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Manejo de la vía aérea en pequeños animales Fuensalida S.; Ceballos M.; Otero P. La práctica de una anestesia segura implica garantizar el mantenimiento de la adecuada oxigenación y ventilación alveolar. Para ello es necesario que la vía aérea se encuentre permeable, para lo cual contamos con dispositivos que se alojan dentro de la luz de la tráquea (tubo endotraqueal, TET) o en estrecho contacto con la laringe, sin invadir la vía aérea (estos últimos conocidos como dispositivos supraglóticos o máscaras laríngeas). Para asegurar la vía aérea, ya sea con un tubo endotraqueal o un dispositivo supraglótico el animal debe ser tratado con una dosis adecuada de fármacos inductores. Así, la maniobra de intubación orotraqueal, se realiza inmediatamente después de la inducción anestésica, para la cual pueden emplearse diferentes agentes los cuales se administran solos o combinados . El mantenimiento de la vía aérea permeable se asocia con una disminución de los índices de mortalidad anestésica, debido a que permite garantizar un adecuado movimiento de la columna de aire que se moviliza en cada respiración además de anular los potenciales problemas asociados a la inhibición de los reflejos protectores de la vía aérea (deglutorio, tusígeno o laríngeo). En pequeños animales (perro y gato) la intubación endotraqueal se realiza generalmente a través de la boca. Esta maniobra se conoce como intubación orotraqueal (IOT). Sin embargo, existen otras alternativas mucho menos empleadas como la intubación nasotraqueal o faríngea que se realizan a través de los ollares o luego de una incisión en la piel de la región faríngea, respectivamente. Otro método para proteger la vía aérea consiste en la colocación de un tubo en la tráquea a través de una traqueostomía. Este último procedimiento es reservado para el manejo de la vía aérea en situaciones de emergencia y se emplean dispositivos especiales. Tipos de tubos para intubación orotraqueal. Los TET pueden ser de plástico (cloruro de polivinilo, PVC), de silicona o de goma (ver Fig 1). Los TET de plástico son transparentes, con una cierta rigidez a temperatura ambiente, que se pierde a la temperatura corporal cuando se encuentran dentro de la tráquea. Para eliminar la curvatura y facilitar su inserción, se puede insertar en la luz del tubo un fiador o mandril. Estos tubos no pueden ser esterilizados en autoclave. Los TET de silicona, al igual que los de plástico son transparentes, pero a diferencia de ellos son más blandos, lo cual hace que su paso a través de la tráquea sea menos traumático. Para facilitar el manejo de estos tubos se puede insertar en su luz, durante la maniobra de intubación, un fiador o mandril. Algunos tubos de siliconas viene provistos de un espiral metálico en su interior que evita el colapso por acodamiento (Fig. 2) . Los tubos de silicona pueden ser esterilizados en autoclave. Existen también TET de goma o caucho. Estos son opacos, por lo que no pueden visualizarse secreciones, se doblan con mayor facilidad y se tornan rígidos con el paso del tiempo (Fig. 1) Figura 1: Tipos de tubos endotraqueales. Nótese el balón de neumotaponamiento de bajo volumen y alta presión en el TET de goma mientras que en los demás tipos de TET el balón es de alto volumen y baja presión. Figura 2: TET espiralado. El espiral metálico en su interior evita el colapso por acodamiento. Para lograr la hermeticidad de la vía aérea los TET presentan en su extremo distal un balón de neumotaponamiento conectado a una válvula unidirectional de llenado, anexada a un pequeño balón piloto. Para insuflar el balón se emplea una jeringa convencional llena de aire. Existen dos tipos de balones de neumotaponamiento, que al estar insuflados ejercen presión sobre la mucosa traqueal: los de bajo volumen y alta presión (TET de goma) y los de alto volumen y baja presión (PVC y silicona). Independientemente del tipo de balón que posea el TET empleado, no se debe superar los 30 cm de H2O, para no generar isquemia en la mucosa de la tráquea. Todos los TET presentan un conector universal en su extremo próximal, diseñado para acoplar a los conectores de los circuitos respiratorios (bolsa AMBU, circuitos anestésicos, etc.). En su extremo distal poseen un borde biselado (para facilitar su introducción) y un orificio lateral (llamado “ojo de Murphy”) para prevenir la obstrucción completa del tubo, en caso de presencia de secreciones o contacto inadecuado con la pared de la tráquea. Figura 3: En esta figura se representan los diferentes componentes del TET. El tubo endotraqueal debe ser introducido de manera tal que su extremo distal quede alojada en la luz de la tráquea, antes de la entrada al tórax. Por su lado el extremo proximal debería quedar a la altura de los dientes incisivos. Dependiendo de la especie y tipo de cráneo (braquicefálico, mesocefálico o dolicocefálico), la longitud de los TET puede resultar excesiva, lo cual incrementa el riesgo de una intubación bronquial selectiva. Para estos casos se recomienda cortar los tubos a la medida adecuada para el animal en tratamiento. Como se discutirá más adelante la correcta introducción del TET debe ser certificada en forma clínica o de manera instrumental. Otro punto de interés a la hora de seleccionar el TET adecuado es el diámetro. Para su determinación existen diferentes guías como ser la determinación del diámetro de la tráquea mediante la palpación del cuello , la medición de la luz de la tráquea mediante la asistencia de la ecografía o en una radiografía si la hubiera, Independientemente de método empleado para la elección del tubo es recomendable pre-seleccionar 3 medidas continuas, para escoger el adecuado, al momento de realizar la intubación. Siempre que sea posible se debe seleccionar el TET de mayor diámetro, que al atravesar la glotis lo haga con mínima resistencia. Si bien existen TET desprovistos de balón de neumotaponamiento, es recomendable siempre seleccionar aquellos que los posean, ya que evitan la posibilidad de aspiración. Materiales necesarios para realizar la maniobra de intubación orotraqueal. La intubación orotraqueal es una maniobra planificada que debe ser realizada con los materiales apropiados para garantizar rapidez y eficacia. Un instrumento esencial en pequeños animales, es el laringoscopio (Fig. 4). Este facilita la intubación ya que posibilita la visualización directa de la glotis, lo cual reduce el número de intentos, el traumatismo de los cartílagos aritenoides y la cuerdas vocales, al tiempo que facilita la exploración de directa de la vía aérea superior. Figura 4: A la derecha de la imagen se ve un laringoscopio con sus ramas rectas (Miller) y curvas (Machintosh). A la derecha de la pantalla la versión Miller pediátrico. El laringoscopio consta de un mango y una cantidad variable de palas (también llamadas hojas o ramas), que difieren en longitud y forma. Existen ramas curvas (tipo Machintosh), rectas (tipo Jackson-Wisconsin) o rectas con punta curva (tipo Miller). Las ramas rectas son las más adecuadas para realizar la maniobra de intubación cuando ésta se practica con el animal en decúbito esternal. Cuando el animal se encuentra en decúbito dorsal las ramas curvas se presentan como más apropiadas. Durante la maniobra de intubación orotraqueal, es importante el uso adecuado del laringoscopio para evitar traumatizar la vía aérea. Por ello la rama o pala del larinscoscopio debe apoyarse sobre la unión entre base de la lengua y la epiglotis. Al presionar y traicionar hacia abajo con el laringoscopio se produce el avance hacia craneal de la vía aérea. Es importante que la punta de la rama del laringoscopio no debe contactar con la epiglotis. Para realizar la maniobra de intubación orotraqueal en caninos se recomienda instilar en forma tópica un anestésico local sobrela glotis. El anestésico empleado es la lidocaína, y es elegido debido a su corto período de latencia (30 segundos aprox.). De manera adicional, se cubre el balón de neumotaponamiento con una fina película de lidocaína en gel, la cual sirve para suavizar el punto de contacto entre el balón y la mucosa de la traquea además de inhibir el reflejo tusígeno. En el gato, el laringospasmo tiene un alta incidencia, por esta razón la instilación del anestésico local sobre los cartílagos aritenoideos y la epiglotis es obligatoria. Para confirmar la integridad del balón de neumotaponamiento y el correcto funcionamiento de la válvula de insuflado los tubos deben mantenerse insuflados durante 10 minutos sin que se desinflen. Los tubos endotraqueales deben ser desinfectados con soluciones antisépticas, enjuagados y secados antes de ser empleados. Técnica