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La ganadería bovina: vulnerabilidad y mitigación♦ Sonia Salazar Lizán* Antonio Hernández Beltrán* Sergio Muñoz Melgarejo* Belisario Domínguez Mancera* Patricia Cervantes Acosta* Carlos Lamothe Zavaleta* Resumen Para evaluar la vulnerabilidad de la ganadería bovina del estado de Veracruz ante el cambio climático y las acciones requeridas para su mitigación, se analizaron las condiciones climáticas, los escenarios ganaderos y las opiniones de los productores. El análisis de los resultados muestra que la temporada de sequías representa el mayor impacto negativo, particularmente en las zonas norte y centro del estado, mientras que las lluvias afectan principalmente a la zona sur. Para las tres zonas, las principales pérdidas ganaderas se concentraron en el rubro de animales y pastizales; en la zona sur, además de estas afectaciones, los daños a la infraestructura fueron importantes. La especie más afectada fue la bovina y la principal causa de pérdida fue por la muerte de los animales. El número de hectáreas afectadas por zona fue superior en el norte. Los escenarios proyectados a 2020 muestran un serio compromiso, durante el verano, para las zonas centro y sur, en tanto que para el invierno, en la zona centro, el efecto primordial sería debido a la disminución de las ♦ Agradecimiento a los productores y las Asociaciones Ganaderas Locales. A la Mtra. Beatriz Palma y colaboradores. * Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia, Universidad Veracruzana. Correo electrónico: ssalazarster@gmail.com 2 lluvias. En el verano, un posible beneficio, a partir de estos escenarios, sería una mayor precipitación pluvial en la zona norte; en contraparte, una menor precipitación pluvial disminuiría el riesgo de inundaciones en la zona sur. Los productores perciben que para mitigar los posibles efectos del cambio climático deben organizarse y capacitarse. Introducción En el estado de Veracruz, la ganadería de pastoreo representa la principal actividad pecuaria en más de 50% de su territorio y tiene una gran importancia social, cultural y ambiental, por lo que un objetivo a considerar es el diseño de una estrategia dirigida a reducir la vulnerabilidad de la ganadería veracruzana ante el impacto de sequías, lluvias e inundaciones asociadas a los posibles efectos del cambio climático. Para la prevención del riesgo que significan estos efectos en el sector ganadero del estado de Veracruz, es fundamental plantear acciones que permitan influir sobre los factores que acentúan dicha vulnerabilidad, y que permitan reducir la probabilidad de que tales efectos se conviertan en emergencias o alcancen la condición de desastres, lo que implica la participación de productores, autoridades y profesionales interrelacionados con el sector, que deberán aportar alternativas de solución viables. En este contexto, el análisis de la vulnerabilidad ganadera deberá considerar el diseño de procedimientos de planeación regional a corto, mediano y largo plazo que establezcan instrumentos operativos para la prevención del riesgo durante las sequías en la zona norte y centro, cada vez más frecuentes, y durante las lluvias e inundaciones en la zona sur del estado; asimismo deberá contemplar una perspectiva temporal más amplia cuyo propósito sea mejorar el conocimiento para poder influir sobre las causas de estos fenómenos y para mitigar los posibles impactos del cambio climático. El presente trabajo aborda los aspectos generales de la ganadería bovina en el estado; las sequías e inundaciones ocasionadas por la situación climática de los últimos años, y sus repercusiones sobre la producción animal; las opiniones directas de los productores pertenecientes a diferentes municipios de las zonas norte, centro y sur del estado, y las 3 posibles alternativas de mitigación de los potenciales efectos del cambio climático sobre la actividad pecuaria. Antecedentes La temperatura de la Tierra ha aumentado de 0.3 a 0.6°C durante los últimos 100 años, si bien el ritmo de cambio ha variado, con aumentos más rápidos durante los periodos de 1925 a 1944 y de 1978 a 1997. Por ejemplo, entre 1950 y 1993, las temperaturas mínimas del invierno se elevaron casi 3°C y las temperaturas máximas de la primavera se incrementaron 1.4°C en el hemisferio norte; aunque los cambios en la temperatura varían geográficamente y tienden a ser mayores durante los meses más fríos (McCarty, 2001). El Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (2001), conocido como IPCC, (por sus siglas en ingles), define al cambio climático como la variación estadísticamente significativa, ya sea de las condiciones climáticas medias o de su variabilidad, que se mantiene durante un periodo prolongado (generalmente durante decenios o por más tiempo), y que puede deberse a procesos naturales internos, a un forzamiento externo, a cambios antropogénicos duraderos en la composición de la atmósfera o en el uso del suelo. Las predicciones climáticas indican que la acumulación sostenida de gases de efecto invernadero en la tropósfera, como el metano (CH4), modificará los patrones globales de temperatura, precipitación pluvial y variabilidad climática en las próximas décadas. Se estima que un incremento de 1 a 3°C durante la primera mitad del siglo XXI ocurrirá más rápido que cualquier otro incremento enfrentado por la humanidad desde el comienzo de la agricultura, hace alrededor de 10 mil años (McMichael y Beaglehole, 2000). De acuerdo con Rötter y Van de Geijn (1999), y con Zhao et al. (2005), el cambio climático afectará la producción animal en cuatro sentidos: 1) en la disponibilidad y el precio de los granos para alimentar al ganado; 2) en la producción y calidad de los pastizales y forrajes; 3) en la salud, el crecimiento y la reproducción de animales debido a los fenómenos meteorológicos extremos, y 4) en la distribución de las enfermedades de los animales. 4 Se espera que el cambio climático incida sobre la producción agropecuaria, en los balances hidrológicos y en la oferta, así como en el suministro de insumos. La producción agropecuaria estará directamente afectada por cambios en los factores climáticos como temperatura, precipitación pluvial, frecuencia y severidad de fenómenos extremos (sequías, inundaciones o tormentas). El cambio climático también podría alterar el tipo, la frecuencia y la intensidad de varias enfermedades de plantas y animales; por otro lado, se podría ver afectada la disponibilidad y la distribución de los suministros de agua para riego, lo que incrementaría la erosión del suelo. Sin embargo, la naturaleza de estos sucesos biofísicos y la respuesta humana hacia ellos todavía son complejos e inciertos (Adams et al., 1998). Relevancia y características de la ganadería bovina del estado de Veracruz El estado de Veracruz, gracias a su riqueza y diversidad de recursos humanos y naturales, ha permitido el desarrollo de actividades como la agricultura y la ganadería. Ésta última es un sector productivo de gran importancia para el estado y hasta 2005 su impacto en la producción pecuaria nacional era el siguiente: quinto lugar en producción de leche de bovino, primero en carne de bovino, tercero en carne de ovino, primero en carne de ave (pollo, gallina ligera y pesada que ha finalizado su ciclo productivo), cuarto en miel y tercero en cera en greña, entre los rubros más relevantes (SIAP, 2006a). La superficie territorial del estado de Veracruz es de 7’000,281.5 hectáreas, de los que 3’000,687.4 se dedican a la ganadería; es decir, 50.6% del total (Herrera, 2005). Concretamente, la ganadería bovina ha sido y es una de las actividades más dinámicas, y se considera que su práctica repercute sobre diversos aspectos de la sociedad; aunado a lo anterior, se le considera un factor fundamental en la constituciónde los complejos sistemas ecológicos que definen la singular biodiversidad del estado (Hernández et al., 2006). En 2005, la población estimada de bovinos para el estado era de 3’901,000, de los cuales 3’841,000 eran de “doble propósito” y 60 mil eran lecheros, principalmente localizados en las zonas templadas (Herrera, 2005). Según el avance mensual de la producción pecuaria de septiembre de 2006, se pronostica que Veracruz podrá mantenerse como el quinto lugar nacional en la producción de leche y el primero en producción de carne de bovino, y que su participación nacional en estos rubros será de 6.8 y 13.9%, respectivamente (SIAP, 2006b). 