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A quien mata el asesino - Silvia Tendlarz y Carlos Garcia

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PSICOANALISIS Y CRIMlNOLOGfA 
LA qui en mata el asesino? 
Silvia Elena Tendlarz 
Carlos Dante Garcia 
PSICOANALISIS Y CRIMINOLOGfA 
.LA quien mata el asesino? 
Silvia Elena Tendlarz 
Carlos Dante Garcia 
l11119rD~m .~ 
Buenos Aires, 2009 
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~~~I@~WYPJ 
@ GRAMA ediciones, 2008. 
Fonda de la Legua 2476, Edif. 3, Dto. 40 
(1642) Pcia. de Buenos Aires, Martinez 
Tel.: 4743-8766 • grama@gramaediciones.com.ar 
http: I I www.gramaediciones.com.ar 
@ Silvia Elena Tendlarz I Carlos Dante Garda, 2008 
Tendlarz, Silvia Elena I Garda, Carlos Dante 
Psicoanalisis y criminologfa. LA quien mata el asesino? I Silvia 
Elena Tendlarz y Carlos Dante Garda - 1a ed. 1a reimp. - Buenos 
Aires: Grama Ediciones, 2009. 
204 p .; 15x22 em. 
ISBN 978-987-1199-64-8 
1. Psicoanalisis. 2. Criminologia. II. Tendlarz, Silvia Elena/Garcia, 
Carlos Dante. 
COD 150.195 
Diseno de tapa: Ximena Garda (ximenagarcia@speedy.com.ar) 
Hecho el deposito que determina Ia ley 11.723 
Queda prohibida Ia reproducci6n total o parcial de este libra por medias 
graficos, fotostaticos, electr6nico o cualquier otro sin permiso del editor. 
IMPRESO EN ARGENTINA 
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Rio de Janeiro- RJ Tel /Fax: (21) 2547 3600 comercial@livromercado.com.br 
In dice 
Las vestiduras del crimen .................. : . .......... . 7 
1. Tiempos violentos .................. . . .. ·.·: . .. . ..... . 13 
El fen6meno de la violencia . . ... . .. . .......... .. . ... . 13 
Los "anormales" ................................... . 15 
Acting out y pasaje al acto ............ . ..... . ........ . 20 
La estructura de la maldad ............ . ............. . 25 
2. Crimen y castigo ..................... . ....... .... . . 31 
Homicidios .................................. .. ... . 31 
La responsabilidad penal . . ............... . .... . .... . 35 
La culpa como fen6meno y como estructura .......... . 38 
La raz6n del crimen ................................ . 40 
3 . . El concepto de responsabilidad en psicoanalisis ... ... . 45 
La criminologia y su relaci6n a la psiquiatrfa .......... . 45 
La responsabilidad es el acto ......... . .... . ...... ' ... . 
Del motivci a la causa del crimen .... . ... . ....... . ... . 
51 
58 
4. El psicotico homicida: casas celeb_res . . . . ............ . 65 
La perspectiva edfpica . . .......... .. .......... .. . . .. . 65 
Ernest Wagner: el homicida de masas ...... . . . .. . ... . . 70 
Aimee y Ia paranoia de autopuni6n ........ ' ....... . .. . 74 
El mal de ser dos: las hermanas Papin ..... . .......... : 78 
5. Crimenes contemp.oraneos ....... . ... . .......... . .. . 83 
Foucault y Pierre Rivi~re ... . ..................... . . . 83 
El cabo Lortie o el mal de la modernidad ............. . 86 
El no hn lugnr de Althusser .. . . . . . . ................ . . . 88 
La reivindicaci6n de una "Dama" ................ . . . . . 90 
El desprecio de un hombre: el caso Barreda .... ... . .. . . 
Masacre escolar: el ahi.mno de Carmen de Patagones ... . 
96 
99 15 
l t ilvia Elena Tend/arz I Carlos Dante Garcia 
6. Serial killer . ............... .... ................... . 
Un nuevo termino para viejos homicidios ............. . 
Gilles de Rais, elllamado Barba Azul ................ . 
t_N uevos asesinos? ...................... . .... .. .... . 
El asesino organizado y desorganizado ............ . 
7. Diagn6sticos de los asesinos seriales ................ . 
En busca de una causa del crimen ................... . 
Las fantasf.;fs sexuales . ........... . ..... . ........... . 
La psicopati'a . ......... . ...... .......... ....... . .. . . 
Los trastornos de los manuales diagn6sticos . .... . . ... . 
El uso social de los asesinos seriales ... .... ....... : . .. . 
I 
8. lExiste una naturaleza criminal? .................... . 
La conducta del psic6pata ..... . ............ . .. . ... . . 
La perversion segl'm el psicoancilisis . .. ........ . ... .. . . 
Dilemas diagn6sticos: John Wayne Gacy, el asesino payaso 
9. Rastros de los asesinos seriales .... . ................ . 
El ciclo del crimen .. . · . . .. ......... .. . ..... . ... . ... . . 
t_Cuando se detiene e1 asesino? ............ . .... . . . . . . 
(.Par que Ted Bundy es atrapado? .................... . 
La confesi6n de Albert DeSalvo ......... · ............ . 
Entrevista con Dahmer, el canibal .................... . 
El tratamiento de los cuerpos ...... . ................ . 
Aceleraci6n · ........ . .... ...... ... ... .............. . 
(.Psic6ticos o perversos? .. ... . ..... . ............... . . 
~·p 
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El psicoanalisis frente al homicida .. . ................... . 
--: 
(. Bibliografia . . . ................ ... .. .. ................ . 
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199 
Las vestiduras del crimen. 
t_A quien ni.ata el asesino? La pregunta, en si misma, com.porta dife-
rentes niveles deanalisis que deben examinarse en Ia singularidad de 
cada caso. 
Un primer nivel de analisis, el del sentido com'lm, nbs presenta a la 
vfctima del crimen. Es casi una evidencia: el crimen no acontece, en 
principia, sin una victim.a concreta o potencial, aunque esto nada diga 
acerca de las razones o de las cirnmstancias en las que se produce. 
fQue. lugar 2 cur.a el criminal en relaci6n a ~u crimen?,~ se intel'roga 
el psicoanalisii:"Freuanose detiene-exclnsivamente en la volun"t'aa. con:= 
~ien~--m.atm~_tematica pro pia de la Justi"6a, Sino ~.1e ~liz a al "cri-
minal inconsciente'-7-caracterfstico del neur6tico -que delinque o mata 
por seEtiJ~iel:.!£.sintonscientes de culpabilidad- y busca los motiv0s 
inv.Q!ucrados-en su acto asesinoJ 
~ plantea.que el psicoanalisis se Eeneficta de la clinica del c£ nj ic 
na:]. Los criminates no son individuos que no tienen conciencia. Es mas, 
se puede aislar en ellos el sentimiento de culpabilidad antes de cometer 
el acto criminal. ~l:Crli11ii'ial se caracteriza 12or ser ag uel·que, e~ixte 
~~,i.QL .. !ill..principio ;"'nb parece conservar w'll!Jl1Stancia crHi s.a, lma s_m1-
cien.g_a_de culpa que lo declare cL1lpab~Ti_e"ile"ensfl a Cl}lpabilidad bajo ' 
la forma de la necesidad de un juez externo. Comete el crimen y el juee. 
lo d.ecla.@_Cl!!Pable. Esta necesidad del~o·iminal puede repetirse en(la 
b'l1~ueda incesante de jueces, cansas y condenas. De esta manera, la 
culpa se v_l.~lve el n'l1eleo central del suj~to. 
_?n elli1:iro .§.!..Eii!1inal y su j!J!:l, F. Alexander y H. Staub, psicoanalis-
tas contemporaneos a Freud que se han interesado por la criminologfa, 
distingue1~, fres grupos de crim1D'ales. 
([) El 12rim~o _hace refei:~ILcia al crimmal neur6ti_c<o. Se trata de aquE),l 
cuyo accionar reposa en procesos in.consc1entes como los que cunduCEn)• I) 
a lc;t formc;siffi~ de la nel.~rosis, pero-en este-caso, los sujetos padec~;;l) \JI 
conflicto-psiquico-in.teriOr: entre la parte socialTy·asocial de su perso,!1..a- 17 
i,Q..ad .~La etiologfa es-aquf- psicol6g~Jq.nto el neur6tico como el crjJ 
n-linal resultan impotentes para resolver_en un sentido social, sus ~on-
Silvia Elena Tcndlarz I Carlos Da11te Garcfa 
fli ctos ~1uicos, segu11'el declrae losa utores:rPero si el neur6tico !Qg]Ja 
·esolverlos~a traveSL!e~l0s smtcnnas que :Je producen un padecimiento 
'u£jetiv~ eJ~crimin'li; por el contraxio, los ejecuta en acciones reales·~ 
Alex.:;n~ySfau~Ji:10Vaciian ew hal5lar de un9 "satisfacci6n crim i-
uai de las pulsiones", que se expre-sa a traves de un acto real contra el 
mundo ~xterior. Como consecuencia de ella, el castigo tambien proce-
dera del exterior. 
® @. .§ ~g~do gru~..? ~sta inte_gr~do por llamados ctimin~les nor~~s-­
cuya estr'uctu-ra psrqmca es srmrlar a !a~de un hombre noriY!al ; sm 
embargo1 estos se encuentranidentificados a modelos criminales.~En 
~stecasola eti-ologfa es planteada como sociol6gica e ideiltificat1ili"a~ PJ 
fuferen~p~·imer grupo d; nde el crimen posee~un caracter sintot 
matico, a qui pFevalecer~_las identificaciones cor1 una comunidad crimil 
naL .. Esto. condujo -a Aichhorn a afirmar qtre los delincuentes poseen un 
"st1pery6 crill}!na}". 
) ) : ELtercer grupo hace refereneia a los crimincrles que matan empuj,a-
{os por e22fermedades organic;as. · 
if:sto~ auto res diferencian tam bien a los crin1inales cr6nicos de aqt~e­
llo? que se vuelven criminales en f<;>rma espontanea bajo condiciones 
especificas j 
Una pequei'ia nota a] pie de pagina dellibro citado puede convocar 
nuestra atenci6n, esto es al comunicamos que~ ~ch~asos e1Ci;li-
'ii1inal pue~e~~na_:r~dei]Jro ~~un proceso de "ps(£2si~ortada". L { 
activida d-crirnil1al se vuelve entc:mces-una tentativa de curaci6n esp01'il-
'fanea que es ) ogr; da solo en parte-: -
A su entender, todo 11ombre es capaz, en ciertas condiciones, de 
cometer una infracci6n al derecho. Se pueden establecer, entonces,J!illS 
~los .... te6r icos_de i'a:criminaH<r~:a~l5SCI·iminales puros -en ·los que la 
re~resenta·ci6n social no~se inscnl5e en el5upery6-, y los sujetoi coni- I' ~--
21!~~n~adaptaoos -en los que prevalecen lo~ interesesde la comw.-
1icfaa por "so5re·Tos--suyos -propios, superponiendose asi el ~yo y el 
~12m6~i11 ~<:J:rrda estos cq:sos lfmites son ine:~istentes; entre ellos se 
fi.Ti.Y~l.Q Cla:--I-<:eg:§.ma C!ecasos intetmedj.bs. 
La falta y Ia culpa son propias de todo sujeto, por lo que el criminal 
y Ia justicia forman un conjunto a traves del crimen y la expiacion. El 
neur6tico condensa este binomio en sus sfntomas. 
