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VÍAS DE ADMINISTRACIÓN DE FÁRMACOS M.V. Zaccagnini, A; M.V. Tarragona, L; M.V. Fuensalida, S; M.V. Sanchez, F. Las vías de administración son los sitios del organismo por donde ingresa un fármaco para: absorberse, distribuirse y llegar a su sitio de acción. Estas vías pueden ser enterales o parenterales. Dentro de las vías enterales, es decir aquellas que involucran al aparato digestivo, están: la vía oral, rectal, sublingual e intrarruminal en el caso de los rumiantes. Entre las vías parenterales más comúnmente utilizadas, se encuentran la vía intravenosa o endovenosa (IV o EV), intramuscular, subcutánea y pulmonar o inhalatoria. En la Fig.1 se esquematiza la aplicación de una sustancia por las distintas vías, su absorción (excepto la vía endovenosa que carece de absorción) y distribución por el torrente sanguíneo. También la posibilidad de que el fármaco sea inactivado tras su paso por el hígado en el caso de las vías enterales, con excepción de la vía sublingual y rectal que se absorberán primero a través de su mucosa y distribuirán directamente por sangre. Fig. 1 Vías de administración La vía de administración del fármaco determina la velocidad a la que se expresa su efecto. Esto está relacionado con la superficie de absorción, la vascularización regional en la zona de administración y las características físico-químicas del fármaco empleado. El período de latencia es el tiempo que transcurre desde la administración del fármaco hasta el comienzo del efecto farmacológico, siendo la vía endovenosa la que presenta menor latencia. Cuando se busca un efecto inmediato, la vía endovenosa será la indicada ya que, como se dijo anteriormente, carece de absorción. Fig. 2 Curva de disposición plasmática (concentración vs tiempo) Otras vías parenterales utilizadas en situaciones específicas son: intraperitoneal, intraósea, epidural e intradérmica. En el caso de la vía tópica se utiliza la piel (administración transdermal) y mucosas (administración transmucosa) para la administración del fármaco, cuando se requiere de un efecto principalmente local. Por ejemplo la mucosa conjuntival, nasal, laríngea y mucosa del tracto genitourinario. -Principales características de las vías de administración • Vía intravascular - Vía intravenosa o endovenosa - Cateterismo arterial • Vía endovenosa (EV): Los fármacos que ingresan por esta vía van directamente al torrente circulatorio. En anestesiología es la vía más utilizada, ya que es menor el tiempo de latencia de las drogas. Asimismo, la administración endovenosa garantiza que la totalidad del fármaco administrado se encontrará en el lecho sistémico para acceder rápidamente al sitio de acción, sin haber un proceso de absorción previo que resulte en concentraciones plasmáticas más bajas. Esta vía de administración nos permite titular la dosis necesaria de un determinado fármaco en función de las respuestas que este genera en cada animal. Fig. 3 Esquema de Vía endovenosa Las drogas se pueden administrar en forma de bolo (en una sola vez) o en infusión o goteo continuo, regulando minuto a minuto el volumen que se le administrará al animal. Por esta vía pueden inyectarse drogas que se encuentren en soluciones verdaderas, no aceptando aquellas que se encuentren en forma de suspensión o soluciones oleosas por el riesgo de provocar embolias. Sin embargo, aquellos fármacos que sean demasiado irritantes o estén diluidos en soluciones hipertónicas, la vía endovenosa es la indicada, por el efecto de dilución que proporciona la sangre circulante. En todo animal que sea sometido a un procedimiento anestésico, debe establecerse una vía venosa permeable. Esta vía se emplea para la administración de la mayoría de los fármacos empleados durante la anestesia, así como aquellos empleados en situaciones de emergencia. Además, es la vía empleada para administrar fluidos de mantenimiento y soluciones parenterales. Estos últimos deben ser administrados a temperatura corporal. Las venas periféricas más utilizadas en las distintas especies son: -Caninos y felinos: vena cefálica antebraquial, en el miembro anterior, vena yugular externa, vena safena externa, en el miembro posterior en caninos, vena safena interna, en el miembro posterior en el felino, vena marginal de la oreja, en caninos de orejas péndulas; vena sublingual en caninos bajo anestesia. -Equinos y rumiantes: las venas más accesibles en estas especies son la vena yugular externa, la vena cefálica antebraquial y la vena safena externa. En el bovino también se emplea la vena coccígea media y en el equino las venas facial transversa y torácica lateral. -Porcino: vena marginal de la oreja, vena cava craneal. En esta especie es particularmente difícil localizar vasculatura superficial. En algunos individuos podría visualizarse la vena cefálica antebraquial en el miembro anterior. Algunos ejemplos de canalización