse where juxtapositions of L1 and L2 elements does not violate a syntactic rule of either language” (Poplack 2001: 228); y la restricción del morfema libre establece que “no es posible que ocurra la alternancia entre dos morfemas morfológicamente dependientes, a no ser que haya habido adaptación fonológica” (Vinagre 2005: 52). Según esta segunda restricción, la aparición de palabras como “eatiendo” (Poplack) y “watchando” (Vinagre) no es posible en el CdC, pero sí otras similares como “itiendo”, que integraría fonológicamente la palabra eat al español, y “guachando”, que integraría watch. Es por esta restricción del morfema libre que Poplack no propone un CdC a nivel morfológico. No discutiré aquí la validez de estas dos restricciones gramaticales porque dicha discusión no está contenida en los propósitos de este trabajo. Efectivamente, estas restricciones gramaticales son constantes en el CdC, pero no imprescindibles, pues vale la pena mencionar que algunos autores (Silva-Corvalán en Vinagre Laranjeira 2005: 53; Myers- Scotton 2001: 142) han presentado contraejemplos que comprometen a ambas restricciones. 16 http://twitter.com/search?q=%23Hedicho http://twitter.com/search?q=%23Hedicho Incluso dentro del corpus recopilado para esta investigación aparecieron varios ejemplos de este tipo: a. streaming de nuevo www.exposicionistas.org tarde de grabado… seguimos chambing! b. FIN! Gracias a los que nos siguieron en el streameo de nuestro grabado-night… stay tuned para mas cosas en www.exposicionistas.org c. Ya empecé a cry wolfear bien feo. d. Pinche FireFox crasheador… e. Estoy bien disapointeado. f. Followers y Followars… Es por esta razón que he decidido agregar un cuarto tipo de CdC: el CdC morfológico. Éste se dará cuando exista alternancia de lenguas en el interior de una sola palabra, o sea, que una palabra esté conformada por un morfema de L1 y otro de L2. Myers-Scotton da evidencia de este tipo de CdC al especificar que “switching may be either intrasentential or intersentential and often (but not necessarily) involves stretches of more than one word. East African data, at least, show that the free morpheme constraint on switching proposed by Sankoff and Poplack (1979/81) does not apply” (2001: 142), y da ejemplos de esto en el CdC swahili-inglés. En resumen, los tipos de CdC que tomaés en cuenta para este estudio son los siguientes: Tipo de CdC En qué consiste Ejemplos Emblemático o de etiqueta Palabras aisladas o frases emblemáticas de una L2 inmersos en un enunciado, conversación o acto de habla de una L1 con los que no están sintácticamente relacionados. Yeah, baby! Iré a comer langosta! 17 Tipo de CdC En qué consiste Ejemplos Interoracional E l h a b l a n t e a l t e r n a oraciones en dos o más lenguas diferentes. La conversación ahora es sobre lo fácil que es s o b o r n a r a l p o l i c í a mexicana. Stay classy, México. Intraoracional Los elementos alternados p u e d e n s e r c l á u s u l a s s u b o r d i n a d a s o coordinadas, sintagmas oracionales, constituyentes de sintagmas oracionales o p a l a b r a s s o l a s p e r o sintácticamente conectadas dentro de la oración. si no me meto a bañar right nooooooow se enfría la wuater u.u Morfológico La alternancia de lenguas en el interior de una sola palabra, o sea, cuando una palabra está conformada por un morfema de L1 y otro de L2. Estoy bien disapointeado. Pasaré ahora a esclarecer las diferencias que existen entre el CdC intraoracional y los préstamos léxicos. 1.3 El préstamo léxico El préstamo es el producto de un proceso mediante el cual palabras o frases de una lengua se integran en otra (Callahan 2004: 5; Vinagre Laranjeira 2005: 18). Esta integración se realiza en el nivel fonológico, morfológico y sintáctico de la lengua receptora. El constante uso de estas palabras por parte de hablantes monolingües y bilingües ocasiona que, con el paso del tiempo, éstas pasen a conformar parte del léxico de la lengua receptora. Cuando esto sucede, suele ser usual encontrar estos préstamos léxicos en los diccionarios de la lengua receptora como “extranjerismos”. Ejemplos de préstamos léxicos reconocidos como tal por la Real Academia Española en su diccionario son: 18 a. Party b. Marketing c. Jogging d. Sándwich Y por supuesto, existen muchísimos otros préstamos léxicos provenientes del inglés que todavía no han sido reconocidos por la Academia, pero el identificarlos como tales toma mucho más esfuerzo que el solo recurrir a un diccionario. A continuación veremos algunos criterios que han sido propuestos por diversos autores para identificar los préstamos léxicos de los CdCs intraoracionales. 1.3.1 Criterios para distinguir cambio de código y préstamo léxico Entonces, si el CdC intraoracional se puede dar con la alternancia de una sola palabra, ¿qué lo distingue del préstamo léxico? Existen muchas propuestas al respecto. Por un lado, Poplack habla del grado de integración de los elementos de una L2 a los patrones fonológicos, morfológicos y sintácticos de la L1 (2001: 224). Por ejemplo, Poplack considera que si un elemento de la L2 está asimilado fonológicamente en la L1, sí hay un CdC; pero que si dicho elemento está integrado tanto fonológica como morfológica y sintácticamente a la L1, no hay CdC, y lo ilustra con el siguiente ejemplo: a. Es posible que te mogueen. En este ejemplo, la palabra mogueen, proveniente del verbo mug en inglés, contiene un morfema en español, está asimilada a la fonología del español y respeta la estructurasintáctica también del español. Aunque Poplack deja muy en claro que ese ejemplo no es un CdC, no aclara si es un préstamo léxico, una interferencia, transferencia u alguna otra cosa. Si bien Poplack considera que la asimilación fonológica no es necesaria para identificar un préstamo léxico de un CdC intraoracional, para muchos otros autores éste sí es un criterio importante para establecer la diferencia (Callahan 2004: 7; Lipski 2005: 13; Ardila 2005: 69). Por ejemplo, préstamos léxicos del inglés integrados fonológicamente al español son palabras como: a. Panqueques [proveniente de la palabra “pancakes” del inglés] 19 b. Fólder [del inglés “folder”] c. Estrés [del inglés “stress”] d. Escáner [del inglés “scanner”] e. Parquear [del inglés “to park” o “parking”] Si tomamos este criterio al pie de la letra, sin embargo, nos toparíamos con un problema al analizar los siguientes ejemplos: a. Wiwichus [forma lexicalizada proveniente de “We wish you a Merry Christmas” ideada por la compañía Pepsi para denominar a sus juguetes coleccionables de Navidad] b. Sapo