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Suelos contaminados por metales y metaloides Suelos contaminados por metales y metaloides: muestreo y alternativas para su remediación Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales Instituto Nacional de Ecología Tania Volke Sepúlveda, Juan A. Velasco Trejo y David A. de la Rosa Pérez Instituto Nacional de Ecología (INE-Semarnat) Periférico sur 5000. Col. Insurgentes Cuicuilco, C.P. 04530. México, D.F. www.ine.gob.mx Primera edición: mayo de 2005 Coordinación editorial y tipografía: Raúl Marcó del Pont Lalli Diseño de portada: Álvaro Figueroa Foto de portada: Claudio Contreras Koob D.R. © ISBN: 968-817-492-0 Impreso y hecho en México ÍNDICE Capítulo primero 1. El suelo 11 1.1. Composición y propiedades del suelo 11 1.2. Tipos de suelos y su distribución en México 16 Capítulo segundo 2. La contaminación de suelos por metales y metaloides 19 2.1. Principales fuentes de contaminación 20 2.2. La minería y la contaminación de suelos en México 23 2.3. Elementos potencialmente tóxicos 31 Capítulo tercero 3. Muestreo y caracterización de un sitio 37 3.1. Objetivos de un muestreo 38 3.2. Tipos de muestreo 39 3.3. Muestras representativas 42 3.4. Planeación de un muestreo 45 3.5. Características de una muestra 51 3.6. Ejemplos de muestreo 54 Capítulo cuarto 4. Tecnologías de remediación para suelos 57 contaminados por EPT 4.1. Factores que inciden en los procesos de remediación 58 4.2. Clasificación de tecnologías de remediación 62 4.3. Tecnologías fisicoquímicas 66 4.4. Tecnologías biológicas 89 Capítulo quinto Conclusiones y perspectivas 117 Anexo Generalidades de algunos EPT 121 Cuadros 1. Categorías de suelos encontradas en México de acuerdo a 17 la clasificación internacional de suelos FAO/UNESCO/ISRIC 2. Interrelaciones de la actividad minera con el ambiente 22 3. Volumen (t) de la producción de metales y minerales 24 seleccionados (Au, Ag, Pb, Cu, Zn, C, Fe, S, Barita, Fluorita), de 1997 a 2002, en los estados con mayor rendimiento 4. Número de distritos mineros y zonas mineralizadas por estado 27 5. Distribución de sitios abandonados por entidad federativa 30 de acuerdo con su prioridad 6. Principales residuos peligrosos encontrados en sitios 31 abandonados 7. Principales características de los metales y no metales 33 8. Tipos de errores de muestreo y técnicas para su minimización 44 9. Cantidad de muestra requerida en función del análisis 52 a realizar 10. Profundidad recomendada para la toma de muestras 53 en función del objetivo del muestreo 11. Ventajas y desventajas de las tecnologías de remediación 64 in situ y ex situ 12. Ejemplos de la aplicación a gran escala del lavado de 71 suelos contaminados con metales en los Estados Unidos 13. Principales ventajas y limitaciones del lavado de suelo 72 14. Principales ventajas y limitaciones de la electrorremediación 88 15. Especies hiper-acumuladoras que pueden usarse para 113 la fito-extracción de metales 16. Ventajas y limitaciones de la fitorremediación 115 Figuras 1. Esquema general de las fracciones que componen un suelo 13 2. Perfil general de un suelo 15 3. Localización de los metales, no metales y metaloides 32 en la tabla periódica 4. Metales clasificados como clase A (duros), clase B (suaves) 34 y frontera (metales intermedios). 5. Tipos de muestreo 41 6. Instrumentos comúnmente usados para el muestreo de suelos 49 7. Muestreo sistemático polar (muestras simples) 55 para delimitar una zona contaminada 8. Muestreo sistemático con toma de muestras compuestas 56 a diferentes profundidades 9. Factores interrelacionados entre sí que inciden 58 en la remediación de un suelo 10. Esquema básico del proceso de incorporación con cemento 79 con mezclado en tambor 11. Esquema básico del mecanismo de aglutinación con asfalto 79 12. Esquema básico del proceso de vitrificación en campo (on site) 81 13. Esquema básico del proceso de vitrificación en planta (off site) 82 14. Electrorremediación in situ de un suelo contaminado. 85 15. Interacciones entre metales y microorganismos 91 16. Proceso integral para la biorremediación de suelos 103 contaminados con metales 17. Biolixiviación de un mineral que contiene cobre 104 18. Proceso de biooxidación de flujo continuo para el 105 pretratamiento de arsenopirita para recuperar oro 19. Esquema general de la descontaminación de iones metálicos 108 en un proceso natural de fitorremediación 20. Proceso general de fito-extracción 110 El suelo 11 1. El suelo El suelo es un cuerpo natural, no consolidado, compuesto por sólidos (material mineral y orgánico), líquidos y gases, que se caracteriza por tener horizontes o capas diferenciales, resultado de las adiciones, pérdidas, transferencias y transformaciones de energía y materia a través del tiempo, y cuyo espesor puede ir desde la superficie terrestre hasta varios metros de profundidad (Sposito 1989). 1.1. Composición y propiedades del suelo El suelo constituye un recurso natural de gran importancia, que des- empeña funciones en la superficie terrestre como reactor natural y hábitat de organismos, así como soporte de infraestructura y fuente de materiales no renovables (Sposito 1989, UNESUR 2004). Reactor natural. El suelo es un elemento filtrante, amortiguador y transformador, que regula los ciclos del agua y los biogeoquímicos. Tiene la propiedad de retener sustancias mecánicamente o fijarlas por adsorción, contribuyendo a la protección de aguas subterráneas y superficiales contra la penetración de agentes nocivos. El suelo, Capítulo primero 12 Suelos contaminados además, promueve fenómenos de evotranspiración o transpiración del aire a través de la superficie. Hábitat de organismos y reserva genética. El suelo constituye, jun- to con el agua, el aire y la luz solar, el fundamento de la vida en los ecosistemas terrestres, alberga una gran diversidad de organismos y microorganismos. Soporte físico de infraestructura. Por sus características físicas, quími- cas y mecánicas, el suelo posee propiedades de soporte para el desarrollo de actividades forestales, recreativas y agropecuarias, además de socio- económicas como vivienda, industria y carreteras, entre otras. Fuente de materiales no renovables. El suelo es un yacimiento de materias primas, como minerales no metálicos de interés para la construcción (piedra, mármol, caliza, yeso, arena), minerales metá- licos (blenda, galena, siderita, pirita) y combustibles fósiles como el petróleo. El suelo es una mezcla compleja de materiales inorgánicos (fracción mineral, formada principalmente de arcillas, limo y arena), materia orgánica, agua/aire y organismos vivos (figura 1). A continuación se describe brevemente cada una de estas fracciones (Sposito 1989, Miller 1994). Fracción mineral. Los componentes minerales constituyen la mayor parte de la estructura de un suelo (figura 1). En orden de abundan- cia, los elementos más comúnmente encontrados en los minerales son: O > Si > Al > Fe > C > Ca > K > Na > Mg > Ti. Los minerales se dividen en primarios y secundarios; los primeros se encuentran constituidos principalmente por O y Si y forman silicatos de estruc- turas Si-O (grava y arena). Los minerales secundarios, provenientes de procesos de disolución y precipitación, son de suma importancia debido a su superficie de reacción, y a que sirven como depósitos de agua, nutrientes y materia orgánica, lo que le confiere la parte activa de un suelo (arcillas). El suelo 13 Los suelos se clasifican, en función a su tamaño de partícula, en cuatro principales componentes: arcilla (tamaño de partícula menor a 0.002 mm), limo (0.002-0.05 mm), arena (0.05-2 mm) y grava (partículas mayores a 2 mm). Las cantidades relativas de cada tipo de partícula mineral determinan la textura de un suelo y tienen un impacto directo sobre sus propiedades físicas, químicasy biológicas (Miller 1994, Van Deuren et al. 2002). Figura 1. Esquema general de las fracciones que componen un suelo Fracción orgánica. La fracción orgánica de los suelos está constitui- da por desechos vegetales y animales, además de cantidades variables de materia orgánica amorfa llamada humus. La fracción orgánica en un suelo puede ser muy variable: un suelo árido puede contener cerca de 0.5%, mientras que una turba puede tener alrededor de 95%; sin Poros: aire (20-30%)} O2 CO2 Materia orgánica (0.5-5%) Poros: aire (20-30%) Fracción mineral (~ 45%) 14 Suelos contaminados embargo, la mayoría de los suelos, en general, tiene un contenido de materia orgánica entre 0.5 y 5%. Fracción agua/gases. Los espacios, o poros, que hay entre partí- culas sólidas (orgánicas e inorgánicas) del suelo, contienen diversas cantidades de dos componentes inorgánicos clave: el agua y el aire. El agua es el principal componente líquido de los suelos y contiene sustancias minerales, oxígeno (O2) y bióxido de carbono (CO2) en disolución, mientras que la fase gaseosa en los suelos está constituida por aire. Dependiendo del contenido de humedad del suelo, los poros se encontrarán ocupados por agua o por aire (figura 1). En general, la composición química y la estructura física del suelo están determinadas por el tipo de material geológico del que se origina, por la cubierta vegetal, por el tiempo en que ha actuado la meteori- zación (desintegración por la acción de agentes atmosféricos), por la topografía y por los cambios artificiales resultantes de las actividades humanas (Sposito 1989). Los componentes de los suelos maduros se encuentran dispuestos en una serie de zonas llamadas horizontes (figura 2). El arreglo de estos horizontes en un suelo se conoce como un perfil edáfico o perfil del suelo. Cada horizonte se caracteriza por tener diferentes propiedades como color, textura, estructura, espesor y composición (tipo de mi- nerales