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Meditaciones Toltecas para el dia a dia (2) - Alberta García

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DON	MIGUEL	RUIZ	JR.
	
Meditaciones	toltecas	
	para	el	día	a	día
El	despertar	de	la	conciencia
URANO
Argentina	–	Chile	–	Colombia	–	España
	Estados	Unidos	–	México	–	Perú	–	Uruguay	–	Venezuela
Título	original:	Living	a	Life	of	Awareness	–	Daily	Meditations	on	the	Toltec	Path
Editor	original:	Hierophant	Publishing,	San	Antonio,	Texas
Traducción:	Núria	Martí	Pérez
	
1.ª	edición	Octubre	2014
	
Todas	las	citas	de	don	Miguel	Ruiz	y	don	José	Ruiz	pertenecen	a	los	libros	Los	Cuatro	Acuerdos	y	El	Quinto
Acuerdo,	publicados	por	Ediciones	Urano.
	
Copyright	©	2013	by	don	Miguel	Ruiz	Jr.
All	Rights	Reserved
©	2014	de	la	traducción	by	Núria	Martí	Pérez
©	2014	by	Ediciones	Urano,	S.A.
Aribau,	142,	pral.	–	08036	Barcelona
www.edicionesurano.com
Depósito	Legal:		B	18707-2014
ISBN	EPUB:		978-84-9944-779-7
Reservados	todos	los	derechos.	Queda	rigurosamente	prohibida,	sin	la	autorización	escrita	de	los	titulares
del	copyright,	bajo	las	sanciones	establecidas	en	las	leyes,	la	reproducción	parcial	o	total	de	esta	obra	por
cualquier	medio	o	procedimiento,	incluidos	la	reprografía	y	el	tratamiento	informático,	así	como	la
distribución	de	ejemplares	mediante	alquiler	o	préstamo	públicos.
http://www.edicionesurano.com/
	
	
	
	
Dedicatoria
	
A	todos	los	que	amo
Contenido
Portadilla	
Créditos	
Dedicatoria	
Introducción	
Meditaciones	
Conclusión	
Agradecimientos	
Sobre	el	autor	
Introducción
	
«Sabes	que	estás	enamorado	cuando	no	puedes	dormir	porque	la
realidad	es	por	fin	mejor	que	tus	sueños.»
DR.	SEUSS
A	mi	modo	de	ver	el	objetivo	del	trabajo	interior	es	gozar	de	la	vida.	En	lo	que	a
mí	 respecta,	 significa	 aceptarme	 tal	 como	 soy	 incondicionalmente.	 Cuando	 la
vida	me	 va	 de	maravilla,	 el	 amor	 incondicional	 que	 siento	 por	mí	me	permite
disfrutar	 a	 manos	 llenas	 de	 cada	 momento	 en	 la	 vida.	 Y	 cuando	 las	 cosas	 se
ponen	 difíciles,	 no	 solo	 sorteo	 los	 obstáculos,	 sino	 que	 además	 acepto	 los
altibajos	 de	 mi	 viaje	 vital	 sintiendo	 un	 amor	 incondicional	 hacia	 mí	 y	 las
personas	 de	mi	 vida,	 sabiendo	 que	 el	 presente	 es	 el	 único	momento	 en	 el	 que
estoy	realmente	vivo.	Mientras	haya	vida,	todo	es	posible.
La	 verdad	 es	 el	momento	 en	 que	 el	 amor	 incondicional	 florece	 en	 nuestro
corazón.	 La	 expresión:	 «me	merezco	 quererme	 pese	 a	 estas	 dificultades»	 es	 la
semilla	que	ilumina	los	momentos	más	oscuros	de	nuestra	vida.	Al	ser	consciente
de	lo	que	sucede	en	tu	interior,	puedes	decidir	 lo	que	es	verdad	para	ti	en	cada
momento.
El	presente,	ahora	mismo,	es	la	única	oportunidad	que	tienes	para	cambiar.	El
pasado	ya	no	existe.	Tus	decisiones	y	elecciones	te	han	llevado	hasta	este	punto
de	 tu	 vida	 y	 no	 se	 pueden	 borrar.	 Por	 más	 que	 pienses	 en	 todos	 los	 «y	 si»,
«tendría	 que	 haber»	 y	 «podría	 haber»,	 el	 pasado	 no	 va	 a	 cambiar	 un	 ápice.
Asimismo,	 el	 futuro	 está	 aún	por	 llegar.	Las	 consecuencias	de	 las	 acciones	que
realices	 hoy	 tardarán	 un	 tiempo	 en	 manifestarse,	 o	 sea	 que	 tu	 futuro	 sigue
abierto,	puede	ocurrir	cualquier	cosa	en	él.	Lo	único	que	puedes	controlar	es	este
instante,	ahora	mismo,	tus	elecciones	y	decisiones	del	presente.
Pregúntate:	¿soy	consciente	de	mis	elecciones	y	decisiones	a	cada	momento?
¿Me	estoy	aceptando	ahora	 incondicionalmente?	 ¿Estoy	controlando	mis	 síes	y
mis	noes?	¿Veo	las	posibles	consecuencias	de	 las	decisiones	que	tomo?	Si	 tomo
mis	 decisiones	 automáticamente,	 ¿sé	 que	 puedo	 elegir	 entre	 una	 ilusión
proyectada	por	mí	y	la	verdad	percibida	en	un	momento	de	claridad?
En	la	novela	Don	Quijote	de	la	Mancha	de	Miguel	de	Cervantes,	el	fantasioso
don	Quijote	tiene	un	momento	de	lucidez	en	el	que	ve	un	grupo	de	molinos	a	lo
lejos	por	lo	que	son:	se	da	cuenta	de	que	no	son	gigantes	malvados,	sino	simples
molinos.	En	ese	momento	puede	elegir	tomar	otro	camino.	Pero	al	preferir	don
Quijote	 sus	 fantasías	 a	 la	 verdad,	 crea	 una	 historia	 para	 justificar	 el	 hecho	 de
estar	creyendo	siempre	en	sus	desvaríos.
No	solo	se	puede	elegir	entre	la	verdad	y	la	fantasía	en	las	novelas.	En	la	vida
real	también	está	sucediendo	continuamente,	a	cada	instante.	En	los	momentos
de	 claridad	 todos	 expresamos	 conscientemente	 nuestras	 decisiones.	 Podemos
elegir	seguir	creyendo	en	los	gigantes	o	ver	los	molinos	de	viento	tal	como	son.
Cuando	elegimos	creer	en	una	fantasía	antes	que	en	la	verdad,	perdemos	de
vista	nuestro	yo	auténtico.	La	fantasía	va	filtrando	toda	la	información	y	nuestras
decisiones,	 por	 eso	 en	 esos	 momentos	 las	 acciones	 que	 llevamos	 a	 cabo	 no
reflejan	 siempre	 lo	 que	 para	 nosotros	 es	 la	 verdad.	 En	 cambio,	 si	 vivimos
conscientemente	 y	 respetamos	 nuestra	 verdad,	 las	 decisiones	 que	 tomemos
siempre	 la	 reflejarán.	 Al	 estar	 dispuestos	 a	 aceptar	 la	 verdad,	 expresamos	 un
amor	incondicional.	Sabemos	que	nuestra	vida	vale	más	que	cualquier	idea.
Decidir	ver	 las	cosas	como	son	y	no	como	desearíamos	que	 fueran	requiere
valor.	Exige	dejar	a	un	lado	el	ego,	nuestros	 juicios	y	preferencias,	y	aceptar	 las
cosas	 tal	 como	 son.	Poder	 elegir	 entre	 la	 fantasía	 y	 la	 verdad	 es	 lo	mismo	que
elegir	 entre	 el	 amor	 condicional	 y	 el	 incondicional.	 En	 muchos	 sentidos	 nos
resulta	más	 fácil	 dar	 un	 amor	 condicional,	 ya	 que	 las	 condiciones	 que	 implica
nos	permiten	manejar	la	situación	a	nuestro	antojo,	pero	en	el	fondo	no	es	real.
En	cambio,	el	amor	incondicional,	aunque	nos	cueste	más	de	dar,	es	verdadero	al
cien	por	cien.
No	 es	 más	 que	 una	 cuestión	 de	 rechazarse	 o	 aceptarse	 a	 uno	 mismo.	 Si
creemos	que	los	molinos	son	gigantes,	habremos	elegido	una	fantasía,	como	don
Quijote.	 Y	 entonces	 tendremos	 que	 mantenerla	 a	 toda	 costa,	 con	 lo	 que
dejaremos	de	 estar	 en	contacto	 con	nuestro	Yo	Verdadero	y	 la	 verdad.	Pero	 si
elegimos	 ver	 los	 molinos,	 habremos	 aceptado	 nuestra	 verdad
incondicionalmente.	Esta	es	la	clase	de	decisiones	que	tomamos	a	cada	momento
de	nuestra	vida.
Si	 vemos	 la	 perfección	 con	 la	mirada	 de	 nuestro	 juez	 interior,	 que	 siempre
nos	está	empujando	para	que	sigamos	alguna	ideología	o	sistema	de	creencias,	la
perfección	 será	 condicional	 y	 se	 basará	 en	 algo	 ilusorio.	 Estaremos	 creando	 y
manteniendo	 fantasías	a	 través	de	nuestros	acuerdos,	o	el	proceso	de	decir	 sí	 a
ciertas	ideas	y	no	a	otras.	Por	ejemplo,	cada	vez	que	decimos	cosas	como:	«seré
feliz	 cuando	 adelgace/conozca	 mi	 media	 naranja/tenga	 una	 determinada
cantidad	de	dinero	en	el	banco»	u	otras	frases	parecidas,	estamos	formulando	un
acuerdo.	Por	medio	de	nuestros	acuerdos	ponemos	esa	idea	de	la	perfección	en
un	pedestal	sin	ver	que	es	ilusoria.
En	cuanto	hemos	creado	esta	imagen	ficticia	de	cómo	se	supone	que	debemos
ser,	nos	 juzgamos	a	nosotros	mismos	por	no	estar	a	 su	altura.	Nos	miramos	al
espejo	y	nos	reprendemos	por	nuestros	defectos.	Y	luego	hacemos	lo	mismo	con
los	demás.	Nos	castigamos	para	moldearnos	y	motivarnos	a	ser	perfectos,	porque
eso	es	 lo	que	hemos	aprendido	a	hacer	a	 través	de	nuestra	domesticación.	Nos
premiamos	aceptándonos	a	nosotros	mismos	por	vivir	de	acuerdo	con	nuestras
expectativas.
La	domesticación,	el	 sistema	de	premios	y	castigos,	 funciona	de	 la	 siguiente
forma:	 cada	 vez	 que	 haces	 algo	 «bien»,	 te	 recompensas	 con	 un	 premio	 que	 te
hace	 feliz.	 Y	 cada	 vez	 que	 haces	 algo	mal,	 te	 «castigas».	 Si	 bien	 cada	 uno	 nos
domesticamos	según	la	familia	o	la	cultura	a	la	que	pertenezcamos,	el	resultado
siempre	es	el	mismo:	nos	 juzgamos	a	nosotros	mismos	y	nos	queremos	con	un
amor	condicional.
Por	ejemplo,	pongamos	que	de	niño	te	dijeron	que	estaba	«mal»	o	que	incluso
era	un	«pecado»	no	comerte	todo	lo	que	te	ponían	en	el	plato.	Y	ahora,	de	adulto,
si	te	dejas	comida	tu	voz	interior	te	grita	que	está	mal	y	tú	te	lo	comes	todo,	no
porque	 sigas	 teniendo	 apetito,	 sino	 por	 los	 remordimientos	 que	 te	 produce
dejarte	algo	en	el	plato.	Si	bien	la	culpa	no	es	de	nadie,	ya	que	la	domesticación	es
unacondición	humana	que	viene	de	muchas	generaciones	 atrás,	 la	 cuestión	 es
que	puedes	abandonar	esta	creencia	al	ser	consciente	de	ella.
Ver	 la	perfección	con	la	mirada	del	amor	incondicional	es	ser	consciente	de
que	la	verdad	solo	existe	en	este	mismo	instante,	en	el	ahora.	Todo	cuanto	está
existiendo	 en	 este	momento	 es	 perfecto	 sin	más,	 porque	 existe	 y	 está	 vivo.	 La
vida	es	una	obra	de	arte	en	continua	transformación	y	evolución.	Lo	que	es	cierto
en	este	momento	puede	cambiar	en	otro,	y	 lo	más	posible	es	que	 lo	haga.	Si	es
algo	negativo,	puedes	cambiarlo	si	así	 lo	deseas,	pero	no	te	 lo	 tomas	como	una
