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DON MIGUEL RUIZ JR. Meditaciones toltecas para el día a día El despertar de la conciencia URANO Argentina – Chile – Colombia – España Estados Unidos – México – Perú – Uruguay – Venezuela Título original: Living a Life of Awareness – Daily Meditations on the Toltec Path Editor original: Hierophant Publishing, San Antonio, Texas Traducción: Núria Martí Pérez 1.ª edición Octubre 2014 Todas las citas de don Miguel Ruiz y don José Ruiz pertenecen a los libros Los Cuatro Acuerdos y El Quinto Acuerdo, publicados por Ediciones Urano. Copyright © 2013 by don Miguel Ruiz Jr. All Rights Reserved © 2014 de la traducción by Núria Martí Pérez © 2014 by Ediciones Urano, S.A. Aribau, 142, pral. – 08036 Barcelona www.edicionesurano.com Depósito Legal: B 18707-2014 ISBN EPUB: 978-84-9944-779-7 Reservados todos los derechos. Queda rigurosamente prohibida, sin la autorización escrita de los titulares del copyright, bajo las sanciones establecidas en las leyes, la reproducción parcial o total de esta obra por cualquier medio o procedimiento, incluidos la reprografía y el tratamiento informático, así como la distribución de ejemplares mediante alquiler o préstamo públicos. http://www.edicionesurano.com/ Dedicatoria A todos los que amo Contenido Portadilla Créditos Dedicatoria Introducción Meditaciones Conclusión Agradecimientos Sobre el autor Introducción «Sabes que estás enamorado cuando no puedes dormir porque la realidad es por fin mejor que tus sueños.» DR. SEUSS A mi modo de ver el objetivo del trabajo interior es gozar de la vida. En lo que a mí respecta, significa aceptarme tal como soy incondicionalmente. Cuando la vida me va de maravilla, el amor incondicional que siento por mí me permite disfrutar a manos llenas de cada momento en la vida. Y cuando las cosas se ponen difíciles, no solo sorteo los obstáculos, sino que además acepto los altibajos de mi viaje vital sintiendo un amor incondicional hacia mí y las personas de mi vida, sabiendo que el presente es el único momento en el que estoy realmente vivo. Mientras haya vida, todo es posible. La verdad es el momento en que el amor incondicional florece en nuestro corazón. La expresión: «me merezco quererme pese a estas dificultades» es la semilla que ilumina los momentos más oscuros de nuestra vida. Al ser consciente de lo que sucede en tu interior, puedes decidir lo que es verdad para ti en cada momento. El presente, ahora mismo, es la única oportunidad que tienes para cambiar. El pasado ya no existe. Tus decisiones y elecciones te han llevado hasta este punto de tu vida y no se pueden borrar. Por más que pienses en todos los «y si», «tendría que haber» y «podría haber», el pasado no va a cambiar un ápice. Asimismo, el futuro está aún por llegar. Las consecuencias de las acciones que realices hoy tardarán un tiempo en manifestarse, o sea que tu futuro sigue abierto, puede ocurrir cualquier cosa en él. Lo único que puedes controlar es este instante, ahora mismo, tus elecciones y decisiones del presente. Pregúntate: ¿soy consciente de mis elecciones y decisiones a cada momento? ¿Me estoy aceptando ahora incondicionalmente? ¿Estoy controlando mis síes y mis noes? ¿Veo las posibles consecuencias de las decisiones que tomo? Si tomo mis decisiones automáticamente, ¿sé que puedo elegir entre una ilusión proyectada por mí y la verdad percibida en un momento de claridad? En la novela Don Quijote de la Mancha de Miguel de Cervantes, el fantasioso don Quijote tiene un momento de lucidez en el que ve un grupo de molinos a lo lejos por lo que son: se da cuenta de que no son gigantes malvados, sino simples molinos. En ese momento puede elegir tomar otro camino. Pero al preferir don Quijote sus fantasías a la verdad, crea una historia para justificar el hecho de estar creyendo siempre en sus desvaríos. No solo se puede elegir entre la verdad y la fantasía en las novelas. En la vida real también está sucediendo continuamente, a cada instante. En los momentos de claridad todos expresamos conscientemente nuestras decisiones. Podemos elegir seguir creyendo en los gigantes o ver los molinos de viento tal como son. Cuando elegimos creer en una fantasía antes que en la verdad, perdemos de vista nuestro yo auténtico. La fantasía va filtrando toda la información y nuestras decisiones, por eso en esos momentos las acciones que llevamos a cabo no reflejan siempre lo que para nosotros es la verdad. En cambio, si vivimos conscientemente y respetamos nuestra verdad, las decisiones que tomemos siempre la reflejarán. Al estar dispuestos a aceptar la verdad, expresamos un amor incondicional. Sabemos que nuestra vida vale más que cualquier idea. Decidir ver las cosas como son y no como desearíamos que fueran requiere valor. Exige dejar a un lado el ego, nuestros juicios y preferencias, y aceptar las cosas tal como son. Poder elegir entre la fantasía y la verdad es lo mismo que elegir entre el amor condicional y el incondicional. En muchos sentidos nos resulta más fácil dar un amor condicional, ya que las condiciones que implica nos permiten manejar la situación a nuestro antojo, pero en el fondo no es real. En cambio, el amor incondicional, aunque nos cueste más de dar, es verdadero al cien por cien. No es más que una cuestión de rechazarse o aceptarse a uno mismo. Si creemos que los molinos son gigantes, habremos elegido una fantasía, como don Quijote. Y entonces tendremos que mantenerla a toda costa, con lo que dejaremos de estar en contacto con nuestro Yo Verdadero y la verdad. Pero si elegimos ver los molinos, habremos aceptado nuestra verdad incondicionalmente. Esta es la clase de decisiones que tomamos a cada momento de nuestra vida. Si vemos la perfección con la mirada de nuestro juez interior, que siempre nos está empujando para que sigamos alguna ideología o sistema de creencias, la perfección será condicional y se basará en algo ilusorio. Estaremos creando y manteniendo fantasías a través de nuestros acuerdos, o el proceso de decir sí a ciertas ideas y no a otras. Por ejemplo, cada vez que decimos cosas como: «seré feliz cuando adelgace/conozca mi media naranja/tenga una determinada cantidad de dinero en el banco» u otras frases parecidas, estamos formulando un acuerdo. Por medio de nuestros acuerdos ponemos esa idea de la perfección en un pedestal sin ver que es ilusoria. En cuanto hemos creado esta imagen ficticia de cómo se supone que debemos ser, nos juzgamos a nosotros mismos por no estar a su altura. Nos miramos al espejo y nos reprendemos por nuestros defectos. Y luego hacemos lo mismo con los demás. Nos castigamos para moldearnos y motivarnos a ser perfectos, porque eso es lo que hemos aprendido a hacer a través de nuestra domesticación. Nos premiamos aceptándonos a nosotros mismos por vivir de acuerdo con nuestras expectativas. La domesticación, el sistema de premios y castigos, funciona de la siguiente forma: cada vez que haces algo «bien», te recompensas con un premio que te hace feliz. Y cada vez que haces algo mal, te «castigas». Si bien cada uno nos domesticamos según la familia o la cultura a la que pertenezcamos, el resultado siempre es el mismo: nos juzgamos a nosotros mismos y nos queremos con un amor condicional. Por ejemplo, pongamos que de niño te dijeron que estaba «mal» o que incluso era un «pecado» no comerte todo lo que te ponían en el plato. Y ahora, de adulto, si te dejas comida tu voz interior te grita que está mal y tú te lo comes todo, no porque sigas teniendo apetito, sino por los remordimientos que te produce dejarte algo en el plato. Si bien la culpa no es de nadie, ya que la domesticación es unacondición humana que viene de muchas generaciones atrás, la cuestión es que puedes abandonar esta creencia al ser consciente de ella. Ver la perfección con la mirada del amor incondicional es ser consciente de que la verdad solo existe en este mismo instante, en el ahora. Todo cuanto está existiendo en este momento es perfecto sin más, porque existe y está vivo. La vida es una obra de arte en continua transformación y evolución. Lo que es cierto en este momento puede cambiar en otro, y lo más posible es que lo haga. Si es algo negativo, puedes cambiarlo si así lo deseas, pero no te lo tomas como una condición para aceptarte a ti mismo. Al aceptarte incondicionalmente, aceptas tanto tus cualidades como tus «defectos», todo cuanto hay en ti es válido y perfecto. ¿Qué tiene la perfección que ver con vivir conscientemente? Al manifestar tu vida puedes verla como una obra de arte que no cesa de evolucionar, o como una construcción imperfecta que debes arreglar y moldear para que se ajuste a tu idea de la perfección. Cuando vives conscientemente, ves que la perfección ya existe en ti. Tú no tienes imperfecciones, y llevar una vida plena equivale a seguir haciendo lo que a ti te gusta e ir mejorando tus habilidades o tu arte. Pero no lo haces para intentar alcanzar la perfección, sino porque la perfección que hay en ti se expresa por medio de la acción de estar vivo. La práctica hace al maestro. Tu vida va mejorando día a día, no porque se «suponga» que deba hacerlo, sino por la pasión y el amor incondicional que pones en ella. Cuando tus ideas falsas de la perfección te controlan —es decir, cuando no vives conscientemente—, no puedes elegir entre tus síes y tus noes. Ten en cuenta que cada vez que dices sí a algo, lo creas y lo manifiestas. Y cada vez que dices no, no lo manifiestas. Así es como controlas tu intento, la