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Meditación para liberarse del apego - Rebekah Borucki - axef38 Q

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Meditación para liberarse del apego 
Rebekah Borucki 
 
Preparación/acerca de esta meditación 
 
El apego casi siempre lleva a la tristeza, porque nuestro mundo está en 
constante cambio. Aquello a lo que nos apeguemos, ya sea una persona, 
una relación, un trabajo o una situación o época concreta de nuestra vida, 
no puede durar para siempre. Desapegarse o desvincular tu felicidad de lo 
que está fuera de ti no indica una falta de amor. Puedes amar profunda y 
plenamente al tiempo que conservas una autonomía saludable. Puedes 
comprometerse con el éxito de algo sin sentir que tu felicidad depende de 
ello. Yo puse todo mi empeño en que mi primer matrimonio funcionara, 
pero tenía que soltar la idea de que mi felicidad dependía de estar casada. 
Si hubiera seguido creyendo eso, aún estaría intentando 
desesperadamente que funcionara (y también fracasando 
miserablemente). Aunque todos somos almas conectadas que 
compartimos una experiencia universal, debemos encontrar la felicidad 
personal en nuestro interior. Vincularla a cualquier cosa externa nos hace 
vulnerables ante cualquier acontecimiento fuera de nuestro control, por 
grande o pequeño que sea. Por supuesto, cuesta mucho más aceptar este 
concepto cuando se trata de la pérdida de una persona y no de una 
situación o de un objeto material, pero la verdad sigue siendo la misma: 
somos amor y la paz es nuestro estado natural. Tenemos poco o ningún 
control sobre lo que sucede más allá de nuestros propios pensamientos, 
palabras y acciones, por lo que debemos estar dispuestos a desapegarnos 
de lo que no nos pertenece. Esta meditación facilitará que puedas 
liberarte de todo lo que ya no te ayuda. Ya sea una idea, una relación, una 
situación o una emoción. Ten en cuenta que lo que sea que ya no te ayude 
no tiene por qué estar haciéndote daño. Quizá descubras que estás 
apegado a algo (o a alguien) que hace que te sientas bien, pero que te 
limita. La «zona de confort» es un ejemplo de algo que no parece 
perjudicial, pero que probablemente no sea demasiado beneficioso. 
Puedes desapegarte también de lo bueno. 
 
¿Cuándo? Recurrí con frecuencia a esta meditación cuando intentaba 
superar la pérdida de mis padres. Es tanto un ejercicio para reducir el 
estrés que alivia los efectos físicos del apego como una meditación para 
dejar ir. Puedes practicarla varias veces al día para recordarte que debes 
«dejar ir». 
 
¿Dónde? Practícala en la seguridad y la comodidad de tu lugar preferido 
para meditar o en cualquier lugar tranquilo. Pronunciar los mantras en voz 
alta puede ayudarle a ampliar los efectos de esta meditación, así que 
quizá prefieras practicarla en un lugar que te ofrezca plena intimidad. 
 
¿Postura? Adopta la postura fácil en tu espacio de meditación habitual u 
opta por la postura para meditar sentado en una silla si no puedes 
sentarte con las piernas cruzadas. Yo practico esta meditación en mi 
despacho con mucha frecuencia. En múltiples ocasiones me descubro 
participando en debates en redes sociales que no contribuyen a mi 
bienestar y tengo que liberarme de mi apego a cambiar la opinión de los 
demás. 
 
 
Tienes 4 minutos para liberarte de lo que ya no te ayuda 
 
Empieza completando esta frase: «Estoy preparado para liberarme de 
_____. Ya no nos ayuda ni al bien mayor ni a mí». En mi caso, 
dependiendo del día, puedo completar la frase de mil maneras distintas. 
En un momento podría liberarme de mi apego a una amistad, para al 
siguiente liberarme de mi antojo de un helado de chocolate con menta. 
Quizá te aferras al dolor porque crees que soltarlo significa que ya no 
quieres a esa persona. Yo he pasado por eso. Tal vez estés apegado a una 
idea. Yo me he apegado a tener la razón y he alargado discusiones más 
allá de lo necesario. El apego puede aparecer de muchas formas y 
maneras, y liberarte de él en cualquiera de sus facetas es un paso más en 
la dirección positiva. Ha llegado el momento de liberarte de lo que ya no 
te ayuda. 
 
1. Empieza la meditación centrando la atención en la respiración. Inhala 
por la nariz y exhala por la boca con un sonoro «ah». Deja que los 
hombros suban y bajen al ritmo de la respiración, para liberar más tensión 
física con cada exhalación. Inhala profundamente. «Ah» sonoro en la 
exhalación. Repite esta pauta de respiración durante cinco ciclos 
completos. 
 
2. Dedica unos instantes a recordar la frase que acabas de completar y 
céntrate en ella mientras repites los mantras. 
 
 
Tu mantra para dejar ir ... 
 
Usa este mantra para acallar la mente, liberar tensión y volver a centrarte. 
Utilízalo durante la meditación y también cuando no estés meditando. 
Dejar ir es un regalo de amor que te haces a ti mismo. Acéptalo de buen 
grado. 
 
3. Repite el mantra en voz alta o para tus adentros con los ojos cerrados 
durante diez ciclos de respiración completos. Recitarás «dejo» al final de 
cada inhalación e «ir» al final de cada exhalación. Haz una breve pausa 
entre una respiración y la siguiente, para dejar espacio al vacío. Crear un 
espacio de energía (vacío) deja descansar al alma. 
 
 
Eres un recipiente para lo bueno... 
 
Guarda lo que es bueno y libérate de lo que ya no te sirva. Dejarlo ir y 
avanzar es fácil. Lo que conservas contribuye a tu felicidad. Lo que dejas ir 
deja espacio para la paz. 
 
4. Cierra los ojos y finaliza la meditación repitiendo tres veces el siguiente 
mantra: 
«Dejo ir con facilidad lo que ya no me sirve». Cuando estés preparado, 
abre los ojos y sigue con tu día.

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