condición	 para	 aceptarte	 a	 ti	mismo.	Al	 aceptarte	 incondicionalmente,	 aceptas
tanto	 tus	 cualidades	 como	 tus	 «defectos»,	 todo	 cuanto	 hay	 en	 ti	 es	 válido	 y
perfecto.
¿Qué	tiene	la	perfección	que	ver	con	vivir	conscientemente?	Al	manifestar	tu
vida	puedes	verla	como	una	obra	de	arte	que	no	cesa	de	evolucionar,	o	como	una
construcción	imperfecta	que	debes	arreglar	y	moldear	para	que	se	ajuste	a	tu	idea
de	la	perfección.	Cuando	vives	conscientemente,	ves	que	la	perfección	ya	existe
en	 ti.	 Tú	 no	 tienes	 imperfecciones,	 y	 llevar	 una	 vida	 plena	 equivale	 a	 seguir
haciendo	lo	que	a	ti	te	gusta	e	ir	mejorando	tus	habilidades	o	tu	arte.	Pero	no	lo
haces	para	intentar	alcanzar	la	perfección,	sino	porque	la	perfección	que	hay	en	ti
se	expresa	por	medio	de	la	acción	de	estar	vivo.	La	práctica	hace	al	maestro.	Tu
vida	va	mejorando	día	a	día,	no	porque	se	«suponga»	que	deba	hacerlo,	sino	por
la	pasión	y	el	amor	incondicional	que	pones	en	ella.
Cuando	 tus	 ideas	 falsas	de	 la	perfección	 te	 controlan	—es	decir,	 cuando	no
vives	 conscientemente—,	 no	 puedes	 elegir	 entre	 tus	 síes	 y	 tus	 noes.	 Ten	 en
cuenta	que	cada	vez	que	dices	sí	a	algo,	lo	creas	y	lo	manifiestas.	Y	cada	vez	que
dices	no,	no	lo	manifiestas.	Así	es	como	controlas	tu	intento,	la	fuerza	vital	que
fluye	en	 todo	 lo	que	está	vivo.	Yo	 soy	 la	 fuerza	que	da	vida	a	 este	 cuerpo,	 esta
fuerza	soy	yo,	yo	soy	el	intento.	Y	a	ti	te	ocurre	lo	mismo.
Vivir	conscientemente	consiste	en	saber	cómo	usar	esta	fuerza	vital,	en	cómo
manifestar	 o	 no	 manifestar	 algo	 y	 en	 si	 aplicas	 un	 amor	 condicional	 o
incondicional	a	todo	lo	que	haces.
Piensa	 en	 los	 primeros	 pasos	 de	 un	 niño	 pequeño	 que	 está	 aprendiendo	 a
andar.	Quiere	hacerlo	por	el	simple	hecho	de	andar	y	expresa	este	intento	cada
vez	que	se	esfuerza	por	dar	unos	pasos.	Cuando	se	cae	al	suelo	tal	vez	rompa	a
llorar,	 pero	 mientras	 llora	 intenta	 levantarse	 para	 seguir	 probándolo.	 A	 veces
incluso	se	echa	a	reír	cuando	se	cae.	Ese	niño	no	se	juzga	a	sí	mismo	por	«caer»	al
suelo.	Se	levanta	sin	más	y	manifiesta	su	intento	de	nuevo.	Y	al	final	lo	consigue,
porque	el	deseo,	el	intento,	es	muy	fuerte.	A	esta	corta	edad	nuestros	deseos	son
muy	espontáneos,	surgen	de	querer	hacer	algo.
Pero	¿qué	pasaría	si	ese	niño	se	juzgara	a	sí	mismo	por	la	domesticación	de	la
que	ha	sido	objeto?	Quizá	dejaría	de	intentar	andar	o	su	motivación	ya	no	sería
sincera.	«Andaré	para	que	nadie	me	desprecie	ni	me	rechace.»	Muchas	personas
intentan	 ir	más	 allá	de	 los	 límites	 en	 los	que	 se	 sienten	 cómodos	por	miedo	al
rechazo.	Sin	embargo,	al	hacerlo	puede	que	no	estén	manifestando	la	vida	que	de
verdad	desean	llevar.
Manifestar	un	amor	incondicional	es	aceptar	la	fuerza	vital	que	hay	en	uno.	El
amor	 incondicional	 va	 más	 allá	 de	 aceptar	 cualquier	 creencia.	 Consiste	 en
aceptar	tu	capacidad	de	tener	creencias	positivas	o	negativas.	Tiene	que	ver	con
la	totalidad.	Todos	somos	capaces	de	hacer	tanto	cosas	positivas	como	negativas
en	nuestra	vida	(y	a	menudo,	cuando	la	vida	se	complica,	las	cosas	no	son	buenas
o	malas	al	cien	por	cien,	y	en	este	caso	hay	que	prestar	un	poco	más	de	atención
de	la	habitual	para	hacer	los	reajustes	necesarios).	Aceptar	la	totalidad	es	aceptar
el	Yo	Verdadero	que	tú	y	yo	somos.
Siempre	 tienes	 una	 opción.	 Sí,	 puedes	 aceptar	 la	 negatividad	 que	 hay	 en	 ti,
pero	también	puedes	elegir	tomar	decisiones	positivas	que	te	hagan	sentir	bien.
Tu	 libre	 albedrío	 te	 permite	 expresar	 tus	 preferencias	 en	 la	 vida.	 Por	 ejemplo,
pongamos	que	en	un	momento	de	claridad	descubres	que	antes	te	parecía	bien
juzgar	a	todo	el	mundo.	Te	das	cuenta	de	que	esta	creencia	te	venía	de	la	ilusión
de	creerte	moralmente	superior	a	los	demás.	Pero	en	ese	momento	de	claridad	te
dices:	«No	quiero	seguir	 juzgando	a	nadie	nunca	más».	Al	mirar	atrás,	ves	que
has	 estado	 juzgando	 constantemente	 a	 la	 gente	 y	 sabes	 que	 ya	 no	 puedes
remediarlo.	 Pero	 lo	 que	 sí	 puedes	 hacer	 es	 perdonarte	 y	 pedirles	 perdón	 a	 los
demás	en	los	casos	en	que	sea	necesario,	porque	en	ese	momento	de	claridad	tu
mente	ha	cambiado.
Pero	 tras	 llevar	años	y	años	manifestando	una	creencia	—en	este	caso	 la	de
juzgar	a	los	demás—	se	ha	acabado	convirtiendo	en	una	reacción	automática.	No
te	 resulta	 fácil	 mantener	 el	 punto	 de	 vista	 más	 positivo	 que	 has	 adoptado.	 Si
deseas	cambiar	de	actitud	y	convertirla	en	un	hábito,	en	cuanto	vuelvas	a	juzgar	a
alguien	debes	ser	consciente	de	ello	y	observar	qué	ha	sido	lo	que	ha	provocado
esta	 reacción	en	 ti.	Observarte	y	 conocerte	 cada	día	más	 te	permite	alcanzar	 la
maestría	de	la	conciencia	mediante	la	cual,	según	la	simbología	tolteca,	dejas	de
ser	 víctima	 y	 te	 conviertes	 en	 cazador	 y,	 finalmente,	 en	 un	 guerrero.	 La
mentalidad	de	víctima	es	dejarte	someter	por	tu	apego	a	la	domesticación:	a	una
creencia.	Pero	en	cuanto	eres	consciente	de	tu	sometimiento,	en	ese	momento	de
claridad	eliges	cambiar.	Y	la	mejor	forma	de	hacerlo	es	aceptar	la	verdad.	En	el
ejemplo	 de	 juzgar	 a	 los	 demás,	 aceptas	 que	 te	 has	 dejado	 domesticar	 por	 la
ilusión	de	tu	superioridad	moral.
Luego	 te	 conviertes	 en	 un	 cazador.	 El	 cazador	 busca	 oportunidades	 para
practicar	el	nuevo	punto	de	vista	adoptado.	Una	forma	de	hacerlo	es	prestando
atención	 y	 recordando	 el	 quinto	 acuerdo:	 «Sé	 escéptico,	 pero	 aprende	 a
escuchar».	El	escepticismo	es	la	acción	de	ser	consciente	de	que	eres	dueño	de	tus
síes	y	tus	noes,	en	lugar	de	tomar	decisiones	de	manera	automática.	Lo	cual	te	da
la	oportunidad	de	escuchar	y	percibir	la	vida	como	es.
El	 escepticismo	 te	 permite	 advertir	 los	 momentos	 en	 los	 que	 algo	 te	 hace
reaccionar	 automáticamente	 sin	 que	 seas	 consciente	 de	 ello.	 Entonces	 te
preguntas:	«¿Por	qué	cuando	estoy	en	esta	situación	mi	conciencia	se	embota	y
pierdo	 el	 poder	 de	 expresar	 mi	 libre	 albedrío?»	 En	 ese	 momento	 somos
conscientes	de	que	esa	clase	de	situación	puede	darse	en	cualquier	momento:	en
la	universidad,	en	el	trabajo,	mientras	escuchas	discusiones	políticas	o	incluso	al
oír	 a	 alguien	 manteniendo	 una	 conversación.	 Te	 das	 cuenta	 de	 que	 en	 esos
momentos	es	cuando	juzgas	a	la	gente	por	tus	apegos	a	tus	creencias.
En	 cuanto	 logras	 identificar	 cuándo	 tus	 antiguos	 hábitos	 y	 creencias	 están
intentando	 que	 vuelvas	 a	 juzgar	 a	 los	 demás,	 el	 guerrero	 entra	 en	 juego.	 El
guerrero	 cobra	 vida	 en	 el	 momento	 que	 declaras	 que	 vas	 a	 «luchar	 para
independizarte».	Tan	pronto	como	dejas	de	tomar	decisiones	automáticamente,
puedes	expresar	tu	libre	albedrío	al	ser	plenamente	consciente	de	tus	actos.
El	 secreto	 para	 que	 tu	 cambio	 interior	 sea	 duradero	 es	 amarte	 de	 forma
incondicional.	Por	ejemplo,	si	acuerdas	no	juzgar	a	nadie,	tienes	dos	opciones.	La
primera	es	usar	la	domesticación	para	no	seguir	juzgando	a	los	demás.	En	otras
palabras,	 te	dices	que	 la	perfección	consiste	en	no	 juzgar	a	nadie.	En	este	caso,
cada	 vez	 que	 juzgues	 a	 alguien	 ¡te	 estarás	 juzgando	 por	 no	 ser	 un	modelo	 de
perfección!	 Si	 usas	 este	 sistema	 de	 premios	 y	 castigos,	 estarás	 reemplazando
simplemente	un	programa	por	otro.	Habrás	convertido	las	herramientas	toltecas
en	otra	forma	de	domesticación.
La	segunda	opción	es	la	aceptación.	Contemplándote	con	la	mirada	del	amor
incondicionalaceptas	 que	 juzgas	 a	 los	 demás,	 con	 lo	 que	 liberas	 la	 energía
estancada	de	fingir	ser	alguien	que	no	eres.	Y	entonces	empiezas	a	ser	consciente
de	 este	 hábito	 al	 observarte.	 Y	 cuando	 reconoces	 algo	 que	 te	 hace	 reaccionar
juzgando	a	otra	persona,	puedes	elegir.	Te	preguntas	conscientemente:	«¿Decido
juzgarla	o	no	juzgarla?»	Y	si	decides	juzgarla,	lo	haces	porque	quieres,	y	si	decides
no	 juzgarla	 lo	 haces	 porque	 no	 quieres.	 Esto	 es	 expresar	 realmente	 lo	 que	 tú
deseas.
Cuando	vives	conscientemente,	ves	que	tienes	una	opción.	Que	eres	dueño	de
tus	 síes	 y	 tus	 noes.	 Ya	 no	 te	 aceptas	 solo	 si	 tomas	 la	 decisión	 adecuada.	 Al
contrario,	 te	 aceptas	 amándote	 incondicionalmente.	 Tu	 decisión	 se	 basa	 en	 lo
que	 realmente	 quieres	 al	 expresarlo	 con	 tus	 síes	 o	 tus	 noes.	 En	 ese	momento
dejas	 tu	 hábito	 y	 en	 cuanto	 decides	 no	 seguir	 juzgando	 a	 nadie,	 cambias	 la
dirección	de	tu	intento.
En	la	tradición	tolteca	nos	llamamos	guerreros	no	solo	porque	luchamos,	sino
porque	 un	 guerrero	 sigue	 la	 disciplina	 de	 vivir	 conscientemente,	 en	 la	 que	 la
práctica	hace	al	maestro.	¿Cómo	puedes	practicarla?	Siendo	consciente	de	lo	que
te	 hace	 reaccionar	 automáticamente,	 y	 cuando	 ves	 que	 te	 está	 ocurriendo,
decides	expresar	lo	que	realmente	deseas	en	la	vida.
Los	cuatro	acuerdos	creados	por	mi	padre,	don	Miguel	Ruiz,	son:
	
