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Amendola, Giandomenico - La Ciudad Postmoderna

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THE LffiRARY OF THE 
UNIVERSITY OF 
NORTH CAROLINA 
AT CHAPEL IIlLL 
ENDOWED BY THE 
DIALECTIC AND PHILANTHROPIC 
SOCIETIES 
La Ciudad Postmoderna 
PRESENTACIÓN DE LA COLECCIÓN 
La coLección "Intersecciones. Arte y Arquitectura" ofrece un conpmto 
de títulos caracterzzados por eL gran aLcance de Los temas afrontados. 
Respondiendo. en todo caso, a un pLanteamzento de rzgl.¿rosa Investzgación, 
las propuestas editorIales se identificarán por fa stgnificattva zmplicación de 
diversos ámbitos de la cultura. De este modo. arte, arqUitectura, urbanzsmo, 
estética, historta. serán campos del saber que se mterrelactonarán actIvamente 
en el interIOr de Las temáticas conszderadas, superando fas estériles barreras 
disczplinares. Profundizando en aspectos fundamentales de La actualidad (sea 
en el sector de la prayeetación y producción, como en eL de Los estudios críti-
cos), ia coLección pretende sugertr problemáticas y cuesttones vivas que atañen 
de igual manera al mundo profestonal y unlVersitarto. 
La Ciudad 
Postmoderna 
MAGIA y MIEDO DE LA 
METRÓPOLIS CONTEMPORÁNEA 
GIANDOMENICO AMENDOLA 
CELESTE EDICIONES 
J \\.J\ 
/\ él Ir) )[5 
//1J' .. (J 
Colección: INTERSECCIONES. ARTE y ARQUITECTURA 
Director: Antomo Pizza 
Título angmal: La cuta postmodema. Mag1c e paUTe del/a metropoLi 
contemt)Qranea. Giandomemco Amendola. 
© 1997. Gius. Laterza & Figli Spa, Roma-Bar! 
Esta obra ha sido publicada con el permtso de EULAMA 
Ltterarv Agencc, Roma. 
Copynght de esta edidón: 
© 2000, Celeste EdicIones 
Fernando VI, 8, 1.2 28004 Madrid 
Tel.: 913100599/902118298. Fax: 91310 04 59 
E~mail: celeste@fedecali.es www.celesteediclones.com 
Traducción: Mansa Garcfa Vergaray y Paolo SusterslC 
Ilustración de la cubierta: 
© 1998, Paolo Susterslc. Times Square. Nueva York 
ISBN: 84-8211-239-2 
Depósito legal: MA.418-2000 
QLledan ngurosamente prohibidas, 
Sin la automación cscma de los titulares 
del «Copynght», balo las sanciones 
establecidas en las leves, la reproducción 
total o pmeta! de esta obra por cualquier 
medio o procedimiento, comprendidos la 
reprografía v el tratamlento mformático, 
v la clis[ribución de ejemplares de ella 
mediante alquiler ü prestamo públicos. 
Impresión: Fareso, S. A. 
impreso en Espail.a - Pnnred in Spam 
"" .no hablo de la cIUdad SlllO de aquello en lo que a 
través de ella nos hemos convertldo" 
(parafraseando a Ramer María Rilke, del Diarzo 
Florentmo) 
", .. YO encuentro bella a toda cIUdad" 
Walcer Ben}amlO, Passagenarbezt, Konvolut N. 
A Giovanna, 
AncoUlO y Francesco 
Índice 
INTRODUCCIÓN 
"Cityscapes" y "Mindscapes" 
I. LA CIUDAD: OSCURO Y CONTRADICTORIO 
11 
OB]ETO DE DESEO ................................................. 19 
La hUIda de la cmdad ................................................. 19 
La cIUdad nueva ......................................................... 28 
Imágenes y metáforas de cmdades .............................. 33 
II. EL NUEVO RENACIMIENTO URBANO 
Y EL MITO DE LA CIUDAD ................................... 45 
Los grandes mItos urbanos ......................................... 52 
La cmdad y la hIper-realidad ..... ... ..... ....... ..... ... .... ...... 57 
El reenCantamIento del mundo..... ..... ..... ....... ....... ...... 60 
III. LA CIUDAD POSTMODERNA ......................... 67 
La cmdad-bncolage .................................................... 72 
El neo barroco ................ .......... ..... ........ .... ..... ....... ...... 80 
El cIUdadano postmoderno .... ... ....... ............ ....... ..... ... 88 
IV. LA CIUDAD POROSA......................................... 97 
Los nIchos urbanos y los deseos .. ..... ... ....... ..... ....... ...... 102 
El "Fuali" ...... ..... ..... .......... ... .......... ....... ..... ....... ..... ..... 105 
La luz y la noche......................................................... 109 
V. LOS PRINCIPIOS ORGANIZADORES XIII. EL MULTICULTURALISMO 
DE LA CIUDAD NUEVA ......................................... . 119 y EL PROBLEMA DEL OTRO.................................. 277 
El placer y la belleza: el hedolllsmo de masas ............. . 
El derecho a la belleza ............................................... . 
Los arqultectos "superstar" ........................................ . 
El reencantamlento urbano ........................................ . 
El pnmado de la Razón Estéttca ................................ . 
126 
132 
I 136 
142 I I 
147 
, 
I 
XIV CONSTRUIR LA IMAGEN DE LA CIUDAD.. 285 
El market111g urbano .... .............. ................ ................ 292 
Las estrategias de la apanencIa .................................... 298 
Los Ángeles: el market111g a través de un siglo ............... 303 
VI. LA CIUDAD DE LA SIMULACIÓN .................. .. 155 Xv. LOS EXCLUIDOS DEL SUEÑO Y LA 
VivIr" como si" ......................................................... . 16J: CIUDAD BLINDADA ............................................... 309 
La Ha de los exclUidos ................................................ 312 
VII. LA NUEVA SOCIEDAD MEDIÁTICA - Los graffitts ................................................................. 313 
y EL PRINCIPIO DE LA REALIDAD .................... .. 167 La cmdad y el miedo .................................................. 316 
La múslCa y el relato de la cmdad .............................. . 
Realidad, Imag111ación e hIper-realidad ...................... . 
VIII. EL NACIMIENTO DE LAS CIUDADES SUEÑO. 
Los pasaJes y el fldneur ............................................... . 
Los grandes almacenes .............................................. .. 
El Crystal Palace ...................................................... .. 
169 I 
172 
I 183 
185 f 
196 I 
202 I ! 
Las estrategIas de defensa ........................................... 325 
La otra cmdad . ............ ........ .................. .............. ....... 336 
La pesadilla ele las comunidades-fortaleza ...... ............. 341 
BIBLIOGRAFÍA ......................... , ....... " .................... . 349 
ÍNDICE ANALÍTICO ............................................... 367 
IX. LA CIUDAD COMO PARQUE TEMÁTICO .... . 211 
La cmelad-delino ...................................................... .. 222 
Puertas y aeropuertos ................................................ . 228 
X. LA CIUDAD MUSEO VIVIENTE ...................... .. 233 
Los nuevos "tableaux vlvanrs" .... o ••••••••• o •• " o •• " ............ . 245 
XI. LOS SHOPPING MALLS: DEL FLANEUR 
ALBUYER ............................................... ................ . 251 
El zClppmg de los lugares ............................................ . 257 
XII. MERCADOS, ÁGORAS Y ACRÓPOLIS .......... .. 265 
La Ciudad de aue acondicIOnado 270 
A 9 
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I 
I 
INTRODUCCIÓN 
UCityscapes" y uMindscapes'! 
Hablar de cIUdad posrmoderna en Italia puede parecer un dis-
curso académIco y lepno. Algunas realidades urbanas como 
Nueva York, Los Ángeles, Tokyo, o en menor medida 
Londres, generalmente consideradas como las expresú:mes y 
los símbolos de la nueva fase de la hIstona de la CIUdad, pue-
den parecer ajenas y poco aprovechables respecto a nuestra 
situación. Algunas arquItecturas o escenas urbanas partICU-
larmente "diferenres" .. de los shoppmgs malls a los theme parks, 
son conSIderadas lD1ágenes de ciudades verídicas e Inquie-
tanres pero específicas y lejanas o, a menudo, nada más que 
"amerIcanadas" 
Las Imágenes postmodernas de esras metrópolis corren el nes-
go de ser tratadas como apuntes de un carné de vIaje o foto-
gramas de películas ya vistas, tal vez Interesantes y estunu-
lantes, pero carentes de interés 1l1mediato. También el hecho 
de conSIderarlas como una antICIpaCIón -para bIen o para 
mal- de un probable futuro prÓXImo encuentra a menudo 
amplias reSIstenCIas en nombre de su profunda y esenCIal diver-
SIdad respecto a la escena Italiana. 
Aménca parece, cuando se habla de CIUdad, lejana y difereme. 
Ya se trare de la Aménca metropolitanade los rascaCIelos moder-
nos, postmodernos o tardomodernos, ya de aquélla de las peque-
ñas CIUdades de las mam streers, SIempre Iguales, o de las grandes 
aglomeraCIOnes de las edge artes y de las galaxIas periféncas, la 
11 
LA CIUDAD POSTMODERNA 
realidad urbana estadounIdense se cousldera, en general, muy 
específica y distante de la europea. El palsa)e urbano Italiano, 
en espeCIal, parece radicalmente diferente del norteamencano 
y hasta del inglés, que es el palsa)e europeo que con mayor rapI-
dez tIende a homologarse con el estadoufildense. 
El distanClamlento de la expeneoCla urbana de estos países 
parece posible con mayor razón, al enfrentarse a la llamada ClLl-
dad postmoderna, sobre todo SI la postmodernldad hace 
referencia a las formas fíSIcas arquitectónicas y urbanísticas de 
la CIudad antes que a su vida y a su cultura SI, en otros térmi-t 
nos, se asume como ente no de JUIcio el hardware urbano ,más 
que su software. 
En Italia, la oleada postmoderna es consIderada leJana, tam-
bién porque el postmoderno constrUIdo es más escasO que en 
otras partes. Los motlvos son muchos y sólo en parte atribui-
bles a un supuesto gusto antl-postmoderno de los arqUltectos 
italianos. Si esto es CIerto, lo es sólo en parte, y es a su vez resul-
tado de otros EacIotes entre los cuales cobra importancia la reSlS-
renCla a los cambIOS de nuestras CIudades. 
También en Italia, la arqUltecrura contemporánea relevan-
re es, en general, escasa. La lucha contra la novedad es cons-
tante V resulta difícil convencer a un concejal de urbanIsmo o 
a una comIsión ediliCIa entera para aceptar camblOs radicales 
en el panorama urbano consolidado. Intentad Imagmarlo: 
Moore que propone algo SImilar a Piazza d'Italia al ayuntarlllento 
de Roma o J ohnson que discute el remate chippendale de su ras-
caCIelos AT&T con la comIsión ediliCIa de Turín. Hay que pre-
guntarse SI 1mblese SIdo posible un Beaubourg Pom Pldou en 
Italia, puesto que sólo la propuesta de urilizar en la cubIerta de 
un auditorio un marerial "nuevo" -por no estar contemplado 
en las cItculares mmlstenales- ha podido bloquear el proyec-
to y colocar al arquitecto, en este caso a Piano, en el centro de 
vlOlentas polémIcas. 