y elementos químicos presentes), además de su consistencia y reacción. Todas estas propiedades son utilizadas para definir los tipos de horizontes, de los cuales se han identificado a la fecha seis, simbolizados con las letras mayúsculas O, A, E, B, C y R (Miller 1994, Jaramillo 2001). La mayoría de los suelos maduros posee, al menos, tres de los ho- rizontes (A, B y C), pero suelos recientes o poco desarrollados pueden carecer de ellos. Algunos suelos tienen una capa orgánica (horizonte O) compuesta principalmente por hojas, desechos animales, hongos y otros materiales orgánicos parcialmente descompuestos. El horizonte El suelo 15 A, comúnmente es una mezcla porosa de materia orgánica descom- puesta (humus), organismos vivos y algunas partículas minerales. El horizonte E, es una capa mineral de color claro, en la que ocurren pérdidas de arcillas, minerales y cationes por lixiviación, generándose una acumulación de arena y limo. Los horizontes B (subsuelo) y C (material perental parcialmente descompuesto), son los que contie- nen la mayor parte de la materia inorgánica del suelo. El horizonte B contiene depósitos de arcillas y minerales (aluminio, óxidos de Figura 2. Perfil general de un suelo. El espesor, presencia y composición de los horizontes varía en función del tipo de suelo y las condiciones climáticas Horizonte O Horizonte E Horizonte A Horizonte B Horizonte C Horizonte R Estrato superficial: detritos orgánicos, hojas, materia orgánica parcialmente descompuesta Suelo superficial: materia orgánica parcialmente descompuesta (humus), raíces, organismos vivos y minerales Zona de lavado (infiltración): capa mineral que re- presenta lixiviación de minerales, arcillas y cationes, además de acumulación de partículas de arena y limo Subsuelo: zona de acumulación: capa mineral donde se acumulan arcillas, óxidos de hierro y aluminio, compuestos húmicos y los cationes lixiviados del horzonte A Material parental parcilamente descompuesto (rego- lita): zona poco afectada por procesos pedogenéticos, compuesta por sedimentos y fragmentos de roca. Presenta acumulación de sílice, carbonatos y yeso Material parental: capa compuesta por rocas y por lo tanto difícil de penetrar, excepto por fracturas 16 Suelos contaminados aluminio y carbonato de calcio) que recibe de las capas más superfi- ciales por efecto de escurrimientos; el horizonte C en su mayor parte, es roca disgregada en forma de mezclas variables de arena, arcilla y grava, que contiene un mínimo de material orgánico; este horizonte, normalmente descansa sobre un lecho de roca (material parental) denominado con la letra R, el cual no es considerado como suelo (Miller 1994, Jaramillo 2001). 1.2. Tipos de suelos y su distribución en México El territorio mexicano abarca 1,953,162 km2 y está distribuido, casi por partes iguales, a ambos lados del trópico de cáncer. El perímetro del país es de 15,518 km, de los cuales 11,208 km son litorales y 4,310 km fronteras. (INEGI 1997). Debido a la compleja historia geológica de la superficie terrestre que México ocupa, y a los diferentes factores am- bientales, fisiográficos, climáticos y biológicos, el país presenta una gran diversidad de suelos. La clasificación internacional de los suelos, de acuerdo al sistema FAO/UNESCO/ISRIC de 1988, divide a los suelos en unidades o cate- gorías de acuerdo a ciertas características generales, como su mor- fología y composición, con énfasis en las propiedades que se pueden ver, sentir o medir; por ejemplo, la profundidad, el color, la textura, la estructura y la composición química; así como las características de los horizontes, junto con el grosor, número y naturaleza de las capas, entre otros factores (Semarnat 2004a). De acuerdo con esta clasificación de suelos, actualmente, existen 28 unidades principales y 153 subunidades. De estas 28 categorías reconocidas en el mundo, en México se encuentran presentes 25, y 10 de ellas conforman el 74% de la superficie nacional. Las tres categorías dominantes en el territorio, en términos de superficie, son los Leptosoles, Regosoles y Calcisoles (cuadro 1) (Semarnat 2004a). El suelo 17 Cuadro 1. Categorías de suelos encontradas en México de acuerdo a la clasificación internacional de suelos FAO/UNESCO/ISRIC * CIC: capacidad de intercambio catiónico Fuente: Semarnap 2004a. Categoría Leptosoles Regosoles Calcisoles Feozems Vertisoles Arenosoles Cambisoles Luvisoles Gleysoles Alisoles Otras Total Características Suelos muy delgados (espesor < 30 cm) sobre roca dura Suelos en formación a partir de material consolidado (roca madre) Suelos con alto contenido de calcio (CaCO3) Suelos saturados de bases, hasta 125 cm Muy fértiles. Presentan una superficie oscura Suelos con alto contenido de arcilla (> 35%) hasta ˜50 cm Suelos con alto contenido de arena hasta ˜125 cm Suelos poco desarrollados de color claro, presentan cambios de estructura o consisten- cia por intemperización Suelos con arcillas, saturados en bases (alta CIC)*, en cualquier clima, excepto tropical y subtropical Suelos con saturación de agua permanente Suelos con alto contenido de aluminio, sólo se encuentran en climas tropicales y subtropicales Superficie ocupada km2 % 467,978 23.9 361,335 18.5 355,475 18.2 189,457 9.7 162,112 8.3 121,096 6.2 91,799 4.7 46,876 2.4 29,297 1.5 29,297 1.5 98,440 5.0 1,953,162 100.0 La contaminación de suelos 19 2. La contaminación de suelos por metales y metaloides Desde tiempos remotos, los seres humanos han utilizado recursos líticos para su desarrollo, fragmentos de rocas o minerales media- namente trabajados como herramientas y armas; posteriormente, con la evolución continua y el conocimiento de diversos procesos, inventaron la metalurgia. Resumiendo los principales logros minero- metalúrgicos (y tecnológicos asociados) de la humanidad, pueden incluirse varias eras: (i) piedra (Paleolítico, Mesolítico, Neolítico); (ii) cobre (6000 a.C.); (iii) bronce(2500 a.C.); (iv) hierro (1000 a.C.); (v) carbón (1600 d.C.); (vi) revolución industrial (1750-1850 d.C.); (vii) petróleo (1850 d.C.); (viii) eléctrica (1875 d.C.) y (ix) atómica (1945 d.C.). Actualmente, el desarrollo de nuevas tecnologías de toda índole depende de los elementos que se obtienen por actividades minero- metalúrgicas o del reciclaje de otros materiales, ya que muchos de los componentes de los nuevos equipos (computadoras, instrumentos ana- líticos y teléfonos celulares, entre otros) están fabricados de metales como el hierro, cobre, cadmio, oro, plomo, plata y otros elementos como el silicio (Gocht et al. 1988). Capítulo segundo 20 Suelos contaminados La excavación de minas, la remoción de minerales y el proceso y la extracción de metales puede causar daños ambientales y, en casos extremos, destruir el ecosistema; por ejemplo, se pueden dañar tierras de cultivo, favorecer la erosión y contaminar cuerpos de agua con sales solubles de elementos potencialmente tóxicos (EPT), como As, Se, Pb, Cd y óxidos de S, entre otros. Asimismo, el material subterráneo puede generar volúmenes de residuos hasta ocho veces superiores al original. Por otro lado, las industrias especializadas en el proceso de metales (siderurgias y metalúrgicas) pueden emitir partículas de dimensiones micrométricas, que son fácilmente transportables por el viento a gran- des distancias y causar problemas en la salud de poblaciones (Csuros y Csuros 2002). Con base en lo anterior, en las siguientes secciones se describen los principales procesos que generan la contaminación de suelos por EPT y la situación particular de México en este sentido. También se presenta la clasificación general de este tipo de elementos (metales y metaloides), con base en sus propiedades y características. 2.1. Principales fuentes de contaminación El enriquecimiento de minerales consiste en su separación de la gan- ga terrosa1 que los acompaña. Los procesos para su recuperación se dividen en pirometalurgia (proceso en seco y a través de calor) e hi- drometalurgia (proceso húmedo). Los primeros, incluyen operaciones como calcinación, tostación, fusión, volatilización, electrólisis ígnea y metalotermia; mientras los procesos hidrometalúrgicos abarcan ope- raciones como lixiviación, purificación y/o concentración y flotación/ 1. Una mena está formada de dos partes: (i) el mineral, que es la especie de interés que se encuentra en estado sólido con una composición química definida y (ii) la ganga, que es la parte sin interés económico (UNAP 2004, http://www.unap.cl/museomin/ basededatos/conceptos.htm). La contaminación de suelos 21 precipitación. La flotación de minerales es el principal proceso para su concentración y busca enriquecer las especies minerales útiles de una mena mediante la eliminación de las especies o materiales sin valor; es una de las técnicas más antiguas para la recuperación de metales, superado únicamente por la fundición de yacimientos de alta ley (Sa- lager 1992). Durante el proceso, diversos reactivos químicos, como surfactantes catiónicos y xantatos, producen espumas que reducen la tensión superficial haciendo flotar algunos minerales, cuyas superficies son acondicionadas a formas hidrofóbicas. Como en ningún proceso de concentración se logra una recuperación de 100%, los desechos mineros (colas o jales) siempre contienen residuos del mineral, permitiendo su eventual recuperación a futuro. Sin embargo, era común que muchas empresas descartaran sus desechos en ríos o los dispusieran en grandes pilas. La composición de estos residuos puede ser muy diversa en su naturaleza química y mineralógica (Sánchez 1995). El impacto de la minería sobre el ambiente y la salud se relaciona con la composición del mineral, el tipo de explotación, el proceso de beneficio, la escala de las operaciones y las