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filosofia tema 3 - Viajeros MX

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FILOSOFÍA EDUCATIVA.
RELACIÓN CON OTRAS CIENCIAS.
MAESTRÍA EN INNOVACIÓN EDUCATIVA.
UNIVERSIDAD DE LOS ÁNGELES.
OMAR RODRÍGUEZ RAMÍREZ.
ANTROPOLOGÍA SUBYACENTE A SUS PROPIAS REFLEXIONES.
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a antropología de la educación es un campo de la antropología y frecuentemente asociada con el trabajo pionero de George Spindler. Como el propio nombre indica, el foco de la Antropología de la Educación es la educación, aunque una aproximación antropológica de la educación tiende a focalizarse en los aspectos culturales de la educación, tanto de sus aspectos formales como informales.
Puesto que la educación implica la comprensión de quiénes somos, no resulta sorprendente que el principal dictamen de la Antropología de la Educación es que sea un campo interesado principalmente en la transmisión cultural.1​ La transmisión o aprendizaje de la cultura implica la transferencia de un sentido de la identidad entre generaciones, a veces denominado endoculturación2​ y también la transferencia de identidad entre culturas, a veces conocido como aculturación.3​ De acuerdo a todo ello, no resulta extraño que la Antropología de la Educación haya ido incrementado su focalización en la identidad étnica y en los cambios étnicos.
	
NATURALEZA DE LA EDUCACIÓN.
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a preocupación central de Rousseau será formar a un hombre integral, es decir, que actúe en conformidad con su naturaleza. Para entender este tipo especial de educación, me referiré brevemente, en primer lugar, a los conceptos de naturaleza y estado de naturaleza y, en segundo lugar, a los aspectos más importantes de la educación moral o de los valores. Para Rousseau la naturaleza y el estado de naturaleza son la meta y el modelo por los cuales debe formarse el hombre natural. La naturaleza son las cosas tal como salen de las manos de Dios, autor bueno de cosas buenas. De ahí que la naturaleza del hombre sea esencialmente buena, aunque éste tenga la capacidad del mal. Las facultades de libertad y perfectibilidad, privativas del ser humano, le han sido dadas para que ocupe un lugar de honor sobre todas las otras especies, obrando mejor que cualquiera de ellas; pero su precio es la posibilidad que estas mismas le abren de corromperse y hundirse por debajo de todas ellas. Para librar al hombre del estado de corrupción, Rousseau propone el modelo del estado de naturaleza. Temporalmente lo busca en el estado primitivo de inmediatez e inocencia. La inmediatez envuelve muchos aspectos (entre ellos, la propia inocencia), pero el principal es relativo al origen: primitivo, es el hombre que recién ha salido de las manos de la naturaleza; que no ha tenido, por tanto, el "tiempo" necesario, ni la ocasión, ni las luces para alejarse de su verdadero ser. Es cierto que apenas se distingue de los animales, que no tiene conciencia ni virtudes morales. Pero en él no hay desigualdad; hay una conformidad entre su ser y su obrar, Una proporción entre sus fuerzas y sus deseos o necesidades; y tampoco es desigual con respecto a otros de su especie. Este es el aspecto fundamental que Rousseau valora del primitivo estado de naturaleza; no la carencia de conciencia, la soledad ni al amoralidad, sino la igualdad de la vida con la naturaleza. Por eso la vuelta a la naturaleza no significa la vuelta a la condición salvaje ni a una inmediatez que, ya sobrepasada, sería utópica del todo; su significado no es otro que la restitución de la igualdad consigo misma y con los otros hombres. Así entendido, el estado de naturaleza no se aplica sólo a la vida primitiva, sino a toda forma de vida y de comportamiento que esté en una relación de conformidad con la naturaleza humana y con el desarrollo que ésta tiene en cada momento de su evolución. Rousseau no concibe la naturaleza humana como algo completamente determinado, clausurado, sino como algo abierto, con una plasticidad que le permite adaptarse a las distintas exigencias que se le van presentando a lo largo de su vida y es capaz de evolución. En su opinión, a causa de su propio dinamismo, la naturaleza