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Av. Hidalgo 935, Colonia Centro, C.P. 44100, Guadalajara, Jalisco, México bibliotecadigital@redudg.udg.mx - Tel. 31 34 22 77 ext. 11959 UNIVERSIDAD DE GUADALAJARA COORDINACIÓN GENERAL ACADÉMICA Coordinación de Bibliotecas Biblioteca Digital La presente tesis es publicada a texto completo en virtud de que el autor ha dado su autorización por escrito para la incorporación del documento a la Biblioteca Digital y al Repositorio Institucional de la Universidad de Guadalajara, esto sin sufrir menoscabo sobre sus derechos como autor de la obra y los usos que posteriormente quiera darle a la misma. 1 UNIVERSIDAD DE GUADALAJARA CENTRO UNIVERSITARIO DE CIENCIAS SOCIALES Y HUMANIDADES DIVISIÓN DE ESTUDIOS DE LA CULTURA DEPARTAMENTO DE LENGUAS INDÍGENAS MAESTRÍA EN LINGÜÍSTICA APLICADA EL AGRAMATISMO EN PERSONAS CON AFASIA DE BROCA TESIS PARA OBTENER EL GRADO DE MAESTRA EN LINGÜÍSTICA APLICADA PRESENTA GEORGINA MARGARITA ARTEAGA FLORES DIRECTORA DRA. PAULA GÓMEZ LÓPEZ GUADALAJARA, JAL; 16 DE DICIEMBRE DE 2013 2 A todas aquellas personas que se me han cruzado en la vida, y queriendo o no han dejado algo de sí mismas en mí. 3 Agradecimientos especiales A mi directora de tesis, la Doctora Paula Gómez López, por compartir su tiempo y sus conocimientos conmigo. Gracias por tanta generosidad. A mis lectores, la Maestra Verónica González Márquez y el Doctor José Luis Iturrioz Leza, por aceptar colaborar en mi trabajo. A todos los profesores de la Maestría en Lingüística Aplicada por hacer de mí, una lingüista. Al coordinador de esta Maestría, el Doctor Alfonso Gallegos Shibya, por tener en todo momento una actitud amable y servicial. A los participantes en esta investigación, Javier González Ríos, José Roberto Salas Mendoza y Rosalía Camacho Ortega, por su tiempo y su gran disponibilidad. A la Licenciada Cristina Huidor Sastre, el Maestro Manuel López Cruz y el Doctor José Luis Ruiz Sandoval por contactarme con las personas que participaron en este estudio. A mis adoradas amigas, Carolina, Edith, Chabe, Penélope y Karen, por caminar junto a mí, y apoyarme tanto durante la realización de esta tesis. A mi mamá y a mi tía Margarita por ser el ejemplo de mujer fuerte y valiente, que ha marcado mi vida desde el inicio, y que me ha permitido llegar hasta aquí. 4 ÍNDICE Introducción…………………………………………………………………………………5 Capítulo 1. La afasia………………………………………………………………………..7 1.1 La afasia motora y la afasia de Broca…………………………………………………19 1.2 El agramatismo………………………………………………………………………...21 1.3 Estudios realizados sobre el agramatismo……………………………………………...24 Capítulo 2. Desórdenes en la producción narrativa………………………………………..30 2.1 La narración……………………………………………………………………………30 2.2 Cohesión y coherencia…………………………………………………………………31 2.3 Introducción y mantenimiento de la referencia a los participantes…………………….36 2.4 La producción de narraciones en personas con afasia………………………………….37 Capítulo 3. Metodología……………………………………………………………………41 3.1 Muestra…………………………………………………………………………………41 3.2 Obtención del corpus…………………………………………………………………...41 Capítulo 4. Análisis de los datos…………………………………………………………...44 4.1 Conversaciones………………………………………………………………………...44 4.1.1 Participante 1…………………………………………………………………………46 4.1.2 Participante 2…………………………………………………………………………59 4.1.3 Participante 3…………………………………………………………………………66 4.2 Narraciones…………………………………………………………………………….85 4.2.1 Participante 1…………………………………………………………………………87 4.2.2 Participante 2………………………………………………………………………..100 4.2.3 Participante 3………………………………………………………………………..112 Capítulo 5. Discusión y conclusiones…………………………………………………….134 Bibliografía……………………………………………………………………………….142 5 Introducción Estudiar el agramatismo en personas con afasia de Broca permitiría obtener conocimiento en dos sentidos diferentes. En primer lugar, podría aportar conocimientos que contribuirían a la descripción de la organización y el funcionamiento de las categorías gramaticales en personas sin alteraciones cerebrales, ya que como mencionan Belinchón et al. los trastornos y deficiencias del lenguaje constituyen, ciertamente, „experimentos naturales‟ de un enorme valor para revelar a) la existencia, b) la organización, y c) las interrelaciones e interdependencias, de los diferentes subsistemas funcionales que intervienen en el lenguaje” (1992: 702-703). En segundo lugar, la investigación podría aportar conocimientos de aspectos lingüísticos específicos del habla de las personas con afasia de Broca, lo cual podría dar pistas para el diseño de estrategias más efectivas tanto para el diagnóstico como para la rehabilitación. El presente estudio parte del supuesto de que en las afasias cada componente del procesamiento lingüístico no se afecta o se conserva en el mismo grado, ni del mismo modo (Belinchón et al. 1992). Este estudio se enfoca en las manifestaciones del agramatismo en personas con afasia de Broca en dos situaciones distintas: la conversación y la narración. Según Belinchón y otros, la afasia de Broca se caracteriza por la presencia de un trastorno sintagmático que afecta a los mecanismos de combinación de la información lingüística, produciendo errores en la estructuración sintagmática de la oración (Belinchón et al. 1992). Las oraciones que producen las personas con afasia de Broca suelen ser cortas y agramáticas, 1 se reducen a un estilo telegráfico (Blumstein 1988, Crystal 1987). El objetivo del presente trabajo es identificar las categorías y funciones gramaticales afectadas en las tres personas diagnosticadas con afasia de Broca, tanto en el discurso narrativo como en la conversación. Asimismo, se pretende identificar si hay dificultades específicas referentes al género de la conversación y de la narración en la producción verbal de estos sujetos. 1 A lo largo del trabajo, se empleará el término “agramático (a)”. Este término es empleado en los estudios sobre las afasias para referirse a las producciones lingüísticas en las que hay omisión o sustitución de palabras y/o afijos con función gramatical. 6 En el primer capítulo se describe el objeto de estudio: la afasia. En un primer momento se realiza una revisión de ciertas definiciones de afasia y se describen las características de este padecimiento. Posteriormente, se exponen las principales clasificaciones de los distintos síndromes afásicos, y se hacen ciertas precisiones con respecto a la afasia de Broca. Para finalizar este capítulo, se describen algunos estudios que se han realizado sobre el agramatismo. En el segundo capítulo se presenta la estructura de la narración y se describen las características textuales de cohesión y coherencia. Se profundiza en las estrategias para establecer la cohesión dentro del texto. Al final de este capítulo, se describen algunos estudios que se han realizado sobre la narración en personas con afasia. En el tercer capítulo se realiza la descripción de la metodología empleada para estudiar la conversación y la narración en las personas con afasia. Se describe la muestra y la manera en cómo se obtuvo el corpus analizado. Se detalla que participaron tres personas con afasia de Broca, y que para la situación de la narración se emplearon tres controles que fueron pareados por sexo, edad y escolaridad con los participantes con afasia. En el cuarto capítulo se presenta el análisis de los datos. En primer lugar, se presentan los resultados del análisis de las conversaciones de cada uno de los participantes en el estudio. En segundo lugar, se presentan los resultados de las narraciones de cada uno de los participantes y sus respectivoscontroles. Por último, en el quinto capítulo se discuten los resultados obtenidos y se presentan las conclusiones a las que se llegó a partir de estos resultados y de la discusión sobre los puntos más relevantes de dichos resultados y el contraste con los autores que sirvieron como base para la presente investigación. 7 Capítulo 1. La afasia Según Crystal, “aphasia is usually defined as a handicap of language comprehension and/or production caused by specific brain damage” (1987: 270). Para Benson y Ardila (1996) la afasia puede definirse como una alteración en el lenguaje resultante de alguna patología cerebral. De acuerdo con Wallesch y Kertesz (1993) el término afasia se refiere a las alteraciones del procesamiento lingüístico que surgen como consecuencia de una lesión cerebral, y dentro de su definición intentan abarcar ciertos aspectos que son cruciales para la descripción de una afasia: es una alteración adquirida, afecta los procesos lingüísticos otras funciones cognitivas se encuentran relativamente conservadas y viene como consecuencia de una lesión cerebral (1993: 98). Además, Belinchón et al.(1992) afirman que las afasias manifiestan un patrón selectivo de deterioro y preservación de ciertos componentes del procesamiento lingüístico que se asocia con la zona de la lesión cerebral, y que cada componente no se afecta o se conserva en el mismo grado, ni del mismo modo. Según Ardila (2006), las principales condiciones que pueden producir alteraciones del lenguaje son: 1) Los accidentes cerebro-vasculares (ACV). 2) Los traumatismos craneoencefálicos (TCE). 3) Los tumores cerebrales. 4) Las infecciones cerebrales. 5) Las enfermedades nutricionales y metabólicas. 6) Las enfermedades degenerativas. Los accidentes cerebro-vasculares (ACV) se originan en alguna condición patológica de los vasos sanguíneos. Los ACV producen una marcada reducción en la cantidad de glucosa y de oxígeno, que interfieren con el metabolismo celular normal. La interferencia de este metabolismo mayor a cinco minutos produce que las células de la región mueran, lo cual se traduce en un daño cerebral irreversible. Existen dos tipos de ACV, los isquémicos y los hemorrágicos. En los isquémicos se produce un decremento o interrupción del flujo sanguíneo, mientras que en los hemorrágicos se produce la ruptura de un vaso que permite la filtración de sangre dentro del parénquima cerebral. 