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Av. Hidalgo 935, Colonia Centro, C.P. 44100, Guadalajara, Jalisco, México bibliotecadigital@redudg.udg.mx - Tel. 31 34 22 77 ext. 11959 UNIVERSIDAD DE GUADALAJARA COORDINACIÓN GENERAL ACADÉMICA Coordinación de Bibliotecas Biblioteca Digital La presente tesis es publicada a texto completo en virtud de que el autor ha dado su autorización por escrito para la incorporación del documento a la Biblioteca Digital y al Repositorio Institucional de la Universidad de Guadalajara, esto sin sufrir menoscabo sobre sus derechos como autor de la obra y los usos que posteriormente quiera darle a la misma. 1 Universidad de Guadalajara Sistema de Universidad Virtual Los alcances y las limitaciones del modelo pedagógico crítico en los estudiantes del nivel medio superior. Tesis Que para obtener el grado de Maestro en Docencia para la Educación Media Superior Presenta Jesús Eduardo Troncoso Macías Bajo la asesoría de la Dra. Ruth Padilla Muñoz León, Guanajuato., noviembre de 2019. 2 ÍNDICE RESUMEN … 3 PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA … 4 o Justificación … 8 o Pregunta general de investigación … 9 o Objetivos del proyecto … 10 MARCO TEÓRICO … 11 o Una consciencia cabal: de la sociología europea a la pedagogía latina y americana … 10 o Conceptos centrales de la investigación … 17 o Investigaciones relacionadas … 22 METODOLOGÍA … 26 o La recolección de datos … 26 o Técnicas de investigación aplicadas … 27 o Muestra … 27 CONTEXTUALIZACIÓN … 30 o Elementos del contexto externo … 30 o Elementos del contexto interno … 37 o Consideraciones sobre el capítulo … 48 CONTENIDOS CURRICULARES DEL CURSO DE HISTORIA DE MÉXICO Y LA INTERVENCIÓN EDUCATIVA EN EL MARCO DE LA RIEMS … 50 o Contenidos curriculares y competencias a desarrollar a través del curso de Historia de México … 52 o La intervención educativa en el marco de la RIEMS y el MCC … 55 o La intervención educativa: un campo emergente de difícil conceptualización … 56 o Las intervenciones educativa y pedagógica en la Educación Media Superior … 59 APLICACIÓN DE LA ESTRATEGIA … 64 o Admirar la Historia … 65 o Algunos mitos prehispánicos … 69 o Nacidos para callar y obedecer … 74 DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES … 80 o Límites y líneas de investigación futuras … 89 BIBLIOGRAFÍA … 81 ANEXOS … 95 o Anexo 1 (Entrevista en profundidad) … 95 o Anexo 2 (Cuestionario) … 97 o Anexo 3 (Cuestionario de hábitos de estudio) … 102 o Anexo 4 (Cuestionario de estilos de aprendizaje) … 10 3 LOS ALCANCES Y LAS LIMITACIONES DEL MODELO PEDAGÓGICO CRÍTICO EN LOS ESTUDIANTES DEL NIVEL MEDIO SUPERIOR Resumen. El presente documento contiene el proyecto de investigación titulado Los alcances y las limitaciones del modelo pedagógico crítico en los estudiantes del nivel medio superior, realizado durante el transcurso de la Maestría en Docencia para la Educación Media Superior, que ofrece la Universidad de Guadalajara, aplicado a estudiantes del tercer semestre de bachillerato en la asignatura de Historia de México, en el municipio de León, Guanajuato. Bajo el argumento de que la sociedad mexicana contemporánea vive una situación grave de desigualdades, de violencia, de corrupción, de apatía y otras problemáticas, aunado a la propia experiencia del autor de este proyecto, quien se ha percatado, a través de su trabajo como docente que los jóvenes que cursan el bachillerato en ocasiones, muy frecuentes, se sienten poco atraídos hacia los contenidos curriculares presentados en el aula. Por lo anterior, se sostiene que el modelo pedagógico crítico podría coadyuvar a solventar dichas situaciones, permitiendo que los estudiantes desarrollen un pensamiento crítico que les permita comprender de una manera más reflexiva las situaciones sociopolíticas y culturales que les rodean, empoderando así su praxis y permitiendo que sean ciudadanos éticamente responsables. La investigación se desarrolló a través del método fenomenológico, con la finalidad de conocer las propias experiencias de los estudiantes con respecto al curso, contrastando dicha experiencia con los objetivos de desarrollo del pensamiento crítico que pretende. De esta manera fue posible hacer un contraste de base empírica para alcanzar los objetivos de la investigación. 4 PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA Nuestras escuelas actualmente tienen una gran variedad de problemáticas que, por su naturaleza compleja, se interrelacionan de manera estrecha en un proceso dialéctico que no podemos desdeñar y cuya comprensión es una necesidad urgente no solamente para el cuerpo docente, sino para administrativos y políticos inmersos en el área. En el diagrama 1, se plasman de manera general dichas problemáticas, aunque podríamos argumentar que en este no se detecta con claridad cuál es la relación que entre ellas existe. Esta deficiencia se justifica parcialmente bajo el entendido de que en el mundo de la educación, relacionar las problemáticas y sus áreas de oportunidad para una adecuada intervención es sumamente complejo, ya que la escuela forma parte de un tejido social más amplio y sería ingenuo considerar que se pueden simplificar a través de un esquema; aunque no por ello deja de ser un ejercicio muy interesante para comenzar a aterrizar y organizar las ideas que en ocasiones se encuentran difusas y desordenadas. Diagrama 1 Fuente: propia. 5 Los cuatro ejes abordados en el esquema anterior (académico, institucional, ambiental y político) encuentran sus nexos a través de la siguiente pregunta: ¿Para qué sirve la educación? O planteado de manera distinta ¿Qué significa educar? Al momento de reflexionar sobre la manera en que las problemáticas encontradas están vinculadas entre sí, las preguntas anteriores, cuyo intento de respuesta está latente en todo momento del proceso educativo, son una base sin la cual no se podría formular ninguna estrategia de intervención o investigación educativa. ¿Cuántas de las problemáticas expuestas anteriormente se podrían aminorar si estudiantes, profesores, administrativos y políticos conocieran el significado más profundo que tiene el acto de educar y el papel que cada uno juega en dicho proceso? En este sentido, partimos de la idea de que la educación forma parte un proceso de formación y reproducción social, por tanto, tiene dimensiones políticas y económicas. Algunos teóricos de la pedagogía crítica como Freire (1997; 2005), Giroux (1998) y McLaren (2005), han planteado que la educación es un proceso transformador, no solamente de individuos, sino de las circunstancias que rodean a las sociedades y que reproducen las desigualdades. “¿Qué significa educar en medio de las agudas y dolorosas transformaciones que están viviendo nuestras sociedades latinoamericanas […]? [...] Paulo Freire nos contesta diciendo que la educación es praxis, reflexión y acción del hombre sobre el mundo para transformarlo” (Barreiro en Freire, 1997:7). Basados en el diagrama 1, considerando el eje académico, y tomando en cuenta la aseveración de Freire, consideramos que las problemáticas allí expuestas podrían trabajarse en el aula a través de la implementación de un modelo pedagógico crítico que permita al estudiante darse cuenta del rol social que juega, no solamente como estudiante, sino como ciudadano (agenciamiento) y, posteriormente, se forje una conciencia crítica que le permita cambiar el estado de cosas (estructura); por lo que el docente, a través su trabajo, vinculará su práctica en el aula con el eje político y tendrá mayores recursos para vincular los contenidos curriculares con la realidad social, económica y cultural. Al respecto, Giroux (1998) sostiene que “las escuelas forman parte de un proceso societario más amplio y por eso deben juzgarse dentro de un contexto social específico” (p.59), por lo que la práctica docente podría estar encaminada a que el estudiante se dé cuenta de dicha realidad y el rol que dentro de ella juega, a través de una serie de estrategias que favorezcan el aprendizaje significativo. Compartimos la idea de la pedagogía crítica de que las prácticas educativas pueden alejarse de ese espacio aburrido y tedioso que además se encuentra aislado del resto del entramado social. De lo anterior se desprende la pregunta: ¿De qué manera podría el docente aminorar la falta de motivación e interés por la escuela y de las problemáticas sociales que rodean a los estudiantes, como 6 una actitud recurrente? De manera preliminar, diríamos que a través de la implementación de un modelo de trabajo crítico que tome en cuenta el contexto socioeconómico y cultural de los estudiantes y que les permita identificar cómo su praxis tiene un alcance político y sociocultural más amplio. Si bien, no existe un recetario que indique cómo realizar dicha tarea, la reflexión guiará la acción. Se trata entonces de un trabajo que asocia la teoría y la práctica bajo contextos específicos. Investigación y acción. La pedagogía crítica o nueva sociología de la educación puede servir como un marco teórico importante que ayude a vislumbrar y a plantear las estrategias docentes adecuadas para motivar a los estudiantes a involucrarse de manera activa y participativa en las actividades académicas y que cumpla, además, con uno de los principales objetivos de la educación que es la búsqueda de la transformación social, a través del desarrollo del pensamiento crítico de los jóvenes en el nivel medio superior. Diagrama 2 Fuente: propia En síntesis, el presente proyecto de investigación se plantea de la siguiente manera: Analizar los alcances y limitaciones del modelo pedagógico crítico que busca atender la falta de 7 motivación e interés de los estudiantes por la escuela y por las problemáticas sociopolíticas y culturales que les rodean. Para ello, se diseñará una estrategia didáctica que contemple el capital cultural y económico de los estudiantes, en la asignatura de Historia de México. Dicha estrategia estará basada en la educación problematizadora, la cual sugiere relacionar los conocimientos curriculares con la realidad cotidiana y promover el diálogo como alternativa pedagógica, sosteniendo que lo anterior es necesario para propiciar en los estudiantes un pensamiento crítico capaz de vincular lo aprendido en la escuela con la estructura social y política que les rodea, permitiendo que generen una conciencia de sí y una praxis social empoderada. La intervención pedagógica se aplicará a los grupos de tercer semestre del Sistema Avanzado de Bachillerato y Educación Superior (SABES) plantel “21 de marzo”, del municipio de León, Guanajuato, en el ciclo escolar 2018-2019. 