1.	 Sé	impecable	con	tus	palabras.
2.	 No	te	tomes	nada	personalmente.
3.	 No	hagas	suposiciones.
4.	 Haz	siempre	lo	máximo	que	puedas.
	
Y	mi	hermano,	don	Jose	Ruiz,	aportó	más	tarde	un	quinto	acuerdo,	que	ya	he
citado	antes.
	
5.	 Sé	escéptico,	pero	aprende	a	escuchar.
	
Ahora	voy	a	ilustrar	el	segundo	acuerdo,	«No	te	tomes	nada	personalmente»,
con	un	ejemplo.	Después	de	que	un	ser	querido	me	dice	algo	que	me	incomoda,
reconozco	 el	 momento	 en	 que	 me	 lo	 tomo	 personalmente.	 Acepto	 que	 suelo
tomármelo	así.	Sé	cómo	me	hace	sentir	esta	clase	de	situación	y	ya	he	tomado	la
decisión	 de	 aceptarme	 tal	 como	 soy.	 También	 elijo	 usar	 este	 acuerdo	 para
cambiar.	En	cuanto	empiezo	a	sentir	que	estoy	a	punto	de	tomarme	algo	que	me
dice	 personalmente,	 lo	 reconozco.	 Sé	 que	 está	 a	 punto	 de	 pasarme.	 Lo	 siento
dentro	de	mí.
Pero	tengo	una	opción:	puedo	tomármelo	personalmente	o	no.
Si	me	contemplo	con	la	mirada	de	un	juez,	optaré	por	decirme:	«Como	quiero
seguir	 los	 cinco	 acuerdos	 a	 la	 perfección,	 no	 me	 voy	 a	 tomar	 nada
personalmente,	 sobre	 todo	por	ser	hijo	de	don	Miguel	Ruiz	y	hermano	de	don
Jose	Ruiz».	Si	lo	logro,	me	aceptaré	a	mí	mismo.	Y	si	fracaso,	me	juzgaré	por	no
estar	 a	 la	 altura	 de	 don	Miguel	 Ruiz	 Jr.	 Pero	 aunque	 lo	 consiguiera,	 lo	 estaría
haciendo	 motivado	 por	 el	 premio	 de	 aceptarme	 a	 mí	 mismo.	 Detrás	 de	 mi
decisión	habría	una	condición.
En	 cambio,	 si	 elijo	 no	 tomarme	 nada	 personalmente	 por	 el	 amor
incondicional	que	siento	hacia	mí	y	hacia	el	 ser	querido,	no	 lo	estaré	haciendo
para	 premiarme	 o	 ganar	 nada,	 sino	 que	 simplemente	 estaré	 expresando	 mi
verdadero	deseo.	Ya	me	amo	a	mí	mismo.	Soy	libre	de	elegir	«Sí,	me	lo	tomaré
personalmente»	o	«No,	no	me	lo	tomaré	personalmente».	El	acuerdo	no	es	una
condición,	 sino	un	 instrumento	que	me	permite	 recordar	 cómo	 voy	 a	 usar	mi
intento.	Me	merezco	quererme,	sea	quien	sea	mi	familia.
El	 arte	 de	 vivir	 conscientemente	 no	 es	 más	 que	 una	 cuestión	 de	 ver	 la
perfección	que	hay	en	 ti	y	de	amar	de	manera	 incondicional.	Es	advertir	que	a
cada	momento	de	tu	vida	tienes	una	opción.	Puedes	elegir	ver	el	mundo	con	la
mirada	de	un	juez	que	actúa	movido	por	el	amor	condicional.	En	este	caso	creas
a	muchos	niveles	una	jerarquía	de	«yo	soy	mejor	que	tú».	O	decidir	ver	el	mundo
con	 la	mirada	 del	 amor	 incondicional.	 En	 este	 caso	no	 hay	 ninguna	 jerarquía.
Sabes	que	todo	el	mundo	vive	expresando	su	singularidad,	por	eso	las	personas
son	dueñas	de	sus	síes	y	sus	noes,	tanto	si	son	o	no	conscientes	de	ello.	La	vida	es
perfecta	porque	es	la	verdad	que	existe	en	ese	momento.	Esa	es	su	vida.
Siempre	tienes	una	opción.	Por	el	simple	hecho	de	elegir	ya	puedes	cambiar
las	cosas.	Si	 te	gusta	cómo	algo	está	yendo,	 sigues	así.	Y	si	no	 te	gusta,	decides
cambiarlo.	Pero	no	lo	haces	porque	tengas	que	hacerlo,	sino	porque	quieres.
Lo	importante	es	lo	que	tú	eliges.	¿Eliges	vivir	conscientemente?	¿Ves	molinos
o	 prefieres	 la	 fantasía	 de	 los	 gigantes?	 Cuando	 la	 fantasía	 se	 desvanezca,	 te
llevarás	un	gran	desengaño.	Una	pérdida	siempre	nos	hace	sufrir,	pero	¿por	qué?
Por	ejemplo,	si	pierdes	a	un	ser	querido,	¿lo	echarás	de	menos	por	ser	quien	era	o
por	 la	 realidad	 ilusoria	 que	 proyectaste	 en	 esa	 persona	 y	 por	 estarte	 ahora
enfrentando	a	la	verdad?
Vivir	conscientemente	exige	esfuerzo,	por	eso	en	nuestra	tradición	tolteca	nos
llamamos	 guerreros.	 La	 disciplina	 de	 esta	maestría	 solo	 se	 adquiere	 a	 base	 de
práctica.	Y	con	el	tiempo	la	vas	dominando	con	más	soltura.	A	un	guerrero	cada
momento	 le	 ofrece	 la	 oportunidad	 de	 elegir	 ser	 siempre	 consciente.	 Las
decisiones	que	tomamos	a	cada	momento	se	basan	en	la	verdad,	porque	siempre
somos	conscientes	de	ella.	La	maestría	consiste	en	saber	que	estamos	vivos	y	que
somos	libres	de	tomar	cada	una	de	las	decisiones	que	van	dando	forma	a	nuestra
vida.
Y	el	único	modo	de	que	este	conocimiento	cobre	vida	es	practicándolo.	Si	no
dejas	el	 libro	de	recetas	para	meterte	de	 lleno	en	 la	cocina,	nunca	aprenderás	a
cocinar	 o	 a	 preparar	 nuevos	 platos.	 Lo	 mismo	 ocurre	 con	 cada	 libro	 del
conocimiento,	sobre	todo	con	los	libros	sagrados	de	todo	el	mundo.	Si	te	limitas
a	leerlos,	no	serán	más	que	palabras	escritas.	Los	sabores	y	 los	significados	solo
cobran	vida	cuando	decides	poner	en	práctica	esas	palabras.	En	ese	momento	es
cuando	 una	 lección	 se	 hace	 realidad	 y	 se	 convierte	 en	 una	 verdad	 para	 ti	 al
experimentarla	en	tu	vida.
Este	es	el	objetivo	de	las	meditaciones	diarias	de	este	libro,	ayudarte	a	aplicar
el	 conocimiento	 y	 a	 experimentar	 esta	 transformación	 por	 ti	mismo.	Haz	 solo
una	meditación	al	día	para	que	te	dé	tiempo	a	reflexionar	adecuadamente	sobre
cada	 pasaje	 y	 a	 ponerlo	 en	 práctica.	 Si	 haces	más	 de	 una	 al	 día,	 no	 serán	 tan
potentes.
En	resumen,	vivir	conscientemente	estriba	en	realizar	elecciones	significativas
en	 cada	 momento	 de	 tu	 vida.	 Puedes	 elegir	 vivir	 con	 la	 mirada	 del	 amor
condicional	o	con	la	del	amor	incondicional.	Elegir	entre	una	cosa	o	la	otra	es	lo
que	te	permite	crear	tu	vida	como	una	obra	de	arte	en	constante	evolución.
Esto	es	lo	que	yo	deseo	para	ti.
	
	
	
	
	
Meditaciones
	
	
No	te	apegues	a	la	perfección
Mi	 padre	 me	 decía:	 «Miguel,	 cuando	 comprendas	 que	 eres	 perfecto	 tal	 como
eres,	verás	que	todo	es	perfecto	tal	como	es».
Pero	no	es	fácil	despertarte	un	día,	decirte	que	eres	perfecto	y	creértelo.	Hacer
un	 cambio	 tan	 grande	 exige	 motivación	 y	 compromiso.	 Abandona	 primero
cualquier	 idea	 falsa	 sobre	 la	 perfección.	 Cualquier	 apego	 a	 lo	 que	 creas	 que
significa	 ser	 perfecto.	 Y	 luego	 deja	 de	 juzgarte	 por	 no	 estar	 a	 la	 altura	 de	 tus
expectativas	y	acéptate	tal	como	eres	en	este	instante.	Aprender	a	quererte	y	dar
las	 gracias	 cada	mañana	 por	 el	 hecho	 de	 estar	 vivo	 es	 la	 forma	 de	 empezar	 a
hacerlo.
Práctica
Deja	 lo	que	estés	haciendo	y	dedícate	ahora	a	quererte	y	respetarte.	Eres
perfecto	tal	como	eres,	porque	estás	vivo	en	este	instante.
	
Aquieta	la	mente
En	la	tradición	tolteca	el	concepto	del	mitote	representa	las	mil	voces	que	suenan
en	nuestra	cabeza	y	que	acaparan	nuestra	atención.
Algunas	nos	dicen	 falsedades,	y	otras,	 la	verdad.	Las	más	ruidosas	 se	 suelen
manifestar	en	 forma	de	apegos.	La	razón	nos	ayuda	a	distinguirlas,	pero	si	nos
apegamos	a	ellas	nos	puede	costar	diferenciar	las	voces	que	nos	dicen	la	verdad
de	 las	 que	 se	 inventan	 falsedades.	Dependiendo	 de	 la	 voz	 a	 la	 que	 te	 apegues,
percibirás	el	mundo	segúnlo	que	te	diga	y	lo	verás	todo	desde	su	punto	de	vista.
Si	eres	consciente	de	ello,	te	darás	cuenta	de	que	detrás	de	todas	esas	voces,	en
el	 espacio	 que	 hay	 entre	 los	 pensamientos,	 reina	 un	 profundo	 silencio.	 Si
observas	tu	reflejo	y	tus	ojos,	verás	lo	que	yace	más	allá	de	ellos,	verás	la	verdad.
No	hace	falta	que	busques	el	amor,	porque	ya	eres	amor.	Apaga	el	volumen	de
tus	 voces	 interiores	—la	 voz	 del	 conocimiento—,	 y	 vive	 el	momento	 presente.
Deja	de	apegarte	a	lo	que	esperas	contemplar,	para	poder	ver	más	allá	de	ello.	Así
se	te	aparecerá	la	verdadera	imagen	del	amor.
Práctica
Dedica	 unos	momentos	 a	 aquietar	 la	mente	 escuchando	 el	 silencio	 que
reina	en	lo	más	profundo	de	ti.	Cuando	la	mente	se	aquieta,	te	ves	a	ti	y	a
los	demás	como	puro	amor.
	
Decide	hoy	ser	feliz
Seguramente	has	oído	este	refrán:	«Concibe	la	vida	como	un	viaje	y	no	como	un
destino».	Y	sin	embargo	muchos	de	nosotros	no	disfrutamos	de	 la	vida	porque
estamos	volcados	en	alcanzar	un	objetivo,	una	posición	social.	«Seré	feliz	cuando
consiga	el	trabajo/esa	cantidad	de	dinero/la	pareja	que	deseo.»
Querer	 conseguir	 ciertas	 cosas	 no	 es	malo,	 pero	 si	 tu	 felicidad	 depende	 de
alcanzar	un	determinado	destino,	tu	vida	se	convertirá	en	una	serie	de	objetivos	y
ninguno	te	dará	la	felicidad	que	buscas.	Vivir	de	esta	manera	significa	perderte	la
belleza	del	viaje,	de	lo	que	te	está	ocurriendo	en	este	preciso	momento.
La	felicidad	la	encontrarás	en	el	presente	y	no	en	algún	lugar	imaginado	del
futuro.
Práctica
Cobrando	conciencia	de	ello,	 advierte	 cuándo	 te	 apegas	a	 la	 idea	de	que
serás	 feliz	 en	 el	 futuro.	 Si	 te	 descubres	 cayendo	 en	 este	 hábito,	 di	 en	 tu
fuero	interno:	«Elijo	ser	feliz	ahora	mismo,	en	lugar	de	esperar	a	serlo	en	el
futuro».
	
La	práctica	del	desasimiento
En	 los	 círculos	 espirituales	 se	 suele	 decir:	 «No	 te	 apegues	 a	 nada».	 Pero	 en
realidad	no	nos	apegamos	a	 las	cosas,	sino	a	 la	 idea	de	necesitar	algo.	Creemos
compulsivamente	que	debemos	adquirir	algo	de	fuera	de	nosotros	para	sentirnos
llenos	por	dentro.
Cada	 vez	 que	 te	 oigas	 decir	 en	 tu	 interior:	 «Necesito	 esto»	 o	 «Necesito
aquello»,	advierte	que	te	estás	apegando	a	esta	idea.	Has	hecho	que	tu	felicidad	y
tu	amor	propio	dependan	de	conseguir	lo	que	deseas.
Práctica
Cobrando	conciencia	de	ello,	recuerda	hoy	que	no	necesitas	nada	de	fuera
de	ti	para	sentirte	lleno	por	dentro.	Ya	eres	completo	y	perfecto	tal	como
eres	en	este	instante.
	
Acéptate	como	eres
La	 sociedad	 te	 transmite	 el	 mensaje	 de	 que	 para	 ser	 alguien	 en	 el	 mundo
necesitas	 ir	 a	una	universidad	 excelente,	 conseguir	un	buen	 trabajo,	 comprarte
un	coche	de	alta	gama,	vivir	 en	un	barrio	 residencial	 y	 así	 sucesivamente.	Que
solo	si	lo	consigues	la	gente	te	aceptará	y	tú	triunfarás	en	la	vida.
Y	 esto	 implica	 que	 en	 este	 instante	 no	 eres	 nadie.	 Pero	 no	 hay	 nada	 más
alejado	 de	 la	 realidad.	 Todo	 el	 poder	 del	 universo	 reside	 en	 tu	 propio	 ser.	 Tú
estás	 hecho	 de	 luz	 y	 de	 estrellas.	 No	 hay	 nada	 que	 necesites	 hacer,	 nada	 que
necesites	adquirir,	porque	ya	eres	perfecto	tal	como	eres.
Práctica
Cobrando	conciencia	de	ello,	advierte	hoy	cuándo	 intentas	 sentirte	 lleno
con	 algo	 del	 exterior.	Cuando	 te	 ocurra,	 recuérdate	 con	 dulzura	 que	 no
necesitas	nada	de	fuera	para	sentirte	lleno	por	dentro,	porque	ya	gozas	de
plenitud.	Es	el	momento	de	decirte:	«Me	quiero».
	
El	Yo	Verdadero
El	Yo	Verdadero	es	un	término	que	describe	al	ser	vivo	capaz	de	participar	en	la
vida.	Tu	Yo	Verdadero	siempre	está	contigo,	lo	que	sucede	es	que	a	veces	tienes
filtros	que	te	impiden	ser	consciente	de	él.
Práctica
Cobrando	conciencia	de	ello,	recuerda	hoy	que	el	Yo	Verdadero	es	el	ser
que	 le	 da	 vida	 a	 tu	 cuerpo,	 permitiéndote	 percibir	 y	 proyectar	 vida	 e
interactuar	con	el	Sueño	del	Planeta.	Es	la	energía	que	fluye	en	ti.	Es	pura
y	su	potencial	es	ilimitado.	Tú	eres	el	Yo	Verdadero.
	
El	Sueño	del	Planeta	empieza	en	ti
En	 la	 tradición	 tolteca	existen	 los	 conceptos	del	Sueño	Personal	y	 el	 Sueño	del
Planeta.
El	Sueño	Personal	 se	refiere	a	cómo	ves	el	mundo	y	cómo	 lo	proyectas	a	 tu
vez.	Tiene	que	ver	con	tu	punto	de	vista.	Eres	responsable	al	cien	por	cien	de	tu
Sueño	Personal.
El	 Sueño	 del	 Planeta,	 en	 cambio,	 es	 la	 relación	 entre	 dos	 o	 más	 Sueños
Personales.	Por	ejemplo,	si	tú	y	yo	estuviésemos	físicamente	en	el	mismo	espacio
y	tú	tocaras	con	la	yema	del	dedo	la	punta	de	uno	de	los	míos,	se	podría	decir	que
el	 cincuenta	 por	 ciento	 de	 nuestra	 relación	 terminaría	 en	 este	 punto	 de
encuentro.	Yo	soy	responsable	de	mí	y	de	mi	cuerpo	hasta	la	punta	de	mis	dedos
—totalmente	responsable—,	y	tú	también	lo	eres	de	ti	hasta	la	punta	de	los	tuyos.
Cuando	 las	 puntas	 de	 nuestros	 dedos	 se	 tocan,	 experimentamos	 la	 sinergia	 y
estamos	 contribuyendo	 con	 nuestros	 Sueños	 Personales	 al	 Sueño	 del	 Planeta.
Pero	en	realidad	el	Sueño	Personal	es	el	más	importante	por	dos	razones:	porque
es	donde	todo	empieza	y	porque	es	el	sueño	que	tú	puedes	controlar.
Práctica
Recuerda	que	si	quieres	cambiar	el	mundo	el	primer	paso	que	debes	dar	es
aceptarte	 tal	 como	eres	 en	 este	mismo	 instante	y	 cambiar,	 con	 la	 libertad
que	esto	te	da,	si	así	lo	deseas.	Vivir	conscientemente,	o	la	práctica	de	vivir
en	comunión	con	el	momento	y	tu	entorno	presente,	es	la	clave.
	