5 Mayoritariamente, tanto la producción de carne como la producción de leche de bovino que se generan en Veracruz son soportadas por el ganado manejado en las regiones tropicales húmedas, subhúmedas y secas del estado, donde predomina el sistema denominado de doble propósito. El estado cuenta con una fuerte tradición ganadera bajo el sistema de doble propósito, en el cual existen diferencias entre los estratos de productores respecto al tipo de tenencia de la tierra o posesión de los medios de producción básicos (tierra y ganado), lo que se refleja en el nivel tecnológico y de organización, así como en la lógica de la producción (Rodríguez, 2000). En Veracruz, los sistemas de doble propósito están representados por unidades de producción (UP) pequeñas, de tipo extensivo y dispersas en una gran variedad de ecosistemas, que hacen poco uso de tecnología y que poseen una estructura económica donde la tierra y el ganado representan del 80 al 90% del capital total. Las vacas, aparte de producir leche, crían directamente a sus becerros, los cuales sirven de “apoyo” durante el ordeño para estimular el descenso de la leche. Los animales pertenecen a cruzas indefinidas entre razas europeas (tanto lecheras como cárnicas) y cebuinas (Castañeda et al., 2001). Dentro de las características más importantes de los sistemas de doble propósito, destaca que la alimentación del ganado depende casi exclusivamente del pastizal, el cual todavía se encuentra representado en una gran proporción por especies nativas de bajo valor forrajero y que, en general, se manejan en forma inadecuada (López, 2000). La estacionalidad de las lluvias determina la disponibilidad de forrajes, en tanto que la edad de los pastos determina su valor nutritivo (Castañeda y Lagunes, 2000), lo que se traduce en una “estacionalidad” de la producción, sobre todo de leche. La cantidad y calidad de los pastizales tienen gran impacto sobre la producción y rentabilidad de las UP. Dentro de las mayores limitantes de la producción forrajera está la estacionalidad, que obedece a cambios en los elementos climáticos a través del año, principalmente precipitación pluvial, temperatura, radicación solar y presencia de vientos. En el estado de Veracruz se pueden distinguir dos épocas bien definidas del año: la temporada lluviosa y la temporada seca, cuya consecuencia es una oferta variable de forraje (Rivera, 2001). 6 Uno de los factores que influye de manera determinante sobre la producción de los sistemas de doble propósito es la no aplicación de medidas sanitarias, por ejemplo, el control de endoparásitos, las vacunaciones o el control de mastitis, debido a que no se adopta un paquete tecnológico adecuado al sistema de producción. Enfermedades como la anaplasmosis, la babesiosis, la brucelosis, las clostridiasis (pierna negra y edema maligno), la estomatitis vesicular (hierba), la infestación por garrapatas, la rabia paralítica (derriengue) y la tuberculosis, al igual la muerte de becerros por helmintiasis, influyen sobre el sistema de producción (Milián, 2000). Otras características de los sistemas de doble propósito son: el escaso acceso a los servicios de programas estatales de crédito y asistencia técnica; el empleo de recursos con bajo costo de oportunidad, mismos que no tienen más usos alternativos que la tierra y la mano de obra familiar, y la flexibilidad del sistema, ya que la producción se puede orientar hacia el producto que tenga mayor valor en el mercado, sin grandes cambios en la infraestructura (Castañeda y Lagunes, 2000). Efectos del cambio climático sobre la ganadería Las tierras de pastoreo en América Latina mantienen actividades granjeras de subsistencia y ganaderas comerciales, siendo un factor clave en la economía de muchos países como México, Brasil, Argentina y Uruguay. Existen aproximadamente 570 millones de animales en el subcontinente sudamericano, y más de 80% se alimenta en las tierras de pastoreo permanente y temporal (Calvo et al., 2000). Se predice que en América Latina la producción ganadera, basada en el pastoreo, se verá afectada negativamente por un incremento en la variabilidad de la precipitación y, de igual forma, aquellas áreas propensas a sequías o inundaciones. En comparación con los animales, los pastizales de las áreas tropicales serán más vulnerables al cambio climático. La baja disponibilidad de agua y la consecuente reducción de nutrientes en el suelo parecen ser los factores limitantes más importantes para la calidad de los pastizales de esta región (Zhao et al., 2005). 7 Sin embargo, las actividades humanas pueden producir más cambios en los ecosistemas de pastizales que cualquier otro de los factores del cambio global, y pueden interactuar significativamente con los impactos del cambio climático, particularmente en las áreas tropicales y subtropicales. Los límites entre las tierras de pastoreo y otros biomas probablemente se modificarán directamente con los cambios climáticos a través de la composición de especies, e indirectamente a través de cambios en el régimen de incendios, cultivos oportunistas o disposición agrícola de los márgenes menos áridos del territorio de pastoreo (Calvo et al., 2000). El área tropical de México abarca 51’278,600 ha, que corresponden a 26.2% del territorio nacional; de éstas, 18’952,300 (37%) se dedican a la producción pecuaria, donde pastorean aproximadamente 12 millones de bovinos (40% del inventario nacional), que producen 28 y 39% de la leche y la carne que se consume en el país, respectivamente (Koppel et al., 2002). En conjunto, México dedica más de 60% de su territorio básicamente a la ganadería bovina, si bien sus parámetros productivos no son los óptimos (Enríquez et al., 1999); situación similar a la que predomina en el estado de Veracruz. Para México, se pronostica que cualquier desplazamiento hacia condiciones más cálidas y más secas podría dar origen a una crisis nutricional y económica, porque el sector agropecuario ya se ve presionado por precipitaciones escasas y variables. De acuerdo con distintos modelos utilizados, es probable que la evaporación potencial aumentará y, en la mayoría de los casos, la disponibilidad de humedad disminuirá, aun donde los modelos proyectan un aumento en la precipitación (Calvo et al., 2000). Estudios realizados en México indican altas probabilidades de que se presenten temperaturas elevadas y, por lo tanto, mayores tasas de evaporación con el doble de dióxido de carbono. Las lluvias durante el verano podrían disminuir en la mayoría del país, pero aumentar durante el invierno en la región norte. Las proyecciones apuntan a una mayor vulnerabilidad frente al cambio climático en las zonas costeras y las regiones norte y centro de la república (Gay et al., 2006). Se vaticina que en México más de 15 mil km2 de zonas costeras se podrían ver amenazadas por la elevación del mar, afectando por igual a los ecosistemas, la ganadería y la 8 agricultura. Zonas que requieren especial atención son las desembocaduras del río Bravo, en Tamaulipas, del Usumacinta y del Grijalva, en Tabasco, y las lagunas costeras en Veracruz, por mencionar algunas. En ciertos lugares, el agua de mar podría introducirse más de40 km tierra adentro (Magaña y Gay, 