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Meditación para soltar el control- Rebekah Borucki - axef38 Q

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Meditación para soltar el control 
 
¿Cuándo? Esta es una de mis meditaciones instantáneas. Úsala siempre 
que pienses que estás a punto de perder los nervios. Pongo esta 
meditación en la misma categoría de autocuidados que la maniobra de 
«detenerse, tirarse al suelo y rodar». Si se me incendiara la ropa, no 
tendría tiempo para meditar sobre mi lugar en el Universo, sino que me 
tiraría al suelo y rodaría sobre mí para apagar el fuego. La meditación de la 
botella de refresco es mi herramienta número uno cuando me encuentro 
en situaciones en las que parece que voy a explotar. Es rápida, es sencilla y 
funciona. 
 
¿Dónde? Quiero que sepas que puedes contar con esta herramienta 
siempre que notes que te agobias. No doy demasiada importancia a 
dónde decidas poner en práctica esta meditación. Úsala allí donde creas 
que estás a punto de perder los nervios. Por ideal que resulte meditar en 
lugares silenciosos, es muy posible que se trate de un ideal poco realista 
en los momentos en que más necesites esta meditación. 
 
 ¿Postura? Seguramente puedes imaginar lo que estoy a punto de 
decirte. De pie, sentado, tumbado, aparcado en un arcén... importa muy 
poco la postura que adoptes durante esta meditación. Lo único que te 
recomiendo es que estés cómodo y en un lugar seguro, y que evites 
aumentar la tensión física apretando las manos o los dientes. Y no me 
importa lo enfadado que estés con el tipo que no ha respetado el ceda el 
paso para incorporarse a la autopista: ¡aparca antes de empezar a 
meditar! Puedes meditar con los ojos abiertos o cerrados. 
 
 
 
Tienes 4 minutos para soltarlo 
 
Aunque ahora mismo no te dé la sensación de estar a punto de explotar, 
intenta seguir cada paso a modo de ensayo para prepararte para un 
momento futuro en el que realmente lo necesites. Solo hay que recordar 
dos mantras muy sencillos, así que es muy posible que después de 
practicar esta meditación por primera vez ya puedas realizarla a tus 
anchas. 
 
1. Dedica unos instantes a centrarte en la respiración. Sigue el recorrido 
del aire a medida que entra por la nariz y sale por la boca. Respira como te 
resulte cómodo en este momento; ahora no hay necesidad de controlar 
nada. Todo es como debe ser, incluso aunque sientas agobio. La presión 
que sientes en tu interior tiene un propósito. Te indica que ha llegado la 
hora de liberarte y soltarla. 
 
 2. ¡Ya estás a punto para recitar el primer mantra! Repítelo en silencio o 
en voz alta. Acompasa la única palabra que compone este mantra con la 
respiración. Inhala con suavidad. Al exhalar, di: «Suéltalo». 
 
 3. Fíjate en que, con cada exhalación, el cuerpo deja ir un poco de 
tensión. Nota cómo bajan los hombros y cómo cada exhalación deja tu 
cuerpo como si acabaras de soltar algo muy pesado que llevabas cargado 
a la espalda desde hacía mucho tiempo. Repítelo durante diez ciclos de 
respiraciones completos o hasta que la respiración se haya ralentizado 
hasta alcanzar un ritmo que te resulte cómodo. 
 
 
 
Practiquemos la visualización... 
 
Liberar la tensión interior es muy fácil. Ahora ya te sientes algo mejor. Te 
estás concentrando en la respiración y el primer mantra ha empezado a 
obrar su magia. Ahora 
vamos a ocuparnos de soltar la tensión restante. 
 
4. Imagina una botella de refresco llena y con el tapón cerrado con 
fuerza. Fíjate en cómo las diminutas burbujas del interior ascienden hacia 
la superficie e intentan escapar. Imagina que eres esa botella de refresco y 
que cada una de esas burbujitas contiene parte de la tensión que sientes 
en estos momentos. Si el tapón permanece cerrado, las burbujas 
estallarán dentro de la botella y el líquido reabsorberá la presión. Vamos a 
liberar esa presión. 
5. Sigue prestando atención a las inhalaciones y exhalaciones. Ahora, en 
lugar de repetir el mantra con cada exhalación, visualiza cómo el tapón de 
la botella gira para abrirse lo justo y necesario para dejar escapar un poco 
de «fisss». Ahora son más las burbujas que suben a la superficie, 
preparadas para escapar de la botella y desaparecer en el aire exterior. 
Inhala por la nariz y exhala por la boca. El tapón gira un poco más y suelta 
más presión. Prosigue hasta que ya no queden más burbujas y puedas 
abrir el tapón del todo y sin peligro. Ya puedes respirar con tranquilidad, 
pues toda la tensión ha desaparecido. 
 
 
Sellar la práctica y permitir que la meditación arraigue... 
 
El mantra de sellado es este: «No tengo por qué controlarlo 
todo. Acepto lo que es». Si te resulta cómodo repetirlo en voz alta, 
hazlo. Si no, repítelo para tus adentros en silencio en las exhalaciones a lo 
largo de tres ciclos de respiración completos. Estas palabras sellarán la 
práctica y te permitirán seguir soltando presión si vuelve a acumularse 
durante la jornada.

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