características del entorno. La composición de los residuos puede variar de acuerdo con las con- diciones particulares de cada mina (Gutiérrez 2003). En el cuadro 2 se describen las fases del proceso minero y las afectaciones ambientales de cada etapa, entre las que destacan la deforestación, la disposición de residuos al aire, agua y suelo, daños a otros recursos naturales, además de la generación de ruido, entre otros. Los menores impactos ambientales entre las actividades mineras, se observan en los procesos de flotación simple con un agente espu- mante; sin embargo, el impacto aumenta a medida que se incrementa el uso de reactivos para favorecer la flotación, y es mucho mayor en los procesos de lixiviación (Gutiérrez 2003). Algunas otras fuentes, subestimadas, que generan la contaminación por metales y metaloides son (Csuros y Csuros 2002): 22 Suelos contaminados Cuadro 2. Interrelaciones de la actividad minera con el ambiente Etapa Prospección Exploración Explotación y beneficio Fundición y refinación Descripción Estudios de gravimetría, geología superficial, densidad, etc. Barrenación, obras y perforacio- nes, construcción de caminos, instalación de campamentos Descapote: eliminación de suelo y vegetación Construcción y obras diversas (tiros, socavones, patios de depósito) Alto consumo de agua Acumulación de material sin valor en terreros Transporte del material con valor hacia molinos Extracción y concentración de minerales Reducción del tamaño del mine- ral por trituración y molienda Tratamientos previos a una fusión primaria o electro-depo- sitación Obtención de metales y sus aleaciones con el uso de hornos industriales. Eliminación de impurezas en los metales para al- canzar una alta ley de contenido Impacto al ambiente Procedimientos que no generan impactos ambientales significativos Destrucción de la vegetación Destrucción de la capa del suelo y la vegetación Afectación a cuerpos de agua Generación de terreros inestables Generación de jales o colas:* residuos minerales sin valor Escurrimientos y arrastres de residuos Oxidación de minerales insolu- bles y formación de sustancias solubles con alto contenido de metales (drenaje ácido) Descarga de lixiviados que con- tienen iones metálicos y reactivos tóxicos La trituración y molienda pueden provocar ruido, vibración y emisión de polvo (efectos de bajo impacto) Generación de aguas residuales, residuos peligrosos, emisiones a la atmósfera Fuente: Gutiérrez 2003, Gutiérrez y Moreno 1997. * Residuos de los procesos de flotación que, generalmente, contienen metales en formas inso- lubles, sales básicas o ácidas y vestigios solubles de elementos derivados de la oxidación de jales, como As y Se, entre otros (Gutiérrez 2003). La contaminación de suelos 23 . Drenaje pluvial: en muchas ocasiones el drenaje pluvial de las ciu- dades puede contener muchos metales, dependiendo del tipo de camino y material de construcción de los mismos, de la cantidad de tráfico, planeación urbanística y uso de suelo. . Descargas y drenajes industriales: actualmente en México, existe normatividad que regula las descargas de industrias; sin embargo, ciertas industrias pueden generar residuos con concentraciones mayores de metales por las características de sus procesos. . Drenaje doméstico: transporta metales desechados por el metabo- lismo y lixiviados de los materiales de construcción de las tuberías (Cu, Pb, Zn, Cd, Fe, Mn, Cr, Ni, Co, Bo y As). Los tratamientos convencionales para aguas residuales, remueven hasta 50% de los metales contenidos, dejando una carga considerable de metales en el agua tratada, además de concentrar los metales removidos en los lodos de tratamiento. . Rellenos sanitarios: el lixiviado que se produce en los rellenos sa- nitarios normalmente contiene metales como Cu, Zn, Pb y Hg. . Quema de combustibles fósiles: es la principal fuente de metales hacia la atmósfera y fuente potencial de contaminación de cuerpos superficiales de agua. 2.2. La minería y la contaminación de suelos en México México es uno de los países de Latinoamérica que seencuentra localizado en una región volcánica rica en minerales. La tradición minera en el país se remonta a la época prehispánica, con la explota- ción de yacimientos ubicados principalmente en las zonas de Taxco, Pachuca, Guanajuato y Querétaro. Dicha actividad adquirió una gran relevancia económica y social hasta el periodo de la colonia, convirtiéndose entonces en el motor del crecimiento económico y modernización de la Corona española. La minería suministró 24 Suelos contaminados insumos a la industria de la construcción, metalurgia, siderurgia y química por más de tres siglos, ayudando a generar infraestructura y polos de desarrollo en el país. A nivel mundial, el auge de la minería mexicana se tradujo en un importante flujo de metales preciosos, especialmente plata, hacia los circuitos comerciales europeos. Ac- tualmente, la posición de la minería dentro de las industrias de sector primario es significativa aún cuando enfrenta problemas de mercados deprimidos (Coremi 1994, Gutiérrez 2003). Cuadro 3. Volumen (t) de la producción de metales y minerales seleccionados (Au, Ag, Pb, Cu, Zn, C, Fe, S, Barita, Fluorita), de 1997 a 2002, en los estados con mayor rendimiento Estado 1997 1998 1999 2000 2001 2002 BC 15 18 36 70 16 0 Coah 4,068,705 4,177,409 2,694,646 4 103,969 3,701,755 3,432,254 Chih 237,907 253,308 220,347 251,914 213,517 195,584 Dgo 51,470 33,650 38,750 50,151 44,714 28,646 Gto 30,325 30,868 13,538 13,702 42,153 59,970 Gro 17,073 17,519 15,723 6,314 53,864 14,942 Hgo 84,486 84,612 106,139 112,337 94,647 94,647 Jal 733,057 882,141 999,192 828,645 162 118 Mex 24,636 29,926 24,323 36,629 39,321 35,928 Mich 1,569,537 1,372,208 1,683,628 1,826,415 1,718,480 951,238 Qro 7,660 3,886 7,689 152 1,900 12 SLP 467,297 492,583 471,377 562,306 540,300 560,092 Sin 5,167 3,865 4,905 4,231 684 288 Son 492,097 382,448 415,408 357,075 318,819 293,475 Zac 189,042 190,311 155,696 165,609 179,611 258,290 Fuente: cuadro elaborado a partir de datos publicados en las series de estadísticas del INEGI 2003. La contaminación de suelos 25 La explotación minera en el país se realiza básicamente en dos modalidades: (i) explotación y beneficio de metales (preciosos e indus- triales) y (ii) explotación de piedras preciosas y minerales industriales, como los ópalos y caolines, respectivamente. También es común la explotación de rocas para la elaboración de artesanías y construcciones (canteras y sillajes). En el cuadro 3 se muestra el volumen de la pro- ducción, entre 1997 y 2002, de metales y minerales en los estados con mayor rendimiento (Baja California, Coahuila, Chihuahua, Durango, Guanajuato, Guerrero, Hidalgo, Jalisco, México, Michoacán, Querétaro, San Luis Potosí, Sinaloa, Sonora y Zacatecas). Entre los estados que destacan por su contribución con la produc- ción de metales y minerales siderúrgicos, se encuentran Coahuila, Jalisco y Michoacán. En el cuadro 4 se describen los principales me- tales y minerales que se extraen en las regiones mineras de México, así como el número de distritos mineros y zonas mineralizadas en cada estado. El ejemplo más común de la contaminación de suelos por acti- vidades mineras en México es la generada durante el beneficio del oro y la plata, realizado comúnmente por amalgamación con Hg y por cianuración. En ninguno de los dos casos, es posible la recuperación total de los compuestos y/o elementos adicionados, por lo que es co- mún encontrarlos en los residuos del proceso (jales) en forma soluble. Durante el proceso de cianuración, se incrementa el pH por la adición de hidróxido de calcio; al generarse hidróxido de sodio (en el caso de beneficio con plata) como producto de la reacción, también se forma cianuro de sodio. En México, la separación del mineral de los materiales sin valor se lleva a cabo básicamente a través de dos métodos: la flotación y la hidrometalurgia. Como se mencionó, los impactos ambientales ocasionados por los métodos de flotación aumentan proporcional- mente al incremento del uso de reactivos para favorecer el proceso. 26 Suelos contaminados Los EPT más comunes derivados de estos procesos, en el caso de México, son Pb, Cd, Zn, As, Se y Hg (Gutiérrez y Moreno 1997, Gutiérrez 2003). Por otra parte, de acuerdo con la ubicación del yacimiento, la minería en el país se realiza a cielo abierto (cuando los minerales se encuentran en zonas más o menos superficiales) o bien, opera de forma subterránea. Debido a lo anterior, los volúmenes de descapote varían mucho, desde relaciones desperdicio/mineral de 1:1 hasta 6:1. En el caso de minas no metálicas, como las de sal en Guerrero Negro o de yeso en Baja California, existen diferencias notables con respecto a las minas en las que se extraen metales. La peligrosidad de los residuos generados en este tipo de minas se debe más a los grandes volúmenes manejados y a su dispersión, que a la toxicidad de sus componentes (Gutiérrez y Moreno 1997). Otra fuente importante de contaminación por EPT en México es la actividad industrial. Desde el inicio de la industrialización y hasta la actualidad, este tipo de actividades genera diversos tipos de residuos peligrosos que, ante la falta de una regulación jurídica adecuada que los identificara como tales, se dispusieron en sitios inadecuados como terrenos aledaños a las plantas industriales especialmente adquiridos para ese propósito, patios de las propias instalaciones industriales o bien, se depositaron indiscriminadamente en barrancas, ríos, basure- ros, terrenos baldíos y cañadas, entre otros (Semarnat 2004b). Durante 1995, la Procuraduría Federal de Protección al Ambien- te (Profepa), con ayuda de sus delegaciones estatales, comenzó la identificación de los sitios abandonados