8 Justificación: Una vida volcada al consumismo, al ciberespacio y sus efímeras cotidianidades Ser maestro es el oficio más bello del mundo, escribió en alguna ocasión Ikram Antaki, pero también es un oficio que conlleva una gran responsabilidad, que se labra con paciencia, lenta y delicadamente, porque la obra final de su trabajo se llama “libertad” (Troncoso, 2016a:40). Como mencionamos líneas arriba, en una sociedad cuyas problemáticas sociales, políticas y culturales son cada vez más graves (incremento de la violencia, de las adicciones y de los delitos; un sistema político que cada día destapa nuevos escándalos de corrupción; una cultura mediatizada por el ciberespacio donde lo que es tomado como válido es lo que se ve detrás de una pantalla; por citar algunos ejemplos) se vuelve imperativo tener claramente definido el sentido de la educación. Sostenemos que a través de la educación y el trabajo crítico de los docentes es posible mostrar a los estudiantes un nuevo panorama y una nueva postura ante las situaciones sociales más críticas que les permita repensar su quehacer como ciudadanos y les conduzca hacia la libertad intelectual y a la procuración de la equidad y la justicia, en un mundo lleno de contradicciones y desigualdades. En nuestra experiencia cotidiana como docentes del nivel medio superior, nos percatamos de que los jóvenes no creen en el sistema político que nos rige y tienen una noción, muy vaga en ocasiones, de las problemáticas sociales que les rodean, pero sus reflexiones, sus argumentos y sus acciones poco o nada tienen que ver con buscar soluciones a dichas cuestiones; al contrario, pareciera revelarse una cierta apatía por los temas que ocupan la agenda pública de nuestro país y del mundo. Una vida volcada al consumismo, al ciberespacio y sus efímeras cotidianidades, al hedonismo y a la obtención de dinero rápido, explican parcialmente esta tendencia. (Troncoso, 2016b) La experiencia docente nos indica que en muchas ocasiones los jóvenes consideran el desarrollo de actividades académicas como tediosas y aburridas, porque no encuentran un vínculo entre dichos contenidos y su vida cotidiana, además de que sus intereses e historias de vida no son contemplados en la elaboración de los programas y planeaciones de clase. Por lo que constantemente nos hemos planteado la siguiente pregunta: ¿Es posible llamar su atención hacia una participación ciudadana crítica, constante y proactiva? (Ibidem). Los fundamentos teóricos de la pedagogía crítica sostienen que sí. La respuesta ante dicha interrogante es más compleja de lo que aparenta; no obstante, consideramos urgente su respuesta, pues ante un sistema educativo que se reforma constantemente, se necesitan respuestas claras y bien argumentadas, no solamente a través de la reflexión filosófica, sino también por un trabajo empírico que aporte un contraste sólido con la realidad. La pedagogía crítica, como fundamento epistemológico para los procesos de enseñanza y aprendizaje, es una propuesta educativa 9 que pretende la libertad de los individuos. Para ello busca que los estudiantes, en un proceso dialógico y de intercambio social de ideas y de reflexión personal, desarrollen una forma de pensar alejada de posiciones dogmáticas; tiene como finalidad hacer ciudadanos libres y éticamente responsables (ibidem). En gran parte de las sociedades contemporáneas, la manifestación de la violencia cotidiana es un signo de la pérdida en la capacidad para conseguir los fines por la vía del diálogo y de la razón. (Troncoso, 2016c) A través de la implementación del modelo pedagógico crítico se pretende potenciar nuevamente esa capacidad de diálogo perdida; sin embargo, aunque el cuerpo teórico de este modelo pedagógico es bastante amplio, consideramos que hay pocos estudios empíricos que den cuenta real de lo que sucede una vez que se implementa en las aulas en un contexto como el nuestro, no con la finalidad de crear un cuerpo técnico de estrategias de intervención pedagógica, sino para evidenciar sus alcances y reflexionar sobre sus limitaciones y áreas de oportunidad, ya que ésta ha sido concebida (salvo los trabajos de Paulo Freire) en contextos socioculturales muy distintos al nuestro (Estados Unidos, Canadá y Europa). De esta manera cada docente será capaz de crear sus propias estrategias y consideraciones epistemológicas, a través de las reflexiones que este trabajo les pueda aportar, basados en los resultados de los diagnósticos de los grupos y los entornos en los que trabajen. Consideramos que el desarrollo de este trabajo puede aportar elementos empíricos que favorezcan la comprensión de los objetivos de la educación, en lo general, y fortalezcan las reflexiones y acciones del quehacer docente en el nivel medio superior, en lo particular. Pregunta general de investigación ¿Cuáles son los alcances y limitaciones de la implementación de un modelo pedagógico crítico que busca atender la falta de motivación e interés de los estudiantes por la escuela y por las problemáticas sociales que les rodean? Preguntas específicas Diseñar una estrategia didáctica que contemple el capital cultural y económico de los estudiantes ¿los mantendrá interesados y activos en las actividades académicas? La educación problematizadora, que contextualiza los conocimientos de los estudiantes a su vida diaria y promueve el diálogo como alternativa pedagógica, ¿es suficiente para generar un pensamiento crítico que vincule lo aprendido con la estructura social y política que les rodea? 10 Con base en lo anterior, ¿qué relación existe realmente entre pensamiento crítico, conciencia de sí y una praxis empoderada en los jóvenes del nivel medio superior? Objetivos del proyecto Objetivo general Analizar cuáles son los alcances y limitaciones de la implementación de un modelo pedagógico crítico que busca atender la falta de motivación e interés de los estudiantes por la escuela y por las problemáticas sociales que les rodean. Objetivos particulares Esclarecer si el diseño de una estrategia didáctica que contemple el capital cultural y económico de los estudiantes los mantendrá interesados y activos en las actividades académicas. Indagar si la educación problematizadora, que contextualiza los conocimientos de los estudiantes a su vida diaria y promueve el diálogo como alternativa pedagógica, es suficiente para generar un pensamiento crítico que vincule lo aprendido en la escuela con la estructura social y política que les rodea. Deducir qué relación existe realmente entre pensamiento crítico, conciencia de sí y una praxis empoderada en los jóvenes del nivel medio superior. 11 MARCO TEÓRICO Una consciencia cabal: de la sociología europea a la pedagogía latina y americana La problemática que pretendemos abordar gira en torno a la implementación del modelo pedagógico crítico en los estudiantes del nivel medio superior, en el área curricular de las ciencias sociales en lo general, y de la historia de México en lo particular, y el análisis de los alcances y las limitaciones que esta aplicación tenga en el pensamiento crítico y la praxis de los estudiantes, pues uno de los objetivos de esta teoría educativa es influir, de manera directa, en ambas categorías, para que los individuos empoderen su acción política y social, además de mejorar sus habilidades analíticas sobre la realidad para encaminarse hacia la emancipación. El objetivo central de la investigación estriba en revisar la manera en que los postulados teóricos de esta pedagogía impactan en la realidad educativa del nivel medio superior. Aunque la pedagogía crítica surge como un cuerpo teórico organizado en los años sesenta del siglo pasado, sus antecedentes se remontan a los aportes de la Escuela de Frankfurt, en los años veinte de la misma centuria. Existe una gran variedad de teóricos y educadores que se insertan dentro de la pedagogía crítica, pero nos hemos limitado a revisar los aportes de Paulo Freire (1921-1997), Henry Giroux (1943) y Peter McLaren (1948). Es preciso señalar que estos autores tienen una vasta obra literaria al respecto y es complicado separar las ideas de uno y de otro, ya que en muchos casos fueron colaboradores cercanos. Aunque, también es cierto que, podemos encontrar divergencias en su pensamiento y su forma de concebir la educación como un proceso social, cultural y político, consideramos que son más sus puntos de encuentro que de lejanía. La pedagogía freireana que surge en el contexto latinoamericano (y que posteriormente influye a los educadores norteamericanos) tiene sus orígenes teóricos y conceptuales en la filosofía y la sociología europea. Aunque se trata de contextos socioculturales y temporales distintos, ambos sistemas de pensamiento comparten una preocupación: la creciente dominación de unos grupos minoritarios que monopolizan el poder económico, político e ideológico sobre una mayoría oprimida que necesita emanciparse y crear ideas y rutas de acción nuevas, basadas en sus verdaderos intereses y en la cooperación social, no en el individualismo salvaje; es por ello haremos un repaso de los diferentes autores de la primera generación de la Escuela de Frankfurt, entre quienes destacan Adorno, Horkheimer y Marcuse, para identificar los aportes que dieron origen al cuerpo teórico de las pedagogías críticas. 