adquiere perfecciones que se van añadiendo a su propio ser y que la van configurando y completando. Pero estas perfecciones pueden ser bien o mal empleadas, dando lugar a un mejoramiento o a un deterioro de la especie humana, según sea el caso. Esto es lo que hace más difícil que el hombre conserve la bondad que le es natural. Sin embargo, el autor jamás pretende remediar esta situación frenando la evolución, aboliendo la cultura y la civilización, proponiendo el oscurantismo y la involución. Tal como él ve las cosas, el desarrollo de la naturaleza humana no es algo que pueda darse o no, sino algo natural, necesario e imperativo, derivado de su propia condición perfectible y libre. El hombre ha de ir desarrollando sus facultades y cambiando sus formas de vida para conservar la existencia, ya que de otro modo perecería al no ser capaz de superar los obstáculos que las nuevas circunstancias físicas o morales van generando. La civilización se inscribe en este movimiento de evolución. El estado social y cívico no es necesariamente contrario al estado de naturaleza; por el contrario, en él se revelan los aspectos más profundos y nobles de la naturaleza, que en el estado salvaje estaban como dormidos y ocultados. Apartado de la sociedad, el hombre puede ser bueno pero no virtuoso. Ser virtuoso, para Rousseau, implica bastante más que ser bueno. Para ser bueno no hacen falta la conciencia ni los demás, el conocimiento del deber y del poder de obrar el bien o el mal, y la elección –muchas veces penosa- del bien. El hombre virtuoso sabe dominar sus pasiones, porque sigue la voz de la conciencia, de tal manera que cumple con su deber y no se aparta del orden establecido por la naturaleza. En esta forma de actuación consiste la verdadera libertad, y, en esta libertad, el verdadero ser del hombre. Así, pues, al mismo tiempo que Rousseau concibe al hombre como un ser esencialmente moral y consciente, opina que este ser únicamente se puede desarrollar en el ámbito social. El lenguaje, la libertad moral, la igualdad moral, la virtud, la conciencia y la facultad de juzgar sobre las cosas, en suma, las facultades y cualidades más propias y valiosas del ser humano, son enteramente imposibles fuera de la sociedad. La sociabilidad no es, para él, algo antinatural, sino una inclinación que está puesta por la propia naturaleza en el hombre, y cuyo desarrollo debería dar lugar a los mayores bienes. Por eso, el que históricamente la sociabilidad haya podido llegar a ser ocasión de los peores perjuicios, debe ser entendido como algo más bien extraño y accidental. Sólo dentro del estado social y civil puede el hombre desarrollar en plenitud su naturaleza; por tanto, debe procurarse la restitución de la armonía consigo mismo y con el orden establecido por la naturaleza, sin apartarlo de dicho estado. Conseguir todo esto, es exactamente el propósito de la educación natural. La educación del hombre ha de atender a las exigencias de su naturaleza humana, tejida de razón y sentimiento; ha de superar la posible contradicción entre lo natural y lo artificial, de modo que la nueva estructura social, hecha de hombres libres, no corrompa la bondad natural de éstos, y, finalmente, ha de respetar, imitando y aceptando el orden universal de la naturaleza, regida por la ley de Dios. Para Rousseau, la educación nos viene fundamentalmente de tres agentes: la naturaleza, los hombres y las cosas. La buena educación tendrá razón de ser, cuando el discípulo asimile los tres tipos de enseñanza sin contradicción alguna; sólo cuando éstas coinciden y tienden a los mismos fines, el hombre logra su meta y vive de manera consecuente, sin contradicción interna. Pero en la relación que existe entre estos tres educadores, la naturaleza es la decisiva: se debe seguir a la naturaleza como principio pedagógico, adecuando a ella la educación de los hombres y de las cosas.
CAUSAS DE LA EDUCACIÓN.
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n el plano de la acción educativa, existe una gran preocupación por las causas eficiente, materialy formal, pero detectamos un grave olvido de la causa final. Esperamos que el análisis de las causas aclare algunos aspectos del proceso educativo que nos ayude a mejorar nuestra práctica docente.
