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Quiero un amor libre Sara Ramírez Capítulo 1 El despertador junto a la cama suena puntualmente a las cinco treinta de la mañana, ella despierta somnolienta ocupándose del molesto sonido junto a ella con un manotazo que sale torpemente de entre las sabanas, un día más de rutina le espera en un agitado mundo laboral, a todos los mortales nos sucede lo mismo, la cafetera avisa que el ciclo ha terminado y que ahora se encuentra el líquido caliente reposando en la taza, los tenis están en sus pies, una coleta de caballo, ropa deportiva, la prensa está en la mesa junto a su café, lograba conseguir por adelantado las noticias, la taza está vacía, pocos minutos después el sudor comienza a correr por su frente bajando lentamente. Trotar, correr, sentadillas, flexiones, abdominales, una y otra vez todos los días a la misma hora, su cuerpo se mantenía con una rutina extenuante de ejercicios, dieta, agua y frutas, una ducha a las seis treinta, estar lista a las siete treinta, su vestir es sofisticado, a sus veintiocho años, el glamour importa tanto como los números en la cuenta bancaria. Soltera, se toma enserio el empoderamiento femenino, música en su auto, esquivando el tráfico de la ciudad, abriéndose paso a la jungla de concreto, vidrios y rascacielos, ser la directora creativa de Icon Magazine requería un esfuerzo voluntario, moda, estilo, glamour, tecnología, empoderamiento y feminidad todo en la revista de mayor circulación de la ciudad, jornada de labores hasta las ocho, tomar su auto, llegar al gimnasio, abdominales, cardio, piernas, glúteos, brazos, todo en su lugar, volver a su departamento, ducharse y encontrase sola cenando a altas horas de la noche, era la rutina que desde hace más de un año repetía día tras día, los domingos se quedaba en cama, ordenaba pizza, comida japonés o china, italiana, chocolates, dulces lo que se le antojaba. Sus padres, sus hermanos, sus amigos de la infancia, todos, vivían tan lejos que el ultimo recuerdo que tenía lo juntaba desde hace dos años, pero ella era feliz en su soledad, después de todo, ninguno estaba de acuerdo de sus decisiones, de su empoderamiento, de su autodeterminación, de su fuerza para seguir adelante, sus padres eran tradicionalistas religiosos no aceptaban de buena manera la independencia de las mujeres sin el hombre como figura principal, su padre mucho tiempo antes le pidió no volver a la comunidad, guardaban vergüenza al verla vestir escotes y las piernas descubiertas, las mujeres según su padre debían vestir adecuadamente para no provocar a los hombres, porque según su religión las mujeres representaban la fuerza del mal encarnado. Eva había traído consigo el pecado a través de su sexo y por eso sedujo a Adana a probar su manzana entre las piernas para crear el pecado del mundo, lo único cierto de todo aquello era que la belleza de Amber podía lograr lo que quiera, ella decidió empacar todo su orgullo y comenzar desde cero en una ciudad dominada por hombres en su mayoría, abrirse camino en una industria que marca punto a punto las reglas del juego. Amber no era una mujer convencional, ella no tenía un molde, un estereotipo, lo que se proponía lo conseguía, el caminar de sus tacones retumbaba en todo el lugar, sus caderas, piernas y actitud intimidaban a todo aquel que estuviese a su lado, muchos hablaban que el puesto lo había conseguido gracias a su arma entre las piernas, todo estaban en un error, ella salió de los archivos, de los papeles, de los procesos administrativos, los desvelos con los libros de idiomas, modas, historia, tres turnos para pagar la colegiatura en la universidad, el descanso de pocas horas habían logrado el resultado que esperaba y que ahora disfrutaba sin más preocupaciones que revisar a detalle cada edición, cada artículo, cada foto, cada sección de la revista antes de su publicación. Su vida amorosa era la hoja arrancada de un libro que escribía el final esperado de la novela, no tenía tiempo para ello, no estaba en sus preocupaciones, su atracción por el sexo opuesto era clara, pero el tiempo jugaba en su contra, las posibilidades de encontrar amor en su mundo eran tan escazas como la posibilidad de volver a su pueblo natal, allí estaba ella en un mundo enorme porque ella era enorme, había crecido tan rápido y tan pronto, era imparable, o eso se había hecho creer, su determinación la había plantado como una mujer firme ante cualquier situación, más allá de que su familia creyera o no en ella, Amber siempre estaba decidida a lograr lo que se propusiese y para ello se preparaba constantemente en los mejores institutos de la ciudad, era una mujer con mucho conocimiento pero a pesar de su enorme soledad gozaba de una sensibilidad por el trato a las personas. Su departamento era modesto, aunque la decoración era fantástica, algunos muebles y cuadros de diseños, su guardarropa contenía una vasta colección de piezas de última colección, la semana de la moda traía consigo algunos caprichos en forma de abrigos, vestidos, zapatos, tocones, perfumes, carteras, bolsos, ropa deportiva, tenis, todo lo que una mujer con Amber necesitaba se encontraba dentro de su guardarropas, de alguna forma el vacío interno se llenaba con compras en grandes centros comerciales, en reuniones sociales, cocteles, cena benéficas y asociaciones de negocios, que, como directora debía asistir, su mundo estaba lleno de diversión, muchas otras chicas deseaban su puesto y muchos otros hombres también, eran cosas comunes dentro de estos empleos codiciados. Era la vida soñada de cualquier joven que pretendiera tocar el éxito con las manos, el resto debía conformarse con tener ese éxito impreso en papel en forma de revista semanal, con los artistas más importantes en la portada, con los influyentes del mundo actual, aquellos que marcan tendencia y que hacen de sus pasos un instructivo para miles de seguidores, pero, nada es tan hermoso para ser tan verdadero, en su mundo no había compañeros, amigos, lealtad, amistad, la competencia sobraba, la envidia, los rumores de pasillo, aquellos que esperaban sus errores con ansias para tomar su lugar, víboras disfrazadas, Amber lidiaba con el hostil ambiente de la competencia, de la inutilidad de muchos, con la ineficiencia, ella sabía reconocer el potencial cuando lo tenía antes sus ojos, por ello estaba rodeada de talentosos aprendices a quienes pretendía entregar todo su conocimiento pensando en una posible sucesión, después de todo la industria no podía detenerse. La agenda estaba marcada para Amber la esperaba una semana agitada, entre sesiones de fotos, entrevistas, pruebas de vestuarios, reuniones, un coctel el viernes, y el evento de beneficencia anual que la revista planificaba con todas las personalidades del mundo del espectáculo y el entretenimiento, grandes directores, marcas, cantantes, presentadores, actores, actrices, fotógrafos y todos los medios de comunicación esperaban la cita anual, la recolecta de fondos más grande que la ciudad y el país pudiesen tener, por suerte había llegado el viernes, solo debía asistir al coctel a las cuatro de la tarde, ir al gimnasio y regresar a casa, el sábado prometía quitarle un montón de energía que debía reponer. Sábado La suerte puede cambiar cuando menos te lo esperas *** El reloj avisaba nuevamente que había llegado un nuevo día, la rutina de siempre aguardaba, la cafetera destilaba el café en la taza, los tenis volvían a sus pies, la prensa en primera plana anunciaba el que había llegado el gran día, el sudor en su frente, de vuelta a la ducha, esta vez la ropa eramás cómoda, desayuno, frutas y agua, tomar su bolso, las llaves del auto, una coleta, sin presiones, ni preocupaciones, toda la organización del evento estaba lista, todo estaba en su lugar, según lo acordado, la alfombra roja solo esperaba el transitar pausado y en pose de cada uno de los invitados. 8:00 Am Amber se encuentra en su prueba final de vestido, su diseñador de confianza elaboro para ella un vestido en terciopelo color esmeralda y apliques de cristales que parece sacado de un cuento de hadas, vaya contraste hace con su piel tostada y sus hermosos ojos verdes, el escote pronunciado en su espalda y la abertura que sube hasta el filo de sus caderas dejando ver sus piernas torneadas, era una creación magnífica, encajaba como un guate en su mano. - Te ha quedado perfecto Amber - Muchas gracias Alessandri – tan acertado como siempre, está noche me veré fantástica. - Por supuesto que sí, serás el centro de atracción, las cámaras van a amarte con este vestido. - Todo gracias a ti Alessandri – Muchas gracias nuevamente por tan hermoso vestido – ahora debo irme, debo hacer una sesión de fotos para la nueva portada. - ¿Quién estará en la nueva portada? Cuéntame. - Solo si guardas el secreto – escogimos a Carolina Herrera Alessandri dejo escapar un grito ahogado de inmediato por la mano de Amber. - ¡oh Amber! Será todo un éxito – estoy seguro que sí. - Lo será – ahora debo irme, ya lo sabes debes guardar el secreto. - Es una promesa, esperare con ansias esta edición. - vendrá el asistente por el vestido para llevarlo hasta mi departamento. - Perfecto lo prepare para entonces - Nos veremos esta noche querido Alessandri - Hasta entonces Amber. Poco después Amber se encontraba conduciendo en el tráfico de la