2002). Además, en nuestro país, las industrias que requieren agua como insumo se podrían ver amenazadas. La generación de energía eléctrica competiría por este recurso con el consumo humano y el sector agropecuario. De acuerdo con diferentes escenarios, también se presenta una tendencia a la desertificación (erosión), que podría verse agravada. Muchos ecosistemas también se verían amenazados y 50% de la vegetación cambiaría de características con un calentamiento de 3 a 4°C (Magaña y Gay, 2002). Según Magaña y Gay (2002), El Niño/Oscilación Austral será el fenómeno de mayor importancia como modulador de las lluvias en México. Los análisis de las tendencias de precipitación en las regiones donde la temperatura ha aumentado sustancialmente, indican que no sólo la lluvia acumulada puede variar sino también la forma en que llueve. Mendoza et al. (2006) añaden que, con base en el análisis de series históricas de 1502 a 1899, El Niño habría estado asociado con al menos 38% de las sequías en el sureste mexicano. También se estima que el cambio climático sea uno de los factores que impulsen la aparición y propagación de enfermedades en los animales y la transmisión de patógenos entre los animales y las personas (zoonosis); otros factores son los cambios en la estructura del sector ganadero, las prácticas ganaderas y el comercio (local, nacional e internacional) de ganado y productos pecuarios. Los graves efectos sociales y económicos de la propagación de las enfermedades transfronterizas de los animales se han convertido en motivo de preocupación mundial (CSAM, 2005). Una categoría especial de enfermedades infecciosas es el grupo conocido como enfermedades transmitidas por vectores (ETV), que podrían expandir sus fronteras geográficas y de altitud debido a las condiciones más favorables para patógenos, reservorios y vectores, como resultado del calentamiento de la Tierra (Calvo et al., 2000); escenario que comparten Harvell et al. (2002). En México, Rodríguez (2002) realizó una 9 amplia revisión de las cinco ETV más importantes en el país, tres de las cuales son zoonosis. La hipótesis de que el calentamiento ocurrido durante las décadas recientes ha causado variaciones en la distribución de los vectores es soportada por diferentes estudios, los que muestran que: a) los vectores mueren o no se desarrollan adecuadamente cuando están por abajo de ciertos umbrales de temperatura, y b) las tasas de reproducción, crecimiento de la población y alimentación de los vectores aumentan con incrementos en la temperatura (Harvell et al., 2002). Asimismo, los cambios ecológicos están jugando un papel decisivo en la emergencia de enfermedades, sean propias de los animales o zoonosis. De estos cambios, el cambio climático es el factor de mayor preocupación últimamente, ya que aparte de incidir sobre lo mencionado en párrafos anteriores, puede afectar los patrones de migración de aves y otros animales silvestres y el tiempo de supervivencia de los patógenos fuera del hospedero (Slingenbergh et al., 2004). Las enfermedades emergentes se están presentando en proporciones sin precedentes y son causa de preocupación, tanto de salud pública como de salud animal. El término “enfermedad emergente” abarca cualquiera de las siguientes situaciones: 1) un patógeno conocido que aparece en una región geográfica nueva; 2) un patógeno conocido que se presenta en hospederos hasta ahora no susceptibles; y 3) un patógeno previamente desconocido que se detecta por primera vez (Brown, 2004). Para dar una idea de la magnitud del problema, acorde con Slingenbergh et al. (2004), se han identificado 1,415 especies de agentes infecciosos con capacidad patogénica hacia los humanos, incluyendo 217 virus y priones, 538 bacterias y rickettsias, 307 hongos, 66 protozoarios y 287 helmintos, de los cuales 868 (61%) fueron clasificados como zoonóticos y 175 fueron asociados con enfermedades emergentes; a su vez, en este grupo de 175 patógenos emergentes, 132 (75%) fueron zoonóticos. Materiales y métodos 10 Áreas de estudio La selección de las áreas de estudio se basó en: las características de la actividad pecuaria en los municipios, su grado de desarrollo social (en algunos casos), y las declaratorias de emergencia, tanto por lluvias e inundaciones como por sequías. En la zona norte, particularmente en la región de la Huasteca Alta (figura 1), hubo declaratoria de emergencia en febrero de 2006 como resultado de la sequía. La superficie destinada a la ganadería, el total de cabezas de ganado y el total de UP de los municipios afectados en la zona norte se muestran en el cuadro 1. En la zona centro (figura 2) se tuvo en cuenta el hecho de que, si bien las lluvias se presentan de una manera torrencial durante el verano, la mayor parte del año es seca, y en Figura 1. En color amarillo, municipios de la zona norte de Veracruz que fueron afectados por la sequía durante 2006. Fuente: Adaptado de http://www.sagarpa.gob.mx/dlg/veracruz/informacion/DDR12.htm. 11 esta área se ubican las zonas que durante 2005 —año especialmente lluvioso en el estado (Tejeda y Welch, 2005)— merecieron la atención del Programa Federal de Apoyo a las Zonas Áridas, desarrollado por la Comisión Nacional de Zonas Áridas (Conaza, www.conaza.gob.mx). El otro hecho que apoyó esta decisión fue la localización de cuatro de los cinco municipios estudiados en la microrregión central semiárida de Veracruz. Las microrregiones responden a una estrategia empleada por la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol, www.microrregiones.gob.mx) para ubicar y atender a los territorios con mayores rezagos del país: espacios geográficos integrados por municipios de muy alto o alto grado de marginación, y los predominantemente indígenas, así como otros de marginación relativa. La superficie destinada a la ganadería, el total de cabezas de ganado y el total de UP de los municipios estudiados en la zona centro se muestran en el cuadro 2. Municipio Superficie (ha) Cabezas de ganado Unidades de producción Cabezas/ ha Cabezas/unidad de producción Chalma 13,496 9,496 1,340 0.70 7.09 El Higo 20,271 30,437 1,151 1.50 26.44 Ozuluama 195,557 134,451 2,940 0.69 45.73 Tampico Alto 64,386 46,056 1,290 0.72 35.70 Tantoyuca 87,782 52,808 8,642 0.60 6.11 Tempoal 94,390 101,591 2,422 1.08 41.95 Pánuco 190,926 128,877 5,921 0.68 21.77 Naranjos 16,031 10,867 525 0.68 20.70 Ixcatepec 14,296 12,671 1,272 0.89 9.96 Benito Juárez 12,102 11,710 2,107 0.97 5.56 Temapache 45,858 431,131 6,660 9.40 64.73 Tihuatlán 43,266 65,250 3,410 1.51 19.13 Tuxpan 80,684 74,500 3,428 0.92 21.73 Promedio ± E.E. 1.56 ± 0 65 25.12 ± 4.91 E.E. = Error estándar. Fuente: INFDM (2005). Cuadro 1. Superficie destinada a la ganadería, total de cabezas de ganado, total de unidades de producción y densidades ganaderas de los municipios afectados por sequía en la zona norte de Veracruz durante 2006 12 Respecto a la zona sur, región Olmeca, hubo declaratoria de emergencia por lluvias e inundaciones en julio y septiembre de 2006 (figura 3). Para el presente trabajo se consideraron los municipios de Acayucan y San Juan Evangelista, ya que se aprovechó la información obtenida en un estudio previo (Hernández et al., 2006). Estos municipios fueron dos de las zonas ganaderas más afectadas por el huracán Stan en 2005; la superficie destinada a la ganadería, el total de cabezas de ganado y el total de UP de los municipios afectados en la zona sur se muestran en el cuadro 3. Municipio Superficie (ha) Cabezas de ganado Unidades de producción Cabezas/ha Cabezas/unidad de producción Camarón de Tejeda 8,545 16,148 573 1.88 28.18 Jamapa 11,147 7,900 719 0.70 15.50 Manlio Fabio Altamirano 7,244 27,900 1,715 3.85 16.28 Medellín 24,323 26,690 1,857 1.09 14.37 Soledadde Doblado 24,062 27,591 2,039 1.14 13.53 Promedio ± E.E. 1.73 ± 0.56 17.57 ± 2.69 E.E. = Error