8 Los traumatismos craneoencefálicos (TCE) pueden lesionar el cerebro de distintas maneras: 1) De manera directa (herida por arma de fuego). 2) Por interferencia del flujo sanguíneo cerebral, lo cual puede originar un ACV. 3) Causan hemorragias y hematomas que pueden aumentar la presión intracerebral. 4) Pueden producir inflamación, lo cual también aumenta la presión intracerebral. 5) Si hay fractura del cráneo, aumenta la posibilidad de infección cerebral. 6) De manera posterior, las cicatrices que dejan los TCE pueden convertirse en un foco epiléptico. Los tumores o neoplasias se caracterizan por un “crecimiento anormal de células, organizadas en forma atípica que crecen a expensas del organismo, pero que no cumplen un propósito dentro del organismo” (Walsh 1990, cit. en Ardila 2006: 33). Las infecciones cerebrales pueden lesionar al cerebro de las siguientes maneras: 1) Por interferencia del flujo sanguíneo cerebral, lo cual puede originar un ACV. 2) Pueden alterar el metabolismo de las células o las características de la membrana celular, lo cual altera sus propiedades eléctricas. Las enfermedades nutricionales y metabólicas pueden producir alteraciones cerebrales, ya que “la falta de nutrientes específicos como las vitaminas, al igual que las anormalidades circulatorias secundarias a la desnutrición, puede dejar secuelas neurológicas importantes” (Ardila 2006: 36-37). En las enfermedades degenerativas hay una pérdida progresiva de las células nerviosas, lo cual trae como consecuencia diversas alteraciones cerebrales. Tipos de afasias De manera general, las afasias se han clasificado teniendo como base la localización de la lesión en afasia de Broca y afasia de Wernicke. La afasia de Broca también se denomina afasia expresiva, motora, anterior, no fluida, y se asocia con un trastorno sintagmático (Ardila 2006). El trastorno sintagmático afecta a los mecanismos de combinación de la información lingüística, lo cual produce errores en la estructuración sintagmática de la oración (Belinchón et al.1992). En esta afasia, la lesión se localiza alrededor del área de Broca y suele extenderse a lo largo de la cisura de Silvio. El lenguaje no es fluido, es lento, 9 forzado, titubeante, con una gran dificultad en la articulación y una alteración de la melodía. La comprensión del lenguaje está relativamente conservada. Dado el trastorno sintagmático, las oraciones son cortas y agramáticas, se reducen a un estilo telegráfico (Blumstein 1988, Crystal 1987). Por otro lado, la afasia de Wernicke también se denomina afasia receptiva, sensorial, posterior, fluida, y se asocia con un trastorno paradigmático (Ardila 2006). El trastorno paradigmático afecta a los mecanismos de selección de la información lingüística, lo que produce errores de sustitución de las palabras basados en la semejanza (Belinchón et al. 1992). En esta afasia, la lesión se localiza en el área de Wernicke. El lenguaje es fluido, incluso puede haber verborrea, el habla es estereotipada, con circunloquios y frases sin sentido, es decir, se trata de un lenguaje vacío, ya que el contenido semántico de las producciones se encuentra alterado. Sin embargo, no hay dificultades en la articulación. La comprensión está gravemente alterada, y a causa del trastorno paradigmático hay fallas en la elección de palabras y fonemas, y problemas en la recuperación de las palabras (Blumstein 1988, Crystal 1987). Para Belinchón et al. (1992) los síntomas en las afasias no son un reflejo directo de la lesión cerebral, sino una respuesta para compensar los déficits ocasionados por la lesión, que permite el máximo rendimiento de los componentes del procesamiento lingüístico que quedaron intactos. Además consideran que los errores que cometen las personas con afasia son expresiones extremas de ciertos fenómenos en el habla de las personas sin alteraciones lingüísticas, y en este sentido, las alteraciones lingüísticas podrían entenderse en términos de continuidad en relación con estos fenómenos. La clasificación dicotómica anterior no da cuenta de la variedad de síndromes clínicos existentes en los pacientes con afasia. La clasificación de los distintos síndromes resulta un tanto problemática, dadas las diferencias individuales de los pacientes, la etiología de la lesión y la variación en el grado de afectación de las funciones lingüísticas. Lo anterior explicaría por qué existen varias clasificaciones de los síndromes afásicos, además de que cada autor suele emplear criterios distintos en sus clasificaciones. Con respecto a los problemas que acarrea la clasificación de los síndromes afásicos, Caplan (1992) menciona que la información lingüística sobre las afasias se ha realizado partiendo de los síndromes clínicos, y que se ha propuesto que tipos diferentes de afasia 10 producen trastornos lingüísticos cualitativamente distintos, así como grados diferentes de afectación de las funciones del lenguaje (Caplan 1992: 182). Para Caplan, la descripción lingüística y psicolingüística cualitativa de las afasias implica varios puntos que resultan problemáticos para la clasificación clínica (1992: 184): 1. Al precisar los problemas lingüísticos y psicolingüísticos de cada síndrome afásico, lo que se consideraba como un único síntoma podría estar constituido por una variedad de posibles síntomas. De esta manera, los pacientes que supuestamente comparten el mismo síndromeafásico pueden tener distintas alteraciones del lenguaje. 2. Muchas alteraciones lingüísticas se producen en más de un síndrome afásico, lo cual dificulta la clasificación de un paciente como perteneciente a un determinado síndrome u otro. 3. Algunos estudios no han demostrado las supuestas diferencias entre los distintos síndromes. En respuesta a las dificultades descritas en los puntos anteriores, Caplan (1992) adopta una propuesta psicolingüística que afirma que los síntomas que caracterizan a un paciente dentro de una clase no se relacionan con todas las actuaciones lingüísticas del paciente, sino que están relacionados con una única tarea o función. Además, dicha propuesta también considera que la pertenencia a un determinado grupo o síndrome afásico deberá estar determinada por un conjunto de criterios más restringido que el del enfoque de la clasificación clínica. También, el enfoque psicolingüístico considera que los pacientes pertenecen a un determinado grupo si manifiestan un síntoma o un conjunto de síntomas, independientemente de cuáles sean sus otros síntomas. De esta manera, la propuesta psicolingüística intenta ser explicativa, en el sentido de que los términos descriptivos utilizados para caracterizar las actuaciones afásicas proceden de la teoría lingüística y de los modelos psicolingüísticos del procesamiento y de que los síntomas y conjuntos de síntomas están relacionados con perturbaciones aisladas del procesamiento normal del lenguaje (Caplan 1992: 189). De acuerdo con Wallesch y Kertesz (1993), las descripciones lingüísticas realizadas a los pacientes con afasia se han basado en dos tipos de observaciones. Por un lado, se ha analizado el desempeño lingüístico y comunicativo de los pacientes durante sus 11 conversaciones. Por otro lado, también se ha analizado el desempeño de los pacientes en varias modalidades distintas como son: la repetición, el dictado, la lectura en voz alta, la comprensión oral y escrita, y la denominación. En ambos tipos de observación los síntomas de la afasia se pueden describir y categorizar de acuerdo con los niveles lingüísticos involucrados. El nivel léxico-semántico incluye la búsqueda, la selección y la combinación de las palabras, así como la distinción entre los diferentes significados de las palabras. La dificultad para encontrar una palabra dada es una característica recurrente en todos los tipos de afasia, aun cuando puede ocurrir en hablantes sin ningún tipo de alteración lingüística. Se manifiesta mediante vacilaciones e interrupciones en el habla fluida, el uso de circunloquios y/o en la interrupción de la frase para buscar expresar la idea de una manera diferente. El uso inadecuado de una palabra se denomina parafasia semántica, dicha palabra puede estar más o menos relacionada semánticamente a la palabra objetivo. Cuando el discurso de un paciente contiene una gran cantidad de parafasias semánticas, lo cual dificulta su comprensión, se le llama jerga semántica (Wallesch y Kertesz 1993: 98-99). El nivel fonológico describe la selección de fonemas y su secuenciación para formar las palabras, pero no incluye la articulación o la realización fonatoria. La estructura segmental del sonido de una palabra se puede alterar por las siguientes acciones, que se denominan parafasias fonológicas o fonémicas: omisiones, sustituciones, la adición de fonemas individuales, así como errores en la secuencia. Ejemplo: (1: 2, TURNO 40) /abajo de… este… desminuí, desminuí ee.. la.. en do… en o… en ocho segundos,/ 4 /este abajo/ 5 (señalando y apoyándose en los ejercicios que hizo de tarea para la terapia del lenguaje) Los conceptos de conduited’approche y conduited’ecart describen las conductas en las que hay una aproximación o un alejamiento de la estructura fonológica objetivo. Dicho proceso se realiza paso a paso, es decir, intento por intento hasta aproximarse o alejarse de la palabra que se intenta expresar oralmente. Ejemplo: 12 (1: 3, TURNO 71) /este… vive mi prema.. mi pri… [mi primera] hija cuatro