ciudad, las fotografías debían estar listas antes del domingo, la publicación de la revista era el martes, Amber había logrado sumar a su larga lista de éxitos el record de ventas más importante de toda la historia de la revista la edición que tuvo en su portada a Beyonce & Jay Z con The Mrs Carters Show World Tour, treinta y un minutos con cuarenta y seis segundos después de la publicación Icon Magazine estaba agotada, el último ejemplar impreso estaba en la oficina de Amber enmarcado con y con el record a su lado. Nadie dudaba de la influencia de Amber, después de todo fue ella quien tuvo la oportunidad de solicitar al equipo de producción la portada para Beyonce & Jay Z, este era el turno de Carolina Herrera, una de las más importantes diseñadoras de modas del mundo, con un imperio en su haber y todo el éxito que alguien quisiera tener, la historia era muy conocidos por sus seguidores ella era una inmigrante con un gran talento y observación, su sencillez y sus creaciones la traían al podio más alto y ahora a la portad de Icon Magazine, con Amber como directora. Dejando el auto al pie del rascacielos bajo con paso apurado en su mano un bolso Dior y en la otra un café helado grande para Carolina, ascensor, piso tras piso hasta llegar al noventa y dos un anuncio enorme indicaba que había llegado a Icon Creative Studio. Andrew, el fotógrafo esperaba impaciente la llegada de Amber. - Cuanto has tardado, Amber - Lo siento, estaba en la prueba de vestido Andrew. - Ella te espera en el salón principal – ha llegado primero que tú. - Está bien, el estudio está listo para la sesión. - Está todo como lo has pedido. - Excelente, no debemos tener errores. - Esta edición debe ser todo un éxito – te aseguro que tendremos un record de ventas, ahora démonos prisa. Dirigiéndose hasta el salón principal y con paso apurado Amber llevaba sin derramar el café helado para Carolina, había recopilado toda la información posible y dentro de sus cosas favoritas se encontraba el café helado con crema y galletas. - Lamento llegar tarde – pido disculpas - Despreocúpate querida, estas perdonada. - Muchas gracias Carolina. - Yo también acabo de llegar, además tengo mucho tiempo libre ahora mismo. - Excelente, te he traído café helado con crema y galletas. - No debías molestarte mmm… - Amber, es mi nombre. - ¡oh vaya nombre! - ¿Me permites? – dijo Carolina tomando el café helado de la mano de Amber. - Con gusto es todo suyo, tenemos todo preparado en el estudio para cuando usted se sienta preparada. - Estoy preparada ahora mismo Amber – vamos a ello. - Muy bien, sígame por favor. Pocas palabras, pero las necesarias para entender que vivir también en un mundo apurado y de muchos compromisos, no significan perder la paciencia, o señalar o los demás, juntas caminaron hasta el estudio al otro la del piso noventa y dos, Carolina con su café helado en a mano sorbiendo poco a poco de la pajilla y con cara de satisfacción, Amber nerviosa y un poco temblorosa por saberse al lado de una de las mejores y más grandes diseñadoras de modas del mundo, se encontraba todo dispuesto para la sesión fotográfica, incluso algunas incluyeron un guiño con el vaso de café en su mano, vaya mujer la que tenía enfrente Amber, despertaba su admiración, además de todo el respeto que tenía por ella sin siquiera conocerla, su cuerpo había llevado prendas de su marca y sentía de algún modo un poder especial cuando las usaba que transformaban su actitud en poder, en esa palabra se resumía todo. Todo salió a la perfección, Carolina estaba feliz, Amber aún más esa tarde almorzaron justas en los estudios de Icon, así transcurría la tarde de aquellas dos mujeres separadas en edad, pero con un mismo objetivo, el éxito, compartieron mucho más que las fotografías, el café y la comida, Carolina encontró en Amber la gracias de una joven con mucho potencial no tanto laboral si no humano por lo que dejo fluir conversaciones profundas sobre la superación y el perdón, la competencia y como sobrevivir en el mundo en el que viven, ambas fascinadas por estar aquella tarde allí, pronto el reloj avisaba que debía moverse de lugar, Amber había reservado con su estilista una cita a las 5:00 pm, debía estar fantástica justo antes de las siete treinta. Por suerte la sesión de charlas terminaba a tiempo, el momento se acercaba minuto a minuto. 5:30 Pm. Amber llega al salón de su estilista de confianza con la satisfacción de que la entrevista y las fotos con Carolina serán todo un éxito, pensaba en la foto del guiño y el café para la portada, quería resaltar el lado humano de la diseñadora, ella quedo deslumbrada por su encanto y por todas las palabras que pudo compartir con ella, ahora solo debía enfrentarse al desafío de todas las publicaciones, la reunión con la junta directiva que se llevaba a cabo puntualmente a las nueve de la mañana todos los lunes, con el único propósito de tener la aprobación de la editora en jefe. Un reto semanal, una victoria semanal, ese era el resultado de todas sus negociaciones. - ¿Luciano querido como estas? - tiempo sin verte. - Amber hermosa, excelente ahora que has llegado, tienes treinta minutos de retraso, pero a ti todo se te puede perdonar. - Siempre tan elocuente Luciano – muy bien ahora debes hacer tu magia. - Primero debes mostrarme que vas a colocar en tu cuerpo esta noche, - Me han hecho una foto esta mañana en la prueba, te la mostrare. - ¡Oh por Dios! – Amber, que atrevida, serás la envidia de todas. - Sabes que no será así, no se puede competir con nadie. - No seas modesta Amber, ese escote, esa abertura, ya tengo lo tengo claro – llevaras el cabello recogidoy maquillaje ahumado. Serás la portada de todos los diarios en la mañana. - No exageres, no es para tanto, ahora comencemos que el reloj avanza. - Siéntate querida vamos a comenzar. Los minutos avanzaban, las manos de Luciano trabajaban tan agiles como veloces, el vestido ya había sido recogido y se encontraba en el departamento de Amber, luciría zapatos de tacón de punta triangular Valentino, pendientes y accesorios Bvlgari, Luciano concluyo su hermoso trabajo en Amber a las siete y diez minutos, era el momento de conducir hasta su departamento, acompañada de Amy Winehouse tocando en su reproductor, la ansiedad se hacía sentir en el estómago de Amber, los rugidos de su estómago clamaban por un frutas ensalada, o una hamburguesa de queso, una parada rápida por comida y continuar hasta su departamento marcarían la diferencia, esperar hasta el banquete de la cena benéfica no era una opción en ese momento, en consecuencia el día aun no terminaba pero se encontraba dentro de los estándares planificados y eso producía cierto alivio dentro de Amber. Vestido, zapatos, pendientes, accesorios, perfume, labial, todo en su justo en lugar, la noche entraba con la llegada de las ocho en el reloj Amber se veía frente al gran espejo del vestier, aguardando la llegada del auto que la llevaría hasta él gran salón de la fama, donde año a año Icon Magazine celebraba la cena de beneficencia. 8:15 Pm. Amber sube al auto negro que se encuentra en la entrada de su departamento, la hamburguesa de queso, las papas y algunas golosinas de camino lograron su efecto en el estómago de Amber, las mujeres suelen tener la necesidad de comer frente a las situaciones de estrés, Amber obedecía esa norma al pie de la letra, por suerte para su paladar no había optado por ensalada o frutas, la sensación de tener una buena hamburguesa de queso en el estómago era satisfactoria, no solo para ella, para cualquier mortal en la tierra, guardaba suficiente espacio para el brindis y la cena obligatoria, las luces de la ciudad estaban encendidas, mucha vida se veía en las calles por ellos no se pierde el tiempo al llamarla la ciudad que no duerme. Amber había esperado este día con paciencia, aunque con ansias, la plenitud y la confianza que le brindaba su elección de atuendo le aseguraban un lugar en las mejores vestidas de la crítica de la empresa, ahora solo aguardaba la llegada del auto y el momento de colocar el primer pie en la alfombra roja del salón de la fama, aunque Amber era consciente de que su relevancia era un poco inferior a la de las celebridades, nunca pasaba desapercibida, el cuerpo que se gastaba no en vano lo mantenía con esa rutina extenuante de ejercicios, era un figura envidiable, el momento se acercaba, nunca hay segundas oportunidades para primeras impresiones, todo estaba dispuesto para una noche maravillosa, para dar comienzo a una inolvidable velada un año más, como directora creativa de Icon Magazine, preparada para las cámaras, para las entrevistas, los proyectores y los flashes encima de su rostro. El discurso estaba ensayado, las palabras habían sido escogidas, no había retorno, el auto se aceraba lentamente al salón de la fama donde una multitud de fanáticos aguardaba la llegada de las estrellas y las cámaras dispuestas a disparar. 