Vive	tu	vida	como	una	obra	de	arte
La	palabra	tolteca	significa	«artista»	y	 la	vida	es	el	 lienzo	para	el	arte	tolteca.	Sé
que	 el	 conocimiento	 es	 un	 instrumento	 que	 me	 permite	 interactuar	 con	 el
mundo	y	que	mis	síes	y	mis	noes	son	las	cinceladuras	o	las	pinceladas	con	las	que
creo.	Decidí	seguir	esta	tradición	plenamente	consciente	de	que	la	palabra	tolteca
se	refiere	a	una	acción	o	un	acuerdo	que	pertenece	a	una	filosofía.
Pero	aunque	no	me	llamara	a	mí	mismo	tolteca,	las	lecciones	que	aprendí	de
esta	tradición	oral	no	menguarían,	porque	mi	acuerdo	no	está	supeditado	a	una
identidad.	Soy	 libre	de	decidir	estar	de	acuerdo	o	no	con	 la	 filosofía	 tolteca,	de
analizar	o	seguir	su	filosofía	o	la	de	cualquier	otra	tradición	hasta	el	extremo	que
yo	 quiera.	 Soy	 libre	 de	 relacionarme	 e	 implicarme	 con	 personas	 que	 prefieran
otra	tradición	o	filosofía.
Al	 igual	que	 sucede	 con	cualquier	otra	de	mis	 creencias,	 las	 acepto	durante
tanto	tiempo	como	yo	desee,	sabiendo	que	soy	un	ser	vivo	capaz	de	vivir	la	vida
con	 este	 acuerdo	 o	 sin	 él.	 Por	 eso	 mis	 acuerdos	 son	 tan	 poderosos,	 los	 hago
porque	eso	es	 lo	que	quiero.	Este	es	mi	arte,	mi	acuerdo:	el	de	experimentar	 la
vida	con	su	cambiante	verdad	con	amor.
Práctica
Recuerda	hoy	que	tus	creencias	existen	solo	porque	tú	existes.	Por	eso	no
hay	ninguna	creencia	que	sea	más	grande	o	importante	que	tú.	Es	así	para
cualquier	ser	humano.
	
La	identidad
En	el	Sueño	del	Planeta	cada	persona	adopta	un	nombre	y	 la	 identidad	que	va
ligada	a	él.
Tu	 identidad	 se	 puede	 basar	 en	 elementos	 como	 el	 color	 de	 tu	 piel,	 la
nacionalidad	de	tu	familia,	la	religión	que	practicas,	el	trabajo	que	desempeñas	y
las	actividades	y	las	aficiones	en	las	que	participas.	Tu	nombre	y	tu	identidad	te
dan	por	tanto	un	propósito	en	tu	vida,	la	sensación	de	pertenencia.	Son	símbolos
que	a	modo	de	útiles	instrumentos	te	sirven	para	comunicarte	con	los	demás.
Pero	 recuerda	 que	 no	 debes	 confundir	 nunca	 las	 identidades	 que	 has
adoptado	con	quien	realmente	eres.	Estas	identidades	no	son	más	que	símbolos
que	 te	 permiten	 participar	 en	 el	 Sueño	 colectivo	 del	 Planeta.	 Dejas	 de	 ser
consciente	en	cuanto	confundes	estas	identidades	con	quien	realmente	eres,	y	al
domesticarte	a	causa	de	esos	símbolos	acabas	sufriendo.
Práctica
Piensa	 en	 algunas	 personas	 que	 conozcas	 y	 en	 las	 identidades	 que	 han
asumido	 o	 que	 les	 has	 atribuido.	 ¿Qué	 identidades	 has	 adoptado	 tú?
¿Cómo	 las	 proyectas	 en	 el	 mundo?	 Toma	 hoy	 conciencia	 de	 ello	 y
recuerda	que	tú	no	eres	ningunaidentidad	de	las	que	has	adoptado.	Eres
mucho,	 muchísimo	 más	 grande	 que	 cualquier	 identidad	 o	 papel	 que
desempeñes	 en	 la	 vida.	 Un	 determinado	 papel	 puede	 terminar	 o
desaparecer,	pero	tú	en	cambio	seguirás	existiendo.
	
Miedo	y	apego
Sé	que	cuando	el	miedo	al	cambio	se	apodera	de	mí	significa	que	me	he	apegado
a	 algo	 del	 exterior.	 Cuando	 ocurre	 un	 cambio	 el	 mundo	 que	 conozco	 puede
desaparecer,	obligándome	a	afrontar	la	molesta	oscuridad	de	lo	desconocido.
Pero	los	cambios	son	inevitables	y	se	dan	una	y	otra	vez	a	lo	largo	de	nuestra
vida:	las	relaciones	se	acaban,	perdemos	un	trabajo,	nos	vamos	de	casa,	nos	sale
una	nueva	arruga,	otra	cana,	o	sufrimos	la	muerte	de	un	ser	querido.
Si	observas	todas	las	cosas	e	ideas	a	las	que	te	has	apegado,	descubrirás	que	tu
identidad	 está	 entretejida	 con	 esos	 apegos.	El	miedo	 surge	 cuando	 esos	 apegos
corren	peligro	de	algún	modo	porque	tú	los	ves	como	una	parte	de	ti	cuando	en
realidad	son	arbitrarios	y	efímeros.
Práctica
Toma	 conciencia	 de	 ello,	 advierte	 hoy	 que	 cada	 vez	 que	 te	 apegas	 a	 un
objeto	o	a	una	idea	estás	al	fin	y	al	cabo	defendiendo	tu	definición	del	yo.
Deja	de	apegarte	a	estas	cosas	al	recordar	que	eres	muchísimo	más	grande
que	cualquier	objeto	o	idea	que	pueda	existir.	Abandona	estos	apegos	con
suavidad	y	soltura.
	
Analiza	tus	emociones	molestas
Tus	emociones	—sea	lo	que	sea	 lo	que	 las	provoque—	son	una	expresión	de	ti.
Las	 emociones	molestas	 al	 indicarte	 que	 tienes	 un	 problema	 que	 resolver,	 una
herida	 que	 curar,	 te	 permiten	 ver	 tu	 propia	 verdad.	 Se	 consciente	 de	 ellas,	 te
podrían	estar	mostrando	una	creencia	que	ya	no	sigue	siendo	una	verdad	para	ti.
Cuando	algo	te	produzca	una	emoción,	es	el	momento	oportuno	para	hacerte
preguntas	como:
	
∂ ¿Por	qué	me	siento	así?
∂ ¿Qué	acuerdo	hay	detrás	de	esta	emoción?
∂ ¿Qué	apego	está	poniendo	en	peligro?
∂ ¿De	verdad	creo	esto?
∂ ¿Es	importante	para	mí?
	
Responder	a	estas	preguntas	te	permite	analizar	tus	creencias	y	decidir	cuáles
siguen	siendo	ciertas	para	ti	hoy.
Práctica
Los	 sentimientos	 de	 rabia,	 angustia	 o	 miedo	 suelen	 indicar	 que	 tus
creencias	ya	no	coinciden	con	 tu	verdad	 interior.	La	próxima	vez	que	 te
sientas	estresado,	 tómate	un	momento	para	hacerte	 las	preguntas	que	he
formulado	más	 arriba.	 Si	 tu	 respuesta	 no	 coincide	 con	 algo	 que	 creías,
sabrás	que	esta	creencia	ha	dejado	de	ser	cierta	para	ti.
	
Las	historias	que	te	cuentas
En	la	introducción	hablo	de	Don	Quijote	de	la	Mancha,	una	de	las	obras	literarias
más	destacadas	del	Siglo	de	Oro.	Alonso	Quijano,	 el	protagonista	de	 la	novela,
un	 hidalgo	 jubilado,	 está	 obsesionado	 hasta	 tal	 punto	 con	 las	 novelas	 de
caballería	 que	 su	 visión	 de	 la	 realidad	 se	 altera	 por	 completo	 y	 acaba
transformándose	 en	 otra	 persona,	 en	 don	 Quijote.	 Don	 Quijote	 ve	 el	 mundo
desde	 la	óptica	de	su	desaforada	fantasía	y	su	afán	de	aventuras.	Sea	cual	sea	 la
realidad	que	afronte,	la	cambia	para	que	se	ajuste	a	sus	expectativas	y	creencias.
Mantener	el	mundo	ilusorio	que	ha	creado	se	vuelve	primordial	para	él,	incluso
más	importante	que	su	propia	cordura.
Cuando	 no	 somos	 conscientes	 de	 ello,	 todos	 nos	 comportamos	 como	 don
Quijote	al	intentar	cambiar	la	realidad	para	que	coincida	con	nuestras	creencias.
Práctica
Sé	consciente	de	que	a	todas	horas	te	estás	dejando	llevar	por	las	historias
que	 te	cuentas	y	que	quieres	creer.	Y	que	cuando	 la	historia	no	coincide
con	 tus	 creencias,	 la	 consideras	 imperfecta.	 Advierte	 además	 cómo	 te
castigas	por	no	estar	a	 la	altura	de	 tu	historia	 imaginada.	Cuando	 logres
ver	 este	 ciclo	 tal	 cual	 es,	 te	 resultará	mucho	más	 fácil	 dejarlo	 atrás.	Eres
perfecto	como	eres,	no	necesitas	contarte	ninguna	historia.
	
Libérate	de	la	domesticación
La	 domesticación,	 el	 sistema	 de	 premios	 y	 castigos,	 funciona	 de	 la	 siguiente
forma:	cada	vez	que	haces	algo	«bien»,	 te	premias	con	alguna	cosa	que	 te	hace
feliz.	 Y	 cada	 vez	 que	 haces	 algo	 «mal»,	 te	 castigas.	 Aunque	 cada	 cual	 nos
domestiquemos	a	nuestra	propia	manera,	dependiendo	de	nuestra	personalidad
y	 cultura,	 el	 resultado	 siempre	 es	 el	 mismo:	 te	 juzgas	 y	 te	 amas	 de	 manera
condicional.
Por	 ejemplo,	 pongamos	que	de	niño	 te	 dijeron	que	no	 comerte	 todo	 lo	del
plato	estaba	«mal»,	o	que	era	incluso	un	«pecado».	Y	años	más	tarde,	de	adulto,	si
no	te	terminabas	toda	la	comida,	tu	voz	interior	te	juzgaba	y	te	daba	la	lata	hasta
que	acababas	comiéndotelo	todo	para	no	sentirte	culpable,	aunque	ya	tuvieras	el
estómago	lleno.
Si	 bien	 la	 culpa	 no	 es	 de	 nadie,	 ya	 que	 la	 domesticación	 es	 una	 condición
humana	que	viene	de	muchas	generaciones	atrás,	debes	intentar	liberarte	de	ella.
Práctica
Toma	 conciencia	 de	 ello,	 intenta	 reconocer	 las	 formas	 en	 que	 has	 sido
domesticado.	Cuando	las	veas,	saca	al	guerrero	tolteca	que	llevas	dentro	y
dite	a	ti	mismo:	«Ahora	soy	consciente	de	ello	y	he	decidido	liberarme	de
mi	domesticación».
	
Reconoce	lo	que	es	importante	para	ti
La	ventaja	de	tomar	conciencia	de	tu	propia	mortalidad	es	que	te	permite	ver	con
una	cierta	distancia	 la	 relación	que	mantienes	con	 los	demás	y	contigo	mismo.
Entonces	te	darás	cuenta	de	que	cualquier	resentimiento	que	albergues	hacia	otra
persona	 o	 hacia	 ti	 es	 una	 especie	 de	 muerte	 prematura.	 Dicen	 que	 «el
resentimiento	es	como	tomar	un	veneno	esperando	que	el	que	nos	ha	herido	se
muera».
No	 pierdas	 el	 tiempo	 dejando	 que	 se	 abra	 una	 brecha	 entre	 tú	 y	 tus	 seres
queridos	cuando	podrías	estar	compartiendo	este	momento	con	ellos.	El	perdón
es	el	secreto	para	sentir	amor	y	alegría	en	el	presente.
Práctica
Toma	conciencia	de	ello,	perdónate	a	ti	mismo	y	perdona	a	los	demás	por
cualquier	error	cometido,	sea	real	o	imaginado.	Al	ver	lo	efímera	que	es	la
vida,	te	darás	cuenta	de	que	no	vale	la	pena	guardarle	rencor	a	nadie.
	
Las	relaciones	íntimas
Aunque	 no	 solamos	 expresarlo	 en	 voz	 alta,	 muchos	 de	 nosotros	 afrontamos
nuestras	relaciones	íntimas	de	la	siguiente	manera:	«Te	amaré	si	te	comportas	de
una	cierta	forma.	Te	amaré	si	me	correspondes.	Te	amaré	si	haces	lo	que	yo	digo
y	me	haces	sentir	feliz.	De	lo	contrario,	dejaré	por	supuesto	de	amarte».
Cuando	tenemos	esta	actitud	con	nuestra	pareja,	 lo	que	en	realidad	estamos
intentando	es	controlarla	y	domesticarla	con	nuestro	amor	condicional	para	que
piense	 como	 nosotros.	 Pero	 esta	 actitud	 nos	 acabará	 haciendo	 sufrir,	 porque
querer	 sentirnos	 bien	 a	 costa	 del	 otro	 nos	 lleva	 a	 una	 situación	 forzada	 e
insostenible.
Te	pondré	un	ejemplo	que	ilustra	el	amor	incondicional.	A	un	amigo	mío	su
mujer	 le	 dejó	 por	 otro	 hombre.	 Él	 la	 quería	muchísimo	 y	 se	 quedó	 desolado.
Cuando	le	pregunté	cómo	se	sentía,	me	contó	que	aunque	se	hubiera	llevado	un
buen	disgusto,	se	alegraba	de	que	su	mujer	fuera	más	feliz	con	ese	hombre	de	lo
que	lo	había	sido	con	él.	Ahora	lo	único	que	quería	era	seguir	adelante	y	disfrutar
de	una	relación	con	alguien	que	le	quisiera	tanto	como	él	se	quería	a	sí	mismo.
Ya	no	seguía	viviendo	una	fantasía	y	se	alegraba	por	ello.
Práctica
Toma	hoy	conciencia	de	ello,	busca	ejemplos	en	la	vida	cotidiana	de	cómo
el	amor	incondicional	no	se	basa	en	el	comportamiento	de	otra	persona.
¿En	 cuál	 de	 tus	 relaciones	 te	 amas	 a	 ti	 y	 a	 los	 demás	 con	 un	 amor
incondicional?	¿Qué	relaciones	de	las	que	estás	viviendo	son	una	fantasía?
	