contaminados con residuos peligrosos a nivel nacional. En 1997, el listado preliminar nacional de sitios abandonados contaminados con residuos peligrosos constaba de 59 sitios en 16 entidades federativas; para 1999, se contaba con el inventario correspondiente a 17 estados, en los cuales se localizaron 105 sitios sin responsable identificado (cuadro 5). La contaminación de suelos 27 C ua dr o 4. N úm er o de d is tr it os m in er os y z on as m in er al iz ad as p or e st ad o. S e pr es en ta n lo s p ri nc ip al es m et al es y m in er al es e xt ra íb le s de c ad a re gi ón Es ta do D is tr it os Zo na s m in er al iz ad as BC 10 4 C oa h 11 5 C hi h 35 32 D go 34 13 G to 8 4 G ro 6 18 H go 3 15 re gi on es m in er as Ja l 15 2 (4 re gi on es m in er as ) M ex 5 6 (7 re gi on es m in er as ) M ic h 11 19 (1 3 re gi on es m in er as ) Q ro 13 2 (7 re gi on es m in er as ) M et al es y m in er al es A u, A g, P b, Z n, C u, W , M n, c ua rz o, b ar ita , ó ni x ca lc ár eo , c en iz a vo lc á - ni ca p ét re a, z eo lit a, ro ca c al iz a, m ag ne tit a Fe , C r, Sm , Z n, C u, A g, A u, M g, N a, b ar ita , ó xi do s d e Pb y Z n, g al en a, flu or ita , c ua rz o, p ir ita , c ar bó n, y es o A u, A g, P b, Z n, C u, F e, m ár m ol , fl uo rit a, y es o, p ir ita , m al aq ui ta , óx id os d e Fe , c ao lín A u, A g, P b, C u, Z n, c ua rz o, a nd es ita s, pi za rr as , g ra ni to , m ár m ol A u, A g, C u, P b, Z n, c ua rz o, c al ci ta , c al co pi rit a, p ir ita , a rc ill as , c lo rit a, ga le na , g ra ni to , s ul fu ro s A u, A g, P b, C u, Z n, F e, A l, C d, B a, S n, W , C r, Sb , c al iz a, y es o, d ol om ita A u, A g, P b, C u, Z n, M n, c al h id ra ta da , b itu m en , m ár m ol , c al iz a, c ao - lín , p óm ez , c ar bó n, a re na , s íli ca A u, A g, P b,C u, Z n, M n, F e, S n, c an te ra , ó pa lo , d ia to m ita , c ao lín , gr an ito , b ar ita , c al iz a, y es o, a rc ill a, m ár m ol , f os fo rit a A u, A g, P b, C u, Z n, C d, c an te ra , g ra va , a re na , c en iz a vo lc án ic a pé tr ea , te pe ta te , c al iz a, sí lic a A u, A g, C u, P b, M o, W , B a, F e, M n, c ao lín , c ua rz o A g, P b, Z n, A u, C u, su lfu ro s, m ár m ol , ó pa lo , c an te ra , c ao lín (C on tin úa ) 28 Suelos contaminados C ua dr o 4. N úm er o de d is tr it os m in er os y z on as m in er al iz ad as p or e st ad o. S e pr es en ta n lo s p ri nc ip al es m et al es y m in er al es e xt ra íb le s de c ad a re gi ón Es ta do D is tr it os Zo na s m in er al iz ad as SL P 13 23 (1 4 re gi on es m in er as ) Si n 13 13 So n 20 10 +1 re gi ón c ar bo ní fe ra (1 3 re gi on es m in er as ) Za c 14 12 (1 8 re gi on es m in er as ) M et al es y m in er al es Fe , A u, A g, Z n, C u, P b, H g, a re na , c al iz a, c ua rz o, p ir ita A u, A g, C u, P b, M o, F e, Z n, N i, C o, P t, Ru , I r, cu ar zo A u, A g, C u, F e, c ar bó n A u, A g, C u, P b, Z n, F e, c an te ra Fu en te : e la bo ra da a p ar tir d e da to s pu bl ic ad os e n la s se ri es M on og rá fic as g eo ló gi co -m in er as d e lo s es ta do s (C or em i 1 99 2, 19 93 , 1 99 4, 1 99 9) . La contaminación de suelos 29 Los sitios inventariados, se encuentran catalogados por priorida- des, con base en sus características (magnitud, tipo y concentración de contaminantes) y niveles potenciales de afectación a la salud y al ambiente (Semarnat 2004b): Prioridad A. Sitios con alto nivel de afectación y riesgo a la salud humana y al ecosistema en virtud de la presencia de los siguientes factores: tamaño del sitio, ubicación, naturaleza y cantidad de residuos. Son sitios que requieren de acciones urgentes y a corto plazo a fin de minimizar y eliminar sus efectos. Prioridad B. Sitios con afectación moderada debido a la presencia de alguno de los factores como: tamaño, ubicación, naturaleza o canti- dad de residuos; requieren, a corto plazo, medidas de control que eviten la dispersión de los contaminantes y el contacto con la población, a fin de proceder a su restauración a mediano plazo. Prioridad C. Sitios con un bajo nivel de afectación para la población o el ambiente; requieren de un plan de seguimiento de las condiciones presentes a fin de prevenir situaciones que pudieran incrementar el grado de afectación. Algunos de estos sitios inventariados se encuentran contaminados por más de un tipo de residuo. Los metales pesados ocupan el primer lugar (61 sitios) entre los residuos peligrosos encontrados (cuadro 6). A su vez, el Pb es el más común de los metales pesados, presentándose en 23 de estos sitios. Los residuos biológico-infecciosos ocupan el segundo lugar (17.6%) y las escorias el tercero (13.5%), destacando las provenientes del sector del hierro y acero. Como puede verse, la contaminación de suelos por metales es un problema persistente en muchos sitios del territorio. Dos de los contaminantes más frecuentes en las zonas mineras del país son el As y el Pb, además del Cd en algunas de ellas. Estos EPT, comúnmente, se encuentran en residuos como jales mineros y escorias de fundición, cuyo volumen supera las 80,000 ton (sola- 30 Suelos contaminados Cuadro 5. Distribución de sitios abandonados por entidad federativa de acuerdo con su prioridad Estado Total Prioridad A B C Baja California 2 2 0 0 Coahuila 1 0 1 0 Chihuahua 2 2 0 0 México 17 6 7 4 Guanajuato 6 2 2 2 Hidalgo 12 4 5 3 Jalisco 3 2 1 0 Morelos 2 0 1 1 Nuevo León 5 1 3 1 Puebla 2 0 2 0 Querétaro 16 0 2 14 San Luis Potosí 8 7 0 1 Sonora 2 1 1 0 Tamaulipas 3 2 0 1 Tlaxcala 3 0 0 3 Veracruz 12 5 3 4 Zacatecas 9 4 5 0 Total 105 38 33 34 Fuente: Semarnat 2004b. mente en sitios registrados en los que se ha calculado el volumen) (Semarnat 2004b). La contaminación de suelos 31 Cuadro 6. Principales residuos peligrosos encontrados en sitios abandonados Tipo de residuo Número de sitios Total % Metales (Cr, Pb, Hg, Zn), As, cianuro, baterías 61 35.9 automotrices gastadas Biológico-infecciosos 30 17.6 Escorias de fundición (Pb, Cd, As) 23 13.5 Grasas, aceites gastados 19 11.2 Solventes químicos 14 8.2 Químicos inorgánicos 12 7.1 Hidrocarburos 11 6.5 Fuente: Semarnat 2004b. 2.3. Elementos potencialmente tóxicos 2.3.1. Propiedades de metales, metaloides y no metales Los elementos de la tabla periódica se encuentran divididos por una marcada línea, en metales (izquierda) y no metales (derecha). La mayoría de los elementos que limitan con esta línea divisoria son metaloides o semi-metales (figura 3). Los metales son sustancias con características de brillo y que son buenos conductores de calor y elec- tricidad; con excepción del mercurio, todos los metales son sólidos a temperatura ambiente. Son más o menos maleables (formación de láminas) y dúctiles (formación de alambres). La mayoría posee propiedades de dureza, con excepción de los alcalinos, que son muy suaves. Químicamente, estos tienden a perder electrones para formar iones positivos (cationes) (figura 3) (Csuros y Csuros 2002). 32 Suelos contaminados Un no metal es un elemento que no exhibe las características de un metal. La mayoría de los no metales son gases o sólidos. Los metaloides o semi metales son elementos que presentan propiedades de ambos grupos. En muchos aspectos, los metaloides se comportan como no metales, química y físicamente. Sin embargo, en su propiedad física más importante, la conductividad eléctrica, se parecen a los metales. Los metaloides tienden a ser semiconductores, pero conducen la elec- tricidad en menor grado que los metales (Csuros y Csuros 2002). En el cuadro 7 se muestran las diferencias entre las características de los metales y no metales. Aunque el término metal pesado es usado comúnmente en mate- ria de contaminación ambiental, su uso en éste y otros contextos ha causado confusión. Una de las definiciones más comunes se aplica a metales con una densidad (gravedad específica) mayor a 5 g/cm3. Sin embargo, dentro de esta clasificación también caen elementos (no metales) con propiedades químicas muy diferentes, además de que la gravedad específica no es significativa en cuanto a la reactividad, toxicidad o ecotoxicidad de un metal. El término también se ha de- Figura 3. Localización de los metales, no metales y metaloides en la tabla periódica + electronegativo - electronegativo Metales Metaloides No metales - metálico + metálico + oxidante - oxidante Metales No metales La contaminación de suelos 33 Cuadro 7. Principales características de los metales y no metales Metales Buenos conductores de electricidad Dúctiles Maleables y lustrosos Sólidos Puntos de fusión altos Buenos conductores de calor Reaccionan con ácidos Forman óxidos básicos: reacción con ácidos Forman cationes Forman haluros* iónicos No metales Malos conductores de electricidad No dúctiles No maleables Sólidos, líquidos o gases Puntos de fusión bajos Malos conductores de calor No reaccionan con ácidos Forman óxidos ácidos: reacción con bases Forman aniones Forman haluros covalentes Propiedades físicas Propiedades químicas * Formas mono-aniónicas (una carga negativa) de un átomo de un halógeno, espe- cíficamente fluoruro (F-), cloruro (Cl-), bromuro (Br-) y yoduro (I-). Fuente: Csuros y Csuros 2002. finido con base en otras propiedades fisicoquímicas (peso y número atómico, reacción con otros elementos) y toxicológicas, por lo que resulta inconsistente. Otra clasificación más aceptada,se basa en la acidez de Lewis y se enfoca en las propiedades químicas de los meta- les, de manera que los metales pesados se clasifican como elementos de clase A (duros), clase B (suaves) y de frontera. Esta clasificación se basa en la forma en la que se unen los metales en sus complejos y determina las posibilidades para la formación de los mismos (figura 4) (Duffus 2001). 