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DESCRIPCIÓN-NARRACIÓN - Maleno Baez

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profesora Elsa Beatriz Grillo
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UNNE 
FAU
DG 2014
Profesora adjunta a cargo: Mariana G. CHIARELLI BAGUR
Jefe de trabajos prácticos: Nelsón Darío ROSSI
Auxiliar docente: María Alejandra FERREYRA
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Este material ha sido diseñado en septiembre de 2011
por la DG Mariana G. Chiarelli Bagur
Material editado y diseñado por la Diseñadora Gráfica, Mariana G. Chiarelli Bagur, para 
la Cátedra de Análisis Literario y Redacción, perteneciente a la carrera de Diseño 
Gráfico, de la Universidad Nacional del Nordeste.
Año 2014
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Técnicas o procedimientos básicos de la Descripción, Narración y 
Argumentación.
La Descripción. Lo observado (situación, elementos, aspectos). El observador 
(perspectiva, situación).
Fórmulas descriptivas (Imágenes sensoriales, sinestesias, comparaciones, 
metáforas, personificaciones, onomatopeyas, etc.).
La Narración. Lo narrado (acción, personaje, lugar, tiempo). El narrador 
(persona gramatical en que se narra, punto de vista o perspectiva, situación). 
Fórmulas narrativas (alusiones, anécdotas, relatos breves, incluidos).
Unidad 11 
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INTRODUCCIÓN
El lenguaje literario:
Todo texto literario supone una unidad de intención. El contenido, la significación del 
texto, es inseparable de lo que solemos llamar forma. 
Para elaborar su texto, el escritor emplea componentes (sonidos, ritmos, palabras, for-
mas y estructuras gramaticales...), que son comunes a la casi totalidad de los hablantes de 
su lengua. Sin embargo, el texto literario es el resultado de un uso muy particular del lenguaje. 
Las diferencias entre un texto literario y otro que no lo es, radican en la forma 
específica de este, en el que se crea un mundo, a través de la palabra, con normas distintas 
a las del uso normal de la lengua. Así, consideramos el texto literario como el resultado de 
un uso artificial del lenguaje. 
La finalidad de la literatura es esencialmente estética. Es decir que pretende producir 
belleza. El texto literario se caracteriza, entre otras propiedades, por las siguientes:
1. Predominio de la función poética del lenguaje:
El texto llama la atención por sí mismo, por su original construcción, que lo distingue 
del uso normal, que lo dota de una nueva y especial significación.
2. Por la connotación, que es especialmente relevante:
La palabra poética no se agota en un solo significado; no es, como en e l l enguaje 
común, simple sustituto del objeto al que se refiere, sino que su significado se ve 
acom-pañado de distintas sugerencias y sentidos que solo pueden apreciarse en su 
contexto.
3. Plurisignificación:
El texto literario siempre admite más de una lectura.
4. Ficcionalidad:
Los mundos literarios no son los reales, pero son “mundos posibles” Algunos autores 
hablan de imaginación, expresividad o de artificio como valores igualmente literarios. 
Dijo Aristóteles que hay una diferencia entre poesía (literatura) e Historia; pues la 
literatura es la narración de aquello que podría pasar y la Historia es la narración de 
aquello que ya ha pasado.
Como conclusión, señalamos que es imposible separar qué es lo que dice el autor 
(el contenido, la significación) de cómo lo dice (la forma), aunque esta división pueda ser 
útil en determinadas ocasiones como recurso metodológico. El comentario de texto: consis-
te en justificar cada rasgo formal como una exigencia del contenido, o desde un enfoque 
complementario, el contenido como resultado de una determinada elaboración formal.
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RECURSOS DE LA LENGUA LITERARIA
TROPOS Y FIGURAS
1. tropos
Se conoce con el nombre de “tropo” al procedimiento por el que una palabra adquiere 
un significado que no es el suyo habitual y preciso. Los más comunes son:
a. Metáfora: Consiste en el desplazamiento del significado a causa de una relación de ana-
logía o semejanza.
Ejemplo: 
Su luna de pergamino// Preciosa tocando viene. (Federico García Lorca). 
Explicación: Luna de pergamino se refiere a “pandereta”, basándose en la 
característica de la “redondez” de los dos términos. Por otra parte, la pandereta está 
hecha de pergamino, y el pergamino es de color claro como la luna.
b. Sinestesia: En este tipo de metáfora, el desplazamiento del significado se produce por 
medio de la atribución de cualidades sensitivas a realidades a las que no corresponde. 
Ejemplo: 
Con el silencio oscuro, el ave triste // vuela, y en el volar muestra su 
mengua... (Francisco de Aldana)
c. Alegoría: Es una metáfora continuada, en la que cada elemento imaginario se corresponde 
con un elemento real. Habitualmente se la encuentra en textos relativamente extensos (muy 
a menudo de tipo narrativo).
Ejemplo: 
En la redonda // encrucijada // seis doncellas // bailan. // Tres de carne 
// y tres de plata. // Los sueños de ayer las buscan // pero las tiene 
abrazadas // un Polifemo de oro. (Federico García Lorca). 
Se refiere a la “guitarra.
d. Símbolo: Consiste en la asociación de dos planos, uno real y otro imaginario, entre los 
cuales no existe una relación inmediata. Los símbolos pueden estar referidos a una cultura 
concreta (para los judíos de época bíblica, la serpiente simbolizaba el mal y el pecado; para las 
culturas occidentales de hoy, la justicia es simbolizada por una figura de mujer, con los ojos 
vendados, una balanza en una mano y una espada en la otra), pero los escritores suelen ir a 
añadiendo sus propios símbolos. Así, Unamuno nos cuenta:
Ejemplo: 
“Este buitre voraz de ceño torvo // que me devora las entrañas fiero”
Explicación: El término, buitre, se asocia con “la angustia” 
e. La sinécdoque: Consiste en la utilización de un término de significación más amplia que 
da lugar de otro, de significación más restringida, y viceversa. Fundamentalmente, vienen a 
corresponder con la expresión “el todo por la parte o la parte por el todo”, aunque hay otras 
posibilidades. 
Ejemplo: 
“Se aproximaban cien velas por el horizonte. /mil bocas gritaron enfurecidas”
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f. La metonimia: Consiste en la sustitución de un término propio por otro que está en rela-
ción de contigüidad Los términos relacionados guardan vínculos de “causa” o “procedencia”, 
el “efecto” o “consecuencia”, el continente por el contenido, etc. 
Ejemplo: 
«Tú, pueblo alegre y florido, // te irás llenando de sol, // de humo blanco, 
de humo azul, // de campanas y de idilio». (Juan Ramón Jiménez). 
Explicación: Hay dos metonimias. En la primera de ellas se utiliza el término “sol” por 
“luz del sol” (causa por efecto, puesto que el sol sigue en el sitio que le corresponde en el 
firmamento); y en la segunda, se empleará “campanas” por el “sonido de las campanas” 
(causa por efecto, de nuevo).
2. Las Figuras
Se llaman figuras aquellos procedimientos que alejan la expresión poética de la expre-
sión común, cambiando o desplazando no el significado de un término concreto, sino 
el sentido global de la frase.
2.1. Figuras de dicción
Se basan en una especial disposición de las palabras, de modo que si la colocación de 
las palabras se altera, desaparece la figura:
2.1.1. Basadas en la repetición de sonidos:
a. Aliteración: Es la repetición de uno o varios sonido iguales o próximos en un verso, 
estrofa o periodo. 
Ejemplo: 
“En el silencio sólo se escuchaba/ un susurro de abejas que sonaba”.
b. Onomatopeya: Consiste en imitar sonidos reales, ruido de movimientos o de acciones 
mediante los procedimientos fonéticos de la lengua. 
Ejemplo: 
“Uco, uco, uco/ abejaruco.”
c. Similicadencia: Se utilizan dos o más palabras en el mismo accidente gramatical (mor-
femas de tiempo, persona, género, número, etc.). 
Ejemplo: 
“De carne nacemos, en carne vivimos, en la carne moriremos”. 
d. Paranomasia: Consiste en la semejanza fonética de palabras o grupos de palabras: 
Ejemplo: 
“Allí se vive porque se bebe” // Ciego que apuntas y atinas, caduco dios 
y rapaz, vendado que me has vendido... (Góngora).
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2.1.2. Basadas en la repetición de palabras:
a. Anáfora: Consiste en la reiteración de una palabra o grupo de palabras al comienzo de 
dos o más versos o unidades sintácticas.
Ejemplo: 
Temprano levantó la muerte el vuelo, temprano madrugó la madrugada, 
temprano estás rodando por el suelo. (Miguel Hernández).
b. Conversión o epífora: Los elementos que se repiten están al final de los versos o uni-
dades sintácticas. 
Ejemplo: 
No decía palabras acercaba tan sólo un cuerpo interrogante, porque 
ignoraba que el deseo es una pregunta cuya respuesta no existe, una hoja 
cuya rama no existe, un mundo cuyo cielo no existe. (LUIS CERNUDA).
c. Reduplicación o geminación: Es la repetición de elementos que están en contacto. 
Ejemplo: 
Sueña, sueña mientras duermes. Lo olvidarás con el día. (J. Ramón 
Jiménez).
d. Anadiplosis: Repetición producida entre el elemento final de un verso y el que es prin-
cipio del siguiente. 
Ejemplo: 
Aunque me veas por la calle, también yo tengo mis rejas, mis rejas y mis 
rosales. (ANTONIO MACHADO).
e. Concatenación: Es el uso continuado de la anadiplosis. Repetición en serie que pone de 
relieve la continuidad; generalmente la última palabra de una frase o verso es la primera en la 
frase o verso siguiente:
Ejemplo: 
“ No hay criatura sin amor, / ni amor sin celos perfecto, / ni celos libres 
de engaños, / ni engaños sin fundamento”.
f. Epanadiplosis o Redición: Los elementos que se repiten están al principio y al final del 
verso o unidad sintáctica.
Ejemplo: 
Fuera menos penado si no fuera nardo tu tez para mi vista, nardo, 
(Miguel Hernández).
g. Retruécano: Se consigue un cambio de sentido al repetir los mismos elementos de una 
unidad sintáctica pero en orden inverso: 
Ejemplo: 
No dejan ver lo que escribo, / porque escribo lo que veo. (Blas De Otero).
h. Polisíndeton: Repetición del mismo nexo sintáctico (conjunción o preposición): 
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Ejemplo: 
«y allí fuerte se reconoce, y crece y se lanza, // y avanza y levanta 
espumas, y salta y confía, // y hiende y late en las aguas vivas, y canta». 