de venas periféricas en distintas especies: Fotos 1 y 2 Catéteres en Venas cefálicas antebraquiales de un felino y un coipo Foto 3 Catéter en Vena yugular en un equino Foto 4 Catéter en Vena safena externa en un cobayo Foto 5 y 6 Catéter en Vena marginal de la oreja (cerdo y conejo) Cualquiera sea el vaso elegido, debe procurarse realizar la venipunción bajo condiciones de asepsia, para lo cual debe realizarse previo a la antisepsia cutánea un rasurado (tricotomía) de la región. En animales de piel muy gruesa, puede ser necesario realizar una pequeña inciso punción, previo a la introducción del catéter, para facilitar el cateterismo y evitar que se dañe. La fijación deberá garantizar la permanencia de la vía durante el tiempo que se considere necesario. El protocolo exige que en todo procedimiento anestésico la permeabilidad de una vía venosa sea garantizada mediante la utilización de catéteres endovenosos. La elección del tamaño del mismo estará en relación al tamaño del vaso, siendo aconsejable utilizar el de mayor diámetro posible. En pequeños animales los catéteres más utilizados son los de calibre 18, 20, 22 y 24G. En grandes animales se emplean los calibres 12 y 14G. • Cateterismo arterial La colocación de catéteres arteriales requiere de un mayor entrenamiento que la venoclisis, pero es sumamente beneficioso contar con una arteria canalizada en un procedimiento anestésico. La ventaja que ello ofrece es la posibilidad de obtener muestras seriadas de sangre arterial para la medición de gases y pH sanguíneo, como así también, mediante una tubuladura heparinizada conectada a un manómetro, obtener en forma confiable y continua, el valor de la presión arterial. En pequeños animales la cateterización arterial se lleva a cabo habitualmente en la arteria metatarsiana dorsal, ubicada en la región craneomedial del metatarso. Debido a las características de la zona, tanto la fijación del catéter como la compresión del vaso una vez retirado, es sencilla. Otra opción es la arteria femoral, de mayor calibre, pero de más difícil fijación, prefiriéndose además el uso de catéteres centrales (ver archivo Materiales). En caninos de orejas péndulas, la arteria central de la oreja es otra alternativa, como así también en caninos anestesiados, la arteria sublingual. Otra opción, principalmente en felinos, es la arteria coccígea (como alternativa a la metatarsiana dorsal con escasa circulación colateral en esta especie). Es fácilmente palpable y factible de ser canalizada. Foto 7 Catéter en Arteria metatarsiana dorsal en un canino Foto 8 Catéter en Arteria coccígea en un felino En porcinos la cateterización arterial puede llevarse a cabo en la arteria metatarsiana dorsal o más comúnmente en la arteria central de la oreja, ubicada en el pabellónauricular. En rumiantes las arterias auricular caudal, safena y digital común son de relativo fácil acceso. En el equino las arteria facial, facial transversa y metatarsiana dorsal son las más utilizadas. Fotos 9 y 10 Catéteres en Arteria metatarsiana dorsal y facial transversa en el equino Es importante considerar la necesidad de que al retirar un catéter arterial, debe comprimirse la zona alrededor de 5 minutos para evitar la formación de hematomas. • Vía intramuscular: La inyección se realiza en grandes masas musculares, siempre luego de comprobar, mediante aspiración, la ubicación extravascular de la aguja. El omitir este detalle podría derivar en una inyección intravascular accidental. La maniobra se realiza retirando el émbolo de la jeringa y observando la presencia o no de sangre en el pabellón de la aguja. La dirección de la aguja al realizar la punción, deberá garantizar el ingreso a la masa muscular para que la solución sea administrada en el plano muscular y no en el subcutáneo. Fig. 4 La vía intramuscular es ideal para la administración preparados oleosos y algo irritantes, como así también formulaciones de depósito. del paciente. Esta vía podría ser una alternativa para la medicación pre-anestésica (MPA), cuando por falta de colaboración del animal, no es posible un acceso venoso. Fig. 4 Esquema de Vía intramuscular La inyección IM se realiza, en caninos y felinos, en el miembro posterior en su tercio medio superior en relación a los músculos semimembranoso y semitendinoso o en la región lumbar, en los músculos epiaxiales. Fotos 11 y 12 Vía intramuscular en miembro posterior y región lumbar en un canino En equinos y bovinos en la parte más alta de la región de la grupa y en la tabla del cuello. En ovinos y cerdos en la parte posterior del muslo. En grandes animales debería evitarse las masas musculares de los cortes destinados al consumo. Es común en estas especies realizar la maniobra con la aguja desacoplada de la jeringa. Foto 13 Vía intramuscular en un caprino • Vía subcutánea: La administración del fármaco se realiza por debajo de la piel, en zonas con abundante tejido