verde to you [forma satírica de la canción “Happy Birthday to you”] c. te doy mi fon por cualquier cosa [ejemplo del corpus; se usa fon por “phone”] d. Hoooola pipol :) [ejemplo proveniente del corpus de tweets; pipol sustituye a “people”] e. Los Chargers son mitad Tijuana mitad San Diego, ya ni pedo que perdieron. Gudbai monimoni. [ejemplo del corpus, donde gudbai monimoni está por “Good bye money, money”] En estos ejemplos la asimilación fonológica de las palabras inglesas parece responder más a la creatividad espontánea de los hablantes o al inicio de un juego lingüístico, y no a la integración de estas palabras a la lengua castellana para hacer más accesible su uso o pronunciación. Al menos en los últimos tres ejemplos, las palabras del inglés asimiladas al español muy probablemente no se volverán a dar en la producción escrita de sus autores. Más adelante en el capítulo 5 ilustraré cómo el CdC y la transferencia también pueden servir como la manifestación de creatividad y juegos lingüísticos. Existen muchos préstamos léxicos que no están fonológicamente integrados al español. Myers-Scotton aclara que la asimilación fonológica no es un criterio objetivo ni útil para distinguir CdC de préstamo léxico porque la asimilación no es concepto categórico, sino gradual (2001: 143). Una palabra estará integrada fonológicamente en menor o mayor grado a la lengua receptora, y, dentro de esa escala, no es posible decir que una palabra está o no asimilada al español. Así, Myers-Scotton propone no tomar como 20 criterio la estructura de la palabra que “se tomó prestada”, sino analizar si esta palabra cumple o no una función social (2001: 114). Ella propone que aquellas palabras que tienen significado social (y con esto se refiere a que tienen valor de negociación en la interacción social) constituyen un CdC, y aquellas que no, un préstamo léxico. Algo similar opina Grysels al proponer que serán CdCs las palabras que cumplan un propósito en la organización del discurso, y préstamos léxicos las que no, esto a pesar de que en ocasiones la misma palabra pueda ser considerada CdC en algunas situaciones y préstamo léxico en otras (Grysels 1992: 47-54, cit. en Callahan 2004: 11). Bajo estos criterios, y, tomando muy en cuenta el contexto en el que se presentan, palabras como “shopping” “mall” y “miss” serían consideradas CdCs intraoracionales. La palabra “shopping” y “mall” en expresiones como “vamos de shopping al mall” son usadas por bilingües y monolingües para reflejar estatus económico y social (Silva-Corvalán 2001: 290), por ejemplo. En el caso de “miss”, ésta es muy utilizada en algunos colegios privados donde se imparte la enseñanza del inglés en Tijuana para dirigirse a las maestras de todas las materias. “Miss” es usada tanto por los estudiantes como por los padres, sean bilingües o monolingües. Lo mismo sucede cuando nos referimos a las ganadoras de los concursos de belleza como “Miss México”; bilingües y monolingües usan la palabra de la misma forma. Podríamos decir que en algunos casos el decidirse por usar las palabras “shopping”, “mall” y “miss” en el español conlleva una clara carga social y cultural, pero, como en el segundo caso de “miss”, también podrían ser usadas sin estas connotaciones. ¿Son entonces préstamos léxicos, o no? Estos ejemplos ilustran que el criterio de “función social” tampoco es determinante para identificar CdC o préstamo léxico. Montes-Alcalá aclara que no todos y cada uno de los cambios de código producidos realizan necesariamente una función específica. Como sugiere Zentella, “pinpointing the purpose of each code switch is a task as fraught with difficulty as imputing the reasons for a monolingual’s choice of one synonym over another, and no complete accounting may ever be possible” (1997: 99). (Montes-Alcalá, 2005: 181). Existen otros criterios que han sido propuestos para sacarnos de nuestro problema. Algunos proponen tomar en cuenta quiénes son los que usan la “palabra extranjera”. Lipski dice que el CdC es un fenómeno producido por bilingües, mientras que el préstamo léxico suele presentarse tanto en el habla bilingüe como monolingüe, a tal grado que en ocasiones 21 los hablantes pueden llegar a olvidar el origen foráneo de la palabra (2005: 13). Otros miden la frecuencia con que una palabra es usada para identificarla como préstamo o CdC (Callahan 2004: 9). Myers-Scotton toma como préstamos léxicos aquellas palabras que han sido repetidas en mínimo tres conversaciones llevadas a cabo por los mismos hablantes bajo el supuesto de que una palabra de L2 estará más asimilada en L1 conforme más se repita (Myers-Scotton 1993a: 15, cit. en Callahan 2004: 9), pero establecer un número determinado de repeticiones sin considerar el tema y la situación de la comunicación me parece poco objetivo. La identificación de préstamos léxicos o CdCs intraoracionales no debería depender de un solo criterio, sino de varios que no sólo respondan a factores lingüísticos, sino también a factores sociales, culturales y pragmáticos. Por supuesto, tampoco hay que pasar por alto las características propias del corpus sobre cuya base se hace la investigación. Es probable que el análisis de algunos córpora requiera la adopción de criterios particulares y conformes a los objetivos del investigador. Podríamos pensar el problema de los préstamos léxicos y el CdC intraoracional como dos polos de un potencial proceso continuo de integración de una palabra de L2 en un L1, pues no olvidemos que un préstamo léxico, en muchos casos, comenzó como una palabra muy recurrida en el CdC de hablantes bilingües que posteriormente fue adoptada por monolingües (Winford 2003: 108). Ardilla enumera 11 situaciones en las que una palabra del inglés puede convertirse en un préstamo léxico del español: 1. In Spanish, there is no word corresponding exactly to the borrowed word. 2. The borrowed word presents some cultural salience in the new U.S. cultural context but not in the native one. 3. The borrowed word has a very exact referent, like a proper name. 4. In Spanish, there are several potentially correct words, but none has the exact meaning. 5. There are Spanish regional variations with regard to that particular word. 6. The borrowed word is compatible with Spanish phonology. 7. When the English word is phonologically simpler than the corresponding Spanish word, the English word may be borrowed. 8. Very high frequency and, in consequence, overlearned words are not usually borrowed from the second language. 9. Technical words are often borrowed into other languages, becoming international words. 