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ENCOFRADOS: Encofrado: es un molde que confina al hormigón dentro de sí. En el caso del HºAº, sirven para recibir la armadura metálica así como el hormigón que la envuelve, acunándolo hasta su completo fraguado. Pueden ser de madera o de chapa de acero, en ambos casos su montaje se da pensando en su posterior desmontaje de manera de permitir su uso en repetidas veces. En general constan de dos partes: la primera de ellas de contención, que esta en contacto directo con el hormigón, constituida por el cajón o encofrado propiamente dicho, cuya misión es la de dar forma al hormigón, sirviéndole de molde, conformado generalmente por tablas de 2,5 cm (1”) de espesor. La segunda es el apuntalamiento, sostén del molde y apeo (distribución) de las cargas hacia el suelo o alguna parte sólida y se conforma por tirantes de 7,5 x 7,5 cm (3” x 3”) dispuestas entre sí a 60 cm de separación máxima. El molde debe ser estanco, para evitar la pérdida del cemento durante el colado del hormigón, lo que de producirse dejaría sin ligazón al resto de los integrantes de la mezcla (áridos, etc) lo que consecuentemente disminuiría la resistencia y la compacidad de la pieza, debido a los vacíos dejados por la pérdida del aglomerante (lechado de cemento) que en porcentaje es lo que mas se escapa por las fisuras. Se exige también que estén perfectamente nivelados y verticalizados mediante plomo. También es requisito (cualquiera sea su naturaleza) no deformarse ni ceder durante el vertido y el apisonado o el vibrado (según la técnica utilizada) del hormigón; lo que provocaría fallas considerables en la estructura tanto en su resistencia como en su forma, por lo que deben estar rígidamente unidos al apuntalamiento. La clavazón debe ser segura, pero no excesiva, para evitar la rotura de la madera durante su desarme. Un encofrado fácil de montar y desmontar rinde mayores usos y consume menos jornales. Se deben evitar los ángulos rectos en los bordes de las piezas de hormigón, que es la zona mas propensa a quebrarse durante el desencofrado del mismo, para ello se colocan pequeños listones triangulares en las aristas de los moldes, suavizándolas. A fin de favorecer su limpieza, a los pies de los encofrados de columnas, tabiques y vigas profundas, se dejará una abertura por donde se retirará la basura depositada en el fondo. El trabajo de los puntales es exclusivamente a la compresión; en consecuencia se preverá el pandeo mediante arriostramientos laterales plasmados con dos tablas cruzadas de 2,5 x 7,5 cm (1” x 3”). Si se utilizan puntales redondos (troncos) la parte mas fina se colocará siempre hacia arriba. En la mayoría de los casos los puntales no apoyan directamente sobre el piso, sino que lo hacen a través de un dispositivo denominado “cuñas”, que son dos tablas superpuestas usadas con el fin de permitir el aflojamiento paulatino del encofrado, evitando así tener que exponerlo a golpes y vibraciones durante su desencofrado. El estudio de los encofrados, tiene por finalidad evitar el derroche de madera, que se acusa notablemente en la economía general de la obra, tratando de repetir su aplicación y adaptando el proyecto a las medidas comerciales, para reducir al mínimo los cortes y desperdicios. Con esto quiero decir que se debe usar el menor número de medidas diferentes en el dimensionado de altura de vigas y anchos de columnas, estandarizándolas y repitiendo los elementos iguales el mayor número posible de veces. En suma: las máximas economías las dan las estructuras moduladas, de secciones uniformes y elementos repetitivos. Con este fin también se aconseja usar la menor variedad de escuadrías posible, necesitándose únicamente tablas de 1” x 3” y tirantes de 3” x 3”; piezas estas; con las que se pueden realizar la totalidad de los distintos elementos estructurales que hacen a la obra. Para impedir la adherencia entre el hormigón y la madera, se la suele usar cepillada en la cara de contacto entre ambos, mejorándose así también la terminación superficial del primero, esto cuando se desee dejarlo a la vista, de lo contrario debe procurarse la mayor rugosidad posible, a fin de favorecer la adherencia del revoque posterior. Otro recurso muy usado y mas efectivo es el de pintar el encofrado con productos comerciales que se venden a tal efecto; con lo que se logra una perfecta separación