La causa eficiente o fuerza motriz que lleva a cabo la educación no es un sujeto aislado sino un conjunto de agentes: educador, educando y el contexto (histórico-social-cultural) donde se desarrolla este acto. Precisamente porque nos hallamos en un contexto socialmente secular, resulta mucho más difícil legitimar la razón de ser del saber religioso, especialmente, en la esfera de la educación pública. Este debate se debe, en gran parte, a incomprensiones históricas y a una serie de prejuicios difíciles de disolver. Esta cuestión afecta negativamente nuestra imagen como Profesores de Religión. Creo que la clave que nos ayuda a permanecer, a resistir, es el convencimiento de que nuestra labor educativa ayudará tanto a nuestros educandos a construirse como personas como a transformar el mundo en un lugar más justo y humanizado. Lo que le proponemos al Profesor de Religión, como uno de los agentes motores del proceso de enseñanza-aprendizaje es:
Reflexión personal sobre nuestro trabajo, vocación y Misión. Es una interiorización transformante.
Formación, nunca dejamos de crecer, de aprender, es la grandeza del ser humano. Los Profesores de Religión nos caracterizamos por esa formación permanente que año tras año realizamos.
Confianza: ¡No estoy sola, Señor, Tú vienes conmigo! El poder y la fuerza de la confianza es muy grande, porque grande es Aquel en quien se deposita esta fe. Cuántas veces nos desesperamos ante algunas situaciones. Uno de los problemas del proceso educativo es que los frutos no los recogemos ahora, nosotros sólo sembramos, vemos la dureza del trabajo, y no la miel de sus frutos. Pero seguro que alguna de esas semillas germina en alguno de nuestros alumnos …. Entonces, habrá merecido la pena.
Entusiasmo y amor a la Misión: Cuando uno vive identificándose con su misión, experimenta el entusiasmo de vivir. Sólo las personas entusiasmadas pueden resolver los problemas que se presentan. La persona entusiasta cree en su capacidad de transformar las cosas, cree en sí misma, en los demás en la fuerza que tiene para transformar el mundo y su propia realidad. Cuando uno ama lo que hace no ve derrotas, ve oportunidades.
La causa material son los contenidos que transmitimos como educadores a nuestros educandos. El acto educativo es, por naturaleza, un acto comunicativo en el que “se transmiten contenidos, ideas, valores, formas de vida, experiencias personales y colectivas, vivencias difíciles de articular con conceptos; al fin y al cabo, se transmite vida”. Deberíamos analizar la realidad de nuestros alumnos para comprenderles mejor y programar contenidos y acciones que, por una parte, hicieran posible el acto educativo (como acto comunicativo); y por otra, que motivasen el deseo de crecimiento personal y compromiso social en ellos.
La causa formal se refiere a cómo transmitir los contenidos. Una mala forma distorsiona gravemente el proceso educativo, la transmisión de los contenidos. El Mensaje que transmitimos los Profesores de Religión merece que extrememos el cuidado en la forma de presentarlo a los chavales. “El Evangelio está hecho para todos y no sólo a un sector determinado de personas, por esto estamos obligados a buscar nuevas vías para llevar el Evangelio a todos debemos utilizar razonablemente los métodos modernos para hacer accesible y comprensible la voz del Señor…”[2] En este sentido, podemos ver en la psicología evolutiva, la neuropedagogía, la educación personalizada, etc. una valiosa aportación para nuestras clases. Familiarizarnos con las investigaciones de estas disciplinas nos permite ajustarnos a los mecanismos de gestión cerebral y formas de aprendizaje de nuestros alumnos. Otra interesante aportación viene del mundo de las Nuevas Tecnologías de la Información y Comunicación.
La causa final alude al para qué de la educación. El proceso educativo no es neutral, sino que responde a una intencionalidad, apunta hacia un horizonte, lleva impreso un sentido. Como Profesores de Religión queremos contribuir a la formación integral de nuestros alumnos, para ayudarles a descubrir sus recursos interiores, su potencial y Fuente de Vida, y así ofrecer lo mejor de sí mismos a los demás.
