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5 la maternIdad en occIdente. refleXIones desde el femInIsmo Y la HIstorIa rosa maría cid lópez a la hora de pensar y reflexionar sobre la maternidad, no resulta fácil bus- car una definición que integre sus múltiples dimensiones. la maternidad, cier- tamente, remite a hechos biológicas como el embarazo, el parto y la lactancia; a funciones sociales como el cuidado de la descendencia; e incluso a repre- sentaciones simbólica, como el recurso a lo materno, o a la madre para pro- piciar elementos cohesionadores e incluso reivindicaciones de colectivos muy diversos. pero ante todo, lo que se observa es la común identificación entre la maternidad y la feminidad a lo largo del tiempo. de la función biológica ha derivado un rol social, único para las mujeres: la de ser madre, de la que luego pueden surgir imágenes cargados de múltiples significados. desde este plan- teamiento, hoy no puede dudarse de que la maternidad se concibió con tales características, y aún sigue entendiéndose así en algunos sectores, por lo que se convierte en una construcción cultural y social. por tanto, un hecho histórico que ha de merecer la atención en la historiografía. desde nuestra posición de historiadoras que nos enfrentamos a la materni- dad, debemos preguntarnos cuándo surgió la maternidad como construcción social y cultural, y en qué contexto. Igualmente hay que contemplar su evo- lución en las distintas sociedades a lo largo del tiempo y observar en qué con- diciones las mujeres rompieron con la secular identificación entre lo materno y lo femenino, si es que lo hicieron. en realidad, si lo maternal o la materni- dad resultan cruciales para entender lo femenino y lo sucedido a las mujeres, las historiadoras estamos casi obligadas a incorporar esta temática a nuestras investigaciones. Y parece innegable la utilidad de los estudios históricos para pensar en los problemas de la cuestión maternal en el presente. sin embargo, resulta llamativo que todas estas consideraciones, muy bien aceptadas en los estudios de mujeres, no partieran de las historiadoras, ni siquie- ra de las historiadoras de las mujeres, quienes ciertamente se incorporaron tarde al análisis de la maternidad, sino de las feministas, en especial de las primeras sobre las múltiples acepciones de la palabra maternidad y su percepción como construcción cultural y social, la bibliografía es muy abundante. entre otras muchas, merece la pena mencionar las reflexiones de historiadoras como storia della maternitá, a cura di M. D´Amelia, roma-Bari, laterza, , p. VI y storia di un ruolo sociale, a cura di g. Fiume, Venezia, marsilio, 5, p. sin olvidar las aportaciones de Y. Knibielher, sobre todo en Histoire des mères et de la maternité en Occident, paris, puf, 000, pp. - y maternité, affaire privée, affaire publique, paris, Bayard, 00, p. 3. relazioni familiari 5 pensadoras, las llamadas pioneras. fue, en realidad, simone de Beauvoir la que suscitó un debate, que aún prosigue y con resultados, creo, muy fructíferos3. gracias a las reflexiones que se llevaron a cabo desde el feminismo, sobre todo de filósofas y sociólogas, surgieron conceptos y herramientas fundamen- tales para enfrentarse al estudio histórico de la maternidad, y para responder a formulaciones que las propias teóricas del feminismo no supieron resolver de forma convincente, quizá por el propio desconocimiento de las claves históricas. por ejemplo, cómo entender la aparición del patriarcado y su relación con la ma- ternidad asignada a las mujeres en las sociedades primitivas, cuando las estamos examinado con los mismos criterios que aplicamos a modelos modernos4. por ello, antes de adentrarme en la visión de las historiadoras sobre la ma- ternidad o resaltar los hitos que marcan los grandes cambios en la evolución de esta construcción socio-cultural de lo femenino, de manera breve, recordaré las reflexiones fundamentales que sobre la cuestión han aportado las teóricas feministas más notables. . la maternidad y el feminismo contemporneo. de las reivindicaciones a la reflexin terica cuándo emerge el feminismo de la llamada primera ola, en el siglo XIX, las mujeres que se movilizan empiezan a incorporar en su lista de reivindica- ciones asuntos relacionados con la maternidad, aunque apenas reflexionan a propósito de su importancia para las mujeres o en su relación con lo femeni- no. en concreto, se detectan preocupaciones por adquirir ayudas sociales para mantener familias con gran número de hijos o hijas, y también mejoras en la asistencia sanitaria5. tales demandas se fueron atendiendo a medida que avan- zaba el siglo XX en diferentes países europeos. como hito que marca el comienzo del interés historiográfico por la maternidad, ha de seña- larse la publicación de Y. Knibiehler, F. Fouquet, l´histoire des mères, paris, Hachette, (reed. de montalba, ). 3 un debate que antes y ahora sigue suscitando notable controversia, como sucedió con su análisis sobre la maternidad, que figura en S. de Beauvoir, el segundo sexo, Buenos aires, siglo Veinte, (ª ed. en francés, 4), t. II, pp. 5-306. 4 por ejemplo, pensar en una sociedad prehistórica, dónde las madres cuidan a la descendencia como si tratase de un modelo contemporáneo, con criterios de diferenciación de roles que emergen en el siglo XVIII. en las investigaciones sobre los modelos prehistóricos, es muy común que la mujer aparezca cuidando la descendencia, mientras el varón es cazador o elabora el instrumental lítico. Véase c. Cohen, la mujer de los orígenes. imágenes de la mujer en la prehistoria occidental, madrid, colección feminismos, 0 (ª ed. paris, 003). 5 sobre las reivindicaciones de estas primeras feministas, véase storia di un ruolo sociale, cit., pp. -3 e E. Imaz, convertirse en madre. etnografía del tiempo de gestación, madrid, cátedra, colección fe- l’esperienza corporea della maternit 53 pero si el interés por la maternidad no figura de manera determinante en el discurso de las sufragistas o socialistas, y otras feministas de la época, tiempo después el tema resultó fundamental en el segundo sexo de simone de Beauvoir. la obra se publicó en el año 4, un momento crucial, en el que irrumpe con fuerza la propaganda que exalta la figura de la madre entre la población femenina, cuando los estados desarrollan políticas pronatalistas con el fin de paliar la elevada mortalidad de las contiendas bélicas. sin duda, en la obra y pensamiento de la existencialista francesa, la mater- nidad es cuestión recurrente cuando piensa en las mujeres y en lo femenino, en el presente y en el pasado; en especial, a la hora de interpelarse sobre las razones de la sumisión femenina. como muestra de su interés, el segundo sexo contiene todo un capítulo dedicado a la «la madre», diferenciando la función biológica de la cultural, al igual que hacía cuándo se refería a la mujer y lo femenino. en general, con algunas de sus afirmaciones, se adelantó a las teori- zaciones de otras feministas, por lo que sus palabras siguen gozando de plena actualidad, en especial cuándo afirma: en la maternidad, la mujer realiza integralmente su destino fisiológico; esa es su vocación «natural», puesto que todo su organismo se halla orientado hacia la perpe- tuación de la especie. pero ya se ha dicho que la sociedad humana no se encuentra abandonada nunca a la naturaleza. Y desde hace un siglo, en particular, la función reproductora no es dirigida por el solo azar biológico, sino que es regida por las voluntades.6 con toda la cautela a la hora de analizar lo que dice esta autora sobre la cuestión, no cabe duda de que considera que la razón de la dominación de las mujeres, un hecho histórico, radica en su función maternal; pero a la vez, rei- vindica que cada mujer pueda decidir sobre ser o no madre, defendiendo una maternidad que ha de ser voluntaria. ciertamente, simone de Beauvoir no escapa a los prejuiciosimperantes en su época sobre la fortaleza masculina y la debilidad femenina. en este sentido, acaba ofreciendo una imagen de la mujer impregnada de connotaciones biologicistas, ya que la contempla como un ser minismos, 00, pp. 3-6. en todos las reflexiones sobre feminismo y maternidad, siempre aparecen los nombres de simone de Beauvoir, junto a shulamit firestone y elizabeth Badinter como las autoras fundamentales, a pesar de que otras muchas pensadoras se preocuparon notablemente de la cuestión, como nancy chodorov, entre otras. 