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La Divindade de Jesús Según el Nuevo Testamento

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JESÚS SEGÚN EL NUEVO TESTAMENTO
Diplomado en Teología
La obra de Cristo
La experiencia de las apariciones del Resucitado
Espíritu Santo
Entrada en una dimensión inédita de la realidad
Un mundo nuevo e inexplorado
Los discípulos
Percibían con fuerza en sus vidas la presencia de Jesús
La potencia del Espíritu
Eran conscientes de que estaban viviendo un tiempo especial
Reino definitivo acababa de ser inaugurado
Cambian sus vidas
Primera comunidad 
La novedad del acontecimiento de la Pascua necesitaba tiempo para poder ser asimilada
Comprender adecuadamente lo que había sucedido
Reflexión colectiva y la colaboración de todos
La tarea urgente: evangelizar el mundo
¿Quién es, en definitiva, Jesús? 
¿Cuál es su relación con Dios?
¿Cuál es su importancia para el destino del hombre y del mundo creado? 
¿Y para la historia de Israel? 
¿Y qué podían esperar los discípulos para el futuro inmediato?
Iglesia
La Iglesia conocía algunas respuestas desde el principio
Ha tratado de obtenerlas examinando con mayor atención el acontecimiento originario
Tratando de obtener una inteligencia global del proyecto de Dios
Contar con ideas e intuiciones que ya estaban presentes en el Antiguo Testamento 
Aplicado a Jesús de un modo nuevo y original
Clave
Evolución 
La resurrección de Jesús confirmaba todo lo que Él había dicho
Sus palabras y su vida habían sido ratificadas por el mismo Dios
Se habían mostrado a los discípulos como la verdad de parte de Dios
Memoria histórica 
Profundizar en la “memoria” de Jesús: en su vida, en su Pasión y en su glorificación
Los apóstoles y los primeros cristianos no tuvieron una tarea “productiva”
Pensar o que elaborar una nueva síntesis filosófica o religiosa
Su tarea
Formular y explicitar en la medida de lo posible la novedad que Dios había introducido en sus vidas
Contar con la gracia de Cristo y con la ayuda sobreabundante del Espíritu
Ayuda poderosa
«Y, empezando por Moisés y continuando por todos los profetas, les explicó lo que había sobre él en todas las Escrituras» (Lc 24, 27)
«Entonces, abrió sus inteligencias para que comprendieran las Escrituras» (Lc 24, 45)
Reflexión de los apóstoles
Cartas de san Pablo
Escritos del apóstol san Juan
Cartas de Pedro
La veneración de Jesús resucitado y su preexistencia
Iluminados por el Espíritu Santo
Recordar lo que había sido la vida de Jesús
Su figura trascendía el horizonte meramente humano
Iluminados por el Espíritu Santo
Los judíos esperaban al Mesías, pero lo imaginaban más o menos como un nuevo David que iba venir a gobernar al pueblo y a liberarlo de la opresión extranjera
No esperaban un Mesías divino, sino más bien un gran personaje que iba a gozar del favor de Dios para llevar a cabo una misión extraordinaria
Por lo que había dicho y hecho 
Lo ponía muy por encima de cualquier otro personaje de la historia de Israel
Lo elevaba al mismo nivel de Dios
Superior al Templo, la casa de Dios, superior al sábado
Interpretar los mandamientos y corregirlos
Había llegado a afirmar que Él era «una sola cosa con el Padre»
Más allá de lo que un hombre puede pretender realizar
Sus milagros lo habían mostrado como Señor
Resucitar a los muertos
Había subido al cielo a la derecha del Padre
Había enviado el Espíritu de Dios sobre los discípulos
Ese Espíritu estaba obrando con fuerza y poder en la Iglesia
La conclusión 
Jesús preexistía
Existía junto a Dios antes de ser uno de nosotros; era uno con Dios
Veneración con que los apóstoles trataban el “nombre” de Jesús
Veneración de Cristo Señor
Himno de la Carta a los filipenses
Se trata de un himno centrado en Jesucristo y transcrito literalmente por el apóstol Pablo hacia el año 56 d. C.