estándar. Fuente: INFDM (2005). Cuadro 2. Superficie destinada a la ganadería, total de cabezas de ganado, total de unidades de producción y densidades ganaderas de los municipios estudiados en la zona centro de Veracruz Figura 2. En color amarillo, municipios de la zona centro de Veracruz considerados en el estudio. Fuente: Adaptado de: http://www.sagarpa.gob.mx/dlg/veracruz/informacion/DDR7.htm. 13 Metodología Los datos necesarios para la elaboración del trabajo se obtuvieron a través de una encuesta aplicada a productores que acudieron a efectuar algún trámite en las sedes de las Asociaciones Ganaderas Locales (AGL) de los municipios. Se aprovechó el lapso que dura el horario de atención de éstas, usualmente de 8:30 a 15:00 horas, así como la oportunidad de reuniones de socios programadas. La encuesta abordó aspectos relacionados con la percepción de los productores acerca del cambio climático y sus posibles efectos sobre la actividad ganadera. Figura 3. En color amarillo, municipios de la zona sur de Veracruz que fueron afectados por lluvias e inundaciones durante 2005; en color anaranjado, municipios afectados durante 2006; y en color azul, municipios afectados en ambos años. Fuente: Adaptado de http://www.sagarpa.gob.mx/dlg/veracruz/informacion/DDR10.htm. 14 La selección de los municipios fue con intención y por conveniencia, en función de lo mencionado en el apartado 2.1 y de la disposición a participar por parte de las AGL. Los municipios considerados en la zona norte fueron: Pánuco, Ozuluama, Tampico Alto, Tempoal y Naranjos. Los municipios de la zona centro fueron: Jamapa, Manlio Fabio Altamirano, Medellín, Camarón de Tejeda y Soledad de Doblado. Los municipios de la zona sur fueron: Acayucan y San Juan Evangelista. Los datos obtenidos a partir de las encuestas fueron analizados por medio de una hoja electrónica de cálculo que permitió realizar una estadística descriptiva. Escenarios de cambio climático La proyección para los escenarios de cambio climático (ECC), de los municipios contemplados en este trabajo, tomó en consideración los modelos de circulación general (MCG) utilizados por Palma et al. (2007) para el estado de Veracruz, en el marco del Programa Veracruzano ante el Cambio Climático (PVCC). Se incluyeron los MCG Echam A2, GDFLR A2 y PRECIS A2 para temperatura y precipitación de invierno y verano al 2020. Los ECC proporcionan representaciones verosímiles del clima futuro, construidas a partir de las relaciones entre las variables del clima observado y el proyectado, que suelen E.E. = Error estándar. Fuente: INFDM (2005). Cuadro 3. Superficie destinada a la ganadería, total de cabezas de ganado, total de unidades de producción y densidades ganaderas de los municipios afectados por lluvias e inundaciones en la zona sur de Veracruz durante 2005 y 2006 Municipio Superficie (ha) Cabezas de ganado Unidades de producción Cabezas/ha Cabezas/unidad de producción Jesús Carranza 33,520 141,689 3,388 4.23 41.82 Chinameca 10,316 11,820 611 1.15 19.35 Jáltipan 17,291 13,610 1,076 0.79 12.65 Texistepec 130,696 27,105 1,272 0.21 21.31 Acayucan 49,298 48,809 2,406 0.99 20.28 San Juan Evangelista 76,994 88,450 3,067 1.14 28.83 Promedio ± E.E. 1.41 ± 0.58 24.04 ± 4.13 15 utilizarse como fundamento para la elaboración de modelos de impacto futuro. Las principales fuentes de incertidumbre en los ECC, utilizadas para evaluar los impactos potenciales, son: incertidumbre en las emisiones, incertidumbres en la variabilidad natural e incertidumbres asociadas a los modelos climáticos (IPCC, 1996). Resultados De los 145 productores encuestados en las tres zonas del estado, 123 (84.8%) manifestaron haber sufrido pérdidas ganaderas por algún fenómeno climatológico durante los últimos dos años. Por zona, en el norte manifestaron esto 59 (78.7%) de 75 productores; en el centro, 41 (87.2%) de 47; y en el sur, 23 (100%) de 23. En la figura 4 se aprecia en qué temporada manifestaron tener mayores pérdidas los productores. Por tipo de pérdida, los productores declararon que éstas fueron mayores en el caso de animales y pastizales en las tres zonas del estado; sin embargo, en la zona sur se deben agregar las pérdidas en infraestructura, sobre todo cercos y galeras. En cuanto a otros tipos de pérdidas, particularmente se consideraron cultivos agrícolas, como maíz y árboles aprovechables (por ejemplo, especies utilizadas como cercos “vivos”). Del total de productores encuestados, 102 (70.3%) sufrieron pérdidas de animales, 114 (78.6%) pérdidas de pastizales, y 31 (21.4%) pérdidas de infraestructura (figura 5). 16 Figura 5. Tipo de pérdidas, animales y no animales, por zona del estado de Veracruz, según productores. Porcentaje de la muestra 0 20 40 60 80 100 Ti po d e pé rd id a Otros Infraestructura Pastizales Animales Zona Norte Zona Centro Zona Sur Figura 4. Pérdidas ganaderas por temporada en las zonas norte, centro y sur del estado de Veracruz, según productores. Porcentaje de la muestra 0 20 40 60 80 100 Te m po ra da Lluvia Sequía Lluvia y Sequía Zona Norte Zona Centro Zona Sur 17 En orden decreciente, los bovinos fueron la especie más afectada, seguidos por los ovinos y los equinos (figura 6). De acuerdo con los productores, la primera causa de pérdida en los bovinos fue por muerte; la segunda fue por enfermedad asociada, como neumonía o diarrea; y la tercera fue por otras causas, como el adelgazamiento y pérdida de peso de los animales (figura 7). La extensión de las UP se clasificó por categorías, que fueron de 1 a 5 ha, de 6 a 10 ha, de 11 a 50 ha, y de más de 50 ha. En la zona centro predominaron las UP con extensiones de 6 a 10 ha, y de 11 a 50 ha, mientras que en la zona norte y sur la mayoría de las UP tenían más de 50 ha. Esto coincide con el promedio de hectáreas afectadas por productor, que fue de 43.7 ha en la zona norte, 20.6 ha en la zona centro, y 22.5 ha en la zona sur (figura 8). Figura 6. Especies y número de animales (promedio ± error estándar) afectados por zona del estado de Veracruz, según productores. Número de animles promedio 0 10 20 30 40 50 An im al es a fe ct ad os Ovinos Equinos Bovinos Zona Norte Zona Centro Zona Sur 18 Figura 8. Promedio (± error estándar) de hectáreas afectadas por zona del estado de Veracruz, según productores. Z o n a N o r te C e n t r o S u r P ro m ed io d e he ct ár ea s af ec ta da s 0 1 0 2 0 3 0 4 0 5 0 Figura 7. Causas de pérdida en los bovinos de las zonas norte, centro y sur del estado de Veracruz, según productores. Porcentaje de la muestra 0 20 40 60 80 Pé rd id a de b ov in os Otras Enfermedad Muerte Zona Norte Zona Centro Zona Sur 19 Escenarios de cambio climático En las figuras 9, 10, 11 y 12 se presentan los ECC para el estado de Veracruz para el 2020, según los MCG Echam A2, GFDLR A2 y PRECIS A2 (Palma et al., 2007). A manera de referencia, en la figura 9a se indican los municipios incluidos en el presente trabajo. Figura 9. Incrementos en la temperatura (°C) proyectados por los modelos de circulación general a 2020 para el invierno en el estado de Veracruz. En la figura a) se indican los municipios estudiados: 1, Ozuluama; 2, Pánuco; 3, Tampico Alto; 4, Tempoal; 5, Naranjos; 6, Jamapa; 7, Manlio Fabio Altamirano; 8, Medellín; 9, Soledad de Doblado; 10, Camarón de Tejeda; 11, San Juan Evangelista, y 12, Acayucan. Adaptado de Palma et al. (2007). -98.5 -98 -97.5 -97 -96.5 -96 -95.5 -95 -94.5 -94 -93.5 17.5 18 18.5 19 19.5 20 20.5 21 21.5 22 22.5 0.79 0.82 0.85 0.88 0.91 0.94 0.97 a) Echam 20’s A2 b) GFDLR 20’s A2 -98.5 -98 -97.5 -97 -96.5-96 -95.5 -95 -94.5 -94 -93.5 17.5 18 18.5 19 19.5 20 20.5 21 21.5 22 22.5 0.82 0.87 0.92 0.97 1.02 1.07 1.12 1.17 1.22 1.27 1.32 1.37 1.42 c) PRECIS 20 A2 20 Figura 10. Incrementos en la temperatura (°C) proyectados por los modelos de circulación general para el 2020 para el verano en el estado de Veracruz. Adaptado de