10. When a word is frequently used in everyday life in English, it may be borrowed. 11. When a word has been learned in English first, the meaning is more directly accessible in English than inSpanish. This may be particularly true with some professional and academic terms. (Ardila 2005: 69) 22 En esta propuesta, Ardilla sólo toma consideraciones de uso lingüístico y no tanto factores socio-culturales. Las situaciones que enumera Ardilla pueden influir en la adopción de un préstamo léxico, pero no puedo descartar el hecho de que existen muchas más situaciones y factores que no se están considerando. Independientemente de ello, la lista de Ardilla nos evidencia que la adopción de un préstamo léxico es un proceso muy complejo, tardado, y dependiente de muy diversas circunstancias. Mi propuesta es que el CdC a nivel léxico y el préstamo léxico conforman parte de un continuum, y una palabra podría estar en mayor o en menor grado lexicalizada en la lengua receptora, dependiendo de qué tan avanzado esté el proceso de integración. Este proceso de integración, o ese continuum, recibe el nombre de transferencia. Más adelante, en el capítulo 4.2 explicaré los criterios que tomé en cuenta para diferenciar los préstamos léxicos de los CdC intraoracionales en los tweets del corpus. En el siguiente apartado hablaré del complejo problema de lo que son las transferencias y cómo estas se diferencian de las interferencias. Aunque este trabajo se enfoca en el CdC, estos dos conceptos, transferencia e interferencia, son relevantes porque en el corpus surgieron varias transferencias que fueron utilizadas como juegos lingüísticos, como veremos en el capítulo 5. 1.4 La interferencia y la transferencia La interferencia y la transferencia son consideradas como sinónimos por algunos autores (Gimeno Menéndez et al. 2003; Vinagre Laranjeira 2005: 17; Klee et al. 2009: 15). Fue Weinreich el primero en proponer el término “interferencia” para referirse a “una desviación de las normas de cualquiera de las dos lenguas, como resultado del contacto lingüístico” (Weinreich 1953: 29, cit. en Gimeno Menéndez et al. 2003: 68). Él aclaró que estas desviaciones se pueden producir por “transferir” elementos gramaticales de una lengua a otra, “de ahí que la mayoría de los estudiosos del contacto de lenguas, así como de la adquisición de una segunda lengua en la actualidad, tiendan a usar el término transferencia para hablar de procesos y resultados sinónimos de la interferencia” (Klee et al. 2009: 14). En mi opinión, es gracias a la adopción del término interferencia por parte de 23 dos áreas muy distintas dentro la Lingüística, el contacto lingüístico y la enseñanza de segundas lenguas, que existe tanta indeterminación en cuanto a qué es la interferencia y si ésta difiere de la transferencia. Influidos por la perspectiva de la enseñanza de segundas lenguas, hay autores que proponen las interferencias como el efecto de un error en el aprendizaje de una segunda lengua (Winford 2003: 108) o simplemente de un error en el que pueden incurrir tanto principiantes de una segunda lengua como bilingües de alta competencia comunicativa (Vinagre Laranjeira 2005: 17). Vinagre Laranjeira habla de transferencias negativas (a las cuales también llama interferencias) y transferencias positivas (o transferencia a secas). Ella menciona que “la interferencia ocurre porque el hablante aplica las reglas gramaticales de una lengua ya adquirida […] a la otra, lo que resulta en errores o construcciones agramaticales” (2005: 17). En cambio, denomina como transferencia al mismo fenómeno pero que de él resultan “deducciones correctas” para la segunda lengua. De esta forma, la expresión “I’m embarrased” usada para tratar de decir “Estoy embarazada”, sería una interferencia o una transferencia negativa; y juzgar que la palabra “reservation” se puede usar igual que “reservación” en español, sería una transferencia positiva, por poner un ejemplo sencillo. El uso de las palabras interferencia y transferencia por parte de Vinagre Laranjeira me parece desafortunado. Primero, al decir que “hay interferencia” o que “algo fue interferido”, se suele entender que se presentó un obstáculo o hubo un problema que evitó una comunicación apropiada. Por esta razón, la palabra interferencia tiene una connotación de accidente o involuntariedad. En cambio, el verbo “transferir” remite al traslado de un lado a otro de alguna cosa, y se entiende que este traslado puede ser voluntario o no, pero en ningún caso denota un error. Habría que hacer una distinción entre error gramatical y lapsus linguae, pues no siempre se dará uno junto con el otro. En ciertas situaciones es muy usual que los hablantes transgredan las reglas gramaticales de una lengua voluntaria y conscientemente para hacer chistes, bromas y adivinanzas, para ser irónicos o creativos. Por ejemplo: 24 a. Cuando yo era chica, mi papá me repetía el chiste del zorro y el coyote: Un zorro americano corría hacia México y un coyote mexicano corría hacia Estados Unidos. En un punto del trayecto, ambos chocaron. El zorro muy apenado dijo: “I’m sorry”, a lo que el coyote contestó: “I’m coyoty”. b. Cantinflas en algunas de sus películas modificaba palabras del español para simular que sabía inglés, como en su frase de la película Por mis pistolas: “No preocupation, mister. ¡A mí los apaches me apapachan!” Con estos ejemplos podemos ver que algunas interferencias (o transferencias negativas, según Vinagre Laranjeira) pueden ser voluntarias, y que además son señal de una alta competencia de ambas lenguas y no de un lapsus linguae. Por otra parte, Silva-Corvalán considera la interferencia y la transferencia como dos fenómenos muy similares entre sí, pero que difieren en su trascendencia lingüística. La transferencia y la interferencia son los procesos mediante los cuales una lengua muestra “desviaciones de la norma lingüística monolingüe que corresponden, en cambio, a estructuras existentes en la lengua de contacto” (Silva-Corvalán 2001: 269). Así, los hablantes transfieren rasgos fonológicos, morfológicos, léxicos y/o sintácticos de una lengua a otra. Silva-Corvalán hace una distinción entre la interferencia y la transferencia: dice que, mientras que la interferencia es espontánea y pasajera, la transferencia se suele “mantener en forma más o menos estable en la lengua receptora” (Silva-Corvalán 2001: 269). Por lo tanto, sería la transferencia la que podría llevar con el tiempo a la adopción de nuevas formas en la lengua receptora, pero no la interferencia. Si adoptamos la perspectiva de Silva-Corvalán, que propone como criterio la estabilidad del elemento extranjero para identificar interferencia y transferencia, es probable que en muchos casos nos sea imposible decidir entre uno y el otro, porque esa estabilidad se daría gradualmente y no categorialmente, al igual que el problema de la identificación de préstamos léxicos (ver §1.3.1). Puesto que la transferencia se da en todos los niveles lingüísticos, hay quienes prefieren el término transferencia léxica para denominar a los préstamos léxicos (Silva- Corvalán 2001: 287; Gimeno Menéndez et al. 2003: 65). 