_Er:elo~ d~ a-f-ir:n~cre:algm1os ·crfme~ son -rnas-bien-un -smcidio can_!p-
frad"ti-:""Nopm~ dejau:.q_e inVOI~otra persona, inscr ibiendo asJ 
.!;hill! parrrcularw aaa i quehacer inconsciente de! tratamiento de la muer-
te en tarrro-esta es efe-ctiv amente-llevada-a cabo. 
'-La can-;-por sa-parte, present a a traves del caso Aimee el crimen auto-
~ ~~ 
,:A quien mala ci ascsi11o? 
Ideal exte rio1·tzado: Es 1a "vfctima-simoolizaci6n" de~su deseo ae seJt 
e1ej'1. . 
Hasta aqui enumeramos cuatro tipos de "victimas". Mucha mas 
desconcertante aun es que existe una quinta respuesta, puesto que 
,i:acan ii1aica gue en reahda-d mata~a-su ka kon, su mal'i rrrertnr:-A traves 
~..!L;S.!-!..:8asaje al ~eta ella intenta liberarse a~~r ka kon, de su enemigo inte-
rior, de su ggce invasor. 
Tal vez estos niveles de an<Hisis -objeto-victima, objeto-representa-
ci6n imaginaria, objeto simbolizado, el propiiJ sujeto, el goce interior-
esten siemp·re preserites en cada crimen. Se tratara, pues, de precisar su 
incidencia en las singularidades y en cada historia de vida . Despues de 
todo, este analisis solo i11tenta descomponer la subjetividad del crimi-
nal sin perder par ello sus particularidades. 
En nuestra pregunta inicial,td l.£Uien matael asesino?, distingu:\_111Q_S. 
t~~entos~unidos ~!l!r~ sf: e[ crimen -que se_ supone el acto qu¢ 
'g voca aria justicia=;--et~Eesino~.:..q~ es q}Jien l() eje'cuta, tambien llaq \a-. 
Cia homicida, a geSa"i· de sus~diferencias=-, y finalmente la v(ctima -obje'-
t.Q..2Qb~ quien 'recae el acto crimimyl-. 
Dicha interrogaci6n presenta cierta ambigi,iedad pues pareciera que 
nos estuvieramos preguntando acerca de quien es ia vfctima. En reali-
dad, nuestro interese s desarrollar l a posicion del sujeto manifestadq,i:n 
ef"_gcto ~riminal, )unto a 1~6gica d_:l pasaje al acto, s'in desentendernGs 19 
por ella de la existencia-real de la-vfctim ir. 
u u u D tl {I l! 
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... 
'i. () 
,:A quien matn e/ asesi11o? 
La intersecci6n de los discursos penal, psiquiatrico y psicoanalftico 
permiten 'lli,rim iyali eCuaaamente lar e raci6n del.§b!jeto~rin\ina[cor11u 
actol . 
Nuestro inten?s es d ilucidar estas cuestiones acuciantes desde una 
perspectiva psicoanalftica. Tanto. los casas de . ~1omicid ios lle;ados a 
cabo por sujetos psic6ticos como Ia presentacwn contemporane <>. del 
serial killer -llamado asesino serial- , forman p arte de este recorrido. 
acgUeS-AlarrtMill~ distingue entre el...:Crimen.utilitario" y tl.," CIIi-
meJ:l'cie:gO(:e1' . El caso Landru, recientemente estudiadci por Francesca 
Biagi-Chai, pone en evidencia la paradoja de este binomio, en tanto que 
os "motiVOS"liijfitario"~frente a lo social'"Elfede 'Obe~er en realidad.ra 
® a 1£gica secreta gne"responde a convicciones ~liran~s. 
- Bas ada en una historia real, la pelfcula Monsieur Verdoux -con gui.6n 
de Orson Welles y actuada y dirigida par Charles Chaplin en 1947, 
luego d e finalizada la Segunda Guerra Mundial-, retrata la vida de 
Henry Landru (1869-1922). Este hombre fue condenado ala guillotina 
por el asesinato de diez mujeres y Ia estafa de otras doscientas ochenta 
y tres, valiendose de su poder de seducci6n. En la pelfcula, Henri 
Verqoux esta casado y con un hijo pero, para mantenerlos, posee una 
doble vida. Se dedica a casarse bajo identidades falsas con viudas ricas, 
. de las que posteriormente se deshace para apoderarse de toda su fortu-
na. Con ese dinero _viven has ta que se agota, moinento en que parte a 
buscar otra vfctima. Varias veces consi.gue eludir a Ia justicia pero, final-
"mente es detenido, juzgado y condenaclo a muerte. 
II:a.C"an"lficesoBre el en su afffct~brFla ~crir~nologf.a escrito _2.P~­
as t11'1Q§.,:ai'ios desp~s:_Jd'na.:fompleta~paraci611'""enfre el gr upo vifM 
£9nstitt.!.iQ:g_p QL_el .§l!jeto y los suyos y_el gu.1po furici6n, don de se debe'n 
hal1l.I .. Wli...._medios de subsistencia del primero,- perm!te una suficiente 
ilustracion aLasevera? q~ torna verQsfmil a.111onsieur Verdoux' ... " . 
Esta pelfcula, sabre la base del crimen nazi expuesto a la opinion 
ptiblica apenas dos aii.os antes, pone en evidencia el desplazamiento y 
el entrecruzamiento con Ia tematica de los asesinos en serie. 
Tcrcq~~ Miller, en su clase del 2 de febrero de 2005 de su curso 
Pieces deta2hees, Vlielve a examinar~Ia ·oposi-d6n~J aTanianwentre cdrne-
' ~......._ - .... .,. - ' 
rnes'li el e·n·o,~ct~- yo~Y- clel superyu-;--de~acuerdo a-..J os~t-Fes registros. 
pistl!:!_gl~~<ilsi e~1tre los crimene·s de~lo ... imaginario, propios~dei-e-s tadre 
~del espeLo; - loFcrimeT1e~de los~simb6li·co;-como por: .. ejemplo~l<Js regici-..-
d<~JW:~- rna tan al rep.sesentante<]£laautoridad;-y finalmente los crim.~-
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1nes de lo real, que~en realidad resultan seT una figura ~nixta entre~lq· 
~imo6lica-y~lo"T~enti:o-de este u1timo tiP-o de crfmenes incluyE! al 111 
del"'Serial~kir/er, que culm iila"en el crimenn azi, el cualexcede el derecnd 
Silvia Elena Tendlnrz I C~rlos Dante Garda 
penal -bas ado en~!~ w otero6n_ del lazo social=-_y se vuelve un crl.!nlfil 
tala human.idad.en~sucoi1junt5.' · · 
Mci.s alla de la fasc.inaci6n mediatica que generan los crimenes en un 
mundo donde e] dar a ver convoca al espectador, a traves de este estu-
dio intentaremos aprehender la estruttura particular de los crimimiles • 
psic6ticos, que escapan al sentido, y se inscriben irremediablemente en 
vidas encarnadas en singulares posiciones subjetivas. 
Buenos Aires, marzo de 2008 
Silvia Elena Tendlarz y Carlos Dante Garcia 
~ ~ p 
Tiempos vlolentos 
El Jen6meno de la violencia 
La violencia como fen6meno manifiesta la acci6n de una fuerza. Su 
efimologfa asf lo indica: derivada de viola, y esta de vis, que en latfn sig~ 
nifica fuerza. Por otra parte, no hay una unidad en la violencia sino una 
variedad de fen6menos que pueden estudiarse desde distintos aborda-
jes te6ricos . Existen actos de diferente rnagnitud que entrail.an variadas 
clases de violencia. 
La problematica de la violencia en los sfntomas contemporaneos nos 
obliga a ubicar las coordenadas desde donde pueda ser pensada por er· 
psicoanalisis en su especificidad. Esto nos !leva a interrogarnos acerca 
de la estructurade la violencia y la de las subjetividades involucradas, 
mas alla de la diversidad de los fen6menos en los que . aquella pueda 
manifes tarse. 
c 
0 
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Estudios ,contemporaneos, como los realizados por Walter Benjamfn 
o Wolfgang Sofsky, soci6logo aleman este ultimo, se ocupan de investi-
gar este tema. 
'Wotfg~gSotsRy en su~Jibro La era del esF!_anto examina ~ violenci(l a 
partiTdeJ usu-de~Ja--fuerza ejercid C:Csobre el otro dentro de un marco sim- 113 
~o, y tambien, aquella sostenida en un fin, por ejemplo, el del 
Estado, qlie se ocupa de preservar un orden soCla['Sin embargo, cuarv· 
~ 
Silvia Elena Tcmt/arz I Carlos Dante Garda 
Cio no·existe ni un ri'i:'arcos iillb6lico ni un fin~que ~ster!gan la vi61gncita 
~asa-<r-sueje££iCio~en sf mismo, se pone en jueg.o en forma dir_ecta 
asat~r2 ; l:5lenidapor quien la ejerce s~bre Ia vfc~ma~ EI paradig-
ma de esta !6o-ica es Ia masacre, en Ia que aparentemente se mata en el . b 
marco de una g'-Ierra; en realidad, en ella se ejerce Ia satisfacci6n de 
matar. 
Ahora bien, en principio, en este caso guedarfa excluido el ejercicio 
de una srttisfacci6n personal de cualquier fndole, ya sea del arden de Ia 
venganza, del odio o del rencor y, mucho menos, Ia satisfacci6n de 
matar. Las razones de Estado, en el marco de una legalidad determina-
da, recortan las trasgresiones y los castigos presentes o inherentes en 
toda situaci6n belica. 
Sofsky indica que Ia guerra salvaje es aquella en la que .se practica Ia 
crueJdad. Toma como ejemplo las masacres de tutsis en Ruanda. Los 
organizadores de esas matanzas dieron Ia orden de no matar con armas 
automaticas sino con hachas y cuchillos, buscando logra1~ de este 
modo, una experiencia mas vfvida en el cuerpo a cuerpo de la guerra y 
un efecto de terror sobre las victimas. Se percibe en su descripci6n que 
se trata de algo mas que la meta de ganar una aldea o un poblado, mas 
bien, de Ia satisfacci6n de matar hacienda sufrir a las vfctimas. 
De es ta manera, Ja violencia puede ofrecer una gama de satisfaccio-
nes que van mucho mas alla del hecho de matar. 
El plan teo de Walter Benjamfn en su libra Para una crftica de !a violen-
cia concierne sobre todo al estudio de la monopolizaci6n de la violencia 
por parte del Estado. Algunos historiadores se han aplicado a esttidiar 
la relaci6n entre violencia y derecho, comotema acuciante. Tal el caso 
de Eric Hobsbawm, quien plantea Ia necesidad de instituir reglas de Ia 
violencia para evitar que el poder del Estado act(te en forma indisciimi-
nada y, de este modo, poder mitigar la creciente violencia dentro de las 
sociedades, pues, a su entende1~ "la peor clase de violencia es la que 
nadie puede controlar". 
Es a comienzos del siglo xx cuando podemos observar la gestaci6n 
del declive de la figura paterna, que ha conducido y ·ha producido la 
descomposici6n de los ideales, los cuales funcionaban temperando !a 
agresividad y tension propias de la civiflzaci6n. 