12 Una teoría para la crítica La primera generación de teóricos críticos, fundada en 1923 con la creación del Instituto de Investigación Social de Frankfurt, tenía un objetivo claro que pretendían alcanzar a partir de sus postulados ideológicos y científicos: abrir los ojos a los hombres mediante la crítica, para con la praxis hacerlos transformar sus vidas, aniquilando las relaciones sociales y económicas inhumanas en un mundo que, con el moderno capitalismo altamente industrializado, y con el ascenso de los movimientos autoritarios y fascistas, parecía estar muy por debajo de lo que prometían los ideales filosóficos (Laso, 2004:436). La teoría crítica surge bajo una situación histórica concreta: los gobiernos autoritarios, que caracterizaron a muchos países del mundo en el siglo XX, comenzaban a surgir con bastante fuerza; la industrialización cobraba dimensiones globalizadoras, particularmente en Alemania, donde surge la Escuela de Frankfort, y en Estados Unidos, a donde sus iniciadores huyeron tras el inicio del Holocausto en la década de los treinta. Por lo tanto, esta teoría aspiraba a comprender la situación histórico- cultural de la sociedad de su época, para convertirse en una fuerza transformadora de las contradicciones sociales (Gamboa, 2011). Basados en la teoría marxista que buscaba construir una sociedad más justa, la crítica a las ideas de Hegel sobre la incapacidad de la humanidad para modificar su historia, y las ideas de Freud sobre el inconsciente y la terapia de los individuos a partir de la consciencia sobre la causa de sus males, Adorno, Horkheimer, Marcuse, Benjamin, Fromm y otros, abonan al desarrollo de lo que hoy se conoce como teoría crítica. El principal referente es Marx, puesto que “es evidente el énfasis en conectar su teoría crítica con una praxis liberadora” (Laso, 2004:441). Para el pensamiento marxista “los hombres son sujetos de su propia historia y la hacen y deshacen con sus acciones” (ibidem), de esta manera es posible liberar a los hombres de las prisiones sociopolíticas y económicas, a través de una praxis emancipadora, donde el sujeto es consciente de las desigualdades y los factores que las provocan, teniendo la posibilidad de buscar un cambio en dichas circunstancias. “La teoría crítica es una teoría para tiempos críticos” (Gamboa, 2011:53). El análisis conceptual que realiza es muy amplio, pero destacan nociones como discurso, hegemonía, dominación, comunicación sistemáticamente distorsionada, penetración discursiva (Hansen en Gamboa, 2011:50); aunque quizás el concepto principal sea el de reflexividad, entendida como el “control estratégico de las propias ideas y de la dirección de las facultades críticas propias hacia el pensamiento propio” (Gamboa, 2011:55). La reflexividad como categoría analítica es compartida por esta corriente 13 sociológica y por los educadores críticos en América, pues se convierte en un ideal que necesita ser conquistado a partir de la sistematización de ciertas prácticas de pensamiento, como elemento individual, y de diálogo, como elemento social, y que pueden ser guiados por la educación, tanto formal como informal. A decir de algunos estudiosos contemporáneos de la teoría crítica (Laso, 2004; Gamboa, 2011) se ha cuestionado su carácter eminentemente teórico y su poca vinculación con la práctica, a pesar de que uno de sus principales objetivos es transformar la praxis social; por lo tanto, se consideró una teoría utópica e irreal. Jürgen Habermas es el autor de la segunda generación que intentó superar esas críticas, estableciendo un sistema mucho más pragmático. “La teoría crítica [que intenta] cambiar al individuo y, por ende, a la sociedad […] está atascada en palabras y no en acciones” (Peca en Gamboa, 2011:56). Aunque el propio Adorno era consciente de esta situación, a juicio nuestro, ya que en una conversación con Hellmunt Becker insistía en que “la propia idea de emancipación es […] demasiado abstracta ella misma y viene apresada en una dialéctica” (Adorno, 1998:96); sin embargo, consideraba que la educación como praxis social podría llevar a la “consecución de una consciencia cabal” (ibidem). Es en la escuela donde se puede, si el docente quiere y está preparado para ello, encaminar a la emancipación, que “significa en cierto modo lo mismo que concienciación o racionalidad, pero la racionalidad es siempre también […] examen de la realidad” (ibidem). Es en la escuela donde se examina la realidad, o bien, donde se induce a su análisis sistemático. La reflexividad, entonces, puede coadyuvar a lograr la emancipación, que implica desarrollar la capacidad de pensar por sí mismo y no a través de la ideología dominante que acentúa la dominación, para empoderar la praxis que conduzca hacia la conquista de mejores condiciones vitales, justas, y no basadas en la explotación y el servilismo a los amos del capital económico y político. Se trata de descubrir los mecanismos que se utilizan para dominar, y esquivarlos para proponer un Estado de justicia. 1 Para una sociedad como la nuestra (y como en la que vivía Adorno antes del ascenso de Nazismo al poder) que propaga los valores de la democracia (cabe señalar que esos valores sólo hacen alusión a una democracia típica ideal) es necesario, en palabras de Adorno, una sociedad emancipada, dado que un 1Para profundizar sobre la noción de Estado de Justicia, véase Cortina (2006), donde, desde la perspectiva de la política social, nos menciona que es aquel que garantiza el pleno goce de los derechos básicos a los ciudadanos permitiendo una mejor calidad de vida, a través de mejores servicios de salud, elevando la calidad de la educación y el grado de escolaridad, acceso a una vivienda digna, plena participación en las acciones políticas, recreativas y culturales de la comunidad, entre otras. El Estado de justicia promoverá un modelo de desarrollo con equidad, a través de la implementación de políticas sociales universales, pero enfocadas a los sectores más vulnerables de la población. La Escuela de Frankfurt criticó al Estado capitalista por promover solamente la acumulación de riqueza en ciertos sectores privilegiados, acentuando las desigualdades sociales y justificándolas por diversos medios, como la cultura. Con la aparición del Estado moderno se va configurando el concepto de ciudadanía, pues el Estado nacional moderno se ha obligado a defender la vida, la integridad y la propiedad de sus miembros, además de proteger la autonomía de cada persona, pues debe reconocer ciudadanos, no súbditos (Cortina, 2003:56-62). 14 sistema sociopolítico con estas características, en donde el ideal es que los sujetos participen en la construcción de la ciudadanía de manera libre y reflexiva. Se requiere que cada persona sea capaz de tomar su “decisión autónoma consciente […] individualmente considerada” (Adorno, 1998:95), para luego llevar la elección personal al plano de lo social. “Quienes defienden, dentro de la democracia, ideales educativos que apuntan contra la emancipación […] son antidemócratas, por mucho que propaguen sus representaciones ideales en el marco formal de la democracia” (ibidem). Una pedagogía para la crítica Siguiendo la línea de pensamiento de los teóricos de la Escuela de Frankfort, nace la pedagogía crítica en 1967 con el primer libro de Paulo Freire La educación como práctica de la libertad. Esta corriente pedagógica se basa en la idea de que la educación forma parte un proceso de formación y reproducción social, por tanto, tiene dimensiones políticas y económicas. Algunos teóricos de la pedagogía crítica como Freire (1997; 2005a), Giroux (1998) y McLaren (2005), han planteado que la educación es un proceso transformador, no solamente de individuos, sino de las circunstancias que rodean a las sociedades y que reproducen las desigualdades. La pregunta inicial, bajo la cual la pedagogía crítica construye su aparato teórico, sería “¿Qué significa educar en medio de las agudas y dolorosas transformaciones que están viviendo nuestras sociedades latinoamericanas […]? [...] Paulo Freire nos contesta diciendo que la educación es praxis, reflexión y acción del hombre sobre el mundo para transformarlo” (Barreiro en Freire, 1997:7). Este modelo teórico nos indica que una vez que los estudiantes comienzan a pensar críticamente son capaces de apropiarse del mundo, en su contexto, para transformarlo (Freire, 1997; 2005a), porque descubren el papel que juegan en la sociedad, como ciudadanos activos y empoderados, que encaminan sus acciones (praxis) hacia la equidad y la justicia. Por lo anterior, la escuela no es un conglomerado excluido del resto social (McLaren, 2005), sino que forma parte de un proceso societario más amplio y complejo (Giroux, 1998), con el cual se interrelaciona dialécticamente. Con referencia a la praxis como categoría analítica, puede inferirse, en este sentido, que se refiere a la decisión de acción que cada individuo ha tomado, después de un análisis previo de ciertas situaciones sociales, culturales, económicas y políticas. Dichas acciones preconcebidas tienen como objetivo último la intervención sobre el medio social en el que el individuo se desenvuelve, para encaminarlo, hacia prácticas menos discriminatorias, sexistas o clasistas (McLaren, 2005; Giroux, 1998). La transformación del mundo, a través de la praxis, consideramos, comienza en el plano individual, pero es necesario que 15 se refuerce en colectividad, habiendo así una