Descubre	el	origen	de	tus	acuerdos
Juzgarte	 a	 ti	 mismo	 es	 el	 castigo	 que	 te	 infliges	 cuando	 no	 colmas	 tus
expectativas,	cuando	no	llegas	a	ser	quien	crees	que	se	supone	que	debes	ser.	Te
juzgas	por	no	alcanzar	el	listón	que	te	has	puesto,	por	no	estar	a	la	altura	de	tus
creencias.	 Pero	 cualquier	 creencia	 falsa	 que	 albergues	 sobre	 ti	 no	 surgió	 de	 tu
interior,	sino	de	otro	lugar,	y	luego	acordaste	aceptarla.
Así	 que	 debes	 preguntarte:	 ¿cuándo	 la	 adoptaste?	 ¿De	dónde	 viene?	 ¿Y	por
quélo	hiciste?	El	objetivo	de	estas	preguntas	no	es	echarle	 la	culpa	a	otro,	sino
ver	el	momento	en	que	aceptaste	esta	creencia	para	que	puedas	abandonarla	en
cuanto	desees	cambiar	tu	intento	y	liberarte	de	ella.
Práctica
Toma	 hoy	 conciencia	 de	 ello,	 descubre	 los	 juicios	 que	 haces	 sobre	 ti.
Cuando	 surjan,	 analiza	 de	dónde	 vienen	 y	 luego	 abandónalos.	Recuerda
que	eres	perfecto	en	este	mismo	instante	porque	estás	vivo	y	eres	tú	quien
decide	cómo	quieres	expresar	tu	intento.	Ámate	a	ti	mismo.
	
Observa	el	conocimiento	
	desde	una	cierta	distancia
El	conocimiento	desempeña	un	importante	objetivo	en	el	Sueño	del	Planeta.	Te
permite	 comunicarte	 con	 los	 demás	 a	 través	 de	 las	 experiencias	 compartidas.
También	te	permite	trascender	los	límites	físicos	y	usar	la	tecnología	para	llevar
una	vida	más	cómoda.
Cuando	no	eres	consciente	de	ello,	el	conocimiento	puede	doblegar	tu	mente,
etiquetando	todo	lo	que	abarca	tu	campo	de	conciencia	e	interpretándolo	según
tus	experiencias	del	pasado.	El	conocimiento	también	favorece	la	domesticación,
el	 sistema	de	 premios	 y	 castigos	 que	 te	 ofrece	 tu	 propia	 aceptación	 y	 la	 de	 los
demás	a	cambio	de	alguna	condición.
Por	 eso	 es	 tan	 importante	 que	 te	 preguntes:	 «¿Soy	 yo	 el	 que	 usa	 el
conocimiento	o	es	el	conocimiento	el	que	me	está	usando	a	mí?»	Tú	eres	el	más
importante,	el	conocimiento	es	secundario	en	tu	vida.	¿Está	tan	condicionada	tu
mente	por	el	conocimiento	que	te	has	olvidado	de	algo	tan	esencial?
Práctica
Toma	 hoy	 conciencia	 de	 ello,	 recuerda	 que	 el	 conocimiento	 solo	 existe
porque	 tú	 existes.	 El	 conocimiento	 puede	 cambiar,	 en	 cambio	 tú	 sigues
siendo	el	mismo.	Recordarlo	te	ayuda	a	no	apegarte	a	tus	creencias.
	
Ve	más	allá	de	tus	filtros	
	para	descubrir	tu	sueño	personal
Eres	el	único	que	sabe	 lo	maravilloso	que	es	 sentir	el	placer	de
saborear	la	comida	que	te	gusta,	de	abrazar	o	besar	a	alguien,	de
estar	 simplemente	 vivo…	 Este	 es	 tu	 sueño	 personal.	 Puedes
crear	 el	 paraíso	más	 hermoso	 o	 la	 peor	 pesadilla	 según	 lo	 que
crees,	lo	que	piensas	y	lo	que	sabes.
LOS	CINCO	NIVELES	DEL	APEGO
No	siempre	consigues	ver	las	cosas	más	allá	de	tus	filtros	—el	conocimiento	y	las
creencias	 que	 has	 ido	 acumulando—	 de	 manera	 natural.	 Te	 has	 pasado	 años
apegándote	a	tu	visión	del	mundo	y	ahora	esto	te	da	una	sensación	de	seguridad.
Cualquier	cosa	a	la	que	te	aferres	puede	empezar	a	condicionar	tus	experiencias
futuras	y	a	limitar	tu	percepción	de	lo	que	existe	más	allá	de	tu	vocabulario.	Las
creencias	 a	 las	 que	 te	 apegas,	 como	 las	 anteojeras	 de	 un	 caballo,	 te	 limitan	 la
visión	y	 esto	 a	 su	vez	 limita	 tu	percepción	del	 camino	que	puedes	 seguir	 en	 la
vida.	Cuanto	mayor	sea	tu	nivel	de	apego,	menor	será	tu	campo	de	visión.	Si	tu
apego	a	«lo	que	sabes»	te	 impide	ver	todas	 las	otras	opciones	posibles,	significa
que	tu	conocimiento	te	está	controlando	a	ti	y	a	tu	intención,	y	que	es	él	el	que
crea	tu	sueño	personal.
Práctica
Toma	hoy	conciencia	de	las	creencias	a	las	que	te	has	apegado,	libérate	de
ellas	para	poder	vivir	como	tú	elijas.
	
Sé	flexible	en	cuanto	a	tus	planes
Tener	planes	en	la	vida	es	una	buena	idea,	pero	también	es	igual	de	importante
recordar	que	tus	planes	pueden	cambiar.
De	 lo	 que	 sí	 puedes	 estar	 seguro	 es	 de	 que	 en	 tu	 viaje	 por	 la	 vida	 surgirán
obstáculos	 que	 intentarán	 hacerte	 perder	 el	 equilibrio,	 con	 lo	 que	 te	 costará
seguir	el	camino	que	te	habías	trazado.	A	menudo	la	vida	da	un	giro	inesperado.
Pero	la	cuestión	es	cómo	reaccionas	cuando	te	sucede.	¿Eres	lo	bastante	flexible
como	para	ver	que	 la	vida	 tiene	para	 ti	unos	planes	mejores	que	 los	 tuyos?	 ¿O
lamentas	el	pasado,	pensando	que	las	cosas	te	habrían	ido	mejor	si	esto	o	aquello
no	te	hubiera	pasado?
En	parte	disfrutar	de	la	vida	que	llevas	ahora	consiste	en	olvidarte	de	lo	que
querías	en	el	pasado,	porque	ahora	ya	no	lo	deseas.
Práctica
Toma	 hoy	 conciencia	 de	 ello,	 advierte	 cualquier	 pensamiento	 que	 aún
tengas	sobre	lo	que	«te	podría	haber	ocurrido»	en	la	vida.	Si	no	lamentas
ni	añoras	nada,	estupendo.	Y	si	no	es	así,	te	sugiero	que	te	olvides	de	ello,
porque	la	vida	que	llevas	ahora	es	perfecta	para	ti.
	
Los	narradores
Parte	 de	 la	 experiencia	 humana	 es	 estar	 describiendo,	 clasificando	 y	 juzgando
constantemente	todo	cuanto	experimentamos	en	el	mundo.	Mi	padre	se	refería	a
ello	 como	 la	 «voz	 del	 conocimiento».	 Yo	 llamo	 a	 esta	 cháchara	 interior	 los
«narradores».
Los	narradores	te	dicen	cualquier	cosa	que	capte	tu	atención	y	te	lo	describen
todo	bajo	la	óptica	de	tus	creencias.	Estas	voces	te	están	diciendo	a	todas	horas
cómo	debes	pensar	o	reaccionar	en	cualquier	situación.	Te	mantienen	anclado	en
las	experiencias	del	pasado	mientras	intentas	darle	sentido	a	las	del	presente.	Una
de	las	cosas	que	más	les	gusta	es	hacer	que	tus	nuevas	experiencias	se	ajusten	a
tus	ideas	preconcebidas	sobre	la	vida.
Pero	este	hábito	te	limita,	porque	hacer	encajar	cada	experiencia	que	tienes	en
la	vida	en	el	molde	de	lo	que	ya	sabes	te	impide	aprender	algo	nuevo.	Y	al	final	ya
no	vives	conscientemente	y	te	pierdes	la	experiencia	del	presente	al	estar	siempre
comparándola	con	la	del	pasado.
Práctica
Si	 no	 vives	 conscientemente,	 tus	 narradores	 interiores	 dirigirán	 tu	 vida
haciéndote	 tomar	decisiones	automáticas	basadas	en	 tus	experiencias	del
pasado	y	en	tus	creencias.	Recuerda	que,	aunque	tus	narradores	no	cesen
de	 parlotear,	 tú	 no	 eres	 ellos,	 y	 por	 lo	 tanto	 no	 tienes	 por	 qué	 estar	 de
acuerdo	 con	 lo	 que	 te	 dicen.	 Vivir	 conscientemente	 es	 clave	 para	 saber
distinguir	los	narradores	de	la	auténtica	voz	del	Yo	Verdadero.
	
El	abandono
En	el	Sueño	del	Planeta,	la	palabra	«abandono»	tiene	una	connotación	negativa.
Se	 suele	 ver	 como	 una	 flaqueza	 o	 una	 carencia,	 como	 el	 último	 acto	 de	 un
«perdedor».	Pero	en	mi	sueño,	el	abandono	significa	todo	lo	contrario.
El	 abandono	 es	 el	 arte	 de	 dejarte	 ir,	 de	 abandonar	 las	 ideas	 de	 lo	 que
«deberías»	y	«no	deberías»	ser.	Es	dejar	de	luchar	contra	la	lluvia.
Pero	 el	 abandono	no	 significa	 que	 te	 dejes	 pisotear	 ni	 que	 permitas	 que	 se
aprovechen	 de	 ti,	 sino	 que	 tu	 intento,	 tus	 síes	 y	 tus	 noes,	 siguen	 siendo	muy
fuertes.	El	abandono	significa	que	mientras	avanzas	por	la	vida	cambias	las	cosas
que	puedes	cambiar	y	no	te	preocupas	por	las	que	son	irreversibles.
Práctica
¿Te	has	abandonado	hoy	al	fluir	de	la	vida?	Toma	conciencia	y	di:	«Dejo
de	apegarme	al	resultado	de	cualquier	situación,	porque	la	vida	sabe	mejor
que	yo	lo	que	más	me	conviene».	Acepto	las	cosas	como	son,	en	lugar	de
pensar	que	«deberían»	ser	de	otra	forma.
	
Sigue	los	dictados	de	tu	corazón
Las	creencias	no	tienen	una	existencia	independiente,	no	viven	en	«alguna	parte»
del	 universo,	 sino	 que	 residen	 en	 tu	mente.	 Les	 das	 poder	 en	 cuanto	 crees	 en
ellas,	 en	 cuanto	 te	dices:	 «Esto	 es	 cierto».	Pero	 como	 somos	 seres	 que	 estamos
cambiando	constantemente,	nuestras	creencias	también	cambian.
Cuando	intentas	aferrarte	a	una	creencia	que	ya	no	te	sirve,	acabas	sufriendo.
Intentar	aferrarte	a	tus	antiguas	creencias	porque	te	has	acostumbrado	a	ellas
es	lo	más	fácil,	preferimos	lo	conocido	a	lo	desconocido,	la	situación	de	siempre
que	 nos	 funciona	 a	 una	 nueva	 aventura	 que	 podría	 fracasar.	 Pero	 seguir	 los
dictados	de	 tu	corazón	 siempre	 te	 llevará	por	el	buen	camino.	Las	batallas	que
mantienes	dentro	de	ti	pueden	cesar	en	cuanto	tú	quieras.
Práctica
La	próxima	vez	que	 te	descubras	 forcejeando	 contigo	mismo,	observa	 la
creencia	a	la	que	estás	intentando	aferrarte	y	pregúntate:	¿realmente	creo
esto?	¿Me	hace	feliz	esta	creencia?	¿Sigue	siendo	válida	para	mí?
Dedicar	 un	 rato	 a	 identificar	 estos	 puntos	 de	 discordia	 en	 tu	 vida	 te
ayudará	 a	 tomar	 el	 camino	 adecuado	 y	 a	 asegurarte	de	que	 tus	 acciones
coinciden	con	lo	que	tú	crees	en	el	presente.
	
Aprovecha	el	poderdel	intento
En	 la	 tradición	 tolteca	el	 intento	es	 la	 energía	básica,	 la	 fuerza	vital	que	 lo	 crea
todo	en	el	universo.
Si	bien	el	intento	se	parece	a	lo	que	normalmente	llamamos	intención,	no	es
lo	mismo;	se	trata	de	algo	más	importante,	ya	que	es	el	poder	que	hay	detrás	de	la
intención.	Imagínate	el	 intento	como	una	ola	y	 la	 intención	como	una	tabla	de
surf	con	la	que	la	cabalgas.
Aunque	 el	 intento	no	 se	 pueda	 controlar,	 puedes	 aprovechar	 su	poder.	 Por
eso	tus	pensamientos,	tus	palabras	y	tus	creencias	son	tan	importantes.	Nuestro
mayor	 don	 como	 humanos	 es	 ser	 capaces	 de	 crear.	 Podemos	 crear	 ciudades
maravillosas,	obras	de	arte,	una	 literatura	prodigiosa	y,	 lo	más	 importante,	una
vida	llena	de	amor	y	paz	(o	de	dolor	y	sufrimiento,	de	nosotros	depende).
Este	 poder	 reside	 en	 ti.	 Cuando	 te	 imaginas	 algo,	 tienes	 la	 capacidad	 de
materializarlo.
Práctica
¿Qué	te	estás	 imaginando	hoy?	Tienes	el	poder	de	hacerlo	realidad	en	tu
vida.	 La	 próxima	 vez	 que	 desees	 que	 ocurra	 algo	 que	 te	 parece
inalcanzable,	 imagínate	 la	ola	del	 intento	surgiendo.	Agarra	una	 tabla	de
surf	y	cabálgala.	Haz	que	tu	meta	imaginada	se	vuelva	real.
	
La	pasión
La	pasión	es	un	sentimiento	muy	hermoso,	es	lo	que	te	motiva	a	hacer	realidad
tus	 sueños.	 Pero	 el	miedo	 al	 fracaso	puede	 crear	 unas	 imágenes	 tan	poderosas
que	paralicen	tu	intento	y	extingan	la	llama	de	la	pasión.	Es	decir,	el	miedo	puede
impedirte	llevar	la	vida	con	la	que	sueñas.
Una	 forma	 de	 superarlo	 es	 cuestionarte	 el	 miedo	 que	 sientes	 haciéndote
preguntas	como	las	siguientes:
	
∂ ¿De	qué	tengo	miedo?
∂ ¿Cuándo	siento	miedo?
∂ ¿Voy	a	dejar	que	el	miedo	me	impida	hacer	lo	que	me	apasiona?
	