6 S. de Beauvoir, el segundo sexo, cit., t. II, p. 5. es curioso que también se adelante a cuestiones muy debatidas, como el mito del instinto maternal, o las posibilidades que podían ofrecer las técnicas de reproducción asistida en la procreación de la especie (pp. 6 y ). según s. de Beauvoir, «el embarazo y la maternidad serán vividos de manera distinta según se desenvuelvan en la relación, la resignación, la satisfacción o el entusiasmo» (ivi, p. 6). relazioni familiari 54 destinado a procrear, cuya inferioridad física respecto a los varones la condujo a una posición de subordinación, que dejo libre la vía a la imposición del modelo social patriarcal. tiempo después, en los años setenta, en la línea de concebir la materni- dad como causa no sólo de sumisión femenina, sino de alienación, shulamit firestone en la dialéctica del sexo, proponía una maternidad artificial, adelan- tándose a las técnicas de reproducción asistida. reclamaba la necesidad de avances científicos que no implicasen sujeción femenina a las servidumbres de embarazos, partos, lactancias y cuidado de la descendencia, que se asumirían colectivamente. a la vez sugería la abolición de la familia, dónde mejor se ex- hibía y reproducía el rol maternal para la población femenina. en un sentido diametralmente opuesto, destacan las opiniones de adrianne rich, la autora de Nacemos de mujer. la maternidad como experiencia e institución. la obra publicada en españa, en 6, rompía con la tradición feminista an- terior. para rich, la maternidad como institución se opone a la experiencia individual y concreta de ser madre. por ello, defendía la maternidad como un espacio de poder, específicamente femenino, que le fue usurpado a la mujer y ha de volver a recuperar. en esta línea, se puede situar el planteamiento de luisa muraro, en su famosa obra, que representa el llamado feminismo de la diferencia, el orden simbólico de la madre0. entre la maternidad como forma de sumisión y alienación a la vía para alcanzar el poder femenino, oscilan los debates y las reflexiones entre las teó- ricas feministas. a estas cuestiones, se puede añadir la interesante reflexión, en su momento no exenta de polémica, sobre el mito del instinto maternal de e. Badinter, entre otras muchas pensadoras. en cualquier caso, las feministas s. Firestone, la dialéctica del sexo, Barcelona, Kairós, 6 (ª ed., new York, 0). A. Rich, Nacemos de mujer. la maternidad como experiencia e institución, madrid, cátedra, 6 (trad. ed. inglesa, 6; ª ed., 6). Visiones similares comparte N. Chodorov en el ejercicio de la maternidad: psicoanálisis y sociología de la maternidad y la paternidad en la crianza de los hijos, Barcelona, gedisa, 4 (ª ed. inglesa, ). sobre la experiencia maternal como fuente de placer, véase también D. Bastien, le plaisir et les mères. féminité et maternité, paris, Imago, . 0 L. Muraro, el orden simbólico de la madre. madrid, Horas y horas, 4 (ª ed. roma, ). E. Badinter, ¿existe el instinto maternal? Historia del amor maternal. siglos Xvii al XX, Barcelo- na, paidos, (ª ed., paris, 0). la negación del instinto maternal, igualmente concebido como construcción cultural al igual que la maternidad, sigue sin ser admitida por muchas madres, sobre todo tradicionales, que argumentan sus sentimientos y reacciones ante el nacimiento de sus hijos o hijas. recientemente, esta autora ha publicado otro interesante libro (le conflit, la femme et la mère, paris, flammarion, 00) en el que intenta alentar sobre los peligros de los recientes discursos sobre la maternidad, en los que de nuevo se insiste en la relación domesticidad-maternidad, con el fin de velar por los intereses de la descendencia. una vez más la responsabilidad del bienestar de los hijos y las hijas recae sobre las madres, y no sobre los padres. Véase también N. Ferro, el instinto maternal o la necesidad de un mito, madrid, siglo XXI, . l’esperienza corporea della maternit 55 no han dejado de preocuparse por la maternidad, lo materno, el hecho ma- ternal..., como elocuentemente se refleja en algunas publicaciones recientes. pero, ante todo, las pensadoras vinculadas con el feminismo pusieron de manifiesto hasta qué punto la maternidad era una construcción cultural, que asignaba roles sociales a las mujeres. ser madre se despojaba de connotaciones esencialistas, rompía con la visión unidimensional de la mujer reducida a la labor de madre. con tales características, la maternidad podía ser objeto de atención entre las historiadoras y suscitaba aproximaciones desde los estudios históricos de mujeres y de género; en especial, interesaban las investigaciones sobre la actitud que las mujeres habían mantenido con el hecho maternal y su influencia en la construcción del género femenino. . las historiadoras y la maternidad. algunas aportaciones europeas sin duda, un recorrido por la historiografía de las mujeres y de género so- bre la maternidad en las sociedades del pasado muestra que la maternidad ha cambiado a lo largo del tiempo. Inequívocamente, las transformaciones socia- les influyen en la forma de concebir y representar la maternidad, de la misma manera que ocurre con la feminidad y lo femenino. en este sentido, ha de rei- vindicarse el papel de la historia para desentrañar las trampas de la maternidad en el pasado y repensarla en el presente. pero el tema de la maternidad, salvo excepciones y determinadas historio- grafías nacionales, no ha merecido la atención requerida, al menos hasta etapas muy recientes3. aun hoy y de manera general, no son demasiadas las investi- gadoras que se dedican al estudio de la maternidad o las madres, y puede haber una explicación a este tipo de situación. no es fácil el análisis de esta temática, en un excelente trabajo, de reciente publicación, en el que se reflexiona sobre el feminismo, su evolución e influencia en el siglo XX, la maternidad está presente. se trata del libro de E. Gubin y otras, le siècle des féminismes, paris, les Éditions de l´atelier, en el que Anne Cova en la maternité, un enjeu dans le premier XXe. siècle (pp. 5-0) resalta cómo la reivindicación de los derechos para las madres, lo era también para las mujeres a comienzos del siglo XX; por ello, la maternidad era la vía utilizada por las mujeres para irrumpir en la vida pública. en un segundo artículo, se insiste en el derecho de las mujeres a utilizar su cuerpo, para procrear o para el ejercicio de la libertad sexual, incluso se trata el caso de la pornografía (M. Zancarini-Fournel, Notre corps, nous mêmes, pp. 0-0). 3 Como caso sobresaliente, figura Y. Knibiehler y sus diferentes trabajos dedicados a las madres y la maternidad. entre sus publicaciones, destacan, la révolution maternelle: femmes, maternité, citoyenneté depuis 1945, paris, perrin, ; Histoire des mères et de la maternité en Occident, cit. o la edición de maternité, affaire privée, affaire publique, cit. Véanse, en colaboración con f. Fouquet, l´histoire des mères, cit; la coedi- ción, junto a G. Neyrand, de maternité et parentalité, rennes, ensp, 004 y la codirección, junto a F. Arena y R.M. Cid López de la maternité à l´épreuve du genre. métamorphoses et permanences de la maternité dans l´aire méditerranéenne, rennes, presses de l´eHsp, 0. relazioni familiari 56 porque enfrentarse a la maternidadimplica tratar lo femenino en todas sus complejas dimensiones. también ocurre que no se ignora la cuestión, sino que está presente, subyace en otros temas, y no somos conscientes de ello. por ejemplo, en los relatos e investigaciones históricas, mucho antes de que emergiera la historia de las mujeres, es común que se mencione a perso- najes femeninos del pasado en relación con la maternidad. en este sentido, es habitual que en los relatos históricos de tinte tradicional se aluda a mujeres que destacan como buenas o malas madres, y también a las que renunciaron o no pudieron tener descendencia. a la vez, cuándo comienza a desarrollarse la historia de las mujeres, y más tarde los estudios de género, concebir y pen- sar históricamente