interrelación dialéctica entre individuo y sociedad, donde ambos se influyen mutuamente. En el ámbito escolar, la esfera social está compuesta por los compañeros de clase, de plantel, el grupo de profesores y personal administrativo, así como la familia y los miembros más cercanos de su comunidad. Sociedad y escuela son dos esferas sociales que no están separadas, al contrario, se encuentran bajo una influencia mutua constante, porque la escuela incorpora (en su forma típica ideal) los conocimientos que permiten conducirse dentro del complejo de lo social, para transformarlo, ya que vivimos una era compleja en transitividad (Freire, 1997), donde la conciencia de los seres humanos debe ser capaz de abonar a la transformación social, en beneficio de la colectividad y no de las minorías elitistas. La escuela es una arena social simbólica, en términos de Pierre Bourdieu, donde coexisten ideologías en una lucha permanente por imponerse, generando conductas de resistencia (Giroux, 1998), adaptación, mediación, influencia y reproducción. La escuela refleja los ideales (morales y científicos) de una época histórica determinada. Algunos teóricos e investigadores de la educación contemporáneos (Moreno & Velázquez, 2017; McLaren, 2005, Giroux, 1998) han hecho notar una problemática que nosotros mismos hemos sido testigos en nuestras escuelas, y es que éstas se vuelven un lugar de tedio y aburrimiento para los estudiantes, ya que los contenidos curriculares tienen poca o nula relevancia con el contexto bajo el que se desenvuelven, además de que no logran encontrar el vínculo de dichos contenidos con la realidad, perdiendo el interés por el desarrollo de las actividades académicas y girando su atención a otras áreas de su vida diaria. Es por ello que se vuelve necesario que “los docentes apliquen métodos de enseñanza [y aprendizaje] que faciliten la problematización, la interacción, la colaboración, la socialización y el diálogo para intercambiar ideas […] en la construcción del conocimiento”. (Moreno, 2017:58) Las estrategias didácticas elegidas no podrán prescindir de un análisis del contexto socioeconómico y cultural de los estudiantes, para tratar de involucrarlo dentro del aula y el conocimiento se vuelva relevante. En este sentido McLaren (2005), influenciado, de manera explícita por el constructivismo sociocultural de Vigotsky, y de manera implícita por el constructivismo cognitivo de Ausubel, expone la necesidad de convertir el conocimiento en significativo para los estudiantes, a la vez que crítico, tomando en cuenta el contexto propio en el que sus principales actores se desenvuelven, para que a partir de ello pueda ser aprehendido y reflexionado: El conocimiento es relevante sólo cuando comienza con las experiencias que los estudiantes traen con ellos de su cultura de origen; es crítico sólo si muestra que algunas de esas experiencias son problemáticas (por ejemplo, racistas o sexistas); y es 16 transformador sólo si los estudiantes comienzan a usar el conocimiento para dar poder a los demás, incluyendo a los individuos de la comunidad que los rodea. El conocimiento entonces se vincula a la reforma social. (McLaren, 2005:232) Paulo Freire propone que la educación debe superar la contradicción educador- educando de tal manera que ambos hagan simultáneamente el rol de educadores y educandos, lo cual se logra a través de la dialogicidad (Freire, 2005:52 y ss.). La educación se convierte en problematizadora de los conocimientos y no en el mero acto de depositar los conocimientos a estudiantes pasivos que solo esperan memorizar los contenidos, sin contextualizarlos en su vida diaria. La educación exige ser un acto cognoscente que se materializa en la dialogicidad, porque “los hombres no se hacen en el silencio, sino en la palabra, en el trabajo, en la acción, en la reflexión.” (Freire, 2005a:71) El conocimiento no se transmite, se construye. Para construirlo es importante acercarnos a la enseñanza a través de la docencia con discencia (Duhalde, 2008). Esto significa que podríamos construir el conocimiento en la escuela a través del diálogo, no únicamente del profesor, sino de los alumnos, ya que su voz también es importante y el monólogo docente no conlleva a la construcción del conocimiento, sino a su intento de transmisión. La alfabetización crítica puede lograr resistencia, liberación y transformación y así contrarrestar las prácticas deshumanizantes de la globalización neoliberal (Gómez & Gómez, 2011). “Como principio de agencia, la escuela puede generar cambios […] rechazando la reproducción cultural estereotipada y homogeneizante del stablishment.” (Gómez, 2011:183) Gómez (2011) da un repaso, a manera de síntesis, a los objetivos de los teóricos de la pedagogía crítica, y nos señala que, a través de la alfabetización crítica, se puede encaminar a: Ayudar al educando a captar su propio ser histórico. A que el estudiante comprenda cómo construimos la subjetividad y la experiencia. Enseñar al sujeto a leer y transformar su realidad. Empoderar a los sujetos para que sean artífices de sus vidas. Que los estudiantes cuestionen y desafíen la dominación, sus prácticas y valores establecidos. Proponer y construir alternativas de sociedades más justas e inclusivas. De manera posterior agrega que “la pedagogía crítica es un método efectivo, puesto en práctica en muchos países latinoamericanos, que ha forjado ciudadanos críticos, propositivos, democráticos, conscientes de la necesidad de participar en la solución de los problemas que abruman a su comunidad” (Gómez, 2011:188). Los aportes de la pedagogía crítica expuestos por McLaren (2005), Giroux (1998), Freire (1997; 2005) y su revisión crítica (Morales, 2014; Duhalde, 2008) nos permiten formar un marco teórico que 17 fundamente y oriente la propuesta de investigación que hemos elegido, ya que sus trabajos están enfocados a la reflexión sobre la importancia del pensamiento crítico en la escuela, tanto en los docentes como en los estudiantes, y sus análisis del contexto social vuelven pertinente nuestra investigación, la cual puede ser nutrida con la experiencia y análisis teórico- empíricos de Schuliaquer (2013). Por el área metodológica, además de las aportaciones de Freire, investigaciones recientes como la de Moreno (2017), evidencian la relevancia y funcionalidad de esta tarea, porque además el desarrollo de capitalismo y del neoliberalismo han invadido la esfera pública, sus exigencias y necesidades y han permeado en la organización de los sistemas educativos (Duhalde, 2008). De ahí la necesidad de repensar la labor docente y los objetivos en la formación del alumnado para promover un pensamiento liberador y acorde al momento socio histórico en que vivimos. Algunos detractores de la pedagogía crítica han señalado que se trata de un modelo ideal o utópico, un modelo basado solamente en la esperanza que no es posible llevar a la práctica. Freire respondió a lo anterior diciendo: “no quiere decir, sin embargo, que porque soy esperanzado atribuya a mi esperanza el poder de transformar la realidad y convencido de eso me lance al embate sin tomar en consideración los datos concretos, materiales, afirmando que con mi esperanza basta. Mi esperanza es necesaria, pero no suficiente”. (Freire, 2005b:24) Además, Shor y Freire (2014) se han cuestionado los límites y los alcances del modelo pedagógico crítico, aportando una visión empírica desde su experiencia; sin embargo, no hay una evidencia que a través del registro sistematizado lo respalde. Conceptos centrales de la investigación Los conceptos que consideramos más importantes son capital cultural, económico y simbólico; educación problematizadora, diálogo (dialogicidad), pensamiento crítico, conciencia de sí, praxis. Son una serie de elementos que han de tratarse ampliamente en el marco teórico de la investigación, con la finalidad de construir un modelo de referencia para el trabajo empírico y, además, fundamentar epistemológicamente la investigación, todo ello con base en el modelo pedagógico crítico. El pensamiento crítico y la pedagogía A la reflexión- acción sobre el mundo le llamaremos pensamiento crítico, cuya definición no es sencilla dado que existen diversas tesis al respecto, aunque todas ellas convergen en algunos aspectos tales como el cuestionamiento constante y la reflexión profunda sobre un tema dado, lo que permite generar 18 argumentos sólidos, alejados de las simples opiniones infundadas. Tomaremos la definición de pensamiento crítico que “hace referencia a ejercicios de cuestionamiento y de valoración, que nos permite emitir un juicio o tomar una posición con respecto a un hecho, a un fenómeno o a una idea.” (Morales, 2014:1-2) De manera implícita, Antonio Gramsci (1998), propone que el pensamiento crítico hace referencia a “elaborar la propia concepción del mundo de manera consciente […] y, por lo mismo, en vinculación con semejante trabajo intelectual, escoger la propia esfera de actividad, participar activamente en la elaboración de la historia del mundo” (Gramsci, 1998:7) En ambas posturas notamos que lo recurrente al tratar sobre el pensamiento crítico es que se parte del cuestionamiento, y el rechazo al dogma, se construye un objeto de aprendizaje activamente, a través del trabajo intelectual y finalmente se toma una decisión de acción. La Reforma Integral de la Educación Media Superior (RIEMS) y el Nuevo Modelo Educativo han propuesto como uno de sus ejes centrales el desarrollo del pensamiento crítico, a través de las competencias genéricas: a) Sustenta una postura personal sobre temas de interés y relevancia general, considerando otros puntos de vista, de manera crítica y reflexiva, b) Participa con una conciencia cívica y ética en la vida de su comunidad, México y el mundo; y algunas