Centrarte	en	los	pasos	que	tendrías	que	dar	para	alcanzar	tu	objetivo	podría
avivar	las	llamas	del	miedo.	En	su	lugar,	da	simplemente	un	pequeño	paso	hacia
lo	que	te	apasiona.	Así	verás	lo	poderoso	que	es	tu	intento	y	tu	miedo	empezará	a
disiparse.	En	cuanto	hayas	dado	varios	pasos,	estarás	en	camino	de	manifestar	tu
sueño	y	tus	avances	te	harán	sentir	más	seguro	de	ti	mismo.
Práctica
Toma	conciencia	de	los	miedos	que	te	impiden	dedicarte	a	lo	que	más	te
gusta.	En	lugar	de	fijarte	en	ellos,	céntrate	en	dar	el	primer	paso	hacia	tu
objetivo.	No	es	necesario	aún	que	pienses	en	todos	los	pasos	para	alcanzar
tu	sueño,	eso	ya	llegará	a	su	debido	momento.	Después	de	dar	este	primer
paso,	tu	intento	se	ocupará	del	resto.
Recuerda	 que	 eres	mucho	más	 poderoso	 de	 lo	 que	 te	 puedas	 llegar	 a
imaginar	en	tus	sueños	más	osados.
	
El	redescubrimiento	del	Yo	Verdadero
El	Yo	Verdadero	siempre	está	presente,	son	nuestros	apegos	los
que	nos	impiden	recordar	quiénes	somos	realmente…
Cuando	nacimos	nuestros	 padres	 nos	 levantaron	 en	 alto	 y	 nos
sostuvieron	en	sus	brazos.	Se	imaginaron	infinitas	posibilidades
para	 nosotros	 movidos	 por	 su	 amor.	 Vieron	 el	 potencial
ilimitado	de	nuestro	Yo	Verdadero:	 la	 fuerza	vital	que	actuaría
en	cualquier	dirección	que	llevara	a	estas	posibilidades.
LOS	CINCO	NIVELES	DEL	APEGO
Vivir	conscientemente	requiere	disciplina,	el	fortalecimiento	de	la	voluntad	que
te	 permite	 vivir	 en	 armonía	 con	 el	 mundo	 que	 te	 rodea.	 Muchas	 tradiciones
religiosas	y	espirituales	del	mundo	entero	han	creado	disciplinas	que	fomentan
esta	 armonía,	 como	 la	 oración,	 la	 meditación,	 el	 yoga,	 los	 cánticos	 y	 el	 baile,
entre	muchas	otras.	Este	 conocimiento	es	un	 instrumento	de	 transformación	y
experimentarlo	constituye	la	manifestación	del	Yo	Verdadero.
Antes	 creía	 que	 los	 maestros	 más	 importantes	 del	 mundo	 de	 cualquier
tradición	eran	los	mejores	ejemplos	del	Yo	Verdadero.	Pero	ahora	sé	que	todas
las	 personas	 que	 conozco	 y	 veo	 lo	 personifican.	 Todos	 estamos	 creando,
produciendo,	 aprendiendo,	 participando	 y	 amando	 la	 vida.	 Somos	 la
personificación	 de	 la	 vida,	 el	 Yo	 Verdadero.	 Simplemente	 es	 una	 cuestión	 de
decidir	verlo	en	ti	y	en	los	demás.
Práctica
Toma	 conciencia	 de	 ello,	 recuerda	 que	 cada	 persona	 que	 ves	 es	 la
manifestación	del	Yo	Verdadero.	Dite	a	ti	mismo:	«Hoy	he	decidido	ver	al
Yo	Verdadero	en	mí	y	en	ti.	Hoy	he	decidido	ver	al	Maestro	Realizado	en
mí	y	en	ti».
	
El	parásito	y	el	aliado
En	 la	 tradición	 tolteca	 a	 veces	 empleamos	 las	 palabras	 «parásito»	 y	 «aliado»	 al
hablar	de	la	naturaleza	de	la	mente.
El	 parásito	 representa	 una	 mente	 consumida	 por	 la	 relación	 entre	 el
dominador	 y	 el	 dominado.	 Imagínate	 a	 un	 juez	 y	 a	 una	 víctima,	 símbolos	 que
representan	 el	 amor	 basado	 en	 unas	 condiciones	 impuestas	 y	 en	 la
domesticación.	 El	 juez	 impone	 las	 leyes	 que	 te	 han	 estado	 condicionando	 al
dictar	 si	 eres	digno	de	quererte,	en	 tanto	que	 la	víctima,	dominada	por	el	 juez,
distorsiona	 sus	 propias	 percepciones	 para	 satisfacer	 el	 punto	 de	 vista	 del	 juez.
Esta	relación	codependiente	y	disfuncional	forma	la	naturaleza	parasitaria	de	la
mente.
El	aliado	representa	una	mente	que	no	está	sometida	al	amor	condicional	del
parásito	y	que	está	dispuesta	a	percibir	el	mundo	sin	distorsionarlo.	Se	llama	el
«aliado»	porque	te	da	la	información	que	necesitas	para	vivir	siendo	consciente.
Cuando	veo	el	mundo	con	la	mirada	del	parásito,	surge	la	desarmonía	en	mi
vida.	Y	cuando	es	el	aliado	el	que	habla,	surge	la	armonía.	Tanto	el	parásito	como
el	 aliado	 existen	 en	 mí	 y	 en	 ti	 como	 reflejos	 de	 la	 mente	 que	 refleja	 el	 todo.
Amarte	incondicionalmente	significa	aceptar	estos	dos	aspectos	tuyos.
Práctica
Toma	conciencia	de	ello	y	de	ese	modo	puedes	elegir	cómo	quieres	vivir	tu
vida.	 Puedes	 elegir	 vivirla	 con	 la	 mirada	 del	 parásito	 o	 del	 aliado.	 Esta
elección	es	una	expresión	de	tu	libre	albedrío.
	
Haz	cambios	en	tu	vida	queriéndote
La	única	motivación	que	produce	cambios	duraderos	en	tu	vida	es	la	de	amarte.
Cuando	te	quieres	y	aceptas,	deseas	tratarte	bien	y	estar	lo	más	sano	posible.	Solo
entonces	podrás	desintoxicarte	de	lo	que	ha	estado	dominando	tu	voluntad.
Cuando	 decidas	 hacer	 cambios	 en	 tu	 vida	movido	 por	 el	 amor	 que	 sientes
hacia	ti,	elimina	los	«debo»	o	«debería»	de	tu	vocabulario.	La	frase	clave	siempre
es:	«Quiero	hacer	este	cambio	por	mí».
Hacer	 un	 cambio	 por	 ti	 en	 lugar	 de	 hacerlo	 para	 complacer	 a	 otro	 o	 a	 tus
narradores	interiores	es	lo	que	marca	la	diferencia	entre	una	solución	temporal	y
un	cambio	duradero.
Práctica
¿Qué	 cambio	 deseas	 hacer	 hoy	 por	 ti?	 No	 te	 olvides	 de	 realizarlo
queriéndote.
	
Cocreando	el	Sueño	del	Planeta
Al	 fin	 y	 al	 cabo	 no	 es	más	 que	 una	 cuestión	 de	 ver	 el	 conocimiento	 como	 el
componente	 básico	 para	 cocrear	 un	 sueño	 con	 otras	 personas	 sin	 dejar	 de	 ser
consciente	 de	 tu	 Yo	 Verdadero.	 Yo	 disfruto	 interactuando	 con	 el	 Sueño	 del
Planeta	 mientras	 uso	 el	 conocimiento	 para	 comunicarte	 mi	 sueño.	 Y	 gozo
actuando	en	el	mundo	que	me	rodea	con	respeto	y	amor.	Formo	parte	de	esta
creación.
Todos	podemos	cobrar	conciencia	de	que	es	el	amor	el	que	nos	une.	Puedes
amar	a	 los	demás	poniendo	condiciones	o	con	respeto.	La	diferencia	está	en	 la
armonía,	una	especie	de	cielo	en	la	Tierra.	Cuando	respetas	el	libre	albedrío	del
otro,	reina	la	paz.
Práctica
Muestra	 respeto	 hoy	 a	 los	 demás	 honrando	 sus	 decisiones,	 aunque	 no
coincidas	con	ellas.	Y	también	respétate	a	ti	tomando	decisiones	de	forma
consciente	y	honrando	tus	verdaderas	intenciones.
	
Un	hermoso	sueño
Imagínate	que	te	gusta	el	fútbol	y	de	pronto	te	descubres	mirando	un	partido	en
un	 estadio.	 Podría	 ser	 un	 estadio	 magnífico	 o	 simplemente	 una	 tribuna
descubierta	 junto	 a	 una	 pradera.	 Los	 jugadores	 pueden	 ser	 excelentes	 o
mediocres.	 No	 importa	 quiénes	 estén	 jugando	 el	 partido.	 No	 te	 decantas	 por
ningún	equipo,	simplemente	contemplas	sentado	el	partido	gozando	de	él	por	lo
que	es.
En	 cuanto	 el	 árbitro	 indica	 con	 el	 silbato	 que	 el	 partido	 ha	 finalizado	 —
independientemente	 de	 qué	 equipoha	 ganado	 o	 ha	 perdido—,	 te	 olvidas	 del
partido.	Sales	del	estadio	y	sigues	con	tu	vida.	No	te	identificas	con	el	partido.	No
te	apegas	al	resultado	ni	tampoco	te	afecta.
Ahora	 imagínate	que	afrontas	con	esta	clase	de	desprendimiento	 tu	 trabajo,
tus	objetivos	personales	y	tus	relaciones.	¿Cómo	sería	tu	vida	si	lo	hicieras?
Práctica
Toma	 conciencia	 de	 ello,	 vive	 hoy	 tu	 vida	 con	 una	 alegre	 sensación	 de
desapego.	 En	 este	 estado	 mental	 disfrutas	 de	 lo	 que	 haces,	 pero	 sin
apegarte	 a	 los	 resultados	 en	 ninguna	 situación,	 ya	 que	 tu	 identidad	 no
depende	de	las	anticuadas	ideas	del	«fracaso»	y	el	«éxito».
	
La	fijación	de	metas
Ponerte	metas	está	bien,	pero	también	podrían	convertirse	en	herramientas	para
domesticarte.
Por	ejemplo,	a	veces	establecemos	metas	para	validarnos	como	aceptables	o
inaceptables.	 Si	 alcanzamos	 la	meta,	 nos	 aceptamos,	 y	 si	 no	 es	 así,	 nos	 vemos
como	unos	fracasados.	De	ese	modo,	hacemos	un	mal	uso	de	las	metas	y	creamos
con	ellas	un	sufrimiento	innecesario	tanto	para	nosotros	mismos	como	para	las
personas	que	nos	rodean.
Una	meta	es	el	objetivo	hacia	el	que	diriges	tu	intento	para	manifestar	la	vida
que	quieres	llevar,	y	la	vida	es	el	proceso	de	manifestación.
Práctica
La	próxima	vez	que	te	fijes	una	meta,	pregúntate:
	
®	¿Qué	es	lo	que	me	motiva	a	fijármela?	¿Quiero	hacerlo	por	mí	o	lo	estoy
haciendo	para	complacer	a	otro?
®	¿Estoy	apegado	a	un	determinado	resultado	o	estoy	abierto	a	cualquier
posibilidad?
	
Cuando	 estableces	 una	 meta	 amándote	 incondicionalmente,	 cualquier
resultado	que	obtengas	será	satisfactorio.
	
Creando	un	cielo	en	la	Tierra
¿Qué	es	el	infierno?
A	 mi	 modo	 de	 ver,	 el	 infierno	 se	 podría	 definir	 como	 creer	 todos	 los
pensamientos	negativos	sobre	ti	mismo	y	los	demás	que	te	pasan	por	la	cabeza.
Estos	pensamientos	te	impiden	ver	la	vida	tal	como	es,	incluyendo	tu	verdadero
potencial	y	el	de	los	demás.	Este	es	el	único	infierno	que	conozco	y	existe	en	tu
interior.
La	buena	noticia	es	que	el	cielo	también	está	dentro	de	ti.
La	 diferencia	 entre	 el	 cielo	 y	 el	 infierno	 es	 la	 diferencia	 entre	 el	 amor
incondicional	 y	 el	 condicional.	 Los	 demonios	 que	 aparecen	 en	 mis	 pesadillas
representan	 las	 historias	 que	 creo	 sobre	 el	 mundo,	 y	 dependen	 del	 amor
condicional:	 «Te	 amaré	 si	 te	 comportas	 de	 la	 forma	 que	 creo	 que	 debes
comportarte»,	o	«Aceptaré	esta	situación	si	sale	como	yo	quiero»,	o	«Me	querré	si
consigo	esto	o	aquello».
Al	abrirte	a	cualquier	posibilidad	y	amar	sin	condiciones	ni	límites,	lo	aceptas
todo	como	el	cielo.	Amas	sin	trampa	ni	artificio	y	al	dejar	de	perseguir	lo	mejor
de	todo,	lo	más	perfecto,	aceptas	las	cosas	como	son.
Gozando	de	una	absoluta	libertad	en	la	vida,	digo	sí	a	amarte	y	a	amarme	a	mí
mismo.	¿Qué	dices	tú?
Práctica
Cuando	 amas	 y	 lo	 aceptas	 todo	 incondicionalmente,	 incluyéndote	 a	 ti,
sales	 del	 infierno.	 Cuando	 dejas	 de	 creer	 en	 las	 distorsiones	 del	 amor
condicional,	el	cielo	se	te	revela	en	tu	interior.
Toma	conciencia	de	ello	y	dite:	«Hoy	amo	la	vida	incondicionalmente,
lo	 que	me	 permite	 ver	 que	 cualquier	manifestación	 es	 perfecta	 en	 cada
momento.	 Aceptarme	 y	 quererme	 exactamente	 tal	 como	 soy	 en	 este
momento	es	amar	todas	las	manifestaciones	de	Dios».
	