12 f 
l 
INTRODUCCION 
También el mIedo, al fi1enOS declarado, de que lo "nuevo" 
no sea comprendido y que los cmdadanos puedan disentIt y 
retItar su consenso, contribuye a reafirmar la extendida pos-
tura conservadora en matena de formas de la cmdad por par-
te de los admmlstradores, apoyados, más alla de las apanen-
CIas, por una buena parte del mundo de los proyectlstas. Como 
últIn1a opción de reSIstenCIa en contra de todo cambIO queda 
sIempre un posible recurso al referéndum por medio del cual 
los cmdadanos están dispuestos a rechazar las torres de Boflll 
en BolonIa o cualquier otra cosa que parezca perturbar el atys-
cape consolidado. 
El motIVO puede ser también, como constantemente se sos-
tIene, el carácter valioso y delicado de la cmdad Italiana que 
no soportaría traumas provocados por InserCIones deInasIado 
atrevIdas. Aún esta argumentación puede conSIderarse legí-
tIma aunque haya que preguntarse cómo la CIudad francesa 
-yen especIal la cmdad más cmdad de las cmdades france-
sas, París- ha logrado acoger, s1l1letales cnslS de rechazo, los 
grandes monumentos arquitectónicos y urbanístIcos de la 
moderfildad y de la postmoderfildad, y los ha 1l1sertado, car-
gándolos de slgniflcados, en el gran texto del espaclO cons-
tnudo de la capItal. 
A menudo se nene la Impresión de que todo el camblO arqlll-
tectónICO se reduce en Italia al discurso sobre el can1blO, que 
el discurso arqUItectónICo prevalece sobre la práctica y que la 
arqllltecmra de papel gana a la de pIedra, realizando así, de una 
forma perversa, la profecía de Hugo. La Srrada Novlsslma de 
la Bienal de Veneoa corre el nesgo de ser, por lo pronto, SI no 
el únICO, al menos el más Importante monumento post moderno 
del atyscape Italiano. 
Un factor ulterior de --resistenCIa a lo postmoderno se sitúa 
en la convlCción extendida de que la calidad de la VIda cotI-
diana en Italia no necesita de un doble ImaginarlO para ca m-
13 
LA CIUDAD POSTMODERNA 
pensar las desiluslOnes y que la relación de la gente con la rea-
lidad, clUdad mclUida, no es capaz de produclf por reacción 
una demanda de sueño y de evasión sufiCIente para trastocar 
el eltyseape. 
En esta argumentación, para nada nueva, hay un elemento 
Importante y fundamentado, constItUido por la relación dife-
rente que de 10 cotIdiano nuestra cultura tIene con el Juego. A 
diferenCIa de los países de habla alemana, y en menor medida 
de Estados UOldos, Italia, hasta hace pocos años, no ha teOldo 
parques de diversión urbanos permanentes comparables al 
Prates de Viena o a Coney Island. El "Paese del balocchj" de 
Pinocho es el ÚOlCO espaclO fíSICO urbano permanente con el 
que los Italianos tIenen CIerta familiandad. El esfuerzo está din-
gldo al máXImo a dilatar el lotStr en el tIempo -lDventando 
. puentes y festlvldades- más que en el espaclO. Probablemente 
porque la clUdad italiana está todavía demaSIado empapada de 
espíntu barroco para tener neceSIdad de un espaclO de ficción 
estructurado y separado de 10 cotIdiano. 
También el mundo de 10sshoPPtng nzalls, típICO de la metró-
polis postmoderna, parece leJano, puesto que los pocos eJem-
plos realizados en Italia se sItúan en su mayor parte en la pen-
ferIa y no han causado Impacto en el ImagInario colectivo. 
Además, su público parece estar aún mayontanamente formado 
por jóvenes. 
Las grandes galerías Italianas -monumentales acorazados 
en proceso de desguace, las últlmas de la glonosa tradición eu-
ropea- no dan señales de revIvIr los grandes esplendores 
umbertlanos '. La de Roma está deSIerta y blindada para eVI-
tar la posible creación de dormitorios nocturnos que InqUIe-
tarían a los cercanos palaclOs del poder; la Galería U mberto I 
de Nápoles ha sldo finalmente rehabilitada, graCIas a los cam-
peonatos mundiales de fútbol y a la reunión del G 7, pero es 
sólo un espléndido cascarón sm VIda; la de Milán reSIste, colo-
14 
L 
INTRODUCCION 
cada en el polígono de oro de la clUdad más nca de Italia, pero 
está volVIendo. a pesar suyo, a su carácter ongmano de calle 
cubIerta, calle entre las calles, en apnetos por 10 tanto, como 
todas las otras calles Italianas, por la transformación de la red 
comerCIal y el CIerre de los restaurantes y los bares de prestI-
glO que depn lugar a tIendas con alta facturación y productos 
de consumo maSIVO. 
Las calles hlstóncas todavía parecen salir ganando en Italia 
sobre los grandes shopptng nzalls urbanos, aunque la contmua 
competencIa contra un enemigo inVIsible, pero siempre pre-
parado para entrar en Juego, las obliga cada vez más, sobre todo 
a las ll1ás famosas, a actuar contlnualllente sobre su imagen, 
buscando asumlf por antICIpado, graoas aluces,decorados y 
sOOldos, el aspecto que un mall competIdor podría asumu. 
No obstante, en Italia también se adVIerte un camblO en el 
, clima de las clUdades, y sobre todo en la relación que las per-
sonas tienen con ellas. Esta sensación no se explica solamente 
por el desarrollo de algunas tendenCIas que, aunque con valo-
res todavía redUCIdos, observan el creCllUlento de los shopPing 
ma!!s y de las áreas urbanas temátIcas en este país) Junto a un 
. 111cremento de la proyectación de programas de evasión y la 
creoente demanda de arqUitecturas defenSIvas. 
Un síntoma de la bomologación 1l1ternaclOnal es el elly mar-
ketmg, que comienza a afirmarse también en Italia aunque sólo 
en algunos casos se presenta explícitamente como tal, mien-
tras que se Implementa cada vez más con etiquetas diferentes 
y más tradiCIOnales. 
Ni slqUiera se trata de un efecto de los pnmeros edificlOs 
que entran, de alguna Illanera, en los cánones, por su natura-
leza flexibles y hasta 111determ111ados, del postmoderno. 
El verdadero problema es que no sIempre las cosas son C01110 
sostenía Baudela¡re, qluen escribía que: "la formed'une ville 
change plus vlte que le coeur d'un mortal" " es decll', que la 
15 
LA CIUDAD POSTMODERNA 
forma fíSICa de la c!Udad cambla más rápIdamente que el alma 
de su gente. Por el contrarlO, el alma parece estar camblando 
mucho más ráp,damente que el espaclO constrllldo de la C!U-
dad. 
Las argui tectutas postmodernas son en general pocas en los 
países como Esrados UOldos, Canadá, Gran Bretaña, AlemaOla, 
Japón, o Brasil, donde su difusión ha sIdo relatIvamente mayor. 
El Impacto del ambIente construIdo postmodemo tanto sobre 
el citysi."ape como sobre el Imaginano colectivo, COIDO se verá 
más adelante, es por lo general mayor de lo que la conSIsten· 
Cla cuantitativa de las nuevas formas pueda hacernos pensar. 
Son más bIen las nuevas culturas. los sueños, los deseos y los 
miedos de su gente, la variedad de las nuevas tribus urbanas, 
la nueva demanda de cmdad, las que connotan a la cmdad post-
moderna. Es en ellntenOr de eSIe segmentado y a menudo coo-
tradictono escenariO donde la nueva Cludad fíSIca adqUIere rele-
vanCia y nuevos Significados. 
Las arqUItecturas postmodernas no son la CIudad postlTIO-
cierna: en ésta. aquéllas constituyen Importantes emergencias 
y señales y se pueden conSIderar como su preCIpItado y metá-
fora. Son sólo un aspecto de la postmOderOldad. 
Si el cttyscape, el panorama fíSICO de la cmdad, es todavía 
sólo en parte postmodemo, su nundscape, el panorama del alma 
y de las culturas de la cmdad, ya está profundamente mar-
cado por el nuevo estadio. Por este motIVO, el Impacto del 
postmoderno sobre el gentus toa de la Ciudad es eVIdente para 
todos, y se puede lOlnediatamente respirar el nuevo cliIna en 
la metrópolis contemporánea lOdependiente de las formas 
arqUItectónIcas. 
En el panorama fíSICO de la cmdad Italiana, en su cztyscape, 
el postmoderno es todavía raro. Sin embargo, la CIudad está ya 
más presente de lo que se cree en nuestros deseos y en nuestas 
almas. La postmoderoIdad ya está marcando el nundscape de la 
16 
INTRODUCClON 
Cludad aunque de ll1anera fragn1entada y lacerada a través de 
los sueños, los mIedos, los gustos V los consumos de la gente. 
La c!Udad nueva toma forma aun antes que en las arqUltectu-
ras, en las culIuras, en los valores, en los estilos de VIda. Con 
los pIes estamos wdavía en la escena fíSIca de la cmdad habI-
tual, y con la cabeza, en la cmdad mediátlca de la hIpetreali-
dad y del ImaglOaflo. 
La Cludad nueva italiana tIende, aunque lentao1ente por la 
VISCOSIdad de las normas y de las praXIS consolidadas, a trans-
formarse en un patcbwork de estilos y de IdentIdades baJO el 
empuje de una nueva demanda SOCIal en la que aparecen nue-
vos elelnentos COIDO belleza, seguridad, SIgnificación, variedad, 
que se agregan a los tradiclOnales. El deseo se vlOcula a la nece-
SIdad como cntetlO de legIt11nación de una demanda de 
cmdad que se desmembra por la vanedad de sUjetos que se pre-
sentan con lntenclOoes, lenguajes y proyectos nuevos en las esce-
na urbana. Comienza a emerger en el proyecto una atención 
nueva y mayor con respecto a la gente, que pide ser conSIde-
rada por lo que es y no pedagógIcamente por lo que tendría 
que ser. 
La Ciudad nueva postmoderna empIeza así a ton1ar forn1a 
también en Italia. De te fabula narratUJc 
NOTAS 
I El período de esplendor de las galerías en It<tlia corresponde con la 
relatIva prosperidad que el pafs VIvió durante el remado de Umberto 1. 
(N. del T.) 
Se refiere al poema de Ch. Baudelalre, LXXXIX Le Cygne de Les FleNts du 
mal. "la forme d'une ville change plus vlte, hélas! que le coleur d'un mor-
ral." "Cambia de una cmelad la forma, ¡ay!. más depnsa que el corazón del 
hombre." (Ed casto Las Flores del Mal, Madrid, Cátedra, 1991. Edic. bilin-
güe de A. VefJat y 1. Martínez de Merlo, p. 341 l. (N. del T.) 
17 
! 
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I 
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'1 
1. LA CIUDAD: OSCURO Y CONTRADICTORIO 
OBJETO DE DESEO 
La hUlda de la ciudad 
Hace aproxImadamente treinta y CInco años, InICIando La czu-
dad en la historIa, Lewls Mumford se preguntaba si las "las nece-
SIdades y los deseos que han movIdo a los hombres a VIVH en 
cmdades pueden recuperar, en un nIvel aún más elevado, roda 
lo que Jerusalén, Atenas o FlorenCIa otrora pareCIeron prome-
ter" 'Se preguntaba Mumford también SI, por el contrano, el 
hombre defil11do por él como "post-hlstónco" no habría sen-
tIdo ya necesIdad de la cmdad. Y preCIsamente Mumford, ena-' 
morado por excelencIa de la cmdad de la gente, hecha por y 
para la gente. es qUlen antICIpa de alguna manera las hIpóte-
SIS y las profecías de gran éxito en los últImos años. concer-
nientes a la crIsis InCipIente de la cIudad. 