34 Suelos contaminados Figura 4. Metales clasificados como clase A (duros), clase B (suaves) y frontera (metales intermedios). El cobre y el plomo pueden ser clase B o frontera, dependiendo si se encuentran en forma de Cu(I) o Cu(II) y Pb(II) o Pb(IV), respectivamente. El hierro puede ser clase A o frontera, si se encuentra como Fe(III) o Fe(II) Los iones de clase A normalmente forman complejos con ligandos similares que no se polarizan y las uniones más comunes en estos complejos son iónicas. Los metales clase B se unen preferencialmente a ligandos suaves polarizables para dar uniones más covalentes (Duffus 2001, Csuros y Csuros 2002). 2.3.2. Efectos de EPT sobre algunas funciones biológicas Para que un ión de alguno(s) de los elementos arriba mencionados tenga un efecto fisiológico o tóxico sobre un organismo, primero debe entrar a la célula. Los cationes metálicos divalentes (Mn2+, Fe2+, Co2+, Ni2+, Cu2+ y Zn2+) son estructuralmente muy similares entre sí; todos ellos tienen diámetros iónicos entre 138 y 160 pm y una doble carga positiva. De esta manera, por su semejanza estructural, ciertos cationes metálicos divalentes pueden desplazar a otros con funciones fisioló- Clase A Clase B Frontera La contaminación de suelos 35 gicas importantes en la célula. Por ejemplo, si el Zn2+ es reemplazado por Ni2+, o el Be2+ por Mg2+ en enzimas, éstas se desactivan y pierden su función. La sustitución de Ca2+ por otros metales en proteínas de la membrana provoca desórdenes funcionales (Nies 1999). Los cationes de varios metales (Ca, Fe, Cu, Na, K, Mg, Zn, Mn y Cr) juegan un papel importante como elementos traza en reacciones bioquímicas y en el metabolismo humano. Otros elementos, como Al, Si, As y Ni también se encuentran en el cuerpo, pero su función exac- ta no se ha determinado. Ciertos metales funcionan como “venenos” metabólicos, ya que pueden reaccionar e inhibir una serie de sistemas enzimáticos; algunos iones de estos elementos (Hg2+, Cd2+ y Ag+) forman complejos tóxicos inespecíficos en la célula, lo que produce efectos tóxicos para cualquier función biológica. Elementos como el Hg, As, Sn, Tl y Pb, pueden formar iones órgano-metálicos liposolu- bles capaces de penetrar membranas y acumularse en las células. Aun, elementos sin propiedades tóxicas en baja concentración, como Zn2+ o Ni2+ y, especialmente Cu2+, son tóxicos en concentraciones mayores (Nies 1999, Csuros y Csuros 2002). En relación con lo anterior, cationes tri- o tetra-valentes de otros metales (Sn, Ce, Ga, Zr y Th), debido a su baja solubilidad, no poseen influencia biológica. Del resto de los metales, el Fe, Mo y Mn son ele- mentos traza importantes con baja toxicidad; el Zn, Ni, Cu, V, Co, W y Cr son tóxicos con importancia biológica moderada; y elementos como As, Ag, Sb, Cd, Hg, Pb y U, no tienen importancia biológica significativa como elementos traza y se consideran tóxicos (Nies 1999). Como puede verse, algunos metales no implican peligro para los sistemas biológicos; en cambio, algunos no metales y metaloides, como el Se y el As, respectivamente, son potencialmente tóxicos, dependien- do de su concentración. Por esta razón, un término más adecuado, y por lo tanto adoptado en el presente documento, para denominar a los elementos de importancia ambiental y/o toxicológica es el de 36 Suelos contaminados elementos potencialmente tóxicos (EPT). En el Anexo se describe brevemente la forma química, especiación y funciones biológicas de algunos de los EPT de mayor importancia ambiental (As, Be, Cd, Cu, Cr, Hg, Pb, Se, Tl, V y Zn), que se encuentran regulados en México y comúnmente presentes en sitios contaminados. Es importante mencionar que si este tipo de elementos se en- cuentran biodisponibles y se movilizan hacia poblaciones cercanas, pueden ocasionar problemas de intoxicación. En este sentido, la forma química de un elemento, tiene influencia directa en su solu- bilidad, movilidad y toxicidad en el suelo; ésta, a su vez, depende de la fuente de contaminación y de la química del suelo en el sitio contaminado (Nies 1999). De esta manera, para poder evaluar la utilización de una alternativa de remediación para un sitio en par- ticular, es indispensable llevar a cabo la caracterización del sitio con el objeto de determinar el tipo y concentración del (los) contami- nante(s) presente(s). En la siguiente sección, se presentan y describen algunas de las consideraciones más importantes para llevar a cabo la caracterización de un sitio contaminado. Muestreo y caracterización de un sitio 37 3. Muestreo y caracterización de un sitio Para el buen desarrollo de una investigación, así como para la ob- tención de resultados confiables a partir de un diseño experimental para la remediación de un suelo contaminado, es necesario, en primer lugar, llevar a cabo su caracterización. La caracterización de un sitio, implica actividades de muestreo y análisis que tienen como finalidad determinar la extensión y naturaleza de la contaminación; asimismo, provee las bases para adquirir la información técnica necesaria para desarrollar, proyectar, analizar y seleccionar las técnicas de limpieza más apropiadas. La caracterización se realiza en etapas y, debido a que su principal objetivo es la toma de decisiones basadas en información existente, el primer paso es definir los objetivos del estudio (sección 3.1). La mayoría de las metodologías de caracterización incluye las siguientes etapas (US EPA 1991, Álvarez-Manilla et al. 2002): i Determinación de las condiciones del sitio antes de la conta- minación. ii Definición de la magnitud y tipo de contaminación. iii Muestreo. iv Análisis físicos y químicos. Capítulo tercero 38 Suelos contaminados v Elaboración de cartas y/o mapas con ayuda de sistemas de infor- mación geográfica. Para cualquier investigación relativa a la remediación de un sitio es importante definir, tanto como sea posible, el perfil horizontal y vertical del contaminante. La información completa acerca del alcance y diversidad de la contaminación en el sitio es crítica para la selección de una tecnología de tratamiento. La obtención de esta información generalmente requiere de la toma de muestras y de la determinación de sus características físicas y químicas (Van Deuren et al. 2002). El muestreo es el primer paso a efectuar para realizar un análisis de suelos y es la actividad por medio de la cual se toman partes representativas de un todo llamado población, con el objeto de conocer la población total a partir del estudio de las características de cada una de esas partes (Valencia y Hernández 2002). 3.1. Objetivos de un muestreo El objetivo principal de cualquier operación de muestreo es colectar muestras representativas del medio que se está investigando. Más específicamente, el propósito del muestreo en un sitio contaminado es adquirir información que ayude a determinar la presencia e identidad de los contaminantes presentes y el grado en el que estos podrían entrar en el ambiente circundante (Ford et al. 1984). El muestreo de un suelo se diseña y conduce para cumplir con uno o varios de los siguientes objetivos (Barth et al. 1989): . Determinar el riesgo a la salud humana y/o al ambiente debido a la contaminación del suelo por contaminantes específicos. . Determinar la presencia y concentración de contaminantes espe- cíficos, con respecto a niveles de fondo (concentraciones naturales en el sitio). Muestreo y caracterización de un sitio 39 . Determinar la concentración de contaminantes y su distribución espacial y temporal.. Medir la eficiencia de acciones de control o de limpieza (reme- diación). . Obtener mediciones para validación o uso de modelos de trans- porte y deposición de contaminantes en el suelo. . Determinar el riesgo potencial a la flora y fauna por contaminantes específicos. . Identificar fuentes de contaminación, mecanismos o rutas de transporte y receptores potenciales. 3.2. Tipos de muestreo El muestreo representativo juega un papel muy importante en la calidad y la utilidad de los datos analíticos. El muestreo representativo debe tener altos niveles de precisión y exactitud, que garanticen que una muestra o grupo de muestras sea representativa y proporcione con precisión las características del sitio, además de que los resultados sean reproduci- bles. La exactitud se refiere a la aproximación del valor del análisis de suelo con respecto al contenido real en campo, y la precisión describe la posibilidad de reproducir de los resultados. Ambos parámetros están determinados por el número de muestras tomadas en el campo. A me- dida que se incrementa el número de muestras, aumenta la exactitud y la precisión (Mason 1992). El diseño de un muestreo puede ser (i) a juicio (no probabilístico) o bien, (ii) aleatorio simple, estratificado o sistemático (probabilístico) (Valencia y Hernández 2002). 3.2.1. Muestreo a juicio Un muestreo selectivo o a juicio se presenta cuando los elementos son seleccionados mediante un criterio personal y generalmente lo realiza 40 Suelos contaminados un experto. En zonas heterogéneas de pequeña extensión se pueden escoger puntos con base en diferencias típicas, como cambios notorios en relieve, textura, color superficial, vegetación, etc. En los estudios ambientales, el muestreo selectivo, a menudo, constituye la base de una investigación exploratoria. Sus principales ventajas son la facilidad de realización y sus bajos costos, además de que se puede llevar a cabo en zonas heterogéneas como en zonas homogéneas (Mason 1992). 