cuadras de donde vivo,/ 1 Cuando las palabras fonológicamente se encuentran muy distorsionadas y no es posible equipararlas con formas de palabra conocidas, se denominan neologismos fonémicos, y además, cuando el discurso entero de la persona resulta incomprensible, dada la presencia de una gran cantidad de neologismos fonémicos, se denomina jerga fonémica. En la jerga fonémica es probable que las palabras función se encuentren preservadas, mientras que las palabras con contenido semántico se encuentren alteradas (Wallesch y Kertesz 1993: 99). De acuerdo con Pick (1913) y Kleist (1934) los errores sintácticos en las afasias se han clasificado en agramáticos y paragramáticos (Wallesch y Kertesz 1993: 99). Estos tipos de errores se refieren a ciertas desviaciones de la forma gramatical estándar, aunque poco se conoce acerca de las normas gramaticales en el habla coloquial. Se dice que un error es agramático cuando un elemento gramatical que es necesario es omitido. Dicho elemento gramatical puede ser un morfema flexivo, una palabra función o un verbo auxiliar o modal dentro de un sintagma verbal complejo. Tissot, Mounin y Lhermitte (1973) identifican las siguientes características del agramatismo: la omisión de las palabras función en el discurso, la predominancia de nombres, la pérdida de las flexiones verbales con la sustitución del infinitivo por las formas finitas, y la pérdida de la concordancia entre persona, número y género (cit. en Wallesch y Kertesz 1993: 99). Ejemplo: (1: 4, TURNO 89) /así que… eh.. legal… sí, porque no.. este.. noqueado varios minutos y… legal, no este… no.. no fuera legal si.. si.. no.. eh.. noquear varios minutos/ 1 [así que… eh.. fue legal… sí, porque no.. este.. estuvo noqueado varios minutos y… fue legal, no este… no.. no fuera legal si.. si.. no.. eh.. hubiera estado noqueado varios minutos] Los pacientes pueden emplear los elementos gramaticales con gran esfuerzo, pero tratan de reducir este esfuerzo empleando oraciones simples y/o frases estereotipadas. En casos severos de agramatismo, los pacientes pueden tener acceso sólo a las categorías gramaticales de nombres, verbos, adjetivos y adverbios, mientras que las palabras función 13 como preposiciones, conjunciones y pronombres son poco usuales en su producción lingüística. Sin embargo, no se puede decir que todas las palabras función y todos los morfemas flexivos se encuentran afectados (Wallesch y Kertesz 1993: 100). Por otro lado, los pacientes con paragramatismo pueden aplicar reglas gramaticales, es decir, pueden usar morfemas flexivos en los nombres y en los verbos, y palabras función, pero fallan en la aplicación de las reglas que subyacen a la organización secuencial de la estructura de la oración (Wallesch y Kertesz 1993: 100). Por último, Wallesch y Kertesz (1993) mencionan que tanto el agramatismo como el paragramatismo no son mutuamente excluyentes, por lo que el mismo paciente puede producir errores agramáticos y errores paragrámaticos. Otro nivel de descripción lingüística es el de los elementos automáticos del habla (Automatic Speech Elements). En este nivel se incluyen los enunciados que frecuentemente se repiten en una manera estereotipada, y además, son producidos por el paciente sin ser esta su intención comunicativa. En la siguiente Tabla tomada de Wallesch y Kertesz (1993: 101) se pueden ver los principales tipos de elementos automáticos del habla que ocurren en la afasia: Echolalia: “the automatic and compulsive repetition of words by the patient in the absence of understanding of their meaning” (Brain 1965, 105); “repetition of the investigator‟s utterances with or without mild changes in position and choice of words” (Huber/Poeck/Weniger 1982) Perseveration: “the recurrence, out of context andin the absence of the original stimulus, of some behavioral act” (Buckingham/Whitaker/Whitaker 1979, 329) Speech automatism: “a constantly recurring utterance which is formally rigid, consists of neologistic sequences of syllables, interchangeable words or phrases, does not fit into the linguistic context either lexically or syntactically, and which the patient produces in contrast to the intention expected by his interlocutor” (Huber/Poeck/Weniger 1982, 81) Tabla 1. Principales tipos de elementos automáticos del habla que ocurren en la afasia. Tomada de Wallesch y Kertesz (1993: 101). 14 Dado lo anteriormente descrito se puede ver que la descripción de las afasias es muy compleja. Por tal razón, la clasificación de los diferentes tipos de afasia puede variar según los criterios que se empleen para hacerlo. Luria (1978) se enfocó en el análisis de afasias de etiología traumática caracterizadas por lesiones focales. Al analizar el lenguaje alterado, Luria partía de la concepción de los procesos psicológicos como sistemas funcionales altamente diferenciados. Cada uno de estos sistemas funcionales comprende una porción cortical de un analizador dado que conserva una función específica, a la vez que participa a su manera en la organización de una u otra forma de actividad. De esta manera, Si un analizador dado empieza a funcionar mal, es inevitable que todos los sistemas funcionales complejos que dependen de los tipos de análisis y síntesis realizados por dicho analizador se vean asimismo afectados. En tales casos el proceso patológico no ocasiona trastornos generales y difusos, sino trastornos selectivos y sistémicos (Luria 1978: 29). En una publicación anterior, Luria (1977) realizó la siguiente clasificación de las afasias: Afasia acústico-agnósica Afasia acústico-amnésica Afasia amnésica Afasia semántica Afasia motora aferente Afasia motora eferente Afasia dinámica De acuerdo con Ardila (2006), Luria realizó su clasificación basándose en el nivel de lenguaje que se encontraba alterado (véase la Tabla 2). Así en la afasia acústico-agnósica se encontraba alterada la discriminación de los fonemas; en la afasia acústico-amnésica la memoria léxica; en la afasia amnésica la selección léxica; en la afasia semántica la comprensión de las relaciones entre las palabras; en la afasia motora aferente la actividad cinestésica; en la afasia motora eferente la realización de movimientos finos requeridos 15 para hablar y la secuenciación de elementos; y en la afasia dinámica la iniciativa verbal (Ardila 2006: 12). Tipo de afasia Nivel del lenguaje alterado Afasia acústico-agnósica Discriminación de los fonemas Afasia acústico-amnésica Memoria léxica Afasia amnésica Selección léxica Afasia semántica Comprensión de las relaciones entre las palabras Afasia motora aferente Actividad cinestésica Afasia motora eferente Realización de movimientos finos requeridos para hablar y la secuenciación de elementos Afasia dinámica Iniciativa verbal Tabla 2. Clasificación de las afasias según Luria (1977). Benson y Ardila (1996) realizaron una clasificación de las afasias partiendo de criterios anatómicos. Utilizando la localización cerebral de la cisura de Rolando y la cisura de Silvio afirman que 1) la afasia puede ser pre-rolándica (anterior a la cisura de Rolando) o post- rolándica (posterior a la cisura de Rolando); y 2) la afasia puede ser perisilviana (en la región central de la cisura de Silvio) o extrasilviana (más allá de la región central de la cisura de Silvio) (Ardila 2006: 14). Además estos autores mencionan que pueden establecerse subtipos de los anteriores tipos de afasia que se relacionan con síndromes anatómicos. Dichos subtipos pueden verse en la siguiente Tabla tomada de Ardila (2006: 14): 16 Pre-rolándica Post-rolándica Peri-silviana Broca Tipo I (síndrome triangular) Broca Tipo II (síndrome triangular- opercular-insular) Conducción (síndrome parietal-insular) Wernicke Tipo I (síndrome insular posterior- istmo temporal) Wernicke Tipo II (síndrome circunvolución temporal superior y media) Extra-silviana Extrasilviana Motora Tipo I (síndrome prefrontal dorsolateral izquierdo) Extrasilviana Motora Tipo II (síndrome del área motora suplementaria) Extrasilviana Sensorial Tipo I (síndrome temporo-occipital) Extrasilviana Sensorial Tipo II (síndrome parieto-occipital angular) Tabla 3. Clasificación de las afasias según Benson y Ardila (1996). Tomada de Ardila (2006: 14). Wallesch y Kertesz (1993) presentan una clasificación de las afasias que fue originalmente desarrollada por investigadores en Aachen y que es usada por la escuela neurolingüística alemana. Esta clasificación se realizó tomando en cuenta en cada síndrome afásico la descripción de las características neurolingüísticas; la localización de la lesión cerebral y la 17 etiología; los síntomas que pueden acompañar al síndrome; y el diagnóstico diferencial. Los tipos de afasia identificados dentro de esta clasificación son (véase la Tabla 4): Afasia global Afasia de Broca Afasia de Wernicke Afasia anómica Afasia de conducción Afasias transcorticales (Afasia transcortical motora, Afasia transcortical sensorial, Afasia transcortical mixta) Tipo de afasia Principales características Afasia global Todas las funciones lingüísticas se encuentran severamente afectadas. Afasia de Broca Disminución de la competencia lingüística, regularmente en el nivel sintáctico, lo que resulta en agramatismo. Afasia de Wernicke Presencia de paragramatismo, que se interpreta como un déficit en la elección entre los elementos de una categoría lingüística. Afasia anómica Alteración del acceso y/o la recuperación léxica, las personas manifiestan una gran dificultad para encontrar la palabra. Afasia de conducción Presencia de secuencias de intentos de corrección de la estructura fonológica. Afasias transcorticales Afasia transcortical motora Escasez del habla espontánea, mientras que la comprensión se encuentran altamente conservada Afasia transcortical sensorial El habla es fluida y se caracteriza por la presencia de parafasias semánticas Afasia transcortical mixta La producción es escasa, aunque hay presencia de ecolalia Tabla 4. Clasificación de las afasias según Wallesch y Kertesz (1993). 