fuerza vital que fluye en todo lo que está vivo. Yo soy la fuerza que da vida a este cuerpo, esta fuerza soy yo, yo soy el intento. Y a ti te ocurre lo mismo. Vivir conscientemente consiste en saber cómo usar esta fuerza vital, en cómo manifestar o no manifestar algo y en si aplicas un amor condicional o incondicional a todo lo que haces. Piensa en los primeros pasos de un niño pequeño que está aprendiendo a andar. Quiere hacerlo por el simple hecho de andar y expresa este intento cada vez que se esfuerza por dar unos pasos. Cuando se cae al suelo tal vez rompa a llorar, pero mientras llora intenta levantarse para seguir probándolo. A veces incluso se echa a reír cuando se cae. Ese niño no se juzga a sí mismo por «caer» al suelo. Se levanta sin más y manifiesta su intento de nuevo. Y al final lo consigue, porque el deseo, el intento, es muy fuerte. A esta corta edad nuestros deseos son muy espontáneos, surgen de querer hacer algo. Pero ¿qué pasaría si ese niño se juzgara a sí mismo por la domesticación de la que ha sido objeto? Quizá dejaría de intentar andar o su motivación ya no sería sincera. «Andaré para que nadie me desprecie ni me rechace.» Muchas personas intentan ir más allá de los límites en los que se sienten cómodos por miedo al rechazo. Sin embargo, al hacerlo puede que no estén manifestando la vida que de verdad desean llevar. Manifestar un amor incondicional es aceptar la fuerza vital que hay en uno. El amor incondicional va más allá de aceptar cualquier creencia. Consiste en aceptar tu capacidad de tener creencias positivas o negativas. Tiene que ver con la totalidad. Todos somos capaces de hacer tanto cosas positivas como negativas en nuestra vida (y a menudo, cuando la vida se complica, las cosas no son buenas o malas al cien por cien, y en este caso hay que prestar un poco más de atención de la habitual para hacer los reajustes necesarios). Aceptar la totalidad es aceptar el Yo Verdadero que tú y yo somos. Siempre tienes una opción. Sí, puedes aceptar la negatividad que hay en ti, pero también puedes elegir tomar decisiones positivas que te hagan sentir bien. Tu libre albedrío te permite expresar tus preferencias en la vida. Por ejemplo, pongamos que en un momento de claridad descubres que antes te parecía bien juzgar a todo el mundo. Te das cuenta de que esta creencia te venía de la ilusión de creerte moralmente superior a los demás. Pero en ese momento de claridad te dices: «No quiero seguir juzgando a nadie nunca más». Al mirar atrás, ves que has estado juzgando constantemente a la gente y sabes que ya no puedes remediarlo. Pero lo que sí puedes hacer es perdonarte y pedirles perdón a los demás en los casos en que sea necesario, porque en ese momento de claridad tu mente ha cambiado. Pero tras llevar años y años manifestando una creencia —en este caso la de juzgar a los demás— se ha acabado convirtiendo en una reacción automática. No te resulta fácil mantener el punto de vista más positivo que has adoptado. Si deseas cambiar de actitud y convertirla en un hábito, en cuanto vuelvas a juzgar a alguien debes ser consciente de ello y observar qué ha sido lo que ha provocado esta reacción en ti. Observarte y conocerte cada día más te permite alcanzar la maestría de la conciencia mediante la cual, según la simbología tolteca, dejas de ser víctima y te conviertes en cazador y, finalmente, en un guerrero. La mentalidad de víctima es dejarte someter por tu apego a la domesticación: a una creencia. Pero en cuanto eres consciente de tu sometimiento, en ese momento de claridad eliges cambiar. Y la mejor forma de hacerlo es aceptar la verdad. En el ejemplo de juzgar a los demás, aceptas que te has dejado domesticar por la ilusión de tu superioridad moral. Luego te conviertes en un cazador. El cazador busca oportunidades para practicar el nuevo punto de vista adoptado. Una forma de hacerlo es prestando atención y recordando el quinto acuerdo: «Sé escéptico, pero aprende a escuchar». El escepticismo es la acción de ser consciente de que eres dueño de tus síes y tus noes, en lugar de tomar decisiones de manera automática. Lo cual te da la oportunidad de escuchar y percibir la vida como es. El escepticismo te permite advertir los momentos en los que algo te hace reaccionar automáticamente sin que seas consciente de ello. Entonces te preguntas: «¿Por qué cuando estoy en esta situación mi conciencia se embota y pierdo el poder de expresar mi libre albedrío?» En ese momento somos conscientes de que esa clase de situación puede darse en cualquier momento: en la universidad, en el trabajo, mientras escuchas discusiones políticas o incluso al oír a alguien manteniendo una conversación. Te das cuenta de que en esos momentos es cuando juzgas a la gente por tus apegos a tus creencias. En cuanto logras identificar cuándo tus antiguos hábitos y creencias están intentando que vuelvas a juzgar a los demás, el guerrero entra en juego. El guerrero cobra vida en el momento que declaras que vas a «luchar para independizarte». Tan pronto como dejas de tomar decisiones automáticamente, puedes expresar tu libre albedrío al ser plenamente consciente de tus actos. El secreto para que tu cambio interior sea duradero es amarte de forma incondicional. Por ejemplo, si acuerdas no juzgar a nadie, tienes dos opciones. La primera es usar la domesticación para no seguir juzgando a los demás. En otras palabras, te dices que la perfección consiste en no juzgar a nadie. En este caso, cada vez que juzgues a alguien ¡te estarás juzgando por no ser un modelo de perfección! Si usas este sistema de premios y castigos, estarás reemplazando simplemente un programa por otro. Habrás convertido las herramientas toltecas en otra forma de domesticación. La segunda opción es la aceptación. Contemplándote con la mirada del amor incondicionalaceptas que juzgas a los demás, con lo que liberas la energía estancada de fingir ser alguien que no eres. Y entonces empiezas a ser consciente de este hábito al observarte. Y cuando reconoces algo que te hace reaccionar juzgando a otra persona, puedes elegir. Te preguntas conscientemente: «¿Decido juzgarla o no juzgarla?» Y si decides juzgarla, lo haces porque quieres, y si decides no juzgarla lo haces porque no quieres. Esto es expresar realmente lo que tú deseas. Cuando vives conscientemente, ves que tienes una opción. Que eres dueño de tus síes y tus noes. Ya no te aceptas solo si tomas la decisión adecuada. Al contrario, te aceptas amándote incondicionalmente. Tu decisión se basa en lo que realmente quieres al expresarlo con tus síes o tus noes. En ese momento dejas tu hábito y en cuanto decides no seguir juzgando a nadie, cambias la dirección de tu intento. En la tradición tolteca nos llamamos guerreros no solo porque luchamos, sino porque un guerrero sigue la disciplina de vivir conscientemente, en la que la práctica hace al maestro. ¿Cómo puedes practicarla? Siendo consciente de lo que te hace reaccionar automáticamente, y cuando ves que te está ocurriendo, decides expresar lo que realmente deseas en la vida. Los cuatro acuerdos creados por mi padre, don Miguel Ruiz, son: 1. Sé impecable con tus palabras. 2. No te tomes nada personalmente. 3. No hagas suposiciones. 4. Haz siempre lo máximo que puedas. Y mi hermano, don Jose Ruiz, aportó más tarde un quinto acuerdo, que ya he citado antes. 5. Sé escéptico, pero aprende a escuchar. Ahora voy a ilustrar el segundo acuerdo, «No te tomes nada personalmente», con un ejemplo. Después de que un ser querido me dice algo que me incomoda, reconozco el momento en que me lo tomo personalmente. Acepto que suelo tomármelo así. Sé cómo me hace sentir esta clase de situación y ya he tomado la decisión de aceptarme tal como soy. También elijo usar este acuerdo para cambiar. En cuanto empiezo a sentir que estoy a punto de tomarme algo que me dice personalmente, lo reconozco. Sé que está a punto de pasarme. Lo siento dentro de mí. Pero tengo una opción: puedo tomármelo personalmente o no. Si me contemplo con la mirada de un juez, optaré por decirme: «Como quiero seguir los cinco acuerdos a la perfección, no me voy a tomar nada personalmente, sobre todo por ser hijo de don Miguel Ruiz y hermano de don Jose Ruiz». Si lo logro, me aceptaré a mí mismo. Y si fracaso, me juzgaré por no estar a la altura de don Miguel Ruiz Jr. Pero aunque lo consiguiera, lo estaría haciendo motivado por el premio de aceptarme a mí mismo. Detrás de mi decisión habría una condición. En cambio, si elijo no tomarme nada personalmente por el amor incondicional que siento hacia mí y hacia el ser querido, no lo estaré haciendo para premiarme o ganar nada, sino que simplemente estaré expresando mi verdadero deseo. Ya me amo a mí mismo. Soy libre de elegir «Sí, me lo tomaré personalmente» o «No, no me lo tomaré personalmente». El acuerdo no es una condición, sino un instrumento que me permite recordar cómo voy a usar mi intento. Me merezco quererme, sea quien sea mi familia. El arte de vivir conscientemente no es más que una cuestión de ver la perfección que hay en ti y de amar de manera incondicional. Es advertir que a cada momento de tu vida tienes una opción. Puedes elegir ver el mundo con la mirada de un juez que actúa movido por el amor condicional. En este caso creas a muchos niveles una jerarquía de «yo soy mejor que tú». O decidir ver el mundo con la mirada del amor incondicional. En este caso no hay ninguna jerarquía. Sabes que todo el mundo vive expresando su singularidad, por eso las personas