Escritos del Nuevo Testamento fueron redactados entre los años 50 y 90 del siglo I
Testimonios 
Las cartas de san Pablo son las más antiguas (años 50-67)
Los escritos de san Juan los más recientes (años 80-90)
A partir del año 60 se escribieron los Evangelios sinópticos
Pablo afirma la preexistencia divina de Cristo
«Al llegar la plenitud de los tiempos, envió Dios a su Hijo, nacido de mujer […] para que recibiéramos la filiación adoptiva» (Gal 4, 4-5)
En el momento establecido, Dios introduce a su Hijo en la historia, y este nace de María. El texto presupone que, antes de su nacimiento, el Hijo preexistía ya en la condición divina
Principales textos del Nuevo Testamento sobre la divinidad de Jesús
Jesús de una condición divina 
La atribución a no fue un desarrollo tardío en la historia del cristianismo
Tras los acontecimientos de la Pascua, los discípulos empezaron a llamar a Jesús con el mismo título con que los judíos se referían a Dios, es decir, «el Señor»
Destacar la realeza soberana de Jesús, indicando además que compartía su soberanía con Dios
Divinidad
Cuando los primeros discípulos decían que Jesús es «Dios», no pensaban que existieran dos dioses, Jhwh y Jesús; por eso resultaba necesario usar un tipo de lenguaje capaz de expresar esta novedad. 
En la práctica, lo que se hacía era reservar la palabra «Dios» para hablar del Padre y buscar el modo de asociar a Jesús al Padre.
San Pablo
«Para nosotros no hay más que un solo Dios, el Padre, del cual proceden todas las cosas y para el cual somos; y un solo Señor, Jesucristo, por el cual son todas las cosas y por el cual somos nosotros» (1 Co 8, 6)
El Padre es denominado simplemente «Dios», mientras que a Jesús se le llama «Señor»
Jn 1, 1: «En el principio existía la Palabra y la Palabra estaba con Dios, y la Palabra era Dios»
El término “Dios” designa aquí a Jhwh (el “Dios de Israel” o el “Dios de los padres”), considerado implícitamente como Dios Padre
Se pone de manifiesto que en Dios existe una palabra interior, pero la novedad que añade el evangelista es que esta palabra posee una existencia personal
«A Dios nadie le ha visto jamás: el Hijo único, que está en el seno del Padre, él lo ha contado» (Jn 1, 18)
Jn 20, 28: «Señor mío y Dios mío»
La confesión de fe del apóstol Tomás ante la realidad de Jesús resucitado 
Es la única vez, en los evangelios, en la que uno de los discípulos llama a Jesús «Dios»
Rm 9, 4-5
«Los israelitas, de los cuales es la adopción filial, la gloria, las alianzas, la legislación, el culto, las promesas, y los patriarcas; de los cuales también procede Cristo según la carne, el cual está por encima de todas las cosas, Dios bendito por los siglos. Amén». 
Se llama a Jesús Señor, se dice que «está por encima de todas las cosas» y se le nombra «Dios bendito»
El texto tiene una relevancia añadida por su antigüedad, ya que la Carta a los romanos fue escrita en la segunda mitad de los años 50 del primer siglo
Tt 2, 11-13
«Se ha manifestado la gracia salvadora de Dios a todos los hombres, que nos enseña a que […] vivamos con sensatez, justicia y piedad en el siglo presente, aguardando la feliz esperanza y la manifestación de la gloria del gran Dios y Salvador nuestro Jesucristo». 
Es otro texto del epistolario paulino, aunque más tardío
Hb 1, 3
«[El Hijo] se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas, con una superioridad sobre los ángeles tanto mayor cuanto más les supera en el nombre que ha heredado. En efecto, ¿a qué ángel dijo alguna vez: “Hijo mío eres tú; yo te he engendrado hoy?” […] Pero del Hijo [dice]: “Tu trono, ¡oh Dios!, por los siglos de los siglos”». 