Palma et al. (2007). -98.5 -98 -97.5 -97 -96.5 -96 -95.5 -95 -94.5 -94 -93.5 17.5 18 18.5 19 19.5 20 20.5 21 21.5 22 22.5 0.92 0.95 0.98 1.01 1.04 1.07 1.1 1.13 1.16 -98.5 -98 -97.5 -97 -96.5 -96 -95.5 -95 -94.5 -94 -93.5 17.5 18 18.5 19 19.5 20 20.5 21 21.5 22 22.5 0.88 0.92 0.96 1 1.04 1.08 a) Echam 20 A2 b) GFDLR 20 A2 -98.5 -98 -97.5 -97 -96.5 -96 -95.5 -95 -94.5 -94 -93.5 17.5 18 18.5 19 19.5 20 20.5 21 21.5 22 22.5 0.9 1 1.1 1.2 1.3 1.4 c) PRECIS 20 A2 21 Figura 11. Variaciones en la precipitación (mm/día) proyectadas por los modelos de circulación general al 2020 para el invierno en el estado de Veracruz. Fuente: Adaptado de Palma et al. (2007). -98.5 -98 -97.5 -97 -96.5 -96 -95.5 -95 -94.5 -94 -93.5 17.5 18 18.5 19 19.5 20 20.5 21 21.5 22 22.5 -0.4 -0.3 -0.2 -0.1 0 0.1 0.2 0.3 0.4 0.5 0.6 -98.5 -98 -97.5 -97 -96.5 -96 -95.5 -95 -94.5 -94 -93.5 17.5 18 18.5 19 19.5 20 20.5 21 21.5 22 22.5 -3.2 -2.7 -2.2 -1.7 -1.2 -0.7 -0.2 a) Echam 20’s A2 b) GFDLR 20’s A2 -98.5 -98 -97.5 -97 -96.5 -96 -95.5 -95 -94.5 -94 -93.5 17.5 18 18.5 19 19.5 20 20.5 21 21.5 22 22.5 -0.22 -0.17 -0.12 -0.07 -0.02 0.03 0.08 0.13 0.18 c) PRECIS 20 A2 22 Análisis y perspectivas Las mayores pérdidas sufridas por los productores fueron en las áreas de animales y pastizales (potreros) para las tres zonas, aunque en la zona sur se añaden las pérdidas en infraestructura, como cercas y galeras. En relación con la percepción de los productores, Figura 12. Variaciones en la precipitación (mm/día) proyectadas por los modelos de circulación general al 2020 para el verano en el estado de Veracruz Fuente: Adaptado de Palma et al. (2007). -98.5 -98 -97.5 -97 -96.5 -96 -95.5 -95 -94.5 -94 -93.5 17.5 18 18.5 19 19.5 20 20.5 21 21.5 22 22.5 0.05 0.15 0.25 0.35 0.45 0.55 0.65 0.75 0.85 0.95 -98.5 -98 -97.5 -97 -96.5 -96 -95.5 -95 -94.5 -94 -93.5 17.5 18 18.5 19 19.5 20 20.5 21 21.5 22 22.5 -2.2 -1.9 -1.6 -1.3 -1 -0.7 -0.4 -0.1 0.2 0.5 0.8 1.1 a) Echam 20 A2 b) GFDLR 20 A2 -98.5 -98 -97.5 -97 -96.5 -96 -95.5 -95 -94.5 -94 -93.5 17.5 18 18.5 19 19.5 20 20.5 21 21.5 22 22.5 -0.85 -0.75 -0.65 -0.55 -0.45 -0.35 -0.25 -0.15 -0.05 c) PRECIS 20 A2 23 obtenida por medio de las encuestas en torno a la vulnerabilidad de la ganadería ante los eventos meteorológicos, se puede enlistar los siguientes: El periodo de sequía es el que causa mayores pérdidas. El periodo de lluvias, en general, aporta más beneficios que perjuicios, al aumentar el volumen de agua disponible y la humedad residual. Los periodos prolongados de lluvias abundantes y de sequía afectan principalmente a los potreros. Las afectaciones animales se reflejan principalmente en una baja sensible de los parámetros bioproductivos durante la época de sequía y en las secuelas de algunas enfermedades derivadas de la humedad excesiva y de la propia sequía. La infraestructura que sufre mayores daños son las cercas perimetrales en la época de lluvias, y por los incendios provocados que se salen de control en la época de sequía. La muerte de los animales se asoció más con los efectos de la sequía y se relacionó con la merma que sufren los potreros durante esta temporada. La disminución en la disponibilidad de forraje se traduce en adelgazamiento y desnutrición de los animales, que los lleva directamente a la muerte o, indirectamente, a una inmunodepresión, la cual se traduce en enfermedades oportunistas cuyo desenlace es la muerte. En relación con el manejo nutricional, Milián (2000) asocia a éste con los principales problemas sanitarios en las regiones tropicales, debidos a la desnutrición por falta de forraje en épocas de secas. La disponibilidad de forraje verde en las regiones tropicales, continúa el autor, ha estimulado la introducción de ganado especializado; sin embargo, con esto también se han creado más problemas sanitarios, ya que las razas europeas son más susceptibles al estrés por el calor, a las enfermedades parasitarias y a aquellas transmitidas por garrapatas, a pesar de que éstas no causan brotes o problemas serios en la población bovina originaria del lugar. Para subsanar los problemas de índole sanitaria, señala Milián (2000), tres puntos son primordiales: 1) inmunizar a los animales contra aquellas enfermedades que son peligrosas 24 en la región, siempre y cuando existan biológicos (vacunas, bacterinas y/o toxoides) adecuados y no se obstruyan mandatos de las autoridades sanitarias oficiales; 2) no introducir animales libres de las enfermedades frecuentes en la región sin inmunizarlos o tomar otro tipo de medidas preventivas, para evitar brotes de enfermedades, así como tampoco introducir animales con enfermedades que no se tienen en la región; y 3) utilizar el sentido común para hacer simples las cosas difíciles. A partir de la información proporcionada por los productores de la zona sur, se pudo apreciar que los potreros también se ven afectados por las inundaciones, sobre todo los pastos de crecimiento rastrero, por ejemplo, el Estrella de África (Cynodon plectostachyus). A lo anterior hay que sumar la pérdida de árboles utilizados en las cercas, como el palo mulato (Bursera simaruba) y el cocuite (Gliricidia sepium), que además aportan sombra para el ganado. Enríquez et al. (1999) indican que las UP en el trópico deberían apoyarse en tecnologías consistentes en: el uso y diversidad de especies forrajeras con alto potencial productivo, de preferencia con bajos requerimientos de insumos y tolerantes a plagas y enfermedades, de alta resistencia al pastoreo, valor nutritivo, apetencia y facilidad de reproducción; complementadas con prácticas de manejo que permitan prolongar al máximo la vida útil de las praderas, reducir el deterioro del suelo por erosión, acidificación y empobrecimiento, así como con prácticas de conservación de forraje que permitan aprovechar los excedentes de las épocas de abundancia, para su uso en periodos de escasez. Al inquirir a los productores encuestados sobre cuál sería, con base en su experiencia, la manera más adecuada para abordar estos problemas con miras a mitigarlos o eliminarlos, se obtuvieron las siguientes propuestas: Dirigir el conjunto de los esfuerzos a la optimización del agua, aprovechando los altos volúmenes de las precipitaciones durante el verano y su extracción racional de pozos y fuentes de agua. Aprovechar al máximo los excedentes de biomasa vegetal que se presenta durante el periodo lluvioso. 25 Para conseguir lo anterior, sus principales demandas están dirigidas a conseguir los apoyos necesarios para: Hacer accesible a sus comunidades el suministro de los flujos de energía eléctrica que requiere la obtención del agua. Posibilitar la adquisición de la maquinaria agrícola que requieren las actividades de conservación de forrajes por medio de las prácticas de ensilado, henificado y otras formas de almacenaje que permitirían el posterior aprovechamiento de los mismos. Para lo cual aceptan que cualquier acción para lograr lo anterior demanda la participación de los propios productores en: La organización de los productores involucrados. La capacitación por medio de la educación sobre el manejo holístico del agua, las plantas y los animales. En este sentido, Koppel et al. (2002) apuntan que existe suficiente tecnología en las disciplinas de la medicinaveterinaria y zootecnia que incide sobre el sistema de doble propósito en la mayor parte del área tropical de México. La utilización de la tecnología generada, aunada a una política de precios que permita sustentar su financiamiento, con canales de comercialización adecuados, fortalecería e impulsaría el desarrollo de la ganadería de doble propósito; esto repercutiría favorablemente en el bienestar de los productores y beneficiaría a la población en general al aumentar la oferta de carne y leche. Asimismo, el tema del manejo holístico (administración holística) debe promoverse, ya que se enfoca