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20 ] Resumen Los perros son naturalmente resistentes a las infecciones por el complejo Myco- bacterium avium-intracellulare (MAC); sin embargo, existe una predisposición en ciertas razas, así como en algunos indivi- duos en particular. La presentación clínica mas frecuente se caracteriza por cuadros gastrointestinales con compromiso de linfonódulos superficiales y profundos. El diagnóstico confirmatorio constitu- ye un desafío para el veterinario clínico e involucra tinciones específicas (Ziehl Neelsen), cultivos diferenciales y métodos moleculares. Existen diferentes protocolos antibióticos para el tratamiento siendo el pronóstico, en muchos casos, reservado. El objetivo de este trabajo fue realizar una revisión sobre la infección por MAC en caninos así como la presentación de un caso clínico de un canino joven de raza Schnnauzer Miniatura oriundo de Buenos Aires, Argentina. IntRoduccIón El complejo Mycobacterium avium-intracellu- lare (MAC) es un grupo de micobacterias estrechamente relacionadas, con distintos grados de patogenicidad, diferencias en su distribución ambiental y en su hospeda- dor primario. MAC está formado por dos integrantes: M. avium y M. intracelullare. A su vez, la especie M. avium se encuentra dividida en cuatro subespecies conocidas: M. avium avium, M. avium paratuberculosis, M. avium hominissuis y M. avium silvaticum1. Producen infecciones en diferentes hospedadores, incluidos el hombre, ru- miantes domésticos y silvestres, porcinos, equinos y aves domésticas, entre otros. Con menos frecuencia, produce enferme- dad en caninos y felinos2,3. En caninos han sido reportadas infecciones por las siguien- tes subespecies: M. avium avium4, M. avium hominissuis5,3 y M. avium paratuberculosis6. Los perros son naturalmente resisten- tes a las infecciones por M. avium; sin em- bargo, existe cierta predisposición racial e individual. Estas infecciones se pueden dar en cualquier tipo de canino, aunque es más frecuente en Schnnauzer Miniatura, Bas- set Hound, Pug y Yorkshire terrier3,5,7,8,9,10. Probablemente existan linajes donde existe un compromiso primario de la respuesta inmune celular. Esto favorecería la coloni- zación y diseminación de M. avium11,12. El mecanismo de transmisión en los perros es a través del medio ambiente11; ya que estos microorganismos se encuentran principalmente en el suelo, el agua y las heces de aves. Infección por Mycobacterium avium en perros: revisión del tema y presentación de un caso clínico Pablo Borrás1, Ricardo Iachini2, Cecilia Di Sarli3, Federico Fernandez3, Marcela Martinez Vivot4, Gabriel Mondillo5, Jimena Marfil4, Elvira Falzoni4, Soledad Barandarian4,6 1 Servicio de Enfermedades Infecciosas y Parasitarias. Clínica Veterinaria Panda. Buenos Aires, Argentina. 2 DInstituto de Zoonosis Luis Pasteur, CABA, Argentina. 3 Laboratorio Clínico Panda. Buenos Aires, Argentina. 4 Universidad de Buenos Aires, Fac Cs Veterinarias, Catedra de Enfermedades Infecciosas. Buenos Aires, Argentina. 5 Centro Veterinario San Martin, San Martin, Argentina 6 Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y técnicas [ 21 Ingresan al organismo por diferentes vías: por inhalación, por vía oral o por inoculación percutánea13. La infección puede ser localizada o diseminada, depen- diendo del inóculo, de la inmunidad y de la susceptibilidad del individuo afectado. Una vez en el interior del organismo, los bacilos son fagocitados por macrófagos. Dentro de estas células, sobreviven y se multiplican. La diseminación de los ma- crófagos infectados permite la formación de granulomas en diferentes tejidos y ór- ganos, así como una inflamación crónica persistente14. Los granulomas se forman, con mayor frecuencia, en hígado, intesti- no, bazo y médula ósea6. A diferencia de lo que ocurre en otras especies, los granulo- mas producidos en caninos por M. avium presentan un centro de necrosis licuefacti- va y formación de células gigantes15. sIgnos clínIcos La sintomatología es variable, y está asocia- da a la vía de ingreso del agente. Dentro de la sintomatología inespecífica, se evi- dencia decaimiento, febrícula y pérdida de peso. Más característico es el compromiso de diferentes linfonódulos superficiales y profundos3,10. A la inspección por palpa- ción pueden percibirse afectados dos o más linfonódulos superficiales, donde se identifica