El malestar en la cultura examinado por Sigmund Freud, tal el nom-
bre de uno de sus escritos, ha advertido-tempranamente -r1os referimos 
a ta decada del '30- sobre los riesgos de la desmezcla pulsional: sin la 
barrera 5.5.:,11 la que opera la pulsion de vida, ,CI.~o aTJ2.£ !{ rmin9 s 
freucuanos,~la P-li1S'l6i1a~e se exp"I·esa~coma~Ja-renaencjatr-la des-
tructiv iaad caracterfstica Clelosnoml5res~ 
fA qm'C/1 mata el asesino? 
Lq progresiva: extension de la violencia lleva a interrogarnos si acaso 
esta es correlativa de alguna e.specificidad de la subjetividad de Ia 
epoca, 0 se trata mas bien, de un·a estructura particular que se manifies-
ta er1 forma diferente, de acuerdo a los distintos perfodos de la historia 
htimana. 
Los "anormales" 
"anormal"? (Puede 
115 
Silvia Ele11a Tendlarz I Carlos Dante Garcia 
correlativas a un sistema sociat puesto -que su unidad virtual tiende a 
una organizacion. ,Micl1ei- Foucault,_fl1osof(Jfrances contemponine:o, 
~aya ace rca delt_exto mencionado anteriormei\te, _que _la norma E.er,-' 
n~te furrdar-y-legitimar cierto ejerci-cio-d:el poder,-pocio-q!::!_e -puede con•-
Sfctei·-arselauiPconcep!_o politiCO! 
LQue lugar se puede conferi1~ entonces, a lo patologico? Lo patol6gi-
co es definido como aquello que se aplica a la enfermedad. En realidad, 
lo normal se opone a lo anormat no a lo patologico; no obstante, la opo-
sicion eatre ambos terminos enunciados por Canguilhern es solidaria 
de la introduccion de un nuevo concepto en patologfa, el de "error". 
Canguilhem trabaja el concepto de. salud a partir del de error, de la 
anomalfa, de las monstruosidades, de las variaciones, para explorar los 
lfmites de la Hamada normalidad. La salud deja, asf, de ser considerada 
un concepto universal para empezar a contemplar las particularidades. 
La salud es un "caer enfermo y poder recuperarse". No, se trata enton-
ces de una mera capacidad adaptativa, sino de poder instaurar nuevas 
normas en situaciones adversas. La adaptaci6n corresponde a Ia nor-
malidad: un organismo es normal si se adapta en su ftmcionamiento. 
Sin embargo, puede no estar sano. Ellfmite entre lo normal y lo patol6-
gico es impreciso porque lo normal supone criterios estadfst~cos que en 
realidad corresponden a las normas estipuladas por una sociedad 
determinada. Mas alia de las mediciones cuantitativas, la salud conlle-
va la posibilidad de instaurar nuevas normas. 
Lo normal responde a criterios estadfsticos y tipos, y se construye a 
partir de aquello que es considerado deseable en un momenta yen una 
sociedad determinados. En definitiva, la norma es el elemento discipli-
nario regulador de las relaciones sodales. 
Lo normal, entendido como valo1~ no se opone a la enfermedad y a 
Ia muerte, sino ala Hamada "monstruosidad", en tanto fenomeno inter-
medio entre lo medico ·Y lo jurfdico, segun el analisis realizado por 
Michel Foucault. 
En determinado momenta lo normal pasa a estar vinculado a la 
salud, y Ia anomalfa, a lo patologico. Pero si se considera la diversidad, 
la frontera entre lo normal y lo patologico, debera ser examinada en la 
singularidad de cada sujeto. 
La enfermedad no es una cafda, algo a lo que se cede, sino el fruto 
del azar como efecto de las !eyes mismas de la multiplicacion de la vida. 
No se trata de una imprudencia, de una responsabilidad individual o 
colectiva, sino del hecho mismo de que somos unicos. Es por eso que 
Canguilhem prefiere hablar de "error" y no de enfermedad o mal. 
Rechaza entonces definir lo normal o lo patol6gico en relacion a la 
0 
~ 
~ 
,!A quicn mata el asesino? 
adaptaci6n. La definicion psicosocial de lo normal en esos terminos 
supone describirlos de acuei:do al sistema de determinismos que se des-
prenden de las obligaCiones en una comunidad determinada. En reali-
dad, Ia amenaza de la enfermedad es uno de los componentes de la 
salud. De allf que la salud del hombre normal no sea mas que una fie-
cion, y lo no~·matno otra cosa que un ideal. 
No obstante, Canguilhem afirma que nadie se dice inocente "inocen-
temente", puesto que conocer la adecuaci6n a la regia permite com-
prender las razones por las cuales esta-regla se vuelve necesaria. 
En 1974-1975, Michel Foucault dict6 un curso en el Colegio de 
Francia, que Daniel Defert retorno en sus notas y publico con el tftulo 
Los anonnales. Este curso, realizado en la catedra de "Historia del pen-
samiento", interroga en esencia a que tipo de discurso pertenecen las 
pericias psiquiatricas en materia penal; tambien, como se relacionan el 
crimen y la locura,la perversidad y la puerilidad. A partir del analisis 
discursivo de las pericias psiquiatricas en materia penaL Foucault 
extrae un tipo de discurso que presenta la particularidad de poder 
deten,ninar directa o indirectamente 1m fallo de la justicia que concier-
ne ala libertad y ala vida de un hombre. El~diseurso-ct-e~las'£ericiaS.:p..§!­
quiatricas~ob~iene ~su·cpoder de la institucion Jt.rdicia1;'"Ror el hecbo_de 
g@. f~no-di~rso de verdJd,-po~-~tatmo cientffico yes 
fonnulado p_orp~sQDallcalificadas '£lentro de'-tma~institucion cientffica .. 
· Foucault se dedica a investigar como ··se va transfonnando el acto 
sinraz6n a lo largo de lahistoria de la psiquiatrfa. Resulta parad6jico 
que la psiquiatrfa se constituya a partir de los crfmenes, y no de las 
enfermedades mentales. Esto se debe a que algunos casos requieren 1c: 
intervencion de saberes diferentes, ya que el judicial no alcanza para 
dar cuenta de estos actos. 
Foucault se ocupa de discernir diferentes momentos. La cuesti6n se 
centra primeramente en el castigo, luego, en el crimen en sf mismo y, 
posteriormente -en la medida en que se trata de encontrar la raz6n del 
crimen-, nos encontramos con el criminal. El deslizamiento conduce 
del crimen que tiene una raz6n al que no la tiene y finalmente, al acto 
instintivo. La criminologfa se abre asf a la organicidad, a los signos 
organicos que'puedan establecer las caracterfsticas del potencial crimi-
nal. 
Silvia Elena Tmdlarz I Carlos Dante Garc(a 
tlael~siT1o tam bien de las -!eyes a e Ia naturaleza" . Corresponde a-un 
C!oofe registro;urfdico y biol6gim:--Eh nonstrtw-es un~fe!16m~no e~-
--..-..._ .- -- --- ~-_....1 -no-yl :aro. Es~una excepCi6n , donde"lo imposi51e se cpmbinay mezda 
~...fo:pl'OkibiEia. Es Ia~ peJJDna gue hay que wrregir. 
EneTsiglo xvnl apai·ece la combinaci6n de dos figuras, el individuo 
monstruoso y el desviado sexual. El monstruo interroga el sistema 
medico y el judicial. Alrededor de los aii.os 1820-1830 van a exponerse 
el caso de la mujer antrop6faga de Selestat, Henriette Corner, el de 
Lege1~ el de Papavoine, entre otros. 
· Monstruo es una noci6n jurfdica que proviene del derecho romano, 
el cual distinguE; dos categorfas: la deformidad y la lisiadura; el defecto 
y el monstruo. Las afirmaciones de Foucault se basan en ellibro de E. 
Martin Historia de los monstruos desde La antigiiedad hasta nuestros dzas 
(1880). El monstruo es considerado desde la Edad Media hasta el siglo 
XVIII, como la mezcla de lo humano y lo animal; !a combinaci6n de dos 
especies -el cerdo con cabeza de camera-, de los sexos -hombre y 
muje1~ a la vez -, y de las formas -sin brazos ni piernas-. Constituye la 
trasgresi6n de los lfmites naturales, de las clasificaciones y de la ley. 
Hablamos de trasgresi6n cuando el desorden natural afecta el derecho 
civil, el can6nico o el religioso. 
En cada epoca, segun Foucault, existen formas privilegiadas de 
"inonstruos": en la Edad Media, el hombre bestial; en el Renacimiento, 
los hermanos siameses; en !a epoca clasica, los hermafroditas. Hasta 
mediados del siglo XIX, existfa un estatuto criminal de la monstruosi-
dad; la criminalidad se volvi6 un elemento necesario de la monstruosi-
dad. Esto rige hasta comienzos del siglo xrx, donde comienza a apare~ 
cer la figura del "monstruo moral". La monstruosidad hasta entonces 
conllevaba un estigm<.l de criminalidad. El par individuo·monstruo 
con~titufa la l6gica del crimen posible. En el siglo XIX la relaci6n se 
invierte: de allf que la sospecha sistematica de monstruosidad este sub-
yacente en todo acto criminal. 
El cambio se produjo cuando el hecho mismo del castigo_pas6 a arti-
cularse con !a naturaleza del crimen. Hasta el siglo XIX se castigaba no 
por Ia naturaleza del crimen sino en forma puntual, por el atague al 
soberano. Por lo tanto el castigo era arbitrario y ritual. Posteriormente, 
se trat6 de encontrar en lo posible cierta medida de unidad entre el cri-
nwn y el castigo. Se castigaba lo necesario, con el fin de :que el crimen 
no volviera a ocurrir, o sea, para evitar su reiteraci6n. Por ello,£!~ 
ecnol~i~I:5Hg~a~l5uscar Io~qudos te6ricos~.{:l,e l 
dereC11o.peDai"'flos.n1lSmos jue~es Haman "in te E_es o ra~n deler)'mer)l'', 
eLprin_cipio de su aparici6n y rep eticiori. 
iA quien mata e/ ascsino? 
119 
I. 
Silvia Elena Tendlarz I Carlos Dante Garda 
pen-al recaiga sq.l)r_~1 sujeto-de a erecfi"o reconocido_como responsab!r, 
IW£ hallamos frente a un inaiviauo pehgroso;--inadaptad o o enfermo, a! 
QUe hay c fue'Cn-rregiry-nermalizar. 
La hip6tesis que estudia Michel Foucault se basa en que las tecnicas 
y los poderes de la normalizaci6n no son el resultado de la armoniza-
ci6n del saber medico y el judicial, sino de otro poder. 
~1 estJtdi-ar-aquetlu~q~e~d~ce la ley ~n los-t~if!OS cte f C6digo J:en.,al 
r -ode 1810; segun su artfculo 64;-se disciernenmuy-bieir cuales son las fun] 
• \l ~;QQne·s de la pericia psiquiatrica: · cte'!Je~permitir realizar una clara di~i­
~ ~ ~6r1 ent~e en~rmed~ y responsabilidaa,-ent~ causalidad pato16gica y 
:{: ~ lioert~d del sujetC>Jurf~ico-;-en~r:_terapeutic~ y ~a.stigo, en,tre medi~ina y 
0 ! penahdad, entre hosp1tal y pnsw~Es el pnnc1p10 ae la 'puerta g1rato.:: 
P- () ria": cuando Io-patol·6gi·cn-entm en escena, la criminalidad, de acuerd0 .___ . 
con la ley;-ctebe desaparecer: 
Acting out y pasaje al acto 
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,:A quicn mata e/ asesino? 
.. -- ---~-~-- ---. -~- -1 ..:.: .- ... --- -1--- .r - -- "' L ~ . 