como un sistema integral apegado a la conservación ecológica, que al ahorrar recursos y optimizar el aprovechamiento de los mismos sanea las finanzas de las UP (Alonso et al., 2001). Mencionan Alonso et al. (2001) que el manejo holístico de los recursos ha demostrado ser exitoso porque antepone la responsabilidad en la toma de decisiones sobre el uso de los recursos en las comunidades que se verán afectadas por estas decisiones. Esta gente, junto con la tierra (animales, agua, suelo y vegetación), así como el bienestar que puede ser generado por ésta, constituyen el todo que debe ser manejado, por lo que la planeación y las 26 decisiones están basadas, entonces, en cómo se verá afectado este todo por los cambios en cualquiera de sus partes. Por lo tanto, el manejo holístico enseña a identificar y enfocar las cosas como interdependientes del deterioro social, biológico y financiero, más que a aplicar remedios de rápida preparación para “síntomas” aparentemente aislados. Finalmente, respecto a los ECC, los tres modelos muestran incrementos en la temperatura para el 2020, sobre todo en el verano. La zona más comprometida sería la del centro, seguida de la del sur. Durante el invierno, la zona centro también sería la más afectada por una disminución en la precipitación pluvial. Para el verano, los modelos GFDLR y PRECIS coinciden en un descenso de la precipitación en la zona sur; aunque los modelos Echam y GFDLR proyectan un aumento de la precipitación en la zona norte. La situación de la zona centro podría volverse preocupante, ya que de acuerdo con Rodríguez (2000), la Unión Ganadera Regional de la Zona Centro comprende 45.6% del inventario ganadero del estado, y uno de los municipios con mayor inventario es Tierra Blanca, que tiene gran dependencia de los sistemas de riego. Asimismo, es pertinente recordar la atención que reciben municipios de la zona centro por parte de Conaza y de la estrategia de microrregiones de Sedesol; es decir, se trata de una zona que actualmente ya se percibe como presionada por fenómenos climatológicos. Aparentemente, la zona sur podría tener ciertos beneficios al haber una disminución en la precipitación, toda vez que es el área donde las lluvias e inundaciones causan más estragos y llegan a adquirir la categoría de desastres. De igual forma, aparentemente habría beneficios con el aumento en la precipitación que se pronostica en la zona norte, donde se aglutina el 31.7% de los bovinos de Veracruz —segundo lugar del inventario estatal (Rodríguez, 2000)―, siendo el principal motivo de preocupación para los productores el de la sequía. Análisis del impacto del cambio climático sobre la ganadería en el estado de Veracruz Los escenarios planteados en diversos trabajos en torno a las afectaciones sobre cultivos, pastizales y ganadería para los próximos 50 a 100 años, debido al cambio climático, dejan 27 fuera a muchas especies de plantas terrestres. La manera en cómo sucederán estas afectaciones se asocia con modificaciones en las concentraciones de nitrógeno (N), fósforo (P), Calcio (Ca) y pH del suelo (Tilman y Lehman, 2001); en este conjunto de pérdidas, la principal afectación sucederá en cultivos forestales en Eurasia, el este de China, Canadá, Centroamérica y el Amazonas (Scholze et al., 2006). Estos cambios afectarán principalmente a las especies, no al hábitat, dado que los espacios que dejarán los cultivos forestales serán ocupados por otras especies vegetales con una mayor capacidad para resistir los cambios; especies que en su mayoría son vegetales de cobertura que se convertirán en pastizales para la ganadería. Sin embargo, como consecuencia del cambio climático se afectará el patrón de comportamiento entre herbívoros, patógenos y depredadores (Tilman y Lehman, 2001). En este contexto, la vulnerabilidad de la ganadería involucra, entonces, los cambios en la cantidad y calidad de los pastizales, expresados como un decremento en la biomasa debido al aumento en la temperatura y las precipitaciones; se ha proyectado que los cambios en la biomasa de las plantas, a razón de 10% por la variación en las precipitaciones, es mucho mayor que el valor debido a los cambios por cada grado Celsius de incremento de la temperatura, al mismo tiempo que las modificaciones indicadas del clima afectarán el aporte de nutrientes de los rumiantes al reducir su capacidad de ingesta (AIACC, 2006). Estudios dirigidos a medir los efectos del estrés por calor durante periodos prolongados (más de cinco días), tanto en el ganado europeo (Bos taurus) como en el Cebú y sus cruzas (Bos indicus), demuestran que ambas especies son afectadas en su fisiología, aunque los mecanismos homeostáticos de estos animales son capaces de compensar las alteraciones funcionales que resultan comprometidas: frecuencias cardiaca y respiratoria, volumen del paquete celular y la acidosis metabólica asociada al cambio del pH sanguíneo; entre estas especies bovinas, el Bos indicus y sus cruzas han demostrado un mejor desempeño ante al aumento de la temperatura (Beatty et al., 2006). Para el caso de Veracruz, existe una predominancia de animales de razas cebuinas y sus cruzas, localizados en todo el estado, con un predominio en las zonas centro y sur, en tanto en el norte del estado se aprovechan razas con mayor pureza europea. 28 En relación con la respuesta de los bovinos en Veracruz ante el cambio climático, se llevaron a cabo estudios in situ en vacas criollas con antecedentes de 500 años de adaptación en la región, y que pastoreaban bajo un sistema de doble propósito, a temperaturas elevadas durante el verano, considerando los promedios por los cuarenta años previos a la realización del estudio y los obtenidos durante los dos años que duró el trabajo (Hernández et al., 2007), así como la temperatura ambiental (°C), la humedad relativa (%) y las precipitaciones (mm). Los datos climáticos se obtuvieron del Centro Meteorológico Nacional, del Centro de Previsión del Golfo de México y de la Comisión Nacional del Agua-Semarnat (cuadro 4). Se pudo demostrar que la respuesta al estrés por calor no es homogénea, existiendo variaciones en la respuesta al mismo en las distintas vacas que componían el rebaño, comprobándose la existencia de tres grupos de respuesta: no estresadas (CLT1), de estrés moderado (CLT2) y de estrés alto (CLT3) (cuadro 5) (Hernández et al., 2007). Fuente: Revista de Salud Animal, vol. 29, núm. 2, 2007 Cuadro 4.Variables climáticas antes y durante la fase experimental en la región de Veracruz, centro-costa 29 Además, fue posible demostrar que existen variaciones en los parámetros bioproductivos y de la fertilidad en las vacas, de acuerdo a su capacidad de tolerancia al estrés por calor, resultando con una mejor respuesta productiva y reproductiva los animales no estresados y de estrés bajo cuando se comparan dichos indicadores con los de los animales estresados, los que resultaron con un bajo comportamiento en su productividad (cuadro 6) (Hernández et al., 2006; Hernández, 2007). La figura 13 muestra que existe un efecto del estrés por calor sobre la duración del intervalo entre partos (IIP) y los días abiertos (DA), periodo en días que ocurre desde que pare una vaca hasta quevuelve a quedar preñada, en las vacas CLT; aquellas vacas que son menos termotolerantes, tienen un IIP y DA mayores que las que lo toleran mejor (P≤ 0.05). Variable Tipo de estrés CLT1 CLT2 CLT3 MC (kg) 431ª 415ab 405b CC (1 – 9) 4.00ª 3.84ab 3.54b n = 113 animales; (771 observaciones); MC = masa corporal; CC = condición corporal (1 – 9). Letras diferentes por filas muestran diferencias significativas (P < 0.05). Fuente: Modificado de Hernández (2007). Cuadro 6. Comportamiento de las variables masa (MC) y condición corporal (CC), según tipo de estrés en vaca CLT en Veracruz, centro costa Fuente: Revista de Salud Animal, vol. 29, núm. 2, 