18 En la afasia global todas las funciones lingüísticas se encuentran severamente afectadas. El contenido proposicional está casi siempre ausente, reducido a una palabra o frases muy cortas y fragmentadas que se producen con gran esfuerzo, con muchas deficiencias a nivel prosódico, fonológico y sintáctico. Sin embargo, las frases estereotipadas o sin contenido proposicional como las oraciones religiosas y las canciones populares son producidas frecuentemente de manera fluida y con poco esfuerzo (Wallesch y Kertesz 1993: 105-106). La afasia de Broca se caracteriza por una disminución de la competencia lingüística, regularmente en el nivel sintáctico, lo que resulta en agramatismo. Se dice que las personas con este tipo de síndrome tienen un estilo telegráfico, dada la falta de palabras función. En la mayoría de los casos la disminución de la competencia lingüística también afecta a los niveles léxico y fonológico, ya que existe dificultad en la recuperación léxica, la selección y secuenciación de los fonemas, así como en la articulación. Todos los anteriores déficits producen que el habla espontánea de las personas con afasia de Broca se perciba como no fluida (Wallesch y Kertesz 1993: 107-108). La afasia de Wernicke se caracteriza por la presencia de paragramatismo, que se interpreta como un déficit en la elección entre los elementos de una categoría lingüística. En el nivelfonológico, las parafasias fonémicas que se manifiestan están libres de vacilaciones, son fluidas y sin intentos de corrección. El incremento de parafasias fonémicas puede producir neologismos fonémicos y jergas fonémicas. En ausencia de parafasias fonémicas puede haber neologismos que se descubren cuando se le pregunta al paciente por una información específica o se le pide que nombre algo. En el nivel léxico, se encuentra el uso de palabras y frases para llenar espacios que pueden estar o no relacionadas semánticamente con la palabra o la frase objetivo. El habla espontánea de las personas con este tipo de síndrome es fluida, tratan de compensar sus problemas de comunicación con verborrea y circunloquios. La comprensión está dañada de una forma más severa en este tipo de afasia que en el de Broca (Wallesch y Kertesz 1993: 109). En la afasia anómica la principal característica es la alteración del acceso y/o la recuperación léxica, las personas manifiestan una gran dificultad para encontrar la palabra. Tanto el nivel léxico como el nivel sintáctico no presentan alteraciones graves. La dificultad para encontrar la palabra se manifiesta mediante pausas, circunloquios, parafasias semánticas que se relacionan con la palabra objetivo, la evasión de la palabra objetivo al 19 emplear palabras o frases vacías, la sustitución por palabras sin un significado específico (ej: cosa), o el abandono de la frase en la que existe dificultad para encontrar una palabra y la continuación del tema de una manera diferente. El habla espontánea suele ser fluida, a excepción de las pausas que se producen cuando surge la dificultad para encontrar la palabra (Wallesch y Kertesz 1993: 111). En la afasia de conducción existe una desconexión entre el centro sensorial y el centro motor del lenguaje. El habla de las personas con este tipo de síndrome es fluida al producir frases estereotipadas, pero en producciones con contenido proposicional no lo es, y se caracteriza por la presencia de secuencias de intentos de corrección de la estructura fonológica. Muchas veces la palabra inicial de la secuencia de intentos de corrección es más aproximada a la palabra objetivo que todas las demás realizaciones de la secuencia. Existen tareas en las que las personas con este tipo de afasia tienen un bajo desempeño, la más significativa es la repetición, pero también tienen dificultades para leer en voz alta y para el dictado (Wallesch y Kertesz 1993: 112). Por último, las afasias transcorticales son síndromes en los que partes centrales del sistema del lenguaje se encuentran desconectadas, mientras que los centros sensorial y motor se encuentran intactos. En todas las afasias transcorticales la habilidad para repetir se encuentra altamente conservada. La afasia transcortical motora se caracteriza por la escasez del habla espontánea, mientras que la comprensión se encuentra altamente conservada. En la afasia transcortical sensorial el habla es fluida y se caracteriza por la presencia de parafasias semánticas. En la afasia transcortical mixta la producción es escasa, aunque hay presencia de ecolalia. Tanto en la afasia transcortical sensorial como en la mixta, la denominación y la comprensión están severamente afectadas (Wallesch y Kertesz 1993: 113). 1.1 La afasia motora y la afasia de Broca Los autores Wallesch y Kertesz han observado que distintos nombres de tipos de afasia se emplean para nombrar a un mismo síndrome clínico. Por ejemplo, señalan que el síndrome clínico que ellos denominan „afasia de Broca‟ ha sido denominado por otros autores con otros nombres, entre ellos, el de afasia motora (1993: 107): 20 Autor/Año Sinónimos o términos relacionados (Broca 1865) aphemia (Wernicke 1874; Lichtheim 1885) cortical motor aphasia (Goldstein 1948) central motor aphasia (Leischner 1979) motor aphasia (Weisenburg/McBride 1935) expressive aphasia (Head 1926) verbal aphasia (Kleist 1934) word muteness (Wepman/Jones 1961) syntactic aphasia (Luria 1970) eferent motor aphasia (Benson 1967) anterior aphasia (Brown 1972) agrammatic aphasia Tabla 5. Sinónimos o términos relacionados con el síndrome clínico de la afasia de Broca. Tomada de Wallesch y Kertesz (1993: 107). Por su parte, Ardila (2006) menciona que dadas las dificultades para la clasificación de los síndromes afásicos, se ha recurrido a ciertas clasificaciones dicotómicas que pueden relacionarse entre sí. Tales clasificaciones pueden observarse en la siguiente Tabla tomada de Ardila (2006: 10): 21 expresiva receptiva motora sensorial anterior posterior no fluida fluida trastorno sintagmático trastorno paradigmático trastorno en la codificación trastorno en la decodificación tipo Broca tipo Wernicke Tabla 6. Principales dicotomías señaladas en la literatura para distinguir las dos grandes variantes de las afasias. Tomada de Ardila (2006: 10) Por lo anterior, se puede notar que el término de „afasia de Broca‟ se ha relacionado con el término de „afasia motora‟. La variación existente en la nomenclatura de los síndromes afásicos no sólo se ha limitado al ámbito teórico, sino que se ha extendido también al ámbito clínico. En la presente investigación se tomará como base la clasificación de los síndromes afásicos de Wallesch y Kertesz (1993). Los participantes en esta investigación tienen un diagnóstico de „afasia motora‟, sin embargo, se empleará el término de „afasia de Broca‟ para referirse a su síndrome clínico, ya que dicho término es el más adecuado, de acuerdo con la clasificación de Wallesch y Kertesz (1993). 1.2 El agramatismo El agramatismo es uno de los síntomas que caracterizan a la afasia de Broca. Crystal en su trabajo A Dictionary of Linguistics and Phonetics define el agramatismo como A term traditionally used in language pathology, as part of the study of aphasia, referring to a type of speech production characterized by telegraphic syntactic structures, the loss of function words and inflections, and a generally reduced grammatical range; also called agrammatic speech and noted especially in Broca‟s (expressive) aphasia (2008: 18). De Bleser y Bayer (1993) conciben el agramatismo como un déficit sintáctico y afirman que en la producción agramática el habla es lenta y con esfuerzo, y además, se caracteriza 22 por la presencia de enunciados que son simples en cuanto al nivel sintáctico, es decir, según estos autores las categorías léxicas son usadas en las ‘citation forms’, en lugar de en las formas sintácticas requeridas para conectar el discurso (1993: 160). Para Badecker y Caramazza, el concepto de ‘citation forms’ se refiere a “the minimally marked members of a paradigm (infinitival forms of verbs, singular forms for nouns, masculine singular forms for adjectives) that regularly serves as the base for word fomation” (1993: 183). Jarema (1998) coincide, en gran medida, con la noción de agramatismo de De Bleser y Bayer (1993), y afirma que se trata de un trastorno que afecta tanto a las palabras funcionales libres (auxiliares, determinantes, pronombres y algunas preposiciones) como a los afijos flexivos, y que, además, en la producción agramática las oraciones son cortas y se caracterizan por la ausencia de cláusulas subordinadas. No obstante, para esta autora la principal característica de la producción agramática es la omisión y/o sustitución de afijos. Sin embargo, según Avrutin (2001) aún no se sabe con certeza si el agramatismo es una afectación del conocimiento gramatical en sí mismo, o si la afectación del conocimiento gramatical se debe a la falta de recursos de procesamiento. Para Friederici y Saddy (1993) la afectación estaría en la falta de recursos de procesamiento, ya que señalan que las personas con afasia de Broca son capaces de recuperar la información estructural codificada en los elementosde la clase cerrada. Sin embargo, el acceso a este tipo de información es más lento en las personas con afasia que en las personas sin ningún tipo de alteración. Siguiendo con las definiciones de agramatismo, para Caplan (1992) el déficit más visible del agramatismo es “una omisión generalizada de las palabras funcionales y los afijos y una mayor conservación de las palabras léxicas en el habla espontánea y, a menudo, en la repetición y la escritura” (Caplan 1992: 329). Estas clases de palabras afectadas en el agramatismo se han estudiado bajo dos perspectivas: la psicológica y la lingüística. Por un lado, dentro de la perspectiva psicológica se ha clasificado a las palabras afectadas en el agramatismo como pertenecientes a la clase cerrada, dado que se trata de los elementos del vocabulario cuyo número es fijo. Por otro lado, dentro de la perspectiva lingüística, Caplan menciona a dos autores que describen las características de las palabras afectadas en el agramatismo. Uno de ellos es Kean (1977), quien propuso que el tipo de palabras afectadas debía de considerarse teniendo en cuenta su estructura fonológica. En este sentido, el agramatismo afecta a las palabras funcionales libres y a los afijos flexivos 23 porque son elementos que no son sensibles a la asignación del acento, por lo menos en el idioma inglés (1992: 329-330). El otro autor que menciona Caplan, es Lapointe (1983). Este autor afirma que la clase de palabras afectadas en el agramatismo puede describirse mediante criterios fonológicos, pero también atendiendo a las características morfológicas de estas palabras (1992: 330). También, Caplan (1992) menciona que los análisis lingüísticos han permitido revisar con más detalle el fenómeno del agramatismo, y con ello mostrar que esta característica clínica de la afasia varía de paciente a paciente, ya que se han podido observar diferentes patrones de pérdida de las palabras funcionales. Asimismo, las manifestaciones del agramatismo pueden ser variables en un mismo paciente dependiendo del tipo de tarea a la que se enfrente. Cabe mencionar que otros autores como Badecker y Caramazza (1985, cit. en De Bleser y Bayer 1993: 165); Jarema (1998) y Kolk (1998) también reconocen la variación de las características del agramatismo de paciente a paciente y según el tipo de tarea realizada. Kolk (1998) desarrolla un poco más la noción de agramatismo y distingue tres manifestaciones de éste: el aspecto morfológico, el aspecto construccional y la lentitud del habla. Dentro del aspecto morfológico, los pacientes tienden a omitir o sustituir las palabras funcionales libres y los afijos flexivos, es decir, las palabras de la clase cerrada. No necesariamente todas las palabras pertenecientes a esta clase se encuentran afectadas, el autor afirma que existe una variación considerable dentro de las categorías a las que pertenece cada palabra. En contraste, la morfología derivativa y las palabras de la clase abierta se encuentran relativamente conservadas. En lo que concierne al aspecto construccional, Kolk (1998), siguiendo a Goodglass y Kaplan (1983), describe la existencia de una reducción en la variedad de formas gramaticales (1998: 256). Se observa que los pacientes producen, con mayor frecuencia, oraciones declarativas en un orden no marcado, sin cláusulas subordinadas, y manifiestan poca tendencia al uso de adjuntos en la forma de sintagmas preposicionales, adverbios o complementos con verbo no finito. La tercera manifestación del agramatismo que Kolk (1998) menciona es la lentitud del habla o el habla no fluida. Es común que los pacientes con agramatismo tengan alteraciones en la articulación, y por ello, su habla no sea fluida. Sin embargo, se ha observado que los pacientes que no tienen este tipo de alteraciones, también manifiestan un habla no fluida. 24 Según el autor, este hallazgo podría sugerir que el habla no fluida está asociada a un déficit en la producción de oraciones. Comúnmente, las tres manifestaciones del agramatismo descritas anteriormente se presentan en los pacientes agramáticos, aunque se han observado ciertas disociaciones. En dos pacientes agramáticos se encontró que no tenían déficits sintácticos, pero que sí tenían déficits morfológicos (Miceli, et al. 1983; Kolk et al. 1985, cit. en Kolk 1998: 256). Además, Kolk (1998) afirma que los pacientes emplean ciertas estrategias de adaptación según sea la tarea a la que se enfrentan, lo cual podría explicar la variación que puede existir en un mismo paciente en las manifestaciones del agramatismo. Por ejemplo, en el habla espontánea se ha observado que los pacientes tienden a omitir las palabras funcionales, mientras que en las tareas que elicitan una conducta específica, el número de omisiones disminuye y el número de sustituciones aumenta. Kolk explica esta variación argumentando que en el habla espontánea, los pacientes adaptan la complejidad sintáctica de sus enunciados a los límites de su capacidad, empleando los recursos lingüísticos que son más económicos cognitivamente, en este caso, la elipsis. También el autor menciona que este tipo de estrategia (la elipsis) es empleada por hablantes sin ningún tipo de alteración cuando quieren ser muy breves en conversaciones informales, como cuando se dirigen a los niños, o a hablantes extranjeros. Otra de las estrategias de adaptación podría dar cuenta del habla no fluida. Kolk (1998) explica que cuando la producción de una frase es interrumpida, el paciente tiende a volver a comenzar la frase. Las pausas que se generan entre el o los intentos anteriores de producir la frase le dan al paciente la oportunidad de tener un mayor éxito. En el caso específico del español, Ardila (2003) menciona que algunas características más frecuentes del agramatismo son la omisión de artículos y la alteración considerable de las construcciones pasivas. Además menciona que los aspectos gramaticales que son más utilizados en español tienden a ser relativamente resistentes a la desintegración. 1.3 Estudios realizados sobre el agramatismo Las primeras descripciones de la producción de las personas con afasia de Broca focalizaron el hecho de que las personas con este tipo de afasia no podían producir palabras con función gramatical y morfemas flexivos en la situación de habla espontánea (Friederici 25 y Saddy 1993: 173). El anterior déficit se conoce como agramatismo. Aun cuando Friederici y Saddy (1993) señalan que este déficit se ha observado en el habla espontánea, muchas de las investigaciones que se han realizado para estudiar el agramatismo en las afasias pretenden que las personas identifiquen o produzcan palabras dentro de situaciones controladas para determinar si las palabras en las que manifiestan dificultades en la identificación o producción se pueden asociar con las palabras de la clase cerrada. Gordon y Caramazza (1983) realizaron un estudio comparativo con personas con afasia no fluida (agramáticas) y afasia fluida (no agramáticas). Emplearon 139 palabras de clase cerrada y 138 palabras de clase abierta de amplia frecuencia, en los dos grupos había no palabras que estaban relacionadas con las palabras en longitud, número de sílabas, letra inicial y combinación de letras. A cada participante se le presentaba cada una de las palabras y se le pedía que identificara si se trataba de una palabra o de una no palabra. Los resultados no mostraron evidencia de que las palabras de clase cerrada y las palabras de clase abierta se comportaran de manera diferente con respecto a la variable de frecuencia, en los dos grupos de personas con afasia. Sin embargo, los autores afirman que sus resultados no implican la inexistencia de diferencias en el procesamiento de las palabras de clase cerrada y las de clase abierta, ni que el déficit en el procesamiento de las palabras de clase cerrada no ocurra en el agramatismo.Más bien, explican sus resultados basándose en el hecho de que pueden existir algún o algunos niveles donde las dos clases de palabras tienen diferentes representaciones, o emplean diferentes procesamientos, y por lo tanto son susceptibles a influencias experimentales diferentes. Biassou et al. (1997) realizaron un estudio con 3 personas con afasia de Broca que eran hablantes de francés. En el estudio evaluaron la lectura de 16 palabras de clase abierta y 16 palabras de clase cerrada, las palabras de ambos grupos estaban relacionadas por su estructura fonológica, su longitud y su relativa frecuencia de uso. Se le pedía a cada participante que leyera cada palabra en aislado y en el contexto de una oración. En cada oración se incluía tanto una palabra de clase abierta como una palabra de clase cerrada. El análisis de errores reveló una mayor cantidad de errores fonológicos en las palabras de clase cerrada que en las de clase abierta, tanto para el caso de la lectura en aislamiento como para el caso de la lectura en el contexto de una oración. Además, la falta de fluidez era mayor en las palabras de clase cerrada, así como el tiempo que los participantes 26 tardaban en leerlas. Como conclusión de su análisis fonológico y fonético de la lectura de las palabras, afirman que existen diferentes mecanismos para la producción de palabras de la clase abierta y para las palabras de la clase cerrada, y que sólo hay un léxico mental en el que se encuentran almacenadas las palabras de ambas clases (abierta y cerrada), y que después de este acceso al léxico, el procesamiento es diferente según sea la clase a la que pertenezca la palabra. En otras palabras, que los problemas de producción en las personas con agramatismo ocurren después de la especificación de la categoría sintáctica de las palabras. Friederici señala que cuando las palabras se presentan a los participantes de manera aislada, como en las tareas de decisión léxica, probablemente las palabras con función gramatical no son procesadas de manera diferente que las palabras con