IC111· rYo n 'l1ncf~'"'"fiA1--r:n=llc.rn i'\ PrirYlj::lrtl tPl,PmT lC::. t=fl---n-:::.-c:.:::. iP .,....::l-l ... :::~rtn-w l11Po-nr 
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Silvia Elena Tcndlarz I Carlos Dante Garc(n 
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: 221 Los ar1os de deliria de Aimee -por esto hay que evaluar muchas 
veces los pasajes al acto durante el transcurso de varios aftos-, aparecen 
iA quicn matn e/ nsesino? 
y se presentan como una reacci6n de fuga frente al acto agresivo. 
Mientras delira, ella nose acerca al objeto y, en este alejarse de su obje-
to real, suspend.e el acto. Si se dirige hacia el acto podra encontrar una 
resoluci6n a su deliria. 
[Dentro ae l g asafealacto ~p~e~disttnguir una dim~si.Q.D de nece-
sidad -de la estruc_!!!ra-y otra..:_ de contir_::genc~ Ambos datos tienen que 
estar permanentemente presentes en el examen de lo acontecido. 
Tanto el "acting Out" como el "pasaje al acto" son nociones propias 
del psicoanalisis y no son espedficas de ninguna estruch1ra en particu-
lar. 
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' <-. 
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cias.] '!. 
En todos los casos se trata de punhtar la implicaci6n subjetiva rela- v-
tiva al crimen, antes y despues del acto, y si acaso ella verdaderamente 
cambia. Se trata de analizar, de acuerdo al psicoanalisis, el grado de res-
ponsabilidad del sujeto, de modo tal que pueda evaluarse !a adecua-
ci6n -o no- de su respuesta a! acto. 
No todos los homicidas pueden situarse en tma estructura clfnica 
determinada, de acuerdo a la clfnica clasica, por lo que de modo senci-
llo y habitual se los califica como "canvallas" o "criminales", sin mas. Tal 
vez sea necesario recurrir en !a mayo ria de los casos o en una gran can-
tidad de casos· al concepto contemporaneo de "psicosis ordinaria", 
donde los · fen6menos positivos resultan mas complejos de aislar o 
donde no se puede· situar un franco desencadenamiento de la psicosis; 
esto no significa afirmar que en todos los casos se trate de situaciones 
analizables. 
En los casos de los asesinos seriales psic6ticos, la presencia de la ace-
leraci6h en los tiempos transcur~idos entre uno y otro crimen, y que 123 
muchas veces permite identificarlos, como en el caso Dahmer, !leva a 
Silvia Elena Tcndlnrz I Carlos Dante Garda 
interrogarnos acerca de si esta aceleracion modifica la temporalidad del 
pasaje al acto. Vale decir, (Cuando se puede decir fehacientemente que 
· este ha concluido y cuando, que ha retornado a su funcionamiento? 
'\i,~ tEl acting .QJll, den tro aera ispositivo analitico, ~urrllamado al ana-
+ <.l 1i.H1!, ~ interpretacio n. _Consiste en el monfajecieun ' escenario qu.e 
6 ~ .queda en I:elaci6ll .. .ill lugar simb61ico del DtW'Ene_Lpasajealacto, por 
~ ';:l.• el COilfraJ io, 11o~hay O!_f'O:"'En el~primer caso,-elacto puede ser incluiao 
l ~ . en .una.t~ama digy_rsiva_;___en e~ segund~uce un-a discontinuidacJ. 
v .:s que af_ecta la p"'siCion a el sujetd. 
·o ~ £!:aca~iza~el pasajea lacto con a os rasgos: sali}la c!_e la esce--tj_na_y~un_a~reducci6n__Q_}!lcliil!C!Q!fn-acire-I~objeto~a~~El sujeto sale del 
~ _Qtro dirigiendose nacia el objeto: estrl.tctura y mov imiento direccional 
0 '6 del pasaje al acTo. LaEan"loejemplifica~con~ei-rcaso freudiano de la 
~~jqven homosexual", que alc fejarse caer enlas vfas ael ferrocarril, en J ~~lltepto de su icidio, sale a e lae scena amorosa en la que estaba invo-
' d Iucraaa~ · 
Q..: La estructura temporal que se pone en juego en el pasaje al acto en 
la psicosis es la de la anticipacion. No obstante, puede ser diferente, 
segun los distintos tipos de psicosis: esquizofrenia, paranoia, deliria 
pasional o melancolfa. Esta dimension temporal puede apreciarse con 
justeza si se !a com para con !a estructura temporal de la decision. r'Q'_f?a 
ecision .re.§!!_lt"F'cte un'EWteso subjetivo,.-earactei~zad-o-E_or La~n, por 
~Eresencia ~es· fienJEOS'"llaiii.ados logicos: ~Hrrstante~~Ie ver, et fiem-
pe~de comprender-y~ei~mome:nta~de~conclui1. El primero y el ultimo 
'funcionan en la instantaneidad. En cambia, el segundo, el tiempo de 
comprender, en 1a continuidad. ~d!.f!si"Qn ,gue condu~e ar aeto respeL 
ta li'r secuehcia de es tos tres tiernpos, puesto~que es~tomada~luego-cte~ 
hab~r ;~otado y pasado por-eh mpasse que-suporre-ei- ti-emp o ae com : 
prendet. . 
~Rasaj~al acto presenta-I·a---ca racterfstica de empujar aJ sujeto desde 
~-1 instante de ver al momenta ae conclUir, produciendo'l:m cortocircui-
~el tiempo de comprenatr:.,En ese sentido se produce una anticipa, 
~ Asf, la ausencia-d-e!- tiempo~de-comprender es correlativa de una 
certeza"que dir-ige-las-aeeieNes. 
No .todo pasaje al acto presenta la caracterfstica temporal de la 
estructura de la psicosis. 
En !a serie de asesinatos llevados adelante por asesinap seriales exis.• 
te un efecto metonfmico, porque -a diferencia de otros tipos de crfme-
nes-, no hay ninguna sustitucion, ni extracci6n de goce que produzca 
II algun alivio 0 suplencia. Se plantea mas bien como "uno mas, uno mas, 
y todnvta uno mas". En los otros casas se trata de "un menos", como en 
:__ ll ~~ I [n., ~ -
2A quien mata e/ 'ascsino? 
el caso de Barreda o el de Aimee; que se asemejan a un punto de capi-
ton. Es un sfmil de Ia operaci6n l6gica llamada por Lacan "separaci6n", 
propia de !a constituci6n del sujeto. Es como si tuvieramos un s{mil de 
sujeto. La serie de asesinatos los hace aparecer como todos iguales, 
como la repetici6n de lo mismo: nuevamente, la escena del crimen con 
su trazo especffico. Eso lo diferencia de la repetici6n en la neurosis en 
dortde el fracaso de la repeticion introduce siempre algo nuevo. 
En el caso de la perversion !a repeticion muestra que la estmctura 
del a~to perverso es exactamente la misma, porque goza de eso, sa be de 
que goza e intenta i'eencontrar el mismo goce. 
Ahara bien, en algunos homicidas no resulta clara si el pasaje al acto 
se sima dentro del marco de una psicosis o el de una perversion. Faltan 
los fenomenos positivos de la psicosis, no hay alucinaciones ni delirios 
y a veces, hasta se busca producir la division subjetiva del otro, como 
en la perversion. La manera en que se presenta el sujeto pone en sus-
penso el diagnostico. Se trata, entonces, de situar en cada caso el esta-
tuto del homicidio. 
Desde la perspectiva psicoanalftica no es posible construir un uni-
versal del crimen como tam poco de la clfnica. Los crfmenes son unos 
fenomenos en los que se manifiesta en extrema un alejamiento de los 
signos nattlrales de la enfermedad y del saber establecido. 
Toda tina serie de composiciones sociales y de subjetividades que-
dan involucradas en un homicidio, y estos matices de ben ser interroga-
d.os uno por ·uno para no eclipsar las singularidades. 
La estructura de la maldad 
Robert Ressler, en su libro Dentro del monstruo, muestra como se uti-
liza en la actualidad el termino "monstruo", a partir del caso del asesi-
no serial Jeffrey Dhamer. Ante la ausencia de explicaci6n sabre el com-
portamiento de este individuo dice: "Tiene algo de satanico, puesto que 
escapa a toda explicacion racional... aunque se demuestre que tales 
conductas tienen su origen en !a infancia y en presiones geneticas". Por 
otra parte, presenta al asesino serial John Wayne Gacy con un subtitu-
lo: "(Por que un monstruo?". La respuesta que da es: "porque asesin6 
a 33 muchachos entre 1972 y 1978, y sus crfmenes eran aterradores". 
Ante la falta de explicacion, se los nomina con el termino "monstmo". 
Estas consideraciones han dado Iugar a terminos como: "perversos", 
"depravados", o"malvados", al referirse a los asesinos. 125 
Cuanto mas brutal e injustificado se presenta el crimen, masse tien-
I. 
Silvia Elena Tcndlarz I Carlos Dante Garcia 
de a usar los terminos de "mal", "maldad", "perversidad" o "diaboli~ 
co" para calificarlos. (.Que lugar ocupan todas estas calificaciones? 
· En el a11o 2005 Benedict Carey, del New York Times Especial, publica 
una nota donde hace referencia a un debate realizado en los EE.W., 
acerca de la mente de los asesinos mas brutales y la pertinencia del con-
cepto de "maldad'' asociada a ellos. 
Dice: "Muchas veces, los asesinos hacen algo mas que cometer. tm 
crimen. Algunos seducen a sus vfctimas y las someten a torturas pro-
longadas. Otros tienen gustos ex6ticos porIa vivisecci6n y Ia humilla, 
d6n sexual. Muchos realizan sus rituales horrorosos tanto par placer 
como por cualquier otra raz6n. Algunos cientfficos forenses se pusieron 
a pensar en esta gente no simplemente como personasperturbadas sino 
como personas 'malas', en el sentido de que su salvajismo deliberado y 
habitual desaffa cualquier explicaci6n psicologica o intento de trata-
miento. La mayorfa de los psiquiatras suele evitar la palabra 'malo': 
dicen que su usa precipitarfa un juicio moral que podrfa derivar en 
penas de muerte innecesarias y oscurecerfa la comprensi6n de los crf-
menes violentos. Aun asf, muchos forenses dicen que su trabajo los 
obliga a reflexionar sabre el concepto del mal y algunos hasta admiten 
que no pueden encontrar otro termino para ciertos individups que han 
evaluado. En U11 esfuerzo por estandarizar que hace que un crimen se 
torne particularmente atroz, un grupo de investigadores de la 
Universidad de Nueva York ha desarrollado lo quellaman una 'escala 
de depravaci6n', que califica el horror de un acto par la suma de sus 
detalles macabros. Por otra parte, un experto en personalidad de la 
Universidad de Columbia publico una jerarqufa de 22 niveles de com-
portamiento malvado, que deriva de biograffas detalladas de mas de 
500 criminales violentos". 
El resultado del debate revela distintos puntas de vista. Para algu .. 
nos, el mal es endemico, c6nstante y potencial en todos. Otros afirman 
que no tiene sentido considerar la noci6n de maldad desde Ia perspec-
tiva de la psiquiatrfa forense, dado que dicha noci6n se situa a partir de 
la vision del observador y se encuentra moldeada por valores cultura-
les y religiosos. La neurociencia tambien tiene su opinion: los psic6pa-
tas tienen una diferencia ffsica en la funci6n cerebral. La discusi6n se 
inscribe en la tension existente entre los factores geneticos y los socia-
les, estos ultimos, concernientes a los problemas familiares y a los trau-
mas infantiles. En definitiva, concluyen que el concepto de maldad es 
lo suficientemente "fuerte" en tanto ocultarfa los problemas mentales y 
i/ los rasgos intelectuales que motivan los aetas brutales de estosasesinos. 