2007 Cuadro 5. Asociación de la respuesta a variables fisiológicas de vacas criollo lechero tropical (CLT) durante la época de temperaturas elevadas en Veracruz, centro-costa 30 Por otro lado, se ha demostrado que el cambio climático y las enfermedades del ganado, principalmente las de carácter infeccioso, mantienen una relación de espacio y tiempo, y que brotes de enfermedades con agentes patógenos y cuadros típicos definidos están asociados; algunas de estas enfermedades son de una gran importancia económica, por lo que un aumento en su prevalencia-incidencia puede poner en riesgo a la ganadería. El patrón evolutivo de ciertas variantes genéticas del virus que causa la enfermedad conocida como estomatitis vesicular (EV), que ocasiona graves pérdidas económicas en el ganado, demuestra un factor ecológico en la distribución del virus que ejerce una presión selectiva sobre éste, para adaptarse a los artrópodos vectores y aun a su hospedero, comportamiento que varía debido al cambio climático (Rodríguez et al., 1996). Para ejemplificar la posible afectación del cambio climático en el sector ganadero respecto a enfermedades, se recurrió al trabajo realizado por Muñoz et al. (2007), aún sin publicar, donde se analiza la relación entre ciertas variables climatológicas y la variación temporal en la presencia de EV en el estado de Veracruz, de enero de 1996 a diciembre de 2002. Figura 13. DA e IIP en vacas CLT, según respuesta al estrés por calor (P ≤ 0.05). Fuente: Hernández (2007). b a a 50 70 90 110 130 150 170 190 210 CLT1 CLT2 CLT3 D ía s ab ie rto s 390 400 410 420 430 440 450 460 470 480 490 In te rv al o en tre p ar to s Días abiertos IIP 31 La EV es una enfermedad causada por el virus de la estomatitis vesicular (VEV), miembro del género Vesiculovirus de la familia Rhabdoviridae. Los animales domésticos y el humano pueden infectarse con diversos virus de este género (Letchworth et al., 1999; Rodríguez et al., 2000). La EV se presenta a manera de brotes en el suroeste y el sureste de Estados Unidos de América, y es endémica en México, Centroamérica, el norte de Sudamérica y el este de Brasil (Rodríguez, 2002). En México, la enfermedad se presenta con distinta frecuencia a lo largo del país, pero en mayor proporción en el sur-sureste, sobre todo en Veracruz, Chiapas y Tabasco (Rodríguez et al., 2000). La EV es el resultado de una compleja interacción entre hospedador, agente, vector o vectores y factores ambientales (Bridges et al., 1997). En las zonas tropicales y subtropicales la enfermedad clínica es más frecuente durante y al final de la temporada de lluvias, o al inicio de la temporada seca, y algunos autores sugieren que los brotes de EV responden a variaciones climáticas de corto o largo plazo (Letchworth et al., 1999). Así, se estima que el fenómeno del cambio climático tendrá efectos considerables sobre las enfermedades transmitidas por artrópodos (Jonsson y Reid, 2000). Al igual, es de esperarse que el cambio climático incremente la disponibilidad de áreas aptas para ser colonizadas por mosquitos y ceratopogónidos (Jonsson y Reid, 2000). El estado de Veracruz, por su localización (17° 03’ 18” y 22° 27’ 18” latitud norte, y 93° 36’ 13” y 98° 36’ 00” longitud oeste), situado en la zona tórrida, da lugar a diferentes tipos de climas (INFDM, 2005). Sin embargo, los climas cálido húmedo y cálido subhúmedo son los que comprenden una mayor área, aproximadamente 80% del territorio veracruzano, distribuyéndose en las llanuras costeras del Golfo norte y Golfo sur, a una altura máxima de 1,000 msnm. La temperatura media anual va de 22 a 26 °C, y la precipitación total anual varía de 2,000 a poco más de 3,500 mm (figura 14) (INFDM, 2005). 32 En este trabajo se consideró el número de focos mensuales de EV que se han notificado a la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE), correspondientes al estado de Veracruz, desde enero de 1996 hasta diciembre de 2002 (figura 15) (OIE, 2006). Figura 14. Climas presentes en el estado de Veracruz. Fuente: INFDM (2005). 33 Para el análisis de la EV-cambio climático, con base en lo propuesto por Mc Cluskey et al. (2003a), se contemplaron la temperatura máxima (TMAX), temperatura mínima (TMIN), precipitación diaria (PPD) y precipitación mensual acumulada (PPMA) del estado de Veracruz, de enero de 1996 a diciembre de 2002 (Juárez, inédito). La localización de las estaciones climatológicas seleccionadas se presenta en la figura 16. Figura 15. Focos mensuales de estomatitis vesicular en el estado de Veracruz (1996-2002). 11 13 10 11 13 6 17 15 16 50 27 31 0 10 20 30 40 50 60 E F M A M J J A S O N D Mes FO C O S 1996-2002 34 Los resultados de Muñoz et al. (2007), mostraron que la variable que mejor explicó la presencia de focos de EV fue la precipitación, particularmente la PPD. Además, un análisis tipo cluster permitió agrupar las variables con mayor grado de asociación (figura 17). Figura 16. Ubicación geográfica de las estaciones climatológicas seleccionadas Fuente: Juárez (2007). -98.5 -98 -97.5 -97 -96.5 -96 -95.5 -95 -94.5 -94 17.5 18 18.5 19 19.5 20 20.5 21 21.5 22 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26 27 28 29 30 31 32 33 34 35 36 37 38 39 35 Hasta la fecha, hay consenso entre varios autores en cuanto a la influencia del clima sobre la frecuencia y la época en que se presenta la EV (Atwill et al., 1993; Vanleeuwen et al., 1995; Rodríguez et al., 1996; Arboleda y Trujillo, 2002). Al estado de Veracruz se le considera una zona endémica de EV, toda vez que la mayor parte de su territorio ofrece las condiciones propicias para el mantenimiento y propagación del agente. Sin embargo, se carece de información para afirmar los diversos escenarios de ciclos de transmisión que podrían presuponerse en función de diferentes especies de vectores y reservorios de los virus, aunque de acuerdo con McCluskey et al. (2003b), el escenario de los dos ciclos para el serotipo Nueva Jersey del VEV podría suponerse, puesto que este serotipo es el predominante en el estado. Por otro lado, se ha visto que la lluvia es una factor ambiental importante para el desencadenamiento de epidemias de EV, porque los brotes se presentan en periodos secos que siguen a épocas lluviosas (Arboleda y Trujillo, 2002). Esta observación es consistente con la figura 15, donde se aprecian más focos de EV en octubre, noviembre y diciembre, meses menos lluviosos que siguen a los meses de mayor precipitación (julio, agosto y septiembre). Figura 17. Análisis tipo cluster de las variables climatológicas y el número de focos de estomatitis vesicular en el estado de Veracruz (1996-2002). Unión Simple Distancias Euclidianas Distancia de Unión Precipitación Acumul Focos Precipitación Diaria Temperatura Máxima Temperatura Mínima Mes 0 200 400 600 800 1000 1200 36 Niveles elevados de precipitación pueden favorecer un aumento en la cantidad de reservorios y hospedadores amplificadores, necesarios para que haya brotes de la enfermedad. En consecuencia, el aumento enla precipitación incrementaría los sitios de reproducción y, por lo tanto, la cantidad de vectores (McCluskey et al., 2003a). Juárez (inédito), al analizar los comportamientos de la temperatura y la precipitación durante 43 años (1940-2002) en el estado de Veracruz, destaca la posible existencia de un aumento en las temperaturas máximas y la precipitación mensual acumulada; de lo que puede inferirse que se conservarán las condiciones idóneas para el mantenimiento, incluso incremento, de la población de artrópodos transmisores de EV en el estado, dentro de los que destacan el género Culicoides y Culex nigripalpus (Hernández et al., 1992). También es pertinente apuntar que no es posible validar la información de las bases de datos consultadas, aunado a posibles errores al momento de capturar dicha información (Thrusfield, 2005). Además, se