entre encofrado y hormigón, ya que la madera se despega con suma facilidad y dura mucho mas. Armaduras: el tipo hierro mas usado para el armado de las armaduras es el redondo. Para mejorar la adherencia de las barras de hierro con el hormigón, a estas se les practica rebabas, muescas y espirales, optimizando las condiciones mecánicas del conjunto. Además de esto debe verificarse también que las barras estén libres de herrumbre, de suciedad o de cualquier otra sustancia que impida su correcta adherencia con el hormigón (restos de pintura, aceites, barro) de no suceder así, se recurrirá a una enérgica limpieza mediante cepillo de alambre. Algunos autores recomiendan el herrumbre superficial -no así la oxidación profunda o la suelta- afirmando que aumentan la adherencia, no obstante debe procurarse su perfecta limpieza. También con el fin de favorecer la adherencia hormigón-hierro, a estos últimos se les practica un doblez en los extremos, en forma de gancho, que asegurarán un sólido anclaje. Riostras Cuñas La armadura debe quedar definitivamente fija, sin movimiento alguno durante el colado del hormigón, para lo cual se utilizan ataduras de alambre negro entre los hierros principales y los secundarios (estribos) y los elementos de montaje. Cuando la longitud de un determinado elemento estructural supera las medidas comerciales de una barra (generalmente 12 m) se recurre a empalmes, los cuales se logran solapando o superponiendo a las barras en una longitud equivalente a 40 veces el diámetro las mismas, para luego atarlas con alambre recocido, no sin antes doblar en gancho los extremos. Los empalmes nunca se ubicarán en las secciones mas solicitadas de la estructura, ni tampoco habrá mas de un empalme en un mismo plano de sección: se desfasarán entre sí para no originar secciones de menor resistencia. Además del empalme por yuxtaposición o solape descripto anteriormente, también tenemos el empalme por manguito (al lado) y el que se da por soldadura: el primero es el menos usado en razón de su costo, pero tiene la ventaja de ser capaz de regular la tensión. El otro se logra ablandando las puntas de las barras a nivel de pastosas, mediante el calor producido por el paso de una corriente eléctrica, para luego aplastarlas entre sí, obteniéndose la unión. Las armaduras no apoyarán directamente sobre los encofrados; justamente se espera que el hormigón envuelva totalmente al hierro para que puedan desarrollarse en su totalidad las tensiones de adherencia y al mismo tiempo las armaduras queden bien protegidas contra el efecto de la corrosión. El espesor mínimo de hormigón que cubrirá a los hierros será de 0,8 cm para losas y de 2 cm para las demás estructuras, sin embargo el fuego exige un espesor mínimo de 4 cm y al efecto corrosivo de la tierra se lo inhibe recién después de 5 cm, así que cada espesor deberá adoptarse según la necesidad del caso. La separación del hierro con el encofrado se logra mediante los bien llamados separadores, que en algunos casos no son mas que pequeños pedazos de hierro redondo y en otros pequeñas piezas premoldeadas de hormigón o de plástico. Clasificación según las cargas que soportan: Tipos de encofrados: Según las distintas etapas de la obra. 1) Encofrado de fundación: Para vigas de encadenado y pilotín: el caso mas práctico sería usar la pared de la zanja excavada como encofrado; esto siempre que el suelo sea apto; en caso contrario se colocan tablillas suplementarias en la mitad superior de lo que será la viga de encadenado, cavándose la zanja en el suelo,a la mitad de la altura de ésta última. A este tipo de encofrado se lo denomina a ½ altura: en la mitad inferior funciona como encofrado la tierra, y en la otra mitad (la superior) funciona la madera (ver dibujo). Otra alternativa es encofrar directamente por sobre el nivel de terreno (ver figura) mediante tablones unidos por una estaca lateral, la que irá clavada al suelo. Para evitar que el molde se abra lateralmente, se los une HORIZONTALES - fondo de loza - viga - Todo lo que es estructura. - Carga fija real - Carga dinámica (obreros, herramientas) - Peso propio del encofrado - Cargas especiales de construcción no dinámicas - Cargas por agua de fragüe (el agua se tira después del hormigonado ni bien empieza a fraguar, para que no se cuartee) VERTICALES - tabiques para ascensores - tanque de agua - columna - paredes o tabiques