3.2.2. Muestreo aleatorio simple Este tipo de muestreo (figura 5a) se emplea en casos en los que se dispone de poca información acerca de las características de la po- blación a medir; se basa en la teoría de probabilidades y siempre re- quiere de un análisis estadístico. Este tipo de muestreo permite todas las combinaciones posibles de unidades de muestras a seleccionar. Los puntos de muestreo se ubican en un plano cartesiano (Xi,Yj), en donde cada punto de la población tiene la misma probabilidad de ser seleccionado. El medio más común para minimizar la desviación estándar en esta selección es asignarle un número a cada unidad de población y extraer unidades de muestras de una tabla de números aleatorios (Mason 1992). Este tipo de muestreo es recomendable para áreas homogéneas menores a cinco hectáreas, delimitadas por referencias visibles a lo largo y ancho de toda la zona (Valencia y Hernández 2002). 3.2.3. Muestreo aleatorio estratificado En este tipo de muestreo (figura 5b), la población en estudio se sub- divide en estratos o subgrupos que tienen cierta homogeneidad en el terreno y en cada estrato se realiza un muestreo aleatorio simple. El requisito principal para aplicar este método de muestreo es el cono- Muestreo y caracterización de un sitio 41 Figura 5. Tipos de muestreo: a) aleatorio simple; b) aleatorio estratificado; c) sistemático rejilla rectangular; d) sistemático rejilla polar Fuente: Mason 1992. cimiento previo de información que permita subdividir la población. Por ejemplo, la división se puede realizar con base en la topografía, los horizontes del suelo, la mancha del contaminante, los cambios de color en el suelo, el crecimiento irregular de las plantas, etc. Esto garantiza que los puntos de muestreo se encuentren repartidos más uniformemente en toda la zona, en función al tamaño del estrato y permite además conocer de forma independiente las características particulares de cada estrato. Es recomendable para áreas mayores de diez hectáreas y cuando el terreno no es homogéneo (Mason 1992, Valencia y Hernández 2002). 3.2.4. Muestreo sistemático El muestreo sistemático es una herramienta que puede utilizarse para reducir la variabilidad de la muestras. Este método consiste en ubicar las muestras en un patrón regular en toda la zona de estudio (figura 5); puede realizarse a partir de un punto determinado al azar, a partir a b c d 42 Suelos contaminados del cual se establece cierta distancia para ubicar los demás puntos (a distancias uniformes entre sí). Este tipo de muestreo puede realizarse por rejilla rectangular o polar (figura 5c y 5d) (Mason 1992). Puede lle- varse a cabo en superficies de cualquier tamaño, dado que las muestras pueden ubicarse de acuerdo con las dimensiones y forma del terreno, es decir, la distancia equidistante entre los puntos de muestreo pueden ser de unos centímetros, metros o hasta kilómetros, lo cual depende del tipo de estudio que se esté realizando (Valencia y Hernández 2002). 3.3. Muestras representativas Una muestra puede definirse como una parte representativa de un medio que se está investigando. Sin embargo, representatividad es un término relativo que debe considerarse con cuidado, junto con otros criterios, antes de la obtención de muestras. Entre los criterios más importantes se incluyen (Ford et al. 1984): . Representatividad. Una muestra posee las mismas características o propiedades que el material en estudio. El grado de semejanza entre las muestras y el material en estudio se determina por las características a estudiar y por las técnicas analíticas usadas. . Tamaño de muestra. Se debe seleccionar cuidadosamente, con base en las propiedades físicas de la matriz y los requerimientos y/o limitaciones del muestreo y las técnicas de análisis. . Número y/o frecuencia del submuestreo. Estas consideraciones deben basarse en el tipo de información estadística que se desea y en la naturaleza del material a colectar. . Mantenimiento de la integridad de las muestras. La muestra debe conservar las propiedades de las condiciones originales en el sitio (al tiempo del muestreo), durante la colección, transporte y entrega al analista. Muestreo y caracterización de un sitio 43 La importancia de obtener muestras representativas en campo, a través de las metodologías mencionadas anteriormente, así como conservar su integridad durante los procedimientos analíticos, es fundamental para la generación de datos significativos. La inherente heterogeneidad de los suelos representa un reto particular para el personal responsable de un muestreo; es un factor que debe conside- rarse durante la planeación de un muestreo, ya que incide en diversos aspectos: (i) en la manera en la que el analista debe tomar submuestras en el laboratorio; (ii) en la interpretación de datos y (iii) en la decisión acerca de las acciones a seguir para la remediación de un sitio. Desafor- tunadamente, la completa homogeneidad de un material particulado, como el suelo, no es posible debido a diversos factores. Sin embargo, el grado de heterogeneidad de un suelo y su efecto en el muestreo am- biental puede minimizarse. La industria minera desarrolló métodos que han servido como guías para el muestreo y sub-muestreo de un suelo contaminado. Las teorías de muestreo de Pierre Gy,1 son herramientas útiles aplicables al muestreo de una matriz compleja contaminada. El uso de las prácticas sugeridas por dicho autor dan como resultado muestras más representativas del sitio y datos de mayor calidad (US EPA 1999, Gerlach y Nocerino 2003). La incertidumbre asociada al muestreo es producto de la muestra (características físicas y químicas) y del proceso de muestreo (asociada a problemas estadísticos y a las técnicas de muestreo). La teoría de Gy incluye siete tipos de error de muestreo y proporciona técnicas demos- tradas para su minimización (cuadro 8) (US EPA 1999, Gy 1992). 1. Las teorías de muestreo de Pierre Gy,aplicadas con gran eficiencia en la industria minera desde 1953 se basan, en parte, en el trabajo de especialistas en muestreo, incluyendo a D. W. Brunton (1894 y 1895). Brunton demostró que existe una relación entre el tamaño de una partícula y el peso de una muestra, que puede usarse como una estimación confiable de la concentración de metales preciosos en un mineral (Mason 1992). 44 Suelos contaminados Cuadro 8. Tipos de errores de muestreo y técnicas para su minimización Tipo de error Fundamental Segregación y agrupación Heterogeneidad de largo alcance Heterogeneidad periódica Delimitación de incrementos Extracción de incrementos Preparación Causa Pérdida de precisión en la mues- tra, debido a su composición física y química (por ejemplo, distribución de tamaño de partícula). Se debe a la distribución no al azar de partículas, usualmente por efecto de la gravedad. Error espacial fluctuante y no al azar. Error de fluctuación temporal o espacial. Diseño de muestreo inapropiado y/o mala selección de equipo. El procedimiento de muestreo falla en cuanto a la extracción precisa del incremento propuesto. Se debe a pérdidas, contami- nación y/o alteración de una muestra. Forma de minimización Disminución del diámetro de las partículas más grandes o aumento de la masa de la muestra. Preparación al azar de mues- tras compuestas u homoge- neización y fraccionamiento de la muestra. Toma de muchos incrementos para formar una muestra.* Generación correcta de mues- tras compuestas. Diseño del muestreo y selec- ción apropiada de equipo. Indispensable contar con pro- tocolos adecuados y equipo de muestreo bien diseñado. Existen técnicas de campo y laboratorio para evitar el problema. * Un incremento es un grupo de partículas o material físicamente extraído de una muestra, mediante una operación simple, con el uso de un instrumento de muestreo. La muestra (o submuestra) está constituida por la unión de muchos incrementos (N ≥ 30) tomados al azar de la muestra completa (Gerlach y Nocerino 2003). Muestreo y caracterización de un sitio 45 3.4. Planeación de un muestreo No existen reglas generales para realizar un muestreo de suelos, puesto que cada sitio requiere de un muestreo en particular. Por esto, es importante realizar un esquema de muestreo para cada sitio, el cual consiste en la ubicación óptima de los puntos de muestreo y debe de ser lo suficientemente flexible para permitir ajustes durante las actividades en campo. Por ejemplo, la falta de acceso a los sitios de muestreo preseleccionados, las formaciones de subsuelo no previstas o las condiciones climáticas, pueden demandar ajustes importantes en los planes de muestreo (Valencia y Hernández 2002). Durante el diseño de un plan de muestreo para un suelo con- taminado es importante considerar que las características físicas y químicas del sistema inciden en la transformación, retención y movimiento de los contaminantes a través del suelo. El contenido de arcilla, materia orgánica, la textura, la permeabilidad, el pH, el potencial redox (Eh) y la capacidad de intercambio catiónico (CIC) del suelo, afectan la velocidad de migración y la forma química del contaminante (Mason 1992). El primer paso al planear la actividad de muestreo de un sitio con- taminado es definir los objetivos, los cuales, en un muestreo ambiental, se dividen principalmente en metas exploratorias y de monitoreo. El muestreo exploratorio está diseñado para obtener información preliminar respecto del sitio, mientras que el muestreo de monitoreo, generalmente, tiene como fin adquirir información acerca de la varia- ción de concentraciones de parámetros específicos durante un lapso determinado o dentro de un área geográfica específica. Un plan de muestreo de monitoreo normalmente es más eficaz si va precedido del muestreo exploratorio o si existe información histórica sobre el parámetro de interés en el sitio (Mason 1992). Los objetivos específicos de cada plan de muestreo para un sitio contaminado se deben definir 46 Suelos contaminados clara y cuidadosamente antes de empezar el muestreo. Los objetivos principales de un muestreo incluyen: . Identificar el grado general de contaminación en el suelo, agua, entre otros, así como el impacto potencial para la salud y el ambiente. . Obtener suficiente información para estimar los posibles riesgos (a la salud y al ambiente) debidos al tipo de contaminante. . Determinar si se requieren medidas de remediación o mitigación en el contexto del uso actual o futuro del sitio. . El muestreo, además, busca: (i) determinar niveles de fondo (en el caso de metales y metaloides); (ii) delimitar la distribución de contaminantes; (iii) estimar la variabilidad en las características del suelo y (iv) el monitoreo del sitio. 