son dueñas de sus síes y sus noes, tanto si son o no conscientes de ello. La vida es perfecta porque es la verdad que existe en ese momento. Esa es su vida. Siempre tienes una opción. Por el simple hecho de elegir ya puedes cambiar las cosas. Si te gusta cómo algo está yendo, sigues así. Y si no te gusta, decides cambiarlo. Pero no lo haces porque tengas que hacerlo, sino porque quieres. Lo importante es lo que tú eliges. ¿Eliges vivir conscientemente? ¿Ves molinos o prefieres la fantasía de los gigantes? Cuando la fantasía se desvanezca, te llevarás un gran desengaño. Una pérdida siempre nos hace sufrir, pero ¿por qué? Por ejemplo, si pierdes a un ser querido, ¿lo echarás de menos por ser quien era o por la realidad ilusoria que proyectaste en esa persona y por estarte ahora enfrentando a la verdad? Vivir conscientemente exige esfuerzo, por eso en nuestra tradición tolteca nos llamamos guerreros. La disciplina de esta maestría solo se adquiere a base de práctica. Y con el tiempo la vas dominando con más soltura. A un guerrero cada momento le ofrece la oportunidad de elegir ser siempre consciente. Las decisiones que tomamos a cada momento se basan en la verdad, porque siempre somos conscientes de ella. La maestría consiste en saber que estamos vivos y que somos libres de tomar cada una de las decisiones que van dando forma a nuestra vida. Y el único modo de que este conocimiento cobre vida es practicándolo. Si no dejas el libro de recetas para meterte de lleno en la cocina, nunca aprenderás a cocinar o a preparar nuevos platos. Lo mismo ocurre con cada libro del conocimiento, sobre todo con los libros sagrados de todo el mundo. Si te limitas a leerlos, no serán más que palabras escritas. Los sabores y los significados solo cobran vida cuando decides poner en práctica esas palabras. En ese momento es cuando una lección se hace realidad y se convierte en una verdad para ti al experimentarla en tu vida. Este es el objetivo de las meditaciones diarias de este libro, ayudarte a aplicar el conocimiento y a experimentar esta transformación por ti mismo. Haz solo una meditación al día para que te dé tiempo a reflexionar adecuadamente sobre cada pasaje y a ponerlo en práctica. Si haces más de una al día, no serán tan potentes. En resumen, vivir conscientemente estriba en realizar elecciones significativas en cada momento de tu vida. Puedes elegir vivir con la mirada del amor condicional o con la del amor incondicional. Elegir entre una cosa o la otra es lo que te permite crear tu vida como una obra de arte en constante evolución. Esto es lo que yo deseo para ti. Meditaciones No te apegues a la perfección Mi padre me decía: «Miguel, cuando comprendas que eres perfecto tal como eres, verás que todo es perfecto tal como es». Pero no es fácil despertarte un día, decirte que eres perfecto y creértelo. Hacer un cambio tan grande exige motivación y compromiso. Abandona primero cualquier idea falsa sobre la perfección. Cualquier apego a lo que creas que significa ser perfecto. Y luego deja de juzgarte por no estar a la altura de tus expectativas y acéptate tal como eres en este instante. Aprender a quererte y dar las gracias cada mañana por el hecho de estar vivo es la forma de empezar a hacerlo. Práctica Deja lo que estés haciendo y dedícate ahora a quererte y respetarte. Eres perfecto tal como eres, porque estás vivo en este instante. Aquieta la mente En la tradición tolteca el concepto del mitote representa las mil voces que suenan en nuestra cabeza y que acaparan nuestra atención. Algunas nos dicen falsedades, y otras, la verdad. Las más ruidosas se suelen manifestar en forma de apegos. La razón nos ayuda a distinguirlas, pero si nos apegamos a ellas nos puede costar diferenciar las voces que nos dicen la verdad de las que se inventan falsedades. Dependiendo de la voz a la que te apegues, percibirás el mundo segúnlo que te diga y lo verás todo desde su punto de vista. Si eres consciente de ello, te darás cuenta de que detrás de todas esas voces, en el espacio que hay entre los pensamientos, reina un profundo silencio. Si observas tu reflejo y tus ojos, verás lo que yace más allá de ellos, verás la verdad. No hace falta que busques el amor, porque ya eres amor. Apaga el volumen de tus voces interiores —la voz del conocimiento—, y vive el momento presente. Deja de apegarte a lo que esperas contemplar, para poder ver más allá de ello. Así se te aparecerá la verdadera imagen del amor. Práctica Dedica unos momentos a aquietar la mente escuchando el silencio que reina en lo más profundo de ti. Cuando la mente se aquieta, te ves a ti y a los demás como puro amor. Decide hoy ser feliz Seguramente has oído este refrán: «Concibe la vida como un viaje y no como un destino». Y sin embargo muchos de nosotros no disfrutamos de la vida porque estamos volcados en alcanzar un objetivo, una posición social. «Seré feliz cuando consiga el trabajo/esa cantidad de dinero/la pareja que deseo.» Querer conseguir ciertas cosas no es malo, pero si tu felicidad depende de alcanzar un determinado destino, tu vida se convertirá en una serie de objetivos y ninguno te dará la felicidad que buscas. Vivir de esta manera significa perderte la belleza del viaje, de lo que te está ocurriendo en este preciso momento. La felicidad la encontrarás en el presente y no en algún lugar imaginado del futuro. Práctica Cobrando conciencia de ello, advierte cuándo te apegas a la idea de que serás feliz en el futuro. Si te descubres cayendo en este hábito, di en tu fuero interno: «Elijo ser feliz ahora mismo, en lugar de esperar a serlo en el futuro». La práctica del desasimiento En los círculos espirituales se suele decir: «No te apegues a nada». Pero en realidad no nos apegamos a las cosas, sino a la idea de necesitar algo. Creemos compulsivamente que debemos adquirir algo de fuera de nosotros para sentirnos llenos por dentro. Cada vez que te oigas decir en tu interior: «Necesito esto» o «Necesito aquello», advierte que te estás apegando a esta idea. Has hecho que tu felicidad y tu amor propio dependan de conseguir lo que deseas. Práctica Cobrando conciencia de ello, recuerda hoy que no necesitas nada de fuera de ti para sentirte lleno por dentro. Ya eres completo y perfecto tal como eres en este instante. Acéptate como eres La sociedad te transmite el mensaje de que para ser alguien en el mundo necesitas ir a una universidad excelente, conseguir un buen trabajo, comprarte un coche de alta gama, vivir en un barrio residencial y así sucesivamente. Que solo si lo consigues la gente te aceptará y tú triunfarás en la vida. Y esto implica que en este instante no eres nadie. Pero no hay nada más alejado de la realidad. Todo el poder del universo reside en tu propio ser. Tú estás hecho de luz y de estrellas. No hay nada que necesites hacer, nada que necesites adquirir, porque ya eres perfecto tal como eres. Práctica Cobrando conciencia de ello, advierte hoy cuándo intentas sentirte lleno con algo del exterior. Cuando te ocurra, recuérdate con dulzura que no necesitas nada de fuera para sentirte lleno por dentro, porque ya gozas de plenitud. Es el momento de decirte: «Me quiero». El Yo Verdadero El Yo Verdadero es un término que describe al ser vivo capaz de participar en la vida. Tu Yo Verdadero siempre está contigo, lo que sucede es que a veces tienes filtros que te impiden ser consciente de él. Práctica Cobrando conciencia de ello, recuerda hoy que el Yo Verdadero es el ser que le da vida a tu cuerpo, permitiéndote percibir y proyectar vida e interactuar con el Sueño del Planeta. Es la energía que fluye en ti. Es pura y su potencial es ilimitado. Tú eres el Yo Verdadero. El Sueño del Planeta empieza en ti En la tradición tolteca existen los conceptos del Sueño Personal y el Sueño del Planeta. El Sueño Personal se refiere a cómo ves el mundo y cómo lo proyectas a tu vez. Tiene que ver con tu punto de vista. Eres responsable al cien por cien de tu Sueño Personal. El Sueño del Planeta, en cambio, es la relación entre dos o más Sueños Personales. Por ejemplo, si tú y yo estuviésemos físicamente en el mismo espacio y tú tocaras con la yema del dedo la punta de uno de los míos, se podría decir que el cincuenta por ciento de nuestra relación terminaría en este punto de encuentro. Yo soy responsable de mí y de mi cuerpo hasta la punta de mis dedos —totalmente responsable—, y tú también lo eres de ti hasta la punta de los tuyos. Cuando las puntas de nuestros dedos se tocan, experimentamos la sinergia y estamos contribuyendo con nuestros Sueños Personales al Sueño del Planeta. Pero en realidad el Sueño Personal es el más importante por dos razones: porque es donde todo empieza y porque es el sueño que tú puedes controlar. Práctica Recuerda que si quieres cambiar el mundo el primer paso que debes dar es aceptarte tal como eres en este mismo instante y cambiar, con la libertad que esto te da, si así lo deseas. Vivir conscientemente, o la práctica de vivir en comunión con el momento y tu entorno presente, es la clave. Vive tu vida como una obra de arte La palabra tolteca significa «artista» y la vida es el lienzo para el arte tolteca. Sé que el conocimiento es un instrumento que me permite interactuar con el mundo y que mis síes y mis noes son las cinceladuras o las pinceladas con las que creo. Decidí seguir esta tradición plenamente consciente de que la palabra tolteca se refiere a una acción o un acuerdo que pertenece a una filosofía. Pero aunque no me llamara a mí mismo