En diferentes verSlQnes y desde distllltos puntos de vIsta, 
culturales e IdeológIcos, las reorías sobre el fin de la cmdad 
han tenIdo todas una gran audienCIa a partIr de los años ochen-
ta. Los daros demográficos. unívocos y comunes a todos los 
grandes países llldusrnalizados, señalando una constante pér-
dida de población por parte de las grandes cmdades han decre-
tado el final de aquel proceso de urbal11zación que desde al 
menos dos sIglos parecía irreversible y connatural a la misma 
modernIzación. La hUlda de la cmdad ha sIdo consIderada, 
19 
LA CIUDAD POSTMODERNA 
también en el sentldo común, el pnnClplO del fin de la 
VICISItud de la clUdad, comenzada hace trelOta sIglos con el 
naCImIento de las pnmeras grandes ClvilizaclOnes urbanas del 
,Medio Onente. Aplastada por difundidas y macroscópIcas 
patologías y por el creClente deseo de la gente de una vIda 
me¡or, la Cludad ha sIdo pnmero abandonada por una parte 
de su poblacIón y después declarada moribunda por los espe-
,(lalistas. Hasta algunos de los enamorados a ultranza de la CIU-
dad han confirmado su proplO ligamen con la metrópolis, atn-
buyéndole nuevas mOtlvaClOnes con el pnvileglO de poder ser 
los testIgos directos del fin de una época hlstónca y con la OSQ1-
fa fasCInación que ejerce cualquIer gran catástrofe. El síndro-
me del pasa¡ero del Titanlc, fasclOado por el éxtasIs de un final 
glorlOso, ha Impactado a un buen número de neoyorqulOos de 
finales de los años setenta. Ha SIdo una de las manifestaclO-
nes extremas de una extendida postura de escepticismo con 
respecto a las posibilidades de la metrópolis de recuperarse de 
una CtiSIS finanCIera, consIderada irreversible, y de la reacción 
colectlva allOtolerable empeoramIentO de la calidad de vIda 
que ha aumentado en Incrementos y rltmos exponencIales. La 
, cmdad parecía haber agotado su empu¡e ll1novador y haber 
perdido la capaCldad de relOVelltarse, opnmlda también por 
aquella que parecía una cnSlS estructural de proyecto y por la 
creCIente Indiferencia de operadores económICOS, profeSlOna-
les, intelectuales, sectores urbanos por excelencia, que eran los 
" pnmeros en abandonarla. 
La CIvilización urbana, luego de haber tnunfado y de haber 
i transformado de hecho todo el mundo en cmdad, parecía pró-
; Xlma a su fin también por las posibilidades ofreCldas por las 
, nuevas tecnologías, capaces de liberar a los hombres de los 
, vínculos espaciales, introduciéndolos en las autopistas elec-
trónIcas. La VIsión apocalíptICa de la muerte de la cmdad ha 
dado la impresión de prevalecer tan1bién graClas a los errores 
20 
LA CIUDAD: OSCURO y CONTRADICTORIO OBJETO DE DESEO 
y a los abusos comendos, en nombre del creCln11ento a toda 
, costa, frente a una realidad complep y frágil como la cmdad. 
Las prevlSlones sobre la disolución de la CIudad y sobre la 
ctIsis de la civilización urbana, en su forma conoClda, no se han 
cumplido. En el mOlnento de su CflSlS más Intensa, la Cludad 
parece haber encontrado nuevamente la antIgua capacidad de 
cj .. relnventarse y renacer, Muchos definen esta nueva realidad 
urbana en formación como la ciudad postmoderna, no por rea-
les conVICCIOnes smo porque, probablemente, no hay mejor 
medio para describlt una sItuación muy flUlda e mClerta que 
reCurnr al contraste con un pasado bIen conoCldo y definIdo. 
Lo que, lOdependientemente de las etIquetas,parece amplia-
mente compartIdo, es que esta nueva cmdad es bIen diferente 
del pasado y que marca, por el contrano, un cambIO epocal de 
la escena metropolitana. 
La difundida y ambIvalente sensación de la muerte y del rena-
CImIento de la clUdad no es fruto de lOformacIOnes lOcomple-
tas o de la mezcla, por otra parte frecuente, de deseos, mIedos 
y realidades. Ésta refle¡a en las conClenClas lOdivlduales el nue-
vo panorama urbano en el que coeXisten fenómenos que sólo 
un cuarto de siglo atrás parecían Incompatibles entre sí, como 
por ejemplo, el creCImIento vertlglOoso de los suburbIOS y de 
las "no cmdades" y la reafirmación de la cmdad con su centro 
de luces y atracción. Hace sólo VelOte años, los sociólogos des-
cribían las metrópolis ameflcanas V 'europeas -las "CIudades" 
por excelenCIa para sociólogos, geógrafos y planificadores-
Involucradas en una auténtica lucha por la sobrevIvel1Cla para 
reSIStlr a la "amenaza de estrangulamIento por parte de los 
C-' 2.uburbIOS" 2 y a la extendida actltud antmrbana de la clase 
media sobre todo norteamericana. 
"SolUCIOnaremos el problema de la cmdad abandonándola" .' 
escribía Henry Ford en su autobIOgrafía, expresando con clan-
21 
LA CIUDAD POSTMODERNA 
dad una postura de hostilidad y de desconfianza con respecto a 
la cmdad muy popular en Estados UnIdos desde Jefferson y James 
hasta Dewey y Addams. En los mIsmos años, SIn embargo, empe-
zaban a manifesrarse los signos de una próxima revancha de la 
Ciudad. Los hombres de negoClos, antes que los académicos, eran 
qUIenes percibían tempestIvamente las señales de una posible 
Inversión de esta tendencia. Los operadores inmobiliarios. antI-
CIpándose a sociólogos y geógrafos, anotaban -en pleno sueño 
suburbano- entre finales de los años CIncuenta y los sesenta: 
"Hay un retorno a la cIUdad por parte de las clases más altas de 
habItantes. Se trata de gente que tIene en general 45 años O más, 
ya ha cnado sus hijos, ha alcanzado el máxImo nIve! de la ren-
ta. la casa de los suburbios es demasIado grande para las nuevas 
eXIgenCIas, está cansada de desplazarse. Se trata de una persona 
que. con tal de encontrar en las zonas centrales condiclOnes de 
VIda adecuadas, puede ser recondUCIda a la cmdad -en gran 
númeto- haCIa una VIda que es Imposible de consegUIr en los 
suburbIOS". La nueva tendenCIa es sobre todo cualitatIva, pues-
to que, como adVIerten SIempre los operadores de! sector, "por 
cada diez personas que abandonan la cmdad por los suburbIOs, 
es posible hacer retornar gente con un poder adqUISItIVO diez 
veces mayor" 
El escenano que se ha formado en los últImos años ha afir-
mado y desmentIdo ambas preVISIOnes. Afirmado porque se han 
: verificado tantO el abandono generalizado de la CIUdad como 
, la vuelta a la CIUdad de nueva población: desmentIdo porque, 
, por un lado, no han ganado los suburbIOS entendidos de for-
ma tradiclOnal SIno una ciudad extendida, y por otro, qUIen 
ha regresado a la CIUdad lo ha hecho en nombre de una CIUdad 
que, por muchos e ImpOrtantes aspectos, es nueva con respec-
to al pasado. 
La hUIda de la cmdad ha contInuado y se ha Intensificado 
ultenormente en los últImos tIempos. Son SIempre los Estados 
22 
LA CIUDAD, OSCURO Y CONTRADICTORIO OBJETO DE DESEO 
UnIdos qUIenes permIten percibIr, amplificada, la tendenCIa. 
En el momento de las eleccIOnes presIdenCIales de 1992, la 
mayoría de la población estadounIdense vIvía en los suburbIOS. 
Por pnmera vez en términos numéricos, los USA eran pues 
un país donde la CIUdad, tal cama se la define en la tradición, 
pasaba a ser "mmoría" Un dato Importante, no detectable 
obviamente en las esradísClcas electorales, es el abandono de la 
cmdad no sólo por parte de las personas fíSIcas smo también 
de las Jurídicas. QUIenes escapan de la CIUdad, en efecto, son 
no sólo un número cada vez mayor de familias empUjadas por 
los costes y los peligros creCIentes de la cmdad tradicIOnal, smo 
también las empresas. Se van de la metrópolis mcluso las 
empresas para consegUir una mayor economía debIda a la 
localización y encontrar condiCIOnes ambIentales capaces de 
atraer V satIsfacer a empleados y clientes. 
Una vez abandonado el centro de la CIUdad, las empresas se 
han desplazado pnmero a la perifena y después, puesto que las 
comUlllcaClO11es viajan en las aUtopistas electrónicas a la velo-
CIdad de la luz, y que por lo tanto CIen millas más o menos son 
Irrelevantes, directamente al verde del campo. Las empresas 
están SigUIendo a sus propIOS empleados que Viven fuera de la 
cmdad o se han desplazado limItándose a conectar telemátI-
camente cuotas cada vez mayores de personal, buscando oca-
SlOnes semanales de encuentro fíSICO para no hacer perder a sus 
empleados el clima empresanal. 
La distanCIa parece Irrelevante para el rraba¡ador que se des-
plaza electrónlCanlente -the etectronzc com17Utter-, así cmuo lo 
es para qUIen hace el teie-shoppzng, e! tefe-banking, el tele-chec-
kup, o accede a la pay-per-vtew telwmon. Los cntenos de cone-
xión y de accesibilidad tIenden a sustItUIr a los de distanCIa, 
el concepto de red se conVierte en central para redefinlr analí-
tIcamente el terrItono. Parafraseando a Winsron Churchill, 
gluen afirmó en el faInoso discurso de Inauguración del PalaclO 
23 
LA CIUDAD POSTMODERNA 
del Parlamento, reconstruIdo después de la guerra "nosotros 
creaInas nuestros edif1CIOs y nuestros edificiOs nos crean a noso-
tros". William Mitchell puede afitmat en un conOCIdo ensayo 
"nosotros cteaInoS nuestros networks y nuestros networks nos 
crean a nosotros" -\ 
El éxIto de un ptoceso que es slmultáneamente de desurba-
DIzación y de deslocalización es un nuevo escenano cerntana! 
constltuldo por un extendido tejido urbano, tendenClalmente 
sm solución de contmmdad, que envuelve cmdades grandes y 
pequeñas, pueblos, trozos de campiña y metrópolis en una IÓgl- .' 
ca de absoluta deregu/atzon. En ellDterlOr de este contznzltlm urba-
no, que 01 slqmera es posible definIr resldualmente como subur-
blO, brilla sm embargo nuevamente y con mayor mtensldad la 
luz de la Cludad, renovado centrO de gravitación de una gala-
XIa territorIal de rasgos Y pnnClpios organlzatlvoS inéditos. 