8:35 Pm. Todos los flashes apuntan al auto que se encuentra frente a ellos, Amber aguarda la apertura de la puerta por parte del equipo protocolar. Una vez abierta la puerta la mano del apuesto guía ayuda a Amber incorporarse y colocar el primer pie en la alfombra roja, las miradas están todas sobre ella, una vez de pie en la alfombra Amber hace su primera pose colocando a medio girar su cabeza sobre el hombre izquierdo mirando con desdén la multitud de personas tras de sí, es el momento, todos las cámaras de disparan, los flashes se reflejan en todos los lugares, imponente avanza su lento caminar, mientras el auto desparece poco a poco de la escena, ahora los periodistas dicen su nombre a cada momento. - ¡Amber! ¡Amber! ¡Amber! – ¡Aquí! – se oía su nombre a muchas voces. - A esta cámara – ¡Amber! – decía un paparazzi. - ¡Amber! ¿Quién te viste? Amber solo sonreía y avanzaba con la contundencia y la tranquilidad que acostumbraba en estos eventos, ya estaba acostumbrada a ello, fotos, redes sociales estallando, así son las celebridades, aunque ella no era más que la editora, era la persona a cargo de las decisiones difíciles, la que debía tener todo a tiempo para que la perfección fuese posible haciéndose revista, era momento de disfrutar de toda la atención que le brindaban los paparazzi por ese momento, ese caminata hasta el interior del salón solía durar aproximadamente quince minutos, incluyendo una parada en el Bot Glam, una parada donde los medios están presentes y se suele responder las preguntas que todos deben responder. - Arribo al salón de la fama la directora más joven de toda la industria, desde sus veintiséis años se ha desarrollado como directora creativa en Icon Magazine y ha llegado deslumbrando a todos con este hermoso vestido esmeralda. - Muchas gracias a vosotros por estar al pendiente de nuestro desarrollo. - ¿Quién diseña ese hermoso vestido que luces hoy Amber? - Es una creación de Alessandri Calecí – ha elaborado este hermoso vestido para mí y me siento fabulosa en él. - luces muy hermosa Amber – puedes contarnos ¿Qué nos trae la nueva edición de Icon? - Será una sorpresa, ya pronto lo sabrán, por ahora no puedo revelar mayor información. - Solo danos una pista. - Revolución en el mundo de la moda – eso es seguro. - ¡Muchas gracias Amber! - ¡Muchas gracias a vosotros! La marcha de Amber continuaba hasta la entrada del gran salón, luces, flores, champaña, camareros entrando y saliendo, una gran decoración en el escenario principal, muchos artistas hablando entre sí, paparazzi por todos lados, muchos vestidos, muchas marcas, muchas caras conocidas en Tv, absolutamente todo el mundo del espectáculo y el entretenimiento estaban reunidos allí, en ese momento Amber pensaba en todo el dinero que se gastaba organizando todo aquel espectáculo, dinero que si fuese donado seguramente sería una aportación mayor a todos aquellos que la están pasando mal el mundo, por decisiones políticas, por desacuerdos económicos, por mentiras de los gobernantes, por guerras, por hambruna por escases por falta de medicinas, era un momento reflexivo. El espectáculo debe continuar 9:25 Pm. Señoras y señores es un placer para Icon Magazine y todos nuestros aliados presentarles la cuadragésima sexta gala de beneficencia, donde la solidaridad y el amor se unen en un solo propósito, ayudar a los beneficiados, usted que nos ve a través de las pantallas puede unirse a nuestro canal a través del enlace que aparecerá en pantalla para realizar su donaciones, ahora sin más preámbulos recibamos con un gran aplauso a la agrupación que abrirá este gran concierto Twenty One Pilots. El estruendo no se hizo esperar, allí muchos pagaban boletos muy costosos solo para estar cuatro horas cerca de sus artistas favoritos y por supuesto disfrutar del concierto que reunía la mayor cantidad de celebridades en un solo lugar, la noche prometía mucha diversión, Amber no paraba de felicitarse así misma por el trabajo logrado, después de todo su ingenio era fundamental para llevar acabo la organización de aquella gala, minuto a minuto, segundo a segundo, Amber loestaba disfrutado el momento era perfecto, un artista tras otro, fotos, paparazzi, champaña, el tiempo en Tv valía mucho más que su atuendo completo incluyendo zapatos y joyas, aquello era un verdadero proyecto de producción materializado. Las donaciones no paraban, los números aumentaban, ¿dónde pararía todo aquel dinero que se recolectaba a través de las donaciones? Eso nunca lo sabía Amber, de todo aquello se encargaban otras personas, su labor estaba en otro lugar, lo que más disfrutaba por supuesto era poder estar en el concierto que de los grandes artistas sentada en el V.I.P allí la magia sucedía, los fanáticos estaban en mejor posición que nunca, teniéndolos a todos tan cerca, tan alcanzables, inimaginablemente accesible, todo era tan especial que parecía un cuento, Amber vivía su propio cuento, en el que la protagonista era ella, los sueños eran tan solo de ella y los alcanzaba, los materializaba y los vivía con el gusto y la complacencia de perderse decir así misma ¡Lo logre! La noche transcurría sin novedades, el número de donaciones aumentaba, la lista de artistas se reducía, las agujas del reloj avanzaban con premura, Amber permanecía en su lugar, intacta como el momento de su llegada, sin más esfuerzo que los aplausos, por los premios y reconocimientos que eran otorgados durante la noche, solo quedaba esperar que finalizase el evento y que se anunciara la cifra total de donaciones recolectadas, para los más necesitados o para los bolcillos de las ONG´S o aquel que administrara ese dinero, aunque claro estaba eran faltas gravísimas a la moral de Icon Magazine eso a Amber le importaba poco mientras su nombre no fuese involucrado en ningún acto de corrupción, después de todo, cada centavo en su cuenta de banco era producto del arduo esfuerzo que colocaba a su trabajo. El momento del cierre de la trasmisión se acercaba, el momento que todos esperaban, el anuncio de la cifra total de donaciones y la despedida de todos los artistas en el escenario más los directores de la revista, pero antes debía presentarse el artista final de cierre Rihanna sin duda alguna una de las artista favoritas de Amber su último álbum es delirante, era la cita de Amber en la portada que Rihanna tuvo luego del debut de su último registro musical, que oportunidad la de esa chica estar allí con Rihanna frente a ella, eso realmente era tener amor en el cerebro. La noche continuaba, los asistentes estaban eufóricos durante la presentación, este había sido uno de los mejores show que se había organizado durante la existencia de la gala, vaya noche tan sorprendente todo quedo a la perfección, absolutamente todo estaba tan acorde al momento, transcurridas las cuatro horas se detuvo el contador en la pantalla principal del escenario con la impresionante suma de: 47.854.982.23 millones de dólares recaudados, el mayor record de donaciones que se había podido a ver alcanzando, venciendo por más de diez millones el del año anterior, el espectáculo concluido estaba, las luces salieron del escenario principal, la transmisión televisiva terminaba, solo quedaba disfrutar del after party que se organiza para todo los invitados, pero Amber prefería volver a casa, luego de tantas horas de trabajo, una rutina extenuante de ejercicios en la mañana, su cuerpo estaba agotado, marco en su móvil el número de conductor que debía llevarle nuevamente a su departamento para indicarle donde esperar por ella. Lo que nunca imaginas, puede suceder. Domingo 12: 48 Am. Amber esperaba paciente la llegada del auto que pasaría por ella, los minutos avanzaban pero eso a ella no le importaba, tomo un cigarrillo de su pequeña cartera de mano, si, una vez al año no hacía daño, además era un forma de sacar todo esa ansiedad de su cuerpo anexado al cansancio producido por lo agitado del día, cada calada que iba hasta sus pulmones también consumía los segundos en el reloj, la demora era extraña en aquel momento, casi nunca fallaba su conductor, pero era entendible que hubiese tráfico, al finalizar la transmisión muchos espectadores regresarían a sus hogares o a las disco club nocturnos de la agitada ciudad, seguramente su conductor debía estar atrapado en algún semáforo. El humo subía lento desde sus labios, el labial rojo ya desgatado dejaba sus marcas en el cigarrillo, una llamada entra a su móvil. - ¡Alo! - Señorita Amber – he llegado por usted. - Muy bien - Estoy frente al salón - Estoy en la salida de la calle diagonal - ¡perfecto! Voy por usted. La voz de Giuseppe sonaba un poco extraña aquella noche, seguramente debía estar agotado por todo el cansancio que suponía estar todo el día detrás de un volante, cumpliendo con todos los encargos de la organización y además los de Amber. Amber apaga el cigarrillo contra el suelo con la punta de su zapato triangular, las luces del auto se acercan poco a poco desde la esquina de la calle, ese debía ser Giuseppe. El auto se estaciona frente a Amber, ella sonriente piensa en el alivio de llegar a su departamento, de poder descansar, de sacar de sus pies los tacones altos, el vestido y quitar todo el maquillaje que llevaba en su rostro, sin hablar del elegante peinado que aún tenía tensando sus cabellos. Giuseppe baja de auto, camina frente a las luces del auto. - ¡Buenas noches señorita! - Buenas noches Giuseppe – has demorado un poco. - Disculpe señorita he encontrado tráfico y me atraparon algunos semáforos. - Tranquilo, lo he imaginado, por favor llévame a mi departamento. - Con mucho gusto señorita. Amber entra en el auto a las 1:09 Am. Se acomoda en el asiento y Giuseppe inicia la marcha rumbo al departamento de la joven en el asiento detrás de su auto, Amber posa su