sobre las mujeres implica estudiar a las madres4. es decir, desde perspectivas muy distintas, podemos comprobar que la maternidad y lo femenino son una constante en las sociedades del pasado. sin embargo, formular la maternidad como tema de investigación histórica ya es menos frecuente. no abundan, de manera suficiente, en la historiografía, títulos de libros y artículos que incluyen las expresiones “maternidad” o “ma- dres” hasta etapas bastante recientes. si bien, parece que en la última década, al menos en algunos países europeos, la situación parece haber cambiado5. como honrosas excepciones, por su contribución en el estudio de esta te- mática, ha de señalarse el caso de la historiografía francesa y la extensa obra de Y. Knibiehler, pionera en el estudio de la maternidad y las madres. de esta espe- cialista en historia contemporánea, podemos decir que su biografía simboliza toda una vida dedicada al estudio de la maternidad6. sus primeras publicaciones vieron la luz en los años setenta del pasado siglo y continúan, dejando el testi- 4 en especial cuándo se trata de realizar investigaciones de personajes individuales que pudie- ron destacar en ambientes públicos. dado que el protagonismo lo habían tenido los varones, las muje- res solían aparecer para resaltar determinados rasgos del carácter del pariente masculino de turno, compartiendo sus honores o críticas. como un ejemplo entre otros, así lo demostró en su momento, s. dixon cuándo se refería a notables personajes femeninos de la roma antigua a quienes se atribuían virtudes o vicios idénticos a los de sus esposos o hijos. Véase S. Dixon, the roman mother, london, routledge, 0 (ª ed., ). entre otros personajes, se menciona el caso de cornelia, una notable ro- mana del siglo II a. d. c., madre de doce hijos, cuya fertilidad alabaron sus coetáneos, pero cuya biografía como modelo femenino se intentó revitalizar por el fascismo italiano. 5 así lo afirmaba A. Cova, Où en est l´histoire de la maternité?, «clio», , 005, pp. -. respecto a la historiografía sobre la maternidad, con especial atención al caso español, véase M. Moreno Seco, a. Mira Abad, maternidades y madres: un enfoque historiográfico, en discursos teóricos en torno a la(s) mater- nidade(s). una visión integradora, ed. s. Caporale Bizzini, madrid, entinema, 005, pp. -6. 6 Junto a las obras citadas en la nota3, resulta muy interesante la entrevista que figura en el dossier de «clio», dedicado al tema de maternités. Véase M. Dubesset, F. Thébaud, Yvonne Knibiehler, historienne de la maternité, «clio», , 005, pp. 4-6. l’esperienza corporea della maternit 5 go a especialistas tan prestigiosas como f. thébaud. en la obra extensa de la historiadora francesa, se puede percibir la evolución de la figura de la madre en occidente, pero también como en la percepción de la maternidad influyen varia- bles muy diferentes, tales como la religión, el derecho, el trabajo, la ciudadanía, el espacios doméstico y también el público, el poder político etc., sin olvidar la importancia de la medicina. el monográfico de la revista «clio. Histoire, femmes et sociétés», de 005, titulado maternités, ilustra hasta qué punto el interés entre las investigadoras francesas no ha decaído a la hora de tratar la maternidad. como especialista en historia contemporánea, sus investigaciones anima- ron a historiadoras de otros países, destacando el trabajo editado por gisela Bock y pat thane maternidad y políticas de género en , dónde se intenta insertar la maternidad en los estados modernos y su política del bienestar, sin olvidar la repercusión de los movimientos de mujeres. este trabajo tuvo enorme repercusión, ya que pretendía establecer comparaciones entre diferen- tes estados europeos, en concreto, alemania, Italia, francia, noruega, suecia, gran Bretaña o españa a la hora de analizar sus políticas contemporáneas en la primera mitad del convulso siglo XX; entre otros múltiples temas, se anali- zaban las maternidades voluntarias o las prestaciones familiares, las políticas en los estados del bienestar, la relación entre maternidad o paternidad, la do- mesticidad y la posturas del nacionalsocialismo, menos pronatalista de lo que pudiera pensarse. con esta obra se abrían sugerentes formas de aproximarse a la maternidad, aunque sólo empezaran a esbozarse. en esta línea, se inscriben los trabajos de anne cova, muy estimulantes, por su afán en establecer una vi- sión comparada de la política aplicada por distintos países europeos en relación con la maternidad, o de conocer las rupturas impulsadas por las mujeres ante los modelos propiciados desde el poder. tras francia, destaca el caso de Italia, dónde han surgido igualmente investi- gaciones con proyección notable en la historiografía española. la obra de marina F. Thebaud, quand nos grand mères donnaient la vie. la maternité en france dans l´entre-deux- guerres, lyon, pul, 6. esta autora escribe la introducción del dossier, mencionado en la nota an- terior (editorial, pp. -6); en su larga lista de publicaciones, las más recientes se relacionan con temas de historiografía y en la actualidad está más interesada por la reconstrucción de biografías femeninas, como la de marguerite thibert (6-). maternidad y políticas de Género. la mujer en los estados del bienestar europeos (1880-1950), eds G. Bock, P. Thane, madrid, cátedra, colección feminismos, 6 (ed. in. new York ). se trata de un libro de referencia, que incluye textos de notables especialistas en el estudio de la maternidad. los doce capítulos fueron elaborados por autoras muy conocidas como la alemana Karen offen, la italiana chiara saraceno o la española mary nash, entre otras. a. Cova, maternité et droits des femmes en france, XiX-XXe siècle, paris, antropos, y «au service de l´eglise, de la patrie et de la famille» femmes catholiques et maternité sous la iii république, paris, l´Harmattan, 000. relazioni familiari 5 d´amelia, storia della maternita, publicada en , es muy conocida y se cita con frecuencia; entre otras muchas de sus aportaciones, resulta muy interesante su análisis sobre el uso de la figura de la mamma, que dio lugar a lo que ella llama mammismo, de enorme importancia en la reconstrucción italiana tras la segunda guerra mundial0. en la Italia de este momento, se exalta el estereotipo de la madre que ejemplifica la modernización del país, pero que también influye en la fijación de la identidad de los individuos, marcada por la relación materna al igual que la paterna. su énfasis en el uso simbólico de la figura materna incide en vías de investigación sugerentes, sobre todo porque se enfatiza la relación madre-hijo, cuándo tradicionalmente se contemplaba el lazo íntimo de la filia- ción materna con la hija. también se han difundido las reflexiones, muy ligadas a planteamientos de tipo psicoanalítico, de luisa accati, quien pone el énfasis en los sentimientos y lo afectivo, explorando el alcance de los vínculos mater- no-filiales en las propias experiencias y subjetividades femeninas. a propósito del caso italiano, me gustaría felicitarme por la influencia que, al parecer, las tareasrealizadas por las historiadoras italianas tienen en los ambientes políticos. me refiero a la presencia de nadia filippini, entre otras, como autora del dossier que se presentó al parlamento italiano con ocasión de la discusión sobre las leyes a propósito de los embriones concebidos in vitro, en el 0033. en lo referente a la historiografía española, debo resaltar que el panora- ma no es muy alentador y, salvo publicaciones muy concretas en forma de artículos de revista o capítulos de libros, el tema apenas interesó a las historia- doras hasta hace muy poco tiempo4. Basta revisar el listado de los artículos publicados en la revista arenal, especializada en Historia de las mujeres y que en el 03 cumple sus veinte años; o las temáticas de los coloquios de aeiHm (asociación española de investigación Histórica sobre las mujeres), que empezaron en el año 3, si bien hubo que esperar al año 00 para reflexionar sobre las 0 storia della maternitá, cit. M. D´Amelia, la mamma, Bologna, il mulino, 005, pp. -3. la autora resalta que el termino mammismo se creó en el año 5. especialmente conocida en españa gracias a su texto, Hijos omnipotentes y madres poderosas: el modelo católico y mediterráneo, en Historia de las mujeres en españa y américa latina, ed. I. Morant, 5 vols., madrid, cátedra, 005, t. II, pp. 63-04. 