tolteca, las lecciones que aprendí de esta tradición oral no menguarían, porque mi acuerdo no está supeditado a una identidad. Soy libre de decidir estar de acuerdo o no con la filosofía tolteca, de analizar o seguir su filosofía o la de cualquier otra tradición hasta el extremo que yo quiera. Soy libre de relacionarme e implicarme con personas que prefieran otra tradición o filosofía. Al igual que sucede con cualquier otra de mis creencias, las acepto durante tanto tiempo como yo desee, sabiendo que soy un ser vivo capaz de vivir la vida con este acuerdo o sin él. Por eso mis acuerdos son tan poderosos, los hago porque eso es lo que quiero. Este es mi arte, mi acuerdo: el de experimentar la vida con su cambiante verdad con amor. Práctica Recuerda hoy que tus creencias existen solo porque tú existes. Por eso no hay ninguna creencia que sea más grande o importante que tú. Es así para cualquier ser humano. La identidad En el Sueño del Planeta cada persona adopta un nombre y la identidad que va ligada a él. Tu identidad se puede basar en elementos como el color de tu piel, la nacionalidad de tu familia, la religión que practicas, el trabajo que desempeñas y las actividades y las aficiones en las que participas. Tu nombre y tu identidad te dan por tanto un propósito en tu vida, la sensación de pertenencia. Son símbolos que a modo de útiles instrumentos te sirven para comunicarte con los demás. Pero recuerda que no debes confundir nunca las identidades que has adoptado con quien realmente eres. Estas identidades no son más que símbolos que te permiten participar en el Sueño colectivo del Planeta. Dejas de ser consciente en cuanto confundes estas identidades con quien realmente eres, y al domesticarte a causa de esos símbolos acabas sufriendo. Práctica Piensa en algunas personas que conozcas y en las identidades que han asumido o que les has atribuido. ¿Qué identidades has adoptado tú? ¿Cómo las proyectas en el mundo? Toma hoy conciencia de ello y recuerda que tú no eres ningunaidentidad de las que has adoptado. Eres mucho, muchísimo más grande que cualquier identidad o papel que desempeñes en la vida. Un determinado papel puede terminar o desaparecer, pero tú en cambio seguirás existiendo. Miedo y apego Sé que cuando el miedo al cambio se apodera de mí significa que me he apegado a algo del exterior. Cuando ocurre un cambio el mundo que conozco puede desaparecer, obligándome a afrontar la molesta oscuridad de lo desconocido. Pero los cambios son inevitables y se dan una y otra vez a lo largo de nuestra vida: las relaciones se acaban, perdemos un trabajo, nos vamos de casa, nos sale una nueva arruga, otra cana, o sufrimos la muerte de un ser querido. Si observas todas las cosas e ideas a las que te has apegado, descubrirás que tu identidad está entretejida con esos apegos. El miedo surge cuando esos apegos corren peligro de algún modo porque tú los ves como una parte de ti cuando en realidad son arbitrarios y efímeros. Práctica Toma conciencia de ello, advierte hoy que cada vez que te apegas a un objeto o a una idea estás al fin y al cabo defendiendo tu definición del yo. Deja de apegarte a estas cosas al recordar que eres muchísimo más grande que cualquier objeto o idea que pueda existir. Abandona estos apegos con suavidad y soltura. Analiza tus emociones molestas Tus emociones —sea lo que sea lo que las provoque— son una expresión de ti. Las emociones molestas al indicarte que tienes un problema que resolver, una herida que curar, te permiten ver tu propia verdad. Se consciente de ellas, te podrían estar mostrando una creencia que ya no sigue siendo una verdad para ti. Cuando algo te produzca una emoción, es el momento oportuno para hacerte preguntas como: ∂ ¿Por qué me siento así? ∂ ¿Qué acuerdo hay detrás de esta emoción? ∂ ¿Qué apego está poniendo en peligro? ∂ ¿De verdad creo esto? ∂ ¿Es importante para mí? Responder a estas preguntas te permite analizar tus creencias y decidir cuáles siguen siendo ciertas para ti hoy. Práctica Los sentimientos de rabia, angustia o miedo suelen indicar que tus creencias ya no coinciden con tu verdad interior. La próxima vez que te sientas estresado, tómate un momento para hacerte las preguntas que he formulado más arriba. Si tu respuesta no coincide con algo que creías, sabrás que esta creencia ha dejado de ser cierta para ti. Las historias que te cuentas En la introducción hablo de Don Quijote de la Mancha, una de las obras literarias más destacadas del Siglo de Oro. Alonso Quijano, el protagonista de la novela, un hidalgo jubilado, está obsesionado hasta tal punto con las novelas de caballería que su visión de la realidad se altera por completo y acaba transformándose en otra persona, en don Quijote. Don Quijote ve el mundo desde la óptica de su desaforada fantasía y su afán de aventuras. Sea cual sea la realidad que afronte, la cambia para que se ajuste a sus expectativas y creencias. Mantener el mundo ilusorio que ha creado se vuelve primordial para él, incluso más importante que su propia cordura. Cuando no somos conscientes de ello, todos nos comportamos como don Quijote al intentar cambiar la realidad para que coincida con nuestras creencias. Práctica Sé consciente de que a todas horas te estás dejando llevar por las historias que te cuentas y que quieres creer. Y que cuando la historia no coincide con tus creencias, la consideras imperfecta. Advierte además cómo te castigas por no estar a la altura de tu historia imaginada. Cuando logres ver este ciclo tal cual es, te resultará mucho más fácil dejarlo atrás. Eres perfecto como eres, no necesitas contarte ninguna historia. Libérate de la domesticación La domesticación, el sistema de premios y castigos, funciona de la siguiente forma: cada vez que haces algo «bien», te premias con alguna cosa que te hace feliz. Y cada vez que haces algo «mal», te castigas. Aunque cada cual nos domestiquemos a nuestra propia manera, dependiendo de nuestra personalidad y cultura, el resultado siempre es el mismo: te juzgas y te amas de manera condicional. Por ejemplo, pongamos que de niño te dijeron que no comerte todo lo del plato estaba «mal», o que era incluso un «pecado». Y años más tarde, de adulto, si no te terminabas toda la comida, tu voz interior te juzgaba y te daba la lata hasta que acababas comiéndotelo todo para no sentirte culpable, aunque ya tuvieras el estómago lleno. Si bien la culpa no es de nadie, ya que la domesticación es una condición humana que viene de muchas generaciones atrás, debes intentar liberarte de ella. Práctica Toma conciencia de ello, intenta reconocer las formas en que has sido domesticado. Cuando las veas, saca al guerrero tolteca que llevas dentro y dite a ti mismo: «Ahora soy consciente de ello y he decidido liberarme de mi domesticación». Reconoce lo que es importante para ti La ventaja de tomar conciencia de tu propia mortalidad es que te permite ver con una cierta distancia la relación que mantienes con los demás y contigo mismo. Entonces te darás cuenta de que cualquier resentimiento que albergues hacia otra persona o hacia ti es una especie de muerte prematura. Dicen que «el resentimiento es como tomar un veneno esperando que el que nos ha herido se muera». No pierdas el tiempo dejando que se abra una brecha entre tú y tus seres queridos cuando podrías estar compartiendo este momento con ellos. El perdón es el secreto para sentir amor y alegría en el presente. Práctica Toma conciencia de ello, perdónate a ti mismo y perdona a los demás por cualquier error cometido, sea real o imaginado. Al ver lo efímera que es la vida, te darás cuenta de que no vale la pena guardarle rencor a nadie. Las relaciones íntimas Aunque no solamos expresarlo en voz alta, muchos de nosotros afrontamos nuestras relaciones íntimas de la siguiente manera: «Te amaré si te comportas de una cierta forma. Te amaré si me correspondes. Te amaré si haces lo que yo digo y me haces sentir feliz. De lo contrario, dejaré por supuesto de amarte». Cuando tenemos esta actitud con nuestra pareja, lo que en realidad estamos intentando es controlarla y domesticarla con nuestro amor condicional para que piense como nosotros. Pero esta actitud nos acabará haciendo sufrir, porque querer sentirnos bien a costa del otro nos lleva a una situación forzada e insostenible. Te pondré un ejemplo que ilustra el amor incondicional. A un amigo mío su mujer le dejó por otro hombre. Él la quería muchísimo y se quedó desolado. Cuando le pregunté cómo se sentía, me contó que aunque se hubiera llevado un buen disgusto, se alegraba de que su mujer fuera más feliz con ese hombre de lo que lo había sido con él. Ahora lo único que quería era seguir adelante y disfrutar de una relación con alguien que le quisiera tanto como él se quería a sí mismo. Ya no seguía viviendo una fantasía y se alegraba por ello. Práctica Toma hoy conciencia de ello, busca ejemplos en la vida cotidiana de cómo el amor incondicional no se basa en el comportamiento de otra persona. ¿En cuál de tus relaciones te amas a ti y a los demás con un amor incondicional? ¿Qué relaciones de las que estás viviendo son una fantasía? Descubre el origen de tus acuerdos Juzgarte a ti mismo es el castigo que te infliges cuando no colmas tus expectativas, cuando no llegas a ser quien crees que se supone que debes ser. Te juzgas por no alcanzar el listón que te has puesto, por no estar a la altura de tus creencias. Pero cualquier creencia falsa que albergues sobre ti no surgió de tu interior, sino de