25 Basándonos en la propuesta de Silva-Corvalán, veamos de nuevo algunos ejemplos que usé en el apartado anterior: a. Wiwichus b. Sapo verde to you c. te doy mi fon por cualquier cosa d. Hoooola pipol :) e. Los Chargers son mitad Tijuana mitad San Diego, ya ni pedo que perdieron. Gudbai monimoni. Estos ejemplos serían casos de transferencia e interferencia fonológica según las definiciones de Silva-Corvalán. Los primeros tres bien podrían ser casos de transferencia, dado que es muy factible que estas palabras se repitan con relativa frecuencia en el habla de algunas personas; mientras que el resto serían interferencias por ser producciones espontáneas y efímeras aunque voluntarias y conscientes. Ejemplos de transferencias e interferencias sintácticas serían los siguientes: a. “¿Cómo le gustó la película?” [proveniente de “How did you like the movie?”] (Ardila 2005:61) b. “Te llamo para atrás.” [proveniente de “I’ll call you back”] (Ardila 2005: 61) c. “Oh mi dios” [proveniente de “Oh my god”; esta frase actualmente es muy utilizada en los doblajes de programas de canales estadounidenses como Discovery Channel] d. She necessities to give herself a little hand of cat [proveniente de “Necesita darse una manita de gato”; este ejemplo viene del corpus de tweets] Los primeros dos ejemplos son frases ya comunes en el español hablado en Estados Unidos, y el tercero en la televisión doblada del inglés al español. Bajo este criterio, los tres deben ser considerados transferencias sintácticas. El último, en cambio, es una interferencia sintáctica bastante creativa. Volveríamos así al mismo problema que mencionamos en la propuesta de Vinagre Laranjeira. Al decir que las interferencias son pasajeras, inestables y ocasionales, Silva- Corvalán no profundiza en explicar a qué se deben estas características: si al lapsus linguae de un hablante, a su creatividad e ingeniosidad, a una eventual necesidad discursiva o a la 26 no repetición de la interferencia por parte de otros hablantes, lo cual conllevaría también a la acción de múltiples factores sociales y culturales. En este estudio, al hablar de interferencias yo me estaré refiriendo a producciones donde un hablante usó elementos de una lengua en otra debido a un lapsus linguae (reconocido como tal por el hablante o por su interlocutor). Por ejemplo: a. “I’m embarrassed.” [por “estoy embarazada”] b. “La Feria del Libro no me excita.” [donde se confunde “excited” por “emociona”] c. “¿No juegas algún instrumento?” [donde se confunde el sentido de jugar de “play” por “tocar”] Estos tres ejemplos los escuché en el habla oral de tres personas diferentes. El primero de una estudiante de inglés, el segundo de una estadounidense viviendo en México y el tercero de un mexicano viviendo en Estados Unidos. En esas tres ocasiones los hablantes se disculparon por su error y trataron de corregirlo ya sea por cuenta propia o con ayuda del oyente. Aclaro que la interferencia se puede dar a nivel fonológico, morfológico, léxico y sintáctico, sólo que, a falta de más ejemplos, aquí sólo expuse interferencias léxicas. Además, por transferencia me referiré a producciones donde un hablante usó voluntariamente (aunque no por esto consciente en el plano metalingüístico) elementos de una lengua en otra. Las transferencias, al no ser consideradas como errores por parte de sus hablantes, y aunque constituyan desviaciones de las normas gramaticales de una de las lenguas o de ambas, pueden o no llevar a la adopción de nuevas formas en la lengua receptora, cosa que no sucede con las interferencias. Bajo estos criterios, ejemplos de transferencias serían todos los ejemplos puestos en este apartado, excepto los tres anteriores. A partir de este punto hablaré sobre diversas investigaciones, anteriores al la nuestra, que se han realizado acerca de los CdCs. Muchos de estos trabajos hicieron contribuciones muy importantes para los estudios de contacto lingüístico, y han sido la base para diversas investigaciones sobre el CdC. 27 1.5 Antecedentes teóricos del cambio de código Fue en 1950 cuando Haugen, y posteriormente Weinreich (1953), empezaron sus estudios de las lenguas en contacto, brindando las primeras bases teóricas a este campo de la lingüística (Klee et al. 2009: 1). Sin embargo, fue en junio de 1979 en Bruselas cuando el término “lingüística de contacto” (contact linguistics) se utilizó por primera vez en el Primer Congreso Mundial de Contacto y Conflicto de Lenguas (First World Congress on Language Contact and Conflict) (Nelde 1997: 287, cit. en Winford 2003: 9). El objetivo de esta nueva rama de la lingüística fue estudiar los factores lingüísticos y socioculturales que contribuyen a las consecuencias del contacto entre hablantes de diferentes variantes lingüísticas (Winford 2003: 10-11). Con el desarrollo de esta nueva disciplina a lo largo de los años, fueron surgiendo estudios lingüísticos y antropológicos sobre el CdC como el resultado de situaciones de contacto lingüístico. Joshua A. Fishman (1965 [2001]) estudió los factores sociales que llevan a un hablante a escoger una lengua sobre otra al emitir un discurso. Mediante una extensa descripción que diera cuenta de las múltiples variantes que influyen en las situaciones comunicativas, Fishman intentaba predecir la preferencia lingüística de los hablantes. Él habla de la importancia de considerar los elementos de la situación comunicativa tales como los participantes, el momento y el lugar de la interacción, el tema, la función y el estilo del discurso; y además los roles asumidos por los hablantes, su pertenencia a un grupo social o cultural determinado, el contexto comunicativo (si la comunicación se da en un contexto familiar, o en uno institucional, por ejemplo, lo cual, según Fishman determinará la conducta adoptada por los participantes) y el medio por el cual la comunicación se da (oral o escrito). Todos estos aspectos, asegura Fishman, jugarán un papel determinante al