3 N.M. Filippini, il corpo dominato e la personificazione dell’embrione, en un’appropriazione indebi- ta. l’uso del corpo della donna nella nuova legge sulla fecondazione assitita, milano, Baldini-castoldi, 004, pp. -. 4 lo que también resalta M. Bolufer en madres, maternidad: nuevas miradas desde la historiogra- fía, en debates sobre la maternidad desde una perspectiva histórica (siglos Xvi-XX), ed. G. Franco Rubio, Barcelona, Icaria, 00, pp. 5-6. l’esperienza corporea della maternit 5 maternidades. discursos y prácticas sociales5. en esta situación, sin duda fueron determinantes las peculiaridades del feminismo español de la llamada segunda ola. surgido más tardíamente que en el resto de europa, siempre ha tratado con cierto recelo la cuestión de la maternidad, que ha visto como lastre para que las mujeres alcancen su autonomía; ciertamente y durante bastante tiem- po, del movimiento feminista español destacaron sobre todo sus reivindica- ciones de una sexualidad libre, al margen de la maternidad. esta posición ha obstaculizado los avances de las investigaciones sobre la maternidad, no sólo entre las historiadoras, aunque sí de una forma muy evidente. es curioso que haya interesado más a psicólogas o psicoanalistas como silvia tubert, quien edita en los años noventa, figuras de la madre, convocando a autoras extran- jeras6. el número de historiadoras preocupadas por el tema es reducido y lo han tratado en relación con otras cuestiones. por ejemplo, mary nash estudió la maternidad desde planteamientos de la eugenesia y los discursos médicos; recientemente, esta autora insistía en el vínculo entre maternidad y las identi- dades femeninas, pero evidentemente con el afán de superar los modelos tradi- cionales. de igual manera, ofrecen interés las reflexiones de mónica Bolufer, preocupada por rescatar figuras femeninas individuales y analizar sus expe- 5 este coloquio se organizó conjuntamente con el grupo deméter en la universidad de oviedo, dando lugar a sendas publicaciones. una más centrada en las sociedades preindustriales y otra en las etapas moderna y contemporánea. Véanse, r.m. Cid López, maternidad/es: representaciones y realidad social. edades antigua y media, madrid, almudayna, 00 y G. Franco Rubio, debates sobre la maternidad desde una perspectiva histórica (siglos Xvi-XX), Barcelona, Icaria, 00. en el año , la asociación impulsó el iii taller de la aeiHm, titulado mitos sobre la maternidad, que se celebró también en la universidad de oviedo, pero que no dio lugar a publicación, aunque fue una de las primeras actividades académicas promovidas por historiadoras para discutir sobre este tema. como obra de conjunto, destaca también la editada por J. Méndez (00), maternidad, familia y trabajo, madrid, fundación sánchez albornoz, 00. 6 figuras de la madre, ed. S. Tubert, madrid, cátedra, colección feminismos, 6. en este libro, colaboraron Y. Knibiehler, quien trató sobre madres y nodrizas (pp. 5-3), pero también figura nicole loraux, con valiosas aportaciones sobre la madre, la tierra (pp. 53-) para referirse a las concepciones de los griegos de la antigüedad sobre la procreación entre los seres divinos y las mujeres mortales, entre otros temas y autoras. Véanse también mujeres sin sombra: maternidad y tecnología, ed. S. Tubert, méjico, siglo XXI, y figuras del padre, ed. S. Tubert, madrid, cátedra, colección feminismos, . Mary Nash (6), Pronatalismo y maternidad en la españa franquista, en maternidad y políticas de género. la mujer en los estados de bienestar europeos, 1880-1950, eds g. Bock, p. Thane, madrid, colección feminismos, 6, pp. -30; un/contested identities: motherhood, sex reform and the modernization of Gender identities. early twentieth-century spain, en constructing spanish Womanhood. female identity in modern spain, eds V. Enders Lorée, p. Beth Radcliff, new York, state university of new York press, pp. 5-4; maternidad, maternología y reforma eugénica en españa, 1900-1939, en Historia de las mujeres, dir. G. Duby, m. Perrot, 5 vols., madrid, taurus, 000 (ª ed. ), V, pp. 6-0. m. Nash, maternidad y construcción identitaria: debates del siglo XX, en debates sobre la maternidad desde una perspectiva histórica (siglos Xvi-XX), cit., pp. 3-4. relazioni familiari 60 riencias personales, lo que reivindica, o la posición de la madre en la familia. la maternidad en el siglo XX, sobre todo la revitalización del modelo tradicio- nal que se impuso bajo el franquismo, llamó la atención de ciertos investiga- dores30. sí es cierto, que el grupo deméter de la universidad de oviedo, del que formo parte, está intentando crear una línea de investigación sobre las madres y la maternidad en el marco de la universidad española, que está dan- do sus frutos a nivel de encuentros académicos, proyectos de investigación y publicaciones. ante todo, intentamos desvelar como se construyen y difunden los discursos sobre la maternidad, así como analizar su eficacia a partir de las experiencias colectivas e individuales de la población femenina, teniendo en cuenta las sociedades del mediterráneo antiguo y la realidad contemporánea. es decir, junto a la preocupación por conocer los mitos y leyendas de la cultura clásica, también están presentes las mujeres históricas de las que se explora su protagonismo histórico como madres. de igual modo, se han analizado las normas legales como reguladoras de comportamientos femeninos en lo que afecta a las sociedades antiguas3. en el caso de la sociedad contemporánea, el acento se ha puesto en las rupturas con los modelos tradicionales, desde las propuestas del feminismo, y en la aparición de nuevos modelos de lo femeni- no, que implican transformaciones de lo maternal. este breve recorrido, lamentablemente, deja a un lado otras historiografías de países europeos, como la germana e incluso el mundo anglosajón, dónde la maternidad ha interesado más bien en su vertiente biológica, y relacionada con discursos médicos y eugenésicos3. gracias a las investigaciones realizadas por las investigadoras citadas, entre otras, podemos afirmar, sin lugar a dudas, que históricamente la maternidad se M. Bolufer, madres, maternidad: nuevas miradas desde la historiografía, en debates sobre la mater- nidad desde una perspectiva histórica (siglos Xvi-XX), cit., pp. 5-. 30 por no citar más que algunos de los ejemplos más significativos, véase el trabajo de J. Roca i Girona, de la pureza a la maternidad: la construcción española del género femenino en la postguerraespañola, madrid, ministerio de educación y cultura, 6; también E. Morata, el discurso de la maternidad en la construcción del estado franquista, en tiempo de silencio. iv encuentro de investigadores del franquismo, Valencia, fundació d’estudis i Iniciatives sociolaborals, , pp. 654-66. 3 ante todo se analiza la cultura clásica, generadora de modelos maternales que marcaron la cultura occidental y se consideran las rupturas que se produjeron en la sociedad contemporánea. Véase, entre otras, madres y maternidades. construcciones culturales de la civilización clásica, ed. R.M. Cid López, oviedo, KrK, 00 y maternidad/es: representaciones y realidad social. edades antigua y media, cit.; Parir y nacer en el mediterráneo antiguo. entre el mito y la historia, oviedo, trea (en prensa); C. Suárez Suárez, maternidades (de)construcciones feministas, oviedo, KrK, 00; S. García Galán, S. Medina Quintana y C. Suárez, Nacimientos bajo control. el parto en las edades moderna y contemporánea, oviedo, trea (en prensa). 3 especialmente véase A. Taylor Allen, feminism and motherhood in Germany. 