aumento de tamaño y alteración en la consistencia (Figura 1). Los cuadros gastrointestinales están mayormente asociados a la infección por vía oral, siendo estos los más reportados en la literatura internacional3,7,8,14,16,17,18, así también, como en la experiencia de los autores. Los signos gastrointestinales inclu- yen anorexia o hiporexia, náuseas, vómitos y/o diarreas continuas o intermitentes. Las deposiciones pueden estar acompañadas por presencia de sangre fresca, moco o melena dependiendo del compromiso en mucosa intestinal. Puede existir disfagia si hay afección extensa de los linfonódulos submaxilares y cervicales. A la palpación abdominal, se podrá comprobar la lin- foadenomegalia mesentérica, así como también el engrosamiento de la mucosa intestinal. Con frecuencia, se puede ob- servar en estos pacientes pérdida crónica de peso con apetito conservado. A diferencia de lo que ocurre con My- cobacterium tuberculosis en caninos, no son frecuentes los síntomas respiratorios, aun- que en necropsia se pueden hallar granu- lomas en el parénquima pulmonar10. Con menor frecuencia, se han repor- tado lesiones a nivel de la médula espinal con signos neurológicos asociados, uveítis, lesiones nodulares en piel y osteomielitis, esta última se evidencia por claudicaciones de aparición repentina8,10,19. dIagnóstIco laboratorio de rutina Los hallazgos que se pueden detectar en un análisis de sangre incluyen anemia arregenerativa, de leve a moderada, leu- cocitosis (con neutrofilia y linfopenia), F.1 FIguRa 1. Presencia de lin- foadenomegalia pre-escapular en un canino, macho entero, de 2 años, raza Schnnauzer Miniatura con diagnóstico de infección por M. avium. 22 ] F.2 F.3 FIguRa 2. Obtención de material de linfonó- dulo poplíteo mediante punción-aspiración con aguja fina. FIguRa 3. (a) Tinción de Z-N de un cultivo positivo de micobacterias. (B) Foto de impronta de linfonódulo con BAAR. hiperproteinemia, hipoalbuminemia, así como un incremento en las enzimas he- páticas10,13,14,16. ultrasonografía La ecografía puede revelar esplenomega- lia, hepatomegalia así como compromiso marcado de los linfonódulos mesentéricos. A su vez, pueden observarse nódulos hi- poecoicos en forma aislada en hígado y/o bazo. Otro hallazgo posible, es el engrosa- miento de la pared intestinal10,16,17. toma de muestra Frente a la presencia de linfoadenomega- lia superficial generalizada en un pacien- te sospechoso de infección por MAC, se debe realizar la punción – aspiración con aguja fina de dos o más linfonódulos afec- tados (Figura 2). No se recomienda hacer la punción en linfonódulos submaxilares ya que pueden estar reactivos por procesos inflamatorios/infecciosos de cavidad oral. Una vez obtenido el material de pun- ción, se realiza el extendido en portaobje- tos. En el caso de realizarse una tinción de rutina, como es la de Giemsa, es esperable encontrar bacilos con tinción negativa así como una importante población de ma- crófagos y células gigantes. Se debe realizar una tinción diferencial, la tinción de Zhiel Neelsen (Z-N), para evidenciar los bacilos ácido alcohol resistentes (BAAR)3. También se puede realizar punción de médula ósea para evidenciar macrófagos activados con bacilos positivos a la tinción de Z-N4. diagnóstico microbiológico La muestra debe ser procesada con los recau- dos de bioseguridad necesarios para la ma- nipulación de este tipo de microorganismos. cult ivo bacteriológico Para eliminar la flora saprofita de la mues- tra y obtener un cultivo en pureza, ésta debe ser decontaminadapreviamente por algún método, como por ejemplo el mé- todo de Petroff 20. Este método utiliza NaOH al 4 % que elimina la flora sapro- fita mientras que las micobacterias resis- ten a su contacto. Luego el sedimento es sembrado en medios de cultivo específicos y diferenciales. Los más utilizados son los medios sintéticos y los elaborados a base de yema de huevo. Dentro de los últimos, se encuentra el medio de Löwestein Jen- sen (LJ), con glicerol como fuente de car- bono, para el desarrollo de Mycobacterium tuberculosis, MAC y otras micobacterias ambientales, y el medio Stonebrink (ST) con piruvato como fuente de carbono, para el desarrollo de Mycobacterium bovis, siendo ésta la micobacteria patógena prin- cipal en el ámbito veterinario (Figura 4). La siembra en paralelo en los dos medios se realiza para poder diferenciar las prin- cipales