CONOCIMIENTO DE LOS FINES DE LA EDUCACIÓN.
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os fines de la educación son proporcionar a hombres y mujeres un mínimo de habilidades que necesitan y que les asegure una capacitación laboral que les permita abastecer sus necesidades; despertar interés y gusto por el conocimiento; hacerlos capaces de criticar; ponerlos en contacto con las realizaciones culturales y morales de la humanidad y enseñarles a apreciarlas.
No se puede dejar de mencionar a Hubert y más cuando en la definición de FINES DE LA EDUCACION los autores coinciden en muchos aspectos. Las definiciones son amplias abarcando grandes temas de interés que obligatoriamente derivan en otros secundarios.
La formación en la fraternidad y la solidaridad que lleven a escuchar el clamor de los pobres y a un compromiso gradual con la transformación de la realidad social, como signos de una educación en la fe que fructifique en obras de justicia son objetivos apreciables en la educación.
El desarrollo de actitudes democráticas mediante acciones y prácticas que hagan posible la participación, la responsabilidad y la autonomía como verdaderos ciudadanos. El pleno desarrollo de la personalidad y de la capacidad de asumir con responsabilidad y autonomía los derechos y deberes. El conocimiento de sí mismo, el fortalecimiento de la autoestima, la construcción de la identidad sexual, la adecuada expresión de la afectividad y el ejercicio del respeto mutuo, para el logro de una personalidad integrada que posibilite una convivencia armónica y responsable. La motivación por un estudio serio, responsable, creativo e innovador, como medio eficaz en la construcción del conocimiento y en la búsqueda del saber. El conocimiento y valoración de las raíces y tradiciones culturales como elementos constitutivos y orientadores en la búsqueda de la Identidad Nacional. El estímulo de la pasión por el conocimiento y la investigación a partir de las estructuras y actividades de los procesos pedagógicos. La capacitación para asimilar y humanizar los avances de la ciencia, de la tecnología y la profusión de diferentes medios de comunicación.
El despertar sentimientos de admiración, respeto y valoración por la naturaleza como expresión de vida, para lograr una conciencia ecológica que se exprese en el uso racional de los recursos naturales. La educación de la sensibilidad que posibilite captar la belleza en las manifestaciones sorprendentes de la vida, maravillarse ante ellas y expresarla creativamente con sentido artístico. La formación para el cuidado de la salud, recreación, el deporte y la utilización adecuada del tiempo libre. La valoración del estudio y del trabajo como fundamento de realización personal y social. El desarrollo de la creatividad, de la capacidad de análisis y el sentido crítico por medio de espacios y actividades que estimulen y favorezcan estas dimensiones. La toma de conciencia de que la familia es el espacio vital para que la alumna pueda crecer en sus dimensiones biológica, afectiva, social y trascendente.
	
PRÁCTICA EDUCATIVA Y SU VINCULACION CON LA TEORÍA.
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a teoría y la práctica están íntimamente ligadas. Según Einstein “no hay nada más práctico que una buena teoría”. Para Kafka se deben observar los hechos, elaborar teorías, pero luego se debe volver siempre a los hechos. La práctica sirve para entender la teoría y confirmarla, pero a su vez para reelaborarla, si la experiencia indica nuevas o diferentes consecuencias. La práctica sin teoría es un salto al vacío, la teoría dirige la práctica de un modo ordenado y sistemático, evitando improvisaciones, y la práctica a su vez, muestra los obstáculos encontrados, los logros, los imprevistos,etcétera, en interacción constante.
Si un estudiante de medicina pretende hacer su práctica sobre un paciente, resulta evidente que debe conocer la teoría para asignar a ciertos síntomas un diagnóstico, pero a su vez esta práctica lo ayudará a reconocer y diferenciar ciertos aspectos estudiados en la teoría.
En situaciones que no demanden riesgos, puede comenzarse por la práctica, y luego confrontar lo experimentado con la teoría; por ejemplo, hacer un trabajo de campo sobre plantas y flores, y luego ver si las teorías al respecto coinciden con lo observado.