contenido semántico, ya que en este tipo de situaciones las palabras con función gramatical no se están empleando con una función estructural, y podrían ser procesadas por su forma y no por su función gramatical. Por lo tanto, si se quiere evaluar el funcionamiento de las palabras con función gramatical, es necesario hacerlo cuando aparecen dentro de una oración (1983; 1985 cit. en Friederici y Saddy 1993: 174). En este sentido, Friederici evaluó en las personas con afasia el procesamiento de las palabras con función gramatical dentro de una oración (1985 cit. en Friederici y Saddy 1993: 175). Esta autora intentó probar en su investigación si las diferencias en el procesamiento de las palabras de la clase abierta y la clase cerrada estaban determinadas por la categoría gramatical a la que pertenecían las palabras o si estaban determinadas por el rol funcional que una palabra dada tenía en la oración. La tarea consistía en que las personas con afasia identificaran una clase de palabra que se había establecido previamente. Se le presentaba a cada sujeto un par de oraciones. La primera oración podía o no estar relacionada semánticamente con la segunda oración que contenía la palabra que se evaluaría. Las palabras que se evaluaron fueron las preposiciones. La autora empleó las preposiciones con tres diferentes roles funcionales en las oraciones: 1) preposiciones léxicas, 2) preposiciones obligatorias y 3) preposiciones como partículas del verbo. Friederici y Saddy proporcionaron los siguientes ejemplos para cada uno de estos roles funcionales (1993: 175): 1) Peter steht auf dem Stuhl / Peter stands on the chair (preposición lexica). 27 2) Peter hofft auf den Sommer / Peter hopes for the summer (preposición obligatoria). 3) Peter steht auf / Peter stands up (preposición como partícula del verbo). En las personas con afasia, los resultados de este estudio mostraron que cada uno de los tres roles funcionales de las preposiciones tuvo un comportamiento distinto. En el caso de las oraciones donde había una preposición como partícula del verbo, la preposición se comportaba como una palabra de la clase abierta, ya que mostraba un claro efecto de relación semántica. Friederici y Saddy (1993) mencionan que este fenómeno era predecible ya que, como partícula del verbo, la preposición es parte del lexema verbal. Por otro lado, en las oraciones donde había una preposición obligatoria, la preposición tenía un procesamiento lento, y además el procesamiento era como el de las palabras de la clase cerrada, ya que era independiente de variables semánticas. Los autores mencionan que, principalmente, el uso de las preposiciones obligatorias está guiado estructuralmente, ya que lo primero que se tiene que hacer, cuando se procesan este tipo de preposiciones, es decidir si el verbo se tiene que usar con un sintagma preposicional o con otro complemento. Una vez que se toma esta decisión, de manera indirecta, el verbo elige la preposición. Por último, en las oraciones donde había una preposición léxica, la preposición tuvo un comportamiento que se encontraba en un término medio entre los comportamientos de la preposición como partícula verbal y la preposición obligatoria. Al respecto, Friederici y Saddy (1993) mencionan que las preposiciones léxicas tienen tanto información referencial (locación) como información estructural (son núcleos de sintagmas preposicionales). En el análisis que Friederici y Saddy (1993) realizan sobre estos resultados señalan que el procesamiento de un elemento dado no está determinado por la categoría gramatical a la que pertenece, sino que más bien está determinado por el rol funcional que ese elemento desempeña en la oración. En el caso de las personas con afasia de Broca, estos resultados implican que las personas con este tipo de afasia son sensibles al rol funcional que un elemento particular desempeña en la oración. La lentitud de reacción a los elementos que contienen información estructural se podría interpretar como un lento acceso a la información estructural que las palabras de la clase cerrada codifican. 28 Una interpretación alternativa que los autores describen se basa en Levelt (1989 cit. en Friederici y Saddy 1993: 175). Éste señala que hay algunos elementos de la clase cerrada a los que se puede acceder de manera indirecta, mediante la entrada léxica de otras categorías mayores. Por ejemplo, el género de un determinante que debe concordar con otro elemento estará determinado por el género del elemento que lo rige. Por otro lado, el autor señala que hay otros elementos de la clase cerrada que son activados conceptualmente, por lo que tienen un acceso directo; por ejemplo, los verbos modales. En el caso de las personas con afasia de Broca analizadas en este estudio, la lentitud en el procesamiento de las palabras de la clase cerrada se presentó con mayor intensidad en las preposiciones obligatorias, que son las que están regidas por algún verbo. En cambio, las preposiciones que tenían otros roles funcionales no tuvieron un procesamiento tan lento. Por lo tanto, en la afasia de Broca, la alteración en el procesamiento de un elemento de la clase cerrada podría ser selectiva y estar determinada por el rol funcional del elemento en un contexto oracional particular. Por otro lado, Zingeser y Berndt encontraron diferencias entre los nombres y los verbos en varias tareas de producción con dos grupos diferentes de personas con afasia. Uno de los grupos era de afásicos con agramatismo y el otro era de afásicos con anomia. Los resultados en las diferentes tareas de producción mostraron que los afásicos con agramatismo produjeron una mayor cantidad de nombres que de verbos; mientras que los afásicos con anomia produjeron una mayor cantidad de verbos que de nombres. Delos resultados anteriores, los autores señalan que a pesar de que los verbos pertenecen a la clase abierta, tuvieron una alteración selectiva, dado que su representación léxica es sintácticamente más rica que la de los nombres, ya que la representación léxica de los verbos incluye información de la estructura argumental. Si cuando se recupera algún verbo, se tiene que recuperar además del lexema, la información sintáctica, esto podría explicar por qué la recuperación de verbos implica una mayor dificultad que la recuperación de nombres para los afásicos con agramatismo (1990 cit. en Friederici y Saddy 1993: 178). Por último, Badecker y Caramazza (1993) señalan que con respecto a las dificultades con el nivel morfológico, se ha pensado que los errores de concordancia podrían ser el resultado de dificultades con los mecanismos que se encargan del procesamiento de la oración, y que los mecanismos del procesamiento de las palabras podrían estar intactos en estos casos de dificultades morfológicas. 29 Existen dos estudios que confirman lo anterior, ya que describen a personas con afasia que no tienen dificultad en el procesamiento de las palabras, pero que muestran un deterioro selectivo en el procesamiento de morfemas gramaticales en tareas que evalúan el procesamiento de oraciones (Caramazza y Hillis 1989; Nespoulous et al. 1988 cit. en Badecker y Caramazza 1993: 184). En el presente estudio se analizarán las conversaciones, dado que es un tipo de texto que no ha sido muy estudiado dentro de la población de las personas con afasia. Como ya se mencionó anteriormente, esta investigación se basará en la descripción de afasia de Broca de Wallesch y Kertesz (1993), por lo que en las conversaciones de las personas con afasia se analizará tanto el agramatismo, como las dificultades en el nivel fonológico y el nivel léxico. 30 Capítulo 2. Desórdenes en la producción narrativa 2.1 La narración Según Labov, la narración es “one method of recapitulating past experience by matching a verbal sequence of clauses to the sequence of events which (it is inferred) actually occurred” (1972: 359-360). Principalmente, la estructura de una narración se compone de una serie de cláusulas ordenadas temporalmente, que el autor denomina cláusulas narrativas. Además, la narración puede contener otro tipo de cláusulas llamadas cláusulas libres, que no dependen del orden temporal de la historia, y que, por tanto, pueden ser más libres en cuanto a su acomodo dentro de la estructura de la narración. Se puede decir que algunas narraciones que se construyen empleando sólo cláusulas narrativas están completas, ya que tienen un inicio, un intermedio y un final. Sin embargo, en la estructura de narraciones más elaboradas se han encontrado otros tipos de elementos. Labov menciona que una narración con un grado alto de elaboración puede contener los siguientes elementos en su estructura (1972: 363): 1. Resumen 2. Orientación 3. Conflicto 4. Evaluación 5. Resultado o resolución 6. Coda El resumen se refiere a cuando el narrador inicia la historia resumiendo en una o dos cláusulas la historia completa. La orientación se refiere a la caracterización de la situación en la que ocurre la historia, como el tiempo, el lugar, las personas involucradas y las acciones realizadas. El conflicto se refiere a los eventos que son el punto central de la narración. La evaluación es un procedimiento que usa el narrador para expresar su opinión acerca de los eventos sucedidos. El resultado o resolución se refiere a la terminación de la serie de eventos descritos en la narración. Por último, la coda es una manera de señalar explícitamente que la narración ha terminado, y también podría indicar que el turno de habla del hablante que realizó la narración ha terminado. 