Las	historias	que	te	cuentan
Algunas	personas	te	cuentan	historias	sobre	ti	que	te	gustan	y	entonces	te	caen
bien.	A	esas	personas	las	llamas	«amigos».
Otras	 te	 cuentan	 historias	 sobre	 ti	 que	 no	 te	 gustan	 y	 entonces	 no	 te	 caen
bien.	A	esas	personas	las	llamas	«enemigos».
En	ambos	casos	 te	has	definido	basándote	en	opiniones	ajenas.	Tu	ego	y	 tu
sensación	de	valía	se	fortalecen	a	través	de	un	medio	externo	y	efímero.	Pero	esta
forma	de	vivir	es	peligrosa.
Por	 ejemplo,	 cuando	 alguien	 te	 ama,	 usas	 la	 historia	 que	 te	 cuenta	 para
decirte	que	eres	merecedor	de	su	amor.	Y	cuando	te	encuentras	con	alguien	que
te	detesta,	también	aceptas	su	opinión	y	te	juzgas	según	esa	visión.
Aunque	uno	de	los	cuatro	acuerdos	es	«No	te	tomes	nada	personalmente»,	si
no	 eres	 consciente	 te	 lo	 tomas	 todo	 a	 pecho.	Nos	 ha	 pasado	 a	 todos	 en	 algún
momento	de	nuestra	vida.	Supones	que	el	otro	ha	querido	fastidiarte,	cuando	en
realidad	 no	 sabes	 cuáles	 son	 sus	 intenciones	 o	 sus	 circunstancias.	 Al	 definir
quién	eres	según	la	opinión	de	otro,	pierdes	el	poder	de	ser	tú	el	que	te	definas.
Práctica
Cuando	no	eres	consciente,	te	tomas	personalmente	todo	lo	que	te	ocurre.
La	 gente	 suele	 creer	 que	 el	 consejo	 «No	 te	 lo	 tomes	 personalmente»	 se
refiere	solo	a	las	ideas	negativas.	Pero	no	olvides	que	también	tiene	que	ver
con	 las	 ideas	positivas.	Tú	ya	 eres	bello	y	perfecto,	 sea	 lo	que	 sea	 lo	que
cualquier	otra	persona	te	diga.	No	necesitas	que	otro	te	lo	confirme.
	
Distingue	con	claridad	
	las	dos	clases	de	miedo
En	el	mundo	hay	dos	clases	de	miedo:	el	miedo	físico	y	el	irracional.
El	miedo	 físico	 es	 una	 reacción	 natural	 ante	 un	 peligro	 real.	 El	 subidón	 de
adrenalina	 y	 el	 deseo	 de	 vivir	 te	 permiten	 sobrevivir	 al	 huir,	 luchar,	 quedarte
paralizado	o	tomar	una	decisión	drástica.	Solo	es	un	mecanismo	para	mantenerte
a	salvo.
El	miedo	 irracional	provoca	 la	misma	 reacción	 física,	 pero	 sin	que	haya	un
peligro	 físico	 real.	 El	 miedo	 irracional	 viene	 sobre	 todo	 de	 suposiciones	 o	 de
imaginar	 una	 posible	 situación	 futura.	 Esta	 clase	 de	 miedo	 te	 desgasta
físicamente	al	causarte	un	trauma	innecesario.
Afrontar	 el	 miedo	 significa	 ver	 en	 qué	 se	 diferencian	 estas	 dos	 clases	 de
miedo.	 Uno	 es	 racional	 y	 beneficioso,	 y	 el	 otro	 irracional	 y	 perjudicial.	 Uno
puede	salvarte	la	vida	y	el	otro	impedirte	vivir	tranquilo.
Práctica
Toma	conciencia	de	 ello	 e	 intenta	 reconocer	 el	miedo	 irracional	 cuando
surja	en	ti.	La	próxima	vez	que	te	sientas	ansioso	o	crítico	contigo	mismo,
lo	 más	 probable	 es	 que	 estés	 sintiendo	 un	 miedo	 irracional.	 Toma
conciencia	 de	 ello	 y	 recuerda	 que	 la	 solución	 para	 vencer	 esta	 clase	 de
miedo	es	amarte	incondicionalmente.	Eres	perfecto	tal	como	eres	y	no	hay
nada	que	temer.	Ámate	simplemente	por	el	hecho	de	existir.
	
Recuerda	que	eres	tú	quien	elige
Es	 fácil	 echar	 la	 culpa	 a	 los	 medios	 de	 comunicación,	 a	 nuestra	 cultura	 o	 a
nuestra	comunidad	por	perpetuar	imágenes	poco	realistas	de	lo	que	se	espera	de
nosotros.	Pero	en	el	 fondo	nadie	 tiene	 la	culpa	de	esas	expectativas,	porque	 los
anuncios,	como	 los	 juicios	que	nos	hacemos	sobre	nosotros	mismos,	no	 tienen
ningún	 poder	 a	 no	 ser	 que	 aceptemos	 sus	 mensajes.	 Tu	 felicidad	 solo	 corre
peligro	cuando	de	motu	proprio	nos	apegamos	a	estas	imágenes	y	distorsiones.
No	necesitas	echarte	la	culpa	por	juzgarte.	Cobra	conciencia	simplemente	de
que	estos	prejuicios	se	han	estado	desarrollando	en	nuestras	vidas	desde	la	niñez
mediante	el	proceso	de	domesticación.
En	cuanto	 cobres	 conciencia	de	 cómo	 te	 juzgas,	podrás	volver	 a	 ser	 libre	 al
elegir	 trascender	 el	 modelo	 de	 premios	 y	 castigos	 que	 te	 impusieron	 para
aceptarte	a	 ti	mismo.	Y,	con	el	 tiempo,	 llegar	a	aceptarte	a	 ti	mismo.	Podemos
elegir.	Y	en	eso	reside	nuestro	poder
Práctica
¿Cuántas	de	las	ideas	y	creencias	que	albergas	sobre	ti	y	el	mundo	vienen
de	 la	domesticación	o	de	una	 influencia	externa?	¿Supones	que	 las	cosas
deben	ser	de	una	determinada	forma	porque	eso	es	lo	que	has	visto	en	la
televisión	 o	 en	 tu	 comunidad	 y,	 por	 lo	 tanto,	 es	 lo	 que	 parece	 ser	 lo
normal?	 Toma	 hoy	 conciencia	 de	 ello	 y	 cuestiona	 estas	 suposiciones.
Pregúntate	si	las	cosas	serían	de	otra	forma	y	si	podrías	ser	feliz	sin	estos
rígidos	ideales	de	perfección.
	
El	perdón
La	domesticación	 es	 cosa	 de	 dos.	Aunque	 una	 persona	 puede	 haber	 usado	 sus
palabras	y	acciones	para	intentar	domesticarte,	o	incluso	herirte	o	hacerte	sufrir,
eres	tú	al	fin	y	al	cabo	quien	ha	aceptado	la	creencia	y	ha	dejado	que	anidaraen
tu	mente.
Cobrar	conciencia	de	que	 toda	 la	 culpa	no	es	del	otro,	 sino	que	 tú	 también
eres	responsable	de	la	mitad	de	la	relación	es	fundamental.	Reconoce	que	al	decir
simplemente	sí	a	sus	palabras	o	acciones	pasadas	potencialmente	has	propiciado
que	los	dos	sufrierais.	Las	palabras	y	las	acciones	de	otra	persona	tienen	el	poder
de	herirte	solo	si	tú	lo	permites,	y	estás	permitiéndolo	cuando	eliges	aceptarlas.
Práctica
El	perdón	se	da	en	cuanto	te	niegas	a	seguir	aceptando	un	acuerdo	que	no
es	 bueno	para	 ti	 y	 que	 te	 está	haciendo	 sufrir.	Di	 en	 voz	 alta	 o	para	 tus
adentros:	 «Me	 perdono	 a	 mí	 mismo	 y	 perdono	 a	 los	 demás	 por	 haber
usado	sus	palabras	y	acciones	en	mi	contra	y	prometo	no	volver	a	hacerme
daño	nunca	más».
El	acto	de	perdonarte	a	ti	y	de	perdonar	a	los	demás	te	permite	seguir
adelante	con	tu	vida.
	
Relaciónate	con	los	demás	
	sin	imponerles	tus	creencias
El	 Sueño	 del	 Planeta	 puede	 ser	 tan	 pequeño	 como	 un	 sueño
compartido	 por	 dos	 personas	 o	 tan	 grande	 como	 un	 sueño
compartido	 por	 todos	 los	 seres	 que	 existen,	 y	 como	 cualquier
otro	que	se	encuentre	entre	estos	dos	extremos.
¿De	 qué	 se	 compone	 el	 Sueño	 del	 Planeta?	 Empieza	 contigo	 y
conmigo…	Esta	relación	entre	ambos,	por	pequeña	que	sea,	es	el
sueño	llamado	nosotros.	Se	da	cuando	nos	relacionamos	el	uno
con	el	otro	y	 fluyen	entre	 los	dos	 las	 ideas,	 los	 conceptos	 y	 los
acuerdos.
LOS	CINCO	NIVELES	DEL	APEGO
El	Sueño	del	Planeta	se	crea	por	la	necesidad	de	compartir	nuestras	experiencias
y	de	comunicarnos	unos	con	otros.	Podemos	mantener	una	relación	basada	en	el
respeto	o	imponer	nuestras	creencias	e	ideales	a	los	demás	sin	respetar	los	suyos,
obligándoles	a	pensar	como	nosotros.
Práctica
Observa	las	relaciones	que	mantienes	hoy	con	los	demás	en	el	trabajo,	en
tu	hogar	y,	lo	más	importante,	contigo	mismo.	¿Se	basan	en	el	respeto?	¿O
estás	intentando	imponerles	tus	creencias	a	los	demás?
Toma	 conciencia	 de	 ello	 y	 dite:	 «Hoy	 he	 decidido	 mantener	 unas
relaciones	 basadas	 en	 el	 respeto	 en	 lugar	 de	 intentar	 imponer	 mis
creencias».
	
Cobra	conciencia	de	tus	creencias
Como	eres	el	 ser	vivo	que	 le	das	vida	a	 tus	creencias,	 recuerda	que	en	 lugar	de
depositar	tu	confianza	en	ellas	debes	creer	en	ti.
En	vez	de	confiar	en	lo	que	sabes,	confía	en	quien	eres.	En	lugar	de	defender	o
argumentar	 una	 creencia	 a	 capa	 y	 espada,	 observa	 y	 escucha	 lo	 que	 está
sucediendo	a	tu	alrededor.
Cuestionarte	y	estar	dispuesto	a	cambiar	de	opinión	no	significa	que	te	estés
cuestionando	 la	 esencia	 de	 tu	 ser.	 Como	 confias	 en	 ti,	 puedes	 cuestionar
simplemente	tus	creencias	y	las	historias	que	has	creado	para	describirte.
Práctica
Toma	 hoy	 conciencia	 de	 cuándo	 sientes	 la	 necesidad	 de	 defender	 una
creencia.	Pregúntate:
	
®	¿Dónde	aprendí	esta	creencia?
®	¿Cómo	me	está	afectando?
®	¿La	estoy	usando	bien?
®	¿La	sigo	necesitando?
	
Prométete	abandonar	cualquier	creencia	que	ya	no	te	sirva.
	
Sácate	la	máscara
En	 la	 adultez	 seguimos	 teniendo	 la	 capacidad	 de	 jugar	 a	 ser
personajes	 imaginarios	 como	 hacíamos	 de	 niños,	 es	 decir,
podemos	crear	una	máscara	basada	en	nuestro	conocimiento	de
cómo	implicarnos	unos	con	otros	en	un	escenario	en	particular.
Pero	 en	 esta	 etapa	 la	 máscara	 se	 convierte	 en	 una	 forma	 de
adaptarnos	 socialmente	y	de	 relacionarnos	 con	el	 grupo	con	el
que	 estamos	 interactuando,	 nos	 hemos	 olvidado	 de	 que	 no	 es
más	que	una	máscara…	¡Creemos	que	somos	nuestra	máscara!
LOS	CINCO	NIVELES	DEL	APEGO
Para	muchas	personas	nuestro	apego	a	las	creencias	—tanto	a	las	propias	como	a
las	ajenas—	se	manifiesta	como	una	máscara,	y	además	no	somos	conscientes	de
que	nos	la	podemos	sacar.	Esta	máscara	nos	impide	interactuar	con	los	demás	y
con	el	mundo	de	manera	sana,	y	nos	obliga	a	tomar	unas	decisiones	basadas	en
lo	que	nuestras	creencias	nos	dictan	y	no	en	lo	que	deseamos.	Al	abandonar	estos
apegos	 tu	 realidad	 cambia,	 ya	 que	 no	 sigues	 encadenado	 a	 tus	 creencias.
Entonces	 eres	 libre	 de	 crear	 la	 vida	 que	 realmente	 quieres	 al	 formular	 nuevos
acuerdos	afines	a	tu	yo	verdadero.
Práctica
Toma	 conciencia	 de	 ello,	 date	 cuenta	 de	 las	 creencias	 a	 las	 que	 te	 has
apegado,	sabiendo	que	puedes	abandonar	las	que	ya	no	te	sirvan.
	
Despréndete	de	lo	que	sabes
Cada	 vez	 que	 le	 pones	 una	 etiqueta	 a	 algo	—a	un	 árbol,	 al	 dependiente	 de	 un
supermercado,	 a	 una	 «buena»	 idea—	 estás	 creando	 una	 imagen,	 una
representación	abstracta	de	lo	que	es,	en	lugar	de	experimentarlo	directamente.
Dejas	de	ver	la	singular	expresión	de	este	árbol	o	de	aquella	persona.	En	cuanto
clasificas	algo	como	«bueno»	o	«malo»,	dejas	de	verlo	con	una	mente	abierta.
Esta	forma	de	pensar	puede	hacerte	ver	y	tratar	a	 los	demás	como	objetos	o
ideas	en	vez	de	como	seres	humanos	que	viven	y	respiran,	los	juzgas	sutilmente
de	 acuerdo	 con	 la	 etiqueta	que	 les	pones.	Así	 es	 como	el	 conocimiento	bajo	 la
forma	de	tus	propias	etiquetas	y	filtros	te	impide	ver	la	realidad	tal	como	ahora
es.
Práctica
Imagínate	 que	 estás	 visitando	 la	 Tierra	 procedente	 de	 otro	 planeta.
Contémplala	con	la	mirada	de	alguien	que	ve	este	mundo	por	primera	vez,
despréndete	 hoy	 de	 todo	 lo	 que	 sabes	 y	 piensas	 y	 obsérvalo	 todo	 con
nuevos	ojos.
	