Soportan únicamente el peso del hormigón. suelo apto Viga de encadenado suelo inapto Tablas de encofrado Separadores de hormigón Separador de hierro superiormente mediante un listón clavado firmemente a las tablas del molde, el que a su vez servirá para sujetar o “colgar” la armadura, evitando su contacto con la tierra, ladrillos, mezcla y todo material poroso que permita el paso de humedad y su consecuente oxidación. Otro recurso para evitar el contacto entre terreno natural y el hierro es mediante la utilización de un cuarterón (1/4 de ladrillo). Esta de mas mencionar que tanto el pilote como el pilotín, se construyen utilizando de encofrado al propio suelo y que también en este caso se evitará el contacto de éste con la armadura. Para ello se la cuelga con algún elemento varillado que bien puede ser un listón de madera o una varilla de hierro (como es el caso de la figura). Para zapatas o bases: para zapatas puede existir cierta similitud con los pilotines, en el sentido de que si el suelo es firme, éste puede funcionar como encofrado, es decir que al primer retallo de la zapata lo hacemos con el mismo suelo, a partir de allí colocamos las tablas con pendiente aproximada del talud natural del hormigón (entre 20º a 35º de inclinación). De haber dudas con el terreno podemos agrandar el pozo y colocar un encofrado extraíble. Al hacer los pozos se deben tener permanentemente materializados los ejes de replanteo, para bajar la plomada. Esta metodología sirve tanto para zapatas corridas como aisladas, con la salvedad de que en el último caso se debe construir un tronco de base (ensanchamiento de la columna al llegar a la base) sobre el cual se construirá un dado de hormigón, que servirá de molde y apoyo al encofrado de columna. Este dado tendrá las medidas exactas del encofrado, puesto que a partir del mismo nacerá la columna, por lo que de él dependerá la correcta ubicación, alineación y centrado de la columna. Para que la armadura no toque el suelo, además de lo ya dicho, también se puede recurrir a un contrapiso de hormigón ubicado en el fondo de la zanja, de mas o menos 10 cm de espesor, cuya construcción es previa a la colocación de la armadura, sirviéndole de base. El método es valido para todo tipo de fundación, pero muy caro para el caso de fundaciones lineales (zapatas corridas y vigas de encadenados) y no se hasta que punto efectivo. 2) Encofrado de columna: 20º a 35º madera Suelo apto Suelo inapto Luego de construida la base, sobre la misma se hace un pequeño dado de hormigón (ver figura 2) al que se le calzará lateralmente el encofrado de la columna, el cual se compone de dos tipos o pares de tableros cuyos tamaños dependerán de la sección de la columna. A la armadura de la columna se le debe efectuar un doblez, para que entre en la base de la columna, haciéndola coincidir con los “pelos” de la zapata (ver figura 1). Una vez colocada la armadura se procede a la colocación del encofrado. Para columnas de sección rectangular o cuadrada, el encofrado se conforma de cuatro tableros laterales (ver figura 3). La cantidad de tablas que componen cada tablero, se dan en función de las dimensiones de la columna. Antes de hormigonar: - se debe controlar la verticalidad de las 4 caras o lados del encofrado (mediante plomada) verificando que las mismas no tengan ondulaciones o variaciones en su superficie (ver figura 5). - Una vez controlada la verticalidad del encofrado, se aplican las riostras (ver figura 4) para sujetarlo firmemente impidiendo su movimiento. - Se pinta con aceite las paredes interiores del encofrado, para que resbale mejor el hormigón; y mas si se trata de madera fea. En el proceso de hormigonado se hecha una mezcla muy fluida de cemento y agua, para humedecer las armaduras y el encofrado, facilitando también, el escurrimiento del hormigón, ayudado en ocasiones por pequeños martillazos. - 3 2 5 4 1 Encofrado de madera Distintas alternativas de encofrados para columnas: arriba izquierda modelo de encofrado para pilar. Al lado mismo fin, distinto material. A: planta y vista de una típico encofrado en madera para columnas de HºAº ejecutado con dos pares de tableros a los que se sujeta mediante tirantes, acorralándolos. Es el método mas sencillo y usual. B: cuatro tablas formando marco; mas económico pero menos resistente que al caso anterior. C: aquí los tirantes en ves de ir clavados por