Sería un grave error Intentar dar cuenta de las transforma-
ClOnes del tejido urbano y de las nuevas formas de expenencla 
urbana, como si la cmdad estuVIese constltulda sólo por la cm-
dad entendida en sentIdo [[adiCIOnal o como SI la hUida de la 
Cludad estUViese ya compensada por su incrementada capaCl-
dad de atracción. La novedad del escenano urbano actual no 
se da únIcamente por la diferente relación delTIográfica entre 
la cmdad tradiCIOnal y el tejido urbano extendido en el cual 
está lnn1ersa. El prInCIpal calnblO es cualitatIvo e lnteresa tan-
to a la CIudad tradiclOnal como al conttnuum urbano. Ambos 
merecen el calificatlvo de nuevos: nueva es la cmdad que vuel-
ve a adqumr nueva centralidad y puede, con razón, proponer-
se como metáfora práctICa y slmbólica de la p()stmoderDldad 
-así como la cmdad del ochOCIentos y delnoveClentos había 
SIdo la metáfora de la modernldad-; nuevo es el territona 
metropolitano -hablar de terntono metropolitano o de cm-
dad reglOnal es recluccio111sta SI bien útil para dar cuenta en 
prunera aproxImación de la gran transformación-,que sería 
LA CIUDAD, OSCURO Y CONTRADICTORIO OBJETO DE DESEO 
mejor defin1r ya no como reSIduo o perifena de la Ciudad tra-
diclOnal o "no cIudad". SlllO más b1en como CIudad nueva. 
En los Estados UnIdos, sobre todo, y también en Europa, el 
escenaflO urbano Identificado por esta otra Cludad nueva y 
extendida es ya vlsible y, presumiblemente, se consolidará en 
el futuro próxilno extendiéndose también a orras áreas como 
LatInoaménca y el Pacific Rim asiátlCo, 
Protagonistas del nuevo panoralna son las._edgecittes \ las Ctu-' 
dades de margen, que const1tuyen una parte conSIstente de la nue-
va realidad urbana: en USA son más de dOSCIentas y represen-
tan los dos tercios del espaC10 de oficinas con respecto al totalnaclOnal. El nombre de edge elty, aún slendo el más utilizado, 
no da plenamente cuenta de la nueva realidad: su carácter dis-
tintivo y "nuevo" no reside sólo en el hecho de que éstas se 
encuentran al "margen" de la clUdad tradiClonal smo también 
en la relación constItutiva con las nuevas tecnologías y en la 
diversldad estructural de sus modalidades orgaDlZatlvas. La 
gama de las posibles denommaCIOnes utilizadas expresa bIen 
la novedad: Outer Citzes, Technopo/es, TeehnoburbJ, Sifieon 
Landscapes, Postsuburbia, Metrap/ex, 100 Mi!es City. Algunos geó-' 
grafos, como Sop por ejemplo, son más radicales y hablan de 
un "tercer espaclO" a la Baudrillard y proponen como nombre 
aquel fuertemente mdetermmado de Exópolis. 6 Es en esta.s 
nuevas realidades que la Idea tradiclOnal de cmdad se trans-
forma. Sus límltes fÍslcos -las murallas, las puertas, los cam-
pos cultlvados- se disuelven y con ellos la propla Idea de líml-
te y la tradiCIOnal distmción entre dentro y fuera. Tampoco el 
enralzado y difundido concepto de suburblO -que presupo-
ne un centro urbano SItuado de forma tradiCIOnal en la vleJa 
C1udad nuclear- es ya adecuado para describ1r esra nueva rea-
lidad. Al norte de Baltlmore, por ejemplo, ya no hay suburblOS 
SIDO una verdadera nueva CIudad extendida cuyo centro es 
Towson; al noroeste de ChlCago los suburbIOS han desaparecldo 
25 
LA CIUDAD POSTMODERNA 
para COnStltUlr una cmdad de margen alrededor de Shaumberg. 
Algunas áreas merropolitanas tienen más de una edge aly: Nue-
va York tlene cuatro, Washmgton D.C. tres, PhiladelphJa dos. 
La relación de la cmdad y de sus funclOnes con e! espaClo es 
• radicalmente redefi111da en las edge ctltes. Las distanClas son eli-
mmadas graClas a las redes telemátlCas y a las autoplstas e!ec-
tró111cas o compnmldas por medio de los transportes tradi-
clOnales de alta veloCldad. La sede central de la Sears está a caSl 
cuarenta millas del Loop de ChlCago. la de la Chrysler a la mlS-
ma distancla del centro de Detr01t. Los bancos han dado un . 
salto aún mayor puesto que gran parte de sus oficmas centta-
les de soporte a la Citybank de Nueva York están en Sourh 
Dakota. El vJa¡ero que en Londres llama al número de aten-
ción de! cliente de la Bntlsh Airways para consegUlr mforma-
ción sobre los vuelos naClonales recibe Sln saberlo la respues-
ta desde una cenrralita en Bombay -mglés claro y sueldos 
baJos-, mientras las reservas internacionales accesibles en 
USA con el número gratm to 800 para la cadena mternaclOnal 
de hoteles Best Western son enviadas, de manera mVlsible para 
e! cliente, a Anzona donde responden de forma lmpecable las 
huéspedes de la cárcel femenma del Estado. ' 
La edge aly y sus redes se expanden a slmple vIsta no sólo de 
manera virtual en el ciberesp~~t.O, sino también en el mundo físICO 
de las mercancías y de las personas. El mercado pasa progresIva-
mente de urbano a reglOnal, a naClonal, y finalmente a Interna-
Clona!' La zona de Dartford en Kent (Gran Bretaña), consIderada 
tradiclOnalmente poco más que un inhóspito y deSierto paiSaje 
lunar, se ha convertido en poco tiempo, graCIas a su red de gran-
des autopIStas, M2, M20 y M25, en una de las más Importantes 
edge attes bnránlcas. Allí se está construyendo un shoppzng center, 
el Bluewater -anunClado como el más grande de Europa- con 
un aparcamIento para 13.000 coches. En las IntenclOnes de los 
promotores la cercana estación de Ebbsfleet de la línea ferrov!a-
26 
LA CIUDAD. OSCURO Y CONTRADICTORIO OBJETO DE DESEO 
na rápida -Eurostar- que corre baJO la Mancha, pennltlrá a 
los habItantes de Col0111a en Alema111a, alcanzar en sólo dos horas 
e! shoppzng mal! de Bluewater y hacer la compra en Gran Bretaña 
--donde graClas al camblO favorable los preClos son media-
namente más baJos- regresando a su casa por la noche. 8 
Surgldas por Implüso de los especuladores como apéndices 
urbanos en áreas donde el Costo de los terrenos era menor y 
mayores los factores naturales de atracción, estas ciudades se 
han afirmado graCIas al hecho de poder ofrecer algo distInto 
con respecto a la metrópolis. En estas "cmdades extra urbanas" 
la VIda es S111 duda placenrera y presenta menos problemas que 
en la gran cmdad tradiclOna!. La ec!ge Ca)! ofrece verde y alre 
limplO. proxlmldad a la ofic111a pu~stoque gran parte de las' 
empresas están abandonando la cmdad tradiclOnal para segmr 
a sus empleados, garantiza un lugar de trabajO rodeado por el 
verde, escuelas nuevas y efiCIentes, y sobre todo una comunI-
dad que en general es sOClalmente homogénea y está hecha a 
Imagen y semejanza del resldenre. Esta nueva cmdad está, en 
efecto, constrUlda en gran parte para la cultura y las eXIgen-
CIas de sus habItantes, que tIenen la sensación no sólo de poder 
rener "la Cludad a domIcilio"; graClas a la proXImIdad físlCa y 
VIrtual de todo lo que puedan necesltar, S1110 de poder tenerla 
también a su medida. Ellos pueden, en efecto, elegu todo según 
gusto y posibilidades económlCas. desde el estilo de la vIvIen-
da unifamiliar hasta el tIpO de veCInos. Esta caracterísIlca de 
"resldenCla a medida" denva de las modalidades CaSI aluvlO-
nales que marcan el naClmlenro de esta cmdad. 9 N o es la 
cmdad, en efecto. la que ha sldo "fundada", S1110 sus partes. La 
CIudad extendida nace a postenOfl, como suma de partes naCI-
das en momentos dist111tos, por obra de actores (promotores 
111mobiliarlOs) diferentes, con IntenclOnes diferentes, para 
poblaclOnes (o clientes) diferentes. 
27 
LA CIUDAD POSTMODERNA 
La condición pnmera para la fundación de un área residen-
cial es la eX1stenCIa de un adecuado sIstema de comunicaclO-
nes, por carretera, en general, o ferrovIanas. Las artenas extra 
urbanas de gran comunIcación, construIdas Inicialmente para 
permltir el desplazamiento hacia la gran ciUdad, se han con-
vertIdo progresIvamente en las matn streets de la nueva Ciudad 
extendida. Alrededor de este entramado de interconeXlOnes han 
surgido partes de CiUdad diferenciadas entre sí por el poder 
adquisitiVO de sus habitantes, por las formas arqUltectÓ1l1cas 
y los estilos de Vida, por la orga1l1zación de los espaclOs y.la 
regulación de los accesos a las islas residenClales. El con,epto 
clave es preClsamente el de~i,±~. El térm1110 no es casual pues-
to que se trata de auténticas islas Integradas a distanC1a al cir-
CUltO de las autopistas. Esta isla o ensenada en los fluJos de las 
COD1uDlcaciones -la iand hay-o conectada a las Infraestruc-
turas y "anclada" mediante éstas a un sIstema más vasto, es la 
unidad de base de estas parcelaclOnes. La arquitectura se sus-
tituye por el Jardín como sistema de conexión-separación. El 
resultado es una CiUdad no sólo extensa -the spraw! ha Sido el 
pnmer nombre de la CiUdad de margen- S1110 también seg-
¡nentada, donde la diversIdad entre las varias unIdades no sólo 
es fuerte y vIsible SIno que es adelnás enfatIzada como pnnCl-
plO organizador de la nueva cmdad. 
La cIudad nueva 
El camblO epocal que está dando Vida a la cmdad nueva C011-
temporánea no atañe sólo al terntono urbanizado S1DO también 
a la forma y la identidad misma de la cmdad tradiclOnal. Es 
, precisamente el proceso de abandono de las metrópolis el que 
crea sImultáneamente las edge Ctties y las condiciones para las 
rransfonnaClones de las Cl~dade~··existentes. Éstas, a partir ele 
los años setenta, cambian profundamente. Con gran rapidez la 
28 
LA CIUDAD, OSCURO Y CONTRADICTORIO OBJETO DE DESEO 
economía de los serv1cios se lnlpone y contribuye a cambIar 
estructuralmente el mercado del trabajO metropolitano y el 
cttyscape. Cuotas cada vez mayores de población son expulsa-
das de los procesos productiVOs pnmero y de las áreas centra-
les urbanas después. Sólo en Nueva York cada año, de diez a 
cuarenta mil familias abandonan por desalOjO o por decisión 
"autónoma" sus resldenClas para alejarse de las áreas nlás cén-
mcas. El espaclO depdo libre en la CiUdad tradiclOnal por la 
población y por las empresas que se han trasladado a las edges 
ctttes constItuyeun valioso recurso para la construcción de la 
cmdad nueva en las formas de la cmdad tradiclOnal. La libe-
ración de las vIejas áreas industnales de empresas contam1-
nantes, el desuso de escuelas e lndustnas, el abandono de VIe-
jas zonas res1denClales, contribuyen a crear las premisas espa-
Clales (y las oportunidades especulativas) para la creaClón de la 
cmdad nueva en la cáscara física de aquélla tradiclOnal. En los 
111terSticlOS y encima de los despoJos de la Vieja cmdad, admi-
1l1stradores muniClpales y agentes 111mobilianos crean la cm~ 
dad postmoderna de la imagen, de la diferenClación sOClal y 
del espectáculo. U na cmdad nueva con una población también 
nueva. los VIeJOS edificlOs son rehabilitados, restaurados y lan-
zados en el mercado para un público dotado de un capital finan-
Clero y cultural adecuado a una residenCla y serViClOS de tipO 
supenor. No se recuperan sólo las casas 111dividualmente: son 
áreas enteras el objeto de las intervenclOnes de recuperación y 
de puesta en valor. Es la gentrificc¡úór/. térmmo que 111dica el 
recanlblO de la población de un área lnediante la introducción 
de grupos sociales superlOres atraídos por Interven ClOnes de 
recuperación, tanto lnmobilianas como urbanas. Para la nue- I 
va población que afluye se construye a medida un trozo de cm-
'- El autor usa la transposición italiana del tér01100 mglés gentrifút:tlLOIt, que 
hemos mantenido como gentrificación en la traducción castellana. (N. deL T.) 