disciplinares, por ejemplo: a) Sitúa hechos históricos fundamentales que han tenido lugar en distintas épocas históricas en México y el mundo con relación al presente, b) Interpreta su realidad social a partir de los procesos históricos locales, nacionales e internacionales que la han configurado (Acuerdo 444, 2008). Alentar a la generación de un pensamiento autónomo, reflexivo, capaz de dar cuenta de las desigualdades sociales, de las injusticias y de crear estrategias de acción para conducirse hacia la emancipación, es uno de los puntos centrales de la pedagogía crítica. Aunque los teóricos de esta corriente no han propuesto estrategias puntuales sobre cómo lograr este objetivo al interior de las aulas, porque éstas dependen de contextos específicos, los autores sí trazaron un camino en materia conceptual que es muy valioso y ha de aprovecharse por la propia reflexividad de los docentes, quienes deben pensar y repensar las estrategias más adecuadas para implementar en las aulas. Como veremos más adelante, retomar los postulados del constructivismo sociocultural y cognitivo será de gran ayuda para lograrlo. La pedagogía como praxis Con referencia a la praxis como categoría analítica, puede inferirse, en este sentido, que se refiere a la decisión de acción que cada individuo ha tomado, después de un análisis previo de ciertas situaciones 19 sociales, culturales, económicas y políticas. Dichas acciones preconcebidas tienen como objetivo último la intervención sobre el medio social en el que el individuo se desenvuelve, para encaminarlo, hacia prácticas menos discriminatorias, sexistas o clasistas (Mclaren, 2005; Giroux, 1998). La transformación del mundo, a través de la praxis, consideramos comienza en el plano individual. Cada estudiante, como ciudadano, debe darse cuenta el papel que juega en la sociedad y cumplir con las responsabilidades que como tal tiene. Se trata de hacer notar nuestra responsabilidad social. La pedagogía crítica no solamente intenta coadyuvar a que los estudiantes logren emanciparse intelectualmente, sino que también tiene como finalidad lograr que los estudiantes empoderen sus prácticas sociales cotidianas, a favor no sólo suyo, como individuos, sino a favor de la comunidad a la que pertenecen, buscando alternativas de acción para disminuir las desigualdades y aumentar la solidaridad social. Una praxis empoderada implica un trabajo constante comprometido a favor de la comunidad, y no estudiantes pasivos a la espera de que las problemáticas las resuelvan “otros”. ¿La escuela como espacio de reproducción social o de resistencia? Uno de los debates más serios que se han desarrollado en las últimas décadas con respecto a la función social de la escuela tiene que ver con dos ideas opuestas: una de ellas, representada fuertemente por Pierre Bourdieu, señala que la escuela reproduce las desigualdades sociales y económicas; por otro lado, la teoría de la resistencia, representada por Henry Giroux, señala que la escuela es en espacio en el que se puede favorecer la resistencia social para evitar y combatir las desigualdades sociales que el sistema económico pretende perpetuar. En las décadas de los 60´s y 70´s en Francia y Estados Unidos la teoría sociológica intenta explicar cómo funciona la escuela dentro de la dinámica de las sociedades capitalistas. Hirsch y Rio (2015) hicieron un repaso de los principales teóricos de la corriente reproduccionista. Así, retoman las ideas de Althusser, quien hacía mención de que toda formación social requiere de un modo de producción dominante, y necesita las condiciones necesarias para reproducir esas condiciones, es decir, “precisa reproducir las fuerzas productivas y las relaciones de producción. La superestructura, viene entonces a cumplir este papel: reproducir la estructura”. (Hirsch, 2015:71) La escuela es entonces uno de los aparatos ideológicos del Estado para garantizar esa reproducción, y es, quizás, el más importante de todos. Por su parte, Bourdieu y Passeron establecieron la teoría de la violencia simbólica, la cual sostiene que toda formación social se estructura bajo un sistema de relaciones de fuerza tanto material como simbólica. La violencia simbólica es la que se ejerce en las escuelas, a través de la acción pedagógica, esto quiere 20 decir que se establece una relación de comunicación por la cual se impone una arbitrariedad cultural a partir del ejercicio de un poder arbitrario” (Hirsch, 2015:72), es por ello que los autores señalan que existe una doble arbitrariedad en la acción pedagógica. La autoridad pedagógica se establece a partir del trabajo pedagógico, que consiste en la inculcación de las pautas culturales para producir una formación durable, a la que llamaron hábitus. “El hábitus, como producto de la interiorización de la arbitrariedad cultural, debe ser capaz de perpetuarse una vez interrumpida la acción pedagógica” (Hirsch, 2015:73). Es el sistema de enseñanza el que tiene la mayor facultad para inculcar un hábitus en los estudiantes y por lo tanto garantizar la arbitrariedad cultural y la dominación material de ciertos grupos privilegiados, es decir que a través de éste se puede dar continuidad a la dominación de una clase social sobre otra. La cuestión que surge una vez que se tienen en cuenta las aportaciones de Althusser, Bourdieu y Passeron, es sobre cómo explican la posibilidad de transformación social, si la escuela, como parte de la superestructura, lo que hace es reproducir las desigualdades y no da margen a ningún punto de salida para generar un cambio. Para Hirsch (2015), estos autores sí contemplan la posibilidad de una transformación, pero “lo hacen con la mira puesta en el devenir de la lucha de clases por fuera de la institución escolar. De hecho [… el] despliegue de una lucha de clases es una tarea a desarrollar por fuera de la escuela”. (Hirsch, 2015:75). Por otro lado, la teoría de la resistencia que encuentra su punto más álgido en los pedagogos críticos, particularmente en Henry Giroux, sostiene que la visión estructuralista que apunta a la reproducción es incompleta, pues no toma en cuenta la posibilidad de acción del sujeto, volviéndose determinista. La resistencia en el entorno escolar para evitar que se continúen reproduciéndose las desigualdades tiene su origen en la posibilidad de acción del sujeto. Basado en la idea anterior, Giroux realizó estudios etnográficos que “se centran en revelar prácticas contraculturales y conductas de oposición. Pensar la escuela como un terreno de cambio social” (Hirsch, 2015:79). Es en este terreno, el de la resistencia, donde la pedagogía crítica cobra fuerza, a partir de Freire, McLaren y Giroux, pues estos autores señalan que la lucha de clases está basada en una lucha por los medios de producción y por la acumulación de capital (material, cultural, simbólico); pero una “lucha ideológica”, puede lograr desnaturalizar los discursos dominantes, a través del trabajo crítico, para generas las condiciones que permitan lograr una transformación. Para Peter McLaren (2005), la escuela es un espacio social que puede perpetuar las desigualdades o bien, puede funcionar como un espacio social adecuado para la transformación, lo que sugiere pensar en una pedagogía de la posibilidad. Derivado de la idea anterior, Hirsch (2015), cita a McLaren de la siguiente 21 manera: Los maestros no pueden hacer más que crear instrumentos de posibilidad en sus salones de clase. No todos los estudiantes querrán tomar parte, pero muchos lo harán. (…) Algunos maestros pueden simplemente no tener la voluntad para funcionar como educadores críticos. La pedagogía crítica no garantiza que la resistencia tendrá lugar, pero proporciona a los maestros los fundamentos para comprender la resistencia. (McLaren en Hirsch, 2015:80). Por su parte, Schuliaquer (2013), ha analizado profundamente el contexto sociocultural de los estudiantes de barrios pobres en Francia, llegando a conclusiones relevantes para comprender de qué manera influye el capital cultural y económico en el fracaso escolar de los estudiantes. Por ejemplo, menciona que algunos jóvenes que viven en los estratos inferiores de la escala social prefieren el fracaso escolar porque el triunfo sería sinónimo de traición al grupo y significaría salir del gueto o barrio. Por eso es que muchos buscan el fracaso, para ser fieles al grupo. (Schuliaquer, 2013:84) En otro sentido, los padres de los estudiantes de clase media fijan su atención en que los estudiantes obtengan buenas notas, mientras que los padres de los estudiantes de la clase baja procuran el buen comportamiento de sus hijos dentro de la escuela, dejando en segundo plano el aprovechamiento escolar. La dialogicidad como método pedagógico Paulo Freire propone que la educación debe superar la contradicción educador- educando de tal manera que ambos hagan simultáneamente el rol de educadores y educandos, lo cual se logra a través de la dialogicidad (Freire, 200:52 y ss.). La educación se convierte en problematizadora de los conocimientos y no en el mero acto de depositar los conocimientos a estudiantes pasivos que solo esperan memorizar los contenidos, sin contextualizarlos en su vida diaria. Esto significa que podríamos construir el conocimiento en la escuela a través del diálogo, no únicamente del profesor, sino de los alumnos, ya que su voz también es importante y el monólogo docente no conlleva a la construcción del conocimiento, sino a su intento de transmisión. Vilarroel y Sánchez (2017) sostienen la importancia de concebir el conocimiento como socialmente construido, y en un primer momento, éste debe iniciarse de la interacción con otros. Estas ideas están basadas en los postulados del constructivismo social de Berger y Luckmann. “[…] es a través de esta interacción social que se lleva a cabo un proceso interpretativo, se negocian los significados y se comparten distintas perspectivas, generando así, cierto nivel de comprensión mutua” (Villarroel, 2017:458). Los autores agregan que, además, la dialogicidad permite llevar a cabo un proceso de co- construcción del conocimiento, basado en un estado de intersubjetividad. 