cabeza sobre el vidrio quedándose profundamente dormida. Vaya error. Capítulo 2 El despertador sonaba insistentemente, la cafetera derramaba el café en la taza, los tenis aguardaban en su lugar, la ropa deportiva en el vestier, la coleta al lado del lavabo, cada cosa en el lugar que debía estar cuando sonaba el despertador, aquella mañana traía consigo una gran excepción a la norma, a la rutina, a los hábitos, faltaba el complemento de todas las cosas materiales, la razón por la que fueron creadas, la persona que da uso a ellas. El sonido profundo de una gran exhalación de aire se escuchó en toda la habitación, sus ojos se abrieron repentinamente encontrándose con la oscuridad, una extraña sensación se apoderaba de su estómago hambriento, sintió la soga que rodeaba sus manos y sus pies y de inmediato supo que algo estaba mal, todo en ese momento estaba mal, una pequeña línea de luz provenía de debajo de lo que parecía ser una puerta, era todo lo que iluminaba la escena que se presentaba en la escasa visión de Amber. El miedo se apoderaba de ella segundo tras segundo, no comprendía lo que estaba sucediendo, en vano intentaba recordar cómo había llegado a ese lugar, pero su último recuerdo era claro, el momento en el que sube al auto de Giuseppe, inicia la marcha y coloca su cabeza contra el vidrio de la ventana ¿Cómo pudo llegar allí? ¿Dónde estaban sus pertenencias? ¿Porque estaba atada? Todas esas preguntas pasaban por su mente, estaba confundida, con miedo, era muy claro estaba bajo una situación de secuestro. El domingo en la mañana, el parque y la ciudad no vieron llegar las piernas de Amber que yacían atadas en algún lugar, sin imaginar lo que estaba sucediendo, intento gritar descubriendo que su boca también se encontraba amordazada. El miedo se apodero de ella enseguida, desde sus pies acada hebra de su cabello, por mucho que intentaba encontrar un explicación lógica a los sucedido su mente solo le ayudaba hasta el momento en el que entro en el auto, todo era un misterio del cual no tenía un pequeño destello que le iluminara su actual paradero, Amber confundida, con miedo y con mucha ansiedad atada en el suelo frio de una habitación oscura se debilitaba, su mente dormía poco esperando que algún reflejo apareciera debajo de lo que suponía podía ser una puerta, el dinero en su cuenta era suficiente para poder pagar su auto rescate pero no sabía porque estaba allí, que querían de ella ¿Por qué la tendrían en aquella situación? Las horas continuaban, su boca reseca, su estómago hambriento, no estaba segura si era de noche o de día, suponía que debía ser domingo aun, su cuerpo aún tenía el vestido que llevaba la noche anterior en la cena de beneficencia. Se imaginaba lejos de la ciudad o en algún lugar dentro de ella, pero ¿Dónde podría estar? Su mente se agotaba al encontrar respuestas, después de quedarse dormida varias veces, derramar algunas lágrimas, sentir frio, después de una espera interminable que se resumía a horas largas, se escuchó el sonido de la puerta abriéndose lentamente, veía acercarse las botas pesadas de un hombre fornido y de rostro cubierto. - Así que la princesa ha despertado – veamos que tienes para mí. Aun con la mirada perdida y la visión borrosa, Amber fue sentada en una silla de metal frio que su captor coloco a un lado de ella. - Escúchame bien, voy a quitarle la mordaza, lo mejor será que no grites, no trates de hacer nada estúpido, aquí nadie podrá escucharte por lo menos a treinta kilómetros, si realmente quieres vivir has lo que digo y podrás tener un poco de posibilidades de salir de esta, si eso quieres. Lentamente su captor quito la mordaza y Amber emitió un sonido de exhalación, su corazón comenzó a acelerarse rápidamente hiperventilando conjuntamente con su respiración, cerró los ojos y solo trataba de respirar profundamente para intentar componerse, pero su cuerpo estaba muy débil debido al hambre, al suelo y al frio dentro de su cuerpo por las horas que paso tendida en el suelo. - Ahora vas a calmarte – dijo el captor Amber se encontraba en una especie de Shock traumático, la voz de su captor era muy grave, firme y sin titubeos. - Te daré un minuto para que te calmes, solo uno, voy a contar los segundos. El captor fue contando uno a uno los segundos hasta llegar al sesenta, se volvió para ver la respiración agitada de Amber que yacía en la silla atada aun de manos y pies, Amber solo sintió el golpe de la bofetada que salió de la mano de aquel hombre justo en su rostro. Amber dejo salir un grito de dolor que resonó en toda la habitación, un poco de sangre se asomó a sus labios dejando claro la fuerza del golpe, para ese momento otra figura se dibujaba en la luz que provenía de la puerta, acercando sus botas y su rostro cubierto, Amber pudo alzar su vista y comprobar que era mucho más joven que el primero, de mediana edad, de altura media un metro ochenta y cinco aproximadamente. - Dijiste que no la lastimarías Bryan – hablo el chico al hombre parado frente a Amber. - Ella debía calmarse y ahora lo ha hecho. - Su labio está sangrando. - Luego la limpiaras - ¿has traído lo que te he pedido? - Si, esta todo en este maletín. - Muy bien – dijo el hombre arrastrando otra silla y colocándose frente a Amber en ella, supongo que te estarás preguntando qué haces aquí, la historia es corta, hay quienes te quieren fuera del camino, representas una competencia directa con ellos, pero también hay quienes quieren sacarte de Icon Magazine y para eso estoy yo aquí. - ¿Quién querría hacerme esto? – pregunto Amber con voz débil y temblorosa. - Eso no te lo puedo decir, pero hay otras cosas que sí puedo decirte, lo sé todo de ti, trotas todas la mañana en el parque Graham, no hay nadie que se preocupe por ti, vives sola en ese enorme departamento, tu cuenta de banco tiene dinero suficiente para vivir muy bien por más de diez años, tu auto es nuevo y uno de los mejores del año, vistes de marca y eres la directora de Icon pero como si no bastara, eres solitaria y depresiva. - ¡Me conoces mejor que yo! – dijo Amber con tono arrogante. El captor le respondió con una bofetada de vuelta. - No seas insolente, tú ya no tienes privilegios, ahora no eres nadie, solo yo puedo hacer algo por ti. - Detente Bryan – deja de golpearla, dijo el chico al lado del hombre. - ¿Qué me detenga? ¿Acaso tienes lastima? - Prometiste no hacerle daño, si la vas a matar ¡hazlo ya! - ¡Vamos Tony! ¿desde cuando eres tan blando? - Sabes que no apoyo esto, ni la tortura, ella no tiene la culpa de estar aquí. - Deja que me divierta Tony – dijo Bryan colocando su mano sobre el muslo de Amber, que se encontraba sangrando atada en la silla. - Entonces te daré espacio para eso. - No, quédate ahora mismo no quiero jugar con ella, ya tendré tiempo para hacerlo. - Ahora, límpiala y dale de comer, no quiero que muera antes de tiempo. Bryan se levantó de la silla y salió de la habitación dejando a Tony a cargo de Amber, las fuerzas de Amber estaban disminuidas considerablemente, dos bofetadas en su rostro provocaron el sangrado que corría desde dentro de su boca. Tony llevaba un arma en su cintura, pantalones jean y camiseta blanca, su rostro estaba cubierto por lo que parecía ser una máscara de V for Vendetta, que no puede inspirar nada más que el terror, según el concepto que muchos pueden tener del personaje principal de la cinta, Tony parecía tener un poco más de veinticinco años, una pena que se dedicara a cometer delitos de tan alta envergadura. - Puedes levantar la cabeza – dijo Tony a Amber. - ¿ahora qué sigue? Pregunto - Solo quiero saber si puedes valerte por ti misma – en este maletín hay algunas cosas para ti, me gustaría que tú misma puedas desvestirte y colocarte en mono y la sudadera, puedo desatarte solo si no haces nada estúpido. Amber asintió con la cabeza. - Te dejare aquí el mono y la sudadera, te desatare primero las manos y luego los pies. - Date vuelta – dijo Amber. Tony desato las manos de Amber, dejándole espacio para poderlas mover, tomando la sudadera que se encontraba en la silla, Tony se encontraba de espaldas a Amber mientras soltaba el vestido de su cuerpo y se colocaba la sudadera color gris que Tony le había traído, el dolor en su torso era bastante notable, algunas horas en el piso frio dejaron la secuela. - Puedes darte vuelta. - Ahora te desatare los pies, no intentes nada por favor, no quiero usar el arma en ningún momento. - No hare nada. - Muy bien. Tony desato los pies de Amber para que pudiese quitar el vestido por completo y colocar el mono sobre ella, aquella habitación era oscura, fría y húmeda, la sudadera y el mono le permitían un poco más de calor a Amber, un poco de confort antes de morir, sí que eran amables esos sujetos. - Termine – dijo Amber a Tony - Colócate estos tenis – dijo Tony acercando un par de tenis negros. Una vez con la ropa sobre su cuerpo, Tony observo los moretones sobre las muñecas de Amber y el golpe que Bryan le había proporcionado sobre su pómulo derecho, tomo algunas gasas para limpiar la sangre en su boca, y coloco crema sobre su rostro y sus muñecas para aliviar el dolor, Amber aun llevaba el peinado de la noche anterior por supuesto que ya se encontraba desajustado y algomal trecho. - He traído algo de comida, no creo que sea lo que estas acostumbrada a comer, pero estoy seguro que debes tener hambre – dijo