debe resaltar el imperante problema de la subnotificación de las enfermedades de los animales en nuestro país. Pese a que en México la EV es una enfermedad de notificación obligatoria inmediata, la realidad es que los productores no informan de su presencia, tal vez para evitarse las molestias que implicaría una cuarentena o porque se han acostumbrado a “convivir” con la enfermedad. Tampoco está claro qué tanto contribuyen a la subnotificación los médicos veterinarios. En este trabajo se concluye que la variable climatológica que mejor explicó la presencia de focos de EV fue la precipitación, particularmente la PPD, aunque la variable no debe considerarse en lo individual, sino como parte de un proceso complejo que contribuye a la aparición de la enfermedad, lo que confirma el concepto de interacción y la naturaleza multifactorial de la EV. En el estado de Veracruz los estudios de enfermedades de la ganadería y el cambio climático, como variables interrelacionadas, son incipientes. Sin embargo, el interés despertado bajo el marco de vulnerabilidad, adaptación y mitigación de sus efectos, es detonante para la búsqueda de relaciones entre esta disciplina emergente, muestra de ello son los resultados aquí presentados. 37 Percepción y acciones de los productores. Estudio caso de líderes pecuarios En cuanto a la percepción y acciones de los productores líderes pecuarios para reducir la vulnerabilidad de la ganadería ante el cambio climático, Cervantes et al. (2007), en un estudio de caso, señalan: 1. La mayoría de los productores estarían dispuestos a participar en programas dirigidos a mitigar los efectos nocivos del cambio climático sobre sus empresas. 2. Son los productores que cuentan con empresas consolidadas los que han iniciado acciones dirigidas a solventar la fragilidad de las mismas frente al cambio climático. 3. El resto de los productores (con empresas no consolidadas) deberá ser incluido en programas de educación y orientación que propongan las mejores estrategias para atender esta situación. Principales afectaciones del cambio climático sobre la ganadería en el estado de Veracruz El efecto del medio sobre la composición de los pastos tropicales: contenido de proteína, acumulación de la materia seca y la dinámica de “dilución” de la proteína en la acumulación de la materia seca, fue evaluado para la región centro de Veracruz, y se encontró que la mayor variación de proteína y materia seca, entre cortes, fue en época de lluvias de 8.9 a 16%, y de 0.64 a 8.02 t ha-1, y menor en época de secas para la materia seca acumulada de 0.48 a 1.63 t ha-1. Valores de proteína con variaciones de 8.38% en época de “nortes”, y 9.9% en época de secas. La mayor producción de materia seca con proteínas que se registró fue 5.42 t ha-1; la menor “dilución” de las proteínas fue en época de “nortes”, dada la menor proporción de biomasa aérea. Debido a la mayor producción de materia seca en la época lluviosa, se registra la mayor síntesis de proteína por ha, con 2.45 t d-1, y de 0.63 y 0.45 t d-1 para las épocas de “nortes” y secas, respectivamente (figuras 18 y19), (Juárez-Hernández et al., 2006). En este contexto, la predicción de aumentos en las precipitaciones en la región norte y centro del estado podría tener, en el corto plazo, los inconvenientes que representan para las instalaciones ganaderas y el ganado mismo el aumento de la lluvia (Hernández et al., 2005), pero en el mediano y largo plazo la 38 producción de toneladas de carne por hectárea podría verse favorecida debido a un mejoramiento cuantitativo y cualitativo en la calidad de los pastos. Figura 18. Condiciones climáticas para la zona centro de Veracruz, 2002-2003. Fuente: Juárez-Hernández et al., 2006. 39 El cuadro 7 muestra la población de ganado por especie y por región en el estado. En él se puede apreciar que, en términos relativos, la mayor actividad ganadera se localiza en la región centro, debido a que en ésta se ubican más UP tecnificadas especializadas en la producción de carne a partir de monogástricos (cerdos y aves), ovinos de pelo y cabras; dicha región es la principal productora de leche con bovinos especializados y de doble propósito, compitiendo con la región sur en el número de cabezas de ganado productor de carne; asimismo, las más importantes empresas productoras de miel y productos relacionados con ella se ubican en esta región, de la misma manera que en ésta se localiza la incipiente —pero de gran importancia económica― industria equina del espectáculo deportivo, si bien el mayor número de animales de esta especie se localizan en la región sur. Figura 19. Relación entre la concentración de proteína cruda (%PC) y la biomasa aérea, promedio de siete gramíneas forrajeras tropicales, en las tres épocas del año: nortes: noviembre 2002-febrero 2003; secas: marzo-mayo 2003; lluvias: junio -agosto 2003. Fuente: Juárez-Hernández et al., 2006. 40 Una primera lectura de este cuadro permite concluir que la mayoría de las inversiones de la industria pecuaria estatal —sobre todo aquéllas que tienen objetivos modernizadores— se han hecho en la región centro del estado, lo cual ubica a ésta como la más vulnerable desde un enfoque económico debido a posibles contingencias naturales generadas por el cambio climático; sin embargo, conviene destacar que la región sur está particularmente expuesta a sufrir afectaciones en su riqueza biológica, dada la fragilidad de sus ecosistemas, situación a la que la ganadería ha contribuido y que, debido a los cambios que se pronostican en la composición de la vegetación como efecto del cambio climático, esta región recibiría un doble embate: por un lado, la pérdida de sus recursos forestales y, por otro, un aumento en la población ganadera gracias al crecimiento de sus fronteras a expensas del deterioro de sus bosques. Conclusiones El efecto del cambio climático sobre la ganadería en el estado de Veracruz no será homogéneo, ya que existirán diferencias de acuerdo a la región geográfica. Estas diferencias estarán asociadas al tipo de fenómeno climatológico (sequías, lluvias torrenciales e inundaciones) y a la susceptibilidad de los componentes que integran a las UP (animales, potreros e infraestructura). Regiones del estado de Veracruz (miles) Especies Norte Centro Sur Total Bovinos 896 1,065 1,400 3,361 Porcinos 300 590 267 1,157 Ovinos 97 156 123 376 Caprinos 43 83 0 126 Aves 2,690 10,026 26,580 39,296 Colmenas 26 40 8 74 Guajolotes 0 39 41 80 Equinos 0 37 96 133 Fuente: Sagarpa-Distritos de Desarrollo Rural Veracruz (2003). Cuadro 7. Inventario ganadero por regiones del estado de Veracruz, según especie 41 El análisis de los escenarios muestra que la zona más vulnerable ante el cambio climático sería el centro del estado, en tanto que las zonas norte y sur incluso podrían resultar beneficiadas. Las alternativas de mitigación, que a la postre implicarían adaptabilidad frente a este suceso, deberán sustentarseen el manejo holístico de los recursos de las UP. La participación y capacitación de los productores y grupos sociales involucrados es prioritaria y determinante para las medidas de mitigación y adaptación del sector de estudio. Es incipiente el desarrollo de la investigación del sector ganadero y su relación con el cambio climático. Las políticas públicas del sector deberán considerar los hallazgos de la situación ganadera actual y los escenarios climáticos futuros, haciendo hincapié en las zonas de mayor vulnerabilidad en cuanto a carencia de recursos humanos, económicos y mayor pobreza. 42 Bibliografía Adams, R. M., B. H. Hurd, S. Lenhart, N. Leary, 1998. “Effects of global climate change on agriculture; an interpretative review”, Climate Research, 11: 19-30. AIACC, 2006. Climate change vulnerability and adaptation in the livestock sector of Mongolia. 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