1800-1914, new Brunswick, rutgers university press, y feminism and motherhood in Western europe. the maternal dilema, 1890-1977, new York, palgrave, 005. l’esperienza corporea della maternit 6 ligaba a la feminidad. ser madre, o ejercer la maternidad, era deber, obligación, destino o función de las mujeres en las sociedades del pasado. no tener descen- dencia significaba no cumplir con las expectativas sociales y era causa de frus- tración femenina ante el rechazo, la condena o la marginación de la sociedad33. resulta incuestionable que la maternidad como rol social ha existido en las sociedades occidentales, y de la complejidad que implica esta construcción cultural, son ilustrativas las representaciones en diferentes lenguas europeas. en francia, españa e Italia, la maternidad es una expresión polisémica, pero en otros lugares se distingue lo biológico de lo social. en la lengua inglesa, por ejemplo, maternity remite a parto, embarazo como la palabra alemana mutters- chaft, propias del lenguaje médico y que se relacionan con la parte más biológi- ca; mientras que motherhood define la maternidad ejercida en la casa, a la labor de la madre de familia pero también al mismo proceso de la reproducción y la mutterlichkeit alude a la parte afectiva y espiritual34. a partir de las aportaciones de las historiadoras, en la actualidad, podemos percibir cómo las sociedades del pasado han creado discursos, representacio- nes e imágenes sobre las mujeres como madres, que muestran a la vez, sus concepciones sobre lo femenino, lo que debe interpretarse en clave histórica. tales discursos pretenden ser normativos y se utilizan para regular prácticas y comportamientos de las mujeres. se observa hasta qué punto la religión, la ciencia, en especial la médica, y los poderes públicos han pactado una misma imagen femenina ligada a lo materno. Y también cómo, desde los orígenes más tempranos de la historia de occidente, la maternidad ha trascendido lo biológico para convertirse en un hecho social y cultural. de igual modo, pensar en la maternidad conduce a la paternidad, que se com- prende a través de la relación de alteridad que se establece entre el padre y la ma- dre en el seno de la familia. tal reconocimiento de la superioridad de lo paterno lleva implícito la menor consideración de lo materno, y la sumisión de la mujer. 33 sobre las frustraciones de muchas mujeres que no pudieron ejercer la maternidad, véanse, entre otros, los trabajos de V. Sau, el vacío de la maternidad. madres no hay más que una, Barcelona, Icaria, 5 y, sobre todo, S. Vegetti Finzi, el niño de la noche. Hacerse mujer, hacerse madre, madrid, cátedra, colección feminismos, 3 (ª ed. milano, 0), quien explora las experiencias diversas, siempre complejas y contradictorias, de las madres. 34 Véase a. Taylor Allen, lost in translation? una perspectiva transnacional y comparativa de las historia de las mujeres en a. Cova, Historia comparada de las mujeres. Nuevos enfoques, oviedo, trabe, 0, pp. -4. la autora analiza precisamente el término de maternidad en diferentes lenguas eu- ropeas para hacernos comprender la dificultad, pero también la importancia de elaborar una historia comparada, en dónde han de captarse correctamente las sutilezas de los diferentes significados de las palabras. añade que las feministas europeas utilizaron precisamente el término motherhood para mo- strar las diferencias de género, que definía sus programas e ideología. relazioni familiari 6 con frecuencia, se recuerda la importancia de ciertos discursos masculinos, en especial se piensa en la labor de los ilustrados del siglo XVIII, en los que se incitaba a desarrollar la maternidad en los ambientes domésticos, que se consi- deraban más adecuados para cuidar la descendencia35. en este sentido, la mater- nidad y la domesticidad han de entenderse en el sentido de que las mujeres han de permanecer en el hogar, lugar de reclusión y protección, lo que elocuente- mente muestra su «domesticación» mediante el ejercicio del rol maternal. a la vez, por la importancia concedida a la madre y a lo materno, muchas mujeres que han destacado en la historia lo han hecho exhibiendo su condición de madres de personajes notables. dar a luz a reyes o a simples ciudadanos era el valor reconocido a las mujeres del pasado. en el vínculo estrecho estableci- do con la descendencia, muchas mujeres pensaban en acciones de poder y de intervención en lo público; en este sentido, los mitos y los historia, alusivos a personajes legendarios y reales, son una buena muestra del poder de las ma- dres, que puede actuar como “fuerza conservadora o creadora”36. por último, no conviene olvidar la figura simbólica de la madre para representar la nación, la revolución, la república...., como evocación de la imagen protectora, que llega a su culminación con la expresión de la «madre patria»3. 3. la evolucin de la maternidad en occidente. algunos hitos parece entonces, al menos en occidente, que el rol maternal es universal, pero no lo es menos que también ha cambiado la forma de ser madre o de ejercer la maternidad. tales cambios van en paralelo a los discursos y represen- taciones de la figura de la madre según los intereses del momento. 35 con frecuencia, se enfatiza el papel de los discursos del siglo XVIII, pero a la hora de relacionar lo femenino, lo maternal y lo doméstico, Jenofonte, un autor ateniense del siglo IV a.d.c., ya había defendido que las mujeres debían permanecer en el oikós, o espacio doméstico, para poder cuidar de la prole, entre otras actividades que les adjudicaba. Véase, Jenofonte, económico, , -5. A. Iriarte en fronteras intramuros en el económico de Jenofonte, en fronteras e identidad en el mundo griego antiguo, eds P. López Barja, S. Reboreda Morillo, universidades de santiago de compostela y de Vigo, santiago de compostela y Vigo, 00, pp. 6-, resalta la identificación del espacio doméstico como femenino en la antigua grecia. sobre las propuestas ilustradas, muy conocidas, véase, entre otras, E. Imaz, convertirse en madre. etnografía del tiempo de gestación, cit., pp. 3-35. 36 el poder materno en el mediterráneo, ed. G. Dermenjian, lleida, milenio, 00, pp. 3-4. en este libro se tratan sobre todo personajes legendarios, tales como diosas, eva, lilith o protagonistas de la ficción literaria para mostrar el alcance del poder atribuido a una mujer en el ejercicio del rol mater- nal. de los personajes míticos a la realidad histórica, se pueden encontrar muchos ejemplos de madres poderosas e influyentes en su relación con hijos que gobiernan, como la emblemática y ambiciosa livia de la roma antigua. 3 a modo de ejemplo, véase M. Gómez Martín, la representación de la figura materna como ale- goría de la nación durante la segunda república y la Guerra civilespañola, en debates sobre la maternidad desde una perspectiva histórica (siglos Xvi-XX), cit., pp. 36-36. l’esperienza corporea della maternit 63 por ello, podemos hablar de una evolución de la maternidad en el tiempo, al menos desde la perspectiva de la sociedad occidental. en líneas generales, se tiende a ver el siglo XVIII, como la etapa de las grandes transformaciones y el final del siglo XX, como el contexto de las rupturas. en el ambiente ilustrado dieciochesco, se destaca la aparición de un discurso médico que refuerza las tesis de esas visiones religiosas y jurídicas, que ensalzan la maternidad como rol único, mientras que las décadas finales de la pasada centuria representarían el momento en que las mujeres ya podían decidir libremente si desean o no tener hijos, al menos en países desarrollados3. son precisas algunas matizaciones so- bre la evolución de la maternidad en la historia europea, para resaltar hasta qué punto el feminismo más reciente cuestionó la feminidad tradicional a partir del hecho maternal, pero también para comprobar la importancia de la historia a la hora de comprender la maternidad en su complejidad cultural y social. Quizá como cuestión preliminar convenga recordar el famoso debate, hoy superado, sobre el matriarcado de las primeras sociedades, que solía atribuirse a la capacidad procreadora de las mujeres, que fundamentaba su posición de poder. esta polémica tesis hoy no tiene consistencia científica, ya que las figu- rillas femeninas, las famosas Venus, que parecían sustentarla, no se sabe real- mente qué puedan representar3. pero es curioso que la primera imagen que los investigadores, y algunas investigadoras, se han forjado sobre la población femenina de las sociedades prehistóricas se relacione con su función reproduc- tora, no productora, como si ha ocurrido con los varones. en realidad, en las sociedades de la cultura clásica ya emergen podero- sas imágenes de lo materno que inciden en la identificación de lo femenino y la maternidad40. cuándo las gentes de la antigüedad, en especial los griegos, 3 sobre estos temas recurrentes en la historiografía véanse, E. Imaz, convertirse en madre. etno- grafía del tiempo de gestación, cit.., pp. 3-3; storia di un ruolo sociale, cit., pp. 6- e maternité, affaire privée, affaire publique, cit., pp. 5, , 4. 