momento en que un hablante decide qué lengua usar en situaciones concretas. Es ya bien sabido que los factores socioculturales, las características de la interacción y las actitudes de los hablantes son lo que posibilita la alternancia de lenguas o variantes lingüísticas en los actos de habla; sin embargo, es muy difícil (e infructífero) pretender predecir el comportamiento lingüístico de los hablantes por medio de estos 28 factores. Se considera que estos factores influyen en la selección lingüística de los hablantes, pero no son del todo determinantes. En cuanto a estudios sobre el CdC en particular, Jan-Petter Blom y John J. Gumperz (2001) fueron los pioneros con su texto “Social meaning in linguistic structure: code- switching in Norway”, publicado por primera vez en 1972. Ellos hicieron trabajo de campo durante dos meses en un pueblo de Noruega llamado Hemnesberget, donde sus habitantes hablan Bokmål, la lengua estándar usada en los ámbitos educativos, gubernamentales, religiosos y mediáticos, y Ranamål, un dialecto noruego que no goza de oficialidad. Blom y Gumperz hicieron un estudio etnográfico de la comunidad de Hemnesberget; analizaron situaciones y eventos comunicativos de esta comunidad, así como las relaciones de interacción que se daba entre sus habitantes, y a partir de sus observaciones distinguieron dos tipos de CdC: el CdC situacional y el CdC metafórico. Aquí debo aclarar que cuando estos autores hablan de CdC, lo hacen considerándolo la alternancia de las dos lenguas en cualquier punto de la conversación, aunque ésta se dé una sola vez en la interacción. Para estos dos teóricos, el CdC tiene un significado social. Las situaciones sociales determinan cuánta libertad tendrán los hablantes para elegir entre una lengua u otra. Así, el CdC situacional es aquel que asume una relación directa entre la lengua elegida y la situación social (2001: 126). En cambio, el CdC metafórico es aquel donde la lengua seleccionada por sus hablantes está asociada a una situación social que no está presente en ese momento, pero que es aludida durante la conversación. En este caso, Blom y Gumperz sostienen que la alusión a esa otra situación social no presente trae consigo parte de su contexto y evoca los roles que en ella suelen asumir los hablantes y esto se manifiesta en el CdC. Los autores ponen el ejemplo de un empleado en una oficina comunitaria de Hemnesberget y el recepcionista de dicha oficina. Al terminar la jornada laboral, el empleado le pidió al recepcionista que se quedara un rato más para tener una plática en privado. La conversación trató acerca de los negocios de la oficina y fue llevada a cabo en Bokmål, la lengua estándar; pero una vez terminado el tema, el empleado cambió al Ranamål para preguntarle alrecepcionista si tenía tiempo para dejar al lado los negocios y platicar sobre asuntos 29 personales, y a partir de ahí continuaron el resto de la conversación en Ranamål, asumiendo una relación ya no profesional, sino íntima (2001: 127). Tiempo después, Carol Myers-Scotton (1988 [2001]) propone un modelo que se asemeja a la propuesta del CdC situacional y metafórico de Blom y Gumperz, pero que explica el CdC no sólo desde una perspectiva sociocultural como sus antecesores, sino también desde una perspectiva un tanto más pragmática. Ella denominó su modelo “The Markedness Model” o el modelo de marcación. Myers-Scotton parte de la idea de que en comunidades con hablantes bilingües a algunas situaciones comunicativas, dependiendo de sus particularidades socioculturales, les corresponderá una lengua no marcada, o sea aquella que es comúnmente esperada por los hablantes bajo esas circunstancias, y una lengua marcada, la que no es usual en esos casos. Por lo tanto, el uso de la lengua no marcada en una situación dada por parte de los hablantes contribuye al respeto de los derechos y obligaciones de los participantes durante la interacción. En cambio, al optar por la lengua marcada, se atenta contra el balance interpersonal de la interacción en la situación comunicativa. Entonces, una persona tiene, según Myers-Scotton, tres opciones: 1) escoger la lengua no marcada en una situación comunicativa convencional y así reconocer el status quo de la interacción; 2) escoger la lengua marcada en una situación comunicativa y alejarse de lo convencionalmente esperado; o 3) escoger cualquier lengua en situaciones comunicativas para las cuales no hay un consenso en cuanto a cuál lengua es la más esperada convencionalmente y, en base a esta decisión, establecer los derechos y obligaciones de los participantes para esa situación dada (2001: 141). El CdC en el modelo de marcación de Myers-Scotton es una estrategia de negociación comunicativa entre los hablantes, una decisión orientada hacia un objetivo particular. Según esto, los hablantes evaluarán las posibles ventajas y desventajas de optar por una u otra lengua en su búsqueda por un buen resultado en la comunicación. El CdC es así, bajo esta perspectiva, una herramienta pragmática para los hablantes: “For the speaker, switching is a tool, a means of doing something (by affecting the rights and obligations balance). For the listener, switching is an index, a symbol of the speaker’s intentions. Switching, therefore, is both a means and a message” (2001: 141-142). El CdC para Myers- 30 Scotton, al igual que para Blom y Gumperz, tiene significado social, pues la elección lingüística de los hablantes evidencia sus intenciones en la conversación en base a expectativas socioculturales. Peter Auer fue uno de los primeros teóricos que se distanció del estudio de los factores socioculturales que afectan al CdC para prestar más atención a las dinámicas de interacción que surgen de las conversaciones por sí mismas. Él propone el estudio del CdC desde la perspectiva del análisis conversacional, pues sostiene que el CdC sólo adquirirá sentido en el marco de las conversaciones donde se manifieste. En su libro Bilingual Conversation, publicado en 1984, Auer cuestionó la forma en que el término “situación comunicativa” había sido utilizado en los estudios anteriores. Para él, la situación es un fenómeno constituido a partir de la interacción interpersonal (Wei 1998: 157). El estudio del CdC debería enfocarse, según Auer, en el análisis conversacional y en el modo en que los hablantes crean contextos de interpretación en la interacción misma. El CdC debe ser estudiado, entonces, como señal de contextualización (contextualization cue). Esta noción de Auer es también una crítica a las propuestas de Blom, Gumperz y