micobacterias que pueden afectar a los caninos, siendo esto importante de- bido a los diferentes riesgos zoonóticos y tratamientos antibióticos específicos ne- cesarios4. A B [ 23 diagnóstico molecular Una vez obtenido el cultivo en pureza se prosigue con la identificación de especie y subespecie a través de técnicas mole- culares como la técnica de PCR. Las se- cuencias más utilizadas para diferenciar las principales micobacterias son: IS6110 para complejo Mycobacterium tuberculosis e IS1245 para MAC21,22. Para identificar y diferenciar intraespecie las micobacterias del complejo Mycobacterium tuberculosis se utiliza comúnmente la técnica de Spoligo- typing23. Para identificar las especies dentro del MAC, se amplifican otras secuencias IS901 e IS900 para diferenciar Mycobacte- rium avium avium de Mycobacterium avium hominissuius la primera y la segunda para identificar Mycobacterium avium paratuber- culosis24,25 (Figura 5). Luego se puede con- tinuar con la genotipificación y diferen- ciación por técnicas de Variable Number of Tandem Repeats (VNTR)26. diagnóstico post mortem En la necropsia de caninos infectados, se destaca el compromiso preponderante del tracto intestinal12,14. A nivel abdominal, los hallazgos más relevantes son la presencia de adenomegalias mesentéricas con tama- ños que van de 3-12 cm de diámetro (Fi- gura 6). En el intestino, en prácticamente todo su recorrido, se muestra hiperplasia de los nódulos linfoides (Placas de Peyer), que son fácilmente identificables al ex- F.4 F.5 FIguRa 4. Cultivos en medio de LJ con crecimiento de MAC, desarrollo de micobacteria atípica (a) y desarrollo de My- cobacterium avium (B). FIguRa 5. Amplificación por PCR de las secuencias de inserción IS1245 e IS901. Gel de agarosa al 2 % mostrando el producto de amplificación de IS1245 e IS901 del aislamiento del caso clínico presentado. La PCR positiva a IS1245 (com- plejo M. avium) pero negativa a IS901, es indicativo de infec- ción por M. avium hominissuis. C+: control positivo M. avium avium; C-: control negativo (agua). FIguRa 6. En la necropsia se corroboran las imágenes ecográficas de la adenomegalia mesentérica (flecha grande) fácilmente palpables en el ani- mal vivo. Se puede constatar el compromiso de los nódulos linfoideos hiperplásicos del intestino (flecha pequeña). A B F.6 24 ] poner la luz de estos18 (Figura 7). En la observación microscópica, se evidencian un reemplazo del tejido linfoide por po- blación mayormente histiocitaria con alta carga de BAAR4,14 (Figura 8). Los nódulos que infiltran el corion laminar de la mucosa invaden las vellosi- dades y en gran cantidad exulceran hacia la luz descargando bacilos con posterior eliminación con las heces17 (Figura 9). La estructura microscópica de los mismos muestra características similares en algunos casos a las observadas en la enfermedad de Crohn, que se sabe se relaciona también con micobacterias de este complejo27. En algunos animales se ha observa- do diseminación significativa en bazo, en otros, adenomegalia mediastinal18. El híga- do también puede verse invadido por los granulomas (Figura 10). tRatamIento El tratamiento de las infecciones por MAC en caninos constituye un verdadero desafío. Como droga primaria, el uso de macrólidos, como claritromicina o azitro- micina, es primordial8,10. Estas drogas son de amplia utilización en medicina humana frente a pacientes con infecciones por mi- cobacterias no tuberculosas4. Los macró- lidos utilizados como monodroga no son eficaces y generan rápidamente resistencia; por lo tanto, deben combinarse con otras drogas7,8. La terapia inicial debe incluir, al menos, dos antibióticos y en algunos casos, hasta tres. Existen protocolos que incluyen azitromicina o claritromicina, etambutol y rifampicina28 o fluoroquinolonas en reem- plazo de la rifampicina8. En casos severos, se ha utilizado como tercer antibiótico a la amikacina o estreptomicina del grupo de los aminoglucósidos29. PRonóstIco Según la bibliografía, no existe un tra- tamiento completamente efectivo para infecciones generalizadas producidas por bacterias del MAC. Algunos pacien- tes mueren durante el tratamiento12,18 o los propietarios decidieron la eutana- sia3,8,16,17,18. Sin embargo, el diagnóstico temprano, los controles veterinarios pe- riódicos, así como el uso de combina- ciones de diferentes antibióticos pueden prolongar la vida, por