31 Para Bond et al. (1983: 203) hay elementos de la estructura narrativa que son necesarios: la orientación, el conflicto y el resultado o resolución. Mientras que el resumen, la evaluación y la coda son opcionales, porque, aunque proporcionen información adicional a la historia, sin ellos la historia podría estar completa. 2.2 Cohesión y coherencia Las cláusulas que integran una narración no son cláusulas aisladas, sino que guardan relaciones entre sí y forman un todo unificado que da como resultado una historia. En este sentido, la narración es un tipo de texto. Para Halliday y Hasan el texto es “a unit of language in use” (1976: 3). Para ellos, el texto no es una unidad gramatical, sino una unidad semántica, por lo que cualquier pasaje podría ser interpretado como texto, si es que existe la más remota posibilidad de hacerlo. Mencionan que hay ciertas características lingüísticas que hacen que el texto sea una unidad. Estas características se enmarcan dentro del concepto de cohesión. Consideran que la cohesión implica “relations of meaning that exist within the text, and that define it as a text” (1976: 4). Las relaciones de cohesión se dan cuando la interpretación efectiva de un elemento del texto depende de otro. Dichas relaciones se expresan mediante estrategias de cohesión que pertenecen a la gramática y al léxico. La pertenencia de las estrategias a la gramática o al léxico es cuestión de grados. La cohesión gramatical incluye a la referencia, la sustitución y la elipsis. La referencia está relacionada con los elementos que, semánticamente, no pueden ser interpretados en sí mismos, y es necesario recurrir a otro elemento para su interpretación; el uso de proformas estaría incluido en esta estrategia de cohesión. La sustitución se refiere al reemplazo de un elemento por otro elemento diferente (ya sea una palabra o una construcción), pero que se refiere al mismo objeto. La elipsis es la repetición de una estructura, pero con la omisión de alguno de los elementos de la estructura original. Por otro lado, la cohesión léxica implica la selección de vocabulario que mantenga un vínculo semántico con respecto al tema. Además, los autores mencionan a la conjunción como una estrategia que es principalmente gramatical, aunque se encuentra en el límite entre la gramática y el léxico, ya que también tiene un componente léxico. Las conjunciones son elementos cohesivos, dado su significado específico que conecta dos proposiciones entre sí. 32 De acuerdo con su significado, las conjunciones pueden ser aditivas, adversativas, causales, temporales y continuativas. Para Simone (2001), el texto está compuesto por cláusulas que están organizadas en una estructura superordenada más compleja que la simple unión de las cláusulas puestas una a continuación de otra. Las cláusulas que componen el texto guardan relaciones entre sí. Estas relaciones pueden establecerse entre elementos menores o mayores que la cláusula y pueden unir elementos situados a cualquier distancia entre ellos. De esta manera, en el análisis textual se asume que cualquier texto, desde el más sencillo hasta el más complejo, es un proyecto compositivo que está organizado con base en ciertas reglas concretas. El autor coincide con Halliday y Hasan (1976), al considerar que una propiedad inherente al texto es la cohesión. Sin embargo, para este autor, la coherencia también es otra propiedad inherente al texto. Define la cohesión como la unidad estructural del texto, se trata de un conjunto de mecanismos que aseguran la conexión de las partes a nivel superficial e incluso a distancia (Simone 2001: 342). Al igual que Halliday y Hasan (1976), el autor reconoce como estrategias para establecer cohesión los referentes y la elipsis. Además, menciona que las co-locaciones son recursos para asegurar la cohesión con medios léxicos. Simone (2001) identifica los conectivos como otra estrategia de cohesión, que sería en cierto modo equivalente a las conjunciones de Hallidayy Hasan (1976). Sin embargo, el concepto de conectivos de este autor es un poco más amplio, ya que se refiere a los elementos que desempeñan la función de conectar partes distintas del texto, tanto dentro de una cláusula como entre cláusulas, aún sin tener necesariamente un referente en otra parte del texto. Simone señala que, además de su función de conexión, los conectivos contribuyen al dinamismo comunicativo. También afirma que no es fácil establecer su significado, dado que sirven para indicar relaciones y el significado se representa en función de la relación concreta. Para él, la función de los conectivos se divide en dos clases principales: a) los que indican relaciones o b) los que modulan el enunciado, ya sea creando énfasis, focalizando, comparando, etc. Existen conectivos débiles, dado que pueden eliminarse sin que desaparezca su valor en el enunciado. Tal hecho se explica mediante la hipótesis de la iconicidad, ya que se pueden eliminar los conectivos que expresan relaciones más “naturales” en las que el receptor puede hacer fácilmente su reconstrucción, en cambio, no 33 se pueden eliminar los conectivos que expresan relaciones menos “naturales” que son difíciles de reconstruir. Todas las anteriores estrategias de cohesión permiten una comunicación eficaz mediante la sincronización del emisor y el receptor, ya que guían tanto el proceso de codificación como de decodificación del mensaje. En este sentido, la cohesión es un sistema de señalización que permite la continuidad del texto. Sin embargo, los mecanismos de la cohesión son también redundantes, dado que su aplicación resulta en una continua repetición de la misma información. Existen mecanismos de cohesión que podrían no utilizarse, esto se puede ejemplificar en el lenguaje telegráfico donde queda eliminado todo lo que el hablante considera superfluo. La otra propiedad inherente al texto de la que habla Simone es la coherencia. La coherencia es una unidad de significado, puesto que posibilita que el texto tenga una determinada estabilidad o continuidad de significado (2001: 380). Básicamente la coherencia rellena las lagunas de la formulación superficial que deja la cohesión mediante los conocimientos enciclopédicos que cada persona posee. Un determinado enunciado es coherente, porque existe la capacidad de activar un conjunto compacto de conocimientos enciclopédicos ya almacenados y compartidos. Así pues, la coherencia de un texto no se sustenta en sus características propiamente lingüísticas, sino en el análisis de los conocimientos enciclopédicos previos con los que el receptor elabora y compara el texto. El proceso de análisis de conocimientos enciclopédicos está determinado por las diferencias individuales en la acumulación de conocimientos, lo cual implica que el estudio de la coherencia está en el límite de la lingüística con otras disciplinas como la psicología, la ciencia cognitiva y la inteligencia artificial. Por otro lado, para Beaugrande y Dressler un texto “es un acontecimiento comunicativo que cumple siete normas de textualidad” (1997: 35). Las siete normas de textualidad son: 1. Cohesión 2. Coherencia 3. Intencionalidad 4. Aceptabilidad 5. Situacionalidad 34 6. Intertextualidad 7. Informatividad La cohesión y la coherencia son normas lingüísticas; la intencionalidad y la aceptabilidad son normas psicolingüísticas; la situacionalidad y la intertextualidad son normas sociolingüísticas; por último, la informatividad es una norma computacional. De las normas anteriores, se tomarán en cuenta para este trabajo sólo la cohesión y la coherencia. Para estos autores, la cohesión destaca la función que desempeña la sintaxis en la comunicación. Dicha función consiste en proporcionar al texto una estructura superficial que ayuda a interpretar la organización y las relaciones conceptuales que lo subyacen. La estructura superficial se construye al establecer dependencias gramaticales entre los elementos del texto, para lo cual, la sintaxis proporciona patrones homogéneos de varios tipos y de diferentes grados de complejidad. Al interior de las unidades lingüísticas como el sintagma, la cláusula y la oración, la cohesión es más directa y más visible que entre dos o más de estas unidades lingüísticas. En el primer caso, la cohesión entre los elementos se establece mediante relaciones de dependencia gramatical de corto alcance. Mientras que en fragmentos textuales más extensos, la cohesión se establece a través de estrategias que permiten que los elementos y patrones que se utilizaron previamente en el texto puedan reutilizarse, modificarse o comprimirse. Dichas estrategias cohesivas son los siguientes (Beugrande & Dressler 1997: 91): Repetición. Es la reutilización directa de elementos o de patrones formalmente idénticos. Repetición parcial. Es la transcategorización de un elemento utilizado con anterioridad en otro tipo de elemento distinto. Paralelismo. Es la repetición de una estructura enriquecida por la aportación de nuevos elementos. Paráfrasis. Es la repetición de un mismo contenido, pero transmitido mediante expresiones lingüísticas distintas. El uso de proformas. Permite reemplazar elementos independientes portadores de contenido por formas dependientes más breves, ya sea de manera anafórica o catafórica. Elisión. Es la repetición incompleta de una estructura y de su contenido, cuando se ha omitido alguna de las expresiones superficiales originales. 