En la enseñanza superior la combinación de teoría y práctica es insoslayable, sobre todo en el ámbito de la salud. No es concebible, que un médico, un veterinario o un dentista, no hayan estudiado distintas teorías y practicado sobre pacientes, pues no es lo mismo leer las técnicas quirúrgicas que proceder a operar a alguien.
En la docencia es muy importante conocer distintas teorías sobre estrategias de enseñanza, de aprendizaje, de elaboración de currículo, sobre instrumentos de evaluación, etcétera, para luego ir probando cuáles nos resultan más fructíferas en la práctica. Cuantas más herramientas teóricas tenga el docente más herramientas tendrá para enfrentar los problemas cotidianos que el aula presenta.
	
POTENCIAL Y LOS DESAFÍOS DE LAS NUEVAS TECNOLOGÍAS.
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i uno le abre las puertas de Internet a los niños�". Podría finalizarse la frase de muchas maneras. De hecho, son muchas las oportunidades que la conectividad y la tecnología generan en el desarrollo de las nuevas generaciones. Y el plano educativo no es la excepción. Ideas revolucionarias como las de Khan Academy, que montó la plataforma más popular de la historia en YouTube, o los experimentos educativos de Sugata Mitra, de entornos de enseñanza sin docentes, son solo algunas de las expresiones que hoy está tomando la articulación entre aprendizaje y las nuevas tecnologías.
¿Cuál es realmente el papel de la tecnología y los desafíos que de ella devienen a la hora de educar? ¿Qué pasará efectivamente cuando se abran las puertas de Internet a los niños, dentro y fuera del aula? Ese fue el eje que dirigió las charlas durante la primera edición del encuentro "El rol de la tecnología en la Era Digital", organizado por Google Argentina con el apoyo de la Fundación La Nación. Especialistas, directivos y docentes de más de 50 Instituciones Educativas se reunieron durante una mañana a debatir, compartir ideas y experiencias sobre cómo está cambiando la educación y las oportunidades y desafíos que las nuevas tecnologías y cambios culturales representan para las instituciones.
"Los desafíos no tienen que ver con los dispositivos o las nuevas herramientas, sino más bien con cómo se aplicarán en forma pedagógica en las aulas. En cómo nosotros vamos a utilizar la tecnología", dijo Fabio Tarasow, coordinador del Proyecto Educación y Nuevas Tecnologías de FLACSO (Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales). Como primer punto, el especialista señaló que debe existir un cambio en el paradigma tradicional de la educación. "Una escuela hace mucho más que enseñar un contenido puntual", aseguró Tarasow.
En ese sentido, la interactividad y la colaboración juegan un rol fundamental. "El trabajo en equipo, el pensamiento crítico, las tecnologías abiertas y sobre todo la conectividad, van a ser parte de nuestra vida en general y, fundamentalmente, de los procesos educativos de nuestras sociedades", dijo Lino Cattaruzzi, director General de Google Argentina, encargado de abrir el encuentro. "Debemos trabajar hoy sobre las aulas de Argentina, para que nuestros jóvenes tengan mayor igualdad de oportunidades y mejor acceso al conocimiento".
El fin de las aulas (como las conocemos) Una de las variables que abordaron los especialistas y profesionales de la enseñanza fue el cambio que se está viviendo dentro de las aulas. Axel Rivas, investigador Principal del Programa de Educación de CIPPEC, explicó que a nivel mundial el "amor" por la escuela, expresado en el entusiasmo que muestran los alumnos, cae del 95 por ciento en el jardín de infantes a un 37 por ciento en el noveno año de instrucción. Y como contracara, indicó que la creación de contenidos digitales está creciendo en forma exponencial.
Según Rivas, que dirigió el centro durante diez años, esta realidad abre la puerta a diferentes potenciales escenarios acerca del futuro de las aulas. "Uno de ellos es el fin de las escuelas, al menos como la conocemos", disparó el especialista y explicó cómo las experiencias de Khan Academy o Sugata Mitra promueven una educación sin docentes, o al menos sin la presencia tradicional de un profesor en un aula. Por ejemplo, las escuelas Quest to Learn, en Nueva York, proponen un cambio en la currícula donde desaparecen las materias tradicionales en favor de aventuras y experiencias para que, sin darse cuenta, los alumnos vayan aprendiendo los contenidos.