otro lugar, y luego acordaste aceptarla. Así que debes preguntarte: ¿cuándo la adoptaste? ¿De dónde viene? ¿Y por quélo hiciste? El objetivo de estas preguntas no es echarle la culpa a otro, sino ver el momento en que aceptaste esta creencia para que puedas abandonarla en cuanto desees cambiar tu intento y liberarte de ella. Práctica Toma hoy conciencia de ello, descubre los juicios que haces sobre ti. Cuando surjan, analiza de dónde vienen y luego abandónalos. Recuerda que eres perfecto en este mismo instante porque estás vivo y eres tú quien decide cómo quieres expresar tu intento. Ámate a ti mismo. Observa el conocimiento desde una cierta distancia El conocimiento desempeña un importante objetivo en el Sueño del Planeta. Te permite comunicarte con los demás a través de las experiencias compartidas. También te permite trascender los límites físicos y usar la tecnología para llevar una vida más cómoda. Cuando no eres consciente de ello, el conocimiento puede doblegar tu mente, etiquetando todo lo que abarca tu campo de conciencia e interpretándolo según tus experiencias del pasado. El conocimiento también favorece la domesticación, el sistema de premios y castigos que te ofrece tu propia aceptación y la de los demás a cambio de alguna condición. Por eso es tan importante que te preguntes: «¿Soy yo el que usa el conocimiento o es el conocimiento el que me está usando a mí?» Tú eres el más importante, el conocimiento es secundario en tu vida. ¿Está tan condicionada tu mente por el conocimiento que te has olvidado de algo tan esencial? Práctica Toma hoy conciencia de ello, recuerda que el conocimiento solo existe porque tú existes. El conocimiento puede cambiar, en cambio tú sigues siendo el mismo. Recordarlo te ayuda a no apegarte a tus creencias. Ve más allá de tus filtros para descubrir tu sueño personal Eres el único que sabe lo maravilloso que es sentir el placer de saborear la comida que te gusta, de abrazar o besar a alguien, de estar simplemente vivo… Este es tu sueño personal. Puedes crear el paraíso más hermoso o la peor pesadilla según lo que crees, lo que piensas y lo que sabes. LOS CINCO NIVELES DEL APEGO No siempre consigues ver las cosas más allá de tus filtros —el conocimiento y las creencias que has ido acumulando— de manera natural. Te has pasado años apegándote a tu visión del mundo y ahora esto te da una sensación de seguridad. Cualquier cosa a la que te aferres puede empezar a condicionar tus experiencias futuras y a limitar tu percepción de lo que existe más allá de tu vocabulario. Las creencias a las que te apegas, como las anteojeras de un caballo, te limitan la visión y esto a su vez limita tu percepción del camino que puedes seguir en la vida. Cuanto mayor sea tu nivel de apego, menor será tu campo de visión. Si tu apego a «lo que sabes» te impide ver todas las otras opciones posibles, significa que tu conocimiento te está controlando a ti y a tu intención, y que es él el que crea tu sueño personal. Práctica Toma hoy conciencia de las creencias a las que te has apegado, libérate de ellas para poder vivir como tú elijas. Sé flexible en cuanto a tus planes Tener planes en la vida es una buena idea, pero también es igual de importante recordar que tus planes pueden cambiar. De lo que sí puedes estar seguro es de que en tu viaje por la vida surgirán obstáculos que intentarán hacerte perder el equilibrio, con lo que te costará seguir el camino que te habías trazado. A menudo la vida da un giro inesperado. Pero la cuestión es cómo reaccionas cuando te sucede. ¿Eres lo bastante flexible como para ver que la vida tiene para ti unos planes mejores que los tuyos? ¿O lamentas el pasado, pensando que las cosas te habrían ido mejor si esto o aquello no te hubiera pasado? En parte disfrutar de la vida que llevas ahora consiste en olvidarte de lo que querías en el pasado, porque ahora ya no lo deseas. Práctica Toma hoy conciencia de ello, advierte cualquier pensamiento que aún tengas sobre lo que «te podría haber ocurrido» en la vida. Si no lamentas ni añoras nada, estupendo. Y si no es así, te sugiero que te olvides de ello, porque la vida que llevas ahora es perfecta para ti. Los narradores Parte de la experiencia humana es estar describiendo, clasificando y juzgando constantemente todo cuanto experimentamos en el mundo. Mi padre se refería a ello como la «voz del conocimiento». Yo llamo a esta cháchara interior los «narradores». Los narradores te dicen cualquier cosa que capte tu atención y te lo describen todo bajo la óptica de tus creencias. Estas voces te están diciendo a todas horas cómo debes pensar o reaccionar en cualquier situación. Te mantienen anclado en las experiencias del pasado mientras intentas darle sentido a las del presente. Una de las cosas que más les gusta es hacer que tus nuevas experiencias se ajusten a tus ideas preconcebidas sobre la vida. Pero este hábito te limita, porque hacer encajar cada experiencia que tienes en la vida en el molde de lo que ya sabes te impide aprender algo nuevo. Y al final ya no vives conscientemente y te pierdes la experiencia del presente al estar siempre comparándola con la del pasado. Práctica Si no vives conscientemente, tus narradores interiores dirigirán tu vida haciéndote tomar decisiones automáticas basadas en tus experiencias del pasado y en tus creencias. Recuerda que, aunque tus narradores no cesen de parlotear, tú no eres ellos, y por lo tanto no tienes por qué estar de acuerdo con lo que te dicen. Vivir conscientemente es clave para saber distinguir los narradores de la auténtica voz del Yo Verdadero. El abandono En el Sueño del Planeta, la palabra «abandono» tiene una connotación negativa. Se suele ver como una flaqueza o una carencia, como el último acto de un «perdedor». Pero en mi sueño, el abandono significa todo lo contrario. El abandono es el arte de dejarte ir, de abandonar las ideas de lo que «deberías» y «no deberías» ser. Es dejar de luchar contra la lluvia. Pero el abandono no significa que te dejes pisotear ni que permitas que se aprovechen de ti, sino que tu intento, tus síes y tus noes, siguen siendo muy fuertes. El abandono significa que mientras avanzas por la vida cambias las cosas que puedes cambiar y no te preocupas por las que son irreversibles. Práctica ¿Te has abandonado hoy al fluir de la vida? Toma conciencia y di: «Dejo de apegarme al resultado de cualquier situación, porque la vida sabe mejor que yo lo que más me conviene». Acepto las cosas como son, en lugar de pensar que «deberían» ser de otra forma. Sigue los dictados de tu corazón Las creencias no tienen una existencia independiente, no viven en «alguna parte» del universo, sino que residen en tu mente. Les das poder en cuanto crees en ellas, en cuanto te dices: «Esto es cierto». Pero como somos seres que estamos cambiando constantemente, nuestras creencias también cambian. Cuando intentas aferrarte a una creencia que ya no te sirve, acabas sufriendo. Intentar aferrarte a tus antiguas creencias porque te has acostumbrado a ellas es lo más fácil, preferimos lo conocido a lo desconocido, la situación de siempre que nos funciona a una nueva aventura que podría fracasar. Pero seguir los dictados de tu corazón siempre te llevará por el buen camino. Las batallas que mantienes dentro de ti pueden cesar en cuanto tú quieras. Práctica La próxima vez que te descubras forcejeando contigo mismo, observa la creencia a la que estás intentando aferrarte y pregúntate: ¿realmente creo esto? ¿Me hace feliz esta creencia? ¿Sigue siendo válida para mí? Dedicar un rato a identificar estos puntos de discordia en tu vida te ayudará a tomar el camino adecuado y a asegurarte de que tus acciones coinciden con lo que tú crees en el presente. Aprovecha el poderdel intento En la tradición tolteca el intento es la energía básica, la fuerza vital que lo crea todo en el universo. Si bien el intento se parece a lo que normalmente llamamos intención, no es lo mismo; se trata de algo más importante, ya que es el poder que hay detrás de la intención. Imagínate el intento como una ola y la intención como una tabla de surf con la que la cabalgas. Aunque el intento no se pueda controlar, puedes aprovechar su poder. Por eso tus pensamientos, tus palabras y tus creencias son tan importantes. Nuestro mayor don como humanos es ser capaces de crear. Podemos crear ciudades maravillosas, obras de arte, una literatura prodigiosa y, lo más importante, una vida llena de amor y paz (o de dolor y sufrimiento, de nosotros depende). Este poder reside en ti. Cuando te imaginas algo, tienes la capacidad de materializarlo. Práctica ¿Qué te estás imaginando hoy? Tienes el poder de hacerlo realidad en tu vida. La próxima vez que desees que ocurra algo que te parece inalcanzable, imagínate la ola del intento surgiendo. Agarra una tabla de surf y cabálgala. Haz que tu meta imaginada se vuelva real. La pasión La pasión es un sentimiento muy hermoso, es lo que te motiva a hacer realidad tus sueños. Pero el miedo al fracaso puede crear unas imágenes tan poderosas que paralicen tu intento y extingan la llama de la pasión. Es decir, el miedo puede impedirte llevar la vida con la que sueñas. Una forma de superarlo es cuestionarte el miedo que sientes haciéndote preguntas como las siguientes: ∂ ¿De qué tengo miedo? ∂ ¿Cuándo siento miedo? ∂ ¿Voy a dejar que el miedo me impida hacer lo que me apasiona? Centrarte en los pasos que tendrías que dar para alcanzar tu objetivo podría avivar las llamas del miedo. En su