3 estas figuras prehistóricas y protohistóricas morfológicamente cambian con el tiempo, in- cluso a veces no es fácil diferenciar si se trata de seres femeninos o masculinos, de ahí la dificultad para definir su simbología, al margen de la exhibición de la fertilidad femenina. Véanse sobre todo C. Masvidal, M. Picazo, modelando la figura humana. reflexiones en torno a las figuras femeninas de la antigüedad, Barcelona, Quaderns crema, 005; c. Cohen, la mujer de los orígenes. imágenes de la mujer en la prehistoria occidental, cit., y L. Talalay, the mother Goddess in Prehistoric: debates and Perspective, en a companion to Women in the ancient World, eds S.L. James, S. Dillon, malden - oxford - West sussex, Whiley-Blackwell, 0, pp. -. 40 recientemente se editó una interesante publicación sobre lo ocurrido en el mediterráneo an- tiguo, en la que se pretende analizar tanto lo biológico como lo social de la maternidad, como sugiere el título del libro mothering and motherhood in ancient Greece and rome, eds L. Hackworth Petersen, P. Salzman-Mitchell, austin, university of texas press, 0. Véase también R.M. Cid López, madres y maternidades. construcciones culturales de la civilización clásica, cit.; maternidad/es: representaciones y realidad social. edades antigua y media, cit. y madres y maternidades. algunas aportaciones sobre los modelos de la cul- tura clásica, en J. Méndez, maternidad, familia y trabajo, cit., pp. 35-5. relazioni familiari 64 pero no sólo ellos, piensan en la procreación de la especie, o simplemente en la fecundidad, siempre lo asocian con lo femenino; pero a la vez, se observa el recelo de los hombres ante la fuerza procreadora de las mujeres. el dilema se resuelve dominando este poder femenino a través del control sobre esos cuerpos, admirados y temidos por su capacidad para engendrar vida, y que finalmente condujo a la sumisión de las mujeres. los hijos y las hijas alum- brados por las griegas son propiedad del padre. a pesar de la complejidad y de ciertas contradicciones, las concepciones de la diosa, el dios y los mitos reflejan elocuentemente este estado de cosas4 en el caso romano, no son los mitos, sino las leyes los mecanismos utili- zados para controlar a las mujeres, concebidos como cuerpos gestantes y des- tinados a dar luz las niñas y los niños, queridos y reconocidos por el padre. se opera en el derecho romano, lo que algunas autoras han llamado la “mater- nalización” en lo que afecta a las normas relacionadas con la población femeni- na, que se manifiesta en la promulgación de leyes que pretenden el control del vientre femenino y consideran a la mujer un cuerpo gestante4. con la llegada del cristianismo, se sigue pensando en la descendencia del padre, a la vez que se ensalza la madre como ser sumiso, pero a través de la omnipresente imagen de la Virgen maría, imaginada como ser asexuado. la novedad es que ahora la madre tiene el hijo de dios, pero aún más el hecho de que sexualidad y maternidad se desligan totalmente43. curiosamente, la je- rarquía eclesiástica recurrirá al uso simbólico de la maternidad, y presentará a la Iglesia como la «madre» de los creyentes; no por casualidad, con tales conno- taciones, la palabra «maternidad» se inventa en el siglo XII, siendo inexistente en las lenguas clásicas como el latín o el griego44. tales concepciones perdura- rán hasta bien avanzado el siglo XVIII. 4 a propósito de la madre en la antigua grecia, nicole loraux realizó una interesante y pionera investigación, en madres en duelo, madrid, abada, 004 (ª ed. francesa, parís, le seuil, 0), anali- zando el efecto del llanto de las madres ante la pérdida de la descendencia y el control masculino de las emociones de las mujeres. Véanse, entre otros, los recientes trabajos de V. Pirenne-Delforgue, la maternité des déesses grecques et les déesses mères: entre mythe, rite et fantasme, «clio», cit. pp. -3 y L. Bodiou, P. Brulé et L. Pierini, en Grèce antique, la douloureuse obligation de la maternité, cit., pp. -4. 4 especialmente véase M.I. Núñez Paz, Progresivo y limitado reconocimiento de la figura materna en el derecho romano. de la cesión del vientre al ejercicio de la tutela, en madres y maternidades. construcciones culturales de la civilización clásica, cit., pp. 55-, quien incorpora las tesis conocidas de eva cantarella. 43 sobre los cambios históricos en la relación entre maternidad, procreación y sexualidad, véan- se las reflexiones de storia di un ruolo sociale, cit. pp. -. 44 P. Tombeur, «maternitas» dans la tradition latine, cit., pp. 3-45. la tardía creación del concep- to de maternidad y el contexto en el que surge le gusta recordarlo a Y. Knibiehler, como se observa, entre otras, en sus obras, Histoire des mères et de la maternité en Occident, cit., p. 4 y maternité, affaire privée, affaire publique, cit., p. . l’esperienza corporea della maternit 65 ciertamente, en la centuria de los ilustrados se producen novedades im- portantes, sobre todo por la aparición de un discurso con pretensiones cien- tíficas, que refuerza los textos filosóficos y toda la tradición proveniente de la religión de origen cristiano. con justificaciones médicas, se exalta la función maternal, como única forma de que las mujeres cumplan su papel en la socie- dad y alcancen su plena satisfacción vital45. a la vez, se prescribe una atención prolongada en el tiempo de la madre hacia sus hijos e hijas, lo que refuerza su permanencia en los espacios domésticos y al margen de cualquier otra activi- dad, en especial de proyección pública46. al parecer, estecontacto materno-fi- lial y esta reclusión en el hogar no eran tan intensos en otras sociedades, sobre todo rurales y de etapas precedentes, y más aún entre las clases privilegiadas4. se difunde además que este rol será el que proporcione la auténtica felicidad a la mujer, y por extensión, igualmente fomentará el bienestar de la sociedad en su conjunto, en lo que insistió rousseau, entre otros. el éxito de estos discursos continúa en la sociedad decimonónica, en la que se consolida la imagen poderosa de la madre, ligada al hogar como cui- dadora de la descendencia, mientras el padre es el encargado de proporcio- nar los recursos materiales para el bienestar de la familia. en este siglo XIX, será cuándo se empiecen a imponer medidas higiénicas para procurar que la mujer saludable alumbre y cuide hijos también sanos y fuertes, lo que tam- bién reclamarán algunas feministas, junto a ayudas sociales para proteger a las madres, sobre todo de condición humilde4. Basta recordar las primeras manifestaciones reivindicativas, en este caso son sobre todo norteamericanas y de principios del siglo XX, en las que las feministas solían salir a la calle con pancartas, llevando a sus hijos e hijas, a la hora de conmemorar las primeras celebraciones día Internacional de la mujer4. el deseo maternal se convierte 45 Y. Knibiehler insiste en la “glorificación de la maternidad” a partir del siglo XVIII, situación que continuó con fuerza en la centuria siguiente. Véase Y. Knibielher, Histoire des mères et de la maternité en Occident, cit., pp. 53-60. 46 para G. Fiume (storia di un ruolo sociale, cit., pp. -0) el nuevo discurso médico reforzó una representación cultural de la maternidad, que acababa excluyendo a la mujer de la ciudadanía, ya que no se la consideraba como individuo. 4 como ha resaltado Y. Kinibiehler, maternité, affaire privée, affaire publique, cit., pp. 3-3. 4 respecto al reforzamiento de los discursos tradicionales sobre la maternidad en el siglo XIX, véanse algunas valoraciones generales en storia di un ruolo sociale, cit., pp. 6-0 e Y. Knibielher, Histoire des mères et de la maternité en Occident, cit., pp. 60-. 