En todos los casas, el criteria puramente cuantitativo y estadfstico nada 
,:A quien mata el asesinv? 
verdaderamente acerca de aquello que esta involucrado en el acto 
LResulta legftimo establecer diferenciaciones entre diversos tipos de 
y sucesos criminales? 
E1 concepto de maldad fue examinad6 recientemente por el psicoa-
ingles Christopher Ballas en su conferencia "La estructura de la 
. Plantea distintos pasos en la constitucion de la maldad. 
En un primer momento la bondad es presentada como sugesti6n, 
seducci6n. A continuaci6n, secrea un espacio potencial falso, 
se le ofrece a la vfctima alga de lo cual carece. Esto produce una 
·a maligna puesto que el sujeto espera recibir verdadera-
aquellQ que le fuera ofrecido. Inevitablemente emerge la "escan-
da!osa traici6n", que permite ala vfctima percatarse de que el seductor 
ono es lo que aparentaba ser. De alii se desprende la "muerte psfquica" 
de la vfctima, por la experiencia de muerte que produce el asesinato de 
su propio ser. Vivencia que antecede al homicidio. Se trata de obtener 
la division subjetiva, hacerle experimentar el dolor de existir y hacer 
emerger asfla angustia. Esta secuencia concluye con el "dolor intermi-
nable", que. hace que eventualmente la vfctima o sus familiares nunca 
logren'sobreponerse a! fatal desenlace. 
La falta de pasi6ndel lado del asesino es lo que produce el horror 
del lado de la vfctima, que queda paralizada ante el shock de lo que 
parece increfble. Para Ballas, la estructura de la maldad tiene su funda-
nl.ento en una violaci6n de la fe delnino enrelaci6n ala bondad de sus 
padres. El sef:f de este nino fue asesinado siendo muy pequefi.o, por una 
experiencia de abandono por parte de los padres o por un maltrato 
extrema. De adulto, hace expe1imentar entonces a sus victimas la muer-
te del self que experiment6 en su infancia, identificandose finalmente 
con el self asesinado de sus vfctimas. 
Esta perspectiva identificatoria se diferencia de una a prehension del 
problema concephtalizada desde ellado del goce, puesto que involucra 
un elemento real. Los pasos detallados en su descripci6n de !a estructu-
ra de la mal dad mas bien dan cuenta de la estructura de la perversion, 
en donde tiene cabida el"acto malvado": voluntad de goce con la que 
se intenta producir la division subjetiva y su consecuente angustia. Del 
lado del neur6tico podemos contar con fantasmas perversos o con la 
existencia de un pasaje alacto homicida pasional, pero la angustia, en 
definitiva, queda del lado· del sujeto. 
El "sinverguenza" que ejecuta el acto malvado logra, parad6jica-
mente, producir la "vergi.ienza" dellado de la vfctima, quien la asume 127 
subjetivmnente ante la ausencia de vergiienza de su verdugo. 
Silvia Elena Tcwtlarz I Carlos Dante Garda 
Existe en Lacan una "teoria del mal" no desarrollada; sin embargo, 
podrfan diferenciarse tres momentos conceptua~es. 
El primero corresponde al concepto de un mal interior, representado 
por el kakon . Este objeto particular es retomado por Lacan en distintos 
lugares. En "La agresividad en psicoamllisis" (1949) se refiere al kakon 
que produce las reacciones agresivas en la psicosis. En otr6 parrafo, al 
comentar ellugar primordial que ocupa la posicion depresiva en la teo-
ria de Melanie Klein, subraya que la subjetivaci6n del kakon correspon-
de a la constituci6n del supery6. En "Acerca de la causalidad psfquica" 
(1945) retoma este concepto a la manera de su tesis acerca de la para-
noia de autopunicion: el enfermo golpea en el otro el kakon de su pro-
pia ser. En definitiva, este objeto noes mas que el objeto a, plus de goce, 
objeto extima -al decir de J.-A. Miller-, del que el psic6tico se libera a 
traves de su pasaje al acto. 
Ahara bien, utilizando este termino, Lacan situa dentro del ambito 
especular a un enemigo interior que afecta a otro, la victima. En el terre-
no imaginario, el sujeto -por acci6n de tendencias autopunitivas, como 
en el caso Aimee-, se agrede a sf mismo a traves de la persona a la que 
dirige su acto homicida. Sin embargo, dentro de este ambito imaginario 
se trata de producir la extracci6n de un mal real. El mal es un objeto 
real, el kakon, que se presenta enla relaci6n imaginaria con el otro. 
La can a firma en su texto sobre psicoanalisis y criminologfa: "A esos 
males y a esos gestos, la significaci6n del autocastigo los cubre por com-
pleto. ,;_Habra, pues, que extenderlos a todos los criminales, en la medi-
da en que, segun la formula en que se expresa el humor gelido del legis~ 
lador, como se supone que nadie ignora la ley, todos p'l,leden prever su 
incidencia y se los puede considerar, de ahC como buscadores de sus 
golpes?". Respondembs, desde Lacan, que la autopunici6nno significa 
. . '0 . 
que el sujeto busque sus golpes, por lo que no puede extenderse esta 
afirmaci6n a todos los criminates. 
La segunda "teorfa del mal", es enunciada por Lacanen el Seminario 
7. Lacan nos ensei1a acerca de un goce masivo al que se accede a traves 
de una trasgresi,6n. El das Ding, la Cosa, objeto primordial, es velado por 
la acci6n del Ideal. A partir del examen del amqr al pr6jimo, concepto 
elaborado por Freud, Lacan concluye que el goce es un mal, puesto·que 
entrafi.a el mal del otro y, en definitiva, elllamado del precepto bfblico a 
amar al pr6jimo hace ofdos sordos a la tendencia del hqmbre a la mal-
dad, a la agresi6n, a la destrucci6n y a la crueldad. Esta teoria del mal no 
comporta el recurso de lo imaginario para acceder a lo real, sino que el 
31 real queda ya incluido en el das Ding. En la medida en que el goce como 
mal se enlaza al semejante nos encontramos con la "maldad". 
,!A quien mata c/ ascsiuo? 
Esta perspectiva se aclara en la tercera escansi6n o el tercer momen-
ta te6rico que se puede llevar a cabo erl. relaci6n a! mal. En el Seminario 
17 el objeto a se vuelve plus de goce y resignifica asf los dos tiempos 
anteriores . La perdida de goce que se produce por la acci6n de lo sim-
b6lico conlleva una recuperaci6n de goce a traves del objeto plus de 
goce. Al mismo tiempo, la inclusi6ri. del sujeto en un discurso determi-
na un lazo social en el que se aloja el objeto plus de goce en su relaci6n 
al otro. Si este objeto, autoer6tico, encama el g.oce como mal, solo a tra-
ves dellazo social, en su acci6n sobre el otro, podra tomar la forma de 
la maldad o la· crueldad. 
A partir de estos desarrollos podemos preguntarnos, desde los apor-
tes de La can, cual sera el II enemigo interior" I el kakon, que se elimina a 
traves del acto homicida y que destino tendra sobre el sujeto Ia subjeti-
vaci6n de su crimen. 
129 
Crimen y castigo* 
Los actos de un individuo no son sin consecuencias, sea tanto para 
ellos mismos como para otros. En el caso de un crimen, sera prioritario 
situar Ia posicion de quien lo ejecuta en relaci6n a lo acontecido . 
Frente a un acto criminal las legislaciones vigentes determinan Ia 
eventual culpabilidad del acusado y cucll el castigo a aplicar. Para la jus-
ticia penal, la premeditaci6n y el estado de conciencia durante el acto 
criri:i.inal, contribuyen, entre otros aspectos, a establecer el grado de res-
ponsabilidad del inculpado. Pero la responsabilidad invocada desde Ia 
legislaci6n no es la misma que la argumentada desde el psicoqnalisis. 
Np existe ninguna sociedad en la que Ia relaci6n entre el crimen y Ia 
ley no se manifleste a traves del castigo. Por otra parte, toda sociedad 
exige al castigado un asentimiento subjetivo respecto del crimen come-
. tido y de su castigo. ' . 
Para Foucault la responsabilidad y la culpa son las dos reglas orde-
"nadoras del derecho. Estas, ademas, corresponden ados pri:ncipios psi-
coanalfticos fundan1entales. Sin embargo, rio poseen el misn10 valor en 
uno y otro ambito. 
Por lo tanto debemos diferenciar, por tm lado, los "lugares" del cri-
men: el del criminal, el del psiquiatra y el del juez, y por otro, la culpa, 
la responsabilidad, Ia sentencia y el castigo, considerados tanto desde 
la perspectiva del derecho como desde la del psicoanahsis. 
Hom.icidios 
El derecho penal distingue el concepto de delito respecto del de 
homicidio; este iiltimo, cuya significaci6n alude a matar a otra persona, 
deriva etimol6gicamente de homo (hombre) y cidiwn (derivado de cacde-
re, matar). 
* Agradecemos Ia colaboraci6n de los doctores Nicolas Czizik y Fabio Piatigorsky 
en I('\ orientaci6n relativa al derecho penal del presente capitulo. 
\31 
~_e 
\J I ' 
t \:i 
Sv 
~1/mn t'lena Tcndlnrz I Carlos Dante Garda 
En realidad no pueden distinguirseambos conceptus porgue perte-
necen a categorias distintas. El homicidio es uno de los tantos delitos 
previstos en las leyes penales, tales como el hurto, Ia estafa, el robo o 
las lesiones. 
ri:0TantCJ'ala5"nociones de crimen y deli t9, usai::l.a~ frecuent~nerl't~ 
conTo ·equivalentes,.EJ:!i.rerencian en· que este ultimg hace referenci<t a 
alg-o1 1t::is g-enerico, lmentras que el primero ¥sugiere una accion mas' 
grave y especffica~realizada en contra de las persona~ . En forma habi-
tuat delito y crimen son considerados categorfas universales, amen de 
que existan actitudes que generalmente constituyan delitos, como Ia 
conducta mala per se (como matar) y la mala in prohibitam. Paradojica-
mente, hay conductas malas per se que pueden no estar prohibidas, con 
lo que nos adentramos de este modo en un ten·eno mas filosofico que 
jurfdico. 
El deli to puede definirse como una conducta antijuridica, culpable y 
punibk que una sociedad decide sanciona1~ de acuerdo a los diferentes 
ordenes jurfdicos y sistemas politicos vigentes en un territorio y 
momento hist6rico determinados. Circunscribirlo a una epoca especffi-
ca y puntual nos permite sortear las paradojas y diferencias culturales 
que dificuJtan Uli.a definicion mas abarcadora. 