lugar, da simplemente un pequeño paso hacia lo que te apasiona. Así verás lo poderoso que es tu intento y tu miedo empezará a disiparse. En cuanto hayas dado varios pasos, estarás en camino de manifestar tu sueño y tus avances te harán sentir más seguro de ti mismo. Práctica Toma conciencia de los miedos que te impiden dedicarte a lo que más te gusta. En lugar de fijarte en ellos, céntrate en dar el primer paso hacia tu objetivo. No es necesario aún que pienses en todos los pasos para alcanzar tu sueño, eso ya llegará a su debido momento. Después de dar este primer paso, tu intento se ocupará del resto. Recuerda que eres mucho más poderoso de lo que te puedas llegar a imaginar en tus sueños más osados. El redescubrimiento del Yo Verdadero El Yo Verdadero siempre está presente, son nuestros apegos los que nos impiden recordar quiénes somos realmente… Cuando nacimos nuestros padres nos levantaron en alto y nos sostuvieron en sus brazos. Se imaginaron infinitas posibilidades para nosotros movidos por su amor. Vieron el potencial ilimitado de nuestro Yo Verdadero: la fuerza vital que actuaría en cualquier dirección que llevara a estas posibilidades. LOS CINCO NIVELES DEL APEGO Vivir conscientemente requiere disciplina, el fortalecimiento de la voluntad que te permite vivir en armonía con el mundo que te rodea. Muchas tradiciones religiosas y espirituales del mundo entero han creado disciplinas que fomentan esta armonía, como la oración, la meditación, el yoga, los cánticos y el baile, entre muchas otras. Este conocimiento es un instrumento de transformación y experimentarlo constituye la manifestación del Yo Verdadero. Antes creía que los maestros más importantes del mundo de cualquier tradición eran los mejores ejemplos del Yo Verdadero. Pero ahora sé que todas las personas que conozco y veo lo personifican. Todos estamos creando, produciendo, aprendiendo, participando y amando la vida. Somos la personificación de la vida, el Yo Verdadero. Simplemente es una cuestión de decidir verlo en ti y en los demás. Práctica Toma conciencia de ello, recuerda que cada persona que ves es la manifestación del Yo Verdadero. Dite a ti mismo: «Hoy he decidido ver al Yo Verdadero en mí y en ti. Hoy he decidido ver al Maestro Realizado en mí y en ti». El parásito y el aliado En la tradición tolteca a veces empleamos las palabras «parásito» y «aliado» al hablar de la naturaleza de la mente. El parásito representa una mente consumida por la relación entre el dominador y el dominado. Imagínate a un juez y a una víctima, símbolos que representan el amor basado en unas condiciones impuestas y en la domesticación. El juez impone las leyes que te han estado condicionando al dictar si eres digno de quererte, en tanto que la víctima, dominada por el juez, distorsiona sus propias percepciones para satisfacer el punto de vista del juez. Esta relación codependiente y disfuncional forma la naturaleza parasitaria de la mente. El aliado representa una mente que no está sometida al amor condicional del parásito y que está dispuesta a percibir el mundo sin distorsionarlo. Se llama el «aliado» porque te da la información que necesitas para vivir siendo consciente. Cuando veo el mundo con la mirada del parásito, surge la desarmonía en mi vida. Y cuando es el aliado el que habla, surge la armonía. Tanto el parásito como el aliado existen en mí y en ti como reflejos de la mente que refleja el todo. Amarte incondicionalmente significa aceptar estos dos aspectos tuyos. Práctica Toma conciencia de ello y de ese modo puedes elegir cómo quieres vivir tu vida. Puedes elegir vivirla con la mirada del parásito o del aliado. Esta elección es una expresión de tu libre albedrío. Haz cambios en tu vida queriéndote La única motivación que produce cambios duraderos en tu vida es la de amarte. Cuando te quieres y aceptas, deseas tratarte bien y estar lo más sano posible. Solo entonces podrás desintoxicarte de lo que ha estado dominando tu voluntad. Cuando decidas hacer cambios en tu vida movido por el amor que sientes hacia ti, elimina los «debo» o «debería» de tu vocabulario. La frase clave siempre es: «Quiero hacer este cambio por mí». Hacer un cambio por ti en lugar de hacerlo para complacer a otro o a tus narradores interiores es lo que marca la diferencia entre una solución temporal y un cambio duradero. Práctica ¿Qué cambio deseas hacer hoy por ti? No te olvides de realizarlo queriéndote. Cocreando el Sueño del Planeta Al fin y al cabo no es más que una cuestión de ver el conocimiento como el componente básico para cocrear un sueño con otras personas sin dejar de ser consciente de tu Yo Verdadero. Yo disfruto interactuando con el Sueño del Planeta mientras uso el conocimiento para comunicarte mi sueño. Y gozo actuando en el mundo que me rodea con respeto y amor. Formo parte de esta creación. Todos podemos cobrar conciencia de que es el amor el que nos une. Puedes amar a los demás poniendo condiciones o con respeto. La diferencia está en la armonía, una especie de cielo en la Tierra. Cuando respetas el libre albedrío del otro, reina la paz. Práctica Muestra respeto hoy a los demás honrando sus decisiones, aunque no coincidas con ellas. Y también respétate a ti tomando decisiones de forma consciente y honrando tus verdaderas intenciones. Un hermoso sueño Imagínate que te gusta el fútbol y de pronto te descubres mirando un partido en un estadio. Podría ser un estadio magnífico o simplemente una tribuna descubierta junto a una pradera. Los jugadores pueden ser excelentes o mediocres. No importa quiénes estén jugando el partido. No te decantas por ningún equipo, simplemente contemplas sentado el partido gozando de él por lo que es. En cuanto el árbitro indica con el silbato que el partido ha finalizado — independientemente de qué equipoha ganado o ha perdido—, te olvidas del partido. Sales del estadio y sigues con tu vida. No te identificas con el partido. No te apegas al resultado ni tampoco te afecta. Ahora imagínate que afrontas con esta clase de desprendimiento tu trabajo, tus objetivos personales y tus relaciones. ¿Cómo sería tu vida si lo hicieras? Práctica Toma conciencia de ello, vive hoy tu vida con una alegre sensación de desapego. En este estado mental disfrutas de lo que haces, pero sin apegarte a los resultados en ninguna situación, ya que tu identidad no depende de las anticuadas ideas del «fracaso» y el «éxito». La fijación de metas Ponerte metas está bien, pero también podrían convertirse en herramientas para domesticarte. Por ejemplo, a veces establecemos metas para validarnos como aceptables o inaceptables. Si alcanzamos la meta, nos aceptamos, y si no es así, nos vemos como unos fracasados. De ese modo, hacemos un mal uso de las metas y creamos con ellas un sufrimiento innecesario tanto para nosotros mismos como para las personas que nos rodean. Una meta es el objetivo hacia el que diriges tu intento para manifestar la vida que quieres llevar, y la vida es el proceso de manifestación. Práctica La próxima vez que te fijes una meta, pregúntate: ® ¿Qué es lo que me motiva a fijármela? ¿Quiero hacerlo por mí o lo estoy haciendo para complacer a otro? ® ¿Estoy apegado a un determinado resultado o estoy abierto a cualquier posibilidad? Cuando estableces una meta amándote incondicionalmente, cualquier resultado que obtengas será satisfactorio. Creando un cielo en la Tierra ¿Qué es el infierno? A mi modo de ver, el infierno se podría definir como creer todos los pensamientos negativos sobre ti mismo y los demás que te pasan por la cabeza. Estos pensamientos te impiden ver la vida tal como es, incluyendo tu verdadero potencial y el de los demás. Este es el único infierno que conozco y existe en tu interior. La buena noticia es que el cielo también está dentro de ti. La diferencia entre el cielo y el infierno es la diferencia entre el amor incondicional y el condicional. Los demonios que aparecen en mis pesadillas representan las historias que creo sobre el mundo, y dependen del amor condicional: «Te amaré si te comportas de la forma que creo que debes comportarte», o «Aceptaré esta situación si sale como yo quiero», o «Me querré si consigo esto o aquello». Al abrirte a cualquier posibilidad y amar sin condiciones ni límites, lo aceptas todo como el cielo. Amas sin trampa ni artificio y al dejar de perseguir lo mejor de todo, lo más perfecto, aceptas las cosas como son. Gozando de una absoluta libertad en la vida, digo sí a amarte y a amarme a mí mismo. ¿Qué dices tú? Práctica Cuando amas y lo aceptas todo incondicionalmente, incluyéndote a ti, sales del infierno. Cuando dejas de creer en las distorsiones del amor condicional, el cielo se te revela en tu interior. Toma conciencia de ello y dite: «Hoy amo la vida incondicionalmente, lo que me permite ver que cualquier manifestación es perfecta en cada momento. Aceptarme y quererme exactamente tal como soy en este momento es amar todas las manifestaciones de Dios». Las historias que te cuentan Algunas personas te cuentan historias sobre ti que te gustan y entonces te caen bien. A esas personas las llamas «amigos». Otras te cuentan historias sobre ti que no te gustan y entonces no te caen bien. A esas personas las llamas «enemigos». En ambos casos te has definido basándote en opiniones ajenas. Tu ego y tu sensación de valía se fortalecen a través de un medio externo y efímero. Pero esta forma de vivir es peligrosa. Por ejemplo, cuando alguien te ama, usas la historia que te cuenta para decirte que eres