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Reporte_01_abril_Wenceslao - Wenceslao Reséndiz

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SUBSECRETARIA DE EDUCACIÓN MEDIA SUPERIOR Y SUPERIOR 
DIRECCIÓN GENERAL DE FORMACIÓN Y SUPERACIÓN DOCENTE 
DEPARTAMENTO DE EDUCACIÓN NORMAL 
ESCUELA NORMAL SUPERIOR PÚBLICA DEL ESTADO DE HIDALGO 
CICLO ESCOLAR 2019-2020 
 
 
SEGUNDO SEMESTRE 
 
 
CURSO: DESARROLLO SOCIOEMOCIONAL Y APRENDIZAJE 
 
 
TRABAJO: 
REPORTE DE LECTURA ABRIL No.01 
 
 
ELABORÓ: 
WENCESLAO RESÉNDIZ AGUILAR 
 
 
ASESOR: MA. ASUNCIÓN CÁZARES GÓMEZ 
 
 
PACHUCA DE SOTO, HIDALGO; A 24 DE ABRIL DE 2020 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
INVESTIGACIONES SOBRE LA ENSEÑANZA DE EJERCICIOS 
RELAJANTES PARA REDUCIR EL ESTRÉS Y AUMENTAR EL 
BIENESTAR. 
 
 
El estrés se puede entender como un estado de cansancio mental provocado por 
la exigencia de un rendimiento muy superior al normal. Acarrea con el trastornos 
físicos y mentales. En las últimas décadas se ha visto un aumento considerable 
de personas que padecen este mal. Los adultos han contribuido a que esto se 
desarrolle en los niños, con un estilo de vida lleno de ocupaciones, los infantes se 
convierten en víctimas del ritmo frenético y acelerado de los padres, además con 
itinerarios que exigen estar fuera de casa el cuidado de los hijos ha sido relevado 
a otras figuras como cuidadores, sumado a esto existe una presión constante para 
que logren éxitos académicos cada vez más jóvenes y por lo tanto la escuela se 
convierte en una fuente de estrés. 
 
El efecto que produce el estrés en los niños desencadena una serie de 
inconvenientes en el proceso de aprendizaje. Con frecuencia se confunde los 
síntomas del estrés mal dominado con una conducta inapropiada de los alumnos 
que se debe corregir, por lo que las acciones se orientan de manera inequívoca, 
atrapando al adulto y al niño en una espiral de reacciones de estrés consecutivas. 
Un problema adyacente es que disminuye el desarrollo social y emocional de los 
niños y jóvenes pues acuden al colegio con actitudes agresivas, desobedientes, 
impulsivos, tristes y solos. Las consecuencias del estrés se presentan también en 
la disminución de la concentración, para entender mejor este efecto negativo lo 
podemos contrastar con los descubrimientos de un estudio científico que se aplica 
en una escuela Neoyorkina que enseña “técnicas de atención plena” a los niños 
como una medida para reducir los efectos del estrés, los resultados arrojaron a 
estudiantes <<menos agresivos, menos desafiantes con los profesores, estaban 
más atentos en clase y decían tener más emociones positivas, incluido el 
optimismo>>. De esta manera se puede entender que el estrés mal controlado en 
los niños resulta muy dañino para su formación. Afortunadamente existen estudios 
con resultados alentadores para la reducción del mismo. 
 
Se vuelve necesario gestionar un control del estrés desde temprana edad, en 
primera ayudar a controlarlo y posteriormente enseñar a cómo controlar. Esto 
evitará a adolescentes con trastornos mentales, aislados, rebeldes e 
incontrolables. En una encuesta los niños manifestaron que algo que les ayuda 
considerablemente cuando atraviesan un mal momento es tener la presencia de 
sus padres y pasar tiempo con ellos, además de algunas otras actividades como 
escuchar música, jugar videojuegos o realizar tareas activas. Llevar a cabo lo 
anterior traerá como beneficio que los niños desarrollen habilidades sociales, 
comunicativas, emocionales, etc., útiles para toda la vida e importantes para el 
desenvolvimiento escolar. Si desde pequeños se aprende a controlar el estrés 
como resultado obtendremos a adolescentes, jóvenes y adultos con mejor calidad 
de vida. 
 
 
 
EL DESARROLLO DE HABILIDADES SOCIALES Y 
EMOCIONALES. 
 
 
Las habilidades sociales y emocionales juegan un papel fundamental en el 
desarrollo de los niños. Contribuir en ello afecta positivamente a la salud y 
bienestar a largo plazo. Si durante sus primeras etapas de primaria aprenden a 
expresar sus emociones de forma adecuada y se implican en relaciones 
afectuosas y respetuosas es probable que eviten la depresión, agresividad y otros 
problemas conforme crezcan. 
 
El cociente emocional (CE) es tan importante como el cociente intelectual (CI), así 
lo señala Goleman (1995). Con ello se comprende que hay una importancia por 
comprender de manera explícita los sentimientos y emociones y su relación con 
el pensamiento y la implicación en la enseñanza y aprendizaje. Educadores y 
padres están conscientes que el éxito académico depende de la capacidad del 
estudiante para mantener interacciones sociales positivas. Por ello la escuela y 
los padres deben trabajar en conjunto para que el niño desarrolle un dominio sobre 
las emociones y relaciones con los demás. 
 
La enseñanza de habilidades académicas y habilidades sociales y emocionales 
son compatibles. Se proponen aptitudes que construyan la inteligencia emocional 
y que puedan cultivarse en la escuela y en casa tales como: Autoconciencia, 
autoconciencia social, autogestión, toma de decisiones responsable, habilidades 
interpersonales. Tener un dominio de estas habilidades ayuda no solo en la 
escuela sino en muchos aspectos de la vida, como en la felicidad, en la confianza, 
en la autoestima, en la resolución de problemas, en el desempeño académico y 
laboral. En pocas palabras: construir una vida sana.

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