1,a defilli.Q6n ' de deli to .es "conducta t fpica, -~mtijurfdica, i::ulpable•y 
puntbl~". AI tratarse el deli to de una construccion normativa, para que 
llilacto humano sea considerado como tal debe cumplir con ciertos 
requisitos . Eh p1·ig1er hTga1~:e-l hechci gebe constituir una conC!ucta (ad o 
1umano voluntario ds stinado a un finl:En segtiii:do luga·r, esta Coi1duc-
ta debe ser tfpica, es det:i1~ debe estar previs ta ertlif1eyes penales. En 
clcaso del homicidio, por ejemplo, el "tipo penal" es "el que matare a 
otro". En tercer Iugar, laconducta tipica debe ser antijurjdi~a . Esto sig-
nifica q:; no debe haber ninguna otra noima en el order1amiento jurf-
dico que permita realizar la conducta tfpica. Por ejemplo, la legftima 
defensa. Un homicidio cometido en legitima defensa, no es delito. E1'J 
cuarto Iugar, Ia conoucta tfpica y antijurfdica- debe sef' culpabl~ . Esto 
1·equiere que el sujeto haya actuado de forma tal que pueda reprochar-
sele Ia conducta que realiza. Por otra parte, par~Jaley ~1 SUJeto dege 
.sber_tamlJien ~la cona.u cta que realiza es tfpicay-ai1Hjurfdica. POT 
ultimo, aebe ser fambien ·punibleT. Esto significa que la ley no prevea 
;';"na -excusa absolutoria. El ejemplo mas usual es que los ,conyuges no 
son responsables de los hurtos y defraudaciones que reciprocamente 
realizaren contra ellos (art. 185 del Codigo Penal). 
Le legis!acion argentina utiliza el termino de "delito", yen particu-
l'ar, el de "delito contra las personas", y noel de crimen o asesinato. 
~ 
~A qui en mata cl asesiuo? 
En realidad es ima clasificacion de los delitos con fines sistematicos. 
El termino delito no se utiliza solo, sino que los tipos penales se preven 
en los codigos ordenados de acuerdo albien jurfdico que protegen. 
En forma general y dentro de un contexto coloquial, se utiliza la 
palabra homicidio como equivalente a asesinato, pero jurfdicamente 
hablando, el termino correcto es el de homicidio. La palabra "asesina-
to" proviene de asesino, y esta, a su vez de un vocablo arabe, hnchichim, 
nombre de los miembros de una secta religiosa de fumadores de hachfs 
que, al ingresar en ella, hacfan el voto de rna tar a quien su jefe les orde-
nara. 
Si bien el homicidio remite a un solo y t'mico acto, la ley establece 
diferentes categorias a efectos de lograr una regulaci6n de la pena. Un 
homicidio puede ser justificable legalmente si se produce par alguna de 
las causas que contemplan una ausencia de responsabilidad penal. 
Entre ellas, se encuentran: la defensa propia, la prevenci6n de un deli-
to mas grave y el ci1mplimiento de un deber legal. 
En terminos generales, una clasificacion del homicidio tiene en 
cuenta las siguientes categorfas: 1) el homicidio doloso, cuando existe la 
intencion de matar a la victima; 2) el involuntario, tambien llamado cui-
paso· o negligente, cuando aun conociendo el posible resultado de la 
muerte el individuo cree poder evitarlo, pero fall a y esta se produce; y 
3) el preterintencional, que refiere a las intenciones del homicida, quien 
en principia busc6 el pe1iuicio de una persona, sin pensar que esta 
·acci6n podrfa llegar a causar su muerte. Tal es el caso de una persona 
que empuja a otra, agrediendola, y la vfctima tropieza y cae golpeando-
se fatalmente su cabeza. . 
La legislaci6n argentina diferencia varias categodas de homicidas, 
con la finalidad de establecer una graduaci6n de la pena. Se diferencian 
las clases de homicidios, no las clases de homicidas. El tipo penal gene-
ral (homicidio a secas\ esta previsto en el articulo 79, "el que matare a 
otro sera penado . .. ". La pena prevista es de 8 a 25 anos de prisi6n. 
Luego, el art. 80 preve las distintas circunstancias agravantes, penadas 
con prision o reclusion perpetua. El articulo 81 preve una disminucion 
de pena para los casas de homicidios cometidos en circunstancias ate-
nuantes o emoci6n violenta. El primer inciso del 80 (el conocido como 
parricidio), no solo contempla el homicidio de padres, hijos y c6nyuges, 
sino el de los ascendientes y descendiente, par lo que abuelos y nietos 
tambien estarfan incursos en la pena agravada. El articulo 80 del 
Codigo Penal indica que se impondra la prision perpetua en los casas 
de homicidio de un padre, c6nyuge o hijo; cuando se produzca con \33 
ensaii.amiento, alevosfa, vener).O U otro procedimiento insidioso; por 
Silvia Elena Tcndlnrz I Carlos Dante Garda 
"precio o promesa remtineratoria"; por placer, codicia y odio racial; y 
finolmente, si se llevn a cabo con el prop6sito de ocultar otro ddito. No 
obstnnte, en los casas de muerte de un familiar (en los que se aplican 
entre 10 a 25 Eli"tos de prisi6n) esta contemplada una disminuci6n de Ia 
pena cuando existnn circunstancias atenuontes, como son el daii.o o Ia 
emoci6n violenta. 
La "alevosfa" consiste en el empleo de medias o modos de ejecuci6n 
que tiendan directa y especialmente a asegurar Ia comisi6n de un deli-
to. Son casas de alevosfa aquellos en los que se aprovecha Ia particular 
situaci6n de desvalimiento e indefensi6n del agredido; cuando la ejecu- . 
cion es subita e inesperada, por sorpresa, o cuando se hace mediante 
acechanza, trampa, emboscada o celada. Tambien lo sonIa nocturnidad 
o el disfraz, que impiden el reconociiniento del autor del crimen. Este 
termino ha provocado en Ia doctrina juridica muchas polemicas ace:ca 
de su sig:n.ifi.cado preciso. Usualmente Ia alevosfa presupone la preme-
ditaci6n. 
El precio o promesa remuneratoria es una circunstancia que le otor~ 
ga al hecho un caracter ineludiblemente econ6mico. Noes necesario que 
la contraprestaci6n econ6mica sea previa a Ia comisi6n del hecho delic-
tivo, ni que se verifique objetivamente. Lo determinante es qu~ el sujeto 
activo cometa su acci6n movido por esta intencionalidad econ6mica. 
El ensai'\amiento alude a una intenci6n deliberada e inhumana, de 
acrecentarle el dolor a Ia vfctima. Excluye los actos realizados sabre el 
cadc1ver, o sea, aquellos realizados con posterioridad a Ia muerte de Ia 
vfctima (estos podrian con:stituir otro delito diferente, como es Ia profa-
naci6n de cadaveres). 
El articulo 81 del C6digo Penal contempla una serie de causas ate-
nuantes que posibilitan desde una disminuci6n de Ia pena hasta una 
factible excarcelaci6n. La excarcelaci6n es un beneficia que no se rela-
ciona con Ia pena, sino con el modo en que el procesado transitara el 
proceso, a· saber, en libertad o privado de ella. Si bien las penas previs-
tas en los delitos que se imputan son factores a tener en cuenta para 
evaluar dicha circunstancia, no es Ia l'mica. Por esa raz6n, no es correc-
to hablar de delitos excarcelables y delitos no excarcelables. Entre ellas: 
"el que matare a otro encontrandose en un estado de emoci6n violenta 
y quelas circunstancias hicieren excusable"; los casas donde se intenta 
causar un daii.o, pero en vez de ello, se mata a la persona.en cuesti6n; 
cuando se produce Ia muerte del hijo a! nacer o en el estado puerperal. 
En los artfculos siguientes se legisla en torno a Ia eutanasic:t y al aborto. 
Si bien el homicidio es considerado delito en todas las legislaciones, 
el matar a otro es entendido y castigado como homicidio solo b.ajo 
./ 
~A q11ien mata el asesino? 
estrictas condiciones, dado que la muerte tambien esta presente en la 
guerra o en Ia defei1sa personal. De cualquier rnodo, existen delitos y 
crin1enes considerados · universales por la legislaci6n internacional, 
entre ellos, el genocidio. Por otra parte, p~ua que la defensa personal no 
sea considerada un delito, debe probarse que no hubo un "exceso en la 
leg1tima defensa". 
Puede seii.alarse que aquel crimen que no recibe su castigo corres-
pondiente, se transforma tan solo en un reproche moral injurioso contra 
una persona. ;Soloe l casti-go consti:tuye a alguien en delincuente o crirtti:? 
n al" y es lo que transform a la vag a noci6n de deli to en un hecho con ere-
. to. Establecer que y cuales conductas configuran delitos, crfmenes y cas-
tigos, son facultades soberanas de quienes estan a la cabeza de un siste-
ma normativo. El concepto de "crimen" es establecido y creado por el 
poder competente~ y resulta indisoluble de la aplicaci6n del castigo. 
Crimen y castigo se vuelven asf, las dos _caras de una misma moneda. 
La responsabilidad penal 
Para que m1 juez pueda determinar Ia responsabilidad penal de un 
imputado es indispensable que tenga en cuenta la conjunci6n de dos 
elementos: 1) la inteligencia o discernimiento del individuo, que leper-
mite a este acceder a Ia noci6n del bien y el mal, y 2) la libre voluntad o 
bbertad, que le posibilita escoger entre uno u otro. Todo factor que 
· prive de una u otra condici6n suprime la imputabilidad. 
El criteria de imputabilidad reside en la "conciencia" y ei1la libertad 
de actuar. Algunos consideran que Ia imputabilidad es la consecuencia 
. dellibre albedrio, el cual, segun el fil6sofo aleman Gottfried W. Leibniz 
"es una propiedad de la voluntad humana que permite elegir entre dos 
acciones: est a quiero, esta no quiero". 
s-anto Tomas aenornina libre ii1bearfo a:l_a fuerza o facultad qt te r.~r­
~elegir entre~ctosactos y d~ja al 11omb?~ en una indeterminaci6n 
~v~, que puede ser:a) de imciativ a: lil::iertad de ejercicio o contradic~ 
~6n, _pQ[).a ' c:;al~de obl'ar 0 no ohr_ar, actuar 0 inhibirse; b) de espe'-
ggcaci6n:pue-de ejecutar uno y otro acto~es~deci1~ elegir terminos espe-
dficamente distirttos; por ejemplo: socorreca~un herido o-rematarlo; f ) 
1Lc..s:mtraried~d:-<pnede ejecutar un acto lfcito o ilfcito. Para sus segl'ti-
dores, ellibre aloedrfo es 1a piedra angular del derecho, el fundamento 
delas ineludibles -nociones de c1..ilpabilidad, imputabilidad y responsa-
bilidad. El hombre es libre y dueno de sus aetas (Iibertns nrbitrii), puede 135 
con1eter un delito o evitarlo 
Silvia Elena Tendlarz I Carlos Dante Garda 
Segt"u< Arist6teles y Santo Tomas, el deli toes un acto.humano, racio-
nal y libre. A esta corriente, se ha opuesto el determin~smo de Martin 
Lutero, quien sostiene la idea de una lucha con la libertad qel querer. 
Determinismo quiere decir negaci6n de la libertad humana y proclama-
ci6n del principia de que nuestros actos obedecen a una causa intrfnse-
ca o extrfnseca y estan determinados por distintos factores: naturales, 
como el estado de nuestro cuerpo (determinismo fisiol6gico); par el 
motivo que pesa sobre nuestra decision (determinismo psicol6gico) o 
por el medio social (determinismo social). Sin embargo, en la practica 
esta corriente admite ellibre albedrfo, pues si se consideraran los crfme-
nes y delitos como hechos plenamente detenninados, entonces todo 
acto devendrfa irresponsable. 
Continuando esta lfnea de pensamiento, la psiquiatrfa se interesa 
por el abordaje de estos problemas, e intenta responder a la pregtmta 
acerca de quien es imputable y quien no lo es. 