merecedor de su amor. Y cuando te encuentras con alguien que te detesta, también aceptas su opinión y te juzgas según esa visión. Aunque uno de los cuatro acuerdos es «No te tomes nada personalmente», si no eres consciente te lo tomas todo a pecho. Nos ha pasado a todos en algún momento de nuestra vida. Supones que el otro ha querido fastidiarte, cuando en realidad no sabes cuáles son sus intenciones o sus circunstancias. Al definir quién eres según la opinión de otro, pierdes el poder de ser tú el que te definas. Práctica Cuando no eres consciente, te tomas personalmente todo lo que te ocurre. La gente suele creer que el consejo «No te lo tomes personalmente» se refiere solo a las ideas negativas. Pero no olvides que también tiene que ver con las ideas positivas. Tú ya eres bello y perfecto, sea lo que sea lo que cualquier otra persona te diga. No necesitas que otro te lo confirme. Distingue con claridad las dos clases de miedo En el mundo hay dos clases de miedo: el miedo físico y el irracional. El miedo físico es una reacción natural ante un peligro real. El subidón de adrenalina y el deseo de vivir te permiten sobrevivir al huir, luchar, quedarte paralizado o tomar una decisión drástica. Solo es un mecanismo para mantenerte a salvo. El miedo irracional provoca la misma reacción física, pero sin que haya un peligro físico real. El miedo irracional viene sobre todo de suposiciones o de imaginar una posible situación futura. Esta clase de miedo te desgasta físicamente al causarte un trauma innecesario. Afrontar el miedo significa ver en qué se diferencian estas dos clases de miedo. Uno es racional y beneficioso, y el otro irracional y perjudicial. Uno puede salvarte la vida y el otro impedirte vivir tranquilo. Práctica Toma conciencia de ello e intenta reconocer el miedo irracional cuando surja en ti. La próxima vez que te sientas ansioso o crítico contigo mismo, lo más probable es que estés sintiendo un miedo irracional. Toma conciencia de ello y recuerda que la solución para vencer esta clase de miedo es amarte incondicionalmente. Eres perfecto tal como eres y no hay nada que temer. Ámate simplemente por el hecho de existir. Recuerda que eres tú quien elige Es fácil echar la culpa a los medios de comunicación, a nuestra cultura o a nuestra comunidad por perpetuar imágenes poco realistas de lo que se espera de nosotros. Pero en el fondo nadie tiene la culpa de esas expectativas, porque los anuncios, como los juicios que nos hacemos sobre nosotros mismos, no tienen ningún poder a no ser que aceptemos sus mensajes. Tu felicidad solo corre peligro cuando de motu proprio nos apegamos a estas imágenes y distorsiones. No necesitas echarte la culpa por juzgarte. Cobra conciencia simplemente de que estos prejuicios se han estado desarrollando en nuestras vidas desde la niñez mediante el proceso de domesticación. En cuanto cobres conciencia de cómo te juzgas, podrás volver a ser libre al elegir trascender el modelo de premios y castigos que te impusieron para aceptarte a ti mismo. Y, con el tiempo, llegar a aceptarte a ti mismo. Podemos elegir. Y en eso reside nuestro poder Práctica ¿Cuántas de las ideas y creencias que albergas sobre ti y el mundo vienen de la domesticación o de una influencia externa? ¿Supones que las cosas deben ser de una determinada forma porque eso es lo que has visto en la televisión o en tu comunidad y, por lo tanto, es lo que parece ser lo normal? Toma hoy conciencia de ello y cuestiona estas suposiciones. Pregúntate si las cosas serían de otra forma y si podrías ser feliz sin estos rígidos ideales de perfección. El perdón La domesticación es cosa de dos. Aunque una persona puede haber usado sus palabras y acciones para intentar domesticarte, o incluso herirte o hacerte sufrir, eres tú al fin y al cabo quien ha aceptado la creencia y ha dejado que anidaraen tu mente. Cobrar conciencia de que toda la culpa no es del otro, sino que tú también eres responsable de la mitad de la relación es fundamental. Reconoce que al decir simplemente sí a sus palabras o acciones pasadas potencialmente has propiciado que los dos sufrierais. Las palabras y las acciones de otra persona tienen el poder de herirte solo si tú lo permites, y estás permitiéndolo cuando eliges aceptarlas. Práctica El perdón se da en cuanto te niegas a seguir aceptando un acuerdo que no es bueno para ti y que te está haciendo sufrir. Di en voz alta o para tus adentros: «Me perdono a mí mismo y perdono a los demás por haber usado sus palabras y acciones en mi contra y prometo no volver a hacerme daño nunca más». El acto de perdonarte a ti y de perdonar a los demás te permite seguir adelante con tu vida. Relaciónate con los demás sin imponerles tus creencias El Sueño del Planeta puede ser tan pequeño como un sueño compartido por dos personas o tan grande como un sueño compartido por todos los seres que existen, y como cualquier otro que se encuentre entre estos dos extremos. ¿De qué se compone el Sueño del Planeta? Empieza contigo y conmigo… Esta relación entre ambos, por pequeña que sea, es el sueño llamado nosotros. Se da cuando nos relacionamos el uno con el otro y fluyen entre los dos las ideas, los conceptos y los acuerdos. LOS CINCO NIVELES DEL APEGO El Sueño del Planeta se crea por la necesidad de compartir nuestras experiencias y de comunicarnos unos con otros. Podemos mantener una relación basada en el respeto o imponer nuestras creencias e ideales a los demás sin respetar los suyos, obligándoles a pensar como nosotros. Práctica Observa las relaciones que mantienes hoy con los demás en el trabajo, en tu hogar y, lo más importante, contigo mismo. ¿Se basan en el respeto? ¿O estás intentando imponerles tus creencias a los demás? Toma conciencia de ello y dite: «Hoy he decidido mantener unas relaciones basadas en el respeto en lugar de intentar imponer mis creencias». Cobra conciencia de tus creencias Como eres el ser vivo que le das vida a tus creencias, recuerda que en lugar de depositar tu confianza en ellas debes creer en ti. En vez de confiar en lo que sabes, confía en quien eres. En lugar de defender o argumentar una creencia a capa y espada, observa y escucha lo que está sucediendo a tu alrededor. Cuestionarte y estar dispuesto a cambiar de opinión no significa que te estés cuestionando la esencia de tu ser. Como confias en ti, puedes cuestionar simplemente tus creencias y las historias que has creado para describirte. Práctica Toma hoy conciencia de cuándo sientes la necesidad de defender una creencia. Pregúntate: ® ¿Dónde aprendí esta creencia? ® ¿Cómo me está afectando? ® ¿La estoy usando bien? ® ¿La sigo necesitando? Prométete abandonar cualquier creencia que ya no te sirva. Sácate la máscara En la adultez seguimos teniendo la capacidad de jugar a ser personajes imaginarios como hacíamos de niños, es decir, podemos crear una máscara basada en nuestro conocimiento de cómo implicarnos unos con otros en un escenario en particular. Pero en esta etapa la máscara se convierte en una forma de adaptarnos socialmente y de relacionarnos con el grupo con el que estamos interactuando, nos hemos olvidado de que no es más que una máscara… ¡Creemos que somos nuestra máscara! LOS CINCO NIVELES DEL APEGO Para muchas personas nuestro apego a las creencias —tanto a las propias como a las ajenas— se manifiesta como una máscara, y además no somos conscientes de que nos la podemos sacar. Esta máscara nos impide interactuar con los demás y con el mundo de manera sana, y nos obliga a tomar unas decisiones basadas en lo que nuestras creencias nos dictan y no en lo que deseamos. Al abandonar estos apegos tu realidad cambia, ya que no sigues encadenado a tus creencias. Entonces eres libre de crear la vida que realmente quieres al formular nuevos acuerdos afines a tu yo verdadero. Práctica Toma conciencia de ello, date cuenta de las creencias a las que te has apegado, sabiendo que puedes abandonar las que ya no te sirvan. Despréndete de lo que sabes Cada vez que le pones una etiqueta a algo —a un árbol, al dependiente de un supermercado, a una «buena» idea— estás creando una imagen, una representación abstracta de lo que es, en lugar de experimentarlo directamente. Dejas de ver la singular expresión de este árbol o de aquella persona. En cuanto clasificas algo como «bueno» o «malo», dejas de verlo con una mente abierta. Esta forma de pensar puede hacerte ver y tratar a los demás como objetos o ideas en vez de como seres humanos que viven y respiran, los juzgas sutilmente de acuerdo con la etiqueta que les pones. Así es como el conocimiento bajo la forma de tus propias etiquetas y filtros te impide ver la realidad tal como ahora es. Práctica Imagínate que estás visitando la Tierra procedente de otro planeta. Contémplala con la mirada de alguien que ve este mundo por primera vez, despréndete hoy de todo lo que sabes y piensas y obsérvalo todo con nuevos ojos. Los símbolos Las palabras son símbolos de gran utilidad que nos permiten comunicarnos a unos con otros. Pero cada uno asociamos nuestras propias emociones y significados a las palabras y podemos interpretarlas o percibirlas de una forma totalmente distinta a la de otra persona. Un sencillo ejemplo es la palabra «rojo». Esta palabra puede acarrear una sutil connotación emocional para ti, tanto buena como mala. En el colegio la maestra tal vez te corregía las respuestas incorrectas de los deberes en rojo. O también puedes asociarla a los «números rojos» de un negocio que está haciendo aguas. Un