de intubación orotraqueal en caninos. Una vez administrados los agentes inductores y comprobada la pérdida o disminución del reflejo palpebral en asociación con relajación de la mandíbula, el ayudante procede a abrir la boca. El animal puede estar en decúbito lateral, esternal o de manera excepcional, en decúbito dorsal. El ayudante debe sostener con una mano el maxilar (puede ayudarse con una cordel o tira de gasa) y con la otra mano sostiene la lengua (con una gasa) favoreciendo a la apertura bucal. Asimismo, la persona que realiza la intubación debe sostener con la mano derecha el laringoscopio y con la izquierda el TET. Como fuera expresado, la rama del laringoscopio debe apoyarse (deprimiendo) entre la unión de la base de la lengua y la epiglotis. Esta maniobra permite visualizarla glotis flanqueada por los cartílagos aritenoideos. Una vez avanzado el TET se procede al insuflado y fijación del mismo. Figura 5: Muestra todos los elementos necesarios para la realización de la técnica de intubación orotraqueal. Técnica de intubación orotraqueal en felinos. La intubación orotraqueal en el felino es similar a la descripta para el canino. Para evitar la ocurrencia del laringoespasmo es indispensable la aplicación tópica del anestésico local sobre los cartílagos aritenoides. Entre la instilación de la glotis con el anestésico local (lidocaína 2%, 1 mg/kg) y la suave y delicada introducción del tubo deben pasar 30 segundos. Chequeo del éxito de la maniobra de intubación orotraqueal. La intubación esofágica es una posible complicación . Por ello que es necesario certificar el correcto posicionamiento del TET, inmediatamente después de ser colocado. La correcta posición del tubo endotraqueal puede certificarse de las siguientes maneras: • Visualización directa de la maniobra mediante laringoscopía. • Palpar el cuello, para comprobar que el TET esta en la tráquea. • Acercar un pequeño trozo de gasa o algodón cerca del extremo próxima del TET para comprobar que se mueva cuando el animal exhala. • Observación de condensación que el vapor del aire espirado produce sobre las paredes del TET (signo de la niebla). • Auscultación de ruidos pulmonares en ambos hemitorax durante la ventilación. • Corroborar la expansión del tórax de manera visual durante la compresión de la bolsa de reserva. • Detección del desplazamiento de la pleuras en ambos hemitorax mediante la asistencia de un ecógrafo. • Detección de CO2 en el aire espirado mediante capnografía. Extubación. Cuando el procedimiento quirúrgico ha finalizado y comienza la recuperación anestésica llega el momento en que debe realizarse la extubación. Aunque la maniobra per se es muy simple (consiste en el desinflado del balón del neumotaponamiento y extracción del TET), determinar el momento correcto para realizarla puede ser un desafío. Retirar al tubo antes de que el animal haya recuperado la suficiencia respiratoria puede derivar en hipo ventilacion e hipoxia. De manera contraria, retrasarla generará disconfort y ansiedad. Dispositivos supragólicos. Como alternativa a la intubación orotraqueal se disponen en la actualidad de dispositivos supraglóticos, llamadas comúnmente máscaras laríngeas (Fig. 6). Figura 6: Máscaras laríngeas. Las principales ventajas de estos dispositivos son: no invadir la vía aérea y son de fácil y rápida colocación. Existen varios modelos y tamaños y pueden ser autoclavables. Su principal desventaja es que al no ocluir totalmente el esófago, durante su uso persiste el riego de aspiración bronquial. Además, pueden ocluir la vía aérea durante movimientos involuntarios. El uso de la capnografia permite certificar su correcta posición respiración a respiración. Existen en la actualidad dispositivos deseados para humanos que se emplean en perros y otros, diseñados específicamente para gatos y conejos. Bibliografía: Duke-Novakovski, T.; de Vries, M.; Seymour, C. (2016). BSAVA Manual of Small Animal Anaesthesia and Analgesia. British Small Animal Veterinary Association. ISBN 9781905319619. Rioja, E.; Salazar, V.; Martínez, M.; Martínez, F. (2013). Manual de anestesia y analgesia de pequeños animales. Servet. ISBN 9781905319619. Otero, P. (2012). Protocolos anestésicos y manejo del dolor en pequeños animales. Reporte de casos. Intermédica. Buenos Aires.
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