Tony a Amber. - Dame agua por favor. - Agua también he traído – aquí tienes, te dejare las manos libre solo por un momento, debes comer por tu cuenta o tendré que oblígate hacerlo. - Puedo comer por mí misma. - Conseguí pizza y soda – nada más - Algo es mejor que nada – eso bien lo sé. Amber mordía la pizza con delicadeza puesto que los golpes en su cara le producían dolor al masticar la comida, tragaba un poco amargo con la soda, pero en el fondo sabía que debía comer lo que fuese, su estómago se lo agradecería y sus fuerzas también, en ese momento no sabía porque Tony tenía ese tipo de conducta con ella, el no parecía ser un criminal, algo lo había llevado a estar allí en ese momento, la piedad no es una característica distintiva de los delincuentes y mucho menos de secuestradores, pensaba en toda persona que pudiese ganar algo a raíz de su muerte, pero ningún nombre venía a su cabeza, su trabajo era impecable, siempre entregando el todo por el todo ¿Quién podría tener beneficios de su muerte? ¿Quién podía tener tanta ambición para eliminarla? La perturbada mente de Amber daba tantas vueltas que el apetito ya había desaparecido, pero se obligaba a comer, no sabía que cosas colocarían frente a ella la próxima vez ¿comida o una bala? No estaba segura. Una vez terminada la comida rápida que Tony consiguió Amber advirtió a Tony: - pronto toda la ciudad sabrá que estoy desparecida, no soy una persona irrelevante a pesar de que alguien me prefiere muerta, a primera hora del lunes en la junta directiva de Icon notaran mi ausencia verificarían el motivo. Sin importar lo que sucediese con ella el país entero la buscaría, todos los cuerpos de seguridad e inteligencia entrarían en acción para dar con su paradero, pero antes de ello debía llegar con vida hasta el día martes para que efectivamente se pudiese activar el protocolo de desaparición y búsqueda. - Si todo resulta como lo dices, entonces puedes que tengas posibilidades de salir de aquí, nuestra orden es eliminarte – al parecer le gustas a Bryan y por eso sigues con vida, a él le gusta jugar con sus prisioneras, las toma como trofeos personales. Tú solo espera tener la oportunidad de salir de esta. - Tú puedes ayudarme – ¿porque no lo haces? - No tengo opción, nadie la tiene – todos tenemos un destino y este es el mío, ahora voy a cerrarte la boca, ya no quiero hablar contigo. Tony esperaba que lo que Amber decía fuera verdad, que alguien notara su ausencia y que comenzaran a buscarla, después de todo él estaba allí por dinero, necesitaba todo el dinero que pudiese, los gastos familiares aumentaban mensualmente a causa de la enfermedad que tenía su madre, después de sus cuarenta años, comenzó a debilitarse cada vez más, su fuerza y sus ánimos se desplomaron de manera inmediata como la caída de las torres gemelas, nadie sabía lo que estaba sucediendo. Tony la tomo en sus brazos una noche en la que el sangrado de su nariz no se detenía y condujo toda la noche hasta llegar a la ciudad donde fue internada de inmediato y de donde aún no había salido, todos los análisis arrojaron como resultado, cáncer en la sangre, leucemia, el costo de la quimioterapia superaba todos los ingresos que Tony podía conseguir por su cuenta, aun abandonando sus estudios y dejando de pagar algunas facturas el dinero no era suficiente para todos los cuidados que su madre necesitaba, su padre apenas podía sostenerse en pie, ya no recordaba el último momento de su sobriedad, después de haber perdido su trabajo y todas las comodidades que este le brindaba se entregó al alcohol y a todo lo que esto trae consigo, mal temperamento, reclamaba a Tony su inutilidad como hijo, a su madre, la desatención por estar todo el tiempo en cama, se había convertido en un energúmeno de la vida y por supuesto que no entendía lo que estaba sucediendo. Se quedó con la idea de que su familia lo había abandonado, sin saber lo que realmente estaba sucediendo en la ciudad, la mujer se debatía entre la vida y la muerte al soportar cada sesión de quimioterapia, Tony consiguió en la delincuencia el dinero que necesitaba para poder pagar los tratamientos de su madre convaleciente, cada trabajo le proporcionaba una buena cantidad de dinero para poder tener su cabeza quita mes a mes, aunque las esperanzas de vida de su madre no representaban un verdadero esfuerzo, el haría todo lo que fuese solo por salvar la vida de la persona que le dio la vida y lo vio crecer hasta convertirlo en un hombre, ese hombre ideal que su mente siempre había proyectado desde el día de su nacimiento. Tony mentía a su madre respecto a lo que hacía, ella tenía la idea errónea de que él trabajaba en una fábrica de construcción a turnos dobles, una vida sacrificada, pero realmente una noche sentado en un bar cercano al hospital donde su madre se encontraba y pensando en la inimaginable suma de dinero que debía pagar por todo el tratamiento de su madre, se acercó un hombre al notar la preocupación en su rostro y propuso el trabajo, no fue una buena impresión la que tuvo Tony tras la propuesta, fue la suma de dinero lo que convenció al joven a aceptar el trabajo. Quien imaginaria que un joven brillante y con mucho futuro en la ingeniería terminaría siendo delincuente en las calles de la ciudad, él no era el único, como él existen muchos más en la ciudad, en el país y el mundo, muchos por hambre, otros por drogas y otros por huir de sus hogares terminan en carteles de delincuencia siendo sometidos a un mundo de maltratos y violencia al que nadie debe pertenecer, las luchas sociales no son justas al saber que existen también hombres, jóvenes y niños en las manos de la delincuencia solo por necesidad o por un plato de comida, un techo donde pasar la noche, muchas de las organizaciones criminales forman a estas personas vulnerables aprovechándose de su situación esto era lo que sucedía con Tony. Era increíble estar en esa posición, él no podía evitar sentir compasión por Amber que yacía dormida frente a él en la silla de metal, pero tampoco podía hacer nada por ella, después de todo Bryan tenía el control de su vida también, el terminaba siendo una especie de rehén dentro del juego de la delincuencia, lo sabían todo de él, la enfermedad de su madre, el número de cama en el hospital, la ubicación de su padre alcohólico, sus amigos de universidad, hasta la novia que dejo sin decir nada, no quería correr con la suerte de terminar con una bala en la frente solo por sus convicciones morales, el pagaría el costo de salvar la vida de su madre, aunque ello significara sacrificarse así mismo. ¿Qué pasaría con aquella llamada Amber? No podía evitar sentir odio al ver los golpes inflamados que Bryan implanto en su rostro, él sabía exactamente lo que pasaba con cada una de las chicas a las que el rescate no les ayudaba a sobrevivir. Violación, tortura, abusos hasta que su cuerpo no resiste más y terminan muriendo, su cuerpo desaparece en algún lugar y pasan a las estadísticas de mujeres desaparecidas en el país, pero no solo lo físico es importante el maltrato psicológico desde el primer día de secuestro es muestra de la brutal violencia que se ejercen sobre ellas, con los hombres era distinto ninguno sobrevivía, eran el resultado de mujeres celosas o despiadadas, con grandes herencias a su nombre, el problema es resulto de manera fácil una muerte promete una gran suma de dinero en sus cuentas bancarias,propiedades y vida de lujos, otras veces los celos de las amantes terminaba por arrancar vidas y desintegrando familias dejando hijos e hijas huérfanas por culpa de una sociedad corrompida por el dinero y los intereses. Ya nada le importaba a Tony, solo el dinero y la recuperación de su madre, pero ya no estaba dispuesto a seguir soportando las torturas y sufrimiento de la mujeres que terminaban bajo la captura de Bryan, después de todo el resultaba el jefe de todos los involucrados. Esa noche era el turno de Tony de cuidar de Amber por suerte no habrían más golpes en el trascurrir de las próximas horas, lo que si se avecinaba era lo predicho por Amber. Llegaba el amanecer y así mismo el día lunes, una mesa enorme con sillas a su alrededor era preparada en el piso noventa y tres de la torre Icon el en departamento de Amber, la alarma se quedó sin ser apagada una vez más, el parque Graham por segundo día consecutivo no vio trotar a la chica, el auto no se encendió, no hubo música en la radio, café que tomar, coleta que amarrar, nuevamente el departamento se encontraba vacío, uno a uno fueron tomando sus posiciones en la mesa los directores de Icon Magazine para discutir por última vez la edición impresa que sería publicada el día siguiente en todos los puntos comerciales de toda la ciudad y el mundo. Todos se colocaron de pie con la llegada a la sala de Martha Stewart Editora en jefe de Icon la mujer que tomaba todas las decisiones. - Comencemos con esto – dijo la mujer de inmediato, dejando su abrigo sobre la silla y un portapapeles de cuero. ¿Dónde está Amber? - Aún no ha llegado, respondió Andrew el fotógrafo que se encontraba en la mesa. - Quiero ver las fotografías ¿Dónde están? - En la carpeta frente a usted - Muy bien ¿y la entrevista? – inquirió la mujer con desprecio. - Amber la ha realizado pero no tenemos el material. - ¿Dónde está Amber? – debemos tener esa entrevista cuanto antes, la revista no puede