El texto muestra que Cristo es superior a los ángeles y que su nombre es el mismo nombre de Dios
2 P 1, 1
«Simón Pedro, siervo y apóstol de Jesucristo, a los que por la justicia de nuestro Dios y Salvador Jesucristo les ha cabido en suerte una fe tan preciosa como la nuestra»
Este texto pertenece a la tradición petrina y aplica a Jesús una concatenación de títulos: Dios, Salvador y Cristo
Palabra
La preexistencia personal y divina del Verbo (o del Hijo de Dios) esuna premisa necesaria para la doctrina de la Encarnación
La presencia de la Palabra en el mundo como uno más entre nosotros
Nuevo Testamento 
Sostiene que el Verbo de Dios ha colmado la infinita distancia existente entre Él y las criaturas y ha empezado a existir en la carne
En un estado de igualdad, solidaridad y comunión de destino con los demás hombres
En un momento concreto de la historia, Dios ha enviado a su Hijo, que se ha hecho uno de nosotros naciendo de María virgen
LOS TÍTULOS BÍBLICOS DE CRISTO
Jesús
Significa “Dios salva”
Expresa al mismo tiempo la identidad de Jesús y su misión
Jesús es el nombre que toma el Verbo cuando se hace hombre (su identidad) por nosotros y por nuestra salvación (su misión)
A Jesús lo podemos invocar con toda verdad como “Dios que salva”
Es el Hijo de Dios, el que ostenta el poder divino de salvación
Cristo
Este título se refiere a su misión
Jesús es el deseado, el esperado, aquel en quien se cumplen las promesas de Dios, el Mesías de Israel
Es la traducción griega de la palabra aramea “mesías”, significa “ungido”
El nombre de Cristo implica que Jesús ha sido ungido por el Espíritu Santo para su misión de salvación
Hijo de Dios
Este título se usa en el Antiguo Testamento para referirse a los reyes de Israel
Se aplica al Mesías esperado
Hijo único y preexistente del Padre
Se relaciona con la resurrección de Jesús
Señor
Es el nombre típico del Dios de Israel
Indica su dominio sobre las criaturas
El Nuevo Testamento lo aplica a Jesús principalmente después de su resurrección
Indica la soberanía de Dios que Jesús posee y que comparte con el Padre
El Catecismo de la Iglesia Católica (nn. 452-455):
«El nombre de Jesús significa Dios salva (…)».
«El nombre de Cristo significa ungido, mesías (…)».
«El nombre Hijo de Dios indica la relación única y eterna de Jesucristo con su
Padre Dios: Él es el Hijo unigénito del Padre y es el mismo Dios (…)».
«El nombre Señor indica la soberanía divina (…)».
EL PAPEL DE CRISTO EN EL PROYECTO DE DIOS
Judios
Cuando la Iglesia empezó a predicar que Jesús era el único Salvador, encontró un panorama en el que no faltaban obstáculos. 
Se requería, en primer lugar, pertenecer al pueblo judío por la circuncisión, y después hacer lo que establecía la Ley (la Torah): todas las leyes sobre la pureza, el sábado, los actos de culto, etc.
El mundo pagano 
Se abandonaba a sus dioses, a la fuerza de los astros o del cosmos, o a seres misteriosos a quienes se atribuía el gobierno del mundo, y de los que se esperaban los bienes necesarios para la vida, o al menos la protección de los males y peligros que amenazan a todos los hombres. 
Persecución 
Era inevitable que la Iglesia, con su propuesta de Jesús como Salvador, entrara en conflicto con estas convicciones judías y paganas
Para los primeros cristianos
Era evidente que las divinidades paganas no tenían ningún valor, dioses falsos
Las prescripciones de la ley de Moisés, en definitiva, provenían de Dios
¿Se debía imponer a los paganos los preceptos de la ley de Moisés?
El problema si se debían conservar estas prácticas junto con el culto a Jesús o si era necesario abandonarlas.
“Importancia” de Jesús para la salvación: hasta qué punto se debe considerar que Jesús es quien nos salva, y hasta qué punto sustituye los modos y los medios que le habían precedido en el tiempo.
Preguntarse
¿Jesús comparte con alguien o con algo su condición de Salvador? 
¿O más bien hay que decir que Él es el Salvador, en absoluto? 
La Iglesia respondió a estas preguntas con gran coherencia. Si Jesús es el Hijo unigénito de Dios, si preexiste eternamente junto al Padre, entonces Él es el mismo Dios que nos salva. No puede haber otros nombres u otros medios en los que confiar
Únicamente Jesucristo 
La Iglesia llegó a la conclusión de que los paganos tenían necesidad del bautismo y no de la circuncisión, porque Dios había sustituido la alianza con Israel por una Nueva Alianza en Jesucristo, y esta alianza era universal: judíos y paganos, esclavos y libres, hombres y mujeres… 
Todos estaban llamados a la misma salvación. Y el modo de acceder a ella eran la fe y el bautismo en el nombre de Jesús, no la circuncisión.
Conflicto con los paganos 
San Pablo en la ciudad de Éfeso, cuando el éxito de su predicación llegó hasta el punto provocar una caída en las ventas de la estatua de la diosa local, Artemisa. 
Los fabricantes de estatuas se irritaron y extendieron su malestar entre los ciudadanos. Estos a su vez, heridos en su honor por la predicación del apóstol, se pusieron a clamar durante más de dos horas a la “gran Artemisa” de los efesios.

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