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MONTAJE DE LOS COMPONENTES CONSTRCUTIVOS. 
Fernández Ordoñez plantea que: “en la prefabricación no puede dejarse nada a la 
improvisación, y uno de los aspectos que deben estudiarse cuidadosamente es el del 
montaje, y esto no es solo por representar, junto con el acabado, uno de los trabajos que 
mas mano de obra precisa, sino por requerir la coordinación de una serie de equipos 
como son los de transporte, elevación, colocación y fijación. Por lo general, el ritmo de 
montaje es el que condiciona la cadena del transporte. 
Por lo que a mano de obra se refiere, señalaremos que son precisos los siguientes 
equipos: 
 Gruistas (operarios auxiliares para el enganche) 
 Apuntalamiento y reglaje. 
 Fabricación de morteros y hormigones. 
 Colocación y vibrado de hormigón en juntas. 
 Soldadores. 
 Remates finales. 
 Obras secundarias. 
Vemos que realmente se precisa una gran cantidad de mano de obra, alguna de ella 
altamente especializada. 
Podemos decir que los objetivos de la organización del montaje son: 
 Sacar el mayor provecho de la utilización de los medios 
 Reducir los plazos de ejecución. 
El montaje de las piezas prefabricadas exige colocar una pieza determinada en un punto 
también determinado, siguiendo además un orden generalmente muy estricto con las 
piezas que deben montarse. De un modo general puede señalarse la siguiente secuencia 
de montaje en cada planta, y en el caso de estructuras a base de paneles. 
 Elevación y apuntalamiento de los elementos verticales portantes. 
 Colocación y apuntalamiento de los elementos verticales no portantes. 
 Materialización de las juntas verticales – soldaduras - y hormigonado (en los casos 
más generales). 
 Colocación de las losas de forjado. 
 Materialización de las juntas entre losas y paneles. 
 Retiro de puntales. 
 Operaciones finales de acabado. 
Existen muchas variantes, difiriendo casi únicamente en el instante en que se realizan las 
distintas uniones, siendo incluso en algún sistema su ejecución simultanea. En el caso de 
estructura a base de vigas y pilares, hay que ir completando pórticos, arriostrándolos 
convenientemente, y si se trata de células su montaje es más simple. 
Las piezas han de montarse de manera que no interfieran con la colocación de la 
siguiente. Deben irse colocando de forma que se consigan conjuntos que se arriostran 
mutuamente. Por lo general se empieza con los elementos más alejados de la grúa para 
terminar con los más cercanos (generalmente los de fachada). También suele realizarse 
el montaje desde un extremo al otro. Es interesante intentar el menor recorrido global 
posible, lo cual reduce el tiempo de montaje. 
Es conveniente realizar una planificación en la que se señale el orden de colocación de 
los elementos de cada planta, analizando la mano de obra y el tiempo que llevara el 
montaje de cada uno de ellos (de mano de obra y de grúa) de forma que previamente 
pueda saberse en cada instante del día que elemento estará montándose, lo cual permite 
coordinar transporte y montaje. Puede ser interesante contar con un cierto margen de 
seguridad para cubrir posibles roturas, averías o retrasos por perturbaciones climáticas. 
Es muy importante analizar y determinar la forma de arriostramiento (provisional o 
definitivo) de cada uno de los elementos. Deben también señalarse las normas de 
ejecución y seguridad que se adoptan de manera que el trabajo pueda hacerse 
cíclicamente y de la forma más sencilla y segura posible”. (Pág. 312-313) 
Según Mac Donnell, (2002), manifiesta que: “La tarea de montaje debe estar precedida 
por un replanteo y ejecución de bases o plateas con precisiones acordes a la tolerancia 
del sistema. Al recibir los paneles en obra se debe controlar su adecuación a las 
especificaciones, tanto dimensionales como de terminación y fisuras. 
La operación de izaje de los paneles desde la zona donde los ubicaron al llegar a la obra, 
hasta su posición en el edificio, se realiza con diferentes tipos de grúas y empleando 
distintos aparejos. Estos aparejos deben garantizar la estabilidad y seguridad del panel 
mientras se los lleva a su posición. Lo habitual es el empleo de vigas con poleas que 
garantizan la distribución de las cargas y la igualdad de tiros. 
Especial atención debe prestarse al viento en el momento del montaje. Los paneles, 
pendiendo de los cables de la grúa, con su gran superficie se tornan muy peligrosos ante 
las ráfagas de vientos que los hacen girar. Las normas alemanas establecen el cese del 
montaje cuando un viento alcanza los 36 km por hora. Más permisivo es el reglamento 
polaco que prescribe ir reduciendo la carga de trabajo a medida que aumenta el viento y 
concluir la actividad al alcanzar el viento los 72 km por hora. 
Otro tanto sucede con la luz o la visibilidad que se cuenta para el montaje, a menor luz o 
presencia de niebla, se deben reducir los pesos o detener el montaje. 
La secuencia de montaje debe ser programada de tal manera que emplee el menor 
tiempo de grúas posible. Se inicia por los paneles portantes, luego los no portantes, se 
ajustan sus posiciones y posteriormente se van colocando las losas. 
En el montaje de los paneles, es común el empleo de elementos auxiliares provisorios, 
por ejemplo, puntales que se utilizan para replantearlos y aplomarlos”. (Pág. 177) 
Existen dos tipos de montaje: 
1. Montaje libre: su principal característica es que se utilizan guías de montajes, las 
cuales deben colocarse en primera instancia. Dichas guías pueden ser solo 
elementos de coordinación o columnas que a su vez actúen como guías de 
montaje. Esto permite comenzar el montaje de los componentes constructivos por 
cualquier lugar de la obra sin seguir un orden determinado. Además los 
componentes siempre se colocan en el centro de área modular lo cual hace que 
las juntas tengan variaciones. 
 
 
2. Montaje por contacto. Esta forma de montaje debe seguir un orden 
preestablecido ya que no posee guías de montaje y cada componente constructivo 
tiene un orden y momento definido para ser montado. Se comienza en un lugar 
determinado de la obra y se van colocando los componentes uno a continuación 
otro, lo cual hace por un lado obtener juntas homogéneas y por otro, si no se 
realiza un control exhaustivo se corre el riesgo de ir acumulando errores y que los 
componentes avancen sobre el área modular del precedente. 
 
Dentro del montaje por contacto diferenciamos dos: 
a. Montaje por contacto ajustado: este permite una mayor precisión en la separación 
de los componentes tanto en vertical como en horizontal y un control en los 
espacios de juntas, verificando que cada pieza ocupe el lugar exacto y posea una 
nivelación correcta. Las juntas son más homogéneas. 
 
b. Montaje por contacto regulable: en este caso, de ser necesario, se pueden 
realizar ajustes, regulando la verticalidad y precisión del componente tanto en 
vertical como en horizontal, para evitar que los mismos avancen sobre el área 
modular del componente adyacente al ser montados. Se van regulando las juntas 
de manera de lograr la homogeneidad de las mismas..

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