(Vicente Aleixandre).
i. Poliptoton o Polipote: Repetición de palabras con el mismo lexema pero con diferentes 
morfemas flexivos: 
Ejemplo: 
Se equivocó la paloma. // Se equivocaba. (Rafael Alberti).
j. Sinonimia: Consiste en la presencia de elementos con el mismo o muy parecido significa-
do, aunque tengan significantes diferentes: 
Ejemplo: 
Cuando se toca // con las dos manos el vacío, el hueco. (BLAS DE 
OTERO).
k. Gradación: Progresión entre palabras o grupos de palabras que se colocan consecutivamente. 
Ejemplo: 
Un manotazo duro, un golpe helado, // un hachazo invisible y homicida, 
// un empujón brutal te ha derribado. (MIGUEL HERNÁNDEZ).
l. Pleonasmo: Expresión innecesaria de un contenido ya dicho implícitamente. 
Ejemplo: 
Amor, más que inmortal. Que pueda verte.// Te toque, oh Luz huidiza, 
con las manos. (Blas de Otero).
2.1.3. Basadas en la supresión de palabras.
Es el caso de figuras por las que se elimina algún elemento que normalmente debería 
aparecer en el texto.
a. Elipsis: Supresión de algún elemento de la oración que queda sobreentendido: 
Ejemplo: 
La casa oscura, vacía; // humedad en las paredes; // brocal de pozo sin 
cubo, // jardín de lagartos verdes. (NICOLÁS GUILLÉN) (Supresión del 
verbo).
 
b. Asíndeton: Omisión de nexos sintácticos entre oraciones o sintagmas: 
Ejemplo: 
“da fuertes puñetazos, gritos, se exalta”; “llegué, vi, vencí”.
2.2. Figuras por cambio en la disposición.
Aunque hay que tener en cuenta que el español mantiene un cierto grado de libertad en el 
orden de las palabras, hay ocasiones en que la alteración del orden “salta a la vista”, pues 
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es usada por el autor para llamar atención de los lectores sobre determinada parte del texto.
a. Hiperbaton:Consiste en el cambio de disposición de las palabras en relación con lo que 
se supone el “orden normal”: etc. 
Ejemplo: 
La del verde aguacero artillería. (Rafael Alberti).
b. Paralelismo: Es la idéntica disposición sintáctica de dos o más unidades diferentes. 
Ejemplo: 
Cuando los trigos encañan // y están los campos en flor. // Cuando 
canta la calandria // y responde el ruiseñor // Cuando los enamorados 
// van a servir al amor (Romance del prisionero).
c. Quiasmo: Los elementos sintácticos se relacionan de manera cruzada o abrazada. 
Ejemplo: 
Sombra desnuda, triste presencia.
2.3. Figuras de ampliación.
La más importante es:
Epíteto: 
No se trata propiamente de una figura literaria. El epíteto es el adjetivo con valor explicativo, 
que destaca una cualidad del nombre, por lo que sirve al escritor para matizar o subrayar 
aquellos aspectos de la realidad descrita que quiere poner en el primer plano de la atención del 
lector. Esto permite someter a dicha realidad a un proceso de subjetivación por la selección de 
determinadas cualidades; así, podremos hablar, por ejemplo, de idealización, realismo, sátira, 
caricatura.
Ejemplo: 
Cerca del Tajo, en soledad amena, / de verdes sauces hay una espesura 
(Garcilaso de la Vega); érase un naricísimo infinito / frisón archinariz, 
caratulera, / sabañón garrafal, morado y frito (Francisco de Quevedo).
2.4. Basadas en la analogía o semejanza entre palabras.
a. Juegos de palabras o Equívocos: En realidad, más que una figura, constituye un grupo 
de figuras, que en muchos casos está relacionada con alguno de los procedimientos retóricos 
visto hasta ahora. La lista de tales juegos es muy compleja, y no hay acuerdo entre los críticos 
para su organización. Aunque hay muchas figuras basadas en el juego de palabras, hay algunas 
muy conocidas como el calambur y la dilogía: 
Ejemplo: 
“con dados ganan condados, (calambur) / ducados (moneda antigua 
de gran valor ganan ducados (título de nobleza, la condición de duque). 
Versos de Góngora.
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b. Hipálage: Consiste en aplicar un adjetivo a un sustantivo de un sintagma que no le co-
rresponde. 
Ejemplo: 
El hombre andaba cansado por la tarde sudorosa. 
3. Figuras de pensamiento:
Afectan al sentido de la frase, a la idea que contiene.
3.1. Lógicas
Aquellas figuras cuyo efecto es poner en relieve una idea.
a. Sentencia: Consiste en expresar en pocas palabras un pensamiento profundo de carácter 
moral, filosófico, religioso, etc. Si es de carácter culto y autor conocido se llama máxima. 
Ejemplo: 
“Lo bueno si breve, dos veces bueno”. 
Si no tiene autor conocido y es de carácter popular recibe el nombre de refrán, proverbio o adagio. 
Ejemplo: 
“No por mucho madrugar amanece más temprano”
b. Símil o Comparación: Consiste en comparar dos términos, uno real y otro imaginario. 
Los dos términos se encuentran presentes y entre ellos se coloca un nexo comparativo. 
Ejemplo: 
“Dientes como perlas”.
c. Antítesis: Es la oposición de dos ideas, pensamientos, expresiones o palabras contrarias. 
Ejemplo: 
“Blanco/ negro” “Alto/ bajo”.
d. Oxímoron: Unión sintáctica íntima de dos conceptos contradictorios en una unidad. 
Ejemplo: 
Ardientemente helado en llama fría, // una nieve quemante me desvela 
// y un friísimo fuego me desvía.” (BLAS DE OTERO).
e. Sinestesia: Es la mezcla o confusión deliberada de sensaciones distintas: 
Ejemplo: 
dorada música; amarga blancura; “el amarillo olor del cloroformo” 
(Valle-Inclán)
f. Paradoja: Se unen ideas opuestas en un solo juicio. Es la unión de dos ideas en apariencia 
irreconciliables. 
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Ejemplo: 
“Vivo sin vivir en mí”/ y tal alta vida espero / “que muero porque no 
muero”. (Teresa de Jesús)
3.2. Descriptivas
a. Prosopografía: Es la descripción externa de una persona o de un animal.
Ejemplo: 
“...Su nombre es Dulcinea; (...) su hermosura, sobrehumana, pues en 
ella se vienen a hacer verdaderos todos los imposibles y quiméricos 
atributos de la belleza que los poetas dan a sus damas: que sus cabellos 
son oro, su frente campos elíseos, sus cejas arcosdel cielo, sus ojos soles, 
sus mejillas rosas, sus labios corales, perlas sus dientes, alabastro su 
cuello, mármol su pecho, marfil sus manos, su blancura nieve, y las 
partes que a la vista humana encubrió la honestidad son tales, según 
yo pienso y entiendo, que sólo la consideración puede encarecerlas y no 
compararlas. 
b. Etopeya: Descripción de las cualidades espirituales o valores morales de una persona.
Ejemplo: 
Su vivir se asemeja, en el andar sin descanso, a un evangelista del 
civismo, cuya inmensa caída de prosélitos él viera por seis lustros 
alimentando muchedumbres, livertando galeotes, avizorando lejanías, 
fascinando mieses de pasión, aromando la extraña como propia tienda 
con el precioso sándalo de la bondad y del ingenio...” (Guillermo León 
Valencia)
c. Retrato: Prosopografía más etopeya. Descripción completa de una persona.
Ejemplo: 
“...tenía la Benina voz dulce.. Modos hasta cierto punto finos.. Y de 
buena educación.. Y su rostro moreno.. No carecía de cierta gracia 
interesante que.. manoseada ya por la vejez.. Era una gracia borrosa 
y apenas perceptible.. Más de la mitad de la dentadura conservaba.. 
sus ojos grandes y oscuros.. apenas tenían el ribete rojo que imponen 
la edad y los fríos matinales.. su nariz destilaba menos que las de sus 
compañeras de oficio.. y sus dedos rugosos y de abultadas coyunturas.. 
no terminaban en uñas de cernícalo... 
(Benito Pérez Galdós)
d. Topografía: Consiste en describir detalladamente un paisaje.
Ejemplo: 
“Sobre el monte pelado con calvario. Agua clara y olivos centenarios. 
Por las callejas hombres embozados, y en las torres veletas girando. 
Girando eternamente ¡Oh pueblo perdido, en la Andalucía del llanto!” 
(Federico García Lorca)
e. Enumeración: Se trata de la división de un tema en sus partes, las cuales se expresan con 
detalle. Estos detalles van en contacto, ordenados mediante asíndeton o polisíndeton. 
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Ejemplo: 
Cuando Roma es cloaca, // mazmorra, calabozo, // catacumba, 
cisterna, // albañal, inmundicias, // ventanas rotas, grietas, // cornisas 
que se caen. 
(Rafael Alberti). 
Una variedad muy común de la enumeración es la llamada enumeración caótica; donde los ele-
mentos son, considerados por separado inconexos, con apariencia de incoherentes.
3.3. PATÉTICAS
Tratan de conmover los sentimientos y emociones que provocan las palabras:
a. Exclamación retorica: 
Manifestación emotiva y sentimental de alegría, miedo, dolor, tristeza, etc. Va entre signos de 
exclamación y da al texto gran expresividad. 
Ejemplo: 
“¡Hoy creo en Dios!”.
b. Interrogación retórica: Pregunta que no exige respuesta porque se sobreentiende. Dota 
al texto de gran tensión emotiva. 
Ejemplo: 
“¿No es más poderosa la virtud que el vicio?”.
c. Apóstrofe: El autor se dirige de forma apasionada a un “tú” o a un “vosotros” que puede 
ser animado o inanimado, real o imaginario, presente o ausente: 
Ejemplo: 
“Olas gigantes que os rompéis bramando, / ¡Llevadme con vosotras!” 
(Gustavo A. Bécquer)“ ¿Y dejas, Pastor santo, / tu grey en este valle 
hondo, oscuro, / con soledad y llanto?” (Fray Luis de León).
d. Hipérbole: Consiste en exagerar desmesuradamente, aumentando o disminuyendo, accio-
nes, cualidades, hechos, etc. Es una exageración desmedida. 
Ejemplo: 
“Te lo he dicho mil veces”.
e. Prosopopeya o Personificación. Consiste en otorgar cualidades humanas a seres ani-
mados o cualidades de animales a cosas. 
Ejemplo: 
“ La montaña ríe fuertemente”. Dan voces contra mí las criaturas. La 
tierra dice: ¿por qué le sustento?; el agua dice: ¿por qué no le ahogo?; el 
fuego dice: ¿por qué no le abraso? (Fray Luis de Granada).
f. Optación Consiste en la expresión de un deseo vehemente. Pueden distinguirse varios 
tipos, de acuerdo con el sentimiento que se expresa en esta figura. 
Puede ser: una deprecación o súplica; una execración, o maldición dirigida contra uno mismo; 
una imprecación, o maldición dirigida contra otra persona; una conminación o amenaza.