3.4.1. Factores a considerar Entre los factores más importantes que deben considerarse durante la elaboración o diseño de un plan de muestreo se encuentran los siguien- tes (Csuros y Csuros 2002): Plan de muestreo. Todo el personal involucrado debe conocer el plan del muestreo. Es también de suma importancia capturar en campo toda la información descrita en él. Parámetros de interés a evaluar. El interés de la investigación orientará el plan de muestreo. Entre los parámetros a evaluar pueden incluirse las concentraciones de los contaminantes y sus niveles de fondo, el estado de erosión o fertilidad del suelo, entre otros. Identificación del sitio. Dependiendo del interés de la investigación, se identifica y delimita el sitio de interés. En el caso de evaluar niveles de contaminación, se debe considerar la migración de contaminantes a través de los diferentes horizontes del suelo. Muestreo y caracterización de un sitio 47 Duración del estudio y frecuencia del muestreo. La duración del estudio y la frecuencia del muestreo, son factores definidos por el investigador, tomando en cuenta los cambios de clima en las distintas estaciones del año, o la temporada (siembra, cosecha o limpieza), en caso de ser un suelo agrícola. Tipo de matriz a muestrear. En el caso del muestreo de suelos, la matriz es sólida; sin embargo, su consistencia y permeabilidad pueden cambiar dependiendo de la cantidad de materia orgánica, arena, limo y arcilla que contenga, por lo que la distribución de contaminantes es diferente en cada caso. Número de muestras. Definida por el investigador, de acuerdo con algoritmos estadísticos, accesibilidad a la zonas de interés, capacidad analítica y económica. Es importante que antes de tomar una muestra, se remueva de la superficie la basura, pasto, piedras y hojas. Tipo de muestra. En función de la información que se requiere, las muestras pueden ser simples o compuestas y, pueden pertenecer a un estrato superficial o profundo (sección 3.5). En cualquier caso, todas las muestras deben ser representativas del área contaminada. Muestras control o testigo. Estas muestras pueden tomarse alejadas del sitio en estudio, pero deben tener las mismas características del suelo de interés (origen, granulometría, etc.). Colección de muestras. La muestra se debe colectar mediante el uso de equipo apropiado y limpio. Es importante que antes de la toma de cada muestra, los instrumentos de muestreo y guantes se limpien o reemplacen. Las muestras deben colectarse en los reci- pientes adecuados de acuerdo al tipo de análisis y deben etiquetarse inmediatamente. Mediciones en campo. Algunas mediciones pueden realizarse en el sitio, directamente en el suelo o en soluciones del mismo, por lo que es recomendable considerar el equipo necesario. Estas mediciones, en general, proporcionan información cualitativa de algunas condiciones 48 Suelos contaminados del suelo, como pH, materia orgánica, sulfatos, carbonatos y cloruros, entre otros. Conservación de muestras. Las muestras colectadas deben guar- darse en un lugar oscuro y fresco hasta su ingreso al laboratorio. La mayoría de las muestras tomadaspara evaluar contaminantes tienen un tiempo de caducidad. Cuando los análisis químicos son realizados después de este tiempo, los resultados tiene menor con- fiabilidad; en algunos casos, el tiempo de caducidad puede exten- derse a través de la adición de sustancias químicas o conservando la muestra en refrigeración, en caso de evaluar contaminantes volátiles. 3.4.2. Materiales e instrumentos para el muestreo Los instrumentos de muestreo adecuados son esenciales para rea- lizar un buen muestreo y para las buenas prácticas de laboratorio. Pierre Gy recomienda cucharones y espátulas planos con lados paralelos, para evitar el muestreo preferencial de partículas grue- sas. Adicionalmente, debe considerarse y evitar la introducción de errores en el laboratorio, debidos a un mal diseño de cortadores de rifle, espátulas y otras herramientas usadas en la preparación de sub-muestras para análisis (US EPA 1999, Gy 1992). A con- tinuación se mencionan criterios generales para la selección de herramientas, así como ejemplos de algunos materiales comunes para el muestreo. a) Entre los principales criterios a considerar para la selección de he- rramientas adecuadas de muestreo, se encuentran los siguientes: . Tamaño de muestra necesaria para los análisis requeridos, con base en la(s) característica(s) o propiedad(es) de interés (sección 3.5, cuadro 9). Muestreo y caracterización de un sitio 49 Figura 6. Instrumentos comúnmente usados para el muestreo de suelos: a) nucleadores; b) palanca “T”; c) espátulas; d) palas . Tipo de suelo (arenoso, arcilloso, etc.) y condiciones de humedad. . Profundidad máxima a la que se va a tomar la muestra (sección 3.5, cuadro 10). . Accesibilidad al sitio de muestreo. . Requerimientos del personal para su manejo. b) Instrumentos para la toma de muestras. La selección de instrumen- tos adecuados es esencial para un buen muestreo y para un buen análisis de laboratorio. Para el caso de suelos contaminados con metales, los utensilios para el muestreo deben ser de plástico, teflón o acero inoxidable; entre los más comunes se encuentran: palas rectas y curvas, picos, barrenas y barretas, nucleadores, espátulas, navajas y martillo de geólogo (figura 6). c) Material de apoyo. Como material de apoyo durante un muestreo, es importante incluir: cartas topográficas, edafológicas, climáticas y geológicas, un plano cartográfico del sitio y mapas de carreteras. Adicionalmente, es recomendable incluir una libreta para anota- ciones, una cámara fotográfica y la cadena de custodia para las muestras. a b c d 50 Suelos contaminados d) Material para la orientación y ubicación de los puntos de muestreo y para medir la zona. . Sistema global de posicionamiento (GPS) . Lisímetro . Cinta métrica . Estacas e) Material para guardar y transportar muestras. El material a em- plear debe ser compatible con el material a muestrear, deber ser resistente a la ruptura y evitar reacciones químicas con la muestra y/o pérdidas por evaporación. El volumen del contenedor debe ser aproximadamente el mismo de la muestra, con la finalidad de minimizar el espacio vacío. Algunos de los materiales que pueden utilizarse para la colección de muestras son: . Frascos de vidrio (boca ancha y angosta): compuestos semi-vo- látiles, pesticidas y metales . Viales de vidrio: compuestos volátiles. . Contenedores de polietileno: conductividad. f) Conservación de muestras. Los recipientes en los que se colec- taron las muestras deben sellarse adecuadamente. En general, es recomendable evitar en lo posible el uso de agentes químicos para conservar muestras de suelo. Para su conservación es conveniente mantenerlas en lugares frescos (4 a 6 °C) y oscuros. g) Material de seguridad y limpieza. Deben incluirse guantes de látex, agua desionizada, lentes de seguridad, toallas de papel, mascarilla para polvos y franelas. h) Material para etiquetar y marcar las muestras: . Etiquetas adheribles . Marcador indeleble . Cinta adhesiva . Bolígrafos Muestreo y caracterización de un sitio 51 3.5. Características de una muestra Además de la selección de un diseño muestreo, es importante estable- cer desde el inicio del plan de muestreo, la profundidad a la cual se va a tomar la muestra (muestreo superficial o vertical), así como el tipo de muestra (simples o compuestas) y cantidad de muestra a colectar. 3.5.1. Tipos de muestras Simples. Las muestras colectadas en un tiempo y en un lugar particular son llamadas muestras simples. Este tipo de muestras representa las condiciones puntuales de una muestra de la población en el tiempo que fue colectado. Una muestra simple se puede considerar representativa cuando la composición de los contaminantes en un suelo es estable, es decir, no varia con el tiempo (Csuros y Csuros 2002). Compuestas. Se le denomina muestra compuesta a aquellas muestras que son el producto de la mezcla de muestras individuales o submuestras, es decir, el resultado de la muestra compuesta es un promedio de la composición de muestras simples. Cada submuestra, que conforma la muestra compuesta, debe ser del mismo volumen y representar el mismo horizonte del suelo muestreado, por lo que solo deben mezclarse muestras obtenidas de la misma profundidad y mediante el mismo diseño de muestreo, documentando el origen y tamaño de cada una. Las sub-muestras deben mezclarse en reci- pientes de acero inoxidable o de plástico (dependiendo del tipo de contaminante) en campo y posteriormente se debe realizar el proce- dimiento de cuarteo. La preparación de muestras compuestas puede disminuir costos y tiempos en los análisis, debido a que el número de análisis fisicoquímicos y/o mineralógicos se reduce (Valencia y Hernández 2002). 