dos pares de tablas, se sujetan con alambres, a modo de tensores. D: marco generalmente metálico el cual puede ser ajustable a medidas varias, sirviendo para sujetar tanto moldes de madera como metálicos. Abajo: encofrado en madera para columnas circulares. En realidad se obtiene una columna poligonal, la que se acercará mas al círculo, en la medida de que se reduzca el tamaño de las tablas; cuanto mas angostas las tablas, mas se aproximará al círculo la columna terminada. Toda forma curva significa un gran desperdicio de madera. El hormigón fresco en piezas de mucha profundidad -columnas, tabiques o vigas de mucha profundidad- somete al encofrado a un empuje tanto mas importante cuanto mayor sea su fluidez; el vibrado lo convierte en un líquido con un empuje tan grande sobre los moldes que puede llegar a reventarlos (vocablo empleado en obra en referencia a la deformación sufrida por el molde mas o menos en forma acentuada) por lo que no se debe escatimar en refuerzos a la hora de la fijación del encofrado. 3) Encofrado de tabiques o paredes: Consta de dos tableros grandes conformados por una sucesión de tablas unidas por clavadores (tirantes verticales y horizontales – ver figura 6). Cada tanto se colocan tensores y separadores entre ellos para mantener un ancho constante (figura 5). Para esto último existen otros métodos como el que se muestra en la figura de al lado, en donde las tablas indicadas con 1 evitarán que el entablonado se cierre. Para evitar que se abran se intercalan dentro del tabique costuras de alambre retorcido indicados con 2. Encofrado metálico Los grandes tableros del encofrado pueden ser reemplazados por largas tablas, las que se van intercalando de manera sucesiva a medida que se va levantando el tabique, constituyendo así una técnica alternativa para la ejecución de tabiques de hormigón. Las tablas se unen entre sí y al tabique mediante pernos o estribos, separados a una distancia igual al grueso de la pared. Como dije antes, estos tablones se van desplazando verticalmente a medida que avanza la obra. 5 6 disposición del apuntalamiento cuando la tabla va en sentido vertical u horizontal, respectivamente. Se supone que las riostras o tornapuntas van apoyados sobre la tierra, entrepiso o alguna parte fija. 4) Encofrado de vigas: En vigas, lo primero que secoloca es el tablero de fondo y luego los laterales, para luego poder desencofrarlos primero (a los laterales) dejando el tablero de fondo unos días mas. Durante el hormigonado debe tenerse especial cuidado con el movimiento del encofrado (figura 7). Debe marcarse la altura de la columna que puede actuar como tablero de fondo de la viga (fig. 8). Se deben colocar las contraflechas calculadas (con las cuñas – fig. 9). Al calcular debemos tener las medidas de las tablas del encofrado, las que ya vienen con medidas estandarizadas (de 15 en 15 cm) tratándose de no cortar las tablas (fig. 10). partes de un encofrado de vigas: 1. tablero lateral 2. tablero de fondo 3. clavadera de 7,5 x 2,5 cm (3” x 1”) de unión de tablas de tablero 4. corredera de 7,5 x 2,5 cm (3” x 1”) clavada a los cabezales para evitar el desplazamiento horizontal del tablero lateral 5. corredera de 7,5 x 7,5 cm (3” x 3”) superior, para clavado de las tronchas superiores 6. tronchas superiores de 7,5 x 2,5 cm, crean la triangulación y evitan el desplazamiento horizontal en la parte superior del tablero 7. correderas de 7,5 x 7,5 cm para clavado de tronchas inferiores 8. cabezal de 7,5 x 7,5 es el soporte horizontal de todo el encofrado superior 9. tronchas inferiores de 2,5 x 7,5 cm, crean la triangulación para horizontalizar los cabezales 10. puntal soporte de 7,5 x 7,5 cm 11. cuñas dobles para ajuste y contraflecha 12. tablones de apoyo de puntales y cuñas 10 8 9 7 En este gráfico faltan las riostras o contrapuntas ubicadas para evitar el posible pandeo en los puntales. el gravado de la izquierda es básicamente similar al descripto anteriormente, solo que aquí se muestra la vinculación con un encofrado de losa: indicado con 3 vemos a la solera, que sirve de apoyo a la tirantería encargada a su vez de soportar el entablonado para la losa; dichas soleras se ubican a un metro de separación entre sí, imprescindible para losas de grandes luces. Con 6 vemos las correderas (o costaneras) en este caso de 2,5 x 7,5 cm, que sirven simultáneamente para apoyo de los tirantes