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Ejemplo: 
Olas gigantes que os rompéis bramando en las playas desiertas y 
remotas, envuelto entre las sábanas de espuma, ¡llevadme con vosotras! 
(Gustavo A. Bécquer)
3.4. OBLICUAS.
Expresan pensamientos de forma indirecta u oculta, según la intención del autor:
a. Perífrasis, Circunlocución o Circunloquio: Mediante esta figura se sustituye la 
denominación inmediata por otra más amplia. En términos más coloquiales podemos definir la 
perífrasis como “dar un rodeo” para decir algo. Las razones son muy variadas: evitar expresio-
nes tabúes o inapropiadas, evitar las repeticiones, etc. 
Ejemplo: 
Era del año la estación florida // en que el mentido robador de Europa 
(GÓNGORA: Era primavera cuando Júpiter...). Y cuando llegue el día 
del último viaje / y esté al partir la nave que nuca ha de tornar (la 
muerte) / me encontraréis... (Antonio Machado)
b. Eufemismo: Consiste en dar un rodeo para no emplear una palabra malsonante, tabú o 
que no se quiere mencionar. 
Ejemplo: 
“Una cualquiera” por prostituta
c. Reticencia:
Se deja una frase sin acabar porque se sobreentiende la idea. 
Ejemplo: 
“Dime con quién andas y...”.
d. Ironía: Se da a entender lo contrario de lo que se dice o en admitir como verdadera una 
proposición falsa con fines de burla. 
Ejemplo: 
“Ese niño estudia muchísimo” (dicho a un alumno que no sabe nada). 
Aunque en muchas ocasiones puede tener un carácter burlesco e incluso cruel, como 
en el de la figura llamada sarcasmo, otras veces expresa otro tipo de emociones. Con 
muchísimo respeto, // Os he de ahorcar, ¡vive Dios! (Calderón de la 
Barca)
e. Líote: Consiste en negar lo contrario de lo que se desea afirmar. 
Ejemplo: 
“Una imagen poco clara (oscura)”, “Eso no está muy bien” (está mal)
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Ahora leamos el siguiente artículo de opinión:
El Arte Literario
Camilo Valverde Mudarra (España)
Existen diferentes obras literarias y, por tanto, varias literaturas; la diferenciación literaria viene 
dada por la existencia de una lengua propia, pues son textos lingüísticos, y por su pertenencia 
a comunidades políticas y nacionales con problemas y tradiciones enormemente peculiares. 
En ocasiones, predomina el factor lingüístico, en otras, el sociológico e ideológico diversos. 
Toda obra aspira a la universalidad, que llegue a todo el mundo. El autor compone sus obras, 
pero la Literatura es un proceso social de gran conflictividad, en que intervienen además de los 
autores y lectores, el cúmulo de distribuidores, críticos literarios, los medios de difusión y hasta 
los poderes políticos y sociales. 
Se han aportado muchas interpretaciones, en la Historia, sobre la naturaleza del lenguaje 
literario. Sintetizadas, son tres las más importantes: La Real Academia Española considera el 
lenguaje literario un desvío, una variedad, del lenguaje común, del que se diferencia por el uso 
de las figuras retóricas. Sostiene esta misma opinión R. Jakobson, para quien la Poética, cuyo 
objeto es el lenguaje literario, es una parte integrante de la Lingüística. 
Por su parte, F. Lázaro Carreter, opina que el lenguaje literario es independiente del común; 
para él, la definición de la lengua literaria se halla en el marco de la historia, repartido en la 
casuística de autores, obras, escuelas o épocas. 
El uso literario es, según Lázaro, el léxico y la gramática de un escritor, que se vale del lenguaje 
“estándar”, cuando le conviene, que pone en tensión sus posibilidades para extrañar, que lo 
tiñe de connotaciones subjetivas y que lo contraría, si es esa su voluntad de artista. 
“La obra literaria no es, si mi opinión parece cierta, un fruto más o menos aberrante del tronco 
lingüístico común, sino un lenguaje aparte, sobre cuya independencia no puede engañarnos 
el hecho de que comparta muchos caracteres léxicos y gramaticales con los demás frutos del 
mismo árbol” (F. Lázaro, “Consideraciones sobre la lengua literaria”, págs. 46-47). 
Según una tercera teoría, defendidapor los cultivadores de la gramática textual, el lenguaje 
literario no es independiente, pero sí autónomo, respecto al lenguaje usual. El lenguaje de la 
literatura es distinto del estándar, pero específico dentro de un lenguaje que incluye a ambos. 
Esta posición formula, por un lado, las reglas comunes al lenguaje corriente y al artístico, y por 
otro, las reglas propias del lenguaje literario. Se reconoce así, el hecho de que ambos lenguajes 
comparten un gran número de rasgos, pero que algunos son privativos del lenguaje literario. 
La Poética no es “complementaria” de la lingüística, ni “independiente” sino autónoma. 
Dámaso Alonso cree que “entre el habla usual y la literaria no hay diferencia esencial, sino de 
matiz y grado”. Es una cuestión de expresividad. Todo hablar no es estético, pero sí, expresivo; 
como dice Croce, “todo el que habla es un artista”.
Rasgos del texto literario
El lenguaje literario no se refiere a la realidad objetiva, al propio mensaje, sino que configura 
un mundo imaginario y ficticio fuera de la realidad empírica. El lenguaje usual, como el 
histórico, filosófico y científico, presupone seres y hechos reales de los que transmite juicios 
y conocimientos. 
El uso literario indica de modo inmanente su propia situación comunicativa, sin verse 
determinado inmediatamente por referentes reales o por un contexto externo. Sin embargo, 
entiéndase, entre el mundo imaginario creado literariamente y el mundo real no existe un 
completo divorcio: el mundo real es el germen primordial y mediato de la obra literaria, pero no 
denota directamente esa certeza, sino que crea una realidad nueva, que guarda una relación 
de significado con la existencia objetiva. 
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La expresión literaria es plurisignificativa, los signos lingüísticos, junto a su significado 
intelectual, el denotativo, son portadores de múltiples significados subjetivos, llamados 
connotativos. Se distingue por la recusación de los hábitos lingüísticos ordinarios y por la 
exploración inhabitual de las posibilidades significativas de una lengua. 
Este esfuerzo por librar la palabra de la anquilosis del hábito y del lugar común, tan frecuente 
en la poética barroca, se ha hecho cada vez más frecuente en algunos poetas y prosistas 
contemporáneos, que parecen complacerse alejándose más y más del idioma usual. 
Por último, frente al lenguaje cotidiano, filosófico o científico, en el que el significante 
cuenta muy poco, el lenguaje literario concede una importancia capital al significante: la 
materialidad que se pronuncia o se escribe, la contextura sonora de las palabras y de las frases; 
como también, las sugerencias rítmicas, las aliteraciones, y demás recursos son elementos 
importantes del arte literario. 
Así, en el verso de S. Juan de la Cruz: “Un susurro de abejas que sonaba” mediante la aliteración 
de la consonante -s- el poeta intenta expresar el sonido de las abejas a que alude en el texto.
Extraído de: http://www.mundoculturalhispano.com/spip.php?article2964
Comprendemos consecuentemente, que el lenguaje general, puede ser depurado o estilizado, 
para incrementar sus posibilidades expresivas. Ese proceso de depuración o estilización se realiza 
mediante técnicas que le añaden un ritmo suplementario o que le hacen susceptible de suscitar 
extrañeza con la intención de impresionar la imaginación, la inteligencia o la memoria. 
Llamamos literatura al producto de esta intención estética que pretende estilizar el lenguaje en 
persecución de fines estéticos: literatura es el arte de la palabra. Los dos procedimientos de estilización 
que se usan casi siempre en los textos literarios son la recurrencia o repetición por un lado, y la 
variación, alienación o extrañamiento por otro, y pueden encontrarse en su forma más simple en 
los refranes, donde hay muchos elementos fónicos, rítmicos y semánticos repetidos (recurrencia) y 
también alteraciones o enrarecimientos de la lengua común (variaciones) que convierten al texto 
en más vistoso y llamativo. 
Por ejemplo, en “quien a buen árbol se arrima / buena sombra le cobija” tenemos repetida la 
secuencia ena tres veces, el sonido B cinco veces, el lexema buena dos veces y los acentos son 
iguales en primera, tercera y séptima sílaba de ambos versos, aparte de que también la rima en i-a 
se repite en ambos (recurrencia), mientras que el lenguaje aparece enrarecido por la elipsis de un y 
una y por el hipérbaton que supone colocar el verbo al final de la frase, cuando el orden normal en 
español es sujeto, verbo y complementos. 
El efecto combinado de ambos recursos, producen un contraste cuyo resultado consiste en llamar 
la atención sobre el mensaje mismo, con lo que aumenta su eficacia expresiva y, por tanto, se hace 
más fácilmente transmisible a través del tiempo y más fácilmente rememorable.
El lenguaje literario es por consiguiente un lenguaje modificado, un “lenguaje figurado”, por una 
serie de recursos expresivos o estilísticos que llaman la atención sobre la forma del mensaje.
La disciplina llamada retórica, cataloga estos recursos y expone los efectos que originan: son los 
llamados tropos y figuras retóricas que hemos detallado anteriormente, formados cada uno, por 
diferentes combinaciones de recurrencia y variación. 
El más importante efecto de este tratamiento retórico del lenguaje es que confiere al texto literario, al 
contrario de lo que ocurre con el texto normal que posee una finalidad pragmática y no estética, la 
posibilidad de una relectura, de una segunda lectura diferente de la primera. Es decir, la posibilidad 
de una doble lectura.
A diferencia del texto literario, el texto normal, posee sólo, la mayor parte de las veces una intención. 
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Si posee más de una, se considera ya de hecho, un texto no normal, sino estilizado o literario, 
porque existe en él una intención estética.
El estilo es, lo que convierte en literario a un texto, en especial cuando lo que se cuenta no contiene 
algo que impresione por sí mismo. Es un tratamiento de belleza que recibe el lenguaje y que 
incrementa mediante la función del lenguaje conocida como función poética, estudiada por Roman 
Jackobson, la cohesión textual incrementando su belleza, concepto estudiado por la disciplina 
denominada estética. 
Ese tratamiento de belleza convierte al mensaje literario en algo perdurable y sólido a través del 
tiempo y facilita su aprendizaje, mientras que la lengua de uso, cuyo cometido es fundamentalmente 
pragmático, desvanece su forma y su contenido al mismo tiempo que es usado y no perdura más 
allá de la función pragmática con que fue creado. De ahí que los refranes, las canciones, las coplas 
y las palabras literarias, sometidas a un proceso de estilización, perduren por su belleza en la 
memoria colectiva durante siglos, mientras que creaciones sin intención estética han perecido.