4 la imagen se reproduce con frecuencia. resulta llamativa, porque, entre las mujeres que se manifiestan en las calles de nueva York en marzo del año 0, iniciando las conmemoraciones del dia de la mujer, todas vestidas de blanco, da la impresión de que precisamente la madre, que apa- rece conduciendo el cochecito de un bebé, es la que encabeza la manifestación. Véase la imagen en http://www.loc.gov/pictures/item/50006/, guardada en la library of congress de Washington. relazioni familiari 66 en la meta de las biografías femeninas, promoviendo un discurso cargado de elementos perversos, que pudo provocar notables frustraciones en mujeres no satisfechas con tales funciones, aquellas que carecían del «instinto maternal», inherente a la naturaleza femenina; pero también a otras, la mayoría, que por razones diversas no habían podido satisfacer su «destino natural», de alumbrar criaturas. en estas circunstancias, ha de reconocerse que, como movimiento político, el feminismo en sus primeros tiempos sólo se había preocupado por el bienestar de las mujeres como madres, aún no había pensado demasiado en las implicaciones del hecho maternal y la relación con la feminidad. la llegada del nuevo siglo XX, al menos hasta la irrupción del feminismo de la llamada segunda oleada, no cambió este estado de cosas, sino que incluso se reforzó el binomio feminidad-maternidad gracias a una hábil política de los gobiernos, al menos en europa50. el ambiente bélico que preside las primeras décadas de la centuria fue fundamental en la persistencia de una concepción de la maternidad que, una vez más, evocaba la feminidad en su sentido más genuinamente tradicional. Bien es cierto que las dos grandes contiendas béli- cas, pero más aún la reconstrucción nacional que caracteriza las situaciones de la postguerra exigió a las mujeres la exhibición de su patriotismo. en el nuevo contexto histórico, para servir a la patria, había que hacerlo como mujeres dedicadas a la función procreadora, que las políticas pronatalistas alentaban en los estados europeos. renacía con fuerza una nueva mística de la materni- dad, que muchas mujeres asumieron. la propia Yvonne Knibiehler, con cierta ironía, recuerda cómo ella es también una hija de su tiempo, que sucumbió la propaganda de su época; según le habían enseñado en la escuela, como buena patriota francesa debería alumbrar tres hijos, lo que hizo cuándo llegó a la edad adulta y se casó, antes incluso de realizar una brillante carrera universita- ria5. en este ambiente de las primeras décadas del siglo, el feminismo padece un largo letargo, y salvo la excepción de simone de Beauvoir, aún tardarán las reacciones ante este tipo de propagandas pronatalistas. 50 sobre lo ocurrido en la primera mitad del siglo XX, entre otros trabajos, siguen siendo extraor- dinariamente útiles los análisis de F. Thebaud, quand nos grand mères donnaient la vie. la maternité en fran- ce dans l´entre-deux-guerres, cit., y G. Bock - P. Thane, P. (eds), maternidad y políticas de Género. la mujer en los estados del bienestar europeos (1880-1950), cit. en el caso español, la figura del médico gregorio marañón fue fundamental en la imposición de un modelo maternal, al que debían plegarse las mujeres de la época; su influencia promovió la medicalización y profesionalización de la maternidad, que pasó a ser considerada “maternología”, como señala m. Nash, maternidad y construcción identitaria: debates del siglo XX, en debates sobre la maternidad desde una perspectiva histórica (siglos Xvi-XX), editado por G. Franco Rubio, cit., pp. 5-30. 5 ella misma lo comenta en la entrevista que le hicieron M. Dubesset, F. Thébaud, Yvonne Kni- biehler, historienne de la maternité, cit., pp. 4. Yvonne Knibiehler nació en el año . l’esperienza corporea della maternit 6 en cualquier caso, sin duda, fue el feminismo, resurgido en los años sesen- ta de la pasada centuria, el que realmente cuestionó la maternidad tradicional, desde la reflexión teórica y la crítica a los sistemas sociales que reducían lo femenino a lo maternal; también con reivindicaciones públicas del derecho de las mujeres a controlar su cuerpo, y lo que es más importante su sexua- lidad, desligada de la procreación5. las mujeres son las únicas que pueden desempeñar la tarea de reproducción de la especie, pero esta función biológi- ca no implica que todas las mujeres deban hacerlo y sentirse felices por ello. se propone, y luego se acabó imponiendo, una maternidad voluntaria, de don- de derivaron las exigencias del derecho al aborto o los sistemas anticoncepti- vos; la muestra inequívoca de la defensa de ser madre por elección. una vez más, las feministas se servían de la maternidad para promover elementos cohe- sionares, pero ahora para la creación de “identidades de resistencia”53. paralelamente, no se deja de recurrir a la figura de la madre para solicitar otros derechos, como la «ciudadanía en femenino», que implicaría el acceso a la «ciudada- nía para las mujeres» en sentido amplio, y en condiciones de igualdad respecto a los varones. su reclamación se justificaba por la labor de las madres en la educación de los ciudadanos y su contribución al bienestar social y del estado. la reivindicación de la ciudadanía para las mujeres se justificaba porque había de ser para las ma- dres54. como señala marina d´amelia, muchas mujeres acogieron con entusiasmo esta iniciativa, puesto que se pretendía “una ciudadanía política femenina, basada en una idea renovada de la maternidad y marcada por los fuertes lazos morales y normativos”, que las mujeres mantenían con su descendencia55. estas fueron algu- nas de las «conquistas» que el final del siglo XX legó a las mujeres, comprobándose cómo el tema de la maternidad seguía estando presente y parecíanhaberse resuel- to los grandes problemas que podían afectar a las mujeres en su rol de madres56. sin embargo, las nuevas leyes y los nuevos programas políticos se ajustaron a un 5 como resalta Y. Knibielher, maternité, affaire privée, affaire publique, cit., pp. , 30 y 40-4. 53 una expresión que utiliza mary nash para describir las acciones de las feministas españolas en el momento de la transición en los años setenta del pasado siglo. Véase m. Nash, maternidad y construcción identitaria: debates del siglo XX, en debates sobre la maternidad desde una perspectiva histórica (siglos Xvi-XX), cit., pp. 3-4. 54 sobre el uso de la maternidad en la reivindicación de la ciudadanía, valorando el papel de la madre como transmisora de mensajes, una de las primeras historiadoras que reflexionó fue Y. Knibielher en la révolution maternelle: femmes, maternité, citoyenneté depuis 1945, cit. y también en mater- nité, affaire privé, affaire publique, cit., p. , n. 3. 55 M. D´Amelia, la mamma, cit., p. 0. 56 como balance sobre los éxitos logrados pero también sobre los retos de la maternidad a fines del siglo XX, véanse, entre otras, g. Fiume (ed.), storia di un ruolo sociale, cit., pp. -0 y maternité, affaire privée, affaire publique, cit., pp. 43-45, 3-3 y 0-0. relazioni familiari 6 modelo social, que hoy está empezando a resquebrajarse, emergiendo nuevos pa- trones de familia, innovaciones médicas y un mundo cada vez más globalizado que vuelve a poner la maternidad en el centro de las preocupaciones de las feministas, de los poderes públicos, y por supuesto, también de las historiadoras. 