que hacen de solera y como refuerzo lateral de las vigas. Indicado con 7 aparece el tablero lateral; nótese como los ángulos vivos han sido suavizados chaflanando las tablas (en la parte superior) y agregando listoncillos triangulares en el fondo; todo esto a fin de evitar roturas durante el desencofrado. En 8 aparecen las clavaderas (o costillas) de tableros laterales en este caso conformadas por tablas de 2,5 x 15 cm. Como 9 encontramos a la corredera inhibidora de los desplazamientos horizontales de los tableros laterales, también conocidas como “apoya pie”, la que en algunos casos puede faltar. Con 10 se indica al puntal, el que en este caso lleva una cruceta en la cabeza para reforzar el sostén del fondo de viga. Indicado con 12 tenemos la cuña para ajuste final del apuntalamiento; y finalmente con 13 vemos al tablón de apoyo. Aquí nuevamente no vemos el apuntalamiento lateral (riostras) taimen conocido como cruce de San Andrés. Al lado encofrados de madera para vigas horizontales de HºAº. Arriba encofrado de similares características pero metálico. A la derecha vemos un puntal metálico tubular de altura regulable. Tanto los tableros laterales como los de fondo están unidos por travesaños o clavaderas dispuestas perpendicularmente a los primeros. El tablero de fondo se apoyará sobre cabezales y recibirá una pequeña contraflecha, destinada a absorber el hundimiento producido en el encofrado al momento del hormigonado. La contraflecha consiste en levantar levemente el fondo del encofrado (en especial en su parte central) para compensar la flexión que se produce cuando se le descarga o cola el hormigón, de tal manera que su eje quede perfectamente horizontal (ver figura) La contraflecha variará según el largo de la viga, determinándose por ejemplo, para una viga de 4 a 6 m, una contraflecha de 1,5 a 2,5 cm. Separadores 5) Encofrado de losa: Consta de una sucesión de tablas dispuestas horizontalmente, que abarcan el total de la superficie que tendrá la losa. Generalmente se construye el encofrado de la losa y el de la viga en forma simultánea. Antes de hormigonar se colocan las armaduras y las instalaciones. A la derecha vemos un encofrado típico de losa que sirve de modelo para todo tipo de entrepiso plano, totalmente hecho con tablas de 2,5 cm (1”) de espesor, sostenido por tirantes de 7,5 x 7,5 cm (3” x 3”). Con 1 se indica el entablonado para la losa, con ancho de tablas de entre 10 y 15 cm. En 2 aparece la tirantería de unión de las tablas, dispuestas a una separación de 50 a 60 cm para sostén primario de las mismas. Indicado con 3 aparece la solera, que es un tirante que sirve de base a los dos anteriores y se ubica a 1 m de separación entre sí; que puede faltar en losas pequeñas. Con 4 vemos las riostras laterales o contrapuntas de 2,5 x 15 cm (1” x 6”) –también llamados cruces de San Andrés– destinadas a evitar el pandeo de los puntales. Indicado con 5 aparece el puntal de 3” x 3”, en correspondencia con las soleras. Con 11 se indica a la tabla para afirmar el puntal a la solera o tirante. Con 12 vemos la cuña para ajuste final del apuntalamiento y terminando, con 13 el tablón de apoyo. Los puntales trabajan puramente a la compresión y por consiguiente se exponen al pandeo, de allí que la ubicación de los tirantes de unión y las riostras o flechas se da a media altura. Aquí vemos el encofrado de una viga en combinación con un entrepiso de viguetas. 6) Encofrado de escaleras: Se compone por un tablero de fondo mas tableros laterales, que pueden llegar a estar reemplazados por las paredes, que a su vez se encargan de soportar los tableros verticales que conforman la contrahuella. Para la total sujeción del conjunto, se colocan una sucesión de tablas en forma cruzada (riostras) que apuntalan y mantienen fijo dicho conjunto. Las riostras son tablones encargados de mantener perfectamente vertical u horizontal el encofrado (mantenerlo fijo) evitando su desplazamiento. La armadura debe quedar elevada del encofrado 2 o 3 cm mediante separadores. Si se quiere dejar el hormigón a la vista, es aconsejable que las caras de la madera que conformen el encofrado, estén bien cepilladas, ya que estas producen un hormigón mas liso. Esta técnica también es útil para la construcción de tanques de agua y otros. Hormigonado o colado del hormigón: una ves que tenemos el encofrado armado y bien sujeto, y luego de colocadas