22 Siguiendo esta línea de pensamiento y, en afán de guiar las prácticas docentes en el aula, bajo la modalidad del diálogo, Tharp y Gallumore (en Villarroel, 2017), señalan que La conversación instruccional es un discurso en el cual el profesor y los estudiantes tejen un habla en conjunto, basada en lecturas previas que permiten crear una oportunidad para el desarrollo conceptual y lingüístico, propiciando el análisis, la reflexión y el pensamiento crítico” (Villarroel, 2017:458). Investigaciones relacionadas Estilos de aprendizaje en jóvenes Una vez que hemos revisado algunas de las ideas centrales de la pedagogía crítica, es momento de hacer un análisis de las experiencias investigativas que se relacionan con la nuestra, esto con la finalidad de elaborar un breve, pero profundo, estado de la cuestión. Es importante señalar que, hasta el momento, en español, no se han publicado investigaciones en el campo educativo, filosófico o sociológico cuyo propósito sea evaluar los alcances de la pedagogía crítica dentro de las aulas. Existe una gran cantidad de información acerca de reflexiones sobre esta corriente pedagógica y algunas sugerencias didácticas para ser desarrolladas o implementadas en las aulas (Troncoso, 2017; Moreno, 2017; Morales, 2014; Gómez y Gómez, 2011; Duhalde, 2008); sin embargo, ninguna de ellas ha pretendido evaluar los alcances de la pedagogía crítica. Los propios Freire y Shor (2014), analizaron cuáles son los límites de lo que ellos llamaron pedagogía transformadora, aunque todos sus comentarios los desarrollaron con base en sus propias experiencias como docentes y no en un registro sistematizado sobre los mismos, que evidenciara la manera en que éstos impactaron en su práctica educativa. Así sucede de manera común en el mundo de habla inglesa donde se han publicado aproximaciones a evaluar la pedagogía crítica en las aulas, pero no ha habido ningún análisis científico de ello, sino ensayos reflexivos sobre el tema. Para identificar qué otras experiencias de investigación están relacionadas con nuestro proyecto elegimos dos categorías de búsqueda: estilos de aprendizaje en jóvenes y prácticas docentes sobre la enseñanza de la historia. Con base en lo anterior, encontramos que Martín y Rodríguez (2003) indagaron acerca de los estilos de aprendizaje que adoptan los jóvenes en España y los contrastaron con los de los adultos, basados en la noción de aprendizaje experiencial desarrollada por David Kolb, cuyo centro de análisis son la acción y la reflexión, pues este autor considera que en todo aprendizaje tiene lugar una reflexión sobre una acción, 23 teniendo el aprendizaje tanto factores cognitivos como emocionales (Martín, 2003:99). Las ideas de Kolb están en relación estrecha con las propuestas de los pedagogos críticos, pues sostiene que “la reflexión debe ser un esfuerzo consciente, debe ser una actividad planificada: secuencias de ideas interconectadas que toman en consideración creencias y conocimientos” (Martín, 2003:99). Los métodos experienciales, es decir, que favorecen la reflexión- acción y que pudieran adoptarse en la enseñanza de la historia son los juegos, las simulaciones, los estudios de caso, el role playing, las dramatizaciones, entre otros. Se trata de que las experiencias desarrolladas por los estudiantes dentro o fuera de las aulas sean un factor de propicie la reflexión y, por lo tanto, un aprendizaje significativo y crítico. “[…] el corazón de todo aprendizaje se encuentra en el modo como los sujetos procesan la experiencia, en particular la reflexión crítica que hacen sobre esta experiencia” (Martín, 2003:100). En resumen, la teoría plantea dos modos de comprender, mediante una experiencia directa o práctica (aprehensión) o mediante conceptualización abstracta (comprensión) y dos modos de procesar la experiencia, mediante un proceso de extensión o exteriorización (acción) y un proceso de “intención” o interiorización (reflexión). Estas dos raíces de los procesos cognoscitivos son complementarias y la base del aprendizaje real desde el más primitivo al más sofisticado” (Martín, 2003:102). En este sentido, Kolb identifica cuatro estilos de aprendizaje y que son los que Martín y Rodríguez (2003) utilizaron como referente para indagar el aprendizaje en jóvenes en contraste con el aprendizaje de los adultos: a) Aprendizaje divergente: Experiencia concreta y reflexión sobre la experiencia. Privilegia la imaginación y las relaciones interpersonales. b) Aprendizaje asimilador: Conceptualización abstracta y reflexión sobre la experiencia. Se trata de abstracción pura sin intención de aplicación práctica. c) Aprendizaje convergente: Conceptualización abstracta y experiencia activa. Se trata de la intención de hacer un uso práctico de las teorías. d) Aprendizaje acomodador: Experiencia concreta y experiencia activa. Es una manera de dotar de significado a las experiencias de aprendizaje. Los resultados que arrojó la investigación de Martín y Rodríguez (2003) son muy interesantes y aportarán un marco referencial para la elaboración de las estrategias que se emplearán en nuestra investigación, sobre la enseñanza de la historia de México. Estos investigadores, basados en el inventario de estilos de aprendizaje de Kolb, en su versión III, de 1999, encontraron que entre los jóvenes la tendencia en el aprendizaje está más orientada hacia la experimentación activa, pues tratan de dotar de significado a las experiencias de aprendizaje. Según los resultados de la investigación de Martín (2003), entre los hombres y las mujeres jóvenes se encontró una diferencia significativa: los hombres tienden hacia 24 conceptualización abstracta, por lo que su estilo de aprendizaje es de manera más general convergente, es decir que tratan de encontrar la aplicación práctica de las teorías; mientras que las mujeres tienden a un estilo de aprendizaje acomodador, pues prefieren la experiencia activa constante, aunque nos parece necesario que estos datos se analicen detenidamente en posteriores investigaciones, ya que tratar las diferencias cognitivas en el aprendizaje, basadas en las diferencias de sexo, es un tema delicado que requiere de una mayor atención y sustento de los resultados. Los adultos suelen inclinarse por estilos de aprendizaje que privilegian la observación reflexiva, por ende, suelen tener un aprendizaje abstracto. Las estrategias de mediación educativa en los adultos podrían, bajo este hallazgo, incluir debates y conversaciones, cuestionamientos sobre la realidad. Para los jóvenes se requiere de una asociación de prácticas relacionadas con sucesos de su vida cotidiana. El aprendizaje asimilador está presente en ambos grupos, aunque es algo secundario. “Se sugiere activar el ciclo completo del aprendizaje experiencial […] desde la acción a la reflexión y de la conceptualización a la acción” (Martín, 2003:112). Prácticas docentes sobre la enseñanza de la historia Con respecto a la enseñanza de la historia como objeto de investigación educativa, las referencias son más amplias y diversas. Eso es una clara muestra de que es un campo que ha ido en incremento de su desarrollo. Las investigaciones realizadas en las últimas décadas concluyen, de manera casi general, que la enseñanza de la historia debe replantearse en sus estrategias, pues tradicionalmente se ha desarrollado desde una manera memorística y que ha carecido de análisis profundos, enfocándose al estudio de acontecimientos políticos y bélicos (Funes, 2006; Aguilera, 2017). Bajo el contexto latinoamericano, que no es ajeno a la situación que ocurre en México, se ha escrito en Argentina que la enseñanza de la historia “sigue creando problemas entre quienes la enseñan y entre quienes la aprenden. Los primeros, porque no consiguen generar aprendizajes acordes a sus expectativas; los segundos, porque no siempre visualizan algún valor en lo que aprenden.” (Funes, 2006:91) En el caso de Colombia los investigadores refieren que la historia “se ha enseñado tradicionalmente con el análisis de la memoria oficial, memorización, un relato de la patria basado en el orden, la civilización y el anticomunismo.” (Aguilera, 2017:22). Este mismo autor, ha realizado una revisión de los libros de texto escolares de la asignatura de Historia y ha concluido que en ellos prevalece un abordaje de una disciplina cronológica, y esto se traduce en que los estudiantes recién egresados de la educación media tienen la idea de que la historia y las ciencias sociales son “acontecimientos históricos como fechas insignes, 25 personajes históricos, acontecimientos políticos y militares relevantes” (Aguilera, 2017:18). Con esto queda en evidencia que la enseñanza de la historia, de manera casi general, no sólo en México sino en otras áreas de América Latina ha abstraído de sus métodos la reflexión crítica. Como alternativa a estas maneras tradicionales de enseñar la historia que han hecho que no se comprenda el sentido de la misma en los jóvenes y que han favorecido que la asignatura se visualice como tediosa, aburrida y carente de importancia, Funes (2006) expone que la realidad demanda nuevas explicaciones, por lo tanto es necesario convertir y significar la realidad histórica en un verdadero objeto de enseñanza que dé cuenta del problema en todas sus dimensiones: políticas, filosóficas y éticas, más allá de una simple reconstrucción histórica de lo acontecido (Funes, 2017). Por su parte, Aguilera (2017) argumenta la necesidad de