35 Los tiempos y aspectos verbales y los conectores. Marcan de manera explícita las relaciones existentes entre los elementos lingüísticos y las situaciones que configuran el mundo textual. Los cuatro principales procedimientos para conectar los eventos son: la conjunción, la disyunción, la adversación y la subordinación. La conjunción vincula entre sí elementos equiparables. La disyunción vincula entre sí elementos opuestos. La adversación vincula entre sí elementos equiparables pero incompatibles en el mundo textual. Finalmente, la subordinación vincula entre sí elementos ordenados jerárquicamente. Este tipo de conexión puede establecer relaciones de causa, razón, proximidad temporal o condicionalidad (Beaugrande y Dressler 1997: 122). Entonación. En textos hablados, la entonación marca la importancia o la novedad del contenido lingüístico. Al parecer, estos autores abarcan las estrategias de cohesión que describen tanto Halliday y Hasan (1976) como Simone (2001), sólo que organizadas de diferente manera. Sin embargo, Beaugrande y Dressler agregan otras dos estrategias, la de los tiempos y aspectos verbales y la de entonación. Además, estos autores afirman que a pesar de que la cohesión opera en la superficie textual, también se apoya sobre la coherencia que presupone al mundo textual. De la misma manera, la coherencia se apoya sobre la cohesión, ya que la secuenciación de la superficie textual puede ofrecer señales al receptor que le indiquen qué tipo de conocimiento compartido tiene que activar en cada momento de la interacción comunicativa. De esta forma, la coherencia es “el resultado de la combinación de los conceptos y de las relaciones en una RED compuesta por ESPACIOS DE CONOCIMIENTO orbitando alrededor de los TEMAS principales del texto” (Beaugrande & Dressler 1997: 148). Los espacios de conocimiento que se activan por las expresiones del texto tienen una continuidad de sentido, la cual es la base de la coherencia. El sentido se refiere al “conocimiento que se transmite de manera efectiva mediante las expresiones que aparecen en el texto” (1997: 135). De manera general, el concepto de coherencia de Beaugrande y Dressler (1997) es bastante similar al de Simone (2001), ya que para todos los autores la coherencia se ocupa de dar una continuidad de significado al texto, y además, interactúa con las estrategias de cohesiónpara que exista un procesamiento efectivo de los textos. En cambio, para Halliday 36 y Hasan (1976), la cohesión abarca la continuidad de significado mediante las estrategias cohesivas. 2.3 Introducción y mantenimiento de la referencia a los participantes Como una estrategia de cohesión textual, la introducción y el mantenimiento de la referencia a los participantes se realiza mediante ciertos recursos lingüísticos. Givón (1983) denomina a esta estrategia de cohesión textual “continuidad de tópico”. El tópico se refiere al tema o a los participantes que son centrales en un texto, y que por lo tanto, los hablantes hacen una referencia continua a éstos a lo largo del texto. Además, Givón señala que, por lo general, existe una distinción entre indefinido y definido: Linguists traditionally deal with the binary distinction between definite and indefinite, with the former marking topics which the speaker assumes the hearer can identify, is familiar with, are within his file (or register) and thus available for quick retrieval. On the other hand, indefinites are presumably topics introduced by the speaker for the first time, with which the hearer is not familiar, which therefore are not available to the hearer readily in his file, and for which he thus has to open the initial file (1983: 9-10). En este sentido, los hablantes utilizarían recursos lingüísticos indefinidos para introducir a los participantes. Mientras que utilizarían recursos lingüísticos definidos para mantener la referencia a los participantes mencionados previamente. Basándose en Givón, Bentiglovio (1983) realizó un estudio de narraciones de adultos en español, con datos provenientes de México, Venezuela y Chile. Esta autora, encontró que en español se emplean los siguientes recursos lingüísticos para mantener la referencia a los participantes: 2 1. Concordancia verbal y pronombres átonos. Ejemplo: le gustaba escalar, le gustaba nadar, le gustaba la investigación, no podía quedarse ni un minuto tranquilo. 2. Pronombres tónicos. Ejemplo: porque ella les traducía. 2 Los ejemplos que se proporcionan de cada tipo de recurso lingüístico fueron tomados del corpus de Bentivoglio. 37 3. Pronombres tónicos o sintagmas nominales y clíticos correferenciales. Ejemplo: le decía cosas bellas a ella; él le dijo a su papá. 4. Sintagmas nominales definidos Sintagmas nominales definidos no modificados. Ejemplo: el coche no estaba en muy buenas condiciones. Sintagmas nominales definidos modificados. Ejemplo: le iba a decir al marido de la señora Sintagmas nominales definidos modificados por una cláusula de relativo. Ejemplo: la ruta que va a seguir el avión 5. Nombres propios. Ejemplo: cuando conquistaron los españoles México. 6. Existenciales y presentativos. Ejemplo: estuvieron también las hermanas 7. Orden de palabras. Ejemplo: el hombre andaba bebido – es una falta andar ebrio – se enoja el hombre. Por otro lado, González (2010) realizó un estudio del mantenimiento de la referencia a los participantes en narraciones producidas por niños jaliscienses de cinco, siete y nueve años, y además, empleó un grupo de adultos como control. Esta autora observó que conforme los niños van creciendo se incrementa el número de estrategias lingüísticas empleadas para mantener la referencia a los participantes. También, sus resultados mostraron que los niños más pequeños tenían más dificultades que los niños más grandes al utilizar las estrategias lingüísticas para mantener la referencia a los participantes. 2.4 La producción de narraciones en personas con afasia Para Ulatowska y Chapman las personas con afasia podrían producir textos en los que las ideas sí están relacionadas, pero vagamente, ya que no cuentan con los recursos lingüísticos para señalar las relaciones. En este sentido, los textos de las personas con afasia se podrían interpretar mediante un criterio pragmático de intenciones comunicativas más que por criterios de relaciones superficiales en el texto (1993: 303). Según estas autoras, los primeros estudios de procesamiento de textos en personas con afasia adoptaron el nivel de la oración como la unidad para caracterizar la producción del texto. Se analizaban de manera individual las oraciones que comprendían el texto. La justificación para este tipo de análisis era la suposición de que los niveles más altos del 38 lenguaje como el texto dependían de la conservación de los niveles más bajos del lenguaje como la oración. De esta forma, las dificultades en el texto se podrían explicar en razón de las dificultades en el nivel oracional. Los hallazgos de estudios en el nivel oracional dentro del texto confirmaron déficits que previamente se habían identificado en oraciones aisladas (Ulatowska, North y Macaluso-Haynes 1981; Ulatowska et al. 1983). Sin embargo, la unidad de la oración resultó insuficiente para dar cuenta de la producción del texto. Se observó que las personas con afasia podían comunicarse en el nivel textual mejor de lo que se había predicho, dado su desempeño en las oraciones de manera aislada. Siguiendo a Ulatowska y Chapman (1993), la mayoría de estudios que se han realizado sobre la producción de textos en las afasias han sido en narraciones, ya que la organización estructural de este tipo de textos ha sido altamente estudiada y caracterizada. Dentro de la estructura de la narración, se han analizado las superestructuras y la secuencia de eventos. Las superestructuras incluyen la orientación, el conflicto y el resultado o resolución, en términos de Labov (1972). Mientras que la secuencia de eventos se refiere a la evolución temporal de los eventos en una secuencia cronológica. Tales estudios han revelado que la estructura de la narración está relativamente conservada en personas con afasia leve a moderada, tanto en personas con afasia de Broca como en personas con afasia de Wernicke. Estos resultados se han obtenido a partir de estudios de caso y de grupos pequeños. 3 En contraste con las personas con afasia leve a moderada, en las personas con afasia severa se encontró que no conservan la estructura de la narración (Bond et al. 1983). Estos resultados sugieren que cierta cantidad de lenguaje es necesaria para la conservación de la estructura de la narración, aunque no está claro aún qué mecanismos subyacen a la alteración en las personas con afasia severa. Se considera que las alteraciones en las superestructuras y la secuencia de eventos en la narración se deben más a una severa reducción del lenguaje que a un déficit conceptual. La evidencia que soporta la anterior aseveración es una aparente conservación de la representación interna de la historia en las personas con afasia severa, ya que, por un lado, se ha observado que usan fórmulas para iniciar y terminar las narraciones; y por otro lado, en una tarea no verbal, las personas con afasia severa pudieron acomodar en la secuencia correcta las tarjetas con imágenes de una historia (Ulatowska y Chapman 1993: 305). Chantraine y otros autores señalan que en los 3 Para más información sobre los autores de estudios de caso y grupos pequeños, véase Ulatowska y Chapman (1993: 305). 39 análisis de narraciones de las personas con afasia la tendencia es que las alteraciones se encuentren en el nivel superficial y que ciertos aspectos del contenido semántico, como la organización de la macroestructura, se encuentren preservados (1998: 270). Además, en las personas con afasia severa también se encontró que la alteración era menos marcada en la conversación que en la narración, ya que en la conversación se observó que la secuencia de los actos de habla estaba conservada. La posible explicación para lo anterior es que muchos actos de habla
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