las armaduras mas las correspondientes instalaciones; se procede al hormigonado o colado del hormigón: no sin antes mojar copiosamente los moldes para eliminar cualquier indicio de polvo o aserrín y evitar la rápida desecación del hormigón en contacto con la madera, la que de estar seca absorberá el agua de la mezcla favoreciendo su entumecimiento durante el fraguado. Además de esto, la humectación de la madera tiene por finalidad el hinchamiento de la misma, para así cerrar las juntas por donde podría escapar el lechado de cemento. Para el caso de moldes metálicos, se recomienda aceitarlos para que no se adhieran al hormigón, a la ves que evitan su oxidación. Paralelamente a esto se procederá a la construcción del andamiaje o puentes de servicio por donde circulará el personal transportando los carritos con la mezcla. El vertido del hormigón en los moldes se hará por estratos de poca altura (a lo sumo de 25 a 30 cm) se lo desparrama con pala y se lo somete a un asiduo apisonado con pisones de hierro, tanto mas enérgico cuanto mas seco este el mazacote. Esta acción tiene por objeto que el agua refluya a la superficie y que el hormigón se amolde al encofrado. En elementos estructurales de mucha profundidad (vigas, columnas, tabiques) se recomienda propinar pequeños golpes laterales al encofrado con el finde rellenar lo máximo posible las oquedades resultantes del colado del hormigón. El apisonado puede sustituirse con la vibración, con la cual se obtienen mejores resultados en relación a la resistencia y compacidad del macizo. Son varios los tipos de vibradores, los que se sumergen en la masa y se van levantando a medida que avanza el hormigonado. Con el vibrado se consigue la penetración de los áridos finos en los mayores, la perfecta adherencia de los elementos entre sí, la salida de las burbujas de aire liberadas en la mezcla y la expulsión del agua superflua. Con éste proceso obtenemos el denominado hormigón vibrado. Se debe tener cuidado de no prolongar en exceso el tiempo de vibrado, ya que de producirse, provocaría el efecto contrario: la separación de los áridos según sus pesos específicos, ordenando la grava en el fondo, inmediatamente encima la arena y por encima de éstas el cemento y el agua. Tampoco es recomendable el vibrado en mezclas muy fluidas, en ellas provoca el mismo efecto descripto anteriormente, de separar el material pesado y llevarlo al fondo. Desencofrado: el desencofrado o desmontaje total o parcial se iniciará cuando el hormigón ya ha fraguado, lo que ocurre al cabo de tres o cuatro semanas. Durante éste período se procederá al curado del hormigón (especialmente en los primeros días) que básicamente consiste en procurar mediante distintos recursos, que el hormigón no pierda agua súbitamente, sino que lo vaya haciendo en forma paulatina hasta completar su fragüe. Esto debido a que las reacciones químicas causantes del endurecimiento, solo son posible en presencia de agua; a la ves que mantiene a la mezcla en una temperatura constante, disminuyendo el efecto de retracción y agrietamiento, mejorando paralelamente la impermeabilidad y la resistencia. Los principales agentes causantes de una rápida desecación son las altas temperaturas, la baja humedad ambiente y los vientos. Cuanto mas severos sean estos tres agentes tanto mayores serán las precauciones del curado. Otros factores responsables de quitar el agua a las mezclas son: encofrados demasiado secos (de ahí la importancia de mojarlos) o faltos de estanqueidad y el propio calor que desarrollan los cementos al fraguar. Actualmente el curado se realiza de dos maneras: a) por vía húmeda: suministrando agua mediante la inundación o mejor aún cubriendo con tierra, arena o arpillera las que se mantienen constantemente húmedas. Lo mas usado es el riego con manguera. b) Con productos selladores: son pinturas aplicadas con pulverizador, en una sola capa. Son de color blanco y de alto poder de ocultación. Crean una película que impiden la evaporación. Otros métodos pueden ser cubriendo con paja, papel, láminas de polietileno, etc. El curado se mantiene durante ocho a catorce días. Días en los cuales deberán evitarse golpes y sacudidas tanto a los moldes como al apuntalamiento, que afectarían la marcha normal del fraguado. El retiro de los moldes se hace una ves que el hormigón esté suficientemente endurecido, de modo paulatino y cuidando