Myers-Scotton, pues para él: “Bilingual speakers change from one language to another in conversation not because of some external value attached to those particular languages, but because the alternation itself signals to their co-participants how they wish their utterances to be interpreted on that particular occasion” (Wei 1998: 161). Aunque, por supuesto, Auer tampoco niega la influencia de factores socioculturales en el CdC, sino que reconoce la importancia de tomar en cuenta también los marcos de interpretación creados por los hablantes durante sus interacciones. Así, el sentido y la función de los CdCs, desde esta perspectiva, son construidos en las interacciones de los hablantes, y, dependiendo del contexto, estos pueden parcialmente corresponder con el significado social atribuido a la lengua elegida, o pueden alejarse de él. Años más tarde, Brian Chan hace una crítica a la noción del CdC como señal de contextualización de Auer. Chan propone una redefinición del CdC, ya no como señal de contextualización, sino de “textualización” (“textualization” cue): “as a ‘textualization cue’, code-switching may ‘frame’ or ‘mark’ certain parts of the discourse that are to be 31 interpreted somewhat differently from the surrounding text” (Chan 2004: 8). La crítica de Chan es que para Gumperz, Myers-Scotton y Auer, la lengua escogida en el CdC es el indicio esencial que guiará la interpretación de los interlocutores. En cambio, Chan considera que no son las lenguas las pautas para la interpretación, sino el acto del CdC en sí. El hecho de haber cambiado de código durante una conversación será el indicador de que el mensaje transmitido durante la alternancia deberá ser interpretado de forma diferente al resto del discurso. Chan dice: Code-switching prompts the listener to interpret the forthcoming message somewhat differently, but it does not necessarily “signal” or “index” some contextual presuppositions by virtue of the switched code. The meanings the speaker tries to convey via code-switching remain to be worked out primarily by the listener, presumably based on pragmatic principles that operate in the mind with other cues from the context (2004: 16-17). Con esto, Chan parece desechar la idea mantenida desde hacía tantos años de que el CdC implica un significado social, pero no lo puedo asegurar, pues en su texto “Beyond ‘Contextualization’: Code-Switching as a ‘Textualization cue’” en ningún momento menciona al CdC como un fenómeno motivado socialmente, sino sólo pragmáticamente. Hasta ahora hemos visto los antecedentes teóricos sobre el CdC desde una perspectiva sociolingüística. A continuación conoceremos algunos estudios que se han realizado sobre el CdC en medios escritos formales e informales. 1.5.1 Antecedentes teóricos del cambio de código escrito. Según Söderqvist, John M. Lipski es el primero (y hasta la fecha el único) en proponer una tipología para el CdC escrito (2009: 11), propuesta que él ejemplifica con la alternancia del inglés y el español. Al respecto, Lipski (1982) no menciona si esta tipología se limita al CdC español-inglés o si lo pretende aplicar al CdC entre más lenguas. En un estudio donde él compara el CdC en el discurso oral con el CdC encontrado en la literatura chicana, propone un modelo donde categoriza al CdC escrito en tres tipos diferentes: El tipo I es un texto mayoritariamente monolingüe, con quizá unos cuantos préstamos de la L2; el tipo II muestra CdCs interoracionales, donde las alternancias de L1 a L2 se dan en los límites de frases u oraciones; y el tipo III, por último, exhibe CdCs intraoracionales y los textos aparentan tener una “gramática bilingüe” (Lipski 1982: 195). Ejemplos propuestos por 32 Söderqvist para esta tipología, provenientes de un corpus de publicaciones de la plataforma cibernética Myspace son: Tipo I “my daughter saw it and thought it was her tio” Tipo II “great shirts! Viva PERU!!” Tipo III “why are u always siembrebien enojon” (Söderqvist 2009: 7) Si bien Lipski hizo un modelo para categorizar las formas del CdCescrito, él lo hace guiado por sus motivaciones de estudiar cómo los hablantes bilingües almacenan cognitivamente el léxico y las gramáticas de ambas lenguas, usando el CdC como evidencia de operaciones cognitivas. Estos objetivos se hacen evidentes en su forma de explicar los tres tipos de CdC escrito. Laura Callahan es otra autora que ha estudiado el CdC escrito. Callahan reunió un corpus de 30 textos, 18 cuentos y 12 novelas sumando unas 2,954 páginas en total, y lo analizó en su libro Spanish/English Codeswitching in a Written Corpus (2004). En este libro, ella muestra las características del CdC escrito que lo diferencian del CdC oral. Unas de esas características son las siguientes: en el CdC escrito, la asimilación fonética como criterio de análisis no es aplicable; el CdC escrito podría ser considerado un CdC consciente, pues implica un mayor nivel de conciencia por parte del escritor a comparación del CdC oral (Callahan 2004: 101 y Lipski 1982: 192) , y, similar a las señas gestuales y a los elementos suprasegmentales del habla, en el CdC escrito la tipografía puede jugar un papel importante en la interpretación de los contenidos (2004: 102). Callahan también aclara que el CdC escrito se hace más presente en contextos informales. Lipski y Callahan estudiaron el CdC en textos literarios, de los cuales es sabido que no necesariamente reflejan el modo en que el CdC es usado espontáneamente en el discurso hablado (Lipski 1982: 192). En cambio, Cecilia Montes-Alcalá ha dedicado varios artículos al análisis del CdC en escritos informales tales como cartas personales, correos electrónicos y blogs, pero todos estos estudios se han enfocado en la identificación de funciones pragmáticas del CdC y no en su estructura formal. Montes-Alcalá ha evidenciado una alta tendencia a la oralidad en este tipo de textos escritos, ya que en todos sus estudios ha 33 concluido que las funciones pragmáticas del CdC escrito han sido las mismas que las observadas en el CdC del habla oral. Hablaré brevemente sobre las funciones pragmáticas y discursivas que se han detectado hasta ahora en el CdC tanto escrito como oral en el siguiente apartado. 