toro embiste contra los objetos rojos. Las rosas son rojas y es el color que más se asocia con el amor. En la década de 1950, en la mayoría de círculos sociales de Estados Unidos, era un insulto llamar a alguien «rojo». Hoy día es el color del Partido Republicano. El color rojo no es más que un ejemplo. Lo mismo ocurre con palabras como «muerte», «divorcio», «amor», «Dios», «iluminación» o libertad». Cuando nos comunicamos con los demás, las palabras pueden causar ciertas reacciones emocionales sin querer. Por esto mi padre enseña: «Soy responsable de lo que digo, pero no lo soy de lo que tú oyes». Práctica Cuando hablas con alguien, estás compartiendo una línea de comunicación. Pero tal vez pretendas decir algo totalmente distinto de lo que la otra persona capta. Ten en cuenta que las palabras son símbolos, así que advierte cualquier carga emocional que acarreen para ti. Así no crearás historias en tu cabeza ni te tomarás las cosas personalmente. El espejo humeante En la tradición tolteca el concepto del espejo humeante se refiere a los filtros a través de los cuales todos vemos la realidad. Ver el mundo a través de un espejo humeante significa que sea lo que sea lo que veas está distorsionado por tus creencias e ideas, o por tus puntos de vista precondicionados. Cuando hablas con alguien que ve las cosas a través de un espejo cubierto por una densa bruma, solo te encuentras con su sistema de creencias, porque los filtros de lo que sabe dificultan que capte lo que le estás intentando decir (si es que no te resulta imposible comunicárselo). Y otra persona en cambio puede tener unos filtros muy finos, de modo que puedes hablar directamente con ella. Se trata de la comunicación de corazón a corazón. La clave radica en cobrar conciencia de lo poco claro que es tu espejo o lo apegado que estás a tus puntos de vista. Tú eres el único que puedes hacer que tu espejo esté limpio. PrácticaToma conciencia de ello, date cuenta de que cualquier persona con la que entras en contacto ve el mundo a través de su propio sistema de creencias. Cuando discutes con alguien, es porque esa persona está haciendo o diciendo algo que va en contra de tu sistema de creencias. A partir de ahora, cuando abordes a alguien con ganas de discutir, verás que es tu espejo el que está cubierto de bruma. Escucha el silencio Cuando la mente está inquieta, cuando tu atención está puesta en mil y una cosas distintas, aparece el estrés y la falta de armonía. Es cuando estás atrapado en la niebla del mitote (las mil voces que suenan en tu cabeza). Esta niebla tapa el reflejo del amor y te hace creer que el amor es algo que se gana, como la inalcanzable zanahoria colgada de un palo. Pero al ser consciente de ello, te das cuenta de que detrás de todas esas voces reina un profundo silencio. Una forma de aquietar la mente es escuchar este silencio. Si observas tu propio reflejo y tus ojos, verás lo que yace más allá de ellos, verás la verdad. Aquietar la mente te ayuda a vivir este momento sin distraerte y a conservar tu poder. Práctica Hoy practica el aquietar la mente. Resérvate un rato para sentarte y relajarte. Apártate de las distracciones del día y dedícate a meditar. Escucha el silencio que reina en lo más profundo de ti. Redefiniendo el éxito En el Sueño del Planeta, el «éxito» suele equivaler a la adquisición de dinero, posición social o bienes materiales. Pero en mi sueño el éxito tiene un significado muy distinto, es el resultado natural de hacer lo que me gusta, lo que me apasiona. Hacer lo que te apasiona te ayuda a evolucionar, te anima a ir más allá de tus limitaciones actuales. La pasión es la llama que arde en tu corazón, y realizar lo que te gusta te hace feliz en la vida. La clave estriba en descubrir lo que te apasiona y luego ponerlo en práctica. Cuando te entregas a lo que te apasiona, triunfas de manera natural porque estás expresando a cada momento tu amor por la vida. Práctica ¿Qué te apasiona? Toma hoy conciencia de ello y date hoy permiso para hacer lo que te apasiona. Acepta los cambios A veces los cambios llegan de súbito. Tus narradores interiores pueden verlos como una mejora o como un empeoramiento de la situación, pero son inevitables. A lo largo de tu vida cambiarán muchas cosas, pero hay algo que nunca cambiará: tu estado de conciencia. El constante punto de percepción de que tú eres es inmutable. En este mundo de polaridades (como las «subidas» y «bajadas» en una relación, o el «calor» y el «frío»), solo puedes reconocer los cambios gracias a esa parte tuya que no cambia. Amar la vida incondicionalmente implica saber que esta puede cambiar de improviso, como un viento cambiando de dirección, pero la fuerza de tu intento, además de ayudarte a adaptarte a lo que la vida te depare, te permite progresar en cualquier nueva circunstancia. Práctica Vive el momento presente, fluyendo continuamente con la vida y recordando que tú eres la constante a cada segundo. Cada cambio que ocurre no te sucede a ti, sino «para ti». El Primer Acuerdo Sé impecable con tus palabras. El Primer Acuerdo es el más importante y también el más difícil de cumplir. Es tan importante que solo con él ya serás capaz de alcanzar el nivel de existencia que yo denomino «el cielo en la tierra». DON MIGUEL RUIZ, LOS CUATRO ACUERDOS El Primer Acuerdo de mi padre —sé impecable con tus palabras— es importante para entender el efecto que estas tienen en nuestra conducta. Por ejemplo, si te desprecias mentalmente, si te dices que eres feo, o que no das la talla, o que no vales nada, ¿qué efecto tendrá en tu sentido del yo? Si mantienes esta clase de diálogo interior negativo, no es de extrañar que pierdas la fe en tus aptitudes y en tu divinidad. Nunca trataríamos a nadie de esta manera y, sin embargo, hay mucha gente que se maltrata a sí misma de este modo a diario. La buena noticia es que esas cosas que nos decimos no son verdad, es imposible que lo sean. Práctica Tus palabras son el puente con el que creas el Sueño Personal y el Sueño del Planeta y con el que te mueves por ellos. Eres una creación de Dios hermosa, valiosa y perfecta. Cada vez que te oigas decir lo contrario, recuerda que es el momento de ser impecable con tus palabras. Invierte en ti Cuando inviertes demasiada energía en una relación, renuncias a tu poder. En lugar de fluir con los altibajos de la vida, luchas contra cualquier cambio que surja en esa relación. Una relación que te hacía sentir seguro puede volverse aterradora de pronto cuando te desvives por no perderla. Pero la realidad es que el único que estará siempre contigo eres tú. Cuando centras tu energía en confiar en ti, conservas tu poder y bienestar. Invertir en ti no significa que no valores o aprecies la relación; en realidad es lo contrario. A medida que aumentas la inversión amorosa que haces en ti, descubres que eres más afectuoso y que estás más presente tanto contigo como con los que te rodean, porque entonces eres libre de respetar el libre albedrío de los demás. Y este respeto crea armonía entre las personas que se quieren. Práctica Toma conciencia de ello, date cuenta de cuándo inviertes demasiada energía en tus relaciones. Respira siendo consciente de ello varias veces e imagínate que recuperas tu energía para invertirla en ti. Cada vez que exhales el aire, imagínate que te liberas de tu apego. Observa las opiniones ajenas desde una cierta distancia Evitar el rechazo a toda costa es algo muy común en el Sueño del Planeta. A nadie le gusta sentirse excluido por los demás o inferior a ellos. Por ejemplo, si alguien te dice «No me atraes», eres tú al fin y al cabo quien elige qué harás con este conocimiento. Puedes aceptar la verdad y ver que la opinión de esa persona no tiene nada que ver contigo, y que no es más que la opinión y las preferencias de esa persona. O puedes aceptar su opinión y usarla en tu contra para reforzar alguna creencia negativa que albergues sobre ti: No le atraigo porque tengo sobrepeso, soy demasiado bajo, etcétera. (Por desgracia, es la reacción más común.) De esta forma acabas anteponiendo las preferencias ajenas a las tuyas, te convences de que no eres digno de tu amor o de tu aceptación. Tu motivación para mejorar se vuelve de pronto condicional: Si perdiera algunos kilos, quizá le gustaría más. De cualquier manera, eres tú quien elige. Puedes elegir que la opinión de otro condicione el concepto que tienes de ti, o puedes elegir aceptar que no es más que su opinión y que no va a cambiar quien eres tú. Práctica Toma hoy conciencia de ello, date cuenta de cuándo dejas de quererte por la opinión de otra persona. Recuerda que puedes respetar su opinión sin necesidad de aceptarla. Dite: «Soy perfecto en este mismo instante y esta es mi verdad». La respiración Cada segundo estás haciendo algo que es crucial para vivir: respirar. La mayor parte del tiempo respiras automáticamente, sin darte cuenta. Pero cuando eres consciente de tu respiración, cada vez que inhalas y exhalas puede ser muy beneficioso para tu cuerpo. Con cada bocanada de aire que tomas tu entorno te está sustentando, y con cada bocanada que exhalas estás sustentando al entorno. La respiración es un flujo constante de generosidad y agradecimiento. Práctica Pregúntate: «¿Qué me gustaría hoy que abundara más en mi vida?» Responde ahora usando solo dos palabras. Por ejemplo, tal vez desees que en tu vida haya más amor y paz, o más sabiduría y creatividad, o más abundancia y fe… Ya
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