de no producir vibraciones ni roturas en los bordes vivos de las distintas piezas (losas, escaleras, etc.). En el caso de encofrados totales (columna, viga y losa conformadas en un solo conjunto) en donde se encofra y hormigona simultáneamente dicho conjunto, el desencofrado comienza con las columnas y costados de las vigas, lo que puede hacerse a los 3 días de edad, se sigue con el fondo de las losas (a los 8 días) y a los 21 se completa con el fondo de las vigas; todo esto si se empleó cemento Pórtland común. Con cementos rápidos (Pórtland de alta resistencia) los plazos se reducen a 2; 4 y 8 días respectivamente y con cemento aluminoso a 1; 3 y 6 días. Para mayor seguridad se amplían los tiempos de desmontaje a: Debe impedirse la carga inmediata de la estructura después del desencofrado. vale decir que una de las causas mas frecuentes de hundimientos de estructuras de HºAº se debe a la pronta exigencia estructural, a un desencofrado prematuro o a la insuficiencia de apuntalamiento. Reglas esenciales para obtener una buena pieza de hormigón: Un mal proceder en la fabricación del hormigón, puede traer aparejado consecuencias tales como la ruina de la misma obra, a pesar del uso de los mejores materiales y de las mas estudiadas dosificaciones. A fin de evitar esto se dan las siguientes recomendaciones: 1. la resistencia de un hormigón es inversamente proporcional a la cantidad de agua de amasado empleada en su fabricación. Una reducción de la cantidad de agua de amasado trae consigo un aumento de la resistencia. 2. un buen hormigonado no debe contener mas de 25 litros de agua por saco de cemento (de 50 kg) empleado. En esta cantidad va incluida la humedad natural del árido. 3. el cemento tan fresco como sea posible y conservado en sitio seco, debe incorporarse a la mezcla de acuerdo con la dosificación prescrita. Para las paredes se preceptúan en general 250 kg de cemento Pórtland por metro cúbico puesto en obra. 4. el amasado debe durar por lo menos 60 segundos, en las hormigoneras de eje horizontal: ya que es el período en que mas resistencia gana la mezcla del hormigón durante su batido. Luego de los primeros 60 segundos la resistencia sigue aumentando aunque mas lentamente, hasta llegar a los dos minutos; tiempo después del cual la ganancia de resistencia es nula, por lo que no vale la pena seguir con el amasado. En hormigoneras de gran capacidad la mezcla adquiere resistencia hasta los tres minutos. El tiempo de amasado se empezará a contar a partir del momento en que todos los materiales estén en la hormigonera. El aumento de resistencia con el tiempo de amasado se debe a que se produce una distribución uniforme de los granos y su completa envoltura por la pasta de cemento. Por otra parte los batidos demasiado rápidos dejan zonas de puro agregado (sin cemento) con lo que no solo disminuye su resistencia, sino que anula la impermeabilidad y deja sin protección a las armaduras. 5. los residuos de madera y otras sustancias deben eliminarse de los encofrados; estos últimos deben rociarse antes de la puesta en obra del hormigón. Esta precaución evita la desecación demasiado rápida de la superficie, la cual traería consigo una importante retracción. También es recomendable colocar en el interior de los encofrados, resina aceitosa para un mayor escurrimiento y la no adhesión del hormigón a la madera. 6. para evitar la segregación o separación de los componentes, la altura de caída debe reducirse a un máximo de 2,50 m. Algunos autores incluso la restringen a solo 1,50 m y agregan que para alturas mayores esta operación se realizará mediante embudos y conductos ajustables para conducir el hormigón. El orden conveniente para verter los materiales en la hormigonera debiera ser el siguiente: parte del agua con algo de piedra (para limpiar los restos del batido anterior) parte del agua con el cemento (la mezcla tomará una consistencia suficiente para la suspensión de la arena) parte del agua con la arena (la mezcla tomará una consistencia suficiente para la suspensión de la piedra) parte del agua con la piedra el resto del agua se suele aconsejar que un 10 % del agua total se vierta antes y una porción igual después del resto de los materiales.- Todo para mayor seguridad, después de 28 días Tiempo de fragüe Columnas 6 días Vigas 12 a 15 días Losas 21 días
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