Veamos una clasificación más EXAUSTIVA de las Figuras retóricas, para completar 
la que ya hemos visto al comienzo del desarrollo del tema, en virtud de que les resul-
tarán muy útil a la hora de realizar sus trabajos:
Acumulación: (del latín accumulatio-onis): Enumerar las partes y circunstancias para 
dar mayor fuerza a los argumentos, apoyados seguidamente por muchos pormenores. Se usa 
para dotar de mayor claridad y desarrollar en forma meticulosa la idea sustancial. También 
se la llama atroísmo.
Ejemplo: 
“(...) La mansión tenía un aspecto siniestro: telarañas por doquier y en 
cada rincón; vidrios despedazados; puertas viejas, pesadas y ruidosas; 
persianas carcomidas y murciélagos, cual guardianes (...)”.
Adjunción: (del latín, “unión”): Sobrentendimiento del verbo en diferentes oraciones 
gramaticales.
Ejemplo: 
“(…) Era un hombre de mucha violencia, (era) expedito en las decisiones, 
(era) muy aficionado a ser el primero en actuar (…)”. (ZEUGMA).
Alegoría: (del griego allegoría: álla, “otras cosas”; agoréuo, “yo hablo”) 
Opera cuando una cosa significa o representaotra diferente. Aristóteles la denominó 
“metáfora continuada”; de hecho, amplía la idea. 
Ejemplo: 
“La nave del corazón, combatida por los vientos de las pasiones 
turbulentas, se estrella en las rocas del vicio; pero si es llevada por el 
suave soplo de la virtud, arribará segura al puerto de la inmortalidad”.
Nota. Son también alegorías obras enteras, como La divina comedia, de 
Dante, o Don Quijote, de Cervantes.
Aliteración: (del latín ad, “a” y littera, “letras”) 
Repetición intencional de letras para lograr ciertos efectos. 
Ejemplo: 
“(…) que tu sepulcro cubra de flores primavera (…)”. (La “r”). (Rubén 
Darío, Responso a Verlaine).
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Alución: (del latín allusio-onis, “retozo, juego”) 
Referencia a cosa o hecho que se supone conocido. 
Ejemplo: 
“(...) y que, como entre poetas no llega la `sangre’ al río, y es gran 
decidero el que `de herrero a herrero’ (...)”. (Gabriel y Galán, J.M., A 
correo vuelto).
Anacefalcosis: (del griego ana, “de nuevo”) 
Sumaria recapitulación de los pincipales puntos de un escrito o de un discurso. 
Ejemplo: 
“(...) respecto a la resurrección de Jesús, el orador mencionó tres datos 
esenciales: se habían cumplido las profecías; se trataba, en efecto, del 
Hijo del Señor; quien siguiera su camino obtendría la salvación”.
Anacoluto: (del griego, “inconsecuente”) 
Supresión intencional de una construcción por otra para obtener algún efecto en el oyente 
o lector. 
Ejemplo: 
“(…) El grito deja en el viento una sombra de ciprés. (Dejadme en este 
campo llorando) (…)”. (García Lorca, Federico).
 
 Anadiplosis: (del griego ana, “de nuevo” y diplosis, “acción de doblar”). 
Repetición de la palabra final de una frase o de un verso al comienzo de la frase o verso 
siguiente. 
Ejemplo:
 “(…) Muy doliente estaba el Cid, de trabajos muy cansado, cansado 
de tantas guerras como por él han pasado (…)”. (Romancero del Cid).
Anáfora: (del griego, “acción de elevar”) 
Repetición intencionada de palabras o conceptos al principio de una frase, para reforzar el 
sentido o establecer una simetría entre los versos. 
Ejemplo: 
“(…) Casada soy, rey Don Juan; casada soy, que no viuda (…)”. 
(Romancero del Cid).
 
Anástrofe: (del griego, “invertir”) 
Invertir, en modo inusitado, el orden de las partes que componen una oración. También 
llamada transposición, representa un defecto de construcción. 
Ejemplo: 
“(...) Tenía ademanes bruscos y ojos brillantes en una pequeña cara de 
manzana (...)” “Ojos brillantes y ademanes bruscos en una pequeña 
cara de manzana tenía”. (CAMUS, Albert, El extranjero). 
Antanaclasis: (del griego, “contra” y “repercusión”) 
Repetir una palabra en sentido contrario al que antes se le adjudicó. 
Ejemplo:
 “El corazón tiene razones que la razón desconoce”. (Pascal). 
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Antanagoge: (del griego, “contra” y “lanzar”) 
Hacer recaer sobre el adversario, retorciendo sus argumentos, la fuerza de una prueba o una 
acusación. 
Ejemplo: 
“(...) Anastasia: -No, podría haberlo hecho... Eustaquio: -Tus propias 
palabras te ordenan, mujer. Acabás de decir que no podrías haberlo 
hecho, y es precisamente lo que yo decía. Sos una incapaz absoluta y 
no quiero volver a verte”. 
Anticipación: (del latín anticipatio, “idea preconcebida”) 
Refutación de objeciones que vemos venir. 
Ejemplo: 
“(…) No quiero que interpretéis malamente ahora esta palabra (…)”. 
(AZORÍN, El caballero del verde gabán).
Antimetástasis: (del griego, “contra” y “cambio”) 
Cambio o juego de palabras que encierra dos sentidos en una misma oración, según su 
orden. También se la denomina antimetábola y antimetalepsis. 
Ejemplo: 
“Comer para vivir, vivir para comer”; “trabajar para vivir, vivir para 
trabajar”. 
Antistrofa: (del griego, “vuelta”) 
Repetir una o más palabras al final de los diversos miembros del período. Inversa a la anáfora, 
es conocida además como conversión y epístrofa. 
Ejemplo: 
“(…) Todo el universo está lleno del espíritu del mundo; se juzga todo 
según el espíritu del mundo; todo se realiza y todo se gobierna según el 
espíritu del mundo. Será cosa de preguntar si igualmente hay que servir 
a Dios según el espíritu del mundo (…)”. (Bourdalove). 
Antítesis: (del griego anti, “contra” y thesis, “posición”) 
Juntar en una oración contrarios conceptos o palabras; oposición de palabras o pensamientos. 
Ejemplo: 
“(…) El pecado mata al hombre, la gracia lo vivifica; el pecado le 
agrava, la gracia le sublima (…)”. (Nieremberg). 
Antonomasia: (del griego anti, “en lugar de”, y ónoma, “nombre”). 
Emplear una voz apelativa en lugar del nombre propio de alguna persona. 
Ejemplo: 
“El padre de los pobres” (por San Vicente de Paul); “capitán del siglo” 
(Napoleón).
Aposiopesis: (del griego, significa “de silencio”). 
Pausa o reticencia. 
Ejemplo: 
“(...) Me incliné; ya me regocijaba pensando en tocar la pasta tierna 
y fresca que formaría entre los dedos bolitas grises... No pude (...)”.
(SARTRE, Jean-Paul, La náusea). 
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Apóstrofe: (del griego, quiere decir “giro”). 
Desvío súbito e inesperado de una frase, al dirigir la palabra a los vivos (presentes o ausentes), 
a los muertos, a las cosas inanimadas o alegóricas, o a las divinidades. Se utiliza como la 
exclamación o la interrogación. 
Ejemplo: 
“(…) ¡Oh, envidia, raíz de infinitos males, y carcoma de las virtudes. 
(CERVANTES, Don Quijote).
Asíndeton: (del griego syndein, “juntar, reunir”) 
Omitir las conjugaciones copulativas, para dar más energía al discurso. 
Ejemplo: 
“(...) Lágrimas allí no valen, arrepentimientos allí no aprovechan, 
promesas para adelante allí no se admiten, tiempo de penitencia allí no 
se da, porque acabado el postrer punto de la vida ya no hay más tiempo 
de penitencia (…)”.
Catacresis: (del griego katá, “contra”, y chresis, “uso”) 
Dar a una palabra sentido traslaticio para designar a una cosa que carece de nombre especial. 
Ejemplo:
 “La hoja de la espada, una hoja de papel”.
Comparación: (del latín comparatio-onis) 
Expresión para realzar un objeto o persona, mediante la indicación de sus relaciones de 
semejanza o discrepancia con otro objeto o persona. 
Ejemplo: 
“(…) Descansado los claveles en el marfil de sus manos, está la vella 
Amariles un arroyuelo mirando (…)”. (LOPE DE VEGA, Guerras de 
amor y de honor).
Complexión: (del latín, complexio-onis) 
Repetición de dos palabras en varias raciones, una al principio y otra al final. 
Ejemplo: 
“(…) Para venir a gustarlo todo, quieras tener gusto en nada. Para 
venir a poseerlo todo, no quieras poseer algo en nada. Para venir a 
serlo todo, no quieras ser algo en nada Para venir a saberlo todo,no 
quieras saber algo en nada (…)”. (De la Cruz, Juana, Subida al Monte 
Carmelo).
Comunicación: (del latín comunicatio-onis) 
Consulta de un orador a sus oyentes, cual si compartieran totalmente su parecer. 
Ejemplo: 
“(…) Pregunto, pues: ¿de qué se mantienen tantas bocas de padres e 
hijos, en tiempo que aún no hay grano, como digo, en los sembrados? 
(...)”. (De GRANADA, Luis, Introducción al símbolo de la fe).
Concesión: (del latín concessio-onis) 
Aceptación de algo al principio, dando a entender que se dispone de razones para retrucarlo. 
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Ejemplo: 
“(…) ¿A qué me lo decís? Lo sé: es mudable, es altanera y vana y 
caprichosa; antes que el sentimiento de su alma, brotará el agua de la 
estéril roca. Sé que en su corazón, nido de sierpes, no hay una fibra 
que el amor responda; que es una estatua inanimada; pero... ¡es tan 
hermosa! (…)”. (BÉCQUER, Gustavo Adolfo, Rimas).
Conglobación: (del latín conglobatio-onis, “aglomeración”) 
Reunir muchos argumentos y pruebas; unión armónica de ideas, afectos, palabras.
Ejemplo: 
“(...) que si te digo que la extraño, es por algo. Porque mis noches son 
eternas sin ella, porque busco en la calle sonrisas y no las hallo, porque 
me cuesta hilvanar mis ideas, porque no le encuentro sentido a miexistencia... (...)”. 
 
Conjunción: (del latín coniunctio-onis, “lazo”) 
Elegancia del lenguaje que multiplica las conjunciones de una cláusula, con el fin de 
presentar los objetos como aislados para que hieran más vivamente la imaginación. 
Ejemplo: 
“(...) Y el Santo de Israel abrió su mano y los dejó; y cayó en despeñadero 
el carro y el caballo y caballero (...)”.
 
Cronografía: (del griego cronos, “tiempo”). 
