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Espermatogénesis y Espermiogénesis

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Espermatogénesis y Espermiogénesis 
En los seres humanos, la espermatogénesis demora entre 65 y 75 días. Se inicia con las 
espermatogonias, que contienen el número diploide (2n) de cromosomas. Las espermatogonias son 
tipos de células madres, cuando se produce la mitosis, algunas permanecen cerca de la membrana 
basal del túbulo seminífero en estado indiferenciado como depósito celular para una futura división 
celular y la consiguiente producción de espermatozoides. El resto se desprende de la membrana 
basal, se introduce por las ajustadas uniones de la barrera hematotesticular, sufre cambios de 
desarrollo y se diferencia en espermatocitos primarios, los cuales, como las espermatogonias, son 
diploides (2n), es decir, tienen 46 cromosomas. 
Inmediatamente después de su formación, cada espermatocito primario replica su DNA y se inicia la 
meiosis. En la meiosis I, pares homólogos de cromosomas se alinean en la placa de metafase y 
ocurre el intercambio. Luego, el huso meiótico arrastra un cromosoma (duplicado) de cada par hacia 
el polo opuesto de la célula en división. Las dos células formadas por meiosis I se denominan 
espermatocitos secundarios, cada uno de ellos tiene 23 cromosomas, el número haploide (n). Sin 
embargo, cada cromosoma dentro del espermatocito secundario consta de dos cromátidas (dos 
copias del DNA) aún adheridas por el centrómero. No sucede ninguna replicación de DNA en los 
espermatocitos secundarios. En la meiosis II, los cromosomas se alinean en una única hilera a lo 
largo de la placa de metafase, y las dos cromátidas de cada cromosoma se separan. Las cuatro 
células haploides que resultan de la meiosis II se denominan espermátides. Por lo tanto, un único 
espermatocito primario produce cuatro espermátides por dos procesos de división celular (meiosis l y 
meiosis II). Durante la espermatogénesis, ocurre un proceso singular. A medida que las células 
espermatogénicas proliferan, les falta completar la ración citoplasmática (citocinesis). Las células se 
mantienen en contacto por los puentes citoplasmáticos en todo su desarrollo. Este patrón de 
desarrollo representa la producción sincronizada de espermatozoides en un área determinada del 
túbulo seminífero. También puede tener un valor de supervivencia, puesto que la mitad del 
espermatozoide contiene un cromosoma X y la otra mitad, un cromosoma Y. Los cromosomas X, 
más grandes, pueden transportar los genes necesarios para la espermatogénesis que los 
cromosomas Y, más pequeños, no tienen. 
La última etapa de la espermatogénesis, la espermiogénesis, es la transformación de espermátides 
haploides en espermatozoides. En la espermiogénesis no ocurre ninguna división celular, cada 
espermátides se convierte en un único espermatozoide. Durante este proceso, las espermátides 
esféricas se transforman en espermatozoides alargados y delgados. Se forma un acrosoma en la 
parte superior, se desarrolla el núcleo, que se condensa y se alarga, se forma un flagelo y la 
mitocondria se multiplica. Las células de Sertoli descartan el citoplasma en exceso, que se 
desprende. Finalmente, los espermatozoides se liberan de su conexión con las células de Sertoli, en 
un evento llamado espermiación, y entran en la luz del túbulo seminífero. Las células de Sertoli 
segregan liquido que empuja a los espermatozoides hacia los conductos testiculares. En esta 
instancia, los espermatozoides aún no son capaces de nadar. 
Control hormonal de la función testicular. En la pubertad, la hormona liberadora de gonadotropina 
(GnRH) estimula la secreción de FSH y LH por parte de la pituitaria anterior. La LH estimula la 
producción de testosterona; la FSH y la testosterona estimulan la espermatogénesis. Las células de 
 
Sertori secretan la proteína ligadora de andrógeno (ABP), que se une a la testosterona y mantiene su 
concentración elevada en el túbulo seminífero. La testosterona controla el crecimiento, el desarrollo y 
el mantenimiento de los órganos sexuales, estimula el crecimiento óseo, el anabolismo proteico y la 
maduración del espermatozoide, como así también el desarrollo de las características sexuales 
secundarias masculinas. La inhibina es producida por las células sustentaculares, su inhibición de la 
FSH ayuda a regular el ritmo de la espermatogénesis.

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