años, de estos pa- cientes (Fernandez & Iachini, datos no publicados). PotencIal zoonótIco Las personas están continuamente expues- tas a micobacterias del MAC presentes en el medio ambiente, animales domésticos y silvestres, pero solo un pequeño porcenta- je, de la interacción hombre/micobacteria, evoluciona a una infección clínica4. Los pacientes con algún tipo de inmunocom- FIguRa 7. Imagen del tubo digestivo en el que se observa la gran cantidad de nódulos linfoides hiperplásicos. FIguRa 8. Obsérvese en la imagen, con tinción de Giemsa de citología de linfonódulo mesentérico, el desarrollo del granuloma a expensas de gran cantidad de macrófagos que reemplaza al componente celu- lar linfoide y la presencia de las típicas formas “fantasmas” que generan los bacilos con tinción negativa. F.7 F.8 [ 25 promiso son las personas de mayor riesgo a desarrollar enfermedad por este tipo de micobacterias30. Aunque no existen repor- tes registrados de infección por contacto con perros o gatos, hay un potencial ries- go zoonótico, principalmente cuando se encuentra involucrada la subespecie de M. avium31. Por otro lado, la eliminación de agentes del MAC por heces, constitui- ría una fuente adicional de contagio para aquellos pacientes susceptibles17. caso clínIco Se presenta al servicio de enfermedades infecciosas y parasitarias de la Clínica Ve- terinaria Panda, un paciente canino, de 3 años, macho castrado, raza Schnauzer Miniatura derivado del centro veterinario San Martín. El paciente fue remitido por un diagnóstico de infección por Mycobac- terium avium (Figura 11). Dentro de sus antecedentes contaba con un cuadro de decaimiento y de males- tar gastrointestinal que fue mejorando con el tratamiento sintomático. Sin embargo, con la evolución de los días, manifestó adenomegalia evidente en linfonódulos poplíteos, submaxilares, pre escapulares y axilares. Dentro de los métodos com- plementarios, en la ecografía abdominal se evidenció linfoadenopatías mesentéri- cas así como esplenitis. La placa de tórax sin alteraciones. Se realizó una PAAF del linfonódulo poplíteo izquierdo revelando linfoadenitis granulomatosa con BAAR. El diagnóstico definitivo se realizó en el servicio de la cátedra de Enfermedades Infecciosas – Facultad de Ciencias Vete- F.9 F.10B F.10a FIguRa 9. Sector del nódulo descripto en 100X (coloración Ziehl-Neelsen), donde se apre- cia la invasión granulomatosa con la superficie de la mucosa intestinal exulcerada que permi- te que el granuloma y los baci- los sean eliminados al exterior. FIguRa 10. (a) Imagen del infiltrado esplénico,nótese el moteado marmóreo debido a la infiltración masiva. (B) Imagen del hígado afectado. FIguRa 11. Paciente cani- no, macho castrado, 3 años, raza Schnnauzer Miniatura con antecedentes de cuadros gastrointestinales y presencia de adenomegalia superficial generalizada. F.11 26 ] rinarias, Universidad de Buenos Aires. Se sembró la muestra recuperada de la PAAF en los dos medios diferenciales (ST-LJ). Se observó desarrollo en el medio de LJ al día 17 de siembra, se realizó la tinción de Z-N donde se observaron BAAR. Se sus- pendieron tres colonias en agua destilada estéril y se obtuvo ADN por lisis térmi- ca. Se realizó la identificación de especie de micobacteria presente por medio de la técnica de PCR. Los resultados fue- ron positivos a la secuencia de inserción 1245 y negativos a IS901 y a IS900, in- dicando que se trataba de Mycobacterium avium hominnissuis. Simultáneamente se realizó notificación del caso al centro de zoonosis local y la propietaria fue derivada al Hospital de Enfermedades Infecciosas “Francisco J. Muñiz” para su control. Una vez derivado al servicio, en la ex- ploración clínica, se detectó la presencia de una linfoadenomegalia generalizada de los linfonódulos superficiales (principalmen- te de los poplíteos y pre-escapulares), con consistencia firme. La mucosa gingival se encontraba levemente pálida. No manifestó dolor a la palpación abdominal ni se evi- denció, por maniobras semiológicas, la pre- sencia de linfoadenomegalia mesentérica. Dentro de la analítica sanguínea, se ob- servó un hematocrito de 32% así como un aumento de la ALT, con un valor de 253 UI/l. El resto de los parámetros se encon- traban dentro de los valores normales. La serología para Ehrlichia canis fue negativa. Se instauró un protocolo antibióti- co que incluyó: claritromicina (10 mg/ kg/12h) + ciprofloxacina (10 mg/kg/24h) + etambutol (10 mg/kg/24h). El mismo ya había sido utilizado previamente en el tratamiento de otros caninos con el mismo cuadro clínico por M.avium (Fernandez & Iachini, datos no publicados). Al mes de comenzar el tratamiento, el paciente no manifestó recidivas clínicas y había mejorado notablemente. Todos los parámetros hematológicos y bioquímicos se encontraron dentro de valores nor- males. En la exploración, continuaba la linfoadenomegalia generalizada de linfo- nódulos superficiales y la ecografía reveló linfoadenitis mesentérica así como esple- nitis (Figura 12). A su vez, se repitió la citología de lin- fonódulos poplíteos por PAAF donde se constató, mediante tinción de Giemsa, una población linfoide heterogénea con predominio de linfocitos pequeños. Pre- sencia de abundantes macrófagos y células gigantes multinucleadas con gran cantidad de bacilos intracitoplasmáticos con tinción negativa compatibles con micobacterias (Figura 13). El paciente fue controlado a los 6 meses de iniciado el tratamiento en el servicio veterinario, donde la propietaria relató la ausencia de signos gastrointesti- nales y un aumento de peso del animal. A la exploración clínica, no se detectó linfoadenomegalia ni alteraciones de los linfonódulos superficiales. Tanto el análisis de sangre como la ecografía abdominal de control se encontraban dentro de paráme- tros normales. El paciente continúa con buena evolución desde hace más de 10 meses sin haber suspendido el tratamiento F.12a F.12B FIguRa 12. (a) Bazo: tamaño aumentado. Forma y estructura conservada. Ecoestructura mo- teada en forma difusa. Espesor a nivel del hilio de 2,15 cm. (B) LN mesentéricos de 4.24 mm x 178 cm, 5.50 x 2.32 cm, 4.56 x 2.34 cm. Forma globosa, contorno conservados, hi- poecoicos (gentileza Dra. Rocío Arguello). [ 27 antibiótico. Cuando se cumpla un año de tratamiento, se hará una reevaluación para determinar si se suspende el mismo o se continua por un periodo más prolongado. conclusIón Los perros comúnmente son resistentes a las infecciones por micobacterias del MAC; sin embargo, como ya fue descrip- to, existen razas (e inclusive linajes) más susceptibles a estas infecciones3,5,8,9,10,14,18. Asimismo, en caninos mestizos como en otras razas caninas, pueden actuar como patógenos oportunistas en situaciones de inmunosupresión primaria o adquirida. En aquellos pacientes con cuadros gastroin- testinales asociado a linfoadenomegalia generalizada se debería incluir dentro de los diagnósticos diferenciales. Será funda- mental el uso de herramientas moleculares para diferenciar especies de micobacterias así como las diferentes sub-especies del MAC, en particular. El riesgo zoonótico por contacto con perros con infección activa se considera extremadamente bajo en propietarios in- munocompetentes, por lo tanto, es ético la aplicación de un tratamiento con diferentes drogas consensuando siempre con el pro- pietario del animal. Durante el seguimien- to del paciente se deberá realizar citología y PCR control de linfonódulos, sangre y otros tejidos para constatar la evolución del animal. Hasta la fecha, no existen pautas en la duración del tratamiento, por lo que se aconseja que sea prolongado y sostenido en el tiempo. El mismo deberá incluir clari- tromicina, así como la asociación de dos antibióticos más. A fin de comenzar un tratamiento tem- prano se debería considerar la posibilidad de establecer una rutina de estudio clíni- co preventivo en razas predispuestas, sobre todo un estudio minucioso de los linfo- nódulos superficiales y especialmente del abdomen que incluya ecografía temprana a partir de los 6 meses de edad, periódica- mente hasta la edad de 3 años, ya que esta edad parece ser el límite en la cual se puede desarrollar la presentación clínica8,12. Aun, queda como desafío, la rápida sospecha de esta patología por parte de la comunidad veterinaria, principalmente en razas susceptibles, la accesibilidad a los diferentes métodos diagnósticos, el moni- toreo de la evolución a lo largo del tiempo de los pacientes con tratamientos prolon- gados, así como la valoración del verdade- ro riesgo zoonótico para los propietarios. Bibliografía 1. Rindi, L. & Garzelli, C. (2014). Genetic diversity and phylogeny of Mycobacterium avium. Infect Genet Evol 21, 375–383. 2. 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