Descripción del tiempo, tiempos, etcétera. 
Ejemplo: 
“(…) Resolviendo las historias de tanto tiempo pasado... ¿Qué privanza 
no ha bajado? ¿Qué edad no se ha consumido? ¿Qué hermosura no ha 
faltado? Lo que ya vemos que ha sido parece que aún no ha llegado. 
(…)”. (Lope de Vega, Pastores de Belén).
Demostración: (del latín demonstratio-onis, “mostrar, describir”) 
Exposición de un hecho; la relación de un acontecimiento. 
Ejemplo: 
“(...) Los del velorio nos convidaron con café y yo tomé una taza. En el 
cajón había una figura de cera en lugar del muerto (...)”. (Borges, Jorge 
Luis, El informe de Brodie).
Deprecación: (del latín deprecatio-onis) 
Expresión de vivo deseo acompañado de peticiones o ruegos. 
Ejemplo: 
“(…) ¡Oh, si ninguna cosa yo antepusiese a Ti, y por ninguna te 
trocase, mas todas las cosas tuviese por basura en comparación de 
Ti! ¡Concédeme, Señor, que el veneno de la envidia nunca inficione mi 
ánima, sino que en Ti sólo repose, y en Ti sólo halle toda mi salud! (…)”. 
(De Granada, Luis, Memorial de la vida cristiana).
Descripción: (del latín descriptio-onis) 
Presentación de un objeto de modo vivo, como si se estuviera delante de él. Se la llama, 
además, hipotiposis. 
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Ejemplo: 
“(…) Vi una barquilla muy adornada con gallardetes, tendal y varias 
flores que pendían haciendo sartas (…)”. (Fernández de Moratín, N., 
La barquerilla).
Diáfora: (del griego, “diferencia”). 
Repetir una palabra, dándole distinta significación. 
Ejemplo: 
“En la planta superior estaba el jardín de invierno; y ahí, esa maldita 
planta”. 
Distribución: (del latín distributuo-onis, “división”) 
Juntar varias partes en el discurso, y a continuación aplicarles otras tantas que les 
corresponden por el mismo orden. 
De la misma manera se denomina cuando a las partes enumeradas se las va caracterizando 
con sus atributos y distintivos. 
Ejemplo: 
“(...) Esta riqueza es de dos partes: sierras y llanura y río. La sierra da 
aceite, vino, leña y casa, y frutos y agua.; la llanura da lanas, carne y 
pan; y el río (...)”. (Pérez De Oliva, Hernán).
Disyunción: (del latín disiunctio-nis) 
Supresión de conjunciones o nexos. 
Ejemplo: 
“(…) Desmayarse, atreverse, estar furioso áspero, tierno, liberal, esquivo, 
alentado, mortal, difunto, vivo, leal, traidor, cobarde, animoso (...)”. 
(Lope de Vega, Varios efectos del amor)
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Dubitación: (del latín dubitatio, “dudar”) 
Proponerse el orador o escritor una duda a si mismo o hacerse alguna pregunta, para prevenir 
a veces las objeciones que se le pudieran hacer. Hace que el escritor u orador aparezca 
indeciso sobre lo que ha de hacer o decir. 
Ejemplo: 
“(…) Para hablar de este misterio de nuestra redención, verdaderamente 
yo me hallo tan indigno, tan corto y tan agotado, que ni sé por dónde 
comience, ni dónde acabe, ni qué deje, ni qué tome para decir (…)”. 
(De GRANADA, Luis).
Elipsis: (del latín ellipsis, “falta”) 
Omisión de alguna o algunas palabras con intención estética. 
Ejemplo: 
“(…) Indio que asomas a la puerta de esa tu rústica mansión, ¿para 
mi sed no tienes agua?¿para mi frío cobertor? ¿parco maíz para mi 
hambre? ¿para mi sueño, mal rincón? ¿breve quietud para mi andanza? 
(...)”. (Santos Chocano, J., ¡Quién sabe!).
Enálage: (del latín enallage, “cambio”) 
Mudar las partes de la oración o sus accidentes, como cuando se pone un tiempo verbal o 
un caso por otro. 
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Ejemplo: 
“(…) Prud: -¿Harás lo que te digo? Juana: -Posiblemente si (volviera), sí 
(…)”. (Diego, G., Romance del Duero).
Enigma: (del latín aenigma; del griego ainigma) 
Descripción de una cosa por medio de términos oscuros, bastantes 
ambiguos para encubrir el sentido oculto de lo que se propone o 
la adivinación. 
Ejemplo: 
“¿Cuál es el animal que por la mañana anda en cuatro pies, por la tarde 
en dos y por la noche en tres?”. (El hombre) (Enigma de Tebas).
Enumeración: (del latín enumeratio-onis) 
Serie de ideas o de objetos referidos a un mismo asunto, presentada de una forma rápida. 
Ejemplo: 
“(…) A las aves ligeras, leones, ciervos, gramos, saltadores, montes, 
valles, riberas, aguas, aires, ardores y miedos de las noches veladores: 
por las amenas liras y cantos de sirenas os conjuro que cesen vuestras 
iras, y no toquéis al muro, porque la esposa duerma más seguro (…)”. 
(SAN JUAN DE LA CRUZ, Cántico espiritual).
Epanalepsis: (del latín homónimo, “repetición”) 
Repetición de una palabra al inicio de una oración. 
Ejemplo: 
“(…) Río Duero, Río Duero, nadie a acompañarte baja, nadie se detiene 
a oír tu eterna estrofa de agua (…)”. (G. DIEGO, Romance del Duero).
Epánodo: (del griego epánodos, “recapitulación”; epi, “sobre”, y anodos, “vuelta”) 
Repetir algunas palabras para desarrollar la idea que contiene cada una de ellas. 
Ejemplo: 
“(...) El barrio era sombrío; el barrio daba miedo. Barrio de inmigrantes. 
Los inmigrantes no tenían la culpa; los inmigrantes veían la vida pasar 
y su silencio aturdía (...)”.
Epanórtosis: (del griego, “rectificar”) 
Retractación o explicación de lo que se ha dicho. Corrección es un sinónimo. 
Ejemplos: 
“(…) Traidores... mas, ¿qué digo? Castellanos, nobleza de este reino 
(...)”. (García de la Huerta) “(…) Que caducáis sin duda alguna creo; 
creo, no digo bien, mejor diría que toco esta verdad, y que la veo (…)”. 
(Cervantes, El viaje del Paraíso).
 
Epifonema: (del latín epiphonema) 
Especie de sentencia o reflexión o exclamación profunda que se dice al terminar de escribir 
o narrar o probar algo. 
Ejemplo: 
“(…) Vuestra paz era imagen de mi vida, ¡Oh campos de mi tierra! 
Pero la vida se me puso triste y su imagen de ahora ya no es ésa: en mi 
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casa, es el frío de mi alcoba, es el llanto vertido en sus tinieblas; en el 
campo, es el árido camino del barbecho sin fin que amarillea. “Pero yo 
ya sé hablar como mi madre y digo como ella cuando la vida se le puso 
triste: ¡Dios lo ha querido así! ¡Bendito sea!”. (Gabriel y Galán J.M., El 
ama).
Epítrope: (del griego, “concesión”) 
Cuando quien habla finge permitir al arbitrio ajeno una cosa. También, cuando se otorga a 
otro licencia para que empeore nuestros males. Se le dice, además, permisión. 
Ejemplo: 
Muertas sus abejas por hambre y enfermedad, el pastor Aristeo (hijo 
de los dioses Apolo y Cirene) dijo a su madre: “Si no estás contenta, 
destruí también mis árboles, mieses, viñas y ganados (...)”. (VIRGILIO, 
Geórgicas).
Etopeya: (del latín ethopeia) 
Descripción de los rasgos o costumbres de una persona. 
Ejemplo: 
“(…) Hermosa sin los amaños de enfermizas vanidades, tiene unos ojos 
castaños con un mirar sin engaños que infunde tranquilidades (...)”. 
(Gabriel y Galán, J.M., Mi montaraza).
Eufemismo: (del latín euphemismus) 
Palabra o expresión que sustituye a otra de mal gusto, molesta, inoportuna. 
Ejemplo: 
“(…) El anda siempre juyendo, siempre pobre y perseguido; no tiene 
cueva ni nido, como si fuera maldito; porque el ser gaucho... ¡barajo!, 
el ser gaucho es un delito”. (Hernández, José, Martín Fierro).
Exclamación: (del latín exclamatio, “emoción”) 
Expresar en forma exclamativa, con vigor y eficacia, un movimiento del ánimo; para dar 
vigor y eficacia a lo que se dice.
Ejemplo: “(…) ¡Oh gloria inmortal de campos! ¡Oh afortunado 
campazas! ¡Oh dichosísimos padres! ¡Oh monstruo del púlpito! ¡Oh 
confusión de predicador!1 ¡Oh pozo! ¡Oh sima! ¡Oh abismo! (…)”. (De 
Campazas, Gerundio).
Gradación: (del latín gradatio, “orden gradual”) 
Juntar en el discursopalabras o frases que, con respecto a su significación, vayan como 
ascendiendo y descendiendo por grados, de modo que cada una de ellas exprese algo más 
o menos que la anterior. 
Ejemplo: 
“(…) Guerras, asolamientos; fieros males, entre tus brazos cierras (…)”. 
Hipálage: (del griego, “cambio”) 
Atribuir a una palabra de la frase lo que conviene a otra de la misma frase. 
Ejemplo: 
“(...) Mis manos quedaron vacías, mientras las arcas sudaban (...)”. 
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Hipérbaton: (del latín hperbaton y éste, del griego hipérbaton, “transpuesto”) 
Inversión de la disposición que en el discurso deben tener las palabras según las leyes de 
la sintaxis regular. En gramática, alteración en el orden de posición lógica de determinados 
elementos de la oración. 
Ejemplo: 
“(…) pidió las llaves a la sobrina del aposento (…)”. (CERVANTES, Don 
Quijote). Normalmente, la frase debe escribirse: “pidió las llaves del 
aposento a la sobrina”.
Hipérbole: (del latín hyperbole, y éste, del griego hyperbolé; hiper, “más allá”, y 
ballein, “arrojar”)
Aumentar o disminuir excesivamente la verdad de aquello de que se habla. Se trata de un 
efecto natural de la viveza de la imaginación, del entusiasmo y de las pasiones. 
Ejemplo: 
“(...) Erase un hombre a una nariz pegado (...)”. (De Quevedo, Francisco). 
Nota. El léxico mismo de las variadas lenguas, tanto muertas como 
vivas, abunda en hipérboles, creadas no sólo por los autores y escritores, 
sino también por el pueblo al querer expresar su admiración, ponderar 
la bondad o la maldad de las personas o cosas, etcétera. En nuestra 
lengua figuran, entre otras muchas: * “comerse los codos de hambre”; 
* “no tiene dónde caerse muerto”. Si es norma evidente ajustarse a la 
rigurosa verdad, no se falta a ella en las exageraciones “de convenio”; 
es decir, admitidas y usadas hasta en la conversación: * más ligero 
que el viento”.