La psiquiatrfa en general concibe al hombre como alguien libre y 
por lo tanto, cuipable y responsable de sus actos. Pero si quien delinque 
a causa de tma enfermedad, es incapaz de comprender lo ilfcito de su 
actuaci6n o, conociendolo, es incapaz de inhibirse, no sera considerado 
responsable ni culpable. 
En lo que concierne a los sujetos que padecen una enfetmedad men-
tal, el C6digo Penal argentino, en su articulo 34, sefiala St~ no punibili-
dad: " ... el que no haya podido en el momenta del hecho, ya sea por 
insuficiencia de su facultades, por alteraciones morbosas de las mismas 
o por su estado de inconsciencia, error o ignorancia de hecho no impu-
table, comprender ]a criminalidad del acto o dirigir sus acciones". 
En caso de comprobarse la alienaci6n mental el tribunal pttede orde-
nar la reclusion en un "manicomio", que en la actualidad corresponde 
a los hospitales psiquiatricos o neuropsiquiatricos, durante el tiempo 
que se juzgue conveniente, para no porter en peligro la vida del enfer-
mo y la de los demas. 
La culpabilidad jurfdica esta enlazada al concepto de ' responsabili-
dad y a la posibilidad de gobernar sus acciones, pot lo qtie todos aq.ue-
llos que puedan "comprender la criminalidad del acto o dirigir sus 
acciones", seran considerados imputables. Por ello, sostenemos que la 
culpa jurfdica se presenta y adviene luego de cometido el crimen, cuan-
do a traves de un juicio, el individuo se vuelve responsaqle de su acto. 
La palabra "responsabilidad;' deriva del verbo latina respondeo, que 
significa prometer, obligar a, pagar su turno o a su vez. · 
La misma se fundamenta en las nociones de imputabilidad y culpa-
bilidad. Es . responsable entonces solo qui en tenga la capacidad para 
II _ _ 
tA qllien matn cl nsesino? 
sufrir las consecuenciasdel·acto delictivo: sujeto imputable y culpable. 
Ahora bien, si bien los sujetos declarados inimputables son siempre 
irresponsables, puede ocurrir que, persmi.as imputables, con conoci-
rniento y voluntad plena del hecho que ejecutan, sean irresponsables en 
aquellos casas particulares especificados en el C6digo Pena1: el que 
obra bajo la presion de una fuerza psiquica irresistible o amenazado de 
un mal grave o inminente; quien trata de evitar un mal mayor; aquel 
·que act{ta en cumplimiento "de su deber o en ellegftimo ejercicio de su 
derecho, autoridad o cargo"; el que lo hace por "obediencia deb ida", en 
defensa propia o en defensa de otras personas. 
Esta serie de casos no es homogenea. Algunos se centran en la pro-
pia persona y su posibilidad de respuesta, y otras, en Ia relaci6n del 
individuo con un agente exterior. En cada caso podra interrogarse en 
que medida el sujeto queda incluido - o no- en su acciona1~ tal el caso 
de Ia Hamada "obediencia debida"; esto, no solo investigando o inda-
gando el efectivo consentimiento del sujeto a ejecutar el acto, sino tam-
bien impidiendo que dicho instrumento legal se convierta en una legi-
timaci6n del crimen. · · 
Los menores de edad tambien son considerados inimputables; esto 
da lugar a deliberaciones acerca de la edad en que dejaran de serlo, y 
las disposiciones que cieberan aplicarse en caso de un crimen llevado a 
cabo por un menor. Esta inimputabilidad del menor ha posibilitado que 
el uso de los nifios como asesinos se constituya en un instrumento cada 
vez . mas expand ida en nuestro mundo contemponlneo, tal como se 
observa en muchos paises latinoamericanos. La falta de una respuesta 
legal no reducida solamente a una privaci6n de la libertad en el contex-
to de institutos correccionales que los estigmatizan como criminales, 
deja a los nii1os y a los adolescentes en un impasse legal, problema que 
aun no ha encontrado una -resoluci6n adecuada. 
Para algunos autores, Ia culpabilidad seria la reprobaci6n del agen-
te porque no ha obrado confonne a stt deber. · · 
La justicia diferencia el delito culposo (culpa)del doloso (dolo). En 
este (tltimo, el elemento fundamental es la intenci6n de produtir un 
da1i.o( mientras que en el primero no lo es, pues se actua en forma cul-
posa basandose en cuatro elementos: negligencia, in1pericia, impruden-
cia e inobservancia de los reglamentos. 
Por otra parte, existe un dolo directo y otro indirecto. El directo se 
produce cuando se quiere rna tar a alguien; el indirecto, cuando al in ten-
tar matar a una persona se mata simultaneamente a otra, a sabiendas de 
· que tambien va a morir. El dolo directo, para cualquier delito, es cuan- \37 
do la acci6n que se r,ealiza esta directamente dirigida a causar el resul-
Silvia Elena T.:ndlarz I Carlos Dantt' Garda 
tado guerido. Por ejemplo, A desea matar a By para ello le dispara' con 
un arma de fuego en Ia cabeza. El dolo indirecto, b de conseci.1encias 
necesarias, se da cuando el fin homicida noes el directamente querido, 
pero no obstante ello es indispensable para el fin propuesto. Por ejem-
plo, una persona desea poner una bornba en un edificio del gobierno, 
con indiferencia de que con dicha conducta cause muchas muertes. 
Otrcl categorfa del dolo es el eventual, producido cuando se desconoce 
si el otro esta presente y el acto es llevado a cabo de todas formas. Dolo 
eventue1l es cuando el agente advierte que su acci6n puede g~rivar en 
Ia muerte de una persona, aunque nose dirige a ella, pero se desintere-
sa por tal resultado. Por ejemplo, alguien co.t'ta las manos de dos nii1os 
para que mendiguen; como autor no puede desconocer que dicho acto 
es riesgoso para la vida, pero no le importa porqu.e quiere que sean 
"mendigos eficientes". 
Libertad, conciencia, comprensi6n y raz6n son cuatro conceptos 
que, desde el psicoanalisis, pertenecen a la 6rbita del yo, a las funciones 
del yo y no del sujeto; de allf que la culpa y la responsabilidad deban 
ser encaradas en otros terminos. Eso no significa que no sean tornados 
en cuenta, sino que en el examen del pasaje al .acto homicida son esti-
mados de otra manera. 
La culpn como fen6meno y como estructura 
La culpa es un concepto que reviste cierta complejidad ya que su sig-
nificado varia considerablemente segun se lo estudie desde un punta 
de vista jurfdico, psiquiatrico o psicoanalftico. 
En sf mismo constituye un tema central en las religiones, inherente 
a todos los seres humanos. En elias, !a culpa remite a un modo de rela-
ci6n del sujeto con la verdad como causa; en el cristianismo, dicha rela-
ci6n adopta Ia forma de la culpa. 
~n "I::a ciencjq_y Ia:yer-aaa"7"Lac an diferencia tres sujetos: el religie-
so;- tt_ de"'la cienciay..fl""Siifi{eyife:-El sujeto religioso conduce al raciona~ 
Jis-mo,__lfue Ol'ganiza"]J,J.:ensamiento-teol6gico y la hmci611 de_sempei'i<a-
da por la 1'e'Ve1aci6n. El analisis del sujeto de la cien~iClhace presente en 
foib1a ii}eludlbie- Ios mecani-smos de la obsesi6n y las paradojas del seJrr:-
timieJ1to de culpabilidail que-Freuct~compar6 con la religion. El sujeto 
sufriente, el de la consultF arialffica, es aquel que se declara culpable! 
En el mundo contemporaneo la Iglesia se ha pronunciado en la lfnea 
de reconocer un despedazamiento global generado porIa desigualdad, 
los antagonismos ideol6gicos y la discriminaci6n, entre otras razones. 
~A quien matn cl asesino? 
La rafz de estas di.visiones es "una herida en lo mas fntimo del hom-
bre", segt.'in las palabras de Juan Pablo Ir'. Esa her ida es 1\amada pecado 
a Ia Juz de Ia fe que "cada uno !leva desde su nacimiento, como una 
herencia recibida por sus progenitores, hasta el pecado que cada uno 
comete". 
Todo documento de la Iglesia parte del ;;upuesto de la fe, !a cual 
forma ·parte del racionalismo organizador "del pensamiento teol6gico. 
La fe cristiana no es la creencia vacilante del neur6tico, sino la certeza 
de la creencia de que la verdad esta y se halla presente en las cosas sen-
sibles. Segt'm Santo Tori1as, la certeza de cn~encia es lo que produce el 
acto de fe. · 
La verdad del s1:1fnmiento 11eur6t-ico hace re-ferencia a tomar a la ver-
dad com~lSskP..Q r eso, fenomenol6gi-ca:rneftte, coinciae con la verda a. 
crisg apa, d.onde la culpa aparece comoJ1ip6tesl.s cau_sgl de Ia desgracia. 
E_Ln.~1r6tis:o, s.1l.jeto suhiente, vacila en distintos_momentos, entre l! tr.i-
bpir Ia culpa al otro ()atribuj rsela a sf mismo. An~bos coinciden en algo: 
la verdad de la ciTIE.,a·residirfa en la culpa misn1a. Por eso Lacan afirma 
gue la culpabilidad se transforma en un sentinT}ento de alcance episte-
mico, dado que Ia,_ dmsa en el cristiano asume la forma de la culpa. El 
neur6ti'co hace lo mismo, al asignarle a la culpa un valor de verdad. 
J&.P.sicom~-----cl.r~stiona~la rela.s_i6n de Ia neuJ2~S con...J a t ulpjl 
p~~ que e~ no _2c~pa e! lugar de:, la v etda_d ni el de la caL~EstJ 
,confusion y suEerposici6n proviene del psicoanalisis n1ismo, de Ja ahi:-
111aci6n h .. eLtdiana de que alglinos delincuen _t_es nason culpables del 
deh~o que cometen, sino que es una culpa previa la-que los empuja ~ 
£erpetrarlo. La culpa se vuelve asf la causa que precede a! crimen, y ~ 1· 
castigo que recioeel crin1inal es el efecto 5use:aao inconsciente)l'ier,i'te. 
S'in embargo;- si bien laculpa fre.udiana tiene un caracrer cairsal, tam-
.!?ien es inEGnscien~e y desconocida. En ese punto~no coincide con !Ia 
culpa ~rist(arra. La culpa, en tanto · raz6n de"" estructura, resulta de la 
constit._uci6n del sujeto del inconsciente. F;l padecimiento neur6tico de 
la ~i.1lpa es Ia forma sintomatica con la que el sujeto intenta finiquitar 
dicha culpa, como estructura ineliminable. 
'l;l:l 
t;' c;' 
~ 
C/' 
D 
G ,_.. 
u 
p 
(Etis~1::_d-iversas_lormas de trata111iento de la culpa a nivel fenome-
lico. Una de-,ellas-es-la creaci6n del sfnfoma:"'Las diferentes estructuras! 
fJfui~cas siguen~el 'P,7'oce~amiento ~de Hi culpapor caminos divei·sos: laj 
'Vatilaci6n ·en atri·buida al Otro ocr! yo, erl'lifneurosis; la certeza psic¢)-
!ica de su prop ia"C'ulp a, en la'melancolfa; o del Otro, en la paranoia; yi\ a 
n:egaci6n de la misma, en el perverso. El examen de los homicidios nosl 
conduce a prestar especial atenci6n a las psicosis y a la perversion; esto 139 
no sigt~ifica que ei1 la neurosis no existan acciones criminales. Sin 
. .. -·~ .. ~ · ....... ,UitU/4, 1 LHt1us uantc Garctn 
embargo, cuando no se trata de Lm criinen asociado a fines de luCl·o, lo 
!J_Ta7habitual es que el neur6tico se presente como un criminal inc;ons-
~te o imagina1olo. 