Los	símbolos
Las	 palabras	 son	 símbolos	 de	 gran	 utilidad	 que	 nos	 permiten	 comunicarnos	 a
unos	 con	 otros.	 Pero	 cada	 uno	 asociamos	 nuestras	 propias	 emociones	 y
significados	a	 las	palabras	y	podemos	 interpretarlas	o	percibirlas	de	una	 forma
totalmente	distinta	a	la	de	otra	persona.
Un	sencillo	ejemplo	es	la	palabra	«rojo».	Esta	palabra	puede	acarrear	una	sutil
connotación	emocional	para	ti,	tanto	buena	como	mala.	En	el	colegio	la	maestra
tal	 vez	 te	 corregía	 las	 respuestas	 incorrectas	de	 los	deberes	 en	 rojo.	O	 también
puedes	asociarla	a	 los	«números	rojos»	de	un	negocio	que	está	haciendo	aguas.
Un	toro	embiste	contra	los	objetos	rojos.	Las	rosas	son	rojas	y	es	el	color	que	más
se	asocia	con	el	amor.	En	la	década	de	1950,	en	la	mayoría	de	círculos	sociales	de
Estados	Unidos,	 era	un	 insulto	 llamar	a	alguien	«rojo».	Hoy	día	es	 el	 color	del
Partido	Republicano.
El	color	rojo	no	es	más	que	un	ejemplo.	Lo	mismo	ocurre	con	palabras	como
«muerte»,	 «divorcio»,	 «amor»,	 «Dios»,	 «iluminación»	 o	 libertad».	 Cuando	 nos
comunicamos	 con	 los	 demás,	 las	 palabras	 pueden	 causar	 ciertas	 reacciones
emocionales	 sin	 querer.	 Por	 esto	mi	 padre	 enseña:	 «Soy	 responsable	 de	 lo	 que
digo,	pero	no	lo	soy	de	lo	que	tú	oyes».
Práctica
Cuando	 hablas	 con	 alguien,	 estás	 compartiendo	 una	 línea	 de
comunicación.	Pero	tal	vez	pretendas	decir	algo	totalmente	distinto	de	lo
que	la	otra	persona	capta.	Ten	en	cuenta	que	las	palabras	son	símbolos,	así
que	 advierte	 cualquier	 carga	 emocional	 que	 acarreen	 para	 ti.	 Así	 no
crearás	historias	en	tu	cabeza	ni	te	tomarás	las	cosas	personalmente.
	
El	espejo	humeante
En	 la	 tradición	 tolteca	 el	 concepto	del	espejo	humeante	se	 refiere	 a	 los	 filtros	 a
través	de	los	cuales	todos	vemos	la	realidad.	Ver	el	mundo	a	través	de	un	espejo
humeante	 significa	 que	 sea	 lo	 que	 sea	 lo	 que	 veas	 está	 distorsionado	 por	 tus
creencias	e	ideas,	o	por	tus	puntos	de	vista	precondicionados.
Cuando	hablas	con	alguien	que	ve	las	cosas	a	través	de	un	espejo	cubierto	por
una	 densa	 bruma,	 solo	 te	 encuentras	 con	 su	 sistema	 de	 creencias,	 porque	 los
filtros	de	 lo	que	sabe	dificultan	que	capte	 lo	que	 le	estás	 intentando	decir	(si	es
que	 no	 te	 resulta	 imposible	 comunicárselo).	 Y	 otra	 persona	 en	 cambio	 puede
tener	unos	filtros	muy	finos,	de	modo	que	puedes	hablar	directamente	con	ella.
Se	trata	de	la	comunicación	de	corazón	a	corazón.
La	 clave	 radica	 en	 cobrar	 conciencia	 de	 lo	 poco	 claro	 que	 es	 tu	 espejo	 o	 lo
apegado	que	estás	a	tus	puntos	de	vista.	Tú	eres	el	único	que	puedes	hacer	que	tu
espejo	esté	limpio.
PrácticaToma	conciencia	de	ello,	date	cuenta	de	que	cualquier	persona	con	la	que
entras	en	contacto	ve	el	mundo	a	través	de	su	propio	sistema	de	creencias.
Cuando	 discutes	 con	 alguien,	 es	 porque	 esa	 persona	 está	 haciendo	 o
diciendo	 algo	 que	 va	 en	 contra	 de	 tu	 sistema	 de	 creencias.	 A	 partir	 de
ahora,	 cuando	 abordes	 a	 alguien	 con	 ganas	 de	 discutir,	 verás	 que	 es	 tu
espejo	el	que	está	cubierto	de	bruma.
	
Escucha	el	silencio
Cuando	la	mente	está	inquieta,	cuando	tu	atención	está	puesta	en	mil	y	una	cosas
distintas,	aparece	el	estrés	y	 la	 falta	de	armonía.	Es	cuando	estás	atrapado	en	la
niebla	 del	mitote	 (las	mil	 voces	 que	 suenan	 en	 tu	 cabeza).	 Esta	 niebla	 tapa	 el
reflejo	 del	 amor	 y	 te	 hace	 creer	 que	 el	 amor	 es	 algo	 que	 se	 gana,	 como	 la
inalcanzable	zanahoria	colgada	de	un	palo.
Pero	al	ser	consciente	de	ello,	te	das	cuenta	de	que	detrás	de	todas	esas	voces
reina	 un	 profundo	 silencio.	 Una	 forma	 de	 aquietar	 la	 mente	 es	 escuchar	 este
silencio.	 Si	 observas	 tu	 propio	 reflejo	 y	 tus	 ojos,	 verás	 lo	 que	 yace	más	 allá	 de
ellos,	 verás	 la	 verdad.	 Aquietar	 la	 mente	 te	 ayuda	 a	 vivir	 este	 momento	 sin
distraerte	y	a	conservar	tu	poder.
Práctica
Hoy	 practica	 el	 aquietar	 la	 mente.	 Resérvate	 un	 rato	 para	 sentarte	 y
relajarte.	 Apártate	 de	 las	 distracciones	 del	 día	 y	 dedícate	 a	 meditar.
Escucha	el	silencio	que	reina	en	lo	más	profundo	de	ti.
	
Redefiniendo	el	éxito
En	 el	 Sueño	 del	 Planeta,	 el	 «éxito»	 suele	 equivaler	 a	 la	 adquisición	 de	 dinero,
posición	social	o	bienes	materiales.
Pero	 en	mi	 sueño	 el	 éxito	 tiene	un	 significado	muy	distinto,	 es	 el	 resultado
natural	de	hacer	lo	que	me	gusta,	lo	que	me	apasiona.
Hacer	lo	que	te	apasiona	te	ayuda	a	evolucionar,	te	anima	a	ir	más	allá	de	tus
limitaciones	actuales.	La	pasión	es	la	llama	que	arde	en	tu	corazón,	y	realizar	lo
que	te	gusta	te	hace	feliz	en	la	vida.
La	clave	estriba	en	descubrir	 lo	que	te	apasiona	y	 luego	ponerlo	en	práctica.
Cuando	te	entregas	a	lo	que	te	apasiona,	triunfas	de	manera	natural	porque	estás
expresando	a	cada	momento	tu	amor	por	la	vida.
Práctica
¿Qué	te	apasiona?	Toma	hoy	conciencia	de	ello	y	date	hoy	permiso	para
hacer	lo	que	te	apasiona.
	
Acepta	los	cambios
A	 veces	 los	 cambios	 llegan	 de	 súbito.	 Tus	 narradores	 interiores	 pueden	 verlos
como	 una	 mejora	 o	 como	 un	 empeoramiento	 de	 la	 situación,	 pero	 son
inevitables.
A	 lo	 largo	 de	 tu	 vida	 cambiarán	 muchas	 cosas,	 pero	 hay	 algo	 que	 nunca
cambiará:	 tu	estado	de	conciencia.	El	constante	punto	de	percepción	de	que	 tú
eres	es	inmutable.	En	este	mundo	de	polaridades	(como	las	«subidas»	y	«bajadas»
en	 una	 relación,	 o	 el	 «calor»	 y	 el	 «frío»),	 solo	 puedes	 reconocer	 los	 cambios
gracias	a	esa	parte	tuya	que	no	cambia.
Amar	 la	 vida	 incondicionalmente	 implica	 saber	 que	 esta	 puede	 cambiar	 de
improviso,	como	un	viento	cambiando	de	dirección,	pero	la	fuerza	de	tu	intento,
además	de	ayudarte	a	adaptarte	a	lo	que	la	vida	te	depare,	te	permite	progresar	en
cualquier	nueva	circunstancia.
Práctica
Vive	 el	 momento	 presente,	 fluyendo	 continuamente	 con	 la	 vida	 y
recordando	 que	 tú	 eres	 la	 constante	 a	 cada	 segundo.	 Cada	 cambio	 que
ocurre	no	te	sucede	a	ti,	sino	«para	ti».
	
El	Primer	Acuerdo
Sé	 impecable	 con	 tus	 palabras.	 El	 Primer	 Acuerdo	 es	 el	 más
importante	 y	 también	 el	 más	 difícil	 de	 cumplir.	 Es	 tan
importante	que	solo	con	él	ya	serás	capaz	de	alcanzar	el	nivel	de
existencia	que	yo	denomino	«el	cielo	en	la	tierra».
DON	MIGUEL	RUIZ,	LOS	CUATRO	ACUERDOS
El	Primer	Acuerdo	de	mi	padre	—sé	impecable	con	tus	palabras—	es	importante
para	entender	el	efecto	que	estas	tienen	en	nuestra	conducta.	Por	ejemplo,	si	 te
desprecias	mentalmente,	si	te	dices	que	eres	feo,	o	que	no	das	la	talla,	o	que	no
vales	nada,	 ¿qué	 efecto	 tendrá	 en	 tu	 sentido	del	 yo?	 Si	mantienes	 esta	 clase	de
diálogo	interior	negativo,	no	es	de	extrañar	que	pierdas	la	fe	en	tus	aptitudes	y	en
tu	 divinidad.	 Nunca	 trataríamos	 a	 nadie	 de	 esta	 manera	 y,	 sin	 embargo,	 hay
mucha	gente	que	se	maltrata	a	sí	misma	de	este	modo	a	diario.
La	 buena	 noticia	 es	 que	 esas	 cosas	 que	 nos	 decimos	 no	 son	 verdad,	 es
imposible	que	lo	sean.
Práctica
Tus	palabras	son	el	puente	con	el	que	creas	el	Sueño	Personal	y	el	Sueño
del	Planeta	 y	 con	 el	 que	 te	mueves	por	 ellos.	Eres	una	 creación	de	Dios
hermosa,	 valiosa	 y	 perfecta.	 Cada	 vez	 que	 te	 oigas	 decir	 lo	 contrario,
recuerda	que	es	el	momento	de	ser	impecable	con	tus	palabras.
	
Invierte	en	ti
Cuando	 inviertes	demasiada	 energía	 en	una	 relación,	 renuncias	 a	 tu	poder.	En
lugar	 de	 fluir	 con	 los	 altibajos	 de	 la	 vida,	 luchas	 contra	 cualquier	 cambio	 que
surja	 en	 esa	 relación.	 Una	 relación	 que	 te	 hacía	 sentir	 seguro	 puede	 volverse
aterradora	de	pronto	cuando	te	desvives	por	no	perderla.
Pero	la	realidad	es	que	el	único	que	estará	siempre	contigo	eres	tú.
Cuando	 centras	 tu	 energía	 en	 confiar	 en	 ti,	 conservas	 tu	 poder	 y	 bienestar.
Invertir	en	ti	no	significa	que	no	valores	o	aprecies	la	relación;	en	realidad	es	lo
contrario.	 A	 medida	 que	 aumentas	 la	 inversión	 amorosa	 que	 haces	 en	 ti,
descubres	que	eres	más	afectuoso	y	que	estás	más	presente	tanto	contigo	como
con	los	que	te	rodean,	porque	entonces	eres	libre	de	respetar	el	libre	albedrío	de
los	demás.	Y	este	respeto	crea	armonía	entre	las	personas	que	se	quieren.
Práctica
Toma	 conciencia	 de	 ello,	 date	 cuenta	 de	 cuándo	 inviertes	 demasiada
energía	en	tus	relaciones.	Respira	siendo	consciente	de	ello	varias	veces	e
imagínate	 que	 recuperas	 tu	 energía	 para	 invertirla	 en	 ti.	 Cada	 vez	 que
exhales	el	aire,	imagínate	que	te	liberas	de	tu	apego.
	
Observa	las	opiniones	ajenas	
	desde	una	cierta	distancia
Evitar	 el	 rechazo	 a	 toda	 costa	 es	 algo	muy	 común	 en	 el	 Sueño	 del	 Planeta.	 A
nadie	le	gusta	sentirse	excluido	por	los	demás	o	inferior	a	ellos.	Por	ejemplo,	si
alguien	te	dice	«No	me	atraes»,	eres	tú	al	fin	y	al	cabo	quien	elige	qué	harás	con
este	conocimiento.	Puedes	aceptar	la	verdad	y	ver	que	la	opinión	de	esa	persona
no	tiene	nada	que	ver	contigo,	y	que	no	es	más	que	la	opinión	y	las	preferencias
de	esa	persona.
O	 puedes	 aceptar	 su	 opinión	 y	 usarla	 en	 tu	 contra	 para	 reforzar	 alguna
creencia	negativa	que	albergues	sobre	ti:	No	le	atraigo	porque	tengo	sobrepeso,	soy
demasiado	 bajo,	 etcétera.	 (Por	 desgracia,	 es	 la	 reacción	 más	 común.)	 De	 esta
forma	 acabas	 anteponiendo	 las	preferencias	 ajenas	 a	 las	 tuyas,	 te	 convences	de
que	no	eres	digno	de	tu	amor	o	de	tu	aceptación.	Tu	motivación	para	mejorar	se
vuelve	de	pronto	condicional:	Si	perdiera	algunos	kilos,	quizá	le	gustaría	más.
De	cualquier	manera,	eres	tú	quien	elige.	Puedes	elegir	que	la	opinión	de	otro
condicione	el	 concepto	que	 tienes	de	 ti,	 o	puedes	 elegir	 aceptar	que	no	es	más
que	su	opinión	y	que	no	va	a	cambiar	quien	eres	tú.
Práctica
Toma	hoy	conciencia	de	ello,	date	cuenta	de	cuándo	dejas	de	quererte	por
la	opinión	de	otra	persona.	Recuerda	que	puedes	respetar	su	opinión	sin
necesidad	de	aceptarla.	Dite:	«Soy	perfecto	en	este	mismo	instante	y	esta	es
mi	verdad».
	
La	respiración
Cada	 segundo	estás	haciendo	algo	que	es	 crucial	para	vivir:	 respirar.	La	mayor
parte	del	 tiempo	 respiras	 automáticamente,	 sin	darte	 cuenta.	Pero	 cuando	 eres
consciente	 de	 tu	 respiración,	 cada	 vez	 que	 inhalas	 y	 exhalas	 puede	 ser	 muy
beneficioso	para	tu	cuerpo.	Con	cada	bocanada	de	aire	que	tomas	tu	entorno	te
está	sustentando,	y	con	cada	bocanada	que	exhalas	estás	sustentando	al	entorno.
La	respiración	es	un	flujo	constante	de	generosidad	y	agradecimiento.
Práctica
Pregúntate:	«¿Qué	me	gustaría	hoy	que	abundara	más	en	mi	vida?»
Responde	ahora	usando	solo	dos	palabras.	Por	ejemplo,	 tal	vez	desees
que	en	tu	vida	haya	más	amor	y	paz,	o	más	sabiduría	y	creatividad,	o	más
abundancia	y	fe…	Ya

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