Homeóptote: (del griego homoióptooton, “semejante”) 
Acumulación de palabras que se corresponden por el tiempo, caso y desinencia. Se utiliza 
mucho en la lengua vulgar, como en francés. 
Ejemplo: 
“Juego de manos, juego de villanos”. 
Imposible: (del latín impossibilis) 
Afirmación de que antes que se verifique o no un hecho o dicho, se trastornarán las leyes 
de la naturaleza. 
Ejemplo: 
“(...) El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán (...)”. 
(Mateo 24, 35; Marcos 13, 31; Lucas 21, 33). 
Imprecación: (del latín imprecatio-onis) 
Deseo de que sobrevenga algún mal sobre otro. 
Ejemplo: 
“(…) Mala landre te mate (…)”. (La Celestina).
Interrogación: (del latín interrogatio-onis) y SUBYECCIÓN 
La interrogación se emplea en oratoria cuando se formula una pregunta, más para enfatizar 
que para exigir respuesta. Si ésta es incluida, se tratará de una subyección. 
Ejemplo: 
“(…) ¿Puede ello ser posible? (No, señores)”. 
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Interrupción: (del latín interruptio-onis, “reticencia”) 
Tránsito rápido de unas ideas a otras dejando incompletas algunas frases, movido por la 
rabia, el despecho u otro sentimiento.
Ejemplo: 
“(…) Domínica: -¡Gracias a todos! ¡Míralo, está llorando! ¡Feliciano! 
¿Qué lloras? Feliciano: -¡Qué sé yo! Mia tú esa copla, si la tendré oida 
veces; pues hoy me ha parecío..., he pensao que tie que llegar a ese día..., 
pueo yo morirme antes, pues ser tú..., de cualquiera de las maneras es 
separarse (...)”. (BENAVENTE, J., Señora ama).
Inversión: (del latín inversio-onis) 
Alterar el orden gramatical de las palabras, que se colocan según conviene al intento del que 
habla o escribe. 
Ejemplo: 
“(…) -Que me maten, Sancho- dijo en oyéndole Don Quijote-, si nos ha 
de suceder cosa buena esta noche. ¿No oyes lo que viene cantando 
ese villano? -Sí, oigo- respondió Sancho-, pero, ¿qué hace a nuestro 
propósito la caza de Roncesvalles? (…)”. (CERVANTES, Don Quijote).
Ironía: (del latín ironia, “burla fina y disimulada”) 
Dar a entender lo contrario de lo que se dice. Existen siete clases: 
• Antífrasis: Dar a algo un nombre que indique cualidades contrarias (“Peludo”, a 
un calvo) 
• Asteísmo: Fingir que se vitupera para alabar con más finura (“A vos te falta 
mundo”, a un viajero); 
• Carientismo: Usar expresiones que suenan verdaderas o serias para burlarse 
(“Nunca oí algo tan certero”, ante una frase desafortunada)
• Clenasmo: Atribuir a alguien las buenas cualidades que nos convienen y a nosotros, 
sus malas cualidades (“Tu vigoroso estado atlético contrasta con mi débil figura”, 
cuando en realidad es al revés) 
• Diasirmo: Humillar la vanidad del otro, recordándole cosas de que debe 
avergonzarse (“¿Qué otra cosa puede esperarse de un hombre que una vez se 
vistió de mujer...?”)
• Mímesis: Imitar a quien se quiere ridiculizar (“io no quiero ye-yelección; quiero 
irme a mi Aniyaco”) 
• Sarcasmo: Cuando la burla es tal que se convierte en un redondo insulto; el 
receptor no puede vengarse porque su condición merecería compasión antes que 
desprecio (“Quiero que Scioli me dé una mano...”).
Licencia: (del latín licentia, “facultad, permiso”) 
Infracción que de las leyes del lenguaje y del estilo le está permitida al poeta por el uso y 
por la aprobación de los doctos. Libertad que se toman los poetas para usar algunas frases, 
figuras y voces que no están comúnmente admitidas. 
Ejemplo: 
“(...) Junto al cordón de la vereda, un quiosco acaba de tragarse a una 
mujer (...)”. (GIRONDO, Oliverio, Veinte poemas para ser leídos en el 
tranvía).
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Metáfora: (del latín metaphora, y éste del griego metaphorá: “traslado, transporte”, 
empleado figuradamente) 
Cambio de nombre basado en la semejanza. 
Ejemplos: 
animado por animado: “zorro” (por hombre astuto); inanimado por 
inanimado: “perlas del rocío”; inanimado por animado: “azote de los 
hombres”; animado por inanimado: “devorado por las llamas”. Existen 
cinco tipos: a) impura: usa elementos reales a imaginarios, los compara 
sin nexo: “las perlas de sus lágrimas”; b) pura: usa sólo elementos 
imaginarios, sobrentendiendo los reales: “las perlas que caían de sus 
ojos”; c) encadenada: cuando se va traspasando el sentido de una 
a otra: “hombre témpano”; d) radial: de varios sentidos, cuando el 
objeto inicial ofrece varias características; “cabeza”: centro, altura, 
forma, etcétera, de familia de trigo de alfiler e) compuesta: alegoría o 
metáfora mixta. 
Metalepsis: (del griego, “cambio”) 
Cambio de antecedente por consecuente o viceversa, o designación de algo por lo que 
ordinariamente ocurre o acompaña, precede o sigue.
Ejemplos: 
“(…) Llevó tras sí los pámpanos octubre y con las grandes lluvias 
insolente 
no sufre Ibero márgenes ni puente, mas antes los vecinos campos cubre. 
Moncayo como suele ya descubrecoronada de nieve la alta frente; y el 
sol apenas vemos en Oriente, cuando la opaca tierra nos encubre (…)”. 
(De ARGENSOLA, L.L., La vida en el campo)
“Acuérdate de lo que me ofreciste” (por “cúmplelo”). (Real Academia 
Española, Diccionario de la lengua española).
Metonimia: (del latín metonymia, “medir mucho”) 
Cambio de nombre basado en la proximidad. Hay nueve clases: 
• Causa a efecto: “Neptuno” (por mar); 
• Instrumento por causa: “la mejor pluma”
• Efecto a causa: “es mi alegría”
• Continente por contenido: “beber un vaso”
• Lugar por cosa de él procedente: Jerez (bebida); 
• Signo por cosa: “laurel” (por la victoria)
• Físico por moral: “perdió el seso”
• Abstracto por concreto: “esquivé la guardia”
• Dueño por cosa: lares (por casa)
Obsecración: (del latín obsecratio, “súplica, ruego”) 
Implorar la asistencia de Dios, de Su Santísima Madre, de los Santos, de una persona, de una 
sombra, de un recuerdo. 
Ejemplo:
:“(…) ¡Oh María, Madre de la gracia, alcanzádmela cumplidamente 
para que publique al mundo lo que Vos estimáis más que ser Madre 
de Dios! ¡Oh Santos, serafines y querubines, asistidme para que sepa 
engrandecer lo que es más grandeza que la de Vuestras Altísimas 
Naturalezas! (…)”.(NIEREMBERG, P.).
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Ocupación (del latín ocupatio-onis, “toma de posesión”) 
Anticipación o prevención de un argumento. 
Ejemplo: 
“(...) Sé lo que vas a decirme, y estoy en completo desacuerdo (...)”.
Onomatopeya (del griego onomatopeiía; onoma, “nombre”, y poiein, “hacer”). 
Imitación del sonido de una cosa en el vocablo que se forma para significarla. Existen tres 
modos: imitación de los sonidos; imitación del movimiento de los cuerpos; imitación de los 
movimientos del ánimo. Cabe una imitación casi perfecta de los sonidos. 
Ejemplo: 
Maullar, croar, de las voces de los animales, cacarear, cecear, cuchichear, 
acciones humanas, refunfuñar, trueno de la naturaleza, susurro.
Optación: (del latín optatio-onis, “deseo, opción”).
Manifestación de un vivo deseo. 
Ejemplo:
“(...) ¡Oh, si se acabase ya esta contienda! ¡Oh, si se concluyesen los 
días de mi destierro! ¿Cuándo llegará este día? ¿Cuándo vendré y 
compareceré ante la cara de mi Dios? (...)”. (De Granada, Luis, De la 
oración y consideración).
Paradiástole: (del griego paradiastollée, “separación”).
Combinación de palabras análogas, haciendo resaltar la diferencia, o sea uso de sinónimos 
(o de homófonos) en pasajes donde se explican. 
Ejemplo: “(...) Yo pensaba que os amabamos más de porque os quería. 
Quien tales obras hacía lejos de amores estaba (...)”. (LOPE de VEGA, 
Soliloquio).
Paranomasia: (del latín para, “igual, símil” y nomen, “nombre”)
Llamada también nominación, es la unión de palabras que se diferencian sólo por alguna letra. 
Ejemplo: 
“(...) De gravedad y condición tan lisa que suspende y alega a un mismo 
instante, y con su aviso al mismo aviso avisa (...)”.(CERVANTES, El 
viaje del Parnaso).
Paroxismo: (del latín, “ímpetu, exaltación”) 
Exaltación violenta de una pasión o sentimiento.
Ejemplo: 
“(...) Ni en ocho vidas seguidas llegaría a sufrir lo que estoy sufriendo 
hoy (...)”.
Perífrasis: (del latín periphasis) 
Expresar con varias palabras lo que se podría haber podido decir con una sola. Se le conoce, 
además, como circunlocución. 
Ejemplo: 
“La capital de la Argentina” (por Buenos Aires). 
Permisión: (del latín permissio-onis, “entrega”) 
Permiso para que otro haga aquello de que nos quejamos o que no compartimos. 
Ejemplo: “(...) En tu presencia a Raquel tienes ya: del vulgo ayrado 
entrégala al furor y a la venganza; redime tu peligro con su daño. ¿Esta 
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fineza no es el premio que tienes preparado a mi amor? ¿En qué dudas? 
Raquel muera: muera, pues en amarte te hace agravio (…)”. (García de 
la Huerta, V., Raquel),
Pleonasmo: (del latín pleonasmus) 
Adición de palabras al parecer superfluas. 
Ejemplo: 
“(…) ¡Oh maravilla nueva, oh caso nuevo, digno de admiración que 
cause espanto, 
cuya extrañeza me admiró de nuevo! (…)”. (CERVANTES, El viaje del 
Parnaso).
Polipote: (del griego, “muchas veces”) 
Repetición de una palabra en sus diversos accidentes o variantes. 