detenerse por errores mínimos, esto le costara el cargo lo aseguro, llamen a su asistente y que la ubique de inmediato. Amber sin duda era una pieza fundamente en Icon, pero aquella mañana todos estaban desconcertados por su ausencia ya notable, su asistente marco el número de su departamento en reiteradas oportunidades sin poder comunicarse con la joven Amber, la asistente resolvió pasar por su departamento luego de terminar sus labores, Amber nunca se ausentaba de su empleo, ella realmente amaba lo que hacía y estaba dispuesta hacer cualquier tipo de sacrificios por conseguir mucho más en él, ninguna enfermedad fue motivo antes de ausencia, su puesto era bien merecido por toda su constancia, nunca antes había sucedido, todo era muy extraño. En algún lugar Amber era despertada con una cubeta de agua fría sobre ella. - ¡Vamos despierta ya! No estamos de vacaciones – grito Bryan Exaltada Amber abría los ojos con la respiración agitada y con su cuerpo temblando por el frio adicional que el agua infundía en su cuerpo, la sudadera y el mono estaban empapados, ya nada era seguro. - ¿Por qué no me matas de una vez? - Eso quisiera hacer, pero primero sacare mucho provecho de ti, sé que tienes dinero y también sé que pagarían mucho por ti. No es casualidad que quieran sacarte del juego tan rápido ¿a quién amenazas? Con esa apariencia a niña bien portada. - Dímelo tú, a ti te han encargado matarme ¿quién lo ha hecho? - Recuerda que las preguntas las hago yo – dijo Bryan acariciando su rostro inflamado con la boca del arma que tenía en su mano. Rápidamente Amber estallo en lágrimas, implorando una muerte rápida. - Mátame, vamos hazlo ya, déjame en paz. - Llegará el momento en el que pueda complacerte pequeña, tú solo espera que llegue rápido ese momento. - Eres un cobarde – grito Amber mientras Bryan caminaba hasta la puerta volviendo a encerrarla. Debía resistir, debía salir de ese lugar, de alguna forma debía hacerlo, encontraría la forma, en el mundo exterior se percataron de su ausencia, la asistente de Amber fue enviada a su departamento antes de terminar su jornada por la grabadora que contenía la entrevista que ella misma había hecho a Carolina Herrera al llegar al edificio de departamentos, pregunto en la recepción por la señorita Amber, la señora de estrada edad indico a la asistente que Amber no había regresado al departamento desde el evento de beneficencia, su auto se encontraba en el estacionamiento, que aquel día un auto vino por ella, vaya que estaba informada la señora respecto a los propietarios del edificio. Ella era la encargada de manejar la correspondencia y desde entonces la prensa de la señorita Amber permanecía junto a su puerta, por suerte su asistente guardaba una copia de la llave de su departamento que la misma Amber le había dado antes de viajar a la semana de la moda en Paris, una vez dentro del departamento constataron que realmente Amber no había estado allí por lo menos el ultimo día, el café aun en la taza de la cafetera, y por demás el departamento en un estado de organización que ningún otro ser mortal pudiese tener sin ser amante a los espacios organizados. La asistente busco sin éxito la grabadora que contenía la entrevista, Amber la había dejado en el auto, por supuesto que solo Amber tenía las llaves, intento marcar de nuevo al número móvil de Amber, pero como las anteriores veces el buzón de la contestadora atendió la llamada, ¿Qué estaría sucediendo? La asistente encendió el televisor que se encontraba en la sala, un noticiero informaba el hallazgo de un auto con un cuerpo sin vida dentro de él en las afueras de la ciudad, las huellas del sujeto habían sido analizadas por la agencia de identificación biológica obteniendo el nombre de Giuseppe Paladino. La joven asistente se llevó las manos a la boca con una expresión de sorpresa, tras bajar la mano dijo en voz baja. - El conductor de Amber - Que dijo señorita, no pudo oírla. - No, no es nada debo irme – salgamos por favor. - ¿sucede algo? - No, todo está bien, no hay nada de qué preocuparse, Amber estará bien. Rápidamente tomo su auto sin saber exactamente qué hacer, condujo con prisa hasta la torre Icon para informar lo sucedido con Giuseppe Paladino, sentía la necesidad de informar de inmediato la desaparición de Amber, no comprendía que estaba sucediendo, todo era muy confuso, al llegar al piso noventa y tres noto de inmediato una gran concentración de policías en la recepción del piso, buscaban a la Amber, los videos de seguridad captaron el momento en el que la joven directora entraba en el auto después de la cena de beneficencia en el salón de la fama de la ciudad, siguieron con las cámaras de la ciudad el trayecto del auto, pero no lograron identificar realmente la dirección del mismo, ya que el auto apareció en la zona oeste de la ciudad y el departamento de Amber quedaba en dirección contraria, la asistente no tuvo más remedio que hablar con el agente federal encargado de interrogar a Amber. - Yo soy la asistente de Amber - ¿Cómo puedo ayudarle? - Soy el agente federal Carlson, encontramos el cuerpo de Giuseppe Paladino en el auto que conducía en la madrugada, algunos videos de seguridad de la ciudad revelaron que la joven se encontraba dentro del auto, pero su cuerpo no estaba junto al de Giuseppe, por ello hemos venido a buscarle para interrogarle. - Agente, he ido personalmente al departamento de Amber ya que no se ha ausentado el día de hoy y en sus manos se encuentraun material valioso para la edición de la revista que se publicara mañana, pero ese no es el caso, en el edifico de departamento no la vieron llegar luego de la cena de beneficencia. Yo tengo una copia de la llave de su departamento que ella misma me entrego por lo menos un mes atrás antes de viajar a Francia. - ¿Puede dar todas estas declaraciones en la oficina federal? – todo puede ayudarnos a dar con la señorita Amber. - Por supuesto agente. - Será acompañada por un oficial – ahora permítame la llave del departamento de la joven debemos hacer una inspección en el lugar. - Aquí las tiene, necesitara también la dirección, deme un minuto y se la entrego. - ¡perfecto! – pongámonos en marcha, cada segundo cuenta – debemos activar el código de desaparición. - Como ordene jefe – respondió el oficial que se encontraba próximo al agente federal Carlson. Era cuestión de tiempo para que todo el país se colocara en marcha por la desaparición de la directora creativa de Icon Magazine, la asistente de Amber rindió las declaraciones en la oficina de la agencia federal, para dejar constancia de la visita que había realizado al departamento de Amber horas antes, el agente Carlson y los oficiales se dirigieron al departamento de Amber, pero no pudieron encontrar ninguna pista o evidencia del paradero de la joven directora, pidieron a todos los organismos las cámaras de seguridad de toda la ciudad, comenzando a mapear toda la ciudad con la dirección y el cuso del auto de Giuseppe Paladino, pero todas las piezas eran confusas, porque no había una trayectoria exacta cual identificar. Por otra parte de se encontraba Amber, temblando de frio con la ropa mojada y el rostro inflamado por los golpes que le proporciono Bryan, el inicio de un rompecabezas estaba en comienzo, todo dependería de la final que completaría toda la imagen del secuestro de Amber, un juego claro donde la estrategia es el plato fuerte que se coloca sobre la mesa, era necesario dar con el paradero de Amber para poder entender el asesinato de Giuseppe y toda su extraña desaparición, ninguna de las pistas encajaba en el rompecabezas, las cámaras de seguridad de la ciudad estaban erradas, ninguna aclaraba el trayecto recorrido por el auto. El sonido de la cerradura abría los ojos de Amber en el calabozo lúgubre en el que se encontraba, la humedad le estaba pasando factura comenzó a sentir problemas respiratorios, se acercaba la figura de Tony venir desde el punto de luz en su mirada, de momento era un especie de pantera con una extraña agudeza visual en medio de tanta oscuridad, pero sucedía que se abría la puerta y el solo destello de luz nublara todas sus pupilas al punto de cegarle por un tiempo prolongado hasta que sus ojos pudiesen adaptarse al resplandor. Tony coloco la maleta sobre la silla de metal, y alzo con su mano desde la mejilla el rostro de Amber. - ¿Aun estas viva? ¿será buena suerte? - ¡No lo creo! – tal vez sea solo sea momentánea. - Voy a desatarte, vas a comer. - ¡No tengo apetito! - Si tienes un mínimo de probabilidades de salir de aquí ¡debes comer! - No sé en me encuentre realmente, no puedo calcular mis probabilidades de vida en este lugar, de igual forma algo terminara matándome antes de saberlo. - Sin importar lo que pienses entonces ¡debes comer! – si no lo haces por tu cuenta, tendré que obligarte hacerlo. - ¡Eso no sería muy cortes! - Cortes es pensar que yo pudiese tener alguna de benevolencia – ahora voy a desatarte haz silencio y no hagas preguntas. - Solo respóndeme una sola pregunta más - ¿Qué hora es allá afuera? - Tal vez este cayendo la tarde – ahora solo cierra la boca y come. Amber observo a Tony mientras sacaba la comida del maletín, además de una nueva muda de ropa limpia y seca, ¿de dónde estaría sacando aquello? Aunque le ocasionaba intriga seguir haciendo preguntas, la seriedad de Tony era súbita no permitía