29 
LA CIUDAD POSTMODERNA 
dad, hasta una cIUdad en mmlatura completa y confortable, con 
una atmósfera parrlcular sacada del pasado o de modelos idea-
les. Lo importante es que esté de moda -trendy es la expre-
sión cornente también en ltaliano- y que sobre todo tenga 
la capaCIdad de confenr status a sus habitantes. Bares, restau-
rantes, mobiliano urbano se conV1erten en elementos Impor-
tantes en la construcción del nuevo entornO urbano. Los VIe-
JOS edificlOs -Iofts, brownstones y rowhouses- son conservados 
y hasta se enfanzan como envoltonos. Las ViejaS tipologías edi-
liCias -los lofts de Nueva York son un ejemplo sobradamen,' 
te conoCldo- se conVIerten, oportunamente, en iconos de que-
va esrilo de Vida, el urbano mfluyente. 
Las áreas gentrificadas son constfludas como Islas de blenes-
~) tar en una escena urbana a menudo reducida a un mar de fUI-
nas físlCas y económlCas. En esta búsqueda de novedad y diver-
Sidad se pueden hasta cambiar los nombres de las calles. En el 
Lower Easr Side de Nueva York, en nombre de la gentrificación 
y con el obJenvo de enfatizar la diversidad del área con respecto 
de las colindantes -para conSUUlr una lSla-, en lugar de los 
números se han usado letras para denominar las calles, por lo 
cual la zona entera ha Sido rebautizada Alphaber Town. En la 
acción de regeneración y relllvención de la Cludad las luces se 
enCIenden para iluminar también los lugares tradiClonalmen-
te considerados grises y opacos, los cinturones Industnales, las 
áreas ponuanas y las ferrOViarIas. 
Los lugares canómcos de la coketown: fábncas en desuso, docks, 
depósItos, son transformados en espaClos de entretenImIento y 
de Simulación. Los ClOes mulnsalas toman el lugar de las máqUl-
nas en las fábncas Inutilizadas, tIendas y restaurantes sustItU-
yen las mercancías en los depÓSitos. El waterfront de Londres a 
Boston, de Génova a Nueva York se conVierte en el corazón de 
la Cludad nueva, de la Cludad VIva las VeIntICuatro horas SIn Inte-
rrupción, día y noche. Mientras en la ciudad Industrial tradi-
30 
<::\ 
o;' 
LA CIUDAD, OSCURO Y CONTRADICTORIO OBJETO DE DESEO 
clOnalla fábnca VIvía a tres turnos anulando la diferenCla entre 
día y noche. y la cmdad seguía el ntmo natural de la luz y de 
la oscundad, en la merrópolis de las veinticuatro horas la rela-
ción se ha InvertIdo. La CIudad se apresta a VIvir SIn Interrup-
Clones mientras los nempos del trabajO y la producción -fun-
damentalmente tercIarizada- tienden a contraerse. 
En la ciudad nueva contemporánea cambla la lóglCa Inter-
na de la organIzación de los ~~paclOs, y primero Incluso, aque-
lla que afecta a las modalidades del proplO creClmlento urba-
,no. En los años setenta se ha termlOado el período de la expan-
sión urbana, cuando se opInaba que el crecimIento de la ClU-
dad consistía en su expansión física y en la creación de nuevaJ 
partes según prlOclplOs de raclOnalidad yespeClalización. 
Termmada la fase de la expansión, a partlf de los años ochenta, 
la cmdad ha tomado el cammo del creClmlento a través de la trans-
formación de lo eXistente. Ha comenzado la época, aún Vigente, 
de la reutilización y de la puesta en valor de Viejas partes de la cm-
dad según pnnClplOs diferentes de los del pasado: valotlzación de 
las diverSidades. recuperación de los restunonlOS del pasado, bús-
queda del gentus loC! y de las bases espaClales de la ldenndad de los 
habitantes, ligamen de lo bello con la funclOnalidad. 
En la lógica de la reutilización y de la transformación de lo 
eXistente, la cmdad collage, palimpsesto, áVida, bella. ha toma-
do el lugar, al menos en las mtenClones de los proyecrlstas, de 
la CIUdad moderna, funClona!. sm adornos (no frills Clly), raclO-
nal, homogénea, culta. Aliado del urban plannzng dommador 
mcuestlOnable de las décadas precedentes el urban destgn ha 
tomado SIgnificativamente lugar en las aCClOnes para la crea-
ción de la cmdad nueva. 
La nueva acción de transformación de la CIudad valorando, 
excluyendo, enfatIzando, recreando, se produce construyendo 
un cuento y una Imagen de la ciudad -una trama o una red 
narrativa- en la cual los epIsodios singulares -los llamados 
31 
LA CIUDAD POSTMODERNA 
oasIs urbanos- adqlueren sentido y sobre todo valor. BaJo esta 
presión la cmdad sedivlde y sedesdibuja. Nacen vanas cmdades 
con destmos separados, y lo que estaba presente sólo tenden-
CIalmente en la ciudad tradicIOnal, ,~{lla CIudad contemporá-
nea se vuelve eV1dente y se enfatiza.'-LPor una parte está el ~,~.9_.­
tro presentado y vIvIdo cada vez más como el corazón y el motor 
de la cmdad contemporánea, entre onínca y sImulada, entre 
concreta e Instrumental a la dura competenCIa en el mercado 
global. Es la qudad del deseo que produce y soporta lmáge-
'0 , 
nes y realidad~·l'or otra parte, está la cmdad resIdual que no 
tIene la fuerza para produCIr una imagen diferente de sí mIS-
ma. Es la cmdad de las perifenas y de loslpargmados, los resI-
duos de la coketown sm tiempo. Es la no cmdad, o mejor dicho, 
la cmdad de los no lugares. 
La diVIsión es sanCIonada en algunos países, Incluso por sIglas 
y asoclaClones. U na de ellas es TCM -town centre managemertt- 10 
El concepto de town centre nzanagenzent aparece por pnmera vez 
en Gran Bretaña en 1980 para meticar la eXlgenCla de proyec-
tar y gestionar como entIdad únIca el centro urbano como fac-
tor de "fuerza competltlva o de debilidad de una cmdad par-
ticular" Se opma que, reforzándose, el centro urbano pueda 
desarrollar in1portantes y benéficas ,(unCIones para la CIudad 
d· 
entera y desde ésta a todo el terntorio!En pnmer lugar, el cen-
uo urbano puede contrarrestar la tendencIa centrífuga de la CIU-
dad y de sus partes haCla la corona urbana -las edge czttes-. 
comp1tien~o con los nuevos polos de atracción comerCiales y 
de gestión. En segundo lugar, éste constuuye el motor de la 
capaCldad competltlva de la cmdad en el mercado global en lo 
que se refiere a la atracción de personas, empresas y capitales. 
En fin, el centro urbano es la base, el punto de paruda y ven-
ficación de la formación de la Imagen de la cmdad. Puesto que, 
en tanto factor de creación de la 1magen de la CIudad, el cen-
tro representa a la Cludad entera, el éXIto de una CIudad resi-
32 
LA CIUDAD: OSCURO Y CONTRADICTORIO OBJETO DE DESEO 
de Justamente en la capaCldad de su centro urbano de propo-
nerse como el precIpitado de los aspectos pOSltlVOS de la cm-
dad entera. 
Si la cmdad está VIva, pues, a pesar de la m!lexión demo-
gráfica y de la hemorragia de empresas, esto sedebe a las muta-
cIones profundas que ha sufndo y que la han modificado más 
aún de lo que la natural InerCIa de la masa urbana pueda reve-
lar. La cmdad de la producción empIeza a ser superada, aun-
que lentamente, a parnr de los años setenta. 
Ayer, la cmdad de la producción 1l1dustnal era gns y opre-
SIva, sustanCialmente indiferente a su prop1a ilnagen externa 
puesto que estaba onentada al control de sus funclOnes inter-
nas. Hoy, la cmdad nueva contemporánea vIve de las transac-
ClOnes y de los 1l1tercamblOs SImbólicos más que de la pro-
ducción de bIenes. Ésta se orienta haCIa el ex tenor ya las Il1ter-
coneXlOnes y tIene su capItal más valioso en la Imagen y en la 
atracción. La demanda y las eXIgencias de tunstas, huéspedes, 
curlOSOS y Visitantes -los llalnados etty users- tIenen para los 
adminIstradores igual importanCIa que las de los resIdentes o 
los empleados. 
Se consolida, sobre todo a partlr de la segunda mitad de los 
años setenta, la llamada synzbo/ic econonzy de la cmdad. Este tipO 
de economía no es ciertamente nuevo y es también antenor al 
SIglo xx; lo que es nuevo "a partlf de 1970 es la slmblOsls de 
Imagen y producto, el obJetIVO y la escala de la venta de las Imá-
genes a nIvel naclOnal y también global y el papel de la econo-
mía SImbólica cuando se habla y se representa a la ciudad" II 
Imágenes y metáforas de cmdades 
La lógIca de la cmdad de las transaCClOnes SImbólicas 1l1Clde 
en el tejido hlstónco de la clUdad. Hasta hace poco más de Ve1l1-
te años, Londres, París y Nueva York, eran cmdades de obJe-
33 
LA CIUDAD POSTMODERNA 
ros y cosas, y los nombres de los lugares evocaban a menudo 
las mercancías que se lOtercamblaban en ellos: en Londres, pes-
cado en Billingsgate y carne en Smlthfield; en París, carne en 
la Villette y hortalizas en Les Halles en Nueva York, vestImenta 
en el Garment Disttlct y pescado y carne en Downtown. En 
esos lugares hoy en veZ de las mercancías hay anonas, cen-
tros de acumulación e lotercamblO de lnfonnaclOnes, nudos 
I de redes de transaCCIOnes sImbólicas. La gran cmdad es roda-
I vía cllldad mercado pero en ella en lugar de bIenes y mercancías 
, se lorercambmll cada vez más lnformaclOnes y símbolos. ~l 
lntercamblO de fíSICO se convierte en electrónico, las nuevas 
transaCCIOnes urbanas están basadas sobre bits ligeros más que 
, sobre átomos pesados. 
Si es Clerro, como escribía BaudelaHe en El Cisne que, "la 
forma de una cmdad cambIa más rápIdo que el corazón de un 
mortal"; o que por el contrarlO, es la mente y el corazón de la 
gente las que camblan con mayor rapIdez que los espacIOS fíSI-
cos de la Cludad, es una cuesüón aún abierta. Lo que es indu-
dable es que el cambIO es de tal enndad en ambos frentes que 
transforma algunos de los rasgos fundamemales de la cmdad 
hlstÓtlCa, defiOlda moderna, resultado de los procesos de 111dus-
tnalización y urbanización. 