movilizar saberes de todos los ámbitos, por lo tanto, dicha disciplina se convierte en el eje pedagógico por excelencia para una formación integral en las ciencias sociales, pero esto requiere que los docentes posean una ductilidad suficiente para integrar a los procesos de enseñanza la dimensión analítica y reflexiva de los saberes. Es por ello que este autor sugiere la idea de transitar a propuestas emancipadoras, como comprender los problemas sociales y sus dimensiones históricas más allá de la distribución de las horas de clase. Aguilera (2017) concluye que hay diferencias significativas entre lo que se dice de la enseñanza de la historia y lo que él considera las prácticas reales en su enseñanza: a) Entre la ley y las prácticas el trecho es abismal. b) Es necesario pensar interdisciplinariamente en la enseñanza de la historia. c) Contrario a lo que se cree, no existe una distancia entre la historia del historiador y la que se enseña en las aulas. d) Existe una enseñanza de la historia de manera estática: memorización y repetición, sin comprensión de los problemas histórico- sociales. En Colombia existe una estrategia nacional denominada “Rutas pedagógicas”, patrocinada por la Universidad Nacional, donde se favorece la relación entre enseñanza de la historia y pensamiento crítico: “El maestro interroga o interpela críticamente el conocimiento, la evaluación, el currículo, las relaciones de convivencia, etcétera […] visibilizar la formación de conciencia histórica y dar cuenta de la relación entre el conocimiento disciplinar y la historia escolar.” (Aguilera, 2017:21) 26 METODOLOGÍA La recolección de datos. El propósito de la recolección de datos tiene una doble función. En primer término, permitirá generar un perfil socioeconómico de la población que será objeto de estudio. Esta contextualización es muy importante al momento de dar seguimiento a la manera en que los jóvenes se apropian de la realidad socio- política a partir del curso de Historia de México y para el establecimiento de las conclusiones, ya que no es lo mismo trabajar con jóvenes de clase baja, media o alta, pues sus expectativas de vida, profesionales, y su contexto inmediato son harto distintos; ya lo mencionó Schuliaquer, (2013), en su investigación sobre jóvenes en los barrios pobres de Francia, que las expectativas y las trayectorias escolares tienen una variable socioeconómica. En segundo término, servirá para dar un seguimiento a la manera en que a partir de la asignatura señalada los jóvenes modifican o no su capacidad de análisis crítico sobre la realidad socio- política que les rodea y cómo su motivación hacia la escuela se transforma o se mantiene en el mismo estatus, dado que los postulados teóricos de la pedagogía crítica señalan que su aplicación en la práctica docente empoderan el pensamiento y praxis de los jóvenes, además de que permite el incremento de su motivación hacia la escuela disminuyendo la resistencia. La fase de trabajo empírica tiene como objetivo contrastar la manera en que los estudiantes suelen apropiarse, comprender y analizar la realidad socio- política, antes de un curso de Historia de México y la manera en que lo hacen posteriormente una vez que haya finalizado, atendiendo a las características socioeconómicas de los jóvenes objeto de estudio. Para llevar a cabo la investigación en su fase de trabajo de campo, se ha optado por un análisis fenomenológico, debido a que, para determinar los alcances de la pedagogía crítica y sus postulados, es muy importante tomar en cuenta la visión y la experiencia de los principales involucrados que son los estudiantes. A partir de sus propias vivencias durante el curso podrán indicar la manera en que el curso y las estrategias de enseñanza- aprendizaje les resultaron atractivas y de qué manera cumplieron con sus expectativas o las razones por las que no lo hicieron. Podrán, además, describir cómo es que el curso de Historia de México les permitió comprender su realidad de una manera distinta y cómo impacta en sus vidas cotidianas. En un primer momento se pensó en tomar en consideración el enfoque hermenéutico, pero se cayó en la cuenta de que éste sólo tendría en cuenta la perspectiva del investigador y no una comprensión cabal de la propia experiencia de los estudiantes, lo cual, para el caso y los objetivos de la investigación parece más pertinente. La fenomenología tiene un alcance mayor al tener dos perspectivas complementarias: la 27 experiencia vivida del sujeto que participa en la investigación y la interpretación del investigador. Técnicas de investigación aplicadas Técnicas utilizadas para la recolección de datos en la fase de trabajo de campo: Entrevista en profundidad Grupos focales Cuestionario Muestra El objetivo de la investigación es evaluar los postulados teóricos de la pedagogía crítica aplicados en el aula, en una asignatura concreta, para conocer sus alcances y limitaciones; por lo tanto, se trata de una investigación cualitativa, y la población que formará parte de nuestro estudio serán los propios estudiantes y sus experiencias, sus reflexiones antes y después de la aplicación de la propuesta de intervención basada en el modelo pedagógico crítico. Dado que lo que se requiere conocer es el nivel de reflexión sobre la realidad sociopolítica y cultural que alcanzan los estudiantes a partir de cursar una asignatura basada en la pedagogía crítica, y la manera en que las propuestas pedagógicas les resultan atractivas porque toman en cuenta sus intereses, su cultura y su contexto socioeconómico, hemos elegido el enfoque metodológico de la fenomenología, cuya finalidad es conocer las experiencias vividas por los sujetos de investigación desde su propia voz, sin intermediarios. Las técnicas consideradas más apropiadas para ello son: entrevista en profundidad y grupos focales. La estrategia para elegir a la muestra estará basada en un muestreo teórico, que se inicia como un muestreo por conveniencia (los informantes se presentan por sí mismos) y luego se da paso a un muestreo de avalancha (unos informantes recomiendan a otros; aunque en este caso, como el investigador es a su vez el profesor de los estudiantes, esto puede omitirse, ya que él mismo conoce quién o quiénes pueden aportar información valiosa), lo importante del muestreo teórico es que el investigador puede avanzar hacia una estrategia de muestreo deliberado a lo largo del estudio, basados en las necesidades detectadas en los primeros resultados (Salamanca y Martín- Crespo, 2007). La entrevista en profundidad se pretende aplicar antes de iniciar con la intervención pedagógica, para conocer los intereses de los estudiantes, la manera en que piensan y reflexionan sobre la sociedad y cómo visualizan a la asignatura de Historia de México, que será la en la que se intervendrá. Para ello, se pretende entrevistar, de inicio a siete estudiantes, basados en la conveniencia. Lo que nos interesa es que 28 los estudiantes nos puedan aportar información acerca de los indicadores propuestos. Si el caso fuera que se llegue a una saturación antes de las siete entrevistas, se podrá considerar dar por terminada esta fase. La investigación cualitativa es flexible y no puede definirse de manera rígida a priori, pues su desarrollo depende en gran medida de la información que se recaba a lo largo del proceso. La aproximación a los informantes será un acercamiento paulatino a ellos (estudiantes en este caso) para solicitar su autorización para ser entrevistados, conseguir su autorización e ir ganando su confianza para que nos aporten la información que solicitaremos. Aquí se les señalan los objetivos de la investigación o de la entrevista, y se les indica que sus respuestas tendrán carácter anónimo, etcétera. Para apoyar la información recabada en las entrevistas se ha sugerido hacer una combinación de métodos al integrar el método cuantitativo y realizar una encuesta a los estudiantes para tener un alcance numérico mayor de sus intereses, necesidades, contexto socioeconómico e ideas previas sobre la asignatura de Historia, y para ello la muestra será censal al grupo seleccionado para intervenir con la estrategia didáctica. Se utilizarán las sesiones de asesoría, dentro del horario escolar, para implementar la encuesta, ya que se trata de sesiones que se aprovechan para tratar asuntos extraescolares y está autorizado que puedan ser utilizadas como espacios propicios para la investigación. En el Anexo 2, se muestran las preguntas planteadas en el cuestionario que se aplicó a los estudiantes, de manera previa, el cual estuvo dividido en cuatro secciones distintas: la primera de ellas estuvo enfocada a conocer la motivación de los estudiantes por la escuela y las actividades académicas2; la segunda tuvo la finalidad de indagar cuál es su posición frente a las problemáticas sociales, políticas y económicas que atañen a su contexto, además de conocer cuáles son las fuentes de información a las que suelen recurrir para mantenerse al tanto de lo que a su alrededor acontece; en la tercera y cuarta sección las preguntas tienen el objetivo de permitir trazar un perfil socioeconómico de los estudiantes. Dado que, el cuestionario aporta respuestas que están dadas a priori e impide una expresión verbal más abierta y rica en detalles, se decidió complementar la información con una serie de entrevistas en profundidad, basados, como se mencionó anteriormente, en la estrategia del muestreo teórico, siendo un total de siete jóvenes entrevistados, y cuyas preguntas se muestran en el Anexo 1, teniendo los mismos ítems que el cuestionario: en primer lugar, preguntas enfocadas a conocer la motivación de los estudiantes por las actividades escolares; en segundo, preguntas relacionadas con el interés de los estudiantes para conocer las problemáticas sociales que les rodean; en tercero, para profundizar sobre su contexto socioeconómico y, en cuarto lugar, para conocer sobre el contexto cultural de los estudiantes. 