4. repensar la maternidad en el siglo xxi. algunas reflexiones finales en efecto, transcurrida la primera década del nuevo siglo, los profundos cambios sociales, científicos y políticos han marcado la concepción de la ma- ternidad, que se asume de forma muy diferente a lo que ocurría en el pasado. Ha de reconocerse que bastantes mujeres, sobre todo quiénes disponen de re- cursos intelectuales y cierta independencia económica, piensan en la materni- dad como una elección. pero precisamente, tratamientos médicos novedosos sobre formas de reproducción, el surgimiento de nuevos modelos familiares, las ocasionales y atractivas posibilidades de promoción laboral para determina- das mujeres, la necesidad de ejercer una actividad remunerada par la mayoría, los intercambios culturales en un mundo cada vez más plural, entre otros fac- tores, parecen contener elementos que, bajo la apariencia de romper modelos tradicionales de la feminidad, esconden trampas para las mujeres, que pueden ser reconducidas hacia lo doméstico y la exclusividad del rol maternal de otros tiempos. o al menos, a seguir alumbrando hijos e hijas para satisfacer deseos y necesidades de los varones y menos de las mujeres. ciertamente, por su trascendencia, aunque no sabemos bien cuáles pueden ser sus efectos a largo plazo, han tenido enorme repercusión los avances científi- cos y relacionados con las técnicas de reproducción asistida5. aunque en su mo- mento s. firestone lo había propuesto como solución a la maternidad tradicio- nal, no deja de plantear problemas éticos, de salud o legales, entre otros. en el caso de la figura maternal, ocurre que ya no es única, desde el momento en que un bebé puede tener tres madres (la que proporciona el óvulo, la que engendra y la cuidadora-educadora). en este sentido, se refleja con claridad la oposición entre lo biológico-natural y lo cultural-social. a estas técnicas recurren bastan- tes mujeres que desean vivir la maternidad en solitario, pero son muchas más aquellas que sienten una profunda frustración por no cumplir expectativas so- ciales, o conyugales; en el fondo su comportamiento muestra el arraigo de la 5 l. Taboada en la maternidad tecnológica: de la inseminación artificial a la fertilización in vitro, Barcelona, Icaria, 6, realizaba estas reflexiones cuándo comenzaban a aplicarse estas técnicas, y siguen manteniendo su actualidad. para g. fiume (storia di un ruolo sociale, cit., p. .) estos tratamien- tos inciden en la ambigüedad de la genitorialità ofreciendo nuevas posibilidades culturales y alternati- vas novedosas a los modelos tradicionales. l’esperienza corporea della maternit 6 relación entre lo femenino y lo maternal, que persiste en determinados secto- res femeninos. como parece evidente, debe reconocerse que muchas mujeres y parejas recurren a este tipo de tratamientos con clara conciencia de lo que significan y, sin duda, han mostrado su utilidad para solventar situaciones de esterilidad o subesterilidad, masculina o femenina. en cualquier caso, al margen de los problemas que este tipo de procedimientos médicos puede suponer para la salud femenina, entre otros, no conviene olvidar que se trata de igual modo de técnicas creadas para satisfacer anhelos de maternidad, que reflejan viejos estereotipos de lo femenino, sin olvidar que muchas mujeres recurren a estas técnicas para tener ante todo el hijo del padre, y no de la madre. estas técnicas conllevan también cambios profundos en la relación entre pro- genitores y descendencia, ya que permite la aparición de familias monoparenta- les, por decisión de un hombre o de una mujer, de un divorcio o de una situación de viudedad; también de padres o madres homosexuales, entre otras combinacio- nes posibles. las madres de alquiler, imagen contemporánea y muy expresiva de la mujer como cuerpo gestante, o el recurso a la adopción, sobre todo interna- cional, son prácticas habituales en los países occidentales. de este modo, pueden emerger madres sin precisar la figura del padre; también padres en solitario, sin la compañía maternal. aquellas mujeres, que libremente han decido ejercer la maternidad en solitario, por fortuna, han dejado de estar estigmatizadas como madres «solteras»; pero también ocurre que otras deben cuidar a sus hijos e hijas sin la ayuda paterna, y sin desear esa situación, porque el padre se ha desentendi- do de su descendencia, un hecho igualmente habitual en otras épocas. en el mundo plural del presente, tampoco conviene olvidar los conflictos que puede conllevar relación de la maternidad y la inmigración5. con frecuen- cia y en occidente, la «madre sustituta» la identificamos con la persona inmi- grante, que cuida a los hijos e hijas de la europea trabajadora. estas mujeres inmigrantes también tienen su propia descendencia, que suelen atender sus parientes femeninos. en el presente, se ha roto la relación entre domesticidad y maternidad, pero eso ha conllevado las dificultades para conciliar vida laboral y maternal, de ahí el recurso a las cuidadoras, o «madres sustitutas», que suelen provenir de culturas diferentes. en cualquier caso, aunque la madre disponga en algunos casos de personas que la ayuden en la crianza de los hijos y las hijas, 5 tampoco conviene olvidar otros cambios que puede traer la globalización, ante contactos cada vez más intensos y frecuentes entre culturas diferentes, en los que las familias no siguen el patrón occidental, y dónde las relaciones entre hombres y mujeres no se inscriben en este modelo de familia nuclear. aunque esto no sea tan importante en este momento en occidente, en lo que incide m. Nash, maternidad y construcción identitaria: debates del siglo XX, en debates sobre la maternidad desde una perspectiva histórica (siglos Xvi-XX), cit., pp. 4-46. relazioni familiari 0 también es cierto que la conciliación de la vida laboral y familiar no la pueden resolver las leyes más avanzadas que se puedan promulgar en este sentido. con frecuencia, muchas madres siguen sintiendo culpabilidad porque su traba- jo fuera del hogar les impide atender a su familia como les gustaría. precisamente, por esta común actitud de muchas madres, que desearían estar más tiempo atendiendo a sus hijos e hijas, afloran de nuevo discursos en los que se intenta convencer de las bondades de unaeducación en el seno de un hogar, presidido por una figura maternal, una vez más dedicada al cuidado de la descendencia. en un momento de crisis profunda del estado del bienestar, la vuelta de las mujeres a los ambientes domésticos y el abandono de la acti- vidad laboral puede ser vista como una solución a los problemas del presente. de nuevo, se exige a las mujeres que antepongan su condición de madres fren- te a cualquier otra faceta de su existencia. si la mejor manera de lograr exce- lentes ciudadanos es que las mujeres renuncien a sus expectativas profesiona- les, a sus deseos de proyección social y a disfrutar de una parte de su existencia al margen de la maternidad, posiblemente haya mujeres que estén dispuestas a hacerlo, a pesar de que el feminismo alertó sobre los riesgos y los inconvenien- tes de tales comportamientos. en cualquier caso, al margen de lo que parece suceder en este momento, y sin ánimo de vaticinar lo que puede ser el futuro de las madres y la materni- dad o las maternidades, lo que resulta evidente es que, históricamente, las mu- jeres vivieron una maternidad impuesta por costumbres y prácticas sociales. a pesar de ello, las relaciones con sus hijos e hijas pudieron estar cargadas de afecto y sentimiento, síntoma de la interiorización de los discursos dominan- tes. en este sentido, la maternidad pudo llegar a ser fuente de placer, incluso de poder, y un elemento fundamental en la construcción histórica de la identidad femenina. pero, desde hace décadas, muchas mujeres tienen mecanismos a su alcance para controlar los nacimientos, para poder elegir o no ser madres. la maternidad sigue siendo una experiencia gratificante paras las mujeres, pero ahora se percibe de manera consciente y no impuesta por las normas de una sociedad patriarcal. de igual modo, en el presente muchas mujeres pueden saber lo que puede representar la maternidad, las renuncias y las satisfacciones en la vida personal y profesional. las mujeres pueden conocer las trampas de todo tipo, cultura- les, sociales, políticas, afectivas o emocionales, que puede conllevar el ejercicio de una maternidad en exclusiva y que han sido desenmascaradas por las his- toriadoras. al conocerlas, también disponen de las herramientas para hacerlas frente y vivir la maternidad sin plegarse a los deseos y la voluntad del padre. en la actualidad, la maternidad puede convertirse en una forma conscien- te de entablar una relación entre la mujer y su descendencia, que puede ser l’esperienza corporea della maternit una parte importante de su existencia, pero no lo único que da sentido a su biografía. se está rompiendo, o se ha roto, la tradicional identificación entre maternidad y feminidad, y, por fortuna, la mujer ya no se concibe como un ser unidimensional. confiemos en que este impredecible siglo XXI no suponga una vuelta atrás en las vivencias y experiencias de las mujeres como madres.
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