Con respecto al pasado 111c1uso reCiente, la forma, la orgaOlza-
ción, la cultura, la Imagen de la Ciudad nueva contemporánea son 
diferentes. De la mIsma manera es diferente la mente de qUlen 
habita, Vive y usa la CIudad nueva. La mutación de la CIudad no 
es sólo esuuctural S100 que es en pnmer lugar cultural. Junto a 
la cmdad económIca y fíSIca está cambIando la cllldad de la gen-
te; el habltame de la cmdad nueva parece genétlcameme dife-
rente no sólo del cmdadano de la Roma cláSIca, de la FlorenCia 
renacentIsta, del París del SIglo XIX, S1110 también de aquél de 
Londres V de ChlCago de hace sólo cmcuenta años, mucho más 
de lo que ti lenguaje y las etlquetas formales revelan. Es el fenó-
34 
LA CIUDAD, OSCURO Y CONTRADICTORIO OBJETO DE DESEO 
meno Ciudad, como cODJunto de formas físicas. económICas, cul-
turales, espirituales, el que se presenta C01110 Inédito. Son muchos 
los lOvestlgadores que se preguntan SI frente a la rapIdez del cam-
blO tanto estructural (0010 cultural, no está superada la misma 
noción tradiclOnal de cmdad. Habermas, por ejemplo, adVIerte 
cómo "nuestro concepto de CIudad está estrechamente relacIOoado 
a nuestro modo de VIda. Ahora nuestro modo de VIda ha evolu-
Cionado a una veloCldad tal que el concepro de cmdad que hemos 
heredado no se puede ya desarrollar en SImbIosIs con él" " 
La cmdad es ahora diferente e ltreconocible. La ,mdad len-
g~ale, en la cual los Significantes arquitectónICOS se corres-
ponden con preCIsión a los SIgnificados-función, dep progre-
SIvamente paso a la .~iudad escaparme donde el Signo deVIene 
autorreferenclal, donde domlOa la metáfora, donde las funclO-
nes más complejas y al mIsmo tlempo más descarnadas tlen-
den a ser ltreconocibles y no localiza bIes en los lugares Ima-
gen. UnlOdicador relevante lo constltuye la dificultad del len-
guaje para proporclOnar los lOstrumentos capaces de describ,r 
la nueva cmdad. Tokio, Los Ángeles o Sao Paulo, ya no encuen-
tran referenCias deSCrIptiVas en el pasado: para relatar estas CiU-
dades son necesanas ahora más que nunca las metáforas, V es 
necesano Inventarlas. En el esfuerzo por ponerse al día, algu-
nas de las metáforas tradiclOnales muestran sus proplOS límI-
tes y el marco hlstónco ya superado al cual hacen referencia. 
Si en el pasado una de las metáforas más difundidas para des-
cribIr la cmdad era aquélla de la máquma, hoy SI se qUIere man-
tenerla, es necesarlO actualizarla IntrodUCiendo conceptos 
como la modulación de las partes y los SIstemas de retroacción 
y control. Tokio, por e¡emplo, ya no es aSImilada a una máqLu-
na, por evolucionada que sea, SIDO a su software que se expan-
de por el agregado de sub-rutInas, 
También la metáfora más antlgua, aquélla rejuveneCida por el 
humanislTIO, de la ciudad conSIderada COll10 un cuerpo hUluano, 
35 
LA CIUDAD POSTMODERNA 
parece inadecuada precisamente por la referenCIa normatIva con-
tenIda en ella. Si se pretende asumir como metáfora a un siste-
ma V1v1ente, éste ya no puede ser el humano. Los Ángeles se aS1-
mila a una galax1a o a una región --que, mIrándolo b1en, es lo 
más anotétlCo que eX1ste respecto a la concentración y a la den-
S1dad real y s1mbólica de la cmdad h1srónca- O a una ameba. 
Si antes París y luego Nueva York han s1do las cmdades por 
excelenCIa -las cap1tales del modermsmo y de la moderOl-
dad-, Los Ángeles, presentada tradiCIonalmente como "CIen 
perifenas en busca de una cmdad" por el contrano, s1empré 
ha s1do v1sta como una no-cmdad. Sólo hoy, en un clima de gran 
transformación epoca!, Los Ángeles emp1eza a asumIr una 1den-
udad autónoma y ya no construida sólo por contraste, sino en 
pOSltlvo: es la cmdad posrmoderna por excelenCIa. Los Ánge-
les, "arquitectura Instantánea en un paisaJe urbano Instantá-
neo". 1) es, para usar las palabras de Kenneth Frampton, el pun-
to de partIda para una nueva modermdad. 
Es una cmdad que presupone también un nuevo tIpO de usua-
na y un habnante al que se p1den nuevas capaCIdades Y fun-
Clones. Escribe uno de los lnás atentos analistas de la metró-
polis californIana, Banham: "Así como las ant1guas genera-
cIOnes de lOtelecruales lOgleses aprendieron el Italiano para 
poder leer a Dante en versión onglOa!, así yo he aprendido a 
condUCIr para leer a Los Ángeles" " 
La dificultad de aprehender unItanamente la cmdad y com-
prenderla es común a Investlgadores Y habltantes. En CIerta 
medida los pnmeros no hacen nada más que expresar el males-
tar generalizado de los segundos. Aquello que Lyotard llama 
la CtIS1S Y la 1l1credulidad haCIa los metarrelatos afecta también 
a la cmdad y a los esquemas lOterpretat1vOs unificadores. El 
recurso cada vez lnás frecuente a las disciplinas de frontera y a 
expertos, como los escrItores, por ejemplo, consIderados capa-
ces de síntes1s pre-CIentÍficas, es una señal de la profunda trans-
LA CIUDAD, OSCURO Y CONTRADICTORIO OBJETO DE DESEO 
formación de la CIudad y de la InsuficienCIa de los Il1suumen-
tos analítIcos y descrIptivos rradicIOnales. 
La reflexión más reCIente sobre la CIudad extendiendo la "con-
cepción de la expenenCla urbana dellOdiv1duo más alláde la 
del' actor económ1co racional', del 'contribuyente .. del under-
dass subalterno o del cliente SlO techo", se ha ab1erto no sólo 
a los sociólogos S1no también a pS1cólogos, geógrafos cultura-
les, antropólogos. Las estanterías de las librerías que en los paí-
ses anglosa¡ones guardan los llamados c,,/tuya! studies acogen 
cada vez más nlunerosos libros sobre la CIudad, sus expenen-
Clas, sus Imágenes, sus modas, sus sonIdos, sus culturas. Sobre 
el tema han Intervenido con Insólita atención los filósofos, tra-
diCIOnalmente Indiferentes a las cuestiones urbanas, SI se excep-
túa alguna rara, valiosa y ya leJana contribución como las de 
Hannah Arendt, Jean Paul Sartre o Enza PaCl. 
Luego de más de tres cuartos de s1g10 de desCludo, se han 
vuelto a escuchar los escritores, que sobre todo en FranCIa y en 
Gran Bretaña en el s1g10 XIX y en Estados UOldos en el s1g10 XX, 
habían s1do los más fiables y lúc1dos 10térpretes de la expe-
nencia metropolitana. El reconOCImiento de muchos InvestI-
gadores -desde Barthes a Bailly- a los escntores por haber 
SIdo capaces de hacer una lectura de la CIudad más eficaz que 
la de los sociólogos, econom1stas y otros espeCIalistas, no hace 
nada más que relnitlf a la práccica constante y extendida, e 
lntenrar SIntetIzar en una palabra o una In1agen el sentIdo y la 
1dent1dad general de un lugar. Mientras que son SIempre los 
economIstas, urbanIstas, sociólogos y arquItectos los que pro-
porcIOnan los instrulnentos necesarios para los análiSIS y los 
proyectos, para VIVIr y comunICar la Cludad en lo cotIdiano pare-
cen más útiles escritores y poetas a los cuales la gente, aun 
inconscientemente, hace referencia. 
Imágenes y metáforas -tomadas de CalvU1o, Borges y BeJ[ow, 
S10 0lv1dar las páglOas de los literatos de la gran tradición urba-
37 
LA CIUDAD POSTMODERNA 
na, de Baudelaue y Balzac hasta Dickens y Joyce- ya son 111S-
Humenras de uso tan c01l1ún por parte de los espeClalistas que ya 
no eXIste ensayo de sOClología, antropología, diseño urbano que 
110 lleve al menos una Clta -ntual o no- de Las Ciudades inVI-
sibles de Calvmo. El objeto mIsmo de la reflexión ya no perece ser 
tanto la cIudad en sí -la llamada estructura urbana- sino más 
bIen, la expertencla urbana. La cultura de la cmdad, la pSlCología 
de sus actores, la antropología de sus grupos -las llamadas trI-
bus urbanas, efímeras y perdurables relaClonadas a la moda y al 
gusto- son los temas domInantes actuales. 
El deseo de ver a la cmdad unltanamente a menudo preVa-
lece, o por lo menos precede, al de vlvula. Este antiguo y difun-
dido deseo de apoderarse vIsual y cognltlvamente de la clUdad 
encuentra, SIn embargo, cada vez D1enos respuestas. La cnSIS de 
la Ciudad parece ser también una CrISIS de ImagInación de la ciu-
dad. Se tiene la Impresión de que los VIeJOS paradigmas han lle-
gádo al límIte de ruprura después de décadas de adapraclOnes 
contlnuas. Por otra parte, el orden urbano no se puede encon-
trar fácilmente, no sólo por falta de puntos de VIsta o por la difi-
culmd de aleJatse del objeto. Es, para usar un concepto de 
Sennen, la CtlSIS del oJo: ranto el oJo culto del cIentífico como 
el sImple pero experto del cmdadano. También en el plano pura-
mente expenenclal no eXIsten medios comprobados y fiables 
para unificar a la CIudad en su sentido e Imagen. 
Ya no eXIsten VlSlQneS o proyectos totalizadores como la torre. 
el panorama, la Vlsra a vuelo de pájaro, el cuadro de los paIsajis-
tas o las Imágenes de los pIntores renacentIstas. Los lOstrumentos 
tradiClonales se demuestran madecuados. La gran metrópolis con-
temporánea escapa a la VIsión global, se sustrae a la posibilidad 
de ser aprehendida por elmdivlduo graClas a una torre, una coli-
na o sImplemente a la labor de un pIntor. Cuando la construcción 
del conjunto es posible graClas a nuevas tecnologías como las fotos 
de smélites el resultado es a menudo Inutilizable: una mancha cro-
38 
LA CIUDAD: OSCURO Y CONTRADICTORIO on JETO DE DESEO 
mátlcamente sugerente pero carente de cualquIer sIgnificado. Por 
otra parte, eXIste la práctIca de VIVlt la cmdad desde abaJO, la expe-
nenCla elemental del peatón, que CIego frente a la complejidad 
urbana que pernlanece opaca a su mIrada, expenmenta la CIudad 
SlO disponer por otra parte de mstturnentos adecuados para su com-
prensión totalizadora. 