Ejemplo: 
“(…) Como se mudan los vientos, como se mudan los ramos, que, 
desnudos en invierno, se visten en el verano, mudaremos nuestros 
bailes por puntos y a cada paso, pues mudarse las mujeres no es nuevo 
ni extraño caso (…)”. (Cervantes, La elección de los alcaldes). 
Políptoton: (del griego polyptoton, “que tiene muchos casos, traducción”) 
Emplear dentro de la cláusula un mismo adjetivo o nombre en distintos casos, géneros o 
números, o un mismo verbo en distintos modos, tiempos o personas. 
Ejemplo: 
“(...) Fui, soy y seré fiel a Beatriz, la mujer de mis sueños y mis realidades (...)”.
Polisíndeton: (del griego polysyndeton; polys, “mucho”, y syndein, “ligar, encadenar”) 
Repetir una misma conjugación al principio de cada miembro de una frase o de los términos 
de una enumeración. Tiene por objetivo hacer resaltar la multiplicidad de los objetos 
parecidos que se les multiplica al acumularlos. 
Ejemplo: 
“(...) Y el santo de Israel abrió su mano y los dejó, y cayó en despeñadero 
el carro, y el caballo y caballero (...)”.
Preterición: (del latín praeteritio-onis) 
Fingimiento de pasar por alto lo que se dice claramente. 
Ejemplo:
“¡Oh cuántas y cuáles cosas te pudiera decir, Cipión amigo, de esta 
morisca canalla, si no temiera no poderlas dar fin en dos semanas! 
Y si las hubiera de particularizar, no acabara en dos meses; mas, en 
efecto, habré de decir algo; y así, oye en general lo que yo vi y noté en 
particular de esta buena gente (...)”. (A continuación, pormenoriza) 
(CERVANTES, Coloquio de los perros).
Prolepsis: (del griego, “anticipación”). 
Incompleta sentencia o palabra, por falta de una correcta exteriorización verbal. Se da 
cuando los órganos de fonación son superados en velocidad por las ideas e inteligencia 
de una persona.Los casos extremos suelen ser confundidos con la tartamudez o patologías 
histéricas.
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Ejemplo:
“El día en que lo iban a matar, Santiago Nasar se levantó a las 5:30 de 
la mañana para esperar el buque en que llegaba el obispo.” (Gabriel 
García Márquez “Crónica de una muerte anunciada”)
Prosopografía: (del griego, “aspecto”) 
Descripción del exterior de una persona o animal. 
Ejemplo:
“(…) Este que véis aquí, de rostro aguileño, de cabello castaño, frente 
lisa y desembarazada, de alegres ojos y de nariz corva, aunque bien 
proporcionada, las barbas de plata, que no ha veinte años que fueron de 
oro; los bigotes grandes, la boca pequeña (...)”.(CERVANTES, Novelas 
ejemplares).
Prosopopeya: (del griego, “hacer rostro”) 
Atribuir a cosas inanimadas o abstractas rasgos o cualidades humanos. 
Ejemplo: “(…) El río, que vio del Austrovenir tal luz de su claustro, sacó 
la cabeza fría creyendo que el sol había prestado otra vez su plaustro 
(…)”. (Lope de V., El Isidro).
Recapitulación: (del latín recapitulatio-onis) 
Volver a captar o tomar alguna cosa; recuerdos, memorias. 
Ejemplo:
“(...) y volví a sentirme feliz, como únicamente lo fui en mi infancia (...)”. 
Repetición: (del latín repetitio-onis) 
Uso de una misma palabras al inicio de frases u oraciones seguidas. 
Ejemplo: 
“El pueblo las creó, es verdad; el pueblo las creó en abierta insurrección”. 
(De JOVELLANOS, G. M., Memoria en defensa de la Junta Central).
Silepsis: (del griego, “comprensión”) 
Concordancia según el sentido, no según la gramática. 
Ejemplo:
“(...) Esperaos un poco, gente tan inconsiderada como presurosa (...)”. 
(CERVANTES, Don Quijote). 
Sinécdoque: (del latín sinecdoche y éste, del griego, “recibir juntamente”) 
Designar al todo por la parte o a la parte por el todo. Se establecieron diez casos: 
•Parte por todo: “dos veranos” (en lugar de dos años)
•Todo por parte: “rompí el auto (cuando sólo es el motor)
•Materia por obra: “bronce” (por campana)
•Singular por plural: “argentino” (por todos los argentinos)
•Plural por singular: “la patria de los descubridores” (por España, aunque 
no todos los habitantes lo fueron)
•Género por especie: “arremetió el bruto” (por un animal, como el toro)
•Especie por género: “danos el pan nuestro de cada día” (cuando pan 
es alimento en general)
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•Abstracto por concreto: “el marfil de sus manos”
•Nombre común por propio: “el conquistador” (por Pizarro)
•Nombre propio por común: “un Nerón” (para caracterizar a un hombre cruel)
Sinonimia: (del latín synonymia, “con” y “nombre”) 
Profusión de palabras sinonímicas. 
Ejemplo:
“(...) ¡Pérfidos, desleales, fementidos, crueles, revoltosos y tiranos: 
cobardes, codiciosos, malnacidos, pertinaces, feroces y villanos; 
adúlteros, infames, conocidos por de industriosos más cobardes manos! 
(...)”. (CERVANTES, El cerco de Numancia).
Sínquisis: (del griego, “yo confundo”) 
Transponer palabras para trastornar el orden de la frase o para conseguir una rima. 
Ejemplo: 
“(...) ¡Oh, si se acabase ya esta contienda! ¡Oh, si se construyesen 
los días de mi destierro! ¿Cuándo llegará este día? ¿Cuándo vendré y 
compareceré ante la cara de mi Dios? (...)”. (De GRANADA, Luis, De 
la oración y consideración).Sustentación: (del latín sustentatio) 
Terminar en forma semi abrupta, cuando era de esperar la continuación por el suspenso que 
se había creado. 
Ejemplo:
“(…) En Jaén, donde resido, vive Don Lope de Sosa,y dírete, Inés, la 
cosa más brava de él que has oído. Tenía este caballero un criado 
portugués...Pero cenemos, Inés, si te parece, rimero (…)”. (ALCÁZAR, 
Baltasar, Una cena).
Topografía (del griego topo, “lugar” y grafía, “describir”) 
Descripción de un lugar físico. 
Ejemplo: 
“(...) Dos peñascales horrendos, abajo el río que brama, y arriba el 
arco de un puente, que aquel precipicio salva cual cinta sutil de acero 
sobre el abismo curvada (...)”. 
RECAPITULEMOS: 
El lenguaje literario tiene una característica clave que le diferencia de los demás 
lenguajes que hemos visto hasta ahora: tiene una función lúdica y, como objetivo, el 
procurar un goce estético. Los otros lenguajes son fundamentalmente utilitarios.
Como acto de comunicación.
1.El emisor: Es un creador. Sabe que elabora un mensaje desde un punto de vista subjetivo y lo 
hace con la intención de perdurar. 
2.El receptor: Es un receptor universal (multiforme y heterogéneo). Interpreta el mensaje y lo 
recrea; de ahí que también se diga del mensaje que es plurisignificativo. 
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3.La situación: Es intemporal y cambiante.
4. El código: Se adapta a las necesidades propias de los géneros, por lo tanto, se habla de 
subcódigos (el de la poesía, el del teatro...). Por lo tanto, todos los subcódigos presentan una 
especial formalización (métrica, rima, etc.). 
5.El mensaje: Es unilateral y perenne. Además lleva una sobrecarga informativa, debido al 
predominio de los valores estéticos. 
6.La función lingüística: Predomina la poética, ya que predomina también el carácter 
connotativo en las palabras que forman los mensajes. En menor medida destaca también la 
función expresiva o emotiva. 
7.El canal: Habitualmente la impresión de los textos, o sea, el papel como soporte básico.
Características generales.
 Está destinado a halagar los sentidos y el intelecto. Como elemento común 
podríamos decir que le caracteriza la presencia de voces cultas; un cierto gusto por la 
sintaxis compleja, por la sonoridad o musicalidad de los términos y las construcciones; y 
la búsqueda constante de la originalidad y la innovación a través del empleo de infinidad 
de recursos. 
Cada época y cada movimiento literario tienen sus propias características, lo mismo 
que cada autor se manifiesta según su propio estilo. 
De todas formas, puede indicars lo siguiente: 
a. Nivel fonético: Tendencia a buscar la sonoridad, la musicalidad, la cadencia, el ritmo, el 
impacto (aliteraciones, paralelismos, amplificaciones, variantes ortográficas y dialectales...). 
b. Nivel morfo-sintáctico: Parece habitual una cierta complejidad sintáctica. Suele respetarse la 
normativa sintáctica, pero se buscan períodos amplios y equilibrados. Aparición de desvíos de los 
usos habituales del lenguaje (usos estilísticos de los verbos, por ejemplo) en busca de la sugerencia. 
En este sentido vale la pena recordar figuras como la anáfora, el quiasmo, la similicadencia, el 
hipérbaton... 
c. Nivel semántico: Precisamente porque es un lenguaje pensado para sugerir y connotar suele 
ser frecuente el uso de figuras retóricas. En este lenguaje, pensado para halagar el intelecto, es 
donde destaca la metáfora o cualquier otra figura de las denominadas de pensamiento. Siempre 
vale la pena recordar que en este último apartado se debe pensar en qué tipo de género se está 
analizando y adjudicar a cada uno de ellos una cierta tendencia. Así, por ejemplo, entre otras 
posibles clasificaciones, podemos hablar de figuras descriptivas (retrato, prosopografía, etopeya, 
enumeración, caricatura...); de figuras patéticas, más habituales en los diálogos novelísticos y 
teatrales (el énfasis, el apóstrofe, la exclamación, la pregunta retórica...); de figuras lógicas (como 
el símil, la antítesis, la paradoja...) y de otras más propiamente estilísticas (la alusión, la ironía, la 
perífrasis, la hipérbole...).
BIBLIOGRAFÍA PARA ESTUDIAR: 
DE AGUIAR E SILVA, V. M.: Teoría de la literatura. Madrid. Gredos. 1986. 
Capítulos I., II., y III.
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LA DESCRIPCIÓN
TIPOS DE DESCRIPCIÓN. RECURSOS 
Hay varias definiciones empleadas en distintos contextos. Para los efectos que aquí 
nos interesan, podemos definir la descripción (oral o escrita) como el intento de representar, 
utilizando mecanismos de expresión lingüística, la imagen de un animal, una cosa, una 
persona, un ambiente, un evento, un problema o un proceso, como si el receptor lo tuviera 
delante y lo estuviera percibiendo con sus propios sentidos.