Af1rmar que la culpa posee un cankter estnl.ctural resulta de c6mo 
es concebido el goce en la constituci6n subjetiva, pues dicha culpa pivro-
!!._a entre erdeseo-y el goce. La falta, que da cue'nta tanto de la "casti·.a-
ci6n" freudiana tomo de la inclusion del sujeto en la estructura, es sub-
jetivada necesariamente como culpa par parte de un sujeto, sea este 
neur6tico o no. El sentimiento de culpabilidad no se deriva de ninguna 
experiencia vivida o acontecida sino de un afecto producido par la 
estructura: con ese afecto se intentara cubrir la falta en el Otro. 
Estos consideraciones refutan una supuesta identidad en Ia mane-
ra en que es abordada Ia culpa en el neur6tico, el cristiano y el psico-
analisis. Tanto el neur6tico como el cristiano creen que Ia culpa es Ia 
causa de sus desgracias y esta "culpa imaginada" constituye Ia verdad 
para elias. Para el psicoanalisis la culpa es alga que va mas alia del 
fen6meno, en 1a medida de que cuestiona que Ia verdad de la culpa 
afirmada 6 reconocida sea Ia culpa misma. Si bien constituye la causa 
que empuja al crimen, Ia culpa noes necesariamente asumida par el 
asesino, ni seltalada por sus entrevistadores -salvoque estos posean 
una formaci6n analitica que les permita aprehender que lJ falta de 
reconocimiento noes sin6nimo dey no significa ausencia de culpabi-
lidad-. 
Desde la per§pectiva del ps icoanalisis la culpa puede ser entendid:a 
perfecta1n.er[~ c_9mo aquello que empuja al sujeto a! asesinato, o a los 
sucesivos asesinatos,. sin que el yo o Ia pe~sona que los llevaa cabo sea 
t onciente.de ~llo antes, durante Y. despues de su acci6n. Se trata de m'fa 
culpa._sin recorill'cimiento yoico, ni afir:_mada en una verdad, sino desco-
8Qfidae"inconsciente, s in raz6n nl' par que: una If culpa-goce". 
La mz6n del crimen 
l A q11icn matn c/asesino? 
activa, par el influjo del retorno del amor oculto tras el odio. Ese crimen 
priinordial marca el origen de Ia ley y funda Ia base del sentimiento"ae 
culpa ("T6tem y tabt'i", 1912). 
b.!fan retoma ej mito-de "Totem y tabtfJ" en el Seminario 7, La etica del 
psicamuilisis, y muestra c6mg el asesinato fue en vano: la arnbivalencia 
se~pone al descubierto luego del ~crimen, y el am or al padre empuja a Ia 
cnlpa y a~Ia obediencia retroactiva. De esta manera, el amor al padre s e 
~elve eheverso del"supery6. ~ 
Este analisis introduce una doble perspectiva: !a subjetivaci6n de la 
falta del padre y el empuje del supery6. El padre ideal freudiano resul-
ta interpelado aqui par Lacan. El ghost de Hamlet le revela a este que el 
padre ha muerto en la "flor de sus pee ados". La falta del padre hace as{ 
su aparici6n. Entonces, si nos identificamos con el padre para ser tan 
severos con nosotros mismos, (que falta incorporamos cuando lo incor-
poramos a el, que nos atormenta tanto a traves de la culpa? 
En "El malestar en la cultura" (1932) Freud senala esta extrai1a para-
doja. Cuanto mas renuncia el sujeto a lo pulsional-a fin de responder a 
los mandatos del supery6 y hacerse amar par el como espera ser amado 
par el padre-, mas aumenta la severidad del supery6. El empuje al goce 
y su co'ritrapartida, la culpa, la falta, la falta a gozar, dan cuenta de esta 
paradoja. - _ . 
En 1915 Freud escribe un texto titulado "Algunos tipos de caracter 
investigados par el trabajo psicoanalftico", donde incluye un subtipo 
qne es '£I:os_que~d-elinquen1:ror sentimieri.to-de~cnlpabtllcl~0.", ocupan-
dose asf especfficamerl'te del.tema de 1a delincuencia~Al!Lpla'llie.a .. lo(> 
casas-en los que-el-cteto~deltctivo o-criminai~-s el efecfo ae una concie:p-
cia-G~culpa-que-lo 0-eceLI.-e~La culpa e-s, entonces,-anterior a-la falta. Los 
·sentim teiltOS-de culpa -que~emergen a~causa~de los deseos edfpi~os1i& 
poseer a Ia madre y mataral padre hacen de-todo neur6tico un crimi-
r: 
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J ~. En este sentido, la novela Crimen y castigo (1866), de Fedor Dos-
toievski, resulta un paradigma del planteo freudiano. El protagonista 
comete un crimen en busca de un castigo por la culpa que lo precede. 
I a necesid.ad Cle casfigo deviene, de ese modo, el m6vil~del crimen o 'el 
!!&Yil que conduce a1 acto~crimin~l. Esto concieme ala "raz6n del cri-
men" que luego, desde la psiquiatrfa, sera entendido y teorizado como 
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los "motivos del crimen". [!·e lld ubica en el Iugar de la sin~raz6n al 
inc911sciente, y la no1nbra cUlpa inconsc ientEl' 
:§n ese sentia o Fi:t;ud iri~ferte larelaci6fl:"nose es culpable despues 
~na~:rcometido el acto sino que la-culpa "1nconsciente" es p~via y 
Iii qu e empuja al mismm Se nos presenta entonces el problema de las 141 
distintas manifestaciones de la culpa, que no necesariamente se expre-
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Silvia Elena Tcndlnrz I Carlos Dante Garda 
san como sentimiento de culpa, sino que pueden emerger a traves dey 
por Ia vfa de un crimen o un robo. 
En Ia cuarta de las "Nuevas conferencias de introducci6n a! psicoa-
nalisis" (1932-33), Freud nos brinda el ejemplo del aCto fallido de un 
asesino, que trabajaba en un laboratorio con bacterias, e indica que si 
hubiera podido dar con el previamente y formularle una advertencia; el 
asesinato podrfa haberse evitado. De este modo, afiade conceptualmen-
te, por Ia vfa de Ia interpretacion, la funci6n de advertencia. 
Ahara bien, e l planteo freudiano introduce los motivos edfpicos. 
Ellos son retomados por Lacan en el titulo de uno de sus artfculos lla-
mado "Motivo del crimen para noico". En realidad, el "motivo" habi-
tualmente es yoico y, por lo general, conciente, esto es, corresponde al 
senti do conciente. Pero Freud le atribuye un sentido inconsciente y edi-
pico, es decir, lo sustrae del yo y situa a nivel de lo inconsciente. 
Desde una perspectiva general, Lacan produce un vaciamiento del 
contenido y d el sentido, que motiva el acto criminal. En cambia, Freud 
los incluye: deseo inconsciente, culpa, e inconsciente, conducen y gufan 
hacia el hecho criminal. ~Cdeseo·nac~i'!:~d~e~-chm~, gke Fr~ug, 
y-pl-arrtea g~·un-cFimen, de acuerdo a 1-a ·reversibilida·d-de-I~de·seu--c!e­
ri1tteftec 1irigj.do a ]Q_s~paare;;"'iJLiede tratarse en~realidad-de-un-suicid~o 
camufu!.ao:" De aliT que pueda ~xp-erimentarse' culpa frei1te~a~est0s 
Efu"eas-:J 
:<:t·senrim ie nto'"Cle culpabilidad se mani(iesta en foi·ma diversa en la 
neufosisy en la psicosis. En el obsesivo, los escrugulos y tormentas son 
L!e 'CaracEer conciente.En- car nbjo, la l.Us teria actua c-omo si nada supie-
!il1leaL}uerser1timiento~No obstante, lit necesiaag: incopsciente de ntl-
IJabilidaSI"e'Sta siempre p resente- coll}o limite intei:no y se presenta bajo 
1E£achaaa- que Laca11' 1lamo el "sin fe 'fSin ley" del sujeto J-listerico~ 
~presaLin"Ttraves de sus intrigas y ae las acciones que delatan peqtre-
fios 0 graneles"accidentes.l 
En los textos "El yo y el ella" (1923) y "El problen1a economico del 
masoquismo" (1924), Freud explica c6mo mediante el sentimiento de 
culpabilidad se encuentra una satisfaccio1i en Ia enfermedad yen el cas-
tigo, por el sufrimiento que otorga. En Ia obsesion el sentimiento de cul-
pabilidad puede ser conciente y observable en los escrupulos, los auto-
reproches y los tormentas. En cambia, en la histeria la culpa esta mas 
oculta y se manifiesta a traves del hecho mismo de est,ar enfermo. Se 
trata de un sentimiento de culpabilidad expresado en fornia indirecta y, 
en Clltima instancia, muda, en tanto el sujeto nose declara culpable. 
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1 L Cual es el asentimiento subjetivo de la culpabilidad ei1 la histeria y 
en la obsesi6n? Freud se ocupa de distinguirlos. En la neurosis obsesi-
,:A q11ien .matn e/ asesino? 
va a.parece Ia afirmaci6n "soy cu'lpable", o "me martirizo con los pen-
samientos de muerte que tengo". En algmias oportunidades se presen-
ta como ausencia de. culpa, convergiendo asf con la histeria. En cambia, 
en la histeria la culpabilidad se manifiesta bajo la fo rma de un a necesi-
dad de castigo inconsciente, expresado por ejemplo, en lesiones "acci-
dentaks" al cuerpo. Esto no significa que exista un reconocimiento, 
sino qtte se trata de una confirmacion indirecta. 
Pero la culpa conceptualizada por el psicoanalisis no es Ia misma 
que la de Ia religion ni la de la justicia. "El sentimiento de culpa -dice 
Jacques-Alain Miller-, es el pathos de la responsabilidad, la patologfa 
esencial del sujeto". Esta perspectiva tiene una clara incidencia en Ia 
direcci6n de la cura de los pacientes en analisis. 
En un texto de 1925 titul~do "Algl.mas not as adicionales a la inter-
pretacion de los suefios en su conjun to", en el apartado "La responsa-
bilidad moral por el contenido de los suefios", Freud se pregunta si 
somos responsables del contenido de nuestros suenos, sobre todo cuan-
do nos resultan inmorales. La respuesta es afirmativa, aunque el propio 
yo lo desconozca. "El medico -afiade- dejara al jurista la tarea de insti-
tuir una responsabilidad artificialmente limitada al yo metapsicologi-
co". De esta manera presenta dos vfas diferentes de concebir Ia respon-
sabilidad: la jurfdica y la psicoanalftica . La jurfdica concierne al asenti-
miento yoico, la analitica convoca a los pensamientos inconscientes. Por 
otra parte, Freud deja muy en clara que el jurista instituye con su tarea 
;una responsabilidad artificialmente limitada al yo metapsicol6gico, 
labor que se ha extendido en el mtmdo contemporaneo. 
Freua.a firma q~ e! crimirraJ~bnsca~co!llo fin ser casfigaao, y qtJ\:> 
~ sa~cion, lq_torna respoi 1sab!e. Asi-es-como-en-IaLlo ctr i'l.'fafreua ia-
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