ningún dialogo, nuevamente se repitió el protocolo, comer, desatarle las manos y los pies, hacer el cambio de ropa y volver a la silla con las ataduras, Tony se encargaba de colocarle una especie de pomada en los golpes, Amber no entendía por qué lo hacía sin embargo disfrutaba el placer de poseer tan solo esos instantes de atención en el lugar en el que se encontraba pasándola muy mal. Amber pensaba que si estaba cayendo la tarde en la ciudad estaría dentro de un rango de hora entre las 6:00 Pm y las 8:00Pm de por lo que sus probabilidades de poder salir de aquel lugar podrían ser altas, el llegar el día siguiente ya se darían cuenta de su extraña desaparición, lo que no pasaba por la mente de Amber era todo el trabajo adelantado que los agentes de investigación tenían a su favor, solo debía resistir un poco más, por ello no coloco objeción al comer, puesto que también estaba de acuerdo con Tony de que si existían un minino de probabilidades debía resistir y comer en la medida necesaria para poder sobrevivir en ese calabozo de humedad y oscuridad, la soga en ese punto ya había dejado rastro de lo apretado que estaban, moretones alrededor de la muñeca confirmaban que la fuerza aplicada era la necesaria para poder dejar segura a la rehén. Una vez en ese punto solo debía prepararse para resistir maltratos, oponer resistencia intencionada para no levantar ningún tipo de sospecha sobre Bryan, Tony estaba de parte de la ella, pero ¿hasta qué punto podía confiar en él? Era necesario dejar sus pensamientos y acciones bajo perfil para no acarrear con ninguna consecuencia, Tony se sentaba al lado de la chica observándola sin decir nada, por la mente de Amber pasaban infinitas preguntas sin respuestas al querer descifrar al hombre junto a ella, después de todo debía ser una historia interesante como aquel hombre con el rostro cubierto termino siendo un criminal. La historia de Tony era más común de lo que parecía, hay cientos de jóvenes que terminan en la delincuencia sin alternativas a sus vidas que entregarse al sistema de la delincuencia solo por una necesidad de dinero. Allí estaba él con la cabeza en un hospital, su madre estaba en ese hospital con cáncer en la sangre pero ¿es ese un motivo suficiente para llegar a si nivel de vida? Esta vez no sabían de qué se trataba, aparentemente la situación estaba controlada, no habría cavos sueltos, un crimen limpio con excelente resultado en cualquiera de su desarrollo, por otra Tony se encargaba de mantener a raya las ocurrencias de Bryan, ya lo había visto antes, sabía que hacer exactamente para poder manejar a la bestia que tenía como jefe: Bryan. Su apodo se debía a su país de origen, Rusia fue criado en campo militar con las más estrictas normas de supervivencia, su padre era un saldado de alto rango, sin embargo Bryan no poesía ese acepto característicos de los rusos, él podía hablar perfectamente neutral sin poder especificar de donde podría provenir, su madre murió durante el parto así que su padre tuvo la obligación y el deber de tenerlo en la base militar, educación militar, rutina militar, todo absolutamente todo cronometrado y con segundos específicos, él no era un niño común y corriente, desde temprana edad sabia abrir cerraduras, esconder comida, forzar los casilleros, colarse en todas las áreas del campamento era intrépido aprendiendo más de supervivencia, pero la ausencia de afecto lo hicieron volverse n ser frio, calculador, manipulador y con pensamiento bastantes torcidos. La inocencia de Bryan nunca existió, criado por un sinfín de reclutas tan protegido como disidente, observabatodo lo que hacían los reclutas, aprendió a manejar armas desde muy pequeño a escondidas de su padre claro, su puntería era precisa y creció hasta forjarse como un militar siguiendo el camino de su padre. Una mañana de febrero nevaba fuertemente por lo que todos los rehenes se encontraban en los talleres haciendo actividades de mantenimiento de los equipos de entrenamiento y combate, Nicolay Égorov el nombre por el que un día Bryan fue llamado durante su adolescencia en el campo militar, aun tenia pensamientos inocentes acerca del manejo personal de todos los reclutas, su mente comenzó a torcerse desde el mismo momento en el que un sargento coloco las manos sobre su entre pierna tapándole la boca y amenazándolo de muerte y deshora frente a su padre, con una posición desventajosa Bryan estaba consciente que su padre creería absolutamente todo lo que pudiese provenir del teniente, por lo menos dos años hasta que este fue removido del cargo y más nunca Bryan volvió a tener información al respecto, desde ese mismo memento el plan para acabar con el campo militar se fue aclarando cada vez más en la cabeza de Bryan, cada detalle incluyendo su salida del país estaba planeada le llevaría tiempo hacerlo, pero al final de todo lo conseguiría sobre todo el último punto de su agenda asesinar al teniente Alexey Volkóv , juro que lo encontraría y lo dejaría irreconocible, no existía otro ser con la pacida de pensamiento abstracto como Bryan. Nueve años, cuatro meses y algunos días después de la primera vez que el teniente coloco su manos sobre Bryan el campamento quedo reducido a cenizas en el fuego que cautelosamente Bryan provoco para fugarse de aquel lugar, quemando incluso la sección donde se encontraba su padre, el rencor creció tan dentro de él, no podía encontrar una justificación al comportamiento inerte de su padre frente su hijo en aquel campo, no importaba nada, a su padre solo le preocupaba que el siguiera sus pasos y que también siguiera con la dinastía militar que precedían sus abuelos paternos, aquella noche de abril el cielo en medio de la nada y el frio se iluminaba con las llamaradas que salían de las bases de aquel campamento, el gobierno dejaría el secreto tal accidente, nunca lo buscarían, no podían dejar que esa situación levantara algún tipo de alarma dentro de la población soviética, un más cuando esta se encontraba en un punto delicado de la historia, el fin de la Unión Soviética se acercaba y sería mucho más pronto de lo que todos imaginaria. Los días de la unión soviética llegaban a su fin con la una clara respuesta de todos los ciudadanos protestando en las calles y la revolución del muro de Berlín donde Bryan tuvo como cortina un gran levantamiento para escapar de Rusia y luego instalarse en América, su nombre quedo en el anonimato, incluso contaba con una lápida en el antiguo campo militar dado que su cuerpo jamás fue encontrado. Antes de escapar a Alemania y luego a América Bryan encontró la residencia de Alexey Volkóv, una muerte repentina por intoxicación de mercurio fue preparada para él, después de todo esas clases de personas según el criterio de Bryan debían ser eliminadas, pero las retorcidas cosas que en su mente pasaban no tenían escapatoria de él mismo. Se encontraba preso de un sinfín de maquinaciones que solo podía estar tranquilo infringiendo daño, era la forma de calmar su ansiedad desordenada y su compulsivas ganar de ver dolor ajeno, con toda la experiencia adquirida, es más que sencillo para el dedicarse a la extorción y al secuestro para obtener beneficios económicos, no tenía una esposa ni hijos que mantener, nunca los quiso, a pesar de tener atractivo para lograrlo, su plato fuerte era otro, jovencitos de las calles, buscando drogas, o un plato caliente de comida, un poco de abrigo para el frio o simplemente una taza de café caliente, pasaba las noches recorriendo las calles de la ciudad, buscando su prototipo perfecto, una vez lo encontraba lo subía al auto y lo llevaba a su casa, le daba de comer, ropa limpia, comodidades, jamás los tocaba, solo los observaba y percibía el placer de satisfacer sus necesidades, demostraba una muestra de afectividad que resultaba abrumadora para muchos de los prototipos, realmente Bryan era un libro abierto, una caja de pandora, las mujeres le resultaban repulsivas y es que casi nunca vio a alguna en el campo militar, con excepciones de prostitutas que esporádicamente llegaban a saciar las necesidades de los reclutas, pero no las del teniente Alexey Volkóv, ese sí que era un verdadero degenerado clínico. Era fácil para Bryan adivinar las necesidades de aquellos jóvenes, muchos de ellos estaba ahora en sus filas, todos tenían en común alguna historia con él, uno de los casos particulares fue el de Tony, en aquel bar la noche en la que se conocieron todo fue muy diferente, Bryan daba su ronda habitual por la ciudad, nada era más puntual que su habito de ir a los mismo lugares, solo que esa noche los planes cambiarían. The Street Club se encontraba cerrado por remodelación desde hace un par de días, así que Bryan decidió cambiar el rumbo de su camioneta hasta un nuevo bar en la ciudad llamado Groveers Electry Club un club con un formato diferente al que solía estar acostumbrado, además de llamar la atención de jóvenes de menor edad, Bryan prefería seguir frecuentando The Street Club por la comodidad y confianza que los años visitando el lugar le brindaban, todos allí le conocían, hablaban a sus espaldas cosas respecto a él, siempre se hacía con jovencitos y terminaba por llevárselos, hizo empatía con el bar tender del lugar de manera fácil y en muchas ocasiones este le ayudaba a obtener sus trofeos. Groveers era un lugar no tan diferente respecto al tipo de sitio