1.5.2 Motivaciones pragmáticas y discursivas para el cambio de código Zentella (1998), Montes-Alcalá (2005), Vinagre Laranjeira (2005), Valencia Zamudio (2006) y Söderqvist (2009) han estudiado las motivaciones pragmáticas y discursivas que llevan a los hablantes bilingües a recurrir al CdC en sus conversaciones y escritos informales. La categorización de funciones pragmáticas y discursivas para el CdC cambia de investigación en investigación dependiendo de los objetivos y el enfoque particular de su autor. Según Söderqvist, por ejemplo, se han observado entre 60 y 70 funciones socio- pragmáticas en el discurso hablado, escrito y cantado con CdC hasta ahora (Söderqvist, 2009: 14). Aquí enlistaré, con ejemplos, algunas funciones pragmáticas y discursivas observadas por estas y otros autores: Entre las funciones discursivas que se han observado en el CdC están: • Citas directas e indirectas - “Y un día cuando la conocí, me dice: ‘Oh, my daughter used to dance at Knott’s Berry Farm’.” (Vinagre Laranjeira 2005: 32) - “Él me dijo, ‘Call the police!’ pero yo dije, ‘No voy a llamar la policía na(- da)’.” (Zentella 1998: 94) • Énfasis - “Así que te gustó muchísimo lo que llevaba…. So embarrasing! Yo no me pongo cosas así ni para carnaval.” (Montes-Alcalá 2005: 177) - “Celebramos el matrimonio por el civil en la Delegación de playas de Tijuana. Despues nos fuimos a comer al restaurant de mariscos Titos. We did it!!” (Valencia Zamudio 2006: 79) • Repeticiones mediante la traducción 34 - “Tenía zapatos blancos, un poco, they were off-white, you know?” (Vinagre Laranjeira 2005: 32) - “¿No me crees? You don’t believe me?” (Zentella 1998: 96) • Comentarios parentéticos o aposiciones - “Bill me explica, in details, lo que pensaba cuando yo le llamé.” (Montes- Alcalá 2005: 178) - “She have a brother in the hospital, en el Bellevue, and he was crazy.” (Zentella 1998: 96) • Aclaraciones - “Me parece MUY raro que vayan a la fiesta. They must be desperate for something to do!” (Montes-Alcalá 2005: 177) • Preguntas y respuestas retóricas - “You know what my cousins do? Las agarran por la/h/ patita(-s) y lo/h/ ponen en la estufa pa(-ra) achicharrarla/h/.” (Zentella 1998: 94) • Interjecciones (Vinagre Laranjeira 2005: 32) • Atenuación - “Victoria Jenine go over there! Jennie vete pa(-ra) (a-)llá.” (Zentella 1998: 95) - “Can we play en el cuarto de estar? No hacemos ruido, y luego lo recogemos todo.” (Vinagre Laranjeira 2005: 41) • Agravamiento - “ Ella tiene - shut up! Lemme tell you!” (Zentella 1998: 95) - “Dientes, pijama, cama… Now!” (Vinagre Laranjeira 2005: 42) • Llamados de atención - “E/h/te se está llenando, lookit, Ana.” (Zentella 1998: 95) - “Hey, mi niña, come here!” (Vinagre Laranjeira 2005: 38) • Cambio de tono (Auer 1995: 120, cit. en Winford 2003 y Vinagre Laranjeira 2005: 34) • Cambio de tema 35 - “Vamo/h/ a preguntarle. It’s raining!” (Zentella 1998: 94) • Necesidad léxica - “Me confirmó Juan que fue muy obvio, y no solamente en la produce section, también en el check-out line (ellos estaban en el express- lane.)” (Montes-Alcalá 2005: 181) • Cambios estilísticos o estilo personal - “Te lo agradecería a lot. Muchos thankyous.” (Montes-Alcalá 2005: 180) • Función metalingüística (Vinagre Laranjeira 2005: 42) • Función poética - “Livin’ la vida loca” (Vinagre Laranjeira 2005: 43). • Expresiones idiomáticas o rutinas lingüísticas - “Yo hice algo que nunca hice en mi vida: I called in sick!” (Montes-Alcalá 2005: 179) • Cambios provocados, también llamados “triggers” en inglés - “Te dije que conseguí un curso de Research Assistant? It’s a work/study job, so the Federal Gov’t pays my salary.” (Montes-Alcalá 2005: 179) - “My name es Paca.” (Zentella 1998: 97) • Efecto cómico (Dewaele 2010: 203) • Juego lingüístico (Auer 1995: 120, cit. en Winford 2003; Fung y Carter 2009: 349). Entre las funciones sociopragmáticas observadas en el CdC hasta ahora están: • Peticiones y órdenes - “Hey, no me llegó nada, envíamelo nuevamente please!” (Valencia Zamudio 2006: 73) • Actos de cortesía como saludos, despedidas, agradecimientos y disculpas (Valencia Zamudio 2006: 65-72) • Expresión de intimidad, confianza o cariño - “I haven’t seen you for ages! ¿Cómo estás?” (Vinagre Laranjeira 2005: 37) • Expresión de identidad (Zentella 1998: 114 y Vinagre Laranjeira 2005: 37). 36 • Cambio de actividad o de roles por parte de los participantes en la conversación (Auer 1995: 120, cit. en Winford 2003 y Zentella 1998) • Inclusión o exclusión de personas en una conversación (Vinagre Laranjeira 2005: 36) • Uso de código secreto - “Pues, aquí estaba contándote cositas de you know who, y llega Juan y tuve que cancelar mi mensaje….” (Montes-Alcalá 2005: 182) • Reducción de ansiedad con respecto a un tema (Javier y Marcos 1989, cit. en Dewaele 2010: 192) • Efecto de distanciamiento con respecto a lo que se dice (Dewaele 2010: 204) Además, Montes-Alcalá (2005: 181) habla de cambios libres en el CdC para referirse a aquellos cambios que aparentemente no tienen función pragmática ni discursiva alguna o que no es identificable, ella llama a esto “cambios libres”. Por supuesto, varios CdC pueden responder a diversas funciones pragmáticas y discursivas al mismo tiempo, y el hecho de tratar de asignarle una u otra simplificaría el análisis de la emisión en cuestión. Justo el problema de tratar de categorizar enunciados con CdC según sus funciones pragmáticas o discursivas es que esto puede llevar a interpretaciones incompletas o, lo que es peor, incorrectas. Como dice Zentella, “pinpointing the purpose of each code switch is a task as fraught with difficulty as imputing the reasons for a monolingual’schoice of one synonym over another, and no complete accounting may ever be possible” (1997: 99). Dado que esta investigación se enfocará en los CdC producidos en publicaciones hechas por Internet, el siguiente apartado tratará sobre diversos estudios anteriores a éste que han tratado el CdC en diferentes medios cibernéticos. 