52 Suelos contaminados Cuadro 9. Cantidad de muestra requerida en función del análisis a realizar Análisis Muestra (g) Caracterización química: carbono orgánico, pH, CIC, Eh, Ca, 500 g Mg, N, P y K Caracterización física: textura, densidad 500-2,000 g Contaminantes inorgánicos: principalmente metales 150 g Microbiológico (bacterias y hongos) 100 g 3.5.2. Tamaño de una muestra La teoría de Gy para el “muestreo de materiales particulados” proporciona las bases para extraer una muestra a partir de un material y ayuda a definir el tamaño necesario para caracterizar un material como el suelo. La teoría relaciona directamente el tamaño de partícula de un material con el tama- ño de la muestra a tomar para una unidad a evaluar, de tal manera que la cantidad de material necesario para el análisis de parámetros específicos puede determinarse a través de conceptos desarrollados en la misma (US EPA 1999, Mason 1992, Gerlach y Nocerino 2003). El número total de muestras para determinar en un estudio am- biental depende directamente de: (i) el tipo de estudio; (ii) el tamaño del sitio a muestrear; (iii) el diseño de muestreo seleccionado; (iv) el tipo de muestras (simples o compuestas); (v) la exactitud y la precisión requerida, y (vi) los recursos económicos disponibles. Asimismo, la cantidad de suelo a colectar por cada muestra está determinada por el tipo y número de parámetros a analizar. En el cuadro 9 se muestran las cantidades de muestra requerida para cada tipo de análisis. Muestreo y caracterización de un sitio 53 Un muestreo correcto implica la minimización de los efectos de todos los errores de muestreo que pueden controlarse a través de técnicas de muestreo. Esto incluye todos los errores mencionados en la sección 3.3, excepto la varianza relativa del error fundamental, la cual solo puede reducirse incrementando la masa de la muestra o reduciendo el tamaño de partícula mediante trituración o molienda (Gerlach y Nocerino 2003). 3.5.2. Profundidad de muestras La profundidad de un muestreo depende directamente del objetivo del mismo, es decir, si está diseñado para determinar afectaciones a la salud o ambientales (cuadro 10). Las propiedades físicas del suelo, su tamañode partícula, cohesión, humedad, y factores como la profun- didad del lecho rocoso y del manto freático, limitarán la profundidad a la que las muestras pueden tomarse, así como el método para su recolección (Ford et al. 1984). Cuadro 10. Profundidad recomendada para la toma de muestras en función del objetivo del muestreo Objetivo del muestreo Profundidad recomendada Riesgo de contaminación en acuíferos Por horizontes Riesgo a la salud 0-10 cm Afectación a microorganismos del suelo Horizonte A Fertilidad Espacio radicular (0-30 cm) Lixiviación Por horizontes 54 Suelos contaminados Existen dos porciones de suelo que son importantes para un muestreo ambiental: (i) la capa superficial (0-15 cm), que refleja la deposición de contaminantes transportados por aire o depositados recientemente; y (ii) la capa sub-superficial, en donde pueden en- contrarse contaminantes depositados por derrames de líquidos o por entierros y que pueden encontrarse a profundidades considerables (Mason 1992). Los métodos de muestreo de cada porción de suelo son ligeramente diferentes y se describen a continuación. Muestreo superficial. Generalmente se realiza para estudios de eva- luación de riesgos a la salud humana, las muestras se toman a una profundidad de 0 a 10 cm. El muestreo superficial busca determinar la concentración de contaminantes depositados recientemente en el suelo y que no tienden a migrar verticalmente bajo la superficie. Los instrumentos más comunes son espátulas, palas rectas y cucharones (Csuros y Csuros 2002). Muestreo vertical o profundo. Generalmente se realiza para estudios de clasificación de suelos de acuerdo a sus perfiles verticales, es decir, requiere excavación. También se emplea para determinar la migra- ción de un contaminante, especialmente cuando estos son solubles y pueden migrar a través del suelo. Las muestras son tomadas desde la superficie hasta donde termina la migración del contaminante. Los instrumentos que generalmente se utilizan para realizar este tipo de muestreo son nucleadores, barrenas, palas curvas y palancas “T” (Csuros y Csuros 2002). 3.6. Ejemplos de muestreo A continuación se presentan, de forma esquemática, dos ejemplos de un muestreo de suelos, con la finalidad de que el lector identifique, de manera más clara, las implicaciones y consideraciones que puede tener un plan de muestreo. Muestreo y caracterización de un sitio 55 Ejemplo 1. Una empresa localizada en el punto cero (figura 7), necesita detectar una posible contaminación por Pb debida a las emi- siones de su chimenea, por lo que necesita saber la concentración de Pb en el suelo que rodea a la empresa. Como se trata de una fuente fija, se puede realizar un muestreo sistemático polar y, debido a que la deposición del contaminante se realiza a través del viento, es con- veniente tomar muestras simples superficiales. Es importante ubicar cada punto de muestreo mediante coordenadas geográficas en un plano cartográfico de la zona para evitar que alguno caiga en lugares de difícil acceso o, en su caso, se deberá modificar su ubicación. Los puntos ubicados dentro de la ciudad tienen alta probabilidad de caer en zonas inaccesibles; en tal caso se deben elegir parques, terrenos baldíos, etc. cercanos. Por esta razón, en la realidad, los muestreos sistemáticos no necesariamente tienen forman simétrica. En este tipo de estudios es recomendable ubicar una o varias mues- tras testigo fuera de la zona delimitada por el estudio, con la finalidad de determinar el valor de fondo “natural” del elemento o sustancia contaminante. Este valor es muy importante para comprobar la con- tribución antropogénica del contaminante en el sitio. Figura 7. Muestreo sistemático polar (muestras simples) para delimitar una zona contaminada Ciudad 2 N 0 5 15 25 40 km 56 Suelos contaminados Ejemplo 2. Se busca determinar concentraciones históricas de con- taminantes en un suelo. Para este tipo de estudio se debe realizar una excavación del suelo, para lo cual se plantea un muestreo sistemático en el sitio (puntos 1, 2, 3 y 4), que consiste en la toma de muestras compuestas a diferentes profundidades (A, B y C) (figura 8): (i) con un nucleador se toman estratos del suelo a diferentes profundidades en cada punto del terreno; (ii) las muestras 1A...4A, 1B…4B y 1C…4C se mezclan por separado en contenedores homogeneizando la muestra; (iii) ésta se divide en cuatro partes y se toman dos extremos opuestos (cuarteo), (iv) las muestras resultantes se consideran una muestra compuesta representativa de diferentes profundidades de cada punto de la superficie de muestreo. Figura 8. Muestreo sistemático con toma de muestras compuestas a diferentes profundidades Nucleador Superficie de muestreo Barrenado del suelo a diferentes profundidades Zona A Zona B Zona C 0-20 cm 20-40 cm 40-100 cm A B C 1 2 3 4 1A, 2A 3A y 4A 1B, 2B 3B y 4B 1C, 2C 3C y 4C Homogenización de muestras MA MB MC Cuarteo Tecnologías de remediación 57 4. Tecnologías de remediación para suelos contaminados por EPT El término tecnología de remediación implica el uso de cualquier opera- ción unitaria o conjunto de ellas, que altere la composición de un conta- minante peligroso a través de acciones químicas, físicas o biológicas de manera que reduzcan su toxicidad, movilidad o volumen en la matriz o material contaminado. Las tecnologías de remediación representan una alternativa a la disposición en tierra de residuos peligrosos sin tra- tamiento y sus posibilidades de éxito, bajo las condiciones específicas de un sitio, pueden variar ampliamente (US EPA 2001). En la legislación mexicana (PROY-NOM-138-Semarnat-2003),1 el término remediación de suelos se entiende como el conjunto de acciones necesarias para recuperar y reestablecer sus condicio- nes, con el propósito de que éste pueda ser destinado a alguna 1 PROY-NOM-138-Semarnat-2003. Establece los límites máximos permisibles de hidrocarburos en suelos y las especificaciones para su caracterización y restauración. Publicada en el Diario Oficial de la Federación el 19 de marzo de 2004, actualmente se encuentra en proceso de consulta pública. Capítulo cuarto 58 Suelos contaminados de las actividades previstas en el programa de desarrollo urbano o de ordenamiento ecológico que resulte aplicable para la zona respectiva. En la citada norma, el término remediación se utiliza como sinónimo de restauración, reversión, saneamiento, limpieza, rehabilitación y regeneración. 4.1. Factores que inciden en los procesos de remediación Antes de considerar la aplicación de cualquier tecnología de remedia- ción, es fundamental conocer ciertas características, tanto del suelo (ambientales), como del contaminante y de los organismos vivos (plantas, hongos, bacterias, etc.) presentes en el sitio, con potencial metabólico para degradar los contaminantes. De esta manera, los procesos de remediación dependen de estos tres factores que deben encontrase en equilibrio (figura 9). La obtención de esta información Figura 9. Factores interrelacionados entre sí que inciden en la remediación de un suelo Organismos vivos: Capacidad metabólica Población degradadora Nativos Genéticamente modificados Contaminante(s): Toxicidad Concentración Disponibilidad Solubilidad Sorción Ambiente (suelo): Temperatura Humedad pH Aceptores de electrones Nutrientes Tecnologías de remediación 59 requiere del muestreo y determinación de las características físicas y químicas que se describen a continuación (Alexander 1994, Van Deuren et al. 2002, Beaudette et al. 2002). Factores ambientales. Dentro de los factores más importantes para la remediación de un suelo se encuentran las condiciones ambientales y las características fisicoquímicas del suelo. i Temperatura. Puede afectar propiedades del contaminante así como la velocidad de un proceso de biorremediación, ya que la velocidad de las reacciones enzimáticas
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