que solía frecuentar pero decido a obtener lo que quería, esa noche entro y se sentó en la barra con un vodka doble en un vaso y la mirada observadora desde el rincón, las mesas se encontraban llenas, era capaz de percibir cada movimiento desde donde estaba, las mesas del lugar estaban llenas y la barra aun tenia algunos asientos disponibles. Por otro lado Tony estaba recibiendo los resultados los análisis de su madre, para enterarse de su leucemia, ese maldito cáncer en la sangre con probabilidades verdaderamente desalentadoras lo colocaba entre la espada y pared, ahora era es más que seguro que debía dejar sus estudios universitarios para dedicarse a trabajar por la salud de su madre, era increíble que todo eso le estuviese sucediendo con apenas veintisiete años, no había trabajo que él pudiese hacer en el que consiguiera veinte mil dólares para el tratamiento de su madre, pero Tony estaba dispuesto a sacrificar todo lo necesario para lidiar con la enfermedad de su madre que fue internada de inmediato en el hospital para mantener un constante seguimiento del avance de la enfermedad, era necesario que ella permaneciere en ese lugar, una vez realizados los documentos de ingresos e instalado a su madre en una habitación del hospital Tony salió a caminar las calles de la ciudad en busca de aire fresco. Eran aproximadamente las tres y cuarenta de la mañana, la temperatura se estaba por lo menos a una dos grados, el frio era insoportable, Tony caminaba en cualquier dirección buscando despejar de su mente todo lo que estaba sucediendo, su padre con un problema serio de alcoholismo, su madre con cáncer en la sangre y él en medio de un mundo sin bases que poco a poco comienza a desmoronarse, Tony metió las manos en su bolsillo para contar el dinero en su bolsillo, poco más de treinta dólares y algunos centavos era lo que sumaba su capital, resolviótomar un trago parado frente aquel bar al que por alguna causa fue a parar. Groveers estaba frente a él, así que decidió tomar un trago para poner de lado sus pensamientos, las luces y la música estaban por todo el lugar, el sonido era muy alto, pero allí estaba, un poco desconcertado por el hecho de estar en uno de los sitios que menos frecuentaba en su vida normal, Tony se mantenía alejado de los bares, burdeles y toda clase de antros existente, no era vicioso, una que otra calada a un cigarrillo y un trago esporádicamente cuando sentía que su mundo estaba complicándose, por lo general un nuevo día traía una nueva lucidez que le permitía afrontar cualquier cosa con la mente fría y con objetivos claros. El cabello castaño claro de Tony enseguida se dejó ver luego de que se quitara el gorro que le protegía del frio, sus ojos azul intenso enseguida deslumbraron a Bryan, para él era simplemente un juego que le producía satisfacción, Tony era alto, atlético y muy apuesto con la capacidad de llamar la atención de quien quisiera, una barba un poco descuidada y algo amarillenta adornaban un poco su rostro, Bryan pensaba en todas las posibilidades de poder hacerse con el joven, pero pensaba mucho más allá de cualquier ser normal, a él le obsesionaba ver debajo de las apariencias, la verdadera cara de un sujeto, experto en psicoanálisis, le obsesionaba descubrir las necesidades de esos jóvenes. Después de un largo rato de mirada sobre el joven, Bryan decidió pagarle al bar tender unos cien dólares para que consiguiera toda la información posible sobre el joven sentado en la barra que hasta ese momento ninguno conocía su nombre. - ¿Qué te tomas? – pregunto el bar tender. - ¡Un whisky doble por favor! – respondió Tony. - Ha debido ser un día fuerte hombre, dijo el bar tender colocando el vaso corto sobre la barra y dejando caer un poco más de la cuenta en el vaso con hielo. - ¡No pasa nada! Agrego Tony un poco abrumado por la cercanía del bar tender. - Muchos vienen como tú y luego ya no los vemos más ¿tú no eres de por acá? - No, lo soy y no creo que lo sea en un futuro ¿tú de que vas, eres policía o bar tender? - ¡Lo siento, disculpe! – respondió el bar tender. Allan holtz era su verdadero nombre. Solo quería acariciar un poco más la soledad, un poco más el saberse dolorido y con problemas, le consternaba por supuesto estar en esa posición, pero él era un hombre joven al que no le gustaba socializar, siempre significaba un riesgo importante el conocer extraño, ninguna persona coincidía con sus pensamientos, tal vez había llegado en una época equivocada, estos tiempos resultaban arrolladores para la callada vida de Allan, muchas de esas personas a las que terminaba por hacer el esfuerzo y relacionarse lo tomaban por idiota o por tonto, todas sus ideas y pensamientos eran distintos a los del promedio, a la generalidad, chicos y chicas que no comprendían absolutamente de lo que hablaba y como se expresaba, seguramente su mente adelantada a este caos social y la involución de la humanidad, siempre era cuestionado por su forma particular de pensar, pero aquello le importaba poco, las calamidades no lo detenían, suficiente necesidades había pasado en su infancia y en su vida para quedarse de brazos cruzados. El bar tender se acercó al ver el vaso vacío, Allan termino con el trajo tan pronto como fue colocado sobre el hielo. - Este lo invita la casa, al parecer tenemos a alguien que lo necesita mucho más. - Pudiese tomar dos de esas si tuviese como pagarla ahora mismo. - No te preocupes, puedes beber todo lo que necesites si así lo deseas – los días malos nos llegan en algún momento y al parecer el tuyo está aquí – respondió el bar tender. - ¡No creo que solo sea un día! – no puedo beber, no tengo como pagar. - Será una deuda olvidada – hagamos un trato, tomas todo cuanto te provoque y si algún día tienes suerte podrás venir e invitarme un trago por el favor. - ¡Es un trato! – mi nombre es Allan. - Frank – respondió el bar tender mientras colocaba más licor en el vaso. Frank era experto en sacar información a sus clientes, por lo general lo hacían solos, muchos de ellos llegaban buscando a alguien con quien hablar, sentían la necesidad de tener alguien con quien conversar y con los efectos de las primeras copas terminaban confesando todas sus angustias, muchas eran las historias que Frank ya había escuchado y en su mayoría terminaban en nada, sin ninguna acción en particular que cambiaran los trágicos finales de esas historias, Allan tomaba trago tras otro, desde la esquina Bryan le observaba con su trago de Vodka, después de varios tragos, el astuto Frank pudo hacerse con la historia del joven y embriagado Allan. - ¡Veinte mil dólares! – exclamo Frank - Si, debo conseguirlos a cualquier costo – fueron las palabras exactas de Allan. - Estoy seguro que pronto abras solucionado eso. La botella llegaba a su final, Bryan aun en la esquina con su vodka en la mano, pensaba en cualquier cantidad de cosas con el joven sentado en la barra, era cuestión de minutos para que Frank le dijese toda la información que tenía respecto a Allan. Lo habían llevado al punto necesario para poder persuadir a cualquier persona con pocos argumentos, el estado de embriagues muchas veces suele ser difícil de controlar, pero para Allan era la cosa más estúpida que existía, llegar a ese estado era una necesidad absoluta de evadirse así mismo, evadir al mundo que le rodea, evadir absolutamente todo lo que ocasionara dolor, sufrimiento y angustia, era el salvavidas en medio de una tormenta en alta mar. El último vaso de whisky caía lentamente sobre el hielo, la mañana se aproximaba y los pensamientos de Allan estaban tan nublados por el whisky que ignoraba que hacer al salir de aquel lugar, un cigarrillo salió de su bolsillo mientras Bryan aparecía colocando el encendedor frente él. - Hoy puede ser tu día de suerte – dijo Bryan a un joven muy ebrio en la puerta de un bar. - ¿Qué dices? ¿suerte has dicho? – hoy estoy seguro que eso de lo que hablas no existe. - ¿Por qué estás tan seguro de eso? – respondió Allan - La suerte se presenta sola cuando menos lo esperas – te veo a las nueve de la mañana frente al hospital, tengo un trabajo para ti, ganaras mucho dinero. - ¿Un trabajo para mí? - Sí, no faltes, se puntual, si logras recordarlo entonces tendrás suerte. - ¡Llegare antes! Allan dormiría sentado frente al hospital en un banco en la plazoleta, Bryan sabía exactamente lo que necesitaba, Frank se lo había contado todo sin omitir detalles, pero aun tipo como Bryan hacia pruebas a los jóvenes prototipos, como el mismo le llamabas, todo resultaba ser un experimento para él, un extraño juego de azar donde de algún modo terminaba por tener el control de la situación. Llegada la hora acordada, Bryan se encontraba frente al hospital y Allan aun dormido por la embriagues en el banco de la plaza no lo supo, sin embargo el sabia como mover exactamente las fichas, ingreso al hospital y consiguió el nombre de la madre de Allan, el piso y la habitación en la que se encontraba, entrego un cheque con una suma de diez mil dólares al hospital para iniciar con el tratamiento de quimioterapia lo más pronto posible, aunque las esperanzas de sobrevivencia para ese momento no eran exactas las probabilidades arrojaban una pequeña luz de poder salvarle. Bryan dejo su número al lado de la cama en la habitación de la madre de Allan, para
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