1.5.3 Antecedentes de estudios del cambio de código en Internet El CdC escrito en Internet es definitivamente un ámbito nuevo de interés en la lingüística y, como tal, existen muy pocos estudios al respecto. En sí la oportunidad de publicar textos en la Red sin la necesidad de conocer técnicas de programación digital ni códigos de Java o HTML es algo relativamente nuevo. Hace 10 años, la interacción por Internet se hacía de 37 manera privada con los correos electrónicos y con los chats interpersonales, y de manera pública en chats grupales y foros de discusión. Pero ahora, con el surgimiento de los blogs personales y las redes sociales en el Internet, cada vez más personas están escribiendo y publicando libremente en la red. No hay reglas para la escritura en Internet. No hay manuales de estilo ni lineamientos concretos sobre cómo se debe escribir en el ciberespacio, y tampoco son necesarios. La escritura en Internet, al menos en páginas personales y en redes sociales, es altamente intuitiva y espontánea, y por esta razón en ella se suelen encontrar varios rasgos de oralidad. Gracias a esta tendencia, el uso del CdC se ha vuelto algo común en la escritura de cibernautas bilingües. Retomaré este tema más adelante en §3.3. Cecilia Montes-Alcalá ha sido una de las primeras en interesarse por el CdC español-inglés en el Internet. En el 2005 publicó “¡Mándame un mail! Cambio de códigos español-inglés online”, donde presenta el análisis de 122 correos electrónicos escritos por 10 informantes bilingües, residentes en Estados Unidos. Montes-Alcalá notó que algunos de los informantes usaron el CdC en sus correos a pesar de que no lo frecuentaron en su habla oral durante sus entrevistas, así dedujo que “mientras el cambio de códigos ha acarreado siempre una especie de estigma social, parece ser más aceptable en la comunicación escrita informal” (2005: 183). Además concluyó que las funciones pragmáticas y estilísticas llevadas a cabo mediante los cambios de código en los correos electrónicos son las mismas que se han observado hasta ahora en la producción oral, y añade: “Esto era de esperar, dada la naturaleza de la comunicación personal electrónica, un medio relativamente informal y espontáneo que se asemeja más a un diálogo real que a una carta tradicional” (2005: 183). Dos años más tarde, Montes-Alcalá estudia el CdC español-inglés, pero esta vez en blogs personales, en “Blogging in Two Languages: Code-Switching in Bilingual Blogs”. Este trabajo parece ser una continuación del primero sobre correos electrónicos, pues en éste propone como hipótesis las conclusiones a las que llegó en su estudio anterior, y aquí los respalda y reafirma nuevamente. Al final de su texto, sin embargo, hace un énfasis en el importante papel que desempeña la “biculturalidad” de los blogueros en su CdC. En esta 38 ocasión, el corpus de Montes-Alcalá consistió en 150 “posts” publicados entre enero de 2005 y enero de 2006 en un total de 15 blogs escritos por cibernautas bilingües. Ella escogió estos blogs del Internet, pero en su ensayo no menciona si pidió o no autorización a sus autores para analizar sus textos. En su gráfica de información demográfica, Montes- Alcalá se limitó a tomar los datos publicados en los perfiles de los usuarios que, en muchos casos, estaban incompletos. Es de suponerse que, al igual que en su estudio de los correos electrónicos, en esta investigación acerca de los blogs, Montes-Alcalá decidió no considerar como variable el origen de los autores (2005: 175). Valeria Valencia Zamudio hizo en el 2006 un estudio sobre inserciones del inglés en correos electrónicos y sesiones de chat de tijuanenses para obtener el grado de maestra en Lingüística Aplicada por la Universidad de Guadalajara. Ella reunió 50 correos electrónicos provenientes de 20 personas diferentes, y sesiones de chat sostenidas por ella y por un ayudante con 8 personas. En este corpus analizó las funciones pragmáticas y discursivas desempeñadas por las inserciones del inglés, y concluye que las funciones pragmáticas más recurrentes de las inserciones en este contexto virtual fueron aquellas relacionadas con la cortesía. Therése Söderqvist publicó en el 2009 la tesina “’All of a sudden me siento tristona’ El cambio de código inglés/español en Myspace”, apoyada por la Universidad de Gotemburgo, Suecia. Söderqvist ingresó al Myspace y ahí buscó perfiles públicos de jóvenes hispanos residentes en Estados Unidos. Ella leyó los comentarios publicados por los conocidos de estos jóvenes y escogió aquellos que tuvieran CdC y que hayan sido escritos por otros jóvenes hispanos. Söderqvist reunió así un total de 65 páginas de documento Word con puros comentarios de este tipo. Ella aclara que de estas 65 páginas, 30 fueron de comentarios escritos por un mismo autor, y las 35 restantes fueron de comentarios publicados por más de 80 jóvenes distintos. Söderqvist no pidió la autorización expresa de ninguno de estos usuarios de Myspace y, como Montes-Alcalá en el estudio de los blogs, no toma en consideración el origen de los autores ni cuenta con todos sus datos demográficos. Söderqvist categorizó los CdCs de los comentarios basándose en la tipología del CdC escrito de Lipski (ver §1.5.1) y luego analizó las funciones socio-pragmáticas que 39 desempeñó cada cambio. Con este método concluyó que “para los jóvenes hispanos o mejor para los bilingües, el CdC forma parte de una herramienta extra para una comunicación más rápida” (2009: 20). Como es evidente, todavía queda mucho por hacer en esta área de investigación. El Internet es un medio libre y democrático cuyos contenidos suelen ser efímeros y su desarrollo, altamente vertiginoso. El reto que debemos enfrentar como lingüistas es sobre todo la creación de métodos objetivos de investigación que permitan atestiguar las prácticas de escritura informal en el Internet tomando en cuenta las circunstancias socioculturales de los cibernautas. La dinámica misma del Internet hace que eso no sea una tarea fácil, puesto que todavía muchos navegantes de la red optan por el anonimato o el uso de seudónimos, así como la idealización de sus biografías. En el último apartado de este capítulo abordaré algunos mitos y prejuicios que con frecuencia se escuchan acerca del uso alternado de dos lenguas por parte de uno o varios hablantes en una conversación. Analizaré algunas ideas que se tienen en torno al spanglish y revisaré diversas perspectivas desde las que se ha estudiado este fenómeno. 1.6 El Spanglish, ¿qué es? El spanglish (palabra formada de la unión de Spanish e English) es el nombre que ha recibido un fenómeno lingüístico observado en barrios latinos de Nueva York, de Miami, del sur de California, en Tijuana y en varios puntos fronterizos entre Estados Unidos y México. Se ha denominado spanglish al uso simultáneo del español y el inglés por parte de hablantes latinos inmersos en la cultura estadounidense, o influenciados fuertemente por ella. Situaciones como esta no son exclusivas del español y el inglés. Algo muy similar sucede en la frontera de Argentina y Brasil, por ejemplo, donde el uso alternado del español y el portugués recibe el nombre de portuñol; o en comunidades japonesas y chinas de Estados Unidos, donde suele darse el Japlish y el Chinglish (Zentella 1998: 81). Según Vinagre Laranjeira, “El término espanglish fue acuñado en 1954 por Salvador Tío, periodista puertorriqueño, para referirse al deterioro del español en Puerto Rico a causa del contacto con el inglés” (2005: 23). Como se
Compartir