2 Es importante señalar que, como parte de las actividades académicas, los tutores de los grupos con los que se trabajó, ya habían aplicado un cuestionario para conocer la motivación académica de los estudiantes y los resultados fueron compartidos y se expresan en el capítulo siguiente de forma detallada. En el Anexo 4, se muestra dicho cuestionario. 29 En los capítulos 5 (Contenidos curriculares del curso de Historia de México) y 6 (Aplicación de la estrategia), se describirá a detalle lo que se hizo durante el curso en cuestión, es decir, durante la aplicación de la estrategia. Se indicarán las actividades que se desarrollaron y cómo es que éstas fueron planteadas y sugeridas; se relatarán las experiencias de los estudiantes y se adelantarán algunos resultados. En el capítulo previo, donde se traza el marco teórico, se han descrito algunas de las estrategias que propone la pedagogía crítica para desarrollar las actividades académicas, debiendo resaltar que no ofrecen un recetario de actividades, dado que aquello que el docente propone para trabajar dentro del aula, depende del contexto, de los intereses y de las expectativas de los estudiantes, se trata de un trabajo en conjunto con ellos; sin embargo, proponen la dialogicidad como medio para la enseñanza y el aprendizaje, la realización de actividades que favorezcan la reflexión personal, el diálogo intergrupal y la promoción del respeto hacia la diversidad de ideas, además de tratar los temas académicos basados en el contexto de origen de los estudiantes para que éste cobre sentido. Todo ello nos permitió basar las estrategias de enseñanza en el modelo de aprendizaje experiencial y convergente, propuesto por Kolb, en el que la reflexión teórica vaya de la mano con la reflexión para la praxis social. Para llevar a cabo la técnica de los grupos focales, que se implementó una vez aplicada la estrategia didáctica, fue necesario que los estudiantes entrevistados en un principio fueran quienes conformaran el grupo focal, esto con la finalidad de contrastar estas respuestas con las iniciales. Se regresó al muestreo por conveniencia para obtener a siete participantes, ya que se trata de una técnica, a manera de diálogo (entrevista semiestructurada) que se desarrolla con grupos de entre 7 y 10 personas que cumplen con las características de nuestro objeto de estudio y se define como "una técnica de investigación social que privilegia el habla, cuyo propósito radica en propiciar la interacción mediante la conversación acerca de un tema [...] en un tiempo determinado, y cuyo interés radica en captar la forma de pensar, sentir y vivir de los individuos que conforman el grupo." (Álvarez-Gayou, 2003, p.132) En el grupo focal se aplicó el mismo esquema de preguntas que se plantearon en la entrevista en profundidad al inicio del trabajo de campo, con respecto a los ítems 1 y 2, ya que la finalidad era contrastar las respuestas y ver cómo es que la manera de responder se había modificado, es decir, qué tanto había variado la motivación académica, su interés por las problemáticas sociales, políticas y económicas que rodean a su comunidad y la manera en que ahora podían describirlas. Se optó por el grupo focal para que las respuestas, al construirse en grupo, fueran más ricas en detalles al tener la posibilidad de que un compañero complementara la respuesta de otro. 30 CONTEXTUALIZACIÓN Elementos del contexto externo Contexto socioeconómico El plantel educativo “SABES 21 de Marzo matutino” tiene una modalidad de estudio escolarizada y se encuentra ubicado en la zona urbana del municipio de León, Guanajuato. El nivel socioeconómico de la zona es de clase media y le rodean colonias consideradas de alto nivel de conflictividad social. Hasta el año 2010 el municipio contaba con 1,436,480 habitantes (SEDESHU, 2012), de los cuales 619, 614 personas representaban a la población económicamente activa, equivalente al 43% de la población total (ibidem). Una buena parte de la población económicamente activa se encuentra ocupada (592, 642), mientras que un porcentaje menor (26, 972 personas) se encuentran desocupadas (ibidem). La división ocupacional que mayor porcentaje tiene de representación es la de comerciantes y trabajadores en servicios diversos, pues casi la mitad de los leoneses que representan a la población económicamente activa están ubicados en esta división (236, 865 personas), le siguen la división de trabajadores en la industria (198, 447 personas) y profesionistas, técnicos y administrativos (157, 319 personas) (ibidem). Rionda (s.f.) menciona que en León “la industria local gira en torno a tres grandes ramas: la curtiduría, la manufactura de calzado y la fabricación de sombreros” (Rionda, s.f.:95), por lo que la mayoría de los padres de familia de los estudiantes de este bachillerato se dedican a este tipo de ocupaciones laborales. Rionda (s.f.) hace hincapié en que el municipio de León se ha convertido en el más desarrollado económicamente de la entidad gracias a la industria química, las empresas de servicios y financieras que se han instalado en su interior. Este desarrollo económico es notorio en algunas zonas de la ciudad y no ha tenido una distribución igualitaria; existen zonas de muy elevada pobreza y marginación, incluso dentro del área urbana. Es común que los estudiantes comenten que sus padres o, incluso ellos mismos, trabajan en talleres de calzado. Al respecto, Rionda (s.f.) señala que existen “picas” o talleres familiares que maquilan buena parte de su producción. Según este autor, hay en el municipio unas 1,500 fábricas de calzado (desde las trasnacionales como Flexi o Hush Puppies) y unas 6,000 picas que ocupan a unos 80, 000 obreros que fabrican casi el 50% de la producción nacional del calzado. Esta actividad económica, a decir de Rionda (s.f.) incide directamente en la cultura popular leonesa. A manera de un ejercicio fenomenológico, y atendiendo a la noción de Lukács de clase para sí, o la representación que los agentes tienen sobre su propia condición económica con respecto a los demás, sin que esta representación coincida necesariamente con las condiciones económicas y de clase reales, se preguntó a los estudiantes, a través de un cuestionario, su percepción sobre las condiciones económicas de la colonia en que habitan, que por lo general son cercanas al plantel educativo, y de sus familias, teniendo las siguientes respuestas. Cabe señalar que el cuestionario se aplicó en el mes de junio del año 2018, cuando los estudiantes cursaban el segundo semestre y se 31 obtuvieron 85 respuestas, correspondientes a los estudiantes de los grupos “A” y “B”. El cuestionario se realizó a manera de Escala de Likert donde 1 representa “Totalmente de acuerdo” y 5 “Totalmente en desacuerdo”. Ante la afirmación “las personas de la zona donde habito tienen una buena posición económica”, el 50% contestó no estar ni de acuerdo ni en desacuerdo, es decir que no sienten que la colonia en que habitan es una colonia marginada o en condición de pobreza, pero tampoco tiene una posición elevada. Los estudiantes se han colocado en lo que llamaríamos clase media. Es significativo hacer notar que el 23% de los estudiantes estuvieron de acuerdo con la afirmación, lo que implica que consideran que la colonia en que viven está por encima de la clase media. Gráfica 1. Las personas de la zona donde habito tienen una buena posición económica. Ante la afirmación “generalmente en mi casa no tenemos problemas económicos”, nuevamente la mayoría se ubicó en el punto intermedio, pero en esta ocasión se trató de un porcentaje menor (36.9%) con respecto a la pregunta anterior, y el porcentaje de estudiantes que están de acuerdo con la afirmación de que en su casa no hay problemas económicos la mayor parte del tiempo, se mantuvo en el mismo nivel de respuestas. Únicamente 10 y 6 estudiantes mencionaron estar en desacuerdo y totalmente en desacuerdo, respectivamente, lo que sugiere que se encuentran en una situación vulnerable en materia económica, desde su perspectiva. La clase media continúa siendo el grueso de los estudiantes desde su propia interpretación. Gráfica 2. Generalmente en mi casa no tenemos problemas económicos 32 Se planteó una afirmación más para identificar, de manera indirecta, la capacidad adquisitiva de las familias de los estudiantes y tener un panorama más amplio que nos permita ubicarlos, de manera simplista si se quiere tomar así, pero con fines de una contextualización en este campo, dentro de una categoría de clase social. La aseveración mencionaba “mi familia y yo salimos de vacaciones fuera del estado por lo menos una vez al año”. A lo que la mayoría de ellos (el 40%) afirmó estar totalmente de acuerdo y el 11% estar de acuerdo. En contraste, el 20% de los estudiantes totalmente en desacuerdo y el 10% en desacuerdo. Se trata de un punto “equilibrado”. La mitad de los estudiantes suelen vacacionar fuera del estado al menos una vez al año, mientras que un poco menos de la mitad no lo hace. La distribución del ingreso entre las familias de los estudiantes es desigual, y por ende se trata de grupos heterogéneos en cuanto a su ubicación real en los deciles de ingreso. Lo anterior sugiere que no podemos “encasillarlos” dentro de una categoría socioeconómica, sino que se trata de una población bastante diversa. Gráfica 3. Mi familia y yo salimos de vacaciones fuera del estado por lo menos una vez al año 33 El panorama con respecto al nivel de estudios alcanzado en el municipio no es muy alentador, pues según datos del INEGI y de la Secretaría
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