En la misma línea, Tarasow agrega que se deben repensar las aulas como "espacios múltiples de aprendizaje". "Hay que trabajar para que el mundo digital se convierta en un espacio relevante para la tarea institucional", dijo Tarasow. Así, en una mudanza hacia espacios digitales, se genera una dinámica que pasa de la transmisión de conocimientos de los profesores a los alumnos, a una de interacción y el trabajo en equipo.
En este marco, la tecnología está jugando un rol fundamental en la transformación educativa y todavía tiene mucho camino por recorrer. Florencia Sabatini, gerente de Comunicaciones y Asuntos Públicos de Google Argentina, afirmó que uno de los principales desafíos --en el que las compañías también tienen un papel por interpretar-- es cómo preparar a los estudiantes para un mundo "qué todavía no conocemos". "No sabemos qué tipos de empleos habrá de acá a 20 años. Nuestro rol como empresa de tecnología e innovación es buscar la mejor forma de aportar a esa preparación", dijo Sabatini.
PLANTEAMIENTOS FILOSÓFICOS DE LA EDUCACIÓN.
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a Filosofía de la Educación pretende una comprensión fundamental, sistemática y crítica del hecho educativo. Este carácter específicamente filosófico de la asignatura, distinto del que ofrece una Teoría General de la Educación, debe despertar en el estudiante un claro asombro investigador, una perplejidad activa y una reflexión en profundidad que permitan conocer el hecho educativo desde sus presupuestos antropológicos y filosóficos. Tarea no fácil, pero tarea posiblemente gratificante y necesaria. Filosofía de la Educación; es la disciplina que estudia el comportamiento de la educación a la luz de las leyes que regulan el desarrollo de la sociedad humana, desde que el hombre apareció en la tierra, hasta el momento actual y de las que gobierna cada formación económica-intermedio social en particular; disciplina que además, estudia las diferentes concepciones del mundo y la formas como ellas conciben el hecho educativo, en sus elementos y movimientos fundamentales. La Filosofía de la Educación puede considerarse como el saber teleológico de la educación. La consideración de la finalidad conforma nuestra disciplina, de manera que no sólo consta del estudio del fin de la educación, sino también del estudio del sujeto y de la propia acción educativa, pero contempladas desde la perspectiva de la finalidad. ¿Para qué se educa? Tal es la cuestión última en la Filosofía de la Educación. La filosofía de la educación trata de comprender o interpretar la educación en relación con la realidad sin perder el punto de vista de esta realidad, reflexiona sobre su naturaleza, esencia y valores de la educación. El hombre es el único ser educable. Este ser es simultáneamente biológico, psíquico y social. Pero no lo es en forma pasiva sino activa. Está frente al mundo provisto de una actividad espiritual, de una concepción de la vida. A través de esta idea básica encuentra la explicación de muchos "por qué", aparte de la posibilidad de enfocar a la realidad como a un todo. En primera instancia la filosofía es, pues, una concepción del mundoy de la vida que repercute sobre la conducta. Esto sucede no sólo con la filosofía de los "filósofos profesionales", sino también con la "filosofía" del hombre común. Toda teoría filosófica conduce a una actitud e intenta explicar unitariamente la realidad. Por eso dice que la filosofía es una reflexión totalizadora en cuyo campo entran tanto lo natural como lo humano. De lo dicho se deriva la importancia de la filosofía para la educación. Si ésta pretende formar al hombre en su integridad, ¿quién más que la filosofía puede darle una idea de esa integridad? El educador no puede emprender su misión, si antes no se ha trazado por lo menos un esbozo del punto a que se debe llegar, es decir una "imagen" del hombre a formar. Por eso, esencialmente, la filosofía que fundamente la acción educativa debe ser una "filosofía de lo humano".

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