La descripción pretende, en suma, provocar en la imaginación del receptor una impresión 
similar a la que se percibe por los sentidos. En vez de ver la imagen física en una pintura, en 
una escultura, en una fotografía, la “ve” en su mente (la representa) a través de las palabras 
que ha empleado el descriptor. Sus características son: la precisión, la claridad y la vivacidad.
El objeto o tema de la descripción puede ser cualquier elemento de la realidad o de 
la ficción. Es posible describir realidades físicas (seres animados o inanimados); realidades 
abstractas (sentimientos, creencias, conceptos...) y procesos. 
Veamos el siguiente artículo: 
La Descripción: 
Aprehensión y comunicación de la realidad
Nuria María Palanco López (jmariohv@yahoo.es)
 Describir en un acto que realizamos cotidianamente al exponer verbalmente las características 
de un lugar, paisaje, personaje o cualquier otro objeto. Su objetivo es conseguir que el receptor 
sea capaz de obtener una “imagen mental” lo más fidedigna posible al objeto descrito. Esta es la 
razón por la que se ha definido como pintura verbal.
Su estudio es complejo. En numerosas ocasiones es difícil distinguirla de la narración, a la que 
se ha opuesto tradicionalmente. Ambas coinciden en su finalidad de presentar y comunicar 
una imagen de la realidad: la descripción intenta hacer visibles las cosas materiales mediante la 
explicación de su aspecto externo; la narración trata de contar sucesos y acciones. En realidad, 
son dos manifestaciones complementarias de la tendencia humana a la comunicación.
Para describir nos apoderamos de la realidad, este proceso se realiza en tres fases o etapas:
1. Observación. Recogida de los datos
2. Plan de la descripción. Organización de los datos
3. Descripción. Exposición de los datos
 
Al observar, la atención debe estar orientada para percibir color, forma, tamaño, grosor, textura, 
temperatura, etc. Luego se seleccionan los datos, se disponen los elementos, llevando a primer 
plano lo que interesa destacar. Finalmente, se busca una forma de expresar lo visto que dé una 
imagen representativa de lo descrito. El producto es una descripción estática, y en esto contrasta 
con la narración, que es esencialmente dinámica. 
No obstante, se puede lograr introducir el movimiento en la forma de describir si se adopta una 
técnica cinematográfica. De esta forma se va presentando los aspectos más llamativos del objeto 
a medida que va desplazando el punto de mira, desde una panorámica general hasta lo más 
concreto. Con esta técnica se consigue transmitir la sensación de movimiento.
 Por otro lado, con la observación nos apoderamos de la realidad, la convertimos en 
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palabra propia. Es decir, partimos de algo externo, pero quedamos implicados en el resultado 
final. La expresión no puede prescindir de la aportación personal. Así pues, la descripción es 
una aprehensión de la realidad, y esta supone una reorganización de la misma. No vamos a 
comunicar una realidad, sino su imagen.
Dependiendo de la implicación que se produzca, nos encontramos con dos tipos de textos 
descriptivos. Entre ambos hay muchas diferencias: el Texto Descriptivo Técnico busca la 
representaciónobjetiva y exhaustiva del objeto, dejando de lado las formas; y el Texto Descriptivo 
Literario, en el que la fidelidad no es tan importante y si lo son la belleza de la descripción y su 
emotividad, que toman un valor protagonista.
La descripción técnica
Con ella se pretende dar a conocer las características de la realidad representada: sus elementos, 
composición, funcionamiento y utilidad. Es fundamental que la objetividad siempre sea respetada 
para que la información no sea distorsionada por algún punto de vista u opinión. Predomina la 
función referencial, en una prosa que ha de ser rigurosa y verificable. 
El lenguaje que se utiliza es frío, con léxico técnico que sólo apunta a explicar una característica 
de lo que se intenta representar, calificadores especificativos, y el tiempo verbal más empleado es 
el presente de indicativo con valor intemporal.
Dentro de la descripción técnica podemos hablar de:
Textos científicos: su finalidad es mostrar el procedimiento para realizar una investigación o una 
experimentación.
Textos técnicos: Muestran los componentes, la forma y el funcionamiento de cualquier tipo de 
objeto, creación artística o instrumental: pintura, escultura, mecánica, deportes, medicina, etc. Entre 
ellos se incluyen los manuales de instrucciones de uso y montaje de aparatos; las recetas de cocina 
y los prospectos de medicamentos.
Textos sociales: Ofrecen datos sobre el comportamiento de las personas e instituciones. Son de 
tipo prescriptivo.
La descripción literaria
En la descripción literaria se da lo opuesto, primando la subjetividad del autor, no se persigue el rigor 
científico ni la exhaustividad, sino destacar aquellos aspectos que se consideran más relevantes para 
sus fines. 
Predomina el uso de palabras con la búsqueda agregada de generar una estética agradable, adjetivos 
explicativos o epítetos, verbos en presente e imperfecto de indicativo y recursos expresivos como las 
comparaciones y las metáforas. Importante también, es aclarar que la realidad que se nos describe 
puede haber salido de su imaginación, y ser perfectamente un texto descriptivo, dado que, al fin y al 
cabo, se trata de una realidad: la suya. 
La lógica que rige el orden en este tipo de textos obedece a criterios artísticos propios de cada autor. 
Esto no quiere decir que sea caótica, sino que se desarrolla según un plan bien estudiado y preciso, 
aunque muchas veces huya del orden natural. La descripción literaria no suele cultivarse como 
forma independiente, sino integrada en otras. Predomina la función poética. Dentro de la descripción 
literaria podemos hablar de:
1. Descripción del mundo animado e inanimado.
2. Descripción de personas.
3. Descripción de sentimientos.
1. La descripción del mundo animado podemos clasificarla en:
a) Topografía: Cuando el objeto descrito es un paisaje. De igual manera que las personas son descritas en 
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sus aspectos físicos y morales, el paisaje puede ser presentado como producto geológico, o como trasunto de 
una cultura y un modo de vida.
b) Cronografía: Consiste en la descripción de una época o una cultura a partir de los elementos 
físicos y espirituales que la caracterizan frente a otra anterior o posterior.
c) Descripción de animales: Atendiendo a la objetividad buscada, los datos se organizarán yendo 
de las características más generales a las más específicas, o por el contrario, el orden será más libre.
Respecto a la descripción del mundo inanimado, se destacan aquellas facetas que más sorprenden y 
caracterizan a lo que se describe.
2. La descripción de personas la clasificamos en:
a) Prosopografía: Tanto la que atiende a sus aspectos físicos como a sus rasgos morales, así tenemos:
• Retrato físico: Donde lo que importa son los rasgos corporales y la indumentaria. Durante la Edad 
Media se estableció un orden fijo para realizar el retrato corporal, yendo de cabeza a pies. Como es 
natural, con el paso del tiempo, los escritores han tendido a soslayar este sistema mecánico.
• Etopeya: retrato donde sólo se atienden al carácter, el pensamiento y los aspectos psíquicos.
b) Autorretrato: Es el retrato que hace de sí mismo un escritor.
c) Caricatura: Es el retrato en el que se exageran los trazos o se ridiculizan los rasgos con una 
intención crítica o humorística.
d) Esperpento: Cuando la distorsión de la realidad llega a ser aberrante.
3. Descripción de sentimientos: 
Es más compleja debido a lo abstracto de la actitud anímica. A menudo el escritor recurre a 
comparaciones, asociando el sentimiento con otros conceptos. Como conclusión, señalar que 
narración y descripción son dos operaciones semejantes. Ambas se completan y se combinan en 
las producciones literarias. Es imposible narrar con brillantez y eficacia sin poseer gran sentido de la 
observación y de la descripción.
Extraído de: http://www.eumed.net/rev/ced/09/nmpl.htm.
Leamos estos ejemplos de descripciones: 
1.Descripción científica:
La drosophila melanogaster es una pequeña mosca que coloniza hábitats ricos en productos de 
fermentación: frutos en descomposición (mosca de la fruta) o bodegas (mosca del vinagre). En su 
adaptación a estos hábitats ha adquirido una tolerancia al etanol única en el reino animal. [...].
La drosophila melanogaster presenta un marcado dimorfismo sexual en su fase adulta, lo que facilita 
enormemente su utilización. 
Los rasgos que pueden permitir una fácil y rápida identificación son los siguientes: machos, más 
pequeños y activos, últimas bandas abdominales fusionadas formando una mancha negra en el 
extremo del abdomen, final del abdomen redondeado y posesión de peines sexuales en el primer 
par de patas; hembras, mayores y menos activas, últimas bandas abdominales sin fusionar, final del 
abdomen más puntiagudo, sin peines sexuales.
(Diego A. Blanco de la Cruz y M. Victoria Mena Bellón: «Drosophila melonogasrer: 
una especie idónea para la enseñanza de las ciencias naturales» en Nueva Revista de 
Enseñanzas Medias, MEC.)
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2. Descripción literaria de un lugar (topografía)
“Vetusta, la muy noble y leal ciudad, corte en lejano siglo, hacía la digestión del cocido y de la olla 
podrida, y descansaba oyendo entre sueños el monótono y familiar zumbido de la campana de coro, 
que retumbaba allá en lo alto de la esbelta torre en la Santa Basílica. La torre de la catedral, poema 
romántico de piedra, delicado himno, de dulces líneas de belleza muda y perenne, era obra del siglo 
diez y seis, aunque antes comenzada, de estilo gótico, pero, cabe decir, moderado por un instinto 
de prudencia y armonía que modificaba las vulgares exageraciones de esta arquitectura. La vista no 
se fatigaba contemplando horas y horas aquel índice de piedra que señalaba al cielo; no era una 
de esas torres cuya aguja se quiebra de sutil, más flacas que esbeltas, amaneradas, como señoritas 
cursis que aprietan demasiado el corsé; era maciza sin perder nada de su espiritual grandeza, y hasta 
sus segundos corredores, elegante balaustrada, subía como fuerte castillo, lanzándose desde allí en 
pirámide de ángulo gracioso, inimitable en sus medidas y proporciones. Como haz de músculos y 
nervios la piedra enroscándose en la piedra trepaba a la altura, haciendo equilibrios de acróbata en 
el aire; y como prodigio de juegos malabares, en una punta de caliza se mantenía, cual imantada, 
una bola grande de bronce dorado, y encima otra más pequeña, y sobre esta una cruz de hierro que 
acababa en pararrayos.”
Leopoldo Alas “Clarín”: La Regenta
3.a. Retrato literario (cualidades morales).
“Todas las noches antes de dormir se daba un atracón de honra a la antigua, como él decía; honra 
habladora, así con la espada como con la discreta lengua. Quintanar manejaba el florete, la espada 
española, la daga. Esta afición le había venido de su pasión por el teatro. Cuando trabajaba como 
aficionado, había comprendido en los numerosos duelos que tuvo en escena la necesidad de 
la esgrima, y con tal calor lo tomó, y tal

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