EXIste, constantemente, un salto entre extensión V comple-
jización de la cmdad y limItadas posibilidades de verla y expe-
nmentarla en su totalidad. Este salto se hace tanto más rele-
vante y grave cuanto más se amplía la diferenCIa entre el deseo 
de las personas de apoderarse conceptualmente de la clUdad y 
el constante sustraerse de la CIudad, variada, vasta e incoherente, 
a cualquIer Intento de apropiación analítIca o VIsual. 
La CIudad nueva contemporánea, que por su parte intenta 
presentarse como Ciudad del sueño, tIene dificultades precisa-
mente para adqulflr una de las cualidades mdicadas por Freud 
para la constltución y la expenmentación del sueño: la pOSI-
bilidad de ser reprmntada. Porque la representabilidad es la 
menos obVIa de las cualidades, sobre todo para las grandes cm-
dades, ~e~o.º_stItuIrla para establecer una nueva relación con las 
personas y su ImagInario constItuye uno de los objetivos de la 
Ciudad nueva postmoderna. 
El problema de la opaCldad de la clUdad y de la dificultad 
de efectuar una síntesIS de la expenenCIa urbana dotada de sen-
tldo propIO es central en la reflexión actual y se percibe de 
manera generalizada. Los teótlcos de la valoración a ultranza 
de la tradición y de la recuperación del pasado pretenden como 
pnmer paso de su proyecto de restauración urbana restItUIr ima-
gmabilidad y representabilidad a la clUdad. Es por tanto nece-
sana la recuperación de Un pnnClplO de coherencia -un cen-
tro analítico y organizatlvo- que permIta la reconstrucción 
de la realidad urbana y, antes aún, su Imagen totalizadora. El 
líder reconOCIdo de este mOVlllllento, el prínCIpe Carlos de 
39 
LA CIUDAD POSTMODERNA 
Gales, afirma, maugurando uno de los cursos para jóvenes y 
nostálgIcos arquItectos promoCIonados por él: "La cmdad ne-
ne que ser una obra de arre colectlva, su plano y su morfolo-
gía claros y aSImilables",", La edad de oro de la cmdad en esta 
perspectIva no puede más que ser la armonlOsa y coherente del 
RenaClmlento o del mundo clásICO, que en el Imagmano colec-
tlVO y en el de Lean Kner y colegas, representa la edad de oro 
de la expenenCIa urbana, 
Lo que ba entrado en cnSlS es la cmdad-concepto. el mode-
lo de cmdad que, tradiClOnalmente presente en los discursos 
polítICOS, urbanístlcos. arqUltectónICos o filosóficos, sepone 
como enteno de onentación y, sobre todo, de referencia para 
D1edir eventuales diferenClas. De esta manera es posible resu-
mir la Cludad en una vIsión de conjunto, abrazarla toda y esta-
blecer lo que cabe en el modelo y lo que en camblO, se aleja de 
éL Es la presencIa de este modelo optatIVo y perfecto -que 
de alo-una lnanera da al observador una posIción superIor, caSI 
b 
de divIl1ldad- la que permIte hablar de males o enfermeda-
des de la cmdad, de bIen y mal, de fislOlóglco y patológICO, En 
su lugar se abre cammo la Idea de la czudad-por-lo-que-es. llena 
de confuslOnes, diversIdades, deSVIaCIones, activIdades. Una CiU-
dad carente de puntOS de VIsta o de control desde los cuales 
unificarla y gestlOnarla, 
Respecto al nuevo escenano urbano. madura y se difunde una 
postura de mayor realismo frente al pasado. Se tiene conc~en­
(la del error, de denvación raclOnal V raclOoalista, de contun-
dir la complejidad urbana con caos Y de haber elimmado o 
mtentado elimmar en nombre del restableClmlento del orden 
la nqueza y la vanedad de la cmdad real. Hay que tomar la 
(mdad por lo que es, recomIenda Jane Jacobs, Afirmando que 
los arqUItectos tendrían que aprender de la Mam Street y de 
Disneyland. Robert Ventufl exalta la pop culture de Las Vegas 
y de lo cotldiano, Michael Graves no se limIta a proyectar el 
40LA CIUDAD, OSCURO Y CONTRADICTORIO OBJETO DE DESEO 
Swan Hotel en Disneyworld de Orlando, donde las formas fan-
tástlCas de los dibUJOS anl1uados adqUIeren dimenSIOnes monu-
mentales más a medida de los adultos que de los niños, En 
Burbank, CalifornIa, el Team Disney Building, diseñado tam-
bién por Graves V situado en la zona de los negocios, tIene en 
su fachada como gIgantescas cariátIdes, de caSI seIS metros de 
altura, los SIete enanItos, El bazar de estilos formales y de VIda 
de la ciudad nueva contemporánea es presentado no sólo CGIUO 
el rasgo característICo de la nueva experiencia urbana SIDO en 
tanto gran recurso colectivo. La nueva lnetrópolis postmoder-
na es una Cludad donde los procesos viVIentes y la actuación 
autónoma y no preVIsible de sus actores confieren nuevas, calll-
biantes V a menudo opacas raclOnalidades. Es una ciudad ver-
dadera, densa. en la que las Identldades no son 1l1mediatamente 
perceptibles, La cmdad de lo cotIdiano. constrUIda por las prác-
ticas, por los pasos y los humores de la gente, se inserta en la 
malla raclOnal optlmlzada y legible de la cmdad-concepto 
desordenándola, y tornándola verdadera, La expenenCIa urba-
na deVIene así "una experienC1a espaC1al, antropológica, poé-
tICa y mítiCa" 15 
La cnSlS de la cmdad-concepto colllClde con el naufraglO de 
la esperanza -de Prometeo y de Descartes- de crear una ciu-
dad perfecta a Imagen y semejanza del sueño del modelo del 
hombre moderno, Aunque en el léXICO de los urbanIstas, de 
los admllllstradores y de los cmdadanos la expresión "cmdad 
a medida humana" es de las más frecuentes, ésta parece haber 
perdido gran parte del sentIdo originario aún luantenlendo una 
lllnegable capaCIdad sugestIva, Mirándolo detenldamenre, en 
efecto, un modelo generalizable y compartIdo de hombre para 
tomar como modelo no eXIste, La pregunta que es legítlmo 
hacerse, una vez naufragada la ilusión clentificlsta de aferrar-
se a neceSIdades Clertas y ObjetIvables es "¿cuál es la medida 
de la medida humana'" 
LA CIUDAD POSTMODERNA 
NOTAS 
! "¿ Desaparecerá la cmdad o el planeta entero se convertlrá en una vasta col-
mena humana? (lo que sería otro modo de desapanción). Las necesidades V 
- los deseos que han movido a los hombres a VIVIr en cmdades, ¿pueden recu-
perar, en un 11lvel aún más elevado, todo lo que Jerusalén, Atenas o FlorenCia 
otrora pareCIeron prometer? ¿Hay una opción Viva a mitad de camino entre 
Necrópolis y Utopia, es decH, la posibilidad de edificar un tipo nuevo de 
cwdad que, liberada de contradicClOnes wrernas, pOSit1vamente ennquezca 
y promueva el desarrollo humano?" L. Mumford, The City In History, Nueva 
York, Hardcourt, Brace and World, 1961; tr. cast.: La ctndad en la historta. 
SifJ orígenes, transformaCiOnes y perspectiVas, Buenos Aires, Ed. Infimto, 1919, 
p,9, 
A. Srrauss, Images ofthe Amerzcan City, New BrunswICk, TranSaCtlOns Books. 
1976,p, 247 
Cit. en R. Williams. The Count¡'j' and the City, Londres, The Hogan Press, 
1973, p, 201. 
W, J. MiechelL City 01 Bits, Cambeidge, MIT Peess, 1995, p, 49, 
J. Garrau. Edge City, Nueva York. Doubleday, 1991. 
6 E. W. SOJa, Third Space:Journeys to Los Angeles and other Real-and-Imagmed 
Plt:tCes.londres, Blackwell, 1996. 
P. HalL Cltm of PeoPle and Cittes of Bits, en: "Demos" 9, 1996, p. 25. 
H P. Barker, Livmg on the Edge, en: "The Guardian", 8 de octubre de 1996. 
9 La edge cay no ha creado sólo una cmdad nueva S1110 también un léxico ade-
cuado a esta realidad. Garrau , oIJ. ett., ha recogido las palabras del nuevo mun-
do metropolitano en un nco Ciossary ola New F1'ontzer. De éste aprendemos 
que "Kits of Parts" se refiere a "un número limIfado de elementos proyec-
tuales repetidos al IOf10ltO en el área con la esperanza que dicha repetICión 
confiera identidad al proyecto". En la cmdad construida a medida el pro-
blema de la capacidad de la residenCIa de comunICar la Imagen SOCial de su 
habitante deViene central. En la edge czty nace así un nuevo rérmmo. mtra-
ducible. Signage, creado por la contracción de szgns (signos) y szgnature (fir-
ma). Es un sIgno de identidad SOClal muy espeClal: es una "expresión de un 
gran gUSto. Nunca es ilummada desde el intenar Como un letrero de la Gulf 
o del Holiday Ion. Su más alta expresión ha sido por un período la madera 
grabada. Hoy también el Cl'lstal y la piedra grabados están muy presentes" 
Garrau,op. m., pp. 452 y 457. 
lO AssoClanon ofTown Centre Maoagement (ed.), Resereh Study: Tbe effectt-
veness ofTown Centre lvfanagtment .. Londres. ATCM, 1994. 
H S. Zukin, Tbe Cultures ofCitzes, Londres, BlackwelL 1995, p. 8. El creCi-
mIento en 1994 de los empleados en el sector -por defiOlción urbano-
42 
, 
1",' 
j" 
LA CIUDAD: OSCURO y CONTRADICTORIO OBJETO DE DESEO 
del entertamment and recreatton ha sido en Estado Un'd e 
. 1 OS apenas lIllerlOr al 
regIstrado por la sal11dad, y seIS veces mayor que el del de hecho en uno de 
:~s ~randes sectores Impulsores de la economía metropolitana. 
C.lt. en P. Ansay; R. Schoonbrodt, (ed.) Penser la vdie: chotx de textes f;hi-
lojJhtqttes, Bruselas. AAM EditlOns, 1989, p. 359. 
11 R. Banham, Los Angeles. The architecttlre Df Fo/.lY Ecologtes Londres, The 
PengulO Press, 1971, p. 4. I 
14 Ibídem. 
1'\ M. De Certeau, The Practzee o.f Everyda.y Li-f"e, (Tl', Amel', A B /, de rtsdefmre), 
erkeley, UmverSlty ofCalifornm Press, 1984, p. 93. 
41 
n. EL NUEVO RENACIMIENTO URBANO Y EL MITO 
DE LA CIUDAD 
Los estudiosos más atentos han advertIdo mmediatamente que 
aun cuando la cIudad estaba eVldentenlente en criSIS yaumen-
taba la tendenCIa a la desurbanIzación y, sobre todo en los 
Estados UnIdos. a la ampliación de las nuevas Ciudades de mar-
gen, la cmdad seguía estando ahí, y por CIertos aspectos. sobre 
todo en el decenIO pasado, mostraba una centralidad en el hon-
zanre cultural contenlporáneo comparable por su Importancia 
y su capaCIdad de motlvación a aquélla asumIda por la cmdad 
en la segunda mitad del sIglo pasado. Incluso en los suburbIOS, 
o en los que antes eran llamados aSÍ, en contInua expansión, se 
encuentra hoy la Imagen de la cmdad. 