subcutáneo. Pueden inyectarse soluciones no irritantes e isotónicas y que no contengan dextrosa. Está contraindicada en pacientes deshidratados, en shock o hipotérmicos. En anestesiología es relegada solo para aquellos compuestos que no admiten otra vía de administración. Fig. 5 Esquema de Vía subcutánea En caninos y felinos la inyección por vía subcutánea se aplica en la zona del dorso o en la parrilla costal. En equinos y rumiantes en la tabla del cuello y en porcinos en la base de la oreja o en la cara interna del muslo. Las inyecciones por vía subcutánea se realizan haciendo un pliegue de piel, punzando con la aguja en forma perpendicular a dicho pliegue, en su base. Foto 14 Inyección por Vía subcutánea en un canino • Vía intradérmica: Se administra en el espesor de la piel (dermis) un volumen muy pequeño de solución, con el fin de observar estados de hipersensibilidad o alergia. Tiene muy poca utilidad en anestesiología. Fig.6 Fig.6 Esquema de Vía intradérmica Se inyecta la solución en un pliegue de piel fina, punzando con la aguja en forma paralela a dicho pliegue. En caninos y felinos la inyección por vía intradérmica se lleva a cabo en la cara interna del muslo o en el pliegue de la babilla. Fotos 15 y 16 Inyección por Vía intradérmica en cara interna del muslo y pliegue de la babilla en un canino En equinos y bovinos se realiza en la tabla del cuello y en este último también en el pliegue anocaudal. En porcinos y ovinos la inyección por vía intradérmica se lleva a cabo en la cara interna del muslo. • Vía inhalatoria o pulmonar (nebulización) Esta vía ofrece una amplia superficie de absorción, con una gran irrigación sanguínea lo cual determina una rápida absorción de los fármacos, Fig.7. Puede ser utilizada para la administración de ciertos fármacos por sus efectos locales, por ejemplo broncodilatadores, o para ejercer efectos generales como los anestésicos inhalatorios. Estos últimos ampliamente utilizados en anestesiología. Fig.7 Amplia superficie de absorción a nivel pulmonar Los agentes inhalatorios pueden ser vehiculizados a través de la utilización de máscaras faciales o a través de tubos endotraqueales. La maniobra de intubación orotraqueal consiste en la introducción de distintos dispositivos en la vía aérea con el fin de permeabilizarla. Fotos 17 y 18 Vehiculización de gases a través de Máscara facial y tubo endotraqueal en cerdo y canino respectivamente. • Vía intraperitoneal Esta vía es de gran utilidad en animales de laboratorio, principalmente roedores. El peritoneo presenta una gran superficie para la absorción de fármacos y es una excelente alternativa cuando no es posible el acceso venoso. La absorción de líquidos por esta vía es rápida, debiéndose administrar atemperados para evitar vasoconstricción e hipotermia. Al igual que en los accesos vasculares deben extremarse las condiciones de asepsia. Foto 19 Administración por vía intraperitoneal en un ratón La administración IP de sustancias irritantes puede producir peritonitis química, por ello deben evitarse. Por otro lado, se debe tener en cuenta el volumen final a administrar y la tasa de infusión, las cuales dependerán de la especie en cuestión. Para realizar una inyección IP se sujeta al animal en decúbito dorsal, procediendo a la punción en el cuadrante inferior izquierdo o derecho del abdomen. • Vía intraósea Esta vía es útil en pacientes neonatales y pediátricos (canino y felino), cuando no es posible un acceso venoso. Consiste en la infusión de líquidos en la cavidad medular de los huesos largos. La vía intraósea proporciona un acceso vascular rápido a través de sinusoides y conductos venosos medulares. Pueden administrarse distintos tipos de fluidos y drogas, debiéndose infundir a temperatura corporal. Los sitios adecuados de punción incluyen: ▪ la fosa trocantérica del fémur ▪ la tuberosidad tibial ▪ el ala del ilion ▪ tuberosidad mayor del húmero. Para llevar a cabo la administración de sustancias por ésta vía se requiere del uso de agujas especiales, con mandril, bajo estrictas condiciones de asepsia. Existe el riesgo potencial de osteomielitis. Pueden dejarse colocadas y fijadas a la piel por 72hs. • Administración epidural La administración epidural de ciertos fármacos es de suma utilidad en anestesiología, tanto para el aporte analgésico intraquirúrgico como en el postquirúrgico. Este tema será tratado en etapas posteriores de la materia. -Esquema general de las vías de administración en las distintas especies • Bibliografía Karl-Heinz Diehl1, et al. (2001). A Good Practice Guide to the Administration of Substances and Removal of Blood, Including Routes and Volumes Journal of Applied Toxicology J. Appl. Toxicol. 21, 15–23 Norman Calvey and Norton Williams (2008) Principles and Practice of Pharmacology for Anaesthetists, Fifth Edition T.N. Calvey and N.E. Williams ISBN: 978-1-405- 15727-8
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