La monotonía de la realidad y la banalidad creCIente de los subur-
bIOS, la Implacable obvIedad de las formas de la perifena no logran 
elimmar a la CIUdad de la Imag111ación colectIva. Paradójicamente, 
la condición ffilS1na de la existenCIa del creCImIentO de la CIudad 
de margen es la presenCIa fuerte y seductora de una CIUdad no sólo 
CIrcunscnpta y definIda S1110 más bIen concentrada. Según el New 
York Post. un conOCIdo periódico vespertmo vendido normalmente 
en las estaClones ferrovIanas a los trabajadores que realizan el tra-
yecto que va desde Manhattan hasta los suburbIOS u otras CIUda-
des de margen, sus lectores "tienen un auténtICo y vIsceral nexo 
con la CIUdad, que da lugar a un estilo de VIda dinámIco, 11lde-
pendientemente de donde éstos VIvan" , 
LA CIUDAD POSTMODERNA 
Es preClsamente en este desajuste entre realidad y posibI-
lidad, entre el ser y la Imagen, donde naCe la atracción de la 
cmdad y su encanto. Nace y se refuerza la otra cmdad (todo 
mIto urbano se refleja en su proplO doble) de las luces y de 
los eventos, donde la dimensión de la posibilidad prevalece 
sobre la de su contlngenCla. En la otra cmdad es posible des-
doblarse Y proyectarse; el doble de sí que cada uno construye 
se conVierte, aun cuando sea temporalmente, en real. Los coat-
tt y los borgatart de Roma, los banlietlsards' de París se vuel-
can al centro el sábado por la tarde atraídos por la Cludad y 
por su mIto hecho de luces y de ocaSlOnes. Inmersos en la fan-
tasmagoría de las mercancías y de la imágenes Intentan con 
voracidad y SIn éxito consumIr la CIudad. AtraViesan la CIU-
dad SlO verla, como tropas de ocupación, fuertes, áVIdos, pre-
potentes pero Incapaces de verla. ASisten a una representación 
ya un sueño en el cual no son admitidos. que a la vez los atrae 
y los excluye. Su compacto desfilar recuerda las columnas de 
pf1SlOneros, de venCIdos. 
La cmdad parece haberse tornadomás vIva y central que nun-
ca, estableciendo con la gente una relación ambigua de fasCl-
nación y de mIedo, de InvItación Y prohibIción, de atracción 
y repulsión. Sus proplOS habItantes la abandonan pero la bus-
can, la temen pero la sueñan. Huyen a los suburbIOs, pero la 
desean. Atracción y repulsión l11arcan esta nueva centralidad 
de la Cludad que es al misn10 tIen1po práctIca y sImbólica, con-
creta y onínca. 
Walter Ben¡amlO nos ha proporclOnado, con una antlClpación 
de tres cuartos de s1g10, los Instrumentos pata captar la CIU-
dad nueva a la que nos enfrentamos hoy y para llegar a leer e,n 
el fragmento nrbano a la sOCledad entera en su totalidad. El 
Térmll10s que desIgnan en diferentes lugares. comO Roma o París, a 
los habitames de las perifeflas (N. de! T.) 
46 
EL NUEVO RENACIMIENTO URBANO Y EL MITO DE LA CIUDAD 
también ha antICIpado, en su propIa eXperIenCIa personal, la 
difícil y ambIgua relación del hombre contemporáneo con su 
cmdad. Benjamln tIene con la cmdad una relación absoluta-
mente contemporánea, fuerte y extenuante: la aIna y la odia, 
la encuentra embnagante y repulsIva. Lugar de embnaguez y 
de IntOXIcación, de excitación, la Ciudad es todo y lo contrarlO 
de todo: ella no es nunca aquello que pretende ser; ella es mIto: 
es sobre todo sueño, y su arquitectura es "onínca" 
La relación de Walter BenpmlO con la cmdad antlClpa en 
su tortuosa slmpliCldad aquélla contemporánea de amor y odio 
haoa una realidad que cansa, espanta y desenamora, pero al mlS-
mo tIempo une y seduce. El moderno ciudadano, suburbano 
por cálculo y Ctty user por pasión, traslada su propIa resldenCla 
fuera de la cmdad pero al mIsmo tlempo es más que nunca atraí-
do por la cmdad y por sus luces. Su tormentosa relación es la 
mejor y la más fiel expresión de la cmdad nueva contemporá-
nea capaz de atraer y repeler a la vez. 
Una vez más, las más eficaces son las palabras de BenJam1l1 
que en el Konvolut N. de sus Passagenarbett escribe: "yo encuen-
tro a toda cmdad bella" 
PreClsamente en la plenltud de una cnSlS conSIderada epo-
cal, cuando todos la daban por desal1UClada, la cmdad entra en 
lo que ha SIdo definIdo en muchos ámbItos como el nuevo 
RenaCImIento Urbano. El Impulso haoa un nuevo y probable" 
capítulo de grandeza provIene de una demanda extendida e 
lOtensa de cmdad. No es una demanda de servlClOs o de fun-
CIones, de cualidades SIngulares o prestaCIones instrull1entales, 
sino una demanda de Ciudad en cuanto tal, entendida como bIen 
preCIado lOdivlsible y no sustItuible. El requenmlento de cm-
dad es tan extenso y perentono como ambIguo y calnbiante. 
El VIeJO objeto de la demanda de cmdad defiOldo por el movI-
mIento moderno sobre la base de neceSIdades y de prestaclO-
nes de respuesta, lnuestra, VIstO a la distanCla, su naturaleza 
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: !: 
LA CIUDAD POSTMODERNA 
Ingenuamente esquemát1Ca. La gente pIde hoya la CIudad, Jun-
to a prestaclOnes V funclOnes como en el pasado, también algo 
más, aunque éste permanezca todavía mdefinIdo. Es dificil defi-
nIr en qué conslste la nueva y esperada expenenCIa urbana. 
El deseo de cmdad es fuerte, pero el objeto del deseo es oscu-
ro, evanescente V, sobre todo, en continua redefiolCión. Es nece-
sano por lo tanto, lOterrogarse en qué conslste este oscuro obJe-
to del deseo llamado cmdad o expenenCla urbana. Intentando 
disecClonar V desmembrar el deseo surge una espeCle de cm-
dad hecha de sueños constrlllda tomando un poco de aqufv 
otro poco de allá, hecha por los medias V por la hIStona,.por la 
famasÍa V el cálculo. Tiene un poco del Nueva York cmema-
tográfico, un poco del París belle épaque, un poco de cmdad rena-
centIsra Italiana, un poco de Howard y de cmdad Jardín, un 
poco de JaneJacobs V del GreenwIch Village, un poco de Walrer 
BenJamm V de los pasaJes pansmos, V un poco de la Zemrh de 
BabbIt de Sinclau Lewls, un poco de merrópolis tentacular V 
un poco de cmdad media europea. La diversIdad de las fuen-
tes V de las mspuaclOnes no se anula en el conjunto finaL En 
la vanedad de la cmdad nueva, además, las diversIdades deben 
enfatIzar la propIa IdentIdad. La cmdad se descubre cada vez 
más IconIzada. La cmdad nueva en tanto objeto de deseo y de 
consumo debe hacer VIsible, exaltándolas, las propIaS cualida-
des V las referenCIas SImbólicas V práctIcas, Éstas deben ser 
mmediaramente reconocibles por todos. 
Las operaCIones de ecleCtlC1SmO SImbólico realizadas sobre 
el Ring de Viena a finales del SIglo pasado son bIen conoCldas: 
la unIversidad era clásica, el ayuntamiento gÓtICO, el teatro 
barroco, para comunIcar Inmediatamente, mediante la CHa, la 
Intención del edificlO y su destino. Esta acción de lCoolzación 
es retomada V ampliada por la cmdad contemporánea. La onen-
ración del pos [modero o de recuperar el sentIdo y el SIgnifica-
do [anta de la cultura popular como de la alta V legítIma ha 
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',¿ 
El NUEVO RENACIMIENTO URBANO Y EL MITO DE LA CIUDAD 
exasperado la lógica del leono o de la forma arquitectónICa capaz 
de comunICar mmediatamente a una pluralidad de públicos el 
destino y la intención de lo consrrulclo. Los lConas parecen C011-
vertirse en Indispensables para vivu la ciudad: la biblioteca es 
proyectada como Icono de la biblioteca, el ayuntamIento es el 
Kono del ayuntalniento, el teatro el icono del teatro, el rasca-
CIelOS de las grandes corporaclOnes es el Icono de las gran-
des corporaCIones. En este sentIdo, en el intento de convef-
tuse en fácil y accesible a todos -frtendly user para usar una 
expresión del léXICO de los PC- la cmdad se conVIerte en 
un gran desktop. 
La CIudad electrónIca e icónIca de Internet reenvía a la CIU-
dad real. Ésta. a su vez, en su nueva lconIcldad tiende a ase-
meJarse a la pantalla de la cmdad vutuaL 
Incluso los SImples cmdadanos Intentan expresar sus proplOS 
deseos explicItando una teoría propIa de la cmdad Ideal, una 
suerte de "Theory of a Good City Form" a lo KevlD Lynch. Un 
productor discográfico de San Diego (CaliforDla) ha escrIto a 
una media docena de periódicos locales para describIr el lugar 
Ideal adonde desearia trasladarse: "esta cmdad Ideal debería 
tener VIeJas casas elegantes y palaCIOS; debería tener una mam 
street flanqueada por árboles, con tIenclas V acrivldades econó-
mICas que los reSidentes sabrían mantener con VIda; debería 
haber un parque para los conCIertos estIvales donde los anCIa-
nos podrían encontrarse para pasar el tIempo IntercambIando 
los chlslnes locales; cuatro estaciones (S10 exceso de ninguna); 
V -posiblemente- todo esto debería estar a una hora o dos 
de rransporte de las diverslOnes de una gran cmdad" 2 
Los urbanIstas, Incluso los más fan10sos, no se expresan de 
manera diferente. "Aquí en Ron1a hay veces -en efecto cada 
día- que prefenría tomar el coche e 1f a hacer compras en un 
supermercado antes que 11' a hacerlas en los pequeños comer-
ClOS. Lo Ideal sería tener un buen suburbIO amencano cercano 
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LA CIUDAD POSTMODERNA 
a una densa cmdad Italiana. En este caso se tendría lo mejor 
de ambos mundos", escribe, por ejemplo, Colin Rowe'. El sue-
ño de muchos amen canos -urbanIstas lncluldos- es VIVir en 
una cIudad con suburbIOs y serVICIOS norteamerICanos y con el 
núcleo de la cIudad constltludo por el centro hIstónco de una 
cmdadItaliana. La pesadilla probablemente sería, como en un 
vIeJo chISte, una periferIa Italiana y un centro de Ciudad no[-
tealnencana. 
El modelo de referenCia no es ya el racIOnal o carteSIano, ni 
el orgánIco natural, S100 que es más que nunca el sueño, o IneJor, / 
un mundo de 1ll1ágenes hecho de sueños, deseos, ill1t9S, 
recuerdos. Este mundo, por el hecho de ser ImagInado, es más 
atractivo, atrapante y real que cualquIer otro modelo. Es un 
sueño compuesro, hecho de novedad pero rambién de elemenros 
reClclados del pasado. El vocabulano con el cual este sueño está 
constrUldo es el de la nosralgla y del pasado, pero también aquél 
de los media y la ficción. N o son sueños sOClalmenre lOdiferenres 
V neutrales: aun en la extrema variedad que los distingue

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